Vaticano

Comienza el Jubileo 2025: Una Iglesia de puertas abiertas y mirada esperanzada

El Papa Francisco ha dado inicio al Año Jubilar de la Esperanza con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, en una ceremonia que ha sido un resumen y la culminación de su pontificado

Maria Candela Temes·26 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El día 24 a las siete de la tarde -hora de Roma- el Papa Francisco dio inicio a un nuevo Año Jubilar, con el rito de apertura de la puerta santa en el atrio de San Pedro.

Fue una ceremonia de gran belleza litúrgica y cargada de simbolismo, que precedió a la celebración de la Santa Misa de la Natividad del Señor en la Basílica vaticana.

El llamado Jubileo de la Esperanza que la Iglesia acaba de estrenar se extenderá hasta el 6 de enero de 2026.

Recuerdo del Jubileo del año 2000

En el atrio del imponente templo, frente a una puerta circundada de flores, el Papa ejecutó un rito que lleva 600 años celebrándose, desde que Martín V abriera por primera vez el portón de la basílica de San Juan de Letrán.

La memoria voló inevitablemente a lo ocurrido hace un cuarto de siglo, cuando Juan Pablo II cruzó la puerta de San Pedro envuelto en una brillante capa pluvial de colores, conmemorando los dos mil años de la redención.

El Papa en el umbral de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, después de abrirla e inaugurar el Jubileo 2025. (Foto CNS/Vatican Media)

El mismo gesto cansado y orante del Papa polaco en aquella noche lo vimos también en Francisco, que llevó un sencillo manto de color blanco e iba sentado en una silla de ruedas, debido a su delicado estado de salud.

Con 88 años recién cumplidos y más de una década de ministerio petrino, verle atravesar la puerta santa tuvo una especial fuerza expresiva, pues presenciamos una imagen que resumía el magisterio con el que lleva once años guiando a la Iglesia.

Ya en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, que es la carta programática de su pontificado, publicada en noviembre de 2013, hablaba de su deseo de “una Iglesia con las puertas abiertas”.

Otra frase, “en la Iglesia caben todos”, ha sido el leitmotiv de su predicación en los últimos meses, desde que lo repitiera con insistencia en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, en agosto de 2023. 

Los primeros en cruzar la puerta santa

Esta apertura y universalidad estuvieron presentes en toda la ceremonia. Tras el Papa, 54 fieles provenientes de los cinco continentes -algunos de lugares como Egipto, Eritrea, Vietnam, Samoa o Papua Nueva Guinea- entraron por la puerta santa.

En la Misa, la oración de los fieles arrancó con una petición en chino e incluyó, no por coincidencia, otra en árabe rogando por la paz.

Las ofrendas fueron llevadas por personas ataviadas con sus vestidos regionales: se podían distinguir trajes asiáticos, árabes y africanos, las plumas y la manta de una india americana, y el atuendo típico de los gauchos argentinos.

En otro momento, niños de varios países llevaron una ofrenda floral al Niño Dios.

Niños de 10 naciones llevan flores a una estatua del Niño Jesús frente al altar para la Misa de Nochebuena (Foto CNS/Lola Gomez)

Un pontificado de esperanza

La celebración de la Nochebuena fue el culmen de un pontificado que ha subrayado la centralidad de la misericordia en la vida de la Iglesia.

Vimos a un Papa recogido en oración, gastado, sostenido para atravesar una puerta que simboliza la reconciliación con Dios y sobre todo simboliza a Jesucristo, que se autoproclamó “la puerta de las ovejas”. 

Francisco personifica él mismo la esperanza que la Iglesia predica a sus hijos en este Año Santo. Sobre esta virtud teologal versó su homilía de la Misa: “Hermanos y hermanas, este es el Jubileo, este es el tiempo de la esperanza. Este nos invita a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar”. En un mundo atravesado de guerras y dolor, el Papa venido del nuevo mundo nos deja como legado la esperanza.

Vaticano

Historias de esperanza a las puertas del Jubileo

El Papa Francisco finalmente abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, inaugurando el Año Jubilar. El primer día trajo consigo historias de esperanza en medio de la espera y el frío de Roma.

Luísa Laval·25 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El día tan anunciado por el Papa Francisco finalmente llegó, y la Iglesia abrió sus puertas para el Año Jubilar de la Esperanza. La espera por la apertura y la Misa de Navidad estuvo marcada por el frío y los fuertes vientos en la Plaza de San Pedro. Aun así, esto no impidió que unas 25 mil personas asistieran a la ceremonia desde el exterior (mientras 6 mil estaban dentro). En este primer día del Jubileo, fue posible encontrar rostros e historias que transmiten esperanza.

Cuando faltaba aproximadamente una hora y media para el inicio de la Misa y el frío se hacía más intenso, un grupo de estudiantes internacionales del coro Nuova Voce comenzó a cantar canciones típicas navideñas para animar el ambiente. Cantaron en diferentes idiomas: inglés, español e incluso polaco.

“La espera se hacía larga y el frío también, así que decidimos empezar a cantar para que el tiempo pasara más rápido”, cuenta la directora del coro, Ana Serrano. “Fue un momento bonito para compartir la belleza de la Navidad. Al final, los italianos pidieron que cantáramos Tu scendi dalle Stelle, la canción navideña italiana más conocida, y muchos se unieron.”

Aunque muchos se retiraron después de la Apertura de la Puerta Santa, las integrantes del coro quedaron impresionadas con la participación activa de los fieles durante la Misa. El pueblo seguía los cantos, se arrodillaba sobre el concreto y guardaba largos momentos de silencio, en oración. Quedarán en la memoria de los presentes las filas de cientos de sacerdotes distribuyendo la comunión a la multitud que seguía la ceremonia a través de las pantallas gigantes de la plaza.

Caminos que se cruzan

La programadora de software Balita Díaz fue testigo de un encuentro poco convencional. Una brasileña explicaba en inglés a un surcoreano cada paso de la Misa. Al finalizar la ceremonia, descubrió que la joven se había convertido al catolicismo hace solo tres años y había venido sola para participar en la apertura del Jubileo. Nunca se habían visto antes, y lo único que los unía era el banco cerca del Altar de la Confesión, dentro de la Basílica de San Pedro.

Durante los dos días que estuvo en Roma, la brasileña contó que rezaba para poder entrar en la Basílica el día de la Misa, ya que había un estricto control de entradas. Cuando llegó el día, finalmente logró pasar por las filas (quizás con un poco de “jeitinho brasileiro”, como se dice en su país).

El surcoreano, por su parte, no es católico, pero comentó que desde hacía tiempo deseaba cruzar una Puerta Santa. “Estando aquí, realmente me siento como un hombre de fe”, dijo. La joven lo animó a acercarse a la fe, y, quién sabe, tal vez podrían encontrarse en la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Seúl en 2027, ya convertido.

La realización de un sueño

Llegar a Roma es para muchos un gran sueño, especialmente para quienes vienen de lejos. Las brasileñas Sofia Valadares y Ana Cecília, las dos de 22 años, comparten su ilusión por participar de la apertura de la Puerta Santa.

“Mi sueño siempre fue visitar Roma y conocer el Vaticano. Alimenté este deseo durante muchos años y finalmente lo logré en 2024. Al final, como Dios siempre tiene planes mejores que los nuestros, ¡pude estar en Roma en Navidad y, adivinen, justo el día que comenzaba el Jubileo! No podría estar más feliz con las ‘coincidencias’ que ocurrieron en este viaje”, cuenta Sofía, que tiene 22 años y es psicóloga.

“Venir a Roma siempre fue un sueño desde mi infancia. Crecí en un hogar donde la decoración central de la sala era una miniatura de la Pietà. Así, no solo los objetos, sino también todos mis principios y valores se formaron y maduraron en la fe católica”, dice Ana Cecilia, estudiante de Medicina.”Conocer este lugar, cuna de tantas decisiones importantes, donde está nuestro querido Papa, y manifestarle nuestro cariño, significa mucho para mí.” 

Cuando preguntadas sobre lo que significa el Jubileo para cada una, dicen que se quedaron impactadas con la universalidad de la Iglesia.

“Es muy hermoso ver el significado de la palabra católico ante mis ojos. Ver a tantas personas unidas por la misma fe me llenó de esperanza”, dice Sofia. “No es sorpresa para nadie que el mundo necesita desesperadamente fe. Ver tantas guerras y desgracias todos los días puede entristecer cualquier corazón. El Jubileo es importante precisamente por eso: representa una luz que brilla, es la vela puesta sobre el altar que se consume de amor. El mundo necesita esto. Yo necesito esto. Ese amor alimenta la esperanza que tanto necesitamos en el mundo de hoy.”

Ana Cecilia complementa: “Aunque no soy italiana, al llegar aquí me sentí en casa. Las primeras impresiones del Jubileo llenaron mi corazón de alegría. Este es el primero de mi vida, ya que no había nacido en el anterior. Veo el Jubileo como una oportunidad para encontrarnos con nosotros mismos, con los demás y con Jesús. Vine a Roma para conocer los pilares que sostienen mi fe, y he recibido muchas otras bendiciones de Dios”.

Al salir de la Basílica, el viento era frío, pero se sentía el calor de las sonrisas en los rostros acogedores de los voluntarios, muchos de los cuales sacrificaron parte de la noche de Navidad para apoyar la ceremonia. Esta fue la primera noche del Jubileo de 2025. La plaza refuerza su papel de lugar de encuentro de caminos e historias. Esperamos muchos más testimonios de esperanza llegando a la Ciudad Eterna.

Vaticano

Así transcurrió la ceremonia de apertura de la Puerta Santa

Rome Reports·25 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La solemne apertura de la Puerta Santa marcó el inicio de del Jubileo de la Esperanza. La ceremonia, llena de simbolismo y tradición, congregó a personas de diversas partes del mundo, quienes participaron en un momento histórico. El Santo Padre abrió la puerta desde la silla de ruedas.

El Papa Francisco destacó que el Jubileo Ordinario, que tendrá lugar a lo largo de 2025, será un Año Santo centrado en una esperanza inquebrantable. Esta esperanza trasciende la esfera personal de cada creyente, abarcando también la sociedad en su conjunto, las relaciones humanas y la defensa de la dignidad de cada individuo.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.

Recursos

Nueve poesías para rezar junto al Belén

Descubre 9 poesías inspiradoras para rezar junto al belén esta Navidad. Versos que conectan el alma con la belleza del misterio del Nacimiento.

Javier García Herrería·24 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Quién ha entrado en el portal de Belén?

Gerardo Diego

¿Quién ha entrado en el portal,
en el portal de Belén?
¿Quién ha entrado por la puerta?
¿quién ha entrado, quién?.

La noche, el frío, la escarcha
y la espada de una estrella.
Un varón -vara florida-
y una doncella.

¿Quién ha entrado en el portal
por el techo abierto y roto?
¿Quién ha entrado que así suena
celeste alboroto?

Una escala de oro y música,
sostenidos y bemoles
y ángeles con panderetas
dorremifasoles.

¿Quién ha entrado en el portal,
en el portal de Belén,
no por la puerta y el techo
ni el aire del aire, quién?.

Flor sobre impacto capullo,
rocío sobre la flor.
Nadie sabe cómo vino
mi Niño, mi amor..


Canción de Cuna de San José

Lope de Vega

José – Dormid, que yo os guardaré
el sueño, y yo os cantaré
mil canciones, mientras viene
la que dentro el alma os tiene,
a daros leche del pecho.

Mi Niño, ¿cómo os halláis
conmigo? ¿No respondéis?: “
pues bien podéis, si queréis,
que lengua a las piedras dais.
¡Ea! mis ojos, ¿no habláis?

Mirad, que os escucho yo.

Iglesia de la Natividad en Belén. @OSV News/Debbie Hill

Las pajas del pesebre

Lope de Vega

Las pajas del pesebre
niño de Belén
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Lloráis entre pajas,
del frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y del calor también.

Dormid, Cordero santo;
mi vida, no lloréis;
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.

Dormid entre pajas
que, aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven,
serán mañana espinas
en corona cruel.

Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer;

que aunque tan grandes deudas
en pajas las cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Dejad en tierno llanto,
divino Emmanüel;
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.

No piense vuestra Madre
que ya Jerusalén
previente sus dolores
y llora con José;

que aunque pajas no sean
corona para rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.


Juan Ruiz, Arcipreste de Hita

Santa María,
luz del día,
sé mi guía
todavía.

Dame gracia y bendición,
de Jesús consolación,
para que con devoción
pueda cantar tu alegría.

Tú siete gozos tuviste:
uno cuando recibiste
salutación
del Ángel; cuando la oíste
tú, María, concebiste
Dios-Salvación.

El segundo fue cumplido
cuando fue de ti nacido
sin dolor,
de los ángeles servido;
y fue luego conocido
por Salvador.

Y fue tu gozo tercero
cuando apareció el lucero
a demostrar
el camino verdadero;
a los Reyes compañero
fue en guiar.


Lope de Vega

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abría! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

Palma Vecchio, Conversación Sagrada. @WebWalleryofArt

A qué vienes niño

Alejandro Domingo

A qué vienes niño,
por qué has venido,
a esta tierra fría;
derroche de vida.

Quieres nuestros brazos
para abrigarte,
y mi corazón;
derroche de amor.

Ven pues, ya que quieres,
ya que tanto ansías nuestra compañía,
a esta pobre casa que está tan vacía,
que tanto te espera y tanto suspira

Dale ya su dueño, su luz y su vida,
que sin tu calor, no se puede estar.
Quédate conmigo, no me dejes ya.
Y yo cual José y sin hacer ruido
con mucho cariño te quiero cuidar.


Rubén Darío

-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La vida es pura y bella.
Existe Dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina Estrella!

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!

-Yo soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la Muerte.

-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la Vida.


Agranda la puerta, Padre

Miguel de Unamuno

Agranda la puerta, Padre
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños.
Yo he crecido, a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad,
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.

Vidriera de la Iglesia de San Luis en Nueva York. @OSV News/Gregory A. Shemitz

Yo vengo de ver 

Lope de Vega

Yo vengo de ver, Antón,
un niño de pobrezas tales,
que le di para pañales
las telas del corazón.

Leer más

Belén agoniza y su estrella se apaga en cada uno de nosotros

Nuestra fe tiene una geografía, una localización precisa, y hay quienes, durante generaciones desde hace más de dos mil años, custodian esos lugares y perpetúan la presencia cristiana.

24 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El otro día hablé por teléfono con Rony Tabash y se me partió el corazón. Podía oírle trajinando en el mostrador de su tienda y de fondo se escuchaba la llamada a la oración de la mezquita cercana. Ese inconfundible canto me trasladó de inmediato allí, a Belén, a la céntrica Manger Square (Plaza del Pesebre), donde también repican las campanas de la emblemática iglesia de la Natividad, cuyos muros siguen en pie desde tiempos de Justiniano. 

Sin embargo, mis nostálgicos recuerdos se dieron de bruces con la realidad: “Belén se está muriendo”, me dijo Rony. “Aquí no se siente la Navidad. No hay decoración, ni luces ni nada. Entrar en la iglesia de la Natividad da miedo; está vacía”.

Escuchar esto de Rony, una de las personas más obcecadamente optimistas que he conocido en Tierra Santa, es realmente desolador. “El año pasado, teníamos esperanza de que la guerra terminara antes de la Navidad, pero este año… La gente no espera una buena vida ni buenas noticias, han perdido la esperanza”. 

La sombra del conflicto en Gaza es alargada. Además de las víctimas directas –alrededor de 45.000 muertos, decenas de miles de heridos y más de un millón de desplazados–, la guerra ha puesto en jaque las vidas y los negocios de muchas personas más allá de la Franja, en los territorios palestinos de Cisjordania. Es el caso de la pequeña ciudad de Belén, cuya economía gira en torno al turismo religioso cristiano: hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos y artesanía, guías, transporte… 

La familia Tabash sostiene, desde 1927, The Nativity Store, una de las primeras tiendas de regalos de Belén. Venden joyas y todo tipo de artículos religiosos. Se creó en la época del Mandato Británico de Palestina, ha sobrevivido a las guerras del 48 y el 67 y ha sido testigo de las intifadas. En los últimos años, los cierres impuestos por la pandemia del coronavirus durante dos años, fueron un duro golpe para todo el sector turístico en Tierra Santa, que había alcanzado máximos históricos. Las colas para arrodillarse apenas unos segundos en el lugar en el que nació Jesús eran de hasta dos o tres horas y se salían de la basílica hasta la mitad de la plaza. 

Cuando el turismo empezaba a remontar y a recuperar las cifras anteriores a la pandemia, el estallido de la guerra en Gaza volvió a nublar el horizonte. Catorce meses después, no se ve la luz, ni siquiera la de la estrella del emblemático árbol de Navidad que se ponía cada año en la Plaza del Pesebre. Ni el año pasado ni este ha habido árbol. La terrible guerra de la Franja y las duras condiciones en las que se encuentran ensombrecen una fiesta que hasta hace poco congregaba a peregrinos de todo el mundo.  

“Abrimos porque mi padre quiere abrir la tienda, pero no tenemos ventas. Es un milagro que aguantemos”. De hecho, muchos no aguantan. Alrededor de 70 familias de la minoría cristiana de Belén se han ido durante este año, perpetuando una sangría que dura ya más de cien años y que ha diezmado la población cristiana de Tierra Santa. “Mi experiencia es que los que se van no vuelven”, dice Rony. 

Sin embargo, lo que verdaderamente me sacudió en mi conversación con él no fue la pena por los cristianos de Belén, sino nuestra indiferencia. Una indiferencia fruto de la ignorancia, de la ceguera. Porque Belén no es un lugar mítico, es real. HIC (aquí), es la palabra que se lee en muchos de los lugares santos junto con el correspondiente versículo evangélico. Nuestra fe tiene una geografía, una localización precisa, y hay quienes, durante generaciones desde hace más de dos mil años, custodian esos lugares y perpetúan la presencia cristiana. “Somos soldados que estamos aquí para resistir, somos las ‘piedras vivas’”, me decía Rony con la fuerza de quien cree firmemente en su misión. “Pero los cristianos tienen que venir, es también su responsabilidad”, había un deje frustración, de cansancio en su voz. “No nos pueden dejar solos”. 

Les hemos dejado solos. Allí donde brilló la estrella, allí donde cantaron los ángeles, allí donde nació la Esperanza, ven solo oscuridad. Y se están yendo. Dejan Jerusalén, Nazaret y Belén, esos lugares tan queridos por nosotros que, insisto, no son localizaciones de cuentos o leyendas, son el Aquí que Jesucristo quiso habitar en la tierra. “Tienen que venir, tocar, ser parte de este lugar”. Somos parte de esos lugares y esos lugares son parte de nosotros, y eso se lo debemos en parte a personas con nombre y apellido. Rony Tabash es solo una de ellas. 

“La Navidad es la luz en la oscuridad”, me dijo, “pero necesitamos oraciones, porque hemos perdido la esperanza”. Si la Navidad muere en Belén, algo habrá muerto en cada uno de nosotros, pero eso sólo puede entenderlo quien ha estado allí y ha tocado. Esto es Tierra Santa. Quien lo probó, lo sabe. 

Cultura

San Juan de Kety, profesor de la universidad de Cracovia y párroco

La Iglesia celebra el 23 de diciembre, víspera del nacimiento de Jesús, a san Juan de Kety, profesor y teólogo de la Universidad de Cracovia en el siglo XV, luego párroco por unos años. Este mismo día se conmemora a santa Victoria de Tívoli, virgen y mártir del siglo III, no confundir con santa Victoria de Córdoba, también mártir (17 de noviembre).      

Francisco Otamendi·23 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

San Juan de Kety ó Kanty (1390-1473), llamado así en alusión a su lugar de nacimiento en Polonia, también conocido como san Juan Cancio, fue un sacerdote y teólogo polaco que enseñó durante muchos años en la Universidad de Cracovia o Jagelónica, en cuya facultad de Teología estudió en el siglo XX, hasta su ordenación sacerdotal en 1946, san Juan Pablo II. De hecho, el Papa polaco fue muy devoto de san Juan de Kety.

El profesor fue estimado por su austeridad y su amor a los pobres y enfermos. Cuando llegó a profesor de universidad, todos los días daba de almorzar a un pobre. Decía: “Ya viene Jesucristo”. El Papa Francisco, en un mensaje enviado en 2022 al Gran Canciller de la Universidad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia, manifestó que su historia está marcada por los logros científicos y educativos y la “espiritualidad creada por sus santos fundadores, profesores y estudiantes”.

Santa Victoria (siglo III), fue una joven cristiana mártir de Tívoli, cerca de Roma, parece que hermana de santa Anatolia. No quiso casarse ni sacrificar a los ídolos, y un verdugo le clavó un cuchillo en el corazón.

El autorFrancisco Otamendi

París bien vale una misa (o no)

La ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en actos religiosos significativos es una imposición de una visión laicista que silencia la dimensión religiosa en la vida pública.

23 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Llevo un tiempo dándole vueltas a la no asistencia de nuestras autoridades, y más en concreto del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a diversas eucaristías celebradas por reconocidos motivos sociales. Los dos últimos casos han sido los de la reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, y el funeral por los fallecidos en la DANA en Valencia. En los dos casos la normalidad de la vida social habría aconsejado asistir a quien es el representante de todos los españoles.

En la capital francesa se congregaron las máximas autoridades del mundo en un acto que tenía mucho de simbólico por la naturaleza singular del edificio que se restauraba. En Valencia el dolor de las víctimas requería ser acompañado por quien ostenta la máxima autoridad del país, se sea creyente o no. Todos sabemos que a un funeral no solo asisten los creyentes, sino todas las personas que quieren manifestar su sentimiento de pesar y acompañar a quien está sufriendo la pérdida de un ser querido. Estuvieron los reyes, pero no quiso estar el presidente del Gobierno.

Más allá del ateísmo confeso de quien preside nuestro país, hay una opción laicista en esta decisión de no asistir a ningún acto religioso, por la que se pretende imponer a toda la sociedad la propia visión particular del lugar que lo religioso tiene en la vida social. En realidad, apelando a la neutralidad del Estado en este ámbito, está imponiendo un silenciamiento de la presencia de Dios que es la actual forma de imponer, de facto, el ateísmo a todos los ciudadanos.

Todavía recuerdo el funeral de Estado laico que con motivo de la pandemia por la COVID 19 se inventaron para sustituir a la ceremonia religiosa. De hecho, el Gobierno presentó como un gran hito, como un avance social, el que por primera vez no hubiese un acto religioso para orar por los difuntos y se sustituyese por un acto civil, sin ninguna mención a Dios. Y así es. No es una sana laicidad, esa que ha reclamado el papa Francisco en su última visita a Francia, la que está promocionándose con este tipo de acciones. Es, en realidad, una sustitución. Lo que se quiere es que sea el Estado el que canalice y dé la respuesta a los interrogantes sobre el sentido de la vida. Una respuesta que prescinde de Dios y de la creencia en una vida en el más allá. Una respuesta presuntamente neutra, pero que es materialista y atea.

Todos sabemos que la sana laicidad del Estado conlleva el respeto y libertad para que todas las religiones puedan aportar sus principios y su actividad para construir una sociedad más humana. La religión es una de las facetas más importantes para muchas personas. La laicidad debe ser el espacio en el que cada uno podamos expresarnos tal y cómo somos, no el espacio en el que todos debamos dejar de ser nosotros mismos y guardar silencio sobre nuestras creencias.

Está claro que esa no es la visión que tienen nuestros actuales dirigentes y que, por ello, los creyentes tenemos el reto de hacer visible la presencia de lo religioso en nuestra vida cotidiana, tanto en la esfera pública como en la privada.

Y esa es una tarea que nos compete a todos. Especialmente a los laicos.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Libros

Álvaro Núñez Iglesias: “Lo único que explica la Tregua de 1914 en la Gran Guerra es la Navidad”

Al llegar la Navidad de 1914, soldados de ambos bandos en la Primera Guerra Mundial saltaron de sus trincheras y salieron al encuentro del enemigo, desarmados, e intercambiaron regalos, cantaron villancicos y otras canciones, y se felicitaron la Navidad. Fue una gran historia de Navidad. Álvaro Núñez Iglesias narra sus entresijos a Omnes.  

Francisco Otamendi·23 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

“Lo único que explica la Tregua de Navidad de 1914 es la Navidad”, asegura el profesor Álvaro Núñez a propósito de su libro. Porque la Tregua en la I Guerra Mundial (1914-1918) no fue solo un cese de hostilidades: fue un acto de hermandad, de confraternización, de celebración conjunta, de cánticos navideños al unísono. “Sí, la música navideña fue determinante. Era el ‘idioma’ común en el que los contendientes podían entenderse”. 

El autor ha publicado en Encuentro este emocionante relato documentado de cientos de testimonios de soldados británicos, franceses, belgas o alemanes que cantaron, bebieron, jugaron, intercambiaron objetos y direcciones con el enemigo, y cientos de fragmentos de diarios de la Primera Guerra Mundial, en la que murieron entre 9 y 11 millones de militares, la inmensa mayoría soldados, y otros tantos millones de civiles, además de unos 20 millones de heridos. 

Los hechos sucedieron mientras los altos mandos militares prohibían cualquier tregua, y los políticos la deploraban. Álvaro Núñez (Quetzaltenango, 1955), profesor en la Universidad de Almería, padre de tres hijos, revela a Omnes qué le movió a escribir el libro, los llamamientos de los Papas, las premonitarias palabras de Churchill, la carta de un teniente alemán a su amada Trude, el canto de ‘Noche de Paz’…

¿Por qué este libro? Usted ha sido abogado, magistrado.

– Sí, es cierto, pero como docente universitario, llevo más de cuarenta años escribiendo y, siempre que el tema lo ha permitido, he puesto pasión en los escritos jurídicos. Y pasión es lo que me suscita la Navidad y, especialmente, este acontecimiento único, de verdadero espíritu navideño, que fue la Tregua de 1914.

¿Motivos para estudiar la Tregua del 14 y escribir sobre ella? Sobre todo, el deseo de contar una verdad (con todas sus pruebas) que es bella y que, además, nos invita a ser buenos, y porque en España son desconocidas las colosales dimensiones de lo ocurrido en el Frente occidental en la Navidad de 1914. 

Ahora bien, también ha influido que una comisaria europea quisiera impedir hace unos años que se felicitara explícitamente la Navidad y que hace veinticinco —lo recuerdo perfectamente— alguien me dijera: ‘Álvaro, a la Navidad le quedan veinte años’.  No ocurrirá que muera, desde luego, pero si así fuera, yo quisiera morir antes. En el fondo, si este no ha sido el motivo principal de este libro, sí ha sido un gran acicate: colaborar con el relato de aquella verdad descomunal a que ello no suceda.

El verano de 1914 iba a ser tranquilo y apacible en Europa. ¿Qué sucedió para que se desencadenara una Gran Guerra con millones de muertos?

Como digo en las primeras líneas del libro, las guerras, al igual que las enfermedades mortales, comienzan mucho antes de su terrible manifestación. En el caso de la Gran Guerra, las potencias de la época venían preparado el terreno a una posible guerra desde hacía tiempo. 

Pero nada hacía presagiar una guerra en aquel verano del 14. Tampoco el asesinato del heredero del Imperio austro-húngaro y de su esposa, en Sarajevo, determinó necesariamente la guerra. La verdadera causa, lo que hizo imparable y ‘mundial’ la guerra, fue, creo yo, el ultimátum del 23 de julio, de Austria-Hungría a Serbia: Serbia no podía aceptarlo en todos sus términos, y la guerra que de ello resultaba no podía ser solo regional, dado el sistema de alianzas que, de inmediato, se iba a poner en marcha.

El Papa Pío X, luego canonizado, había hecho un llamamiento a la paz en agosto, pero murió ese mismo mes. ¿Por qué fracasó el cese de las hostilidades que propuso Benedicto XV?

– Antes de decir por qué fracasó, quisiera señalar que la tregua fue aceptada por varios contendientes: Reino Unido, Bélgica, Alemania e incluso Turquía aceptaron. No aceptaron Rusia ni Francia. La primera, porque la Navidad ortodoxa rusa se celebra el 7 de enero, más de dos semanas después que la católica, protestante y anglicana. La segunda, porque no quería interrumpir sus operaciones en curso.

También hay que decir que los ‘patriotas’ católicos —austríacos, alemanes y franceses— fueron más patriotas que católicos (me refiero a los estaban en sus despachos, en sus periódicos, en sus casas, no a los que estaban en el frente) e hicieron poco eco a la súplica del Papa. 

Un joven Churchill se había preguntado qué pasaría si los ejércitos deponían las armas al mismo tiempo. ¿Qué ocurrió para que, en Navidad de 1914, los soldados depusieran las armas y quisieran celebrar la Navidad con su enemigo?

– Sí, las palabras de Churchill, en carta a su esposa, fueron premonitorias. Churchill, por la experiencia que tenía como militar y como reportero de guerra que había sido, sabía que podía surgir en algún momento, en algún lugar, un sentimiento de comprensión, un deseo de acercamiento entre enemigos; que algún soldado podía ver en el enemigo a un hermano que sufría la misma desgracia que él y contra el que no tenía nada. 

Eso explica, en el contexto de una guerra de trincheras, la existencia de treguas breves, de entendimientos entre contendientes para hacer más suave la guerra (el live and let live system), pero no explica la Tregua de Navidad. Lo único que explica la Tregua de Navidad es la Navidad. Porque la Tregua no fue solo una tregua, o sea, un cese de hostilidades: fue un acto de hermandad, de confraternización, de celebración conjunta, de canticos navideños al unísono. Sí, la música navideña fue determinante. Era el ‘idioma’ común en el que los contendientes podían entenderse. Fue, en muchos casos, la chispa que hizo que los ánimos se templaran y que los hombres salieran de sus trincheras para abrazarse. 

¿Cuál fue la actitud de los mandos militares, de los soldados? ¿Y los políticos?

– El Alto Mando, en cada uno de los ejércitos, prohibió cualquier tregua y, respecto de la de aquella Navidad, exigió que los que habían participado rindieran cuentas, pero, a la postre, no adoptó ninguna medida disciplinaria (salvo alguna excepción).

Otra cosa fueron los oficiales de primera línea. Estos consintieron y, en muchos casos, acordaron la tregua y participaron de la confraternización. La Tregua de Navidad no fue una tregua solo de soldados. 

Los políticos, en todos los casos, en todos los países, deploraron la Tregua.

¿Cómo ha podido documentar estas numerosas treguas, sintetizadas en lo que llama usted ‘La Navidad que detuvo la Gran Guerra’? El trabajo es laborioso, con 886 notas.

– El libro es el producto de una persona que no sabe escribir de otra manera; que todo lo que dice tiene necesidad de probarlo. Es un defecto profesional como otro cualquiera. De ahí, toda la documentación, todas las fuentes, todas citas. La recopilación de fuentes, ciertamente, ha sido laboriosa, pero he tenido ayuda y también la suerte de que las fuentes oficiales, británicas y francesas, sean muy accesibles.

En el libro se cuentan muchas historias de soldados que contaron su tregua a medios de comunicación, en plena guerra. Por citar alguna, una carta en ‘The Times’ del 2 de enero de 1915. ¿Puede mencionar alguna (s) que le hayan conmovido más?

Sí, en el libro se cuentan muchas pequeñas historias de aquellos días de Navidad. El libro podía haberlo escrito de otra manera, pero desde el primer momento quise dar voz a los protagonistas. Las cartas son la fuente más preciada, no la más sorprendente, porque lo más sorprendente es que el diario de un batallón cuente lo ocurrido con todo detalle. Las cartas son emocionantes por lo que cuentan, por cómo lo cuentan los soldados —cabe dudar que hoy, muchachos de dieciocho o veintipocos años, escriban tan bien— y porque lo cuentan desde el barro de sus trincheras, con las manos ateridas de frio —los mitones puestos— y con toda la emoción de algo que han vivido y que, como muchos dicen, no olvidarán mientras vivan. 

Las cartas emocionan de verdad…

– ¿Emocionarme? He llorado muchas veces, y todavía hoy, después de cuatro años de trabajos y dos que han pasado desde que terminé el libro, se me quiebra la voz cuando leo alguna carta. 

Pero me pide una, y no sé cuál ofrecerle… Bien, ésta es una entre tantas: la de un teniente alemán que comienza: “Mi amada Trude, […] desde entonces llueve sin cesar, y afuera, en las trincheras, el agua vuelve a estar a la altura de las rodillas. Por otro lado, los ingleses de enfrente se han vuelto bastante tranquilos desde Navidad. No se disparó ni un solo tiro en Nochebuena. Los soldados hicieron un armisticio, aunque los mandos lo habían prohibido. Ingleses y alemanes salieron de sus trincheras el primer día de fiesta, se dieron regalos y se sentaron juntos durante largo rato en medio de las trincheras enemigas. Entonces nuestra gente cantó ‘Noche de Paz’ y llevó un árbol de Navidad a sus enemigos”. 

Me han encantado dos páginas con el Cancionero de la tregua. 

– Me alegra mucho saberlo. Es la prueba de que la música tuvo mucho que ver. Dentro de unos días, por cierto, he organizado un concierto coral con algunos de los villancicos que aparecen en esa lista.

Por último, ¿intentaron otra Tregua de Navidad en 1915 o ss.? Porque la Gran Guerra duró cuatro años. ¿Es trasladable esta iniciativa a las guerras actuales, de algún modo?

En la Navidad de 1915 no hubo Tregua en el sentido de una detención de la guerra y de una confraternización entre enemigos como la ocurrida en 1914, pero sí algunas treguas, una de ellas contada por Robert Graves. 

La razón de que no se volviera a repetir es muy sencilla: el Alto Mando estaba prevenido e impidió cualquier conato de tregua de Navidad.

Por lo que se refiere a la posibilidad de que una tregua así volviera a suceder, no quiero descartarla, a pesar de que la Navidad ya no representa para muchos europeos el momento sagrado del nacimiento de Cristo, en el que resulta inconcebible matarse y, en cambio, absolutamente natural abrazarse. No obstante, para que pudiera darse, haría falta que la guerra fuera de trincheras.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Un adelanto del cielo. Navidad (C)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Navidad (C) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo en su canal de YouTube.

Joseph Evans·22 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La lectura del día de Navidad es siempre el profundo prólogo del evangelio de Juan. Es como si -después de la emoción de la noche de Navidad, con los ángeles cantando y los pastores yendo de prisa a ver al niño Dios- la Iglesia quisiera que nos detuviéramos a considerar la profundidad del misterio.

A través del testimonio de san Juan, se nos invita a meditar sobre lo que es literalmente el acontecimiento más extraordinario de toda la historia: el Dios todopoderoso, el Verbo eterno con el Padre, que se abaja para asumir la condición humana. 

Él, el Creador, se hace -en su naturaleza humana- criatura. Él, que es luz en sí mismo – “Dios de Dios, luz de luz”, como decimos en el Credo-, entra en las tinieblas humanas. Él, que es la revelación plena del Padre, acepta no ser conocido, ignorado por todos en su humilde nacimiento, salvo por algunos pobres pastores y extranjeros exóticos. El Creador amoroso acepta ser rechazado por sus criaturas -la mayoría son indiferentes, Herodes le persigue- “Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre”.

Como lo expresan los Padres de la Iglesia, en un lenguaje audaz: Dios se hizo hombre para que nosotros nos hiciéramos Dios. Es decir, para que participemos de la naturaleza divina (véase 2 Pe 1,4). En el Hijo divino hecho hombre somos divinizados, hechos semejantes a Dios. 

El niño que yace en el pesebre nos ofrece su propia divinidad, de la que participamos a través de la gracia, la oración, la lectura de las Escrituras, las obras de amor y su recepción en la Eucaristía. Cuántas madres, adorando a su hijo, le dicen: “¡Te comería!”, palabras que sólo expresan su deseo de unión con su hijo. Lo que para ellas es sólo un deseo, para nosotros se hace realidad en la Eucaristía. El Dios niño que contemplamos con amoroso asombro entra en nosotros en la hostia y, de un modo místico, nosotros entramos en él. “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, (eucarísticamente, en nosotros) y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”: pero eran sólo reflejos de gloria, y gloria aún velada, como cuando los ángeles celebraron el nacimiento de Cristo, o en la Transfiguración, o en la Resurrección. A través de estos reflejos anhelamos la visión plena, cuando “veremos a Dios tal como es” (1 Jn 3,2). Jesús, “Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer”. Es el conocimiento a través de la fe, como la luz a través de la nube. La alegría de la Navidad nos impulsa a buscar esa visión plena de Dios en la otra vida. Si la Navidad es un tiempo de alegría, a pesar de todas las maneras que encontramos para estropearlo, qué infinitamente maravillosa debe ser la alegría eterna del cielo.

La homilía sobre las lecturas de Navidad

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Cultura

«El sentido del asombro» de Rachel Carson: de la belleza al compromiso ético

A estas alturas del siglo XXI la voz de Rachel Carson sigue invitándonos no solo a admirar la naturaleza, sino a comprometernos con su protección, convencidos de que en esa tarea está en juego algo mucho más profundo.

Marta Revuelta y Jaime Nubiola·22 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Rachel Carson (1907-1964) fue una bióloga marina, escritora y ecóloga, muy conocida y querida en los Estados Unidos de América, donde nació y vivió. Fue una figura esencial en el movimiento ambientalista del siglo XX. Nacida en 1907 en Pensilvania, mostró desde muy joven una enorme fascinación por la naturaleza que, con el tiempo, se convirtió en una carrera centrada en la protección del medio ambiente y en dar a conocer los peligros que lo amenazan.

Fue el reconocido profesor Jordi Puig, de la Universidad de Navarra, quien nos habló de Carson cuando le expresamos nuestro interés por conocer el área del pensamiento ambiental. Su libro El sentido del asombro de 1956 era el libro por el que había que empezar, la puerta, un rito iniciático. Se trata de un ensayo breve que se lee en menos de dos horas. En la agradable publicación que hizo Ediciones Encuentro en 2021 se reproduce en las últimas páginas el manuscrito original del libro, escrito con letra rápida y bastantes tachones, como quien vuelca sus ideas e impresiones con urgencia, para no olvidar nada.

Un mundo de cosas pequeñas

El sentido del asombro reúne algunas de las experiencias vividas por la autora con su sobrino nieto Roger, de veinte meses, al que cuidó cuando quedó huérfano. Pequeñas aventuras: una incursión nocturna en una tormenta, un paseo de madrugada por el bosque, los nombres inventados para los animales, plantas, líquenes, un juego para no pisar los árboles… “Y entonces hay un mundo de cosas pequeñas que pocas veces se ve. Muchos niños, quizá porque ellos mismos son pequeños y están más cerca del suelo que nosotros, se dan cuenta y disfrutan con lo pequeño y que pasa desapercibido. Quizá por eso es fácil compartir con ellos la belleza que solemos perdernos porque miramos demasiado deprisa, viendo el todo y no las partes” (p. 49).

Un talento precoz

Rachel Carson comenzó cursando Lengua y Literatura inglesas en el College for Women de Pittsburgh, aunque pronto se cambió a la biología. Había leído y escrito mucho desde pequeña; empezó a escribir con ocho años y publicó su primer cuento con once. Por eso, lo primero que se percibe al leer este libro es que está muy bellamente escrito. Tiene un lenguaje muy sencillo y las ideas aparecen con gran precisión. Podría decirse que “se lee solo” porque es natural y sincero. Esta es una característica de sus textos, incluso de aquellos que son más técnicos. Siempre escribe de forma sencilla y bella. Y, seguramente, este es el secreto para llegar a toda una legión de lectores que se sintieron inspirados para pasar de la lectura a la acción. 

Pesticidad y devastación ecológica

En su obra más conocida e influyente, Primavera silenciosa (1962), Carson describió los efectos devastadores del uso de pesticidas como el DDT en los ecosistemas haciendo uso de una metáfora: un futuro sin el canto de las aves y del sonido de la vida. La publicación de esta obra provocó una controversia inmediata. Al denunciar las consecuencias negativas del uso de pesticidas, Carson estaba desafiando a las grandes industrias químicas y a la percepción pública sobre la dudosa seguridad de algunos de sus productos. Su forma de narrar movilizó a la sociedad norteamericana que, hasta entonces, había sido ciega a los efectos colaterales de la modernización y el progreso en este ámbito. Con una voz clara y empática, Carson no solo presentó datos, sino que humanizó la devastación ecológica, haciéndola palpable y emotiva para sus lectores. Esta obra, aunque matizada e incluso cuestionada con el tiempo y la investigación posterior, fue un catalizador del movimiento ambientalista moderno, provocando reformas en políticas ambientales y la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en los Estados Unidos.

La capacidad de persuasión de Carson procede, en nuestra opinión, de la fuente de sus ideas. Ella no se limita a dar información sobre unos hechos, sino que comparte su entusiasmo por la belleza de la naturaleza. Solo la belleza puede mover al compromiso porque señala ese lugar íntimo donde formamos parte de la naturaleza: “Una manera de abrir tus ojos a la belleza inapreciada es preguntarte a ti mismo: ¿Qué pasaría si nunca lo hubiera visto?, ¿qué pasaría si supiera que no lo veré nunca otra vez?” (p. 44).

Asombrase ante la naturaleza

En una época en la que nos alejamos más y más del contacto efectivo con la naturaleza, es reconfortante dejarse llevar por Carson: “El juego consiste en escuchar, no tanto toda la orquesta sino en discernir los instrumentos por separado, e intentar localizar a los músicos” (p. 57). Vivimos alejados de la naturaleza desde muchos puntos de vista. No solo vivimos en grandes ciudades, sino envueltos en la artificialidad. Nuestras vidas están cada vez más inmersas en entornos artificiales, creados por el ser humano, que nos conducen, sutilmente, a una visión relativista de la moralidad, la cultura y la verdad. Por eso cuando Rachel Carson se pregunta “¿Cuál es el valor de conservar y fortalecer este sentido de sobrecogimiento y de asombro, este reconocer algo más allá de las fronteras de la existencia humana?, ¿es explorar la naturaleza solo una manera agradable de pasar las horas doradas de la niñez o hay algo más profundo?”, responde: “Yo estoy segura de que hay algo más profundo, algo que perdura y tiene significado” (p. 63).

El breve libro El sentido del asombro es una invitación a reconectar con la naturaleza y a apreciar su belleza con la mirada de un niño, recordándonos que sólo mediante esa conexión profunda podemos comprometernos verdaderamente con su protección.

El autorMarta Revuelta y Jaime Nubiola

FirmasAntonio Basanta

El Belén nos habla

Nada hay en la tradición y devoción cristiana tan inseparable de la Navidad como los belenes, nacidos precisamente en el momento en que la Iglesia oficializó la celebración del Nacimiento de Jesús en el Concilio de Nicea, el primero de los ecuménicos, en el año 325.

21 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

De aquellas primeras representaciones en torno a la cuna de Jesús, con cantos, diálogos, ritos y escenificaciones – tan ligadas a las primitivas formas teatrales – iría derivando los belenes vivientes, muy anteriores a los que, mediado el siglo XIII, comenzaron a realizarse con figuras de bulto redondo, primero en monasterios y conventos, después en iglesias, más tarde en palacios reales o de la nobleza y, ya en el siglo XVII, en las casas de la burguesía acomodada, preámbulo de la democratización absoluta de los belenes; cuando el pueblo, las gentes sencillas y humildes hicieron suya también esta manifestación en sus propios hogares, surgiendo entonces ese belén popular que, en sus diversas versiones, ha llegado a nuestros días.

Tan pleno de ingenuidad, de simpatía, de imaginación. Un belén “de proximidad”, especialmente afín a los niños que con él juegan y disfrutan, pues nada hay más cercano a ese Amor que Jesús redefine y proyecta que la alegría y el gozo en torno a su generosa venida. 

Hablar de belén es hablar de fe, de historia, de cultura, de arte, de artesanía. Y sumergirnos en infinidad de claves etnográficas, antropológicas y, sobre todo, poéticas, simbólicas y religiosas, pues nada hay en él que no obedezca a un propósito de aprendizaje, a una didáctica doctrinal. Antes bien, todo se ajusta a un código que es necesario redescubrir para entender cuántas claves atesora. 

Y así, en un belén, el río no es un cauce cualquiera, sino el propio de la Vida, donde además habita su pez principal, el ICTYS, que viene a redimirnos a cuantos otros pececillos bebemos y bebemos y volvemos a beber, sin jamás saciarnos de su agua bautismal. 

El molino se torna el lugar en el que la mies, el trigo. las espigas – siempre metáforas de Jesús y de la comunidad cristiana – se transforman en la harina con la que se elabora el Pan que Cristo quiere compartir con nosotros, aunque ninguno seamos dignos de que entre en nuestra casa. Un elaborar que, en el molino, también marca secuencia y destino. Por eso, cuando en un belén veamos girar sus aspas, sabremos que indican el paso inexorable del tiempo. Pero, si permanecen estáticas, serán señal esperanzada de eternidad. 

El puente siempre es evocación del mismo Jesús, Quien, de su mano, nos lleva de una orilla a la otra: de la terrenal, a la celestial, de la natural a la sobrenatural, de la del pecado a la del perdón y la fraternidad.

Fuentes y pozos representan la figura imprescindible de la Virgen María. Las unas, como alusión a la pureza y a la generación de vida, que todo belén es también homenaje a la maternidad. Los otros, por ser elementos de transición, de conexión e intermediación entre lo oculto y lo diáfano. ¿Y qué otra cosa es María sino nexo por antonomasia, nuestra más amorosa protectora, siempre conciliación, siempre abrigo, siempre cobijo?

Semejante condición alegórica también la ostentan no pocas de las figuras que pueblan nuestros belenes. Como esos pastores que cargan sobre sus hombros un haz de leña, alusión directa al fuego y, por extensión, al fogar, al hogar; a ese calor especial que solo se respira en el corazón de la familia. 

¿Y qué decir de los que portan todo tipo de frutas?: castañas de la virtud, cerezas de matrimonio (que siempre nacen de dos en dos) y de fidelidad conyugal-, higos de la fertilidad y de la buena fortuna, granadas de la amistad, manzanas del pecado redimido, naranjas evocadoras de uno de nuestros más bellos romances navideños. O qué de los que representan los más variados oficios, las más diversas labores- herreros, carpinteros, pescadores, hilanderas, lavanderas, carreteros, segadores, sembradores…-, que el trabajo ha de ser permanente ofrenda en respuesta a cuanto Dios nos ha concedido.

Cargadas de leyenda son las palmeras. Abruptas las montañas, como arduas las dificultades que hemos de afrontar en la vida. Estrechos los desfiladeros, profundos los valles, tantas veces copiosos en lágrimas. Y sinuosos los caminos, siempre serpenteantes, trazados por la duda que nos acompaña como humanos, solo francos y abiertos cuando llegan al Portal; cuando nos aproximan al Amor que en él reside, pues únicamente en el Amor de Jesús la vida se ensancha, la luz disipa la tiniebla y el frío da paso al más cálido latir del corazón.

Cuanto hay en el belén está en él porque Él lo quiere. Y lo hace como siempre nos enseñó: a través de la sencillez y de la humildad.  Por eso sólo podremos recorrer su propuesta si, como dijera el clásico, nos abajamos. Como Él se abajó, en un gesto de bondad infinita. ¡Qué generosidad la suya cuando, sin dejar de ser Dios, quiso hacerse hombre! Y, de ese modo, habitar no solo en, con, de, desde, a, ante, bajo, cabe, para, por, hacia, hasta, tras, sobre, y nunca contra ni sin, sino, sobre todo y entrañablemente, “entre nosotros”. 

Una elección preposicional que es el más expresivo testimonio de su Gracia y de su bendita benevolencia.

El autorAntonio Basanta

Doctor en Literatura Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid

Leer más
Vocaciones

Pamela Egas. Madre y apóstol digital

Comunicadora, esposa y madre, Pame descubrió su fe inspirada por san Josemaría. Esta peruana promueve el apostolado digital en HablarconJesus.com, motivando a voluntarios y fomentando conversiones. Su vida refleja santidad en lo cotidiano y confianza en Dios.

Juan Carlos Vasconez·21 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Su nombre es Pamela, aunque la conocen como Pame. Esta comunicadora social de profesión, esposa y madre de tres hijos, se caracteriza por una personalidad serena y afable.

Podemos decir que siempre busca lo positivo en quienes la rodean y se distingue por un trato amable y cordial hacia todos.

Si bien su infancia y adolescencia transcurrieron en un ambiente ajeno a la práctica religiosa, mientras vivía en otro país la semilla de la fe germinó en su interior gracias a la lectura de un libro de san Josemaría Escrivá sobre la familia. Este encuentro fortuito con la obra del santo español despertó en ella una inquietud espiritual que la impulsó a buscar un mayor acercamiento a Dios.

El despertar de la fe

Motivada por la lectura, Pame comenzó a asistir a Misa con mayor frecuencia y a recibir el sacramento de la reconciliación de manera regular.

Sin embargo, fue el nacimiento de su tercer hijo, Alonso, y un nuevo cambio laboral de su esposo lo que la impulsó a dar un paso más decidido en su camino de fe. Con el deseo de fortalecer su vida espiritual y transmitirla a sus hijos, decidió profundizar en su formación religiosa.

Movida por esta inquietud y deseo de mejorar, se acercó al capellán del colegio de su hijo mayor en busca de orientación y le preguntó por la ubicación del centro del Opus Dei más cercano a su domicilio. Así, comenzó a participar en actividades de formación cristiana, recibiendo atención espiritual personalizada, practicando la oración mental y frecuentando los sacramentos con mayor constancia.

Fue en Quito, durante un viaje realizado hace siete años, donde finalmente se comprometió con Dios de una manera más profunda, incorporándose al Opus Dei como supernumeraria.

Apostolado en la era digital

Pame encuentra una gran satisfacción personal en servir y entablar relaciones sinceras con las personas que la rodean, consciente de que Dios se vale de cada uno para llegar a los demás.

Su afán por transmitir la fe la ha llevado a involucrarse en diversas iniciativas de apostolado, como iniciar charlas de formación para amigas suyas o conocidas de sus amigas.

Destaca especialmente su participación en HablarconJesus.com, donde ha estado desde el inicio. Esta plataforma online, impulsada por voluntarios y sacerdotes, ofrece un espacio de encuentro con Jesucristo a través de recursos como podcasts, contenidos en redes sociales y cursos de formación. El objetivo es que las personas puedan conocer a Jesús, entablar un diálogo con Él, interiorizar su mensaje y llevarlo a la práctica en su vida cotidiana.

Con los voluntarios

Su trabajo consiste en mantener la ilusión de los más de 70 voluntarios que colaboran con la iniciativa. También son numerosas las historias de conversiones y de acercamiento a Dios. Pame ve cada una como un auténtico milagro y un regalo de Dios.

Su historia nos anima a seguir su ejemplo, buscando la santidad en las circunstancias ordinarias de nuestra vida y confiando en la acción de la gracia divina que actúa en los corazones.

Evangelización

Santo Domingo de Silos, abad ejemplar de monasterios

Abad español de la Orden de los benedictinos, santo Domingo de Silos fue prior en el siglo XI de los monasterios de Santa María de Cañas, san Millán de la Cogolla, y Silos, luego llamado santo Domingo de Silos en honor de su nombre. A este santo, que la Iglesia celebra hoy, 20 de diciembre, se le considera gran restaurador de monasterios, también en lo relativo al aspecto espiritual y al saber.  

Francisco Otamendi·20 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nacido en los albores del año 1000, en el seno de una familia modesta dedicada a la ganadería, de joven cuidó el rebaño paterno, aunque pronto prestó atención a los estudios para ordenarse sacerdote. Solicitó el ingreso en el Monasterio de San Millán de la Cogolla, que practicaba la Regla de San Benito. Tras unos años de vida monástica, fue nombrado prior del Monasterio de Santa María de Cañas, dependiente de San Millán. Domingo lo restauró y la iglesia fue consagrada.

Los monjes de San Millán advirtieron su trabajo y le pidieron que fuera su prior. En este encargo, el rey don García de Navarra le pidió los bienes de la iglesia, pero Domingo defendió el patrimonio de la casa y de la iglesia. Esta actitud produjo su destitución y confinamiento en tierras de Castilla, donde buscó el apoyo del rey Fernando, que le nombró abad de Silos.

Santo Domingo de Silos reformó este monasterio, que estaba en situación penosa, y formó una gran biblioteca que enriqueció la cultura, y renovó e impulsó la vida espiritual de los benedictinos y de la Iglesia, hasta su fallecimiento en 1073.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

Kénosis: “Todas las canciones que componemos nacen de la oración”

Kénosis no es un grupo musical, sino un apostolado del Regnum Christi que nace de un profundo deseo de evangelizar a través de la música. Su próximo álbum "Don y tarea" recoge esta llamada y pone su labor al "servicio de la Iglesia".

Paloma López Campos·20 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los componentes de Kénosis no se definen como un grupo musical, prefieren hablar de apostolado. Convierten su oración en canciones, de forma que los 32 miembros que se unen para componer y cantar hacen del don de la música una tarea que ponen “al servicio de la Iglesia”.

Kénosis acaba de lanzar “Cuando Él reina”, el primer single de su nuevo álbum que tendrá por nombre “Don y tarea”. En esta entrevista con Omnes comparten su proceso creativo y muestran la riqueza que puede aportar la música católica a la vida de oración de cada uno.

¿Qué inspiró el tema de este primer single y por qué han decidido que sea el primer tema que publican del álbum?

– La inspiración es un encuentro con Cristo, ocurrido en un momento de oración que tuvo la comunidad durante una actividad del Reino de Cristo. Para nosotros, como apóstoles del Reino, estábamos orando y preguntándonos en qué ponemos nuestra seguridad. De esa oración nació una reflexión muy bonita, pues descubrimos que Dios nos da un don y nos encomienda una tarea. Con la canción destacamos esa llamada para ir detrás de Cristo, dándonos cuenta de que lo imposible para el hombre es posible para Dios, y quisimos que fuera la primera del disco porque muestra mucho la esencia del Regnum Christi.

¿Qué papel juegan la espiritualidad propia del Regnum Christi y la fe en su proceso creativo?

– En el proceso tenemos muy claro que el protagonista es Dios. Nuestro propósito es evangelizar, antes que ser un grupo musical somos un apostolado del Regnum Christi y nuestro propósito es llevar a Dios a otros a través de la música. Por ello, cualquier canción que componemos tiene que nacer de la oración, es oración hecha canción.

¿Cómo manejan la colaboración entre los diferentes miembros del grupo para garantizar que cada uno aporte su sello personal sin perder la unidad del mensaje?

– Somos una familia y todos identificamos en nuestro corazón una semilla puesta por Dios, que nos llama a evangelizar a través de la música. Al tener todos ese deseo en el corazón, se hace más fácil la disponibilidad. Identificamos este apostolado como un don y una tarea, esto facilita el respeto, el estar disponibles y la organización.

¿Qué hace único su nuevo álbum dentro del género de la música católica?

– Más que algo diferente, nuestro álbum complementa muy bien el llamado de la Iglesia. Hay mucha gente componiendo cosas muy buenas, por lo que nuestro objetivo no es ofrecer algo mejor a lo del resto, sino algo que muestre esa complementariedad y sea una respuesta para corresponder a la Iglesia y al don de Dios. Queremos donarnos a través de esta tarea.

Fotografía del P. Nicolás Núñez @RC

¿Qué puede ofrecer la música católica a los jóvenes de hoy?

– La música católica que nace de la oración permite que la gente pueda rezar a través de ella. Eso facilita la creación de una comunidad y el encuentro con Cristo, que es algo de lo que los jóvenes tienen sed. Además, gracias a la música podemos poner palabras a lo que estamos sintiendo incluso cuando no sabemos exactamente lo que es.

En el caso concreto de nuestro nuevo álbum, con cada canción queremos acompañar un tipo de oración. Queremos que los jóvenes encuentren en las canciones un mensaje que sea agradable al oído y que Jesús llegue a ellos a través de la música.

¿Cómo relacionan esto con el título del álbum, “Don y tarea”?

– Hemos recibido el regalo de poder expresarnos a través de la música. Como todo don, esto conlleva una responsabilidad, exige una respuesta. Nosotros hemos decidido poner este regalo al servicio de la Iglesia, que se concreta ahora en este nuevo álbum.

¿De qué manera consideran que la música fortalece su espiritualidad y su relación con Dios?

– Muchas veces cuando no te alcanzan las palabras la música puede expresar lo que llevas en el corazón. La música nos puede unir a Dios de algún modo e incluso nos puede ayudar a identificar cosas que llevamos dentro porque la letra de una canción nos toca de forma especial. Por otro lado, gracias a la música podemos entrar en comunión con otras personas. La oración de otros, hecha canción, se convierte también en nuestra oración.

Para nosotros, como Kénosis, somos conscientes de que más que un grupo musical somos partícipes del ministerio de la música. Como Iglesia militante, se nos pide unirnos con los ángeles y la Iglesia triunfante. Estamos llamados a ser uno en la comunión de los santos, ser Iglesia en esa comunión. Gracias a este ministerio de la música, podemos ver al Cielo tocar la Tierra y acercar la Tierra al Cielo.

La esperanza engendra alegría

La alegría y la esperanza no son posturas ficticias o ingenuas, son frutos del Espíritu Santo. El Adviento es un buen momento para preparar el corazón y acoger estos frutos, atendiendo así la invitación que hace el Papa Francisco en su bula: la esperanza no defrauda.

20 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuentan que en una noche silenciosa 4 velas encendidas hablaban entre sí. La primera dijo: “soy la paz, pero las personas no logran tenerme entre ellas, así que me apagaré”. Así lo hizo. Dijo la segunda: “yo soy la fe, pero en este mundo ya soy como un accesorio, creo que no voy más”, y se apagó también. La tercera se quejó: “yo soy el amor pero las personas desconocen mi importancia, no tiene sentido seguir encendida”. Quedaba la cuarta vela encendida cuando entró a la habitación un pequeño niño. Sintió tristeza al encontrar sus velas apagadas, empezó a llorar cuando escuchó hablar a la cuarta vela que le dijo: “no te preocupes, nada se ha perdido si yo sigo encendida, yo soy la esperanza, úsame para encender las otras tres velas de nuevo”.

¡La esperanza nos mueve a empezar de nuevo!

Las neurociencias conectan de forma directamente proporcional la esperanza con la alegría. Creer en que lo mejor llegará ayuda a enfrentar el día a día con eficacia. Mantiene la actitud alegre pues augura el buen final. El Dr. Rodrigo Ramos Zúñga ha escrito un libro titulado: “Neuroanatomía de la esperanza”. Presenta en él algunos estudios científicos que identifican claramente zonas del cerebro que se estimulan con procesos psicoemocionales  como la esperanza y su relación con la alegría de vivir. 

Diciembre es un mes que nos llama a la alegría, pues pese a todo, la esperanza resurge cuando nos damos cuenta que el cambio positivo que trae Cristo a cada alma en verdad renueva a las familias y a la sociedad entera. En palabras de san Josemaría: “La alegría es consecuencia necesaria de la filiación divina, de sabernos queridos con predilección por nuestro Padre Dios, que nos acoge, nos ayuda y nos perdona”.

La Palabra de Dios nos llama fuertemente: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. No apaguen el Espíritu, no desprecien las profecías, sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal” (1 Tesalonicenses 5, 16-21).

El ejemplo de mi madre

De forma muy especial, creo que mi madre personifica este llamado. Hace unas horas fui a recogerla al aeropuerto pues vino a casa a pasar unos días con nosotros. Ella tiene el don de la alegría y sabe llevarla a todas partes con sus formidables 82 años de edad. 

Llegué al aeropuerto por ella, al verla pude sentir los latidos de su corazón que cantaban el gusto del reencuentro. Su mirada brilla y su sonrisa estalla. Apenas verla ya está contagiando mi corazón… un abrazo entrañable y la palabra dulce: “¡Bienvenida!”

Antes de llegar al auto ya me había enriquecido con sus comentarios tan llenos de esperanza. Me contó que tuvo un encuentro especial con una sabia mujer que viajaba en el mismo vuelo. Al pasar las respectivas revisiones, llamaron a mi mamá para un chequeo extra de su pequeño equipaje de mano. Ella se preocupó, se notó nerviosa y escuchó decir a la señora detrás de ella: “tranquila, todo estará bien”. Y así fue. Solo revisaron y la dejaron pasar enseguida.  

Continuaron juntas a la sala de abordar y durante el trayecto platicaron; la linda señora repitió esta frase dos o tres ocasiones más: “todo estará bien”. Mi mamá le preguntó por qué. “Es la más grande enseñanza que me dejó mi abuela” dijo, “Dios es padre de amor y siempre vela por nuestro bien, hay que tener confianza”. Y continuó: “Usted perdió la paz por un minuto y eso debemos evitarlo, ante cualquier contratiempo digamos siempre ‘todo estará bien’”.

Cuando mi mamá terminó la narración me dijo: “Esto dejó alivio en mi corazón. Aprendí algo nuevo y me gustó. Así se lo dije a ella y le di las gracias”.

Para ese momento yo también sentí esperanza. La alegría no es una postura ficticia o ingenua. ¡Es fruto del Espíritu Santo! No debe estar todo bien para que experimentemos alegría, ella es compatible con las adversidades, incluso con el dolor. De forma poética y realista, san Josemaría decía que la alegría tiene sus raíces en forma de cruz. Implica aceptar con paz nuestra realidad, con la certeza de que Dios está ahí para hacer de nosotros mejores personas, para guiar nuestros pasos por el camino de la esperanza, sabiendo con certeza que Él cumple sus promesas. 

En este Adviento preparemos el corazón y atendamos a la invitación que nos hace el Papa Francisco en su bula: la esperanza no defrauda. En ella nos llama a vivir un año jubilar que reavive la esperanza. Seamos “aves de buen agüero” y compartamos las buenas noticias, las buenas experiencias, los buenos recuerdos y los buenos anhelos y propósitos. No habrá mejor futuro si no hablamos de él y nos empeñamos en construirlo juntos.

Lupita Venegas saluda al Papa Francisco durante una audiencia (Osservatore Romano)
Argumentos

Isaías y el Adviento: la llegada del Salvador

El autor ofrece para cada semana de Adviento un versículo clave del libro de Isaías, con el fin de captar la esencia del mensaje de este tiempo litúrgico y facilitar un recorrido espiritual que nos acerque al corazón de Cristo.

Rafael Sanz Carrera·20 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Durante el tiempo litúrgico del Adviento, tres figuras bíblicas destacan de manera especial: el profeta Isaías, Juan el Bautista y María de Nazaret. En esta reflexión, nos centraremos en la figura de Isaías. Desde la antigüedad, una tradición universal ha reservado muchas de las primeras lecturas de este tiempo para sus palabras. Esto se debe quizás a que, en él, la gran esperanza mesiánica resuena con una fuerza única, ofreciendo un anuncio perenne de salvación para la humanidad de todos los tiempos.

Al contemplar las lecturas del tiempo de Adviento de este año (ciclo C), notaremos la presencia abundante de Isaías. Aunque pueda parecer ambicioso, me propongo seleccionar, para cada semana de Adviento, uno de los textos que se nos ofrece, junto con un versículo clave. De este modo, espero captar la esencia del mensaje del Adviento y facilitar un recorrido espiritual que nos acerque a su corazón.

Semana de la Natividad del Señor

En los días previos y en la solemnidad de la Natividad del Señor, las lecturas de Isaías destacan momentos proféticos y profundos del amor y redención de Dios hacia su pueblo:

  • Misa de la Vigilia de Navidad: Isaías 62, 1-5 – Promesa de restauración para Jerusalén, a la que Dios llama «Mi Delicia», reflejando su amor por su pueblo.
  • Misa de Medianoche: Isaías 9, 1-6 – Profecía del nacimiento de un rey que traerá paz y justicia, identificado con Jesús.
  • Misa de la Aurora: Isaías 62, 11-12 – Anuncio de la llegada de la salvación; Jerusalén será reconocida como «Ciudad Santa».
  • Misa del Día: Isaías 52, 7-10 – Celebración del advenimiento del Reino de Dios y la salvación de su pueblo.

Profecía y versículo clave (Navidad)

Entre estos textos, Isaías 9, 1-6 emerge como el pasaje central de la Navidad: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra de sombras de muerte, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín… Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz»…”

Versículo Clave: Isaías 9, 5

«Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios Fuerte, Padre de Eternidad, Príncipe de Paz»»

Temas clave que hace a Isaías 9, 1-6 un texto especialmente relevante para esta semana:

  1. Contexto Profético de Luz y Salvación. Este pasaje anuncia la llegada de un niño que traerá luz y salvación a un pueblo que caminaba en oscuridad. En el contexto de la Navidad, esta imagen de la luz que vence las tinieblas es profundamente significativa: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande…». La venida de Jesús, simbolizada por esta luz, llena de gozo y esperanza a la humanidad.
  2. Profundidad del Mensaje en Isaías 9, 5. “Nos ha nacido un niño” apunta al nacimiento de Jesús, cumplimiento de esta profecía. Lucas 2, 11 ratifica esta verdad cuando los ángeles anuncian a los pastores: «Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor». Los títulos que Isaías atribuye a este niño (Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz) destacan tanto su humanidad (niño nacido) como su divinidad, capturando la esencia de Jesús como el Mesías y Dios encarnado:
    • Consejero Admirable: Jesús trae una sabiduría divina y enseña el camino de la salvación.
    • Dios Fuerte: Como Dios hecho hombre, Jesús tiene el poder de vencer al pecado y la muerte.
    • Padre Eterno: Jesús guía y cuida a la humanidad eternamente.
    • Príncipe de Paz: Jesús establece una paz duradera entre Dios y la humanidad, eje de su misión redentora.
  3. Conexión Profética con la Navidad. Isaías 9, 5 expresa el espíritu de la Navidad, al celebrar no solo el nacimiento de Cristo, sino también su reinado de paz y justicia, tan esperado durante el Adviento y celebrado en la Navidad.

Isaías 9, 5 condensa la alegría y esperanza de la Navidad: la llegada de un Salvador que cumple las promesas de Dios, trayendo paz, luz y redención. En Jesús, esta profecía se cumple plenamente, desde su nacimiento hasta su misión redentora. Él es el niño prometido que reina como Rey eterno y Dios encarnado, ofreciendo al mundo sabiduría, poder y paz. Su vida, enseñanzas, muerte y resurrección establecen el Reino de Dios y una relación eterna con el Padre, haciendo de la Navidad la celebración de una promesa cumplida en su totalidad.

A modo de epílogo

El viaje a través de las lecturas de Isaías durante el Adviento nos sumerge en la profundidad de la esperanza mesiánica que define este tiempo de preparación. Desde la primera semana, Isaías nos abre a la promesa de un «renuevo del tronco de Jesé», imagen de Jesús como el Mesías tan esperado. A medida que avanzan las semanas, esa esperanza toma forma: en la segunda semana, el llamado a preparar el camino del Señor impulsa a una conversión interior, misión que encuentra eco en Juan Bautista. En la tercera semana, el anuncio del nacimiento de Emmanuel, «Dios con nosotros», nos acerca al misterio central del Adviento: la encarnación de Dios en Jesús. Finalmente, en la semana de Navidad, Isaías corona su mensaje con la profecía del «Príncipe de la Paz», el niño que llega para traer luz y salvación a un mundo necesitado.

Estas lecturas nos invitan a meditar en el cumplimiento de las promesas de Dios en Jesucristo, el Salvador que no solo rescata a Israel, sino que extiende su salvación a toda la humanidad. Isaías, con su lenguaje lleno de esperanza y su visión profética del Mesías, nos guía en este camino hacia la Navidad, renovando nuestra fe en el Dios que no permanece lejano, sino que entra en nuestra historia para caminar con nosotros.

El autorRafael Sanz Carrera

Doctor en Derecho Canónico

Zoom

Belén: Vacía de turistas, llena de oraciones

Los cristianos palestinos Alek Kahkejian, de 25 años, y Joy Kharoufeh, de 21, rezan en la gruta de la Iglesia de la Natividad, en Belén. La ciudad está vacía de turistas antes de Navidad por la guerra entre Hamás e Israel que ya cumple su 14 mes.

Maria José Atienza·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

Urbano V, el Papa que intentó que la sede de Pedro volviera de Avignon a Roma

El 19 de diciembre la Iglesia celebra al beato Urbano V, Papa, fallecido en 1370. En la época de los Papas de Avignon, intentó devolver la sede de Pedro a Roma, pero no lo consiguió. Sería Gregorio XI quien volvería definitivamente a Roma.  

Francisco Otamendi·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El francés Guillermo de Grimoard, monje benedictino, fue elegido Papa en Aviñón (1362-1370) con el nombre de Urbano V. Intentó vanamente el regreso de la Sede Apostólica a Roma y reunir la Iglesia de Occidente y Oriente. Austero de vida, ayudó a los pobres y combatió la corrupción en el clero. 

El gran objetivo de su pontificado fue establecer nuevamente en Roma la sede pontificia, pero fracasó. En efecto, en 1366, frente a la oposición del rey de Francia y de los cardenales franceses, partió para Roma. Lloró al entrar en la Ciudad Eterna, en la que no había estado ningún Papa en 50 años. Las grandes basílicas estaban en ruinas y se dedicó a repararlas y a alimentar a los pobres.  

Sin embargo, Francia estaba en guerra con Inglaterra, su salud decayó, y Urbano V decidió regresar a Francia, a pesar de los ruegos de los romanos y de santa Brígida de Suecia, entre otros. En 1370 declaró que marchaba por el bien de la Iglesia, para ayudar a Francia, pero falleció el 19 de diciembre.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Eva Leitman-Bohrer:  “Nací en el peor momento, en el Holocausto húngaro”

El Centro Sefarad-Israel en Madrid ha acogido la presentación de la edición en húngaro de ‘Los papeles secretos de Pape’, donde se recoge la historia de Eva Leitman-Bohrer, superviviente húngara del Holocausto judío, la de su familia, y la de millones de familias judías que murieron a manos de nazis. Leitman-Bohrer y la autora panameña Alexandra Ciniglio cuentan la historia a Omnes.   

Francisco Otamendi·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Ésta es una entrevista a dos voces. La de Eva Leitman-Bohrer (Budapest, 29 de  junio 1944), judía y superviviente húngara del Holocausto, que está contando la historia. Y la de la periodista panameña Alexandra Ciniglio, autora de los ‘Los papeles secretos de Pape’ (Nagrela editores), que ayudó a Eva Leitman-Bohrer a conocer su pasado y el de su familia, entre Budapest y Madrid pasando por Tánger y por el campo de concentración de Mauthausen.

También son voz de las víctimas de la Shoá (catástrofe en hebreo, Holocausto), el asesinato de seis millones de judíos europeos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, la embajadora de Hungría en España, Katalin Tóth, y el director del Centro Sefarad-Israel, Jaime Moreno Bau, han presentado la edición en húngaro acompañados por Leitman-Bohrer, Alexandra Ciniglio y familiares del Ángel de Budapest, el diplomático aragonés Ángel Sanz Briz, que salvó a más de cinco mil judíos de la muerte en Hungría, explican las entrevistadas.

Eva, el libro en húngaro se titula ‘Pápe titkos iratai’. Háblenos de Pape y de su apellido, Leitman-Bohrer.

– Leitman es el nombre de mi padre biológico que nunca he conocido, y que murió en ‘las marchas de la muerte’, por ser judío. Bohrer (Pape) es la persona que se casó por mi madre cuando yo tenía cuatro años, que ha vivido 98 años, y que ha muerto hace 8 años: es el padre que he tenido toda mi vida. Mi nombre es el de dos padres, Leitman-Bohrer.

Alexandra, ¿cuál ha sido su objetivo con el libro?

– Lo que yo he tratado en el libro es no solamente contar la historia de Eva, sino que a través de su historia, contar la historia de millones de familias, de millones de judíos que murieron en las mismas circunstancias. Por eso, no solamente narro anécdotas que puedan resultar familiares, sino que he hecho un esfuerzo por situar el contexto histórico. Para que el que lo lea, si no sabe nada de la Segunda Guerra Mundial ni del Holocausto, pueda entender por qué tal o cual situación era importante en ese momento.

 ¿Qué eran las ‘marchas de la muerte’?

– (Alexandra) Eva sabía que Pape era su padre adoptivo, porque su padre biológico, al que ella no conoció, murió en las denominadas ‘las marchas de la muerte’ que ocurrieron hacia el fin de la guerra, cuando las fuerzas militares alemanas estaban colapsando. Los alemanes, desesperados,  comenzaron a trasladar a los prisioneros de los campos que estaban cerca del frente y a utilizarlos para realizar trabajos forzados en los campos del interior de Alemania. 

Cientos de miles de hombres, mujeres y hasta niños fueron obligados a ir caminando, kilómetros y kilómetros, cruzando fronteras, sin ropa ni calzado adecuado en invierno, y sin alimentación. Los llevaban a campos de trabajo, campos de concentración o campos de exterminio, y muchos morían en el camino, y los cuerpos quedaban tirados.      

 ¿Tenía posibilidades de sobrevivir un bebé de familia judía en 1944 en Hungría?

 – (Eva) Prácticamente nulas. Nací el 29 de junio de 1944, y mi madre siempre dijo que era el peor momento para nacer, porque en ese momento Budapest estaba bajo los bombardeos de los aliados que caían del cielo; y en tierra estaban los ‘flechas cruzados’ del partido nazi húngaro a la búsqueda de judíos para matarnos; y por otra parte, desde el 19 de marzo de 1944, Hungría estaba invadida por los alemanes. Hitler había mandado a Hungría su mejor especialista en deportaciones hacia los campos de la muerte, y estaba en Budapest en ese momento, era Adolf Eichmann. En ese momento, mi madre, pobrecita, ya era viuda y no lo sabía todavía.

A mi abuelo le quedaba un poquito de oro y pudo internar a mi madre en una clínica, pero a la hora la echaron a la calle, y estuvo buscando un refugio bajo tierra, por los bombardeos. Mi madre no tenía nada que darme porque estaba esquelética, y creo que me daban las mondas de patatas hervidas y zanahorias.

Usted se ha referido al Ángel de Budapest y a un Ángel sueco.

Cuando paró el bombardeo, mi madre se enteró por el portero de su antigua vivienda que llegaban unas cartas de España de mi abuela, que se había ido en el 39 a Tánger, y luego a Madrid. El portero le habló de unas casas protegidas del gobierno español. Ahí estaba nuestro Ángel salvador, el embajador Ángel Sanz Briz, que en la época era un jovencito de 30 años, valiente, generoso, que no podía ver esas matanzas por las calles de personas judías, –al igual que otros justos de varias naciones, como el gran Raoul Wallemberg, sueco y también diplomático–, y que salvó la vida de unos 5.200 judíos.

 ¿Cómo lo hizo?

 – (Eva) El Ángel de Budapest nos salvó de una deportación segura. Ponía la bandera de España en pisos y casas, para que fueran de protección española. No había alimentos, pero ya era el final del año 44, y en el 45 llegaron los rusos. Yo tengo una gran admiración y un deber de memoria y de agradecimiento hacia Ángel Sanz Briz y su familia, con la que me une una gran amistad. Con los hijos, suelo hacer charlas en colegios e instituciones.

Nosotros llegamos a España en 1954. Éramos apátridas, porque Hungría había sido ocupada por los soviéticos, que de aliados para liberar a Europa pasaron a ocupar Hungría y cerraron las fronteras.

¿Cómo quedaron Eva y su familia tras este Holocausto judío?

 – (Alexandra) La familia logró escapar de Hungría bajo el dominio soviético, y al escapar quedan registrados como apátridas. Durante muchos años, ella y su familia sufrieron el hecho de no tener una nacionalidad. Por eso, para Eva este reencuentro con Hungría es importante. Publicar el libro en húngaro es un tema de justicia histórica. Es bonito resaltarlo, porque siento que esta publicación es para Hungría una forma de reconciliarse con su propio pasado. En el libro, Hungría no queda bien, obviamente, porque es un hecho histórico que colaboró con los nazis, y en nuestra investigación resaltamos la figura de los ‘cruz flechados’, los nazis húngaros, que eran iguales o a veces hasta peores que los alemanes.

No es un libro bonito para Hungría, y por eso resalto el valor que tiene no negar su pasado. En Budapest puede visitarse La Casa del Terror, un museo donde muestran cómo hacían los interrogatorios a los judíos, lugares de tortura, etc., y lo exponen allí. Lo más curioso es que el mismo lugar lo usaron los soviéticos después, para hacer lo mismo.

Están reconstruyendo la memoria…

(Eva) Yo durante muchos años he sido una húngara sin ser húngara, o sea, sin importarme gran cosa. Yo en mi casa hablaba húngaro con mi padre y mi madre, es mi idioma materno, Y de repente una embajadora me pidió que la ayudara a reconstruir la memoria, porque en España ha habido muchos húngaros judíos refugiados.

Luego, con la embajadora actual, que es amiga mía, me enseñaron a apreciar el país, que es el país de mis padres, con 10 premios Nobel, cerca de 10 millones de habitantes, que ha tenido artistas, músicos, intelectuales…  He ido varias veces a Budapest y me he enganchado al país, mi padre nunca volvió porque estuvo en tres campos de trabajo, y sobrevivió porque era contable y estuvo en las cocinas.

La iniciativa de Hungría de traducir este libro es encomiable.

(Eva) Estoy profundamente agradecida. Me otorgaron la Gran Cruz de Oro del Mérito Nacional húngaro, por el trabajo de memoria del Holocausto húngaro, de los húngaros en España. Estoy muy agradecida por la traducción del libro al húngaro, en la que no he participado. Mi nivel de húngaro es familiar, de casa, no para traducir un libro. También estoy muy agradecida a Alexandra, que ha conseguido darme una voz en el libro.

(Alexandra) Ojalá ahora, al estar en húngaro, la historia pueda llegar a la gente más joven, que no conoce estos temas. Hoy en día, Eva es una de las pocas sobrevivientes del holocausto que vive en España, y está haciendo una labor muy bonita de contar la historia, con el libro, y ojalá pudiera hacer lo mismo en Hungría. Es ponerle cara a la historia, y poder entender que sí, que murieron seis millones de judíos, pero cada uno de ellos tenía una historia, una familia, es humanizar la historia para que conectar con lo que ocurrió, y aprender.

¿Qué es lo más llamativo de su trabajo con Eva Leitman-Bohrer?

 – (Alexandra) Cuando conocí a Eva ella no era capaz de contarme su historia. Como muchos otros supervivientes del Holocausto, sus padres no hablaban del tema: “borrón y cuenta nueva”. Ella también vivió con sus abuelos, y no hablaban ni sus padres ni sus abuelos, y ella no les preguntaba. Era como un código compartido: de los temas dolorosos era mejor no hablar”.

Imagínate una persona que, pasados los setenta años, comienza a descubrir su propia historia. El día que presentamos el libro en su versión en español, fue muy emocionante para mí porque fue la primera vez que pude escuchar a Eva contar su historia de forma hilada y coherente, tras la investigación realizada, y poder dejarla documentada a sus hijos y a sus nietos.

¿Cuántas personas murieron en Mauthausen, cerca de Linz?

– (Alexandra) Personalmente, viajé a Budapest, a Tánger, a Mauthausen, el campo de concentración situado a unos 20 kilómetros de Linz y en torno a 150 de Viena (entre 1938 y 1945 fueron deportadas a ese campo unas 190.000 personas, quizá más, y más de cien mil de ellas murieron a golpes, a tiros, o mediante inyecciones o gas letal: la mayoría fueron polacos, soviéticos y húngaros), y a otros lugares, para ser los más rigurosos posibles con la investigación.

Del libro, subrayaría el valor documental de lograr reconstruir hechos históricos a partir de documentos reales como certificados, cartas y fotografías, ofreciendo un testimonio valioso sobre las experiencias de las víctimas del Holocausto y las acciones de esta familia.  Y por otro lado, intenté que fuera una escritura sencilla y emotiva, haciendo que una historia compleja sea accesible para una amplia audiencia. Fueron tres años trabajando el libro y estamos muy orgullosas de lo que hemos logrado con él.

El autorFrancisco Otamendi

Vocaciones

«Uno más por Navidad», la campaña de Fundación CARF para apoyar las vocaciones

La Fundación CARF anima a "poner un plato más" de manera simbólica en estas fechas y ayudar a un seminarista o sacerdote diocesano.

Maria José Atienza·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Navidad es sinónimo de unión y reunión familiar. Por eso, la Fundación CARF ha querido lanzar en estas fechas la campaña solidaria Uno más por Navidad, una iniciativa a través de la que esta Fundación anima a invitar de manera simbólica a poner un plato más en la mesa familiar de Nochebuena o de Navidad para un seminarista o sacerdote diocesano.  

La Fundación CARF, fundada en 1989 y que ha ayudado a casi 40.000 alumnos de 131 países con escasos recursos económicos a realizar sus estudios de Teología y Filosofía en Roma y Pamplona, quiere apoyar la vocación de seminaristas y sacerdotes diocesanos, y también de religiosas y religiosos de todo el mundo recordando «la costumbre cristiana de caridad de muchos países de añadir un plato más en la cena de Nochebuena o comida de Navidad, o de familias que invitan a personas de la calle a pasar con ellas un día tan especial».

Para sumarse a esta original campaña, la Fundación CARF propone tres ideas: «rezar por los sacerdotes después de bendecir la mesa, esta Navidad y todos los días, compartir este gesto a través de las redes sociales, inspirando a otros a sumarse o hacer una donación especial de Navidad a través del formulario que han creado a este efecto en la web de la Fundación CARF.

A través de esta donación, las familias y personas que quieran, contarán con una persona más en la mesa navideña y ayudarán a estos jóvenes a formarse en las facultades eclesiásticas de Roma y Pamplona para volver a sus países de origen e impulsar, en las iglesias locales, la labor pastoral y ministerial.

Son muchos los seminaristas y sacerdotes que, a través de las páginas de Omnes, han compartido su historia y la importancia de la ayuda de la Fundación CARF para seguir adelante con su formación sacerdotal: Vinel Rosier, Vedastus Machibula, Mathías Soiza o Carmelo Fidel Marcaida son algunos de los testimonios que puedes leer en nuestra web.

Evangelio

Gritemos de alegría. Cuarto domingo de Adviento

Joseph Evans comenta las lecturas del cuarto domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La acción de la Virgen ayuda a suscitar en nosotros un mayor sentido de la llegada de Dios, un mayor deseo de que venga a nosotros. Esto es exactamente lo que vemos en el evangelio de hoy: “En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre”. San Juan Bautista cumplía ya su misión de precursor de Cristo en el seno de su madre Isabel. Estaba tan emocionado al sentir la presencia de Jesús que saltó de alegría. Ojalá fuera ésa nuestra reacción. 

Algunas personas ven la Navidad con temor, pensando simplemente en el trabajo extra que puede suponer o en las tensiones que pueden surgir cuando se reúnen los miembros de la familia. Pero más que escuchar nuestro miedo, debemos atender a la voz de María: “En cuanto Isabel oyó el saludo de María…”. Sólo la voz de María, oírla hablarnos en el fondo del corazón, puede despertarnos a la presencia de Dios y renovar nuestra alegría y la espera de su llegada. La fe de María es contagiosa: “Bienaventurada la que ha creído…”.

Especialmente en el Rosario, María viene a nosotros con alegría, trayéndonos a su Hijo escondido, como fue de prisa a visitar a su prima anciana con el Niño Dios en su interior. “María se levantó y se puso en camino de prisa”, y se levanta de la gloria celestial para venir de prisa también a satisfacer nuestras necesidades y traernos a Cristo. Nuestras súplicas y necesidades la impulsan a darse prisa, del mismo modo que la noticia de la necesidad de Isabel -embarazada a una edad avanzada- la impulsó a acudir rápidamente en su ayuda. 

Pero si imitar a María puede parecernos un listón demasiado alto, al menos podemos imitar a Isabel y aprender de ella. Escuchamos en sus palabras a María cuatro hermosas declaraciones que pueden enseñarnos tanto. Llena del Espíritu Santo, exclamó con voz potente: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!”. Llenos de nuestro propio espíritu de orgullo e ira, mejor nos callamos. Pero, llenos del Espíritu Santo, hacemos bien en gritar. 

Isabel, con la perspicacia que Dios le ha dado, percibe en primer lugar la grandeza de María (bendita entre las mujeres), ciertamente por su respuesta total a Dios, pero sobre todo por ser Madre de Dios, por la gracia que ha recibido (el fruto de su vientre). 

A continuación, reconoce la gracia que ella misma ha recibido en la visita de María (“¿Quién soy yo?”). A continuación, comprende el papel de María al inspirar el salto del niño Juan y, por último, alaba su fe. 

Isabel puede ayudarnos a apreciar cuán grande es el don de que Dios venga a nosotros como un niño a través de María y cuán importante es la fe para recibir este don.

La homilía sobre las lecturas del cuarto domingo de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Cultura

Científicos católicos: Leonardo Torres Quevedo, ingeniero y matemático

El 18 de diciembre de 1936 fallecía Leonardo Torres Quevedo, ingeniero y matemático que patentó el teleférico. Esta serie de biografías breves de científicos católicos se publica gracias a la colaboración de la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Ignacio del Villar·19 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Leonardo Torres Quevedo (28 de diciembre de 1852 – 18 de diciembre de 1936) fue un ingeniero de caminos, matemático e inventor. En 1887 patentó el teleférico, uno de los cuales se lo encargó la empresa Whirpool para las cataratas del Niágara, donde sigue funcionando en pleno siglo XXI. Además, mejoró la tecnología de los dirigibles logrando que prácticamente todos los modelos construidos a lo largo del siglo XX y XXI se basen en sus patentes, y creó el primer mando a distancia (lo llamó telekino), un aparato con el que lograba mover en cualquier dirección y hasta una distancia de dos kilómetros una embarcación en Bilbao, ante los atónitos ojos de una multitud de personas entre las que se encontraba el mismísimo rey de España. Este telekino fue el primer ejemplo de la nueva ciencia que fundó, la automática, basada en control de accionamientos mediante mecanismos electromecánicos. Después desarrolló el primer computer game, un robot que jugaba al ajedrez contra una persona. Por este motivo se le considera también pionero de la inteligencia artificial. Aunque su obra cumbre, de 1920, es el aritmómetro. Se trata de la primera calculadora digital, el antecesor del ordenador moderno. Este equipo constaba de memoria, unidad aritmético-lógica que incluía totalizador, multiplicador y comparador, y unidad de control con la que elegir el tipo de operación. Por último, una máquina de escribir hacía las veces de interfaz gráfica, ya que los datos para las operaciones se introducían mediante su teclado y los resultados se imprimían en un papel. Leonardo también trabajó en el campo de la matemática. En 1893 publicó su “Memoria sobre las Máquinas Algebraicas”, en la que demostraba con ideas innovadoras cómo resolver de forma mecánica ecuaciones de ocho términos, obtener raíces imaginarias y no sólo las raíces reales, o ecuaciones de segundo grado con coeficientes complejos. Además, también destacó en el campo de las letras, llegando a ocupar la silla del célebre escritor Benito Pérez Galdós en la Real Academia Española de la Lengua. Pero ante todo era un devoto católico que se maravillaba leyendo el catecismo y que tenía por costumbre comulgar todos los Primeros Viernes de mes, de acuerdo con lo indicado en las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita Alacoque.

El autorIgnacio del Villar

Universidad Pública de Navarra.

Sociedad de Científicos católicos de España

Mundo

Eduard Profittlich SJ. El obispo que compartió la suerte de su pueblo, camino de los altares

Eduard Profittlich SJ puede convertirse en pocos meses en el primer santo de la nación Estonia. Profittlich fue Administrador apostólico de Estonia desde 1931 hasta su muerte, ocurrida en una prisión comunista soviética en 1942. Su vida resume la historia de Estonia en la primera mitad del siglo XX, y los católicos estonios esperan ansiosos su elevación a los altares.

Maria José Atienza·18 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 18 de diciembre el Bolletino de la Santa Sede recogía la autorización del Santo Padre al Dicasterio para promulgar el decreto de martirio del Siervo de Dios Eduardo Profittlich, de la Compañía de Jesús, Tit. Arzobispo de Adrianópolis, Administrador Apostólico de Estonia. Un paso más hacia la beatificación y canonización del que fuera el primer obispo de Estonia y que los católicos de este país báltico esperaban con ilusión.

Profittlich va camino de convertirse en el primer santo de Estonia y, como destaca Mons. Philippe Jourdan, obispo de está recién nombrada diócesis, “que la Iglesia proclame beato a mi predecesor, Eduard Profittlich SJ es muy importante para los estonios. Evidentemente para los católicos, pero también para quienes no lo son, porque compartió el destino del 20 % de la población del país: la deportación y la muerte. Representa un momento clave de la historia del pueblo estonio en el siglo XX. Cuando me encuentro con el presidente de la nación siempre me pregunta cómo avanza el proceso de monseñor Profittlich, porque sería algo muy significativo para todo el país”.

Una pronta beatificación

La causa de este obispo jesuita comenzó en 2014. Por aquel entonces, se iniciaron los trabajos de documentación, difíciles puesto que apenas se supo de él durante el tiempo de arresto.

En 2017, el obispo Philippe Jourdan inició una investigación sobre el proceso diocesano para la beatificación oficial de Profittlich, que finalizó en 2019, y todos los documentos fueron entregados a la Congregación para la Causa de los Santos de Roma.

Alemán de nacimiento, estonio de corazón

De origen alemán, Profittlich nació el 11 de septiembre de 1890 en Birresdorf, Alemania. En 1913 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Heerenberg. Fue ordenado sacerdote en 1922 y se trasladó a Cracovia para continuar sus estudios.Tras varios destinos pastorales, realizó los votos perpetuos como jesuita el 2 de febrero de 1930.

Su atención a los fieles y su intensa vida pastoral hicieron el entonces administrador apostólico en Estonia, el arzobispo Antonio Zecchini, pusiera su atención en este religioso que en 1931 le sucedería al frente de la pequeña comunidad católica en Estonia. Aprendió el idioma y, en 1935, obtuvo la ciudadanía estonia. Fue ordenado obispo en 1936, siendo el primer obispo católico de Estonia después de la Reforma luterana. 

A pesar de los pocos años que pudo desarrollar su labor pastoral, la huella de Eduard Profittlich en la Iglesia en Estonia fue profunda y duradera. Renovó la estructura católica en aquella comunidad, fortaleció la fe de los católicos estonios y fue un impulsor de la cultura estonia a través de publicaciones literarias.

El historiador Toomas Abilis, que ha estudiado profundamente la vida y personalidad del obispo Profittlich, destaca que era “educado, disciplinado y decidido en el desempeño de sus deberes. Profundamente fiel a las enseñanzas de la Iglesia y a su jerarquía. Hombre entregado en la labor pastoral, tenía muchos amigos y fue un gran predicador”.

Arresto y muerte

Al comenzar la segunda guerra mundial, junto a su pequeña comunidad y fue arrestado el 27 de junio de 1941 por las autoridades soviéticas.

Eduard Profittlich fue trasladado a Kirov, en Rusia, a 2.000 kilómetros de Estonia. Durante varios meses permaneció en la prisión número 1. En esa prisión fueron fusilados otros nombres preeminentes de la nación estonia como el intelectual Eduard Laaman o el político y empresario Joakim Puhk. Se trataba de una prisión inhóspita y superpoblada. Cada celda, de unos 50 metros cuadrados, podía albergar hasta 100 reclusos. No tenía ningún tipo de calefacción y las muertes por hipotermia eran frecuentes.

Durante el tiempo que el obispo Profittlich estuvo en Kirov fue continuamente interrogado con métodos inhumanos.

El 21 de noviembre de 1941 se celebró un juicio en el que fue acusado de “difundir calumnias antisoviéticas, ocultar la fuga de católicos en el extranjero, elogiar al ejército alemán y la agitación contrarrevolucionaria”.

El veredicto de culpabilidad lo condenó a muerte por fusilamiento. Por entonces, la salud del obispo Profittlich se había debilitado hasta el extremo, debido a los interrogatorios nocturnos que impedían dormir a los presos, el frío y el hambre. Eduard Profittlich murió el 22 de febrero de 1942 en la celda de la cárcel, un día antes de su ejecución.

En la última carta que dirigía a sus familiares, Eduard Profittlich les pidió una vez más que oraran por él, “para que la gracia de Dios siga acompañándome, para que en todo lo que me espera pueda permanecer fiel a mi santa vocación y deber y a Cristo y sacrificar toda mi vitalidad por mi patria, y si es su santa voluntad, incluso la vida”. Una entrega que, como dejó constancia en esta carta “sería el final más bonito de mi vida”.

Leer más
Vaticano

El Papa resalta que el belén es “importante en nuestra espiritualidad y cultura”

“La Navidad está cerca y me gusta pensar que en vuestros hogares hay un belén: este importante elemento de nuestra espiritualidad y cultura es una forma evocadora de recordar a Jesús, que vino ‘a habitar entre nosotros’", ha manifestado el Papa Francisco hoy, al iniciar un nuevo ciclo de catequesis, ‘Jesucristo nuestra esperanza’, para todo el Año Jubilar.    

Francisco Otamendi·18 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La cercanía del nacimiento de Jesús, nuestro Salvador, y el inicio de un nuevo ciclo de catequesis durante todo el Jubileo sobre el tema ‘Jesucristo, nuestra esperanza’, el belén en los hogares, la oración por la paz, la cercanía a las víctimas y familiares del archipiélago de Mayotte devastado por un ciclón, y su reciente viaje a Córcega, han marcado la Audiencia del Papa Francisco esta mañana en el Aula Pablo VI.

Un Aula Pablo VI en el que se encontraban este miércoles cercano a la Navidad, junto al Papa, las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús, y en torno a 900 miembros de la Herrmandad de Nuestra Señora del Rocío, acompañados por el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez, en recuerdo de la peregrinación de san Juan Pablo II a la Virgen del Rocío en 1993.

En Córcega, “la fe no es un asunto privado”

Sobre su reciente viaje a Córcega, el Papa ha destacado que fue “recibido calurosamente, me impresionó particularmente por el fervor de la gente, donde la fe no es un asunto privado, y por el número de niños presentes: ¡una gran alegría y una gran esperanza!”. Un tema, el de la natalidad y la infancia, en el que ha insistido Francisco de modo especial en este año 2024.

En su llamamiento a la paz, poco antes de dar la Bendición, el Romano Pontífice pidió que “recemos por la paz, no podemos dejar que la gente sufra por las guerras, Palestina, Israel, y todos aquellos que sufren, Ucrania, Myanmar, no olvidemos de rezar por la paz, para que terminen las guerras, pidamos al Príncipe de la Paz que nos dé esta gracia, la paz en el mundo, la guerra es siempre una derrota”.

Abuelos y ancianos: que no estén solos en Navidad

En sus palabras a los peregrinos de lengua portuguesa, el Papa ha subrayado otro tema que lleva en el corazón, y que tiene relación con la asunto abordado en la catequesis de hoy: “La genealogía de Jesús nos hace pensar en nuestros antepasados, en nuestros abuelos y en la riqueza de todos los ancianos. Son un don de Dios que debemos agradecer y cuidar. No dejemos que se encuentren solos durante las próximas fiestas navideñas. ¡Que la Virgen y San José les protejan!”.

La infancia de Jesús

El tema abordado por el Papa esta mañana ha sido ‘La infancia de Jesús – Genealogía de Jesús (Mt 1,1-17). La entrada del Hijo de Dios en la historia’. 

Así lo ha sintetizado el Santo Padre: “Hoy iniciamos un nuevo ciclo de catequesis para el Año jubilar, con el tema ‘Jesucristo nuestra esperanza’.  En esta primera parte reflexionamos sobre la infancia de Jesús, que encontramos narrada en los primeros capítulos del Evangelio de Mateo y de Lucas. Mientras Lucas describe los acontecimientos desde la mirada de María, Mateo lo hace desde la perspectiva de José, y esto se evidencia, sobre todo, por la genealogía”.

La figura de María: de Ella nació Jesús

Los Evangelios de la infancia, ha señalado el Papa, relatan la concepción virginal de Jesús y su nacimiento del vientre de María; recuerdan las profecías mesiánicas cumplidas en él y hablan de la paternidad legal de José, que injertó al Hijo de Dios en el ‘tronco’ de la dinastía davídica”. 

“En la genealogía que presenta Mateo, donde se mencionan tanto a hombres como a mujeres, se destaca la figura de María, que marca un nuevo inicio: de ella nació Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios”. 

Recuerdo agradecido a nuestros antepasados

El Papa Francisco ha subrayado que “a diferencia de las genealogías del Antiguo Testamento, en las que sólo aparecen nombres masculinos, porque en Israel es el padre quien impone el nombre a su hijo, en la lista de Mateo de los antepasados de Jesús también aparecen mujeres”. 

“Lo que Mateo destaca”, ha manifestado, “es que, como ha escrito Benedicto XVI, ‘a través de ellas… el mundo de los gentiles entra en la genealogía de Jesús: se manifiesta su misión a los judíos y a los paganos» (La infancia de Jesús, Milán-Ciudad del Vaticano 2012, 15)”.

Al concluir su catequesis, el Papa ha alentado a que “despertemos en nosotros el recuerdo agradecido hacia nuestros antepasados. Y, sobre todo, demos gracias a Dios, que, a través de la Madre Iglesia, nos ha generado a la vida eterna, la vida de Jesús, nuestra esperanza”.

El autorFrancisco Otamendi

La Iglesia al rescate de la universidad pública

Una polémica en la Universidad Complutense de Madrid, iniciada por las reflexiones de un capellán sobre libertad y debate académico, ha desatado una discusión sobre el propósito de la universidad. El caso subraya la importancia de recuperar la esencia de la educación superior como un espacio de búsqueda libre y valiente de la verdad frente al riesgo de la autocensura.

18 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Se ha suscitado en la Universidad Complutense de Madrid una polémica que toca fibras profundas sobre el propósito y la libertad en el ámbito universitario. Todo comenzó con una entrevista al capellán de las facultades de Filosofía y Filología, don Juan Carlos Guirao, que reflexionaba sobre los grandes retos que enfrenta la sociedad actual: wokismo, laicismo, multiculturalismo y el valor de la libertad en el debate académico.

Lo que debía ser una contribución a la reflexión terminó en una encendida discusión cuando el decano de Biológicas expresó su «preocupación» en el Consejo de Gobierno de la universidad, sugiriendo al rector que el capellán debería limitar sus opiniones al ámbito de su capilla y su comunidad, y no permitir su difusión en la universidad. La reacción no se hizo esperar, y el padre Guirao respondió con una carta pública que no solo defendía su derecho a opinar, sino que señalaba problemas estructurales en el mundo académico.

Las raíces de la universidad y la pérdida del debate 

Las universidades nacieron en el siglo XIII como un espacio de búsqueda del conocimiento, promovido por intelectuales cristianos que no temían someter sus propias creencias a un análisis crítico. En Bolonia, París, Salamanca u Oxford no solo aceptaban el debate, sino que lo consideraban esencial para avanzar en el conocimiento.

Sin embargo, hoy nos encontramos la paradójica situación de que en Occidente hay un miedo creciente a discutir ideas que no se alineen con lo políticamente correcto. Temas controvertidos como la ideología de género, el aborto, la eutanasia, la historia reciente o incluso la naturaleza del Estado son tratados, en muchos casos, desde perspectivas unilaterales, excluyendo voces disidentes.

El capellán Guirao, en su carta, no hace más que recordar lo que debería ser obvio en un espacio de educación superior: la universidad debe ser un lugar de debate libre, donde ninguna postura se excluya a priori. “El mutismo y la invisibilización no son opciones válidas en un entorno que busca la verdad”, afirma con firmeza. 

Un recordatorio incómodo

Más allá de la polémica, el caso del capellán resalta una pregunta crucial: ¿qué queremos que sean nuestras universidades? ¿Espacios de reflexión y búsqueda de la verdad, o zonas de confort ideológico donde solo se escuchen ciertas voces?

La crítica del capellán no está exenta de humor. Señala que, tras más de 20 años trabajando como capellán en la Complutense, su «contrato» ha sido de 0 euros, lo que le otorga una libertad que otros quizás no tienen. También responde al decano con una lista de preguntas que invitan al diálogo: ¿Nacemos hombre o mujer, o lo elegimos? ¿Qué nos impide autodeterminarnos en edad, raza o incluso especie? ¿Cuál es el fundamento antropológico de nuestras leyes?

Sus reflexiones incomodan, y eso es exactamente lo que hace falta en una universidad viva. La comodidad nunca ha sido aliada del progreso intelectual.

Recuperar el espíritu universitario

El debate suscitado por el capellán Guirao trasciende la universidad en la que trabaja. Se trata de una oportunidad para recuperar el sentido original de la institución universitaria: un lugar donde se persiga la verdad con rigor, libertad y valentía. Como bien señala en su carta, lo que denigra a la universidad no son las opiniones divergentes, sino la censura, la arbitrariedad en la gestión de recursos, y la falta de méritos en algunos puestos académicos.

El capellán no pide privilegios para las ideas cristianas, sino igualdad de oportunidades para que todas las perspectivas puedan expresarse. Tres años después del famoso debate sobre el papel de los intelectuales cristianos en la esfera pública, este sacerdote es un buen ejemplo de lo que significa dar la cara con valentía, buenos argumentos y caridad cristiana. 

En última instancia, lo que está en juego no es solo la libertad de un capellán para hablar, sino la esencia misma de lo que significa ser una universidad. ¿Permitiremos que nuestras instituciones sigan la senda de la autocensura? ¿O, como los intelectuales del siglo XIII, tendremos el coraje de debatir incluso lo que incomoda? 

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

Vaticano

Paz y vida, dos criterios para encontrar esperanza en el próximo año

El Papa y los obispos italianos abordan en sus mensajes para las Jornadas de la Paz y la Vida la urgencia de promover justicia, reconciliación y esperanza, enmarcando sus reflexiones en el próximo Año Jubilar.

Giovanni Tridente·18 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En los últimos días se han dado a conocer el «Mensaje del Papa Francisco para la 58ª Jornada Mundial de la Paz«, que se celebrará el 1 de enero de 2025, y el «Mensaje del Consejo Episcopal Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana» para la 47ª Jornada Nacional por la Vida, fijada para el próximo 2 de febrero.

Ambos documentos -aunque con distinta incidencia en cuanto al público al que se dirigen y al «peso» de quienes los promueven- se enmarcan en el inminente Año Jubilar y, precisamente por ello, presentan llamadas directas a la esperanza y a la responsabilidad hacia los demás y hacia el futuro. Partiendo del respeto a la vida y la construcción de la paz, que son las ideas centrales de ambos textos, la sociedad puede finalmente recuperar la confianza en sí misma.

La esperanza que da justicia y paz

En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el Papa insiste en la urgencia de escuchar el «grito desesperado de socorro» que surge de las injusticias sociales, ambientales y económicas, como ya había subrayado en la Bula de convocatoria del Año Santo. «Romper las cadenas de la injusticia» se convierte en un imperativo, con una invitación a un cambio cultural y estructural que reconozca la responsabilidad compartida por el bien común. 

En este contexto, Francisco propone gestos concretos de reconciliación: la condonación de la deuda internacional, la abolición de la pena de muerte y la creación de un fondo mundial para luchar contra el hambre y el cambio climático. De este modo, la paz es fruto de un «corazón desarmado» -expresión tan querida por su predecesor san Juan XXIII-, capaz de reconocer las deudas con Dios y con el prójimo, pero también de perdonar y tender puentes.

«El amor y la verdad se encontrarán, la justicia y la paz se besarán», subrayó el Pontífice, refiriéndose al Salmo 85, indicando que la verdadera paz nunca es un mero compromiso, sino el resultado de un desarme interior que supera el egoísmo y, en consecuencia, se abre a la esperanza.

La vida como esperanza hecha carne

En el mensaje de los obispos italianos, el tema de la esperanza resuena en el llamamiento a transmitir la vida como un acto de confianza en el futuro. Ante la «gran matanza de inocentes» causada por las guerras, las migraciones y el hambre, pero también por el descenso de la natalidad y el aborto, la Conferencia Episcopal Italiana denuncia la lógica del utilitarismo que devalúa la vida humana. «Cada nueva vida es la esperanza hecha carne», afirma el Mensaje, exhortando a una «alianza social» que promueva políticas a favor de la natalidad y de apoyo a las familias, contra la cultura de la muerte y el cinismo.

Los Obispos recuerdan también la necesidad de superar la mentalidad que reduce el aborto a un derecho, subrayando cómo la defensa de la vida naciente está estrechamente ligada a la defensa de todo derecho humano. También aquí el Jubileo se convierte en una ocasión para recomenzar con «nuevos comienzos»: perdón, justicia y esperanza como dones divinos para un mundo que mira al futuro con confianza.

Un único horizonte

Como nos recuerda el Papa, «la paz no llega sólo con el fin de la guerra, sino con el comienzo de un mundo nuevo»; un mundo en el que la vida se acoge como un don y la justicia se vive como responsabilidad mutua.

La «cultura de la vida» invocada por los obispos italianos y el «corazón desarmado» promovido por el Pontífice representan, por tanto, las dos caras de una misma moneda: una humanidad reconciliada con Dios y consigo misma, capaz de dar perspectivas de futuro a las nuevas generaciones. Y cada uno está llamado a no permanecer como espectador, sino a comprometerse personalmente, mediante gestos concretos que puedan responder a la sed de esperanza que el mundo reclama.

All I Want for Christmas is…

Es curioso que una canción que habla de que lo importante de la Navidad son las personas por encima de lo material sea una de las minas de oro de la historia del negocio musical.

18 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tres millones de euros. Esa es la cifra que la cantante y compositora estadounidense Mariah Carey se embolsa cada Navidad en concepto de derechos de autor y reproducciones de su archiconocido tema navideño «All I Want for Christmas is You» («Todo lo que quiero por Navidad eres tú»). Curioso que una canción que habla de que lo importante de la Navidad son las personas sobre lo material sea una de las minas de oro de la historia del negocio musical. ¿Y para usted? ¿Qué es más importante el dinero o su familia? ¿Su bolsillo o la gente que le rodea?

La batalla entre dos señores

Forma parte de la condición humana la lucha constante entre el egoísmo y la generosidad. Diariamente tenemos que elegir entre compartir o acumular; entre los otros y yo; en definitiva, entre Dios y el dinero.

Jesús, en el Evangelio, nos advierte muy seriamente sobre esta batalla, porque supera las fuerzas humanas. Pone el dinero al nivel de Dios y nos enseña que: “nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero”. ¡Ni a Satanás le da tanta importancia! El dinero es el verdadero Némesis de Dios. Él es quien nos enfrenta a nuestro creador que se hace presente en cada uno de nuestros hermanos, sobre todo, en los más pobres. Él es quien rompe la comunión entre los seres humanos y está detrás de tantas guerras, asesinatos, rupturas familiares y explotación de personas.

Por eso, en Navidad, cuando se supone que deberíamos estar más unidos, irrumpe la «otra» Navidad: la comercial, la del consumo por encima de nuestras posibilidades, la de la paga extra, la de las rebajas adelantadas, la de los aguinaldos, la de los regalos o la de la lotería y los sorteos especiales.

Es duro nadar contracorriente en este río que nos arrastra cada año (el que esté libre de pecado que tire la primera peladilla), pero conviene recordarnos año tras año que la Navidad es la gran fiesta de los pobres, de los «anawin» –palabra hebrea con la que la Biblia se refiere a la gente sencilla y dispuesta a dejarse encontrar por Dios, como aquellos pastores–. Benedicto XVI explicaba así el significado que da Jesús a la pobreza: “presupone sobre todo estar libres interiormente de la avidez de posesión y del afán de poder. Se trata de una realidad mayor que una simple repartición diferente de los bienes, que se limitaría al campo material y más bien endurecería los corazones. Ante todo, se trata de la purificación del corazón, gracias a la cual se reconoce la posesión como responsabilidad, como tarea con respecto a los demás, poniéndose bajo la mirada de Dios y dejándose guiar por Cristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros. La libertad interior es el presupuesto para superar la corrupción y la avidez que arruinan al mundo; esta libertad sólo puede hallarse si Dios llega a ser nuestra riqueza; sólo puede hallarse en la paciencia de las renuncias diarias, en las que se desarrolla como libertad verdadera”.

Falsa libertad

Y es que, frente a la falsa libertad que nos ofrece el dinero (nos promete que, con él, podemos hacer muchas cosas, pero lo cierto es que nos condena a ser sus esclavos porque nunca nos parece suficiente), la pobreza de espíritu, la renuncia a ofrecernos todo lo que el mercado nos ofrece poniendo a Dios siempre antes que el afán de dinero, nos libera de ataduras.

Habrá quien piense que esta advertencia de Jesús es solo para los miembros de la lista Forbes, pero hasta la persona que es materialmente pobre –continúa el papa alemán– puede «tener el corazón lleno de afán de riqueza material y del poder que deriva de la riqueza. Precisamente el hecho de que viva en la envidia y en la codicia demuestra que, en su corazón, pertenece a los ricos. Desea cambiar la repartición de los bienes, pero para llegar a estar ella misma en la situación de los ricos de antes». 

Así que, revisemos dónde tenemos nuestro tesoro, porque allí está nuestro corazón y el dinero es mal pagador. Por eso, esta Navidad nos conviene quizá comprar menos lotería, soltar lastre que hay muchos necesitados a nuestro alrededor y acercarnos más al portal a contemplar a ese niño, pobre de solemnidad, que nace en Belén. Una vez allí, les aconsejo mirarle a los ojos y cantarle, aunque sea mal y aunque ello conlleve echar unos céntimos más en la abultada gorra de Mariah Carey, «Todo lo que quiero por Navidad eres tú».

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Leer más
España

El Cristo de La Laguna y el cesaropapismo constitucional

El artículo analiza el fallo del Tribunal Constitucional español sobre el caso de una mujer que demandó a una asociación religiosa masculina por discriminación. La sentencia rompe la neutralidad estatal en materia religiosa y constituye un peligroso precedente.

Rafael Palomino Lozano·17 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Quien tenga afición por la historia de las relaciones Iglesia-Estado, recordará que con Constantino el Grande se produjo un fenómeno conocido como cesaropapismo. El cesaropapismo consiste en la intervención de la autoridad política secular en los asuntos espirituales, nombrando y deponiendo obispos, convocando concilios y velando fielmente por la ortodoxia. Carlomagno fue también un claro exponente de esta política imperial, que resurgió tras la reforma protestante en los reinos católicos europeos bajo la denominación de “regalismo”.

Han pasado los siglos, pero el cesaropapismo sigue siendo una tentación a la que se puede sucumbir fácilmente. Incluso en sociedades religiosamente plurales. Y el Tribunal Constitucional español no es inmune a esta tentación: de hecho, ha caído en ella en su reciente sentencia del pasado 4 de noviembre. Examinemos el supuesto y los curiosos razonamientos del alto tribunal.

El caso de Tenerife

Pero antes, un paréntesis que dé perspectiva al tema. Hasta el pasado 4 de noviembre, el Tribunal Constitucional sostenía que la aconfesionalidad que exige el artículo 16.3 de la Constitución significaba proscribir cualquier confusión entre funciones religiosas y estatales. El Estado resulta así incompetente en materia religiosa y por eso, a modo de ejemplo, no puede decidir qué cosas se enseñan en las clases de religión en los colegios públicos (lo deciden las confesiones religiosas que firmaron acuerdos) ni qué profesores enseñan (los proponen también esas confesiones). Este Estado, incompetente en materia religiosa, se obliga a permanecer neutral en la materia y a respetar la autonomía de las confesiones religiosas en sus propios asuntos. Esa neutralidad y esa autonomía son garantía de la libertad religiosa de los ciudadanos, creyentes o no creyentes, y de las comunidades, religiosas o no, en las que se integran.

Pues bien: la sentencia del 4 de noviembre trae su causa del siguiente asunto. Doña María Teresita Laborda Sanz quiere ser miembro de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna (Tenerife), una asociación de derecho canónico cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. El problema básico para su membresía es que conforme a sus estatutos la asociación solo admiten varones. La aspirante quiere que esto cambie, para lo cual se dirige a los tribunales del Estado español pidiendo se declare la nulidad de este impedimento estatutario por vulnerar la igualdad y el derecho de asociación. 

Tanto el juzgado de 1ª instancia como la Audiencia Provincial entendieron que los estatutos son nulos y que, por tanto, debía removerse el obstáculo para hacer efectivos los deseos de doña María Teresita. Sin embargo, la asociación canónica recurrió al Tribunal Supremo, que falla a su favor. Y lo hace por un sencillo motivo: la autonomía asociativa (admitir o no conforme a las propias normas) es algo normal y, si no te admiten en una asociación, pues monta tú otra… 

Derechos fundamentales

Solo cabe apreciar un obstáculo a los derechos fundamentales de la potencial asociada cuando la asociación, de hecho o derecho, ocupa una posición dominante en el campo económico, cultural, social o profesional, de manera que la pertenencia o exclusión supusiese un perjuicio significativo para el particular afectado. O sea, por comparación: hay un obstáculo a los derechos de doña María Teresita si ella quisiera, pongamos por caso, participar en certámenes poéticos, pero para hacerlo tuviera que pertenecer a la única asociación española de poetas que convoca certámenes poéticos, y dicha asociación sólo admitiera a varones. 

Por el momento, quédese quien ha conseguido llegar pacientemente en la lectura hasta aquí con la idea de que la “posición dominante” lo es en el “campo económico, cultural, social o profesional” y que de la pertenencia o exclusión debe suponer un “perjuicio significativo”.

Volvamos a los hechos. Ante el revés sufrido en el Tribunal Supremo, la protagonista del caso se dirige al Tribunal Constitucional. Y este resuelve que se vulneró el derecho a la no discriminación por razón de género y el derecho de asociación de la recurrente en amparo.

La influencia “woke”

¿Cómo se llega a este resultado, contrario al alcanzado por el Tribunal Supremo? Sencillo: la teoría crítica de género (un aspecto del “wokismo”) que preside el pensamiento jurídico de una parte importante de los miembros del Constitucional presagiaba el desenlace. Cierto es que en no pocas ocasiones lo primero que mueve al juzgador (o a la juzgadora) es la corazonada, el resultado que pretende alcanzar: “aquí hay que darle la razón a doña María Teresita sí, o sí.” Y luego se construye todo un razonamiento jurídico complejo que avale la corazonada. El problema es cuando ese razonamiento jurídico es incorrecto. Y es precisamente lo que sucede en este caso. 

¿Por qué? Porque a la hora de analizar la posición dominante de la asociación que obstaculiza los derechos de una persona, recordémoslo, el Estado a través de sus órganos judiciales puede introducirse sin problema en el campo económico, cultural, social o profesional, pero no en el religioso, porque ahí el Estado es incompetente, es neutral, respeta la autonomía de los grupos religiosos. ¿Y qué hace entonces el Constitucional? Muy sencillo: se introduce de matute en el campo religioso, que le estaba vedado, a través de lo cultural. 

En palabras de la sentencia “Los actos devocionales y de culto (…) son actos «cultuales» (…) Pero el que sean actos de culto no excluye que estos actos puedan tener también una proyección social o cultural (…) en consecuencia, las asociaciones que organizan y participan de estas manifestaciones públicas y festivas de la fe pueden también tener una posición dominante o privilegiada en función de la relevancia social y cultural que estas manifestaciones adquieran”. En resumen: lo accesorio (lo cultural) se vuelve principal para imponer en lo principal (lo religioso) una visión partidista.

Los deseos deben ser derechos

Pero no acaba ahí la cosa. ¿Qué constancia tenemos de que se haya producido un perjuicio significativo? Se supone que tal perjuicio se ha podido producir en dos campos. El primero, la religiosidad de la recurrente: ¿puede mensurar eso el Constitucional? Me temo que no. ¿La libertad religiosa de doña María Teresita? Bueno, no se le ha impedido ejercerla, dentro de los límites del respeto a los derechos de otros (en concreto, de los miembros de la asociación canónica en debate). ¿La economía, la consideración social, la posición laboral? No consta nada al respecto. Y sin embargo, late de fondo la idea de que se ha producido, a juicio del Constitucional, un perjuicio consistente en que la recurrente, sencillamente, no ha podido hacer lo que le daba la gana: el individualismo expresivo al poder, dentro o fuera de la Iglesia.

En rápida conclusión: para lograr vencer en la cruzada de la igualdad que se propone un sector del Tribunal Constitucional, se ha suprimido la neutralidad del Estado, la autonomía de los grupos religiosos y se ha suscrito una peculiar forma de cesaropapismo. El desaguisado solo es comparable a una Sentencia del Tribunal Constitucional de Colombia (nunca pude imaginarme que llegaríamos aquí a eso, pero siempre la imaginación se queda corta) de 23 de septiembre de 2013 en la que se obliga (¡!) a la Iglesia católica a readmitir a una monja en el Monasterio después de dos años de exclaustración.

Pero no acaba ahí la cosa.  Como se recordará, la magistrada doña María Luisa Balaguer Callejón, en la Sentencia 44/2023, de 9 de mayo de 2023 sobre el aborto, se permitió dar alguna leccioncita de teología católica sobre la animación retardada, etc. En esta sentencia vuelve al ataque —valga la expresión— impartiendo algunos “consejos útiles” a los grupos religiosos: “aunque no es asunto del Estado modificar las tradiciones religiosas, el derecho de libertad religiosa debe abarcar el derecho de los disidentes internos, incluidas las mujeres, a presentar puntos de vista alternativos en el seno de las asociaciones religiosas”. 

Vale, pero esto, ¿qué tendrá que ver el caso? Y ejercido ese derecho de los disidentes internos, ¿no pueden igualmente esas asociaciones religiosas mostrar amablemente la puerta a los disidentes, como lo haría un partido político a un disidente que propone disolver el partido o fusionarse con el partido contrario? Pues no. Más bien parece que Balaguer Callejón aconseja a los grupos religiosos que, si quieren llevarse bien con el Tribunal, que sean buenecitos, enciendan la linterna del “smartphone” y cante a coro el “Imagine” de John Lennon.

Leer más
Evangelización

«El Verbo se hizo barro», ¿la mejor felicitación de esta Navidad?

El vídeo merece un aplauso no solo por su calidad técnica y narrativa, sino por su capacidad de unir la profundidad teológica con la sensibilidad contemporánea, conectando el misterio de la Navidad con la realidad concreta de quienes han sufrido.

Javier García Herrería·16 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El vídeo de la Universidad Católica de Valencia ha superado las 250.000 visitas entre todas las plataformas, convirtiéndose en una de las mejores felicitaciones de la Navidad. En un año marcado por el desastre natural de Valencia, esta felicitación ha conseguido captar la esencia más profunda de la Navidad: la encarnación del Verbo en el corazón del mundo, incluso en medio del barro.

La idea del vídeo es fruto de un encargo de Carola Minguet, directora de comunicación de la universidad, a Lucía Garijo, que dirige el Laboratorio de Pensamiento Visible, dedicado a explorar fórmulas audiovisuales para comunicar la antropología cristiana: “Jamás imaginé que llegaría tan lejos”, comenta Lucía, emocionada por la acogida del público. “Creo que el vídeo toca algo universal: todos tenemos momentos de barro en nuestras vidas, y ver cómo Dios entra en ese barro da esperanza”.

La DANA y la Navidad

El vídeo conjuga imágenes de calles anegadas y personas cubiertas de barro limpiando los estragos de la tormenta. La narración, con voz pausada, recuerda el misterio de la Encarnación, pues «el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros». En un giro poético muestra cómo Dios se hizo barro, para estar con los que caminan entre el lodo de la vida.

A través de escenas cotidianas de solidaridad el anuncio muestra cómo lo más sencillo y frágil puede convertirse en signo de redención. La música acompaña la transformación del barro: de símbolo de desastre a materia prima de un pesebre artesanal. Dios no tiene miedo del barro, porque en él ve la posibilidad de crear algo nuevo. Esta Navidad, el Verbo sigue encarnándose en nuestras vidas.

La gestación del vídeo

La realización del vídeo no fue solo un asunto profesional para Lucía, sino profundamente personal, pues perdió a su abuela en la riada. “Fue muy duro. Al principio, me puse enferma por el impacto emocional, pero después decidí salir a colaborar en las tareas de limpieza. Necesitaba hacer algo por los demás”.

Un momento clave en el proceso creativo ocurrió al regresar a casa tras una jornada embarrada ayudando a los afectados por la DANA: su madre, ceramista, estaba trabajando en un belén de arcilla. “Esa imagen me marcó. En medio del caos, vi cómo el barro podía transformarse en algo lleno de vida y esperanza”. Impulsada por esta experiencia, Lucía comenzó a investigar sobre el simbolismo del barro en la Biblia y la teología.

Poco después, recibió el encargo del vídeo navideño. En su búsqueda de inspiración, encontró el artículo «Un Dios que se embarra», del profesor Leopoldo Quílez, de la Facultad de Teología de su universidad. “Leerlo fue una revelación. Me ayudó a conectar la fragilidad del barro con el escándalo del nacimiento de Cristo en un establo”. También se siente agradecida a la cesión del imágenes del vídeo «Los jóvenes desfilan hacia el barro», elaborado por la productora Ongaku para el Opus Dei.

Todos tenemos una DANA interior

Al reflexionar sobre el resultado, Lucía explica que este año ha entendido la Navidad de un modo nuevo: “Nuestra fe es un escándalo. Es aceptar la indefensión, la fragilidad, el hecho de que Dios escogió nacer en un establo embarrado para poder encarnarse y salvarnos”. En su opinión, el barro se convierte en un símbolo universal del sufrimiento humano: “Todos tenemos una DANA en nuestras vidas, un dolor cercano. Pero cuando encuentras el rostro de Dios, puedes sobrellevarlo. Este es el principal aprendizaje que he tenido desde que ocurrió la trágica riada”.

En un tiempo donde la esperanza parece escasa, esta obra recuerda que la verdadera luz brilla incluso en los lugares más embarrados. La Navidad, al fin y al cabo, no es otra cosa que eso: la certeza de que Dios se acerca, no al mundo perfecto, sino a nuestras vidas tal como son, con su barro y su belleza. Este vídeo es un buen marco para introducirse en el Jubileo que comienza la semana que viene y tiene por tema la Esperanza.

Leer más
Actualidad

Hans Zimmer ofrece a los pobres lo mejor de su música en un concierto en el Vaticano

El 7 de noviembre se celebró en el Aula Pablo VI el tradicional concierto para los pobres, una iniciativa que se consolida en el calendario navideño del Vaticano.

Rome Reports·16 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El «Concierto con los pobres» nació en 2015 bajo la dirección artística del compositor y director monseñor Marco Frisina. Desde su inicio, ha contado con la bendición del Papa Francisco, quien lo describió como «un hermoso momento para compartir con nuestros hermanos y hermanas la belleza de la música que une corazones y eleva el espíritu».

En su quinta edición, el evento acogió en el Vaticano a tres mil personas necesitadas, combinando arte y solidaridad. Este año, Hans Zimmer, célebre compositor cinematográfico, iluminó el escenario con interpretaciones de sus obras más icónicas. «Es esencial mirar a los ojos de los más desfavorecidos y tratarlos como hermanos», destacó el director.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.
Leer más
Libros

Pablo Blanco: «El interés por Benedicto XVI va en aumento, sobre todo entre la gente joven»

En el centenario del nacimiento de Joseph Ratzinger, su biógrafo Pablo Blanco presenta el primer tomo de una biografía crítica que profundiza en su vida y pensamiento inicial, aportando contexto histórico, cultural y teológico.

Javier García Herrería·16 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el marco del centenario del nacimiento de Joseph Ratzinger, su biógrafo en castellano más conocido publica el primer tomo de una biografía crítica que combina crónica y ensayo. Más allá de relatar una serie de acontecimientos, se centra en su vida y pensamiento durante los años iniciales de su trayectoria. Con el propósito de comprender mejor al «Papa del logos», conocido por su énfasis en la razón y la palabra, hablamos con Pablo Blanco sobre esta nueva obra.

¿Qué aporta esta nueva biografía sobre Benedicto XVI respecto a las que ha escrito anteriormente?

—Aporta más información, contrastada con otras fuentes, por lo que la he llamado «crítica», a la vez que mucho contexto para entender mejor al biografiado: sobre la historia de las ideas en Alemania, la cultura, la literatura, la filosofía y la teología. Pienso que puede ser un nuevo instrumento para continuar con la recepción de la figura y el pensamiento de Joseph Ratzinger / Benedicto XVI. Hasta ahora, en mi opinión, estábamos muy condicionados por la cercanía, por lo que su personalidad despertaba filias o fobias de un modo un tanto temperamental. Pienso que va llegando ahora el momento de entenderlo en su contexto y con cierta distancia histórica.

¿Cómo serán los tres tomos siguientes?

—De momento, están programados por la editorial: «De Tubinga a Roma (1966-2005)», «El inicio del pontificado (2005-2010) y «El fin del pontificado y la renuncia (2010-2022)». Pero tardaremos bastante, pues una cierta distancia crítica siempre es útil. En este primer volumen se aborda la primera parte de su vida: la tierra bávara y alemana, su infancia y adolescencia, su formación y su participación en el concilio Vaticano II. Todo esto me ha ayudado a entender mejor su personalidad, su pensamiento y su teología.

La frase icónica de Juan Pablo II fue «No tengáis miedo» ¿Cuál cree que sería la frase que marcó el pontificado de Benedicto XVI? 

—Comentando esa frase del papa polaco, Benedicto XVI dijo: «Dios lo da todo y no quita nada». Pienso que resume bien su vida y su vocación: cómo se dejó llevar por Dios, sin confiar demasiado en sus propias posibilidades. Por eso se definió sin más «un humilde trabajador de la viña del Señor». Pienso que es un buen autorretrato, una buena definición de sí mismo.

Han pasado dos años de su fallecimiento y seguimos viendo cómo se publican textos inéditos de Joseph Ratzinger ¿Cuánto nos queda por conocer de su pensamiento y reflexión? ¿Estamos ante uno de los autores clave para la Iglesia del futuro?

—Su aceptación e interés van en aumento, sobre todo entre la gente joven. Me llama la atención el entusiasmo que despierta al paso de los años. Hay bastentes días que recibo correos de gente que se interesa por uno u otro tema, en el que puedo ser más o menos competente. No sé, el tiempo dirá, pero me parece que nos encontramos ante uno de los grandes figuras de este cambio de milenio.

Leer más
Cultura

¿Es la Virgen María palestina?

En las redes sociales se critica que el papel protagonista de la película «María» lo interprete una actriz judía israelí. Sin embargo, Judea era el nombre común de la región en aquella época.

José M. García Pelegrín·16 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Actualmente se ha desatado una campaña contra la película “María” de Netflix en las redes sociales, debido a que tanto el papel protagonista como el de José son interpretados por jóvenes actores judíos, Noa Cohen e Ido Tako, quienes comparten pantalla con el famoso actor británico Anthony Hopkins, que interpreta al rey Herodes.

Los críticos acusan a los realizadores de ignorar la “identidad palestina” de los padres de Jesús. Lo consideran especialmente indignante en el contexto de la ofensiva de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza, iniciada sin embargo tras la matanza de 1.200 personas y el secuestro de 251 rehenes por terroristas de Hamás.

“Es profundamente ofensivo que una actriz israelí interprete a María, la madre de Jesús, mientras Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos, matando a algunas de las comunidades cristianas más antiguas del mundo y destruyendo sus monumentos culturales”, se lee en un post. “Netflix pensó que sería una buena idea elegir a una [israelí] para representar a la Madre María mientras bombardean la patria de Jesús y todas las iglesias”, critica otro usuario. Otro comentario es aún más duro: “Una película sobre una mujer palestina interpretada por actores del Estado colono que actualmente comete asesinatos en masa de mujeres palestinas. Qué audacia más repugnante”. Israel rechaza firmemente todas las acusaciones de genocidio.

Las claves de la Biblia

Pero, ¿es cierto que María y José eran palestinos? La invocación “Reina de Palestina”, por ejemplo, puede contribuir a cierta confusión: la Orden del Santo Sepulcro celebra la fiesta de “Nuestra Señora, Reina de Palestina” el 25 de octubre, como se señala en el calendario litúrgico del Patriarcado Latino. María fue mencionada por primera vez con este título por el Patriarca Luigi Barlassina (1920-1947) con ocasión de su entrada solemne en la iglesia del Santo Sepulcro y de la consagración de la diócesis a María, el 15 de julio de 1920.

Sin embargo, el nombre “Palestina” no aparece en los Evangelios. Se hace referencia a Herodes como el “rey de Judea” (Lucas 1:5). Belén se encuentra en territorio “de Judea”: “También José partió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, hacia la tierra de Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, porque era de la casa y linaje de David” (Lucas 2:4). Pilato hizo colocar en la cruz, en hebreo, griego y latín, la inscripción “I.N.R.I.”: Jesús como “Rex Judaeorum” (Rey de los Judíos).

La tierra “entre el río y el mar” que hoy reclaman los palestinos, la zona al oeste del río Jordán, era conocida como la “Tierra de Canaán” antes de que inmigrasen los israelitas. Además, los pueblos que vivían allí no formaban una unidad política, sino que estaban organizados en ciudades-estado que actuaban de forma independiente. Tras la conquista de la tierra por Josué, pasó a llamarse “Tierra de Israel”, nombre que también se utiliza en el Nuevo Testamento, aunque en aquella época era una provincia del Imperio Romano.

Tanto si la denominación  “Palestina” procede de los “filisteos” –como escribe Flavio Josefo–, como si Heródoto (fallecido hacia el 425 a.C.) utilizara el término, este nombre no se conocía o no era de uso común en la época romano-bíblica; es decir, en vida de María y José. Tras la muerte de Herodes “el Grande” en el año 4 a.C., su reino fue dividido. En tiempos de Jesús, la región era una provincia romana llamada Judea, administrada por un funcionario del gobierno, entre ellos Poncio Pilato.

Sólo después de la revuelta judía de Bar Kochba en 132-135 d.C. bajo Adriano, cuando el pueblo filisteo ya había desaparecido, el emperador cambió el nombre de “Judea” por el de “Palestina” (en realidad “Siria Palestina”), como muestra de su política antijudía para asimilar a los judíos al Imperio Romano. Sin embargo, desde la época romana, el nombre ya no tiene ningún significado político. No existe una nación histórica con este nombre. Durante siglos, “Palestina” se utilizó como un término geográfico sin fronteras claras. También se la denominaba “Surya al-Janubiyya” (Siria meridional) porque formaba parte de la Siria geográfica, como explica el erudito palestino Muhammad Y. Muslih en “The Origins of Palestinian Nationalism”. Hasta la Primera Guerra Mundial, la zona pertenecía al Imperio Otomano y estaba dividida en varias provincias y gobernaciones. Nunca formó una unidad administrativa.

El director de la película “María”, D.J. Caruso, no comentó directamente el debate, pero se mostró pragmático, declarando a Entertainment Weekly: “Para nosotros era importante que María, al igual que la mayoría de nuestros actores principales, fuera elegida entre actores de Israel para garantizar la autenticidad”.


Esta es una traducción de un artículo que apareció por primera vez en el sitio web Die-Tagespost. Para ver el artículo original en alemán, consulte aquí . Se vuelve a publicar en Omnes con permiso.

Leer más
Vaticano

Francisco: «Existe el riesgo de que la piedad popular se limite a aspectos externos, sin llevar al encuentro con Cristo»

El Papa Francisco visitó la ciudad de Ajaccio, en la isla de Córcega, como parte de su misión pastoral en el Mediterráneo. Durante su breve estancia, el Santo Padre pronunció un poderoso mensaje centrado en la fe, el cuidado mutuo y la esperanza.

Javier García Herrería·15 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este domingo, 15 de diciembre, el Papa Francisco ha realizado una significativa visita pastoral a la ciudad de Ajaccio, en Córcega, donde ha tenido un intenso programa de actividades. Tras la recepción oficial en el Aeropuerto a primera hora de la mañana, el Papa ha clausurado el Congreso «La religiosidad popular en el Mediterráneo».

Al mediodía ha rezado el Ángelus en la catedral y se ha reunido con obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas para brindarles palabras de aliento en su misión pastoral. Tras el almuerzo, a primera hora de la tarde ha celebrado la Santa Misa en la Place d’Austerlitz, una Eucaristía al aire libre donde miles de fieles se han congregado para acompañar al Papa.

Palabras en el Ángelus

Al dirigirse a los religiosos y consagrados en la Catedral de Santa María Assunta, el Papa expresó: “Me encuentro aquí, en su hermosa tierra, sólo por un día, pero quise que hubiera al menos un breve momento para reunirme con ustedes y poder saludarlos. Esto me da la oportunidad, en primer lugar, de decirles gracias. Gracias porque están aquí, con su vida entregada; gracias por su trabajo, por el compromiso cotidiano; gracias por ser signo del amor misericordioso de Dios y testigos del Evangelio”.

El Santo Padre destacó la importancia de reconocer la fragilidad como una fortaleza espiritual. En un contexto europeo lleno de desafíos para la transmisión de la fe, instó a no perder de vista el papel central de Dios: “No olvidemos esto: en el centro está el Señor. No estoy yo en el centro, sino Dios”. Asimismo, recordó a los consagrados la necesidad de mantenerse en constante discernimiento y renovación espiritual, subrayando que “la vida sacerdotal o religiosa no es un ‘sí’ que hemos pronunciado una vez y para siempre”.

El Papa ofreció dos invitaciones clave: “cuidar de sí mismos y cuidar de los demás”. Insistió en la importancia de la oración diaria, la reflexión personal y la fraternidad entre religiosos como pilares para una vida espiritual sólida y un ministerio eficaz. También destacó la urgencia de encontrar nuevas formas pastorales para llevar el Evangelio a los corazones necesitados: “No tengan miedo de cambiar, de revisar los viejos esquemas, de renovar el lenguaje de la fe”.

Clausura del congreso

Durante el congreso, se destacó que la piedad popular tiene la capacidad de transmitir la fe a través de gestos simples y lenguajes simbólicos, enraizados en la cultura de los pueblos. Se resaltó su importancia en contextos donde la práctica religiosa está en declive: “La piedad popular atrae e involucra también a personas que están en el umbral de la fe, permitiéndoles descubrir en ella experiencia, raíces y valores útiles para la vida”.

Sin embargo, también se subrayaron los riesgos que pueden surgir, como su reducción a aspectos externos o folclóricos, y se hizo un llamado al discernimiento pastoral: “Existe el riesgo de que las manifestaciones de piedad popular no lleven al encuentro con Cristo; o que se contaminen con aspectos y «creencias fatalistas o supersticiosas». Otro riesgo es que la piedad popular sea utilizada o instrumentalizada por grupos que pretenden fortalecer su propia identidad de manera polémica, alimentando particularismos, antagonismos y posturas o actitudes excluyentes. Todo esto no responde al espíritu cristiano de la piedad popular y nos interpela a todos, en particular a los pastores, para vigilar, discernir y promover una atención continua hacia las formas populares de la vida religiosa”.

Laicidad sin laicismo

Otro de los ejes de la intervención fue la relación entre fe y sociedad. Se destacó que, en el contexto actual, la apertura entre creyentes y no creyentes es fundamental: “Los creyentes se abren a vivir la fe sin imponerla, mientras que los no creyentes portan en el corazón una sed grande de verdad y valores fundamentales”. Este diálogo, se dijo, es esencial para construir una “ciudadanía constructiva” que promueva el bien común.

También se abogó por una “sana laicidad”, como la planteó Benedicto XVI, donde religión y política colaboren sin instrumentalizaciones ni prejuicios: “Una sana laicidad garantiza que la política no instrumentalice la religión, y que la religión pueda vivirse libremente sin interferencias políticas”.

Vocaciones

Matrimonio misionero: «Dios tiene un plan de salvación para cada persona»

Beatriz y Miguel son un matrimonio en misión en Mánchester. El viejo continente necesita el testimonio de familias cristianas que muestren la belleza de la fe y la fecundidad de la vida familiar.

Beatriz y Miguel·15 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mi nombre es Beatriz, estoy casada con Miguel, tenemos cuatro hijos y nueve en el cielo. Mi único propósito al hablar de mi experiencia como familia y matrimonio católico es poder dar gloria a Dios y hacer presente su amor en medio de esta sociedad tan secularizada. Hablar de Dios no está de moda, sin
embargo para nosotros, la vida sin Dios no tendría sentido.

Nací en el seno de una familia católica, soy la segunda de cuatro hermanos, mis padres, en un momento concreto de su vida conocieron el Camino Neocatecumenal a través de unas catequesis que recibieron en la parroquia. Desde entonces han vivido la fe en una comunidad donde han podido experimentar el amor de Dios en sus vidas.

Una fe de padres a hijos

Esto para mí ha sido fundamental ya que, gracias al Camino Neocatecumenal, mis padres nos han transmitido la fe a través de una liturgia doméstica, rezando juntos en familia, ayudándonos y enseñándonos, -tanto a mi como a mis hermanos-, el inmenso amor que Dios nos tiene. Cómo Él acontece en nuestras vidas, la importancia de recibir los sacramentos, viendo también que Dios está presente cuando aparecen los problemas o dificultades.

Y esta fe, que tanto yo como mi marido hemos recibido de nuestros padres, es la que, a su vez, transmitimos a nuestros hijos, de manera que va pasando de generación en generación.

Fueron mis padres quienes me invitaron a escuchar estas mismas catequesis. Aunque en mi adolescencia fui un tanto rebelde, gracias a su perseverancia y oración escuché estas catequesis. A partir de este momento empezó mi experiencia personal en el camino de la fe, donde pude tener un encuentro profundo con el Señor. Fui creciendo y madurando en la fe, formando parte de una comunidad en la que el Señor me mostró claramente mi vocación: me llamaba a formar un matrimonio cristiano.

Conocí a Miguel, -mi marido-, en la comunidad, y comenzamos un noviazgo donde pudimos conocernos.

Dificultades matrimoniales

A pesar de nuestros buenos propósitos de formar una familia cristiana, los primeros años de matrimonio no fueron fáciles: aparecieron nuestras diferencias. Sin el amor de Dios es imposible morir a tu “yo”, a tu razón y pasar al otro. Sin embargo, a lo largo de este itinerario de fe, Dios nos ha mostrado su amor, a través de los sacramentos, iluminando nuestra vida a la luz de su palabra. Hemos visto la acción del Espíritu Santo dándonos la gracia de la reconciliación y del perdón cuando lo hemos necesitado.

Cuando una persona es bautizada recibe la fe. Esto significa que tiene dentro de sí vida eterna. El Espíritu Santo desciende sobre él y entra dentro de él. Ese Espíritu nos dona el fruto de la acción de Cristo, que es la resurrección de la muerte y nos da vida eterna, lo que nos da la capacidad de perdonar. Esta inmensa gracia se nos ha dado a conocer en la Iglesia, en la comunidad. Esto ha sido esencial para nuestro matrimonio y así se lo transmitimos a nuestros hijos: Cristo ha vencido la muerte, de manera que un problema en el matrimonio, una enfermedad e incluso la muerte de un ser querido no te destruye
porque tienes vida eterna dentro de ti.

Durante todos estos años de matrimonio hemos visto cómo Dios tiene un plan de salvación para cada uno en nuestra vida concreta. Nuestra misión es conducir a nuestros hijos en un camino hacia el cielo, que ellos puedan descubrir también el amor de Dios en sus vidas, que frente a los sufrimientos, persecuciones, Dios no les abandona.

Dios tiene un plan de salvación

En la familia hemos pasado por momentos muy duros, como fue la muerte de nuestra hija Marta a los tres meses y medio de vida. Frente a este acontecimiento de tanto dolor, pudimos experimentar el amor inmenso y el consuelo de Dios, que nos mostraba que este no era el final de nuestra hija sino el principio de su vida eterna, y desde el cielo intercede por todos nosotros. Otros ocho hijos fueron abortos espontáneos en los que también vimos el consuelo de Dios como padre que nos ama y que nunca nos ha abandonado.

Esta es nuestra misión con nuestros cuatro hijos, la que estamos viviendo ahora: que puedan recibir la fe, que descubran que Dios les ama profundamente.

El autorBeatriz y Miguel

Matrimonio en misión del Camino Neocatecumenal.

Argumentos

Isaías y el Adviento: el misterio de la Encarnación

El autor ofrece para cada semana de Adviento un versículo clave del libro de Isaías, con el fin de captar la esencia del mensaje de este tiempo litúrgico y facilitar un recorrido espiritual que nos acerque al corazón de Cristo.

Rafael Sanz Carrera·15 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante el tiempo litúrgico del Adviento, tres figuras bíblicas destacan de manera especial: el profeta Isaías, Juan el Bautista y María de Nazaret. En esta reflexión, nos centraremos en la figura de Isaías. Desde la antigüedad, una tradición universal ha reservado muchas de las primeras lecturas de este tiempo para sus palabras. Esto se debe quizás a que, en él, la gran esperanza mesiánica resuena con una fuerza única, ofreciendo un anuncio perenne de salvación para la humanidad de todos los tiempos.

Al contemplar las lecturas del tiempo de Adviento de este año (ciclo C), notaremos la presencia abundante de Isaías. Aunque pueda parecer ambicioso, me propongo seleccionar, para cada semana de Adviento, uno de los textos que se nos ofrece, junto con un versículo clave. De este modo, espero captar la esencia del mensaje del Adviento y facilitar un recorrido espiritual que nos acerque a su corazón.

Tercera semana de Adviento

En esta tercera semana de Adviento, encontramos dos lecturas clave de Isaías:

  • Domingo (Salmo): Isaías 12, 2-6 – Acción de gracias por la salvación que Dios ofrece.
  • Viernes: Isaías 7, 10-14 – Anuncio del nacimiento de Emmanuel, «Dios con nosotros».

Profecía y versículo clave (3ª semana)

De los dos textos de Isaías que se leen en la tercera semana de Adviento, Isaías 7, 10-14 se destaca por su relevancia especial. Este pasaje contiene una de las profecías mesiánicas más significativas del Antiguo Testamento, que anticipa la llegada del Emmanuel: «Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel» (Is 7, 14).

Razones para la elección de la profecía y el versículo.

  1. Profecía mesiánica del nacimiento virginal. Este pasaje contiene una de las profecías mesiánicas más importantes del Antiguo Testamento. La promesa de un niño nacido de una virgen, llamado «Emanuel» («Dios con nosotros»), apunta directamente al nacimiento de Jesucristo. Este cumplimiento se refleja en el Nuevo Testamento, donde Mateo 1, 22-23 cita este versículo para demostrar que el nacimiento virginal de Jesús es la realización de la profecía de Isaías.
  2. Cumplimiento en Jesús. La profecía del nacimiento virginal en Isaías 7, 14 se cumple en la Encarnación de Jesús. Mateo 1, 22-23 cita explícitamente este versículo para mostrar que el nacimiento de Jesús de la Virgen María es el cumplimiento de esta antigua profecía. El nacimiento virginal es importante para resaltar la naturaleza divina de Cristo.
  3. Emmanuel, Dios-con-nosotros. La promesa de Emmanuel, «Dios con nosotros», señalaba que Dios mismo vendría a habitar con su pueblo. En Jesús, Dios no solo actúa desde lo alto, sino que se hace presente en medio de la humanidad para redimirla. Esta verdad resuena profundamente en el Adviento, que es un tiempo de preparación para la celebración del nacimiento de Cristo, el Emmanuel.
  4. Necesidad de preparación. La profecía también  subraya la necesidad de preparación espiritual para la venida del Señor.

En resumen, Isaías 7, 14 es central porque profetiza el misterio de la Encarnación, el acontecimiento crucial del Adviento. La señal de la Virgen y el nacimiento de un niño que traerá la presencia de Dios son esenciales en el mensaje de salvación que la Navidad celebra. En Jesucristo, mediante su nacimiento virginal y su identidad como Emmanuel, Dios con nosotros, se cumple la profecía de Isaías, trayendo a la humanidad el don supremo de la cercanía y la redención divinas.

El autorRafael Sanz Carrera

Doctor en Derecho Canónico

Devuélveme la Navidad que me la has “quitao”

Ojalá no nos quiten la Navidad. Ojalá no nos acomodemos entre decoraciones y regalos, sino que aprovechemos las pistas. Lo importante no es la estrella, sino el lugar que señala.

14 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Grinch no existe, pero igualmente parece que nos están intentando robar la Navidad. Basta con mirar alrededor estos días para darse cuenta de ello. Hay luces maravillosas iluminando nuestras ciudades: bolitas de árbol de Navidad, renos, regalos envueltos… ¿No falta algo?

Paseando por un centro comercial uno se queda impresionado con los miles de detalles que se despliegan por los pasillos. Los tonos rojizos, dorados y verdes están ahora de moda. Si vas caminando demasiado rápido, tal vez te choques con el Papá Noel inflable que han colocado en medio del centro comercial para que los niños se hagan fotos con él. ¿No falta algo?

Entra en un supermercado y disfruta pensando en todos esos turrones, polvorones y roscones que te vas a tomar en los próximos días. En Navidad los placeres de la comida no son culpables, pero… ¿no falta algo?

Parece que, como en esa típica película navideña, hemos olvidado el auténtico sentido de estas celebraciones. Es época de reunirse con la familia, de ir a ver a tu hijo cantando el “Burrito Sabanero” en el recital del colegio, de decorar la casa y pensar en los regalos que puedan gustar a tus seres queridos. Ahora bien, ¿por qué?

Y es importante subrayar que no estoy criticando todas estas cosas. Pienso que pueden ser muy buenas, siempre que nos demos cuenta de que son solo pistas, luces que nos señalan lo realmente importante. Podríamos incluso pensar que son como aquella estrella que hace años marcó el camino a unos sabios de Oriente. Y si seguimos esa estela, nosotros también nos encontraremos con ese pesebre en el que hay un Niño recién nacido.

Es cierto que hemos rodeado la Navidad de cosas ajenas a su sentido original: el “Black Friday”, las rebajas, las comidas de empresa… Y, si no tenemos cuidado, esas luces tan bonitas de las ciudades nos pueden cegar. Pero como Dios sabe aprovechar todo, pienso que hasta esto puede ser una oportunidad para despertarnos.

Ojalá no nos quiten la Navidad. Ojalá no nos acomodemos entre decoraciones y regalos, sino que aprovechemos las pistas. Lo importante no es la estrella, sino el lugar que señala.

Ojalá tengamos la valentía de poner el Belén, de sacar al Niño Jesús a las balconeras, de recordar el sentido de la Navidad. Miremos a ese Niño que viene al mundo por nosotros. En esa noche de paz, demos un poco de guerra al Grinch.

El autorPaloma López Campos

Redactora jefe de Omnes

Leer más
Familia

Montserrat Gas: «La preparación matrimonial es esencial para asegurar un matrimonio no solo válido, sino también fructuoso»

Montserrat Gas Aixendri participó en el XXXII Curso de Actualización de Derecho Canónico organizado por la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra con una ponencia dedicada a "La validez del matrimonio y la falta de fe".

Maria José Atienza·14 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

La profesora de la Universitat Internacional de Catalunya y colaboradora de Omnes, Montserrat Gas Aixendri fue una de las ponentes del XXXII Curso de Actualización de Derecho Canónico organizado por la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra bajo el título ‘Derecho matrimonial canónico y justo proceso’.

Gas, experta en acompañamiento familiar, centró su ponencia en «La validez del matrimonio y la falta de fe’, un tema de actualidad perenne en nuestra sociedad y acerca del que Omnes ha querido conversar con la profesora Gas.

Usted habla del reto que supone, actualmente, el incremento de los matrimonios entre personas bautizadas, pero no creyentes. ¿Cuáles cree que son los principales desafíos pastorales que enfrenta la Iglesia ante estas situaciones y cómo podrían ser abordados de manera efectiva?

–En general en todo el occidente cristiano el fenómeno de la secularización es una realidad que afecta a todos. En relación al matrimonio cristiano esto implica que inevitablemente muchos de los que piden casarse en la Iglesia lo hacen por motivos de costumbre o de tradición, más que por convicciones personales. Sin embargo, no por ello podemos pensar que no quieren casarse, o que no aceptan el matrimonio cristiano. Por eso el gran reto de la pastoral familiar es acompañar a los jóvenes que desean fundar una familia. 

La preparación para este momento vital tan importante debería ser una prioridad para los pastores. El Papa Francisco ha insistido en este punto en diversas ocasiones, sugiriendo la realización de un auténtico catecumenado que ayude a madurar a quienes desean casarse. Fruto de ello son los Itinerarios catecumenales para la vida cristiana publicados por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en el año 2019. Este documento debería inspirar a las Iglesias particulares para mejorar este itinerario de preparación. Esta preparación debe estar orientada a que los contrayentes comprendan a fondo el significado del amor matrimonial.

El hecho de que el matrimonio haya sido elevado a sacramento no cambia la sustancia del matrimonio del principio (o matrimonio natural), sino que le añade un significado y una dimensión sobrenatural. 

Montserrat Gas Aixendri

Uno de los temas que aborda es la noción de «objeto del consentimiento» en el matrimonio sacramental. ¿Cómo considera que la falta de fe puede influir en la comprensión del matrimonio cristiano? ¿Es posible que esta falta de fe afecte la validez del matrimonio?

–En primer lugar, quiero subrayar que casarse no es un acto de adhesión ciega a los modelos que presenta la cultura dominante. Contraer matrimonio es ante todo una decisión de amor incondicional, fiel y fecundo entre una mujer y un hombre. Como afirmaba el teólogo Carlo Caffarra, las evidencias originales de la familia están escritas en la naturaleza de la persona humana, pues la verdad del matrimonio está inscrita en el corazón de las personas.

A pesar de ello, quien vive en un contexto secularizado y desconoce el mensaje cristiano puede verse influido por lo que el Papa Francisco llama una “visión mundana del matrimonio”, en la que éste se percibe como una forma de gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier manera y modificarse cuando la persona amada ya no realizara sus expectativas (Francisco, Discurso a la Rota Romana 23 de enero de 2015). Sin embargo, las conexiones entre situaciones de falta de fe y la nulidad del matrimonio no son automáticas: deben analizarse caso por caso, constatando que se ha rechazado alguno de los elementos esenciales del matrimonio natural.

En relación con el papel de la fe en la validez del matrimonio, usted apunta que no se requiere un acto de fe explícito por parte de los contrayentes. ¿Cómo interpreta la Iglesia el concepto de «intención de hacer lo que hace la Iglesia» en estos casos, especialmente en matrimonios entre personas con diferentes grados de fe o entre personas que han abandonado la fe?

–La doctrina sobre los sacramentos indica como condición necesaria administrarlos válidamente, tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia. En el caso del matrimonio, “lo que la Iglesia hace” es el mismo matrimonio natural, es decir, la entrega incondicional y fecunda entre un varón y una mujer. El hecho de que el matrimonio haya sido elevado a sacramento no cambia la sustancia del matrimonio del principio (o matrimonio natural), sino que le añade un significado y una dimensión sobrenatural. 

Indudablemente, quien tiene fe tiene más recursos sobrenaturales para amar incondicionalmente y vivir un matrimonio fiel y fecundo; pero eso no implica que quien no es creyente no sea capaz para entregarse matrimonialmente a otra persona. El matrimonio es una realidad creada por Dios para toda la humanidad, con independencia de sus creencias. Por eso casarse no es una cuestión de fe, sino de amor conyugal.

A pesar de lo que hemos señalado en la pregunta anterior, la falta de fe puede influir en la validez del matrimonio a través de la exclusión de la dimensión sobrenatural del matrimonio. ¿Cómo se debe interpretar esta «influencia» de la falta de fe en la validez del matrimonio, y qué papel juega la rectitud de la intención de los contrayentes en este proceso?

–Como he dicho, el sacramento no modifica los elementos esenciales del matrimonio tal como ha sido querido por Dios (uno, indisoluble, fecundo). El hecho de rechazar el sacramento (el significado sobrenatural) no influye en la validez del matrimonio mientras permanezca intacta la voluntad de una entrega verdaderamente matrimonial entre esposos. Cabría que alguien rechazara lo sagrado y, a pesar de ello, quisiera unirse de manera incondicional y fecunda con la persona a la que ama. 

En mi experiencia, la falta de fe conducirá a menudo a una situación de ignorancia respecto a la sacramentalidad del matrimonio, y por lo tanto, a una actitud psicológica de indiferencia más que de rechazo hacia lo sobrenatural.

Sin embargo, si ese alejamiento de la fe llevase a los contrayentes a rechazar el matrimonio mismo, tal como ha sido instituido por Dios, entonces nos encontraríamos ante una unión nula.

Deberíamos pasar de una pastoral de los servicios (puntuales) a una pastoral del acompañamiento a las personas en todo su camino de vida cristiana.

Montserrat Gas Aixendri

En este mismo sentido, ¿qué consecuencias puede tener esta perspectiva en la práctica pastoral y en la interpretación de los casos de nulidad matrimonial en la Iglesia?

–La preparación para la celebración matrimonial es, como he dicho, un momento esencial para asegurar un matrimonio no solo válido, sino también fructuoso. Sin embargo, es importante distinguir estos dos planos. En el caso de personas alejadas de la fe, la preparación al matrimonio requiere asegurar, ante todo, la validez. Es importante hacer emerger las verdaderas intenciones de los contrayentes para que se les pueda aceptar a la celebración de un verdadero matrimonio. 

A la vez, debería darse una coherencia entre las disposiciones requeridas para la admisión al matrimonio y las que se consideran en el momento de examinar una posible nulidad. Podría darse una falsa impresión de que la puerta de acceso al matrimonio en la Iglesia es muy ancha y los criterios con los que se juzga la validez posteriormente, muy estrechos.

Usted alude a la necesidad de una correcta preparación para el matrimonio, especialmente en casos de contrayentes alejados de la fe. ¿Cómo se puede equilibrar la necesidad de preparar a los contrayentes para un matrimonio válido con la importancia de fomentar una comprensión más profunda de la sacramentalidad del matrimonio dentro de la pastoral familiar?

–Quienes se ocupan pastoralmente de la preparación al matrimonio no solo deben preocuparse de asegurar la validez, sino ayudar a los contrayentes a descubrir la grandeza del don sacramental. La conciencia del carácter vocacional —humano y cristiano— del matrimonio abre nuevos horizontes haciendo evidente que el don sacramental está destinado a la santificación personal y relacional de la familia cristiana mostrando la belleza del matrimonio vivido de acuerdo con la dignidad bautismal. 

En mi opinión quizá lo que nos faltan son estructuras pastorales realmente capaces de acompañar a estos novios. Deberíamos ser capaces de acompañarles en la preparación y sobre todo, después a lo largo de toda la vida matrimonial.

Deberíamos pasar de una pastoral de los servicios (puntuales) a una pastoral del acompañamiento a las personas en todo su camino de vida cristiana. Este es uno de los desafíos que más debería interpelar a quienes se ocupan de la pastoral familiar.

España

El número de nuevos seminaristas españoles crece un 35% en un año

El año pasado entraron al seminario 177 candidatos al sacerdocio y este año 239. Se trata de un aumento muy sorprendente, que se produce tras varios años descendiendo el número de seminaristas.

Javier García Herrería·13 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Conferencia Episcopal Española ha publicado los datos correspondientes al curso académico 2023-2024, revelando que el número de seminaristas en España vuelve a superar el millar y recupera las cifras de 2021.

El reto de la secularización

La secularización, un fenómeno creciente en la sociedad contemporánea, sigue siendo uno de los principales desafíos que enfrenta la Iglesia para mantener y fomentar las vocaciones sacerdotales. El alejamiento de los valores cristianos en muchos sectores de la sociedad, así como la falta de compromiso de algunos jóvenes, son factores que dificultan la respuesta a la llamada al sacerdocio.

A pesar de estos obstáculos, la Iglesia destaca la importancia de aquellos jóvenes que, en medio de esta realidad, responden positivamente a la vocación sacerdotal.

Datos relevantes

El curso pasado se ordenaron 69 nuevos diáconos y 85 nuevos sacerdotes, confirmando la tendencia de los últimos años, en los que el número de ordenaciones se sitúa por debajo del centenar.

El total de seminaristas con los que cuentan las diócesis españolas es de 1.036, frente a los 956 del año pasado.

86 seminaristas han abandonado el proceso formativo hacia el sacerdocio, aunque son 20 menos que el curso anterior. Por otro lado la edad de los seminaristas españoles oscila entre los 25 y 31 años.

De los 1.036 seminaristas presentes en las diócesis españolas, 825 provienen de seminarios diocesanos o conciliares, mientras que 211 están siendo formados en los seminarios misioneros internacionales «Redemptoris Mater», vinculados al Camino Neocatecumenal y establecidos canónicamente en las diócesis donde operan. Actualmente hay 67 seminarios conciliares y 14 seminarios “Redemptoris Mater”.

El Congreso Nacional de Vocaciones de 2025

En línea con estos esfuerzos, la Conferencia Episcopal ha anunciado la celebración de un Congreso Nacional de Vocaciones en febrero de 2025. Este evento tiene como objetivo sensibilizar a toda la Iglesia y a la sociedad sobre la importancia de la vocación en el ámbito eclesiástico, poniendo énfasis en la necesidad de fomentar una vida cristiana comprometida y orientada al servicio de los demás.

Este congreso será un paso más en el esfuerzo por promover una cultura de vocación dentro de la Iglesia y la sociedad, especialmente en un momento en que los retos son cada vez mayores.

Leer más
Evangelización

Diagnóstico y soluciones para afrontar la crisis de la Iglesia

El teólogo Juan Luis Lorda diagnostica la crisis de la Iglesia y propone tres soluciones, que parten de la confianza en el Espíritu Santo y el compromiso con la misión cristiana.

Javier García Herrería·13 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El profesor Juan Luis Lorda ofrece en su canal de youtube un análisis divulgativo sobre la crisis actual que enfrenta la Iglesia y propone una serie de sugerencias para afrontarla. Sorprende que para su exposición reconozca haber recurrido a herramientas de inteligencia artificial, como chat GPT y Bing, aunque evidentemente el núcleo de la exposición se base en sus reflexiones personales.

Un diagnóstico de la crisis

Lorda identifica tres grandes factores que han llevado a la pérdida de fe en muchos creyentes:

  1. Dudas históricas: Las incertidumbres sobre Jesucristo y la fiabilidad de los textos bíblicos generan confusión y desconfianza en algunos.
  2. Influencia de la secularización: Un entorno cultural y social adverso a la fe, alimentado por procesos de descristianización en Occidente. Lorda destaca el papel de la televisión en el siglo XX (que sustituyó el rol formativo de la familia) y la crisis de la educación religiosa, que alteraron los modelos tradicionales de transmisión de la fe.
  3. Experiencias negativas con la religión: Tanto personales como globales, como el escándalo de la pederastia, han afectado profundamente la percepción de la Iglesia.

En este contexto, Lorda subraya que la Iglesia, al intentar renovarse tras el Concilio Vaticano II, afrontó tensiones internas que derivaron en una crisis que afectó a muchos aspectos. 

Volver a la tradición con equilibrio

Lorda advierte sobre una postura común entre algunos grupos: la idea de cortar con todo lo sucedido tras la muerte de Pío XII en 1958 para «recuperar la tradición». Aunque esta intención parte de un deseo de fidelidad, olvida que la verdadera tradición incluye la comunión con el Papa y la unidad de la Iglesia. Según Lorda, un diagnóstico incorrecto impide abordar correctamente los problemas actuales, cuya solución pasa por recordar que la Iglesia es obra del Espíritu Santo.

¿Qué debemos hacer? Tres pasos fundamentales

Tras el diagnóstico, Lorda plantea tres acciones esenciales para afrontar la crisis de la Iglesia:

  1. Celebrar bien la Eucaristía. La celebración de la Eucaristía, fuente de vida para la Iglesia, debe hacerse con devoción y en comunión con la Iglesia universal. La Iglesia nace de la Eucaristía y esto es casi tan difícil de creer como decir que lo que hace a la Iglesia es la cruz, pero al final es lo mismo. Lo más eficaz para cambiar el mundo no depende de la prensa o las redes sociales, sino de priorizar lo que Jesucristo dispuso: “Haced esto en memoria mía”.
  2. Evangelizar con un espíritu más carismático. Inspirándose en el mandato de Jesús de «hacer discípulos de todos los pueblos», Lorda subraya la importancia de conocer primero al Señor para poder darlo a conocer a otros. Recomienda que la Iglesia en Europa adopte un enfoque más carismático, similar al de las comunidades de América, para revitalizar su impulso evangelizador.
  3. Vivir el mandamiento del amor. Amar a los demás como Cristo amó es el testimonio más poderoso de la existencia de Dios. Según Lorda, este amor no solo refuerza la unidad de la Iglesia, sino que también es el signo distintivo de los discípulos de Cristo.

Con estas propuestas, Lorda invita a los cristianos a asumir su misión con esperanza, recordando que la eficacia de la Iglesia proviene del Espíritu Santo y no solo de sus propios esfuerzos. «Estamos en una empresa sobrenatural», concluye, poniendo el foco en la fe, la comunión y el amor como pilares fundamentales para superar los desafíos actuales.

Cine

Jesús Garcés: “En la vida de la Guardia Suiza los peligros son constantes”

Para los miembros de la Guardia Suiza, "los peligros son constantes", afirma Jesús Garcés, director del documental "Honor in armor". En esta entrevista con Omnes, el cineasta mexicano explica las razones por las que ha decidido mostrar en el largometraje la vida cotidiana de este cuerpo militar dispuesto a dar su vida por el Papa.

Paloma López Campos·13 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Jesús Garcés, director de «Honor in Armor»

Jesús Garcés es el director de “Honor in Armor”, un documental producido por Rome Reports en el que podemos ver el día a día de los miembros de la Guardia Suiza. A través de entrevistas y la apertura del archivo histórico de este cuerpo militar, Garcés abre al espectador todo un mundo que se desarrolla entre Suiza y el Vaticano.

En esta entrevista, el director mexicano explica los motivos por los que decidió hacer este documental y la importancia de desmitificar al cuerpo de élite que protege al Papa.

¿Qué le motivó a explorar la historia y el trabajo de la Guardia Suiza en un documental?

– Yo vivo en Roma desde hace muchos años. Uno de los motivos por los que me trasladé aquí es por la belleza de este lugar. Viviendo en el centro de Roma, es inevitable encontrarse con el Vaticano y, por consiguiente, con la Guardia Suiza.

Siempre me he preguntado quiénes son estos hombres y he visto muchos documentales. Muchos me contaban qué hacen estas personas, pero nadie me decía quiénes son ni de dónde vienen. Sin embargo, al mismo tiempo, había muchos mitos y leyendas sobre ellos. Mi curiosidad nace de ese no saber el origen de esa iconografía tan importante de la Iglesia católica.

Hablé con el productor de Rome Reports y nació la posibilidad de hacer una película-documental sobre la Guardia Suiza.

¿Cómo fue el proceso de investigación para crear este documental?

– Hay un equipo que se encargó de la investigación. Me dieron acceso a un capitán del cuerpo que respondió a todas mis preguntas. Fue un proceso muy interesante, porque hablando con aquellos que forman parte de la Guardia Suiza te das cuenta de que son una organización militar que tiene códigos muy antiguos.

Me sorprendió mucho descubrir el entrenamiento que tienen antes de integrarse en el cuerpo. Los aspirantes vienen del ejército suizo, tienen un mes de entrenamiento en el Vaticano y otro mes más de formación con la policía suiza. Vuelven sabiendo manejar las almas más actuales, con conocimientos de lucha cuerpo a cuerpo y mucha formación en psicología. De hecho, diría que las mejores armas de los guardias suizos son la inteligencia, la psicología y el amor que meten en todo lo que hacen.

Tras la grabación del documental, en la que se cuentan anécdotas del pasado sobre miembros de esta organización,¿cómo evalúa la historia de la Guardia Suiza?

– La Guardia Suiza es una cuestión de tradición muy antigua. Tuvimos la suerte de que nos dieran acceso a los archivos históricos de la Guardia Suiza en el corazón del Vaticano. Al entrar allí, puedes ver su pasado y su futuro. El futuro que tienen no parece fácil, porque los jóvenes han perdido un poco el interés por esa vocación de proteger al Papa, pero se puede hacer un trabajo para modernizarse y recuperar esa ilusión.

Tradicionalmente, la Guardia Suiza es vista como una fuerza de élite muy particular. ¿Cómo te gustaría que los espectadores reconsideraran su papel y su imagen después de ver el documental?

– Para contar una historia tienes que entrar en intimidad. Cada miembro de la Guardia Suiza de este documental tiene un nombre, una historia. Comparten sus sueños, su infancia… Rompen con esa pared de frialdad que solemos ver.

En el documental hay jóvenes sonrientes, con paz interior, acompañados de sus madres, novias, esposas… La película incluye todo el universo que rodea a la Guardia Suiza. En el largometraje, conocemos las historias de estas personas y así cambia nuestra percepción, pues conocemos los detalles de quiénes son realmente.

¿Por qué decidiste cerrar el documental mostrando un fallo grave de seguridad?

– En realidad esa es la vida de la Guardia Suiza. Los peligros son constantes y yo cuento la historia de su intimidad, de su vida cotidiana, en la que está ese peligro constante que les impide distraerse. Cerrar así la película es un modo de recordar que, incluso si la historia y la vocación de la Guardia Suiza es bella, tienen que estar siempre atentos.


A continuación, el tráiler en inglés del documental «Honor in armor»:

Vaticano

Una tradición que se renueva: más de 100 belenes expuestos en el Vaticano

Entre las columnas de Bernini se celebra por séptimo año consecutivo la exposición "100 belenes en el Vaticano", con entrada gratuita, promovida por el Dicasterio para la Evangelización.

Giovanni Tridente·13 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El día de la Inmaculada Concepción, mientras el Papa Francisco rendía su tradicional homenaje con un acto de veneración a la estatua de la Virgen María en la Escalinata de España, bajo la columnata Bernini de la Plaza de San Pedro se encendían las luces de los más de «100 belenes del Vaticano», que forman parte de la exposición del mismo nombre que permanecerá expuesta durante toda la Navidad. Un acontecimiento ya consolidado, que cumple su séptima edición y que este año se carga de un significado añadido dada la proximidad de la inminente apertura de la Puerta Santa para el Jubileo de 2025.

La inauguración estuvo presidida por Mons. Rino Fisichella, Pro Prefecto del Dicasterio para la Evangelización y responsable de la organización del propio Jubileo, junto con representantes del Dicasterio y del Ayuntamiento de Roma, que colabora en la exposición. Las actuaciones musicales de un coro de la escuela francesa Chateaubriand de Roma y de la banda de música del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana enriquecieron la ceremonia.

Un caleidoscopio de colores y tradiciones

La exposición de este año presenta 125 belenes procedentes de diversos países de Europa y de todo el mundo, de Francia a Polonia, de Hungría a Estados Unidos pasando por varias naciones latinoamericanas y hasta Taiwán, a menudo representados por sus respectivas embajadas ante la Santa Sede.

Las obras expuestas reflejan claramente la inspiración e imaginación de los artistas, y están realizadas con una gran variedad de materiales, como papel japonés, seda, resina, poliestireno, lana, fibra de coco y vidrio. Entre las composiciones más significativas figura la llamada «Barca del Jubileo», realizada por una asociación florentina, que recuerda simbólicamente el propio logotipo del Año Santo.

No menos impresionante -según los propios organizadores- es el belén de la catedral de Santa María de Osaka, realizado con materiales típicamente japoneses como kimonos de seda y esteras de tatami, símbolo de la importancia del diálogo intercultural. También son significativos el belén llegado del Santuario del Cristo Redentor de Río de Janeiro, construido con fibras naturales de coco y plátano, y un Nacimiento de estilo napolitano, realizado en madera y corteza por un grupo de ciegos de la provincia de Caserta, testimonio de cómo el belenismo es un lenguaje universal que tiene la capacidad de contar el nacimiento de Cristo a través de las especificidades de cada pueblo o condición humana.

Símbolo de la evangelización

A lo largo de los años, la iniciativa ha adquirido una importancia creciente, no sólo artística, sino también pastoral y cultural, consolidándose como una cita esperada y frecuentada por creyentes, familias y visitantes de todo el mundo. Como señaló en varias ocasiones Mons. Rino Fisichella, Pro Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, al referirse al belén, «todo aquí nos habla de esperanza. Y nos invita a considerar nuestro presente para construir nuestro futuro».

De estas palabras se hacen eco aquellas con las que el Papa Francisco abre su Carta Apostólica dedicada precisamente al valor y significado del belén, «Admirabile signum» de 2019: «Al contemplar la escena de Navidad, se nos invita a ponernos en camino espiritualmente, atraídos por la humildad de Aquel que se hizo hombre para salir al encuentro de todo hombre”.

La exposición permanecerá abierta del 8 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2025, con entrada gratuita.

España

Mons. Enrique Benavent: “En muchas localidades de Valencia queda por delante una larga tarea de reconstrucción”

La catástrofe provocada por la DANA del 29 de octubre de 2024 marcó un antes y un después para la región de Valencia. Más de 200 vidas perdidas y miles de damnificados conmovieron a toda España. En esta entrevista para Omnes, el arzobispo de Valencia, Monseñor Enrique Benavent, reflexiona sobre el impacto humano, la respuesta solidaria de la Iglesia y el papel de la fe como signo de esperanza en medio de la desolación.

Maria José Atienza·12 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Nadie en España, pero especialmente en la zona de Valencia y Albacete, olvidará, por mucho tiempo, la tarde del 29 de octubre de 2024. Ese día, una gota fría o depresión aislada en niveles altos (DANA) provocó lluvias torrenciales en la zona del levante español y el desbordamiento de varios ríos y barrancos en la zona mediterránea española. 

El barro y el agua alcanzaron los dos metros en diversas localidades, especialmente en la zona sur de la capital valenciana y las poblaciones cercanas como Catarroja, Paiporta, Algamesí o Aldaya arrastrando coches, inundando casas, garajes y comercios y, sobre todo, segando la vida a más de doscientas personas. 

Más de 30.000 personas tuvieron que ser rescatadas por vecinos, en un primer momento, y fuerzas del orden posteriormente. 

Una catástrofe que supuso, también para la Iglesia, un “terremoto” interior y exterior: sacerdotes, religiosas, voluntarios de todas las edades se echaron a la calle para ayudar a quienes lo han perdido todo. 

Las parroquias de muchas localidades son, aún hoy, un punto de distribución de ayuda material y consuelo espiritual. En este contexto hablamos con Enrique Benavent, arzobispo de Valencia que destaca en esta entrevista la impresionante respuesta de tantas personas, la cercanía del Papa al pueblo valenciano y sobre todo, la necesidad de ser en estos momentos, signo de esperanza.

¿Cómo recuerda el 29 de octubre de 2024?

—En un primer momento no sabíamos muy bien lo que había pasado. Fue a partir del día siguiente cuando empezamos a caer en la cuenta de la magnitud de la tragedia que se estaba viviendo. 

La primera preocupación fue interesarme por los sacerdotes, ver cómo estaban, si había pasado algo a alguien. Tardé dos días en tener noticias de todos y constatar que estaban todos bien. Los mismo con los seminaristas de la zona y de sus familias. Algunos sí que habían sufrido daños materiales, otros no. Pero gracias a Dios no había habido ninguna desgracia personal. 

Convoqué además una primera Misa en la basílica de la Virgen de los Desamparados, donde di dos mensajes: El primero fue poner a toda la Iglesia diocesana al servicio de las personas necesitadas y el segundo que nos ofreciéramos, que todos encontraran en los cristianos una mano amiga. En esos primeros días empecé a visitar las parroquias que habían sido afectadas, comenzando por las de la ciudad de Valencia, porque en los primeros días el acceso a las parroquias y a los pueblos que están fuera de la ciudad era complicado cuando no imposible. 

¿Qué se encontró en estas visitas? 

—He visto mucho sufrimiento, mucho dolor, mucha tristeza en muchas personas. Algunos sacerdotes dijeron, ya los primeros días, Misas de funeral, en un ambiente muy discreto. Las familias que han sufrido la pérdida de un ser querido no quieren aparecer demasiado al público. 

En mis visitas hablé con personas que han perdido no sólo sus viviendas sino todo su entorno vital: la panadería donde van por el pan, el comercio donde solían acercarse a comprar… Todo ha desaparecido bajo el lodo. La comarca de Huerta Sur es, posiblemente, una de las zonas de mayor concentración de empresas de tipo familiar, pequeñas empresas, concesionarios de vehículos, centros comerciales… 

Cuando una persona pierde todos los referentes vitales se encuentra, de repente, desorientada. Todo el mundo agradecía la visita, que te hicieras cercano. Agradecía que celebráramos la Eucaristía, como hicimos en parroquias como la de Paiporta, porque es un signo de cómo la fe nos tiene que ayudar a iluminar esta realidad que estamos viviendo.

¿Cómo consuela la fe en estos momentos de desolación? 

—Pienso que lo primero es acercarse a los afectados manifestando el amor y la cercanía del Señor a los que sufren. Que no se sientan solos, que no se sientan ignorados, que no se sientan abandonados. Después, el dolor irá dando paso, con el tiempo, a nuevos sentimientos. Lo más importante del acompañamiento es saber encontrar la palabra adecuada en el momento adecuado. Pienso que, la clave, es ser esa presencia. Ahora que algunas parroquias están siendo centros de distribución de artículos de primera necesidad, como en La Torre, celebran la, Misa en la plaza muchas veces. Y las personas lo agradecen y respetan esas celebraciones, porque es un signo de que estamos ahí. Pequeños signos que, de alguna manera, manifiestan la presencia de la Iglesia y la presencia de la fe como una pequeña luz, pero que tiene que iluminar la vida de esas personas. 

Hemos visto sacerdotes embarrados hasta el cuello, monjas descargando palés y muchos, muchísimos jóvenes que han respondido a una llamada de solidaridad y que siguen ahí. ¿Está siendo un momento de redescubrir la fuerza de la llamada de la ayuda a los demás?

—Pienso que estas ocasiones pueden convertirse en una llamada para los jóvenes. De hecho, han respondido. Los he visto allí. Muchos de ellos me reconocían en mis visitas por los pueblos y se alegraban de verme.

Además, he visto como hay muchos jóvenes que a lo mejor no son cristianos, pero también han ido a ayudar. Ha sido bonito el testimonio de cómo, en esos momentos, nos hemos sentido hermanos de los que más sufrían. Está siendo testimonio de una solidaridad auténtica, porque es desinteresada, como apuntaba en la homilía de la Misa por las personas afectadas que celebramos todos los obispos españoles en la Catedral de la Almudena durante los días de la Asamblea Plenaria de noviembre de 2024.

Han pasado semanas desde aquellos primeros días de noviembre. ¿Cómo va a seguir la Iglesia presente en este proceso a largo plazo? ¿Han ido trabajando en esto? 

—Cáritas está, desde el principio, intentando dar respuesta a necesidades urgentes, esas primeras necesidades. Hemos tenido muchas donaciones, tantas que, a veces, no sabíamos dónde almacenarlas. 

Con la vista puesta en el futuro, los donativos que estamos recibiendo ayudarán a familias necesitadas a solucionar algún problema a largo plazo. No todos, porque la destrucción es inmensa. Hay pueblos, como Paiporta, en los que no se puede comprar el pan o aceite, porque ha sido todo arrasado… 

Queda por delante una larga tarea de reconstrucción en la que los primeros que deben de tomar la iniciativa y poder los medios han de ser las autoridades. La Iglesia ayudará, porque siempre habrá personas a las que las ayudas públicas no les solucionarán sus carencias. Y a lo mejor la nuestra tampoco, pero si podemos ayudar un poco para, no sé, aminorar el dolor, ahí estaremos. Lo importante ahora es fijarnos en las personas necesitadas.

Hemos tenido reuniones con los vicarios episcopales y los párrocos de las parroquias afectadas para hacer una reflexión común y considerar tanto sobre los daños materiales como sobre la atención pastoral en estas circunstancias. 

La Iglesia, desde siempre, está presente en los barrios, para eso están las parroquias. Las parroquias son presencia de la Iglesia en los barrios de las ciudades o en los pueblos y por eso continuaremos estando atentos a las situaciones de las personas que viven en esos barrios, que viven en esos pueblos y que necesitan una ayuda. Tenemos métodos de escucha, de acompañamiento, y todo eso lo pondremos al servicio de estas parroquias y de quienes lo necesiten.

Ustedes recibieron la visita del cardenal Czerny y el Papa ha seguido muy de cerca a Valencia en estos meses

—Para los sacerdotes para la diócesis han sido gestos muy cercanos, muy consoladores. El Papa ha estado muy cercano, desde un primer mensaje grabado que me mandó a través del presidente de la Conferencia Episcopal Española, a una llamada telefónica personal, dos alusiones en el Ángelus y un momento de oración ante una imagen de la Virgen de los Desamparados, que le regalamos hace medio año, durante una visita de la Junta de la Archicofradía de la Virgen. 

Miles de personas se quedaron sin nada de la noche a la mañana. A veces nos quejamos de la dificultad de predicar en un entorno acomodado que lo tiene todo, pero, ¿y predicar para quien lo ha perdido todo? ¿Es más fácil o al revés?

—No sé, sinceramente, porque la persona que ha sufrido tiene sus interrogantes de fe fuertes en estos momentos. Lo que está claro es que, a veces, como dice el Evangelio referente a Zaqueo, nos creemos ricos y somos pobres. Y solamente cuando caemos en la cuenta de nuestra pobreza, entonces es cuando podemos encontrar la verdadera alegría en Cristo. Nosotros igual, nos creemos ricos, pero somos pobres. Y Zaqueo sabía que era pobre, porque le faltaba lo más importante, que no era el dinero, sino el encuentro con el Señor. 

No podemos terminar sin hablar de la Virgen de los Desamparados, una advocación tan querida en Valencia y que ahora toma tanto significado. ¿Qué le pide usted a la Virgen?

—Le pido que el pueblo de Valencia recupere la esperanza que a lo mejor muchos han perdido. Que experimenten el consuelo de Dios en su corazón y que encuentren siempre que, aun estando desamparados, tienen a su lado una mano amiga, porque las obras de misericordia son obras de esperanza. Eso es lo que yo le pido a la Virgen en estos momentos.

Evangelio

Alegría es Dios. Tercer domingo de Adviento

Joseph Evans comenta las lecturas del tercer domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·12 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hoy la palabra de Dios nos anima a no reprimir nuestras emociones sino a usarlas, a entusiasmarnos con la salvación de Dios. “Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel, regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén”. De hecho, Dios no sólo nos anima a hacerlo, ¡lo está haciendo él mismo!: “se alegra y goza contigo… exulta y se alegra contigo”. La misma idea aparece en el salmo (esta semana de Isaías), que también nos anima a “gritar y cantar de alegría”, y en la segunda lectura, donde san Pablo nos exhorta a “alegrarnos siempre en el Señor”, e insiste: “os lo repito, alegraos”.

Podemos utilizar nuestras emociones destructivamente, entregándonos a pasiones negativas como la ira o la lujuria, o podemos utilizarlas positivamente para alegrarnos en Dios, como hizo María en su Magnificat. Pero también sabemos que la vida cristiana es mucho más que emociones: es fe real y obras prácticas. Así, en el Evangelio, san Juan Bautista, enviado precisamente para preparar a la gente para la venida de Cristo, enumera una serie de acciones prácticas que sus oyentes deben practicar si quieren estar preparados para el Señor. Los recaudadores de impuestos no deben cobrar más de lo que les corresponde y los soldados no deben extorsionar con amenazas o falsas acusaciones y deben contentarse con su salario. (Fíjate en el detalle: los evangelios no dicen que los recaudadores de impuestos y los soldados no puedan ser discípulos de Cristo. Simplemente deben vivir honradamente para serlo).

Y, como el cristianismo no es sólo una religión de “sentirse bien”, el Bautista trata de suscitar en sus oyentes un santo temor ante el inminente juicio de Dios. “en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga”. Alegraos en el Señor, pero con verdadera fe y buenas obras. No seáis paja superficial que será quemada. Sed el trigo bueno que será recogido en el granero de Dios, es decir, en el cielo. Jesús se hizo presente bajo la forma de trigo, de pan, con su sacrificio en la Cruz y el don de la Eucaristía. La abnegación y la entrega generosa son los caminos para llegar a ser este buen trigo, además de la voluntad de enterrarse bajo tierra, es decir, de ocupar puestos humildes de servicio, lejos de los focos (Jn 12,24). Así pues, sí a las emociones en nuestra vida cristiana: no negativas, pero tampoco superficialmente positivas. Más bien, emociones profundas que van desde la alegría llena de fe hasta el temor santo, y que van acompañadas de buenas obras.

La homilía sobre las lecturas del tercer domingo de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

El Opus y el Atleti: creer hasta el final

¿Qué pasa si uno mezcla el tocino con la velocidad, el Opus con el Atleti? Pues que aunque no saldrá un gran análisis, quizá uno pase un buen rato.

11 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El otro día hablaba con un amigo del Opus Dei, ya mayor de edad y con salud delicada, sobre la actual situación canónica de la Obra. Con mucha paz y sentido del humor me dijo que tenía una sensación parecida a la que sentía por ser aficionado del Atlético de Madrid. No especificó a qué se refería exactamente, pero la metáfora me hizo gracia y le di a Chat GPT las siguientes instrucciones: “Compara la actual situación canónica del Opus Dei con ser aficionado del Atlético de Madrid. Haz un artículo irónico y divertido”.

Esta fue su respuesta:

Si uno quiere entender la actual situación canónica del Opus Dei, no necesita sumergirse en el derecho canónico. Basta con ser aficionado del Atlético de Madrid y atar cabos: ambas experiencias exigen fe ciega, resiliencia épica y una capacidad casi sobrenatural de sacar lo mejor de lo peor.

El Opus Dei, antaño una prelatura con autonomía que hacía guiños al liderazgo del Barça de Guardiola (vamos, que tenía su propio «estilo innegociable»), ahora ha sido relegado a la liga de los sufridos. ¿Y qué es ser del Atleti sino una forma secular de la ascética? Tanto el aficionado colchonero como el miembro del Opus Dei viven en una constante dialéctica entre la grandeza prometida y la realidad cotidiana. «Partido a partido» es el equivalente a «santifícate en las cosas pequeñas de cada día». Cada victoria, un milagro; cada derrota, una penitencia.

Pero lo que más une a ambas instituciones es la incomprensión generalizada. Ser del Opus o del Atleti significa que los demás te miran con una mezcla de curiosidad y compasión. En un mundo polarizado entre el Barça y el Madrid, el Opus Dei y el Atleti no son el plato principal del menú, pero sí el ingrediente que da el sabor justo a la comida.

Por supuesto, ambos saben lo que es vivir bajo sospecha. El Opus Dei carga con rumores de conspiraciones oscuras y ambiciones de poder, aunque ahora parece contar con menos recursos que un equipo recién ascendido. Los atléticos, por su parte, soportan las bromas de que son el eterno segundón, el club que se hace grande en la épica de perder en el último minuto.

Y, sin embargo, ahí radica su grandeza. Tanto el Opus Dei como el Atleti convierten la adversidad en virtud, el disgusto en esperanza y el sufrimiento en alegría. Si algo tienen claro los aficionados y los miembros de la prelatura es que, aunque los tiempos sean difíciles, el partido no termina hasta el pitido final. Ánimo, que la fe mueve montañas… y aguanta descensos.


Hasta aquí llegaron las palabras de la inteligencia artificial. No sirven para aclararse con lo que ocurre o lo que pueda ocurrir, pero por lo menos pueden sacar una sonrisa y ayudar a prepararse una buena limonada. 

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

Leer más
Vaticano

El Papa reza por la paz y estabilidad en Siria

En la Audiencia del miércoles 11 de diciembre, el Papa Francisco ha manifestado que reza por la paz y la estabilidad de Siria en este “momento delicado de su historia”. El Pontífice ha alentado a irradiar y sembrar esperanza, a pedírselo a Nuestra Señora de Guadalupe, y a prepararnos en el Adviento para acoger al Niño Jesús en Navidad.

Francisco Otamendi·11 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco sigue con atención los acontecimientos en Siria, y desea que “se llegue a una solución política que, sin otros conflictos ni divisiones, promueva responsablemente la estabilidad del país”, ha señalado en la Audiencia de hoy en el Vaticano.

Además, ha asegurado que reza “por la intercesión de la Virgen María para que el pueblo sirio pueda vivir en paz y seguridad en su amada tierra, y que las diversas religiones puedan caminar juntas en la amistad y en el respeto recíproco, por el bien de la nación, afligida por tantos años de guerra”.

Con voz algo ronca y un hematoma en la mandíbula producto de un golpe contra la mesilla de noche, según informó el Vaticano, que no le ha impedido seguir su agenda estos días, el Papa se ha referido en la Audiencia a su reacción ante los sucesos en Siria, al Adviento que prepara la llegada del Niño Jesús en Navidad, al próximo comienzo del Jubileo de 2025, y a la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe que se celebra mañana día 12, entre otros temas.

“Ven, Espíritu Santo”

El Aula Pablo VI se ha llenado esta mañana de peregrinos que han acudido a escuchar al Pontífice su catequesis sobre el tema: ‘El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven! El Espíritu Santo y la esperanza cristiana’, con el que concluye el ciclo que comenzó el 29 de mayo.

“¡Ven!» es la invocación con la que comienzan casi todos los himnos y oraciones de la Iglesia dirigidos al Espíritu Santo: “Ven, oh Espíritu Creador”, decimos en el Veni Creator, y “Ven, Espíritu Santo”, “Veni Sancte Spiritus”, en la secuencia de Pentecostés; y así en muchas otras oraciones”, ha comenzado el Santo Padre.

“Y es justo que así sea, porque, después de la Resurrección, el Espíritu Santo es el verdadero ‘alter ego’ de Cristo, Aquel que ocupa su lugar, que lo hace presente y operante en la Iglesia. Es Él quien ‘anunciará lo que ha de venir’ (cf. Jn 16,13) y lo hace desear y esperar. Por eso Cristo y el Espíritu son inseparables, también en la economía de la salvación. El Espíritu Santo es la fuente siempre caudalosa de la esperanza cristiana”.

Sembrar esperanza, el don más hermoso de la Iglesia

El Papa ha recordado que “la esperanza es una de las tres virtudes teologales —junto con la fe y la caridad—, “porque tiene como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino. Estas tres virtudes son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. La esperanza, por tanto, no es una virtud pasiva, que se limita a aguardar que las cosas sucedan; sino que es activa, porque el Espíritu la impulsa a luchar por lo que se anhela”.

“Dar razones de la esperanza que habita en nosotros es una de las primeras y más eficaces formas de evangelización, y está al alcance de todos. ¡Seamos testigos de la esperanza que no defrauda!”, ha animado a los fieles, entre los que había numerosos mexicanos.

Poco antes, en el cuerpo de su catequesis, había exhortado a los peregrinos a no contentarse con tener esperanza. “El cristiano también debe irradiar esperanza, ser un sembrador de esperanza. Éste es el don más hermoso que la Iglesia puede hacer a toda la humanidad, sobre todo en momentos en que todo parece arriar las velas”, ha dicho.

Acoger a Jesús sin reservas, en todas las lenguas

La idea de prepararnos en Adviento para acoger a Jesús en Navidad ha sido recordada por el Papa en sus alocuciones a los peregrinos de diversas lenguas.

Por ejemplo, ha manifestado a los de lengua inglesa: “Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la Audiencia de hoy, especialmente a los de Inglaterra y de Estados Unidos. A cada uno de vosotros y a vuestras familias os deseo un fecundo camino de Adviento para acoger en Navidad al Niño Jesús, Hijo de Dios y Príncipe de la Paz. Que Dios os bendiga”.

Y lo mismo a los de lengua germana: “Queridos hermanos y hermanas, el Adviento nos invita a prepararnos para la Navidad acogiendo a Jesús sin reservas. Él es nuestra esperanza. Por eso rezamos juntos, llenos de confianza: ‘¡Ven Señor!’”.

Chino, español, portugués, árabe…

A los de lengua china, tras la lectura de la misma lectora que el miércoles pasado, ha dicho: “Saludo cordialmente al pueblo de lengua china. Queridos hermanos y hermanas

que sus corazones se abran a la gracia que Dios no cesa de conceder en abundancia. Mi bendición para todos”.

A los de lengua española: “Mañana celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Pidámosle a nuestra Madre del cielo que nos enseñe a confiar en Dios y a ser sembradores de esperanza en el camino de la vida. Que Jesús los bendiga y la Virgen Morenita los cuide. Muchas gracias”.

El recordatorio de la llegada del Año Santo ha llegado al dirigirse a los de lengua portuguesa: “Queridos peregrinos de lengua portuguesa, ¡bienvenidos!  Preparémonos para la venida del Redentor, en este tiempo de Adviento y, sobre todo, en el Año Santo que se acerca, invocando con esperanza:‘¡Ven, Señor Jesús! ¡Que Dios te bendiga!”

Casi para terminar, a los de lengua árabe: “Saludo a los fieles de lengua árabe. El cristiano que vive en el Espíritu Santo se convierte en luz de esperanza para los que están en tinieblas. Que el Señor os bendiga a todos y os proteja siempre de todo mal”. Finalmente, llegarían las Misas ‘rorate caeli’ de los polacos, y el saludo final a los de lengua italiana.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Cardenal Pizzaballa: “Necesitamos que la gente vuelva a Tierra Santa”

Ahora que finaliza el conflicto en el Líbano, “es importante pensar en volver a Tierra Santa. Belén, Nazaret, Jerusalén, son ciudades seguras, es importante venir y hay esperanza para el futuro. Necesitamos que la gente vuelva”, ha manifestado el cardenal Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, en un encuentro con periodistas desde la sede de ACN en Alemania.

Francisco Otamendi·11 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pizzaballa, ha insistido este fin de semana, en una rueda con periodistas, que “es importante pensar en volver a Tierra Santa”, sobre todo ahora que ha terminado el enfrentamiento entre Israel y Hezbolá en el Líbano.

“Les animo a tener el valor de venir, las peregrinaciones son seguras. Belén, Nazaret, Jerusalén… son ciudades seguras, es importante venir y hay esperanza para el futuro”. Los cristianos siempre hemos estado ahí, no hay razón para que nos vayamos. Además, la Tierra Santa es el lugar del testimonio de la Revelación”, ha añadido.

“Mantener la fe y la memoria del Cristo histórico”

En el encuentro, que ha tenido lugar desde Alemania, presentado por Regina Lynch, presidenta ejecutiva ACN Internacional, y moderado por María Lozano, directora de comunicación, el cardenal Pizzaballa argumentó el llamamiento a volver a Tierra Santa.

“Los cristianos siempre han estado ahí, no hay razón para que nos vayamos. Además, la Tierra Santa es el lugar del testimonio de la Revelación. Mantener la fe y la memoria del Jesucristo histórico es esencial. La fe cristiana no es narrativa, es una fe histórica: creemos que Dios se encarnó y vivó allí, y la presencia de los cristianos mantiene la presencia histórica de Jesús”.

“El demonio quiere echarnos, mandarnos lejos”

“El demonio quiere echarnos, mandarnos lejos de Tierra Santa. No solo es importante que nos quedemos, sino que traigamos a cristianos en peregrinación. Es el tiempo de volver a Tierra Santa. Los peregrinos no han podido venir durante la guerra, y esto ha sido una herida para nosotros, porque los peregrinos son parte de nuestra identidad como Iglesia”, señaló el cardenal Pizzaballa.

Violencia emocional: un antes y un después del 7 de octubre

Esta guerra tiene algo diferente a las anteriores, a juicio del Patriarca latino de Jerusalén. “Hay un antes del 7 de octubre de 2023, y un después. Es el tipo de violencia y el impacto de esta violencia en la población. Para los israelíes, lo que ocurrió el 7 de octubre es un trauma que les ha impactado, muy profundo, y que todavía haya rehenes es algo que agita sus emociones”.

“Pero también para los palestinos”, ha subrayado. “Lo que ocurrió, sobre todo en Gaza, ha afectado mucho desde el punto de vista emocional a la vida de los palestinos. Para los israelíes fue como una pequeña Shoá (holocausto) que ocurrió en suelo isreli. Y lo ocurrido en Gaza es como un nuevo intento de sacarlos de Tierra Santa”.

Gaza: nadie trabaja, sin educación

“Es una situación muy dramática para ambas poblaciones. Y la situación es muy dramática en Gaza desde el punto de económico, como todos saben. Nadie trabaja. Casi dos millones de personas (el 90 por ciento de la población), están desplazadas. Las casas están destrozadas, están viviendo en tiendas de campaña”.

“En Gaza tenemos poco más de 600 personas, todas están en la Parroquia de la Sagrada Familia, las condiciones son muy miserables, En Gaza se necesita ayuda de emergencia, medicinas, alimentos, y otro aspecto que no se considera de emergencia es la educación: es el segundo año que los niños en Gaza no van al colegio, y la mayoría de los palestinos se han quedado sin trabajo, antes de la guerra iban a Israel, ahora no hay peregrinaciones, porque las peregrinaciones a Israel se han cancelado a causa de la guerra”.

Esperanza y llamada diaria del Papa

“Como Pastor, se percibe el nivel de odio que sientes en todas partes, Los discursos del odio, el lenguaje de desprecio, de rechazo del otro”, pero “nosotros traemos un argumento de esperanza, de esperanza para el futuro”, añadió el cardenal.

El Papa Francisco llama a la Parroquia todos los días por la tarde, a veces medio minuto, en ocasiones más, reveló el Patriarca, y “se ha convertido en el abuelo de los niños, el abuelo que les llama. Es un gran apoyo”. “No somos una Iglesia que está muriendo, somos una Iglesia viva, aunque seamos pocos”.

Señales de una situación nueva

Ahora, “una vez que la guerra en el Líbano ha terminado, y esperamos que la situación en Gaza también termine pronto. hay señales de que llegaremos a una situación nueva”, consideró Pizzaballa. Sin embargo “no hay que confundir la esperanza con una solución política”, que por el momento, no se aprecia. “Mi impresión es que es posible que en las próximas semanas o meses se llegará a  una forma de acuerdo, pero el fin de la guerra no es el fin del conflicto”, entre otros motivos por el odio, que “todavía está ahí” en la población.

Pero “quizá porque políticamente no somos relevantes, tenemos libertad para conectar con todos”. “Gracias por su oraciones”, concluyó, “porque la oración no cambiará la situación, pero cambiará nuestros corazones, y cuando nosotros hayamos cambiado, nos convertiremos en los protagonistas de los cambios en el futuro”.

El cardenal Pierbattista Pizzaballa es el Patriarca latino de Jerusalén desde 2020, pero lleva en Tierra Santa desde 1990, donde ha sido Custodio de Tierra Santa (de la Orden de los Hermanos Menores, los franciscanos) durante doce años, hasta 2016. Al comenzar su intervención, dio las gracias por todo lo que hace ACN en Tierra Santa, por el Patriarcado latino y las demás iglesias, y por los cristianos en todo el mundo.

El autorFrancisco Otamendi

España

Los datos hablan: la enorme aportación de la Iglesia en España

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha presentado este martes, 10 de diciembre, la Memoria de Actividades de la Iglesia 2023 en una rueda de prensa de César García Magán, secretario general de la CEE, y Ester Martín, directora de la Oficina de Transparencia, quienes han explicado los datos más relevantes del informe anual sobre el impacto y gestión de la labor eclesial en España.

Javier García Herrería·10 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

A muchos ciudadanos les sorprenderá saber que una de las famosas «big four» del mundo de la consultoría, Price Waterhouse Cooper, sea contratada por la Conferencia Episcopal para supervisar sus cuentas, además de toda su labor social y pastoral. Y todavía es más llamativo advertir que esto ocurre ya desde hace doce años. Pero no acaba ahí la relación de la Iglesia con las famosas consultoras, pues el apartado de la contribución socioeconómica de la Iglesia a través de la recaudación fiscal que obtiene el estado ha sido realizada por Deloitte.

Estos hechos han sido comentados en la presentación de la Memoria Anual de Actividades 2023 de la Iglesia católica en España, un informe que no solo detalla sus contribuciones espirituales y sociales, sino que reafirma su compromiso con la transparencia y la mejora continua en su labor. Como ha explicado Ester Martín, directora de la oficina de Transparencia de la CEE y responsable de la elaboración de la memoria, los datos de recaudación y participación de los fieles en la mayoría de sacramentos ha aumentado ligeramente, en números absolutos, gracias a la inmigración. Aunque también ha matizado que porcentualmente el número de contribuciones y participación sacramental ha descendido ligeramente.

Datos de sacramentos y fieles

La actividad de la Iglesia abarca desde el acompañamiento pastoral hasta iniciativas educativas, culturales y asistenciales. En 2023, se celebraron más de 150.000 bautizos y 107.000 confirmaciones. En el ámbito educativo, más de 2,5 millones de alumnos asistieron a centros educativos católicos, generando un ahorro estimado al Estado de 4.600 millones de euros gracias a la eficiencia en la gestión de estos recursos.

La Iglesia Católica en España cuenta con millones de laicos comprometidos y organizados en 80 asociaciones y movimientos, además de 407.563 laicos asociados territoriales. En la formación y transmisión de la fe destacan 81.080 catequistas y 36.686 profesores de Religión. La vida consagrada reúne a 32.531 religiosos/as, junto a 7.664 monjes/as de clausura.

En el ámbito misionero, España aporta 9.932 misioneros, mientras que la preparación de nuevos sacerdotes está respaldada por 957 seminaristas. El clero incluye 15.285 sacerdotes, apoyados por 587 diáconos permanentes. La dirección de la Iglesia recae en 119 obispos, quienes coordinan la actividad pastoral en las diócesis.

El rostro asistencial de la fe

La acción social es uno de los pilares fundamentales de la Iglesia en España. Con más de 8.800 centros asistenciales, en 2023 se prestó apoyo a más de 3,8 millones de personas. Estas iniciativas abarcan comedores sociales, residencias de mayores, centros de acogida para mujeres víctimas de violencia y proyectos de inclusión laboral.

Destaca el trabajo de Cáritas y Manos Unidas, que gestionaron más de 527 millones de euros en actividades caritativas y de desarrollo, alcanzando a millones de beneficiarios tanto en España como en el extranjero.

La Memoria 2023 no solo resume los logros de la Iglesia, sino que también refuerza su misión de evangelización y servicio en un mundo cambiante. Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, destacó en su carta que «este camino de luz y sombras es una invitación a seguir construyendo juntos, con esperanza, una sociedad más justa y solidaria».

Inmigración y mujer

En 2023, la Iglesia mantuvo su papel fundamental como respaldo para los colectivos más vulnerables en el ámbito de la inmigración. A través de 132 centros especializados, se ofreció acogida y acompañamiento a más de 120.000 personas migrantes y refugiadas, brindándoles apoyo integral en momentos de especial necesidad.

Un total de 230 centros especializados en la defensa de la vida y la familia proporcionaron atención integral a cerca de 85.000 personas en 2023. Estos centros se enfocaron en apoyar a madres en situaciones de vulnerabilidad, asistir a familias en crisis y proteger a menores en riesgo.

Durante 2023, la Iglesia Católica operó 646 centros enfocados en la promoción de la mujer y el apoyo a víctimas de violencia, ofreciendo ayuda a más de 38.000 mujeres. Asimismo, gestionó más de 2.800 programas dirigidos a personas en riesgo de exclusión, complementados con acompañamiento humano y espiritual proporcionado en 96 casas de acogida.

Con esta memoria, la Iglesia Católica en España reafirma su papel como faro de esperanza y transformación en un entorno social que demanda cada vez más respuestas concretas y solidarias.

Transparencia

La Iglesia también desempeña un papel crucial en la conservación del patrimonio cultural español. De los 44 bienes españoles declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, 22 están vinculados a la Iglesia. Durante 2023, se invirtieron 66 millones de euros en proyectos de conservación y rehabilitación.

La Memoria Anual destaca los avances en la rendición de cuentas y gestión económica. Gracias al sistema de asignación tributaria, más de 382 millones de euros fueron recaudados, con un incremento de 23 millones respecto al año anterior. Estos fondos se destinaron a cubrir las necesidades de las diócesis y a apoyar actividades pastorales y sociales. Según el informe, el coste total de las actividades de la Iglesia diocesana en España, que incluye las diócesis, parroquias, centros de formación y la Conferencia Episcopal, asciende a 1.428 millones de euros. Esta cifra representa un gasto que multiplica por cuatro los ingresos provenientes de la asignación tributaria.

El compromiso con la transparencia se refleja en la consolidación de 229 oficinas de protección de menores y personas vulnerables, que en 2023 formaron a más de 255.000 personas en protocolos éticos y de prevención.