Cultura

Año de San José: buen trabajador

Para San José, el trabajo era fundamental en su vida. Lo santificó, santificó a los demás por medio de él, y fue un medio magnífico de unión con Dios.

Alejandro Vázquez-Dodero·18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Si, como decíamos en anteriores fascículos sobre la vida de san José, éste fue un buen esposo y un buen padre, podemos decir que también fue un buen trabajador. Seguimos dedicándole este espacio en este año convocado por el papa Francisco con la carta apostólica Patris Corde hasta el próximo 8 de diciembre. 

Buen trabajador sobre todo porque, como un ciudadano más entre los suyos, a quien elegiría Dios para confiarle a María y el Niño, procuraría emplearse para sostenerse económicamente, y, desde que le fuera encomendada la Sagrada Familia, también para sostenerla a ella. 

Podemos pensar, por qué no, que tanto la Virgen como Nuestro Señor ayudarían a José en su labor profesional, a modo de “empresa familiar”. Pero nuestro propósito en esta ocasión es centrarnos en el santo Patriarca como trabajador, y no tanto en ese aporte de su esposa e hijo.

Santificó el trabajo

El santo patriarca, desde su taller, trabajaría honestamente y sin olvidar la necesidad de lograr el sustento de su familia. Resaltaría la dignidad de aquello que hacía, y lo realizaría con la máxima perfección, porque querría así dar gloria a Dios. 

Desde que recibiera el encargo de sus clientes –un nuevo mueble, una reparación, un apaño…– se esmeraría por tratarles exquisitamente. Tomaría buena nota de lo que tendría que hacer, preguntando lo que necesitara con tal de completar perfectamente el encargo. Se comprometería a entregar el trabajo en una fecha determinada, la acordada. Una vez finalizado, lo entregaría con la alegría de quien ha trabajado bien, con afán de servicio y para contentar a sus clientes.

Ese trabajo bien hecho, y por tanto justamente retribuido, representaría para él –y para su familia y entorno– una auténtica satisfacción. Bien hecho porque sabría empezarlo bien y acabarlo con igual excelencia: las primeras y últimas piedras eran lo suyo.

De otro lado, san José conciliaría su condición de trabajador con la de esposo y padre. No podemos imaginar que, con motivo de su dedicación profesional, desatendiera a la Virgen y al Niño, pues atenderles era la principal misión de su vida.

Todos estos componentes harían que el trabajo de san José, en sí mismo, fuera objeto de santificación. El mismo trabajo sería algo santo. No sería, así, una pena, maldición o castigo, como quizá tantos lo entiendan, sino algo honroso y digno de santificación.

Se santificó a través del trabajo

De otro lado, esa actitud descrita, haría que él mismo lograra acercarse a Dios –al amor de Dios– a través de su trabajo profesional. Es decir, que esa labor, en definitiva, sería oración, y un modo cierto de encontrarse con Dios, de tratarle.

No es que durante su jornada laboral se dedicara a recitar oraciones, sino que el mismo trabajo, como decíamos, era su oración. O sea que oraba, sin mayor complejidad, trabajando “en presencia” de Dios. Por tanto, compartiendo con Él aquello que hacía; y no solo compartiéndolo, sino ofreciéndoselo.

En definitiva, su vida, a través de su condición de trabajador, cobraba un sentido: el sentido de comportarse como hijo de Dios también durante el desarrollo de su profesión. 

A fin de cuentas, consideraría el trabajo que tenía entre manos algo querido por Dios para él, parte integrante, por tanto, de su vocación o misión en la tierra.

Al respecto, san Josemaría Escrivá de Balaguer, en su homilía En el taller de José, recuerda que la vocación humana, y por tanto el trabajo profesional, es parte, y parte importante, de la vocación divina: “Esta es la razón por la cual os tenéis que santificar, contribuyendo al mismo tiempo a la santificación de los demás, de vuestros iguales, precisamente santificando vuestro trabajo y vuestro ambiente: esa es la profesión u oficio que lleva vuestros días (…)”.

Santificó al prójimo con ocasión del trabajo

El trabajo, a los ojos de la Fe, representa participar en la obra redentora de Dios, colaborar en la venida del Reino, poniendo las cualidades del trabajador al servicio de los demás por Dios.

San José sería plenamente consciente de ello, y la dignidad de contar con una ocupación remunerada para él y su familia supondría el motor de su desarrollo profesional. Pero no se quedaría en eso, sino que trascendería a su alrededor, con esa conciencia clara, según decíamos, de colaborar a través de su profesión a la obra redentora iniciada por su hijo y de la que ya él de algún modo se sentía “corresponsable”. 

Daría gracias a Dios por contar con ese medio para acercarle a quienes tratara con motivo de su profesión. Porque vería en su trabajo una ocasión de entrega a los demás, para conducirles al amor divino, enseñándoles que el trabajo no sólo procura el sustento para poder mantenerse, sino que también representa una ocasión única de encuentro con Dios, quien derrocha sus gracias en el alma con ocasión del trabajo profesional.

Mundo

El camino sinodal alemán entra en una nueva fase

La Iglesia en Alemania reflexiona sobre abuso de poder, moral sexual, celibato y sobre el papel de la mujer en la Iglesia en esta nueva fase del camino sinodal.

José M. García Pelegrín·18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como consecuencia del escándalo que, en enero de 2018, produjo la publicación de abusos sexuales cometidos por clérigos en el pasado en Alemania, la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) encargó un estudio a institutos de investigación.

Inicio del camino sinodal

Tras la publicación del informe MHG —siglas de las Universidades de Mannheim, Heidelberg y Giessen—, la DBK decidió en su asamblea de marzo de 2019 iniciar un proceso de reforma para prevenir futuros abusos. Comenzaba así el denominado Camino Sinodal, que se dividiría en cuatro foros: “abuso de poder”, “moral sexual”, “celibato” y “papel de la mujer en la Iglesia”.

Poco después, la DBK anunció que en él participaría el “Comité central de los católicos alemanes” (ZdK); en total, los miembros de la Asamblea son exactamente 230.

Participación de laicos

La participación del ZdK en el proceso conlleva ventajas —los laicos parecen más cercanos a la sociedad para enjuiciar la “credibilidad” de la Iglesia—, pero también un problema de mentalidad: muchos de ellos son o han sido políticos profesionales: su actual presidente Thomas Sternberg fue, de 1989 a 2017, primero concejal en Münster y después diputado en el Parlamento Regional de Renania del Norte-Westfalia. Aquí radica un malentendido fundamental, posiblemente instintivo: aplicar a la Iglesia los criterios de democracia que imperan en la política.

Así, una de los tres vicepresidentes, Karin Kortmann —que ha sido diputada en el Bundestag y Secretaria de Estado—revindica “división de poderes” en la Iglesia y la elección del obispo por “los católicos de base”, pues solo así tendría “legitimidad”. Respondiendo al proyecto que recoge dichas exigencias, el obispo de Regensburg, Rudolf Voderholzer, dirigía una carta al presidente de la DBK, Mons. Georg Bätzing, en la que subrayaba que tales reivindicaciones “parten de un modo de entender las Escrituras, el magisterio y la Iglesia fundamentalmente distinto al de los siglos pasados”.

Aquí radica un malentendido fundamental: aplicar a la Iglesia los criterios de democracia que imperan en la política.

División de opiniones

Otro de los aspectos que vienen lastrando el proceso sinodal es unir el asunto concreto de los abusos sexuales con una reforma estructural de la Iglesia. El 10 de febrero, Mons. Czeslaw Kozon, obispo de Copenhague y uno de los observadores del camino sinodal, decía que este debería haberse centrado en los abusos: aunque puede haber puntos de contacto, “no debería tratarse aspectos de la estructura de la Iglesia de un modo tan radical”.

El Papa Francisco envió el 29 de junio de 2019 una Carta al pueblo de Dios que peregrina en Alemania, en la que decía: “El ‘Sensus Ecclesiae’ nos libera de particularismos y tendencias ideológicas para hacernos gustar de esa certeza del Concilio Vaticano II”.

El ‘Sensus Ecclesiae’ nos libera de particularismos y tendencias ideológicas para hacernos gustar de esa certeza del Concilio Vaticano II

Papa FranciscoCarta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania, 29 de junio de 2019

Las reacciones a la carta mostraron la profunda división de opiniones dentro del camino sinodal: algunos como Michael Fuchs, vicario general de la diócesis de Regensburg, lo interpretaban como una invitación a replantearse todo el proceso; el entonces presidente de la DBK, el cardenal Reinhard Marx, y el del ZdK, lo veían como un espaldarazo.

Reunión de los cuatro foros

De este modo, los días 4 y 5 de febrero se celebraron online los cuatro foros, para preparar los proyectos de resolución que se votarán en el Pleno, previsiblemente en septiembre.

Margareta Gruber, profesora de Exégesis y Teología Bíblica, asesora del camino sinodal, decía sobre el documento que el Pleno pueda aprobar: “Naturalmente que, por muy bueno que sea, un documento nuestro no revolucionará mañana la Iglesia; pero somos un factor en la actuación del Espíritu. Tampoco el Papa podrá decidir solo sobre estas cuestiones; tendrá que celebrarse un Concilio… con la participación de mujeres”.

Confianza en sí mismos no falta.

Vaticano

«Recibir a Dios, dar testimonio y atender a los que sufren»

El Papa Francisco, en su Mensaje para la Cuaresma 2021, nos anima a vivir este "tiempo de conversión y oración" apoyados en la fe, la esperanza y la caridad.

Giovanni Tridente·18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Recibir a Dios en nuestras vidas, dar testimonio del «tiempo nuevo» en Jesucristo y atender a los que sufren y que están abandonados. El Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año, que comienza el próximo miércoles 17 de febrero, se estructura en torno a estos tres verbos «operativos», estas tres tareas.

El punto de partida lo da el pasaje evangélico de Mateo 20,18, «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…», cuando Jesús separa a los discípulos de la multitud y les anuncia la fase final de su vida terrenal, confiándoles también la herencia de la misión. Una subida a Jerusalén que se convierta en una verdadera y propia peregrinación a la casa del Padre, y una invitación a imitar la abnegación y el amor infinito, además de gratuito, del propio Jesús.

Obediencia desinteresada

También nosotros, sus seguidores, estamos llamados a realizar este camino que debe acercarnos al ejemplo definitivo de Cristo para toda la humanidad, aprendiendo la lección que dio en la Cruz: una fe obediente, un amor desinteresado y la esperanza en la Resurrección.

No es casualidad que la reflexión del Papa Francisco trate de aplicar estas tres virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad en la experiencia actual de la humanidad, llamada a afrontar los trágicos efectos de la pandemia. En este tiempo, por tanto, estamos llamados a vivir en profundidad la experiencia del Calvario, con el deseo de esperar la Resurrección y, por tanto, la verdadera libertad de toda atadura que sujeta nuestra vida.

En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios

Papa FranciscoMensaje para la Cuaresma 2021

Un periodo de conversión, que la Cuaresma ayuda a realizar a través de tres acciones concretas: el ayuno, como «vía de la pobreza y de la privación», la limosna, a través de «la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido» y la oración, que es «el diálogo filial con el Padre».

Acogida de la fe

Ayunar en la pobreza y la privación significa fundamentalmente -explica el Papa Francisco- aprender a escuchar la voz de Dios que nos llega a través de su Palabra, redescubriendo que somos «criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento». Se trata esencialmente de un camino de fe, que en la Cuaresma debe realizarse como un «tiempo para creer», una vez despejado el campo de lo superfluo, y así «acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo».

El camino de la esperanza

Ante las preocupaciones que vive el mundo, ante las incertidumbres y la fragilidad, la llamada a la esperanza se hace más fuerte, y esta esperanza se manifiesta siempre en Dios, aunque sólo sea mirando la paciencia con la que todavía «sigue velando por su Creación».

Al recibir el perdón, en el Sacramento que está en el corazón de nuestro proceso de conversión, también nosotros nos convertimos en difusores del perdón

Papa FranciscoMensaje para la Cuaresma 2021

Y la esperanza se convierte en camino -es decir, nos hace progresar también en la vida de fe- cuando nos hacemos capaces de pedir perdón y nos convertimos a su vez en difusores del perdón, aprendiendo a consolar a los heridos. La actitud de la oración -sostiene el Papa- nos sirve también aquí para iluminar los desafíos que nos esperan y para dar testimonio de un Dios que «hace nuevas todas las cosas».

El cuidado de la caridad

Por último, la caridad, que «se alegra de ver que el otro crece», y al salir de nosotros mismos nos abre al compartir y a la comunión. Obviamente es un don que hay que pedir, pero una vez aceptado puede dar realmente sentido a nuestra vida, haciendo que consideremos a los que nos rodean como amigos, hermanos y, en última instancia, miembros de nuestra propia familia. La caridad así entendida es generadora, porque mientras nosotros mismos damos confianza a los demás, les hacemos sentir que Dios les ama como hijos.

«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…»: en esta peregrinación que nos abre a la oración, nos estimula a compartir y nos lleva a una verdadera conversión del corazón, se marca cada etapa de nuestra vida, un tiempo propicio «para creer, esperar y amar».

Nuestro tiempo, la hora de la historia. Esta Cuaresma 2021.

España

Al César lo que es del César. Sobre las inmatriculaciones de la Iglesia

El autor explica el proceso legal de inmatriculación de inmuebles por parte de la Iglesia y el previsible futuro, a raíz del informe presentado por el Gobierno.

Santiago Cañamares Arribas·18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Informe que el Gobierno acaba de remitir al Congreso acerca de la inmatriculación de bienes eclesiásticos en el Registro de la propiedad, trae causa de una Proposición no de ley, presentada en 2017 por el grupo socialista en la Comisión de Justicia, cuyo objetivo último perseguía reclamar a la Iglesia católica la propiedad de aquellos inmuebles que se hubieran inscrito en el Registro a su favor a partir de la reforma de la legislación hipotecaria de 1998.

Según el Gobierno desde esa fecha y hasta 2015, la Iglesia inmatriculó 34.915 bienes inmuebles, de los cuales unos 20.000 corresponderían a templos y lugares de culto, y el resto a otros bienes no directamente relacionados con un uso religioso: solares, locales, viviendas, etc.  

Entre los lugares de culto censados -de cuya titularidad a favor de la Iglesia se recela- se encuentran algunos tan significativos como la Catedral de Córdoba o la Giralda de Sevilla, cuya propiedad pertenecería –según los asientos registrales- a la Diócesis de Córdoba y al Cabildo de la Catedral de Sevilla, respectivamente.

El Gobierno afirma en su Informe que instruirá expedientes administrativos para dilucidar la posible propiedad de estos bienes a favor del Estado, de suerte que cuando resulte acreditada acudirá a la vía judicial para obtener su reconocimiento y consiguiente modificación registral.   

El cambio de 1998

Para entender la sombra de duda que se proyecta sobre la actuación de la Iglesia católica en este ámbito, hay que tener en cuenta que hasta 1998 la legislación hipotecaria no permitía la inscripción en el Registro de la propiedad ni de los bienes públicos (estatales, provinciales, municipales) de uso público ni de los templos destinados al culto católico, ya que se consideraban bienes de uso común cuyo propietario se daba por supuesto.

De esta forma, como no se podían inscribir, poco importaba tener un título de propiedad ni, en caso de que faltara, resultaba procedente iniciar un expediente de dominio para acreditarla. Esta regulación entrañaba un claro perjuicio para la Iglesia al no poder disfrutar de la protección que implica la inscripción de sus lugares de culto, al contrario de lo que ocurría con otras confesiones religiosas cuyos inmuebles sí podían acceder al Registro.

Para corregir esta discriminación, la reforma de 1998 permitió que accedieran al Registro de la propiedad tanto los citados bienes públicos como los lugares de culto católicos. Cuando los inmuebles en cuestión carecieran de título de propiedad -por diversas razones, entre ellas históricas- la inscripción se podría realizar por medio de una certificación expedida por el funcionario competente o el Obispo diocesano acerca de la propiedad del inmueble.

 Así ocurrió, por ejemplo, con la Mezquita-Catedral de Córdoba que se inscribió en 2006 a nombre de la Diócesis por haber pertenecido desde tiempo inmemorial a la Iglesia católica y porque no parece que nadie contara con un título de propiedad a su favor. Obviamente, en este caso, también la Administración podría haber utilizado este mismo procedimiento, pero la realidad es que sólo la Iglesia hizo uso de esta prerrogativa reconocida a ambos por la Ley hipotecaria.  

Medidas para evitar inmatriculaciones irregulares

Es cierto que este sistema -que dejó de estar vigente para la Iglesia a partir de 2015- podía prestarse a ciertos abusos debido a la amplia autonomía del obispo diocesano. Sin embargo, para evitar irregularidades se articularon una serie de válvulas de seguridad. Por una parte, la inscripción registral no producía efectos frente a terceros hasta dos años después de efectuada. Y por otra, siempre quedaba abierta la posibilidad de acudir, en cualquier momento, a los tribunales reclamando la propiedad de un bien inmueble en contra de la presunción que aporta el Registro. No se conoce que el Gobierno haya discutido la propiedad de la Catedral de Córdoba ni de cualquier otra ante los tribunales estatales.

A nadie se le escapa que este Informe, que tiene un componente político e ideológico claramente identificable, puede destapar irregularidades en el proceso de inmatriculación de algunos lugares de culto a favor de la Iglesia, pero no conseguirá el golpe de efecto que pretende: que la propiedad de las grandes catedrales en España pase a manos del Estado. Para ello, los tribunales tendrían que dar por bueno que sobre la Mezquita-Catedral de Córdoba –por poner un ejemplo- tiene mejor derecho Estado que la Iglesia, lo cual resulta altamente improbable, si se tiene en cuenta que para eso el Gobierno tendría que acreditar de modo fehaciente –en ausencia de título de propiedad-que la Mezquita es suya  demostrando el origen de su adquisición o su pertenencia por usucapión, esto es, por una posesión pública y pacífica a título de dueño durante un considerable periodo de tiempo. Ninguna de estas opciones parece de fácil realización. Caesaris, Caesari, Dei Deo.

El autorSantiago Cañamares Arribas

Profesor de Derecho. Universidad Complutense de Madrid

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Eneas y la eutanasia

El mito de Eneas aporta las claves de la vida. Salió con su padre y su hijo y, en ellos, preserva sus raíces y cuida el futuro.

18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Eneas, el héroe legendario griego que protagoniza ‘La Eneida’ de Virgilio, ha de salir rápido de Troya que está en llamas. Así se lo aconseja la diosa Venus. Pero el héroe no quiere emprender la huida sin llevarse lo más importante: toma de la mano a su hijo Ascanio, un niño, y carga a hombros a su padre Anquises, que por su ancianidad ya no puede casi caminar y puede perecer en el incendio.

La Conferencia Episcopal Española ha publicado el documento ‘La vida es un don, la eutanasia un fracaso’, en el que denuncia la propuesta de ley de la eutanasia. Pero pocas voces más se han oído ante esta nueva línea roja que ha cruzado nuestra sociedad.

La ley de eutanasia es radicalmente injusta por el criterio que establece en torno al valor de la vida

Llevo dándole vueltas al tema de la eutanasia y, por mucho que se vista de una supuesta ‘piedad’, estoy convencido de que se trata de una ley radicalmente injusta y de unas consecuencias imprevisibles, no solo por el número de vidas con las que acabe, sino por el criterio que establece en la sociedad en torno al valor de la vida y las relaciones entre nosotros.

En el punto quinto afirman los obispos que ‘al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección’. 

¿Hay algo más injusto que hacerle sentirse culpable a la persona que, precisamente, necesita de nuestra ayuda? ¿No nos damos cuenta de lo que puede suponer para una persona que sea dependiente y anciana, que se siente muchas veces una carga, que el Estado y la sociedad le diga que hay una ‘solución’ y que está en sus manos? Que acabando con su vida les quita un problema a sus hijos. Que su propia muerte es un ‘acto de amor’ a sus seres queridos.

Una sociedad que no cultiva el amor y veneración por sus ancianos,  es una sociedad perdida. Es verdad que en algunas ocasiones hay un sufrimiento que saca lo mejor de nosotros, que convierte en auténticos héroes a los cuidadores y familiares de ese anciano o de esa persona en situación límite. Es verdad que Eneas ha de cargar con su padre, y que la carga pesa.

Quien arroja como una carga a los más débiles, caminará más «rápido» pero lo hará hacia su propia destrucción.

Pero la historia de Eneas, como todo mito, nos aporta las claves de la vida. Eneas salvó lo más sagrado. Salió con su padre a las espaldas y con su hijo de la mano. Frente al presentismo y la mirada egoísta, toma a su padre y a su hijo. Salva a los más débiles. Y, en ellos, preserva sus raíces e historia, cuida el futuro.

El camino que ha construido nuestra civilización es el de la piedad de Eneas. Quien arroja como una carga a los más débiles, es verdad que caminará más rápido, que podrá correr incluso, pero lo hará hacia su propia destrucción.

Los cinco meses pasados con mi amigo y hermano Manuel en cuidados paliativos, el amor manifestado día y noche por su mujer, la oración y cariño que les han sostenido en estos siete años de lucha contra el cáncer, me dan la certeza de que éste es el único camino que nos hace verdaderamente humanos: el de cuidarnos unos a otros, el de curarnos las heridas, el de proteger la vida.

Esto es lo que nos recuerdan hoy nuestros pastores en esta carta. Que Eneas ha de cargar de nuevo con su anciano padre.

Y llevar a su hijo de la mano. 

Que la última palabra no ha de ser la de la muerte -eutanasia- sino la del amor.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

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Educación

Encuentro online ‘¿A qué nos obliga la ley Celaá?’

La Fundación Centro Académico Romano organiza un encuentro online con el portavoz de Masplurales, Jesús Muñoz de Priego, en la que se tratarán las principales dudas en torno a la "ley Celaá".

Maria José Atienza·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La aprobación sin consenso de la Ley Orgánica de mejora de la LOE (Lomloe o Ley Celaá) en España no ha hecho sino incrementar las dudas en torno al desarrollo curricular del sistema pedagógico español o en relación a la supervivencia de sistemas de educación como la escuela concertada o las de educación especial.

La Fundación Centro Académico Romano quiere dedicar un espacio de reflexión a las consecuencias de la implantación de este sistema educativo y responder a esas cuestiones que están sobre la mesa en torno a la LOMLOE.

¿A qué nos obliga la ley Celaá?

El encuentro virtual ¿A qué nos obliga la ley Celaá? Un vistazo a la esencia de la ley tendrá lugar el próximo 25 de febrero a partir de las 20:30 h. y será retransmitido por Youtube. La inscripción es gratuita y se puede realizar a través de la web de CARF.

Preguntas como los valores que asientan la ley el encaje de la asignatura de Religión o la viabilidad de modelos como la educación diferenciada, son algunas de los temas que abordará, en el próximo encuentro de reflexión CARF, Jesús Muñoz de Priego Alvear, portavoz y coordinador de “enLibertad”, iniciativa para la libertad de enseñanza y portavoz nacional de la plataforma “Más Plurales”. Autor de múltiples ponencias sobre temas educativos y artículos en revistas especializadas y obras colectivas.

Mundo

¿Cómo será la Semana Santa de este año?

La Santa Sede ofrece unas indicaciones para las celebraciones de Semana Santa de este año, que van en la línea de las del pasado año, con alguna variación y sugerencias adicionales. 

David Fernández Alonso·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Congregación para el Culto Divino ha publicado una Nota para ofrecer unas sencillas orientaciones respecto a las celebraciones de la Semana Santa de este año, firmada por el cardenal prefecto Robert Sarah, y el arzobispo secretario Arthur Roche.

Vivir la Semana Santa

El fin de esta nota es «ayudar a los Obispos en su tarea de valorar las situaciones concretas y procurar el bien espiritual de pastores y fieles para vivir esta gran Semana del año litúrgico».

Es manifiesto que el drama de la pandemia del COVID-19 ha provocado muchos cambios, incluso en la forma habitual de celebrar la liturgia. Las normas y directrices contenidas en los libros litúrgicos, concebidas para tiempos normales, no son enteramente aplicables, en tiempos excepcionales de crisis como estos.

Decisiones prudentes

Por tanto, dice la nota, «el Obispo, como moderador de la vida litúrgica en su Iglesia, está llamado a tomar decisiones prudentes para que las celebraciones litúrgicas se desarrollen con fruto para el Pueblo de Dios y para el bien de las almas que le han sido confiadas, teniendo en cuenta la protección de la salud y cuanto ha sido prescrito por las autoridades responsables del bien común».

La Congregación recuerda el Decreto emitido por mandato del Santo Padre, el 25 de marzo de 2020 (Prot. N. 154/20) en el que se ofrecen algunas orientaciones para las celebraciones de la Semana Santa. Este pronunciamiento es válido también para este año. La Congregación invita,
por tanto, a releerlo con vistas a las decisiones que los Obispos tendrán que tomar con respecto a las próximas celebraciones pascuales en la situación particular de su país. En muchos países siguen vigentes estrictas condiciones de confinamiento que imposibilitan la presencia de los fieles en la iglesia, mientras que en otros se está retomando una vida cultual más normal.

Indicaciones generales

Por un lado, se sugiere facilitar y privilegiar la difusión mediática de las celebraciones presididas por el Obispo, animando a los fieles que, no pueden asistir a su propia iglesia, a seguir las celebraciones diocesanas como signo de unidad.

En todas las celebraciones, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, se debe prestar atención a algunos momentos y gestos particulares, respetando las exigencias sanitarias.

La Misa Crismal, si es necesario, puede trasladarse a otro día más adecuado; conviene que participe una representación significativa de pastores, ministros y fieles.

Para las celebraciones del Domingo de Ramos, del Jueves Santo, del Viernes Santo y de la Vigilia Pascual, se aplican las mismas indicaciones del año pasado.

Cambios en las celebraciones

    Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor en Jerusalén se celebre en el interior del edificio sagrado; en las iglesias catedrales se adopte la segunda forma prevista del Misal Romano; en las iglesias parroquiales y en los demás lugares, la tercera.

    Jueves Santo. Se omita el lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la Misa en la Cena del Señor, se omita también la procesión y el Santísimo Sacramento se reserve en el sagrario. En este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de celebrar la Misa, sin la presencia del pueblo, en lugar adecuado.

    Viernes Santo. En la oración universal, los Obispos se encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos, los difuntos (cf. Missale Romanum). La adoración de la Cruz con el beso se limite solo al celebrante.

    Vigilia Pascual. Se celebre solo en las iglesias catedrales y parroquiales. Para la liturgia bautismal, se mantenga solo la renovación de las promesas bautismales (cf. Missale Romanum).

Se anima a preparar subsidios adecuados para la oración en familia y personal, potenciando también algunas partes de la Liturgia de las Horas.

Papel de los obispos

Por último, la Congregación agradece sinceramente a los Obispos y a las Conferencias Episcopales por haber respondido pastoralmente a una situación en constante cambio a lo largo del año.

Manifiesta que son conscientes de que las decisiones adoptadas no siempre han sido fáciles de aceptar por parte de pastores y fieles laicos. Sin embargo, -dicen- «sabemos que se han tomado para garantizar que los santos misterios se celebraran de la manera más eficaz posible para nuestras comunidades, respetando el bien común y la salud pública».

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España

«Iglesia por el Trabajo decente» pide políticas de creación de empleo digno

Las entidades promotoras de la iniciativa eclesial por el trabajo decente centrarán la campaña de este 2021 en la concienciación política, eclesiástica y social de compromisos en favor de empleos dignos. 

Maria José Atienza·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La iniciativa Iglesia por el trabajo decente, que conforman entidades y organizaciones de inspiración cristiana como Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o Juventud Estudiante Católica ha presentado esta mañana la clave de su campaña 2021.

«Iglesia por el trabajo» decente señala que «la pandemia ha agravado la ya difícil situación del mundo del trabajo y ha desvelado los límites del trabajo mercantilizado». En este sentido han querido recordar a las más de seiscientas mil personas que perdieron su empleo en 2020 así como las cifras del desempleo juvenil en menores de 25 años que en España ya es del 39,6%.

DATO

600.000

Más de seiscientas mil personas perdieron su empleo en 2020

Un drama laboral que se ve agravado por las dificultades de miles de personas para acceder a «un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral o el confort energético, la participación social, etc».

Ahora más que nunca, trabajo decente

Por todo ello, el lema de este año: «Ahora más que nunca, trabajo decente», pretende ser un estímulo para «abordar esta situación en la que nos encontramos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes. Esta será la principal prioridad en la reflexión y en la acción de la iniciativa durante 2021 y que tendrán su máxima expresión en la convocatoria del Primero de Mayo y de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del 7 de octubre, días claves en su quehacer para la promoción de la dignidad del trabajo».

Para lograrlo, desde Iglesia por el Trabajo decente actualizará sus materiales de sensibilización e información para seguir promoviendo la adhesión de parroquias, colectivos e instituciones a la iniciativa. Además, en este sentido, «pretende avanzar en el diálogo con los miembros de la Conferencia Episcopal Española, particularmente con el obispo de la Pastoral del Trabajo, para compartir miradas, preocupaciones y estrategias que sigan animando la prioridad del trabajo decente en medio de la acción pastoral de toda la Iglesia». 

Vaticano

La Cuaresma, un viaje de regreso a casa

El Papa Francisco ha recordado el verdadero sentido de la Cuaresma en la homilía del Miércoles de Ceniza: regresar a Dios, para volver a encontrar la alegría de ser amados.

David Fernández Alonso·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Santo Padre Francisco, guardando las medidas sanitarias, ha podido celebrar la Santa Misa del Miércoles de Ceniza, que da inicio al tiempo de Cuaresma, en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro. Durante la celebración, ha tenido lugar la imposición de la ceniza, que Francisco ha impuesto a los cardenales y colaboradores presentes en la celebración.

El inicio del camino

El Papa ha comenzado su homilía recordando que hoy «iniciamos el camino de la cuaresma» y señalando la dirección a seguir durante estos días hasta la Semana Santa: «Hay una invitación que nace del corazón de Dios, que con los brazos abiertos y los ojos llenos de nostalgia nos suplica: «Vuélvanse a mí de todo corazón» (Jl 2,12). Vuélvanse a mí. La cuaresma es un viaje de regreso a Dios. Cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: “Señor, volveré a Ti después… Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás”. Ahora Dios llama a nuestro corazón. En la vida tendremos siempre cosas que hacer y excusas para dar, pero ahora es tiempo de regresar a Dios».

La cuaresma es el tiempo para volver a encontrar el camino de regreso a casa

Papa FranciscoHomilía del Miércoles de Ceniza

Por tanto, continúa el Pontífice, «la cuaresma es un viaje que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo. La cuaresma no es una recolección de florecillas, es discernir hacia dónde está orientado el corazón. Preguntémonos: ¿Hacia dónde me lleva el navegador de mi vida, hacia Dios o hacia mi yo? ¿Vivo para agradar al Señor, o para ser visto, alabado, preferido? ¿Tengo un corazón “bailarín”, que da un paso hacia adelante y uno hacia atrás, ama un poco al Señor y un poco al mundo, o un corazón firme en Dios? ¿Me siento a gusto con mis hipocresías, o lucho por liberar el corazón de la doblez y la falsedad que lo encadenan?»

Francisco explica que «el viaje de la cuaresma es un éxodo de la esclavitud a la libertad. Son cuarenta días que recuerdan los cuarenta años en los que el pueblo de Dios viajó en el desierto para regresar a su tierra de origen. Pero, ¡qué difícil es dejar Egipto! Siempre, durante el camino, estaba la tentación de añorar las cebollas, de volver atrás, de atarse a los recuerdos del pasado, a algún ídolo. También para nosotros es así: el viaje de regreso a Dios se dificulta por nuestros apegos malsanos, se frena por los lazos seductores de los vicios, de las falsas seguridades del dinero y del aparentar, del lamento victimista que paraliza. Para caminar es necesario desenmascarar estas ilusiones».

Los viajes de regreso

«¿Cómo proceder entonces en el camino hacia Dios?» Se pregunta el Pontífice. Y entonces propone como respuesta los viajes de regreso que nos relata la Palabra de Dios.

El perdón de Dios, la confesión, es el primer paso de nuestro viaje de regreso

Papa FranciscoHomilía del Miércoles de Ceniza

Mirando al hijo pródigo, «comprendemos que también para nosotros es tiempo de volver al Padre. Como ese hijo, también nosotros hemos olvidado el perfume de casa, hemos despilfarrado bienes preciosos por cosas insignificantes y nos hemos quedado con las manos vacías y el corazón infeliz. Hemos caído: somos hijos que caen continuamente, somos como niños pequeños que intentan caminar y caen al suelo, y siempre necesitan que su papá los vuelva a levantar. Es el perdón del Padre que vuelve a ponernos en pie: el perdón de Dios, la confesión, es el primer paso de nuestro viaje de regreso».

Para volver a Jesús, tenemos que aprender de «aquel leproso sanado que volvió a agradecerle. Diez fueron curados, pero sólo él fue también salvado, porque volvió a Jesús (cf. Lc 17,12-19). Todos tenemos enfermedades espirituales, solos no podemos curarlas; todos tenemos vicios arraigados, solos no podemos extirparlos; todos tenemos miedos que nos paralizan, solos no podemos vencerlos. Necesitamos imitar a aquel leproso, que volvió a Jesús y se postró a sus pies. Necesitamos la curación de Jesús, es necesario presentarle nuestras heridas y decirle: “Jesús, estoy aquí ante Ti, con mi pecado, con mis miserias. Tú eres el médico, Tú puedes liberarme. Sana mi corazón”.

Primero vino Él a nosotros

Casi al final de la homilía, Francisco concluyó que «nuestro viaje de regreso a Dios es posible sólo porque antes se produjo su viaje de ida hacia nosotros. Antes que nosotros fuéramos hacia Él, Él descendió hacia nosotros. Nos ha precedido, ha venido a nuestro encuentro. Por nosotros descendió más abajo de cuanto podíamos imaginar: se hizo pecado, se hizo muerte. Es cuanto nos ha recordado san Pablo: «A quien no cometió pecado, Dios lo asemejó al pecado por nosotros» (2 Co 5,21). Para no dejarnos solos y acompañarnos en el camino descendió hasta nuestro pecado y nuestra muerte. Nuestro viaje, entonces, consiste en dejarnos tomar de la mano. El Padre que nos llama a volver es Aquel que sale de casa para venir a buscarnos; el Señor que nos cura es Aquel que se dejó herir en la cruz; el Espíritu que nos hace cambiar de vida es Aquel que sopla con fuerza y dulzura sobre nuestro barro».

Pongámonos ante la cruz de Jesús: Miremos cada día sus llagas. En esos agujeros reconocemos nuestro vacío, nuestras faltas, las heridas del pecado, los golpes que nos han hecho daño

Papa FranciscoHomilía del Miércoles de Ceniza

Haciendo referencia al acto por el cual inclinamos la cabeza en la imposición de las cenizas, el Papa nos anima a que «cuando acabe la cuaresma nos inclinaremos aún más para lavar los pies de los hermanos. La cuaresma es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás. Es entender que la salvación no es una escalada hacia la gloria, sino un abajamiento por amor. Es hacerse pequeños. En este camino, para no perder la dirección, pongámonos ante la cruz de Jesús: es la cátedra silenciosa de Dios. Miremos cada día sus llagas. En esos agujeros reconocemos nuestro vacío, nuestras faltas, las heridas del pecado, los golpes que nos han hecho daño».

Sin embargo, concluye Francisco, «precisamente allí vemos que Dios no nos señala con el dedo, sino que abre los brazos de par en par. Sus llagas están abiertas por nosotros y en esas heridas hemos sido sanados (cf. 1 P 2,24; Is 53,5). Besémoslas y entenderemos que justamente ahí, en los vacíos más dolorosos de la vida, Dios nos espera con su misericordia infinita. Porque allí, donde somos más vulnerables, donde más nos avergonzamos, Él viene a nuestro encuentro. Y ahora nos invita a regresar a Él, para volver a encontrar la alegría de ser amados».

Evangelización

Vías para evangelizar hoy: Jesucristo

José Miguel Granados destaca la columna vertebral de las vías para evangelizar en el mundo de hoy: "mostrar el verdadero rostro de Jesucristo".

José Miguel Granados·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La mayor pobreza es no tener a Cristo. Como al apóstol de las gentes, también a nosotros “la caridad de Cristo nos urge” a evangelizar (2 Cor 5, 14). Pero ¿qué podemos hacer para superar la barrera de la indiferencia y suscitar el deseo de acercarse al Señor?, ¿cómo podemos formar esas personalidades cristianas maduras en esta época, en un ambiente pagano, secularizado y con frecuencia hostil?, ¿cuáles son los principales itinerarios para la evangelización que el Espíritu Santo quiere suscitar hoy en la Iglesia?

La figura de Jesucristo

En primer lugar, hemos de presentar la figura de Jesucristo de un modo claro y profundo, convincente y atrayente, vivencial y doctrinal, conforme a la revelación transmitida fielmente por la Iglesia: Dios y hombre verdadero, encarnación de la misericordia eterna, redentor del mundo; Verbo eterno que confiere sentido al cosmos y a la historia; Luz del mundo, que revela definitivamente el misterio del hombre; Hijo unigénito del Padre, que nos hace familiares, hijos amados de Dios; único Camino para ir al cielo.

Jesucristo constituye el gran signo, la prueba definitiva del Dios Amor todopoderoso que sale al encuentro del hombre.

Su vida, sus obras, su enseñanza, sus profecías, sus milagros, su misterio pascual, la estela de santificación que ha dejado en el mundo, muestran la consistencia de su pretensión mesiánica. 

Jesucristo constituye el gran signo, la prueba definitiva del Dios Amor todopoderoso que sale al encuentro del hombre. Es el Salvador universal y pleno. Sólo él da respuesta última a los grandes interrogantes humanos. Solamente él puede colmar con el don divino la sed de eternidad, los anhelos de plenitud y de amistad verdadera que anidan en cada corazón.

Facilitar el encuentro

Por ello, toda acción evangelizadora consiste, esencialmente, en llevar a las personas y a las sociedades a Cristo: facilitar el encuentro y la identificación con él, para seguirlo con obediencia gozosa. 

En esta serie de reflexiones sobre las vías para la evangelización en los ambientes de indiferencia nos inspiramos en las enseñanzas recientes del los Papas y en las propuestas del obispo Robert Barron, fundador de Word on fire ( www.wordonfire.org; cfr. Robert Barron – John L. Allen, Encender fuego en la tierra. Anunciar el evangelio en un mundo secularizado, Ediciones Palabra).

El resto de las vías que presentaremos -la comunidad cristiana, la belleza del evangelio, el testimonio de santidad, el diálogo cultural con la razón y con la ciencia, el compromiso socio-caritativo por la justicia, la formación del carácter, el recurso a las fuentes de la gracia, la conversión misionera de la Iglesia- son, en realidad, explicitaciones de esta primera y principal: mostrar el verdadero rostro de Jesucristo a los hombres y mujeres de hoy.

Familia

El nuevo complemento por maternidad perjudica a las madres con más hijos

La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), que representa a 700.000 familias numerosas, considera que el futuro complemento por maternidad en la pensión supone un perjuicio para millones de mujeres.

Rafael Miner·17 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Las familias numerosas están constatando, a medida que hacen números, el perjuicio que supone para millones de mujeres el nuevo complemento por maternidad en la pensión. Según laederación Española de Familias Numerosas, se trata de un “recorte encubierto”, para las madres, que verán reducido su complemento de mFaternidad entre un 10 y un 70 por ciento, en función del número de hijos y la base de su cotización. Además, el recorte es mayor cuanto mayor es el número de hijos.

En efecto, según los cálculos de la Federación, todas las mujeres con pensiones de 1.100 euros y 2 hijos sufren una pérdida económica en su pensión, aunque la pérdida será mayor en el caso de las familias numerosas con 3, 4 o más hijos. De este modo, una madre de 3 hijos y una pensión de 1.100 euros, verá recortada su pensión en más de 400 euros al año; y si tiene 4 hijos, recibirá 800 euros menos que con el sistema anterior.

Una madre de 3 hijos y una pensión de 1.100 euros verá recortada su pensión en más de 400 euros al año

Recogida de firmas

La FEFN, presidida por José Manuel Trigo, está integrada por 80 asociaciones locales, provinciales y autonómicas, y recaba actualmente apoyos para que la medida no prospere. Con este fin, ha abierto una campaña de recogida de firmas en Change.org  y se está reuniendo desde la semana pasada con representantes de los distintos grupos políticos.

A su juicio, la disposición sobre el nuevo complemento por maternidad no es una forma justa de eliminar la brecha de género ni compensa adecuadamente la aportación que [las madres] han hecho a la sociedad en forma de capital humano, a través de sus hijos, que son los que precisamente van a sostener las pensiones”. El decreto-Ley, que está ya aprobado por el Gobierno, pasa al Congreso esta semana, donde debe ser revalidado por los grupos parlamentario.

La entidad familiar considera “paradójico, además de tremendamente injusto” que el objetivo con esta medida sea “reducir la brecha de género que han sufrido las mujeres debido a la maternidad y se trate peor a las mujeres que más hijos han tenido, cuando éstas son las que tienen mayor brecha salarial, de promoción, etc., al tener que afrontar y compaginar empleo con varios embarazos, cuidado de hijos, etc., que se han traducido en una pérdida salarial y menores oportunidades laborales para ellas”.

Situaciones incongruentes

La Federación considera que “tampoco se sustenta el argumento de que este sistema beneficia a las rentas bajas, cuando se dan situaciones tan incongruentes como que una madre trabajadora con un solo hijo y una pensión máxima de 2.400 euros, verá incrementada la misma en 27 euros al mes, mientras que una madre de 4 hijos y una pensión de 800 euros, recibirá también 27 euros por cada uno de sus hijos, en total 108 euros al mes”.

El nuevo modelo es un recorte encubierto de la pensión, que afectará a millones de madres, desde 2 hijos y con pensiones medias

FEFN

“Si la mujer tuviera 5 o 6 hijos”, añade la FEFN, “percibiría la misma cantidad, ya que el nuevo complemento tiene unas cuantías fijas que equivalen a 4 hijos, por lo que no hay mayor compensación para las familias más numerosas”.

La federación señala que el nuevo modelo “es un recorte encubierto de la pensión, que afectará a millones de madres, desde 2 hijos y con pensiones medias, que se acentúa en el caso de las madres de familia numerosa. Las únicas beneficiadas son las madres con 1 hijo, que en el modelo anterior no percibían ningún complemento y ahora sí”.

La FEFN valoró ya“como positiva esta novedad, porque las madres con un hijo también deben ser consideradas, pero resulta tremendamente injusto que esa compensación vaya en detrimento del complemento a las madres con más hijos”.

Familias discriminadas

La Federación critica asimismo que haya un límite en la cuantía del complemento, que equivale a tener 4 hijos, lo que supone que en el caso de haber tenido 5 o más hijos, sólo se cuenten los 4 primeros. Más de 21.000 familias se sentirán “discriminadas” por este hecho, siendo “muy injusto que quien más esfuerzo ha hecho a nivel de conciliación de la vida familiar y laboral, y más ha aportado al sistema en contribución demográfica, luego no se vea recompensado por el Estado en su edad de jubilación”.

“El complemento por maternidad en la pensión también discrimina a las familias en las que uno de los padres ha dejado de trabajar para cuidar de los hijos”, añade la entidad, “porque esas madres (fundamentalmente son mujeres) no van a percibir el complemento, dado que [es] sólo para pensiones contributivas, y los padres no podrán acreditar que los hijos han afectado a su carrera laboral porque ellos no habrán sufrido la pérdida de ingresos o menor cotización por la paternidad”.

Vaticano

El Vaticano actualiza su sistema penal para responder a las necesidades actuales

La Catedrática en Derecho, Irene Briones Martínez, explica los principales puntos de cambio del sistema legislativo vaticano en los últimos meses. 

Irene Briones Martínez·16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La librería Editrice Vaticana publica el Código Penal que reforma la normativa en materia penal de Zanardelli que estaba vigente desde 1929. El Secretario del Consejo Pontificio para los textos legislativos, D. Juan Ignacio Arrieta, se ha encargado de integrar en el Código todas las adaptaciones a los nuevos tiempos y cambios de la sociedad.

Debido a que la materia no es religiosa ni trata de la disciplina de los clérigos, no podemos identificar este Código con el de Derecho Canónico, pero mantienen en común el hecho de buscar la salud de las almas, y con el Código de Derecho Penal en el ámbito secular, la consideración de que se castigan los delitos para asegurar la justicia y el orden social.

Ahora bien, las penas canónicas suponen una privación de naturaleza espiritual con criterios de humanidad e inspirándose en los valores propios de la doctrina canónica que tiene en cuenta la función educativa y curativa del delincuente, por lo que no se admite la pena de muerte ni la prisión permanente.

Recordemos que el número 2267 del Catecismo afirma: “Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona».

El nuevo Motu Proprio

Mediante una Carta Apostólica en forma de Motu Proprio del Sumo Pontífice Francisco, que se publica y entra en vigor el 16 de febrero de 2021, añadiendo modificaciones en materia de justicia, se establece que para resarcir el daño, se propone una conducta reparadora y de restitución, por lo que podrá desarrollar servicios de utilidad pública, actividades de voluntariado de interés social, e incluso se promoverá la mediación con la persona ofendida.

Se indica que en todo proceso se requiere la presencia de la persona juzgada, salvo imposibilidad legítima o grave impedimento, y, por supuesto, el derecho a la defensa. En el caso de no personarse el acusado sin causa justificada, y habiendo sido debidamente notificado, se ordenará que se proceda al juicio en su ausencia, escuchando previamente al ministerio fiscal y a la defensa.

Principales novedades

De conformidad con las modificaciones del artículo tres, hay 5 novedades:

  1. Los magistrados ordinarios conservan todos los derechos, asistencia, seguridad social y demás garantías que se brinda a todos los ciudadanos;
  2. La oficina del promotor de justicia trabaja de manera autónoma e independiente, en los tres niveles del juicio, las funciones de fiscal y las demás que le asigne la ley;
  3. En los recursos, las funciones de fiscal las ejerce un magistrado de la oficina del promotor de justicia;
  4. En las sentencias de casación, las funciones de fiscal las ejerce un magistrado de la oficina del promotor de justicia;
  5. Los magistrados nombrados anteriormente seguirán formando parte de la oficina del promotor de justicia.

Hay una cooperación con el ámbito internacional y se tienen en cuenta delitos de actualidad como crímenes de lesa humanidad, contra menores, crímenes de guerra, contra el terrorismo y la subversión, contra la seguridad aeroportuaria, etc., que los antiguos códigos penales no tipificaban.

En definitiva, con esta reforma la persona debe ser el centro, persiguiendo siempre una triple finalidad: restaurar la justicia que se ha violado, reparar el escándalo que se ha causado y obtener una enmienda del infractor. En la reparación del daño, se pretende igualmente la asistencia a las víctimas.

El autorIrene Briones Martínez

Catedrática de Derecho. Universidad Complutense de Madrid.

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Firmas invitadasJoaquín Martín Abad

Ánimo para la Vida consagrada

Todos los cristianos experimentan que la vivencia de personas consagradas configura a la Iglesia vital y santificativamente.

16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Conviene recordar al concilio Vaticano II cuando determinó que “el estado de vida que consiste en la profesión de los consejos evangélicos, aunque no pertenezca a la estructura jerárquica de la Iglesia, pertenece, sin embargo, sin discusión a su vida y a su santidad.” (LG 44).

Jesús proclamó los consejos evangélicos dirigidos a todo su discipulado. Naturalmente conforme al propio estado de cada persona. Además, y desde su nacimiento, la Vida consagrada es estado de vida en el que se entra porque se hace “profesión” pública de esos mismos consejos evangélicos, de castidad, pobreza y obediencia. Y “sin discusión” este estado pertenece a la vida y a la santidad de la Iglesia. Después de tantos siglos y con tantos institutos ¿qué vida tendría la Iglesia sin la Vida consagrada? y ¿cómo sería la santidad de la Iglesia sin la santidad de quienes han profesado los consejos evangélicos -y de entonces- con multitud de canonizaciones y beatificaciones -y de ahora- intentando seguir al Señor más de cerca con toda fidelidad?

Se comprueba, por tanto, y no sólo teóricamente sino también por la experiencia, que la vivencia de personas consagradas, con una proporción  ingente de mujeres sobre varones, configura a la Iglesia vital y santificativamente.

La Vida consagrada atiende a necesidades vitales y, entre ellas, la más primordial: la salvación de las almas

Vemos, a quienes tenemos cerca, en la enseñanza y la sanidad, en la atención a los pobres de las antiguas y nuevas pobrezas, y en múltiples menesteres y servicios. Sabemos de quienes han dejado su patria para ir a las misiones “ad gentes” o a otras misiones. Intuimos -aunque socialmente cuesta- a quienes en los monasterios viven la clausura, para el crecimiento en su vida contemplativa, de oración y trabajo, en favor de toda la Iglesia y para la salvación del mundo. Es que toda la Vida consagrada, con sus distintos estatutos y en sus diferentes formas, atiende a necesidades vitales y, entre ellas, la más primordial: la salvación de las almas.

No obstante, hemos de saber que es todavía más importante lo que son que lo que hacen. Y son, en la Iglesia, consagrados a Dios Padre y por tanto, en su Hijo, hermanos y hermanas de todos nosotros. Me impresionó la exclamación de una niña cuando, al referirse a una religiosa, dijo: “¡Esta Hermana es muy hermana!”.

Así, pues, por la vitalidad de la Vida consagrada se puede diagnosticar el vigor de toda la Iglesia. Y viceversa. Y, en este tiempo de carencia vocacional en la Vida consagrada, deberíamos examinarnos sobre lo que está pasando en todos nosotros respecto a la vivencia de la fe en el seguimiento al Señor.

Hemos de analizar vivimos y poner los medios para que en la Iglesia continúen brotando nuevas vocaciones de Vida consagrada.

Porque sobre las vocaciones de especial consagración no pasa lo mismo en todas las naciones y continentes y tampoco acontece lo mismo en todos los institutos, ya que en algunos, pocos, florecen y crecen. Por eso también parece necesario realizar un análisis sincero de cómo vivimos y, a la vez, poner los medios para que en la Iglesia continúen brotando nuevas vocaciones de Vida consagrada.

San Juan Pablo II escribió en 1996: “En algunas regiones del mundo, los cambios sociales y la disminución del número de vocaciones está haciendo mella en la vida consagrada. Las obras apostólicas de muchos Institutos y su misma presencia en ciertas Iglesias locales están en peligro. Como ya ha ocurrido otras veces en la historia, hay Institutos que corren incluso el riesgo de desaparecer.” (Vita consecrata, 63). Hace ya 25 años que estableció la Jornada de la Vida Consagrada para cada 2 de febrero y desde entonces, por la Candelaria con Santa María, los consagrados -en muchas diócesis- renuevan su profesión de los consejos evangélicos, ante su Obispo en su catedral.

Nunca podré olvidar una frase, tan corta como sustanciosa, que el papa Francisco tuvo a bien decirme durante un saludo en junio del 2014: “A los consagrados hay que animarlos mucho”. Y es fácil de comprender. Porque en la situación actual, cuando más podría cundir el desánimo, es cuando resulta más necesario el ánimo. El ánimo fraternal en el Espíritu.

El autorJoaquín Martín Abad

Sacerdote de la Archidiócesis de Madrid

Educación

Homenaje a Abilio de Gregorio, maestro de maestros

Abilio de Gregorio es considerado un "maestro de maestros", una referencia para quienes ejercen la docencia y aman la educación.

Javier Segura·16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Me comentaba Juan Antonio Gómez Trinidad, que fue vicepresidente del Consejo Escolar del Estado,  la urgente necesidad de formar a las nuevas generaciones de profesores. Cerca de un treinta por ciento del profesorado se va a jubilar en los próximos años y hará falta una ingente cantidad de profesores para cubrir ese hueco. Todo un reto para la educación cristiana, del que no sé hasta qué punto somos conscientes.

Abilio de Gregorio, que nos ha dejado este pasado mes de noviembre,  sí lo era. Y dedicó sus mejores energías precisamente a ser un auténtico maestro de maestros. Y por eso se convirtió en referente para muchos de los que hoy ejercemos la docencia y amamos la educación.

Abilio de Gregorio

Abilio de Gregorio fue licenciado en Ciencias de la Educación y diplomado en Orientación Familiar. Conoció  a fondo y de primera mano el mundo de la educación, ya que fue catedrático de Enseñanza Secundaria en Salamanca, y más directamente aún, como padre de tres hijos. Escribió numerosos libros sobre temas pedagógicos, como las monografías Familia y Educación (1987), La participación de los padres en los centros educativos (1990), Educación familiar y valores de sentido (1992), Educación y valores (1995), El proyecto educativo de centro en la escuela católica (2003) y Atreverse a ejercer de padres (2006), así como otras obras en colaboración. Pero quizás como le hayamos conocido muchos de nosotros haya sido a través de sus conferencias en diversos congresos nacionales e internacionales (Moscú, Roma, Lisboa, México, Buenos Aires).

El homenaje

Abilio de Greorio Homenaje

Su pérdida es en realidad una llamada a redescubrir sus enseñanzas y a profundizar en qué significa ‘esto de educar’, precisamente en tiempos en que los cambios legislativos pueden hacer que nos perdamos en lo circunstancial y no profundicemos en lo esencial.

Por ello merece la pena regresar a las enseñanzas de este gran maestro de la educación católica actual y hacerlo en la compañía de quienes le conocieron y saben apreciar su aportación. La ocasión será una emisión en streaming por youtube que tendrá lugar el 6 de marzo de 2021 de 17.00 a 18.30 h.

Esa mirada que pone a la persona en el centro y opta por una educación personalizada y personalizadora

Una sesión en la que podremos encontrarnos con los aspectos centrales de su enseñanza. Ese Abilio, que es ante todo un maestro de vida, que tiene una mirada profunda a nuestro tiempo y a la educación. Esa mirada que pone a la persona en el centro y opta por una educación personalizada y personalizadora. Y que es consciente de la trascendencia de la vivencia cristiana, la dignidad bautismal y la grandeza de la vocación laical.

No es extraño que al calor de este magisterio, recogiendo esa pasión de Abilio y la misión urgente que señalaba Juan Antonio Gómez Trinidad, se haya constituido la escuela ‘Abilio de Gregorio’. Su finalidad es, precisamente, formar a profesores jóvenes, en su etapa universitaria y en los primeros años de docencia. Y ofrecerles referentes sólidos para llegar a ser verdaderamente maestros. Maestros de vida, como lo fue el propio Abilio de Gregorio.

A todos los amantes de la educación, os invito a no faltar a esta cita el seis de marzo y a seguir de cerca esta escuela que, esperemos, sea germen de una renovación en la educación.

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Vaticano

«Dios entra en contacto con nuestra vida herida para sanarla»

El Papa Francisco ha recordado en el Angelus que Dios no teme acercarse al enfermo para curarlo, tocar sus heridas y sacarlo de la enfermedad. También ha recordado el inicio de la Cuaresma, que comienza este miércoles.

David Fernández Alonso·16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha rezado el tradicional Angelus, en la mañana de este domingo 14 de febrero, desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano ante la presencia de algunos fieles, que se han congregado en la Plaza De San Pedro. Durante las últimas semanas, el Santo Padre había celebrado su cita dominical del Angelus desde la biblioteca del Palacio apostólico, a causa de las medidas sanitarias provocadas por la pandemia. 

La exclusión social

El Papa ha reflexionado sobre el pasaje del Evangelio de hoy que relata el encuentro entre Jesús y un hombre enfermo de lepra. Francisco ha recordado que en aquel tiempo, «los leprosos eran considerados impuros y, según las prescripciones de la Ley, debían permanecer fuera de los lugares habitados«.

«Eran excluidos de toda relación humana, social y religiosa. Jesús, en cambio, deja que se le acerque aquel hombre, se conmueve, incluso extiende la mano y lo toca«, señaló Francisco, subrayando que de este modo, el Hijo de Dios pone en práctica la Buena Noticia que anuncia.

Dios se ha hecho cercano a nuestra vida, tiene compasión de la suerte de la humanidad herida y viene a derribar toda barrera que nos impida vivir nuestra relación con Él, con los demás y con nosotros mismos

Por otra parte, el Papa ha señalado que en este episodio podemos observar que se encuentran dos acciones que llaman la atención: por un lado está el leproso que se atreve a acercarse a Jesús y por otro, el propio Jesús que, movido por la compasión, lo toca para curarlo.

En Jesús él pudo ver otro rostro de Dios: no el Dios que castiga, sino el Padre de la compasión y del amor, que nos libera del pecado y que nunca nos excluye de su misericordia

Salir del aislamiento

La actuación del leproso destaca porque «a pesar de las prescripciones de la Ley, sale del aislamiento y se acerca a Jesús. Su enfermedad era considerada un castigo divino, pero en Jesús él pudo ver otro rostro de Dios: no el Dios que castiga, sino el Padre de la compasión y del amor, que nos libera del pecado y que nunca nos excluye de su misericordia».

En la misma línea, el Papa quiso destacar que aquel hombre «puede salir de su aislamiento, porque en Jesús encuentra a Dios que comparte su dolor. La actitud de Jesús lo atrae, lo empuja a salir de sí mismo y a confiarle a Él su historia de dolor«.

Tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus heridas

Por otro lado, Jesús también actúa de alguna manera de modo que escandaliza, porque «mientras la Ley prohibía tocar a los leprosos, Él se conmueve, extiende su mano y lo toca para curarlo. No se limita a las palabras, sino que lo toca. Tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus heridas»

Distancia de seguridad

Para el Papa, este gesto de Jesús muestra que Dios no es indiferente, que no mantiene una «distancia de seguridad»; al contrario, «se acerca con compasión y toca nuestra vida para sanarla».

Jesús se acerca a nosotros con compasión y toca nuestra vida para sanarla

Antes de concluir su intervención desde la ventana de la Plaza de San Pedro, Francisco recordó que incluso en la actualidad, en todo el mundo, hay tantos hermanos y hermanas que sufren de lepra, «o de otras enfermedades y condiciones a las que, lamentablemente, se asocian prejuicios sociales» y en algunos casos hay incluso discriminación religiosa.

Dios entra en contacto con el enfermo

Ante las distintas y muy variadas circunstancias que se nos puedan presentar a lo largo de nuestras vidas, «Jesús nos anuncia que Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino Aquel que se «contamina» con nuestra humanidad herida y que no teme entrar en contacto con nuestras heridas», poniendo en guardia sobre el riesgo de silenciar nuestro dolor «usando máscaras», para «cumplir con las reglas de la buena reputación y las costumbres sociales», o directamente cediendo ante nuestros egoísmos y temores internos con el fin de no «implicarnos demasiado en los sufrimientos de los demás».

Antes de finalizar, el Papa invitó a los fieles a pedir al Señor la gracia de vivir estas dos «transgresiones» del Evangelio: «La del leproso, para que tengamos la valentía de salir de nuestro aislamiento y, en lugar de quedarnos allí a lamentarnos o a llorar por nuestros fracasos, vamos a Jesús tal como somos. Y luego la transgresión de Jesús: un amor que nos hace ir más allá de las convenciones, que nos hace superar los prejuicios y el miedo a mezclarnos con la vida del otro».

Por último, ha recordado que el miércoles da inicio el tiempo de Cuaresma, una tiempo de conversión y oración, ideal para crecer en amistad con Dios, viviendo con esperanza, fe y caridad.

Mundo

El rito de imposición de la ceniza en tiempos de Covid

El rito propio del Miércoles de Ceniza ha tenido que adaptarse también a las medidas sanitarias propias del tiempo de pandemia que estamos atravesando.

Maria José Atienza·16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado mes una nota en la que explicaba la modificación del rito del Miércoles de Ceniza, adaptándose a las medidas de seguridad sanitarias.

No habrá contacto físico

En lugar de realizar el digno de la cruz sobre la cabeza de los fieles, este año, el sacerdote «pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás».

Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada».

La nota fue firmada en la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 12 de enero de 2021 por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos desde 2014 y Monseñor Arthur Roche, Arzobispo Secretario.

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La Cuaresma os hará libres

La Cuaresma nos pone ante esas cositas pequeñas: el cafecito, el cigarrito, la comprita.... que son poca cosa materialmente, pero quizás, resulten ataduras más fuertes que una cadena.

16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Este miércoles comienza la Cuaresma 2021, aunque muchos tenemos la sensación de no haber salido aún de la Cuaresma 2020. Ésta trajo consigo las más exigentes prácticas ascéticas que ninguno hubiéramos imaginado nunca que nos pudiera imponer un Gobierno. Tras semanas confinados en nuestro domicilio, como modernos estilitas, se nos permitió salir con el cilicio de la mascarilla, aunque con la prohibición de tocarnos y besarnos y de acudir a bares y restaurantes, además de la obligación de realizar numerosas abluciones hidroalcohólicas.

Las medidas de contención frente al Covid-19 son un desierto de privaciones que todos hemos aceptado en beneficio de nuestra salud corporal y de la de quienes nos rodean. Sufrir un poco no está mal si lo que se pretende es proteger la vida. Pero ¿y la vida eterna? ¿Merece la pena cuidarla?

La Cuaresma nos ayuda a descubrir las cadenas que nos atan a los pequeños placeres del día a día, al cafelito, a la cervecita, al cigarrito

La Cuaresma nos recuerda cada año que sí, que la salud espiritual, como la corporal, requiere cuidado y mantenimiento. Es un tiempo de penitencia, de oración, de ayuno, de limosna… Un tiempo de renuncias que no las busca en sí mismas sino en vistas a un bien mayor: dar solemnidad a la Pascua, la fiesta en la que celebramos la liberación de la esclavitud de Egipto, la victoria de Cristo sobre Faraón.

Y es que, ¿cómo celebrar la libertad sin saber que somos esclavos? La Cuaresma nos ayuda a descubrir las cadenas que nos atan a los pequeños placeres del día a día, al cafelito, a la cervecita, al cigarrito…. Los nombramos en diminutivo, pero son gruesos sus grilletes. ¡No digamos la cartillita de ahorros!

El ayuno y la limosna vienen en nuestra ayuda como un reto de autoevaluación ¿seré capaz de renunciar a mis gustos, a mi dinero? ¿seré capaz de ver al pobre, no como un objeto molesto sino como un hermano que sufre y me necesita?

La oración más intensa nos hará salir de nuestro ego para ponernos en presencia del gran Ego –Ego sum qui sum (Yo soy el que soy (Ex 3, 14))– y darnos cuenta de nuestra pequeñez ante el misterio del que Es eterno, del amor infinito. Estos cuarenta días nos desvelarán que vivimos condenados a entregárnoslo todo y que necesitamos la libertad verdadera para poder llegar al otro, para poder amar. 

En su mensaje para esta Cuaresma, el papa Francisco afirma que, «en el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación». ¿No es estupendo un poco de rock and roll entre tanta aburrida balada en que los hombres y las mujeres de hoy hemos convertido nuestra autocompasiva existencia en medio de la pandemia? Esperar en Dios, confiar en que Él nos sacará de esta como sacó al pueblo de Israel llevándolo a la Tierra Prometida, vivir este tiempo de desierto conscientemente, no como una imposición, no como el último decreto anticovid, sino como experiencia de encuentro con Dios; nos hará auténticamente libres.

Es tiempo de creer, de esperar, de amar. Es tiempo de libertad. 

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Libros

Saberse y sentirse querido

Yolanda Cagigas te recomienda la lectura de Llévame a casa, el último libro de Jesús Carrasco.

Yolanda Cagigas·16 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ficha del libro

Título: Llévame a casa
Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
Año: 2021
Páginas: 320

La primera semana de febrero, Seix Barral ha publicado Llévame a casa, el último libro de Jesús Carrasco.

Cuando mi amiga Carmen me comenta que se está leyendo este libro, yo me doy prisa en comprarlo, porque uno de mis placeres es poder intercambiar opiniones sobre lo que leo. Con él, descubro a un autor -Jesús Carraso Jaramillo- del que me gusta la agilidad de su escritura, la riqueza de su lenguaje y su profundo conocimiento de la psicología humana.

La sinopsis oficial del libro informa: “Juan ha conseguido independizarse lejos de su país cuando se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal debido a la muerte de su padre. Su intención, tras el entierro, es retomar su vida en Edimburgo cuanto antes, pero su hermana le da una noticia que cambia sus planes para siempre. Así, sin proponérselo, se verá en el mismo lugar del que decidió escapar”.

Este fin de semana, los principales medios nacionales publicaban entrevistas al autor. Si no lo es ya, pronto será uno de los libros más vendidos del año; en cualquier caso, es uno de esos pocos libros, de todos los publicados en un año, que merecen la pena leer, tener en la estantería de tu casa… y volver a leer.

Con mi amiga Carmen hablaré de los cuatro protagonistas y de mucho más…, pero aquí sólo voy a compartir algunas reflexiones personales sobre Juan, el hijo pequeño, el protagonista.

Juan ve a sus padres -él, obrero y campesino; ella, ama de casa; los dos nacidos en la posguerra- “como unos discapacitados emocionales”. Llama la atención que Juan no se vea así mismo así, porque sin duda él también lo es, y ¡mucho!

Nuestro protagonista “sentía que únicamente alejándose de su origen podía fundar su propia vida”, pero acaba dándose cuenta de que “él está hecho del mismo barro que su padre, [y de que] uno no puede huir de sí mismo, ni esconderse”.

Él sólo tiene ojos para su ombligo, “no se permite pensar fuera de su piel”, y son muchas las consecuencias de su egocentrismo. “Su mayor dificultad, no ser plenamente consciente de lo que sucede a su alrededor”, no haberse sentido jamás interpelado por las necesidades de otra persona, desentenderse de su familia.

Juan necesita sentirse querido, como todosEs cuando se da cuenta del amor incondicional de su hermana cuando comienza su sanación. Ésta le dice: “Nos iremos al fondo contigo, si tú te hundes. Porque de esa manera podremos sacarte de allí”. Él “aún nota la mano de su hermana en la mejilla, no sabe expresar el alivio que siente, pero su cuerpo sí, distensión muscular, vasodilatación, ligera hipotensión, euforia incipiente”. Su hermana es un don para toda la familia.

Ese saberse y sentirse querido le capacita -a él y a todos- para salir de sí mismo, aceptar su realidad y poder emprender el camino de la comprensión del otro.

El autorYolanda Cagigas

España

«La vida de los mozárabes cambia al compás del estado andalusí»

El II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes presenta un amplio elenco de materias de estudio y la actualidad de los cristianos perseguidos.

Maria José Atienza·15 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Cómo se desarrollaba la vida de las comunidades mozárabes bajo el dominio islámico? ¿Qué conexión pueden tener esas comunidades con las actuales comunidades cristianas que viven en territorios dominados por gobiernos confesionales islámicos?

El II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes “Pasado, presente y futuro de una comunidad bajo dominio islámico”, abordará estos y otros muchos aspectos de la historia de aquella población cristiana del reino visigodo que vivó la imposición de un nuevo gobierno de carácter islámico.

Una situación que, desde el siglo VIII al siglo XIII fue la predominante en la mayor parte de la península ibérica y que dio lugar al desarrollo de una cultura, lengua, liturgia… etc., de gran interés tanto en el ámbito académico como divulgativo. 

Cartel II Congreso mozarabes

Este II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes, impulsado por el Cabildo Catedral de Córdoba y la diócesis cordobesa, está dirigido por la profesora titular de la Universidad de Sevilla, Gloria Lora quien ha querido señalar para Omnes el “enfoque arriesgado y distinto” que plantea dado que “a la profundización sobre las comunidades mozárabes del siglo VIII hasta el siglo XIII se une el estudio de los cristianos que en la actualidad están perseguidos en zonas como Irán”.

Si bien, como esta medievalista ha subrayado: “Sus situaciones son muy diferentes, ya que las comunidades mozárabes se encontraban bajo el estatuto de la dimma”, una protección limitada por las que las comunidades cristianas tenían ciertos derechos a cambio de reconocer la superioridad del Islam y de los musulmanes en todos los campos de la vida y un caro sometimiento fiscal. 

Coexistencia no siempre pacífica

La profesora de la Universidad de Sevilla ha señalado también la diversidad de situaciones bajo las que vivieron las comunidades mozárabes “es una historia que abarca desde el siglo VIII al siglo XIII. La situación de estas comunidades cambia al compás de la historia del estado andalusí. Es incomparable la situación de los comienzos con la práctica persecución en el S. XI… hay momentos en que se produce la coexistencia de ambas sociedades, y momentos de gran enfrentamiento”.

Uno de los puntos originales de este Congreso es el estudio de las actuales persecuciones cristianas por parte de estados islámicos en el mundo.  Un aspecto para el que intervendrán autoridades en la materia junto a testigos directos del drama que se vive en algunas zonas donde los cristianos son perseguidos por su fe.

El II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes “Pasado, presente y futuro de una comunidad bajo dominio islámico”, que se desarrollará en Córdoba del del 15 al 18 de abril, contará, en su programa, con ponencias de arqueólogos, arabistas, paleógrafos y filólogos que abordarán el estudio de la idiosincrasia mozárabe desde sus diferentes ámbitos. 

El Congreso se completará con un programa de actividades paralelas entre las que destacan exposiciones, mesas redondas, dos lucernaria u oficios de vísperas en la Catedral de Córdoba y una Misa Solemne Hispano-Mozárabe.

Esta época tan mala…

Todas las épocas son malas para quienes las viven. Cristo dió las claves para todas las épocas, buenas y malas: amar, celebrar, evangelizar

15 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

¿Qué hacer en esta época tan mala? En primer lugar, leer historia de la Iglesia, para no pensar que es tan mala. Siempre ha habido problemas: el Apocalipsis es el relato de fondo de todas las épocas cristianas.

Si uno se asusta de la incomodidad y opta por la comodidad, deja de ser cristiano. Un amigo teólogo solía repetir: “Nunca hemos estado tan mal; pero, por otra parte, nunca hemos estado tan bien”. 

No hace falta pensar mucho (por el análisis a la parálisis), porque en todas las épocas hay que hacer lo mismo. Lo dejó muy claro el Señor.

Nos mandó querernos y querer a los demás: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 13, 34-35).

Nos mandó celebrar la Eucaristía: “Haced esto en memoria mía” (Lc 22,19).

Y nos mandó evangelizar: “Id y haced discípulos a todas las gentes y bautizadlas” (Mt 28,19). Es lo que hicieron desde el principio, en épocas más difíciles. Y lo que tenemos que hacer ahora, en épocas más fáciles: amar, celebrar, evangelizar. 

El autorJuan Luis Lorda

Profesor Ordinario de Teología y Director del Departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra. Autor de numerosos libros de teología y vida espiritual.

Ecología integral

La eutanasia destruye la confianza médico-paciente

Profesionales de la medicina, directivos de corporaciones de médicos, y más de 140 organizaciones cívicas han rechazado estas semanas la proposición de ley de regulación de la eutanasia que se tramita en el Senado.

Rafael Miner·15 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Profesores y directores de departamentos, institutos y clínicas de fundaciones y universidades de identidad cristiana como Francisco de Vitoria, CEU San Pablo, Navarra o Comillas, y también enfermeras y otros profesionales, unas veces a título personal, y otras de modo institucional, han hecho oír su voz estos días argumentando ante los criterios reflejados en la proposición de ley de regulación de la eutanasia, que impulsa la actual mayoría parlamentaria.

La relación de los que han salido a la palestra en los últimos días es amplia, pero merece la pena citar algunos de ellos. Los doctores Manuel Martínez Sellés, decano del Colegio de Médicos de Madrid, y Álvaro Gándara, ex presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), y profesional de la Unidad de Medicina Paliativa en la Fundación Jiménez Díaz, han intervenido en varias jornadas, como también Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España y profesor de la Universidad de Comillas. 

Además, han organizado y participado en seminarios, Elena Postigo, directora del Instituto de Bioética de la Universidad Francisco de Vitoria, y Manuel Bustos, director del Instituto de Humanidades Ángel Ayala de la Universidad CEU San Pablo; Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid; Carlos Centeno, director de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra, y José María Torralba, profesor de la misma universidad; los decanos de la Facultad de Medicina de la U. Francisco de Vitoria, Fernando Caballero, y de la U. CEU San Pablo, Tomás Trigo; los doctores Jacinto Bátiz y Ricardo Abengózar; José Jara, presidente de la Asociación de Bioética de Madrid; Emilio García Sánchez, vicepresidente de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica; José Manuel Álvarez Avelló, autor del libro La muerte digna. El gran dilema; la enfermera Encarna Pérez Bret, del Hospital de Cuidados Paliativos Fundación Vianorte-Laguna, los impulsores de vividores,org, Jaume Vives y Pablo Velasco, director de Eldebatedehoy, y muchos otros.

Por otra parte, más de ciento cuarenta asociaciones cívicas integradas en la Asamblea por la Vida, la Dignidad y la Libertad, han enviado un manifiesto a todos los senadores en el que les piden que voten “en conciencia” y no avalen la ley de eutanasia,. Además, han acordado lanzar una iniciativa legislativa popular (ILP) para solicitar al Gobierno un plan integral de cuidados paliativos.

Contra la esencia de la medicina

“La eutanasia es contraria al juramento hipocrático y a múltiples normas de la Asociación Médica Mundial”, y “destruye la esencia de la medicina, la relación de confianza que tenemos con nuestros pacientes”, ha manifestado el Dr. Martínez Sellés en varias jornadas. 

A su juicio, los médicos que practiquen la eutanasia “quedarán emocional y psicológicamente afectados de forma negativa. Además, se debilitará la confianza del enfermo en el sistema sanitario. Si un médico mata por piedad da un paso de difícil retorno”, aseguró el decano de Madrid en el reciente seminario organizado por la Universidad Francisco de Vitoria.

Sellés destacó que el Código de Deontología Médica subrayó en 2011 que “el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa de éste”, y mencionó el informe del Comité de Bioética de España de 2020 (ver https://www.omnesmag.com/foco/aprobacion-ley-eutanasia-espana/), en el que se señala, entre otras cosas, que “la eutanasia y/o auxilio de suicidio no son signos de progreso sino un retroceso de la civilización”.

Abordar el sufrimiento

En el mismo seminario intervino el Dr. Álvaro Gándara, paliativista y vocal del Comité de Bioética de España, quien citó al psiquiatra Viktor Frankl, cuando afirmó: “El hombre no se destruye por sufrir; el hombre se destruye por sufrir sin ningún sentido”. 

Álvaro Gándara centró su análisis en el sufrimiento y en la compasión, y tiene mucho sentido, porque todas las definiciones de eutanasia, de sus partidarios y de sus detractores, pasan por el sufrimiento. Es el caballo de batalla. Hay que intentar evitar el sufrimiento. En eso están todos de acuerdo, partidarios y detractores de la eutanasia. La cuestión es cómo. 

Los que rechazan la eutanasia, que como estamos viendo se hacen oír cada vez en mayor número y con argumentos de peso, señalan que lo que se trata es de evitar el sufrimiento, aliviarlo, mediante un adecuado tratamiento integral de cuidados paliativos, pero que la opción no puede ser en ningún caso matar al paciente, porque es contrario a la esencia misma de la profesión médica. 

Una intervención compasiva

Entonces, ¿cómo hacerlo? Álvaro Gándara señala que “la atención al sufrimiento requiere una aproximación a las necesidades existenciales y espirituales, y las tareas del profesional deben centrarse aquí, en facilitar que el enfermo puede completar de manera íntegra su biografía, y cerrar de manera adecuada el último capítulo de su existencia”.

“Muchos médicos somos conscientes”, añadió el doctor, “de que somos más expertos en la atención de los síntomas y en el manejo de fármacos que en el control de la desesperanza, en facilitar la reconciliación con la propia historia, en ayudar a encontrar sentido a la existencia o a facilitar la aceptación de la muerte” 

A su juicio, “nuestra formación clínica centrada sobre la biología, y el modelo sanitario orientado hacia la enfermedad y su tratamiento, no son sólo insuficientes, sino que pueden llegar a ser un obstáculo para cubrir las auténticas necesidades en el final de la vida”.

“Las habilidades requeridas para abordar el sufrimiento”, prosiguió el doctor Gándara, son “específicas, basadas en la capacidad de crear un clima de seguridad y confianza así como la atención empática e intuitiva, no discursiva”. Y para ello son claves “el conocimiento de la persona del enfermo, la capacidad de identificar sus miedos y valores, y también amenazas y recursos, y la voluntad de acompañar en esta situación es decir: compasión”.

Pasos ante el sufrimiento

El experto paliativista de la Fundación Jiménez Díaz desgranó de esta forma los “pasos para la intervención ante el sufrimiento”: “Establecer una relación de confianza y un vínculo terapéutico: identificar el sufrimiento y sus causas; intentar resolver o desactivar las amenazas que puedan resolverse; explorar los recursos y capacidades del paciente para trascender su sufrimiento: y proceder a la intervención compasiva, orientando el paciente hacia la búsqueda de sentido, coherencia y promoviendo la aceptación de la muerte”.

Tanto el doctor Álvaro Gándara como otros profesionales, médicos con décadas de actividad y miles de enfermos a sus espaldas, han revelado estos meses que cuando desaparece el dolor de los muy escasos enfermos que les han solicitado morir, el deseo de poner fin a su vida desaparece con la misma rapidez. 

En este sentido, han criticado la afirmación de los impulsores de la actual proposición de ley de eutanasia, recogida en su preámbulo, sobre la existencia de “una demanda sostenida de la sociedad actual” de eutanasia.

“La importancia del cuidado y el acompañamiento; una necesaria formación en cuidados paliativos; lo propio de la medicina es curar y cuidar, no matar; el peligro que se cierne sobre los enfermos mentales; la pendiente resbaladiza: ejemplo de Holanda y Bélgica; y la necesidad de formar médicos jóvenes que amen la vida y el cuidado de la persona vulnerable. La compasión y la prudencia”,fueron, a juicio de Elena Postigo, algunas claves del seminario que organizó la U. Francisco de Vitoria.

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Documentos

Mensaje de Francisco para la Cuaresma 2021

El miércoles 17 de febrero comienza la Cuaresma: hoy se ha hecho público el Mensaje del Papa, en el cual nos anima a vivir este camino de conversión y oración con "la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu, y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre". 

David Fernández Alonso·14 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

««Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…» (Mt 20,18). Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad».

Queridos hermanos y hermanas:
Cuando Jesús anuncia a sus discípulos su pasión, muerte y resurrección, para cumplir con la voluntad del Padre, les revela el sentido profundo de su misión y los exhorta a asociarse a ella, para la salvación del mundo.

Recorriendo el camino cuaresmal, que nos conducirá a las celebraciones pascuales, recordemos a Aquel que «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Flp 2,8). En este tiempo de conversión renovemos nuestra fe, saciemos nuestra sed con el “agua viva” de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo.

En la noche de Pascua renovaremos las promesas de nuestro Bautismo, para renacer como hombres y mujeres nuevos, gracias a la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, el itinerario de la Cuaresma, al igual que todo el camino cristiano, ya está bajo la luz de la Resurrección, que anima los sentimientos, las actitudes y las decisiones de quien desea seguir a Cristo.

El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1- 18), son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante.

1. La fe nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas.

En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios, que la Iglesia nos transmite de generación en generación. Esta Verdad no es una construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o ilustres, sino que es un mensaje que recibimos y podemos comprender gracias a la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios que nos ama antes de que nosotros mismos seamos conscientes de ello. Esta Verdad es Cristo mismo que, asumiendo plenamente nuestra humanidad, se hizo Camino —exigente pero abierto a todos— que lleva a la plenitud de la Vida.

El ayuno vivido como experiencia de privación, para quienes lo viven con sencillez de corazón lleva a descubrir de nuevo el don de Dios y a comprender nuestra realidad de criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento. Haciendo la experiencia de una pobreza aceptada, quien ayuna se hace pobre con los pobres y “acumula” la riqueza del amor recibido y compartido. Así entendido y puesto en práctica, el ayuno contribuye a amar a Dios y al prójimo en cuanto, como nos enseña santo Tomás de Aquino, el amor es un movimiento que centra la atención en el otro considerándolo como uno consigo mismo (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 93).

La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (cf. Jn 14,23). Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14): el Hijo de Dios Salvador.

2. La esperanza como “agua viva” que nos permite continuar nuestro camino

La samaritana, a quien Jesús pide que le dé de beber junto al pozo, no comprende cuando Él le dice que podría ofrecerle un «agua viva» (Jn 4,10). Al principio, naturalmente, ella piensa en el agua material, mientras que Jesús se refiere al Espíritu Santo, aquel que Él dará en abundancia en el Misterio pascual y que infunde en nosotros la esperanza que no defrauda. Al anunciar su pasión y muerte Jesús ya anuncia la esperanza, cuando dice: «Y al tercer día resucitará» (Mt 20,19). Jesús nos habla del futuro que la misericordia del Padre ha abierto de par en par. Esperar con Él y gracias a Él quiere decir creer que la historia no termina con nuestros errores, nuestras violencias e injusticias, ni con el pecado que crucifica al Amor. Significa saciarnos del perdón del Padre en su corazón abierto.

En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios, que sigue cuidando de su Creación, mientras que nosotros a menudo la maltratamos (cf. Carta enc. Laudato si’, 32-33;43-44). Es esperanza en la reconciliación, a la que san Pablo nos exhorta con pasión: «Os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20).

Al recibir el perdón, en el Sacramento que está en el corazón de nuestro proceso de conversión, también nosotros nos convertimos en difusores del perdón: al haberlo acogido nosotros, podemos ofrecerlo, siendo capaces de vivir un diálogo atento y adoptando un comportamiento que conforte a quien se encuentra herido. El perdón de Dios, también mediante nuestras palabras y gestos, permite vivir una Pascua de fraternidad.

En la Cuaresma, estemos más atentos a «decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de «palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian» (Carta enc. Fratelli tutti [FT], 223). A veces, para dar esperanza, es suficiente con ser «una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia» (ibíd., 224).

En el recogimiento y el silencio de la oración, se nos da la esperanza como inspiración y luz interior, que ilumina los desafíos y las decisiones de nuestra misión: por esto es fundamental recogerse en oración (cf. Mt 6,6) y encontrar, en la intimidad, al Padre de la ternura.

Vivir una Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios “hace nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,1-6). Significa recibir la esperanza de Cristo que entrega su vida en la cruz y que Dios resucita al tercer día, “dispuestos siempre para dar explicación a todo el que nos pida una razón de nuestra esperanza” (cf. 1 P 3,15).

3. La caridad, vivida tras las huellas de Cristo, mostrando atención y compasión por cada persona, es la expresión más alta de nuestra fe y nuestra esperanza.

La caridad se alegra de ver que el otro crece. Por este motivo, sufre cuando el otro está angustiado: solo, enfermo, sin hogar, despreciado, en situación de necesidad… La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión.

«A partir del “amor social” es posible avanzar hacia una civilización del amor a la que todos podamos sentirnos convocados. La caridad, con su dinamismo universal, puede construir un mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino la mejor manera de lograr caminos eficaces de desarrollo para todos» (FT, 183).

La caridad es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad. Así sucedió con la harina y el aceite de la viuda de Sarepta, que dio el pan al profeta Elías (cf. 1 R 17,7-16); y con los panes que Jesús bendijo, partió y dio a los discípulos para que los distribuyeran entre la gente (cf. Mc 6,30-44). Así sucede con nuestra limosna, ya sea grande o pequeña, si la damos con gozo y sencillez.

Vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19. En un contexto tan incierto sobre el futuro, recordemos la palabra que Dios dirige a su Siervo: «No temas, que te he redimido» (Is 43,1), ofrezcamos con nuestra caridad una palabra de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo.

«Sólo con una mirada cuyo horizonte esté transformado por la caridad, que le lleva a percibir la dignidad del otro, los pobres son descubiertos y valorados en su inmensa dignidad, respetados en su estilo propio y en su cultura y, por lo tanto, verdaderamente integrados en la sociedad» (FT, 187).

Queridos hermanos y hermanas: Cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar. Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre.

Que María, Madre del Salvador, fiel al pie de la cruz y en el corazón de la Iglesia, nos sostenga con su presencia solícita, y la bendición de Cristo resucitado nos acompañe en el camino hacia la luz pascual.

Roma, San Juan de Letrán, 11 de noviembre de 2020, memoria de san Martín de Tours.

Francisco

Mundo

El cardenal Koch reafirma las razones sobre la intercomunión

El cardenal Koch dirige una carta abierta al profesor Leppin, reafirmando las razones sobre la inconveniencia de la intercomunión de protestantes y católicos en la Eucaristía, después de que éste hubiese criticado la postura de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 

David Fernández Alonso·13 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

La carta, de seis páginas, está fechada el 8 de febrero, y está dirigida a Volker Leppin, profesor de historia de la Iglesia en la Universidad de Tübingen y director académico de la sección protestante del Grupo Ecuménico de Estudio de Teólogos Protestantes y Católicos (OAK, por sus siglas en alemán).

Kurt Koch subraya las razones de la oposición de la Santa Sede a la propuesta del documento “Juntos en la mesa del Señor”, formulado por el grupo de estudio de católicos y protestantes, para que ambos se admitan recíprocamente al sacramento de la Eucaristía al no haber «razones teológicas que separen” a unos y otros en este punto. 

Carta abierta del Cardenal Koch al profesor Leppin

Estimado profesor Leppin,

Con la entrevista que concedió el 3 de febrero, Usted respondía a mi breve reacción a la Declaración del Grupo de Trabajo Ecuménico (ÖAK) ante la intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y expresaba el deseo de que yo diera, por mi parte, una “respuesta sustantiva” sobre el tema debatido. Es lo que quiero hacer para Usted con esta carta abierta, también porque me ofrece la oportunidad de aclarar algunos malentendidos. 

En primer lugar, quiero recordar que la ocasión inmediata de mi reacción fue que me había sorprendido el momento de la publicación de la declaración del ÖAK. Hasta donde yo sé, solicitó esa declaración el obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, para preparar su respuesta a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sin embargo, todavía no he recibido respuesta a la pregunta de por qué la declaración de la ÖAK se publicó antes de la asamblea general de la Conferencia Episcopal Alemana. Sencillamente, habiendo recibido varias peticiones de que exprese mi opinión sobre estos procesos, no pude permanecer en silencio, y como reacción inicial publiqué un texto breve con un triple “me soporende”. La brevedad de este texto no tiene nada que ver con una “negativa a hablar”, ni desde luego con un “áspero rechazo”, como Usted me reprochaba en su entrevista. Pues no me limitaba a algunas afirmaciones, sino que expresé irritación.

Pero pasemos ahora al contenido. Al “reproche de insuficiente fundamentación” expresado por mí, Usted respondió que “tal vez convendría ir a una comunidad católica o protestante cualquiera” y “comparar lo que se vive allí con las exigencias de la oficina del Consejo para la Unidad en Roma”. Con todo, ese no era el contenido de mi objeción. Porque la “oficina del Consejo para la Unidad” no pretende conocer la situación de cada una de las comunidades protestantes y católicas en Alemania mejor que el Grupo de Trabajo Ecuménico.

La “oficina del Consejo para la Unidad”, sin embargo, se sabe obligada a informarse y tomar nota de cómo se entienden a sí mismos los interlocutores ecuménicos en Alemania. Por eso escribí en mi reacción que me sorprende el contenido de la declaración del ÖAK: “En ella, como ya en el Votum, hay ciertamente muchas afirmaciones buenas, que, sin embargo, permanecen en el campo puramente académico y no guardan relación con la realidad eclesial concreta. Si se fundamentaran en esta realidad concreta, muchas afirmaciones presentadas como consensos incuestionables deberían ponerse en cuestión”.

Mi objeción apunta precisamente en la dirección a la que usted mismo volvió más adelante en la entrevista, de una manera que agradezco, al reconocer que en este proceso yo había señalado relativamente pronto y “con mucha razón” que “por parte evangélica debemos asegurarnos de que, por ejemplo, esté garantizada la dirección de la Cena del Señor por personas ordenadas”. Y Usted añadía que este es uno de los puntos en los que la crítica justificada ha impulsado y puede seguir impulsando nuestro diálogo. Exactamente en esta la dirección apuntaba la petición contenida mi reacción, porque tanto en el Votum como en la opinión de la ÖAK tengo que constatar una importante discrepancia entre el consenso ecuménico reivindicado por la ÖAK y la realidad concreta en las iglesias evangélicas, y a esta discrepancia la llamo falta de fundamento. Acogiendo su deseo de una “reacción sustantiva”, con mucho gusto estoy dispuesto a seguir desarrollando mi reproche, y quiero ilustrarlo con tres ejemplos destacados.

En primer lugar. El Votum “Juntos en la mesa del Señor” se basa en la convicción básica, que también se repite en la “Declaración” de la ÖAK, de que después del “acuerdo básico sobre el bautismo” alcanzado en los diálogos ecuménicos resulta también un “acuerdo básico común” en relación con la Cena del Señor / la Eucaristía, “que, análogamente al reconocimiento del bautismo, permite un reconocimiento mutuo de la respectiva forma litúrgica de celebración de la Cena y de su contenido teológico y justifica una invitación recíproca”. Y como se añade que “el texto aquí presentado” pretende cumplir esa tarea (2.5), esa afirmación de una relación muy estrecha entre el Bautismo y la Eucaristía ha de considerarse como la tesis básica de todo el Votum

Con gran asombro he leído en la página oficial de la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau lo siguiente: “En las congregaciones de la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau, todos los que participan en el servicio están invitados a participar en la Cena del Señor. Son bienvenidos incluso los que no están bautizados o los pertenecientes a otra confesión cristiana que desear recibir la Cena del Señor”.

Pero entonces, ¿dónde queda la estrecha conexión entre el bautismo y la Cena del Señor que afirma la ÖAK, si incluso los no bautizados son invitados a la Cena del Señor? Aquí surge un problema ecuménico aún más profundo: si, por un lado, el bautismo y el reconocimiento mutuo del bautismo son la base del ecumenismo y, por otro lado, un interlocutor ecuménico relativiza el bautismo de tal manera que ya ni siquiera es un presupuesto para la participación en la Cena, es legítimo preguntarse quién está cuestionando aquí el fundamento del ecumenismo. Según mi experiencia, la Iglesia Evangélica de Hessen-Nassau no es una excepción en este sentido. La he elegido sólo porque es la Iglesia Evangélica en cuyo espacio se celebrará la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias. 

En segundo lugar. El Votum “Juntos en la mesa del Señor” afirma que también en la cuestión del ministerio se ha alcanzado un consenso ecuménico, consistente en que el “ministerio ordenado, ligado a la ordenación” pertenece al “ser de la Iglesia” y “no se debe a un delegación de la voluntad comunitaria, sino a la misión e institución divinas” (6.2.3). Por eso se afirma: “La Cena del Señor / la Eucaristía debe celebrarse con regularidad en la liturgia dominical. La dirección de la celebración corresponde a un/una ordenado/ordenada” (5.4.5).

Frente a esta afirmación, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha señalado que el consenso menncionado por el Votum de la ÖAK “no está respaldado por la mayoría de las iglesias miembro del EKD”, “que considera permitida en caso de emergencia una Cena del Señor sin representante ordenado”. Por afirmar esto, la declaración de la ÖAK señala a la Congregación para la Doctrina de la Fe con la puntualización de que, si la Congregación hubiera mirado “los reglamentos de la EKD y de sus iglesias miembro”, ni siquiera habría planteado esa objeción.

Si seguimos la invitación de la ÖAK y consultamos los reglamentos eclesiásticos, los hechos que se encuentran son distintos. Para mencionar una vez más como ejemplo la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau, se lee en su “Reglamento de la vida de la Iglesia” de 15 de junio de 2013: “Cuando los cristianos y las cristianas que se encuentran en situaciones de emergencia desean recibir la Cena del Señor y no puede encontrarse un pastor o pastora, cualquier miembro de la iglesia puede administrarles la Cena del Señor. En ese caso, debe pronunciar las palabras de la institución y administrarles el pan y el vino”. Aquí se afirma exactamente lo que niega la ÖAK.

Asimismo, debe recordarse que el año pasado, durante la primera fase de la crisis del corona-virus, algunas iglesias regionales, como en Württemberg, permitieron a sus miembros la posibilidad de una celebración doméstica de la Cena sin ministros ordenados. En este contexto se sitúa también el documento oficial de los obispos luteranos de Alemania “Llamados según el orden” del año 2006, en el que es difícil determinar si hay sólo una diferencia terminológica o también una diferencia teológica entre ordenación y delegación, y si además de los ordenados también los predicadores pueden recibir el encargo de dirigir la Cena del Señor.

Que estas regulaciones no son una excepción lo demuestra la declaración de principio del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, en su documento sobre la conmemoración de la Reforma en 2017, acerca de que la Reforma condujo a una “reformulación completa de la esencia de la Iglesia” y en concreto a que “todo cristiano puede en principio administrar los sacramentos, es decir, administrar el bautismo y distribuir la Cena del Señor.

Es por razones de orden por lo que hay pastores y pastoras que ejercen de manera especial las tareas que tienen todos los cristianos, es decir, como capacitados y llamados oficialmente a realizarlas” (Justificación y Libertad, páginas 90-91). Una vez más nos encontramos con que el consenso reclamado por la ÖAK en la cuestión del ministerio no se corresponde con la realidad concreta de la Iglesia, también y especialmente en lo que respecta a la administración de la Cena del Señor por personas ordenadas.

En tercer lugar. El Votum de la ÖAK dedica una sección completa a la “Consideración de la acción de gracias, la anámnesis y la epíclesis” (5.5) y afirma como consenso ecuménico que la acción de gracias, la anámnesis y la epíclesis son “características constitutivas de la Cena”: “Hoy la Reforma y las tradiciones dogmáticas católico-romanas coinciden en que el agradecimiento y alabanza por la acción de Dios en Jesucristo son un elemento importante de la celebración de la Cena del Señor / la Eucaristía” (5.5.2). Y en lo que respecta a la invocación del Espíritu Santo, se afirma: “En las oraciones de la Cena del Señor de las normas evangélicas actuales las dos epíclesis se reúnen, según el modelo de las Iglesias orientales, después de la anámnesis de la Cena del Señor” (5.5.4).

Al leer el Votum me alegró también esta afirmación. Pero mi alegría se nubla de nuevo cuando miro la realidad eclesiástica específica, y descubro que muy a menudo no se encuentra el consenso reclamado por la ÖAK. Tampoco escogeré aquí un ejemplo cualquiera, sino queme referiré al material para el domingo de la Jornada de la Iglesia Ecuménica, el 7 de febrero de 2021. En el “Borrador basado en la tradición evangélica» que allí se presenta, encontramos una anámnesis pobremente desarrollada desde el punto de vista teológico, no hay rastro de una epíclesis y al Espíritu Santo se lo recuerda con el silencio. Sin embargo, podría haberse esperado que el consenso reclamado por la ÖAK se reflejara en este borrador oficial, publicado precisamente con vistas a la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias.

Con estos ejemplos, que no están en absoluto seleccionados arbitrariamente y que se podrían multiplicar fácilmente, espero poder aclarar a qué me refería al aludir a la falta de fundamentación del Votum y de la toma de postura de la ÖAK en la realidad eclesiástica, en mi primera reacción a la Declaración de la ÖAK. Pero no puedo ocultar mi sorpresa al ver que tales discrepancias entre los supuestos consensos ecuménicos y la realidad fáctica en las Iglesias evangélicas no sean advertidas por los miembros de la ÖAK o, al menos, no se mencionen mínimamente.

Ciertamente estoy agradecido por que un grupo de trabajo ecuménico invierta mucha energía y empeño en superar las cuestiones que hasta ahora han dividido a la Iglesia. Sin embargo, esto sólo podrá suceder de manera realista y responsable si dicho trabajo se confronta con la realidad concreta en las iglesias, si se acuden a la teología y a la práctica de las iglesias en lo que sea necesario, y si se impulsa un proceso de recepción en las iglesias, como sucedió, por ejemplo, antes de la firma de la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación en 1999.

Es imprescindible que esto suceda si un Votum se acompaña de instrucciones prácticas y de estímulos a los fieles, como ocurre en el Votum de la ÖAK, si se afirma que está “teológicamente fundamentada” una “participación recíproca en las celebraciones de la Cena del Señor / la Eucaristía respetando las tradiciones litúrgicas respectivas”, y si este Votum implica también el “reconocimiento de las respectivas formas litúrgicas, así como de los ministerios de dirección”, “según lo previsto por la comunidad celebrante que invita a los bautizados de otras confesiones en el nombre de Jesucristo a unirse a la celebración” (8.1).

Cuando un grupo de trabajo ecuménico afirma que una práctica está “teológicamente fundamentada” para alentar a los creyentes a esta práctica, entonces es necesario identificar y estudiar las cuestiones todavía abiertas y aún no resueltas, como muestra la realidad de la iglesia, para preparar una recepción vinculante entre los responsables de las iglesias y comunidades eclesiales. En mi opinión, no se puede fomentar una práctica e indicar que después quizá se pueda seguir trabajando en las cuestiones abiertas.

Esto correspondería al procedimiento del ecumenismo intra-protestante, de acuerdo con el modelo de Leuenberg, en el que es suficiente una coincidencia básica en la comprensión del Evangelio para establecer una comunidad de púlpito y de Cena entre iglesias de diferentes confesiones. Para la Iglesia católica, en cambio, la comunión eucarística presupone la comunión en la Iglesia, y la comunión en la Iglesia presupone la comunión en la fe. Sobre todo, desde un punto de vista católico sólo es posible la comunión en la Eucaristía si se puede profesar una fe eucarística común.

Por ese motivo le ruego que entienda que el Votum de la ÖAK ha adquirido una condición diferente cuando el obispo Bätzing, como presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, lo hizo suyo y se sirvió de él como base para una decisión en los obispos alemanes, también con vistas a la introducción de la práctica reclamada por la ÖAK de la participación recíproca en la Eucaristía católica y en la Cena del Señor evangélica en la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias. Con ello, el Votum del Grupo de Trabajo Ecuménico se ha convertido en un dictamen para uso de la Conferencia Episcopal Alemana, y ha sido elevado al nivel del magisterio de los obispos.

De esa manera ha llegado el momento de que se pronuncie la Congregación para la Doctrina de la Fe. Así lo ha hecho, para la Conferencia Episcopal Alemana; de ahí que resulte evidente que espera también de ella una respuesta, aunque no sólo a las cuestiones que he abordado en esta carta desde una perspectiva específicamente ecuménica, porque Usted es el Director científico de la ÖAK por la parte protestante y me ha pedido una respuesta sobre el tema.

La intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en cambio, afecta a muchos otros contenidos de la doctrina de fe católica, especialmente en lo que respecta a la concepción de la Iglesia, la Eucaristía y el ministerio ordenado, que la Congregación no encuentra contemplados de manera satisfactoria en el Votum de la ÖAK. Mi carta abierta a Usted no es, desde luego, el lugar para abordar estas cuestiones, ante todo porque debería pronunciarse en primer lugar la representante católica de la Dirección científica de la ÖAK.

Espero que Usted, apreciado profesor Leppin, pueda encontrar en las líneas precedentes, al menos en sus trazos básicos, una “reacción sustantiva” a la Declaración de la ÖAK, que deseaba por mi parte. Quedo a su disposición, con saludos cordiales desde la “oficina del Consejo para la Unidad”, para el cual es también una intención importante seguir avanzando en la reconciliación ecuménica, en la esperanza de que, al menos, haya un consenso entre nosotros en que, también en debates tan difíciles pero importantes, ninguno de las dos partes debería negar a la otra una seria voluntad ecuménica.

Suyo, 

Kurt Cardenal Koch

Evangelización

Encuentro virtual para revivir el Congreso de Laicos un año después

Este encuentro virtual quiere impulsar el postcongreso y reconocer trabajo continuo en las diócesis a pesar de los contratiempos originados por el coronavirus. 

Maria José Atienza·12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Un año después de la celebración del Congreso de Laicos, «Pueblo de Dios en salida», grupos, movimientos y cualquier persona interesada participarán en un encuentro virtual para revivir el congreso y repasar los trabajos posteriores llevados a cabo en las diferentes diócesis.

Organizado por la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida de la CEE, este encuentro online tendrá lugar el próximo viernes 19 de febrero a partir de las 19:00 h. estará conducido por Ana Medina.

Encuentro “Revivir el Congreso para reavivar el proceso»

Esta convocatoria online contará con la participación de Mons. Luis Argüello, secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Valladolid; Isaac Martín, delegado de Apostolado Seglar de Toledo, miembro de la comisión ejecutiva y de contenidos del Congreso de Laicos y del Consejo Asesor de Laicos; la joven cordobesa Pilar Rodríguez-Carretero, responsable Nacional de Jóvenes de Cursillos de Cristiandad y miembro de la comisión ejecutiva y de logística y organización del Congreso de Laicos; David Roces, joven de Acción Católica General de Oviedo; e Isabel García, miembro de Vida Ascendente.

El encuentro pretende ser un impulso al trabajo por parte de las diócesis, movimientos y asociaciones laicales, que ha sido incansable promoviendo e impulsando el poscongreso entre sus realidades a pesar de la situación de coronavirus.

Ecología integral

Realmente, ¿son los paliativos un coste mayor para el sistema?

Los cuidados paliativos especializados no sólo mejoran el bienestar de los pacientes con intenso sufrimiento, sino que suponen un ahorro importante para cada centro hospitalario y para los sistemas nacionales de Salud (SNS) de los países.

Rafael Miner·12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Aproximadamente la mitad de los enfermos con una enfermedad grave acompañada de sufrimiento intenso no reciben un tratamiento especializado de cuidados paliativos en España. Algunos estudios elevan esta cifra a seis de cada diez, es decir, el 60 por ciento.

A nivel mundial, la cifra se dispara, teniendo en cuenta, por ejemplo, una menor implantación de servicios que prestan este tipo de cuidados, y el menor e incluso escaso consumo de opioides en algunas zonas del planeta.

Algunos economistas y gestores sanitarios, junto a profesionales de la salud, llevan tiempo estudiando las reticencias que se observan en algunos países y ambientes para implantar servicios de cuidados paliativos. Una de ellas, y no es la menor, son sus posibles costes.

La idea de que los paliativos son más caros ha sido motivo de revisión a nivel global

Miguel Sánchez Cárdenas– Investigador del programa Atlantes

La preocupación es la siguiente. Pongámonos en el papel de un planificador en salud, al que le dicen que aparte de dar atención al paciente, por ejemplo por el equipo de cardiólogos, hay que llamar a otro equipo para que se ocupe del paciente. A priori suena que van a aumentar los costes. “Si tengo que llamar a un equipo adicional al que trata la enfermedad, eso suena caro”- explica Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del programa Atlantes, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra – “Pero este modo de argumentar ha sido motivo de revisión a nivel global”.

Informe de Jama Internal Medicine

Uno de los informes más analizados es el publicado por Jama Internal Medicine, revista editada por la Asociación Médica Americana en 2018. Fue realizado por Mount Sinai Health System y Trinity College de Dublín (Irlanda), y reunió datos de seis estudios anteriores en los que participaron más de 130.000 adultos ingresados ​​en hospitales de Estados Unidos entre 2001 y 2015. De estos pacientes, el 3,6 por ciento recibió una consulta de cuidados paliativos además de su otra atención hospitalaria.

Según el informe, los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente (casi 2.700 euros al cambio actual), durante el transcurso de una estancia en el hospital, cuando se agregaron cuidados paliativos a su atención de rutina en comparación con aquellos que no recibieron cuidados paliativos. El cuidado paliativo se asoció con un ahorro de costes, por estancia en el hospital, de 4.251 dólares (3.542 euros) por paciente con cáncer y 2.105 dólares (1.754 euros) para aquellos con diagnósticos distintos de cáncer. Los ahorros fueron mayores para los pacientes con mayor número de enfermedades.

Los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente que recibió cuidados paliativos

Las causas del ahorro fueron sintetizadas por el autor del análisis, John Commins, bajo el título El cuidado paliativo ahorra dinero a su hospital. Los programas de cuidados paliativos que tratan mejor el dolor y mejoran la coordinación de la atención dan como resultado estancias hospitalarias más cortas y costes más bajos, particularmente para los pacientes más enfermos, según el informe, cuyo autor principal fue Peter May, investigador en economía de la salud del Centro de Política y Gestión de la Salud del Trinity College de Dublín.

Centros hospitalarios catalanes, también

Consultado Sánchez Cárdenas por los trabajos del Dr. Gómez Batiste, quien mantuvo hace más de una década que la atención paliativa especializada consigue ahorrar al sistema el 60 por ciento del gasto que generaría un paciente terminal sin estos cuidados, ha señalado que el factor tiempo es importante para los cálculos del ahorro.

“Gómez Batiste encontró que hay una disminución en los costes por paciente tratado con cuidados paliativos de una media de 3.000 euros, pero otros estudios han realizado otras estimaciones”, señala el investigador de Atlantes. “También depende de cuándo acude el paciente al programa de cuidados paliativos: si es un momento temprano, o más avanzado de la enfermedad. Lo que está claro es que cuánto más temprano llegue, más ahorro hay para el sistema. Esencialmente, porque evita tratamientos que son innecesarios al final de la vida, y que en vez de lograr curar o paliar un síntoma, lo que hacen es aumentar el sufrimiento a las personas”.

Cuánto más temprano comiencen los cuidados paliativos para el paciente más ahorro hay para el sistema.

El estudio del Dr. Xavier Gómez Batiste reveló que sólo en Cataluña, los cuidados paliativos suponían en 2006 un ahorro de 33,5 millones de euros cada año, cantidad superior al coste total del gasto de estructura de todos los cuidados paliativos de la comunidad autónoma, informó ABC. A su juicio, la conclusión se puede extrapolar a todo el país. La razón de sus conclusiones se debe a que “la atención paliativa hospitalaria o domiciliaria bien planificada y bien hecha previene muchos problemas y evita que los pacientes recurran a las urgencias o terminen ingresados en las unidades de agudos, porque es la manera más fácil o la única que tienen a mano cuando necesitan atención médica”.

Sánchez Cárdenas considera que “hay que fijarse también en que los estudios que evalúan el coste de la atención paliativa coinciden en señalar que cuanto más temprano se llegue a cuidados paliativos, más éxito habrá en cuando a la eficacia de los tratamientos. Es decir, se logra ponderar los tratamientos que son buenos para los pacientes, pero también aquellos que generarán una adicción en el tratamiento, que no mejoran la calidad de vida del paciente y sí empeora el coste para el sistema”.

Por otra parte, directivos del sector de la salud, como Zacarías Rodriguez, de New Health Foundation, han asegurado que “invertir en cuidados paliativos es ahorrar al sistema, haciéndolo más sostenible y mejorando la calidad de vida de las personas”. En esta línea, la citada fundación defiende que con la implantación de métodos de gestión adecuados, “los cuidados paliativos ahorrarían al sistema sanitario entre un 20 y un 35 por ciento los gastos, mejorando la calidad de vida de los pacientes y aumentando la satisfacción de los pacientes, familiares y cuidadores hasta un 97 por ciento”.

En busca del pensamiento divergente

Sería interesante investigar el momento histórico en el que se inició este proceso de pérdida de gusto por la confrontación con la diferencia. ¿Cuándo se nos hizo tan insoportable la diferencia? ¿O cuándo nos hemos vuelto tan amargados?

12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo despidieron porque fue el primero en informar de una determinada noticia durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Sólo que era una noticia política que picaba para la audiencia de su canal y más aún para el editor. Sucedió en Estados Unidos, pero el eco nos llegó en las líneas de un editorial que Chris Stirewhalt, el periodista involucrado, escribió para Los Angeles Times. Una pieza vibrante en la que el autor toma el testigo del despido para razonar sobre la tensión entre dos palabras opuestas, habituation and information, acostumbramiento e información.

El público estadounidense, se lee, se ha atiborrado (metafóricamente) por un tipo de producto mediático con un alto contenido calórico (noticias falsas) y un pobre contenido nutricional (verdad) y se ha acostumbrado, se ha desinformado. Hasta el punto de que cuando se le transmite una noticia, es decir, cuando se le expone a la información pura, el organismo se derrumba, no reconoce la dieta diaria, la rechaza hasta el punto de vomitar.

conversacion divergente

La metáfora es exagerada, pero arroja luz sobre un rincón que dejamos voluntariamente en la sombra: somos muchos los que ahora sólo somos capaces de escuchar lo que ya sabemos o lo que queremos oír, o confirma nuestro juicio. Somos propensos al acostumbramiento, estamos acomodados a la narración de una realidad simplificada en la que la irrupción de un pensamiento divergente resulta inquietante: se presenta como disidente, ni siquiera se reconoce como lo que es, es decir, algo distinto a nosotros con un curioso potencial. Por lo tanto, se rechaza a priori.

Estamos acomodados a la narración de una realidad simplificada en la que la irrupción de un pensamiento divergente resulta inquietante

Sería interesante investigar el momento histórico en el que se inició este proceso de pérdida de gusto por la confrontación con la diferencia. ¿Cuándo se nos hizo tan insoportable la diferencia? ¿O cuándo nos hemos vuelto tan amargados?

Para nuestros autores latinos, la «divergenza» era una dimensión cotidiana con la que había que lidiar, en la guerra, la política y la filosofía. El latín divertodiversum indica giro hacia dos lados opuestos, separados, distantes. Para César, diferente puede ser, por ejemplo, un camino que procede en sentido contrario al deseado (iter a proposito diversum), por lo que puede ser traicionero, pero atractivo; mientras que para Salustio es la palabra adecuada para describir la agitación entre emociones extremas, entre el miedo y el desenfreno (metu atque lubidine divorsus agitabatur).

Aquí está, entre César y Salustio, el punto doloroso y fascinante: la divergencia se desplaza, abre ventanas, muestra aristas diferentes, por lo tanto expone a riesgos. Como el de cambiar de opinión, el de aceptar que se puede dar un paso atrás o a un lado. Revela cosas de la realidad que nos rodea, fenómenos, que no veíamos y mucho menos calculábamos. Por eso lo necesitamos, sobre todo cuando el mundo que nos rodea es cada vez más complejo y tratar de simplificarlo no hace más que distraernos.

La conversación (de cum – verto, misma composición que di-verto) nos pide que dialoguemos con los que no son iguales, que no piensan lo mismo

Afortunadamente (y esto no es sólo un juego de etimología) hay una forma de soportar la prueba de la divergencia sin caer por oscuros precipicios: se llama conversación.

La conversación (de cum – verto, misma composición que di-verto) nos pide que dialoguemos con los que no son iguales, que no piensan lo mismo y no ven lo mismo que nosotros, y sin embargo participan en la misma comunidad.

Conversar es un tiempo dedicado a confiar en la propia diferencia y, al mismo tiempo, a dejarse invertir por la opinión divergente de los demás, con el fin de empujarse a terrenos de creatividad nunca antes imaginados. Una conversación franca sobre cómo reajustar los estilos de vida, la política y la economía tras el golpe de la pandemia es el ejemplo más banal que se puede proponer. Pero todo el mundo puede comprobarlo en su experiencia cotidiana: en diferentes niveles, la conversación es una invitación a renunciar asignar las propias responsabilidades a los demás.

Los que se «acostumbran» (por retomar la expresión del periodista estadounidense) a este tipo de conversación, difícilmente renunciarán a ella. Porque es una activación de la humanidad: se arriesgan los depósitos personales de certezas y proyectos, por una apuesta mayor. Contrarresta la adicción, esa desagradable forma de obesidad del alma.

Sí, tienes que renunciar a algo, pero lo que ganas es más. Se trata de una cuestión de hechos, no de palabras.

El autorMaria Laura Conte

Licenciada en Letras Clásicas y doctora en Sociología de la Comunicación. Directora de Comunicación de la Fundación AVSI, con sede en Milán, dedicada a la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria en todo el mundo. Ha recibido varios premios por su actividad periodística.

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¿Homilías aburridas? Predicar sin matar de aburrimiento

¿Te has dormido en la predicación de Misa? No, no eres el único y, en más de una ocasión la razón está en una predicación realmente aburrida.

12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando estaba preparándome para ser sacerdote, casi siempre me dormía en las homilías de Misa. Especialmente cuando uno de mis superiores -no preguntes, no diré quién- era el que predicaba. Siempre me dormía. No fallaba. Hay toda una técnica que se va perfeccionando para que no se note demasiado que uno está dormido en Misa. En ocasiones parece que asientes a lo que dice el cura; a veces parecerá que estás sumido en una profunda contemplación, o podría parecer que estás emocionado y no puedes levantar la cabeza para que no se noten las lágrimas. Lo cierto es que yo, inevitablemente, estaba durmiendo.

Un día, después de confesarme de aquello, quise convencerme de que el problema no era del padre predicador sino mío, y decidí que iba a transcribir la homilía por completo, de “pe” a “pa”. Así, evitando el sopor, podría comprender la profundidad del mensaje que otras veces me había hecho rendirme en los brazos de Morfeo. Dicho y hecho. Aquel día escribí todo lo que dijo aquel buen sacerdote. Después lo leí. Lo volví a leer. Lo subrayé. Finalmente llegué a la terrible conclusión de que, sencillamente, no había dicho nada. Fueron 20 minutos de no decir nada y no parar de hablar. Yo pensaba que aquello no era posible, pero sí. Luego he comprobado que es más frecuente de lo que parece y que no es especialidad exclusiva de los curas; políticos, profesores, incluso conferenciantes caminan por esos parajes nihilistas comunicativamente hablando y provocan, lo quieran o no, lo sepan o no, el mismo sueño que yo sufrí en aquellas larguísimas homilías en mi época de estudiante.

Es más frecuente de lo que parece y que no es especialidad exclusiva de los curas; políticos, profesores, incluso conferenciantes caminan por esos parajes y provocan el mismo sueño

Lo de aburrir en las homilías no es nuevo. Los Hechos de los Apóstoles nos cuentan que en Tróade, una ciudad en la costa del mar Egeo, san Pablo estuvo predicando a los cristianos. En el tercer piso, sentado en el alféizar de la ventana, un chaval, Eutiquio, le escuchaba. También a él le venció el sopor y se quedó dormido. En ese instante cayó al suelo y se mató. Murió, literalmente, de aburrimiento. La historia termina bien, porque San Pablo resucita al chico y lo devuelve a la madre que ya le amenazaba con el bolso, pero ahí queda como aviso para navegantes en las tortuosas aguas de la predicación. En este caso, san Pablo tenía mucho que decir; el fallo fue, quizá, que quiso decir demasiado. No le falló el “qué” sino el “cómo”.

Aburridos y aburridores campan por doquier en todos los estamentos de la Iglesia. Ni siquiera los obispos se libran de verse envueltos por el sopor ante la predicación de un hermano suyo en el episcopado. En esas ceremonias, el dormitar episcopal se hace más evidente a los ojos de todos por el inclinarse de la mitra en su cabeza, que no admite estrategia alguna que lo disimule.

Me gustaría ayudarte para que esto no te pase a ti, y poner por escrito algunas ideas a ver si me aplico, yo también, el cuento.

Los últimos años de seminario tuve la suerte de que me destinaran a una parroquia del centro de Madrid, la parroquia de la Concepción de Nuestra Señora. Ahí los seminaristas hacíamos de todo. Los domingos yo hacía tres cosas y disfrutaba mucho de las tres. Primero tocaba el órgano en Misa de 11:00. Después ayudaba en Misa de 12:30. Pero lo que más me gustaba era lo que venía después: en la Misa de las 14:00 celebraba la Misa un sacerdote excepcional, Pablo Domínguez.

Había preparación, inteligencia, pasión, cercanía y deseo de comunicar

La iglesia, grande, se llenaba de gente joven para rezar, y también para escucharle. Yo me quedaba siempre en la trastienda para escuchar sus homilías. Nunca me dormí. Como toda la iglesia, me quedaba absorto, cautivado, atrapado por las palabras de Pablo. Su mensaje llegaba a cabeza, tocaba el corazón y movía la voluntad. Extraía novedad de lo de siempre y te hacía ver con asombro cosas del Evangelio que ya conocías y que habías pasado por alto mil veces. Creo que ahí comencé a apasionarme por la predicación.

¿Instinto? ¿Un don natural? Tal vez, pero estoy convencido que también había preparación, inteligencia, pasión, cercanía, deseo de comunicar y otras muchas cosas de las que quiero hablarte en estas líneas.

Así que para ti, que tienes que predicar todas las semanas o todos los días, para ti, hermano sacerdote, o diácono, para ti que te preparas en el seminario al sacerdocio, incluso para Usted, señor obispo, sucesor de los apóstoles y “heraldo de la Palabra” -como decía San Juan Pablo II (cfr. Pastores Gregis, cap. 3)- sirvan estas líneas, sobre algunas de las ideas que trato de repetirme cuando preparo y cuando predico, con la finalidad de que cada uno de los domingos consiga comunicar el Evangelio de Jesucristo cautivando al personal, y no dormir y aburrir, hasta la muerte, a los sufridos feligreses.

El autorJavier Sánchez Cervera

Sacerdote. Párroco de San Sebastián Mártir de San Sebastián de los Reyes (Madrid)

España

«Si miramos a los demás de otro modo empezaremos a cuidar de verdad»

Entrevista a José Luis Méndez, director del departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo.

Maria José Atienza·11 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La festividad de Nuestra Señora de Lourdes enmarca la Jornada Mundial del Enfermo que, la Iglesia española celebra este año bajo el lema “Cuidémonos mutuamente”.

Con este motivo, Omnes ha entrevistado a José Luis Méndez, director del departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española.

 P- ¿Cómo podemos aprovechar la Jornada del enfermo para ampliar la conciencia de la necesidad de la ayuda mutua y la verdadera fraternidad?

 R- Hemos de aprovechar para ayudarnos mutuamente. Por una parte, quienes están sanos, rezando por los enfermos y quienes los cuidan y, al mismo tiempo, los enfermos pueden ofrecer cada rato de soledad, o de sufrimiento. Todo eso es un misterio con el que Cristo nos hace partícipes de su redención y, por lo tanto, es algo de un valor inestimable para la humanidad entera.

P- ¿Cómo vivir esta Jornada en medio de una época marcada por el coronavirus y con noticias diarias de fallecimientos, contagios… que pueden llegar a provocar desazón entre los cristianos?

 R- Lo primero, hemos de no instalarnos en la cultura de la queja. Es verdad que los tiempos son duros, las cifras de muertes e ingresos en hospital encogen el corazón pero podemos tener dos posturas: quedarnos con el dato y asustarnos, o bien, escuchar el dato, encomendar a esos ingresados y proponernos repetir alguna oración breve a lo largo de la jornadas por los que ingresan o han fallecido. Tenemos que pensar más en el Cielo, dar razón de nuestra esperanza, porque el mal tiene fin, porque Dios le ha puesto un límite en Jesucristo.

Ante la situación de pandemia no podemos instalarnos «cultura de la queja»

P- Cómo podemos continuar alentando la importancia del cuidado y dignidad de los enfermos y mayores?

R – Lo primero, es pedir a la Virgen que cambie nuestros corazones para que nos ayude a mirar a los demás con ternura. Me gusta mucho esa expresión del pontificado del Papa Francisco «la revolución de la ternura». Sin esta ternura los cuidados serán una cosa meramente técnica. Si somos capaces de mirar a los demás de otra manera nos sentiremos involucrados en sus dolores, limitaciones, sufrimientos… y entonces empezaremos a cuidar de verdad. El cuidado «técnico» es imprescindible, pero hay un cuidado más hondo: el de una caricia, una mirada, un saber escuchar.

Si miramos con ojos de Cristo descubrimos que un minuto de una vida de un enfermo que se esta muriendo es una ocasión para amar y vale una eternidad.

P- ¿Cómo seguir avanzando en la difusión de la cultura de la vida?

R- Antes de nada, rezar y también animar a la gente a mirar de otra manera. Como dice esa oración «Que yo vea con tus ojos Cristo mío, Jesús de mi alma». Así entenderemos qué significa cuidar de verdad. Descubrimos que un minuto de una vida de un enfermo que se esta muriendo, ese minuto, es una ocasión para amar y vale una eternidad.

Cultura

Un congreso aborda los 50 años del doctorado de Santa Teresa de Jesús

El Congreso Internacional «Mujer excepcional. Cincuenta años del doctorado de Santa Teresa de Jesús» tiene como objetivo ser marco de encuentro, diálogo y debate científico.

Maria José Atienza·11 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La capital abulense acogerá del 12 al 15 de abril, el Congreso Internacional “Mujer Excepcional. Cincuenta años del Doctorado de Santa Teresa de Jesús”. Unas jornadas promovidas por el Obispado de Ávila, los Carmelitas Descalzos y la Universidad Católica de Ávila para conmemorar el 50 Aniversario del Doctorado de Santa Teresa de Jesús.

El congreso cuenta, además con la colaboración de la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt y, se desarrollará de forma bimodal –presencial y online-.

El Congreso Internacional «Mujer excepcional. Cincuenta años del doctorado de Santa Teresa de Jesús» tiene como objetivo ser marco de encuentro, diálogo y debate científico. El congreso cuenta con una serie de temas – eje alrededor de los que pivotarán las diferentes ponencias.

Temas del congreso

    Teología espiritual. La mística en el contexto académico en los ss. XX y XXI

    Mujer e Iglesia.

    Relaciones, paralelismos y contrastes entre Sta. Teresa de Jesús y otros santos doctores y doctoras de la Iglesia.

    Nueva evangelización

Entre los ponentes con los que cuenta este congreso se encuentran el Card. Aquilino Bocos que hablará sobre «La reforma teresiana y nuestra reforma. La inolvidable lección de la primera Doctora de la Iglesia», la Prof. Dra. Marianne Schlosser con una ponencia sobre «Sentido eclesial de la declaración de una mujer maestra de oración como doctor de la Iglesia. El rostro femenino de la Iglesia» o el Dr. Silvano Giordano ocd quien desarrollará el camino de santa Teresa de Jesús hasta el doctorado.

Santa Teresa de Jesús. Doctora de la Iglesia

Pablo VI proclamó a Santa Teresa de Jesús Doctora de la Iglesia siendo la primera mujer en recibir este título. En la homilía de la ceremonia del 27 de septiembre de 1970, Pablo VI se refería a ella como “esta santa tan singular y tan grande, suscita en nuestro espíritu un cúmulo de pensamientos. La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como a una religiosa que, envuelta toda ella de humildad, penitencia y sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa  incomparable e incansable alma activa”.

Toda la información del congreso en https://congresosantateresadoctora.es/

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Actualidad

«Los proyectos de Manos Unidas muestran que otro mundo es posible»

La ONGD Católica Manos Unidas ha presentado hoy su campaña “Contagia solidaridad para acabar con el hambre” que ha contado con los testimonios de Raquel Reynoso, desde Perú, y Alicia Vacas, desde Israel

Maria José Atienza·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La presentación de la campaña de Manos Unidas para este año 2021 ha tenido como protagonistas algunos de los colectivos más golpeados por el hambre y la pobreza en el mundo: las comunidades indígenas en Ayacucho y mujeres africanas en busca de asilo en Israel.

Durante su intervención, Alicia Vacas, responsable de las Misioneras Combonianas para Oriente Medio y Asia, ha comenzado explicando que, si bien Israel no es un país pobre «existen bolsas de pobreza y sobre todo una situación crónica de discriminación de algunos grupos, como los migrantes africanos o los beduinos palestinos de los territorios ocupados o refugiados iraquíes y sirios».

El proyecto Kuchinate

Alicia Vacas ha centrado su intervención en las mujeres africanas, procedentes de grupos de emigrantes sudaneses del sur y eritreos. Mujeres que han sufrido abusos y violencia y sin reconocimiento de refugiadas por parte del Gobierno. Antes de llegar a Israel han sufrido, como ha relatado esta misionera «todo tipo de penalidades y violencias: una travesía por el desierto para llegar a Israel, el rapto y violencia ejercidos por las mafias, torturas y extorsiones… «.

Cambio de mentalidad

Unas experiencias que no era fácil que compartieran para ayudarlas, hasta que una misionera comboniana de origen eritreo explicó que en su país, las penas de las mujeres se compartían tejiendo. Así nació Kuchinate (Ganchillo en tigriña) que se desarrolla gracias al apoyo de Manos Unidas. Gracias a una donación providencial de tela de camiseta, empezaron a reunirse las mujeres para tejer cestos de ganchillo y así empezaron a tejerse también las relaciones personales y la apertura de las heridas.

En la actualidad Kuchinate atiende a «más de 300 mujeres en situación de vulnerabilidad extrema conforman este proyecto. Reciben, sobre todo, apoyo psicosocial, profesional, facilitando su integración en la sociedad israelí y su reconocimiento como refugiadas».

La responsable de las Misioneras Combonianas para Oriente Medio y Asia, ha subrayado que Kuchinate es «un ejemplo que «otro mundo es posible, que existen alternativas al miedo, a la exclusión… y que la alternativa pasa por la solidaridad y la custodia del bien común que es lo que centra la campaña de Manos Unidas este año y es lo que nos recuerda el papa Francisco en la Fratelli tutti», y ha concluido su intervención con una llamada a «que esta crisis sea una oportunidad para ponernos en la piel de los que más sufren».

Perú: agua y promoción de la mujer

Por su parte, desde Perú, la presidenta de la asociación SER (Servicios Educativos Rurales), Raquel Reynoso, ha puesto el acento en la vulnerabilidad que la pandemia ha mostrado a toda la sociedad.

Reynoso ha relatado la situación de las poblaciones de Ayacucho, (Perú), zona en la que ella trabaja, en proyectos con el apoyo de Manos Unidas, además de la pandemia de Covid, estas poblaciones sufren, desde antes, «falta de agua potable, son comunidades que viven al día y que, si no salían a vender morían de hambre o morían de Covid. Además muchos de ellos no tienen electricidad y no podían conservar alimentos para un confinamiento».

Además ha descrito la situación de las mujeres con las que trabaja y que han sufrido las consecuencias de los conflictos armados que, desde hace decenios, golpea la zona, así como las discriminación por su condición femenina. Son estas mujeres, sin embargo las que se ocupan de trabajar la tierra.

Reynoso se ha centrado en dos líneas que se trabajan, con el apoyo de Manos Unidas, con esperanzadores resultados: la puesta en marcha de proyectos de saneamiento y acceso al agua y el impulso a proyectos de promoción de la mujer para que, tanto ellas como el entorno familiar y social, entendieran sus derechos colectivos, sean reconocidas y valoradas y accedan también a puestos directivos como los varones.

Reynoso ha destacado la solidaridad que las comunidades rurales de esta zona peruana an mostrado en estos tiempos de pandemia, que ha golpeado con mucha fuerza la zona. Una solidaridad entre los propios vecinos pero que también les ha llevado por ejemplo, a enviar alimentos a las zonas urbanas y a crear huertos familiares y comunitarios para ayudarse mutuamente. Una solidaridad de la que «podemos contagiarnos y ver cómo se puede compartir lo poco que tiene».

Libros

Heridas transformadas

José Miguel Granados te recomienda la lectura de Loved as I am, de Miriam James Heidland.

José Miguel Granados·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ficha del libro

Título: Loved as I am. An invitation to Conversion, Freedom and Healing through Jesus
Autor: Miriam James Heidland, S.O.L.T.
Editorial: Ave Maria Press
Año: 2014
Páginas: 106

“Every pain which is not transformed is transmitted – Toda herida no transformada se transmite”. Es una de las afirmaciones más contundentes de Sister Miriam James Heidland en sus impresionantes charlas testimoniales y temáticas (que pueden verse en las redes sociales) o en su reciente publicación: Loved as I am. An invitation to Conversion, Freedom and Healing trough Jesus (Amada como soy. Una invitación a la conversión, la libertad y la sanación a través de Jesús).

La autora, sister Miriam James Heidland

En efecto, la experiencia nos enseña que un alma enferma por el pecado rezuma veneno y amargura. A su vez, podemos constatar que toda herida del corazón sanada por la gracia hace a la persona más sabia, agradecida y humilde: la capacita para derramar la ternura y la bondad del Señor alrededor, especialmente a los hermanos que padecen. 

Así le ocurre a esta dinámica religiosa tejana, descendiente de emigrantes alemanes, que en su juventud universitaria fue jugadora de voleibol y pasó también por una época penosa, alejada de Dios, atrapada por adicciones. El Señor se le acercó compasivo en la mirada de misericordia de un anciano sacerdote, que le ayudó a levantarse para emprender con coraje la hermosa senda del amor de totalidad a Cristo.

Podemos constatar que toda herida del corazón sanada por la gracia hace a la persona más sabia, agradecida y humilde

Los auditorios se rinden conmovidos ante la autenticidad y la fuerza de esta consagrada que muestra sencillamente sus miserias purificadas por la divina misericordia, convertida en testigo convincente de la alegría del evangelio. Su corazón nuevo irradia la belleza del seguimiento de Cristo.

También nuestra vida transformada y sanada por el Espíritu del Señor, plena y luminosa, llevará a muchos a acoger el poder de Jesús, médico de las almas, amigo entrañable y salvador del mundo.

Vaticano

«Quien reza es como el enamorado, lleva en el corazón la persona amada»

El Papa Francisco ha reflexionado, en la audiencia de este miércoles 10 de febrero, sobre la oración en la vida cotidiana, que impregna todos los aspectos de nuestra vida.

David Fernández Alonso·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco se ha dirigido a los fieles de todo el mundo desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, en la mañana de este miércoles 10 de febrero.

La oración en la vida ordinaria

En la catequesis precedente el Santo Padre reflexionó sobre cómo la oración cristiana está “anclada” en la liturgia. En esta ocasión, Francisco ha destacado cómo desde la liturgia la oración vuelve a la vida cotidiana: «por las calles, en las oficinas, en los medios de transporte… Y ahí continúa el diálogo con Dios: quien reza es como el enamorado, que lleva siempre en el corazón a la persona amada, donde sea que esté».

El Papa afirma que «de hecho, todo es asumido en este diálogo con Dios: toda alegría se convierte en motivo de alabanza, toda prueba es ocasión para una petición de ayuda».

Por tanto, «la oración está siempre viva, como una brasa de fuego, también cuando la boca no habla. Todo pensamiento, incluso si es aparentemente “profano”, puede ser impregnado de oración».

El misterio De Dios

En la misma línea se dirigió también al aspecto orante de la inteligencia, señalando que «es una ventana asomada al misterio: ilumina los pocos pasos que están delante de nosotros y después se abre a la realidad toda entera, que la precede y la supera». Para el Papa, «este misterio no tiene un rostro inquietante o angustiante: el conocimiento de Cristo nos hace confiados que allí donde nuestros ojos y los ojos de nuestra mente no pueden ver, no está la nada, sino una gracia infinita.

La oración cristiana infunde en el corazón humano una esperanza invencible: «cualquier experiencia que toque nuestro camino, el amor de Dios puede convertirlo en bien».

Cada día que empieza, si es acogido en la oración, va acompañado de valentía

Papa Francisco

A continuación, el Papa ha reflexionado sobre la importancia de afrontar el presente con alegría: «No existe otro maravilloso día que el hoy que estamos viviendo. Y es la oración quien lo transforma en gracia, o mejor, que nos transforma: apacigua la ira, sostiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza para perdonar. En algún momento nos parecerá que ya no somos nosotros los que vivimos, sino que la gracia vive y obra en nosotros mediante la oración. Cada día que empieza, si es acogido en la oración, va acompañado de valentía, de forma que los problemas a afrontar sean estorbos a nuestra felicidad, sino llamadas de Dios, ocasiones para nuestro encuentro con Él».

Rezar por todos

Además, el Papa Francisco nos anima a rezar siempre por todo y por todos, tanto por nuestros seres queridos cómo por nuestros enemigos: «La oración dispone a un amor sobreabundante. Recemos sobre todo por las personas infelices, por aquellos que lloran en la soledad y desesperan porque todavía haya un amor que late por ellos.

En definitiva, que «la oración realiza milagros; y los pobres entonces intuyen, por gracia de Dios, que, también en esa situación suya de precariedad, la oración de un cristiano ha hecho presente la compasión de Jesús: Él de hecho miraba con gran ternura a la multitud cansada y perdida como ovejas sin pastor (cfr Mc 6,34).

Somos seres frágiles, pero sabemos rezar: esta es nuestra dignidad más grande. Y cuando una oración es según el corazón de Jesús, obtiene milagros

Papa Francisco

La oración desde nuestra fragilidad

El Santo Padre quiso recordar que amando al mundo así, encontramos el misterio De Dios: «Es necesario querer a todos y cada uno recordando, en la oración, que todos somos pecadores y al mismo tiempo amados por Dios uno a uno. Amando así este mundo, amándolo con ternura, descubriremos que cada día y cada cosa lleva escondido en sí un fragmento del misterio de Dios».

Por último, el Papa ha concluido la catequesis aludiendo al filósofo Pascal: «El hombre es semejante a un soplo, como la hierba (cfr Sal 144,4; 103,15). El filósofo Pascal escribía: «No es necesario que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua bastan para matarlo».

«Somos seres frágiles, pero sabemos rezar: esta es nuestra dignidad más grande. Y cuando una oración es según el corazón de Jesús, obtiene milagros».

Educación

Profesionales del Derecho denuncian la LOMLOE ante el Parlamento Europeo

La Comisión Jurídica Nacional por la Libertad de Educación ha presentado una Petición en la que se solicita el amparo de las instituciones comunitarias ante los ataques a la libertad de educación que se derivan de la recientemente aprobada Ley Orgánica de Mejora de la LOE.

Maria José Atienza·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En en su escrito ante el Parlamento Europeo, registrado por esta cámara el pasado 28 de enero, la Comisión Jurídica Nacional por la Libertad de Educación denunció, entre otros, la violación de los artículos 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y 27 de la Constitución Española, que protegen la libertad de educación y de enseñanza.

La Comisión ha subrayado seis aspectos básicos de esta nueva normativa que vulneran la normativa comunitaria o nacional:

  • La vulneración de la libertad educativa y religiosa, al no relacionarse la asignatura de Religión de entre las materias a impartir, lo que puede dar lugar a su directa supresión, o a su minusvaloración, al perder la exigencia de equiparabilidad y evaluación de la asignatura.
  • La inclusión de asignaturas de carácter ideológico que podrían violentar las creencias de padres y alumnos, alejándose de valores comunes y al margen de aquellos que encuentran acogida en la Constitución Española y textos comunitarios.
  • La abierta discriminación de la escuela concertada, al cambiar el concepto de derecho a la educación por el de ‘derecho a la educación pública’. Además, hace de la concertada un sistema educativo subsidiario y al eliminar concepto de demanda social pretende su paulatina asfixia, quebrantando la libertad de creación de centros de enseñanza y la libertad educativa.
  • La persecución del modelo de educación diferenciada, violentando el ideario de los centros y la libertad de elección del modelo pedagógico o educativo que los padres entiendan más adecuado para el desarrollo de la personalidad de sus hijos en libertad.
  • La progresiva desaparición de la educación especial frente al criterio de una amplia mayoría de padres.
  • La desprotección del español o castellano en las aulas, al quedar la utilización de la lengua oficial del Estado al albur de arbitrarias decisiones administrativas o políticas, desconociéndose el deber de todos los españoles a conocerla y su derecho a usarla.

El escrito presentado por esta Comisión Jurídica tiene como objetivo lograr una respuesta política desde el Parlamento Europeo con el fin de abrir vías de intervención para que las instituciones comunitarias protejan jurídicamente los derechos esenciales de tantas familias que han sido vulnerados.

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Vaticano

El valioso testimonio de los ancianos

La Pontificia Academia para la Vida ha hecho público esta mañana el documento "La vejez: nuestro futuro. El estado de las personas mayores después de la pandemia", donde reflexiona sobre la situación de nuestros ancianos y el valioso aporte que hacen a la sociedad. 

David Fernández Alonso·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

En la mañana de este martes 9 de febrero, a las 11.30, en directo streaming, desde la sala «Juan Pablo II» de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la presentación del documento de la Pontificia Academia para la Vida: «La vejez: nuestro futuro. El estado de las personas mayores después de la pandemia».

Han intervenido el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, S.E. Mons. Vincenzo Paglia, el secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Mons. Bruno-Marie Duffè y la profesora Etsuo Akiba, docente de la Universidad de Toyama (Japón), académica de Número de la Pontificia Academia para la Vida, conectada desde la ciudad nipona.

El título del documento propone una reflexión sobre las lecciones que hay que extraer de la emergencia sanitaria causada por la propagación del Covid-19, sobre sus consecuencias para hoy y para el futuro de nuestras sociedades.

Un camino de la Iglesia

En este sentido, esta situación que estamos viviendo a escala global nos lleva a aprender lecciones que han hecho surgir una doble conciencia: «por un lado, la interdependencia entre todos y por otro la presencia de fuertes desigualdades. Todos estamos a merced de la misma tormenta, pero en un cierto sentido, se puede decir, que remamos en barcos diferentes, los más frágiles se están hundiendo cada día”. 

“Es esencial repensar el modelo de desarrollo de todo el planeta», dice el documento, que retoma la reflexión ya iniciada con la Nota del 30 de marzo de 2020 (Pandemia y Fraternidad Universal), continuada con la Nota del 22 de julio de 2020 (La Humana Communitas en la era de la Pandemia. Consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida) y con el documento conjunto con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano) del 28 de diciembre de 2020.

La intención, como se puede apreciar, es proponer el camino de la Iglesia, maestra de humanidad, con respecto a un mundo que ha cambiado por la situación de pandemia, dirigido a mujeres y hombres en busca de sentido y esperanza para sus vidas.

El golpe de la pandemia

Los ancianos fueron un sector especialmente golpeado durante las primeras fases de la pandemia, concretamente en las residencias de ancianos, lugares que se suponía que debían proteger a los más frágiles de la sociedad y en los que, en cambio, la muerte golpeó desproporcionadamente más que en el hogar y el entorno familiar.

“Lo que ha sucedido durante la pandemia de COVID-19 nos impide resolver la cuestión de la atención a los ancianos con la búsqueda de chivos expiatorios, de culpables individuales y, por otro lado, de levantar un coro en defensa de los excelentes resultados de los que evitaron el contagio en las residencias. Necesitamos una nueva visión, un nuevo paradigma que permita a la sociedad cuidar de los ancianos”.

En 2050, uno de cada cinco será anciano

El documento destaca una situación llamativa, que “bajo el perfil estadístico-sociológico, los hombres y las mujeres tienen en general, hoy en día, una más larga esperanza de vida”. “Esta gran transformación demográfica representa, efectivamente, un gran desafío cultural, antropológico y económico». Según datos de la Organización Mundial de la Salud, – se lee en el documento – en 2050 en el mundo habrá dos mil millones de personas mayores de sesenta años, es decir, una de cada cinco será anciana. Así pues, “es esencial hacer que nuestras ciudades sean lugares inclusivos y acogedores para la vida de los ancianos y, en general, para la fragilidad en todas sus expresiones”.

El don de ser anciano

En nuestra sociedad suele prevalecer la idea de la vejez como una edad infeliz, comprendida solamente como la edad de los cuidados, de la necesidad y de los gastos para tratamientos médicos. Sin embrago, nada más alejado de la realidad: “Llegar a anciano es un don de Dios y un enorme recurso, un logro que hay que salvaguardar con cuidado”, dice el documento, “incluso cuando la enfermedad llega a discapacitar y surge la necesidad de una atención integrada y de alta calidad”. “Y es innegable que la pandemia ha reforzado en todos nosotros la conciencia de que la ‘riqueza de los años’ es un tesoro que debe ser valorado y protegido”.

Un nuevo modelo para los más frágiles

En cuanto a la asistencia, la Pontificia Academia para la Vida indica un nuevo modelo, sobre todo para los más frágiles, inspirado sobre todo en la persona: la aplicación de este principio implica una intervención organizada a diferentes niveles, que realiza una continua asistencia entre el propio hogar y algunos servicios externos, sin censuras traumáticas, no aptas a la fragilidad del envejecimiento, que “las residencias de ancianos deberían recalificarse en un continuum sociosanitario, es decir, ofrecer algunos de sus servicios directamente en los hogares de los ancianos: hospitalización a domicilio, atención a la persona individualmente con respuestas de atención moduladas en función de las necesidades personales a baja o alta intensidad, donde la atención sociosanitaria integrada y la domiciliación sigan siendo el eje de un nuevo y moderno paradigma”. Se espera reinventar una red más amplia de solidaridad “no exclusiva y necesariamente basada en lazos de sangre, sino articulada según la pertenencia, la amistad, el sentimiento común, la generosidad recíproca para responder a las necesidades de los demás”.

Los jóvenes y los ancianos

El documento evoca un «encuentro» entre los jóvenes y los ancianos que puede aportar al tejido social “esa nueva linfa de humanismo que haría que la sociedad estuviese más unida”. En varias ocasiones el Papa Francisco ha instado a los jóvenes a ayudar a sus abuelos. El documento recuerda que “el hombre que envejece no se acerca al final, sino al misterio de la eternidad” y, para comprenderlo, “necesita acercarse a Dios y vivir en relación con Él”. De ahí que sea una “tarea de caridad en la Iglesia” el “cuidar la espiritualidad de los ancianos, su necesidad de intimidad con Cristo y de compartir su fe”. El documento deja claro que «Es solamente gracias a los ancianos que los jóvenes pueden redescubrir sus raíces, y sólo gracias a los jóvenes que los ancianos recuperan la capacidad de soñar”.

El valioso testimonio de la fragilidad

La fragilidad de los ancianos también puede ser un valioso testimonio: “Se puede leer como un “magisterio”, una enseñanza de vida», señala el documento, y aclara que «la vejez también debe ser entendida en este horizonte espiritual: es la edad particularmente propicia al abandono en Dios”: “a medida que el cuerpo se debilita, la vitalidad psíquica, la memoria y la mente disminuyen, la dependencia de la persona humana a Dios se hace cada vez más evidente”.

El punto de inflexión cultural

Por último, hace un llamamiento para que «toda la sociedad civil, la Iglesia y las diversas tradiciones religiosas, el mundo de la cultura, de la escuela, del voluntariado, de las artes escénicas, de la economía y de las comunicaciones sociales deben sentir la responsabilidad de sugerir y apoyar -en el marco de esta revolución copernicana-nuevas e incisivas medidas que permitan acompañar y cuidar a los ancianos en contextos familiares, en sus propias casas y, en todo caso, en entornos domésticos que se asemejen más a los hogares que a los hospitales. Este es un cambio cultural que debe ser implementado”.

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FirmasHosffman Ospino

Catolicismo estadounidense con sabor hispano

El liderazgo y las comunidades católicas estadounidenses en los años venideros tiene rostro y acento hispano. 

9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

No hace mucho, y me refiero tan sólo a unas cuantas décadas atrás, el hablar de realidades católicas estadounidenses implicaba hablar de comunidades y líderes eclesiales primordialmente de origen irlandés, alemán, italiano, entre otras nacionalidades europeas.

Los cambios demográficos y culturales en el mundo católico estadounidense en las últimas décadas han cambiado eso. Cuando se habla de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el primer nombre que suena es el de su actual presidente, el Arzobispo José Gómez. Monseñor Gómez, de origen mexicano, es también el líder pastoral de la arquidiócesis católica más grande del país, Los Ángeles, en la cual viven más de 4.3 millones de católicos, 74 por ciento de ellos hispanos.

En las urbes más grandes del país, incluyendo Chicago, Houston, Miami y Nueva York, más de la mitad de la población católica que reside allí es hispana. Unas 4.500 parroquias católicas de las aproximadamente 16.900 que hay en el país ofrecen servicios y acompañamiento pastoral en español.

Estos signos y realidades sirven como evidencia del movimiento tectónico a nivel cultural y eclesial que está ocurriendo en el mundo católico estadounidense. Quizás el mejor indicador de lo que el catolicismo en los Estados Unidos será en lo que resta del siglo XXI son los jóvenes. Aproximadamente el 60 por ciento de los jóvenes católicos menores de 18 años son hispanos. No hay que adivinar qué rostro tendrán el liderazgo y las comunidades católicas estadounidenses en los años venideros.

La historia de las comunidades católicas

El hablar de un movimiento tectónico exige también hablar de geografía. La gran mayoría de inmigrantes católicos que llegaron desde Europa en los siglos XIX y comienzos del siglo XX se radicaron en el noreste y el medio oeste del país. Allí establecieron una red masiva de parroquias, colegios, universidades y centros de servicios sociales que hicieron de los católicos uno de los grupos más influyentes en el contexto estadounidense.

Desde el año 2015, gracias a la presencia hispana que fluye sin parar desde América Latina y el Caribe, la mayoría de católicos estadounidenses ahora viven en el Sur y el Oeste del país. Allí se forja el presente y el futuro del catolicismo estadounidense. Uno de los grandes desafíos es la falta de estructuras básicas que apoyen el crecimiento de la población católica hispana, especialmente parroquias y colegios católicos. Sin embargo, es un catolicismo más ágil, menos estructurado y más diverso.

Procesion Tennessee
Procesión de comunidad hispana en Cookeville, Tennessee.

Parte de mi trabajo investigador como teólogo es estudiar la evolución estructural, cultural y teológica de esta nueva manera de ser católicos en un país de profundas raíces anglosajonas y protestantes. Ser parte de la experiencia católica estadounidense en el siglo XXI es participar del nacimiento de una comunidad que se ha ido gestando por siglos. Y como todo nacimiento, el surgir de esta comunidad no viene sin sus debidos dolores.

A mí me gusta cocinar. Me gusta experimentar con ingredientes y sazones. Me gusta cambiar las recetas de vez en cuando. También me gusta comer en restaurantes y a veces suelo pedir el mismo plato en distintos lugares para poder apreciar las distintas maneras como es preparado. No me deja de llamar la atención que aunque los ingredientes sean prácticamente los mismos, los sabores son distintos dependiendo de quién los cocine y cómo lo haga. Por supuesto, la calidad de los ingredientes y las sazones también afecta el sabor.

Pues bien, somos testigos hoy en día de una serie de cambios demográficos, socioculturales y eclesiales profundos que hacen del catolicismo estadounidense una experiencia con un sabor particular. Es un catolicismo estadounidense con sabor hispano del que hay mucho qué decir y del cual seguramente escucharemos bastante en este siglo.

El autorHosffman Ospino

Vocaciones

Fran Delgado: «La vocación es como levantar el capó de un coche»

Francisco Delgado es un joven jesuita que cursa el primer año de Filosofía. Una vocación millenial al que, como cualquier joven con estas inquietudes, no le fue fácil dar el paso de decir que sí a la llamada de Dios. 

Maria José Atienza·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Fundada por San Ignacio de Loyola en 1540, la Compañía de Jesús, los jesuitas, es una de las familias religiosas más conocidas y extendidas en todo el mundo.

En estos más de cinco siglos de historia, de entre sus miembros han salido grandes santos: San Pedro Canisio, San Estanislao Kostka, san Luis Gonzaga o, más recientemente, San Alberto Hurtado o San José María Rubio.

Una larga historia de santidad que es espejo en el que mirarse para las nuevas generaciones de jesuitas. Uno de ellos es Francisco Delgado,  Fran, que relata para Omnes en su número impreso de este mes, el descubrimiento de su vocación y los inicios en la Compañía, dentro de la que ya ha realizado sus primeros votos.

«Voy a ser jesuita»

Aunque había ido a un colegio de la Compañía, Fran no tuvo contacto cercano con ningún jesuita hasta la Universidad. Su descubrimiento del carisma de la Compañía fue paulatino y su entrada en ella, supuso una sorpresa para todos: “Yo participaba activamente en iniciativas de Iglesia y tenía mi grupo de fe, pero la vida religiosa y en la Compañía de Jesús parecían piezas disonantes”, explica.

No se callaron lo que pensaban, y se lo agradezco.

Cuando comunicó su decisión a padres y amigos “Nadie lo entendía muy bien. Supongo que lo desconocido siempre asusta. A mí el primero. Y no se callaron lo que pensaban… Y lo agradezco. Más tarde, en una visita al noviciado, mis padres se pusieron serios y me dijeron que me apoyarían tanto si decidía ir hacia adelante como si me plantaba y seguía otro camino. Creo que eso marcó un punto de inflexión con ellos, del que estoy profundamente agradecido”, relata, “en cuanto a los amigos, me sorprendió mucho la reacción de varios de ellos no cristianos. Sin compartir la opción y siendo muy críticos con la Iglesia, extrañamente veían algo de bueno en mi decisión y me animaron”.

Las dudas no son absurdas

Un joven prometedor, con un futuro por delante, que lo deja todo… ¿lo deja todo? A ojos del mundo, incluso de muchos católicos, sí. Y las dudas que le planteaban, como Francisco señala, tenían sentido. Para algunas de ellas “tenía clara la respuesta porque ya me había enfrentado yo mismo a esa duda, otras veces callaba sin respuesta y otras me ponía de los nervios porque me tocaban la fibra sensible”.  

Las preguntas apuntaban a partes profundas del corazón y para mí es un regalo haber podido llevarlas a la oración.

En contra de lo que pueda parecer, “las dudas de los cercanos me ayudaron mucho. La mayoría no eran absurdas: ¿tanto tiempo en contacto con la Compañía y nunca te había llamado la atención?,¿no será demasiado exigente para ti?, ¿no estarás huyendo de algo?, ¿no puedes vivir la misma vocación desde una familia?, ¿es que no te basta con lo que tienes?”.

Esas cuestiones le llevaron a la oración y al discernimiento: “Eran preguntas que apuntaban a partes profundas del corazón y para mí es un regalo haber podido reposaras, llevarlas a la oración, compartirlas con otros, hablarlas con acompañantes, haber ido respondiendo con honestidad qué parte podían tener de verdad, qué engaños escondían, qué caminos de madurez abrían… y haber ido descubriendo esta llamada más profunda que todas ellas”.

La formación: conocer «el sitio de cada pieza»

Actualmente, Francisco se encuentra en Roma junto a otros 20 compañeros de Europa Meridional estudiando los primeros dos años de Filosofía, tras dos años de noviciado.

Para este joven, la vocación es como “levantar el capó del coche. Estos primeros años tienen mucho que ver con abrir el motor y ver cómo funciona la máquina por dentro: por dónde llega la fuerza motriz, por qué está ahí cada pieza, cómo encaja todo, qué entorpece, qué puede hacer que todo fluya mejor… el ojo está puesto fuera, en la carretera, pero toca primero abrirse dentro.»

Su descubrimiento no se hace en solitario, sino dentro de un carisma y con la ayuda que quienes ya conocen el camino: «Lo mejor es descubrirse rodeado de gente que lleva media vida viendo motores y que está deseando ayudar, aunque sea sólo un poco, a ponerlos a punto para rodar”. Una metáfora que, apunta, “puede entender un ateo; sólo que, para mí, es inevitable reconocer a Dios como fuerza motriz y como meta”.

San Ignacio de Loyola

Junto a sus hermanos en la Compañía de Jesús, Francisco hace vida el carisma jesuita inspirado a San Ignacio de Loyola, teniendo presente la figura de su fundador y tantos otros que le han precedido en este camino de santidad.

«Es una gran ayuda poder ver cómo se enfrentaba Ignacio de Loyola a las cosas y cómo le iba conduciendo Dios».

Apunta que “la figura de Ignacio de entrada no me atraía mucho. Me ha ido despertando interés y admiración al ir conociendo poco a poco su historia desde dentro y al irme sumergiendo en los Ejercicios Espirituales».

Y concluye:«Es una gran ayuda poder ver cómo se enfrentaba él a todo eso y cómo le iba conduciendo Dios. En el fondo son cosas bien parecidas a las que vivimos también nosotros hoy en el día a día”.

Mundo

El viaje del Papa a Irak ya tiene programa oficial

Ya se ha hecho público el programa del viaje apostólico que el Santo Padre realizará del 5 al 8 de marzo en Irak, con visitas en Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Francisco pronunciará cuatro discursos, dos homilías y una oración de sufragio por las víctimas de la guerra.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El viaje del Papa a Irak es una manifestación de, como ha afirmado esta misma mañana en la audiencia con el Cuerpo Diplomático, “un aspecto importante de la solicitud del Sucesor de Pedro por el Pueblo de Dios extendido por todo el mundo», así como «una oportunidad favorable para profundizar, en un espíritu de intercambio y diálogo, la relación entre las diferentes religiones».

La visita del Papa al país incluirá encuentros con las autoridades políticas y la sociedad civil, así como con obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas. El sábado 6 tendrá lugar un encuentro interrelegioso en la Llanura de Ur, y concluirá el día con la celebración eucarística en la catedral caldea San José de Bagdad.

El domingo 7 de marzo el Pontífice tiene varias citas. El Papa viajará al Kurdistán iraquí y a las Llanuras de Nínive. Visitará Erbil y Mosul, ciudad desde hace años en manos del autodenominado Estado Islámico, donde habrá una oración de sufragio por las víctimas de la guerra en Hosh al-Bieaa, la plaza de la iglesia.

Esa misma mañana visitará Qaraqosh, en las Llanuras de Nínive, a pocos kilómetros de Mosul, ocupada por el Estado Islámico hasta 2016. Francisco visitará la iglesia de la «Inmaculada Concepción» para visitar a la comunidad de Qaraqosh, a la que dirigirá un discurso, y después rezará la oración mariana del Ángelus.

Por la tarde, el Papa se trasladará de nuevo a Erbil para celebrar la Santa Misa que presidirá en el Estadio «Franso Hariri». Al término de la celebración, Francisco regresará a Bagdad, desde donde partirá hacia Roma el lunes por la mañana al término de la ceremonia de despedida.

Programa oficial

Viernes, 5 de marzo de 2021

ROMA – BAGDAD

Mañana

Salida en avión desde el aeropuerto internacional de Roma/Fiumicino con destino a Bagdad

Tarde

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Recibimiento oficial en el aeropuerto internacional de Bagdad

Encuentro con el primer ministro en la sala VIP del aeropuerto internacional de Bagdad

Ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial de Bagdad

Visita de cortesía al presidente de la República en el estudio privado del Palacio Presidencial en Bagdad

Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el salón del Palacio Presidencial de Bagdad

Discurso del Santo Padre

Encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas  en la catedral siro-católica de «Nuestra Señora de la Salvación» en Bagdad.

Discurso del Santo Padre

Sábado, 6 de marzo de 2021

BAGDAD – NAJAF – UR – BAGDAD

Mañana

Salida en avión hacia Nayaf

Llegada al aeropuerto de Nayaf

Visita de cortesía al gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husaymi Al-Sistani en Nayaf

Salida en avión hacia Nassiriya

Llegada al aeropuerto de Nassiriya

Encuentro interreligioso en la Llanura de Ur

Discurso del Santo Padre

Salida en avión hacia Bagdad

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Tarde

Santa Misa en la catedral caldea de «San José» de Bagdad

Homilía del Santo Padre

Domingo, 7 de marzo de 2021

BAGDAD – ERBIL – MOSUL – QARAQOSH – ERBIL – BAGDAD

Mañana

Salida en avión hacia Erbil

Llegada al aeropuerto de Erbil

Bienvenida de las autoridades religiosas y civiles de la región autónoma de Kurdistán iraquí en el Salón Vip Presidencial del Aeropuerto de Erbil

Salida en helicóptero hacia Mosul

Llegada al campo de aterrizaje de Mosul

Oración de sufragio por las víctimas de la guerra en Hosh al-Bieaa (Plaza de la Iglesia) en Mosul

Oración del Santo Padre

Salida en helicóptero hacia Qaraqosh

Llegada al campo de aterrizaje de Qaraqosh

Visita a la comunidad de Qaraqosh en la Iglesia de la «Inmaculada Concepción» de Qaraqosh

Discurso del Santo Padre/ Ángelus

Traslado a Erbil

Tarde

Santa Misa en el Estadio «Franso Hariri» de Erbil

Homilía del Santo Padre

Salida en avión hacia Bagdad

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Lunes, 8 de marzo de 2021

BAGDAD – ROMA

Mañana

Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de Bagdad

Salida en avión hacia Roma

Llegada al aeropuerto internacional de Roma/Ciampino

El lema de la visita

«Todos somos hermanos» es el lema de la visita del Papa Francisco a Irak, cuyo logotipo muestra al Papa con gesto de saludar al país, representado en el mapa y por sus símbolos, la palmera y los ríos Tigris y Éufrates. El logotipo también muestra una paloma blanca con una rama de olivo en el pico, símbolo de la paz, que ondea en las banderas de la Santa Sede y la República de Irak. Sobre la imagen figura el lema de la visita en árabe, kurdo y caldeo.

España

Libertad religiosa y pandemia: ¿Qué puede hacer el Estado y qué no?

¿Puede un Estado limitar el aforo de los templos o prohibir la celebración de una Misa? Estas y otras preguntas son respondidas por el catedrático de Derecho del Estado y habitual colaborador de Omnes, Rafael Palomino. 

Maria José Atienza·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa a los diplomáticos: «La educación es el antídoto de la cultura individualista»

El Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a los Miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante la Santa Sede para la presentación y los saludos con ocasión del nuevo año.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

La audiencia ha comenzado con las palabras introductorias del Decano del Cuerpo Diplomático, el Excmo. Sr. Georgios F. Poulides, Embajador de Chipre ante la Santa Sede, que destacó la presencia del Papa durante esta época de dificultades marcada por la emergencia sanitaria. «A pesar de las dificultades, su acción, Santidad, ha continuado sin cesar, llevando a los que están necesitados y angustiados, el consuelo y el aliento de su palabra también a través del uso inteligente de los medios de comunicación. A pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia, a través de los medios de comunicación y otros, su guía espiritual nunca ha fallado. Hemos sentido su presencia muy cerca y su oración por la humanidad que sufre«.

Tras las palabras del Excmo. Sr. Georgios F. Poulides, el Santo Padre ha pronunciado su discurso, agradeciendo en primer lugar, los amables saludos del Decano del Cuerpo Diplomático.

Un signo de cercanía

Francisco ha hecho referencia a la situación exigida por la emergencia, que ha obligado a mantener una distancia física, pero no espiritual, entre los miembros del Cuerpo Diplomático con el Santo Padre. «Nos encontramos esta mañana en el marco más espacioso del Aula de las Bendiciones, para respetar la exigencia de un mayor distanciamiento personal, al que nos obliga la pandemia. Sin embargo, la distancia sólo es física. Nuestro encuentro simboliza, más bien, todo lo contrario. Es un signo de cercanía, de esa proximidad y mutuo apoyo a los que la familia de naciones debe aspirar. En este tiempo de pandemia, este deber es aún más apremiante porque está claro para todos que el virus no conoce barreras ni puede ser fácilmente aislado. Derrotarlo es, por lo tanto, una responsabilidad que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente, como también a nuestros países«.

El diálogo interreligioso

El Papa les ha agradecido el compromiso por mantener y estrechar las relaciones entre sus países y la Santa Sede. Ha expresado sus deseos de retomar los encuentros presenciales y viajes apostólicos que son «de hecho, un aspecto importante de la solicitud del Sucesor de Pedro por el Pueblo de Dios extendido por todo el mundo, así como del diálogo de la Santa Sede con los Estados. Además, suelen ser una oportunidad favorable para profundizar, en un espíritu de intercambio y diálogo, la relación entre las diferentes religiones. En nuestra época, el diálogo interreligioso es un componente importante en el encuentro entre pueblos y culturas. Cuando se entiende no como una renuncia a la propia identidad, sino como una oportunidad para un mayor conocimiento y enriquecimiento mutuo, este constituye una buena ocasión para los líderes religiosos y para los fieles de las diversas confesiones, y puede apoyar los esfuerzos de los líderes políticos en su responsabilidad de construir el bien común«.

La introducción de su discurso ha concluido con una llamada a afianzar los acuerdos internacionales, «que permiten profundizar los lazos de confianza mutua y posibilitan a la Iglesia cooperar más eficazmente al bienestar espiritual y social de sus países«.

El derecho al cuidado

Tras esta introducción, el Papa ha querido tratar algunos temas de particular relevancia para las relaciones diplomáticas. En primer lugar, ha subrayado de nuevo las características que ha generado en la sociedad esta pandemia global. «La pandemia nos recuerda también el derecho al cuidado, que es prerrogativa de todo ser humano«.

Acceso equitativo a las vacunas

«Desde esta perspectiva, renuevo mi llamado para que se le ofrezca a cada persona humana el cuidado y la asistencia que necesita. Para ello, es esencial que todos los que tienen responsabilidades políticas y de gobierno se esfuercen para favorecer, antes que nada, el acceso universal a la atención sanitaria básica, fomentando asimismo la creación de centros de salud locales e instalaciones de atención médica conformes a las necesidades reales de la población, así como la disponibilidad de tratamientos y medicamentos. En efecto, no puede ser la lógica del lucro la que guíe un sector tan delicado como el de la asistencia y los cuidados sanitarios«.

Y como ya ha hecho en otras ocasiones, ha reclamado el acceso equitativo a las vacunas, afirmando que «también es esencial que los importantes progresos médicos y científicos realizados a lo largo de los años, que han permitido sintetizar en un brevísimo espacio de tiempo vacunas que se perfilan eficaces contra el coronavirus, beneficien a toda la humanidad. Por consiguiente, exhorto a todos los Estados a que contribuyan activamente a las iniciativas internacionales destinadas a asegurar la distribución equitativa de las vacunas, no según criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, en particular las de las poblaciones menos favorecidas«.

La economía al servicio del hombre

El Santo Padre también se ha referido a lo largo de su discurso a la crisis ambiental, económica, social y política que sufren algunos países. «La crisis actual es, por tanto, una ocasión propicia para replantear la relación entre la persona y la economía. Lo que se necesita es una especie de “nueva revolución copernicana” que ponga la economía al servicio del hombre y no al revés, «empezando a estudiar y practicar una economía diferente, la que hace vivir y no mata, que incluye y no excluye, que humaniza y no deshumaniza, que cuida la creación y no la depreda»«.

Países en dificultad

Por supuesto, también se ha acordado de hacer mención a las situaciones que viven países como Líbano, Tierra Santa, Siria o Libia. «¡Cómo quisiera que el 2021 fuera el año en que se escribiese finalmente la palabra fin al conflicto sirio, que ya hace diez años que comenzó! Para que eso suceda, se necesita un renovado interés también de parte de la Comunidad internacional para afrontar con sinceridad y valentía las causas del conflicto y buscar soluciones por medio de las cuales todos, independientemente de la pertenencia étnica y religiosa, puedan contribuir como ciudadanos al futuro del país«.

Crisis de las relaciones humanas

Por último, el Papa ha hablado de una «crisis de las relaciones humanas, expresión de una crisis antropológica general«, y en este sentido ha hecho referencia a la importancia de la educación, ya que «asistimos a una suerte de “catástrofe educativa”, ante la que no podemos permanecer inertes, por el bien de las generaciones futuras y de la sociedad en su conjunto. «Hoy es necesario un nuevo periodo de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad»,[13] porque la educación es «el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento e imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua»«.

La dimensión religiosa

Además, también ha destacado que «las exigencias para contener la difusión del virus también se ramificaron sobre diversas libertades fundamentales, incluida la libertad de religión, limitando el culto y las actividades educativas y caritativas de las comunidades de fe. Sin embargo, no debemos pasar por alto que la dimensión religiosa constituye un aspecto fundamental de la personalidad humana y de la sociedad, que no puede ser cancelado; y que, aun cuando se está buscando proteger vidas humanas de la difusión del virus, la dimensión espiritual y moral de la persona no se puede considerar como secundaria respecto a la salud física.

Por otra parte, la libertad de culto no constituye un corolario de la libertad de reunión, sino que deriva esencialmente del derecho a la libertad religiosa, que es el primer y fundamental derecho humano. Por eso es necesario que sea respetada, protegida y defendida por las autoridades civiles, como la salud y la integridad física. Además, un buen cuidado del cuerpo nunca puede prescindir del cuidado del alma«.

La fraternidad, antídoto

Finalmente, el Santo Padre se ha despedido subrayando la fraternidad como medicina para esta situación, «el 2021 es un tiempo que debemos aprovechar. Y no será desaprovechado en la medida en que sepamos colaborar con generosidad y esfuerzo. En este sentido considero que la fraternidad es el verdadero remedio a la pandemia y a muchos males que nos han golpeado. Fraternidad y esperanza son como medicinas que hoy el mundo necesita, junto con las vacunas«.

Estética y caridad

Lord Avebury, exitoso banquero y científico, plasmó en The Use of Life (1895) un ideal laico de vida refinada, donde estética y caridad siguen caminos distintos. Newman, en La idea de la universidad, también describió al gentleman, pero advirtió que la educación y el buen gusto no bastan: la verdadera plenitud requiere el impulso de la caridad cristiana.

8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Lord Avebury (John Lubock, 1834-1913) fue un exitoso banquero, escritor y científico, que acuñó «Paleolítico” y “Neolítico”, y escribió un notable libro sobre The use of Life (1895), el arte de vivir como un gentleman. Después de un capítulo sobre qué hacer en la vida, estudia el “Tacto” en el trato, el juego, la salud, la educación, las librerías, el patriotismo, la fe, la caridad, la paz y felicidad, para acabar en la religión (nacional británica). Es un ideal laico de vida humana plena, que tiene un criterio estético, con los estándares de la época, y reforzado por el impulso de la “distinción” (Bordieu): optar por un vivir superior que marca fronteras con la vulgaridad.

En la Idea de la universidad de Newman, también aparece la figura del gentleman, con educación esmerada, trato delicado, inteligencia cultivada y buen gusto en todo lo que acompaña la vida. Pero en la conferencia 7 estudia las diferencias con los ideales cristianos. La educación liberal –dice- puede ser una ayuda, pero también un obstáculo. El móvil del buen gusto es muy distinto que el impulso de la caridad.

El autorJuan Luis Lorda

Profesor Ordinario de Teología y Director del Departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra. Autor de numerosos libros de teología y vida espiritual.

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Documentos

Mensaje para la XXIX Jornada Mundial del Enfermo 2021

Uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Queridos hermanos y hermanas: 

La celebración de la 29.a Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2021, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia. 

1. El tema de esta Jornada se inspira en el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23,1-12). Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado y la vida real se debilita. El riesgo es grave; por este motivo, Jesús usa expresiones fuertes, para advertirnos del peligro de caer en la idolatría de nosotros mismos, y afirma: «Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos» (v. 8).

La crítica que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» (v. 3) es beneficiosa, siempre y para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía, un mal muy grave, cuyo efecto es impedirnos florecer como hijos del único Padre, llamados a vivir una fraternidad universal.

Ante la condición de necesidad de un hermano o una hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la hipocresía. Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio (cf. Lc10,30-35). 

2. La experiencia de la enfermedad hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro. Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios. Efectivamente, cuando estamos enfermos, la incertidumbre, el temor y a veces la consternación, se apoderan de la mente y del corazón; nos encontramos en una situación de impotencia, porque nuestra salud no depende de nuestras capacidades o de que nos “angustiemos” (cf. Mt 6,27).

La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata. Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa.

A este respecto, la figura bíblica de Job es emblemática. Su mujer y sus amigos no son capaces de acompañarlo en su desventura, es más, lo acusan aumentando en él la soledad y el desconcierto. Job cae en un estado de abandono e incomprensión. Pero precisamente por medio de esta extrema fragilidad, rechazando toda hipocresía y eligiendo el camino de la sinceridad con Dios y con los demás, hace llegar su grito insistente a Dios, que al final responde, abriéndole un nuevo horizonte. Le confirma que su sufrimiento no es una condena o un castigo, tampoco es un estado de lejanía de Dios o un signo de su indiferencia. Así, del corazón herido y sanado de Job, brota esa conmovida declaración al Señor, que resuena con energía: «Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos» (42,5).

3. La enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22). La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas. Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa.

Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario. Al mismo tiempo, la pandemia ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana.

La cercanía, de hecho, es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad. Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano, herido por el pecado. Unidos a Él por la acción del Espíritu Santo, estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn 13,34-35). Y vivimos esta cercanía, no sólo de manera personal, sino también de forma comunitaria: en efecto, el amor fraterno en Cristo genera una comunidad capaz de sanar, que no abandona a nadie, que incluye y acoge sobre todo a los más frágiles.

A este respecto, deseo recordar la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo. «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo» (Homilía en La Habana, 20 septiembre 2015). En este compromiso cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. […] El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas» (ibíd.).

4. Para que haya una buena terapia, es decisivo el aspecto relacional, mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma. Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza (cf. Nueva Carta de los agentes sanitarios [2016], 4). Se trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes.

Precisamente esta relación con la persona enferma encuentra una fuente inagotable de motivación y de fuerza en la caridad de Cristo, como demuestra el testimonio milenario de hombres y mujeres que se han santificado sirviendo a los enfermos. En efecto, del misterio de la muerte y resurrección de Cristo brota el amor que puede dar un sentido pleno tanto a la condición del paciente como a la de quien cuida de él. El Evangelio lo testimonia muchas veces, mostrando que las curaciones que hacía Jesús nunca son gestos mágicos, sino que siempre son fruto de un encuentro, de una relación interpersonal, en la que al don de Dios que ofrece Jesús le corresponde la fe de quien lo acoge, como resume la palabra que Jesús repite a menudo: “Tu fe te ha salvado”.

5. Queridos hermanos y hermanas: El mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los enfermos. Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado. 

Le encomiendo a María, Madre de misericordia y Salud de los enfermos, todas las personas enfermas, los agentes sanitarios y quienes se prodigan al lado de los que sufren. Que Ella, desde la Gruta de Lourdes y desde los innumerables santuarios que se le han dedicado en todo el mundo, sostenga nuestra fe y nuestra esperanza, y nos ayude a cuidarnos unos a otros con amor fraterno. A todos y cada uno les imparto de corazón mi bendición.

Roma, San Juan de Letrán, 20 de diciembre de 2020, cuarto domingo de Adviento.

Francisco

Vaticano

«Cuidar de los enfermos no es para la Iglesia una ‘actividad opcional'»

Las palabras del Papa Francisco en el Ángelus de hoy han estado marcadas por la celebración, el próximo 11 de febrero, de la Jornada Mundial del enfermo.

Maria José Atienza·7 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa se ha referido al milagro de la curación de la suegra de Pedro, relatada en el Evangelio de hoy, destacando cómo «Jesús muestra su predilección por las personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu: es una predilección de Jesús acercarse a las personas que sufren tanto en el cuerpo como en el espíritu. Es la predilección del Padre, que Él encarna y manifiesta con obras y palabras».

Cuidar de los enfermos de todo tipo forma parte integrante de la misión de la Iglesia, como lo era de la de Jesús.

El Santo Padre ha recogido también la participación de los discípulos de Cristo en esta tarea de sanación del cuerpo y del alma. «Sus discípulos», ha señalado, «han sido testigos oculares, han visto esto y después lo han testimoniado. Pero Jesús no les ha querido solo espectadores de su misión: les ha involucrado, les ha enviado, les ha dado también a ellos el poder de sanar a los enfermos y de expulsar a los demonios».

En esta línea, ha subrayado el Papa: «Cuidar de los enfermos de todo tipo no es para la Iglesia una “actividad opcional”, ¡no! No es algo accesorio, no. Cuidar de los enfermos de todo tipo forma parte integrante de la misión de la Iglesia, como lo era de la de Jesús. Y esta misión es llevar la ternura de Dios a la humanidad sufriente. Nos lo recordará dentro de pocos días, el 11 de febrero, la Jornada Mundial del Enfermo».

El Papa Francisco ha querido recordar que la pandemia «hace particularmente actual este mensaje, esta misión esencial de la Iglesia».  Un mensaje que se entrelaza en la propia condición humana –  altísima en la dignidad— y al mismo tiempo tan frágil. Una paradoja a la que Jesús responde con una presencia que ha de ser un ejemplo para nosotros. «Inclinarse para hacer que el otro se levante. No olvidemos que la única forma lícita de mirar a una persona de arriba hacia abajo es cuando tú tiendes la mano para ayudarla a levantarse«, ha afirmado Francisco que ha pedido a la Santísima Virgen que nos «ayude a dejarnos sanar por Jesús —siempre lo necesitamos, todos— para poder ser a nuestra vez testigos de la ternura sanadora de Dios».

La verdad nos hace raros

7 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde hace unos meses, pocos, se ha establecido un interesante debate sobre la presencia de los intelectuales católicos en la vida pública. Un cruce de opiniones y reflexiones, entre católicos declarados y no creyentes, que se ha revelado más que necesaria en la sociedad actual. Sugiero, a quienes aún no lo han hecho, que se asomen a este interesante diálogo que pone al descubierto bastantes de las debilidades de las que adolecemos los católicos españoles, o al menos una parte de ellos, en la actualidad. Algo que se puso de manifiesto en la mesa redondaUn debate actual: intelectuales, cristianismo y universidad”, celebrada en la Universidad de Navarra.

Es cierto que hay un cierto “silenciamiento” por parte del media establisment, o de quienes se niegan a aceptar que el hecho de profesar una fe no anula la capacidad de razonamiento, diálogo o progreso. Esto es verdad, pero no es sólo el silenciamiento impuesto el que ha llevado a esta situación. A ello se ha sumado una tendencia, maravillosamente descrita por Charles J. Chaput: “Los católicos tendemos a pensar en la Iglesia como en una parte del mobiliario cotidiano” . Un mueble más o menos bonito, casi siempre heredado, y que hay momentos en los que no sabemos “cómo encajarlo” en el resto de nuestra vida. Y no se vive por un mueble, ni se muere por él. Tampoco se profundiza, más allá de rebuscar en sus cajones por si encontramos algún objeto pintoresco.

Puede ocurrir, por tanto, que, llegado el momento, no sepamos ni por qué está ahí; no sepamos responder a quienes nos preguntan qué sentido tiene, en nuestra vida, contante y sonante, nuestra fe, ya sea como intelectuales o como vendedores de flores. Eso que se llama “dar razón de nuestra fe” sólo será posible si, por una parte, nuestra fe tiene claras sus razones y sus razonamientos y, por otra, si esta razón se hace vida, la ‘informa’: el testimonio del ejemplo.

truth

Afirma Aurelio Arteta, al que no se puede tachar de fideísta, que “la única forma de combatir una cultura de la falsedad, bajo la forma que esta adquiera, es vivir conscientemente la verdad, en lugar de limitarse a hablar de ella”. Ejemplo y palabra.

Llevamos años, decenas de años, hablando del papel de los católicos, de los laicos, en la vida pública, y, quizás, y a pesar de nuestros pesares, hemos ido dejando que trabajen otros, que “se formen los curas” o simplemente, reduciendo nuestra fe a una mezcla suave de sentimiento y buenas intenciones, a una moral que se sigue, a veces sin preguntarse por qué, o mejor aún, por quién.

Se huye de la confrontación educada por falta de argumento racional y podemos escudarnos en un catolicismo combatiente, de trinchera, en el que la persona de Cristo, esa razón poderosa que da sentido a la fe, termina reducida a una palabra – misil con el que disparamos interna y externamente.

En el fondo, tenemos cierto miedo a “perder” en la conversación, a resultar “heridos”, o quizás, a ser calificados de “raros”, cuando la historia de la verdad no es otra que la de resultar rara, o incluso algo molesta, en una sociedad, cualquiera, en la que nadar con la corriente siempre es más cómodo. Recordando a la gran Flannery O’Connor: “Sabréis la verdad, y la verdad os hará raros».

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Vaticano

Luis Marín y Nathalie Becquart, nuevos subsecretarios del Sínodo de los obispos

La Santa Sede ha hecho público el nombramiento de este madrileño junto al de la francesa Nathalie Becquart como nuevos subsecretarios del sínodo de los obispos. El P. Luis Marín ha sido nombrado, al mismo tiempo, obispo titular de la sede de Suliana.

Maria José Atienza·6 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Luis Marín de San Martín, O.S.A., nació el 21 de agosto de 1961 en Madrid. Hizo sus primeros votos en la Orden de San Agustín el 5 de septiembre de 1982 y los votos solemnes el 1 de noviembre de 1985.

Ordenado sacerdote el 4 de junio de 1988, obtuvo el doctorado en Sagrada Teología en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.

Entre los cargos que ha desempeñado dentro de la orden agustina se encuentran el de formador del Seminario Mayor de Tagaste, Los Negrales, Consejero provincial y Prior del Monasterio de Santa María de La Vid.

Es Catedrático de Teología en los Centros Agustinos de Los Negrales, San Lorenzo del Escorial y Valladolid. Desde 2004 es profesor invitado en la Facultad de Teología del Norte de España de Burgos. Es Archivero General de la Orden, Asistente General de los Agustinos y Presidente del Institutum Spiritualitatis Augustinianae.

Por su parte, la hermana Nathalie Becquart, perteneciente a las Misioneras de Cristo Jesús, fue directora del Servicio Nacional para la Evangelización de los Jóvenes y las Vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia (de 2012 a 2018) y consultora de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (desde 2019).

Esta francesa se licenció en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de París (HEC París), estudió filosofía y teología en el Centro Sèvres – Facultad de los jesuitas de París, sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de la misma ciudad y se especializó en eclesiología con investigaciones sobre la sinodalidad en la Boston College School of Theology and Ministry (Estados Unidos de América).

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Evangelización

Líderes

Si liderazgo consiste sólo en “mandar”, entonces vamos mal. Pero liderazgo no consiste en mandar. Tiene más bien que ver con la capacidad de influir en las personas del propio entorno para que trabajen con entusiasmo.

Juan Luis Rascón Ors·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Qué puedes tener en común con San Pablo, Napoleón Bonaparte y el Atlético de Madrid? Aparentemente nada; pero sí, hay una cosa: el liderazgo. Es verdad que los tres, el apóstol, el estadista y el glorioso club son grandes de la Historia, y tú a lo mejor no pasas de salir en tu álbum familiar. Pero eres un líder

A ver, la palabra liderazgo, en español, tiene mala prensa: suena a competitividad y a capitalismo; pero en realidad es un concepto bíblico. ¿Cómo definirías, si no, a Moisés, David, Daniel, Nehemías, Débora, Judas Macabeo, Pablo…y muchos otros?

En la Iglesia, el Papa, los obispos y los sacerdotes ocupan indiscutiblemente posiciones de liderazgo. Nos ha tocado. Pero… ¿somos los únicos llamados a ejercer el liderazgo? 

Si liderazgo consiste sólo en «mandar», entonces vamos mal.

Rotundamente, NO. Si liderazgo consiste sólo en “mandar”, entonces vamos mal. Pero liderazgo no consiste en mandar. Tiene más bien que ver con la capacidad de influir en las personas del propio entorno para que trabajen “con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos. También se entiende como la capacidad de delegar, tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar un proyecto, de forma eficaz y eficiente…” (ver Wikipedia, voz Liderazgo).

Capacidad de influir. Quedémonos con eso. ¿Es sólo para los clérigos? 

Hay una cosa que he aprendido y otra de la que tengo absoluta certeza. He aprendido que en la parroquia todo el mundo espera que todo lo haga yo. Todo el mundo espera que predique bien, que organice bien, que atraiga a los jóvenes, que atienda a cada uno como si no hubiese nadie más en el mundo, que esté siempre disponible, de día y de noche…, que me acuerde de encender la calefacción… y de apagarla, etc.

¿Y si los clérigos, cada vez más escasos, nos dedicamos a —¡atención!: palabreja de moda— “empoderar” a los laicos?

De lo que tengo absoluta certeza es de que yo solo no puedo hacerlo todo. Si todo depende de mí y los demás sólo son colaboradores, ¿qué pasará cuando yo no esté? Si solo yo ostento el liderazgo, ¿que pasará si me muero?

Efesios 4, 11: “Él constituyó a algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros pastores y doctores, a fin de que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Apóstoles, profetas… ¿Ha dicho profetas? Sí, profetas…, evangelizadores, pastores, doctores… Poco antes dice que “ha sido dada la gracia en la medida en que Cristo quiere otorgar sus dones”

¿Son estos dones exclusivos de los clérigos? ¿Puede haber entre los laicos apóstoles, profetas (sic), evangelizadores, pastores, doctores? OK: sucesores de los (12) apóstoles sólo son los obispos, pero ¿no hay más apóstoles?

¿Cómo sería una parroquia que tuviese una decena de apóstoles, tres o cuatro profetas, un par de docenas de evangelizadores, muchos pastores y unos cuantos doctores que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo? ¿Y si los clérigos, cada vez más escasos, nos dedicamos a —¡atención!: palabreja de moda— “empoderar” a los laicos?

Vaticano

Massimiliano Padula: «El periodismo tiene que reflejar la verdad»

Con ocasión del Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Omnes ha entrevistado al sociólogo italiano y profesor de Comunicación, Massimiliano Padula, que nos da las claves señaladas por el Papa Francisco y los nuevos retos del periodismo. 

Giovanni Tridente·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Recientemente hemos conocido el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en el que el Papa Francisco ha vuelto a reclamar la necesidad de «salir de nosotros mismos» y «caminar en busca de la verdad«. Omnes ha entrevistado para la ocasión al profesor Massimiliano Padula, sociólogo y profesor de comunicación en la Universidad Pontificia Lateranense, así como presidente de la Coordinación de Asociaciones para la Comunicación vinculada a la Conferencia Episcopal Italiana.

P- Profesor, en su opinión, ¿cuál es el punto central del Mensaje del Papa Francisco preparado para la Jornada de las Comunicaciones de este año?

R- El Papa desarrolla una reflexión multifacética, integrando en un marco evangélico (el encuentro entre Jesús y los primeros discípulos que se relata en el Evangelio de Juan 1, 46), periodismo, oportunidades y escollos de la cultura digital, dimensión humana de la comunicación. Pero si tuviera que extrapolar de este caleidoscopio de propuestas un punto central, elegiría la «cultura del encuentro«. Este Mensaje tiene el mérito de aplicar una de las principales ideas del Magisterio de Francisco al mundo de la información, elaborando un renovado criterio de actualidad: aproximarse a las personas dónde están y cómo están.

El Papa hace un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad (y no sólo a los periodistas) para que sigan comunicando la fascinación de la aventura cristiana

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- El Papa parece dirigirse especialmente a los periodistas, pero ¿es realmente así?

R- El periodismo, entendido en su dimensión tradicional, ya no existe. Las órdenes profesionales, los códigos deontológicos, las redacciones físicas, los roles definidos, dejan cada vez más espacio a una comunicación orientada por la lógica de la web. En cierto sentido, todos somos periodistas porque somos productores y distribuidores de noticias, porque tenemos un público que nos sigue y porque podemos elegir fácilmente diferentes códigos de transmisión (un artículo escrito, un podcast, un vídeo…).

Por estos motivos, el Papa hace un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad (y no sólo a los periodistas) para que sigan comunicando la fascinación de la aventura cristiana también en sus acciones «periodísticas«.

P- En la era de la desintermediación, ¿sigue teniendo sentido la información en el sentido clásico?

R- La palabra «desintermediación» ha adquirido una connotación negativa en los últimos años. Esto ocurre cuando quien está en los medios de comunicación se siente parte de una élite, se propone como titular exclusivo de un servicio. Creo, en cambio, que la desintermediación no es otra cosa que una nueva forma de mediación, más libre de formalismos, de presunciones corporativistas, de clubes restringidos (el Papa habla, a este respecto, de «información pre-empaquetada, palaciega y autorreferencial«).

Esta es una de las razones de la crisis del sector periodístico, que ciertamente no tiene que quitarse el traje de «medio», sino reposicionar su trabajo en otras categorías y necesidades. Entre ellas: el análisis en profundidad, la opinión libre, la denuncia de las desigualdades y la información sobre los más marginados.

Cualquier contenido puede funcionar siempre que refleje un criterio: la verdad.

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- En su opinión, ¿hacia dónde debemos dirigirnos para ofrecer al público contenidos de calidad?

R- Creo que incluso antes que el contenido, es necesario y urgente interiorizar qué es lo digital. Hay que romper la visión instrumental de la web y empezar a captar los aspectos humanos, entender los tiempos, los espacios, los códigos y los lenguajes. Una vez hecho esto, cualquier contenido puede funcionar siempre que refleje un criterio: la verdad.

La red, de hecho, tiene la extraordinaria función de desvelar el mal al hacer transparente nuestra vida. Por lo tanto, la calidad comunicativa hoy en día se refiere a una comunicación revestida de verdad, justicia, belleza y respeto por la dignidad de las personas, especialmente de las más necesitadas.

Omnes, con su aterrizaje en la web y su estrategia de denominación, no hará más que volverse aún más católico.

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- Desde hace unas semanas, Omnes también ofrece información digital: ¿qué valor añadido puede aportar la web?

R- El valor añadido puede referirse al concepto de «glocalización«, es decir, a la multiplicación y diversificación de experiencias localizadas en territorios globales. Esto es posible gracias a las cada vez mayores y mejores oportunidades tecnológicas, pero también a la nueva perspectiva, habilidades y sensibilidad que tiene el hombre contemporáneo.

Yo, sin embargo, prefiero el adjetivo «católico» a «glocal«, no en su acepción clerical, sino entendido en su sentido original de «universal». Omnes, con su aterrizaje en la web y su estrategia de denominación, no hará más que volverse aún más católica.

Educación

El Ministerio de Educación nombra a Raquel Pérez Sanjuan miembro del Consejo Escolar del Estado

La designación de Raquel Pérez, sin duda, es una buena noticia, en primer lugar, por la normalización de una situación respecto a la presencia de la CEE en este órgano. 

Javier Segura·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Normalmente los profesores de Religión no estamos pendientes de los nombramientos para este tipo de cargos. Pero me ha parecido oportuno poner hoy el foco en esta noticia de actualidad, porque me parece significativa.

Raquel Pérez Sanjuán es la actual Secretaria Técnica de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española. Acaba de ser nombrada por la ministra de Educación, Isabel Celaá, por un tiempo de cuatro años, miembro del Consejo Escolar del Estado, puesto que ocupan personalidades relevantes dentro del mundo de la educación.

En este caso, el nombramiento de Raquel Pérez responde al espacio que habitualmente ha venido ocupando un representante propuesto por la Conferencia Episcopal y que llevaba vacante desde que lo dejase Juan Antonio Gómez Trinidad, hombre que, por su valía, llegó a ocupar el cargo de vicepresidente del Consejo Escolar.

Normalización de la presencia de la CEE

La designación de Raquel Pérez, sin duda, es una buena noticia, en primer lugar, por la normalización de una situación respecto a la presencia de la CEE en este órgano. Y en segundo lugar es importante por el momento clave que estamos viviendo en la educación en España con la tramitación de la nueva ley de educación. En otras claves es, además, un reconocimiento a la labor de la actual secretaria técnica y al impulso que desde la CEE se ha dado a las negociaciones con el Ministerio de Educación. Recordemos la novedosa propuesta que al inicio del verano la CEE hizo al ministerio con un modelo integrador para la formación integral del alumnado, en el que se encajaba la enseñanza religiosa escolar. Por todo esto no cabe sino alegrarse.

Es una buena noticia en medio de tantas otras negativas. Porque la batalla educativa está ahora mismo agazapada y a la espera de movimientos cruciales como son la aprobación de los Reales Decretos que concreten la LOMLOE y la aplicación en las distintas Autonomías, importantísimo dadas las competencias educativas que están transferidas. En todos estos ámbitos no cabe esperar sino una dura batalla para la clase de Religión. Para muestra un botón. No hay más que ver lo que está ocurriendo en la Rioja y el menosprecio al que está sometiendo este Gobierno a los profesores de Religión.

Esperemos que el nombramiento de Raquel Pérez Sanjuán sea, por parte del Ministerio, algo más que un guiño, y que implique una posición menos beligerante y más colaborativa que la que hemos visto hasta ahora.

Mundo

Maratón de oración por el fin de la trata de personas

Desde las 10 de la mañana y hasta las 17:00 h. personas y organizaciones de todo el mundo se unirán en oración por el fin de la trata de personas. 

Maria José Atienza·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La iniciativa, impulsada por Talitha Kum en colaboración con la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, Caritas Internationalis, la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas, el Movimiento de los Focolares y muchas otras organizaciones, tendrá lugar el 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita.

Desde Oceanía hasta las Américas, el próximo lunes, con motivo de la VII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, todo aquel que quiera podrá unirse a la maratón de oración en línea por una «Economía sin trata de personas». Será la primera vez que el acto central de esta jornada se haga de manera virtual y dará la oportunidad de reunir a todas las realidades comprometidas contra la trata de personas en el mundo.

A través de Youtube

La jornada, que podrá seguirse a través del canal de YouTube de la Jornada Mundial comenzará a las 10:00 am con la oración dirigida por el comité organizador. Desde entonces, y hasta las 17:00 h. marcando los diferentes husos horarios, habrá un momento de oración en línea «compartida» con traducciones en cinco idiomas, recorrerá las distintas zonas del planeta para centrar la atención y sensibilizar a la opinión pública sobre una de las principales causas de la trata de personas, el modelo económico dominante, cuyos límites y contradicciones se ven agravados por la pandemia de Covid-19. A las 13.40 horas, esta Jornada contará con un momento clave: el video mensaje del Papa Francisco.

Como ha destacado la religiosa Gabriella Bottani, coordinadora de Talitha Kum, “el Santo Padre pidió a la Iglesia detenerse a reflexionar sobre el modelo económico dominante y buscar caminos alternativos. El modelo económico dominante es una de las principales causas estructurales de la trata de personas en nuestro mundo globalizado. A lo largo de esta jornada, trazaremos juntos un camino de reflexión por una economía que promueva la vida y el trabajo decente para todos”.

La jornada podrá apoyarse a través de las redes sociales con el hashtag oficial #PrayAgainstTrafficking

España

Juan Antonio Cruz, nombrado observador permanente de la Santa Sede ante la OEA

El papa Francisco ha nombrado a este sacerdote almeriense de 45 años que, hasta ahora, estaba al frente de la sección española de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Maria José Atienza·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha hecho público hoy el nombramiento del sacerdote español y diplomático Juan Antonio Cruz Serrano como observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

Hasta la fecha , Cruz Serrano estaba al frente de la sección española de la Secretaría de Estado del Vaticano. Ordenado sacerdote el 15 septiembre de 2001, este licenciado en Derecho canónico entró en el Servicio diplomático de la Santa Sede en 2004.

Entre sus destinos como diplomático de la Santa Sede ha trabajado en las representaciones pontificias de Zimbabwe, Irlanda y Chile.

Sucede en el cargo a Mons. Mark Miles, quien ha sido nombrado Nuncio Apostólico en Benin

La Organización de Estados Americanos

La OEA fue creada en 1948 con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, «un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia».

Hoy en día, la OEA reúne a los 35 Estados independientes de las Américas y constituye el principal foro gubernamental político, jurídico y social del Hemisferio. Además, ha otorgado el estatus de Observador Permanente a 69 Estados, así como a la Unión Europea.

Para lograr sus más importantes propósitos, la OEA se basa en sus principales pilares que son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo.

Vocaciones

“En Indonesia somos pocos católicos, pero con fe ardiente”

El P. Kenny Ang es un joven sacerdote de 28 años de la diócesis de Surabaya (Indonesia). Nació en Yakarta, la capital indonesia, y estudia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias al CARF

Espacio patrocinado·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Tengo la convicción de que Dios me ha llamado a ser un sacerdote santo según el corazón de Jesucristo”, afirma. Su obispo le envió a estudiar a la Universidad de Navarra: “Llegué a Pamplona en el curso 2013-2014. Tras cinco años de formación en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa y en la Universidad de Navarra estoy convencido de que la historia de mi vocación es una historia de acción de Dios a través de muchas personas”.

Tras ordenarse sacerdote, trabajóun año en una parroquia en Surabaya. “Aunque somos minoría en mi país, los católicos tienen una fe ardiente. Había muchas familias jóvenes, era una parroquia con mucha vida”, relata, agradecido al obispo de esa diócesis, Mons. Vincentius S. Wisaksono, quien le ha acogido con un cariño paternal.

“A los católicos en Indonesia les gusta organizar actividades en las parroquias. No obstante, a muchos de ellos les falta formación doctrinal. Por esta razón, mi obispo me ha enviado este año a Roma para ampliar los estudios en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz con la especialización en Teología dogmática para contribuir a la formación de sacerdotes y fieles en la diócesis de Surabaya”, cuenta.

Para el P. Kenny, le habría sido muy difícil responder bien a la llamada de Dios sin la ayuda generosa de los benefactores de Centro Académico Romano Fundación.