Mundo

Diálogo con los luteranos finlandeses: hacia la plena comunión

El diálogo ecuménico de la Iglesia católica con la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia sigue avanzando. El tema crucial que se ha de estudiar con más profundidad con los luteranos es el ministerio sacramental. 

Raimo Goyarrola·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace tres años tuve la oportunidad de conversar personalmente con el Papa Francisco. Entre otras cosas me preguntó cómo iba el ecumenismo en Finlandia. Le contesté que muy bien, porque en Finlandia hay mucha gracia de Dios. Continué diciendo que Jesús está especialmente presente en Finlandia porque precisamente la última palabra que dijo el Señor antes de subir a los cielos fue “Finlandia”. Me sonrió con una expresión de sorpresa. Le expliqué que Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Fin del mundo es Fin-land. El Papa se rió y exclamó: “No, no, el fin del mundo es Argentina”. Yo le repliqué diciendo que es Finlandia y él me dijo que no, que era Argentina. Llegamos a un acuerdo: había dos “fines del mundo”:en el norte Finlandia, y en el sur Argentina.

El diálogo ecuménico con la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia sigue viento en popa a toda vela. El soplo del Espíritu Santo es imparable, tanto a nivel personal como institucional. En las últimas conversaciones se ha puesto sobre la mesa en varias ocasiones la siguiente pregunta: ¿podría la Iglesia católica reconocer a la Iglesia Luterana como iglesia hermana de la misma manera que reconoce a la Iglesia ortodoxa? 

Me parece una pregunta muy importante, sobre todo por la sinceridad de la petición por parte luterana. Antes de contestarles a esa pregunta, señalamos que la Iglesia católica nunca ha pedido ser reconocida como Iglesia por parte luterana, lo cual consideramos un hecho muy significativo y no menos obvio. Además, habría que hacer una precisión terminológica: no es la Iglesia católica en general quien reconoce a la Iglesia ortodoxa como hermana suya, sino que la Iglesia local de Constantinopla sería Iglesia hermana de la Iglesia local de Roma. De todas maneras, no olvidemos que desde el punto de vista católico la Iglesia local de Constantinopla sería una Iglesia herida, precisamente por su falta de unidad con la Iglesia de Pedro y Pablo donde tiene su sede el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. La Iglesia católica en general no puede ser hermana, sino en todo caso madre.

Desde esta perspectiva de Iglesias hermanas, hemos respondido a los luteranos con otra pregunta: en ese hipotético reconocimiento como Iglesia hermana, ¿tendríamos enfrente a la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa o a todo el conjunto de la Federación Mundial Luterana? Y, antes de que contestaran, hemos añadido: ¿estaría dispuesta la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa a llegar a acuerdos con Roma, e incluso a una posible comunión, aunque esta decisión no involucrase a las demás comunidades o Iglesias Luteranas? 

En camino hacia la unidad

Están —estamos— en este punto crucial. Mi experiencia en estos años es que la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia es única, sin parangón con ninguna otra Iglesia Luterana, desde el punto de vista eclesiológico y sacramental. Estamos en camino hacia la unidad. Y en todo camino hay baches, piedrecillas, charcos… No somos ingenuos. Hay temas fundamentales que siguen abiertos: unidad e indisolubilidad del matrimonio, ordenación de mujeres, moral de la vida, etcétera. 

En la Iglesia Evangélica Luterana hay dos corrientes que también sentimos en nuestra propia Iglesia católica: la corriente que lleva a Jesús y a su Evangelio (la corriente de la fidelidad), y esa otra corriente quizá aparentemente más fácil e integradora pero que en el fondo aleja de Dios y de los demás, que es la mundanidad. Si queremos seguir en este camino de ecumenismo, es decir, de plena unidad visible, necesitamos valentía, honradez y mucha gracia de Dios. Fidelidad. 

En las iglesias luteranas finlandesas existe un reclinatorio en forma de media luna delante del altar donde los fieles reciben la comunión de rodillas. Según me han explicado, este reclinatorio tiene forma de media luna porque a un lado está la Iglesia visible aquí en la tierra, y en el otro lado, está la comunidad invisible de fieles que ya gozan en el Cielo de la comunión plena con Cristo. Me parece una interpretación maravillosa. Con la confianza que da la amistad, les he añadido que a esa media luna visible aquí en la tierra le falta la comunión plena con la Iglesia católica para cerrar un círculo perfecto de comunión visible e invisible ya en la tierra y en el Cielo.

El ministerio sacramental

¿Qué faltaría, pues, para llegar a cerrar ese círculo completo de comunión? En esto estamos dialogando. Por el bautismo entramos a formar parte del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Esto, para algunos luteranos bastaría: la Iglesia de Cristo sería la comunión en un mismo bautismo de los miembros de todas las actuales iglesias y comunidades independientemente de su falta de unidad fáctica y visible. 

Para otros luteranos, no basta con formar parte del Cuerpo de Cristo sólo por el bautismo. Y así es. Hace falta estar conectado al corazón de ese Cuerpo para recibir sangre arterial, llena del oxígeno del Espíritu Santo. Y a través del corazón estar unidos a los demás miembros y a la cabeza que es el mismo Cristo. Esta unión con el corazón pasa por un ministerio sacramental que posibilita la realización del milagro de la Eucaristía, centro y raíz de la vida de la Iglesia. Unidos en el corazón visible de la Iglesia en Roma se puede celebrar de manera plena y fructuosa la única Eucaristía del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor con dimensión universal, para todo el cuerpo y con todo el cuerpo.  

Por esto, el tema crucial que hemos de estudiar con más profundidad con los luteranos es el ministerio sacramental. Además, ver cómo este ministerio se engarza con la Eucaristía que es el mismo Cristo. No se puede entender la unidad en el cuerpo universal eclesial sin la unidad universal en el Cuerpo eucarístico, y viceversa. Hay un solo Corpus Christi, el eclesial y el eucarístico. Además, sólo el ministerio válidamente ordenado posibilita la acción litúrgica del misterio eucarístico. Hemos de seguir estudiando este ministerio en su dimensión sacramental y eclesial, y dentro de este ministerio cómo entender el ministerio petrino de unidad.

Hay un dicho importante que refleja una realidad no menos importante: lex orandi, lex credendi: la ley de lo que se reza es la ley de lo que se cree. La fe se refleja en la predicación de la Palabra de Dios y la celebración de los sacramentos. Las rúbricas y el modo de celebrar la Eucaristía nos habla de esa fe. Es decir, la fe se ve en la liturgia. Y la liturgia se convierte en espiritualidad, que lleva a rezar también litúrgicamente. En este sentido, creo que el esfuerzo que se está haciendo en la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa de poner la Misa en el centro de la vida de la comunidad y de las personas, en la espiritualidad y en la liturgia puede ayudar a entender mejor no sólo la realidad de la Eucaristía sino también el ministerio sacramental como elemento de conexión vertical con el Cielo, y horizontal con los demás miembros del cuerpo eclesial de Cristo y de su cuerpo sacramental eucarístico. 

Nuestro diálogo continúa. Firme y decidido. El siguiente paso sería el estudio a fondo de lo que significa el ministerio sacramental y el papel del sucesor de Pedro en esta comunión eclesial y eucarística que estamos llamados a formar en la única Iglesia de Cristo. Nuestro diálogo va a seguir, precisamente porque en Finlandia es posible llegar a la plena comunión, porque en Finlandia abunda la gracia de Dios. Jesús nos sigue repitiendo constantemente: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, hasta en Finlandia”.

El autorRaimo Goyarrola

Corresponsal de Omnes en Finlandia.

Vocaciones

¿Qué sacerdotes necesitamos? Formar pastores misioneros

A la espera del Día del Seminario, en la solemnidad de san José, y de los datos que publicará la Conferencia Episcopal Española, la dimensión misionera desataca como una de las prioridades en la formación de los sacerdotes. Lo subraya el nuevo Plan de Formación Sacerdotal para España, y a ella alude el Papa Francisco en la exhortación Querida Amazonia.

Sergio Requena Hurtado·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es una alegría empezar diciendo que el nuevo Plan de Formación Sacerdotal para España es ya una realidad. Fue aprobado en Plenaria por los obispos el 2 de abril de 2019, y por la Congregación del Clero, el 28 de noviembre pasado. 

El Prefecto de la Congregación, el cardenal Stella, recordaba en su decreto, que es “un Plan de Formación actualizado en consonancia con la doctrina de la Iglesia católica expresada en la Ratio fundamentalis istitutionis sacerdotalis(2016), y que se ofrece a los futuros sacerdotes “para el fomento de una formación integral exigida por la realidad cultural actual”.

Nuevo plan de formación

El nuevo Plan de Formación Sacerdotal. Normas y orientaciones para la Iglesia en España, es la aplicación de la misma Ratio Fundamentalis a las circunstancias, los candidatos y la Iglesia de nuestro país, y quiere servir como instrumento de comunión entre las distintas diócesis. Se trata por tanto, de aunar criterios en la formación que ofrecemos en nuestros seminarios. 

El nuevo Plan de sitúa en continuidad con los grandes documentos de la formación sacerdotal del Concilio Vaticano II: la Presbyterorum Ordinis y la Optatam totius; el magisterio de san Juan Pablo II —de manera particular la Pastores dabo vobis—; el magisterio de Benedicto XVI —especialmente Ministrorum institutio, el motu propio por el que se transfirió las competencias de Seminarios de la Congregación de la Educación Católica a la de Clero—; y el magisterio del Papa Francisco, que ha impulsado de manera especial este proyecto para que llegará a buen puerto.

El nuevo Plan recoge las aportaciones más importantes de la tradición formativa sacerdotal en nuestro país; por ello, es también fruto de su acontecer histórico. Desde el Concilio hasta ahora, cuatro planes de formación para nuestros seminarios, el último de 1996. Además de estos, han ido viendo la luz diferentes documentos sobre pastoral vocacional y vida sacerdotal, de manera particular las actas de los congresos y simposios sobre espiritualidad sacerdotal que se han celebrado, todos ellos han sido tenidos en cuenta a la hora de elaborar nuestro Plan de Formación.

Para definir lo que es en esencia el nuevo Plan de Formación Sacerdotal, podríamos repetir palabra por palabra lo que dijo Mons. Patrón Wong, arzobispo secretario para los Seminarios de la Congregación del Clero. Al hablar de la Ratio fundamentalis a los rectores y formadores de los Seminarios españoles, les dijo que aquel texto “recorre todos los momentos de la vida del sacerdote: los fundamentos puestos en su experiencia familiar y en su participación en la comunidad parroquial, el momento profundo y delicado de la decisión vocacional, la formación inicial en el Seminario y la formación permanente en el ejercicio del ministerio presbiteral, todos esos momentos constituyen un único proceso formativo”. La unicidad de todo el proceso es una idea central de la propuesta formativa.

Retos y desafíos

Son muchos los desafíos que se presentan a la formación sacerdotal, esto nos interpela de manera especial a aquellos que estamos en mayor o menor medida implicados en el proceso, pero es una tarea eclesial en la que no nos podemos quedar solos. Es verdad que el máximo responsable del Seminario es el obispo, y los formadores que viven el día a día al frente de la comunidad educativa del Seminario, pero lo son también de manera especial, y así lo han de sentir, las familias y las comunidades parroquiales donde nacen y crecen esas vocaciones, y por supuesto, los propios candidatos, que deben sentirse responsables de su propio proceso formativo. Pero lo es también cada uno de los cristianos, que están llamados a volverse cada día al Señor para rogarle que nos envíe pastores según su corazón.

El n. 3 de la Ratio fundamentalis asume que la formación de pastores misioneros es una prioridad cuando la llamada a la evangelización es apremiante: “La formación tiene como finalidad la participación en la única misión confiada por Cristo a su Iglesia: la evangelización en toda sus formas”. La Iglesia de España vive inmersa en un proceso, es por tanto consecuente recordar que la formación del discípulo pastor, es a su vez, la formación del pastor misionero.

Año tras año nos preguntamos por qué es necesario celebrar el día del Seminario. La respuesta es que sigue siendo importante para concienciar a la comunidad cristiana de que el Seminario es tarea de todos, y no solo de unos pocos, por muy cualificados que estén. Y porque además tenemos que empeñarnos en crear en nuestros hogares y parroquias un ambiente favorable a la escucha de la Palabra de Dios, para que pueda darse una respuesta serena a su llamada. Es de bien nacidos ser agradecidos, por tantos sacerdotes que en el camino de nuestra vida nos han hecho volvernos a Dios y nos han mostrado el camino de vuelta a la casa del Padre.

El autorSergio Requena Hurtado

Director del Secretariado de la Comisión de Seminarios y Universidades, CEE

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Actualidad

Sembradores de esperanza

Omnes·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El día 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, que la Iglesia dedica de una manera especial al cuidado y la oración por los enfermos, se presentaba y aprobaba en el Parlamento español una proposición de ley sobre la eutanasia. Y hace 4 meses, el 1 de noviembre, la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) publicaba el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida. 

Por la actualidad del debate, la revista Palabra presenta un resumen de los principales contenidos del documento, que ayudará a comprender las implicaciones de una ley de eutanasia y la actitud de los cristianos ante el dolor y el sufrimiento. Puede descargar el documento publicado en la revista pinchando en este enlace.

El documento completo, más amplio de lo que permiten estas páginas, puede consultarse en la página web de la CEE.

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Cultura

Yuval Noah Harari y el futuro de la religión en el siglo XXI

El hombre necesita una salvación que, pese a la crítica de Yuval Noah Harari, no puede darse a sí mismo.

Joaquim González Llanos·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Yuval Noah Harari nació en Haifa (Israel) en 1976. Se doctoró en la Universidad de Oxford en historia, y actualmente es catedrático en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En el 2014 publicó Sapiens. De animales a dioses, del que se han vendido 10 millones de ejemplares. En 2016 publicó Homo Deus. Breve historia del mañana, que lleva ya 5 millones de ejemplares, y en el 2018 publicó 21 lecciones para el siglo XXI, Debate, Barcelona 2018, 399 pp. que completa la trilogía. Sapiens trata del pasado, Homo Deus del futuro y 21 lecciones del presente.

En este último libro se pregunta Harari: ¿qué está pasando? ¿Cómo puedo entender el mundo actual? Y en la respuesta incluye la religión, con un tratamiento que ocupa casi la mitad del libro. Es mi propósito en este artículo analizar la propuesta de este conocido historiador en el campo de la religión y hacer un breve comentario.

Antes, irán bien dos palabras para situar el contexto del libro. En la primera parte, a la pregunta ¿qué está pasando? añade unas consideraciones sobre el poder de remodelar y rediseñar la vida a través de la inteligencia artificial y la biotecnología. Los algoritmos, dice, decidirán por nosotros. Habrá que pensar en los puestos de trabajo del futuro. ¿Habrá para todos? También añade una crítica Harari a las democracias liberales de occidente. ¿Son apropiadas para los países en desarrollo? ¿No han mostrado su fracaso con la crisis financiera global del 2008? ¿Qué hacer con la inmigración? El autor va contestando y proponiendo puntos de vista para encarar los próximos años.

Otro punto, que en mi opinión contextualiza el libro es el contenido en el último capítulo titulado Meditación. En él explica Harari cómo en el año 2000 comenzó la práctica de la meditación Vipassana y cómo eso le cambió la vida, de manera que cada día, desde entonces, dedica 2 horas a esta meditación y hace un retiro de dos meses todos los años. Eso, según él, le proporcionó la concentración y la claridad para escribir sus libros. Y parece que esta meditación, con la observación de sus sensaciones corporales le brindaba un conocimiento mayor sobre sí mismo y los humanos superior a los relatos, cuentos o mitologías que había escuchado hasta el momento.

¿Qué origen tiene la religión, según Harari? La respuesta es que el hombre primitivo, el Sapiens, diviniza lo que desconoce: la luna, el sol, el fuego, la fecundidad de las cosechas. A medida que la ciencia avanza, lo desconocido es menor y va habiendo menos motivos para las creencias en poderes ocultos.

Según él las grandes religiones se basan en relatos: el cristianismo, el islamismo, el budismo, el hinduismo. Son narraciones ficticias, algunas ingenuas, que se han inventado los hombres. Han erigido instituciones globales que le dan su identidad y crean sus liturgias que los mantienen con vida. El hombre necesita relatos y, sin más, se los inventa, y lo sorprendente es que funcionan: le dan sentido y consuelo en sus vidas.

Harari dice que no es necesario ser una persona religiosa para comportarse bien en la vida. Piensa que el código moral laico es superior al religioso pues constituye los cimientos de las instituciones científicas y democráticas modernas. Y tiene un compromiso mayor con algunos valores como la compasión y la verdad.

Con la compasión, la ética laica no se basa en los mandatos de este o aquel dios, sino en una profunda comprensión del sufrimiento. Algo es malo, como el homicidio, porque inflige un gran sufrimiento a seres humanos. No hay que evitar matar sólo porque “Dios lo dice”.

El otro compromiso de la ética laica es con la verdad. La verdad tendría que estar por encima de todo. Y en caso de conflicto entre verdad religiosa con verdad científica, tendría que primar esta última. Por eso, la base de la ciencia moderna es la verdad científica que desintegra el átomo, descifra el genoma, observa las lejanas galaxias, y no los relatos de las religiones que, según Harari, no se sostienen en evidencias científicas.

¿Y qué pasa con las ideologías ateas que han desmembrado el siglo XX y han sido evidentemente catastróficas, como el nazismo o el comunismo? La respuesta es que no es fácil vivir a la altura del ideal laico y se han perdido por el camino. Dice que también a las religiones les ha sucedido otro tanto: que una cosa es el ideal y otra la realización práctica. En el caso de Stalin, por ejemplo, considera que es el pseudo-fundador de una nueva religión de Estado, con sus propios dogmas: el estalinismo.

En cuanto al sentido de la vida Harari cae en un cierto nihilismo. Se apunta al ideal budista de que la vida no tiene sentido, de que no hay que buscar un relato que la justifique. La solución viene por el lado budista de poner la mente en blanco. No pensar. No hacer cosas. No hacer nada y dejar que las cosas fluyan.

¿De dónde le viene el ateísmo a Harari? ¿Cuáles son sus raíces? Quizá de Feuerbach y su crítica de la religión, el cual considera, como Strauss, míticos los relatos de los evangelios, y habla de la religión como una creación humana. Es un ateísmo antropológico que pone al hombre en el centro del pensamiento.

Hay que decir que Harari acierta al colocar el compromiso con la verdad como objetivo fundamental. El problema es: ¿cuál es la verdad sobre el hombre? ¿Qué es el hombre? Sorprende que en un libro con 21 lecciones sobre el siglo XXI no haya una sola palabra sobre la familia, cuando el hombre es un ser social por naturaleza y forma parte de la verdad del hombre la verdad de la familia. Y no sólo porque Dios lo dice, sino porque el hombre descubre en su ser y en su actuar esa noble realidad. Hay que amar la verdad, pero también hay que descubrirla en el entorno que me rodea. Y no sólo la verdad empírica, experimentable, sino también la verdad de mis acciones trascendentes que rebasan la materia, como el amor y la admiración por la belleza.

La propuesta de Harari no distingue entre las religiones: todas son iguales. Pero la realidad es que hay algunas más verdaderas que otras. Algunos relatos de las religiones son ficticios. Pero hay que preguntarse: ¿hay alguno real? ¿Por qué no? ¿Quién le impide a un Dios revelarse a los hombres? El cristianismo establece un relato que se llama historia de la salvación. Hechos y palabras. Vienen en la Biblia. Pero también hay fuentes extrabíblicas y métodos histórico-críticos que analizan la veracidad de esos relatos.

Efectivamente hace falta la fe. Se cree o no se cree. Y yo diría la humildad. El libro de Harari muestra un panorama grandioso que pone en manos del hombre las claves del futuro. En el fondo hay un poco de lo que viene en el libro del Génesis: “seréis como dioses, conocedores de la ciencia del bien y del mal” (Gen 3, 5). Con la inteligencia artificial, la biotecnología, los algoritmos rectores de la vida, el hombre se siente capaz de jugar a ser dios. Sin embargo, el hombre no es capaz de salvarse a sí mismo, por mucha verdad científica que crea poseer. Y es evidente que es necesaria la salvación puesto que el ser humano está moralmente decaído (por sus errores y pecados) y necesita restauración. Es más sencillo creer en un Dios salvador y creador que vela por nosotros y es el Señor de la historia.

El autorJoaquim González Llanos

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Cultura

Un poeta que lo hace muy bien. Mal que bien, de García-Máiquez

El reciente poemario de Enrique García-Máiquez es un canto enamorado: sus hermosos versos destilan una sencilla belleza que oscila desde la cotidianeidad familiar y el buen humor hasta las verdades más profundas de la fe cristiana. 

Pablo Blanco Sarto·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Enrique García-Máiquez, el amigo poeta de El Puerto de Santa María, Cádiz, me ha enviado con una generosa dedicatoria su último poemario que lleva por título Mal que bien. El volumen de 95 páginas, publicado por la editorial Rialp, hace el número 671 de la prestigiosa colección Adonáis, que constituye un verdadero monumento de la creación poética en español.

Este librito de poemas, tras nueve años de silencio poético del autor, está lleno de luz, de buen humor, de fe sobrenatural y de una impresionante erudición literaria. Cada verso es el eco de los miles de versos que ha leído el autor y que probablemente solo los muy expertos serán capaces de descubrir.

En mi primera lectura tres poemas me emocionaron en particular, quizá porque descubrí en ellos una peculiar sintonía de nuestros corazones. El primero titulado Empujones nos habla de nuestros muertos. Lo copio íntegro pues a mí me pasa lo mismo; me basta con cambiar los nombres propios (p. 26):

Vosotros, muertos con los que he vivido

y a los que sigo amando cada día,

qué cerca estáis —abuelos, madre mía,

tía Lola, Ana… —hablándome al oído.

Hoy son mis hijos los que os han perdido

y echo de menos algo en su alegría,

aunque no se hagan cargo todavía

o jamás, olvidados de su olvido.

Les hablo de vosotros con frecuencia,

imito vuestros gestos a conciencia

y a empujones os traigo hasta el presente.

Yo trato de saltar sobre un abismo,

y en una y otra orilla estoy yo mismo

y el vértigo de ver que no hay un puente.

Así es, conforme nos hacemos mayores nuestros muertos están cada vez más vivos en nosotros y hablamos de ellos a los jóvenes, e incluso imitamos sus gestos. 

Nuestra pobre vida y nuestra frágil memoria son ya los únicos puentes. Y en esta misma sección sobre la muerte, titulada con fe Hasta pronto, me ha conmovido hasta la lágrima el brevísimo Epitafio a una joven madre, dedicado a Cristina Moreno, y que transcribo aquí:

No, no te sea leve la tierra en que reposas

ni tampoco tranquila. No estás acostumbra-

da.

Que sobre ella retumben cada día más firmes 

los pasos de tus hijos y el ruido de sus risas.

 Busco en Wikipedia y me recuerda que la locución latina Sit tibi terra levis –“que la tierra te sea leve”– era utilizada en el mundo romano precristiano como epitafio en las lápidas, frecuentemente abreviada con las iniciales S·T·T·L. En contraste con el paganismo romano, una joven madre, fallecida prematuramente, lo que anhela no es la triste paz de los cementerios, sino las gozosas risas y el cordial alboroto de sus hijos. 

En relación con esto, leía ayer al poeta Ramón Gaya: “Todo el terror de la muerte desaparecería si pudiéramos morir en los brazos de nuestra madre; sería ése el momento que más necesitaríamos tenerla a nuestro lado”. Y a mi memoria creyente –“ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”– acudían aquellas tres líneas finales del poema de Dámaso Alonso A la Virgen María:

Virgen María, madre,

dormir quiero en tus brazos

hasta que en Dios despierte.

El poemario de García-Máiquez contiene en total 49 poemas, más unas Primeras líneas (p. 9) y una Bendición final dedicada al padre del poeta (p. 89). Está organizado en siete secciones de siete poemas cada una con los siguientes títulos: Ten piedad, tiempo (pp. 11-21), Hasta pronto (pp. 23-32), Cuerpos gloriosos (pp. 33-41), Monogamia (pp. 43-52), Su rostro en mi espalda (pp. 53-62), Al alimón (pp. 65-76) y En realidad (pp. 79-88).

Un rasgo llamativo de muchos de los poemas aquí reunidos es que son divertidos; están llenos a la vez de un sonoro realismo andaluz y de un enorme buen humor. En particular me ha impactado el desparpajo con el que el poeta expresa su fe cristiana: se advierte que en él la fe es algo bien vivo, capaz de dar sentido a la muerte y a tantas pequeñas cosas que llenan la vida, sobre todo, el trato habitual con sus hijos, su esposa y sus amigos. Necesitamos poetas como Enrique que nos hablen de la atractiva belleza de la vida cristiana real. Viene a mi recuerdo aquello tan profundo de Simone Weil en La gravedad y la gracia: “El mal imaginario es romántico, variado; el mal real, triste, monótono, desértico, tedioso. El bien imaginario es aburrido; el bien real es siempre nuevo, maravilloso, embriagante”.

En la solapa del libro se escribe acertadamente que en este volumen “la versatilidad métrica y la frescura de los versos se combinan con el humor, la inesperada hondura, el cuidado coloquialismo, la elegante ironía, la emoción sostenida y la incansable vuelta a sus maestros clásicos y contemporáneos”. Traeré como última muestra un poema algo más largo que también me cautivó en la primera lectura: se trata –evocando a Keats– de A Thing of Beauty con el que se abre la sección En realidad y en el que aparece el “mal que bien” que da título al volumen:

Sabemos a veces tal vez demasiado

cuando eso interfiere con nuestros sentidos.

Con vuelo dorado la grácil gaviota

(sus alas, dos playas), eleva mi espíritu

hasta que recuerdo lo que han dicho siem-

pre,

que son ratas sucias. Me pasa lo mismo

oh, tronco marmóreo, oh, olor de la infancia,

oh, sombra de plata con el eucalipto

que es árbol exógeno que seca los pozos,

agota la tierra y asfixia al lentisco.

Leyendo un poema, de golpe, me paro,

rastreo influencias por sí es de un epígono

o sopeso, grave, si el texto responde

a las exigencias de estos tiempos críticos.

O basta una chica que cruza, y me turba,

y un memento mori resuena en mi oído.

Ojalá ignorase. Aunque no: prefiero

ver cómo lo duro, lo malo o lo mísero

por dentro me hielan. Hasta que lo hermoso

entabla una lucha a brazo partido

y mal que bien vuelve y va lentamente

separando causas, efectos, motivos

del claro milagro que alumbra mis ojos

de nuevo: la alada belleza ha vencido.

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Familia

La verdad del amor humano. Un modo diferente de celebrar san Valentín

El Papa Francisco escribe en Amoris Laetitia 208: “Todas las acciones pastorales tendentes a ayudar a los matrimonios [...] son una ayuda inestimable. Para dar un sencillo ejemplo, recuerdo el día de san Valentín, que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los pastores”.

Juan Miguel Prim Goicoechea·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Desde 2013 la diócesis de Alcalá de Henares celebra –por iniciativa de nuestro obispo, Mons. Juan Antonio Reig Pla– una vigilia de oración en la catedral magistral de los Santos Niños Justo y Pastor en torno al día de san Valentín.

Recordemos que san Valentín, obispo y mártir, protector de los enamorados de todo el mundo, nació en Terni (Italia) en el 175 d.C., siendo el santo patrón de esta ciudad. El presbítero Valentín dedicó toda su vida a la comunidad cristiana que se había formado en la ciudad, a cien kilómetros de Roma, donde arreciaba la persecución contra los seguidores de Jesús. El eco de los milagros realizados por el santo llegó hasta Roma y se difundió pronto por todo el Imperio. El Papa san Feliciano lo consagró primer obispo de la ciudad de Terni, que todavía hoy conserva sus restos mortales. San Valentín fue encarcelado y azotado en la vía Flaminia, lejos de la ciudad. Recibió el martirio el 14 de febrero del 273 d.C.

Su nombre estará siempre unido al amor humano por un episodio que en aquel tiempo fue muy clamoroso: cuenta la tradición que san Valentín fue el primer sacerdote que celebró la unión entre un legionario pagano y una joven cristiana. Seguidamente fueron muchos los que pidieron su bendición. Aún hoy se recuerda este hecho en la fiesta de la promesa, celebrada en la Basílica que lleva su nombre en Terni.

Necesidades de la vida conyugal

En la Carta que Mons. Reig Pla dirigió a todos los fieles en 2013 convocando a la celebración de la primera Vigilia de san Valentín leemos: “Todos buscamos amar y ser amados; pero para ello necesitamos un maestro. Necesitamos volver a Jesucristo, el divino Maestro, para aprender a amar y para tener la fuerza para amar, cada cual según su propio estado y condición. El Espíritu Santo, que es Amor, es quien abre nuestros corazones para recibir el don del amor auténtico. En este sentido es necesario recordar a todos, y de manera especial a los jóvenes, al menos tres verdades sin las cuales la vida conyugal está llamada al fracaso. 

Primero: la unidad sustancial cuerpo-espíritu. No somos sólo cuerpo o sólo espíritu. Somos un espíritu encarnado; el cuerpo no es una prótesis de la persona, es sacramento de la persona, su visibilización. Segundo: la diferencia sexual, no es un accidente, es constitutiva de la persona. Somos persona-varón o persona-mujer por voluntad de Dios, y desde esa diferencia somos llamados al amor. Nuestro cuerpo, cada aspecto de nuestra anatomía, tiene una dimensión nupcial, está creado para el don, para amar, y en el ámbito del matrimonio se hace lenguaje del amor en el abrazo conyugal abierto a la posibilidad del don de una nueva vida. Tercero: como consecuencia del pecado original, todos somos víctimas de la concupiscencia, es decir, de una inclinación al mal que permanece en los seres humanos aún después del bautismo; por ello, es necesaria la redención del corazón, la gracia de Jesucristo que nos capacita para amar y perdonar”.

Alegría y dificultades

La Vigilia de san Valentín convoca especialmente a los novios, a los prometidos y a los esposos, particularmente a cuantos celebran sus bodas de plata o de oro. Pero tiene en cuenta también la experiencia de sufrimiento de los matrimonios que atraviesan dificultades y de aquellas personas que han vivido el dolor de la separación o el divorcio. 

Además, los solteros, las personas viudas y los consagrados, así como las madres que están gestando una nueva vida en sus entrañas, se unen en la acción de gracias por la vocación al amor, de la que también participan en su propio estado de vida.

La Vigilia, que transcurre en clima de escucha atenta, oración y alabanza, intercalada con hermosos cantos, comienza con el saludo del obispo y el rezo de algunos misterios del Santo Rosario, que iluminan la aventura del amor esponsal. Tras el enunciado de cada misterio se proclama un breve texto del Magisterio, normalmente del Papa san Juan Pablo II, el gran cantor del amor humano, y se escucha un testimonio. La libertad con que algunas personas que han atravesado dificultades en su vida afectiva y matrimonial se ponen delante de todos los presentes narrando hechos dolorosos, pero también gozosos, es signo claro de la victoria de Cristo, que sanando los corazones hace renacer la vocación primigenia al amor. 

Muchas de las personas que han dado testimonio en estos años han agradecido el acompañamiento maternal de la Iglesia y de sus pastores, así como del Centro de Orientación Familiar de la diócesis y de diversos movimientos y experiencias eclesiales laicales, en los que han encontrado acogida y compañía, pudiendo así realizar un camino de sanación con la ayuda de la gracia de Dios.

Ser bendecidos y conocerse

Tras cada uno de los conmovedores testimonios todos rezamos de rodillas el Padrenuestro y las Avemarías correspondientes al misterio del Santo Rosario, dando gracias y pidiendo por los más necesitados de la Misericordia divina. 

A continuación nuestro obispo nos dirige siempre unas palabras, llenas de realismo y esperanza, invitándonos a recorrer en compañía de la Iglesia el camino del amor, virginal y esponsal, sabiendo que lo que es imposible para el hombre abandonado a sus propias fuerzas es posible para Dios. Es en este momento cuando el obispo pronuncia oraciones de bendición sobre los novios, los prometidos y los esposos, así como sobre las madres gestantes. 

En la última parte de la Vigilia se expone el Santísimo, ante el cual nos postramos en adoración y silencio agradecido durante algunos minutos, antes de recibir la bendición.

La celebración concluye con un precioso gesto vinculado a nuestra Patrona, la Virgen del Val. Todos los que lo desean se acercan a los pies del altar, solos o en familia, para arrodillarse y ser cubiertos con el manto de la Virgen, mientras el Obispo los bendice y alienta. Acabada la Vigilia compartimos un chocolate caliente con dulces, preparado por las personas de Cáritas y algunos voluntarios. n

Testimonio de Cristina y Jesús

Durante este año y medio de casados hemos ido comprobando cómo nuestro amor va creciendo y cada día se va fortaleciendo. Vemos lo importante que es vivirlo en comunidad, abrir nuestra casa y donarnos a los demás. Sabemos lo necesaria que es la oración y poner a Dios en medio de nuestro matrimonio. 

La Gracia que Dios derramó en nuestro sacramento nos ha ido uniendo más día a día, y hemos recibido el regalo de alumbrar una nueva vida. Somos padres y estamos esperando el nacimiento de nuestro primer hijo, lo que nos llena de una enorme felicidad.

Mirando atrás, solo podemos dar gracias a Dios por todo, porque aquella felicidad y plenitud que intuíamos que tenía que existir, ya es una realidad en nuestra vida. Le pedimos que siga derramando su Gracia, sin la cual nada somos, y que nos quite siempre todos los miedos y egoísmos. No estamos libres de la tentación de reservarnos y centrarnos en nosotros mismos, pero la vida está para darla.

Testimonio de Juan y Belén

Nosotros también hemos tenido dificultades económicas, como otras tantas personas, pero cuando Dios está en el centro de nuestras vidas, en el corazón de nuestro hogar, la felicidad no salta por la ventana, la felicidad que es Cristo está en nuestro hogar y la miseria, sencillamente, no entra. 

No se puede basar una relación en un estado ideal como nos hace ver la sociedad actual,… alto, guapo, con una buena casa, un buen coche y mucho dinero. Y cuando cierras la puerta de tu casa, te das cuenta que estas solo y vacío, porque realmente lo que te llena, lo que te hace feliz, lo que te ayuda a superar cualquier obstáculo, es Cristo. Sin Él no tienes nada, con Él nada te falta.

El autorJuan Miguel Prim Goicoechea

Vicario episcopal de cultura, evangelización y comunicación. Diócesis de Alcalá de Henares

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La enfermedad, valor sobreañadido

3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Puede parecer una ironía, pero lo creo muy sinceramente. Es más, puede ser que alguno me tache de cruel, pero sinceramente no quiero serlo, sino todo lo contrario, quiero dar sentido a lo que nos toca vivir. Cuando se está intentando justificar quitar la vida a quienes padecen una grave enfermedad (y enfermedad termina siéndolo también la edad), disfrazándolo de humanismo, yo veo en la enfermedad un valor sobreañadido.

No deseo la enfermedad a nadie, me gustaría que nadie sufriera, padeciera, se sintiera angustiado o triste…, ¡me gustaría! Pero es imposible, el dolor, la enfermedad, la edad…, aparece como el Goliat que se enfrentó al joven David, amenazante y soberbio. Y la fe nos enseña que esa enfermedad, esas limitaciones físicas, psíquicas, morales, esos dolores y pobrezas, pueden revertir a nuestro favor.

Una enferma, amiga mía, calificó su enfermedad degenerativa, increíblemente, como un talento que el Señor le había dado. Ese talento, viviéndolo junto al Señor de todo consuelo y con el deseo de hacer de él una ofrenda unida a la Cruz de Cristo, por los hombres, por la evangelización, por los que viven con desesperanza, se convierte en un talento que da frutos abundantes de amor, de salvación, de consuelo…, ¡de misión!

El día 11 del mes pasado fue la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, patrona y refugio de todos los enfermos. A Ella les encomendamos. Y a Ella le pedimos por esos enfermos que con una generosidad preciosa y con un amor inmenso a Dios y a los hombres, se han convertido en enfermos misioneros, ofreciendo al Señor sus dolores y males por los misioneros y la misión de la Iglesia. Con este convencimiento, la Iglesia hizo suya la intuición de Margarita Godet de hacer una Unión de Enfermos Misioneros, vinculada a las Obras Misionales Pontificias, para ayudar a hacer de cada enfermo ¡un misionero! ¡un gran misionero!

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

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Enseñanzas del Papa

Sueños de evangelización y compromiso educativo

Dos enseñanzas cabe destacar entre las que nos ha ofrecido Francisco recientemente: la exhortación Querida Amazonia, que constituye su aportación al proceso sinodal sobre esa región, y sus observaciones sobre el Pacto Educativo Global (Instrumentum laboris, 2020), en relación con la Jornada Mundial de la Educación por él convocada para mayo. 

Ramiro Pellitero·1 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Exhortación apostólica Querida Amazonia (2-II-2020) constituye una carta impregnada de afecto y de retos. Desde el principio declara Francisco el foco que le ilumina y guía: “Todo lo que la Iglesia ofrece debe encarnarse de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia” (n. 6). 

Impregnada de afecto y de retos

Desde ahí enuncia sus cuatro “sueños” (paralelos a los “diagnósticos” del sínodo) para Amazonia, desgranados en los respectivos capítulos. 

1. El sueño social: la promoción de los derechos de los más pobres, de los últimos. Hay que convertir la “indignación”, ante las explotaciones y los crímenes, no en odio, sino en restauración de la “dignidad”; sobre la promoción del sentido de fraternidad y de comunión que brota especialmente de la fe en Cristo; en la cultura del encuentro y del diálogo social ante todo con los más pobres; y en la armonía con la tierra y la naturaleza circundante.

2) El sueño cultural trata de preservar la belleza que brilla en las culturas y, por tanto, el diálogo intercultural. La inculturación, obra del Evangelio, es una tarea educativa, cuyo sentido es siempre “cultivar sin desarraigar, hacer crecer sin debilitar la identidad, promover sin invadir” (n. 28). 

Atención, para ello, a los poetas, que ayudan a preservar y comunicar los valores de las culturas entre sí. Atención también a las cuestiones concretas que el diálogo intercultural plantea en relación con las familias, con los medios de comunicación y con el sentido de la “calidad de vida”. 

3. El sueño ecológico lleva al respeto y al cuidado por la tierra. Un sueño que ha de partir de la “ecología humana” y de la apertura a Dios, autor de la naturaleza. Por eso, solo una cultura que fomente la contemplación de la belleza –que en estos pueblos viene de antiguo– puede ayudarnos a escuchar el grito de la tierra y de sus criaturas. Esto requiere a su vez una “ecología social”, que los gobiernos deben impulsar con normativas e informaciones. 

Para que el sueño ecológico se haga realidad –señala el documento– hace falta una determinada educación de los “hábitos ecológicos”: “No habrá una ecología sana y sustentable, capaz de transformar algo, si no cambian las personas, si no se las estimula a optar por otro estilo de vida, menos voraz, más sereno, más respetuoso, menos ansioso, más fraterno” (n. 58). 

En este sentido, nuestra cultura consumista e individualista debe ser también evangelizada, y a fondo. 

4) Finalmente, el sueño eclesial, porque la Iglesia y el mensaje del Evangelio se encarnan en todas las culturas para el bien de todos. Es importante captar que no solo las personas sino las culturas, como tales, son protagonistas activas de la evangelización, en cuanto mediadoras de valores auténticamente humanos que se abren a la fe (cf. n. 67). 

Por eso la inculturación del Evangelio implica reconocer la sabiduría de las culturas, también de las culturas precolombinas. Requiere respetar los símbolos que las abren a la trascendencia, sin etiquetarlos de idolatría, superstición o paganismo, aunque manifiesten una religiosidad imperfecta, parcial o equivocada. Supone apreciar muchos de sus valores tradicionales, en relación con Dios, la tierra, la familia, el trabajo, el culto, el “más allá”. Son valores que nos cuesta aceptar a los que estamos sumergidos en la modernidad tardía o líquida; pero nos pueden ayudar –sostiene Francisco– a superar nuestro consumismo ansioso y nuestro aislamiento urbano. 

En esta línea espera el Papa que la centralidad de la Eucaristía, el recurso a la oración y la convivencia –especialmente a nivel ecuménico e interreligioso–, junto con el trabajo común en favor de los más desfavorecidos, impidan que nos devoren “la inmanencia terrena, el vacío espiritual, el egocentrismo cómodo, el individualismo consumista y autodestructivo” (n. 108). 

Destaca Francisco la importante aportación de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad. Apunta la necesidad de desarrollar diferentes servicios eclesiales, contando con la generosidad de todos y de acuerdo con la condición y los dones de cada cristiano: laicos, ministros sagrados y religiosos. Y concluye invocando la protección de María, Madre de la Amazonia.

Compromiso y pasión educativa

En la situación actual Francisco desea impulsar la educación como tarea, arte y realidad dinámica, con dimensiones individuales y sociales. Su discurso a la Congregación para la educación católica (20-II-2020) señala primero cuatro rasgos del movimiento educativo apuntando cómo pueden hoy promoverse.

1) La educación es un “movimiento ecológico” en el que se pueden distinguir cuatro niveles personales: la relación de la persona con Dios (nivel espiritual), consigo misma (nivel interno), con los demás y (nivel solidario) con todos los demás seres especialmente los seres vivos (nivel natural). Esto ha de traducirse en los correspondientes itinerarios pedagógicos, como apunta en su última parte la encíclica Laudato si’ (24-V-2015).

2) La educación como “movimiento inclusivo” debe dirigirse hoy explícitamente a todos los “excluidos”. Y esto es “parte integrante del mensaje salvífico cristiano”. “Hoy” -observa Francisco- “es necesario acelerar este movimiento inclusivo de la educación para frenar la cultura del descarte, originada por el rechazo de la fraternidad como elemento constitutivo de la humanidad”

3) La educación como “movimiento pacificador”, constructor y portador de la paz, se opone a la “egolatría”, que genera fracturas y contraposiciones a todos los niveles, porque tiene miedo a la diversidad y a las diferencias. La educación debe enseñar que “las diversidades no obstaculizan la unidad, es más, son indispensables para la riqueza de la propia identidad y la de todos”. En efecto, y un elemento clave para esto es enseñar a discernir y comprender

4) La educación como “movimiento de equipo” requiere la participación de muchas personas: familias, maestros, instituciones civiles y religiosas, etc. Pero este movimiento de equipo -lamenta Francisco- hace tiempo que entró en crisis. Y por eso necesitamos promover un “pacto educativo global” entre todos los que intervienen en la educación. La finalidad está clara: “Reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión” (Mensaje para el lanzamiento del Pacto Educativo, 12-IX-2019).

Pacto Educativo Global

En la segunda parte de su discurso, el Papa señala otros retos actuales del “pacto educativo”: actitudes, método, caminos concretos.

1) En primer lugar, hace falta valentía: “La valentía de colocar a la persona en el centro […]. La valentía de invertir las mejores energías […]. La valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad” (ibid.). Esta valentía –agrega con sentido realista– de pagar bien a los educadores.

2) En segundo lugar, la necesidad de una educación interdisciplinar y transdisciplinar (cfr. Const. ap. Veritatis gaudium, Proemio, 4c), capaz de abordar la unidad del saber, así como la fragmentación actual de muchos estudios, especialmente ante el “pluralismo ambiguo, conflictivo o relativista de las convicciones y de las opciones culturales” (Ibid.).

3) Finalmente, formula cuatro peticiones concretas para los próximos años: la redacción de un Directorio sobre este tema; el establecimiento de un Observatorio mundial; la actualización de los estudios eclesiásticos; el impulso al “trabajo pastoral universitario como instrumento de nueva evangelización”.

Mundo

Una Misa en la catedral de Ginebra después de cinco siglos

El próximo 29 de febrero se celebrará una Misa en la catedral de Ginebra (Suiza), que con la Reforma protestante pasó a los calvinistas. La última celebración tuvo lugar en el año 1535, hace casi cinco siglos, en tiempos de Calvino. “Es un fuerte gesto ecuménico”, señala l’abbé Desthieux.

Pedro Estaún·16 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Las relaciones entre las autoridades católicas y calvinistas son excelentes en Suiza, un país en el que se vive de una manera especial el respeto de todo tipo de creencias y culturas. En este contexto, han tenido lugar en meses pasados unas conversaciones entre l’abbé Pascal Desthieux, vicario episcopal de Ginebra, y las autoridades calvinistas, en las que se acordó celebrar en la catedral de San Pedro una Misa el día 29 de febrero. Ciertamente es una gran noticia para los católicos.

Será la primera Misa después de aquel 8 de agosto de 1935 en el que se suspendió la celebración eucarística, y en ella concelebraremos muchos sacerdotes. El presidente de la Iglesia protestante de Ginebra, el pastor Emmanuel Fuchs, dirá unas palabras de acogida y la ceremonia será presidida por Pascal Desthieux. La Iglesia en Ginebra pertenece a la diócesis de Friburgo-Lausana-Ginebra y Neuchâtel, con sede episcopal en el cantón católico de Friburgo. Han pasado 484 años desde la anterior santa Misa. 

La catedral continúa hoy día mantenido el culto protestante y es también el lugar en el que se celebran las ceremonias oficiales del Consejo de Estado y similares. En la actualidad, la catedral puede ser considerada como un lugar turístico visitado por numerosas personas y donde los domingos por la mañana se mantiene una actividad de culto. También allí se celebran conciertos y actos oficiales.

Ginebra, sin mayoría calvinista

El turista no encuentra en su visita ningún elemento que pueda invitar a la oración, aunque continúa conservando la majestuosidad de un templo religioso. En las frías paredes, exentas de imágenes y cuadros, se encuentran sin embargo placas en las que se recuerdan algunos de los acontecimientos ocurridos en estos siglos. En uno de ellos aparece en perfecto latín el siguiente texto: “En el año 1535 abatida la tiranía del anticristo romano y abolida la superstición, la Santa religión de Cristo ha sido restablecida en su pureza…”. Un altar de grandes dimensiones preside la nave central y se encuentra vacío aunque en él aparece en ocasiones una Biblia de gran tamaño. En un lugar discreto se conserva un sencillo sillón con la indicación “Silla de Calvino”

Hoy, la población de Ginebra ya no es mayoritariamente calvinista. Como consecuencia de las posibilidades de trabajo en este país son muchos los que han venido de otros lugares de tradición católica, como Italia, Hispanoamérica, Portugal, Francia y España. Ginebra alberga hoy en día gentes de 190 nacionalidades diferentes, en buena parte por ser la sede de varios organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Derechos humanos, Derechos humanitarios y refugiados, Paz, Desarme, Seguridad, Economía y desarrollo y Mundo Laboral… La ciudad cuenta con más de 500.000 habitantes, de los cuales 180.000 son católicos bautizados, y la Iglesia católica administra 52 parroquias. 

Presencia cristiana antes de 313

Desde los principios de nuestra era, la actual Ginebra formó parte del Imperio Romano. El culto a Júpiter, Mercurio, Neptuno Cibeles, ha dejado restos que aún podemos observar. No disponemos de datos precisos de la venida a esta tierra de los primeros evangelizadores, pero pudo ser antes de finalizar el primer siglo. Los antiguos se desplazaban mucho, los viajes de san Pablo lo testimonian. Los contactos entre Roma y las provincias eran continuos gracias a una red de vías inteligentemente organizadas y Ginebra se encuentra en el cruce de dos importantes ejes de circulación de la Europa occidental, de norte a sur o y de este a oeste. El acceso desde Roma podía ser por el paso del Gran San Bernardo cruzando los Alpes o desde Lyon donde muy pronto encontramos cristianos. 

No sabemos quién pudo ser el primer apóstol de Ginebra, pero es segura ya una presencia cristiana antes del edicto de Milán. No consta que haya habido persecuciones religiosas en esta tierra, de hecho no se venera ningún mártir de aquellos primeros siglos pero sí parece ser que llegó a haber obispo, lo que suponía una comunidad cristiana. 

Cuando en el siglo IV el Imperio pasó a ser oficialmente cristiano, encontramos ya una organización eclesiástica en esta ciudad y la vida cristiana crece. Se tienen datos de una doble catedral ya en el siglo IV: una para los catecúmenos con su baptisterio por inmersión y otra para los fieles bautizados, y una comunidad cristiana de cierta envergadura. El obispo ocupaba un papel fundamental en el gobierno de la ciudad. 

Con la caída del Imperio romano en Occidente en el siglo VI, los francos se instalan en Ginebra en el año 443. La catedral se agranda y enriquece y crece la vida religiosa. Más tarde, en el siglo IX, bajo el reinado de los carolingios, Ginebra es gobernada por condes, y en el año 888 se integra en el reino de Borgoña. En esta época se crean varias parroquias rurales. 

En 1032, Ginebra se incorpora al Sacro Imperio romano-germánico. La vida religiosa en la ciudad y su entorno continúa creciendo conservando las auténticas creencias y bajo el Papa de Roma. La catedral sigue siendo el centro de las actividades religiosas, aunque son necesarias continuas reformas, en ocasiones por los incendios que en ella se producen, como el tremendo de 1430, y otras para agrandar su capacidad. 

La reforma protestante

En el siglo XVI la reforma promovida por Lutero conmociona a toda Europa. Como es sabido, este sacerdote de origen alemán promovió una nueva iglesia en la que Papa de Roma no tuviera la supremacía total, donde la fe volviera a ser el principal motor religioso y en la que la corrupción religiosa fuera aniquilada. En sus 95 tesis, Lutero defendía la fe cristiana como motor esencial de la religión y se contrapuso, así, al modus operandi que la Iglesia católica había estado llevando a cabo durante la Edad Media. 

En Ginebra, el iniciador de esta nueva corriente fue el pastor de origen francés Guillaume Farel, que muy pronto logró la condena y expulsión de la Iglesia de Roma de la ciudad. El 21 de mayo de 1536, en la plaza pública de Ginebra, mediante la institución de la teocracia, consiguió que todos aceptaran vivir “según el evangelio y la palabra de Dios”, lo que le abrió las puertas de un enorme poder: unir el Evangelio con el gobierno. 

En un encuentro con Juan Calvino, que ya era reconocido en toda Europa a los 26 años por su obra sobre el cristianismo reformado, le convence para que se instale en Ginebra con el fin de ayudarle en la implantación de esta nueva línea cristiana. Y fue principalmente Calvino quien abrió nuevos caminos al protestantismo en esa ciudad. Dotado de una mente más lógica y rigurosa que la de Lutero, Calvino llevó hasta sus últimas consecuencias las premisas fundamentales de la doctrina protestante.

Calvino en Ginebra

El protestantismo calvinista tuvo una enorme acogida en Ginebra, donde Calvino se instaló de manera definitiva en año 1541. A petición suya, el Consejo que gobernaba la ciudad prohibió el juego, la danza, los juramentos y las diversiones, y ordenó asistir al sermón y al catecismo. Todos los habitantes debían prometer obediencia a la autoridad religiosa o salir de la ciudad. Se creó un Consejo formado por los pastores responsables de celebrar el culto y de predicar que serían los que, en la práctica, gobernarían la ciudad. Los que no se avinieron a ello y se opusieron fueron castigados y muchos ejecutados. En cinco años hubo 68 ejecuciones en una población de 20.000 almas, entre ellas el español Miguel Servet. A partir de entonces la catedral, aun manteniendo el título de catedral de San Pedro, pasó a pertenecer a la iglesia reformada de Calvino y fue la sede principal del culto protestante.

El 8 de agosto de 1535, tras una predicación de Farel defendiendo la Reforma, los iconoclastas destruyeron los altares, así como las imágenes, cuadros y ornamentos y rompieron los órganos. El magnífico retablo de Conrad Witz ofrecido por el obispo François de Metz en 1444 fue desmontado y las estatuas destrozadas. El Consejo decidió el 10 de agosto suspender la Misa de una manera definitiva. La Reforma fue oficial en Ginebra el 21 de marzo de 1536, y se proclamó en el claustro de la catedral. 

La actividad de Calvino en esta ciudad fue muy intensa y eficaz. Uno de sus discípulos, el escocés John Knox llegó a decir que la Iglesia de Ginebra era la más perfecta “escuela de Cristo que alguna vez haya habido en la tierra desde los días de los apóstoles”. Los católicos fueron perseguidos y expulsados, y hasta el siglo XIX no consiguieron algunos derechos.

El autorPedro Estaún

Experiencias

Mons. Hoser: “Vienen a Medjugorje para encontrar a Dios”

En mayo de 2019 se anunció que el Papa había decidido autorizar las peregrinaciones al santuario de Medjugorje, que ahora pueden ser organizadas oficialmente por diócesis o parroquias. Se trata de promover los frutos espirituales del lugar, sin declarar auténticas las apariciones. Recogemos el testimonio de un sacerdote que suele peregrinar a Medjugorje.

Omnes·15 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Lo que podía parecer mera beatería que suscitaba ciertas dudas y reticencias, ahora es un lugar más de peregrinación como Lourdes o Fátima. Así lo autorizó el Papa Francisco el pasado 12 de mayo de 2019, víspera de la festividad de la Virgen de Fátima: “Las peregrinaciones a Medjugorje, desde ahora podrán ser oficialmente organizadas por las diócesis y parroquias”. Para ello, el Papa Francisco ha tomado directamente la responsabilidad pastoral de toda esta realidad, nombrando al arzobispo Henryk Hoser como Visitador Apostólico especial de la Santa Sede y Delegado suyo de modo permanente para que actúe en su nombre.

Pero téngase en cuenta que esta autorización no comporta la autentificación de las supuestas apariciones de la Virgen en este lugar. La Iglesia no ratifica apariciones hasta que terminan, además de estudiarse con mucho cuidado, y en el caso de Medjugorje los hechos continúan. Por otro lado, la Iglesia tampoco lo ha condenado, después de 39 años desde que empezaron las apariciones, con lo cual no consta la menor sospecha de herejía que amenace la integridad de la doctrina católica.

El lugar y el mensaje

“Medjugorje” es una palabra de origen eslavo que significa ‘entre montañas’ por su situación geográfica. Es una pequeña aldea ubicada en un valle al sur de Bosnia-Herzegovina. Esta sencilla aldea tiene la peculiaridad de haberse mantenido fiel a la fe católica a lo largo de la historia, a pesar de haber estado sometida a diversos regímenes totalitarios.

Un buen resumen del mensaje que Medjugorje está transmitiendo al mundo podría ceñirse a una llamada universal a la conversión, a través de cinco armas fundamentales que favorecen una sólida vida de fe (las así llamadas “cinco piedras” de David contra Goliat):

  • la oración con el corazón, es decir, un trato vivo y personal con Dios, que abarca también una tierna relación con nuestra Madre, la Virgen María, a quien tanto le agrada el rezo meditado del Santo Rosario, arma poderosa contra el mal;
  • la Eucaristía, vivida en profundidad como centro de nuestra vida;
  • la lectura diaria y meditada de la Sagrada Escritura, que pueda estar en un lugar visible del hogar, de tal forma que estimule a rezar en familia.
  • el ayuno a pan y agua los miércoles y los viernes, lo cual purifica el alma, ayuda a vivir mejor el dominio de sí, hace que nuestra oración resulte más eficaz y pueda detener las guerras;
  • el sacramento de la Confesión, al menos una vez al mes, abriendo el corazón a la misericordia de Dios, que nos espera con los brazos abiertos.

Los videntes (Ivanka, Mirjana, Vicka, Marija, Ivan y Jakov) son personas absolutamente normales. Eran niños cuando empezaron las apariciones, y hoy día están casados y con hijos. Gozan de una buena salud mental, certificada por muchos médicos y científicos que desarrollaron todas sus artes para cuestionar el testimonio de los videntes. Han llegado a comprobar, sin embargo, que sus estímulos cerebrales durante las apariciones respondían a una realidad que estaban viendo y oyendo, aunque los demás no pudieran verla ni oírla.

Frutos

Nos dice el Señor que “por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 20) para poder discernir. Pues bien, en Medjugorje los frutos son innumerables. Ya han acontecido varios milagros con el sol -como en Fátima- y abundantes curaciones físicas -como en Lourdes- bien documentadas y científicamente inexplicables (hasta el día de hoy se han verificado más de 500 curaciones milagrosas). Pero los mayores milagros –que no se pueden enumerar porque suceden continuamente– son las curaciones espirituales, es decir, la conversión de miles y miles de personas que, quizás habiendo llegado hasta allí de forma circunstancial (acompañando a alguien, por mera curiosidad, o incluso con ciertos prejuicios), en realidad se han encontrado con el inmenso Amor que Dios les tiene, en contraste con todas las miserias y debilidades humanas que vamos arrastrando. 

Medjugorje se ha convertido así en un lugar de reconciliación con Dios. Representa los pulmones espirituales de Europa donde uno respira hondo después de una buena Confesión. Es llamado el “confesionario del mundo” por la gran cantidad de confesiones diarias, pero que, además, no se realizan de cualquier manera: se dan bastantes casos de penitentes que, al descubrir en su conciencia ofensas cometidas de la vida pasada y que nunca habían confesado antes, llegan entonces con un profundo deseo de “vaciar el saco” y de hacer una limpieza a fondo.

Encuentro con Dios

Medjugorje es un lugar en el que millones de personas descubren la belleza de la Iglesia y se encuentran con Dios a través de la Virgen María. El clima de paz y de oración que allí se respira favorece ese encuentro tan especial. Así, ha llegado a decir Monseñor Hoser: “¿Por qué viene tanta gente a Medjugorje cada año? La respuesta es clara: viene aquí para encontrar a ‘alguien’, para encontrar a Dios, para encontrar a Cristo, para encontrar a su Madre. Y entonces descubrir esa paz que conduce a la alegría de vivir en la casa del Padre y de la Madre, y finalmente el camino mariano como el más seguro y cierto. Ésta es la paz de la devoción mariana que ha tenido lugar aquí desde años” (homilía pronunciada en Medjugorje el 22 de julio de 2018). A Jesús se va y se vuelve por María. Ella es la Reina de la Paz que nos lleva al encuentro con su Hijo, el Príncipe de la Paz.

Entre los peregrinos a Medjugorje podrían destacarse miles de sacerdotes y muchos obispos que han concelebrado allí en Misas multitudinarias y han estado atendiendo en confesión a tantos penitentes, siendo testigos de la infinita misericordia de Dios, capaz de transformar la vida de las personas. Se podrían contar muchas anécdotas, pero no disponemos del espacio para ello. Simplemente traemos a colación la experiencia allí vivida de Josefina, fiel laica: “Debo confesar que ha sido una bendición. Una llamada de la Santísima Virgen para que fuera a visitarla, ya que no tenía intención de peregrinar a Medjugorje, pues tenía muy claro lo que allí pasaba, pero he de reconocer que ha sido una bendición recibir esa llamada de nuestra Madre. Me ha impactado mucho la cantidad de personas allí presentes, familias jóvenes, muchos jóvenes, también mayores, pero sobremanera el silencio, el respeto a pesar de las miles de personas que había, tanto en la adoración al Santísimo, como en el rezo del Santo Rosario y en la Eucaristía. La Virgen ha querido que yo viviera en mi persona su amor por mí ante mi escepticismo. Medjugorje nos invita a la adoración, al amor, a la amistad, a la unión con Jesús y a la alegría. A orar de corazón a corazón. Doy infinitas gracias a Dios por la oportunidad que se me brindó. Ella, la Señora, me esperaba con los brazos abiertos”.

Entre las distintas incidencias que pueden suceder en una peregrinación a Medjugorje, hay quien descubrió la dulce mirada de la Virgen María en los ojos de una niña, llenando a esa persona de paz y sosiego en momentos de mayor tensión y nervios, como diciéndole en lo más íntimo de su ser: “Tranquila, aquí estoy”. En otras ocasiones, es un mensaje de la Virgen que llega de forma imprevista, pero en un momento tan oportuno, que ha servido a evitar el suicidio y a dar un vuelco en la vida.

“Una ventana al mundo”

Los mensajes pueden parecer repetitivos, y sin embargo, cada mensaje es distinto, aunque pueda mencionar algún aspecto en común que es fundamental, como es la llamada a la conversión, la invitación a orar, a abrir el corazón
 Porque una madre no se cansa de esperar y de recordar aquello que es importante, como una persona enamorada tampoco se cansa de decir: “te quiero”.

Hay que destacar la gran cantidad de vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa inspiradas por Medjugorje. Muchos de ellos dan su testimonio en el festival de jóvenes que se celebra cada año a inicios de agosto, llegando a acoger a más de 60.000 jóvenes de distintas partes del mundo.

Otro de los frutos son los miles de grupos de oración que han surgido de Medjugorje por el mundo entero. La adoración al Santísimo, el rezo del Rosario, la Confesión, la lectura de la Biblia, el ayuno, la Eucaristía, la consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, son los puntos que se van llevando a cabo.

La parroquia de Santiago Apóstol de Medjugorje, bajo la tutela de los franciscanos, es referencia para el mundo. En ella diariamente se pone en práctica esta escuela de oración tan sencilla, y a la vez tan profunda, que viene a recordar la necesidad que tenemos de una mayor conversión y nos impulsa a reavivar nuestra fe.

El Papa emérito Benedicto XVI llegó a decir: “Dios, a través de la Virgen María, abre una ventana al mundo, cuando el mundo le cierra la puerta a Dios”. Si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que este mundo moderno está excluyendo cada vez más a Dios de la sociedad. Pero Dios sigue llamando a nuestra puerta, nos invita a abrirle nuestro corazón para que Él pueda entrar y su amor nos vaya transformando. Dios selló una alianza con su pueblo, con nosotros… y a pesar de nosotros. Para que esta alianza persista, Dios cuenta con su Madre, la Virgen María, para recordarnos que somos hijos suyos y que espera nuestra conversión. Como una madre quiere lo mejor para sus hijos, así nuestra Madre del cielo intercede por nosotros y nos ayuda a ser más fieles a Dios.

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España

Teología para laicos: ¿por qué y para qué?

A propósito del Congreso de Laicos que tiene lugar este fin de semana en Madrid, sobre el que Palabra viene informando, se recoge un artículo de Raquel Pérez Sanjuán sobre la formación teológica de los laicos, publicado en marzo del año pasado, y de plena actualidad

Raquel Pérez Sanjuan ·13 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Sería necesario establecer una primera clarificación respecto a qué se entiende por “formación teológica para laicos”: en el criterio “laicos” incluiremos a quienes no se están preparando para el ministerio ordenado, es decir, también a miembros de institutos de vida consagrada masculinos laicales, así como a todas las mujeres, pertenezcan o no a un instituto de vida consagrada.

En cuanto a “formación teológica”, es importante tener en cuenta que, junto a los estudios clásicos de Baccalaureatus in Theologia, Licentiatus in Theologia o Doctor in Theologia (los tres ciclos académicos de Teología) existe una modalidad específica orientada a la formación de laicos que van a desempeñar tareas u oficios eclesiásticos tales como la enseñanza de la Religión, la catequesis, la formación de agentes pastorales, etc. Dichos estudios, cuya oferta académica regula la Santa Sede (Congregación para la Educación Católica) a finales de los años 80, se denominan Scientiis Religiosis (Ciencias Religiosas), constan únicamente de dos ciclos  (Baccalaureatus  in  Scientiis  Religiosis y Licentiatus in Scientiis Religiosis), y se imparten en Institutos Superiores de Ciencias Religiosas (ISCCRR) patrocinados por las Facultades de Teología.

Como señala la introducción a la Instrucción para los Institutos de Ciencias Religiosas (2008), “con el Concilio Ecuménico Vaticano II se ha intensificado entre los fieles -laicos y religiosos- un vivo interés por el estudio de la Teología y de otras ciencias sagradas, para enriquecer con ellas la propia vida cristiana, ser capaces de dar razón de la propia fe (cf. 1Pe 3, 15), ejercitar fructuosamente su apostolado propio y poder colaborar con los ministros sagrados en su específica misión (cf. can. 229 §§1-2 CIC 1983). En el período post-conciliar, mientras las Facultades eclesiásticas, que ya contaban con una larga tradición, se han conformado a las disposiciones de la Constitución Apostólica Sapientia christiana (1979), ha ido asumiendo una creciente importancia en la Iglesia la necesidad de velar por una adecua- da formación de los fieles laicos, mediante modalidades específicas”.

 La ardua tarea de formar

En este sentido, vale la pena recordar lo que, al efecto, dijo el Concilio: “La Iglesia espera mucho de la laboriosidad de las Facultades de ciencias sagradas. Ya que a ellas les confía el gravísimo cometido de formar a sus propios alumnos, no sólo para el ministerio sacerdotal, sino, sobre todo, para enseñar en los centros eclesiásticos de estudios superiores; para la investigación científica o para desarrollar las más arduas funciones del apostolado intelectual. A estas facultades pertenece también el investigar profundamente en los diversos campos de las disciplinas sagradas de forma que se logre una inteligencia cada día más profunda de la Sagrada Revelación, se descubra más ampliamente el patrimonio de la sabiduría cristiana transmitida por nuestros mayores, se promueva el diálogo con los hermanos separados y con los no-cristianos y se responda a los problemas suscitados por el progreso de las ciencias. Por lo cual, las Facultades eclesiásticas, una vez  reconocidas oportunamente sus leyes, promuevan con mucha diligencia las ciencias sagradas y las que con ellas se relacionan y sirviéndose incluso de los métodos y medios más modernos, formen a los alumnos para las investigaciones más profundas.” (cfr. Declaración Gravissimum Educationis sobre la Educación Cristiana, n. 11)

Creciente número de alumnos

Es, pues, a partir del Concilio Vaticano II cuando los laicos acceden por primera vez a los estudios eclesiásticos en las Facultades de Teología, siendo minoritaria siempre su presencia en las aulas respecto a quienes se preparan para el Orden. Sin embargo, a partir de la última década del siglo XX, con el surgimiento de las Ciencias Religiosas como formación específica para laicos, el número total de alumnos/as en los ISCCRR ha venido a triplicar al total de alumnos/as matriculados en las Facultades de Teología, si bien también en éstas encontramos una presencia significativa de laicos/as.

Ciertamente es importante que esta formación teológica exista, tanto por lo que supo- ne de reflexión sistemática como para poder dialogar con la cultura actual. Además, desde hace más de una década, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha establecido como requisito para impartir clases de Religión en Secundaria y Bachillerato haber obtenido al menos el grado académico de Baccalaureatus in Scientiis Religiosis y contar con una formación pedagógica específica para la enseñanza de la Religión.
El número de laicos que estudian Teología y Ciencias Religiosas lo desconocemos, por no preguntarse explícitamente esta categoría al momento de solicitar a las Facultades de Teología los datos estadísticos que, anual- mente, proporcionan para la elaboración de la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia Católica en España.

Sí que podemos afirmar que, en los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, el 100 % del alumnado son laicos (como decíamos al inicio, esto incluye a miembros de institutos de vida consagrada que no se forman para recibir el Orden sagrado); su número, según la última estadística que disponemos, se acerca a los cuatro mil alumnos matriculados en toda España (curso 2016-17).

En cuanto a las Facultades de Teología, de los casi dos mil alumnos que se distribuyen por las 11 Facultades de Teología presentes en el territorio de la CEE, el número de laicos no llega a constituir un tercio del alumnado en sus aulas, si bien es posible que esta proporción varíe en función de la Facultad de Teología a la que nos refiramos. En este sentido es importante recordar que son varias las facultades, o bien centros teológicos agregados o institutos teológicos incorporados a las mismas que cuentan entre sus alumnos con los seminaristas de Seminarios afiliados a dicha Facultad.

Universidades y profesorado

Los estudios de Teología se imparten en Facultades de Teología, que pueden ser autónomas, o bien pertenecer a una universidad católica (es decir, tiene también estudios civiles) o a una institución eclesiástica (esto es, únicamente se imparten disciplinas eclesiásticas, es decir, bajo el régimen de la Santa Sede). Además, pueden impartirse en centros que ofrecen primer y segundo ciclo (agregados a la Facultad de Teología), o segundo y tercer ciclo (incorporados a la Facultad de Teología). En todos estos casos, las aulas están abiertas tanto a laicos como a candidatos al sacerdocio, sean seminaristas, sean miembros de institutos religiosos o sociedades de vida apostólica clericales.

En cuanto al profesorado, depende también de cada caso: en algunas Facultades e ISCCRR hay mayor proporción de profesorado laico (en varias, mayoritariamente mujeres), y en otros no hay prácticamente ninguna presencia laical, la cual se reserva para las disciplinas auxiliares y/o las lenguas clásicas. Si pensamos que únicamente tras el Concilio Vaticano II los laicos han tenido acceso a los estudios teológicos en las Facultades, y la exigencia del grado académico de Doctor para la docencia, realmente es significativo el esfuerzo de formación realizado por los laicos en el ámbito teológico -es importante mencionar que, en la mayoría de los casos, los laicos acceden a los estudios de Teología o Ciencias Religiosas con otras titulaciones universitarias previas-.

Aportación a la persona

Como hemos señalado más arriba, además de ofrecer la posibilidad de capacitar al fiel a dar razón de su fe, y de entablar un diálogo fecundo con las ciencias y la cultura de su tiempo, el estudio de la Teología o de las Ciencias Religiosas -como todo estudio sistemático de una disciplina- aporta rigor cien- tífico y capacidad investigadora, además de formación humana. En este caso es también oportunidad de profundizar en el conocimiento de las Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio, lo cual siempre es ocasión de crecimiento en la propia experiencia de fe.

Ciertamente es importante promocionar estos estudios, supone que tanto sacerdotes como consagrados y laicos estén bien formados y preparados en el ámbito teológico. También por el hecho de ser España uno de los países del mundo donde contamos con mayor presencia de Facultades de Teología (11) y centros agregados o incorporados (10) e Institutos de Ciencias Religiosas (casi medio centenar, contando con las secciones a distancia de la UESD).

El autorRaquel Pérez Sanjuan 

Directora del Secretariado de la Subcomisión episcopal de universidades

Experiencias

Cuatro nuevos embajadores de la Casa Grande de la diócesis de Ávila

El centro de educación especial la Casa Grande de Martiherrero, dependiente del Obispado de Ávila, ha incorporado a su gran familia a cuatro nuevos embajadores de la institución.

Omnes·7 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

– TEXTO Francisco Otamendi

Se trata del director de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell, Santiago Portas; el periodista Javier Pérez de Andrés, la directora de Ser Ávila, Carmen Esteban, y el topógrafo y dinamizador del Espacio Castilla y León Digital, Ángel Martín.

   El acto de nombramiento fue presidido por el obispo de la diócesis, Mons. Gil Tamayo, y por la directora del centro, Pura Alarcón, quien subrayó que “embajador no es un título, sino una misión, pues son el altavoz para las voces que esta sociedad que mira para otro lado no quiere escuchar, solo las oyen”.

   Javier Pérez de Andrés señaló que “para un periodista que conoció la Declaración de Salamanca en la que nos comprometíamos a abordar con la seriedad que requería cualquier información sobre el mundo de la discapacidad, esta distinción lo que hace es alentarlo mucho más”.

   Santiago Portas, directivo del Banco Sabadell que ha impulsado la puesta en marcha del proyecto Done, un sistema de recogida de donativos digital, a través de tarjeta o móvil, en más de 240 parroquias e instituciones religiosas, manifestó que sentía “mucha gratitud por poder formar parte de esta obra de la Iglesia en Ávila y ser foco y altavoz de la Casa Grande. Que cuenten conmigo es muy digno de llevar y espero estar a la altura de ese nombramiento”.

   Carmen Esteban aseguró que supone una responsabilidad, porque “es un premio, es ratificar un compromiso desde hace años delante de un montón de gente, con lo cual hay que cumplir”. Por su parte, Ángel Martín dijo que “es un honor ser embajador de los valores que representa la Casa Grande y de todo lo que implica para la sociedad abulense”.
   Entre otras autoridades, estuvo presente la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien señaló que acudir a este acto era “una visita obligada, como amiga de la Casa Grande. El trabajo que realizan no tiene precio y desde ese punto de vista todos tenemos que ser embajadores de la Casa Grande porque en un mundo en el que sigue habiendo injusticias, saber que hay gente que es capaz de dar lo mejor de sí mismo por trabajar por los demás es algo que nos reconcilia con el ser humano, y la Casa Grande de Martiherrero nos reconcilia con lo mejor del ser humano”, ha informado Diario de Ávila.

TribunaLourdes Ruano Espina

¿Quién decide la educación de nuestros hijos?

Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Lo que proscribe la obligada neutralidad de los poderes públicos en el ámbito educativo es que se transmita esa formación desde un modelo antropológico y ético concreto.

6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Tradicionalmente, la educación se consideró como un deber más que como un derecho. De ahí que las primeras declaraciones de derechos (la de Virginia, de 1776 y la francesa, de 1789) no hicieran referencia al derecho a la educación. Fue en la época de la Ilustración cuando se planteó la conveniencia de proporcionar una educación obligatoria. Dado que la tarea educativa había estado encomendada tradicionalmente a la Iglesia, en la ideología propia de la Ilustración se optó por prescindir de las confesiones religiosas para que la educación fuera asumida por el Estado. Fue así como, a raíz de la revolución francesa, el Estado asumió la gestión directa de la educación, que comenzó a concebirse como un servicio público. La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 incluyó, entre los derechos fundamentales, el de toda persona a la educación, debiendo ser, la instrucción elemental y fundamental, obligatoria y gratuita, pues tiene por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana (art. 26, 1 y 2). Y estableció que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

Principio de neutralidad

La configuración de la educación como un derecho-deber de toda persona, que debe prestar el Estado de forma gratuita (art. 27, 1 y 5 CE), implica un importante avance en el reconocimiento de los derechos humanos, pero también exige la asunción, por parte del Estado, de amplias competencias, en cuyo ejercicio queda investido de un considerable poder. En el ejercicio de la potestad que la legislación atribuye al gobierno, éste podría adoptar fórmulas de adoctrinamiento que, invadiendo el ámbito de la conciencia moral de los niños, fuera considerada como no respetuosa de las convicciones personales de los menores y/o de sus padres, sean religiosas, morales, éticas o filosóficas. Aquí es donde encaja, precisamente, el derecho fundamental que tienen los padres de elegir para sus hijos aquella educación moral y religiosa que sea conforme a las propias convicciones, derecho reconocido tanto por nuestra Constitución (art. 27, 3) como por numerosos textos y tratados internacionales, que garantiza un ámbito de autonomía e inmunidad, para que los padres puedan elegir esas enseñanzas o negarse a que sus hijos reciban las que contraríen sus convicciones. Este derecho constituye un límite a la potestad del Estado al regular el sistema educativo, que tiene que estar presidido por el principio de neutralidad.

La transmisión obligatoria de unas concretas enseñanzas carentes de la exigida neutralidad se llevó a cabo ya con la famosa Educación para la Ciudadanía, que incidía en la formación moral de los niños desde una concreta ideología y antropología, que no todos compartimos. Por ello, el Tribunal Supremo, en su sentencia de 11 febrero 2009 estableció que, al organizar el sistema educativo, el Estado debe respetar en todo caso el pluralismo, que es un valor superior del ordenamiento jurídico. “El Estado no puede llevar sus competencias educativas tan lejos que invada el derecho de los padres a decidir sobre la educación religiosa y moral de sus hijos” (FJ 9). La Administración educativa no está autorizada “a imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas” (FJ 10). 

Para salvaguardar ese ámbito, desde la asociación Educación y Persona y la Federación España Educa en Libertad se elaboró un documento de consentimiento informado, que se distribuyó a padres y madres de toda España en marzo de 2009. En él, los padres solicitan información y manifiestan su consentimiento –o no- para que sus hijos asistan, en el centro escolar, a actividades (generalmente extracurriculares, como talleres, charlas, etc.) o reciban una formación impartida por personas ajenas al claustro de profesores, de contenido moral, sexual o ideológico, dado que esta formación se puede impartir desde perspectivas antropológicas, éticas y psicológicas muy diversas. Este documento lo han hecho suyo y difundido, en las pasadas semanas, alguna organización y un partido político, con la desafortunada denominación de pin parental. 

Núcleo de la discusión

La solicitud de información y consentimiento de los padres para actividades extracurriculares no es excepcional, y viene aplicándose en el ámbito escolar. De hecho, fue adoptada hasta fechas recientes, por administraciones educativas de Comunidades autónomas gobernadas por partidos de izquierda como Extremadura (vid. comunicación a los centros educativos de 16 octubre 2019) o Valencia. La polémica ha surgido cuando determinados lobbies y partidos políticos han visto peligrar sus pretensiones. La discusión se ha centrado en aquellas actividades, talleres o charlas, que contienen una formación afectivo-sexual, generalmente impartidas por asociaciones LGTBI (la misma Comunidad extremeña envió otro comunicado el 28 octubre 2019 para excluir, de la necesidad de consentimiento expreso, las actividades formativas sobre coeducación, educación afectivo-sexual, identidad o expresión de género o modelos de familia), cuando tienen lugar en la escuela  pública, pues los centros con ideario religioso pueden hacerlo valer como cláusula de salvaguardia de su identidad religiosa y carácter propio ex art. 6 de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Cabe recordar que la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales y sus entidades, en octubre de 2019, exigió al Ministerio de Educación y a las consejerías autonómicas que recuerden, a través de un documento escrito a sus centros educativos, la necesidad y obligatoriedad de implantar este tipo de formación en sus aulas y de ofrecerla a todos los alumnos, así como la retirada inmediata de las instrucciones que obligan a los centros a solicitar el consentimiento paterno para determinada formación.

Los padres, primeros responsables

Con independencia de la denominación del documento, nos encontramos ante una cuestión nuclear en que están en juego derechos y libertades fundamentales, de padres e hijos. Se acusa a los padres de intolerantes, de pretender cercenar la formación integral de sus hijos, y se apela a la obligación de los poderes públicos de velar por sus derechos. La estrategia es, ciertamente, perversa. Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la ministra de Educación, Isabel Celaá, han afirmado públicamente que el pin parental vulnera el derecho de niños y niñas a recibir una educación integral. Nada más torticero que hacer creer que son los padres quienes están privando a sus hijos del derecho a la educación, por lo que es el Estado quien debe asumir esa competencia. Craso error. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos, quienes deciden lo que es bueno para ellos. El Estado asume, de forma subsidiaria, la tarea, no de educarlos, sino de procurarles un puesto escolar, desde el respeto escrupuloso a la libertad de enseñanza y a la libertad religiosa y de conciencia. Y en base a esas libertades, el derecho a elegir la formación de los menores, en el ámbito religioso, moral e ideológico, es exclusivo de sus padres. 

 El adoctrinamiento

La educación exige una formación en valores, tan necesaria hoy en día: la libertad, la igualdad y no discriminación, el respeto al otro, el pluralismo, la diversidad y la tolerancia hacia todos, valores que constituyen el sustrato moral del sistema constitucional. Es preciso y urgente educar a los niños en el reconocimiento y el respeto a la dignidad de toda persona. Y ello con independencia de cuál sea la concepción antropológica, de la sexualidad o la afectividad que se tenga. Lo que proscribe la obligada neutralidad de los poderes públicos en el ámbito educativo es que se transmita esa formación desde un modelo antropológico y ético concreto. Expresiones como “Lo que va a hacer que seas hombre o mujer no es que nazcas con unos genitales u otros, sino cómo te identificas tú” (taller de diversidad sexual impartido en un Instituto de Ciempozuelos a niños de 10 y 11 años), “curiosidad ante el sexo anal: ¿hay división clara entre quienes desean penetrar y quienes desean ser penetrados?”, tener un número elevado de compañeros sexuales no tiene por qué tener connotaciones peyorativas” (Guía del colectivo COGAM para dar charlas en institutos), o “la escuela debe impulsar una educación afectivo-sexual basada en la atracción”, “enseñar la satisfacción y disfrute sexual en solitario” (Programa Skolae, del gobierno de Navarra) exceden la mera formación objetiva y neutral y constituyen adoctrinamiento en toda regla. 

Límites a la acción educativa

No son homófobos o machistas los padres que, en su libertad, quieren educar a sus hijos en una concepción antropológica y de la afectividad distinta a la impuesta por la ideología LGTBI. Los postulados ideológicos de la ideología de género constituyen un concreto modo de concebir al hombre y la sexualidad, con importante repercusión moral, pero no es el único. Por ello, podrá informarse a los menores, sobre diversos modos de concebir al hombre, o los distintos modelos de familia que la ley reconoce, pero la valoración moral que merecen las conductas, lo que es bueno y lo que es malo, forma parte de las convicciones ideológicas, religiosas y morales, sobre las que solo los padres pueden decidir. Como ha señalado el Tribunal Supremo español, los derechos consagrados en los arts. 16,1 y 27,3 de la Constitución, se erigen en límite a la acción educativa del Estado. Los padres no deben permitir el adoctrinamiento moral de sus hijos por parte del Estado. Sea cual sea su ideología y sus creencias. Es la libertad lo que está en juego. n

El autorLourdes Ruano Espina

Cumbre del Clima, ecología humana

Necesitamos un esfuerzo planetario para salvaguardar (o regenerar) las condiciones morales que permiten el florecimiento de este hábitat saludable para el armónico desarrollo del ser humano.

6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Leo en la prensa que investigadores españoles han descubierto en la Antártida una especie de “mosquito sin alas”. Su pequeño tamaño bien podría hacer pensar que poco tiene que hacer en aquel extensísimo territorio que se nos antoja inhóspito. Y sin embargo, con motivo del cambio climático se detectan ya más de cientos de miles de “mosquitos sin alas” por metro cuadrado, haciéndose muy difícil su erradicación: una plaga peligrosa que puede dañar otras especies animales y vegetales autóctonas… Una noticia más que aumenta la preocupación que se potenció con motivo de la Cumbre del Clima en Madrid el pasado mes de diciembre.

El cambio climático es un fenómeno muy importante y merece nuestra atención. Paralelo a este cambio, también se viene produciendo en Occidente otro más profundo y menos atendido: el “cambio climático cultural”. La expresión fue acuñada por el rabino inglés Jonathan Sacks, para quien las religiones en Occidente viven en un hábitat hostil para su desarrollo y para la mejora de nuestro mundo. Ante ese hábitat hostil, las tentaciones para las religiones y para sus seguidores —sigo el pensamiento del rabino— son tres: servirse de la violencia para imponer la verdad (fundamentalismo), aislarse en invernaderos religiosos ante un medio ambiente hostil (aislacionismo) o adaptarse a las condiciones morales a costa de perder la propia identidad (asimilacionismo). Cualquiera de estas tres tentaciones termina por desnaturalizar la religión, condicionada por la ira, el egoísmo, la debilidad.   

Los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han exhortado a cuidar la “ecología humana”. Necesitamos un esfuerzo planetario para salvaguardar (o regenerar) las condiciones morales que permiten el florecimiento de este hábitat saludable para el armónico desarrollo del ser humano. La ley natural (que no es un “invento cristiano”) orienta este esfuerzo. Pero es una tarea que no se improvisa. Exige un atento análisis de nuestro medio ambiente para detectar  qué elementos provocan las “emisiones nocivas” que generan ese inhumano “efecto invernadero” en las sociedades occidentales… Exige pensar, exige innovar, superar las quejas que añoran “ecosistemas del pasado”.… 

En la Cumbre del Clima de Madrid se acuñó un lema de esperanza frente al profetizado desastre: “aún estamos a tiempo”. Ante un clima social adverso, los cristianos —sal de la tierra y luz del mundo (Mt. 5, 13-16)— siempre “estamos a tiempo” de contribuir (¡pequeños y grandes gestos!) a una floreciente ecología humana. n

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Cultura

Perfilado el proyecto del santuario de Fátima en San Petersburgo

La Asociación Icono de Fátima acelera la promoción de un santuario de Fátima en San Petersburgo, que estará dedicado a la Madre de Dios. Los impulsores desean colaborar en la difusión en Rusia del mensaje de la Virgen de Fátima, que pidió que Rusia se consagrara a su Inmaculado Corazón. Los ortodoxos, mayoritarios, no se oponen.

Omnes·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 13 de julio de 1917, durante la tercera aparición de la Santísima Virgen a los pastorcillos Francisco y Jacinta en Fátima, Nuestra Señora les habló de Rusia. Dijo que Rusia difundiría sus errores por todo el mundo, pero que al final se convertiría y su Corazón Inmaculado triunfaría. Añadió que volvería para pedir la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, lo cual realizó algunos años más tarde. En efecto, el 13 de junio de 1929 se apareció a Sor Lucía en Tuy y le pidió que el Santo Padre consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón. 

San Juan Pablo II realizó esa consagración el 25 de marzo de 1984, y a partir de ese momento, en Rusia se han construido más de veinte mil iglesias y se han bautizado alrededor del 70 por ciento de sus habitantes. Aunque las consecuencias del comunismo ateo siguen siendo enormes, y el tanto por ciento de fieles practicantes no es elevado, los impulsores del santuario aseguran que no se puede decir que Rusia sea un país ateo sino una nación religiosa, es decir, que favorece la práctica de la religión. En ese sentido, “puede afirmarse que Rusia se ha convertido, aunque no en plenitud”.  

Para que los mismos rusos, especialmente los católicos, puedan dar gracias al Inmaculado Corazón de María por lo sucedido y para ayudar a que el triunfo de ese Corazón se haga pleno, existe este proyecto de construir un santuario de Fátima en San Petersburgo. 

El proyecto ha sido autorizado, después de consultar con la Santa Sede, por el obispo Mons. Joseph Werth, ordinario para los católicos de rito oriental de toda Rusia. El santuario tiene una vocación ecuménica y universal. Hay muchos hermanos ortodoxos que estiman mucho las apariciones de Fátima. Por ejemplo, el metropolita de Volokolamsk, Hilarión, presidente del departamento para la relación con otras iglesias del Patriarcado de Moscú, ha visitado recientemente Fátima, como hizo su predecesor Nikodim Rostov, fallecido después en los brazos de Juan Pablo I. El Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, bendijo una copia del icono de Fátima. Los miembros de la Asociación esperan que “nuestros hermanos ortodoxos se sumen a esta acción de gracias a la Madre de Dios de Fátima”. 

“Las confesiones ortodoxas no se oponen a este proyecto. Muchos rusos tienen gran devoción a la Virgen de Fátima, que intercedió por la conversión de Rusia”, ha manifestado Aleksander Burgos, sacerdote de la diócesis de Valladolid que fue trasladado a Rusia en el año 2002 para servir a los católicos de rito latino primero, y desde hace siete años, a los de rito bizantino. que trabaja en San Petersburgo. El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, manifestó al P. Burgos su respaldo al proyecto.

Los católicos de rito bizantino 

Como es sabido, dentro de la Iglesia católica existen 23 “Iglesias de derecho propio”, que son agrupaciones de Iglesias locales o diócesis del mismo rito. Además de la Iglesia latina, que es la mayor, pues de ella forman parte casi el 90 por ciento de los católicos, existen otras, como la armenia, copta, ucraniana, siro-malabar, melquita, maronita, etc., todas católicas. La más pequeña de estas iglesias católicas de rito oriental es la Iglesia Católica rusa de rito bizantino. 

El santuario de la Madre de Dios de Fátima en Rusia servirá al mismo tiempo como templo para los católicos de ese rito, aunque evidentemente estará abierto a todos los católicos y en él se podrán celebrar la liturgia en todos los ritos de la Iglesia católica.

Por otra parte, el santuario dará la posibilidad a muchos creyentes de todo el mundo, amantes de la Virgen, especialmente bajo la advocación de Fátima, de hacerse presentes en San Petersburgo para dar gracias a Nuestra Señora por el cambio producido en Rusia y para rezar por el triunfo pleno del Inmaculado Corazón de María.

El proyecto del santuario de Fátima

Para levantar el santuario, lo primero es adquirir un terreno cercano a la estación de metro Oserki, una zona con lagos y bosques dentro de la ciudad de San Petersburgo. Después, se colocarán una capilla de madera y una casa también de madera. El presupuesto de este primer paso es de 900.000 euros. “Entonces llevaremos allí el icono de Fátima y podremos comenzar el culto. Mientras tanto, seguiremos buscando el resto de fondos para construir el templo, cuyo coste aproximado será de unos dos millones y medio de euros, más o menos lo mismo que cuesta construir una parroquia en España”, señala la Asociación impulsada por el P. Aleksander Burgos. 

El santuario está diseñado siguiendo las características de la arquitectura religiosa rusa. Las cúpulas azules son signo de la protección de María sobre los creyentes. La forma de las cúpulas no es la típica cebolla rusa sino unas medias circunferencias, que es como se construían los templos en el periodo anterior a la separación de las Iglesias ortodoxas y católica.

Los donativos para el proyecto pueden enviarse a: Asociación Icono de Fátima, ES30 0182 4924 1202 0157 1249, BIC o SWIFT: BBVAESMMXXX, Paypal: [email protected], y desde el móvil : www.fatimarus.com/dona. Y si se necesita recibir certificado para la desgravación, puede enviarse el donativo a CARF, Caixabank, ES39 2100 1433 8602 0017 4788, concepto: Proyecto Icono de Fátima en Rusia, y enviar los datos a [email protected]

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Teología del siglo XX

Heidegger y Haecker, diálogo y distancia con las ideologías

Se considera a Heidegger como el pensador característico del siglo XX y referente para el diálogo de la Iglesia con la modernidad. Pero Heidegger llevaba ese diálogo clavado en su propia historia. La comparación con Haecker explicita las distancias.

Juan Luis Lorda·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 8 minutos

Desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX, las ideologías se extendieron como epidemias de la vida intelectual.  Los “intelectuales” del siglo XX, clase “nueva” cuya señal de identidad debía ser su sentido crítico (el “yo acuso” de Zola), se sometieron, con muy heroicas excepciones, a la ideología nazi en Alemania y a la ideología comunista en los países del Este. Y en el resto del mundo, durante decenios, creyeron en el comunismo con una fe ciega. ¿Cómo pudo pasar?

Un maestro de Alemania

En otra escala, también llama la atención la fascinación que ha ejercido Martin Heidegger (1889-1976): padre del existencialismo francés (Sartre) y del giro hermenéutico continental (Gadamer, Ricoeur, Derrida, Foucault). “Un maestro de Alemania”, según la biografía un tanto hagiográfica de Safranski. Es sorprendente su triunfo, por la oscuridad de sus “hermenéuticas”. Pero sobre todo, porque se alineó con la ideología nazi. ¿Cómo puede ser “maestro” de la filosofía, en la venerable tradición de Sócrates? 

El primer problema tapó el segundo. La oscuridad de Heidegger provocó la admiración ante lo “profundo”, desató las interpretaciones y ocultó el grado de su compromiso nazi. Sus muchos admiradores se resistieron sesenta años a creerlo. Pero las investigaciones de Otto, Farías y Faye; y, desde 2014, la publicación de sus Cuadernos negros (1931-1951) y de su correspondencia familiar no dejan lugar a dudas.

Lo notable es que la adhesión de Heidegger no fue un ceder, como otros, a la presión social del momento, sino que, en el trasfondo del movimiento nazi, vio encarnado su pensamiento filosófico y su idea del ser.  Es lo que merece atención.

Un mago del lenguaje

Era, sin duda, un gran profesor. Así lo recuerdan muchos y notables discípulos (Gadamer, Arendt), incluso los que se distanciaron de él (Löwith). Su fuerte era la “hermenéutica”: sacar lentamente partido de los textos filosóficos (sobre todo, los fragmentos presocráticos), de la tragedia griega, de la poesía romántica alemana, sobre todo Hölderlin, y de las mismas palabras, alemanas y griegas. 

Heidegger está convencido de la superioridad del pueblo alemán, dotado con una “lengua filosófica”. Ve Alemania surgiendo del terruño patrio (Boden), unida a las raíces profundas de lo griego y desplegándose creativamente en la historia, primero con una avanzada poética y artística, y después filosófica y científica.

Heidegger pensaba que el alemán es “la otra lengua filosófica” después del griego clásico, emparentada con él por el “indoeuropeo” (de moda entonces) y poco contaminada por el latín. Farías recuerda que, por eso, le desaconsejó traducir al español Ser y tiempo, aunque ya existía la meritoria y difícil traducción de Gaós y Rivera hizo otra después con mucho empeño (Trotta). Heidegger saca a las expresiones presocráticas fascinantes brillos, descomponiéndolas y recomponiéndolas en alemán (con neologismos, prefijos, sufijos y guiones, intraducibles) en una sucesión incansable de aparentes tautologías con destellos de genio poético, que es su estilo característico. Esto cimentó a la vez su prestigio continental y el aborrecimiento de la filosofía analítica, que, hasta el día de hoy, no ha podido tragar que “la nada nadea” (Carnap) o “¿qué es lo cósico de la cosa?”.

Heidegger creía estar “oyendo” la voz profunda del ser en los primitivos textos presocráticos (Heráclito, Parménides) y en las etimologías del lenguaje (donde el hombre vive), y maravillaba a sus alumnos. Aunque la escasez y fragmentariedad de esos mismos textos (recopilados por Diels en 1903) plantea serias dudas. Y parece mucho concederle un trágico “olvido del ser” desde los mismos orígenes hasta que lo recupera él, “Pastor (único) del ser”.

Del seminario a la universidad

Heidegger nació en la pequeña localidad de Messkirch. Su padre era sacristán y tonelero. Su vida quedó marcada por esa raíz popular alemana, y por la escasez de medios. En un entorno muy católico, ingresa en el seminario de Constanza a los 14 años (1903); después en el de Friburgo (1906). Al acabar la filosofía (1909), intenta sin éxito entrar en los jesuitas, y sigue la teología en Friburgo. Se identifica con la filosofía perennis; también lee a otros intelectuales católicos y a Brentano y Husserl. En febrero de 1911, por problemas cardíacos y respiratorios, lo mandan a casa.

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Título: Martin Heidegger
Autor: Hugo Ott
Páginas: 408
Editorial: Alianza, 1992

Con 22 años, solo sabe que le gusta estudiar y empieza matemáticas en Friburgo. Sus amigos eclesiásticos le consiguen becas para estudiar filosofía cristiana. Se doctora (1913), se habilita sobre Duns Scoto (1915), profundiza en Eckhart y se casa con Elfriede, protestante (1917). Alemania está en guerra. Cuando nace su primer hijo (1919), ya no se siente católico. Se distancia también de la filosofía católica, y Husserl consigue que lo nombren su ayudante con un pequeño sueldo (por excepción). En 1923, pasa a Marburgo, donde inicia una relación sentimental con su alumna Hanna Arendt, que tiene 17 años. En 1927 acaba Ser y tiempo, porque le urge Husserl para que le suceda en su cátedra de Friburgo. La ocupa en 1928 y da numerosos cursos.

Para seguir leyendo

Título: La autoafirmación en la Universidad alemana
Autor: Martin Heidegger
Páginas: 136
Editorial: Tecnos, 1989

El poder y la gloria (efímeros) del rectorado

El año 1933 es triunfal y crítico en su vida. La llegada de los nazis al poder provoca la dimisión del rector Möllendorf, y los admiradores de Heidegger lo aúpan al rectorado. El 21 de abril acepta y el 1 de mayo se incorpora al Partido. En el Discurso del Rectorado (toma de posesión) postula la adhesión de la universidad al proyecto de la nueva Alemania. Y es jaleado por la propaganda oficial. Se interesan las autoridades de Berlín, y por un momento le parece que va a orientar la política universitaria alemana. Escribe numerosos informes. Después de tantos años de penurias, el éxito de sus clases se extiende a la política. 

En el lenguaje de la época, “unificar” significa adherirse al proyecto nazi y depurar a los judíos, pero también a todo disidente. Está probado que Heidegger “unificó”. Y emprendió también la nazificación de los alumnos con sesiones de formación política. En el verano del 33 organizó un campamento de adoctrinamiento, que no salió bien, porque le discutieron otros grupos nazis. Y al comenzar el curso, notó oposición en la universidad, incluso entre los suyos, por su precipitada nazificación. Además, advirtió que, en las instancias de gobierno, otros gozaban de más confianza (y algunos lo consideraban un profesor iluso que “juega a ser nazi”). El 27 de abril de 1934 se retiró. Había quedado claro que su terreno eran las ideas y se sumerge en Nietzsche y Hölderlin. Aunque sigue colaborando con el régimen. 

El sujeto de la historia 

Es muy difícil comprender su pensamiento sin su contexto. Que es el de una Alemania que todavía vive del impulso romántico de su reciente unificación como nación, con un esplendor cultural, artístico, filosófico y científico sin comparación (eso les parece). Humillada por la primera guerra mundial y vendida –eso piensa el pueblo- por los políticos liberales (“judíos”) que aceptaron una rendición incondicional en lugar del armisticio que querían los militares. Alemania busca su sitio en el mundo, porque es portadora de una cultura superior en la vanguardia de la humanidad. Hoy, en un mundo globalizado, no pensamos que los sujetos de la historia sean las naciones. Pero es lo que creían entonces muchos alemanes. Lo había enseñado Hegel y analizado Spengler en La decadencia de Occidente, libro que Heidegger conocía bien. Y hay alguna razón.

Para seguir leyendo

Título: Heidegger y el nazismo
Título: Víctor Farías
Páginas: 420
Editorial: El Aleph, 1989

Heidegger está convencido de la superioridad del pueblo alemán, dotado con una “lengua filosófica”. Ve Alemania surgiendo del terruño patrio (Boden), unida a las raíces profundas de lo griego y desplegándose creativamente en la historia, primero con una avanzada poética y artística, y después filosófica y científica. Haciendo el futuro que se merece. Ese es el Da-sein y el ser que se realiza en el tiempo. Y como comparte con Nietzsche la idea de que el viejo Dios de la moral burguesa ha muerto, comparte también con él (y después lo compartirá Sartre) que no hay esencia humana preestablecida. El nuevo hombre se hace intrépidamente con su “voluntad de poder” en el tiempo, “aparece” como ser y fisis (naturaleza) y así “desvela” poéticamente su verdad (aletheia) en la historia: en el arte, la literatura, el pensamiento y el derecho, haciéndose como pueblo, nación y estado.

La introducción a la metafísica (1935)

Esto lo oyen sus discípulos en los cursos de aquellos años, como muestran Farías y Faye y comenta González Varela. Es la línea conductora de su Introducción a la metafísica, que a su vez, es la explicitación de Ser y tiempo

“Cuando preguntamos la pregunta ‘¿qué es del ser?, ¿qué es el sentido del ser?, no lo hacemos para establecer una ontología de estilo tradicional o para demostrar críticamente los errores de sus intentos anteriores. Se trata de algo totalmente distinto. Se trata de reconducir la existencia histórica del hombre, y por tanto siempre también la nuestra propia y futura, al poder del ser originario que hay que inaugurar, dentro de la totalidad de la historia que nos es asignada” (Introducción a la metafísica, Gedisa, Barcelona 2001, 43).

“¿Es el ser solo una palabra vacía? ¿O es el ser y el preguntar de la pregunta por el ser el sino de la historia espiritual de Occidente?” (84). “El ser entendido como fisis es la fuerza que surge” (118). “Tratemos de vislumbrar una conexión que es originaria y únicamente griega. […] El ser es esencialmente ‘fisis’. El imperar que se manifiesta en el aparecer […]. El ser, el aparecer da lugar a la salida del ocultamiento. En cuanto el ente es como tal, se pone y está al descubierto, aletheia […]. Ser significa aparecer” (97). “Únicamente la victoria en la lucha entre ser y apariencia permitió a los griegos arrancar el ser del ente y llevar al ente a la estabilidad y al descubierto: los dioses y el Estado, los templos y la tragedia, los juegos deportivos y la filosofía” (100-101). “1. La determinación de la esencia del hombre jamás es respuesta, sino esencialmente pregunta. 2. El preguntar esta pregunta y su decisión son históricas, y no de una manera genérica, sino que constituyen el acontecer histórico. 3. La pregunta de quién sea el hombre se debe plantear siempre en conexión esencial con la pregunta de qué pasa con el ser. La pregunta por el hombre no es antropológica sino histórica y metafísica” (130).

Cuando no se percibe esa línea, sólo se alcanzan jirones de su pensamiento. Además, al fracasar el proyecto nazi, todo quedó por hacer. Entonces eliminó las referencias más explícitas (también al reeditar los textos). Así quedó sublimado e individualizado el poético alumbramiento del “ser”. Y se ceba en la diatriba contra “la técnica”, inspirada por las matemáticas, con su afán de dominio pragmático (eso es “América”) y contra la masa “asiática” (la Unión Soviética – obsérvense, por cierto, los tonos “nacionales”). El impulso nacional alemán era la salvación frente a estos desvaríos del ser, pero no salió. Por eso, solo queda esperar “que un dios venga a salvarnos”, como declara en la famosa entrevista en Der Spiegel (1966), publicada póstumamente (1976). Pero no es el Dios cristiano, sino los románticos anhelos de trascendencia de Hölderlin, donde quiera que puedan encarnarse. 

Theodor Haecker

La Introducción a la metafísica hace varias referencias, más bien despectivas, al pensamiento cristiano y a un libro ¿Qué es el hombre?, cuyo título en forma de pregunta le parece fuera de lugar “porque ya se posee una respuesta” (en la fe). Por eso “pierde todo derecho a ser tomado en serio”. 

¿De quién era ese libro que no se podía tomar en serio? Lo contesta Hugo Otto en su estudio sobre Heidegger, y es el origen de este artículo. Su autor era Theodor Haecker (1879-1945). En un tiempo de oscuridad, fue un verdadero intelectual que vio y habló (“J’accuse”). 

Haecker nació el mismo año que Heidegger y fue un gran critico literario y artístico. Lleno de méritos culturales, tradujo a Kierkegaard y a Newman y los dio a conocer en Alemania. También difundió a Dostoyevski. Se convirtió al catolicismo en 1921, y desde 1933 se opuso valientemente al régimen nazi.

Por eso merece ser tomado en serio. Nacido el mismo año que Heidegger y de origen también humilde, fue un gran crítico literario y artístico, vinculado a las revistas Der Brenner, Hochland y Die Fackel. Lleno de méritos culturales: tradujo a Kierkegaard y a Newman y los dio a conocer en Alemania, y también difundió a Dostoyevski. Se convirtió al catolicismo en 1921. Desde 1933, se opuso valientemente al régimen nazi, fue declarado “enemigo del Estado” (Staatsfeind) y le prohibieron escribir y hablar en público. Se relacionó con el círculo de La Rosa Blanca (hermanos Scholl). Y en 1945 murió en el desamparo después de que su casa de Múnich fuera destruida por las bombas aliadas. 

El libro ¿Qué es el hombre?, publicado en 1933 (traducido por López Quintás, Guadarrama, 1961), también merece ser tomado en serio. Es menos brillante que Heidegger, pero más sabio. En un momento en que el evolucionismo se aplica a la historia, subraya que “lo superior puede explicar lo inferior, pero lo inferior no puede explicar lo superior”. Por eso es falsa “la protogermana herejía que atenta torpemente contra ese principio afirmando que Dios deviene, pero no ES” (27). “Los filósofos de nuestros días desconfían de la unidad del hombre, nosotros la proclamamos […]. Sabemos por la fe que las razas y pueblos poseen unidad” (36). “Esta idea del hombre […] la realizó Dios mismo de modo inefable y sobre toda medida en el Hijo del hombre” (39).  Y “nos impone la obligación de conservar y defender con todas nuestras fuerzas como hogar físico y espiritual nuestro que es” (41). “La idea de que es el hombre el que inicialmente da sentido a la Historia […] es consecuencia en primer lugar de una herejía, es decir, de una defección de la fe y, en segundo lugar, de una falsa concepción del poder creador” (46). 

Para seguir leyenddo

Título: ¿Qué es el hombre?
Autor: Theodor Haecker
Páginas: 232
Editorial: Guadarrama, 1966

“La frase de que el hombre fue creado ad imaginem Dei fue dicha al comienzo de la historia de la Humanidad y subsistirá hasta el fin de los tiempos. Toda verdadera Filosofía, toda verdadera Ciencia viene a ser una confirmación de esta frase para los hombres sinceros, los hombres de sentido común y de buena voluntad” (196).

Familia

Traer matrimonios al mundo

“Traer matrimonios al mundo”, preparando y acompañando a los novios, es una preciosa tarea. También en un contexto cultural y social en el que la posición de la familia ha cambiado. He aquí algunos de los ejes necesarios en ese camino.

Pablo María Riopérez·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 12 minutos

Hoy en día, nos encontramos con un cambio en la fisonomía tradicional de la familia en los países de tradición cristiana. En especial en occidente, está cambiando a marchas forzadas. Las relaciones prematrimoniales parecen obvias para algunos y los divorcios se han convertido en algo casi normal, muchas veces consecuencia de la infidelidad conyugal. A esto, hay que añadir las ideas de género y los llamados matrimonios homosexuales.  Lo que no ha cambiado es el corazón del ser humano en cuyo hondón late el deseo de formar una familia y si es posible, estable.

En esta tesitura, de giro copernicano en el modo de entender el matrimonio y la familia, así como de plantear su preparación, las más de las veces en medio de una relación de convivencia previa, solo caben dos actitudes: la resignación, conducente al pesimismo unilateral, o adoptar el espíritu del Concilio Vaticano II, que en estas cuestiones se concreta en: a) acoger, y b) reorientar hacia Cristo Salvador.

Así, en Gaudium et Spes (GS), nn. 47-52, nos encontramos con un acercamiento al matrimonio y la familia más personalista y en continuidad con la tradición anterior. Más adelante, san Juan Pablo II, en sus Catequesis sobre el amor humano y en la Exhortación Apóstolica Familiaris Consortio, abrió nuevas perspectivas a los problemas actuales. A esto, cabe añadir, los dos sínodos sobre la familia convocados por el Papa Francisco en los años 2015 y 2018 como una manifestación más de su interés por lo todo lo que atañe al matrimonio y a la familia.

Aterrizando en el tema que nos ocupa, ¿cómo está siendo la experiencia de preparar a los novios para el matrimonio, considerando que la mayoría de ellos (7 de cada diez parejas), ya conviven en una unión de hecho estable, a veces de larga duración? Comenzamos con un ejemplo que nos puede ayudar a situarnos ante el problema, que no deja de ser un reto y un desafío para la Iglesia del siglo XXI.

Alvaro y Cinthia han venido a la parroquia de la Natividad, en Navacerrada, a pedir una fecha para casarse el próximo mes de septiembre. Después de fijar la fecha y explicar sus motivaciones para casarse en la Iglesia, hemos quedado otro día, en el que hemos podido dialogar y profundizar en su historia personal y su proyecto de vida matrimonial. Ellos quieren hacer con nosotros el cursillo prematrimonial para favorecer ese conocimiento por parte del sacerdote. En ese diálogo, ha surgido la cuestión acerca del sacramento de la confirmación, que ella sí ha recibido y él, aún no. Me pregunta si podría prepararse para recibir el sacramento de la confirmación antes de la boda. 

Hemos quedado un segundo día, en el que hemos concretado una serie de encuentros y de lecturas como material básico para preparar su confirmación. Y, al hilo de este último diálogo, le he preguntado al novio: “¿Por qué decidisteis iros a vivir juntos, y qué ‘pros’ y qué inconvenientes habéis encontrado?”. Él me ha respondido: “La experiencia de vivir juntos nos ha ayudado a conocernos mejor en la convivencia diaria, pero nos hemos dado cuenta de que, como creyentes, hay algo que no estábamos haciendo bien”; por ello, prosigue, “ha llegado el momento de casarnos”.

Continuamos la conversación con mi pregunta: “¿Queréis tener hijos?”. La respuesta: “Sí; de hecho, ha sido un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de decidir casarnos”. Prosigue el sacerdote: “¿Recomendaríais a amigos vuestros ‘probar’ antes de casarse?”, el novio: “Sí y no. Sí, por la oportunidad de conocernos mejor; y no, desde el punto de vista moral, somos conscientes que hemos empezado la casa por el tejado”.

Todas las dimensiones

Consideramos muy relevante y esclarecedora esta entrevista, realizada al novio en los 9 meses previos a la boda. De una parte, emite un juicio valorativo de la experiencia de convivencia como algo “necesario”, aunque no lo valora positivamente desde el punto de vista moral. Es más, esa sería la razón única para no recomendarlo. Y, de otra parte, reconoce que han vinculado su deseo de tener hijos a la decisión de casarse. 

Esto último es cada vez más habitual: después de convivir, a veces durante un largo tiempo, al ver que pasan los años y que la edad fértil de la mujer se va acortando, es cuando vienen a la Iglesia para pedir casarse. Algunos, pocos, lo hacen cuando ella ya está embarazada o con un niño/a ya nacido/a, para ser bautizado/a. Celebrar una boda con bautizo es algo con lo que hemos de contar los sacerdotes y que conviene saber plantear. Un “dos por uno” vende bien en el ámbito pastoral y siempre es camino de evangelización.

Como anécdota:  en una ocasión nos tocó celebrar una boda con bautizo (como digo, algo bastante habitual hoy en día), en la que los novios habían invitado a la familia “sólo al bautizo”, sin mención alguna de la boda. La sorpresa mayúscula fue general, y en especial del padre de ella, cuando al comienzo de la celebración el sacerdote les anuncia que han venido a la boda de sus hijos y al bautizo de su nieto. Los pañuelos comenzaron a salir de los bolsillos en la nave de la Iglesia…

Casarse, y hacerlo en la Iglesia, es un paso definitivo que cambia la vida de esos novios y les sitúa en un escalón existencial diferente, pudiendo contar con la gracia de Dios en su vida matrimonial y educando a los hijos en la fe católica. Y, además, les garantiza el estatuto social y jurídico necesario para el desarrollo de su vida familiar en sociedad. La boda, aunque haya solo cuatro invitados, no deja de ser una celebración pública, por el indudable sentido social que tiene el matrimonio. Es algo que no debemos olvidar cuando preparamos para el matrimonio en la Iglesia.

Se trata de un desafío pastoral, por medio del cual se vislumbra que, como en la preparación al matrimonio, entran en juego todas las dimensiones de la persona: intelectiva, afectiva y espiritual. Todos los que vienen a casarse en la Iglesia requieren un acompañamiento específico que les ayude a discernir bien su vocación, así como la idoneidad de la persona que han elegido para casarse. No hay crisis de la familia; hay crisis del ser humano, y por ello hemos de incidir en este discernimiento previo, tan necesario.

Acompañamiento personalizado

Nos acercamos a la importancia de un buen acompañamiento pastoral por parte del sacerdote y de otros agentes implicados (laicos competentes y bien formados, matrimonios con vida de fe comprometida), que puede facilitar a los novios el acceso al matrimonio con pleno conocimiento de lo que hacen y con plena libertad, además de favorecer que se encuentren fructuosamente con Dios, en un momento tan decisivo de sus vidas.

El Papa Francisco, en Amoris Laetitia (n. 297), nos recuerda que “se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a participar en la comunión eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia ‘inmerecida, incondicional y gratuita’”. Esta indicación que el Papa refiere a las personas en situaciones llamadas irregulares es extensiva por analogía a los novios que conviven antes de casarse. La mayoría de estos vinculan su decisión de casarse en la Iglesia con el momento de tener los hijos. No les cuesta aceptar con normalidad el vivir juntos sin estar casados, pero no conciben tener hijos fuera del matrimonio. Por eso es tan importante que los pastores sepamos acoger a las parejas que vienen a pedir el bautismo de un niño sin estar casados, pues muchas veces, durante o después de la preparación de ese bautismo, surge también la oportunidad de que esos padres se planteen el matrimonio.

De esta forma, la preparación para cualquier sacramento, pero en especial para el matrimonio, se presenta como una oportunidad dentro de la Iglesia de anunciar a los novios la Buena Nueva de Jesucristo, el cual también nació en una familia, se santificó en ella y la convirtió en modelo de vida familiar para toda la humanidad. Tal oportunidad requiere saber acoger, acompañar e integrar.

Acoger implicahacer ver a los novios que vienen a casarse en la Iglesia que no están solos. Al haber elegido el matrimonio canónico están, aún sin saberlo, respondiendo al plan de Dios en su vida. Es tarea del sacerdote que les recibe y en su caso, los acompaña, hacerles ver esta gran verdad: la de que el matrimonio es una vocación y en cuanto tal reclama de ellos una respuesta. Y, hoy más que nunca, se hace precisa una clara y completa explicación a los novios de lo que es el matrimonio cristiano en cuanto institución natural querida por Dios, encaminada al bien de los cónyuges y abierta a la vida, para formar una familia. 

Lo obvio por evidente no debe dejar por ello de explicarse, máxime en los tiempos presentes, en los que lo más básico, como pueda ser la complementariedad varón y mujer, requiere de una explicación.

A todos nos ha ocurrido, que hablando con los novios, en la primera entrevista, él o ella eran reticentes sobre la conveniencia del matrimonio en la Iglesia (lo hacían más por el otro que por ellos mismos), porque pensaban que para casarse hace falta, por ejemplo, ir a misa todos los domingos o confesar de vez en cuando. Y se sorprenden cuando se les explica que lo que la Iglesia pide, para poder celebrar el matrimonio canónico, es querer lo que quiere la Iglesia. Ni más, ni menos. 

La Iglesia quiere que el matrimonio sea la unión de uno con una, para toda la vida y abierto a la procreación y educación de los hijos. Lo que exceda de esto no puede ser exigido a los novios para poder casarse. Tampoco se les puede pedir menos. A la pareja en la que él o ella manifiesten en modo positivo y expreso una voluntad contraria a tener los hijos (lo que es diferente a querer posponer el momento de tenerlos) hay que aconsejarle esperar y en algunos casos disuadirles de celebrar ese matrimonio. Pues podrían verse abocados por propia voluntad a contraer un  matrimonio nulo por exclusión de uno de los dos fines del matrimonio (en este caso, el de la generación y educación de los hijos). Se trata de que los pastores que acompañan a los novios mantengan una posición de equilibrio que garantice su derecho a casarse y les ayude a discernir acerca del matrimonio que van a contraer, sabiendo que la libertad interna y externa es determinante para su validez.

Lógicamente, este diálogo con los novios ha de hacerse en un ambiente de confianza y cercanía, capaz de suscitar entre novios y sacerdote un franco diálogo acerca del modo de ser de cada uno, sus aficiones, virtudes y defectos dominantes, vida de fe. Si él o ella, o los dos, me dicen que no tienen vida de fe, los animaré a que la tengan; que acudan a alguna adoración, a la misa del domingo o a un retiro. Todos hemos tenido muy gratas experiencias en este sentido. Pero insisto en que no podemos vincular el grado de fe vivida con la validez de su matrimonio, aunque sí podemos ayudar a que esta preparación favorezca su encuentro con Dios y con la Iglesia… Poco a poco, llevando a los novios como por un plano inclinado.

– Acompañar: es la fase más importante de la preparación matrimonial, porque requiere dedicar tiempo a los novios. No debemos considerar que el cursillo prematrimonial y el expediente sean preparación suficiente. Ambas cosas han de ser el colofón de la previa preparación con los novios. En mi parroquia -así lo he visto en las tres parroquias por las que he pasado- este acompañamiento lo hace el párroco o el sacerdote vicario. Y ahora surge la pregunta fundamental: ¿qué duración ha de tener esta preparación? 

Recientemente, se han presentado los materiales Juntos en camino, +Q2, encaminados a acompañar a los novios en su discernimiento vocacional durante dos años. Esto nos debe llevar a pensar si la preparación que damos actualmente en las Parroquias es la que realmente hace falta y si es suficiente en el tiempo y contenidos. Es verdad que nos centramos en explicar el matrimonio-sacramento y lo que conlleva, pero no atendemos tanto a la importancia de que los novios disciernan su vocación y su correspondiente y recíproca idoneidad para el mismo. Una cosa es estar enamorado/a, y otra bien distinta que ese amor encuentre el cauce adecuado para poder desarrollarse y crecer.

Como aspectos, que no deben dejar de ser tratados con los novios:

a) El primero, la biografía de los contrayentes y las vicisitudes por las que han pasado antes de conocerse, durante el noviazgo y en los meses previos a la boda. 

b) El segundo, profundizar en el conocimiento de ambos contrayentes (uno puede ir viendo el modo de reaccionar ante determinadas preguntas o incluso el estado de ánimo de ellos, con respecto a la última entrevista). En este sentido, nos ha ocurrido que, “una semana antes de la boda”, la novia nos explica que padece una depresión grave que le incapacita en determinados momentos para una vida normal, impidiéndole incluso ir a trabajar. Es un dato que no había salido a la luz en encuentros previos y que surge a pocos días de la boda. 

La incidencia que estas cuestiones pueden tener en el consentimiento que se ha de dar y prestar exigen por parte del pastor una gran atención para ayudar a los novios a discernir y valorar el matrimonio que van a contraer y la idoneidad de la persona y del momento en que lo van a contraer. No es tanto el “qué”, evidentemente importante, como el “cuándo” y “con quién”, lo que debe guiar al pastor de almas en la difícil tarea de ayudar a discernir. Se trataría de provocar en los novios la gran pregunta: ¿es viable nuestro matrimonio? ¿Tiene perspectivas de prosperar y de mantenerse en el tiempo? En relación con este aspecto, tiene pleno sentido la pregunta que aparece en el expediente prematrimonial de la diócesis de Madrid acerca de “si habéis tenido dudas acerca del éxito de vuestro matrimonio”; saber orientar esa pregunta y la respuesta que obtengamos arroja no poca luz a la hora de valorar el sacramento que van a celebrar y las condiciones en que lo van a hacer. Les da pistas a ellos y al  sacerdote.

c) y d) En tercer y cuarto lugar, nos centraremos en preparar el sacramento (el día de la boda) y en ayudar a los novios a reconciliarse con Dios a través del sacramento de la confesión. Es preciso destacar que algunos de ellos hace mucho tiempo que no confiesan, por lo que en esos momentos previos a la boda están en un tiempo óptimo para experimentar la misericordia de Dios en sus vidas. El acompañamiento del sacerdote, tanto antes como durante la confesión, respetando el ritmo y el grado de fe del penitente, es esencial.

2.- Discernir e Integrar: somos partidarios de situar en esta fase de integración en la comunidad eclesial los “grupos de novios”, que se están formando en muchas parroquias, el cursillo prematrimonial y la realización del expediente. El primero, porque es el momento en que la pareja de novios que hemos ido preparando de forma individualizada se integra con otras parejas como ellos y también distintos a ellos por edad, circunstancias, cultura, etc., un momento de mucha riqueza para todos, también para el sacerdote. Así, cuando llegan al cursillo prematrimonial ya han discernido su vocación y están integrados en la comunidad eclesial que les ha acogido, capaces de desarrollar una apertura y disponibilidad muy grande en relación con la información y experiencias que se les van a seguir comunicando. De hecho, algunos de ellos nos han dicho en la encuesta que les hacemos al terminar el cursillo que nunca antes habían experimentado la maternidad de la Iglesia como lo han hecho en el grupo de novios y en el cursillo prematrimonial.

Los grupos de novios, como los de matrimonios, requieren luego de un acompañamiento y regularidad al menos mensual, de manera que se pueda tener un rato de oración, algo de formación y tiempo para compartir: esto último, quizá, lo más enriquecedor.

Lo esencial para transmitir y comunicar

Respecto al contenido y duración de los cursillos, hay tantas formas como parroquias. Pero creemos que es importante que no falte nunca:

-un tratamiento adecuado y sistemático de los aspectos fundamentales del matrimonio. Su carácter de institución natural querida por Dios y por la Iglesia, el matrimonio sacramento, sus propiedades y fines, las dificultades que pueden surgir y cómo resolverlas, la sexualidad y la comunicación en la pareja, los métodos de planificación natural de la natalidad y, muy importante, cómo acompañar a los esposos que no han podido tener hijos. La novedosa naprotecnología y la tradicional adopción son realidades que hay que conocer y saber ofrecer a los esposos. 

-la duración debe ser la suficiente para poder impartir el contenido adecuado. Ni más, ni menos. Pero es claro que los cursillos de varios días, a lo largo de cuatro o cinco semanas, son un medio ideal para conocer mejor a los novios y ver su evolución en el tiempo; si uno sabe mirarles, puede advertir cómo están y qué necesitan. La mirada de la Iglesia es muy importante en este momento de la preparación matrimonial.

-el expediente matrimonial: depende de cada sacerdote el fruto de ese encuentro con los novios y con los testigos de soltería. Si aprovechamos las preguntas que lo conforman como ocasión para dialogar con ellos sobre temas fundamentales del matrimonio, estaremos haciendo de él un maravilloso momento de transparencia y sinceridad para los contrayentes. 

En definitiva, la Iglesia está llamada a hacer, a través del magisterio de los Papas y con la ayuda de los pastores, obispos, sacerdotes y los laicos más comprometidos, un anuncio de vida y de verdad a los jóvenes novios y esposos, que les haga capaces de ver por encima de las contingencias materiales para poder disfrutar y saborear las realidades del cielo que les van a llegar de modo admirable a través de su matrimonio. Animándoles a contraerlo y permitiéndoles darse cuenta de que “cualquiera que sea la firmeza del propósito de los que se comprometen en relaciones sexuales prematuras, éstas no garantizan que la sinceridad y la fidelidad de la relación interpersonal entre un hombre y una mujer queden aseguradas, y sobre todo protegidas, contra las veleidades de las pasiones” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Persona humana). La unión carnal sólo es legítima cuando se ha instaurado una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El amor humano no tolera la “prueba”. Exige un don total y definitivo de las personas entre sí (Familiaris Consortio, 80 y Catecismo de la Iglesia Católica, 2391).

Llamados a la santidad

Sería una incongruencia de los pastores no mostrar a los novios con claridad la vocación universal a la santidad que subyace al matrimonio. GS 48 nos lo recuerda con estas palabras: “Imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más (los esposos) a su propia perfección y su mutua santificación”. Y GS 49.2 señala: “Para hacer frente con constancia a las obligaciones de esta vocación cristiana se requiere una insigne virtud; por eso, los esposos, vigorizados por la gracia para la vida de santidad, cultivarán la firmeza en el amor, la magnanimidad del corazón y el espíritu de sacrificio, pidiéndolos asiduamente en la oración”.

Atendiendo a los “tiempos recios” que nos ha tocado vivir, es fundamental crear plataformas familiares donde estén presentes todas las instancias educativas: los colegios, las universidades como centros del saber, las parroquias como auténticos areópagos de la fe, los movimientos eclesiales, los agentes de la pastoral familiar, los Centros de Orientación Familiar (COF), los servicios de mediación familiar, los foros católicos en internet y cualquier persona en definitiva, con recto interés y formación, para “traer matrimonios cristianos al mundo”.  Al mundo, a la Iglesia y a las generaciones futuras, se lo debemos…

¡No cabe mejor tarea, no cabe mayor reto!

El autorPablo María Riopérez

Párroco, juez eclesiástico y doctor en Derecho

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España

Ancianos: Escucha, paciencia y tiempo

Lo necesario para un mayor que vive solo es sentirse comprendido. Esto requiere escucha, paciencia y tiempo. Hoy en día es complicado, pero eso es el cariño.

Alfredo Jiménez·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una célebre canción decimonónica compuesta por universitarios en Santiago de Compostela reza: “Triste y sola, sola se queda Fonseca”. La tristeza y la soledad invaden nuestros hogares de un modo desconocido en la historia de Occidente, porque nunca se había desintegrado tanto el valor, la estructura y la naturaleza de lo que tiene que ser una familia. Como todas las cosas, ésta tiene un manual de instrucciones, que nos ha dado ahora por no leer: estamos metiendo recipientes de metal para calentar leche en el microondas. 

Gracias a Dios, las excepciones a este paradigma cultural son muchas y buenas. El lema Acompañar en la soledad que ha elegido la Conferencia Episcopal en esta Campaña del Enfermo 2020, y cuyo material es la base de esta reflexión, nos asoma a la soledad de muchos mayores. En España, ¡más de dos millones! 

Cuando ellos nacieron, la situación social era difícil. Enfrentaron una situación de guerra y posguerra que marcó claramente su carácter, y su forma de entender la vida. En aquellas circunstancias, había que arrimar el hombro para ayudarse mutuamente en momentos de gran necesidad y penuria. Las familias compartían la dificultad: todos los miembros de la familia se ayudaban. La emigración a las grandes ciudades para labrar el futuro de los jóvenes exigía la cooperación de todos: abuelos, padres e hijos. Los mayores eran atendidos, cuidados y respetados en su ancianidad en sus propias casas hasta que la muerte les llegaba. En esa estructura, la familia se convirtió en la clave, asumiendo un gran sacrificio. Era una época con menos soluciones médicas, técnicas y sociales, que eran suplidas por el mayor bien que existía: las personas.

Ancianos: Cuando se les viene el mundo encima

Mi parroquia está en el centro de Madrid y éste es el cuadro que te pintan la mayoría de “jóvenes experimentados” (así les llamo yo) cuando te cuentan su vida. Visitamos a muchos de ellos en sus casas, y se cumple la estadística: muchos viven solos. Ahora, su mejor compañía es un colgajo con un botón rojo, que en la mesilla de noche adopta una forma más grande para contener el micrófono de alerta por si pasa algo. 

Una vez vino una persona mayor que me dejó desconcertado. Se valía por sí mismo, tenía gran carrera y una vida aparentemente llena. Pero cuando llegaba por la tarde/noche a casa, se le venía el mundo encima. 

Las medidas sociales de apoyo y acompañamiento, y las nuevas técnicas permiten que sigan viviendo en sus hogares: como en casa, en ningún sitio. Eso, sin duda, es un gran punto a favor. Y es que los mayores no quieren molestar. Tienen el miedo de convertirse, si los hay, en un estorbo para sus hijos, ya talluditos, que tienen una vida absolutamente colapsada por sus compromisos. 

Para los que tienen una economía más desahogada, la ausencia filial se suple con una persona de servicio doméstico, o bien alguien que viene desde servicios sociales del Ayuntamiento para lavarles o hacer las tareas de la casa. Es una grandísima ayuda para muchos, sin duda, pero no necesariamente implica una compañía real: en la mayoría de casos simplemente es una solución funcional. 

Sentirse comprendidos

Ciertamente lo más necesario para un mayor que vive solo es sentirse comprendido, tarea no siempre fácil. Requiere escucha, paciencia y sobre todo tiempo. Y con nuestros aceleres habituales, parecen tres dones de un tiempo pasado, cuando no había redes sociales. Pero el caso es que todos, niños, jóvenes, adultos y ancianos, necesitamos y vivimos de esos dones maravillosos que sólo nos pueden dar las personas y son los que nos hacen humanos. Cuando cuidamos los tres aspectos, y los damos, a eso le llamamos cariño. Porque su fundamento es el amor. Y si nuestra fuente es un amor sin límites, como el de Dios, comprenderemos que esos tres dones son los que siempre nos da Él. Por eso es importante darlos después nosotros a los demás, especialmente cuando se hacen más necesarios. 

En la parroquia tenemos organizada la visita a personas solas en sus hogares. Por un lado, la Legión de María realiza un apostolado precioso de visitarles; desde Cáritas apoyamos a algunos de ellos; el equipo de Comunión de enfermos les visita una vez a la semana; los sacerdotes vamos una vez al mes para confesarles y llevarles la Comunión.

Pero son muchos más los que tenemos en el barrio. Hace un par de años hicimos una campaña para animar a la feligresía a cuidar en su comunidad de vecinos a quienes vivieran solos y que no deseaban una atención espiritual; la parroquia se ofrecía a visitar a quien quisiera. Organizamos en paralelo un voluntariado que realizara las visitas, al que se apuntaron bastantes personas. Fue un fracaso el primer aspecto: hay miedo a abrir la puerta a gente extraña. Ciertamente son muchos los casos de quienes se han aprovechado de la debilidad de los mayores y les han robado. La desconfianza y el miedo cierran las puertas no sólo físicas, sino también del corazón. Y es ahí donde la soledad se convierte en un verdadero infierno.

Pese a las dificultades, el camino está claro: debemos acompañar en la soledad.

El autorAlfredo Jiménez

Enseñanzas del Papa

El amor vence al miedo

El amor vence al miedo. Así podrían sintetizarse algunas enseñanzas del Papa en lo que va de nuevo año: en el discurso a la Curia Romana con motivo de la Navidad y en los mensajes para la Jornada Mundial de la Paz y para la Jornada Mundial del Enfermo.

Ramiro Pellitero·3 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

En su discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones navideñas (21-XII-2019), Francisco ha subrayado que el amor vence el miedo. También el miedo a cambiar, cosa que es necesaria para ser fiel.

Vencer el miedo confiando en Dios

Francisco ha tomado pie en el pensamiento de Newman. El santo cardenal inglés escribe: “Aquí sobre la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones” (cfr. El desarrollo de la doctrina cristiana). Y en otra ocasión: “No hay nada estable fuera de ti, Dios mío. […] Sé, Dios mío, que debe operarse en mí un cambio, si quiero llegar a contemplar tu rostro” (Meditaciones y oraciones).

También según la Biblia el corazón humano necesita recorrer un camino de conversión: “Paradójicamente” –observa el Papa– “necesita partir para poder permanecer, cambiar para poder ser fiel”. Hoy, en medio de una seria crisis antropológica y de fe, y también ecológica, tenemos esa necesidad. “El problema” –recoge aquí Francisco un argumento de la encíclica Laudato si’“es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos”

En esta perspectiva sitúa el Papa la reforma de la Curia, dando orientaciones y criterios que de algún modo sirven para la renovación cristiana y eclesial de todos nosotros, en medio de lo que Benedicto XVI llamó “profunda crisis de fe” y “eclipse del sentido de Dios”.

Concretamente ofrece tres propuestas. Primera: para que la tradición (la entrega de la fe) siga siendo viva es necesaria una renovada evangelización; porque es preciso reconocer que “hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados”. La fe no es –sobre todo en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente– un presupuesto obvio de la vida común, e incluso es frecuentemente negada, marginada y ridiculizada. 

Un segundo punto es la importancia de la comunicación en una cultura digitalizada, que privilegia la imagen respecto a la escucha y la lectura, y de este modo incide en el modo de aprender y en el desarrollo del sentido crítico (cfr. Christus vivit, 86). Esto requiere de nosotros, dice el Papa, una mayor coordinación y trabajo en equipo, para promover el desarrollo humano integral. 

Tercero, tomando como modelo vivo la Encarnación del Hijo de Dios, la humanidad es la clave distintiva para leer la reforma”. Atención a la clave: “La humanidad”, dice Francisco, “llama, interroga y provoca, es decir, llama a salir y no temer al cambio”. He ahí la tercera propuesta.

Para esto, algunas circunstancias proporcionan todo un baño de realismo: 1) “en el presente hay personas que irremediablemente necesitan tiempo para madurar”; 2) “hay circunstancias históricas que se deben manejar en la cotidianidad, puesto que durante la reforma el mundo y los eventos no se detienen”; 3) “hay cuestiones jurídicas e institucionales que se deben resolver gradualmente, sin fórmulas mágicas ni atajos”; 4) hay que contar con la historia y con el error humano; replegarse en el pasado puede ser más cómodo pero no es lo mejor; es preciso vencer la tentación de la rigidez y del miedo al cambio, puesto que eso comporta un desequilibrio que no ayuda sino que dificulta. 

Es preciso –concluye el Papa– abrirse al camino de la fe, de la confianza, de la valentía, del amor divino “que inspira, dirige y corrige la transformación, y derrota el miedo humano de dejar lo seguro para lanzarse hacia el misterio, y poder así participar en la salvación que Dios ofrece a cada persona y al mundo.

Paz y educación en la libertad y la responsabilidad

El mensaje para la LIII Jornada Mundial de la Paz –publicado el 8-XII-2019–, celebrada el 1 de enero, se abre bajo el signo de la esperanza, y se concreta como “diálogo, reconciliación y conversión ecológica”

En este mensaje el Papa alude a su discurso sobre las armas nucleares (Nagasaki, 24-XI-2019) para advertir que actualmente seguimos en una guerra del miedo, prolongación de la “guerra fría”.  Francisco avisa que esto “solo” se puede vencer cambiando la mentalidad en favor de la solidaridad y la corresponsabilidad. “La disuasión nuclear” –afirma– “no puede crear más que una seguridad ilusoria”: un equilibrio inestable al borde del abismo, encerrado en los muros de la indiferencia y de la cultura del descarte. Para salir de esa lógica hace falta avanzar en el camino del diálogo y la fraternidad. Y para ello, revalorizar la memoria y apelar a la conciencia moral y la voluntad personal y política. “El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”.

Esto pone de relieve, como señalaba san Pablo VI, la importancia de la educación no solo en los derechos, sino también en los deberes y en las responsabilidades, en el dominio de sí y en los límites de nuestra propia libertad (cfr. Octogesima adveniens, 1971, n. 24). Interesante esta cita en el actual momento de nuestra cultura. Un instrumento para avanzar en esta línea: “El trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad puede despertar en las personas la capacidad de compasión y solidaridad creativa”

Junto con ello es preciso apoyarse en la fuerza de la reconciliación y el perdón (agradeciendo el perdón de los pecados que se nos ofrece en Sacramento de la Penitencia) y de la gratuidad, tanto a nivel personal como público. Cristo ha reconciliado con Dios todas las cosas (cfr. Col 1, 20), “y nos pide que depongamos cualquier violencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones, tanto hacia nuestro prójimo como hacia la creación”.

Identificarse con Cristo para cuidar de los enfermos

La XXVIII Jornada Mundial del Enfermo se ha celebrado el 8 de febrero bajo el lema de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11, 28). En su mensaje (3-I-2020), Francisco destaca la actitud de Jesús, que llama a la cercanía con Él y ofrece su misericordia. 

Hacer, de las propias heridas, claraboyas: esto lo hace Jesús ante todo con su propia vida, porque solo quien vive en primera persona la experiencia del sufrimiento y de la necesidad sabrá ser consuelo para otros. Por eso es necesario ponerse en el lugar del enfermo, para proporcionarle los cuidados (médicos, así como relacionales, intelectivos, afectivos y espirituales) que requiere, y también su familia. Tanto los que atendemos a los enfermos, como los enfermos mismos han de tener en cuenta que “Cristo no nos ha dado recetas, sino que con su pasión, muerte y resurrección nos libera de la opresión del mal”.

Por eso los enfermos han de poder encontrar, especialmente en los cristianos, personas que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sepan ayudarles “a llevar la cruz haciendo, de las propias heridas, claraboyas a través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la enfermedad” y así recibir luz y aire puro para llevar adelante su vida. Claramente todo comienza por respetar la dignidad y la vida de cada persona. Para esto, quizá algunas veces los profesionales cristianos tengan que recurrir a su derecho a la objeción de conciencia.

En definitiva, oración y discernimiento, escucha y respuesta, con el amor que vence el miedo. Así es el camino que los cristianos han de recorrer con serenidad y alegría para contribuir a la nueva evangelización, a la paz y al cuidado de los demás. También para abrirlo a las generaciones venideras.

Reverendo SOS

¿Puede la vocación personal causar depresión?

Cuando atendemos en la consulta personas deprimidas que están comprometidas con su vocación personal, en el matrimonio o en el celibato, a veces se cuestionan si ese bajo ánimo y apatía podría estar originado por la vocación y se debería abandonar, como un vía necesaria para la salud.

Carlos Chiclana·2 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Me parece que la pregunta “¿es la vocación la causa de la depresión?” no está planteada de forma enriquecedora. Que Dios llame de una manera determinada y se personalice en ti tu vocación cristiana, para que seas lo más feliz en la tierra, no parece que en su lógica interna incluya la posibilidad de que te cause depresión. Sugiero mirarlo desde otras perspectivas:

1.- ¿Puede ser que vivir de forma impostada una vocación que no es la personal cause depresión? Sí, porque la persona se forzaría a vivir de una manera ajena a quien es de verdad. La depresión nos serviría de alarma para conocer que, por los motivos que sean (inmadurez, heridas personales, huida, necesidades económicas, miedos, etc.), se refugió en esa aparente vocación, que no es tal, y ahora, tras haber madurado, la realidad aconseja construir la propia vocación por otros caminos, de cara a uno mismo y a Dios, con la ayuda de acompañantes expertos en discernimiento.

2.- ¿Puede ser que vivir la vocación de un modo que no es el adecuado genere depresión? Sí. Cuando una persona tiene una vocación bien recibida y bien construida, pero la lleva a cabo de una manera forzada, inadecuada, sin cuidarse o entendiéndola mal, sobrecarga su cuerpo y su alma. La depresión avisaría de que el modo en que la vive no es sano, ni física ni espiritualmente. Es necesario cambiar algo: más conocimiento de su espiritualidad, nivel de exigencia, represiones, relaciones humanas, normativas autoimpuestas innecesarias, cuidado personal, etc. Así, vivirá de forma adecuada y saludable su vocación, las dimensiones de su vida serán coherentes y generarán seguridad, serenidad y optimismo. 

Hay quienes creen que han perdido el amor por su vocación y lo que han perdido es el gusto por “la vida”, porque, con toda su buena intención han restringido “su vida” a una dedicación extrema a las tareas de otros, a la observancia de unas ocupaciones y se han olvidado de disfrutar de tantos detalles presentes cada día en el mar de las obligaciones, y no se han detenido a cuidarse, descansar y potenciar los gustos personales en la medida de lo posible.

3.- ¿Puede una depresión causar una crisis existencial que haga ver todo negro? Sí: alguien vive normal y sano pero, al deprimirse, empieza a ver todo negro: no me quieren, no tengo vocación, mi marido no es el que yo quiero, el trabajo es muy aburrido, esta ciudad no me gusta, etc. Se ve todo a través de un filtro que hace que la vida pierda color, interés y atractivo. Es tiempo de ir al médico, no reinterpretar la vida, no tomar decisiones y esperar a recuperarse para reajustar estilo de vida y prevenir futuros episodios.

4.- ¿Puede una crisis vital normativa causar depresión y/o desconcierto general? Sí. Todos pasamos por “crisis normativas”, crisis “normales” como en la adolescencia, la madurez, en torno a los 30, 40 y 50, nacimientos de hijos, jubilación, cambios laborales, muertes de familiares, etc.

Nos “exigen” que cambiemos para adaptarnos a la nueva situación, pero si nos cogen desprevenidos se puede generar depresión o desajuste vital, como un modo de llamarnos la atención para “obligarnos” a cambiar de piel y adaptarnos a lo nuevo. Esto no implica cambiar de vocación, de cónyuge o abandonar a los hijos; suele ser algo más interior, de actitud, de estilo, de maneras, de posición ante la propia identidad y ante la vida. Se pueden solucionar con un buen acompañamiento espiritual, con la ayuda de alguien que te quiera, o puede ayudar un profesional.

5.- ¿Puede ser que no esté deprimido sino que esté pasando una “noche oscura del alma”? Sí, ambas tienen en común oscuridad, sufrimiento, malestar, sinsentido, pena, pasividad, dificultad para disfrutar, sequedad, vacío, temor de uno mismo. Se diferencian en su origen (médico vs. espiritual), proceso previo de desarrollo espiritual, manifestaciones externas e internas, consecuencias y contexto histórico. Una puede dar lugar a la otra y también se pueden simultanear.

En la noche oscura se da la pérdida de una conexión previa con Dios y del sentido trascendente, con sensación de vacío por no encontrarle y sentido absurdo de lo previamente vivido con alegría. Normalmente es capaz de comportarse de forma ordenada en su vida, de relacionarse, de desempeñar sus actividades cotidianas a pesar del grave sufrimiento espiritual que atraviesa. Sin embargo, en la depresión se dan una serie de síntomas que incapacitan más y con más manifestaciones físicas en el sueño, el apetito y la energía. En caso de duda se debe consultar con un médico que conozca ambos estados.

Experiencias

El compromiso de los jóvenes por la paz

El día 1 de enero se celebra la Jornada Mundial por la paz. El Mensaje del Santo Padre, que en este año lleva por título La paz como camino de esperanza, recuerda el deber de cuidar y trabajar por la paz en un mundo tan lleno de problemas. Más novedoso resulta sin embargo que sean los mismos jóvenes los que quieran participar y promover este deseo del Romano Pontífice.

Omnes·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si la paz se presenta como objetivo al comienzo de cada año, se vuelve concreto y posible a partir de los movimientos y acciones concretas que para promoverlo se suceden por todo el mundo. En particular, alegra comprobar que las nuevas generaciones lo acogen y lo promueven en sus actividades de voluntariado.

El Mensaje del Santo Padre este año une la cuestión de la paz con el deseado cambio de mentalidad ecológico. Puede parecer un campo diferente para la acción pastoral y, sin embargo, es en regiones empobrecidas por los efectos negativos de la mentalidad poco ecológica donde nacen con frecuencia las desigualdades sociales y las posteriores reacciones violentas en la sociedad. 

El Papa en su discurso para la Jornada del año 2020 hace mención de sus viajes recientes a Japón y Tailandia, así como al Sínodo de octubre sobre la Amazonia. En ambas ocasiones tuvo oportunidad de llamar la atención sobre el problema de la conversión ecológica y su relación con los conflictos pasados y presentes de la humanidad. “Ante las consecuencias de nuestra hostilidad hacia los demás, la falta de respeto por la casa común y la explotación abusiva de los recursos naturales —vistos como herramientas útiles únicamente para el beneficio inmediato, sin respeto por las comunidades locales, por el bien común y por la naturaleza—, necesitamos una conversión ecológica”.

En este marco, el uruguayo Carlos Palma, con la inspiración del movimiento por la paz de los Focolares, promueve la iniciativa de un Congreso Internacional Living Peace International, Jóvenes Líderes y Embajadores de Paz. Una de sus actividades que promueve ha tenido lugar en el Centro Mariápolis de Las Matas (Madrid) en las últimas semanas.

Los orígenes de ese movimiento se sitúan en las revoluciones del norte de África en el año 2011. Con esas dificultades políticas, percibía la importancia que tiene la acción y la oración de los jóvenes. Él mismo lo describe en una entrevista en el Congreso de los Jóvenes Living Peace: “Rezar por la paz, todos los días, en una red que engloba a todos los jóvenes”.Después de vivir dramáticas situaciones de guerra en diversos países, consideró que debía hacer algo por la paz y por esas regiones menos favorecidas, donde el problema ecológico está presente. Desde entonces, las iniciativas no se han interrumpido. 

Testimonios directos 

Carlos nos presenta, con mucho orgullo y alegría, a los que él llama “embajadores de la paz”, es decir, los jóvenes de todo el mundo que se han comprometido en esta acción por la paz. El primer embajador de paz de Uruguay se llama Noel Hernández, y ya trabajó por este motivo de la paz en el congreso de 2015 en Brasil. Éste nos presenta a su vez a otros jóvenes españoles que han estado presentes en el encuentro, como Raúl, que viene de Jaén; un joven colombiano, Álvaro; y Aziz, de Irak. Ambos elogian el congreso y las conclusiones que han logrado entre todos de más acción y oración por la paz. También participaban muy activamente en las reuniones Laura y Guillermina, procedentes de Madrid y Buenos Aires, respectivamente. 

Ellas han colaborado con el congreso para llevarlo a los más jóvenes. Muy interesadas en la mediación de conflictos, piensan que se trata de una filosofía de vida más que en unos puntos más o menos concretos de acción. Esto implica, dice Laura, “conocer a otros de países diferentes, para fomentar una cultura de paz”. Guillermina recuerda los de voluntariados en las “villas” como llaman allí a las zonas más desfavorecidas. En este terreno surge más fácilmente atender a las llamadas del Papa para la conciencia ecológica y de sus consecuencias para los pobres. 

Trabajo de campo y acciones por la paz

El trabajo es concreto y muy real. Los proyectos de los jóvenes no son teorías acerca de la paz, pues se trata de movilizar a quienes tienen un deseo de ayudar a los demás pero no saben todavía bien dónde se dan las circunstancias apropiadas. Es el caso de Gabriel Osorio, quien escribe al congreso desde un lugar con alto índice de riesgo para las vidas, concretamente, en zonas de Colombia, en las que se han ejecutado masacres, o están todavía bajo el dominio de una de las facciones de la guerrilla. Esta dura realidad confiere al relato una especial viveza de la necesidad de ayudar en el mismo terreno de los problemas.

Dando un salto geográfico, nos trasladamos a la escuela de IRAP, en el Líbano. Sus trabajos han contribuido a tender puentes de entendimiento multiétnicos y religiosos. Entre las voces del congreso no podían faltar los testimonios de quienes hablan con la vivencia de contribuir allí mismo a la pacificación de estas regiones. Lo relata con énfasis el “enlace de prensa” en el encuentro Living Peace International, Victoria Gómez: “Vale la pena, por el esfuerzo que han realizado, y por la alegría que reflejan sus comentarios”

Léa procede de la escuela del Líbano a la que nos referíamos antes. Relata cómo el IRAP organizó un proyecto para recoger manzanas, al cual no tuvieron inconveniente en sumarse todos los alumnos de su clase. Pero antes decidieron concienciar a sus compañeros para que advirtieran que lo importante está detrás en el orden de la caridad: “Lanzamos el ‘Dado de la Paz’, con el lema ‘Amar a todos’. Nos dividimos en equipos y participamos en la competición para ver quién llenaría más manzanas y más rápido. Mientras estábamos recogiendo, nuestro amigo Elías perdió su audífono; Es una persona con quien la relación no es fácil. Rápidamente dejamos todo y fuimos a buscar este dispositivo porque era muy valioso para él. Encontrar el audífono, por amor a Elías, se había vuelto más importante para nosotros que ganar la competición. Cuando lo encontramos, nuestra alegría fue muy grande, no solo porque lo habíamos encontrado sino porque Elías sintió nuestro amor y creó entre nosotros un espíritu de unidad y solidaridad”.

Meta: la paz; camino: la caridad

La abundancia de temas y testimonios ha sido una de las notas del congreso. Ahora es el momento de centrar las ideas y seguir animando a estos jóvenes en la iniciativa por la paz sin dejar de lado las posibilidades de cuidar de los necesitados y del medio ambiente.

En el folleto destinado a explicar mejor las metas que se persiguen, Teresa Ausín nos informa de su amplitud a partir de la vivencia del Evangelio: “Este es un proyecto inclusivo, transversal e interdisciplinar. Ha sido presentado ante la UNESCO, la ONU, el Parlamento Europeo y en los Parlamentos de Argentina y Paraguay, así como en actos celebrados en Japón, Alemania, Brasil, Jordania, Filipinas, China, Vietnam, Canadá, Líbano, República Democrática del Congo y en muchos otros lugares del mundo. Y es esta sinergia entre todas las organizaciones internacionales involucradas la que ha propiciado el desarrollo de más de 20 proyectos”.

Son jóvenes y ya han hecho historia, pero ahora con la vía de la caridad cristiana, quieren llevar este don de la paz al mundo entero con la conciencia de una ecología integral.

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España

La Iglesia quiere potenciar la conversión evangelizadora de los laicos en 2020

El Congreso de Laicos 2020 tendrá lugar a mediados de febrero en Madrid, Hay expectativa, ilusión y trabajo. Se trata de impulsar una conversión misionera de los laicos desde su compromiso bautismal, explica a Palabra Luis Manuel Romero, coordinador del congreso.

Rafael Miner·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

El Congreso de Laicos que organiza la Conferencia Episcopal Española (CEE) en febrero tiene “dos palabras clave: proceso y sinodalidad. Es decir, el Congreso no es un evento o un acontecimiento de un fin de semana (Madrid, 14-16 de febrero 2020), sino un proceso sinodal, un camino que hemos iniciado hace unos meses en la etapa precongresual, escuchando a los laicos en las diócesis, movimientos y asociaciones”. Quien así habla es Luis Manuel Romero Sánchez, director de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS) y coordinador del Congreso de Laicos 2020. 

“El punto de partida es ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros, a descubrir la importancia de vivir el compromiso bautismal en la Iglesia y en el mundo”, añade Luis Manuel Romero, y su éxito es “que haya una continuidad, el post-congreso, que significará la vuelta a las diócesis con el deseo de revitalizar y dinamizar el laicado”.

Luis Manuel Romero conoce al detalle el próximo congreso, y le formulamos unas cuantas preguntas. 

Origen del Congreso

–¿Cuál fue la génesis del Congreso de Laicos 2020 y cuáles son, en síntesis, los objetivos de su celebración para los próximos meses y años?

Esta iniciativa de la preparación y organización del Congreso de Laicos es una propuesta de la Conferencia Episcopal Española, que se le encomienda a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, y nace a raíz de la asamblea plenaria de abril 2018, donde se presenta una ponencia sobre el laicado. Entonces, la Asamblea decide que sería oportuno organizar un congreso de laicos, para dinamizar e impulsar el apostolado seglar en nuestras diócesis. Y se hace coincidir con un congreso que se iba a realizar al concluir el Plan Pastoral de la CEE (2016-2020): Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo.

El Congreso de Laicos, en la línea del magisterio del Papa Francisco, que nos está pidiendo, en este cambio de época,  un nuevo talante evangelizador, que consiste en una conversión pastoral misionera, tiene como objetivo general: impulsar la conversión pastoral y misionera del laicado en el Pueblo de Dios, como signo e instrumento del anuncio del Evangelio de la esperanza y de la alegría, para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades, en su camino hacia una vida más plena. 

El lema del Congreso, Pueblo de Dios en salida, subraya que lo que se pretende es potenciar el papel de los laicos, en una Iglesia Pueblo de Dios, sinodal, cuya vocación fundamental es la evangelización, la misión en el mundo, en los ambientes.  

También se plantean otros objetivos específicos, que son: a) tomar conciencia de la vocación bautismal del laicado para la misión; b) promover la caridad política; c) transmitir, desde el discernimiento, una mirada de esperanza ante los desafíos de nuestra sociedad; d) fomentar la comunión y e) visibilizar la realidad del laicado. 

Destinatarios y objetivos

–¿Quiénes están implicados, a quiénes se dirige de modo especial, y de quiénes se espera una participación más intensa? ¿Todos los fieles cristianos? 

Los destinatarios principales del proceso, en general, y del Congreso, en particular, son: los laicos no asociados, de parroquia, que son la inmensa mayoría. Nos referimos a los fieles laicos que están en diversos ámbitos parroquiales y diocesanos: familia, juventud, personas mayores, enseñanza, universidad, catequesis, Cáritas, hermandades y cofradías. También los laicos asociados, miembros de movimientos y asociaciones, presentes en nuestras diócesis y a nivel nacional; y en tercer lugar, aquellos bautizados que no se han incorporado aún a la vida y dinámica pastoral de nuestras parroquias y movimientos y asociaciones. Este proceso puede ayudar a que surjan nuevos grupos de reflexión para laicos que no están participando en nada o se encuentran más alejados de la Iglesia.  

–Parece que se da prioridad a procesos formativos en cinco aspectos (ser cristianos en el corazón el mundo, vitalidad carismática, ¿qué es MAG+S, la formación en cinco puntos, y encuentro matrimonial). 

El Congreso va a girar en torno a cuatro itinerarios: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Y de fondo hay dos cuestiones transversales: el discernimiento y la sinodalidad. Hemos elegido estos temas, porque pensamos que son los aspectos fundamentales que está destacando el Papa Francisco en su Magisterio para la Iglesia en general y de un modo particular para los laicos, que son la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. 

Y si tuviera que subrayar algunas de estas cuestiones, destacaría los temas transversales. El Congreso nos tiene que ayudar a situarnos como Iglesia en España en clave de discernimiento, de escucha mutua y del Espíritu Santo, para ir vislumbrando nuevos caminos evangelizadores. 

«El Congreso va a girar en torno a cuatro itinerarios: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Y de fondo hay dos cuestiones transversales: el discernimiento y la sinodalidad.»

Luis Manuel RomeroCoordinador del Congreso de Laicos 2020

Y además, la sinodalidad debe ser el rostro renovado de nuestra Iglesia, que desea tener una imagen poliédrica. Es fundamental que en estos momentos se fomente la comunión entre pastores, vida religiosa y laicos, evitando la tendencia al clericalismo, sintiéndonos todos corresponsables para la misión evangelizadora. 

–¿Puede ofrecer la apoyatura de algún documento del Papa Francisco y/o de Papas anteriores, que sirva de lectura y entrenamiento para todos lo que deseen participar o estar más al tanto del Congreso?

El Congreso, en cuanto a la reflexión que está siguiendo, hunde sus raíces en el Magisterio que aparece en el Concilio Vaticano II y de un modo particular en la Constitución Dogmática Lumen gentium

Después podemos encontrar dos textos importantes del Magisterio universal y particular de la Iglesia en España, que se refieren al laicado como tema específico: la exhortación apostólica Christifideles laici (Juan Pablo II, año 1988) y el documento Los cristianos laicos, Iglesia en el mundo (CEE, año 1991). 

Y en el momento actual, nos inspira el magisterio del Papa Francisco, especialmente su exhortación apostólica programática, desde un punto de vista pastoral: Evangelii gaudium (año 2013). 

Vocación misionera y acompañamiento

–Uno de los miembros del Comité Ejecutivo, Isaac Martín, ha subrayado el carácter de proceso de este congreso, y se están destacando lo que se denominan cuatro itinerarios en la vocación y misión de los laicos. ¿Puede explicar esta cuestión?

Hay dos palabras claves para entender esta iniciativa del Congreso de Laicos: proceso y continuidad. Es decir, el Congreso no es un evento o un acontecimiento de un fin de semana, sino un proceso sinodal, un camino que hemos iniciado hace unos meses en la etapa precongresual, escuchando a los laicos en las diócesis, movimientos y asociaciones.

El fin de semana de febrero será un momento de comunión, de diálogo y profundización en lo reflexionado con anterioridad. Y el éxito del Congreso es que haya una continuidad, el post-congreso, que significará la vuelta a las diócesis con el deseo de revitalizar y dinamizar el laicado. En todo este proceso nos sirven como guías esos cuatro itinerarios que ya antes he mencionado (primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública) y que nos marcarán un camino de futuro en nuestra iglesia. 

–Parece que otro de los temas que se abordará será también el acompañamiento en las distintas situaciones de la vida, un tema del que se trató en el Sínodo de los jóvenes. ¿Es así?

El tema del acompañamiento es crucial en nuestra Iglesia en estos momentos, porque el anuncio explícito de la fe en Jesucristo es necesario que luego tenga una continuidad. Pienso que un error de nuestra pastoral, al menos en los últimos años, ha sido olvidar la cuestión del acompañamiento y por eso muchos jóvenes, especialmente, han abandonado la Iglesia. 

Muchos laicos demandan sentirse acompañados por los pastores y sus comunidades cristianas, sobre todo cuando deciden llevar a cabo un compromiso cristiano en el mundo, en los ambientes, en las periferias. 

«El Congreso tiene como punto de partida ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros»

Luis Manuel RomeroCoordinador del Congreso de Laicos 2020

En el Congreso de Laicos no podemos olvidar esta cuestión del acompañamiento, porque siguiendo el ejemplo de Jesús con sus discípulos y con las demás personas, la Iglesia tiene que favorecer hoy más que nunca la cultura del encuentro frente a la cultura del descarte. La necesidad/tarea de acompañar, en cada concreta realidad, recoge muy bien el sentir pastoral de esta época porque pone en acción la misión de compasión que ha recibido todo creyente para hacer presente al Señor y su Reino, mediante una relación caracterizada por la hospitalidad, la pedagogía y la mistagogia. 

–¿Tiene previsto el congreso tocar de algún modo la vocación de discípulos misioneros y la evangelización?

El Congreso tiene como punto de partida ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros, a descubrir la importancia de vivir el compromiso bautismal en la Iglesia y en el mundo. 

El aspecto de la evangelización, del testimonio en medio del mundo, estará muy presente en el cuarto itinerario, que se refiere a la presencia en la vida pública. No podemos olvidar que a los laicos les corresponde, de un modo propio y peculiar, aunque no exclusivo dar testimonio de su fe en los ambientes, en el corazón del mundo. 

–¿Hay algún otro tema que considere de interés para el próximo Congreso de Laicos?

Me gustaría subrayar que este Congreso de Laicos es un proceso sinodal, que pretende en un clima de discernimiento, de escucha, ayudarnos a ser cada día más Pueblo de Dios en salida, en el que nos sintamos en comunión, corresponsables de la misión evangelizadora que el Señor nos ha encomendado.

Animo a que todos nos situemos ante este Congreso desde una actitud de alegría y esperanza, con la confianza puesta en el Espíritu Santo que guía la Iglesia. 

Estoy convencido que los laicos no son el pasado, ni el futuro de nuestra Iglesia, sino el presente.

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América Latina

El V Encuentro impulsa a las familias hispanas, el 40 % de los católicos en EE. UU.

El V Encuentro de Pastoral Hispana Latina, un año más tarde de celebrarse en Texas, está suponiendo un importante impulso para los hispanos católicos y sus familias, el 40 % del total de católicos, y también para toda la Iglesia en Estados Unidos.

Norma Montenegro Flynn·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

—TextoWashignton D.C, Estados Unidos. Periodista y asesora de coomunicaciones

El V Encuentro Nacional ha sacado a los hispanos católicos de la invisibilidad, resaltando sus contribuciones, y demuestra el deseo de un acompañamiento más profundo por parte de la Iglesia católica. Las cifras demuestran que el futuro de los católicos en el país está entre los hispanos, quienes actualmente conforman un 40 por ciento de todos los católicos. Y entre los jóvenes católicos de 14 a 29 años, la cifra de hispanos asciende al 50 por ciento. El V Encuentro es un proceso que inició en el 2013, y que a través de actividad misionera, consultas, desarrollo de liderazgo y discernimiento pastoral en parroquias, diócesis, regiones episcopales y a nivel nacional, busca discernir prácticas pastorales y prioridades que ayuden a la iglesia a responder de manera más efectiva a esta comunidad.

“El V Encuentro ha aumentado de manera muy significativa la conciencia y apreciación del pueblo hispano/latino como una bendición para la Iglesia y la sociedad”, dijo en una entrevista con Palabra Monseñor Arturo Cepeda, obispo auxiliar de Detroit y presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB).

“Los obispos están muy conscientes de esta realidad y de que el pueblo hispano tiene un gran potencial de ofrecer este liderazgo al servicio de toda la Iglesia en parroquias, diócesis y otras instituciones católicas”, agregó el prelado. Guiado por los obispos del país, el V Encuentro ha identificado alrededor de 20.000 nuevos líderes, y a más de 250.000 discípulos misioneros a través del proceso que se realizó en casi todas las 4.473 parroquias con ministerios hispanos en el país. Los resultados, recomendaciones, y aplicaciones prácticas que surgieron tras la reunión nacional hace poco más de un año en Gaylord, Texas —de la que informó Palabra en octubre de 2018 en una amplia crónica—, y sus procesos previos en parroquias, diócesis y regiones episcopales, han sido recopiladas en el documento final titulado Memorias y Conclusiones del V Encuentro Nacional. 

Entre las prioridades y recomendaciones más importantes, están la necesidad del acompañamiento y mejor formación pastoral para familias hispanas, la necesidad de ayudar y acoger a familias migrantes que sufren por persecución, separaciones familiares y deportaciones, y la identificación y capacitación de líderes hispanos que sirven en ministerios de la iglesia. 

El V Encuentro en la actualidad

Las reuniones post-Encuentro comenzaron a realizarse este otoño y seguirán hasta la primavera en las 14 regiones episcopales del país con el propósito de discernir las prioridades finales correspondientes a cada región trabajando en base al documento final. Dichas conclusiones y recomendaciones regionales serán entregadas a las diócesis con la meta de que sean integradas en los planes pastorales según las necesidades de cada diócesis, y que sean compartidas con las parroquias para que adopten procesos similares.

“El V Encuentro no es solo para los hispanos, es para toda la Iglesia en los Estados Unidos. Pero la verdad es que en una institución jerárquica esto no va a pasar por acto de magia. Los obispos tienen que tomar la iniciativa y ellos tienen que asegurarse que el plan pastoral llegue a manos de sus líderes pastorales y ellos las conozcan”, dijo a Palabra Hosffman Ospino, profesor de teología pastoral y catequesis en la Escuela de Teología y Ministerio en el Boston College, y miembro del Equipo Nacional de Acompañamiento del V Encuentro (ENAVE). 

“El V Encuentro no es solo para los hispanos, es para toda la Iglesia en los Estados Unidos”

Hosffman OspinoProfesor de Teología Pastoral y catequesis (Boston College)

Una de esas reuniones post-Encuentro se realizó en octubre del 2019 en la Universidad Católica de América, en Washington, DC, donde alrededor de 50 delegados de siete diócesis y arquidiócesis que conforman la cuarta región episcopal realizaron una vez más el proceso de discernimiento y consulta sobre los temas prioritarios. Uno de los temas de mayor peso en esa región es el acompañamiento pastoral a familias hispanas y en particular a familias inmigrantes afectadas por la amenaza de deportaciones y separaciones familiares que afecta a miles. A través de sesiones informativas realizadas por la organización católica sin fines de lucro de la arquidiócesis, Caridades Católicas de Washington, ya se está facilitando información y capacitaciones sobre inmigración a pastores, sacerdotes, líderes ministeriales y feligreses. 

“Es importante que todos los católicos sean capaces de entender los sufrimientos y las luchas que han pasado los migrantes para poder venir a este país, por lo que necesitamos ver en ellos prácticamente el rostro de Cristo”, dijo Celia Rivas, coordinadora de servicios de Caridades Católicas durante su presentación. 

El Papa Francisco ha seguido los pasos del V Encuentro casi desde sus inicios. En septiembre de  2019, una delegación de obispos y de ENAVE viajó al Vaticano y presentó al Papa y al liderazgo de distintos dicasterios y Consejos Pontificios las conclusiones y recomendaciones generadas por la consulta nacional. “El Papa Francisco mostró gran interés en las conclusiones del V Encuentro y su compromiso por crear una cultura del encuentro. El proceso fue muy bien recibido por miembros de la Curia, quienes afirmaron la naturaleza sinodal del proceso, con sus dimensiones de misión y consulta en las periferias”, dijo Monseñor Cepeda. “El Santo Padre nos motivó a seguir adelante con la visión de una iglesia en salida y nos dio su bendición”, añadió. En 2018, los participantes de la reunión nacional recibieron un conmovedor video mensaje del Santo Padre, del que se hizo eco Palabra en un dossier junto a los preparativos del Encuentro.

Resultados y frutos

Entre los logros del V Encuentro, uno de los más importantes es el ánimo, la esperanza y las renovadas energías que ha inyectado a los miles de líderes en 159 diócesis con ministerio hispano en el país. En un reciente informe durante la sesión plenaria anual de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Monseñor Cepeda informó al cuerpo de obispos sobre los resultados del proceso recopilados en el documento final. 

Entre los resultados más relevantes sobresalió la necesidad de un modelo de Iglesia más acogedor y misionero que busque integración eclesial y no asimilación cultural. También se identificó la necesidad de que parroquias y diócesis inviertan en la formación y desarrollo de líderes hispanos, la necesidad de aumentar personal con capacidad intercultural en escuelas, parroquias, diócesis y seminarios, y la necesidad del acompañamiento de las familias además de la formación de la fe a todos los niveles. 

“El V Encuentro nos ayudó a lograr una unidad más profunda en la pastoral hispana, a escucharnos mejor, reconocer nuestros talentos con más claridad y ponerlos al servicio de la misión de la iglesia en Estados Unidos”, expresó el obispo Cepeda. “También nos ayudó a identificar nuevos líderes, sobre todo jóvenes, y a colaborar en un proyecto común en forma sinodal. El proceso del V Encuentro nos ayudó, de manera muy intencional, a salir a las periferias para escuchar, involucrarnos y acompañar a nuestros hermanos y hermanas que viven en las periferias de la sociedad y de la Iglesia”, agregó. 

Los efectos del V Encuentro se verán en los próximos 10 a 15 años, predice Ospino; sin embargo, ya se observan algunos efectos positivos. “El V Encuentro ayudó a salir a los hispanos de la invisibilidad,” señala Ospino como uno de los efectos más significativos del proceso. El informe del V Encuentro está disponible en www.vencuentro.org.


El autorNorma Montenegro Flynn

Periodista y asesora en Comunicación en Washington, D.C.

Vaticano

Cardenal M. Czerny: “La Iglesia tiene que llorar con el grito de los pobres”

El cardenal Michael Czerny S.J. entró en la Orden de los Jesuitas en 1963 y fue ordenado sacerdote en 1973. Ha trabajado en el campo del apostolado de la justicia social en Canadá, América Central, África. Desde 2010 trabaja en el Vaticano. Ha sido creado Cardenal por el Papa Francisco el 5 de octubre de 2019, precedido por la ordenación episcopal el día anterior. Palabra le ha entrevistado.

Giovanni Tridente·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

Desde la fe recibida en la familia, hasta la migración forzada a un país extranjero como rechazo del comunismo, pasando por el apostolado en las periferias del mundo, con la mirada puesta en los migrantes y refugiados, temas de los que se ocupa en el Vaticano desde 2010, el cardenal Michael Czerny, posee una experiencia integral en los temas de la “atención hacia los últimos”. Un momento especial en su vida es la reciente creación como cardenal por el Papa Francisco, sin olvidar su contribución en el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía.

–Eminencia, ¿Cómo surgió su vocación sacerdotal y cuándo decidió ingresar a la Compañía de Jesús?

Comienzo diciendo que mi fe la recibí de mi familia, de la escuela católica, de las comunidades en que crecí. Cimentado en una buena formación católica, fui descubriendo a lo largo de mis años que Cristo es el centro de mi vida, y eso lo descubrí en experiencias, testigos de la fe, opciones y en mi propia vida de oración.

El llamado a entrar en la Compañía de Jesús llegó temprano en mi vida, cuando todavía era un estudiante en Loyola High School en Montreal, y después de graduarme ingresé con los jesuitas en la entonces llamada Provincia del Canadá Superior. Sentí con fuerza el deseo de servir a Dios y al prójimo en la comunidad, usar los talentos dados por Dios, vivir en libertad. 

–Desde que era niño, también por razones familiares, tuvo que vivir en diferentes países, dejando su tierra natal Checoslovaquia (hoy República Checa). ¿Se siente un poco migrante?

Sí, tenía sólo dos años cuando tuvimos que dejar nuestra casa. Recuerdo el deseo de vivir en libertad y el consecuente rechazo del comunismo. Como familia quedamos muy agradecidos a Canadá por su acogida. Siempre crecimos conscientes de haber tenido que abandonar Checoslovaquia y conscientes de haber sido ayudados por una familia misericordiosa. Pocos años más tarde, nuestros padres también acogieron a otros que estaban en problemas, incluso a un refugiado de la revolución húngara de 1956 que vivió con nosotros durante medio año. De alguna u otra manera, todos somos migrantes.

–Durante casi diez años trabajó en Kenia fundando la Red Jesuita Africana contra el SIDA. ¿Qué recuerda de esos años?

Recuerdo que, como en todo el mundo, los jesuitas en África procurábamos caminar con los más necesitados, proclamando el Evangelio y responder a las injusticias más urgentes, entre ellas el VIH (SIDA)… Todo desde la fe en Cristo, junto con otros y otras. 

El trabajo de la Red Jesuita Africana contra el SIDA (AJAN) que inicié en 2002 continúa en manos muy capaces. Están usando las mismas bases y desarrollan las habilidades para impulsar un sentido de empoderamiento y liberación, una espiritualidad de compasión. Personas llenas de fe llevan la salud y la alegría de Cristo a los más necesitados. Recuerdo especialmente el testimonio de vida de una de ellas: “Estaba como muerta, y me ayudaron a resucitar”.

–Su experiencia lo ha llevado con frecuencia a ocuparse de temas de justicia social, también con cargos en la Curia romana. ¿Cree que la “toma de conciencia” de estos temas es urgente para la Iglesia y para la sociedad?

Más que una urgencia, pienso que la Iglesia no puede dejar de mirar y ocuparse de los temas de justicia social. Dios escucha el clamor de los pobres y el grito de la tierra, y responde llamándonos a participar de su respuesta, con creatividad y en discernimiento. Hago mías las palabras de Santa Teresa de Ávila: “Tuyos son los ojos con los que Dios mira con compasión a este mundo. Tuyos son los pies con los que Cristo camina para hacer el bien. Tuyas son las manos con las que el Espíritu Santo bendice todo el mundo”. 

–¿Existe el peligro de reducir la Iglesia a una ONG, desvirtuando su misión evangelizadora?

Existe el riesgo de ser como una ONG si nos empeñamos en construir el Reino, pero sin Jesús. Siempre es bueno recordar que somos colaboradores con Cristo, guiados por el Espíritu Santo. Tenemos por ello la necesidad de una vida de oración que nos permita escuchar y discernir la voluntad de Dios. La oración nos ayuda a mantener el equilibrio. También corremos el riesgo de querer vivir un seguimiento sin participación en la construcción del Reino, un cristianismo que busca ser “puro” y entonces se amuralla y se queda sin relación, sin “Reino”.

Los hombres y mujeres se experimentan enviados, en misión; buscan escuchar, comunicar, acompañar siempre en relación, colaborando para responder lo mejor posible. El Señor nos da los dones para esto. Como dice el Papa Francisco: sólo cuando olvidamos esta misión, y olvidamos la pobreza y el celo apostólico, es que las organizaciones eclesiales lentamente se deslizan a una ONG o a un club exclusivo.

–Muchos acusan al Papa de interesarse demasiado por “los últimos” con una retórica política (¿comunista?) y poco de dar valor a la doctrina. ¿Que piensa al respecto?

Interesarse por los “últimos”, por los más pequeños, por los más débiles, está en el corazón del Evangelio. Jesús no sólo habló de la misericordia, sino que él fue misericordia encarnada.  Cuando nos encaminamos el encuentro de las víctimas, nos vamos a topar con los victimarios y con las estructuras de pecado que hieren y quitan la vida a tantos hermanos nuestros. Si Jesús se hubiese encerrado en el templo, nadie se hubiera molestado con él, pero Jesús no se encerró, ni se calló. Jesús denunció las injusticias, se acercó a los descartados, comió con pecadores, sanó a paganos y llamaba a los demás a hacer lo mismo. Sus acciones y su vida irritaron a muchos; entonces, conspiraron y buscaron como silenciarlo, hasta llevarlo a la muerte en cruz. El Papa Francisco no dice ni hace nada novedoso, sólo vive el Evangelio. Quien lee esto en términos ideológicos, quizás necesita acercarse más al Evangelio.  

–¿Qué opina de la retórica que considera los migrantes y los refugiados como amenazas para los Estados?

Los migrantes no son una amenaza, sin embargo no es fácil creerlo cuando nos enfrentamos a un bombardeo de información que distorsiona la verdad. Yo puedo afirmar muchas cosas positivas sobre las personas que migran, pero no basta. Tenemos el desafío de presentar la realidad con transparencia, dejar que los hechos nos comuniquen directamente la verdad. Para que esto suceda tenemos que darles la palabra: dejar que entren en diálogo con las sociedades de llegada, tránsito o acogida. Esto ayuda a formularnos un juicio justo que se funda en el respeto a los demás y en la compasión. 

Esta es una misión de la Sección Migrantes y Refugiados: no sólo hablar bien de los migrantes, sino propiciar el encuentro entre los que llegan y la sociedad que recibe. Sólo así se combate el miedo y se desarrolla la solidaridad.

–Es innegable que en muchas partes hay una gran “confusión” sobre los temas de la acogida; y, por otro lado, muchas personas inocentes pierden la vida al cruzar el Mediterráneo. ¿Existe alguna solución concreta a la que se pueda aspirar?

Sí, claro, pero hace falta insistir en el plural: muchas soluciones concretas. Esperar una única solución completa y perfecta es sólo desatender el problema y dejar que se prolongue y empeore. Gracias a Dios, hay misiones de rescate inspiradas por el Evangelio o por motivaciones humanistas que ayudan a muchos a salvarse la vida y llegar a tierra firme. Hay corredores humanitarios. Hay muchos pueblos mediterráneos -en España, Francia, Italia, Grecia- que ayudan a rescatar y a acoger. Hay conversaciones continuas para que los Estados europeos cumplan con sus obligaciones nacionales e internacionales. Y tenemos el Pacto Mundial, acordado hace un año por muchísimos países para promover y facilitar una migración más segura, más ordenada y regular, algo que beneficia tanto a la gente que migra o huye, como a la gente que les acoge. 

Entonces, aunque las noticias que hacen más ruido son las que se publican, hay muchísimos ejemplos de acogida en parroquias, escuelas católicas, movimientos de la Iglesia. Y no se limitan a instancias de fe, sino que se extiende a gente de todas las edades, de todas las creencias; una expresión de la humanidad fundamental que nos unifica.

–En su escudo episcopal, además de la referencia a la Compañía de Jesús de donde proviene, se ve una barca en medio del mar con una familia de cuatro personas, una clara referencia al tema de la inmigración. ¿Cómo tomó esta decisión, que en algunos ambientes ha generado algunas críticas?

Sí, la parte superior de mi escudo reproduce el escudo de los Jesuitas, representando el Santo Nombre de Jesús, su crucifixión y su gloria. Ilumina todo, como el sol. La parte inferior exhibe una barca que lleva a una familia de cuatro miembros. Para mí el mensaje es sencillo: la barca evoca un medio común que las personas desplazadas utilizan para buscar una mejor vida en otro lugar. Pero la barca es también una imagen tradicional en la Iglesia: la Barca de Pedro, que tiene un mandato del Señor de “recibir al forastero” (Mateo 25, 35), independientemente de dónde se encuentre la Iglesia. Además, la barca sirve como recordatorio de las obras de misericordia hacia las personas excluidas, olvidadas o desamparadas. Si seguimos observando el escudo, el agua debajo de la barca representa el océano Atlántico que tuvimos que cruzar con mi familia cuando emigramos desde Checoslovaquia a Canadá en 1948.

–No contento con esto, ha elegido como cruz pectoral una realizada con la madera de un bote utilizado por los migrantes para cruzar el Mediterráneo. El suyo es un mensaje muy directo…

Cada obispo o cardenal lleva visiblemente, colgada al cuello, y sobre el pecho, la Cruz de Jesucristo, y ya hace 20 siglos San Pablo la llamó “escándalo” y “locura”. Mi cruz pectoral nos recuerda a unos crucificados de nuestros tiempos y suscita la pregunta: “¿dónde veo yo a Jesús crucificado hoy?”. Es un mensaje de lo que me ha tocado vivir, de mi misión. 

–¿Ha recibido alguna crítica por haber sido creado cardenal (5 de octubre) sin ser obispo todavía (ordenado el día anterior)?

No me ha llegado alguna crítica en este sentido. Al contrario, he escuchado la sorpresa positiva de algunos: al darse cuenta de que en nuestra Iglesia de casi 20 siglos el Papa ha llamado por primera vez a un sacerdote con menos de 80 años a servir como cardenal. Dios y el Papa saben qué han visto en nosotros, los 13 nombrados el 1 de septiembre, pero a nosotros no nos toca especular, sino ayudar al Santo Padre en su misión. En su carta a nosotros, el Papa ha explicado qué significa verdaderamente este nombramiento: “La Iglesia les pide un nuevo modo de servicio… una llamada a un sacrificio personal más intenso y un testimonio coherente de vida”.

–Por su parte, ¿cómo recibió la decisión del Santo Padre de llamarlo como su colaborador directo, elevándole a la dignidad cardenalicia?

El 1 de septiembre me encontraba en las afueras de São Paulo en Brasil, participando en una reunión de Movimientos Populares de América Latina que preparaban una contribución para el Sínodo sobre la Amazonía. De nuevo, en su carta a los nuevos cardenales, el Papa explicó muy bien lo que quiere decir: “Pueda esta nueva fase de su vida ayudarles a emular a Jesús más cercanamente y acrecentar su capacidad de sentir compasión por todos los hombres y mujeres que, convertidos en víctimas y esclavos de tantos males, buscan con esperanza un gesto de amor tierno de parte de cuantos creen en el Señor”. Acojo, pues, la decisión del Santo Padre como una misión. 

–Recientemente hemos vivido el Sínodo de los Obispos sobre Amazonía, del que Usted ha sido uno de los dos Secretarios Especiales. ¿Que cree que es lo más importante surgido de la Asamblea?

Hay muchos frutos, mucha riqueza que se puede encontrar en el documento final. Pero quizás puedo subrayar la experiencia de sinodalidad, de caminar juntos. Sentir la paz y la consolación que brotaron de la experiencia de sentirnos guiados por el Espíritu y reconocer tantos regalos, sentir la llamada a responder a una realidad particular y responder todos juntos sí, al clamor de la tierra y de nuestros hermanos. 

–En el documento final, además de los aspectos de la práctica pastoral, hay algunas “aperturas”, al menos en términos de una reflexión profunda sobre la ordenación de los diáconos permanentes casados y una mayor participación de las mujeres en papeles clave…

Estas reflexiones son también, todas, consideraciones pastorales generadas en vista de las necesidades reales, las peticiones y las situaciones concretas en el Amazonas. Por ejemplo, la mayor participación de las mujeres en la vida de la Iglesia y en los ministerios ya se está realizando, y el Sínodo ha pedido mayor reconocimiento. Este es el sentido de la posibilidad excepcional de que un diácono permanente, casado y con una formación adecuada, sea ordenado sacerdote para servir en comunidades sin acceso a la Eucaristía. Así debemos entender las muchas propuestas a lo largo de los 120 parágrafos del Documento Final; debemos apreciarlas en su contexto. Lo que llama la atención es la preparación cuidadosa que tanto ha ayudado a tener un Sínodo profundo y fructífero. 

–También se habla de un rito litúrgico específico para la Amazonía, ¿Usted está de acuerdo?

Quizá a muchos les sorprendería saber que, dentro de la Iglesia Católica, hay 23 ritos diferentes, de gran antigüedad y valor, cada uno respondiendo a una historia y a una situación particular. Este Sínodo especial, enfocado en la región amazónica, ha podido apreciar la fe y los valores, por lo que parecería oportuno desarrollar expresiones particulares, culturalmente tipificadas, para facilitar la vivencia cristiana y la evangelización. Esta propuesta es una buena noticia que me da alegría.

–Amazonía recuerda además el aspecto ecológico y ambiental de nuestro planeta. ¿Por qué es importante que hablemos al respecto?

El concepto de “ecología integral” sirvió como una de las guías para el Sínodo. Añadir el adjetivo “integral” a “ecología” le da un giro desafiante, porque se refiere en general a la “totalidad” y a la unidad de ese “todo”. Se trata de que todos los elementos esenciales estén incluidos y presentes (no falta ninguno), y de que estos elementos esenciales están conectados o mezclados entre sí. Al mismo tiempo, “integral” niega la exclusión o el aislamiento. “Integral” le da a la idea de la ecología una mayor amplitud y peso.

Ninguno de los problemas y oportunidades de la Amazonía pueden quedar fuera de la atención y las acciones de la Iglesia.

–Se ha criticado una supuesta concepción “ecologista” de la Iglesia. Pero en Laudato si’ el Papa dice que “todo en el mundo está íntimamente conectado”. ¿Son sinceras estas críticas?

En este contexto de la Amazonía, tal y como resalta el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’, todo está conectado. Lo social y lo natural, lo ambiental y lo pastoral no pueden y no deben separarse. No sé qué motivan estas críticas, pero el Sínodo se ha comprometido a solucionar este problema, a colaborar en la “sanación” de muchas vulnerabilidades cometidas en este territorio amazónico. En Laudato Si’, el Papa Francisco argumenta que el mundo se enfrenta a una crisis de supervivencia. “Tenemos que darnos cuenta de que un verdadero enfoque ecológico siempre se convierte en un enfoque social; debe integrar las cuestiones de justicia en los debates sobre el medio ambiente, a fin de escuchar tanto el grito de la tierra y el grito de los pobres”. El grito de la tierra y el grito de los pobres es un solo grito, y la Iglesia tiene que escucharlo y llorar con de ellos.

–El Santo Padre ha “prometido” una publicación rápida de la Exhortación apostólica ¿Sabe cómo procede su preparación?

La preparación va por buen camino, pero no puedo precisar la fecha de la publicación de la Exhortación Apostólica. Mientras tanto, el Documento Final merece nuestra lectura y apreciación: nos ayuda a conocer el Amazonas en una forma muy humana y espiritual, y al mismo tiempo nos lleva a reflexionar sobre nuestra propia situación como creyentes y como habitantes del planeta. 

–¿Qué opina de las críticas al Papa?

El mejor regalo o servicio que uno puede hacer a un líder es ofrecerle críticas bien pensadas y constructivas, porque la mera situación de autoridad tiende a aislar a uno. La sabiduría consiste en escoger las críticas legítimas y pienso que el Santo Padre lo hace muy bien. No tiene miedo a decir “me equivoqué, lo siento mucho”.

–¿Cree que la “Iglesia en salida”, que está cerca de los últimos, acoge, se compadece y perdona, puede tener márgenes de éxito?

Creo que la Iglesia intenta poner en práctica su compromiso con la compasión y la justicia del Evangelio. Está llamada a observar y comprender, para luego dialogar y actuar. La Iglesia está haciendo, siempre ha estado haciendo. Acompañar y buscar juntos: de eso se trata. La “Iglesia en salida” son esos miles de hombres y mujeres de fe que, en todo el mundo, dan la respuesta misericordiosa y eficaz de la Iglesia. Porque a lo largo y ancho del mundo están al lado de los que sufren.

–¿Como imagina nuestro mundo dentro de unos años? ¿Qué grado de influencia cree que tendrá el mensaje del Evangelio?

La fe cristiana y la Iglesia católica siguen creciendo numéricamente, de modo que en diez años uno puede esperar que el mensaje evangélico tenga más alcance, más impacto. Ojalá. Al mismo tiempo, deberíamos poner cada vez más en práctica el Concilio Vaticano II -como tanto ha hecho el reciente Sínodo de la Amazonia- ayudando a los cristianos a vivir y celebrar su fe más auténticamente. Gracias a Dios, Jesús nos prometió: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos”.

Actualidad

Espejo de la sociedad. Las series nos retratan

Nadie se atreve a decir que las series son algo nuevo. Siempre ha habido seriales en prensa, comics, radio, cine y televisión. Hasta ahora habían sido un producto más del catálogo que ofrecían los medios. Pero algo ha cambiado, se han convertido en fenómeno de masas y estamos intentando comprender su repercusión en nuestras vidas.

Jaime Sebatián Lozano·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

“El que veía series antes era el ‘friki’. Ahora parece que lo es el que no las ve”. Este comentario se escuchó durante un coloquio en la presentación de un estudio elaborado a partir de una encuesta hecha por El observatorio de las series. Dicho estudio ha tenido repercusión en muchos medios, y basta una búsqueda en Google para conocerlo.

Los datos de hecho

El estudio del año 2019 se llevó a cabo en enero, realizando a nivel nacional 3.140 entrevistas a través de internet con participantes a partir de 14 años, calibrados por sexo, edad y clase social, entre otros factores, para realizar este informe. Estas son  algunas de sus conclusiones. 

-Siete de cada diez españoles ve series como mínimo una hora al día.

-Más de la mitad reconoce que las series son “muy o bastante importantes en su vida”. En el caso de los jóvenes de 14 a 24 años, el porcentaje alcanza el 71 %.

-Uno de cada dos espectadores se identifica con algún personaje.

-Hay muchos “seriéfilos” que declaran que en un determinado momento de su vida un personaje les ha ayudado; se ha convertido para ellos en referente estético y actitudinal.

-Las historias sobre mujeres son las más demandadas por los encuestados, un 16,3 %, cifra que se duplica en la franja entre los 14 y los 24 años.

-El género favorito en España es la comedia (67,2 %).

-Un tercio de los seguidores de series se da “atracones” cuando puede. Las chicas menores de 24 años son las que lo hacen de forma más compulsiva. 

-Las mujeres menores de 34 años son el grupo que más maratones de series hace (67,4 %). Apuestan por un tipo de historias con temporadas largas y capítulos largos.

-Las mujeres mayores de cincuenta años, con hijos, tienden más a la comedia romántica y a series más dramáticas o históricas.

-Nueve de cada diez seriéfilos habla de series con amigos.

-Ver las series en el ordenador es algo muy frecuente entre los jóvenes. Cabía apostar por la tablet o el móvil, pero les sigue gustando la pantalla del ordenador. 

-Las mujeres trabajadoras y con hijos, que siguen llevando la mayor carga de trabajo en el hogar, las ven mientras realizan otras tareas, aunque han encontrado momentos de descanso para compartir con sus hijos. 

-Hasta un 30 % de los consumidores las ve mientras usa el móvil, chatea o interactúa en redes sociales. 

-El comportamiento de la gente sin hijos (hasta los 40 años) es muy parecido al de los jóvenes. No hay muchas diferencias entre alguien de veinte y alguien de cuarenta que no tiene hijos, en lo que a las series de refiere.

-El segmento de las mujeres con hijos, que es un gran porcentaje de la sociedad, no es el que más series consume, pero sí se declara como uno de los segmentos más felices y más a gusto con la vida.

-Las parejas suelen ver series juntas, pero cuando llegan los hijos se inicia la denominada edad de la divergencia. La relación es menos intensa y cada uno busca su hueco por separado.

-Dos de cada tres encuestados dicen que dejan de hacer otras cosas para ver series. Lo primero que dejan de hacer es ver otros programas de televisión. Lo siguiente es dejar de leer. Luego dejar de dormir, y luego, alguno ha contestado que dejan de estar sin hacer nada.

-No hay conciencia crítica de la cantidad de tiempo que ocupan en nuestras vidas las series. De hecho, el 40 % admite frustración y ansiedad porque les gustaría ver más. 

-De entre los personajes que despiertan más interés, los ocho primeros son todos hombres: de personajes cómicos españoles, como Antonio Recio o el Luisma, a narcotraficantes como el Sito Miñanco de Javier Rey o los médicos internacionales de ayer y de hoy. 

La socióloga Belén Barreiro, responsable de analizar los datos del estudio, ha comentado que “de todos los estudios que llevo visto desde hace muchos años, no hay nada que me haya hecho aprender tanto sobre la gente y sobre la sociedad que el estudio de cómo se ven las series”.

En las series, los referentes son los personajes, no los actores como en el cine, y muchos de ellos se han convertido en “ejemplos” a seguir, o han servido de ayuda e inspiración en determinados momentos. Para hacerse una idea del volumen de este fenómeno hay que saber que el año pasado, en España se estrenaron cada día una media de 1,2 series de TV o nuevas temporadas: cada día. En este momento, en nuestro país se están produciendo más de cuarenta series. Mucho se podría decir del impacto social de las series. Se trata de un fenómeno transversal a toda la sociedad. No hay grandes diferencias de consumo en la geografía española.

En general, se puede afirmar que las series son un entretenimiento que une, que no polariza y que ayuda a socializar, a generar y entablar conversación. Uno de los temas frecuentes de conversación en redes sociales son los acontecimientos y peripecias de las series. Este fenómeno ha venido de la mano de un cambio tecnológico. El hecho de que  internet llegue a casi todas partes, la multiplicidad de pantallas y el visionado en streaming, han modificado los hábitos y el ocio de los espectadores/consumidores. 

Muchos espectadores prefieren ver la programación “a la carta”: ver lo que le interesa, donde, cuando y como le da la gana. Esto está trayendo graves consecuencias para la publicidad. Ésta se está adaptando a nuevas fórmulas imaginativas para conectar emocionalmente con los consumidores.

La imaginación

Nuestra sociedad es la sociedad del conocimiento. Los grandes avances de la ciencia nos han llevado a situaciones inimaginables hace décadas. Pero esto no quiere decir que la nuestra sea una sociedad racional. Es posible que la imaginación haya reforzado su papel en nuestras vidas como forma de evasión en un mundo estresado. Un ejemplo de ello son las producciones que tiene que ver con los superhéroes. Nadie piense que se trata de un fenómeno de adolescentes. Sus taquillazos en el cine hacen pensar en un fenómeno de masas. 

Sirva de muestra The Umbrella Academy, serie de televisión de superhéroes estadounidense de 2019, desarrollada por Steve Blackman para Netflix. Es una adaptación de la serie de cómics homónima escrita por Gerard Way desde 2007 y publicada por Dark Horse Comics. Su primera temporada se estrenó el 15 de febrero de 2019. En abril de 2019, la serie se renovó para una segunda temporada. Sigue a los miembros separados de una familia disfuncional de superhéroes, The Umbrella Academy, nacidos en circunstancias extrañas, que trabajan juntos para resolver la misteriosa muerte de su padre. Mientras tanto, se enfrentan a muchos conflictos debido a sus personalidades y habilidades divergentes. Además, deben luchas contra una amenaza del apocalipsis. Ha sido la segunda serie más vista este año en Netflix, superando los 45 millones de espectadores. Pero si se preguntan cuál ha sido la primera, seguimos con la imaginación.

Stranger Things ha superado los 65 millones de espectadores. Es una serie estadounidense de suspenso y ciencia ficción coproducida y distribuida por Netflix. Fue estrenada en la plataforma el 15 de julio de 2016, con críticas positivas por parte de la prensa especializada, quienes elogiaron la interpretación, caracterización, ritmo, atmósfera y el claro homenaje al Hollywood de los años 80, con referencias a películas de Steven Spielberg, Wes Craven, John Carpenter, Stephen King, y George Lucas, entre otros. La segunda temporada se estrenó en 2017, y la tercera temporada en 2019: consta de 8 episodios y cuenta con nuevos personajes. El 30 de septiembre de 2019, Netflix confirmó la renovación de la serie para una cuarta temporada.

La historia arranca durante la década de los 80, en el pueblo ficticio de Hawkins, Indiana, cuando un niño llamado Will Byers desaparece, hecho que destapa los extraños sucesos que tienen lugar en la zona, producto de una serie de experimentos que realiza el gobierno en un laboratorio científico cercano. Además, en la ciudad aparecen fuerzas sobrenaturales inquietantes y una niña muy extraña. Ella, junto con los amigos de Will, se encargará de buscarlo, sin imaginar lo que tendrán que enfrentar para encontrarlo. Inadvertidamente, crearon un portal a una dimensión alternativa llamada Upside Down (“el Otro Lado”). La influencia de Upside Down comienza a afectar a los desconocidos residentes de Hawkins de manera calamitosa.

Por qué la serie cautiva a jóvenes y adultos es un asunto del que se ha hablado y se hablará como fenómeno a estudiar. Parece ser que hacerle un guiño al pasado es un ingrediente a considerar, aunque sea con la fantasía.

Con casi los mismos espectadores que The Umbrella Academy se encuentra una serie española, La casa de papel (44 millones de espectadores). Producida por Atresmedia para su emisión en Antena 3, y posteriormente en Netflix.

Se estrenó el 2 de mayo de 2017 en la cadena española Antena 3, que distribuyó las dos primeras partes de la serie en España, antes de que Netflix la adquiriera a finales de 2017; la editó y reeditó, y lanzó las dos partes en todo el mundo. El 19 de julio de 2019 se estrenó su tercera parte. El 3 de abril de 2020 está previsto el estreno de la cuarta parte completa.

La serie gira en torno a un asalto muy preparado, de varios días, contra la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Un hombre misterioso, conocido como “el Profesor”, está planeando el mayor atraco de la historia. Para llevar a cabo el ambicioso plan, recluta a un equipo de ocho personas con ciertas habilidades que no tienen nada que perder. El objetivo es entrar en la Fábrica e imprimir 2400 millones de euros. Para hacer esto, el equipo requiere once días de reclusión, durante los cuales tendrán que lidiar con las fuerzas de élite de la policía y 67 rehenes.

Aunque la trama parezca de entrada muy inverosímil, consigue atrapar al espectador. Los personajes resultan convincentes. Cada uno arrastra su historia de perdedores pero con cierto deseo de redimirse. En ocasiones sus diálogos recogen valores aunque no sean los políticamente correctos.

Basada en hecho reales

Si ya hemos dicho que la fantasía nos atrae, también es cierto que precisamente su valor es el contraste con la realidad. Precisamente uno de los reclamos de toda producción audiovisual es el conocido predicado “basada en hechos reales”.

Un duro ejemplo de ello es la serie Creedme  (32 millones de espectadores). Estrenada en septiembre de 2019 en Netflix, se alzó rápidamente al estrellato. Basada en hechos reales, la serie parte del artículo premiado con el premio Pulitzer de Ken Armstrong y T. Christian Miller. Se centra en la historia de una joven violada que por la ineptitud de muchos y la falta de especialización y tacto en este tipo de casos termina siendo obligada a decir que se lo ha inventado todo. Marie tenía 18 años en 2008, cuando es atacada en su departamento por un hombre que la viola. Ella denuncia el asalto a la policía, quien rápidamente abandona la investigación de su caso y la acusa de hacer un informe falso. 

Lo más duro de la historia es que la adolescente violada, cuando denunció la agresión fue presionada por los agentes de policía y cuestionada por algunas de las contradicciones de su relato. No le ayudó su pasado trágico entre maltratos y casas de acogida. Llegó a confesar que se lo había inventado todo. Sin embargo, años más tarde un nuevo caso de violación y dos detectives más consecuentes con su caso llevaron a que la justicia y la sociedad pidieran perdón a una Marie cuya vida se había roto en pedazos.

Más allá de lo basado en hechos reales está la propia historia. Las series en este aspecto tienen un hueco bien ganado. Hay de muchos tipos, pero quizá han tenido un éxito particular las series sobre reinas. El más claro ejemplo es The Crown, pero hay otras con buenos resultados. La serie española Isabel es una gran producción a nuestro nivel. La lista sigue con La reina blanca, Victoria, etc.

Ver con sentido crítico

Antes se ha mencionado que uno de los méritos de la series es la identificación del espectador con determinados personajes que le van a acompañar a lo largo de los diversos capítulos. Algunos de ellos quedan grabados en su retina y en su memoria convirtiéndose en referentes. Como parece evidente, no siempre estos personajes resultan ser ejemplares. Es más, en bastantes casos los protagonistas cargan con un dudoso mérito: hacer simpático el mal. Un ejemplo paradigmático de esto es Breaking Bad, serie que ha tenido cinco temporadas e innumerables premios. 

Walter White, un profesor de química de un instituto de Albuquerque, Nuevo México, de 50 años de edad se entera de que tiene un cáncer de pulmón incurable. Casado con Skyler y con un hijo discapacitado, la brutal noticia lo impulsa a dar un drástico cambio a su vida: decide, con la ayuda de un antiguo alumno, fabricar anfetaminas y ponerlas a la venta. Lo que pretende es liberar a su familia de problemas económicos cuando se produzca el fatal desenlace. El argumento plantea de fondo un gran tema de la ética: hasta qué punto se puede buscar el mal para conseguir un bien. El abordaje de estas cuestiones requiere un público maduro y bastante crítico. El peligro de manipulación a través de sentimientos de simpatía y emociones fáciles es una cuestión que debería preocuparnos.

Ejemplos como  Breaking Bad hay muchos. Un guion superficial puede ridiculizar comportamientos serios y responsables. A su vez, puede dar alas a actitudes irresponsables en aspectos claves de la existencia (familia, sexualidad, amistad, diversiones, trabajo, etc.).

Pienso que no están de más frecuentes mensajes a los espectadores para que veamos las series con sentido crítico. Esto es particularmente importante en un público joven, pero no está de sobra en el adulto. Comportamientos violentos, hedonistas, insolidarios, egoístas, despiadados, etc., son, en general, fáciles de vender y abundan en el mercado. Hasta qué punto son inocuos es una cuestión nada fácil de delimitar que ha generado multitud de controversias.

Qué nos espera

La oferta de productos de entretenimiento audiovisual resulta apabullante. La competencia no hace más que aumentar y los niveles de producción son muy altos. De la otra cara de la moneda no se suele hablar tanto: los costes. Sirvan de muestra los siguientes datos: Netflix desembolsó 4 millones por episodio de Orange is the new black; 4,5 millones por episodio de House of cards; 8 millones por episodio de Stranger Things; 9 millones por episodio de Sense 8, y 13 millones por episodio de The Crown.

Mantener estos niveles de creación de producto supone elevadísimos costes. El  presupuesto de Netflix en contenido para 2018 superó los 12.000 millones de dólares, de los cuales el 85 % fueron para producir series y películas propias, y el 15 % restante para comprar contenido ya hecho. Unas cifras a las que no puede llegar ningún estudio de Hollywood. Así, la Warner produjo 23 películas y Netflix llegó a las 82.

A Netflix las cuentas no siempre le salen. De todos modos, parece que el pastel es todavía grande. Toda la televisión en streaming (Netflix, Amazon, HBO, YouTube, etc.) es sólo el 10 % de la televisión lineal, la de siempre, en Estados Unidos. Esto ha animado la llegada de nuevas plataformas como Disney+ y Apple TV+. The Walt Disney Company, también conocida simplemente como Disney, es la compañía de medios de comunicación y entretenimiento más grande del mundo. El 14 de diciembre de 2017, la compañía anunció planes para la fusión con la multinacional 21st Century Fox, la dueña de la productora de cine 20th Century Fox y sus canales de televisión como Fox Networks Group, FX Networks y National Geographic. Ahora entre las filiales de Disney se encuentran: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios, Marvel Studios, LucasFilm, 20th Century Fox, Fox Searchlight Pictures, Blue Sky Studios y The Muppets.

Apple TV+ se lanzó oficialmente el primero de noviembre en más de cien países y regiones a nivel global. Quiere ganar a Netflix en su propio juego: el de las producciones originales. El gigante de la tecnología planea hacer seis películas de mediano presupuesto cada año, con la intención de generar entusiasmo por Apple TV+ y obtener nominaciones al Premio de la Academia. Cuenta con el apoyo de artistas y figuras públicas como Oprah Winfrey, Steven Spielberg, Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y otros.

Todo esto nos lleva a pensar en un crecimiento aún mayor en la oferta de series. También es cierto que puede suponer mayor gasto para los espectadores al fragmentarse todavía más el mercado. Esto, como todo, tiene un límite. Ya veremos cuando llega.

El autorJaime Sebatián Lozano

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TribunaPaul Toshihiro Sakai

La huella que ha dejado el Papa Francisco en Japón

El autor, obispo y responsable de comunicación de la visita, recoge sus impresiones del reciente viaje del Santo Padre a Japón. Un país que, como dijo el Papa, “es para todo el mundo el portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz”. 

3 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha estado por fin en la tierra a la que deseaba venir: Japón, el país del sol naciente. Durante el encuentro con los obispos japoneses, apenas llegar a Tokyo, uno de ellos le preguntó: Santo Padre, ¿por qué ya desde que era joven tenía la ilusión de venir a nuestro país? El Papa contestó así: “No sé por qué, pero tenía ese deseo desde joven. Después, una vez expresé oficialmente por escrito este deseo mío a mi superior, el Provincial, pero él me dijo que no, porque pensaba que mi salud, ya que no tengo un cuarto parte del pulmón, no resistiría en la tierra de misión. Así que yo hice, años más tarde, una ‘venganza’ cuando yo era Provincial, enviando a cinco a Japón”. Y el traductor que acompañó todo el viaje al Papa era uno de los cinco, el P. Renzo de Luca, SJ. Sin embargo, yo pienso que aquel jesuita argentino que se llamaba P. Jorge Bergoglio ha llevado a cabo ahora su mejor venganza: la de venir a Japón como sucesor de Pedro.

El segundo Papa en Japón

En efecto, ha sido el segundo Romano Pontífice en pisar la tierra nipona, después de que lo hiciera san Juan Pablo II hace 38 años. Se trata del país en el que san Francisco Javier sembró la semilla cristiana por primera vez, y también el país al que el joven jesuita Jorge Mario Bergoglio hubiera querido venir como misionero. El programa, de cuatro días, era intenso.

Aunque en la población de Japón los católicos son una absoluta minoría -450.000 personas en una población total de 120 millones-, los medios de comunicación han informado ampliamente de su venida, así como de los diversos eventos. Por ejemplo, en la primera página de todos los periódicos apareció la fotografía del Papa rezando en Nagasaki e Hiroshima, o en compañía de la gente en varios lugares de Tokyo. La televisión nacional, la NHK, retransmitió en directo la visita del Papa al parque memorial de la bomba atómica de Nagasaki, consiguiendo el 20 % de la cuota de pantalla, lo que equivale a la final del campeonato mundial de rugby que se jugó hace poco tiempo.

Medios de comunicación

La mayor parte de esas informaciones en los medios de comunicación hablaba sobre sus mensajes acerca del desarme nuclear, la bomba atómica, la paz, etc. Es lógico que subrayaran esos mensajes, porque en nuestro país la tragedia de la bomba atómica no es una cosa del pasado, sino que permanece muy actual. ¿Existe en algún otro país de Oriente u Occidente un hospital especializado para las víctimas de la segunda guerra mundial? En Japón sí. En Nagasaki sigue en funcionamiento el Hospital de la Bomba Atómica, como en efecto reza su nombre. Es un hecho que todos los japoneses tienen alergia a la energía nuclear, aunque sea el uso pacífico. Por eso, las palabras de Santo Padre estuvieron muy en sintonía con la actitud de los japoneses.

Sin embargo, yo, que gracias a Dios pude acompañar al Papa durante la visita como responsable de Comunicación, destacaría no solamente las palabras de Francisco, sino sobre todo su actitud. La impresión que tuve es que el Santo Padre no vino para trabajar, sino para acompañar. Como demostración podría citar muchos momentos: en el aeropuerto a la llegada, bajo la fría lluvia y con viento fuerte, después de los cuatro días en Tailandia, saludó amablemente a los chicos que le esperaban transmitiendo un mensaje y diciendo más o menos: “Caminad, y caeos, porque así aprenderéis a levantaros”; después del mensaje dirigido a los obispos de Japón, nos pidió poder estar un rato más con nosotros, para escucharnos y responder nuestras preguntas; escuchaba y animaba a cada uno de los supervivientes de Nagasaki e Hiroshima, aunque el programa era muy apretado; escuchó hasta el final la canción que cerraba el encuentro con los víctimas del triple desastre de Fukushima, etc. A sus 82 años estaba lógicamente cansado, y no lo ocultó en algunos momentos, pero ante una persona, aunque sólo fuera una, que le esperara, enseguida se volcaba con todo afecto e interés, con su persona entera.

Yo he sido, como dije, el responsable de la Comunicación, y he colaborado con las personas encargadas por parte de la Iglesia, así como de las empresas de comunicación y de los medios de comunicación católicos, para recibir y atender los periodistas nacionales y extranjeros. Un mes antes del viaje papal nos habíamos reunido casi todos para compartir todas las informaciones necesarias, y nos tomamos una foto todos juntos como recuerdo. Entonces se me ocurrió la idea de que, en caso de tener oportunidad, la enseñaría al Papa y le pediría que pusiera su firma sobre ella. Así lo hice. El Papa Francisco dejó escrita en dos fotos no ya la frase breve que le había pedido, sino unas frases muy significativas y profundas: “Sigan comunicando lo que gratuitamente han recibido. ¡Gracias! Comunicar la Buena Noticia es habituarse a ‘saludar las Promesas desde lejos’…, como lo estáis haciendo ahora. ¡Gracias!”.

Veo en estas frases su parecer sobre el trabajo de la comunicación, así como una expresión de lo que, en realidad, es su modo de obrar siempre.

El autorPaul Toshihiro Sakai

Obispo auxiliar de la archidiócesis de Osaka y responsable de comunicación de la visita del Papa Francisco a Japón

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Actualidad

Evangelizando en las periferias digitales

Creo que si en algo estamos de acuerdo hoy día los que nos dedicamos a la evangelización es que el mensaje de Cristo debe estar presente también en el mundo digital. No solo como un sistema ético, o iconográfico, sino influyendo el estilo de vida digital que viven los usuarios.

Hugo Dávila·1 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

El reto, en el mundo digital, es llegar todos, pero en especial a los jóvenes. Las redes sociales y los servicios de mensajería no son ya un juego o un pasatiempo, forman parte de nuestro día a día, y configuran nuestro modo de enfocar la vida, más de lo que pensamos. Son varias ya las iniciativas apostólicas que han surgido en esta línea: textos del evangelio, de los padres de la Iglesia o autores de espiritualidad; páginas web, canales de podcast; redes de WhatsApp para distribución de contenido cristiano, etc. 

Pero el reto sigue aún en pie: que los jóvenes los enganchen con este tipo de iniciativas, o mejor aún, que estas influyan en el estilo de vida que llevan, tanto dentro como fuera del mundo digital.

El horizonte de los jóvenes

Este tema suele ser común en las conversaciones entre sacerdotes que trabajan directamente con jóvenes y adolescentes: ¿cómo lograr que enganchen con Jesús de una manera permanente y no sólo durante dos o tres días después de una experiencia tocante? ¿Por qué no plantear la vida espiritual con deportividad, como lo hizo incluso el mismo san Pablo, o como plantea la vida una aplicación de fitness o meditación trascendental?

Esto fue lo que me llevó a desarrollar una aplicación que ayudara a los jóvenes y adolescentes a enganchar con Jesús, a través de la oración personal. Antes de estudiar teología, había estudiado Ingeniería en electrónica y ciencias de la computación. Así que, desempolvé mis conocimientos de programación, y me lancé en los tiempos libres a desarrollar la app LinkBFF.

El nombre me lo sugirió un grupo de jóvenes luego de explicarles el concepto de la aplicación que desarrollaría. Por un lado, queríamos una imagen más fresca, que saliera del estereotipo que la gente maneja de las aplicaciones confesionales; y por otro, que se tratara de que LinkBFF que pudiera estar a la altura de las aplicaciones de productividad, deportes, etc. El nombre LinkBFF hace a referencia a dos conceptos. Por una parte, la necesidad de conectar (link) con Jesús; y por otra, descubrir que Jesús es realmente el mejor amigo (BFF, Best Friend Forever: mejor amigo para siempre). 

El mejor amigo

Detrás de las siglas BFF hay mucha tela qué cortar. Resulta que hoy día, debido a la crisis de la familia, muchos jóvenes crecen en hogares disfuncionales, o con padres ausentes por el trabajo o el motivo que sea. La figura del “mejor amigo” ha comenzado, entonces, a tomar especial fuerza. Los jóvenes y adolescentes necesitan sentir que cuentan con un soporte afectivo para la toma de decisiones, experiencias nuevas, errores, etc. De aquí surge la figura del “mejor amigo” al que le confían sus cosas personales, al punto que para no perderlo, no suelen elegirlo como novio o novia para un futuro matrimonio. La figura del “mejor amigo” se ha convertido en una entidad casi sagrada para los jóvenes y adolescentes. Se trata de alguien que me entiende, me da consuelo, me escucha, no me juzga, y me quiere como soy. Los problemas surgen cuando el “mejor amigo” traiciona, defrauda o empeora las cosas más que arreglarlas.

Objetivo, ayudar a rezar

La aplicación LinkBFF se ha marcado como objetivo ayudar a que los jóvenes descubran que el verdadero mejor amigo es Jesús; un mejor amigo que hay que descubrir a través de la oración personal.

Gracias a Dios, existen ya numerosos autores que han hecho excelentes propuestas para que los jóvenes conecten con Jesús. La que me resultó más sugerente fue la de un autor español llamado Juan Jolín, quien ideó un pequeño libro titulado 3+2. El libro consistía en unos comentarios breves del evangelio del día, que se lee en tres minutos; y dos minutos para el silencio (de aquí el nombre 3+2). En el fondo, el libro 3+2 seguía la metodología de la lectio divina, que tantos frutos ha dado a lo largo de la historia. Lo malo estaba en que como el libro 3+2 era una publicación periódica, para llegar a muchas personas se necesita un esfuerzo que, en lo personal, no era capaz de llevar a cabo. Así que decidí llevar la metodología del 3+2 a una aplicación y… ¡sorpresa! La idea funcionó.

Antes de llegar a la versión actual de LinkBFF, pude contar con la asesoría de profesionales del diseño gráfico, mercadeo, imagen de marca y audiovisuales. No cabe duda que en la tarea de la evangelización es necesario que las ciencias anejas a la comunicación tomen parte. 

Engancha

LinkBFF ha tenido buena acogida. Los comentarios breves y en lenguaje juvenil del Evangelio, enganchan; no sólo comentan el texto, sino que sugieren al usuario cómo podría ser su conversación con Jesús. Junto a estos textos, la aplicación también da unas herramientas más, como una zona para llevar el control de un plan de vida o de dirección espiritual. Esto, para dar a entender que sin un proyecto a largo plazo y constancia, no es posible encontrar ese verdadero mejor amigo que tanto anhelamos.

LinkBFF está disponible en Android y iOS, y es posible descargarla en la gran mayoría de modelos de dispositivos. Ocupa poco espacio, para que no choque con otras aplicaciones, bastante pesadas, como las de videojuegos o mensajería. Actualmente está disponible en tres idiomas: español, francés e inglés. Además, desde hace algunos meses, cuanta con enlaces a audios elaborados por sacerdotes, como 10min con Jesús, o los comentarios del Padre Luis Zazano.

En lo personal, me encantan las sugerencias; en especial cuando vienen de la gente joven. Varios han escrito sugiriendo añadir contenidos o cambios que puedan facilitar más es uso de la aplicación.

El autorHugo Dávila

Capellán del colegio Citalá (El Salvador)

Enseñanzas del Papa

Belleza y fuerza transformadora del Evangelio

A finales y principios de año, sobre todo en el ámbito cristiano, suelen hacerse regalos que prolongan y concretan, al manifestar nuestro afecto a los demás, el regalo de la salvación que nos ha traído Cristo. 

Ramiro Pellitero·1 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Incluimos dos “regalos” que nos pueden servir para repasar y profundizar las enseñanzas del Papa en las últimas semanas: el viaje de Francisco a Tailandia y a Japón, y su carta apostólica Admirabile signum, sobre el significado y valor del belén. 

Viaje pastoral a Tailandia y Japón

Como señaló Francisco en su audiencia general del 27 de noviembre, su viaje a Tailandia y al Japón le reportó un gran contento y agradecimiento a Dios. Aunque los católicos en esa zona son muy pocos (en torno al 1 %), esos países son un ejemplo de convivencia pacífica multicultural, no carente de serios peligros y amenazas. La predicación del Papa estuvo impregnada de belleza y de sentido positivo y alentador.

Durante la Misa celebrada en el estado nacional de Bangkok subrayó la belleza de la evangelización y su necesidad no solo respecto de los destinatarios, sino también en cuanto a los evangelizadores mismos, para que alcancen su “ser más verdadero” ejercitando su ser discípulos misioneros, extendiendo la familia de Dios.

En la misma línea, durante su encuentro con los sacerdotes y religiosos, seminaristas y catequistas, les animó a no tener miedo de inculturar el Evangelio cada vez más, movidos por el agradecimiento y la contemplación de lo que Dios nos ha concedido a nosotros, y llenándonos de pasión por Jesús y su Reino. El tono del Papa puede notarse en frases como esta: “El Señor no nos llamó para enviarnos al mundo a imponer obligaciones a las personas, o poner cargas más pesadas que las que ya tienen, y son muchas, sino a compartir una alegría, un horizonte bello, nuevo, sorprendente”

Se trata de buscar nuevos símbolos e imágenes que resuenan y hacen brillar la belleza de los valores personales y culturales. La mirada de Jesús nos transforma y nos permite descubrir y hacer brillar lo mejor en la vida y acción de los demás. Y así el evangelizador se hace signo vivo y operante de la misericordia de Dios.  

A los obispos les confirmó Francisco que la evangelización requiere fidelidad a la Iglesia y a la propia vocación, “aprender a creerle al Evangelio y dejarse transformar por él”. Les recordó que muchas de esas tierras fueron evangelizadas por fieles laicos. “Esos laicos tuvieron la posibilidad de hablar el dialecto de su gente, ejercicio simple y directo de inculturación no teórica ni ideológica, sino fruto del ardor por compartir a Cristo”.

Encuentro con líderes religiosos

En un importante encuentro con los líderes cristianos y de otras religiones, se extendió sobre el diálogo y la colaboración, el conocimiento recíproco y la promoción de un humanismo integral que defienda la dignidad humana y la libertad religiosa de todos. Les pidió que reaccionaran contra la tendencia a homogeneizar y uniformar a los jóvenes, típica de la cultura globalizante que con frecuencia no respeta las raíces y las tradiciones locales. El mismo día les pidió personalmente a los jóvenes que crecieran como árboles bellos y fuertes, arraigados en la fe de sus mayores, arraigados en la amistad con Jesucristo.

El lema del viaje pastoral a Japón fue Proteger toda vida, especialmente significativo después del triple desastre del 2011: terremoto, tsunami e incidente en la central nuclear. 

Proteger la vida

Proteger la vida implica poseer “el sentido del vivir”. Esto es muy importante para los jóvenes japoneses, hoy amenazados por el suicidio y el “bulismo”. A ellos les aconsejó Francisco que salieran de sí mismos al encuentro de los necesitados: “Para crecer, para descubrir nuestra propia identidad, la propia bondad y la propia belleza interior, no podemos mirarnos en el espejo. Se han inventado muchas cosas, pero gracias a Dios todavía no existen selfies del alma”.

Al pueblo japonés –donde los cristianos cuentan con “miles de mártires”–, le deseó el Papa que fuera pionero para un mundo más justo y pacífico. Han resonado en todo el mundo sus palabras desde Hiroshima: “El uso de energía atómica con fines de guerra es inmoral, como asimismo es inmoral la posesión de las armas atómicas” (Mensaje en el Encuentro por la paz, 24-XI-2019). 

En una cultura marcada por el afán de eficacia, rendimiento y éxito, exhortó a desarrollar, en cambio, “una cultura de encuentro y diálogo, caracterizada por sabiduría y amplitud de horizonte”, por el amor gratuito y desinteresado y por la armonía entre las personas y el ambiente natural. Para lograr esa meta, les propuso que mantuvieran la fidelidad a sus valores religiosos y morales, y la apertura al mensaje evangélico.

En cuanto a los católicos, les dijo a los obispos japoneses, “la palabra más fuerte y clara que puedan brindar es la de un testimonio humilde, cotidiano y de diálogo con otras tradiciones religiosas”.

El belén: un “Evangelio vivo” 

Con su Carta El hermoso signo del pesebre (Admirabile signum, 1-XII-2019, sobre el significado y el valor del belén), Francisco dice que representar el nacimiento de Jesús equivale a “anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría”. Es un “ejercicio de fantasía creativa”, lleno de belleza, que contiene en sí “una rica espiritualidad popular”, y que sigue suscitando asombro y emoción. ¿Por qué?, se pregunta. Y responde con tres razones. 

Ternura de Dios

La primera, porque manifiesta la ternura de Dios. Jesús se presenta como un hermano, como un amigo, como el Hijo de Dios que se hace Niño para perdonarnos y salvarnos del pecado. 

Revivir la historia

En segundo lugar, porque nos ayuda a revivir la historia que aconteció en Belén, a “sentirnos implicados en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que se hace vivo y actual en los más diversos contextos históricos y culturales”. 

El Papa se detiene aquí para mostrar que, si sabemos “contemplarlo”, todo en el belén nos habla –nos puede hablar– de nuestra vida en relación con Jesús y con los demás. Especialmente los pastores, pobres y sencillos, nos recuerdan el mensaje de la Navidad: la revolución del amor y de la ternura que vienen de Dios. “En este nuevo mundo inaugurado por Jesús” –observa el Papa– “hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura”.  El belén representa así también la santidad para todos en la vida ordinaria, que es un camino para llegar a Dios.

Y por ese “camino” llegamos al centro del belén, la gruta donde están María, José y el Niño. “Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma”. Mostrándose igual que todos los niños, “Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas”.

Reyes Magos

En las tres figuras de los Reyes Magos, que siguiendo una estrella han venido de lejos para adorar al Niño, podemos descubrir –sugiere Francisco– la responsabilidad que tenemos, como cristianos, de ser evangelizadores, para llevar “con acciones concretas de misericordia la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor”.

En conexión con esto último, Francisco explica el significado del belén para la  transmisión de la fe, gracias a nuestros padres y abuelos, a los que se pueden añadir los catequistas, los sacerdotes y en general los educadores de la fe: “Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, [el belén] nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad”

Y así es. Poner el belén es, por eso, una buena forma de “meterse” en la Navidad con espíritu cristiano y mostrarlo a otros. 

A este propósito cabe evocar que los Padres de la Iglesia decían que la santidad consiste en que dejemos nacer a Jesús continuamente en nosotros. Aquí nos recuerda el Papa que el belén es una buena escuela –un “Evangelio vivo”– para aprenderlo y transmitirlo.

Reverendo SOS

Cambio climático y parroquias

¿Quién tiene la culpa del cambio climático que se registra en los últimos tiempos? Aunque algunos sostienen que la climatología cambia “sí o sí” por diversos ciclos enraizados en la naturaleza, parece bastante obvio que la actuación del ser humano es capaz de modificar el medio ambiente.

Manuel Blanco·1 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuanto sucede en el ecosistema podría trasvasarse al ámbito espiritual en una amplia metáfora. Cuando la humanidad recibió las llaves del planeta, en el “contrato” figuraba la obligación del cuidado y el trabajo respetuosos. Pero, enseguida, se olvidó del “Casero”, del “contrato” y de las ventajosas condiciones de arrendamiento.

El sacerdote sabe que resulta muy difícil cocinar evitando los plásticos que acompañan a los alimentos; o conducir por sus parroquias prescindiendo de los combustibles fósiles; o caldear casa, locales e iglesias con energías renovables; o cultivar productos ecológicos 100 % en la finca parroquial. Un “páter” se mantiene alerta porque muchos pretenden robar la Navidad o la Semana Santa, despojándolas de su genuinidad cristiana a base de consumismo y placer desordenado. Pero eso no le impide celebrar las fiestas de las Alianzas del Amor de Dios con sus hijos. Además le gusta que sus colaboradores y pobres cercanos sientan el abrazo cálido de la Iglesia con algún pequeño detalle que les hace llegar. Además, es un experto en aprovechar y reciclar materiales para las distintas actividades de su feligresía.

Los presbíteros siempre recordarán que la raza humana sigue sufriendo a causa de una grave contaminación: la del pecado original, que ha dejado un río putrefacto de consecuencias que emponzoña los campos de la felicidad humana allí por donde pasa. El “cambio climático” que más les convence se refiere a la necesidad de un corazón nuevo y unas nuevas relaciones interpersonales. El respeto, la paz, el perdón, la fraternidad… Jesucristo ideó el “medio ambiente” más saludable para sus hermanos.

Un buen pastor no cree en los “puntos de no-retorno” porque ha aprendido que nunca es demasiado tarde para aplicar la misericordia de Dios. Siempre hay una oportunidad para redimirse y comenzar de nuevo. Así lo vive en el Sacramento del Perdón. Eso sí: es consciente de que alguien ha de “apechugar” con las consecuencias, aunque no haya tenido la culpa. Se requiere reparación; la más importante ha tenido lugar en la Cruz, pero cada uno de los esfuerzos de hombres y mujeres puede asociarse a ese acto de amor y convertirse en el mayor ejercicio de “reciclaje”.

Un párroco dice “no” a los residuos humanos. Cuando la familia echó fuera de casa a uno de sus miembros (razones de peso no faltaban), D. Bonifacio le acompañó a buscar un techo; fue descubriendo su turbio pasado; trató de corregir algunos errores (con poco éxito, dicho sea de paso); y, sobre todo, no desapareció. Venancio, el emigrante, contaba historias inverosímiles en Venezuela. Nadie daba crédito. D. Fulgencio tampoco, pero escuchaba; acudió a visitarle al hospital tras un accidente de tráfico y allí su hijo le desveló que muchas cosas eran ciertas, aunque las narrase a su manera: “Trató a sus clientes mejor que a su familia; pero sí regentó ese comercio…”.

Cuando el padre Rafa recogía el automóvil en el taller, el mecánico le agradeció con emoción que hubiese visitado a todas las familias durante la época navideña; también a sus padres mayores. En esa localidad constataban que la soledad se iba colando en los domicilios del despoblado rural; que la gente recordaba con peligrosa melancolía a los que faltaban por esas fechas; que resultaba muy cuesta arriba infundirles esperanza y, ahora, hasta se les apreciaban nuevas ganas de seguir viviendo.

En un monasterio vivía recluido un sacerdote, apartado de la actividad pastoral por un delito de sangre. “Me lo merezco; no fui yo; fue el alcohol…”. El peso de la culpa no le impedía reconocer sus faltas. Impresionaba entrar en uno de los trasteros del claustro y comprobar la cantidad ingente de manualidades que había llegado a realizar. “Lo pasé muy mal. Me hicieron el vacío. Quería morirme. El médico descubrió que tenía un don para la escultura y me rogó que centrase en ello mi atención. Esta tarea y la visita de algunos compañeros sin prejuicios me salvaron la vida…”.

El “cambio climático” en la sociedad pasa por la oración. Ella misma, de por sí, se convierte en un clima que permite ver a Dios en los acontecimientos ordinarios y sentirse querido y acompañado. También pasa por la figura del sacerdote “paterno”, que hace presente a Cristo “hermano” en las vidas de muchas personas. Y lleva a las almas la Energía limpia de la Gracia, el Perdón, el Alimento Eucarístico, etc.

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Experiencias

Las iniciativas de la Fundación Grupo Norte sitúan el foco en los más vulnerables

Llevan más de 15 años de historia liderando la gestión de servicios a los colectivos más vulnerables y necesitados, y no paran. La Fundación Grupo Norte, organización sin ánimo de lucro, gestiona y colabora en 142 centros de carácter religioso, atiende a miles de usuarios con un modelo centrado en la persona y persigue la integración laboral y social.

Francisco Otamendi·10 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 7 minutos

Los más de mil trescientos trabajadores de Fundación Grupo Norte están de celebración. El área de Instituciones Religiosas de la entidad ha cumplido 15 años y lo hace confirmando su liderazgo en un sector en el que la realidad de la que partía este proyecto pionero hace tres lustros no ha variado. 

En estos años se han multiplicado los ejes de actuación, como la atención a religiosos ancianos que no pueden valerse por sí mismos, la oficina digital de empleo Integraclick, para ayudar a personas en situaciones de vulnerabilidad, muchas de ellas mujeres; la colaboración con el Banco de Alimentos de Valladolid y su red de voluntarios; los premios Aliados a iniciativas y personas que son ejemplo de integración a través del empleo y de superación, o las distinciones a trabajos de medios de comunicación comprometidos en la difusión de valores contra la violencia de género y en defensa de la mujer; el patrocinio del equipo de baloncesto en silla de ruedas de la capital pucelana, etcétera.

Son iniciativas que inicialmente tuvieron como objetivo seguir y apoyar la gran labor social que realizan las instituciones religiosas, pero que han ampliándose, y con este objetivo se han destinado durante estos años más de dos millones de euros a proyectos sociales tanto nacionales como internacionales. Luego, como acabamos de ver, han ido surgiendo programas destinados a apoyar a promover la empleabilidad; a la integración de social de colectivos en riesgo; a sensibilizar a la sociedad de la situación que padecen los colectivos más vulnerables, y a mejorar la calidad de vida y cuidado de las personas.

Comencemos por la atención a religiosos mayores, porque cronológicamente fue de las primeras. El tiempo pasa y el porcentaje de religiosos que necesitan cuidados para sus actividades diarias sigue aumentando. Antes de la llegada de entidades como Fundación Grupo Norte, era habitual encontrarse a mayores de más de 80 años cuidando a otros religiosos de menor edad, pero en condiciones peores de salud. Y todo ello con mucho amor y dedicación.

Los religiosos siempre se han cuidado unos a otros. Pero ahora, dada su avanzada edad y ante la falta de vocaciones en España, necesitan personal externo para que les ayude en este imprescindible y delicado paso de cuidar a ser cuidados. Una importante tarea que requería de entidades sociales profesionales, con experiencia en gestión y dispuestas a cumplir su misión, respetando su legado. Con este compromiso nació el Área de Instituciones Religiosas de la Fundación Grupo Norte, que gestiona y colabora en la actualidad en 142 centros de carácter religioso, atiende a más de 5.300 usuarios y que se ha convertido en la referencia del sector en España.

El legado de cada institución 

Carlos Buerba, director de esta área, recuerda que “desde el comienzo planteamos un proyecto riguroso, con elevadas elevadas exigencias en lo que a lo que a calidad y transparencia se refiere, y debemos agradecer que las instituciones religiosas nos abrieran las puertas con tanta generosidad”. Pronto llegaron los primeros resultados, gracias a la aplicación de un modelo de gestión que permite a las propias instituciones beneficiarse de una serie de ventajas, traducidas en una optimización de sus recursos, mejor coordinación y seguimiento del equipo de trabajo, creación de sinergias en la institución y un claro aumento del apoyo y calidad asistencial. También un ahorro de costes, puesto que se hace una valoración eficiente de los recursos actuales. 

Una de las características de este proyecto es su respeto al legado que representa cada institución. “Nosotros nos presentamos ante las Instituciones Religiosas como colaboradores directos y cercanos que nos adaptamos a sus necesidades y circunstancias, y siempre respetando al máximo el carisma de cada institución, de cada congregación, porque somos una entidad laica pero compartimos sus principios y valores”, explica Carlos Buerba. 

Además, el objetivo final de la fundación no sólo es ser eficientes en la gestión de los costes y optimizar los recursos, sino también prestar una mejor calidad del servicio, estableciendo las personas necesarias en la atención y gestión para que los religiosos puedan seguir llevando, con la mayor dignidad posible, una vida dentro de la institución.

Modelo centrado en la persona

El Área de Instituciones Religiosas de Fundación Grupo Norte ofrece un catálogo completo de servicios, en el que destaca la atención sociosanitaria, basado en cuatro pilares específicos de actuación: atención directa y asistencial (aseo, baño, movilizaciones y cambios posturales, suministro de medicación, apoyo en comidas); atenciones terapéuticas y rehabilitadoras para evitar el deterioro físico y cognitivo de la persona (fisioterapia y rehabilitación, terapia ocupacional, talleres, manualidades); servicio médico con enfermería y farmacia propia; y servicio de Alimentación, con un programa de menús, dietas específicas (hipertensa, diabética, etc), gestión de pedidos de alimentos y materia prima, elaboración y entrega en comedor.

La fundación subraya el modelo exclusivo de Atención Centrado en la Persona (ACP), que sitúa el epicentro de su actividad en cuatro claves: la persona es el centro del proceso; la importancia de su entorno, las capacidades de las personas junto a sus intereses y necesidades, y la atención con profesionales que conocen sus valores, hábitos y roles. 

Desde la fundación se prestan, además, servicios de apoyo socioeducativo a menores en escuelas infantiles y centros escolares de educación Infantil, Primaria y Secundaria y residencias de estudiantes. Por otro lado, se ofrecen también soluciones en la gestión de centros de acogida, de protección de menores, desarrollando programas de apoyo educativo, reinserción social y laboral. 

Integraclick

Varias iniciativas puestas en marcha por la Fundación Grupo Norte, cuya presidenta es Almudena Fontecha, tienen que ver con el empleo, porque están convencidos de que la integración a través del empleo es la mejor manera de promover la igualdad de oportunidades y de trato, y la fórmula más apta para construir una sociedad más libre y más justa. 

Por eso, ponen a disposición de los colectivos más vulnerables a los que se dirigen un portal de empleo, con el objetivo de que todo aquel que acuda a la fundación, encuentre su oportunidad. Se trata de Integraclick, la primera oficina digital de empleo destinada a ayudar a las personas que encuentran más barreras para acceder a un puesto de trabajo “en igualdad de condiciones”, y a garantizar un proceso de integración en las asociaciones o empresas que deseen impulsar la diversidad en el mercado laboral.

A través de la web empleo.fundaciongruponorte.es, además de gestionar la mejor oportunidad para cada candidato, “promovemos que su inclusión en el mercado laboral sea completa”, explica Almudena Fontecha. Para conseguirlo, añade, “nuestro equipo de profesionales realiza un seguimiento individualizado de cada uno de los perfiles, asesorando tanto a los propios candidatos como a las empresas y entidades que los contratan, porque no debemos olvidar que el empleo es el principal eslabón de la inclusión social”. Programas formativos y de intermediación laboral, procesos de reclutamiento o las antenas de empleo son algunos de los elementos que forman parte del Plan integral para la plena integración.

Entre los colectivos de difícil inserción a los que se dirige la iniciativa, es decir, en situaciones de vulnerabilidad, se incluyen las personas con discapacidad, mayores de 45 años, mujeres víctimas de violencia de género, inmigrantes y refugiados, parados de larga duración y jóvenes.

Banco de Alimentos

Fundación Grupo Norte colabora con el Banco de Alimentos de Valladolid desde que hace 23 años se constituyó esta organización sin ánimo de lucro, primero directamente desde la compañía empresarial presidida por José Rolando Álvarez, Grupo Norte, y más adelante desde la propia estructura de la fundación, que tiene como fin canalizar la acción social de la empresa.

La ayuda económica que ofrece la fundación contribuye a que el Banco de Alimentos y su red de voluntarios sigan distribuyendo más de 230 toneladas de alimentos al mes entre las 15.500 personas que subsisten gracias a su labor.

Baloncesto en Silla de Ruedas

Desde el año 2003, la fundación es el principal patrocinador del equipo de Baloncesto en Silla de Ruedas de Valladolid. Esta colaboración refleja su apoyo sin fisuras a este club deportivo, “que reúne valores como el esfuerzo, la superación y la integración, y que forman parte de lo que deseamos transmitir como Fundación Grupo Norte”.

Además del patrocinio deportivo, el convenio recoge la organización conjunta de acciones formativas y divulgativas en centros de enseñanza, encaminadas a la promoción y sensibilización de los escolares sobre la integración de las personas con discapacidad a través del deporte.

“Con esta iniciativa pretendemos, por un lado, universalizar la práctica del ejercicio físico entre colectivos que pueden parecer más vulnerables y, por otro lado, evitar discriminaciones, difundiendo la idea de que sea el entorno el que se adapte a las necesidades y no al contrario”, explica Almudena Fontecha.

Premios Aliados, integración y superación

Los premios Aliados Por la Integración impulsados en 2019 por la Fundación Grupo Norte recayeron en Ikea Iberia, Cáritas Española y la campeona del mundo en Kata en Parakárate, Isabel Fernández. Estos galardones han nacido para reconocer a iniciativas y personas que son ejemplo de integración a través del empleo y de superación.

José Rolando Álvarez, presidente de Grupo Norte, explica que los premiados “representan el vivo ejemplo de que para cambiar las cosas tan sólo hace falta fortalecer el elemento humano decisivo: la voluntad”. El máximo ejecutivo de la compañía de servicios recalca, además, que las empresas “necesitamos cada vez más diversidad, personas con diferentes formas de pensar y de abordar los retos que se avecinan, personas de diferentes culturas y en distintas situaciones, que sepan lo que es enfrentarse a un proceso de adaptación”. 

Durante la entrega de premios,celebrada a primeros de julio en La Casa Encendida de Madrid, la presidenta de la fundación, Almudena Fontecha, manifestó que como transmisores de las “mejores prácticas” en la transformación de la sociedad, los premios Aliados quieren incentivar públicamente aquellas actuaciones estratégicas e innovadoras que generen “valor para la sociedad y para la empresa”.

Ikea, Cáritas e Isabel Fernández

El jurado de esta primera edición consideró a Ikea como Mejor Empresa Integradora por sus iniciativas de integración laboral de personas en riesgo de exclusión, con programas específicos para mujeres paradas de larga duración, refugiados y personas con discapacidad. El director de Responsabilidad Social Corporativa de Ikea Iberia, Arturo García, resaltó la importancia de que las empresas impulsen estrategias que contribuyan a crear un “mejor día a día” para las personas, para así crear sociedades “más justas e inclusivas”. 

En la categoría Acción Integradora, el premio recayó en Cáritas Española, como reconocimiento a la significativa tasa de inserción laboral de esta institución de la Iglesia católica en los perfiles vinculados a la exclusión social. Su presidente, Manuel Bretón, expresó su satisfacción por el galardón, que les anima a seguir contribuyendo en una tarea que debe ser “de toda la sociedad”, para seguir luchando por desarrollar “el futuro de los que menos tienen”.

Contra la violencia

Los premios de periodismo contra la Violencia de Género es otra iniciativa impulsada por la Fundación Grupo Norte. Han alcanzado ya su cuarta edición y tienen como objetivo reconocer y recompensar aquellos trabajos periodísticos que contribuyan a la defensa y difusión de los valores contra esta lacra social. Este año, los premios han correspondido a Pilar Ruiz, colaboradora de Diario de Ibiza, RNE Radio 3 y RTVE. n

El autorFrancisco Otamendi

España

¿Está en riesgo el derecho de los padres a elegir centro educativo?

La ministra de Educación del gobierno en funciones, Isabel Celaá, ha irritado a patronales y asociaciones educativas poniendo en cuestión la libertad de enseñanza del artículo 27 de la Constitución, y un argumentario socialista ha supeditado la elección de centro a lo que determine el Estado, creando aún más incertidumbre jurídica.

Rafael Miner·10 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 6 minutos

Tras la inauguración del Congreso de Católicos y Vida Pública, por el cardenal Robert Sarah, con la conferencia sobre La importancia de la educación en la misión de la Iglesia hoy, el propio encuentro de la Universidad San Pablo CEU y los congresos de las patronales de la enseñanza Escuelas Católicas (EC) y de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), iban a entrar en una dinámica exigente, pero en la línea de una relativa normalidad profesional.

Normalidad por los temas previstos, pero relativa porque la expectación ha subido enteros este año, teniendo en cuenta los avatares en la formación del nuevo gobierno tras las elecciones del 10 de noviembre. 

La política de pactos había presagiar unas semanas intensas de negociaciones, como sucedió en meses pasados, pero no tanta expectación como la que ha levantado algún hecho de envergadura. En primer lugar, el rápido preacuerdo alcanzado entre el presidente en funciones socialista, Pedro Sánchez, con el líder de la formación Unidas Podemos, Pablo Iglesias. 

Y en segundo término, como se señaló en una mesa redonda de representantes políticos en el congreso del CEU, pareció que la ministra Celaá hubiera aceptado el papel de realizar alguna declaración “altisonante” que elevase la temperatura de los debates y las reacciones del sector. Y si no era ése su objetivo, así sucedió: la mecha se encendió el día 14, y al cierre de esta edición de la revista, sigue coleando con fuerza, dejando un reguero de incertidumbre sobre lo que pueda pasar en un futuro próximo.

¿Qué dijo la ministra?

La portavoz del gobierno, Isabel Celaá, arremetió contra la enseñanza concertada y a los derechos de los padres en pleno congreso de Escuelas Católicas, que aglutina a 1,4 millones de alumnos de un total de casi 2,1 millones  que tiene la escuela concertada en España.

En su intervención ante dos mil personas, por sorpresa, y provocando numerosos murmullos, la ministra cuestionó la libertad de los padres para elegir centro educativo y la enseñanza religiosa o moral que deseen para sus hijos. Fue exactamente así: “De ninguna manera puede decirse que el derecho de los padres a escoger una enseñanza religiosa o a elegir centro educativo podrían ser parte de la libertad de enseñanza. Esos hechos, los de elegir centros, formarán parte de derechos que puedan tener los padres, madres en las condiciones legales que se determinen, pero no son emanación estricta de la libertad reconocida en el artículo 27 de la Constitución Española”.

Las palabras de Celaá causaron honda preocupación en los organizadores del evento, Escuelas Católicas, y ante el comunicado posterior del Ministerio, “me pregunto por qué esta insistencia en probar que el derecho de los padres a elegir centro no es un derecho constitucional. ¿Se están planteando restringir este derecho reconocido en las propias leyes socialistas?”, señaló Luis Centeno, secretario general adjunto de EC. Centeno recordó además, que los centros concertados situados en la Comunidad Valenciana y en Aragón han sufrido en los últimos años el acoso de gobiernos conjuntos de PSOE y Podemos-Compromís.

CECE, por su parte, manifestó en un rápido comunicado su “preocupación por la intención de la Ministra de Educación de recortar la libertad constitucional de elección de centro educativo”, y señaló que “es difícil imaginar libertad de educación sin libertad de elegir colegio”. También citó el artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se señala “que los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos. Lógicamente —añadió CECE—, no hablamos de libertad absoluta de elección de centro, como señala la nota de anoche del Ministerio, ni tampoco hemos pedido una concertada a la carta, como dice a veces la propia Ministra, solamente decimos que no pueden cerrar aulas concertadas que tengan igual o más demanda que la media de su entorno, como avalan numerosas sentencias a lo largo de las últimas décadas”.

¿Un lapsus?

La misma tarde del día 14, el secretario general de la CEE, Mons. Luis Argüello, dejó una salida airosa a la titular de Educación, al dejar caer que podría haberse tratado de un “lapsus”. Según recogió la revista Ecclesia, dijo lo siguiente: “El artículo 27 de la Constitución, leído en sus 10 puntos, es la expresión básica del pacto educativo en España con tres pilares: derecho a la educación, libertad de enseñanza y derecho de los padres. Esperamos que, en el marco del tono cordial de la salutación de la ministra, la exclusión del derecho de los padres haya sido un lapsus. De no ser así, supondría un giro en la política educativa de extraordinaria gravedad para el derecho de los padres y la libertad de enseñanza en una sociedad tan plural que precisa unas bases educativas comunes y un desarrollo conforme a las convicciones de las familias y su iniciativa social, en el espacio público que las Administraciones han de garantizar conforme a la Constitución y los Tratados internacionales firmados por el Estado”.

Alfonso Aguiló, presidente de CECE, ha escrito en twitter estos días, al cierre de esta edición de Palabra: “Va quedando claro que no fue un lapsus. En ese argumentario hay muchas afirmaciones totalmente infundadas”. Se refiere al documento del que ha informado abc.es, titulado: “El PSOE lanza un argumentario en el que supedita la elección  de centro a lo que determine el Estado”. Pueden encontrarlo fácilmente. Mientras la ministra reclama “tranquilidad” a las familias, la futura Administración educativa pretende suprimir “la demanda social”, es decir, las preferencias de los padres, añade el mismo diario. 

Munición para el congreso del CEU

Las declaraciones de la titular de Educación fueron objeto de numerosas consideraciones críticas, con menciones expresas, o reforzando y argumentando de múltiples modos los derechos de los padres, durante las sesiones del Congreso de Católicos y Vida Pública, que este año llevaba por título precisamente “Libertad para educar, libertad para elegir”. 

En el acto inaugural, Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, manifestó que “el Estado no es, en la España actual, el titular del derecho a la educación, sino su garante, pero existe el peligro de que, como en tantos otros ámbitos, el Estado quiera extender su esfera de actuación”. Casi en paralelo, tuvo ocasión de ampliar su pensamiento en Alfa y Omega, donde señaló en una amplia entrevista que “El Estado tiende a reglamentar todo en educación” y que, a su juicio, “la posibilidad real de elección de centro sigue siendo inexistente”.

El arzobispo de Burgos y consiliario nacional de ACdP, Mons. Fidel Herráez, recordó el principio de subsidiariedad, que supone la primacía de la persona y la sociedad frente al Estado, y el director del Congreso, Rafael Sánchez Saus, subrayó que “no puede haber libertad de enseñanza si los padres no pueden elegir el centro educativo para sus hijos”.

Por si el aluvión de argumentos que le venían encima a la ministra Celaá fuera insuficiente, el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, Mons. Michael F. Crotty, trasladó un mensaje del Papa Francisco a los asistentes, y destacó que “la educación funciona cuando se deja a la familia ejercer sus derechos y obligaciones, pues la tarea educativa y las convicciones religiosas corresponden en gran parte a los padres”.

El cardenal Robert Sarah había señalado días antes: “Ahora, más que nunca, los bautizados deben ser conscientes de que la educación está en el corazón de la nueva evangelización. La Iglesia posee tesoros sobre el arte de educar. ¿Nos atrevemos a recurrir a ella para responder a los desafíos de nuestro tiempo y, sobre todo, para responder a las llamadas de Dios?”.

Instituciones a la altura

El presidente de la Federación Europea ‘One of Us’, Jaime Mayor Oreja, calificó de “extrema gravedad” las palabras de Isabel Celaá, en particular “por su simbolismo, por lo que tienen de anticipo de una actitud cultural del próximo gobierno del frente popular, populista, nacionalista”. El ex ministro apeló a fomentar un ambiente familiar más ejemplar y unas instituciones educativas y culturales “que estén a la altura de la extrema dificultad en la que se encuentran los valores y las convicciones que defendemos”.

La siguiente intervención estaba pensada en torno a los derechos constitucionales. Su título, significativo, La libertad de educación: el derecho fundamental que sigue en espera, y sus autores, el rector de la Universidad Cardenal Herrera, de Valencia, Vicente Navarro de Luján, y José Manuel Amiguet, secretario general de la misma universidad, moderados por la decana de Humanidades del CEU, María Solano. 

Navarro de Luján analizó los artículos 16 y 27 de la Carta Magna, “íntimamente relacionados entre sí”, y recordó que el modelo de educación que promovió la II República  —una única escuela pública, laica y gratuita— “iría en contra de principios fundamentales de nuestra Constitución y de nuestro ordenamiento jurídico”.

José Manuel Amiguet, por su parte, informó sobre una investigación realizada por la consultora GFK para la plataforma YoLibre.org, según a cual el 64 % de los españoles considera que no hay suficiente libertad de enseñanza y educación, mientras el 80 % de los encuestados considera muy relevante el derecho a la libertad de educación. 

El Manifiesto final del Congreso, leído por Carla Díez de Rivera, efectuó un llamamiento a todos los ciudadanos con el fin de “garantizar y defender la libertad de enseñanza”, término que “engloba un conjunto de libertades como son la libertad de creación de centros, la libertad de modelo de educación, la libertad de elección de formación religiosa y moral de los hijos -de acuerdo con las convicciones de los padres- y la libertad de cátedra”. 

Además, el texto precisa que “el ideario del centro educativo es el elemento nuclear de la libertad de enseñanza, no reducido solo a las opciones de formación religiosa y moral, sino también a las opciones pedagógicas y organizativas”.

TribunaJordi Bertomeu Farnós

La relación entre el celibato y los abusos de menores

De 2001 a 2019, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha tratado unos 6.000 casos de abusos sexuales de menores cometidos por clérigos, es decir, aquellos que han sido denunciados por las víctimas ante las Autoridades religiosas.

10 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Se trata de casos que habrían sucedido en los últimos 50 años referentes a los delicta graviora: uno de los delitos más graves que pueden cometerse en la Iglesia.

Una grave crisis eclesial

6.000 casos son muchos, un número excesivo que nos avergüenza como cristianos y particularmente como sacerdotes. Pero si comparamos estos números con los que ofrecen las instituciones estatales, los casos de sacerdotes pedófilos serían menos del 3% de los denunciados ante las autoridades civiles. Habría que considerar también que el número de sacerdotes en todo el mundo está en torno a 466.000 (diocesanos y religiosos) además de diáconos y obispos. 

Por un lado, tales datos estadísticos, sencillos y hasta cierto punto incorrectos, pues ninguna institución estatal o eclesial cuenta con datos estadísticos conclusivos, no permiten sostener ciertas afirmaciones destinadas a provocar el pánico social y el descrédito de la Iglesia, estigmatizando injustamente el grupo social de los clérigos. 

En las últimas dos décadas, hemos…

El autorJordi Bertomeu Farnós

Oficial de la Sección Disciplinar de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

España

ForoPalabra Despoblación: en marcha la integración de las parroquias rurales

Omnes·10 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 9 minutos

Algunos obispos, como el titular de Osma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea, maduran nuevas fórmulas de atención pastoral como integrar parroquias rurales dispersas en una sola comunidad parroquial más misionera. Así lo explicó en el ForoPalabra organizado por la revista Palabra.

—Texto Rafael Miner

En España existen 8.131 municipios, según datos oficiales, y 23.021 parroquias, según la memoria oficial de la Conferencia Episcopal. Desde hace años, algunos expertos han lanzado la idea de fusionar ayuntamientos, con escaso éxito. Pero los problemas de la España vaciada, en gran parte debidos a la escasa natalidad, y a la emigración de los jóvenes a las ciudades, no se quedan en el ámbito civil y económico. 

En la atención pastoral, la Iglesia no abandona a las pequeñas comunidades rurales, pero como explicó en Palabra el mes pasado Juan Carlos Mateos, director del secretariado de la Comisión del Clero de la Conferencia Episcopal, los sacerdotes son hoy menos numerosos y tienen más años que en otras épocas, y sus parroquias se quedan en no pocas ocasiones con escasos fieles. El esfuerzo que deben realizar algunos sacerdotes, normalmente más jóvenes, para atender a los parroquianos es enorme y supera a veces sus fuerzas, en especial en comunidades autónomas como las dos Castillas, provincias de Galicia, Asturias, territorios de Aragón, Extremadura, zonas de Andalucía, etcétera. Y esto por no hablar de lo que Mateos llamaba “La increencia y la secularización, que tampoco son un fenómeno ajeno a la España rural”.

Una respuesta pastoral

En este contexto de “respuesta pastoral” al fenómeno de la despoblación, de creatividad y de modernización, surgió el ForoPalabra dedicado a esta cuestión, en el que el obispo de Osma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea, formuló la propuesta de “madurar la posibilidad de considerar como una sola comunidad parroquial el conjunto de parroquias confiadas al cuidado pastoral de un sacerdote y de obrar en consecuencia en términos pastorales. Nuestra actual organización pastoral, con muchas pequeñas parroquias diseminadas en un territorio muy extenso, exige un profundo replanteamiento. Se impone, por tanto, una serena reflexión a todos los niveles en la diócesis”.

El ForoPalabra tuvo lugar en Madrid con la presencia del ingeniero Alejandro Macarrón, consultor y director de Renacimiento Demográfico, que introdujo el tema y actuó como moderador; del obispo de Cuenca, Mons. José María Yangüas; de vicarios de otras diócesis afectadas, como la de Coria-Cáceres; de párrocos castellanos que atienden hasta 40 parroquias; así como del párroco de Villahoz (Burgos), José Luis Pascual, donde tuvo lugar en verano al I Congreso Europeo de Repoblación Rural, y de sacerdotes y laicos, que fueron recibidos por el director de Palabra, Alfonso Riobó y el director general de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell, Santiago Portas, en cuya sede se celebró el coloquio.

La reflexión del obispo de Osma-Soria intenta “dar cauce a la propuesta papal recogida en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, número 28”, que suele considerarse como documento programático. En ella, el Papa Francisco señala que “la parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. […] Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión”.

Poco antes, Mons. Martínez Varea reconocía, con palabras del Papa, que hay que salir al paso del “siempre se ha hecho así”, y recogía estas palabras suyas del punto 33 de la misma exhortación: “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del ‘siempre se ha hecho así’. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades. Una postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria de los medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía”.

Cambio de época, y de capacidades

Consciente del reto, el obispo soriano, ponente del Foro, quiso introducir su reflexión sobre las parroquias: “Vivimos un verdadero cambio de época, ante el cual nos encontramos desconcertados: la vida cristiana con el lenguaje que la expresa parece haberse hecho incomprensible e incluso extraña para muchos, también para los que se dicen creyentes y tienen cierta vida eclesial. El Evangelio, nuestra ‘gramática’ para interpretar la vida, parece de hecho no influir en el sentir y actuar cotidiano del hombre de nuestro tiempo. El resultado es el constante abandono de la vida eclesial, comenzando por la liturgia, de jóvenes y adultos; en nuestras iglesias vemos fundamentalmente ancianos…”.

A continuación, se centraba en las parroquias y sus dificultades para ser eficaces: “En efecto, hasta hace pocos años las parroquias eran capaces de llevar a cabo la misión de hacer visible la Iglesia como signo eficaz del anuncio del Evangelio para la vida de los hombres. Gracias a ellas cada uno podía encontrar en la propia parroquia la ayuda necesaria para recibir la fe y el bautismo, para madurar en la vida cristiana y para testimoniarla en el mundo. Ahora bien, desde hace algunos años, muchas parroquias no cuentan ya con las suficientes personas y recursos para llevar a cabo de modo eficaz estas acciones, por lo que se debe reconocer que ya no tienen la capacidad de desarrollar su misión”.

En consecuencia, la reflexión de Mons. Martinez Varea, que ha ido explicitando en el Consejo diocesano de Pastoral de su diócesis, con el título “El rostro misionero de la Iglesia de Osma-Soria”, señala: “La experiencia de estos últimos años aconseja una revisión, habida cuenta tanto de la despoblación sufrida en casi todas las zonas de la Diócesis y de las dificultades reales que plantea a la atención pastoral de los fieles la dispersión de la población en una geografía tan extensa, como de la dificultad objetiva que esta despoblación supone para la permanencia de algunos núcleos parroquiales. A este problema se une, por otra parte, la elevada edad media del clero diocesano, y la preocupante crisis de vocaciones al sacerdocio que, tristemente, impide el necesario relevo generacional”.

A su juicio, la situación no puede llevar a “un estéril lamento; toda crisis interpela y llama a centrarse en lo esencial. Dicho de otro modo, frente a esta realidad se impone una pregunta: ¿de qué modo nuestra Diócesis de Osma-Soria puede continuar llevando a cabo en su territorio la misión recibida de Cristo supliendo la debilidad de la parroquia entendida de modo tradicional? El cambio cultural, social y religioso pide ensanchar la mirada”.

Honda renovación

El objetivo es, por tanto, según Mons. Martínez Varea, una transformación con el horizonte de la misión. “En efecto, la parroquia, si quiere ser trasformada en su raíz, ha de volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio. En el seno de la Iglesia, toda renovación debe tender a la misión como objetivo, para no caer en una especie de introversión eclesial. Ante la situación que tenemos delante, no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos”.

“Hasta hace algunos años” —prosiguió el obispo profundizando en el ser de la parroquia—, “la parroquia se identificaba con una porción de fieles con su párroco, la mayor parte de las veces residente. Hoy ya no se puede sostener aquello de ‘un cura, una parroquia’. El problema no es sólo la falta de sacerdotes, sino que asistimos a un tiempo nuevo en el que la clave está en la unidad y la comunión (sacerdotes, laicos, vida consagrada). En nuestra Diócesis, excepto pocos casos, existe identidad entre núcleo poblacional y parroquia, pero la verdad es que desde hace ya muchos años la mayor parte de nuestras parroquias no son capaces de encarnar y proyectar los elementos básicos que configuran toda parroquia: ser comunidad de comunidades, centro constante de envío misionero, ámbito de comunión y participación, instancia de formación de agentes de evangelización…”.

Crisis demográfica

Antes de continuar con la reflexión del obispo, quizá convenga incidir un poco en los datos demográficos que acaba de citar sobre “despoblación”.

“Estamos pasando de ser un país en el que un abuelo cuidaba a cuatro nietos, a otro en el que los cuatro abuelos vigilan a un único nieto”, recordó el ingeniero Macarrón con palabras de Tomás Burgos, ex-Secretario de Estado de la Seguridad Social. El envejecimiento medio de los españoles, muy preocupante por su magnitud y ritmo de crecimiento, a juicio del directivo, alcanza cotas muy elevadas en gran parte de España, y la edad promedio sigue creciendo a un ritmo aproximado de más de dos años por década. Por comunidades autónomas, Castilla y León es la región con más porcentaje de mayores de 80 años, no ya de España, sino de toda Europa, de un total de más de 200 regiones (NUTS 2, en la terminología de Eurostat). Asturias es la tercera, y Galicia es la quinta. Por provincias o equivalentes (las regiones NUTS 3, en la terminología de Eurostat) con al menos 100.000 habitantes, que son más de 1.500 en total en Europa, Orense es las que cuenta con mayor porcentaje de personas con 65 años o más, y Zamora es la segunda. Lugo es la décima. 

Comparativa entre Soria y Jaén

“La mayor causa de despoblación en las provincias rurales en los últimos 40 años ha sido y sigue siendo la insuficiente natalidad. Los casos de Soria y Jaén son muy ilustrativos”, dijo Alejandro Macarrón. “Jaén, con mucha más emigración neta que Soria desde 1975, ha perdido muchos menos habitantes, y su población está bastante menos envejecida. Esto se debe a que su tasa media de fecundidad ha sido mucho mayor que la soriana en las décadas pasadas (ya no)”.

Se ofrecen sólo un par de datos de los que dio el ingeniero, basados en el Instituto Nacional de Estadística. El número de hijos por mujer en España en Jaén en 1975 fue de 2,71; en Soria, 1,84, y la media española, 2,77. En 2018, los tres datos están igualados: Jaén, 1,27; Soria, 1,27, y media española, 1,25 hijos por mujer. Entre otros argumentos, el consultor señaló que “la estructuración y estabilidad familiar tiene una relación clarísima con la fecundidad, y cualquier plan serio de natalidad debe tener muy en cuenta este aspecto”. 

La comunidad parroquial, según el obispo

La pregunta que se hizo a continuación el obispo de Osma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea, tiene que ver con las características de esa comunidad parroquial resultante del proceso, que siempre “tendría una lógica de integración, y no de mera agregación”, y en la que se pondría “un acento mucho mayor en las personas que en las cosas”. Es decir, aclara el obispo, “se trata de poner en el centro de la vida de la parroquia a los fieles. De este modo se podrá ir superando la equivocada idea de que una parroquia está privada de sacerdote sólo porque no vive en la casa parroquial, al tiempo que se libera al sacerdote de la necesidad de multiplicar celebraciones e iniciativas diversas según el número de parroquias (canónicas) confiadas. No se trata de una cuestión meramente nominalista ni siquiera de la necesidad de plantear otra estructura por la falta de clero, sino de la necesidad de asegurar en cada comunidad un ambiente rico de vida cristiana con todos sus componentes”.

El perfil de esta comunidad parroquial sería el siguiente: “Puesto que las parroquias jurídicamente no desaparecerían como tales, de ahora en adelante se propone hablar de comunidades parroquiales para indicar un conjunto de parroquias bajo el cuidado de un mismo sacerdote. Los elementos que componen la comunidad parroquial son los mismos: un cierto número de fieles y un presbítero que preside la comunidad en nombre del Obispo. Lo que cambia, entre otras cosas, es la extensión, que comprende cada vez más núcleos. 

La comunidad parroquial, entendida como un grupo de cristianos y su presbítero en un territorio más vasto que en el pasado, necesita, según el obispo soriano, “hacer un esfuerzo para autocomprenderse como ‘una’, y así organizar lo necesario para una verdadera experiencia de fe en esa realidad. En definitiva, la reforma de la organización parroquial debe seguir una lógica de integración y no de mera agregación, es decir, más que suprimir parroquias cercanas fusionándolas en una más grande se pretende poner las parroquias “en red” para propiciar una pastoral de conjunto. Esto no significa el empobrecimiento o abandono de los pequeños núcleos, sino lo contrario. El sentido fuerte de comunidad parroquial única será la ocasión para compartir mejor los recursos suscitando los ministerios laicales necesarios para los diversos ámbitos de la vida común (animadores litúrgicos, de la caridad, responsables de la administración…), así como un Consejo pastoral único. En efecto, en esta nueva comprensión del servicio parroquial es imprescindible la implicación de los laicos”.

La reflexión incidió también en algunos comentarios similares a los que realizó Alejandro Macarrón: “En esta tarea de ir pensando en cómo seremos capaces de pastorear la Diócesis en el futuro inmediato, se tendrá presente el elemento social de nuestra provincia, la distribución de la población, los centros más poblados y algo muy importante: no se puede proceder a esta reorganización a partir de la situación presente sino poniéndonos en cómo será dentro de cinco o diez años donde presumiblemente habrá un número muy reducido de fieles y de sacerdotes”.

En cuanto a la extensión y configuración, habrá comunidades parroquiales de diverso tipo: centros grandes, socialmente significativos, con pequeños núcleos que gravitan en torno a ellos; grupos de núcleos parecidos en cuanto a su espesor social entre los que será preciso individuar un centro; o comunidades parroquiales de la ciudad de Soria.

No faltó la llamada a “superar algunos obstáculos como el miedo de los pequeños núcleos a ser absorbidos por los grandes, el síndrome de autosuficiencia de estos últimos, la cultura individualista de nuestro tiempo que modifica la identidad cristiana vaciándola del sentido de pertenencia eclesial, el ‘parroquialismo’, etc. Y es que, en este nuevo camino de colaboración y corresponsabilidad, la comunión entre sacerdotes, religiosos y laicos y su disponibilidad a trabajar juntos constituyen la premisa necesaria de un modo nuevo de hacer pastoral”.

En su conclusión, Mons. Martínez Varea subrayó el enfoque misionero: “En Evangelii gaudium el Papa quiere que todas las estructuras en la Iglesia se vuelvan más misioneras. La reforma de la parroquia es la primera concreción que el Papa hace al tratar de la renovación de las estructuras. Eso ya indica que él piensa también en la parroquia como la manifestación de Iglesia más cercana a los fieles. Y sugiere que, si el pastor y la comunidad se ponen afectiva y efectivamente en clave misionera, la renovación de la parroquia será un hecho”. n

Vaticano

“Los pobres son los porteros del cielo”

Numerosas iniciativas coordinadas por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización en el XXXIII Domingo del Tiempo ordinario, cuando en toda la Iglesia se celebra la Jornada Mundial de los Pobres instituida por el Papa Francisco al final del Jubileo de la Misericordia.

Giovanni Tridente·10 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 5 minutos

En“Los pobres nos facilitan el acceso al cielo; por eso el sentido de la fe del Pueblo de Dios los ha visto como los porteros del cielo”. Las palabras del Papa Francisco en la homilía de la Misa en la III Jornada Mundial de los Pobres –iniciativa instituida al concluirse el Jubileo extraordinario de la Misericordia–, que este año se ha celebrado en toda la Iglesia el 17 de noviembre, son inequívocas y representan la justa síntesis de la atención a los últimos que caracteriza desde siempre el mensaje evangélico y la predilección del propio Pontífice por los últimos.

Ellos son “el tesoro de la Iglesia, porque nos revelan la riqueza que nunca envejece, la que une tierra y cielo, y por la cual verdaderamente vale la pena vivir: el amor”. Escuchaban en primera fila la expresión de afecto del Papa los propios indigentes, que al menos durante un día se han vuelto a convertir en protagonistas en toda la Iglesia.

El amor es también lo que permite distinguir el verdadero profeta –Jesús– de los falsos profetas que vendrán en su nombre, como dicen las Escrituras, ha explicado el Papa Francisco en la homilía. Y “para ser de Jesús” y hablar su misma lengua no basta la etiqueta “cristiano” o “católico”, sino salir “del propio yo”, “dar al que no tiene nada que devolvernos”, “servir sin buscar recompensas y compensaciones”, como hacen precisamente los pobres.

La presencia de los pobres, por tanto, “nos lleva al clima del Evangelio”, ha repetido el Papa Francisco, y “más que sentir fastidio cuando oímos que golpean a nuestra puerta, podemos acoger su grito de auxilio”, que es como una llamada “a salir de nuestro proprio yo”.

En el Ángelus, nada más terminar la Misa, el Papa ha invitado a reflexionar sobre la “indiferencia de la sociedad hacia los pobres”, diciendo estar descontento y triste por algunas estadísticas sobre la pobreza que le habían sido presentadas poco antes. 

Las estadísticas

Probablemente el Pontífice se refería al último informe global publicado por Oxfam a comienzos de 2019, del que resulta que aún hoy 3,4 miles de millones de personas (casi la mitad de la población mundial) viven con menos de 5,5 dólares al día, y hay otros 2,4 miles de millones que viven en verdadera pobreza, sin que lo reconozcan las instituciones. También según el informe, la desigualdad social y económica está poniendo en riesgo la vida de 10.000 personas en el mundo que no puede acceder a los servicios sanitarios, mientras que unos 262 millones de niños no tienen la posibilidad de integrarse en las estructuras escolares.

Sin embargo, los recursos no faltan, sino que están mal distribuidos: el 1 % más rico del planeta tendría acceso a aproximadamente el 47,2 % de la riqueza neta total, mientras la mitad más pobre de las personas –unos 3,8 miles de millones– posee colectivamente solo el 0,4 % de los recursos económicos.

El mensaje

En el Mensaje escrito per la Jornada, il Pontífice había atraído también la atención hacia las “numerosas formas de nuevas esclavitudes a las que están sometidos millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños”: familias obligadas a abandonar su tierra, huérfanos, jóvenes a los que se les impide el acceso al trabajo, víctimas de prostitución y drogas, inmigrantes y todos los marginados y sin hogar. 

No obstante, ha escrito el Papa en el documento, “no hay forma de eludir la llamada apremiante que la Sagrada Escritura confía a los pobres”, conscientes de que ante esta multitud numerosa de indigentes Jesús no hizo otra cosa que “identificarse con cada uno de ellos”. De este modo Él ha inaugurado la predicación del Reino de Dios, pero nos ha confiado a nosotros “la tarea de llevarlo adelante, asumiendo la responsabilidad de dar esperanza a los pobres”.

La comida

Tras haber asistido a la Misa celebrada por el Papa en la basílica de san Pedro y al Ángelus en la plaza, más de 1.500 necesitados y pobres acompañados por el personal de varias asociaciones se trasladaron al Aula Pablo VI para participar en la comida con el Papa Francisco. Los comensales provenían de Roma, de las diócesis del Lacio y de otras diócesis italianas. También en otros lugares del mundo se ha repetido la misma iniciativa, como gesto de inclusión y de caridad cristiana. 

Antes de bendecir la mesa y los dones, haciendo su entrada en el Aula el Pontífice ha definido el evento como una “reunión de amigos”, en un clima de verdadera familia. Por ese motivo, apenas se sentó a la mesa comenzó a hablar con los que estaba junto a él, y antes de despedirse invitó a pensar en el hecho de que a nuestro lado siempre hay algunos más necesitado que nosotros.

Atención sanitaria

También este año se ha repetido al experiencia del Presidio sanitario instalado en el brazo izquierdo de la columnata de la plaza de San Pedro, y dirigido a los pobres de la ciudad de Roma, que gracias a la generosidad de médicos y enfermeros –que se ha adherido voluntariamente dedicando parte de sus vacaciones– han podido recibir análisis clínicos y atención especializada gratuita en diversas tipología, desde la radiología a la cardiología, desde la ginecología a la oftalmología. Un verdadero hospital móvil, que en muchos casos permite también intervenir en enfermedades infecciosas.

Para las personas que acuden a él –la mayor parte de las cuales vive en la calle y en los alrededores de la plaza de San Pedro- es realmente muy útil poder utilizar este servicio, al que difícilmente podrían acceder en estructuras de pago. No podía faltar, como es usual, la visita “sorpresa” del Papa Francisco, que de esta manera ha querido mostrar su cercanía tanto a lo médicos como a los pacientes, con los que se ha entretenido durante algunos momentos.

El concierto

Entre las demás iniciativas de la Jornada, el habitual concierto “con los pobres y para los pobres” en el Aula Pablo VI del Vaticano, que en esta ocasión ha visto a la Orquesta Italiana del Cine, dirigida por el Maestro Nicola Piovani y acompañada por el Coro de la Diócesis de Roma con la dirección di Mons. Marco Frisina. Han sido ejecutados pasajes seleccionados de las películas de Roberto Benigni –La vida es bella y Pinocho– y algunas columnas sonoras de películas de televisión inspiradas en grandes figuras de Papas y santos. Los dos primeros sectores del Aula habían sido reservados, como siempre, a los pobres y necesitados: familias en dificultades, ancianos, personas sin techo o de condiciones precarias de vida, que han sido así “puestos en el centro”, intentando ofrecerles un germen de esperanza a través del idioma universal de la buena música.

Un edificio entero

Como legado concreto y sorprendente de esta III Jornada mundial de los Pobres, el Papa Francisco ha inaugurado una nueva obra de caridad: un centro de acogida nocturna y diurna para personas sin vivienda que ocupa un edificio completo de cuatro pisos en el territorio vaticano, el Palazzo Migliori, por el nombre de la familia que en el año 1930 lo había cedido a la Santa Sede. Ha sido confiado para su uso a la Limosnería apostólica del cardenal Konrad Krajewski, que la gestiona conjuntamente con la Comunidad de San Egidio. 

Inicialmente, la estructura había de ser destinada a hotel de lujo, después de haber sido dejada libre por una Congregación Religiosa femenina, pero el Santo Padre ha querido que se destinara a las personas más necesitadas y en dificultad. En el piso tercero y cuarto están las habitaciones para el descanso nocturno, que pueden albergar alrededor de 50 personas. En cambio, los pisos primero y segundo están reservados al servicio diurno, animado siempre por voluntarios, con salas para la escucha y la conversación y otras actividades educativas y culturales.

La cocina del centro, además, se utiliza también para preparar las más de 250 comidas calientes que desde hace varios años se distribuyen a los pobres por la tarde en las mayores estaciones ferroviarias de la ciudad. La actividad del Centro es sostenida por la Limosnería apostólica con los ingresos provenientes de la distribución de los pergaminos con la Bendición Apostólica y aportaciones de personas privadas.

Firmas invitadasJaime Palazuelo Basaldúa

Filosofía de la Navidad

En estas fechas de diciembre, millones de cristianos alzan la imagen del Niño Jesús para celebrar la llegada de Cristo, escenificando de nuevo la unión entre lo divino y lo humano.

5 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 3 minutos

Como sabemos, Aristóteles define a Dios como causa primera, causa eficiente, motor inmóvil, causa necesaria de la que derivan todas las demás cosas.

El Dios de Aristóteles es el ser absoluto, el Dios metafísico por excelencia, pero como tal, su relación con el hombre es casi inexistente.

Aunque para Aristóteles hay una dependencia causal de todas las cosas respecto de su causa primera, Dios no es necesariamente el creador de los hombres, no en el sentido cristiano de creación a partir de la nada y con un propósito definido.

El Dios aristotélico no tiene un proyecto para los hombres, no tiene relación personal con el mundo. Es un Dios que se nos antoja frío y distante, como si un interés de Dios por el mundo le hiciera ser menos perfecto.

El Dios cristiano, sin embargo, sí se interesa por el hombre. En primer lugar, crea al hombre a su imagen y semejanza y luego le dota de un proyecto de vida.

La relación del hombre con Dios es siempre una relación de amistad, substancia misma de la relación.

Para muchos es una relación de amor, incluso paterno-filial. ¡Somos hijos de Dios! Además, el Dios cristiano se encarna y lo hace con un fin salvífico.

Esto hubiera sido impensable para Aristóteles. Por lo tanto, el Dios cristiano es un Dios cercano, humanizado, diferente (en este sentido) del de otras religiones y filosofías que admiten la existencia de Dios. Estos elementos diferenciadores explican el gran “éxito” y difusión del cristianismo en el mundo.

Filósofos posteriores han planteado la relación entre Dios y el hombre en términos de la relación entre finito (hombre) e infinito (Dios). Han defendido que finito e infinito son inseparables, de la misma manera que ser y nada también lo son.

Ninguno puede existir con independencia del otro. Por lo tanto, el perfecto infinito, para serlo, necesariamente ha de contener el finito, ha de envolverlo.

Según Hegel, lo finito y lo infinito son uno. Y los seres particulares, los seres finitos, no son sino momentos de lo infinito. Así, la verdadera eternidad, como expresión de lo infinito, no excluye el tiempo, sino que lo contiene.

Siguiendo con este planteamiento, si Dios es infinito, entonces, ¿qué es ser finito para Dios? Ser finito es asumir la naturaleza humana, despojándose de su divinidad. Para Dios, ser finito es ser Cristo. La encarnación (Cristo) representa la naturaleza finita de Dios.

Dios Padre representa la naturaleza infinita. Y el Espíritu Santo la acción de Dios en el mundo. Como sabemos, estos tres elementos constituyen la “tri-personalidad” de Dios, en que cada persona de la divinidad es implícitamente toda la divinidad, la gran aportación del cristianismo. 

El bautismo de los cristianos también incide en la unión entre finito e infinito. Representa la muerte y resurrección de Cristo. Los bautizados pasan de la muerte a la vida. Al sumergirnos en el agua (el bautismo original era mediante inmersión en agua), nos desintegramos (muerte).

Concluido el bautismo, emergemos a una vida nueva (resurrección). Hemos de morir primero como seres finitos para luego renacer como seres infinitos. Como decía Dilthey, “al sumergirse en el agua parece que se aplaca el anhelo de flotar en lo infinito”. Y cesa el anhelo, porque en ese momento somos infinitos.

En estas fechas de diciembre, millones de cristianos alzan la imagen del Niño Jesús para celebrar la llegada de Cristo, escenificando de nuevo la unión entre lo divino y lo humano. La agitación es grande en torno a su nacimiento. Así describía Gabriela Mistral el ambiente que reinaba en el establo donde nació Jesús:

Al llegar la medianoche
y romper en llanto el Niño,
las cien bestias despertaron
y el establo se hizo vivo.
Y se fueron acercando
y alargaron hasta el Niño
sus cien cuellos anhelantes
como un bosque sacudido.

Esta “sacudida” brota de la vida, la vida humana que Dios acaba de adquirir. El establo se transforma en alegría y en esperanza de resurrección. En ello consiste la fiesta de la Navidad, que celebraremos durante los próximos días.

El autorJaime Palazuelo Basaldúa

Actualidad

AEFC, una asociación profesional de ayuda a los farmacéuticos católicos

¿Una asociación de farmacéuticos católicos en el siglo XXI? Llama la atención que en estos tiempos exista una asociación profesional que lleve en su nombre la palabra “católico”… No está de moda presentarse como tal, quizás pueda ser perjudicial… ¿profesionales y católicos?... ¿Ciencia y fe? ... ¿Es posible?... ¡Es posible!

Marta González Román·1 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Asociación Española de Farmacéuticos Católicos (https://farmaceuticoscatolicos.es/) nace en Madrid en el año 1992 por iniciativa de José Carlos Areses, un farmacéutico comunitario que reparó en las dificultades que, entonces y ahora, algunos compañeros encuentran en el ejercicio profesional cuando tratan de ser coherentes con sus creencias. 

José Carlos fue muy sensible en responder a la solicitud de san Juan Pablo II que, en el discurso que dirigió a la Federación Internacional de Farmacéuticos Católicos el 3-XI-90 nos pedía a los farmacéuticos darnos cuenta de que la Iglesia necesitaba nuestro testimonio. En definitiva, creó esta Asociación en España (en otros países de Europa ya existía) para apoyar y respaldar a los profesionales que deseaban ejercer su profesión según las enseñanzas evangélicas. Y junto a él, el incondicional apoyo de nuestra compañera ya fallecida, María Dolores Jiménez Caballero. 

Así nació la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos (AEFC) a la que enseguida se le unieron otros farmacéuticos, al principio de Madrid pero luego de toda España. 

Entre nuestros fines fundacionales se encuentra el elevar el nivel profesional y moral de nuestra profesión, promoviendo la ética profesional y fomentando el servicio a la vida y la salud, y el uso responsable de los medicamentos. 

Asesoramos a los farmacéuticos que se ven involucrados en problemas de tipo ético profesional, contando con una sección encargada de estudiar y dar solución teórica y práctica a problemas de ética farmacéutica. 

Colaboramos con otras asociaciones para que los medicamentos lleguen a países en desarrollo y procuramos difundir los principios cristianos en relación con nuestro ejercicio profesional, porque estamos convencidos del impacto extraordinario que tienen para favorecer la convivencia social y el respeto por las personas. 

El porqué de un nombre 

Cuando alguna vez nos han planteado la posibilidad de cambiar el nombre, para que no pareciera “excluyente” hacia los que no sean católicos, o para tener mejor imagen de marca en los tiempos que corren, suelo contar una experiencia.

Al conmemorar los 25 años de vida de la Asociación fue muy aleccionador el repaso de nuestra historia que hicimos: tantos frutos y agradecimientos recibidos en estos años nos hicieron considerar que la identidad y el estilo que tuvieron los primeros socios fundadores había que mantenerlo en la actualidad. No era tanto un cambio “de nombre” lo que haría eficaz a la Asociación, sino saber adaptarnos con creatividad a los nuevos retos que encuentra ahora la profesión farmacéutica para darles una respuesta desde el mensaje cristiano. 

En cierto modo es un valor y una ventaja para quienes entran, por ejemplo, en nuestra página web, saber ya desde el inicio que nuestra línea de actuación es acorde con las enseñanzas del Evangelio y la ética y moral católicas. 

Nuestra identidad cristiana también favorece que los farmacéuticos busquen asesoramiento y formación, participando en nuestras reuniones científicas periódicas, o recibiendo nuestro Boletín, o realizando consultas a los consultores de ética que tenemos en la Asociación, o sencillamente buscando en la sección Documentación de nuestra web los temas en los que necesiten un mejor conocimiento científico y moral.

Por lo tanto, conservar el nombre de “católicos” ha resultado beneficioso. Hay un elevado número de compañeros que se han acercado a nosotros para realizar consultas y/o resolución de conflictos que con gran satisfacción hemos podido atender. 

De todos modos, hay que precisar algo importante que en cierto modo forma parte del estilo cristiano. Un cristiano nunca resta ni divide, siempre suma. Y lo mismo nosotros en la AEFC, estamos abiertos a cualquier farmacéutico, o estudiante de farmacia, sean o no católicos. 

Deseamos prestar un servicio a la profesión y llegar a ser una referencia, no “la única” ni “la mejor”, para todo farmacéutico en su ejercicio profesional. Desde la AEFC se promueve el debate y la profundización en los temas de bioética y ética farmacéutica. Nuestro deseo es contribuir eficazmente al respeto y promoción de la vida humana.

Líneas de actuación

La actividad de la Asociación es muy variada y se desarrolla a través de diferentes iniciativas. 

Organizamos periódicamente sesiones formativas y simposios sobre temas de actualidad. Tenemos una estrecha colaboración con otras asociaciones y entidades académicas que promueven estudios de bioética y la ética profesional como la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad San Pablo CEU, la Fundación Jerome Lejeune, LetYourselves y la asociación universitaria APEX entre otras. 

Editamos boletines mensuales y anuales con noticias y temas del día a día profesional y de la Asociación, para mantener actualizados los conocimientos de los asociados. Procuramos promover y premiar los esfuerzos de farmacéuticos investigadores o estudios llevados a cabo por farmacéuticos, que aporten transferencia de conocimiento y valor a la sociedad. En concreto, anualmente convocamos el premio El farmacéutico en defensa de la vida y el Premio de investigación en Farmacia Mario Martín Velamazán.

Los detalles de todo se pueden encontrar en nuestro portal digital, al que ya me he referido. Además, toda nuestra actividad puede seguirse también a través de Twitter, Instagram y nuestro canal en YouTube.

Contamos, además, con una sección de Voluntariado muy interesante y llevamos a cabo, en la medida de nuestras posibilidades, actividades de Cooperación con el tercer mundo. Para ello tenemos convenios de colaboración con la Fundación Vianorte Laguna, para realizar voluntariado en pacientes que reciben cuidados paliativos, o con las Misioneras de Cristo Jesús en la India (a través de nuestra compañera farmacéutica y misionera Carmen Sancho) y la Delegación de Misiones, de manera que procuramos aportarles donaciones y hacerles llegar material de cura para esas zonas del mundo más desfavorecidas. 

También contamos con expertos en ética profesional y con un servicio de Documentación en nuestra página web con los que procuramos brindar una formación especializada y personalizada a nuestros compañeros farmacéuticos. Y, además, compartir experiencias con ellos: todos salimos mejorados, y aprendemos de todos. 

Posibilidad de colaborar

Cualquier farmacéutico o estudiante de farmacia que tenga inquietud por el ejercicio de su profesión en esta línea, sea o no católico, puede solicitar ser socio a través del formulario que aparece en nuestra página web. 

Se puede colaborar con la asociación de diferentes maneras que no son excluyentes entre sí. Bien económicamente, inscribiéndose en la Asociación con una cuota anual de 50 euros, o bien haciendo donaciones puntuales. También apreciamos mucho y necesitamos a todos cuantos piensen que pueden dedicar parte de su tiempo a las actividades de gestión y organización de la AEFC: no son muchas, no hay que temer. Y por supuesto, como sabemos bien los cristianos, nos ayuda mucho el poder de la oración: Dios quiera que los lectores de estas páginas se animen a colaborar en cualquiera de estos tres modos. ¡O en los tres!

El autorMarta González Román

Presidenta de AEFC

España

Cardenal Robert Sarah: “Hemos de reforzar la unidad en la Iglesia”

Ofrecemos la alocución del cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, en la presentación en Madrid de su libro Se hace tarde y anochece (Ediciones Palabra).

Omnes·12 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: 3 minutos

La presentación corrió a cargo del Secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello. La presidenta de Ediciones Palabra, Rosario Martín, introdujo el acto celebrado el 7 de noviembre, y Alfonso Riobó, director de Palabra, moderó a continuación un coloquio.

Mi más sincero y afectuoso saludo a todos ustedes aquí presentes, en esta tarde en la que presentamos la edición española de Se hace tarde y anochece. Muy en particular doy las gracias a Ediciones Palabra que, al igual que con Dios o nada y La fuerza del silencio, han hecho posible que el público de lengua española pueda leer aquello que, fiel a mi vocación de pastor, he de predicar: Jesucristo; única verdad, único camino y única vida (cf. Jn 14, 6).

Quédate, Señor, con nosotros porque se hace tarde y anochece (cf. Lc 24, 29). Estas palabras que los discípulos de Emaús dirigen a Cristo Resucitado son las que han inspirado el título de mi último libro, en el cual abordo la profunda crisis de la fe, del sacerdocio, de la Iglesia y la crisis antropológica, espiritual, moral y política del mundo contemporáneo.

Lejos de ser un título negativo, quiere aportar luz a aquellos que, en la oscuridad de la confusión, de la desorientación o de la duda, quieren ser iluminados para encontrar a la única verdad que salva: Jesucristo.

Pero antes de seguir profundizando en este tema, quiero agradecer también las amables palabras que me han dirigido doña Rosario Martín, presidente de Ediciones Palabra, y don Alfonso Riobó, director de la revista Palabra. Igualmente doy las gracias a Monseñor Luis Argüello, Obispo Auxiliar de Valladolid y Secretario de la Conferencia Episcopal Española, por sus afectuosas y acertadas palabras pero, sobre todo, por su lectura tan profunda y detallada del libro.

Volviendo a la perícopa evangélica de Emaús, en ella se ve reflejada la actitud de un mundo que quiere vivir lejos o, incluso, sin Dios. Los dos discípulos se alejaban de Jerusalén (cf. Lc 24, 13) no sólo física sino espiritualmente. Se alejaban de los misterios redentores de la pasión y muerte de Jesucristo que, días antes, habían tenido lugar en la Ciudad Santa.

El Papa Francisco, al tratar este episodio evangélico en una Audiencia General, decía: “Los dos peregrinos cultivaban una esperanza solamente humana, que entonces se hacía pedazos. Esta cruz izada en el Calvario era el signo más elocuente de una derrota que no habían pronosticado… Así, esa mañana del domingo, estos dos huyen de Jerusalén” (24 de mayo de 2017).

Me consuela mucho el hecho que Jesús los acompañe aunque se alejan; se les acerca y camina con ellos. Los alimenta partiéndoles no sólo el pan físico sino también el pan de la palabra, para abrirles los ojos del alma y hacer que ardan sus fríos corazones (cf. Lc 24, 31-32).

Cómo sería el encuentro con el Maestro que, al instante, se levantaron para volver a Jerusalén y reunirse con los Once (cf. Lc 24, 33). El Resucitado los había resucitado a ellos, sacándolos del sepulcro de la duda y la desorientación para convertirlos en heraldos de la buena noticia: “En verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón” (Lc 24, 34).

También nosotros hoy, al igual que los discípulos de Emaús, hemos de contar al mundo, con nuestras palabras y con nuestras obras, lo que nos ha pasado al caminar con Cristo y cómo lo reconocemos al leer las Escrituras y al partir el pan en cada Celebración Eucarística (cf. Lc 24, 35).

He aquí la misión de la Iglesia hoy, tal como aclamamos cada día en la Eucaristía: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”. Pero ¿qué ocurriría si, en palabras de Jesús, “la sal se vuelve sosa” (Mt 5, 13) o si la lámpara se mete debajo del celemín (cf. Mt 5, 15)?

Esto ocurre cuando algunos se oponen a que la Iglesia lleve a cabo el mandato del Señor: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea se condenará” (Mc 16, 15-16).

Pero lo más triste y doloroso es cuando, ya sea por silencios cómplices como por perniciosos escándalos, aquella que está llamada a ser luz del mundo y sal de la tierra, se vuelve sosa y oscura, siendo deshonrada por unos enemigos que están dentro de ella.

Por todo esto, la edición que ahora presentamos quiere ayudar a que muchos que se han alejado del Señor, por su falta de fe o por los escándalos de quienes están llamados a ser espejo del amor de Dios, sientan la presencia de Jesús Resucitado mientras caminan.

Queridos hermanos, hemos de hacer morada en el corazón abierto del Hijo de Dios, hemos de reforzar la unidad en la Iglesia, hemos de orar sin desfallecer, hemos de preservar la doctrina católica, hemos de amar de todo corazón al Santo Padre y hemos de dar testimonio de nuestra fe con las obras de caridad.

María, Madre de la Iglesia y perfecta discípula del Señor, nos ayude para que, cada vez que anochezca en nuestras vidas, ella nos muestre el Sol que nace de lo alto, Jesucristo, Hijo suyo y Señor nuestro, que iluminará a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte (cf. Lc 1, 78-79). Muchísimas gracias por su atención y por su afecto.

Experiencias

Encuentro en Barcelona sobre los donativos y el sistema Done del Sabadell

Varios expertos analizarán hoy martes en Barcelona la modernización de los nuevos sistemas de donativos a las instituciones religiosas, en especial el sistema Done del Banco Sabadell, la captación de fondos y su comunicación en las entidades religiosas.

Omnes·12 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Se cumple un año de la puesta en marcha del proyecto Done, un sistema de recogida de donativos digital, a través de tarjeta o móvil, del Banco Sabadell, que más de doscientas parroquias e instituciones religiosas han implantado ya en cuarenta provincias, con la finalidad de ayudar a incrementar los importes que reciben, de un modo complementario a los tradicionales.

  Con este motivo, la entidad bancaria ha organizado el martes 12 de noviembre un Encuentro en Barcelona, en el que analizarán los Nuevos tiempos para la captación de fondos y su comunicación en las entidades católicas”.

   Intervendrán en el acto Miriam Díez, directora global Engagement en Aleteia y directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura, con una ponencia sobre Comunicar para involucrar, y Juan Uribe, director del Instituto de Fundraising católico. Por parte del banco, participarán Albert Pujol-Xicoy, director de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell en Cataluña, y Santiago José Portas, director global del banco en esta área, que realizará una presentación sobre Datos y Estadísticas y Sistema Done. El coloquio comenzará a las 18,00 horas en el auditorio de la sede del Banco Sabadell en Barcelona (Avda. Diagonal 407 bis, 5ª planta). Se requiere confirmación de asistencia a través del siguiente email: [email protected]

   Javier Llompart, de la Asociación Española contra el Cáncer; Santiago Fayos, de la Fundación Altius, y Leticia López, portavoz de la Fundación A Compartir, coincidieron en señalar recientemente en Hub Empresa Valencia que a través de estos dispositivos tecnológicos se incrementa el volumen de donativos y, en consecuencia, la recaudación.

Cultura

Elisabeth Anscombe (1919-2001): una verdadera filósofa

Conversa al catolicismo, profesional brillante y madre de siete hijos. Su estilo de pensamiento, valiente, fresco y siempre original es un estímulo y un ejemplo para quienes en el siglo XXI queremos aunar pensamiento, fe y vida.

Jaime Nubiola·7 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 19 de marzo de 2019 se cumplió el centenario del nacimiento de quizá la más grande de las filósofas angloamericanas del siglo XX: Gertrude Elizabeth Margareth Anscombe, discípula de Ludwig Wittgenstein, cuya cátedra de filosofía en la Universidad de Cambridge ocupó desde 1970 hasta su jubilación en 1986. La profesora Anscombe, conversa al catolicismo a los 21 años, no solo fue una filósofa brillante y original, sino que a lo largo de toda su vida constituyó un excepcional ejemplo —en palabras de Alejandro Llano— de “mujer fuerte, que siempre está en la brecha en defensa de la humanidad”. Estuvo casada con el también filósofo Peter Geach, fallecido en el 2013, y tuvieron siete hijos.

Elizabeth Anscombe estudió en Sydenham School y se graduó en St. Hugh’s College en Oxford. En 1942 conoció a Wittgenstein en Cambridge y pronto se convirtió en uno de sus más fieles discípulos. Cuando en 1946-47 Anscombe fue nombrada research fellow en Sommerville College en Oxford viajaba todas las semanas a Cambridge para asistir a las clases de Wittgenstein. De hecho, pocos años después, Wittgenstein, enfermo ya de cáncer, se trasladaría a vivir durante varios meses a  la casa de Anscombe y Geach; es a ella a quien iban dirigidas aquellas famosas palabras suyas poco antes de morir: “¡Eliza, yo siempre he amado la verdad!”. Elizabeth Anscombe, fiel tanto a Wittgenstein como a sus convicciones, realizó desde su juventud el ideal filosófico de orientar toda la vida hacia la verdad.

Después de la muerte de Wittgenstein en 1951, Anscombe dedicó durante años muchas energías para que el legado filosófico de su maestro, escrito en su mayor parte en alemán, viera la luz. En particular, debe mencionarse su prodigiosa traducción al inglés de las Investigaciones filosóficas. Además de su trabajo como albacea literario de Wittgenstein, Elizabeth Anscombe será recordada entre los filósofos por su libro de 1957 Intention, que es considerado como el documento fundacional de la filosofía contemporánea de la acción, su monografía de 1959 An Introduction to Wittgenstein’s Tractatus, en la que estudia magistralmente el primer libro de Wittgenstein, y por muchos de los artículos compilados en sus tres volúmenes de Collected Philosophical Papers de 1981, que tuvieron un singular impacto en la comunidad filosófica.

De entre todos esos trabajos, a mí me gusta recordar en particular su artículo Sobre la transubstanciación (1974) que, con enorme cariño y mucho trabajo, tradujimos mi buen amigo Jorge Vicente y yo para su publicación en la revista Scripta Theologica (1992). Posteriormente aquel trabajo sería compilado en el volumen La filosofía analítica y la espiritualidad del hombre, que editaríamos José María Torralba y yo en el año 2005.

Elizabeth Anscombe fue siempre una pensadora original, viva y muy a menudo a contracorriente de las mayorías o de las conveniencias políticas. Por ejemplo, cuando la Universidad de Oxford se propuso conferir el doctorado honoris causa al presidente americano Harry S. Truman, se opuso enérgicamente a ello junto con otros dos colegas por la responsabilidad de Truman en el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. “Para los hombres elegir matar al inocente como medio de alcanzar sus fines es siempre asesinato”, sostuvo con firmeza Anscombe a este respecto. De manera análoga, en múltiples ocasiones escribió valiente y brillantemente sobre la sexualidad, la natalidad, la protección del no nacido y muchos otros temas de actualidad, escandalizando a muchos colegas más acomodaticios con las modas.

La profesora Anscombe viajó mucho, dando clases y conferencias en numerosos países europeos y americanos. En España visitó muy frecuentemente durante los años setenta y ochenta del siglo pasado la Universidad de Navarra, que le confirió el grado de Doctor honoris causa en enero de 1989. El profesor Alejandro Llano en su laudatio afirmaba de ella: “Es el suyo un estilo bello e implacable, que se caracteriza por la capacidad de hacer preguntas insólitas y de responderlas con tanta finura como rigor. La ironía socrática vuelve a estar presente en el origen de un filosofar cuyo campo de acción ya no es un desván lleno de prejuicios y acostumbramientos, sino el aire libre de incitantes enigmas. Cuando Elizabeth Anscombe discute con Descartes o Hume, cuando interpreta a Aristóteles o a santo Tomás, lo que hace es mirar con ellos hacia una realidad siempre nueva y sorprendente. Y sus lectores guardamos la íntima convicción de que ella ha logrado ver más”. En aquella solemne ocasión Anscombe explicaba:“La Universidad de Navarra se dedica en su búsqueda de la verdad al servicio de Dios. Que Dios es verdad es algo que no se reconoce hoy en todas partes, ni siquiera en muchas, pero este reconocimiento está constantemente implícito aquí en la Facultad de Filosofía. Por eso estoy muy agradecida al ser contada como un colega en esta Facultad”.

La vida de la profesora Anscombe, llena de resultados académicos, está también cuajada de anécdotas simpáticas. En su obituario en The Guardian, Jane O’Grady recordaba cómo en una ocasión en Chicago, al ser asaltada en la calle por un ladrón, ella le increpó diciendo que esa no era manera de tratar a un visitante. Enseguida comenzaron a hablar y el asaltante la acompañó hasta su hotel, reconviniéndola por circular por una zona tan peligrosa de la ciudad. La anécdota es bien significativa, y muestra no solo el fino corazón de una filósofa, sino también su convicción —de filiación wittgensteiniana— en la capacidad de la palabra para lograr una verdadera comunicación.

Iniciativas

Un curso de liderazgo y conversión para sacerdotes

Pastores Gregis Christi responde a la llamada a la conversión pastoral de la Iglesia, ofreciendo un curso pastoral para el sacerdote, cabeza y guía de la parroquia. La transformación se extiende luego a toda la comunidad. La base  son los documentos del magisterio, las experiencias en algunos lugares y elementos de las ciencias sociales.

Juan Luis Rascón Ors·6 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: 5 minutos

De todos es conocido que vivimos un momento en el que la Iglesia llama a una “conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están”, y en el que “ya no nos sirve una ‘simple administración’” (Evangelii Gaudium, 25). Ante el reto de pasar de una Iglesia de mantenimiento a una Iglesia misionera, surgen iniciativas y metodologías que ayudan a los bautizados a responder al reto que supone poner a toda la Iglesia en estado de misión. Pero, ¿cuántas de ellas se orientan a la persona de los sacerdotes?

Eso es precisamente lo que se propone el curso Pastores Gregis Christi, el cual busca responder a la llamada a la conversión pastoral de la Iglesia partiendo del pastor, que es cabeza y guía de la comunidad parroquial. 

Inspirado en una iniciativa surgida en 2014 en Francia en la que ya han participado más de 700 presbíteros y varios obispos, esta metodología brinda a los sacerdotes la oportunidad de realizar un camino personal que a su vez desencadenará un proceso comunitario de conversión pastoral para toda su parroquia. En palabras de sus creadores, “se trata de empezar la tarea de la renovación parroquial por la persona del pastor, quien por su vocación está llamado a guiar (y por tanto liderar) al pueblo de Dios”.

Como afirma el canadiense P. James Mallon —autor del superventas Una renovación divina— el sacerdote sale del seminario muy preparado como teólogo y formado para impartir los sacramentos, pero muchas veces no se ha incidido lo suficiente ni en la predicación ni en el gobierno pastoral. Recuperar el equilibrio en esta triple función del pastor (sacerdote, profeta y rey), que muchas veces se ve opacada por un sinfín de responsabilidades administrativas que no son ni siquiera las propias de su misión, está en el núcleo de la propuesta pastoral de este curso. 

Las bases del curso

Pastores Gregis Christi se basa en los fundamentos bíblicos de la misión y del crecimiento de la Iglesia, así como en los documentos del Magisterio acerca de la evangelización, el gobierno y el papel de sacerdotes y laicos. Se apoya igualmente en estudios pastorales sobre las condiciones de fecundidad de parroquias y comunidades cristianas (como Una renovación divina del P. James Mallon, La reconstrucción de una parroquia del P. Michael White, La conversion pastorale pour la nouvelle évangélisation y Chiesa in Crescita. I fondamenti della nouva evangelizzazione del P. Mario Saint-Pierre).

Lo más novedoso de este curso es su orientación eminentemente práctica, pues combina los principios bíblico-pastorales con elementos de las ciencias sociales y el mundo profesional de los recursos humanos, proveyendo además de herramientas de acompañamiento personal.

Hablar de liderazgo puede sonar extraño a nuestra cultura eclesial, la cual muchas veces mira con sospecha lo secular, pero el pastor está llamado a ser guía y por tanto, como representación de Cristo cabeza, liderar al pueblo de Dios. Como Moisés cuando juzgaba al pueblo de Israel, muchas veces se siente agotado y abrumado por la carga, y necesita de un Jetró que le haga ver la necesidad de delegar lo delegable y le enseñe maneras prácticas de hacerlo.

Pero no todo queda en delegar, se trata de hacer crecer al rebaño encomendado y redescubrir que la evangelización es tarea y corresponsabilidad de todos los bautizados, y una Iglesia en misión necesariamente tiene que crecer en madurez y responsabilidad.

¿Cómo se estructura el curso?

Se trata de cuatro sesiones (módulos) que se imparten a lo largo de seis meses, en las que los sacerdotes apartan dos días y medio para trabajar en grupos de hasta veinte participantes, acompañados por un equipo de profesionales y facilitadores. Como colofón, una vez finalizada la parte personal, hay un fin de semana de pastoral en el que se invita a que cada párroco venga con un equipo de su parroquia para lanzar el proceso de conversión pastoral de su comunidad.

El primer módulo parte de la vocación y la llamada personal de cada sacerdote, y aplica el principio liderarse a sí mismo para poder liderar a otros.

El segundo módulo trata la visión para la misión. Como explica el P. Mario Saint-Pierre —un experto en nueva evangelización muy conocido en Francia— la visión pastoral nace de la misión encargada por la Iglesia, la visión del pastor y el clamor del pueblo de Dios.

El tercer módulo trata de cómo crear un equipo de discípulos misioneros con el que pilotar la transformación pastoral para la misión.

El cuarto módulo se centra en las herramientas para gestionar el cambio para que este sea duradero. Se trata de descubrir los hitos del proceso de pasar del mantenimiento a la misión, sin morir en el intento.

Son cuatro pasos muy sencillos, en los que los sacerdotes aprenden a conocerse mejor, conocer a su equipo y liderar el cambio necesario de toda comunidad que quiera “no dejar las cosas como están”.

Equipo cualificado

Pero no es tan fácil como parece sobre el papel. Una de las claves más profundas del curso es el acompañamiento. Muchas veces el párroco desempeña su quehacer pastoral en soledad, y el primer paso para superarla es poder compartir un camino de renovación personal con otros hermanos del ministerio que están realizando la experiencia. Además, se utilizan herramientas de coaching, una metodología muy en auge hoy en día, para ayudarles en todo el proceso. El coaching no busca crear dependencias —tiene un principio y un fin en el tiempo— sino enseñar un estilo, producir un cambio y dotar de unas herramientas para poder vivir la transformación personal y comunitaria de una manera sostenible.

El equipo que imparte el curso se compone de expertos de pastoral, profesionales formados en liderazgo y relaciones humanas, así como coaches certificados, acompañados de un capellán. Los perfiles del equipo que lo imparte son muy variados y su riqueza es que son laicos que trabajan en el campo de la psicología, las relaciones humanas y la pastoral de nueva evangelización. En Francia surge de la iniciativa de Alpha Francia  y una asociación de coaches católicos, y de la misma manera en España la iniciativa se imparte a nivel nacional por el equipo de Alpha España con un equipo de colaboradores profesionales cristianos.

Es importante reseñar que el curso no pretende imponer una visión pastoral ni una espiritualidad concreta. Se trata de que cada pastor pueda formular su visión en el marco de la misión que le es dada por su diócesis, en la realidad concreta de su parroquia. Por eso colaboran en el equipo personas de diferentes espiritualidades, con el denominador común de dar lo mejor de sus conocimientos para el servicio de la Iglesia.

El objetivo de sus promotores es poder llegar a todos los sacerdotes deseosos de profundizar en su ministerio para realizar la conversión pastoral que pide la Iglesia en estos momentos, y no pretende ser más que un complemento para profundizar en la ya rica formación sacerdotal.

En España se han realizado cursos en Cataluña por la asociación Autem, y se ha impartido sesiones en Navarra a petición de la diócesis. En la actualidad se desarrolla por Alpha España a nivel nacional, con participantes que provienen de varias diócesis de toda la geografía nacional.

La próxima edición se realizará en Madrid a partir del enero de 2020 y se puede recabar información sobre la misma y las demás experiencias en [email protected], así como en la página web www.pastoresgregis.com.

España

El alma y la identidad de Europa. Avivar las raíces cristianas

Mirando al jacobeo de 2021, se trata de mostrar a Europa que su alma y su identidad están profundamente enraizadas en el cristianismo y recordar el Evangelio a quienes lo han olvidado o no lo conocen.

Omnes·6 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mirando al jacobeo de 2021, se trata de mostrar a Europa que su alma y su identidad están profundamente enraizadas en el cristianismo y recordar el Evangelio a quienes lo han olvidado o no lo conocen.

—Texto Julián Barrio Barrio

Arzobispo de Santiago de Comopstela

Hace treinta y siete años, el Papa san Juan Pablo II nos dejaba en la Catedral Compostelana un mensaje profético sobre Europa, que sigue teniendo toda su actualidad. En la “nueva Europa del espíritu” es necesario avivar las raíces cristianas y recordar el Evangelio a quienes lo han olvidado y transmitirlo a quienes ya no lo conocen. La colegialidad y la sinodalidad nos ayudan en esta tarea.

Volver al hecho cristiano fundamental, que es la persona y la historia de Jesús, es dar testimonio de que el cristianismo es el modo más fascinante de vivir la existencia humana. El compromiso de servir el Evangelio de la esperanza al hombre de hoy no oculta que nos encontramos ante una pluralidad cultural y religiosa compleja. Europa, a mi parecer, no ha malgastado su herencia espiritual pero tal vez la tiene olvidada.   

Sabemos que el sentir religioso no desaparecerá jamás porque no se puede eliminar del corazón del hombre el significado de la propia vida, preguntándose sobre el misterio. Esto se traduce en una actitud religiosa con un vínculo entre religión y pueblo, lo que hoy está fallando en Europa.

Con esperanza

En este momento me hago eco de la oración que el poeta Dante ponía en boca de Beatriz dirigiéndose al Apóstol Santiago: “Haz que desde lo alto resuene la esperanza”, sabiendo que Cristo es la esperanza: “Surrexit Christus spes mea”. “El hombre no puede vivir sin esperanza: su vida condenada a la insignificancia, se convertiría en insoportable”, señala González de Cardedal en su obra Raíz de la esperanza. Los cristianos hemos de entrar siempre en diálogo con quien espera, conscientes de la legitimidad de la esperanza, fundada racionalmente y no de forma mágica o meramente política. 

En nuestra condición de homo viator percibimos que “la esperanza no es desarraigable mientras vivimos. Preguntar por ella es otra forma de preguntar por la persona, por su valor sagrado, por su condición fiadora, confiable y amorosa; por su perduración personal; por su futuro ligado inexorablemente a la responsabilidad moral en el presente”, añade el mismo autor. 

Ciertamente, no se trata de crear una Europa paralela a la existente, sino de mostrar a esta Europa que su alma y su identidad están profundamente enraizadas en el cristianismo, para poder así ofrecerle la clave de interpretación de su propia vocación en el mundo.

La nueva Europa

Mirando al Año Santo Compostelano 2021, la peregrinación jacobea descubre que el cristianismo, por ser apertura a lo universal, ha configurado una Europa abierta y capaz por ello de integrar nuevos elementos. El cristianismo ofrece como fundamento necesario los siguientes principios: “La existencia es don y tarea para el hombre. No se puede destruir ni agotar la realidad. El hombre es realidad sagrada e inviolable. El prójimo es aquel de quien cada uno es responsable y no se puede construir lo propio sin velar por el prójimo. El otro que es una llamada, no podemos convertirlo en un peligro. No se gana la vida si no es poniéndola al servicio de los demás. No se puede legislar sin moralidad ni derecho, ni se puede violar la ley y el derecho comunes”.

“La nueva Europa tiene que ser fruto del encuentro, aceptación y reto creador entre todos los valores y países que la forman. La fe y la teología deben encontrar en ella su lugar propio y llevar a cabo su aportación específica en esta hora en que debemos conferir alma, misión y responsabilidad renovadas a nuestro continente” (O. González de Cardedal).

El peregrino jacobeo, “viajero de lo sagrado y transmisor de saberes”, sigue contribuyendo a la reconstrucción de la Europa que tiene sus raíces en la tradición cristiana. El Camino de Santiago es la inteligencia espiritual para darle sentido. n

Experiencias

“Santa Muerte” Mucho de guadaña y nada de santidad

La personificación de la muerte en un esqueleto al que pedirle favores ha devenido devoción popular en México y otros sitios, pero no tiene respaldo alguno en la fe católica.

Luis Luque·6 de noviembre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos

Una procesión avanzaba el domingo 23 de junio por las calles de Irapuato, en el estado mexicano de Guanajuato. Los marchantes portaban una imagen que remedaba a la de los santos católicos tradicionales, pero con notables diferencias: su rostro era el de una calavera; su vestido, una enorme capa con capucha, y en su esquelética diestra llevaba una guadaña. Era la muerte, en suma, pero para el público asistente no lo era a secas: era la “Santa Muerte”.

Que a un proceso natural como la muerte le hayan colgado atributos, no es nada nuevo; de hecho, las mitologías de los pueblos están llenas de ejemplos. Pero, aparcando mitos, entenderla como una persona y, además, darle categoría de “santa”, se pasa de lo esperable a estas alturas de la historia. Incluso en Facebook hay grupos de seguidores de esta ficción, y sus miembros se cuentan por cientos y por miles: hay lo mismo jóvenes que adultos, y de estratos sociales y profesionales diversos.   

Dos investigadores que han ido a fondo en el tema y han conversado con cientos de seguidores, son Kate Kingsbury, profesora de Antropología en la Universidad de Alberta, y Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos en la Virginia Commonwealth University. Ambos explican a Palabra cómo ha tomado cuerpo esta extraña devoción, ya presente en Europa.

“Se trata de una santa popular mexicana que personifica a la muerte”, dice Kingsbury. Es la única de su tipo en las Américas, y ha sido desautorizada por la Iglesia católica; el Papa no la reconoce y es más bien vista como una herejía. A pesar de ello, cuenta con 10 o 12 millones de seguidores en todo el continente. En México, tiene entre siete y ocho millones. 

“Se dice que posee el poder de hacer milagros a sus creyentes; milagros que van desde protección contra la muerte hasta ayuda con la salud, con las finanzas, y mucho más. Y como está fuera de la Iglesia católica, también se le pueden pedir favores negativos, como la venganza contra los enemigos. Los narcos, por ejemplo, suelen pedirle que cuide los cargamentos de droga que envían a Estados Unidos”.

Según la experta, muchos “santamuertistas” creen que su devoción es complementaria a su fe católica, o que incluso es parte de esta. “Pero estos santos populares son distintos de los santos oficiales, pues no han sido canonizados por la Iglesia, aunque a menudo son más populares que los santos canónicos en América Latina. La Santa Muerte, sin embargo, se diferencia de estos en que es la personificación de la muerte misma, no de un ser humano fallecido”.

Francisco: “Símbolos macabros”

El culto a la Santa Muerte hunde sus raíces en la época prehispánica. Según precisaban Chesnut y Kingsbury en un artículo en el Catholic Herald, los registros de la Inquisición en México mencionan dos veces el fenómeno en la década de 1790, cuando destruyeron dos santuarios dedicados a la calavera. La devoción se mantuvo fuera de foco hasta los años 40 del siglo pasado, en que se conoció de una mujer que la practicaba.

Ahora bien, el sentido cristiano de la muerte, que inspira a San Francisco a llamarla metafóricamente “hermana”, toda vez que es mediante ella que el cristiano llega a la perfecta unión con Dios, no es lo que anima precisamente el culto al terrorífico esqueleto de la guadaña.

El Papa Francisco, en su visita pastoral a México en 2016, hizo alusión indirecta al problema, al expresar su preocupación por “tantos que, seducidos por la potencia vacía del mundo, exaltan las quimeras y se revisten de sus macabros símbolos para comercializar la muerte en cambio de monedas”.

¿Por qué la Iglesia rechaza esta “devoción”? Kingsbury advierte tres razones: una –quizás demasiado matemática– sería el crecimiento numérico de los seguidores, en un contexto geográfico en que la Iglesia ya lidia con el aumento del pentecostalismo. “Ahora tiene que  bregar contra una santa popular herética, cuyos devotos se declaran católicos en su mayoría, especialmente en México, donde vive el 75 % de los ‘santamuertistas’”.

Pero además, apunta, “la Iglesia ve la veneración a esta figura como equivalente al satanismo, pues la muerte es la antítesis de la vida eterna que Jesús les alcanzó a los creyentes por su sacrificio en la cruz”.

Por último, la estudiosa cita las críticas del Pontífice al “‘símbolo macabro’ de los narcos, que durante la pasada década enviaron tempranamente a la tumba a decenas de miles de sus compatriotas. Aunque no recibe mucha cobertura mediática por ello, el Papa Francisco es un renombrado enemigo de las drogas”

Pero no solo el Papa ha desaprobado, en nombre de la Iglesia, esta rara “espiritualidad”. Otros prelados, en México, en Estados Unidos, y hasta un enviado de la Santa Sede, han expresado su condena en tiempos recientes. Si en 2013 el cardenal Gianfranco Ravasi señaló que se trataba de “un culto blasfemo” y “una degeneración de la religión”, porque esta “celebra la vida, y aquí solamente hay muerte”, el arzobispo de Santa Fe (Nuevo México), John Wester, enfatizó en la idea en marzo pasado: dicha creencia, aseguró, “está realmente mal. […] Nuestra devoción es al Dios de la vida”.

“Santa patrona”… de narcos y policías

¿Se puede trazar un perfil sociológico de los creyentes en este fenómeno? “Con 12 millones de devotos, se entiende que hay diversidad entre ellos” –explica el Dr. Chesnut–, “sin embargo, la mayoría son de clase obrera, millennials, bastante más mujeres que hombres, muchos LGBTQ… En México, hay muchos entre los que están expuestos a la posibilidad de una muerte temprana y en malas circunstancias, y tienen esperanza de recibir una muerte santa en medio de tanta mala muerte. En la última década, el país solo ha sido superado por Siria en número de muertes violentas”.

Entre las causas del repunte de esta “devoción”, el investigador subraya precisamente la violencia: “Hay que tener presente el hecho de que el culto ha proliferado en México durante la hiperviolencia de la guerra contra las drogas, así que se ha convertido en la santa patrona de esa guerra, no solo para los narcos, sino también para la policía y los militares, que le imploran les cuide la vida durante sus operativos peligrosos contra los narcotraficantes. Así, por un lado hay devotos que la piden más vida y protección, pero por otro lado están quienes le piden que utilice su guadaña para quitar a los enemigos del camino”.

Por último, preguntado sobre cuál sería una posición cristiana adecuada frente a esta creencia en expansión, Chesnut se inclina por enseñar la verdad; por aclarar sin imponer: “Por supuesto que no es una santa católica, y la Iglesia la rechaza como una creencia herética, pero me parece que una campaña de catequizar a los fieles conviene más que una política de persecución del culto y de sus devotos, toda vez que la mayoría, en México, son personas que aún se creen católicos”.

El autorLuis Luque

Actualidad

Cardenal Piacenza: ¡Vayamos al confesionario en estos días!

Carta del Mayor Penitenciario, Cardenal Mauro Piacenza, con motivo de la solemnidad de todos los santos y la conmemoración de los fieles difuntos, 2019.

Omnes·30 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos

Carta del Mayor Penitenciario, Cardenal Mauro Piacenza, con motivo de la solemnidad de todos los santos y la conmemoración de los fieles difuntos, 2019.

Cuando escuchamos la palabra “Iglesia”, o cuando la pronunciamos en la profesión de fe dominical, ¿en qué pensamos realmente?

            ¿A dónde van nuestra mente y nuestro corazón?

            ¿Qué es, o más bien quién es, la Iglesia? ¿Qué idea tenemos de ella?

            La respuesta auténtica a estas preguntas simples, pero fundamentales, solo puede conducir a la realidad agustiniana del Cristo total, a la Iglesia entendida no solo como una realidad humana, sino en su identidad divina-humana. La Iglesia es siempre Ecclesia de Trinitate; por lo tanto, debemos tener constantemente presente su dimensión celeste, tanto en la relación con el Misterio Trinitario, y en particular con la Cabeza que es Cristo, como en el abrazo sincrónico y diacrónico con todos los hermanos salvados, que ya han dejado este mundo.

            Tal realidad teándrica de la Iglesia está admirablemente expresada en la Liturgia que, en su sabiduría, acerca la solemnidad de Todos los Santos a la conmemoración de los fieles difuntos, haciéndonos casi percibir, a través del calor de la Liturgia y la claridad de la catequesis que deriva de ella, el abrazo presente de Dios y de los hermanos.

            En estos días santos, tanto en la reflexión personal, a los que nos sentimos universalmente motivados por la conmemoración afectuosa de nuestros seres queridos difuntos, como en la custodia de la meditación y de la oración, estamos llamados a extraer copiosamente del inagotable tesoro de la Comunión, que tiene su propia declinación particular en la realidad de la Indulgencia.

            Cooperar con la participación en la Eucaristía, con la oración, con la penitencia y la práctica de la limosna, con las obras de misericordia, a la gran obra de la Redención realizada por Cristo, significa dejarse insertar por la gracia, con la ayuda de la propia libertad, en la obra misma de la Trinidad que, desde la creación hasta el Escathon, pasando por la primera alianza y la redención obrada por el Hijo, llama a todos los hombres a la comunión plena consigo.

            La indulgencia es, análogamente hablando, el “todo en el fragmento”, ya que en ella se resumen la dimensión creatural, la redentora y la escatológica.

            Beber en estos días santos del tesoro de la misericordia de la Iglesia, a través del ejercicio piadoso de la Indulgencia, aplicable a uno mismo o a un fiel difunto, significa también renovar la fe a través del sacramento de la Reconciliación, la Comunión sacramental recibida con las debidas disposiciones y la profesión del Credo de la Iglesia, junto con la oración según las intenciones del Sumo Pontífice. Con estos gestos simples y concretos, cada fiel reafirma su plena comunión con la Iglesia, renovando la aceptación de todos los bienes espirituales y sobrenaturales que derivan de esta participación.

            Al mismo tiempo, como en todo acto humano, y más aún para los actos que inciden en la esfera religiosa, al hacerlo se fortalece la fe: doblando humildemente las rodillas en el confesionario, confesando todos los pecados con un corazón contrito e implorando la Divina Misericordia, el fiel no solo acoge la gracia sobrenatural de la Reconciliación, sino que con ese gesto reafirma también su propia fe, viéndola así fortalecida y fortalecida, objetivamente a través de la gracia y personalmente en virtud del concurso de su libertad.

            ¡Por lo tanto, vayamos, e incluso corramos al confesionario en estos días santos! Acojamos humilde y devotamente, alegre y generosamente el don de la Indulgencia plenaria y ofrezcámoslo, con gran generosidad, a nuestros hermanos que, tras cruzar el umbral del tiempo, ya no pueden hacer por sí mismos, pero aún pueden recibir mucho de nuestra caridad. Así, nuestra relación de amor con ellos continúa y se fortalece.

            La Indulgencia es una declinación eficaz y accesible de la fe en la communio sanctorum, en la comunión de los santos, que da un horizonte amplio a nuestra existencia terrenal y nos recuerda, con extraordinaria eficacia, que nuestras acciones tienen un valor infinito, tanto porque son acciones humanas -y solo el hombre es capaz de realizar gestos auténticamente libres-, como porque, en este caso específico, son acciones humanas que tienen un valor sobrenatural.

            Sea siempre generosa, pero especialmente en estos días santos, la disponibilidad de los confesores; la escucha generosa y buena y la participación orante en este lavado de regeneración, que hace descender una lluvia de gracia sobre la Iglesia, tendrá méritos infinitos ante el trono del Altísimo. ¡Se pueden adquirir más méritos en horas y horas de confesionario que en muchas reuniones “organizativas”, cuya utilidad y resultado todos conocemos…! En estos días, en el confesionario, cuántas ocasiones de consuelo, de aliento, cuántas lágrimas se pueden secar, como ocasiones propicias para poder ilustrar la realidad de la vida eterna, para estimular al perdón, a la ternura en las obras de misericordia, para hacer comprender el significado de la peregrinación cotidiana! ¡Pongamos todo el corazón en el ministerio de la escucha, del consuelo, de la orientación, del perdón!

            Que los días que nos esperan sean una auténtica experiencia de renovación espiritual, en la que, redescubriendo la verdad de nuestra fe, declinada también en la simplicidad de los actos que sugiere la tradición espiritual, podemos ver nuestro corazón abierto a acoger, una y otra vez, aquellos dones de gracia que el Espíritu siempre otorga a la Iglesia, seguro de que también el compromiso que pueden comportar las obras de misericordia dará abundantes frutos en nuestra existencia personal, en la vida de la Iglesia y para el bien del mundo.             Que la Santísima Virgen María, Madre de la Misericordia, Reina de todos los santos, Puerta del Cielo, sostenga el trabajo incansable de tantos sacerdotes beneméritos; sea mediadora de gracia para los corazones de los fieles de quienes ella es Abogada, e implore de la Clemencia divina el regalo inestimable de la entrada en el Paraíso de tantos de hermanos nuestros. ¡Su felicidad es nuestra felicidad!

Vaticano

El primado de Brasil, ante la canonización de Dulce de los Pobres: “¡Es posible ser santos!”

El domingo 13 de octubre el Papa Francisco canonizará, junto al beato John Henry Newman, a una mujer brasileña Maria Rita de Souza Lopes Pontes (1914-1992), conocida por su nombre religioso como hermana Dulce de los Pobres. También serán canonizadas Giuseppina Vannini, María Teresa Chiramel Mankidiyan y Margarita Bays. ¿Quién fue Irmặ Dulce?

Joao Carlos Nara Jr.·12 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 3 minutos

La primera brasileña en llegar a los altares en 1991 fue la Madre Paulina del Corazón Agonizante de Jesús. San Juan Juan Pablo II dijo entonces en la homilía una frase que se ha tornado memorable: “El Brasil precisa de santos, ¡de muchos santos!”. Desde entonces, numerosos hijos de la Terra da Santa Cruz, nombre original de Brasil, han sido beatificados y canonizados.

   Santa Paulina (1865-1942) era natural de Vígolo Vattaro, Trento, en Italia, pero su familia se hizo brasileña cuando ella tenía cerca de diez años de edad. En la ciudad de Nova Trento, Estado de Santa Catarina, donde hoy existe un grande y bello sanctuario en su homenaje, fundó la Congregación de las Irmãzinhas da Imaculada Conceição, demostrando paciencia, humildad y obediencia heroicas.

    Sin embargo, las primeras mujeres realmente nacidas en Brasil que fueron canonizadas son cinco mártires anónimas del grupo de 30 compañeros masacrados por indios tapuias y potiguares, asociados a los soldados holandeses calvinistas que se habían instalado en el Estado de Río Grande do Norte.

    La espantosa masacre de depuración de la población católica, que llevó a una muerte cruel a cerca de 150 personas, comenzó durante una Misa celebrada el 16 de julio de 1645 por el pároco de Cunhaú, Santo André de Soveral, y terminó tres meses después en Uruaçu, donde san Mateus Moreira exclamó, mientras le arrancaban el corazón por las costas: ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!”.

   Entre los protomártires brasileños se cuentan el portugués san Ambrósio, el castellano san Antonio Vilela Cid y el navarro san Juan Lostau. En aquel tiempo, el Brasil era todavía una tierra de conquista y sus primeros habitantes, migrantes y naturales —indígenas, europeos y africanos—, todavía constituían apenas las semillas de la futura nación.

Amada y venerada en Brasil

Pero el domingo 13 de octubre, el Papa Francisco canonizará una mujer brasileña de de nuestros días, María Rita de Souza Lopes Pontes (1914-1992), conocida por su nombre religioso como hermana Dulce de los Pobres.

   Siempre más amada y venerada en Brasil, Irmã Dulce era natural de Salvador de Bahía, y el sufrimiento de los pobres le removió.Animada por su padre, se dedicó a los necesitados con heroica caridad apostólica, hasta que se hizo religiosa en 1934. Se inspiró en el pequeño camino de Santa Teresita y, con la gracia de Dios, realizó grandes obras, a pesar de su frágil salud: fundó colegios, bibliotecas, una extensa red de hospitales y centros de salud para los más pobres, dentre otras iniciativas.

   Con el fin de perpetuar su trabajo, creó en 1984 una associación pública de fieles de derecho diocesano, con estatutos aprobados por el arzobispo de Salvador: las Hijas de María Siervas de los Pobres. Llegó a ser presentada como candidata al Premio Nobel de la Paz en 1988. San Juan Pablo II le visitó en el hospital en octubre de 1991, pocos meses antes de su muerte, ocurrida el 13 de marzo de 1992, tránsito que causó gran comoción en el país. Según don Murilo Krieger, arzobispo de Salvador y primado de Brasil, su canonización, la tercera más rápida de la historia reciente de la Iglesia, “será una honra para Brasil y al mismo tiempo un compromiso. Dios nos está diciendo: ¡es posible ser santos!”.

   La vida de estos cristianos ejemplares —pacientes delante de la adversidad y celosos frente a las necesidades de los demás—, confirma la consigna de san Juan Pablo II: no solo el Brasil, sino la Iglesia y el mundo entero necesitan santos. La Iglesia nunca tendrá santos suficientes porque, aunque el Evangelio es lo mismo, los lugares y los tiempos siempre cambian. Nuevas situaciones y ambientes proponen nuevos desafíos y exigen creatividad en la vivencia del mensaje de Jesucristo.

   Así, el Espíritu Santo sucita en cada región y en cada época nuevos caminos para la santidad y da a los cristianos generosos las gracias necesarias para los recorrer. Dios quiere que todos los hombres se salven y por eso mismo es posible santificarse en todas las circunstancias de la vida. Los santos son, pues, ejemplos palpables y siempre actuales, cuya fuerza delante de Dios lleva al pueblo cristiano a confiárseles. devotamente en busqueda de ayuda, de intercesión. La eficacia de la vida de los santos los torna universales, así como una referencia para los cristianos de todos los lugares.    A través de la vida los santos, se sigue escuchando la llamada universal a la santidad, como proclamaba san Juan Pablo II en aquel no muy distante 18 de octubre de 1991: “Más una vez os digo: el Brasil necesita santos, ¡de muchos santos! La santidad es la prueba más clara, más convincente de la vitalidad de la Iglesia en todos los tiempos y en todos los lugares”.

El autorJoao Carlos Nara Jr.

Teología del siglo XX

La influencia de John Henry Newman

John Henry Newman, ese gran cristiano inglés, ha sido un claro fermento de renovación de la teología católica en el siglo XX, especialmente en los temas de Teología Fundamental. 

Juan Luis Lorda·12 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué es lo más importante de Newman?, me preguntó un alumno después de haberme oído alabarle con entusiasmo y confesarme que no sabía nada de él. Y me salió contestarle: “Que es un converso”. Y me parece una buena definición, aunque necesita matices. 

Newman es un converso en dos sentidos. 

Primero, porque su vida fue una vida de constante conversión, a la búsqueda de la verdad que es Dios: esa verdad, esa luz, como le gustaría definirla, le va conduciendo desde niño y le decide a rezar, a servir al Señor, a ser célibe, a ser ministro anglicano, a intentar renovar la formación de los estudiantes en los colleges de Oxford y también a revitalizar la Iglesia de Inglaterra, ahondando en sus raíces: los Padres de la Iglesia y los primeros concilios.

También es converso porque esa búsqueda le llevó a incorporarse a la Iglesia católica (1845). Hoy, por sensibilidad ecuménica, pero también por precisión teológica, no se suelen llamar conversiones a estos pasos. Se habla de alcanzar la plena comunión u otra expresión equivalente. Y está bien.

El mismo Newman estaba muy reconocido a la verdad cristiana que había aprendido y vivido en la Iglesia anglicana, aunque también estaba completamente seguro del paso que había dado. Lo había hecho tras un largo proceso de reflexión, con una clara obediencia a su conciencia y con toda pureza de intención, teniendo en cuenta los claros inconvenientes que esa conversión supondría para su situación personal y para su futuro. Tendría que abandonar su estilo de vida universitario, que amaba mucho, todos sus logros y aspiraciones académicas, y muchas de sus amistades en Oxford. Y lo hizo sin ninguna garantía sobre su futuro. Además de converso, fue un valiente. 

Teología y vida 

Que su reflexión esté tan marcadamente unida a su vida le da un valor teológico singular. Por eso, los grandes temas teológicos de Newman tienen tanta fuerza: su idea de lo que es la fe y en qué tipo de razones se basa, de la relación entre fe y razón, del papel de la conciencia, de la legitimidad histórica y vital de la Iglesia, del valor de la doctrina de la Iglesia y de sus desarrollos, de la formación cristiana y del papel de la teología entre los saberes universitarios. Lo que quizá en otros autores está sacado solo de libros, en él ha pasado por su vida. Aunque, ciertamente, por una vida donde el estudio –la búsqueda de la verdad- ha ocupado un lugar muy relevante. 

Por eso, el libro más importante de Newman, es un libro en cierto modo circunstancial: la Apología pro vita sua, surgido de la necesidad de demostrar que había sido cristiana e intelectualmente honesto cuando había decidido incorporarse a la Iglesia católica. Su itinerario espiritual, magníficamente narrado, tiene un valor extraordinario para todos los temas que tienen que ver con la fe, la conciencia y la credibilidad a la Iglesia. Cabe situarlo, sin ninguna exageración, en la estela de las Confesiones de san Agustín. 

A pesar de la relativa dificultad de seguir con precisión el hilo, o la madeja, de sus influencias, no cabe duda que ha repercutido en muchos temas de Teología Fundamental, de Eclesiología y de Apologética, en un sentido amplio, al situar la fe cristiana ante las necesidades más íntimas de las personas, pero también en el conjunto de los saberes y ante las exigencias de credibilidad del mundo moderno. 

Le movía un gran amor a la verdad y la gran pena de ver cómo sus contemporáneos se alejaban de la fe y perdían sus raíces cristianas. Además, desarrolló un intenso apostolado personal, al mismo tiempo respetuoso y auténtico. Estaba convencido de ese camino –cor ad cor loquitur (el corazón habla al corazón)– y lo testimonian sus más de setenta mil cartas. Un tesoro en gran parte por descubrir, porque necesita mucha labor de traducción, presentación y contexto. 

Y no fue solo un pensador. En primer lugar, fue el alma del movimiento de Oxford, que quería revitalizar la Iglesia anglicana; después, fundó el Oratorio en Inglaterra y sacó adelante las casas de Londres y Birmingham, donde también fundó y dirigió un colegio, con gran empeño. Y atendió, siendo católico, los diversos requerimientos del episcopado inglés, como una nueva traducción de la Biblia (que, al final se suspendió), o del irlandés, como la fundación de una Universidad católica; proyecto que daría lugar a su famoso ensayo sobre La idea de la Universidad, promovido por la Santa Sede, pero que tropezó con la reticencia (católica) local, hasta paralizar el proyecto. No todo fueron satisfacciones. Entrando en la ancianidad, y antes de ser nombrado cardenal (1879), se sentía más bien un fracasado. 

Estilo intelectual 

Hay otra razón que también conviene tener en cuenta al pensar en su influencia. Newman viene de un mundo mental muy distinto del catolicismo romano de su época, que está marcado por la tradición manualística (aunque más en Roma que en otros lugares). Por eso también renueva, porque ve las cosas con otra perspectiva y las dice de otra manera. 

En las formas del trato, pero también en los usos intelectuales, Newman era un gentleman de Oxford. Aunque, por supuesto, no conectaba con los aspectos más pedantes o esnob que podía adquirir entonces esta figura. En ese sentido son interesantísimas las consideraciones que hace al final de La idea de la universidad, sobre las diferencias y las diversas exigencias entre un gentleman, con exquisita educación liberal, y un cristiano. 

Pero claramente tiene una manera de pensar cultivada al estilo inglés. Está convencido de que todo lo que uno dice tiene que poderlo demostrar, y de que, por eso mismo, es de mal gusto hacer afirmaciones demasiado grandes. Es muy sensible a las exigencias intelectuales de la tradición inglesa, como la distinción de Hume entre matter of fact (cuestión de hecho, evidencia inmediata)y relations of ideas (deducciones necesarias), como las dos maneras fundamentales de probar algo. Su Gramática del asentimiento quiere defender la legitimidad de la fe en este contexto. En parte “ampliando la razón”, por decirlo con una frase que haría famosa Benedicto XVI. 

Cuando en su Apología describe los muchos dones de su amigo Hurrel Froude, dice: “Poseía una aguda penetración de la verdad abstracta, pero era un inglés hasta la médula en su estricta adhesión a lo real y concreto”. Exactamente lo mismo que Newman. Estilo un tanto desconcertante para el gusto “continental”, que identifica pensar con manejar brillantes abstracciones. 

Newman tiene delante el sector crítico liberal inglés, que conoce muy bien. Todo lo que dice, también sobre el cristianismo, tiene que poderse justificar también en esos foros. Eso le hace ser muy moderado y matizado, pero también muy preciso. Por eso, a veces pueden ser desafortunados los resúmenes demasiado rápidos sobre su doctrina. Hay que entenderle muy bien para resumirle bien.

Newman en el Catecismo y en el Concilio

En el Catecismo de la Iglesia Católica, se le cita en 4 ocasiones, lo que es significativo tratándose un autor no canonizado entonces. Y son citas emblemáticas: sobre la certeza de la fe (n. 157), sobre la conciencia y sus juicios (n. 1778, tomado de la famosa Carta al Duque de Norfolk), sobre la experiencia de lo sagrado (n. 2144) y sobre poner a Dios por encima de los bienes de este mundo (n. 1723), cita tomada de sus sermones pastorales. 

Con ocasión del primer centenario de su muerte (1990), Pedro Langa hizo un pormenorizado estudio para la Revista Agustiniana, donde buscó en la documentación del Concilio Vaticano II todas las referencias que podía haber. Salen algunas, más bien dispersas. Con todo ya para entonces algunos de los temas de Newman eran doctrina común por lo menos entre los más entendidos. Su biógrafo Ian Ker, que antes hizo un trabajo sobre el papel de Newman en el Concilio Vaticano II (Newman on Vatican II), señala una influencia importante en Dignitatis humanae, que luego comentaremos, y en Lumen Gentium, la gran encíclica sobre la Iglesia. Se fija en particular en el papel de los laicos, y asegura que Newman habría visto con mucha alegría la renovación de la teología y las instituciones para laicos y movimientos laicales que se desarrollaron en la Iglesia del siglo XX. 

Newman en la teología 

Desde hace muchos años, y ya lo comentamos, está bien estudiada (por Nédoncelle y por otros) la influencia directa de Newman en la renovación de las ideas de revelación y de fe. Su Gramática del asentimiento ha quedado en este sentido como un referente. También está estudiada su influencia en Blondel y en De Lubac, en el cambio del planteamiento apologético y en algunos aspectos de eclesiología. Su ensayo sobre la justificación, cuando todavía era anglicano, y los posteriores matices, son también una aportación relevante, que ha sido estudiada, por ejemplo, por José Morales, uno de los mayores entendidos de habla castellana, biógrafo y editor de Newman.  

Al haber reflexionado en un momento en que los gobiernos liberales ingleses quieren transformar la tradicional Iglesia anglicana, Newman tiene una concepción muy clara sobre la participación de los laicos en la vida pública. Y ha pensado mucho en la relación entre Iglesia y Estado. 

Por su defensa de la conciencia, se le considera precursor del Decreto Dignitatis humanae, del Concilio Vaticano II, que, por una parte, defiende la obligación de la conciencia de buscar la verdad y, por otra, la necesidad de que en la vida pública exista el espacio necesario para que cada uno pueda hacerlo. 

Esto, como es sabido, acabó con el viejo ideal cristiano de las naciones confesionales y provocó el cisma de Lefebvre, que creía ver un cambio ilegítimo en la doctrina de la Iglesia. En una famosa intervención ante la curia romana (22-XII-2005), el Papa Benedicto XVI, recién elegido, abordó este punto con enorme clarividencia. Distinguió entre lo que es reforma y ruptura en la interpretación del Concilio, y mostró cómo este cambio no era una ruptura, sino una evolución legítima y coherente de la doctrina. 

Este concepto tan bien matizado de evolución en la doctrina debe mucho al pionero libro de Newman Ensayo sobre la evolución de las doctrinas cristianas, que compuso cuando quiso explicarse los cambios que separaban la Iglesia anglicana de la católica, para responder a las reclamaciones de los reformadores protestantes. Abrió un panorama en la cuestión y suscitó un amplio debate.  

Recomendaciones de lectura

Sin duda, el mayor libro de Newman es su Apología pro vita sua. Es preferible leerlo en edición anotada (Encuentro) y mejor después de haber leído alguna biografía. En castellano, destacan la ya clásica de José Morales (Rialp) y la más reciente y amplia de Ian Ker (Palabra). La otra obra universal de Newman es la Idea de la universidad (o Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria), obra genial y siempre inspiradora para las tareas intelectuales y el papel del cristianismo entre los saberes. Se están editando sistemáticamente los sermones anglicanos y católicos, y también recopilaciones de cartas y diarios, además de la importante Carta al duque de Norfolk, que hemos mencionado. Son interesantes, aunque menos conocidas sus novelas Perder y ganar, autobiográfica, y Calixta, sobre los primeros cristianos y las persecuciones. 

Las otras grandes obras son de carácter más especializado: Gramática del asentimiento, Via Media de la Iglesia anglicana, Los arrianos en el siglo IV¸ Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana… Con todo, hay que saber que la obra “menor” de Newman es inmensa y se puede consultar online en inglés en las páginas de Newman reader

El trabajo de Víctor García Ruiz, gran traductor y estudioso de Newman, John Henry Newman. El viaje al mediterráneo de 1833 (Encuentro, 2018), recompone a base de cartas y diarios el viaje a Sicilia y su enfermedad allí. Y aparece aquella escena que se graba en cualquiera que haya leído su Apología. Creyéndose morir y con una fiebre que le hacía delirar, repetía: “No he pecado contra la luz”. Él asegura que no sabía por qué lo decía, pero el lector que ha llegado hasta allí, ya lo sabe: el joven Newman era fiel a la luz de Dios que le guiaba. Aprender a seguir personalmente la luz de la conciencia, y descubrir después el papel de la Iglesia para mantener viva esa luz en el mundo, son las mayores lecciones de este teólogo santo. n

Experiencias

El cardenal Osoro anima a una cultura solidaria en la entrega de ayudas del Sabadell

El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, impulsó a “construir una cultura solidaria y del encuentro”, y animó a preguntarse “¿qué puedo hacer yo para construir esta cultura?”, en el acto de entrega de ayudas económicas por parte del Banco Sabadell a 33 proyectos solidarios por un importe de 447.000 euros, en el marco de una inversión socialmente responsable (ISR).

Omnes·11 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los proyectos elegidos por el Banco Sabadell para efectuar las donaciones están enfocados en su mayoría a cubrir riesgos de exclusión social, a solventar necesidades básicas de alimentación y sanitarias de diversos colectivos y a mejorar las condiciones de vida de personas con discapacidad.

   Para dar a conocer los proyectos seleccionados, tuvo lugar un encuentro con representación de las ONG  e instituciones religiosas que recibirán las ayudas, en el auditorio de Banco Sabadell de la calle Serrano de Madrid. En el evento, que contó también con la presencia del obispo de Ávila, Mons. Gil Tamayo, el exseleccionador de fútbol Vicente del Bosque, y directivos de Banco Sabadell, el cardenal Osoro resaltó la importancia del “compromiso al servicio de la persona”, del “amor de simpatía y de empatía, especialmente con el que más lo necesita”, y la necesidad de “transformar el mundo con la lógica del compartir y de la hospitalidad, no la del invididualismo”.

   En el acto se hizo entrega de los recursos económicos procedentes del 32,1 % de la comisión de gestión del fondo ético y solidario Sabadell Inversión Ética y Solidaria, y de Sabadell Urquijo Cooperación Sicav, que ascienden este año a casi medio millón de euros, con lo que vuelve a crecer el número de proyectos solidarios presentados para recibir las ayudas solidarias del fondo ético y solidario del Sabadell.

   En cuanto a los proyectos, la entidad destaca su diversidad, tanto geográficamente como por el tipo de institución que lo recibe o por el motivo por el que se solicitan las ayudas. Antonio Sáinz de Vicuña, presidente de Ayuda a la Iglesia Necesita (ACN) en España, habló en nombre de algunas organizaciones seleccionadas, y señaló que ante la descripción que me ha precedido de las actividades solidarias a las que Banco Sabadell va a ayudar, no puedo sino decir: ¡Qué buena gente tiene este país!”. A continuación, agradeció al Sabadell “tener esa sensibilidad social y esa generosidad, en un ambiente desde hace unos años difícil para la banca”. Finalmente,aseguró que quienes merecen el apoyo son “los cristianos que sufren pacíficamente en silencio las penalidades del regreso a Qarakosh (antigua Nínive, norte de Irak), tras un exilio forzado por unas brutalidades y destrucciones del ISIS, propios de la Edad Media; esa ayuda vuestra se suma al esfuerzo internacional de reconstrucción de un hábitat que fue cristiano desde el siglo I de nuestra era, y donde todavía se reza en el idioma de Jesucristo el arameo—. Reconstrucción no sólo de casas, escuelas e iglesias, sino espiritual”.    Las instituciones que reciben ayudas este año para diversos proyectos son Cáritas Diocesana de Zaragoza, Asociación Nuevo Futuro, Orden Hospitalaria San Juan de Dios – Hospital Infantil San Rafael,  Fundación Tomillo  OT, Fundación San Bernardo, Casal dels Infants per L’Acció Social als Barris, Comunidad de Adoratrices Córdoba, Asociación Lares, Asociación Aspanaes,  Fundación Prodis-Programa “Empresa”, Asociación Valenciana de la Caridad, Fundación Amigos de los Mayores, Cáritas España, Asociación Astrapace, Hijas de la Caridad San Vicente de Paul–Comunidad Comedor Benéfico, Asociación para la Solidaridad, Fundación Boscana, Asociación Asleuval, Asociación Ademna Centro De Día, Fundación Acción Franciscana,  Asociación Ademto, Fundación Down Madrid, Fundación Benito Menni, Ayuda a la Iglesia Necesitada–ACN España, Asociación Cesal,  Fundación Alboan, Asociación It will be, Manos Unidas, Fundación AD Gentes, Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo, Congregación de los Sagrados Corazones, Fundación Privada para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple y Centro de Educación especial Santa Teresa de Ávila.

Recursos

Las Iglesias ortodoxas orientales en la actualidad

El incendio de la catedral gótica de Notre-Dame ha sido para muchos un símbolo de la Europa actual casi sin raíces cristianas. Una Europa en demolición. ¿Seremos capaces de reconstruirla?, ¿de construir una civilización cristiana?, ¿y de convivir con otras religiones? Son preguntas inevitables. 

Pablo Blanco Sarto·9 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 8 minutos

El cristianismo ha sido durante siglos la religión predominante en Europa, y sigue siendo la afiliación religiosa mayoritaria en 27 de los 34 países encuestados en el último informe del Pew Forum. Pero las divisiones históricas, también entre cristianos, subyacen en esta identidad común: solo una de las tres principales tradiciones cristianas (catolicismo, protestantismo y ortodoxia) predomina en cada parte del continente. 

Si bien la ortodoxia es la fe dominante en Europa del Este, los países de mayoría católica son comunes en el centro y sureste del continente, mientras el protestantismo domina en las brumosas tierras del norte. Esta geografía confesional permite ver con claridad el presente de Europa, a la vez que aparecen nuevos agentes en el horizonte.

Ex oriente, lux

En efecto, Europa occidental tiene poblaciones crecientes de ciudadanos religiosos no afiliados, que suscribe un intenso proceso de descristianización. Bajo las formas de ateísmo y agnosticismo se aleja de sus propias raíces. 

Ahora bien, nos podemos preguntar, ¿está dejando Europa de ser cristiana, o simplemente está cambiando el mapa religioso al desplazarse el foco del cristianismo hacia las periferias del Este? 

Más de 7 de cada 10 personas de Rumania, Grecia y Serbia dijeron que ser cristianos era importante para su identidad nacional, mientras que el 65 por ciento de las personas de Francia y del Reino Unido (o el 64 por ciento de los alemanes y el 59 por ciento de los españoles) dijo que ser cristiano no era tan importante para ellos. Los Estados bálticos de Estonia y Letonia son igualmente diferentes a los de Europa del Este, pues respectivamente el 82 y el 84 por ciento de los encuestados de esos países dijeron que la religión no era importante para su identidad nacional. Solo el Este sigue confesándose y quiere seguir siendo cristiano, podría parecer. 

Otro dato interesante. La mayoría de los encuestados de los países de Europa Central y del Este afirmaban que no aceptarían a un musulmán en su familia. En efecto, solo el 7 por ciento de los armenios o el 16 de la República Checa dijeron que acogerían a un musulmán en sus familias. Por el contrario, 9 de cada 10 encuestados de los Países Bajos, Dinamarca y Noruega sostuvieron que lo aceptarían, y la mayoría de todos los demás países de Europa occidental dijeron lo mismo. Ante esto podríamos plantear una nueva pregunta: rechazar el islam, ¿es esta actitud demasiado cristiana, o demasiado poco cristiana? ¿El problema es –como dijo la luterana Angela Merkel− el demasiado islam o el demasiado poco cristianismo en Europa?

La encuesta refleja de esta forma una “disminución significativa” en la afiliación cristiana de toda Europa occidental. Hay varias razones por las que tantos bautizados como cristianos ya no se consideran tales. 

La principal es que “se alejaron gradualmente de la religión”. A la vez, otros señalan que no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia sobre temas morales, aunque concuerdan plenamente en lo social y ecológico. 

Por el contrario, en una parte de la zona donde los regímenes comunistas reprimieron las religiones, con un elevado relativismo ético, la afiliación cristiana ha mostrado un resurgimiento desde la caída de la URSS en 1991.

Las tierras antes poscristianas tras el comunismo son ahora más cristianas. En Ucrania, por ejemplo, ahora hay más personas que dicen que son cristianas (93 %) de lo que lo fueron antes (81 %); lo mismo ocurre en Rusia, Bielorrusia y Armenia. Los europeos centrales y orientales son más propensos que los europeos occidentales a decir que la religión es muy importante en sus vidas, a asistir a los servicios religiosos mensualmente y a rezar a diario. 

Por tanto, las preguntas que quedan en el aire son las siguientes: ¿cuál será el mapa de la religión en Europa en los siguientes años? ¿Cómo será el cristianismo del futuro en nuestro viejo continente? Todo dependerá de si Europa llega hasta los Alpes, los Cárpatos o los Urales, como resulta evidente. Pero en las últimas décadas el concepto de Europa se ha ensanchado.

Las Iglesias ortodoxas

El cristianismo nació en Oriente (ex oriente, lux) y el griego fue su primera lengua tras el arameo. Fue así una religión antes asiática que europea. 

La Iglesia se desarrolló desde un principio respetando la legítima diversidad. Enseguida fueron nombrados arzobispos, metropolitanos y patriarcas, y fue creada la Pentarquía de Roma -que presidía en la caridad- con cuatro patriarcados en oriente: Jerusalén como la primera comunidad cristiana, con Santiago y Esteban; Antioquía, de gran importancia cultural, con Pedro a la cabeza; Alejandría de cultura helenística, con Marcos; y Constantinopla, con Andrés, capital del imperio de oriente. Ya en 330 encontramos sin embargo una paridad muy grande entre la sede romana y el patriarcado de Constantinopla, la “segunda Roma”. Roma mantiene todavía el primado de jurisdicción (y no solo del de honor) y el latín se enfrenta al griego.

El origen de la Ortodoxia debe situarse en las escisiones de oriente. Conserva el episcopado y la sucesión apostólica, por lo que son verdaderas Iglesias particulares, a las que sin embargo les falta la plena comunión con Roma. La primera separación tuvo lugar en el siglo V con motivo del rechazo de los concilios de Éfeso y Calcedonia, en los que se confesaba la divinidad de Jesucristo y sus dos naturalezas, humana y divina. Así, varios pueblos se separaron de Roma y los patriarcados constituyeron Iglesias nacionales de corte nestoriano y monofisita. 

En el siglo VII nació la hegemonía de Constantinopla y de la lengua griega, y en el IX llega en primer lugar el distanciamiento de Roma bajo Focio, por la cuestión del Filioque contenido en el credo latino (pues en oriente se decía que el Espíritu procedía del Padre por el Hijo). En 867 Focio excomulgaba al Papa. 

En el siglo X queda restablecida la unidad con Roma, si bien existen relaciones tensas y falta el verdadero amor. Un siglo después tenía lugar la ruptura con Miguel Cerulario, por la que los cuatro patriarcados de oriente se separaron de Roma. 

Según una conocida tradición no probada, en 1054 los legados papales depositan la bula de excomunión sobre el altar de Santa Sofía, a lo que responde el patriarca con un anatema. Se cumplen ahora 450 años. En el concilio de Lyon (1274) se logró una breve unión de seis años y, de nuevo en el siglo XV, era alcanzada una nueva unión en el concilio de Florencia (1438-1439). Cae Constantinopla (1453), por lo que disminuye la centralidad de este patriarcado. Las divisiones surgidas a partir de 1054 han herido la originaria unidad del cristianismo, dividido ahora entre oriente y occidente. Con su carácter popular y colorista, místico y monástico, el cristianismo oriental goza de una buena y merecida fama entre sus fieles. Los retos modernos (desde el papel de los laicos hasta la doctrina social de la Iglesia) presentan nuevos frentes que sin embargo ha de asumir. En la actualidad cuenta entre 200 y 260 millones de cristianos. El pulmón oriental –como decía san Juan Pablo II− resulta necesario para la Iglesia. No contar con él causa insuficiencia respiratoria. 

Entre las Iglesias orientales, existe una minoría católica y una mayoría ortodoxa. La división entre las distintas Iglesias ortodoxas dificulta no solo su recuento, sino también las relaciones entre ellas. Por un lado, tienen el episcopado y todos los sacramentos. 

Pero la excesiva vinculación con el poder político las convierte en ocasiones en Iglesias nacionales. El cesaropapismo ha estado también presente a lo largo de su historia. En 2016 tuvo lugar el primer Sínodo panortodoxo de la historia, si bien sin la asistencia del Patriarcado de Moscú, de Bulgaria y de Georgia. 

La multiplicidad de circunscripciones (patriarcados, Iglesias autocéfalas y metropolitanas, archidiócesis) no constituye un elemento de unidad, al faltar una referencia común. Así, la división no solo se da con Roma, sino también entre las distintas Iglesias ortodoxas. Las polémicas menudean hasta llegar a la reciente excomunión mutua entre Moscú y Constantinopla en 2017, con motivo del paso de Ucrania al Patriarcado ecuménico. Junto a esto, las Iglesias ortodoxas claman por la sobornost, por la sinfonía entre todas ellas.

Teología y espiritualidad de oriente

Los cristianos ortodoxos profesan la misma fe, recibida en el mismo bautismo, con la misma jerarquía y los mismos sacramentos válidos. Presentan, eso sí, diferentes perspectivas espirituales y teológicas respecto a los occidentales, como la monarquía del Padre (como fuente eterna de toda la Trinidad) y la mencionada doctrina de que el Espíritu procede del Padre por el Hijo, doctrina considerada ahora compatible con la del Filioque. 

En lo que a la idea de Iglesia se refiere, presenta una eclesiología eucarística de comunión, centrada tan solo en el episcopado y en la Iglesia local, y sin el primado ni la infalibilidad pontificia. En teología sacramentaria existen algunas pequeñas diferencias, como el carácter sacramental no indeleble, la admisión del divorcio o algunas diferencias rituales. En mariología no admiten ni la asunción ni la inmaculada concepción como dogmas, mientras su escatología rechaza la doctrina del purgatorio y del juicio particular.

Oriente es también famoso por el desarrollo de la teología apofática o negativa: recomienda el silencio y la admiración, contemplar la infinita transcendencia de Dios y de sus misterios: Dios es el “invisible” (Rm 1, 20), “inescrutable” (Rm 11, 33), “inaccesible” (1Tm 6, 16). No hay pues distinción entre mística y teología, dogma y experiencia personal. Junto a esto ha desarrollado una teología del icono, donde todo es luz y esplendor, sin sombras ni la perspectiva occidental. El icono es considerado objeto de culto, casi un sacramento, pues hace presente a Dios y muestra el rostro visible del Dios invisible. Veneran así los iconos de Cristo representado como Verbo encarnado, los de María como Theotokos (María supone la continuación del tejido trinitario y cristológico)y los de los santos, que muestran un cuerpo santificado.

Aprecian la dimensión cósmica de toda la creación y proponen una “cosmología sacramental”. El mundo es así una teofanía o revelación: el universo es signo de la belleza y presencia divinas. Por la teología de la imagen (cf. Gn 1, 26.2, 7) la persona participa de la luz del Espíritu, el Iconógrafo por excelencia. Así desarrollaron una teología de la divinización del cristiano en gracia (theiosis) por la que somos iconos del Icono, Cristo. Divinización del cristiano si el hombre no destruye la imagen de Dios, al convertirlo en santuario de Dios. Los sacramentos como principal fuente de divinización, sobre todo la eucaristía, que es también un pentecostés. La eucaristía es un mysterium tremendum, y por eso se celebra separada por el iconostasio. La Divina Liturgia es “el cielo en la tierra”, celebrada incluso con gritos y saltos, expresando una dimensión escatológica como continuación con la Iglesia celeste, inseparable de una dimensión cósmica y antropológica, donde figura lo sensible y la unión con la creación. 

De igual modo presentan una rica tradición monástica, donde presentan una gran importancia los padres espirituales (starets). De hecho el monacato nació en oriente (Egipto) en el siglo IV, donde florecieron los anacoretas o eremitas, reunidos en torno a un padre espiritual, que dio lugar a la vida cenobítica en monasterios, verdadero anticipo de la eternidad. 

Después vinieron las “lauras” o cabañas donde moraban en Palestina, los “estilitas” o quienes vivían subidos a una columna, los “emparedados” en “clausas” o los “ocaimetas” que alababan toda la noche. San Basilio (330-379) escribe la primera regla monástica donde la oración y liturgia ocupan un lugar central. En el siglo V, por la decadencia por el monofisismo y las invasiones musulmanas, el monacato se desplaza hacia Constantinopla y el monte Athos, donde según la tradición se refugió la Virgen con san Juan. 

Quedan sin embargo pendientes los grandes desafíos, como la doctrina social, si bien en 2000 el Patriarcado de Moscú publicó los Fundamentos de la concepción social, donde se abandona la “teoría de la armonía” entre Iglesia y Estado, y presenta una gran convergencia con la doctrina católica. Se trata de buscar el progreso humano, superando un posible inmovilismo y sin caer en el secularismo. 

Los orientales miran más a Dios que al mundo, a la alegría más que al dolor, a la resurrección que a la muerte, y no se preocupan tanto de este mundo o de la cuestión social. En este caso el motivo del cisma fue la doctrina sobre la Trinidad, no la justificación. Sobre este punto ha habido progresos, así como en la materia de la eucaristía o la doctrina sobre el purgatorio.

Queda sin embargo por delimitar bien cuál es el papel del obispo de Roma –el protos– en la comunión eclesial, así como el de la sinodalidad en occidente. El Documento de Rávena (2007) constituye un buen inicio y un buen auspicio. Los próximos años pueden resultar decisivos para el crecimiento de la comunión con estas “Iglesias hermanas”.

TribunaStefania Falasca

Sínodo Amazónico. Un kairós para la Iglesia y para el mundo

A punto de comenzar al Sínodo dedicado a la Amazonia y al estudio de “nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, que se extenderá del 6 al 27 de octubre en Roma, la autora expone los puntos de partida y las expectativas de esta esperada asamblea de obispos.

8 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Cómo se puede no entender todavía “que la defensa de la tierra no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida?”. Con estas palabras en Madre de Dios, Perú, en el corazón de la selva amazónica, el Papa Francisco ha querido comenzar el 19 de enero de 2019, con más de un año de anticipación, el Sínodo sobre la Amazonia que desde el 6 de octubre, durante tres semanas, ve reunidos en la Sede de Pedro a los obispos de la Iglesia universal.

El Papa eligió un lugar estratégico: las fuentes del gran río, el Amazonas, la arteria de agua que con sus afluentes discurre como venas de la flora y de la fauna del territorio, como fuente de sus innumerables pueblos y de sus milenarias culturas florecidas en estrecha conexión con el ambiente, y da la vida no a un entero continente, sino al mundo. Es este un lugar decisivo, de importancia planetaria, como la entera región pan-amazónica que se extiende en casi 8 millones de kilómetros y contribuye de manera determinante a la vida sobre la tierra.

Un vaso de agua de cada cinco y una de cada cinco respiraciones de cada persona vienen de la cuenca amazónica. Sin la Amazonia, por lo tanto, el mundo no podrá tener esperanza de vida. Aquí se juega el futuro del planeta y de la humanidad. Pero precisamente en esta gran región, de tan vital importancia para todos, se ha desencadenado una grave crisis ambiental y social causada por una prolongada injerencia humana en la que predomina una cultura del descarte y una mentalidad extractivista.

La causa profunda de la crisis está estrechamente ligada con el modelo de desarrollo adoptado, que la Laudato si’ indica como “globalización del paradigma tecnocrático”. Un modelo que induce a considerar la madre tierra como si fuera una mercancía. Se la puede explotar, degradar y depredar sin escrúpulos y sin dar cuentas por acumular dinero. Así, el gran bosque pluvial es hoy víctima de la mayor destrucción artificial de todos los tiempos, porque está en el centro de la disputa por el acaparamiento de los recursos naturales: gas, petróleo, madera, oro, monocultivos. Y nuevas formas de colonialismo predatorio siguen devorándolo incesantemente, devastando la vida con la contaminación ambiental causada por la extracción ilegal y sus consecuencias: trata de personas, mano de obra esclavizada, abuso sexual, comercios ilícitos.

Se trata de una situación de emergencia mundial. Es “el corazón de nuestra casa común, es la obra extraordinaria de Dios herida por la avidez humana y por el consumo fin en sí mismo el que hoy nos invita a volver la mirada”, ha afirmado también Francisco. “No podemos  continuar ignorando estos flagelos. Con la riqueza de su biodiversidad, multiétnica, pluricultural y plurirreligiosa, la Amazonia es un espejo de toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los Estados y de la Iglesia”. La Amazonia no es otro mundo, lejano y exótico. Es el espejo del nuestro. Y es una cuestión de vida o muerte que nos afecta a todos. Porque allí se juega la partida del presente y el futuro del desarrollo humano. Porque lo que ocurre en la Amazonia es el paradigma de la cultura imperante del consumo y del descarte, que transforma la tierra en un gran escombrera. Porque es el paradigma de la crisis de un desarrollo obsesionado solamente por los ídolos del dinero y del poder, ídolos que imponen “nuevos colonialismos ideológicos feroces enmascarados en el mito del progreso”, que destruyen el ambiente, las identidades culturales propias de los pueblos y su convivencia.

Escuchar el “grito de esclavitud” de la naturaleza y el de sus pueblos amenazados que sube desde esta inmensa región depredada y violentada, no puede sino afectar también a la misión de la Iglesia universal, llamada con urgencia a interrogarse y a emprender nuevos caminos de evangelización, porque el interés por la creación, y por la relación de la humanidad consigo misma, es una instancia de la fe bíblica. Y, en fin, a promover, en el surco de la doctrina social de la Iglesia, una ecología que pide una aproximación integral para combatir la pobreza, restituir dignidad a los excluidos y, a la vez, cuidar de la naturaleza.

De aquí un Sínodo que “es ‘hijo’ de la Laudato si’’. Quien no la haya leído no entenderá nunca el Sínodo sobre la Amazonia. La Laudato si’ no es una encíclica verde, es una encíclica social, que se basa sobre una realidad ‘verde’, la custodia de la creación”, ha afirmado claramente el propio Papa Francisco. Por lo demás custodiar la entera creación es un servicio que el Obispo de Roma está llamado a realizar y “la Iglesia católica es consciente de la responsabilidad que todos tenemos hacia este nuestro mundo, hacia la entera creación, que debemos amar y custodiar”.

De aquí, entonces, las razones de un Sínodo que “gira en torno a la vida, la vida del territorio amazónico y de sus pueblos, la vida de la Iglesia, la vida del planeta”, como indica el documento de trabajo sobre el que trabajarán los padres sinodales. Un kairós para la Iglesia y para el mundo. Esto es, en síntesis sustancial, lo que se quiere de la próxima asamblea sinodal sobre la Amazonia. Un don para la Amazonia y para el mundo, donde puedan aún resonar las palabras del Señor a Moisés: “Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar en el que estás es terreno sagrado”. n

El autorStefania Falasca

Vicepresidenta de la Fundación Vaticana Juan Pablo I

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FirmasP. Justino Sarmento Rezende

Nuevos caminos para la Iglesia

La sorpresa de la convocatoria del Sínodo para la región pan-Amazónica por parte del Papa Francisco y la experiencia de haber participado en la fase preparatoria.

8 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tengo 58 años, de los cuales 35 de vida religiosa (vida salesiana) y 25 años de sacerdocio, la mayoría de esos años dedicados a mis parientes y paisanos indígenas. La convocatoria del Sínodo sobre la región pan-Amazónica por parte del Papa Francisco fue una gran sorpresa para mí, involucrándome directamente en el proceso de su preparación.

Es interesante como desde el principio los indígenas se han convertido en los interlocutores especiales para contribuir a reflexionar sobre cómo sería una Iglesia con rostro amazónico y rostro indígena. Y de esa forma a mostrar cómo relacionarse de manera equilibrada con los territorios, bosques, ríos, arroyos, animales, peces, pájaros, lugares de nuestros orígenes.

Mi compromiso con el proceso de preparación para el Sínodo de la Amazonía me ha demostrado claramente que los pueblos indígenas amazónicos esperan que surja algo nuevo del Sínodo. La figura del Papa Francisco es entendida como uno de los aliados más fuertes en defensa de los pueblos y sus territorios, y este compromiso con los más frágiles que somos indígenas se demuestra como una voz profética en la Amazonía y en el mundo contemporáneo.

Al Sínodo asistirán expertos de nuestra Iglesia (teólogos, pastores, liturgistas, biblistas, canonistas, etc.). Los sacerdotes sinodales deberán asumir una actitud de escucha, escucha de las voces del Espíritu Santo y de las voces de la Amazonía. De esta manera, el Sínodo de la Amazonía ofrecerá a la Iglesia católica, desde la Amazonía, contribuciones que enriquecerán a toda la Iglesia católica. 

El período posterior a la Asamblea del Sínodo será un momento muy bueno e importante, el momento en que veremos el nacimiento y el crecimiento de nuevos caminos para la Iglesia local. Por otro lado, se señalarán varios desafíos con respecto al cuidado de la ecología integral. Tanto la Iglesia como las sociedades nacionales pan-amazónicas se harán cargo de este trabajo y no hay que asustarse y escapar de estos compromisos.

El autorP. Justino Sarmento Rezende

Sacerdote salesiano, indígena del pueblo Utãpinopona/Tuyuka

El Mes Misionero Extraodinario

Después de un año de preparación, de puesta en camino, llegamos a este mes de octubre de 2019, en el que toda la Iglesia se une para celebrar el Mes Misionero Extraordinario.

8 de octubre de 2019·Tiempo de lectura: 2 minutos

Vamos a vivir bien este mes. No hace falta mucha imaginación: rezar el rosario, ofrecer alguna Misa, dedicar un tiempo de nuestra oración a pedir por los misioneros… ¡ofrecer algún posible sacrificio por esta preciosa intención! Preguntar en la parroquia o en la diócesis qué actividades de formación y oración misionera se van a llevar a cabo en nuestra ciudad… No estamos perdiendo el tiempo, sino apoyando la vida de la Iglesia.

No sé qué fruto dará en el corazón de la gente, no sé que frutos podrán cosecharse en la vida misionera de la Iglesia. Lo que sí sé, porque es evidente, que tras este mes seguirá siendo necesario que recemos por la misión de la Iglesia, que una vez pasado el mes de octubre; seguiremos necesitando que los jóvenes se planteen con generosidad y sencillez si Dios puede estar llamándoles por el camino de la entrega y de la misión; seguirá habiendo hombres y mujeres que no amen al Señor, porque no han tenido la oportunidad de que nadie les haya hablado de Él…

Soy sacerdote, no recibí este don para encerrarme en mi habitación. Tú tienes corazón sacerdotal, porque participas, también, del sacerdocio de Cristo por tu bautismo… ¡Ese corazón quiere a Dios y quiere a todos los hombres! Corazón sacerdotal significa corazón que quiere a todos y les quiere con el amor de Dios: ¡te importa, nos importa, que ellos, los que todavía no le conocen, le amen! ¡Te importa, nos importa, que ellos, los que todavía no lo saben, descubran cuánto les ama Dios! ¿Y te vas a quedar quieto?

Ojalá este Mes Misionero Extraordinario sirva, al menos, para que todos los cristianos crezcamos en el deseo de ser instrumentos de Dios y de la Iglesia para llevar el amor de Dios a los hombres que no están cerca de Él.

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.