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La coronación del rey Carlos III, «profundamente cristiana»

La coronación del rey Carlos III del Reino Unido, y de su esposa Camila como reina consorte, por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha sido “profundamente cristiana”, con participación de “todo el espectro de confesiones cristianas”, como anunció el arzobispo de Westminster, cardenal Vincent Gerard Nichols. En ella se ha combinado la tradición con elementos de una sociedad “multicultural y pluriconfesional”, en palabras del rey Carlos III.

Francisco Otamendi·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Fuera de las pompas londinenses, la coronación del rey Carlos III en la abadía de Westminster ha visibilizado a todas las confesiones cristianas, y a otras tradiciones religiosas. Ha sido, además, motivo para ofrecer a un mundo secularizado una ceremonia religiosa, una referencia a lo trascendente, a la esfera espiritual, que han podido ver millones de personas de todo el mundo por televisión y las redes.

Se preveía una solemne ceremonia, “expresión minuciosa y fiel de la fe y la esperanza cristianas”, escribió el cardenal Nichols, primado de Inglaterra y Gales. Y así ha sido. El primado había recordado también que “excluido el Estado de la Ciudad del Vaticano, sólo hay otro país en el mundo en el que la toma de posesión del Jefe de Estado tenga lugar en una ceremonia religiosa”. 

“Para nosotros, se trata de una antigua tradición que contribuye en gran medida al sentido de identidad y continuidad de esta compleja sociedad moderna y a todo lo que aportamos al mundo en general”, añadía. El Papa Francisco ha estado representado en la coronación por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. Al acto han asistido más de dos mil invitados, representantes diplomáticos de más doscientos países y cien Jefes de Estado. 

Arzobispo de Canterbury: «para servir» 

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la iglesia anglicana, que acaba de participar en una peregrinación ecuménica de paz a Sudán del Sur junto al Papa Francisco y el pastor presbiteriano escocés Iain Greenshields, ha sido quien ha ungido al rey con los santos óleos.

En su breve homilía, el arzobispo de Canterbury señaló que “el Rey de Reyes, Jesucristo, fue ungido no para ser servido, sino para servir. El servicio es amor en acción”, cuidado de los más vulnerables, atención a los jóvenes, cuidado del mundo natural. “Hemos visto estas preocupaciones en nuestro rey”, afirmó.

“El Espíritu de Dios es quien da la fuerza y nos atrae al amor en acción”. Así lo hizo Jesús, “quien dejó a un lado todo privilegio y dio su vida. Su trono era una cruz y su corona estaba hecha de espinas. Cada uno hemos recibido la llamada de Dios a servir. Cada uno puede elegir hoy el camino de Dios. Concede la gracia de que en tu servicio encuentre la libertad perfecta”, concluyó.

Al final de la ceremonia, y antes de abandonar la abadía de Westminster, el rey Carlos III ha sido saludado por los líderes religiosos de otras tradiciones, que se han dirigido a él como “próximo en la fe” y han recibido a su vez un gesto de reconocimiento por su parte. El primer ministro británico, Rishi Sunak, de origen y religión hindú, leyó en la celebración un fragmento de la Carta de san Pablo a los Colosenses.

«Defensor de la fe«

El rito de coronación del rey Carlos III se puede considerar bajo diversos ángulos, pero no ha sido, como es evidente, un acto laico. Millones de personas han podido visualizar una minuciosa ceremonia que ha convertido a Carlos III en “defensor de la fe” y “gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra”, importante referente de la tradición protestante, en la que no faltó el ‘God save the King’ (Dios salve al rey).

El Palacio de Buckingham había asegurado en un comunicado que la ceremonia reflejaría el papel actual del monarca y miraría hacia el futuro, sin dejar atrás las tradiciones. Señaló además que “la coronación es un servicio religioso solemne, junto con una ocasión de celebración y desfile”. 

La ceremonia, y los actos previos y posteriores, testimoniaron en este sentido que “la religión no es una cosa privada” y “que se puede mostrar en la esfera social pública”, contrariamente a la herencia recibida de la Revolución francesa, como reflexionó el catedrático judío de Harvard Joseph Weiler, premio Ratzinger 2022, en un Foro Omnes.

Oración por el rey en las parroquias

La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales había solicitado que el viernes 5 de mayo se celebrara una misa “por Su Majestad el Rey con motivo de su Coronación”. También se pidió que al final de la misa, antes de la bendición final, se rezara una Oración por el Rey

Se señalaba asimismo que en las misas dominicales del 7 de mayo, las parroquias podían incluir en la oración de los fieles una intención por el Rey y la Familia Real, y al final de la misa la Oración por el Rey seguida del canto Domine, salvum fac y/o el himno nacional. El texto sugerido es el siguiente:

ORACIÓN POR EL REY

Oh Señor, salva a Carlos, nuestro Rey.

Y escúchanos el día en que te invoquemos.

Oh Señor, escucha mi oración.

Y deja que mi clamor llegue ante ti.

El Señor esté contigo.

Y con tu espíritu.

Dios todopoderoso, te rogamos,

que tu siervo Carlos, nuestro Rey,

quien, por tu providencia ha recibido el gobierno de este reino,

pueda continuar creciendo en toda virtud,

que, imbuido de tu gracia celestial,

sea preservado de todo lo que es dañino y malo

y, bendecido con tu favor

pueda, con su consorte y la familia real,

llegue por fin a tu presencia,

por Cristo que es el camino, la verdad y la vida

y que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo,

Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

Detalles de la ceremonia de coronación

Con una estructura similar, en los últimos 900 años la ceremonia ha tenido lugar en la abadía de Westminster, y desde 1066 la celebración litúrgica ha estado a cargo del arzobispo de Canterbury. En la coronación se han podido apreciar algunas de las ceremonias que se vieron en el funeral por la reina Isabel II el año pasado.

Las palabras iniciales de la coronación del rey Carlos III que se han podido escuchar “son muy significativas”, ha escrito el cardenal Nichols. “El primero en hablar es un corista, que dice: ‘Majestad, como hijos del Reino de Dios le damos la bienvenida en nombre del Rey de Reyes’, y el Rey Carlos responde: ‘En su nombre, y según su ejemplo, no vengo a ser servido, sino a servir’”.

“La ceremonia que sigue es profundamente cristiana en cada sentimiento y acción, combinando historia e innovación, acción y palabra, música y oración silenciosa”, prosigue el cardenal, quien ha recordado que “la historia de estas tierras está profundamente marcada por nuestra historia religiosa. Hasta el siglo XVI, la coronación era católica. Durante los últimos cuatrocientos años ha sido un servicio de la Iglesia de Inglaterra y sigue siéndolo”. 

El primado católico considera que “esta vez muchos aspectos del acontecimiento reflejan y refuerzan la relación profundamente cambiada entre nuestras dos Iglesias”. Y relata que, “como es bien sabido, el Papa Francisco regaló al Rey Carlos una reliquia de la verdadera Cruz de Cristo. La reliquia fue incrustada en una cruz de plata, que será llevada a la cabeza de la primera procesión el día de la coronación”.

Recuerda el cardenal Vincent Gerard Nichols que “la ceremonia contiene muchas huellas de sus orígenes católicos: el canto del Kyrie, el Veni Sancte Spiritus, el Te Deum y el Gloria, con un arreglo escrito en el siglo XVI por William Byrd para los católicos recusantes”.

Y revela que “como cardenal arzobispo de Westminster, fui invitado a participar en la bendición del rey recién coronado, una novedad que representa un paso más en la cicatrización de nuestras antiguas heridas comunes”.

Libertad religiosa en el Reino Unido

El rey Carlos declaró recientemente que presta este juramento como “miembro totalmente comprometido y devoto de la Iglesia de Inglaterra”. También dijo que, si bien este deber solemne es su deber constitucional, también tiene otros deberes, expresados con menos solemnidad pero igualmente sinceros. Explicó que éstos son el deber de mantener el ejercicio de la libertad religiosa en el Reino Unido y la acogida de personas de otras confesiones religiosas y de todas las confesiones”.

Una de las innovaciones más importantes de esta coronación que se ha presenciado, a juicio del cardenal, “es que el rey reza públicamente, para que todos puedan oírle. Esta oración tiene lugar inmediatamente después del juramento. 

El rey reza: “Concédeme ser una bendición para todos tus hijos, de todos los credos y convicciones, para que juntos descubramos los caminos de la bondad y seamos guiados por los senderos de la paz, por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.

La fe de la Reina Isabel II 

Un repaso a declaraciones de estos meses permite observar que Carlos III sigue la estela de su madre, Isabel II, fallecida el 8 de septiembre de 2022. Ya cuando tenía 21 años, y faltaban seis años para convertirse en reina, transmitió un compromiso público, diciendo: “Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio… Dios, ayúdame a cumplir bien mi voto”.

En sus últimos años, Isabel II fue cada vez más explícita en su profesión de fe religiosa, principalmente a través de sus mensajes anuales de Navidad, una tradición iniciada por su abuelo, Jorge V, en 1932, y continuada por su padre, Jorge VI. Así habló sobre su fe: “Para mí, las enseñanzas de Cristo y mi propia responsabilidad personal ante Dios proporcionan un marco en el que trato de llevar mi vida. Yo, como muchos de ustedes, he obtenido un gran consuelo en tiempos difíciles de las palabras y el ejemplo de Cristo”.

El cardenal inglés Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha señalado que “como gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, la importancia y el ejemplo que la Reina dio a las relaciones interconfesionales es algo que el Rey Carlos III ha tratado de mantener, durante estos días de luto en los que ha aceptado acceder al trono y ha visitado los principales lugares del Reino Unido”. 

Con musulmanes

Tras el fallecimiento de la reina Isabel II, musulmanes de todas las edades firmaron en un libro de condolencias durante una ceremonia interconfesional en la gran mezquita Baitul Futuh, en Londres. “Nuestra lealtad al rey” será “tan fuerte como la que mostramos a su majestad la reina”, afirmó Rafiq Hayat, presidente de la comunidad musulmana británica Ahamdiyya.

“Creemos que será un muy buen líder para los musulmanes y que reunirá a las diferentes confesiones”, sobre todo porque “cuando habla, la gente escucha”, y “esto tendrá mucho peso en las relaciones entre el mundo musulmán, el mundo cristiano y el mundo judío”, añadió.

El autorFrancisco Otamendi

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Familia

Héctor Franceschi: «Es el consentimiento matrimonial de los cónyuges lo que crea la familia»

El canonista Héctor Franceschi nos explica los aspectos antropológicos y jurídicos del matrimonio y la familia. Explica que "no es la existencia misma de los hijos lo que constituye la familia", sino que esta ya se ha formado en el pacto nupcial.

Antonino Piccione·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Nacido en Caracas (Venezuela), el 4 de junio de 1962, Héctor Franceschi es un sacerdote incardinado en la Prelatura del Opus Dei. Es profesor de Derecho Matrimonial en la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, donde es Director del Centro de Estudios Jurídicos sobre la Familia. También es juez del Tribunal Eclesiástico del Vicariato de Roma y del Tribunal Eclesiástico del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Rev. Prof. Héctor Franceschi, ¿qué significa la expresión «antropología jurídica del matrimonio», que desde finales de los años ochenta es uno de los temas centrales de su actividad académica y de su producción científica?

-La antropología jurídica del matrimonio y de la familia pretende estudiar y comprender cada una de las relaciones interpersonales que constituyen su entramado, haciendo hincapié en la dimensión jurídica intrínseca de dichas relaciones. Desde una perspectiva que podríamos denominar de «realismo jurídico», según la cual estas realidades no son meras construcciones culturales ni el resultado de los ordenamientos jurídicos positivos de los Estados o de la Iglesia.

El matrimonio y la familia son realidades originarias y originantes, con una dimensión jurídica propia e intrínseca que hay que reconocer para que la sociedad, la Iglesia y los Estados puedan desarrollar sistemas normativos verdaderamente justos que protejan y promuevan la dignidad de la persona humana, no entendida como individuo aislado, sino como «ser en relación», que sólo puede encontrar su realización en el respeto de la verdad, de lo que «es», y en la búsqueda de los bienes intrínsecos y objetivos de las relaciones familiares.

Una expresión que es hija de las Sagradas Escrituras y que incluso encuentra huellas explícitas en algunos pronunciamientos papales: ¿es así?

-La expresión «antropología jurídica del matrimonio» fue retomada por Benedicto XVI en su Discurso a la Rota Romana de 2007, afirmando que «la verdad antropológica y salvífica del matrimonio -incluso en su dimensión jurídica- se presenta ya en la Sagrada Escritura. Es conocida la respuesta de Jesús a los fariseos que le pedían su opinión sobre la licitud del repudio: «¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los creó varón y mujer, y dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre’” (Mt 19, 4-6).

Las citas del Génesis (1, 27; 2, 24) vuelven a proponer la verdad matrimonial del «principio», esa verdad cuya plenitud se encuentra en relación con la unión de Cristo con la Iglesia (cf. Ef 5,30-31), y que fue objeto de tan amplias y profundas reflexiones por parte del Papa Juan Pablo II en sus ciclos de catequesis sobre «el amor humano en el plan divino».

Posteriormente, Benedicto XVI hace una referencia explícita a la antropología jurídica cuando afirma: «Partiendo de esta doble unidad de la pareja humana, se puede elaborar una auténtica antropología jurídica del matrimonio. (…) Los contrayentes deben comprometerse definitivamente precisamente porque el matrimonio es tal en el designio de la creación y de la redención. Y la naturaleza jurídica esencial del matrimonio reside precisamente en este vínculo, que para el hombre y la mujer representa una exigencia de justicia y de amor de la que, por su propio bien y el de todos, no pueden sustraerse sin contradecir lo que Dios mismo ha hecho en ellos».

¿Qué postura adoptar, pues, frente al positivismo jurídico y a una visión relativista y meramente existencial de la persona humana, del matrimonio y de la familia, para hacer posible un diálogo real y fecundo con la sociedad contemporánea?

-Con respecto al positivismo jurídico, Benedicto XVI afirma: «Para el positivismo, la naturaleza jurídica de la relación conyugal sería únicamente el resultado de la aplicación de una norma humana formalmente válida y eficaz. De este modo, la realidad humana de la vida y del amor conyugal permanece extrínseca a la institución ‘jurídica’ del matrimonio. Se crea un hiato entre el derecho y la existencia humana que niega radicalmente la posibilidad de una fundamentación antropológica del derecho».

Luego, a propósito de una visión relativista de las relaciones familiares, observa: «Frente a la relativización subjetivista y libertaria de la experiencia sexual, la tradición de la Iglesia afirma claramente la naturaleza naturalmente jurídica del matrimonio, es decir, su pertenencia por naturaleza al ámbito de la justicia en las relaciones interpersonales. Desde esta perspectiva, el derecho está verdaderamente entrelazado con la vida y el amor como su intrínseco deber-ser. Por tanto, como escribí en mi primera Encíclica, ‘en una orientación fundada en la creación, el eros reconduce al hombre al matrimonio, a un vínculo caracterizado por la unicidad y la definitividad; así, y sólo así, se realiza su destino íntimo’ (Deus caritas est, 11). Amor y ley pueden así unirse hasta el punto de que marido y mujer se deben el amor que desean espontáneamente: el amor es en ellos fruto de su libre voluntad para el bien del otro y de sus hijos; que, por otra parte, es también exigencia del amor para su propio y verdadero bien».

Precisamente porque el matrimonio y la familia son instituciones que pertenecen al orden de la realidad, del ser, su naturaleza jurídica se manifiesta en tres dimensiones esenciales: la interpersonal, la social y, en el caso de los bautizados, la eclesial. ¿Cuál de estas dimensiones es, en su opinión, la más importante y por qué?

-De las tres dimensiones, la más importante es la primera -la interpersonal-, ya que el consentimiento de los contrayentes es el momento fundacional de la comunidad familiar. De hecho, si faltara el consentimiento matrimonial, el reconocimiento por parte de la sociedad y de la Iglesia perdería todo sentido. Este reconocimiento no tiene carácter constitutivo, sino de reconocimiento de una realidad que, es cierto, tiene en sí misma una dimensión social, pero que es ante todo una realidad que sólo dos personas, varón y mujer, pueden establecer mediante su consentimiento personalísimo, que ningún poder humano puede suplir (cf. c. 1057 § 1 CIC).

La autoridad civil y la Iglesia tienen la potestad de regular el ejercicio del derecho a contraer matrimonio, no tanto para definirlo o limitarlo arbitrariamente, sino más bien para que los ciudadanos y los fieles puedan reconocer los elementos esenciales del matrimonio y de la comunidad familiar y así, a través de las normas del ordenamiento jurídico particular, puedan reconocer la familia y distinguirla de lo que la familia no es.

En muchos países occidentales, ya no tenemos un modelo de familia. La familia ya no es «reconocida», sino más bien «ignorada» por los sistemas jurídicos estatales. Ante esta pérdida de orientación, ¿cómo reacciona la Iglesia?

-La Iglesia ha hecho un gran esfuerzo por profundizar en el conocimiento de la belleza y grandeza de la realidad matrimonial y familiar, esfuerzo que ha recibido un gran impulso con la convocatoria por parte del Papa Francisco de dos Sínodos sobre la Familia y, más recientemente, en el nuevo itinerario para la preparación al matrimonio que la Santa Sede ha propuesto a las Conferencias Episcopales y a cada obispo. La Iglesia quiere embarcarse en un nuevo redescubrimiento de la familia, clarificando la verdad intrínseca del matrimonio y de la familia, también a la luz de la revelación en Cristo, tanto a sus propios fieles como a la sociedad en su conjunto, consciente de su misión como guardiana de una verdad que ha recibido como don y como misión, en la que está en juego la dignidad misma de la persona.

Son cientos, si no miles, las páginas que el Magisterio de la Iglesia ha dedicado a clarificar los diversos aspectos relativos a la constitución y desarrollo de la familia. Sin embargo, la idea de que -hablando en términos puramente jurídicos- la Iglesia extendería su jurisdicción al matrimonio, pero no a la familia, está muy extendida entre los juristas de la Iglesia. Mientras que el matrimonio sería un «contrato» elevado a la dignidad de sacramento -lo que justificaría la jurisdicción de la Iglesia sobre él-, la familia, en cambio, sería una realidad que gozaría de una dimensión jurídica, pero no «canónica». La familia sería, obviamente, objeto y término de la acción pastoral y del Magisterio de la Iglesia, pero desde un punto de vista estrictamente jurídico, poco tendría que ver con el ordenamiento jurídico de la Iglesia.

En cambio, me parece que este «Derecho de Familia» debe encontrarse en la base de cualquier ordenamiento jurídico sobre la familia y el matrimonio, es decir, un «Derecho de Familia» no canónico ni civil, sino fundado en la «realidad familiar» y en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana sexuada, y esto es lo que pretende la antropología jurídica del matrimonio y de la familia. En otras palabras, el «Derecho de Familia» no puede limitarse al estudio de las normas positivas de un determinado ordenamiento jurídico, sino que debe ir más allá, a la verdad de las cosas, reconociendo la existencia de un campo de reflexión que tiene por objeto la naturaleza jurídica intrínseca de la familia.

¿Es correcto afirmar que el matrimonio y la familia poseen una dimensión jurídica no sólo intrínseca, sino también común a ambas instituciones naturales?

– Juan Pablo II afirmaba: «¿Qué espera de la sociedad la familia como institución? Ante todo, ser reconocida en su identidad y aceptada en su subjetividad social. Esta subjetividad está ligada a la identidad propia del matrimonio y de la familia». Tan importante como admitir la dimensión jurídica intrínseca del matrimonio y de la familia es darse cuenta de que ambos poseen la misma naturaleza jurídica. Inspirándonos en las palabras de Juan Pablo II que acabamos de citar, podríamos sostener que la identidad de la familia está vinculada a la del matrimonio y viceversa.

En otras palabras, la familia está fundada por la alianza conyugal, es decir, por el matrimonio in fieri, y una alianza que goce de la necesaria apertura vital a la familia será verdaderamente matrimonial. Esta apertura se realiza en el bien tradicional de la prole o, utilizando la terminología del Código de Derecho Canónico, en la finalidad esencial de la generación y educación de la prole (cf. c. 1055 § 1 CIC).

En otras palabras, no puede haber verdadero matrimonio si al mismo tiempo no hay familia. En el momento mismo del pacto nupcial, no sólo se constituye la primera relación familiar -la conyugal-, sino que también nace la familia. No es la existencia misma de los hijos lo que constituye la familia, sino la apertura y ordenación hacia la fecundidad, que forma parte del mismo don y aceptación como esposos. De hecho, es el consentimiento matrimonial de los cónyuges lo que crea la familia.

El matrimonio, por tanto, nos ilumina el camino hacia la naturaleza jurídica de la familia, precisamente porque la causa eficiente de ambas es la misma: el consentimiento matrimonial. Este camino hacia la comprensión de la inseparable relación entre matrimonio y familia enriquece a ambas instituciones, pues comprendemos por qué la familia se funda en el matrimonio y, al mismo tiempo, captamos más fácilmente la naturaleza familiar de la primera «relación familiar», que es la conyugal.

En definitiva, el derecho y la antropología no pueden sino escucharse mutuamente para intentar definir el deber ser y la dimensión de justicia inherentes a las distintas esferas de la sexualidad humana y, por tanto, al matrimonio y a la familia. ¿Cómo?

Mientras que los antiguos sistemas de parentesco giraban en torno a la figura del «padre», el sistema de parentesco del Occidente cristiano se construyó en torno a la noción de un ser querido. Los cónyuges, en esta expresión bíblica, constituyen la unidad, y en el árbol genealógico ocupan el lugar de un único sujeto social: marido y mujer ya no son dos, sino uno (a efectos parentales, claro).

Los sistemas contemporáneos se han ido separando progresivamente de esta tradición jurídica desde que se concedió al divorcio el mismo valor que al reconocimiento del ius connubii (derecho a contraer matrimonio). Los sistemas jurídicos modernos pretenden construirse sobre una visión falsamente «espiritualista» de la persona humana, entendida como «una libertad autodiseñada», una libertad que sería ilimitada en la medida en que la tecnología y el progreso científico le permiten autodiseñarse a voluntad. Es lo que ocurre en muchos sistemas occidentales de derecho de familia, en los que se niega cualquier objetividad en el hecho de ser varón o mujer, reconociendo, por ejemplo, el «derecho a cambiar de sexo».

La misma dinámica se observa también en el ámbito de la filiación, como lo demuestran la mayoría de las técnicas de fecundación artificial, la posible clonación de embriones, el fenómeno de los «vientres de alquiler», etc. Según esta visión antropológica, las relaciones familiares no serían más que relaciones contractuales socialmente significativas que no existirían mientras el Estado no las reconociera, pero sin límites en este poder de «reconocimiento», que, en cambio, sería un poder absoluto de creación, sin base en la verdad de la persona y de las relaciones familiares individuales. Para detener este proceso de constante deconstrucción, hay que subrayar la importancia de los estudios antropológicos.

Actualmente, en mi opinión, el problema radica en que los antropólogos no son juristas: no dicen cómo debe ser un sistema de parentesco concreto, sino que se limitan a estudiarlo y describirlo, tal como es (o tal como aparece). Por eso es deseable el desarrollo de una «antropología jurídica del matrimonio y la familia», uno de cuyos objetivos sería estudiar los sistemas de parentesco a la luz de la dignidad de la persona. No se trataría de crear un sistema artificial, hecho «en un laboratorio», sino de analizar la lógica y la dinámica de las identidades y relaciones familiares, como dimensiones ontológicamente vinculadas a la persona humana como «ser en relación».

La cultura jurídica dispondría así de una base sobre la que construir los distintos sistemas familiares, teniendo en cuenta que los conceptos y nociones fundamentales no serían construidos «apriorísticamente» por los Estados, sino que serían definidos por la comunidad científica, siempre que esta esté abierta al estudio de la realidad y no siga ciegamente los dictados del Estado o de una determinada ideología o grupos de presión.

El autorAntonino Piccione

Gestación subrogada: el olvido de los derechos fundamentales 

El supuesto derecho a la paternidad y a la maternidad, cristalizado en prácticas como la maternidad subrogada, pasa por encima de los derechos legítimos del menor.

7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Cualquier decisión, ley o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño”. Se trata de uno de los derechos fundamentale, recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño que gobiernos de todo el mundo, líderes religiosos, ONG y otras instituciones, firmaron el 20 de noviembre de 1989 y que hoy vuelven a cobrar plena actualidad. Recordar esta máxima no es baladí ante una cuestión como la gestación subrogada, cuyo debate se encuentra en primera plana en el terreno socio cultural de occidente.

En una sociedad marcada por el derecho a tener derechos, el llamado derecho a la maternidad / paternidad, en prácticas como la subrogación, pasa por encima de los legítimos derechos del menor “creado” y con los de la mujer gestante que pasa a ser un mero instrumento, “un ‘útero’ a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana”, como han señalado, a este respecto, los obispos españoles en una nota a propósito de la maternidad subrogada.

 Son muchos los aspectos jurídicos, éticos y médicos que se ven interpelados en este proceso de gestación “de alquiler”: así lo destacan los numerosos expertos, de diferentes ámbitos, que han colaborado en el dossier que Omnes ha realizado sobre esta práctica.

Realidades como la que se aborda en estas páginas ponen de manifiesto la necesidad de una reflexión transversal y comprometida que impulse una recuperación de los principios éticos y morales sobre los que se asienta una sociedad verdaderamente humana y encaminada al respeto y salvaguarda de la dignidad de todo ser humano.

Como recuerda el Papa Francisco en Laudato Si’: “El bien común presupone el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral”. Poner el progreso técnico y médico al servicio de una práctica en la que subyace, de manera extrema, un capitalismo antihumano que hace del propio ser humano un objeto de transacción, económica u emocional, no puede ser admitido como parte de ese desarrollo integral al que han de servir los Estados y los ciudadanos en su tarea social y comunitaria.

Concierne a todos trabajar por ese bien común que significa “cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como pólis, como ciudad. Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales” (Caritas in veritate, 7).

 Iniciativas como la Declaración de Casablanca, firmada recientemente en la capital marroquí suponen, como sus mismos firmantes subrayan, un punto de partida para volver a centrar la “mirada social” en la inviolable dignidad del ser humano en todas las etapas de su vida.

El autorOmnes

América Latina

Uruguay celebra la beatificación de su primer obispo

El 6 de mayo la Iglesia contará con un nuevo beato, monseñor Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay. Su beatificación tendrá lugar en la capital del país, que lleva en preparativos desde el 17 de diciembre de 2022

Paloma López Campos·6 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Uruguay está de celebración. El 6 de mayo la capital del país, Montevideo, acogerá la ceremonia de beatificación del primer obispo uruguayo, monseñor Jacinto Vera. El episcopado del país habla de él como un “santo varón, padre de los pobres, fue la persona más cercana y más amada por el pueblo oriental, tanto en ciudades como en la campaña, en la segunda mitad del siglo XIX”. Reconocido por todos como un “hombre de bien, de unidad y de paz”.

Monseñor Jacinto Vera (Wikimedia Commons)

La iglesia local agradece la figura de monseñor Vera como “Padre y Patriarca, como Maestro y ejemplo siempre vivo de santidad”. Las parroquias terminan ya los preparativos iniciados en 2022, cuando se aprobó el milagro de monseñor Jacinto Vera.

La beatificación será el 6 de mayo a las 16 en la Tribuna Olímpica del Estadio Centenario, ubicado en la ciudad de Montevideo, capital del país. El cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia, presidirá la celebración eucarística, como representante del Papa Francisco.

El cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, recuerda la figura del próximo beato y su labor pastoral en una entrevista publicada en “Humanitas”, una revista de antropología y cultura cristiana. Sturla señaló que el primer obispo “recorrió el Uruguay entero tres veces, a caballo, en diligencia, en carreta, y al llegar a un lugar, él era el primero en ponerse a confesar, después a hacer bautismos, regularización de casamientos, es una figura extraordinaria. Además, él organizó la Iglesia uruguaya”.

Una vida de entrega

Jacinto Vera nació en un barco de inmigrantes que se dirigía a Uruguay en 1813. Recibió el orden sacerdotal en 1841, destacando por su personalidad alegre, su estilo austero y su entrega a pobres y enfermos.

Le nombraron vicario apostólico en 1859. Durante esta época tuvo que hacer frente a intervenciones de hospicios religiosos, campañas para su desacreditación y la necesidad de renovar el clero. En 1865 le nombraron obispo, participó en el Concilio Vaticano I y finalmente, en 1878 fue proclamado primer obispo de Montevideo.

Falleció en 1881 con fama de santidad. Los uruguayos le consideran padre de la Iglesia en el país y padre de los pobres. Ahora, con alegría, celebran la beatificación de su primer obispo.

Libros

El hecho extraordinario

Un libro que habla sobre la conversión de Manuel García Morente, catedrático y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·6 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Entre los libros más representativos de la literatura de conversión del siglo XX se encuentra “El hecho extraordinario”. Un título que invita a la curiosidad, ¿no? Se trata de un opúsculo breve y electrizante, resuelto con la pluma diáfana del catedrático y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, Manuel García Morente (Arjonilla, Andalucía, 1886 – Madrid, 1942).

García Morente era un filósofo de corte kantiano, que en el ámbito religioso se declaraba agnóstico. Sin embargo, después de un valiente itinerario intelectual y la irrupción de un hecho extraordinario en su vida, acabó convirtiéndose al catolicismo. Para entonces no era un chavalín: tenía 51 años, hijas y era viudo. Y su conversión fue tan radical que a los pocos años decidió entrar en el seminario. 

Este librito nace antes de que García Morente recibiera la ordenación sacerdotal. Precisemos: estas páginas corresponden a la carta que envió el autor a su director espiritual para confiarle —con esa pasión íntima y secreta que crepitaba en el fondo de su corazón— la experiencia mística que lo había confirmado en la fe. Como es natural, esta carta no tenía ninguna pretensión de ser publicada: su único público era ese director espiritual. Gracias a Dios, la carta salió a la luz después de la muerte del autor. 

Si con lo dicho ya te animaste a leer el libro y no quieres spoilers, mejor abandona este artículo y ve a la biblioteca. Si esto de los spoilers no te molesta, puedes seguir leyendo y vislumbrar más o menos en qué consistió el “hecho extraordinario”.

El hecho extraordinario

El hecho ocurrió en París, durante la noche del 29 al 30 de abril de 1937. Pero debemos remontarnos unos meses antes de esa noche para comprender lo que sucedió. 

Madrid. García Morente está sufriendo con la Guerra Civil. Es despojado de su cátedra y del decanato y, para mayor dolor, recibe la noticia de que su yerno, un marido ejemplar de 29 años, había sido asesinado por las milicias populares en Toledo.

El profesor está inquieto por los suyos y convoca a sus hijas y nietos para que vayan a refugiarse con él en su casa de Madrid. Ellos acuden, pero García Morente se da cuenta de que, para él, ya ningún refugio es seguro. Su vida corre peligro y es urgente huir del país. Corre a París. Allí pasará varios meses solo, sin dinero y angustiado por la incertidumbre y el peligro constante al que está expuesta su familia.

Los días se suceden en medio de una profunda intranquilidad: García Morente se vuelca en gestiones para que su familia pueda viajar también a la capital francesa, pero sus movimientos son severamente entorpecidos por las autoridades. La incertidumbre, la impotencia y la soledad lo están asfixiando. ¿Qué hacer?

El sentido

En ese contexto de opresión psicológica, la reflexión de García Morente sobre el sentido de la vida se acelera: ¿Quién dirige su vida?, ¿es posible que todo esté regido por una cadena azarosa de causas eficientes, o existe un ser inteligente y superior que gobierna la Historia? De pronto había estallado en su corazón un itinerario filosófico y existencial de profundo calado. 

Su modo de afrontar estas interrogantes es rigurosamente intelectual: toma lápiz y papel y se enfrenta a sus preguntas. Paso a paso, con cuidado y sinceridad, va desarrollando los argumentos para ver a dónde lo conduce la lógica. Reflexiona sobre las circunstancias y delibera sobre cómo sobreponerse a la crisis que le está quitando el aire. 

El 28 de abril, después de muchas cavilaciones, García Morente da un paso decisivo: concluye que debe existir una Providencia. Ahora bien, no nos apresuremos, la idea del Ser Superior que en ese momento se está esbozando en su mente es todavía lejana, abstracta y metafísica. Pero al menos es real: “El solo pensamiento de que hay una providencia sabia bastó para tranquilizarme, aunque no comprendía ni veía la razón o causa concreta de la crueldad que esa misma Providencia practicaba conmigo, negándome el retorno de mis hijas”.

La batalla intelectual

Arreció luego la tempestad mental, interludios entre la furia y la duda, una intensísima batalla intelectual. Hasta que, en un momento de obligado descanso, el profesor puso en marcha la radio y escuchó con gran deleite “L’Enfance du Christ”, de Berlioz. “No puede usted imaginarse lo que es esto, si no lo conoce: algo exquisito, suavísimo, de una delicadeza y ternura tales que nadie puede escucharlo con los ojos secos”.

Pasaron los minutos: “Una inmensa paz se había adueñado de mi alma. Es verdaderamente extraordinario e incomprensible cómo una transformación tan profunda pueda verificarse en tan poco tiempo. ¿O es que la transformación se va verificando en la subconsciencia desde mucho antes de darse uno cuenta de ella?”.

Por fin llega el encuentro con la Providencia viva: sentimientos de paz, alegría, promesa. Irrumpe el sueño, ¡por fin el anhelado descanso para un hombre tan comido por el nerviosismo! Pero algo quiebra la dulzura de la noche: un despertar agitado; es extraño, es como si hubiera una presencia que lo observa… García Morente se levanta, abre la ventana y: “Volví la cara hacia el interior de la habitación y me quedé petrificado. Allí estaba Él. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo no lo tocaba. Pero Él estaba allí”.

Entre los testimonios de conversión que nos ofrece la literatura del siglo XX, el de Manuel García Morente es uno de los más elocuentes para nuestra sensibilidad actual. A modo de epílogo les puedo decir que la historia terminó muy bien. La familia de García Morente consiguió llegar a París. Él se ordenó sacerdote y dos años después descansó para siempre en los brazos de la Divina Providencia.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

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Iniciativas

Siena Educación organiza el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades

Este fin de semana, 6 y 7 de mayo, tendrá lugar en el CaixaForum (Madrid) el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades.

Loreto Rios·5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El acto contará con la participación del escritor Fernando Savater, Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de Historia, el matemático Andreas Schleicher, el psicólogo Javier Urra, la escritora Isabel San Sebastián y el responsable de la estrategia de inteligencia artificial de Telefónica, Richard Benjamins, entre otros.

También habrá espacio para los youtubers del ámbito educativo, como José Antonio Lucero (La cuna de Halicarnaso), Enric F. Gel (Adictos a la Filosofía), Rosa Liarte, Daniel Rosende (Unboxing Philosophy) o Carlos González (Historia en comentarios).

Reivindicar una formación humanística

“En tiempos de supremacía de las STEM y de las competencias digitales, es más necesario si cabe fortalecer las competencias humanísticas de los alumnos; competencias que, a modo de brújula, les orienten en un mundo marcado por la incertidumbre, la ambigüedad y el pensamiento líquido”, afirma José María de Moya, director general de Siena Educación.

“El objetivo es convertir este encuentro en un espacio permanente de formación, buenas prácticas e innovación de las Humanidades”, explica De Moya, para quien “los profesores de las materias humanísticas son agentes clave para el desarrollo de la madurez intelectual y la capacidad de juicio crítico de los alumnos”.

Objetivos del encuentro

El evento está dedicado a los docentes de Filosofía, Historia y Religión de habla hispana y el objetivo es impulsar iniciativas a favor de la enseñanza de Humanidades. Como indican en su página web, tiene los siguientes propósitos:

-Poner en valor, ante la opinión pública, los saberes humanísticos en estos tiempos marcados por la incertidumbre y los avances tecnológicos.

-Reconocer la utilidad y la necesidad de integrar las humanidades en la transformación digital de las aulas.

-Reivindicar una educación humanista dentro de los currículos escolares que ofrezca una formación completa, transversal e integral al alumnado.

-Impulsar las asignaturas de Humanidades y a su profesorado como agentes clave para el desarrollo de la madurez intelectual y la capacidad de juicio crítico de los alumnos.

-Crear un espacio de relación, innovación y buenas prácticas para docentes de materias humanísticas de España, Portugal e Iberoamérica.

Entradas para el evento

El encuentro arrancará el 6 de mayo a las 9:30. Se pueden adquirir las entradas a través de la web, tanto para asistir presencialmente como en streaming. El acto está promovido por Siena Educación, agencia de comunicación en el ámbito educativo, que publica las revistas Magisterio y Escuela Infantil.

En el encuentro, que cuenta con la colaboración de Puy du Fou y Vicens Vives, se entregarán los Premios Haz Apasionantes tus Clases de Historia, que inauguran este año su primera edición.

El celibato, ¿fruto de lo humano?

¿Es el celibato fruto de lo humano? ¿Pueden encontrarse sus raíces en algún lugar más allá de las imposiciones humanas?

5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una de las afirmaciones más recurrentes cuando se habla del celibato de los sacerdotes es aquella de que se trata de una ley eclesiástica sin más. O hablando más en abstracto, que se trata de pura disciplina eclesiástica. Otra forma de decir prácticamente lo mismo es afirmar que no se trata de un dogma de fe. Otra de las afirmaciones más comunes es decir que el celibato eclesiástico fue instituido a principios del siglo XII en dos Concilios de Letrán, el primero en 1123 y el segundo en 1139. Como si un árbol de tal magnitud y altitud en la Iglesia hubiera surgido espontáneamente y se hubiera desarrollado como de golpe, en unos días de Concilio, fruto de la decisión de algunos obispos reunidos en Roma. 

El fenómeno de la secularización, el oscurecerse de la fe, sobre todo en los países de antigua tradición católica, y, como consecuencia, la crisis de vocaciones sacerdotes que la acompaña, está obligando a una profunda reflexión y debate sobre el sentido y la conveniencia actual del celibato sacerdotal.

En definitiva, ¿es una norma querida por el Espíritu del Señor Jesús o es fruto de circunstancias históricas cambiantes? San Pablo VI, en la encíclica Sacerdotalis Coelibatus y San Juan Pablo II, en su primera carta del Jueves Santo de 1979 a los sacerdotes, siguiendo la doctrina del Concilio Vaticano II, afirman que el celibato sacerdotal se inspira en el ejemplo de nuestro Señor, en la doctrina apostólica y en toda la Tradición.

Volver a Cristo     

¿Es esta afirmación cierta, segura, seria? Para entender, aceptar de corazón y promover el celibato eclesiástico como una joya preciosa de la Iglesia de Cristo hay que retraerse al principio. Está íntimamente ligado al misterio de la Encarnación. Ya desde el Concilio de Nicea (325) se estableció dogmáticamente que Cristo no está en la línea de los antiguos “hijos de dioses”, sometidos al Dios supremo. Él mismo es Dios, la revelación personal de Dios: “Dios y hombre verdadero”.

Lo que Cristo piensa, vive, dice, obra, tiene valor absoluto. Todo el cristianismo queda así sustraído a lo puramente humano, al tiempo y  a la historia. Es la aparición de algo absolutamente nuevo, que no admite correlación o conexión alguna hacia atrás. Rompe la serie de causas naturales, donde una deriva de la otra. Es esencialmente nuevo y sobrenatural.

El celibato en la Sagrada Escritura

Es en la persona de Jesucristo, en su ejemplo y su predicación, en su misterio total, donde afonda el celibato sacerdotal. Ciertamente que, en la historia del celibato eclesiástico, tendrá su influencia también el ejemplo del sacerdocio de la Antigua Alianza. Este ordenaba a los sacerdotes abstenerse de las relaciones conyugales durante el ejercicio de su ministerio en el Templo. Pero es la persona de Cristo, su ejemplo de vida y su doctrina la que aparecerá como decisiva a lo largo de la historia de la Iglesia para establecer esa “múltiple armonía” (PO, 12) entre sacerdocio del Nuevo Testamento y celibato.

Cristo vivió célibe y muy pocos se han atrevido a poner en duda esta realidad, trasmitida de forma unánime por la Sagrada Escritura y la Tradición. Baste, a este propósito, la famosa frase de Karl Barth: «es un hecho  -y la ética protestante en su exaltación del matrimonio, surgida en la lucha contra el celibato romano de los sacerdotes y religiosos, ha olvidado este punto- que Jesucristo, de cuya humanidad ninguna duda existía, no ha tenido otra amante, novia, esposa, familia y hogar fuera de su comunidad».

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Cultura

Devociones marianas en Chile

Historia de los santuarios de La Tirana y lo Vásquez en Chile.

Pablo Aguilera L.·5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El santuario de Nuestra Señora de la Tirana es uno de los más famosos de Chile. Data del siglo XVI y sus orígenes están relacionados con la historia de amor de una princesa indígena y un soldado español.

El santuario de Lo Vásquez es otro de los más importantes del país y sus fiestas tienen lugar el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.

Santuario de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana

A 1800 km al norte de Santiago, capital de Chile, en plena Pampa del Tamarugal, se encuentra el pueblo de La Tirana, de escasos 840 habitantes. En este paraje desértico se encuentra un famoso santuario de la Virgen María denominado “La Tirana”.

El santuario tiene sus raíces en los albores de la conquista española y de la evangelización del siglo XVI. Sus orígenes se vinculan a la leyenda de una princesa inca, Ñusta Huillac, una mujer que, de acuerdo a la historia, era considerada una «tirana» por sus drásticas decisiones. Al huir de la expedición de Diego de Almagro, la aguerrida princesa se refugió en los bosques del Tamarugal, donde se convirtió en una líder, atacando a los españoles que se internaban en los bosques. Ñusta Huillac tomó prisionero a uno de ellos, Vasco de Almeida, de quien se habría enamorado. Este hecho motivó su conversión al cristianismo allá por el año 1540.

La verdad sobre la eternidad y, con ello, la prolongación de su amor, la atrae fuertemente y solicita el Bautismo. Por esta razón fue considerada traidora y condenada a muerte junto a Vasco de Almeida. A petición suya, y tomando en cuenta su alta alcurnia, sus verdugos colocaron sobre su tumba una cruz que, años más tarde, descubriría el fraile Antonio de Rondón, que seguía la expedición de Pedro de Valdivia.

La ermita

El clérigo construyó una ermita en el lugar y colocó una imagen de la Virgen, transformándose rápidamente en un lugar de culto a la Madre del Señor por parte de los indígenas. Se convirtió en un lugar donde comenzó a desarrollarse y expresarse la fe en Jesucristo y en el amor a la Virgen. Se iniciaron danzas de tipo familiar y el culto se limitaba a los que vivían en el sector.

Así, esta devoción en el lugar comienza a cobrar mayor fuerza a partir del siglo XVIII, cuando se acrecienta el número de feligreses que quieren rendir culto a la Santa Virgen. El lugar recibe el nombre de Pozo del Carmen de La Tirana o Pozo del Carmelo. Sin embargo, paulatinamente se va abreviando el nombre a “La Tirana”.

La devoción actual

En solo una semana, once meses de silencio y quietud se transforman en devoción, religiosidad, cantos y bailes en este pueblo. Entre el 12 y el 18 de julio la Pampa del Tamarugal se viste con sus mejores galas en honor a su Virgen de La Tirana. Con una fuerte influencia cristiana y andina, la celebración transcurre entre “diabladas”, “bailes chinos”, “morenadas” y “huaynos”, en que más de 220.000 personas visitan a la Virgen en demanda de salud, trabajo y dignidad.

En la actualidad, cerca de 200 cuerpos de baile, provenientes principalmente de las localidades de Iquique, Pedro de Valdivia, Arica, María Elena y Antofagasta, llegan al poblado a renovar su espíritu. La fiesta ofrece una serie de características como la variedad de “compañías” o “hermandades”, que se entremezclan con bailes antiguos, tradicionales y nuevos, dándole un carácter carnavalesco a la celebración. La noche del 15 al 16 de julio –solemnidad de la Virgen del Carmen–, los asistentes se reúnen en la plaza para hacer “la espera del alba” o vigilia. Luego se canta el himno nacional. Ese mismo día tienen lugar la Misa y la procesión, donde decenas de miles de fieles van a entregar ofrendas, encomendar a sus hijos al cuidado de la Virgen, etc. El día 17 termina la celebración con los bailes de despedida.

Desgraciadamente, a causa de la pandemia de COVID, no se ha podido realizar esta antigua fiesta desde el año 2020 al 2022. Como han mejorado mucho las condiciones sanitarias, es muy probable que pueda llevarse a cabo este año.

Peregrinos en el Santuario de Lo Vásquez el 8 de diciembre

Los orígenes del actual Santuario de Lo Vásquez –a 80 km de Santiago, la capital del país– se remontan a la primera mitad del siglo XIX, en la capilla familiar de una hacienda ubicada a la vera del camino que une Santiago con Valparaíso. Allí se colocó una imagen de la Purísima Virgen María. En los archivos parroquiales de Casablanca figuran los primeros bautizos hechos por el párroco en la Capilla de Lo Vásquez en 1849.

La imagen de la Virgen fue coronada en 1951 y el templo se ha transformado en un hermoso santuario donde Nuestra Señora es venerada por miles de chilenos. En la actualidad, las cifras de feligreses que se congregan en torno al 8 de diciembre, día de la Purísima, superan las 800.000 personas, llegando a ser la peregrinación mariana más importante del país, con la participación de muchas instituciones. Muchos peregrinos caminan decenas de kilómetros desde varias ciudades y pueblos de la zona central de Chile para cumplir sus “mandas” (promesas) hechas a Nuestra Señora por algún favor concedido. Muchos millares acuden en esta ocasión al Sacramento de la Penitencia en los numerosos confesionarios que se instalan en dependencias anejas al templo y participan en las Misas que durante dos días se celebran casi sin interrupción.

El autorPablo Aguilera L.

Enseñanzas del Papa

Palabras y gestos de vida. ¡Cristo ha resucitado!

La predicación del Papa es siempre luz y vida. Tras la cuaresma viene la Pascua. ¿Cuáles deben ser las actitudes fundamentales que se corresponden con el anuncio gozoso de que Cristo vive?

Ramiro Pellitero·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

La cuaresma se abre a la Pascua, que es paso a la Vida. Todavía dentro de la cuaresma, la Iglesia rememora la resurrección de Lázaro para expresar que la Pascua es el cumplimiento de la esperanza. Lo señalaba el Papa: “Jesús da la vida’ incluso cuando parece que ya no hay esperanza. Sucede, a veces, que uno se siente sin esperanza —a todos nos ha pasado esto—, o que encuentra personas que han dejado de esperar, amargadas porque han vivido malas experiencias, el corazón herido no puede esperar” (Ángelus 26-III-2023, quinto domingo de cuaresma). 

Quizá también nosotros, añadía, llevamos algún peso, algún sufrimiento, algún pecado, algo que nos pesa, como la piedra que tapaba el sepulcro de Lázaro. “Y Jesús dice: ‘¡Sal fuera!”. Pero esto requiere abrir el corazón, mirar hacia su luz, desechar el miedo. Él espera nuestra colaboración, “como pequeños espejos del amor”, para “iluminar los ambientes en los que vivimos con palabras y gestos de vida”, para testimoniar la esperanza y la alegría de Jesús. 

Jesús sufrió por nosotros, por mí

Ya en el umbral de la Semana Santa, la homilía del Domingo de Ramos (2-IV-2023) nos adelantaba la contemplación de los sufrimientos de Jesús, hasta su sentimiento de “abandono” en la cruz. “¿Y por qué llegó tan lejos?”, se pregunta el Papa y enseguida responde, “Por nosotros”. Y también en concreto: “que cada uno se diga: por mí”, no hay otra respuesta. Por nosotros. Todos, escuchando el abandono de Jesús, “que cada uno se diga: por mí”. “Lo hizo por mí, por ti, para que cuando yo, tú o cualquier otro se vea de espaldas contra la pared, perdido en un callejón sin salida, hundido en el abismo del abandono, succionado en la vorágine de tantos porqués sin respuesta, haya una esperanza. Él, por ti, por mí”. 

Francisco combina los dolores y los pecados, quizá por ese misterioso vínculo (necesariamente causal) entre el pecado y el sufrimiento. “Para que cada uno pueda decir: en mis caídas –cada uno ha caído muchas veces–, en mi desolación, cuando me siento traicionado, o he traicionado a otros, cuando me siento rechazado o he descartado a otros, cuando me siento abandonado o he abandonado a otros, pensemos que Él ha sido abandonado, traicionado, descartado. Y allí lo encontramos a Él. Cuando me siento mal y perdido, cuando ya no puedo más, Él está conmigo; en mis muchos porqués sin respuesta, Él está ahí”.

¿Cuál es la actitud de Jesús en la cruz? “Mientras experimenta un abandono extremo, no se deja llevar por la desesperación –ese es el límite–, sino que reza y se fía” (cfr. Sal 22, 2; Lc 23, 46), y perdona a sus verdugos (v. 34). Así manifiesta que “el estilo de Dios es ese: cercanía, comprensión y ternura”. Se vuelve Francisco hacia nosotros y se señala a sí mismo: “Yo también necesito que Jesús me acaricie y se acerque a mí, y por eso voy a buscarlo en los abandonados, en los solitarios”. Porque también ahora “hay muchos ‘cristos abandonados’”: pueblos enteros, pobres, migrantes, niños no nacidos, ancianos solos.

El Espíritu Santo y la unción sacerdotal

En la Misa Crismal el Papa predicó sobre el Espíritu Santo y el significado de la unción sacerdotal (cfr. Homilía en el Jueves santo, 6-IV-2023). Pues, en efecto, cada cristiano, y especialmente cada sacerdote puede decir: “El Espíritu del Señor está sobre mí” (Lc 4, 18), “porque el Señor me ha ungido” (Is 61, 1). Pero el Ungido por excelencia (eso significa Mesías y Cristo) es Jesús. Ungido por Dios Padre con el Espíritu Santo desde el seno de María, se manifiesta como ungido con ocasión de su bautismo en el Jordán. Luego, el Espíritu Santo le acompaña siempre en su vida y en su ministerio. Jesús ungió a sus apóstoles definitivamente en Pentecostés. Entonces cambió su corazón y les llevó a superar dificultades y debilidades, para el testimonio que debían dar de Él. 

Cada sacerdote ha de recorrer ese camino, pasando por una “etapa pascual”, de crisis, tentación o prueba, más o menos duradera: “Todos, tarde o temprano, experimentamos desengaños, penalidades, debilidades, con el ideal que parece desgastarse entre las exigencias de la realidad, mientras una cierta rutina se impone y algunas pruebas, antes difíciles de imaginar, hacen que la fidelidad parezca más incómoda que en un tiempo”. 

Ahí, señala el sucesor de Pedro, acecha el riesgo de la mediocridad, que se presenta en forma de tres tentaciones: “la del compromiso, por la que uno se conforma con lo que puede hacer; la de los sucedáneos, por la que tratamos de ‘recargarnos’ con algo más que nuestra unción; la del desánimo —que es la más común—, en la que, insatisfechos, se sigue por inercia”.

Pero esa crisis, añade Francisco, puede también convertirse en un punto de inflexión, como escribe un autor: “Etapa decisiva de la vida espiritual, en la que hay que hacer la elección final entre Jesús y el mundo, entre la heroicidad de la caridad y la mediocridad, entre la cruz y un cierto bienestar, entre la santidad y una honesta fidelidad al compromiso religioso» (R. Voillaume, La segunda llamada, en S. Stevan, ed. La segunda llamada. El coraje de la fragilidad, Bolonia 2018). Es el momento de reemprender el camino de la confianza en Dios, de la humildad y de la fortaleza. Y así poder recibir como una “segunda unción” con el Espíritu Santo precisamente en la fragilidad de nuestra realidad. 

Subraya el Papa: “Es una unción que hace profunda la verdad, que permite que el Espíritu unja nuestras debilidades, nuestras penalidades, nuestra pobreza interior. Entonces la unción huele de nuevo: a Él, no a nosotros”.

De esta manera cada presbítero puede colaborar con la armonía que promueve el Espíritu Santo, en unidad y diversidad  (cfr. H Mühlen, Der Heilige Geist als Person. Ich – Du – Wir, Münster in W., 1963). Y eso se manifestará en sus palabras, en sus comentarios, en su amabilidad…, en sus gestos.

En la tarde del Jueves santo, la última cena de Jesús con sus discípulos manifiesta “la nobleza del corazón” del Señor, especialmente en el lavatorio de los pies (cfr. Homilía en la Misa “In Coena Domini”, 6-IV-2023). Lavar los pies era una tarea de esclavos. Y Jesús realiza ese gesto para hacerles entender que va morir por nosotros, para liberarnos de los pecados. Él no se asusta de nuestras debilidades, solo quiere acompañarnos en nuestra vida, ante tantos dolores e injusticias. Observa Francisco: “Es un gesto que anuncia cómo debemos ser, uno con el otro”. Y también cada uno podemos pensar “Jesús me ha lavado los pies, Jesús me ha salvado, y tengo esta dificultad ahora”. Y el Papa nos conforta, en el nombre de Cristo: “Pero pasará, el Señor siempre está a tu lado, nunca te abandona, nunca”. 

Recordar y caminar

A través de la cruz, que se anunciaba ya el Domingo de Ramos, llegamos a la Vigilia Pascual. El Papa nos animaba a emprender “el camino de los discípulos que va del sepulcro a Galilea” (Homilía, 8-IV-2023). 

Ante las dificultades, los sepulcros sellados, nuestros desengaños y amarguras, no debemos quedarnos en los lamentos, pensando que ya no hay nada que hacer, que las cosas no cambiarán. Más bien hemos de seguir el ejemplo de las santas mujeres, que transmiten la noticia de la resurrección y la indicación de ir a Galilea. 

Pero ¿qué significa ir a Galilea?, se pregunta Francisco. Y ofrece dos respuestas complementarias. De un lado, “salir del escondite para abrirse a la misión, huir del miedo a caminar hacia el futuro”. “Y por otro lado, y esto es muy bonito, es volver a los orígenes, porque todo empezó justo en Galilea. Allí el Señor encontró y llamó a los discípulos por primera vez. Así que ir a Galilea es volver a la gracia original, es recuperar la memoria que regenera la esperanza, la ‘memoria del futuro’ con la que nos ha marcado el Resucitado”.

Es decir:el Señor nos invita a seguir adelante, mirar el futuro con confianza; y a la vez nos devuelve a nuestro “pasado de gracia”, a la Galilea de nuestra historia de amor con él, de nuestra primera llamada. 

Hermanos y hermanas”, nos interpela el obispo de Roma, “para resucitar, para recomenzar, para retomar el camino, necesitamos siempre volver a Galilea, es decir, volver no a un Jesús abstracto, ideal, sino a la memoria viva, a la memoria concreta y palpitante. del primer encuentro con Él. Sí, para caminar hay que recordar; para tener esperanza hay que alimentar la memoria”. 

Nos hace mucho bien, insiste Francisco, regresar a aquél primer momento: “Pregúntate cómo fue y cuándo fue, reconstruye su contexto, tiempo y lugar, revive sus emociones y sensaciones, revive sus colores y sabores. La fuerza pascual nos capacita para“remover las piedras de la desilusión y la desconfianza”, recordar y caminar, proclamando al Señor de nuestras vidas.

Esa proclamación de que el Señor es “la resurrección y la vida” para nosotros y para el mundo (cfr. Jn 11, 25) es el núcleo del anuncio pascual: ¡Cristo ha resucitado¡ Y el contenido de lo que deseamos sea eficaz para cada uno, con este saludo: ¡Feliz Pascua!

Así lo decía el Papa el Domingo de Resurrección: “En Pascua, el camino se acelera y se vuelve apresurado, porque la humanidad ve la meta de su camino, el sentido de su destino, Jesucristo, y está llamada a correr hacia Él, esperanza del mundo” (Mensaje Urbi et Orbi, 9-IV-2023).

El Señor viene cuando lo anunciamos

Ya en tiempo pascual, en los “Regina caeli” (que sustituyen a los “Ángelus”), Francisco ha desmenuzado las actitudes, las palabras y los gestos, propios de los cristianos. 

El lunes de Pascua recordaba el ejemplo de las mujeres, primeras en ir al sepulcro para honrar el cuerpo de Jesús con ungüentos aromáticos. No se quedan paralizadas por la tristeza y el miedo. “Su voluntad de realizar ese gesto de amor prevalece sobre todo. No se desaniman, salen de sus miedos y de sus angustias”. “He aquí”, insiste Francisco “el camino para encontrar al Resucitado: salir de nuestros miedos, de nuestras angustias” (Homilía 10-IV-2023).

El Papa nos invita a fijarnos en ese detalle: “Jesús las encuentra al ir a anunciarlo. Cuando proclamamos al Señor, él viene a nosotros”. Y explica:A veces pensamos que la forma de estar cerca de Dios es tenerlo junto a nosotros; porque entonces, si nos exponemos y empezamos a hablar, llegan juicios, críticas, tal vez no sabemos responder a ciertas preguntas o provocaciones, y entonces es mejor no hablar y callarnos: ¡no, eso no es bueno! En cambio, el Señor viene mientras es anunciado. Siempre encuentras al Señor en el camino del anuncio. Anuncia al Señor y lo encontrarás. Busca al Señor y lo encontrarás. Siempre en camino, esto es lo que nos enseñan las mujeres: a Jesús se le encuentra dando testimonio de Él. Pongamos esto en nuestro corazón: a Jesús se le encuentra al dar testimonio de Él”.

Esto pasa siempre con las buenas noticias: cuando las compartimos, las revivimos y nos hacen más felices. También pasa con el Señor: “Cada vez que lo anunciamos, el Señor sale a nuestro encuentro. Viene con respeto y amor, como el don más hermoso para compartir. Jesús habita más en nosotros cada vez que lo anunciamos”.

Y por eso nos invita a preguntarnos: “¿Cuándo fue la última vez que di testimonio de Jesús? ¿Qué hago hoy para que las personas que encuentro reciban la alegría de su anuncio? Y también: ¿puede alguien decir: esta persona está serena, feliz, buena porque ha encontrado a Jesús? ¿Se puede decir esto de cada uno de nosotros?”

Le encontramos con y en los demás 

El Domingo de la divina Misericordia (que comenzó en 2000 por iniciativa de Juan Pablo II), nos ha presentado la figura de Tomás, el “apóstol incrédulo” (cfr. Jn 20, 24-29). Este apóstol, dice Francisco, nos representa un poco a todos. Ha sufrido una gran desilusión, al ver a su maestro clavado en la cruz sin que nadie hiciera nada para evitarlo. Ahora él sale del cenáculo, sin miedo a que lo detengan, y luego vuelve, aunque le cuesta creer. Y entonces Jesús le premia, mostrándole sus llagas. 

Jesús se las muestra, pero de manera ordinaria, viniendo ante todos, en comunidad, no fuera” (homilía 16-IV-2023). Para el Papa, es como si Jesús le dijera a Tomás “Si quieres conocerme, no busques lejos, quédate en la comunidad, con los demás; y no te vayas, reza con ellos, parte el pan con ellos”. 

Y esto nos lo dice también a nosotros: “Ahí es donde puedes encontrarme, ahí es donde te mostraré, impresas en mi cuerpo, las señales de las llagas: las señales del Amor que vence al odio, del Perdón que desarma la venganza, las señales de la Vida que derrota a la muerte. Es allí, en la comunidad, donde descubrirás mi rostro, mientras con tus hermanos compartes momentos de duda y de miedo, aferrándote aún más fuerte a ellos. Sin la comunidad es difícil encontrar a Jesús. Toda una lección de eclesialidad, pues sin la Iglesia, familia de Dios, no podríamos encontrarnos con el Señor. 

Por eso, nos pregunta el Papa: “¿Dónde buscamos al Resucitado? ¿En algún evento especial, en algún acto religioso espectacular o llamativo, únicamente en nuestras emociones y sensaciones? ¿O en la comunidad, en la Iglesia, aceptando el reto de permanecer allí, aunque no sea perfecta?”

Y nos asegura que, “a pesar de todas sus limitaciones y caídas, que son nuestras limitaciones y caídas, nuestra Madre Iglesia es el Cuerpo de Cristo; y es allí, en el Cuerpo de Cristo, donde se imprimen todavía y para siempre los mayores signos de su amor”. 

Cala hondo esta reflexión del sucesor de Pedro. Y todavía nos desafía cuando concluye con la última pregunta: “Si en nombre de ese amor, en nombre de las llagas de Jesús, estamos dispuestos a abrir los brazos a los que están heridos por la vida, sin excluir a nadie de la misericordia de Dios, sino acogiendo a todos”.

América Latina

Corrado Maggioni: «María nos guía a la Eucaristía»

El próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en Quito, Ecuador, del 8 al 15 de septiembre de 2024.

Giovanni Tridente·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Los preparativos para el próximo Congreso Eucarístico ya han comenzado y, a partir de septiembre de este año, se abrirán las inscripciones a través de la página web oficial. Omnes ha entrevistado al presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, el P. Corrado Maggioni, sacerdote de la congregación de los Misioneros Montfortianos. El clérigo ofrece también algunas ideas para reavivar el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen María, con vistas al próximo jubileo de 2025 dedicado a la esperanza.

El próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en septiembre de 2024 en Quito (Ecuador), aprovechando el 150 aniversario de la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús. ¿Cómo van los preparativos?

El complejo trabajo de organización que requiere un Congreso Internacional se viene desarrollando desde hace tiempo y ahora nos preparamos para afrontar la parte más difícil del último año.

El Comité Local del Congreso está gestionando la fase de preparación bajo la responsabilidad del arzobispo de Quito, con la colaboración de diferentes comisiones (litúrgica, teológica, logística, económica, de comunicación, cultural, pastoral). El evento involucra naturalmente a todos los obispos y diócesis de Ecuador, cuyos delegados ya están operativos. Estamos en el momento en que, después de recopilar posibles ideas e iniciativas, hay que examinarlas y empezar a aplicarlas concretamente.

El escaparate del Congreso es la página web https://www.iec2024.ec, donde se pueden encontrar información y noticias, constantemente actualizadas, y a partir del próximo mes de septiembre será posible inscribirse para participar en el Congreso del 8 al 15 de septiembre de 2024. Desde mi reciente viaje a Quito puedo dar fe del entusiasmo que anima a los que ya están involucrados en la organización del Congreso, conscientes de que para las iglesias de Ecuador este importante acontecimiento eclesial ya ha comenzado y está mostrando sus primeros frutos.

¿Cuál será el tema de esta próxima edición?

El lema de este Congreso, aprobado por el Papa Francisco, reza: «Fraternidad para sanar al mundo», iluminado por la palabra de Jesús: «Todos vosotros sois hermanos» (Mt 23, 8). El Texto Base, que se está elaborando, recogerá este lema de evidente significado eucarístico, y que, traducido a las distintas lenguas, será la referencia para los encuentros de catequesis y reflexión en los distintos países. Profundizaremos en el tema en particular en el Simposio Teológico que se celebrará en Quito inmediatamente antes del Congreso, y luego será objeto de reflexión, diálogo, confrontación y vivencia durante los días de la celebración del Congreso Eucarístico, en el que participarán delegaciones de Ecuador y de varios países.

Por supuesto, junto a la reflexión, el motivo del Congreso es la celebración de la Eucaristía, en un modo especial de clausura, llamado statio orbis, porque allí se convoca a la representación del pueblo de Dios -obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos- repartido por todo el mundo.

¿Cómo cree que se puede reavivar el amor a la Eucaristía en un mundo caracterizado por el individualismo y lo efímero?

No existen recetas prefabricadas capaces de encender en los corazones el fuego santo que «eucarísticamente» consume la vida. Además, el mundo en el que florecieron las primitivas comunidades cristianas también estaba marcado por el individualismo y lo efímero, así como por otras lógicas antievangélicas. Se necesita una razón para asistir a misa. Presupone la fe en Cristo, es decir, haber centrado en la propia experiencia lo decisivo del encuentro con Él, Señor y Maestro. Mientras Dios siga siendo un fantasma sin nombre y Jesús algo ideal, un personaje del pasado, quizá una referencia entre otras según «me gusta – no me gusta», no veo terreno fértil para que arraigue la economía sacramental, en cuyo centro está la Eucaristía dominical.

Antaño se iba a misa por deber, por costumbre, aunque no hay que generalizar, pues somos hijos de generaciones de hombres y mujeres que vivieron la fe cristiana. Sin embargo, el cambio de época que atravesamos bien demuestra en nuestros países de antigua evangelización que una creencia general que se despierta solo con ocasión de los bautizos, las primeras comuniones y los funerales ya no funciona. No ayuda una religiosidad hecha de actos de culto dictados por la obligación o la culpa, inspirados por la idea de un Dios al que embaucar o del que defenderse o al que exigir bienestar material.

El reto para reavivar el amor a la Eucaristía es tomar conciencia de que el Evangelio es verdaderamente revolucionario, ante todo para mí. Hasta que no sienta en mi corazón el fuego de la Presencia divina que me ama gratuitamente y, por tanto, cambia mi vida, no podré sentir la necesidad de participar en la Misa, que es la acción a través de la cual Cristo hoy sigue hablándonos de verdad y alimentándonos con su Cuerpo para que quienes comulgamos con Él nos convirtamos en su Cuerpo vivo en el mundo. El Evangelio provoca la fe en Cristo y a Cristo lo encontramos en los sacramentos de la Iglesia. Si aprecio a Cristo, apreciaré también la Misa.

¿Cuánto puede ayudar en este apostolado renovado la devoción a la Virgen María, Madre de Nuestro Señor?

¿A quién debemos mirar para parecernos a Cristo si no es en primer lugar a María? Ella es la primera creyente, la primera que dice en el Evangelio «aquí estoy, que se cumpla en mí», la primera cristiana porque dejó que Cristo viviera en ella, abriéndole toda su persona, espíritu, alma y cuerpo. Sí, incluso el cuerpo, pues es en nuestra carne donde Cristo quiere habitar.

La Virgen María es decisiva para nuestra salvación, pues por ella hemos recibido al Salvador. Pero también es decisiva por la ejemplaridad de su respuesta de fe, que nos enseña a ser discípulos de su Hijo. La devoción mariana no es opcional para los discípulos de Jesús, sino que forma parte de su ADN bautismal. María es nuestra madre y nosotros somos sus hijos por voluntad testamentaria de Jesús que, antes de dar su último suspiro en la cruz, llamó a María para que fuera madre de todos sus discípulos y estos herederos de su mismo amor a su Madre.

Bajo esta luz, bien descrita en el evangelio de Juan 19, 25-27, en los discípulos de Jesús María sigue amando maternalmente a su Hijo. Y nosotros, amándola con afecto filial, cultivamos hacia ella el mismo amor que Jesús le profesó. La devoción a María no nos aleja de Cristo, sino que nos conforma más fácilmente a Cristo. De lo contrario, no sería verdadera devoción, sino falsa.

De hecho, la dimensión «mariana» impregna la celebración eucarística. El cuerpo histórico de Cristo, nacido de la Virgen, es el fundamento del Misterio eucarístico. Sin la venida de María no habría Encarnación y sin Encarnación no tendríamos sacramentos. Cambian los signos, pero la realidad es idéntica: el cuerpo y la sangre que recibimos en el altar son del mismo Cristo que tomó carne y sangre de la Virgen, en virtud del Espíritu Santo. En este sentido, María nos guía hacia la Eucaristía, del mismo modo que nos ayuda a celebrarla dignamente: en comunión con Ella y siguiendo su ejemplo, escuchamos y guardamos la Palabra de Dios y nos convertimos en un sólo Cuerpo con-Cristo. No es forzar las cosas si decimos que la verdadera devoción mariana aumenta la verdadera devoción eucarística.

En 2025 celebraremos un nuevo jubileo centrado en la esperanza. ¿Cómo mostrar a un mundo cansado la esperanza que viene de Jesús encarnado en la historia?

No hay muchas respuestas a esta pregunta. La forma auténtica de mostrar en quién hemos puesto nuestra esperanza es el testimonio creíble que seamos capaces de ofrecer. Ciertamente, no un testimonio agresivo, es decir, que reprocha a los demás no ser como nosotros, no pensar como nosotros, ni el testimonio farisaico satisfecho con las propias buenas obras y despreciando las de los demás. Creo que testimonio creíble es sólo el que es «evangélico», es decir, parecido a la sal, a la levadura, a la luz, que se paga en primera persona. Porque para dar sabor, la sal debe disolverse, para fermentar la masa la levadura debe desaparecer, para iluminar, la llama debe consumir el aceite.

Esta es la lógica «pascual» que selló toda la existencia de Jesucristo. Queda bien ilustrada por el símil de la semilla que «debe» morir en la tierra para que brote la espiga cargada de granos. Los mismos elementos del banquete eucarístico, el pan y el vino, nos hablan de donaciones gratuitas, de conversiones efectivas. En efecto, el pan no crece en la naturaleza, sino que es fruto de una serie de oblaciones: los granos de trigo se muelen para convertirse en harina que luego se amasa y finalmente se cuece al fuego.

También el vino cuenta una historia de ofrendas: de las uvas martirizadas en la cuba se obtiene un vino que alegra los lazos familiares y forja amistades. Esta lógica pascual, hecha de muerte por la vida de los demás, es además el mensaje que el Papa Francisco no se cansa de recordarnos cuando habla de la Iglesia en salida, no preocupada de sí misma sino de los demás, pobre en medios pero rica en la fuerza del Evangelio, cercana a la humanidad herida, compasiva y misericordiosa con la carne mortal que necesita ser salvada.

Sólo así la Iglesia podrá parecerse a Cristo y dar testimonio de la esperanza que viene de Dios-con-nosotros y para-nosotros. La esperanza del jubileo será la que seamos capaces de desprender de la experiencia «pascual» de nuestras personas, hechas de arcilla frágil pero preñadas de la fuerza de la re-creación. Animados por esta conciencia cristiana original, podremos atravesar el desierto sabiendo que no quedaremos defraudados. Siguiendo el ejemplo de Aquel que «muriendo destruyó la muerte», como se canta en un prefacio del tiempo pascual que estamos viviendo.












El autorGiovanni Tridente

Evangelio

Las moradas de la casa del Padre. Domingo V de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del V domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Jesús parece herido por la petición aparentemente casual de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Hay varios niveles de ignorancia en lo que pide Felipe: como si pidiera algo pequeño, como si el Padre fuera algo que se pudiera simplemente mostrar, como si la sed de la divinidad se pudiera saciar tan fácilmente… Pero Jesús se centra en un aspecto de esta ignorancia, y le dice: “Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?»

E insiste, subrayando la gran realidad que Felipe, y sin duda también los demás apóstoles, no habían captado: Jesús como revelador del Padre, porque es uno con el Padre: “Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí”.

A medida que Jesús se acerca a su misterio pascual, la máxima expresión del plan salvífico de Dios para la humanidad, a través del cual seremos llevados a compartir la vida de la Trinidad, siente la necesidad de hablarnos más de esta vida, una vida que vino a la tierra para darnos el poder de compartir. Él mismo es el camino hacia esta vida, como dice a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. A través de Jesús tenemos acceso a la vida trinitaria y su mismo regreso al Padre es para preparar nuestra “habitación” en la casa del Padre: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas…. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros”. El Cielo, y la vida cristiana que es su anticipo, es estar en casa en la propia vida de Dios, en la vida familiar de la Trinidad. Jesús va al Padre para llevarnos con él.

Las otras lecturas de hoy parecen no estar relacionadas con el Evangelio, pero tienen un sutil vínculo con él. Cada una, a su manera, aborda la vida sacerdotal de la Iglesia. En la primera lectura, los Apóstoles instituyen el diaconado para el trabajo de servicio, de modo que ellos mismos puedan centrarse en las tareas más directamente sacerdotales de la oración y la predicación. El salmo nos anima a alabar a Dios con alegría y cantos. En la segunda lectura, San Pedro dice a los primeros cristianos que forman “un sacerdocio real”. Cada texto nos habla del “alma sacerdotal” que todo cristiano ha recibido en el Bautismo. Debemos vivir una existencia sacerdotal convirtiendo todo lo que hacemos en un acto de adoración y sacrificio a Dios. Pero esta existencia sacerdotal, como vemos en Jesús, se “activa” tanto más cuanto más se toma conciencia de la propia filiación divina. En cualquier relación, cuanto más se ama, más se está dispuesto a ofrecerse al otro, y no hay amor más grande que el amor paterno-filial entre Dios Padre y Jesús, su Hijo. Cuanto más amemos a Dios como Padre y anhelemos llevar a todos al cielo, más dispuestos estaremos a hacernos sacerdotes de nuestro propio sacrificio a Él.

La homilía sobre las lecturas del domingo V de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa en Hungría: construyendo puentes

El viaje apostólico del Santo Padre a Hungría se centró en temas como la paz, la reconciliación y la atención a los pobres. Sin embargo, en el país hubo también polémicas en relación a la interpretación política de su visita.

Daniela Sziklai·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En los días previos al viaje, el tema de la visita del Santo Padre a Hungría ya había desencadenado una controversia debido a las diferentes interpretaciones que habían suscitado sus declaraciones, pero esto se acentuó aún más después de su partida.

Diferentes interpretaciones

Mientras el gobierno nacionalista de derechas de Viktor Orbán se complacía en reivindicar el viaje pastoral como una confirmación del compromiso del Papa con los valores sociales tradicionales de la Unión Europea, los comentaristas críticos con el gobierno tendían a subrayar las afirmaciones del Santo Padre menos acordes con la política oficial del gobierno.

«Quieren hacer del viaje apostólico un acontecimiento político, para mostrar al Vaticano y al mundo lo cristiana que es nuestra nación. Pero mientras tanto excluyen a los demás porque ‒como sostienen‒ el Papa viene exclusivamente ‘a ellos’ y no a los demás”, se quejaba un comentarista del diario Népszava, crítico con el gobierno.

Por su parte, el periódico semioficial Magyar Nemzet, cercano al gobierno, se centró en la lucha de la “Hungría cristiana” contra el “Occidente sin fe”: “Aunque parece que nos estamos convirtiendo poco a poco en una curiosidad en Europa por nuestra fe cristiana, nos mantenemos firmes. Para nosotros, la ley fundamental parte de Dios, aunque hayamos tenido y tengamos que escuchar mucho del Occidente culto por nuestra ‘actitud reaccionaria’. (…) Los húngaros fieles cargamos con la cruz de Cristo. Lo hacemos con alegría, porque creer es actuar según nuestro corazón, permanecer fieles en los días buenos y en los malos, en la paz y en el derramamiento de sangre”.

Budapest: la ciudad de los puentes

Sin embargo, el propio Santo Padre no tomó partido por uno u otro bando, sino que subrayó de muchas maneras la importancia de “tender puentes” durante su visita.

Budapest es “la ciudad de los puentes, de los santos y de la historia”, afirmó en su primer discurso del viernes en la sede del gobierno húngaro, un antiguo monasterio carmelita. En discursos posteriores, el Papa también tendió la mano a los pobres y marginados, como el encuentro con los necesitados, los sin techo y los refugiados en la Iglesia de Santa Isabel. “Los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio”, recordó en el lugar de culto dedicado a Santa Isabel de Hungría, gran auxiliadora de los pobres.

En este contexto, los comentaristas críticos con el gobierno señalaron que Hungría sólo había relajado significativamente las normas para las instituciones sociales el año pasado, como resultado de lo cual estas instituciones tienen ahora que cumplir requisitos menos estrictos que antes para atender a los pobres y los sin techo.

El sábado por la mañana, el Santo Padre visitó una institución para ciegos y discapacitados. El hogar para ciegos Instituto Beato László Batthyány-Strattmann de Budapest fue fundado por la monja y trabajadora social Anna Fehér (1947-2021) durante la época comunista y actualmente está gestionado por la asociación Kolping. La residencia lleva el nombre del oftalmólogo y padre de familia László Batthyány-Strattmann (1870-1931), beatificado por el Papa Juan Pablo II en 2003. Este aristócrata se dedicó por completo a los pobres, fundó hospitales y atendió sacrificadamente a sus pacientes más pobres. En marzo de 2023 se ha abierto el proceso de beatificación de su esposa, Maria Theresia Coreth, que fue la más estrecha colaboradora y confidente de Batthyány-Strattmann.

Impronta personal de la visita

Durante su visita pastoral de tres días, Francisco cumplió con las citas habituales en estas ocasiones, como encuentros con representantes del Estado, de la Iglesia local y los jóvenes cristianos, pero también aportó su impronta personal.

Por ejemplo, fuera del programa oficial, recibió al obispo ortodoxo ruso en Hungría, Hilarión (Alfeyev). El Metropolita Hilarión había sido una de las figuras más influyentes del Patriarcado de Moscú como jefe de la oficina exterior desde 2009. Pero, pocos meses después del ataque de Rusia a Ucrania en 2022, fue depuesto por el Patriarca Cirilo por razones desconocidas y nombrado obispo de la minúscula comunidad ortodoxa rusa en Hungría. El Papa Francisco dijo a los periodistas en su viaje de regreso de Budapest sobre sus conversaciones con Hilarión que “no sólo habían hablado de Caperucita Roja”, sino también, por ejemplo, de la cuestión de la paz en Ucrania.

Tampoco figuraba en el programa oficial un encuentro privado del Papa con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony. Este político opuesto al gobierno ocupa el cargo desde 2019, y se queja repetidamente de la falta de apoyo financiero del gobierno a la capital.

Sin embargo, Karácsony dijo a los medios que la conversación con el Santo Padre “no trató sobre los temas de la política diaria”. Más bien, dijo, hablaron de cómo la política puede basarse no en la división, sino en la unificación de los opuestos. Karácsony regaló al Santo Padre una fotografía antigua del Puente de las Cadenas de Budapest, poniendo de nuevo en primer plano el tema de la “construcción de puentes”.

Segunda visita a Hungría

Esta ha sido la segunda visita del Papa Francisco a la capital húngara. Esto ha llevado a algunos obispos húngaros a afirmar que, exceptuando Italia, Hungría es el único país que el Santo Padre ha visitado más de una vez. En realidad, sin embargo, ya había estado en Grecia y Cuba dos veces durante su pontificado.

Mientras que en septiembre de 2021 Francisco sólo pasó unas horas en Budapest en el marco del Congreso Eucarístico Mundial y luego viajó directamente a Eslovaquia ‒hecho que algunos comentaristas interpretaron como una crítica a los dirigentes húngaros‒, ahora se ha tomado tres días para reunirse con la gente y visitar diversas instituciones.







El autorDaniela Sziklai

Vaticano

El Papa reflexiona sobre «la importancia de cuidar las raíces»

El Papa ha celebrado la audiencia de los miércoles durante la que ha hablado sobre su reciente viaje a Hungría “a través de dos imágenes: las raíces y los puentes”.

Paloma López Campos·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la audiencia general del miércoles 3 de mayo el Papa Francisco ha hablado sobre su viaje apostólico a Hungría, que finalizó el domingo pasado. Para ello, ha usado dos imágenes: las raíces y los puentes.

Francisco señaló que fue a Hungría “como peregrino a un pueblo cuya historia – como dijo san Juan Pablo II – ha estado marcada por «muchos santos y héroes, rodeados de multitudes de gente humilde y trabajadora»”.

Las raíces

Entre las raíces del pueblo húngaro, “están sobre todo los santos: santos que han dado la vida por el pueblo, santos que han testimoniado el Evangelio del amor, santos que han sido luz en los momentos de oscuridad; muchos santos del pasado que hoy exhortan a superar el riesgo del derrotismo y el miedo del mañana, recordando que Cristo es nuestro futuro”.

Los cristianos del país han sido puestos a prueba multitud de veces, “pero mientras se intentaba talar el árbol de la fe, las raíces permanecían intactas: se mantenía firme una Iglesia escondida, con mucho clero ordenado en secreto, que testimoniaba el Evangelio trabajando en las fábricas, mientras que las abuelas evangelizaban a escondidas”. A pesar de todo, afirmó el Papa, “los vínculos comunes de fe y de pueblo ayudaron al regreso de la libertad”.

La pérdida de libertad

Ahora bien, hoy la libertad está amenazada otra vez. “Sobre todo con los guantes blancos, de un consumismo que anestesia, por lo que nos conformamos con un poco de bienestar material y, olvidando el pasado, se flota en un presente hecho a escala del individuo. Pero cuando lo único que cuenta es pensar en sí y hacer lo que se quiera, las raíces se ahogan”.

Francisco señaló que este problema no se encuentra solo en Hungría, sino ”que tiene que ver con toda Europa, donde dedicarse a los otros, sentirse comunidad, la belleza de soñar juntos y crear familias numerosas está en crisis”.

Por ello, el Papa invitó en la audiencia a reflexionar “sobre la importancia de cuidar las raíces, porque sólo profundizando las ramas crecerán hacia lo alto y darán frutos. Preguntémonos: ¿Cuáles son las raíces más importantes de mi vida? ¿Las recuerdo, las cuido?”.

Los puentes

En cuanto a la segunda imagen mencionada al principio por el Santo Padre, Francisco recordó los puentes que cruzan la ciudad de Budapest. Esto llevó a indicar al Papa que Hungría es un país que “está muy comprometido en la construcción de «puentes para el mañana»: su atención por el cuidado ecológico y por el futuro sostenible es grande, y se trabaja para edificar puentes entre las generaciones, entre los ancianos y los jóvenes, desafío hoy irrenunciable para todos”.

Por su parte, la Iglesia también debe construir puentes “porque el anuncio de Cristo no puede consistir solo en la repetición del pasado», sino que siempre necesita actualizarse. Por lo tanto, “preguntémonos: yo, en mi familia, en mi parroquia, en mi comunidad, en mi país, ¿soy constructor de puentes, de armonía, de unidad?”.

El Papa y la cultura húngara

Francisco señaló que le conmovió durante su visita “la importancia de la música, que es un rasgo característico de la cultura húngara. Por todos lados había música: órgano, piano, violín, muchos instrumentos, y muchos cantos. Los jóvenes con discapacidad cantaron «¡Viva la Música!», y esto quería decir: ¡viva la armonía, viva la fraternidad, que da esperanza y alegría a la vida!”.

Por último, el Papa quiso dirigirse a la Virgen María, aludiendo además al inicio del mes de mayo: “A la Reina de Hungría encomendamos este querido país, a la Reina de la paz encomendamos la construcción de puentes en el mundo, a la Reina del cielo, que aclamamos en este tiempo pascual, encomendamos nuestros corazones para que estén arraigados en el amor de Dios”.

El Papa después de la Misa en Budapest con un famoso icono de Santa María (CNS photo/Vatican Media)

Mayo de Muerte y Resurrección

¿La cruz en mitad del tiempo pascual? ¿Tiene sentido recordar la Pasión en plena celebración de la Resurrección?

3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Cruz, Jesús llevó a cabo el mayor acto de amor realizado jamás por un ser humano y, para hablar de amor, siempre es buen momento ¿No crees? 

El mes de mayo nos ofrece diversas oportunidades de reflexionar sobre el amor tan grande que nos ha tenido Dios y que ha manifestado en la Cruz. 

La Cruz

Por un lado, las cruces de mayo, una manifestación de religiosidad popular que cuenta con honda tradición y gran auge aún tanto en España como en Hispanoamérica. Cruces decoradas con flores en cada calle o plaza ofrecen este doble aspecto de la cruz, como lugar de muerte y de vida, de dolor y de gozo, de oscuridad y de luz y color. El origen de esta fiesta hay que buscarlo en la celebración, el 3 de mayo, de la fiesta de la Invención (descubrimiento) de la Santa Cruz.

En este día, se conmemora la aparición de la verdadera cruz de Cristo, junto a otras dos, en las excavaciones que dirigió Santa Elena, madre del emperador Constantino, en Jerusalén. Una cruz que estos días ha vuelto a salir a la palestra puesto que la Santa Sede ha donado dos pequeños fragmentos de ella, como gesto ecuménico con ocasión del centenario de la Iglesia Anglicana de Gales. Estas reliquias del denominado Lignum Crucis, se incorporarán a la cruz que presidirá esta misma semana la celebración de la consagración de Carlos III como nuevo rey de Inglaterra.

Año Santo Jubilar

Asimismo, en este tiempo pascual, ha tenido lugar la apertura del Año Santo Jubilar en Liébana, cuyo monasterio de Santo Toribio ha sido lugar de peregrinación a lo largo de los siglos precisamente por custodiar, ni más ni menos que el fragmento de Lignum Crucis de mayor tamaño del mundo.

Hasta el 16 de abril de 2024, tenemos la oportunidad de unirnos a los miles de peregrinos que acudirán a ganar el jubileo en este año tan especial, venerando esta reliquia que nos habla de amar hasta dar la vida, de dar la vida amando.

The Mystery Man

Finalmente, hasta el 30 de junio, la Catedral de Guadix, en la provincia de Granada, acoge la exposición “The Mystery Man” que ofrece de nuevo una oportunidad única de reflexionar sobre esta dualidad muerte-vida a través de un acercamiento único a la figura del ajusticiado cuya imagen aparece en la Sábana Santa.

Sea o no Jesús ese “hombre misterioso” de la síndone, lo cierto es que la muestra está diseñada para acercarnos a los misterios centrales de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Tuve la ocasión de visitarla recientemente y, tras una introducción en la que se sumerge al visitante en la forma en la que Roma ajusticiaba a los condenados a la pena de cruz, pude conocer a través de detallados paneles y audioguías, la historia de la sábana santa, su influencia en la iconografía cristiana de todos los tiempos, y las grandes incógnitas de una imagen cuya formación la ciencia no ha logrado aún explicar.

El momento culminante de la visita llega cuando puedes ver de cerca una escultura hiperrealista, con pelos y señales, del hombre de la sábana santa pudiendo contemplar cada herida, cada llaga, cada mancha de sangre. Mi sensación, como espectador, fue muy distinta a la que se siente ante las múltiples y bellísimas imágenes devocionales que se veneran en nuestras iglesias y capillas con títulos como Santísimo Cristo de… o Nuestro Padre Jesús de…

Saber reconocer

El hecho de no poner nombre a este hombre misterioso, cuyos signos de martirio coinciden plenamente con los que nos relatan los evangelios, me hicieron acercarme mucho mejor a la humanidad de Jesús y preguntarme: ¿Habría reconocido yo a Dios en Jesús si me lo hubiera encontrado en vida cara a cara o me habría parecido “uno de tantos”, como dice San Pablo en su famoso himno de la Carta a los Filipenses? Y con la pregunta, una denuncia: ¿por qué no soy capaz de ver a Dios y de sentir la devoción que merecen los cristos de carne y hueso en los que Él aseguró que se encarnaría cuando dijo aquello de “tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…”? 

En un mensaje con motivo de la ostensión de la Sábana Santa en 2013, el papa Francisco incidió en esta idea afirmando que «este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables… Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence».

Es con esta esperanza con la que me quiero quedar en este mes de mayo de Muerte y Resurrección. Porque la Cruz valió la pena.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Vaticano

Dario Vitali: «Desde la experiencia sinodal del compartir se entiende la propia sinodalidad»

Dario Vitali, miembro de la Comisión Preparatoria de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos destaca en esta entrevista la unidad mostrada por las Asambleas continentales del sínodo.

Federico Piana·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

«La redacción del Instrumentum laboris pasa por toda la primera fase de escucha en las Iglesias particulares y el posterior discernimiento en las Conferencias Episcopales nacionales y en las siete asambleas continentales». Así lo afirma Dario Vitali, miembro de la Comisión Preparatoria de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

En esta entrevista a Omnes, Vitali explica que el documento de trabajo para la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a la sinodalidad, que se celebrará del 4 al 29 de octubre, será en esencia el resultado de la consulta a todo el Pueblo de Dios que tuvo lugar en la primera fase.

El sacerdote, profesor de teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana y consultor del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y del Dicasterio para el Clero, subraya que no se ha tratado de una escucha cualquiera, sino de «una escucha capilar, que no ha excluido a nadie».

¿Qué ha surgido de esta escucha?

-Hay una unidad en el proceso sinodal que permite mostrar cómo todas las intervenciones, todas las aportaciones de las Iglesias particulares, todas las síntesis de las Conferencias Episcopales y todos los siete documentos de las Asambleas continentales son fruto de una misma manera de trabajar.

Una escucha que partió del Pueblo de Dios y se desarrolló después a través de lo que se ha definido como la conversación en el Espíritu Santo. ¿Qué produce todo esto? Produce un proceso de crecimiento en el consenso que parte de la escucha de todos.

¿Y qué muestran los siete documentos de las Asambleas continentales?

-En primer lugar, destacan la belleza de esta experiencia. Los que han participado afirman que se trata de una experiencia eclesial que merece la pena vivir y también repetir porque permite la participación y construye misión y comunidades.

Todas las síntesis de las Asambleas Continentales hacen hincapié en la Iglesia sinodal y en lo que puede cambiar en ella, tanto en mentalidad como en estructuras.

Otro aspecto que se desprende de las síntesis de las Asambleas continentales es el hecho de que la sinodalidad no es sólo un aspecto teórico…..

-A menudo hemos oído hablar de la sinodalidad en términos teóricos que luego se intentan convertir en praxis. En realidad, se trata de invertir el planteamiento para mostrar cómo es precisamente desde la experiencia verdaderamente sinodal del compartir como se puede comprender en profundidad la sinodalidad.

¿Cuál es el espíritu con el que se redactará el Instrumentum laboris?

-Evidentemente, el espíritu será respetuosamente sinodal.

El reconocimiento de los elementos que más crean consenso se convertirá en el punto central del Instrumentum laboris, porque el propio método sinodal prevé la confrontación a la luz del Espíritu Santo, que es Espíritu de paz, de orden y no de desorden.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Cultura

El Nuncio Apostólico, una figura clave en la diplomacia vaticana

En esta entrevista, Mirosław Stanisław Wachowski, Subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados y experto en diplomacia vaticana, explica la figura de los Nuncios Apostólicos.

Antonino Piccione·2 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Mirosław Stanisław Wachowski nació en Pisz (Polonia), el 8 de mayo de 1970. Ordenado sacerdote para la diócesis de Ełk el 15 de junio de 1996, se licenció en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense.

Ingresó en el Servicio Diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 2004, y ha trabajado en las Representaciones Pontificias en Senegal, en las Organizaciones Internacionales en Viena, en Polonia y en la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado.

esboza la contribución de la acción diplomática de la Santa Sede respecto a las cuestiones contemporáneas y su capacidad de incidir en problemas concretos.

¿Cómo nacen los Legados Pontificios y en qué medida sus rasgos perfilan la acción y la función de los Nuncios Apostólicos en la actualidad?

– El envío de los primeros representantes de la Santa Sede, llamados Apocrisari (en latín Responsales), estaba ligado al hecho de que debían interceder en favor de los intereses de la Sede Apostólica y expresar su solicitud a la corte imperial.

Su establecimiento permanente no se produjo hasta el siglo VI, con el papado de Agapito I, aunque entonces no tenían derecho de jurisdicción. El último apocrisario actuó en 743 en la corte del emperador Constantino V, donde lo encontramos con la tarea de informar de las instrucciones del papa Zacarías durante la primera fase del conflicto de las imágenes, en confrontación con los iconoclastas.

La historiografía nos enseña que la herejía era vista como un factor de desorden, como algo que había que frenar para mantener y preservar una convivencia equilibrada, por lo que la presencia del Apocrysiar era un motivo más para mantener un desarrollo equilibrado de la sociedad y evitar conflictos.

La costumbre de la representación por parte del Obispo de Roma, sin embargo, se originó con anterioridad a la figura del Apocrisario, con el envío de Legados a Concilios y Sínodos.

El primer testimonio cierto de esta representación se encuentra en el Concilio de Arlés del año 314, donde el Obispo de Roma, Silvestre, envió a los presbíteros Clodio y Vito y a los diáconos Eugenio y Ciríaco para «ocupar» su lugar.

La transición entre la Antigüedad y la Edad Media vio surgir una figura más en representación de la Santa Sede, el llamado Vicario Apostólico, encargado principalmente de regular las relaciones eclesiásticas en las distintas partes de Europa y de confirmar la primacía de Roma en las diversas Iglesias.

A partir de la segunda mitad del siglo IX, especialmente con el Papa Nicolás I, se generalizó la costumbre de enviar legados de Roma para resolver las cuestiones más difíciles en las que los litigantes apelaban a Roma.

La aparición en el siglo XV de los grandes Estados nacionales está en el origen de un cambio de ritmo en el frente de la diplomacia pontificia. ¿Es así?

– La Santa Sede envió a Venecia al obispo Angelo Leonini como nuncio apostólico el 30 de abril de 1500, iniciando así una representación estable ante los Estados.

La actividad de los representantes pontificios alcanzó su punto álgido en el periodo de la Paz de Westfalia, en 1648, donde se decidió un nuevo arreglo de Europa y una nueva forma de concebir las relaciones y el poder entre los Estados.

El Congreso de Viena confirmó entonces la costumbre anterior de conceder precedencia a los Nuncios y Representantes del Papa.

Un nuevo impulso a la labor misionera de la Iglesia fue dado por Gregorio XVI, con especial atención al Próximo Oriente.

La primera Delegación Apostólica fue creada en 1827 con el nombramiento de Mons. Losana como Delegado Apostólico del Monte Líbano. Sería el Pontificado de León XIII el que dio mayor vigor e importancia a los Nuncios y Legados ante los pueblos católicos.

El mismo León XIII lo afirmó el 20 de agosto de 1880 en un discurso a los Cardenales: es derecho del Romano Pontífice tener en determinados lugares a alguien que represente su persona y ejerza permanentemente su jurisdicción y autoridad.

Desde un punto de vista normativo, ¿cuáles son las referencias precisas del derecho de legación? ¿Y cómo deben interpretarse en relación con la naturaleza especial de la Santa Sede?

– En 1917 se promulgó el Código de Derecho Canónico, donde el canon 265 establece el fundamento de las legaciones del Romano Pontífice, afirmando su derecho a enviar a sus legados donde quiera.

El fundamento de este derecho está estrechamente relacionado con su misión para con todas las Iglesias esparcidas por el mundo, con las que debe comunicarse y a través de las cuales debe evangelizar a los que aún no creen. Libre e independiente de cualquier poder civil, también porque se refiere a la relación entre el Romano Pontífice y los Obispos.

Para comprender mejor la función de los Representantes Pontificios, la Santa Sede tiene dos significados: en sentido amplio es el Romano Pontífice con la Curia Romana; en sentido estricto la Santa Sede es el Romano Pontífice como autoridad suprema.

Para el Derecho internacional, sólo y exclusivamente es relevante la figura del Romano Pontífice, es decir, la Santa Sede en sentido estricto. En el CIC de 1983, la función de los Nuncios Apostólicos se especifica en el Canon 362: «El Romano Pontífice tiene el derecho originario e independiente de nombrar y enviar a sus Legados tanto a las Iglesias particulares de las diversas naciones o regiones como a los Estados y Autoridades Públicas, así como de trasladarlos y destituirlos, respetando, sin embargo, las normas de derecho internacional relativas al envío y destitución de los Legados acreditados ante los Gobiernos».

El derecho del Romano Pontífice a enviar sus propios Legados se define, por tanto, con dos términos precisos: nativo e independiente. ¿Puede precisar su contenido y alcance?

– Por derecho originario se entiende un derecho originario que pertenece al Pontífice como cabeza de la Iglesia universal y depositario de la responsabilidad primaria de proveer a sus necesidades.

La expresión derecho independiente, en cambio, significa que la Santa Sede no depende de ningún otro poder y, por tanto, no se le imponen límites, ni siquiera cuando desarrolla su actividad internacional.

La mejor explicación del derecho afirmado en el canon 362 se encuentra en el preámbulo del Motu proprio Sollicitudo Omnium Ecclesiarum, en el que se exponen con eficacia y claridad las razones teológicas y pastorales de las funciones de los Representantes Pontificios: «La solicitud de todas las Iglesias, a la que hemos sido llamados por la arcana voluntad de Dios y de la que un día tendremos que dar cuenta, exige que, enviados como representantes de Cristo a todos los pueblos, nos hagamos presente adecuadamente en todas las regiones de la tierra y nos procuremos un conocimiento exacto y completo de las condiciones de cada una de las Iglesias».

El Obispo de Roma, en efecto, en virtud de su oficio, tiene un poder pleno, supremo y universal sobre toda la Iglesia, que puede ejercer siempre libremente […] A través de Nuestros Representantes, que residen en las diversas naciones, nos hacemos partícipes de la vida misma de Nuestros hijos y, como insertándonos en ella, llegamos a conocer, de un modo más rápido y seguro, sus necesidades y aspiraciones al mismo tiempo».

El impulso diplomático de la Santa Sede ha sido relevante en la construcción de una comunidad internacional armoniosa y pacífica, gracias a acciones que en ocasiones han contribuido a la resolución de crisis difíciles o han llevado cuestiones internacionales a la atención de la gobernanza mundial. ¿Cómo conciliar la función primordial del Nuncio con el anhelo de protección de toda persona humana?  

– Los Legados de la Santa Sede están al servicio de la Iglesia católica y no de un Estado, cuyos miembros no habitan en un territorio concreto, sino que están dispersos por todo el mundo. Por consiguiente, los objetivos que guían la actividad diplomática no se limitan a los fieles de la Iglesia católica, sino que la actividad de los Nuncios es a menudo una oportunidad para llamar la atención de la comunidad internacional sobre las diversas cuestiones que afectan a la libertad religiosa de todo creyente.

De este modo, la Santa Sede realiza concretamente el objetivo de realzar y proteger la dignidad de toda persona humana. Hay también un aspecto «visual» de la acción de los Nuncios, que deriva de la naturaleza eclesial específica de la diplomacia de la Santa Sede, y es el carácter sacerdotal o episcopal de los representantes pontificios.

El Papa Juan XXIII estableció en 1962 que los Nuncios Apostólicos, hasta desde el inicio de su misión -y no sólo algunos años más tarde, como bajo el pontificado de Pío XII- se les confirió la dignidad episcopal, no por una cuestión de honor, sino para subrayar mejor la función de enlace entre el Sumo Pontífice y los obispos de las Iglesias locales.

La naturaleza eclesiástica de la diplomacia pontificia lleva en sí misma una atención natural a todas las dimensiones de la vida humana, y por esta misma razón no debe olvidarse que toda una serie de cuestiones que, en cambio, son de interés primordial para la diplomacia de los Estados, quedan fuera del ámbito de la diplomacia de la Santa Sede: por ejemplo, las alianzas políticas, las estructuras militares, las relaciones comerciales y financieras, la promoción del turismo, etc.: todos ámbitos de acción que no interesan a la diplomacia de la Santa Sede, salvo, ocasionalmente, por posibles implicaciones morales.

Pablo VI se planteó algunas preguntas que todavía resurgen de vez en cuando: ¿tiene la Santa Sede motivos para utilizar esta forma de actividad llamada diplomacia? ¿No es totalmente ajena a la naturaleza y a la finalidad de la Iglesia? ¿No corre el riesgo de asimilar la Iglesia a instituciones y organismos del orden temporal, con los que no puede ni debe confundirse?

– El mismo Pontífice subrayó que la actividad diplomática de la Santa Sede responde de modo muy adecuado a la evolución actual de la vida internacional y a las necesidades actuales de la misión que la Iglesia debe cumplir en el mundo contemporáneo, aquella misión de la que habló el Concilio Vaticano II, afirmando solemnemente que la Iglesia está llamada a prestar una ayuda decisiva a la sociedad, reforzando y completando la unión de la familia humana. Y es precisamente esta acción la que la Santa Sede se propone llevar a cabo a través de sus representantes pontificios: contribuir a estrechar los lazos entre las naciones, en una leal reciprocidad, atenta al reconocimiento de los derechos y deberes de cada una. La responsabilidad de proteger los derechos humanos fundamentales es, por tanto, connatural a la naturaleza misma de la Iglesia.

Baste recordar que el anuncio del Evangelio nunca ha estado divorciado de la caridad y de la preocupación por los más necesitados. Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, hablando en la Asamblea General de las Naciones Unidas, declararon conscientemente que el papel de la Iglesia en el panorama internacional es el de «experta en humanidad».

El Papa Francisco reiteró esta idea fundacional durante su encuentro con los miembros de la Asamblea General de la ONU: «El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden imponerse. Deben ser construidos y realizados por cada individuo, por cada familia, en comunión con otros seres humanos y en justa relación con todos los entornos en los que se desarrolla la sociabilidad humana.

Sin el reconocimiento de ciertos límites éticos naturales infranqueables y sin la aplicación inmediata de esos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de «preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra» (Carta de las Naciones Unidas, Preámbulo) y de «promover el progreso social y un nivel de vida más elevado dentro de un concepto más amplio de la libertad» corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover la colonización ideológica mediante la imposición de modelos anómalos y estilos de vida ajenos a la identidad de los pueblos y, en definitiva, irresponsables».

¿Podemos dibujar un identikit del Nuncio Apostólico a la luz del Magisterio del Papa Francisco?

– Con ocasión del Jubileo de la Misericordia, el 17 de septiembre de 2016, el Papa Francisco recordó cómo el Nuncio Apostólico debe «auscultar» el corazón del Papa y dejar que su «aliento» llegue a las Iglesias del mundo implicándose, viajando, encontrándose y dialogando con todos. Debe apoyar y no sólo corregir, debe alejarse de chismosos y arribistas, no debe promover «amigos de amigos» ni abrazar líneas políticas o batallas ideológicas, debe evitar visiones personalistas, superar la lógica burocrática y proponer nombres de candidatos al Episcopado que sean verdaderos testigos del Resucitado y no «portadores de currículum».

El Papa invitó a sus representantes a estar allí donde estén en el mundo «de todo corazón, con mente y corazones indivisos». Además de observar, analizar e informar, es necesario que el Nuncio Apostólico se encuentre, escuche, dialogue, comparta, proponga y trabaje en conjunto, para que brille el amor sincero, la simpatía, la empatía con la gente y la Iglesia local; por eso, la mirada del Representante Pontificio debe ser amplia y profunda.

También en esa ocasión, el Papa Francisco pidió que en el desempeño de su función y en la ingente tarea de garantizar la libertad de la Iglesia frente a cualquier forma de poder que quiera silenciar la verdad, no se limite a entendimientos, acuerdos o negociaciones diplomáticas, sino que trabaje para que la Iglesia pueda ser libre para anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demora, sin repulsa y sin miedo. En este sentido, el Representante Pontificio no abrazará líneas políticas ni batallas ideológicas, porque la permanencia de la Iglesia descansa en la fidelidad a su Señor.

Una parte importante del trabajo del Nuncio es ser un «hombre de reconciliación» y de mediación, imparcial y objetivo en sus encuentros con cada persona, favoreciendo la comunión en cada ocasión. Por último, el Nuncio es también un hombre esforzado y caritativo, que trabaja por la paz y se prodiga en obras de caridad, especialmente hacia los pobres y marginados, cumpliendo así su misión y su ser padre y pastor.

El autorAntonino Piccione

Cultura

La Virgen de las Mercedes, patrona de la República Dominicana

Historia de la advocación de la Virgen de las Mercedes desde sus orígenes hasta su llegada a Santo Domingo.

César Arturo Abréu Fernández·2 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nuestra Señora de las Mercedes es una de las advocaciones más queridas de la República Dominicana. La devoción nació en el siglo XIII, cuando la Virgen se apareció a dos santos y al rey de Aragón para pedir la fundación de una orden religiosa dedicada al rescate de los cristianos cautivos por los sarracenos.

En 1494 unos mercedarios que viajaban con Colón llevaron a América un cuadro de la Virgen de la Merced, iniciando así su devoción en el Nuevo Mundo.

La historia de la advocación

La particular advocación de la Virgen de Las Mercedes tiene su origen cuando el 1 de agosto del 1218 la Madre de Dios se les apareció por separado a tres ilustres barceloneses en su advocación de Virgen de la Merced: a san Pedro Nolasco, que sería el fundador de la Orden de la Merced, al rey Jaime I de Aragón y a san Raimundo de Peñafort, fraile dominico. Días después, los tres se reunieron en la catedral de Barcelona y compartieron haber tenido la misma aparición de la Virgen. Ella les pedía la fundación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Nueve días más tarde, la orden fue fundada por san Pedro Nolasco.

Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos de los musulmanes y los piratas sarracenos. Muchos de sus miembros, conocidos como mercedarios, canjearon sus vidas por la de presos y esclavos, calculándose en 300.000 el número de ellos.

La Virgen viaja a América

El 25 de septiembre de 1493, una numerosa flota al mando de Colón, compuesta de 14 carabelas y 3 galeones, salió de España. A bordo iban 1500 hombres, entre los cuales había trece misioneros encabezados por el padre Boíl, entre ellos dos mercedarios: Juan Infante y Juan de Solórzano. Antes de partir, la reina de España les había entregado a los dos un cuadro de la Virgen de Las Mercedes que los acompañaría en su viaje a América. Es la primera advocación de la Madre de Dios que viajó al Nuevo Mundo.

Desembarcaron el 2 de enero del 1494 en un lugar elegido por Colón para establecer la primera fundación hispánica en América, y el 6 de enero, día de la Epifanía o manifestación de Dios a los hombres, se celebró la primera Eucaristía en el Nuevo Mundo, en la que participaron los 13 misioneros. Trece para que, como en la última cena, uno representase místicamente a Cristo y los restantes a los doce apóstoles, celebración que de seguro contó con la presencia del cuadro de la Virgen de Las Mercedes.

El Santo Cerro

Juan Infante, uno de los dos mercedarios, era el confesor de Colón, y en tal virtud siempre le acompañaba. Conforme a la leyenda, también iba con él cuando Colón, a principios de marzo del 1495, merodeando en las proximidades del fuerte de La Concepción de la Vega, desde lo alto de un cerro, contempló extasiado la belleza del valle que él había nombrado de la Vega Real.

Sobrecogido por lo exuberante del paisaje, pensó honrar a Dios colocando en la cúspide de la montaña ‒por primera vez en América‒ una gigantesca cruz, símbolo de la fe cristiana. Posteriormente, Juan Infante hizo construir a su lado una rústica capilla donde venerar a la Virgen de Las Mercedes. Desde entonces, ambas devociones ‒la de la Santa Cruz y la de la Virgen de Las Mercedes‒ han estado juntas en lo que hoy se llama Santo Cerro.

Colón y la Virgen de las Mercedes

La devoción fue extendiéndose por toda la isla, convirtiéndose el cerro en un lugar de peregrinaje, reflexión y marcada devoción. El propio Colón, en su codicilo de agosto del 1505, meses antes de su muerte, le recomendaba a su hijo Diego sostener una capilla donde se orase por su ánima, como si con su índice ya vacilante señalase el Santo Cerro: “e si esto puede ser en la Isla Española, que Dios me dio milagrosamente, holgaría que fuese allí donde la invoqué, que es en La Vega que se dice de la Concepción».

Con la llegada en el 1527 de fray Francisco de Bobadilla, Vicario General de los Mercedarios, y otros doce sacerdotes, los mercedarios se extendieron por el Santo Cerro, Santiago y Azua, construyendo en esos lugares monasterios, lo que contribuyó grandemente al afianzamiento de la devoción a la Virgen de Las Mercedes en toda la isla de La Española.

El terremoto de 1641

Durante los meses de agosto y septiembre de 1641, un fuerte terremoto estremeció la ciudad de Santo Domingo. Algunas crónicas señalan que fuertes réplicas se prolongaron por más de cuarenta días, con un saldo de 24 muertos. Asustados, los habitantes de la ciudad acudieron a la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes que está en el Convento de esta Orden, y, en la víspera de su fiesta de la Natividad (el 7 de septiembre), experimentaron el divino favor y sucedieron algunas maravillas. Por ello al año siguiente, 1615, la Curia y la Real Audiencia declararon a Nuestra Señora de las Mercedes patrona de la ciudad y de la isla, celebrando su fiesta el 8 de septiembre de cada año. En el 1710, por Real Cédula, su festividad es movida al 24 de septiembre.

La batalla de la Limonade

El 21 de enero de 1691, el ejército español de Santo Domingo, al mando del maestre de campo don Francisco de Segura y Sandoval, se enfrentó al francés en la Sabana Real de la Limonade, confrontación en la que los criollos salieron victoriosos. El combate había sido reñido, e invocaron a Nuestra Señora de Las Mercedes. En el cuerpo de la batalla había un lienzo con su imagen, mientras que los soldados de la parte oriental de la isla invocaron a la Virgen de la Altagracia, cuya acción fue determinante en el triunfo de las armas criollas.

De ahí salió fortalecida la fe en Nuestra Señora de las Mercedes y comenzó en toda la isla el culto a la Virgen de la Altagracia. La batalla tuvo lugar el 21 de enero, fecha en la cual se celebra el día de la Altagracia.

La Virgen y Toussaint

En 1801, Toussaint Louverture invadió Santo Domingo en nombre de Francia. Al día siguiente de su llegada asistió a la catedral, donde había muchos fieles orando, y requirió del párroco colocar la Hostia en el viril, arrodillándose con las manos cruzadas en el pecho. Sus ayudantes le informaron que, mientras él hacía esto, algunas de las damiselas asistentes se sonreían sarcásticamente y, lo que era peor, le informaron que tres soldados criollos le habían dado la espalda para no saludarle.

Montando en cólera, Toussaint ordenó que al día siguiente todo el mundo se congregara en la plaza de armas con la intención de cometer un degüello general.

Llegado el siguiente día y congregados todos los habitantes, separados los hombres, las mujeres y los niños, rodeados por la caballería con sus sables desenfundados, listos para el degüello, Toussaint se acerca a las damas y con su bastón de mando las toca, preguntándoles: “¿Francesa o española?”. Cuando toca a Dominga Núñez, esta le reprocha: “¡Atrevido, aprenda modales!”. 

Iracundo, sube a la tarima para ordenar la matanza. El cielo, claro hasta ese momento, oscureció repentinamente. Truenos hicieron temblar la tierra y, de pronto, se abrió un espacio en el cielo, apareciendo un haz de luz blanco. Toussaint, asustado, miró la luz y ordenó que todo el mundo se retirara. Preguntado por sus ayudantes el porqué de su actitud, respondió: “¡Era ella, Nuestra Señora! ¡Yo la vi! ¡Yo la vi!”. La Virgen de Las Mercedes había intercedido una vez más a favor de los criollos.

La Virgen de las Mercedes ©Dustin Muñoz

Patrona de la República Dominicana

Al proclamarse la República Dominicana el 27 de febrero del 1844, luego de que los trinitarios lanzaran al aire el grito de “Dios, Patria y Libertad”, tres exclamaciones salieron de los presentes en ese momento histórico: “¡Viva la República Dominicana! ¡Viva la Virgen! ¡Viva Duarte!”.  Desde ese momento, la Virgen de Las Mercedes quedó instituida como Patrona de la República Dominicana.

El autorCésar Arturo Abréu Fernández

Compilador

España

Desempleo y siniestralidad laboral, preocupaciones de la Iglesia

Obispos y entidades de Iglesia piden los poderes públicos un esfuerzo por acabar con la lacra del paro y "que el trabajo sea un lugar de encuentro y no de conflicto".

Maria José Atienza·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La celebración del primero de mayo, día del Trabajador, pone de relieve la necesidad de seguir trabajando por la universalización de un trabajo digno que respete los derechos de todas las personas. Con este motivo, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (Cáritas, CONFER, HOAC,Justicia y Paz,JEC y JOC) y numerosos obispos han dedicado sus cartas semanales a reflexionar sobre el trabajo y sus principales carencias.

Siniestralidad laboral

«Al llegar esta fiesta del trabajo, la Iglesia quiere que tomemos conciencia de nuestras responsabilidades en el mundo laboral», estas palabras, de la carta semanal del obispo de Córdoba, mons. Demetrio Fernández, ponen de manifiesto la preocupación de la Iglesia ante la precariedad laboral que sufren miles de personas en nuestro país.

No en vano, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han recordado, con ocasión del Primero de Mayo «en el año 2022 se produjeron en España un total de 1.196.425 accidentes laborales, de los cuales 826 resultaron mortales». Un dato «preocupante», como destaca el obispo de Córdoba.

En este sentido, las entidades que conforman la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han puesto de manifiesto su apoyo a la creación de «movimientos de solidaridad que defiendan la salud y la seguridad en el trabajo junto a otras personas y colectivos; a potenciar el asociacionismo para reforzar la interlocución con las Administraciones; y a apoyar la labor que realizan los sindicatos para extremar la prevención y exigir el cumplimiento de la normativa laboral».

La persona en el centro

La nota emitida por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente señala que “el trabajo es para la vida” y denuncian que la “lógica economicista de este sistema separa el trabajo de la persona, la despoja de su esencia y capacidad creadora y de su propio ser; construye precariedad, inseguridad y somete al trabajador y la trabajadora a largas jornadas laborales, a altos ritmos de producción y le priva del merecido descanso”.  «Cuando se disloca la persona del centro, aparecen los egoísmos en todas las direcciones. Explotación de la persona, abuso en los horarios y en la producción, precariedad en las condiciones de trabajo. Y en sentido del trabajador, absentismo, falta de interés, falta de responsabilidad» apunta mons. Demetrio Fernández en relación a esa falta de humanidad en las relaciones laborales.

El drama del paro

Por su parte, el arzobispo de Toledo ha fijado su mirada en el drama del paro, que afecta a unos 3 millones de personas en España. Para mons. Cerro Chaves «cuando no hay trabajo el panorama del presente y del futuro se oscurece. Sin trabajo, cuando se instala el paro en la sociedad, en las familias, en los jóvenes, afecta a la salud física, sicológica y espiritual. Sin trabajo, es fácil que la persona lleve a enfermar y a muchos les cueste encontrar el sentido de la vida».

El trabajo, medio de santidad

Tanto el arzobispo de Toledo como el de Córdoba resaltan en sus cartas cómo el trabajo es un medio de santidad para los cristianos corrientes.

«Con el trabajo apropiado la persona puede atender sus propias necesidades y las de su familia, puede proyectar su vida y atender sus necesidades vitales, puede hacer un mundo mejor» señala mons. Fernández que anima a seguir el ejemplo de «Jesús obrero con su padre José obrero, [para que] aportemos cada uno lo mejor de sí mismo para construir un mundo nuevo, también un mundo nuevo en las relaciones laborales».

Así, Cerro Chaves concluye su carta recordando Laborem Exercens de san Juan Pablo II y subrayando su oración para que «se cumpla la misión de que a través del trabajo se dignifica la propia dignidad, pasar haciendo el bien y sabiendo como cristianos que el trabajo es también un medio de santidad.

Cultura

Nuestra Señora de Altötting

El santuario de Altötting en Baviera es uno de los más antiguos de Alemania y el que más visitas recibe a lo largo del año. Forma parte de los "Shrines of Europe", los siete santuarios marianos más destacados de Europa, y ha recibido las visitas papales de Pío VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

José M. García Pelegrín·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La advocación mariana que probablemente goce de mayor devoción en Alemania –al menos es el santuario mariano que más visitas recibe– es la Virgen Morena (“Schwarze Muttergottes”) de Altötting, una localidad bávara situada a unos 90 kilómetros al este de Múnich. En su página web recogen el testimonio de Benedicto XVI, que calificó a Altötting como “el corazón de Baviera y uno de los corazones de Europa”. Continúa: “Es desde hace más de 1250 años el centro espiritual de Baviera y, desde hace más de 500 años, el santuario mariano más importante de Alemania”.

Además, junto a Częstochowa (Polonia), Einsiedeln (Suiza), Lourdes (Francia), Loreto (Italia), Fátima (Portugal) y Mariazell (Austria), forma parte de los denominados “Shrines of Europe” (“Santuarios de Europa”), los siete santuarios marianos más destacados de Europa.

El santuario

Si bien la primera capilla se construyó en los siglos VIII a X, la forma actual se debe a las ampliaciones en estilo gótico del siglo XV, que coinciden con una tradición que la dio a conocer en toda Alemania e incluso más allá, y que marca el comienzo de la historia del santuario: se cuenta que, en 1489, un niño de tres años cayó en un río y se ahogó. Tras rescatar al niño sin vida, la desesperada madre lo llevó a la capilla dedicada a Nuestra Señora y lo colocó sobre el altar. Allí comenzó a rezar con otras personas por la salvación de su hijo y, al cabo de poco tiempo, la vida volvió al cuerpo del niño aparentemente muerto.

La imagen actual, de 64 centímetros de altura, probablemente se talló en madera de tilo en Borgoña o en la región del Alto Rin y llegó a Altötting en el siglo XIV. Sus manos negras y el rostro ennegrecido remiten a un tipo de esculturas de madera muy extendidas en la Alta Edad Media: en Europa hay 272 “vírgenes negras”. Entre las más famosas se encuentran las de Einsiedeln, Loreto, Częstochowa y Montserrat. Además de presentar incrustaciones de plata, la imagen está revestida desde 1518, inicialmente con telas procedentes de los vestidos de novia de princesas bávaras. El príncipe elector Maximiliano I (1573-1651) de Baviera donó el cetro y la corona.

Tanto los muros interiores como los exteriores de la santa capilla se encuentran cubiertos por más de 2000 imágenes votivas, donadas en agradecimiento por los milagros obrados por la intercesión de Nuestra Señora de Altötting. Parte de los peregrinos rodean la capilla, algunos de rodillas y portando cruces de madera, para encomendar a la Virgen sus intenciones. Además, en la capilla están enterrados los corazones de destacadas personalidades bávaras, entre las que se encuentran el emperador Carlos VII (1697-1745), seis reyes –entre ellos, el famoso Luis II (1845-1886)–, tres príncipes electores, doce destacadas nobles y cinco obispos.

Visitas papales

El santuario de Altötting ha sido visitado por tres papas. La primera visita papal documentada data de 1782, cuando Pío VI –que había sido fríamente recibido por el emperador José II en Viena– fue calurosamente acogido en Baviera. Regresó a Roma pasando por el santuario mariano a invitación del príncipe elector bávaro Karl Theodor. Pío VI celebró la Misa en la santa capilla y dio su bendición a una muchedumbre allí congregada.

El 19 de noviembre de 1980 estuvo en Altötting san Juan Pablo II. La visita al santuario mariano fue uno de los momentos más destacados de su primer viaje como Papa a Alemania. La Misa con el Papa congregó a más de 60.000 fieles –entre ellos, también el autor de estas líneas– en la explanada de la capilla. Acompañaba al Papa, como anfitrión, el arzobispo de Múnich, el cardenal Joseph Ratzinger. Con ocasión de su viaje, Juan Pablo II plantó un tilo. El “tilo papal” y una estatua en bronce, de tamaño superior al natural, recuerdan hoy esa visita.

La relación de Benedicto XVI con Altötting fue muy estrecha durante toda su vida. Nació el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, a unos 15 kilómetros del santuario mariano. En el prefacio a la guía de la ciudad, escribe: “Tuve la fortuna de nacer muy cerca de Altötting. Por ello, las peregrinaciones al santuario con mis padres y hermanos se cuentan entre mis más tempranos y hermosos recuerdos”.

Después de acompañar a Juan Pablo II en 1980, y siendo ya Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger acudió en varias ocasiones. Fueron visitas tanto oficiales –en 1989 para celebrar los 500 años del santuario o en 1999 con ocasión del cuarto centenario de la congregación mariana– como privadas, por ejemplo, con ocasión de su 75.º cumpleaños. En 2006 acudió, ya como Papa, a Altötting en el marco de su visita a Baviera. Allí fue nombrado ciudadano honorario de la ciudad.

En mayo de 2021, el Papa Francisco eligió Altötting como uno de los lugares para el “maratón de oración” para pedir por el fin de la pandemia causada por el COVID-19.

Vaticano

El Papa se despide de Hungría clamando a la esperanza

El domingo 30 de abril fue el último día del viaje apostólico a Hungría del Papa Francisco. Durante la jornada, el Santo Padre celebró la Santa Misa y tuvo un encuentro con representantes culturales y del ámbito académico.

Paloma López Campos·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

A las 18 de la tarde un avión despegaba desde Hungría para llevar al Papa Francisco de vuelta a Roma. Tras unos días completos en la nación húngara, el Santo Padre se despidió en una ceremonia sin discurso en el aeropuerto internacional de Budapest.

Tan solo unas horas antes, Francisco celebraba la Santa Misa en la plaza Kossuth Lajos, donde se encuentra el parlamento de Hungría. Durante la homilía, el Papa invitó a todos los participantes a contemplar la figura del Buen Pastor, Jesucristo, tomando las lecturas de hoy. Por ello, se fijó en dos acciones de Jesús que, como narra el Evangelio, “Él realiza por sus ovejas: primero las llama, después las hace salir”.

La llamada de Dios

Esa inicial llamada del Señor es el origen de la vida nueva. “Al comienzo de nuestra historia de salvación no estamos nosotros con nuestros méritos, nuestras capacidades, nuestras estructuras; en el origen está la llamada de Dios, su deseo de alcanzarnos, su preocupación por cada uno de nosotros, la abundancia de su misericordia que quiere salvarnos del pecado y de la muerte, para darnos la vida en abundancia y la alegría sin fin”.

El Papa recalcó que Cristo, mucho antes de que ninguno de nosotros pudiéramos responder “soportó nuestras iniquidades y cargó con nuestras culpas, conduciéndonos nuevamente al corazón del Padre”. Y no solo eso, sino que “aún hoy, en cada situación de la vida, en aquello que llevamos en el corazón, en nuestros extravíos, en nuestros miedos, en el sentido de derrota que a veces nos asalta, en la prisión de la tristeza que amenaza con encerrarnos, Él nos llama”.

De la llamada universal de Dios nace una de las características esenciales de la Iglesia: la catolicidad. Así lo explicó Francisco en su homilía, “esto es catolicidad: todos nosotros cristianos, llamados por nuestro nombre por el buen Pastor, estamos invitados a acoger y difundir su amor, a hacer que su redil sea inclusivo y nunca excluyente. Y, por eso, todos estamos llamados a cultivar relaciones de fraternidad y colaboración, sin dividirnos entre nosotros, sin considerar nuestra comunidad como un ambiente reservado, sin dejarnos arrastrar por la preocupación de defender cada uno el propio espacio, sino abriéndonos al amor mutuo”.

Una Iglesia en salida

A continuación, el Papa explicó la segunda acción de Cristo que narra el Evangelio. “Primero somos reunidos en la familia de Dios para ser constituidos su pueblo, pero después somos enviados al mundo para que, con valentía y sin miedo, seamos anunciadores de la Buena Noticia, testigos del amor que nos ha regenerado”.

Es el mismo Señor quien “nos impulsa a ir al encuentro de los hermanos. Y recordémoslo bien: todos, sin excepción, estamos llamados a esto, a salir de nuestras comodidades y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

El Papa saluda a la gente tras la Santa Misa (CNS photo/Vatican Media)

Pero, ¿qué significa realmente ser una Iglesia en salida? El Santo Padre lo resumió en una sola frase durante la predicación: “estar en salida”significa para cada uno de nosotros convertirse, como Jesús, en una puerta abierta”.

Francisco insistió en esta idea realizando una petición dirigida a todos. “Por favor, ¡abramos las puertas! También nosotros intentemos —con las palabras, los gestos, las actividades cotidianas— ser como Jesús, una puerta abierta, una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie, una puerta que permite entrar a experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor”.

Por último, el Papa quiso mandar a todos los cristianos, y en especial a los húngaros, unas palabras de ánimo. Pidió que “no nos desanimemos nunca, no nos dejemos robar nunca la alegría y la paz que Él nos ha dado; no nos encerremos en los problemas o en la apatía. Dejémonos acompañar por nuestro Pastor; con Él, nuestra vida, nuestras familias, nuestras comunidades cristianas y toda Hungría resplandezcan de vida nueva”.

Santa María, Reina y patrona

El Santo Padre rezó el Regina Caeli y pronunció una breve meditación, al igual que cuando preside la oración desde el Vaticano. En sus palabras agradeció a los representantes políticos, diplomáticos y autoridades su presencia. También se dirigió a los sacerdotes, seminaristas, consagrados, miembros del clero y representantes de otras religiones para agradecer su colaboración y asistencia.

En la meditación, quiso poner a todos los húngaros bajo la protección de la Virgen María. Incluyó en esta petición a toda Europa diciendo: “desde esta gran ciudad y desde este noble país quisiera confiar de nuevo a su corazón la fe y el futuro de todo el continente europeo, en el que he estado pensando estos días y, de modo particular, la causa de la paz”.

El Papa continuó su oración: “Tú eres la Reina de la paz, infunde en los corazones de los hombres y de los responsables de las naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de muros”.

Y finalizó con las siguientes palabras: “Te pedimos por la Iglesia en Europa, para que encuentre la fuerza de la oración; para que descubra en ti la humildad y la obediencia, el ardor del testimonio y la belleza del anuncio. A ti te encomendamos esta Iglesia y este país”.

Cultivar el saber

Durante su último encuentro, el Papa Francisco se reunió con representantes del mundo cultural y del ámbito académico. Al inicio de su discurso, tomando como imagen el río Danubio, se detuvo un momento para hablar sobre la cultura que “en cierto sentido, es como un gran río: recorre varias regiones de la vida y de la historia poniéndolas en relación, permite navegar en el mundo y abrazar países y tierras lejanas, sacia la mente, riega el alma, hace crecer a la sociedad. La misma palabra cultura deriva del verbo cultivar. El saber conlleva una siembra cotidiana que, penetrando en los surcos de la realidad, da fruto”.

El Papa tomó de los escritos de Romano Guardini distintos ejemplos para hablar sobre la cultura. Frente a un análisis sombrío que podría hacerse acerca del saber y la técnica usados únicamente para obtener poder, Francisco pidió que las universidades se conviertan en lo contrario. “La universidad es, en efecto, como indica el mismo nombre, el lugar donde el pensamiento nace, crece y madura abierto y sinfónico. Es el templo donde el conocimiento está llamado a liberarse de los límites estrechos del tener y del poseer para convertirse en cultura, es decir, en cultivo del hombre y de sus relaciones fundamentales: con el trascendente, con la sociedad, con la historia, con la creación”.

Cultura y contemplación

La cultura, bien entendida, “ahonda en la contemplación y moldea personas que no están a merced de las modas del momento, sino bien arraigadas en la realidad de las cosas. Y que, humildes discípulas del saber, sienten que deben ser abiertas y comunicativas, nunca rígidas y combativas”.

De tal manera, queda fuera el inmovilismo, pues “quien ama la cultura no se siente nunca satisfecho, sino que lleva en sí una sana inquietud. Busca, interroga, arriesga y explora; sabe salir de sus propias certezas para aventurarse con humildad en el misterio de la vida, que se armoniza con la inquietud, no con la costumbre; que se abre a las otras culturas y advierte la necesidad de compartir el saber”.

Conocerse a uno mismo

Junto a la cultura crece el conocimiento de sí mismo. El Papa recordó la frase del oráculo de Delfos: «Conócete a ti mismo». “Pero, ¿qué significa conócete a ti mismo? Quiere decir saber reconocer los propios límites y, en consecuencia, frenar la propia presunción de autosuficiencia. Nos hace bien, porque es sobre todo reconociéndonos criaturas cuando nos volvemos creativos, sumergiéndonos en el mundo, en vez de dominarlo. Y mientras que el pensamiento tecnocrático persigue un progreso que no admite límites, el hombre real está hecho también de fragilidad, y es a menudo justamente ahí cuando comprende que depende de Dios y que está conectado con los otros y con la creación”.

Para resumir la idea, Francisco dijo que “conocerse a sí mismo requiere mantener unidas, en una dialéctica virtuosa, la fragilidad y la grandeza del hombre. Del asombro de este contraste surge la cultura; nunca satisfecha y siempre en búsqueda, inquieta y comunitaria, disciplinada en su finitud y abierta al absoluto. Me gustaría que cultiven este apasionante descubrimiento de la verdad”.

Búsqueda de la verdad

El Papa concluyó su discurso invitando a todos a buscar la verdad, rechazando las ideologías. “Fue Jesucristo quien dijo: «La verdad los hará libres»”.

Por ello, el Santo Padre explicó que “la clave para acceder a esta verdad es un conocimiento que nunca se desvincula del amor, relacional, humilde y abierto, concreto y comunitario, valiente y constructivo. Esto es lo que las universidades están llamadas a cultivar y la fe a alimentar. Les deseo, por tanto, a esta y a todas las universidades, que sean un centro de universalidad y de libertad, una fecunda obra de humanismo, un taller de esperanza”.

Una visita breve y fructífera

Tras el encuentro en la universidad, Francisco se desplazó al aeropuerto internacional de Budapest para tomar un avión a las seis de la tarde que le llevó directamente a Roma, poniendo fin a su viaje apostólico en Hungría.

Francisco se despide de Hungría en el aeropuerto internacional de Budapest (CNS photo/Vatican Media)
Iniciativas

Feria Gastronómica del Mar para parroquias en Nicaragua

La parroquia de Santo Tomás apóstol celebra en Nicaragua una Feria Gastronómica para ayudar con obras de caridad que organiza la Iglesia católica.

Néstor Esaú Velásquez·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La comunidad parroquial de Santo Tomás apóstol, en la diócesis de León, Nicaragua, se prepara este 29 y 30 de abril a realizar la 27 edición de la Feria Gastronómica del mar, una iniciativa que ofrece a visitantes locales, nacionales y extranjeros diferentes productos del mar.

La parroquia de Santo Tomás apóstol, se encuentra ubicada en el Puerto de Corinto, que es el principal puerto comercial del país y señalado como el segundo en importancia por el arribo de cruceros.

Los inicios

Fue José Schendel, un sacerdote de origen alemán, quien inició diferentes proyectos sociales en esta parroquia, proyectos que han continuado los diferentes sacerdotes que le han sucedido. Esta parroquia lleva más de 40 años creando proyectos para ayuda de los más pobres y necesitados, que se ven concretados en varias obras de caridad: Hogar de ancianos Santa Eduviges, Instituto Parroquial Presbítero Emilio Santiago Chavarría, Comedor Infantil, Dispensario Parroquial, una escuela de educación especial, Cáritas Parroquial y el canal católico Santa Cruz Televisión. 

Para sostener estas obras, hace 27 años una mujer llamada There Arana tuvo la iniciativa de hacer una feria con productos del mar. Dicha feria fue creciendo con la ayuda de todas las comunidades de la parroquia y corazones de buena voluntad. Luego se perfiló como la “Feria Gastronómica del mar”, cuya organización y ejecución siempre ha sido responsabilidad de la Iglesia católica en Corinto, en beneficio de las obras sociales de esta comunidad parroquial.

Trabajo en equipo

La gestión de la preparación de la feria corresponde a las diferentes comisiones, integradas por feligreses de la parroquia Santo Tomás. Estas tienen diferentes roles para la buena ejecución de los servicios brindados a todos los visitantes y comienzan sus labores meses antes de la celebración de la Feria.

Lo que empezó hace 27 años hoy cuenta con la colaboración de más de trescientas personas, entre los que hay feligreses, instituciones, servicios municipales, trabajadores portuarios, la Iglesia y otras personas que se identifican con la causa.

El pasado martes 18 de abril salió el barco pesquero que trajo el producto marino que será entregado a las comunidades para la preparación de los más de cincuenta platillos que se ofrecerán el 29 y 30 de abril en la vigésima séptima edición de la Feria gastronómica del mar.

El pasado 24 de abril, Marcos Francisco Diaz Prado, actual párroco de la parroquia de Santo Tomás apóstol, presentó en una conferencia de prensa los avances y preparativos para esta feria. Además, recalcó la importancia que tiene este evento en el sostenimiento de las obras de caridad que realiza la parroquia.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Vaticano

El Papa Francisco dibuja el camino evangélico en Hungría

Durante su segundo día en Hungría, el Papa Francisco ha visitado a pobres y enfermos, se ha reunido con los jóvenes, con la comunidad greco-católica y con el metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría.

Federico Piana·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco comenzó esta mañana temprano la segunda jornada de su viaje apostólico a Hungría. Poco antes de las 9 de la mañana, realizó una visita al centro católico dedicado al beato László Batthyány-Strattmann, que incluye un instituto para ciegos y un hogar en el que se alojan niños con discapacidad visual y con necesidades educativas especiales.

Tras entrar en algunas de las habitaciones que albergan a los pequeños, algunos de ellos gravemente enfermos, el Santo Padre quiso expresar su gratitud por todo lo que realiza este instituto, gracias a la generosidad de sus trabajadores. «Esto es puro Evangelio. Jesús vino a tomar la realidad tal como era y a llevarla adelante. Hubiera sido más fácil tomar ideas, ideologías y llevarlas adelante sin tener en cuenta la realidad. Este es el camino evangélico, este es el camino de Jesús», dijo el Papa, dirigiéndose al director del centro, el padre György Inotay, cogidos del brazo.

Abrazar a los pobres y a los refugiados

Después, fue en la iglesia de Santa Isabel de Hungría donde el Pontífice abrazó idealmente a todos los refugiados y pobres del país. La parroquia estaba abarrotada por 600 personas procedentes de todo el país y refugiados de diferentes partes del mundo como Pakistán, Afganistán, Irak, Irán y Nigeria.

El Papa Francisco se emocionó al escuchar los testimonios de una familia de refugiados de Ucrania, de la madre de una familia greco-católica y de un matrimonio que dedica su vida a acoger y apoyar a los más necesitados. En su discurso, el Santo Padre recordó que «la caridad no es simplemente asistencia material y social, sino que se preocupa de toda la persona y desea ponerla de pie con el amor de Jesús: un amor que ayuda a adquirir belleza y dignidad».

El Papa con la comunidad greco-católica

A pocos pasos de la iglesia de Santa Isabel de Hungría se encuentra la parroquia dedicada a la protección de la Madre de Dios. Y fue aquí donde, inmediatamente después de su abrazo a los pobres y refugiados, el Papa Francisco se reunió con la comunidad greco-católica de Budapest.

El arzobispo metropolitano de Hajdudorog, monseñor Péter Fülöp Kocsis, dio la bienvenida al Pontífice en lo que resultó ser una breve visita en la que no hubo discurso del Papa. En su discurso de bienvenida, el arzobispo quiso destacar cómo la proximidad de las dos iglesias, una de rito latino y otra de rito bizantino, representan «la imagen poética y teológica de los dos pulmones, el de Oriente y el de Occidente, con los que respira la Iglesia de Cristo, dando vida al Cuerpo Místico».

El Papa a los jóvenes: apuntad alto, Jesús cree en vosotros

Tomad en vuestras manos «vuestra vida para ayudar al mundo a vivir en paz. Preguntémonos, cada uno de nosotros: ¿qué hago por los demás, por la Iglesia, por la sociedad? ¿Vivo pensando en mi propio bien o me juego por alguien, sin calcular mis propios intereses? «.

A los miles de jóvenes húngaros reunidos esta tarde en el László Papp Budapest Sports Arena -el último encuentro público de hoy antes del encuentro privado de esta tarde con los miembros de la Compañía de Jesús- el Papa les ha dirigido estas profundas preguntas, sugiriéndoles que empiecen a interrogarse sobre la capacidad de amar según Jesús, es decir, de servir. Tras escuchar los testimonios de los jóvenes, Francisco les exhortó también a superar todo obstáculo poniéndose en estrecha relación con el Señor: «La oración -dijo el Papa- ayuda a hacerlo, porque es diálogo con Jesús».

El Papa y el metropolita ortodoxo Hilarión

También se registró una audiencia no programada. Esta mañana, al término de la primera parte de los compromisos del día, en la nunciatura de Budapest el Papa recibió en privado al metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría, Hilarión. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó de que «la conversación fue cordial y duró unos 20 minutos».

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Vaticano

El Papa en Hungría: «Los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio»

El Papa continúa su viaje a Hungría visitando a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann y a los pobres y refugiados. Ha tenido también un breve encuentro con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia ortodoxa rusa.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de celebrar la misa en privado a primera hora de la mañana, el Papa ha visitado a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann, donde ha llegado alrededor de las 8:45 h. El director, György Inotay, ha saludado en su discurso de bienvenida con la oración franciscana, agradeciendo al Pontífice su visita. Posteriormente, el Papa se ha encaminado a la Iglesia de Santa Isabel de Hungría para tener un encuentro con pobres y refugiados.

Encuentro con pobres y refugiados

Francisco ha sido recibido por el párroco y el presidente de Cáritas Hungría, monseñor Antal Spányi. «El obispo Ottokár Prohászka instó a la Iglesia húngara a comprometerse responsable y eficazmente con los necesitados ya a principios del siglo XX, y en 1931 se fundó Cáritas, que continuó su labor con gran vigor hasta 1950, año en que fue prohibida por el régimen comunista. Sin embargo, continuó trabajando casi clandestinamente en las parroquias hasta 1991, cuando Cáritas Hungría fue reinstaurada oficialmente», ha señalado Spányi en su discurso de bienvenida.

El encuentro ha contado con el testimonio de una familia grecocatólica, una familia de refugiados provenientes de Ucrania y un diácono y su mujer.

«El viaje duró varios días, estábamos muy cansados, pudimos llevar muy poco con nosotros. Cuando llegamos a Hungría, en un primer momento hubo gente buena que se preocupó de proporcionarnos alojamiento y nos dieron la ayuda que necesitábamos. Más tarde nos acogieron en el Centro Católico de Integración de Cáritas. Recibimos ayuda económica (…) que fue un salvavidas para mi familia en los primeros días de pobreza, y también nos dio ánimos y esperanza. Para nosotros y para nuestros hijos, Hungría fue el comienzo de una nueva vida, de una nueva posibilidad. Aquí nos acogieron y encontramos un nuevo hogar», ha explicado Oleg Yakovlev, padre de la familia ucraniana refugiada.

Discurso en la Iglesia de Santa Isabel de Hungría

A continuación, el Papa ha dado un discurso en el que ha agradecido la caridad de la iglesia húngara con los pobres. Ha indicado que «los pobres y los necesitados —no lo olvidemos nunca— están en el corazón del Evangelio: Jesús, en efecto, vino ‘a llevar la Buena Noticia a los pobres’ (Lc 4,18). Ellos, entonces, nos indican un desafío apasionante, para que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de ‘egoísmo espiritual’, es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción».

Para concluir, ha señalado que «cuando se empeñan en llevar el pan a los hambrientos, el Señor hace florecer la alegría y perfuma su existencia con el amor que dan. Les deseo que lleven siempre el perfume de la caridad a la Iglesia y a su país. Y les pido, por favor, que sigan rezando por mí».

Después de su discurso, el Papa ha hecho una visita a la comunidad grecocatólica de Budapest en la Iglesia Protección de la Madre de Dios.

Tras comer en la Nunciatura, ha tenido un encuentro cordial con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia de Rusia.

Por la tarde, el Santo Padre se ha encontrado con los jóvenes en el Papp László Budapest Sports Arena.

Encuentro del Papa con los jóvenes en Budapest
Cultura

Samuel Sueiro: «Para Henri de Lubac hacer teología era anunciar la fe»

La Conferencia Episcopal Francesa ha abierto el proceso de beatificación de Henri de Lubac. Samuel Sueiro, doctor en Teología y coordinador del comité científico encargado de la edición en español de sus obras completas, nos habla del gran teólogo francés.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El pasado 31 de marzo, los obispos franceses votaron a favor de abrir la causa de beatificación del teólogo Henri de Lubac (1896-1991). Ediciones Encuentro está trabajando actualmente en la publicación en español de su obra completa.

¿Cómo comenzó a interesarse por Henri de Lubac?

A H. de Lubac lo he conocido, sobre todo, elaborando mi tesis doctoral. Me concentré en una de sus últimas obras, según él mismo confiesa, inacabada: La posteridad espiritual de Joaquín de Fiore. Pude sumergirme en sus archivos y conocer de cerca sus preocupaciones teológicas. Al final, fue como asomarme al conjunto de su pensamiento a través de una pequeña ventana.

De él me admira esa profunda unidad que se da en su biografía entre las ideas que desarrolla y la vocación que vive. O, por decirlo de otra forma, creo que es una verdadera suerte contar con un testimonio como el de Lubac: un gran conocedor de la tradición que, desde ella, nos ayuda a discernir en cada momento qué es lo que Dios pide y lo que Dios nos da, para la Iglesia y para el mundo.

Y desde el ámbito de la teología hay una frase suya que siempre ha resonado en mí de modo especial: «El verdadero teólogo —dice él— tiene el humilde orgullo de su título de creyente, por encima del cual no coloca nada». Para él hacer teología era anunciar la fe en diálogo con el mundo de hoy, y para ello asomarse a la gran tradición, discernir las cuestiones en juego, pero sobre todo ser creyente, abierto a acoger la vida que Dios nos ofrece.

Henri de Lubac es uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX. ¿Qué retos se ha encontrado a la hora de traducirlo?

Había ya bastantes libros traducidos de Henri de Lubac en español. Desde hace bastantes años contamos con muchos de ellos. Pero sí es cierto que Ediciones Encuentro barajaba la posibilidad de hacer una traducción de la edición crítica de las Obras Completas de Henri de Lubac. Una colección emprendida en francés desde el año 1998 que apuesta por reeditar todo lo que Henri de Lubac había ido publicando, pero acompañado de estudios introductorios, notas, explicaciones, índices… El instrumental habitual de la edición crítica de un autor.

Ahora mismo la obra completa está planificada en 50 volúmenes, de los cuales está bastante avanzada la treintena. El proyecto editorial de Encuentro se centra sobre esa nueva edición. Hay un comité científico que avala la colección y que trabaja en los diversos volúmenes, de suerte que se va valorando cada caso: si en algunos títulos la traducción española de la que ya disponíamos es buena, se procura comprar los derechos o revisarla; de lo contrario, se encarga una nueva y se revisa, etc. En ese sentido, quizá sean esos los principales retos.

Hay un trabajo muy esforzado de relectura y de adaptación del aparato crítico, revisando cada referencia —siempre numerosísimas en el caso de un autor como H. de Lubac, fruto de una erudición impresionante—. En el fondo, se trata de ayudar al lector y al investigador hispanohablante. De ahí que sea un trabajo lento. En ese sentido, Ediciones Encuentro ha hecho una apuesta por uno de los grandes teólogos del siglo XX que supone una gran herencia para el XXI.

¿Cuáles de sus obras recomendaría al lector actual? ¿Podría mencionar una en concreto que haya tenido una relevancia especial para usted?

Como he dicho, el panorama de la obra completa suma medio centenar de títulos. Elegir uno entre cincuenta es francamente muy difícil. Aun así —como se trata de arriesgar—, yo me decantaría principalmente por dos. El primero es Catolicismo. Aspectos sociales del dogma. Es su primer gran libro y, para muchos, su gran obra programática, porque ahí se encuentran en germen las grandes intuiciones que Henri de Lubac irá desarrollando a medida que se vaya enfrentando a las diversas circunstancias por las que atraviese su biografía.

Acercarse a Catolicismo es redescubrir en los grandes veneros de la tradición patrística y medieval esas aguas frescas en las que sumergirse y de las que poder beber para seguir adelante. Es adentrarse en esa gran potencialidad que tiene la tradición cristiana, capaz de mostrar —como él dice— los aspectos sociales, que no son nada ficticios, sino que tejen una comunión con Dios y, por ello, con los demás, incesantemente fecunda. A título personal, el segundo libro que destacaría, además de Catolicismo, es su Meditación sobre la Iglesia. Fue concebida originalmente como una serie de conferencias para la formación del clero a finales de la década de 1940. El libro es enviado a imprenta en 1950, aunque por diversas circunstancias no saldrá publicado hasta tres años más tarde.

Si comparamos, por ejemplo, los capítulos, los temas y las expresiones que encontramos en Meditación sobre la Iglesia con la constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia descubrimos una asombrosa armonía. Entre un texto y otro hay más de una década de distancia y, sin embargo, ambos comparten intuiciones y planteamientos realmente similares. Porque nos sitúan ante una comprensión de la Iglesia que hoy en día nos puede sonar ya muy habitual —gracias a Dios—, pero que en la época implicaba un acercamiento novedoso y necesario, para comprender la Iglesia como misterio, como mediación, sacramento… También desde su propia vocación, desde la vocación de saberse una comunidad elegida por un Dios que quiere contar con nosotros, que no quiere ser un Dios sin nosotros.

San Juan XXIII nombró a Lubac miembro de la Comisión preparatoria del Concilio Vaticano II. ¿Cuál es la relación del pensamiento de Lubac con el Concilio?

En verano de 1960, medio de pasada, se entera Lubac de que ha sido nombrado por Juan XXIII como perito asesor de la Comisión preparatoria del Concilio. Su labor es muy difícil de precisar si queremos buscarla en un texto o un pasaje concreto, pero los estudiosos que han analizado esta cuestión sí que han percibido primero una gran sintonía entre las principales intuiciones lubacianas y muchas de las ideas conciliares. Lubac tuvo que trabajar no sólo en la preparación, sino que después Juan XXIII lo nombró asesor del Concilio. Una vez empezado, pertenece a la comisión asesora del Concilio y le toca trabajar en muchos textos.

Por ceñirme a las cuatro grandes constituciones, es fácil percibir su sintonía con el texto de Lumen gentium —como acabo de señalar—, no digamos con Dei Verbum —cuyo comentario es uno de los más valiosos a este texto—, la postura de la Iglesia ante el mundo moderno reflejada en el famoso Esquema XIII —que daría lugar a Gaudium et spes— recoge no pocas de sus preocupaciones teológicas… incluso algunos grandes expertos como J. A. Jungmann, que trabajó en la primera constitución aprobada —Sacrosanctum Concilium—, reconocen la impronta lubaciana en la relación teológica entre la eucaristía y la Iglesia.

Pero también en otros documentos podemos encontrar esa sintonía fundamental entre su teología y el magisterio conciliar: el ateísmo o el diálogo con otras religiones son temas donde la convergencia es total. Por decirlo con una expresión muy elocuente de Joseph Ratzinger, a su juicio quizá H. de Lubac haya sido el teólogo más influyente en la «mentalidad» de los padres conciliares. No era el teólogo de moda, de los que más declaraciones concedían a la prensa y, sin embargo, en la mentalidad que discernía dentro del aula cómo proponer la fe a la altura del tiempo, la influencia de Henri de Lubac fue ciertamente decisiva.

No hay que olvidar que Lubac por edad pasaba de sesenta y cinco años cuando comienza el Concilio y contaba tras de sí con una obra madura. El propio Pablo VI, por ejemplo, se había confesado un gran lector de Henri de Lubac antes de ser Papa. Nunca disimuló su admiración por el testimonio lubaciano. Incluso siendo Papa no le faltaron ocasiones para mencionarlo expresamente. Honestamente creo que, sin el esfuerzo teológico de personas como Henri de Lubac y otros de su generación, no hubiera sido posible contar con una obra tan fecunda como la del Concilio Vaticano II.

Fue amigo de Ratzinger y de san Juan Pablo II. ¿Qué puede comentarnos de esta amistad, tanto a nivel intelectual como personal?

En la elaboración de algunos documentos conciliares, creo que sobre todo con motivo del famoso Esquema XIII, H. de Lubac compartió bastantes sesiones de trabajo con el entonces arzobispo de Cracovia —Karol Wojtyła— y desde ahí se fraguó una rica amistad. Desde aquella época el propio Wojtyła le pidió algunos prólogos a sus libros, y fue un gran impulsor de la traducción de las obras de Lubac al polaco. La relación se fue tejiendo sobre todo en el Concilio.

Cuando mucho años más tarde, en 1983, lo crea cardenal, hay una anécdota pintoresca, que se recoge en el segundo volumen de las Obras publicadas por Encuentro —Paradoja y misterio de la Iglesia—, una anécdota —como digo— de una conversación en torno a la mesa entre Juan Pablo II y Henri de Lubac reconociendo la labor de uno y otro en los textos conciliares. Ciertamente había una amistad teológica, por decirlo así. Eran buenos conocedores de su propio pensamiento y hay una influencia mutua. De su relación con Ratzinger ya he mencionado su elocuente convicción sobre su influencia en la mentalidad de los padres conciliares.

Pero el propio Ratzinger ha confesado en varias ocasiones cómo el libro Catolicismo marcó para él un hito en su elaboración teológica, ya desde sus tiempos de estudiante de teología: el ver que había una forma de pensar la fe que volvía a la gran tradición y que no se enredaba en cuestiones tan áridas a veces por estar desvinculadas de la vertiente más espiritual de la fe… Después del Concilio, formando parte de la Comisión Teológica Internacional y de otros círculos como la revista Communio, por ejemplo, Ratzinger siempre confesó su admiración y su deuda con el pensamiento lubaciano.

¿En qué situación se encuentra su proceso de beatificación y qué pasos hay que esperar ahora?

Ante todo, creo que hay que acogerlo como una buena noticia. Es quizá el único teólogo contemporáneo reciente camino de los altares. Es una labor que había sido iniciada desde hace ya unos años, sobre todo por el entonces arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, quien siendo él mismo seminarista en París visitaba con frecuencia a Lubac y de su mano pudo sumergirse en su teología.

Como arzobispo de Lyon creía que emprender este discernimiento sobre la persona de H. de Lubac era una deuda de la diócesis misma, porque fue la gran ciudad en torno a la cual se desarrolló la docencia de Henri de Lubac y los primeros años de su elaboración teológica. Así se inició este proceso. Se fueron recopilando diversos testimonios de personas que conocieron a Henri de Lubac de cerca. Sé que entre ellos se recopiló el testimonio del ya Papa emérito Benedicto XVI y que fue uno de los más elocuentes, si cabe hablar así.

Para poder comenzar la causa, se ha contado con el visto bueno de la Conferencia Episcopal francesa, que hace cuestión de un mes poco más o menos dio luz verde para seguir adelante. De momento, se irá repasando su vida, tratando de detectar sus virtudes heroicas para ver si tanto en su doctrina como en su vida percibimos un camino patente de santidad. Esperemos que esto siga adelante. Sé que desde la Asociación Internacional Cardenal Henri de Lubac estamos trabajando no sólo por la difusión de su obra con rigor científico, sino también por sacar adelante esta buena noticia, como es la eventual beatificación de Henri de Lubac.

Familia

El valor de la paternidad

La sociedad occidental actual vive una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Redescubrir la paternidad, su sentido y su complementariedad con la maternidad es clave para la recuperación del tejido social básico.

José Miguel Granados·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La figura del varón-padre, en comunión y complementariedad con la mujer-madre, es verdaderamente grandiosa. Sin embargo, por diversas causas, en nuestra cultura se da una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Así, por ejemplo, con frecuencia su autoridad es incomprendida o tergiversada.

Por eso, intentamos responder a la pregunta sobre el valor de la paternidad considerando sus dimensiones fundamentales. Pero comencemos con la consideración de una analogía significativa.

Proteger

“-Soy Aragorn, hijo de Arathorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, así lo haré”. Son palabras del heredero de la corona del reino de Góndor -dirigidas al “hobbit” Frodo, el modesto portador del anillo del poder oscuro que debe destruir, en una misión de importancia decisiva y casi imposible- en la famosa epopeya El Señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien.

La noble tarea del gobernante consiste en salvaguardar con prudencia y fortaleza a sus súbditos, aunarlos, defenderlos de sus enemigos, alcanzar la paz, trabajar de forma desinteresada por la prosperidad de su pueblo, consolidar el territorio, garantizar el cumplimiento de las leyes justas, asegurar el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales, promover la iniciativa social y la solidaridad con los más necesitados… El gobernante que cumple estas funciones merece obediencia y respeto.

Por su parte, la misión del padre consiste en proteger, es decir, crear un hábitat seguro para los miembros de su familia. El padre diligente emplea todas sus fuerzas y capacidades para defender a los suyos: se empeña y arriesga para que puedan vivir y crecer en un hogar tranquilo, en un entorno confiado; les transmite la herencia de una existencia digna y provechosa. El padre manifiesta la responsabilidad hacia los de su estirpe: los considera como parte o prolongación de sí mismo, y se hace cargo de ellos. Con razón sentenciaba Sigmund Freud: “no puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre”.

Dar vida

Ser padre significa unirse a la esposa para engendrar en el amor: supone ofrecer la semilla de sí mismo, asumir con estupor agradecido el milagro de cada vida humana y la fecundidad de la propia carne y sangre en la comunión conyugal.

El proceso de desarrollo humano conlleva el paso de la filiación a la esponsalidad y a la paternidad. Ser hijo significa reconocer el don recibido: aceptar con conciencia clara la existencia de alguien que me precede, de un padre y una madre buenos que me han transmitido el ser con amor generoso. La primera consecuencia es la gratitud gozosa, en forma de respeto y honra a quienes han originado la propia vida.

Comprometerse

Después de descubrir y asumir la propia identidad filial, se ha de avanzar en el desarrollo personal hasta alcanzar la esponsalidad. Ello implica el despliegue del don recibido mediante el esfuerzo en la propia maduración y crecimiento, para alcanzar la altura del gran don de humanidad recibida.

El hijo deja la infancia y crece: poco a poco se hace adulto y llega a ser capaz de compromisos, de donación y entrega. La dimensión esponsalicia le lleva a realizar promesas de modo deliberado: así establece lazos de alianza, se hace responsable de las personas, asume tareas directivas en la vida personal y comunitaria. Asimismo, entiende que ha de mantener la fidelidad a la palabra dada y la lealtad a las personas unidas a uno con vínculos justos. Señala con razón Fabrice Hadjadj que la paternidad “es una aventura: el riesgo de un futuro para el otro… pues el padre se esconde, empujando sus hijos hacia adelante”.

En cambio, la inmadurez supone la irresponsabilidad del que rechaza adquirir compromisos y no quiere vivir para los demás, sino que opta egoístamente por su propio interés o comodidad. Entonces, su existencia se frustra: se estanca en una fase individualista infantil, no alcanza la condición adulta, renuncia a crecer; traiciona su misión existencial de hacer de la propia vida un don; incumple su íntima vocación de transmitir la vida recibida, para cuidarla y acrecentarla; rompe algún eslabón de la cadena de la tradición familiar, renuncia a su propio cometido en la existencia, y daña a la comunidad. En este sentido, afirmaba el escritor Mario Francis Puzo: “un hombre que no sabe ser buen padre, no es un auténtico hombre”.

Guiar

Recuerda el Papa Francisco que “ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir”.

En efecto, el padre -en colaboración con la madre- es quien realiza la primera inserción de las nuevas generaciones en el mundo social y laboral: educa en la importancia de participar en una comunidad como miembro activo; instruye también en las virtudes para la convivencia; testimonia la necesidad de resistir en las tribulaciones, de mantenerse con serenidad en el puesto asignado, cumpliendo las propias obligaciones al servicio de los demás. Y, en fin, todo padre terreno, por ser alguien falible, está llamado a mostrar -con su humilde y valiente ejemplo de superación- la importancia de sobreponerse a las propias limitaciones y errores, así como la gallardía de levantarse tras las caídas y fracasos.

En definitiva, el buen padre es pastor que guía a su familia: defiende, orienta, conduce, estimula, alimenta, sana, corrige, ofrece reposo y cuidados, lleva por el buen camino; es maestro de los verdaderos valores: enseña el bien moral; muestra con su vida cómo vivir en la verdad del amor; comunica la memoria de la tradición, la sabiduría de un pueblo y su cultura; ha de ser referente, modelo y conductor, señalando la senda y el sentido de la vida: va por delante, con perseverancia, transmitiendo coraje y esperanza. Realmente, se trata una encomienda sublime: como afirmaba G. K. Chesterton, “Dios escoge hombres ordinarios como padres para realizar su plan extraordinario”.

Reflejar

En definitiva, la presencia adecuada del padre une, alivia, reconforta, equilibra, bendice. De este modo, lleva hacia la meta, pone en contacto con las raíces y el fin de la vida, con el Dios trascendente, fuente de toda dádiva.

Decía C. S. Lewis que el famoso escritor cristiano George MacDonald “aprendió en primer lugar de su propio padre que la Paternidad tiene que estar en el corazón del universo”. Pues todo padre está llamado a ser, en último término, participación, destello y reflejo del mismo Dios Padre, “de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra” (Ef 3,15).

Vaticano

El Papa Francisco en Hungría: «Cristo guía la historia»

Durante el viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco ha pronunciado un discurso en su encuentro con los obispos, sacerdotes, seminaristas, consagrados y encargados de pastoral.  

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Como parte del viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco se ha reunido con sacerdotes, seminaristas, obispos y personas consagradas. Durante su discurso ha querido recordar a todos una de las exigencias más importantes: “interpretar los cambios y las transformaciones de nuestro tiempo, tratando de afrontar los desafíos pastorales de la mejor manera posible”. Algo que, afirmó Francisco, “sólo es posible mirando a Cristo como nuestro futuro”.

Si olvidamos que Jesús es el futuro y que nuestra vida está en sus manos, “buscaremos medios e instrumentos humanos para defendernos del mundo, encerrándonos en nuestros confortables y tranquilos oasis religiosos; o, por el contrario, nos adaptaremos a los vientos cambiantes de la mundanidad y, entonces, nuestro cristianismo perderá vigor y dejaremos de ser sal de la tierra”.

La interpretación de la historia

Por tanto, el Santo Padre animó a evitar dos tentaciones en la interpretación de la historia: por un lado, la lectura catastrofista, “que se alimenta del derrotismo de quienes repiten que todo está perdido, que ya no existen los valores del pasado, que no sabemos dónde iremos a parar”; y por otro, la interpretación ingenua que se oculta en el conformismo. La solución pasa por “acoger como una planta fecunda el tiempo en que vivimos, con sus cambios y sus desafíos, porque a través de todo esto el Señor se acerca. Y mientras tanto, estamos llamados a cultivar la época que nos ha tocado, a leerla, a sembrar el Evangelio, a podar las ramas secas del mal, a dar fruto. estamos llamados a una acogida profética”.

Reconocer la presencia de Dios

Francisco definió esa acogida como el reconocimiento de “los signos de la presencia de Dios en la realidad, incluso allí donde no aparece explícitamente marcada por el espíritu cristiano y nos sale al encuentro con ese carácter que nos provoca y nos interpela”. Al mismo tiempo, es la capacidad de verlo todo a través de las lentes del Evangelio.

Frente al secularismo imperante de hoy, “la tentación puede ser la de volverse rígidos, encerrarse y adoptar una actitud de combatientes. Pero tales realidades pueden representar oportunidades para nosotros los cristianos, porque estimulan la fe y la profundización de algunos temas”.

Apertura al diálogo

La situación actual, señaló el Papa, exige que los cristianos nos abramos al diálogo, lo cual tampoco es fácil, en parte también por la sobrecarga de trabajo que sufren muchos sacerdotes.

Por ello, “es necesario comenzar una reflexión eclesial —sinodal, que debemos hacer todos juntos— para actualizar la vida pastoral, sin conformarse con repetir el pasado y sin tener miedo a reconfigurar la parroquia en el territorio, sino haciendo de la evangelización una prioridad e iniciando una colaboración activa entre sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral y profesores”.

Testimonio de comunión

Pero Francisco advirtió de que la buena pastoral solo es posible siguiendo el mandamiento del amor dado por Cristo. “Si estamos distanciados o divididos, si nos volvemos rígidos en nuestras posiciones y en los grupos, no damos fruto. Causa tristeza cuando nos dividimos porque, en vez de jugar en equipo, jugamos al juego del enemigo: obispos desconectados entre sí, sacerdotes en tensión con el obispo, sacerdotes mayores en conflicto con los más jóvenes, diocesanos con religiosos, presbíteros con laicos, latinos con griegos; nos polarizamos en temas que afectan a la vida de la Iglesia, pero también en aspectos políticos y sociales, atrincherándonos en posiciones ideológicas”.

Ante esto, el Santo Padre recordó que “la primera pastoral es el testimonio de comunión, porque Dios es comunión y está presente ahí donde hay caridad fraterna”.

La fe en Hungría

Para concluir, Francisco repitió que “Cristo es nuestro futuro, porque es Él quien guía la historia. De ello estaban firmemente convencidos vuestros confesores de la fe: tantos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas martirizados durante la persecución atea; ellos testimonian la fe granítica de los húngaros”.

Invitó a los asistentes a ser acogedores y testigos del Evangelio, “pero sobre todo sean mujeres y hombres de oración, porque la historia y el futuro dependen de ello. Les doy las gracias por su fe y su fidelidad, por todo lo bueno que tienen y que hacen”.

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El mensaje del Papa en el libro de honor de Hungría

"Como peregrino y amigo  vengo a Hungría, país rico en historia y cultura; desde Budapest, ciudad de puentes y santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también hoy casa de paz y profecía de acogida".

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa afirma que es un error crear embriones probeta y luego eliminarlos

El Papa ha dirigido un mensaje a los participantes del Congreso "La Revolución Billings. 70 años después, del conocimiento de la fertilidad y la medicina personalizada" que reúne a cientos de personas en la Universidad del Sacro Cuore.

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siete décadas después de que los doctores John y Evelyn Billings diera a conocer su método natural de reconocimiento de la fertilidad, este método sigue siendo “oportuno y estimulante”. Son palabras del Papa Francisco en el mensaje que ha dirigido a los profesores de métodos naturales, médicos, psicólogos, estudiantes y otras personas que, durante los días 28 y 29 de abril, se han dado cita en Roma en un congreso.

Unas jornadas para continuar profundizando en temas médico-científicos, el valor del conocimiento, la realidad preocupante del descenso de la natalidad e infertilidad de la pareja, así como en propuestas y experiencias sobre formación y diálogo intercultural e interreligioso.

Actualidad del método Billings

En el mensaje que les ha dirigido, el Papa subraya que el método Billings “podría haber parecido anticuado y menos fiable en comparación con la pretendida inmediatez y seguridad de las intervenciones farmacológicas. Sin embargo, de hecho, su método ha seguido resultando oportuno y estimulante, ya que ha llevado a reflexionar seriamente sobre una serie de ámbitos esenciales. Entre ellos, la necesidad de educar en el valor del cuerpo humano, una visión integrada e integral de la sexualidad humana, la capacidad de apreciar la fecundidad del amor incluso cuando no es fértil, la construcción de una cultura que acoja la vida y las formas de afrontar el problema del colapso demográfico”.

El Papa ha puesto en valor “la inseparable conexión entre los significados unitivo y procreador del acto conyugal”, eje central de la encíclica Humanae vitae y ha afirmado que “cuando estos dos significados se afirman conscientemente, la generosidad del amor nace y se fortalece en los corazones de los cónyuges, disponiéndolos a acoger una nueva vida. Sin esto, la experiencia de la sexualidad se empobrece, se reduce a sensaciones que pronto se vuelven autorreferenciales”.

No a las “formas alternativas” de tener un hijo

“El método Billings junto con otros similares, representa uno de los medios más adecuados para realizar responsablemente el deseo de ser padres” continúa el Papa en el mensaje en el que el pontífice añade que “aunque es apropiado legítimo deseo de concebir con los conocimientos científicos más avanzados y las tecnologías que pueden mejorar la fertilidad, es erróneo crear embriones de probeta y luego eliminarlos, comerciar con gametos y recurrir a la práctica de la maternidad subrogada”.

Valor pastoral del conocimiento de la fertilidad

El Papa ha alabado el trabajo del Centro de Estudios e Investigación para la Regulación Natural de la Fertilidad, presente desde 1976 en la Universidad Católica del Sacro Cuore, destacando el valor pastoral del conocimiento de la fertilidad y de los métodos naturales “ya que ayuda a las parejas a ser más conscientes de su vocación matrimonial y a dar testimonio de los valores evangélicos de la sexualidad humana”.

Además ha resaltado la necesidad de una verdadera educación en la sexualidad a los jóvenes y matrimonios «volviendo de nuevo al gran libro de la naturaleza, aprendiendo a respetar el valor del cuerpo y la generación de la vida, con vistas a auténticas experiencias de amor conyugal».

Vaticano

El Papa llega a Budapest, “lugar central de la historia”

El Papa Francisco ha comenzado su viaje apostólico a Hungría. Al llegar a Budapest, el Santo Padre ha calificado la capital como “lugar central de la historia”.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco partió el viernes 28 de abril por la mañana desde Roma. El destino del Pontífice estaba en Hungría, país en el que ha aterrizado tras un vuelo acompañado de muchos periodistas.

A las 11 de la mañana tuvo lugar la ceremonia de bienvenida, en la que hubo un encuentro con la presidenta de la república, Katalin Novák, y con el primer ministro, Viktor Orbán. Tras la ceremonia, el Papa se reunirá con miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático y, más tarde, con sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y encargados de pastoral.

Durante el discurso pronunciado ante las autoridades, Francisco calificó Budapest como “un lugar central de la historia” y como una ciudad “llamada a ser protagonista del presente y del futuro”. Por ello, el Papa aprovechó su intervención para dar algunas ideas, tomando Budapest como “ciudad de historia, ciudad de puentes y ciudad de santos”.

Ciudad de historia

El Santo Padre consideró la capital húngara como una ciudad de historia debido a su antigüedad, si bien “su esplendor nos lleva a la modernidad, cuando fue capital del Imperio austro-húngaro”.

A pesar de todo, su historia conoce de eventos dolorosos, “no sólo invasiones de tiempos lejanos sino, en el siglo pasado, violencia y opresión provocadas por las dictaduras nacista y comunista, ¿cómo olvidar el año 1956? Y, durante la segunda guerra mundial, la deportación de cientos de miles de habitantes, con el resto de la población de origen judío encerrada en el gueto y sometida a numerosas atrocidades”.

Sin embargo, ante estos eventos hubo personas valientes, como el Nuncio Angelo Rotta, a quien Francisco mencionó. Las diversas situaciones atravesadas por Budapest, hacen de ella “centro de un país que conoce el valor de la libertad y que, después de haber pagado un alto precio a las dictaduras, lleva en sí la misión de custodiar el tesoro de la democracia y el sueño de la paz”.

Política comunitaria

Para realizar un paralelismo con la historia europea, el Papa recordó a los presentes la fundación de Budapest, hace 150 años, “con la unión de tres ciudades: Buda y Óbuda, al oeste del Danubio, y Pest, situada en la costa contraria. El nacimiento de esta gran capital en el corazón del continente evoca el camino unitario emprendido por Europa, en la que Hungría encuentra el propio cauce vital”.

Estas manifestaciones de unidad, dijo Francisco, están desapareciendo actualmente. “La pasión por la política comunitaria y por la multilateralidad parece un bonito recuerdo del pasado; parece que asistiéramos al triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen”.

El Pontífice avisó de que se está perdiendo la idea de comunidad entre las naciones, “parece incluso que la política a nivel internacional tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas, olvidando la madurez que alcanzó después de los horrores de la guerra y retrocediendo a una especie de infantilismo bélico”.

Europa, fundamental

Francisco animó a fomentar el espíritu de comunidad en Europa, “porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde: el de unir a los alejados, acoger a los pueblos en su seno y no dejar que nadie permanezca para siempre como enemigo”.

Ciudad de puentes

A continuación, el Papa habló de Budapest como una ciudad de puentes. “Vista desde lo alto, la perla del Danubio muestra su peculiaridad precisamente gracias a los puentes que unen sus partes, armonizando su configuración con la del gran río. Esta armonía con el ambiente me lleva a felicitar el cuidado ecológico que este país realiza con gran esfuerzo”.

Aprovechó el Santo Padre a distinguir entre unidad y uniformidad. De nuevo, volviendo a Europa, Francisco citó a uno de los padres fundadores de la Unión Europea que dijo: “Europa existirá y nada de lo que constituye la gloria y la felicidad de cada nación se podrá perder. Es precisamente en una sociedad más amplia, en una armonía más eficaz, que el individuo puede afirmarse”.

Por tanto, explicó el Papa, lo que se necesita es armonía, “un conjunto que no aplaste las partes y partes que se sientan bien integradas en el conjunto”. Francisco apuntó que él piensa “en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa de populismos autorreferenciales, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida, o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta la vida de los pueblos”.

Ciudad de santos

El Papa también señaló Budapest como una ciudad de santos e hizo referencia al primer rey de Hungría, san Esteban. Esto implica que “la historia húngara nace marcada por la santidad, y no sólo de un rey, sino de toda una familia: su esposa, la beata Gisela, y su hijo san Emerico”.

Aquel primer monarca, con espíritu cristiano, escribió a su hijo: “Te recomiendo que seas amable no sólo con tu familia y parientes, o con los poderosos y adinerados, o con tu prójimo y tus habitantes, sino también con los extranjeros”. También le dejó otro consejo: “Sé manso a fin de no combatir nunca contra la verdad”.

Por ello, Francisco advirtió que el comportamiento del monarca armonizó la verdad con la mansedumbre. Su reinado “es una gran enseñanza de fe. Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones, porque la verdad de Cristo conlleva mansedumbre y amabilidad, en el espíritu de las Bienaventuranzas”.

El Papa mencionó asimismo a santa Isabel, “piedra preciosa del Evangelio”, que dedicó su vida a los enfermos y mandó construir un hospital para ellos.

Sana laicidad

El Santo Padre concluyó sus discurso a las autoridades dándoles las gracias “por la promoción de las obras caritativas y educativas inspiradas por dichos valores y en los que se empeña la estructura católica local, así como por el apoyo concreto a tantos cristianos que atraviesan dificultades en el mundo, especialmente en Siria y en el Líbano”.

Francisco aprovechó la ocasión para recordar que es importante la colaboración entre la Iglesia y el Estado, pero que para ser provechosa “necesita salvaguardar bien las oportunas distinciones”. Por ello, “hace bien una sana laicidad, que no decaiga en el laicismo generalizado, que se muestra alérgico a cualquier aspecto sacro para luego inmolarse en los altares de la ganancia”.

Por otro lado, el Papa hizo referencia a la acogida de refugiados, diciendo que “es un tema que debemos afrontar juntos, comunitariamente, porque en el contexto en que vivimos, las consecuencias, tarde o temprano, repercutirán sobre todos”.

El discurso finalizó agradeciendo la escucha de los presentes y mostrando la cercanía del Santo Padre con el pueblo húngaro: “Les agradezco por haber escuchado cuanto tenía la intención de compartirles, aseguro mi cercanía y mi oración a todos los húngaros con un recuerdo especial por aquellos que viven fuera de la patria y por cuantos he conocido durante mi vida y me han hecho tanto bien”.

Un viaje breve

El sábado 29, el Papa Francisco continuará su visita por el país. Por la mañana tendrá un encuentro con niños, y después irá a hablar con pobres y refugiados. También visitará a la comunidad grecolatina, se reunirá con jóvenes y estará, en un encuentro privado, con miembros de la Compañía de Jesús en la nunciatura.

El domingo, último día del viaje, el Santo Padre celebrará la Misa por la mañana, tras lo cual habrá un encuentro con universitarios y representantes culturales. A las 17:30, habrá una ceremonia de despedida tras la cual el Papa volverá a Roma.

Cultura

Los Sediarios pontificios, una peculiar figura al servicio del Papa

Los sediarios pontificios son un grupo de personas que tradicionalmente están al servicio del papa. Los sediarios, vestidos de gala, eran en tiempos los hombres a quienes se concedía el honor de llevar el trono del pontífice a hombros por las celebraciones litúrgicas.

Hernan Sergio Mora·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

A través de los siglos vieron guerras, invasiones, saqueos, destierros y mil vicisitudes, pero siempre al servicio del Papa: son los ‘Sediari’, una institución de laicos que viene de los Palafreneros Pontificios y que hoy son parte de lo que se llama la “Familia Pontificia”.

De los ‘Palafrenieri Pontifici’ a los ‘Sediari’

Los ‘Palafrenieri Pontifici’ datan del siglo X. Se ocupaban de la escudería del Papa, acompañando al Santo Padre mientras se dirigía en medio de un suntuoso cortejo a tomar posesión de su cátedra en San Juan de Letrán, (la actual catedral de Roma), cuando salía a alguna ceremonia pública, o simplemente, al desplazarse de un lugar a otro. Su nombre “Palafreneros” procede del hecho que acompañaban a Su Santidad tomando las riendas y freno del caballo que montaba el pontífice.

Los documentos históricos indican que la Archicofradía de los Palafreneros Pontificios se reunía en una capilla en la basílica de San Pedr. En 1565 el Papa Pío IV autorizó la construcción de una iglesia para ellos: Sant’Anna dei Palafrenieri, hoy accesible al público dentro de los muros de la Ciudad-Estado del Vaticano. La iglesia con planta elíptica fue encargada al arquitecto Giacomo Barozzi, llamado “il Vignola”

Los palafreneros obtuvieron importantes privilegios a lo largo de su historia, así el papa Julio II en 1507 instituyó el “Noble Colegio de los Palafreneros Pontificios», confirmado el 15 de abril de 1517 por el Papa León X, en el que ya figuran los Sediarios Pontificios, con quienes compartieron también la divisa.

sediarios
El Papa Juan Pablo I en la sillas gestatoria portada por sedieri ©CNS file photo

De hecho, los Sediarios -otro cuerpo conformado por gentilhombres- se relacionan cada vez más con los Palafreneros una vez que el Pontífice comienza a usar la silla gestatoria, que era cargada en hombros por diversos hombres. Tanto es así que en 1565 ambas instituciones se ocupaban oficialmente del traslado del Pontífice.

Tras los Pactos Lateranenses de 1929, el llamado ‘Concordato’ entre la Iglesia y el Estado italiano, y ante el desuso de los caballos, los Palafreneros confluyeron definitivamente en los Sediarios y la sede de su Archicofradía salió de las murallas vaticanas y se trasladó a la Iglesia de “Santa Caterina della Rotta”, a dos pasos de Palazzo Farnese.

No es necesario ir demasiado atrás en el tiempo para recordar que los Sediarios cargaban la silla gestatoria que llevaba al Santo Padre en las audiencias o eventos. Una costumbre que terminó en 1978, cuando san Juan Pablo II no la quiso usar, ni siquiera para la ceremonia de toma de posesión y, desde entonces, ha caído en desuso.

Los Sediarios en la actualidad

Augusto Pellegrini, Gentilhombre de su Santidad y ex decano de Sala de la Antecámara Pontificia, precisa para Omnes que “los Sediarios tienen un decano pero que no se llama ‘decano de los Sediarios’ sino Decano de Sala de la Antecámara Pontificia.

Hoy en día los ‘sediarios de numero’ son cuatro personas, que ayudan al Decano de la Sala de la Antecámara Pontificia -actualmente Roberto Stefanori- a recibir a quienes visitan al Santo Padre durante la semana en los encuentros que se realizan generalmente en la Biblioteca del Palacio Apostólico”.

“A ellos se suman -añade Pellegrini- los ‘sediarios de sobrenúmero’, que son convocados por el Decano cuando es necesaria una mayor participación de ellos”. (Por ejemplo en las audiencias de los miércoles). 

Sin la presencia de caballos o silla gestatoria, los sediarios continúan, hoy en día, con su labor al paso de los tiempos. Presididos por el Prefecto de la Casa Pontificia son personas de confianza del Papa, activos en el Vaticano para ayudar al Santo Padre en las audiencias y a quienes el Anuario Pontificio incluye como la parte laica de la familia pontificia.

El autorHernan Sergio Mora

Experiencias

Encontrarse con Cristo en Magdala

La organización Magdala organiza el primer encuentro de jóvenes en una peregrinación a Tierra Santa. Será un viaje de 10 días durante los que los participantes podrán visitar los lugares por los que Jesús caminó y en los que predicó.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Del 21 al 31 de julio un grupo de peregrinos recorrerá los lugares donde Cristo predicó. La iniciativa nace de la organización Magdala, que además de tener una tarea de preservación arqueológica de gran interés, quiere ser un punto de encuentro entre la historia judía y la cristiana.

El proyecto Magdala, impulsado por el Regnum Christi, cuenta con un centro de oración para los cristianos de todas las confesiones (“Duc in altum”), un instituto para el desarrollo de la dignidad humana y la renovación tanto espiritual como psicológica (“Instituto Magdalena”), un parque arqueológico, que incluye la sinagoga más antigua del mundo encontrada hasta ahora, y una casa de huéspedes. Todo ello está en un enclave único en las orillas del mar de Galilea, como es la antigua ciudad de Magdala, de donde se cree que era María Magdalena.

Este 2023, la organización Magdala ha decidido realizar una peregrinación que se repetirá anualmente, hasta 2033. El objetivo es preparar a los cristianos para el tercer milenio de la Resurrección de Jesús. Toda la información está disponible en la página web “Encounter Magdala”.

Itinerario del viaje

  • DÍA 1: El viernes 21 de julio los viajeros llegarán al aeropuerto de Tel Aviv. Después se trasladarán a un hotel en Galilea.
  • DÍA 2: El grupo podrá visitar el Monte Arbel, pasear en barco por el mar de Galilea e ir a Magdala. Será aquí donde asistirán a Misa con el sacerdote Juan Solana, quien inició el gran proyecto que es hoy la organización.
  • DÍA 3: Los peregrinos irán al Monte Tabor, a Nazaret (acudirán a Misa en la iglesia de la Anunciación), a la casa de María y de la Sagrada Familia, y a Caná.
  • DÍA 4: Los viajeros visitarán Cesarea de Filipo y los Altos del Golán, meditando sobre la conversión de san Pablo. Más tarde, volverán a Magdala para asistir a un evento musical con artistas internacionales como Ana Bolivar, Paola Pablo o David Filio.
  • DÍA 5: Los peregrinos irán a ver el último bastión de los cruzados en Tierra Santa y el Monte Carmelo. De nuevo, luego irán a Magdala para una adoración y alabanza cerca del mar de Galilea.
  • DÍA 6: Habrá una Caminata por la “Via Maris” en Galilea, visitarán el Monte de las Bienaventuranzas, el Primado de Pedro y Cafarnaúm.
  • DÍA 7: Los peregrinos irán a Jericó, renovarán las promesas bautismales en el río Jordán, visitarán el mar Muerto y harán una caminata por el desierto de Judea.
  • DÍA 8: Los grupos irán a Belén y asistirán a Misa en la iglesia de la Natividad. Después, empezarán a visitar Jerusalén, pasando por el monte Sión, la Tumba de David, el Cenáculo y el Museo de Israel, entre otros lugares.
  • DÍA 9: Los peregrinos continuarán visitando Jerusalén. Pasarán por la gruta de Getsemaní, por el Monte de los Olivos, por distintas iglesias, la Tumba de María, el Calvario y el Santo Sepulcro, además de muchos otros puntos de gran interés que están en la Ciudad Santa.
  • DÍA 10: El último día completo en Tierra Santa, los peregrinos podrán ir a la antigua Jaffa, hoy Tel Aviv, y a Cesarea Marítima, donde habrá una celebración de la Eucaristía.
  • DÍA 11: El 31 de julio el grupo dejará Tierra Santa.

Cuestiones prácticas

Todo el viaje tiene un precio que va desde los 1 300 dólares, en los que no se incluyen las tasas de los aeropuertos, los billetes de avión, ni los gastos personales. El grupo de peregrinos se dividirá en varios hoteles distintos y contarán con autobuses para el transporte.

Además, habrá guías en inglés y en español a lo largo de todo el recorrido. También habrá Misas diarias, además de las señaladas en el itinerario.

Próximamente…

¿Y si este año no puedo ir? No pasa nada, porque desde Magdala aseguran que el año que viene repetirán la experiencia. De hecho, ya tienen abierto el registro para recibir cualquier tipo de actualización de los “Encounter” de los próximos años.

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Cultura

Milagros Tejedor. Cuidar a los cuidadores

Arraigada en San Sebastián (España) desde hace décadas, Milagros Tejedor preside la Asociación para el Cuidado Familiar de Enfermos Dependientes (APCF), integrada por personas de diversas profesiones liberales, que al final de su vida laboral ayudan a la formación integral de los cuidadores. 

Francisco Otamendi·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La mano que mece la cuna en diversas poblaciones del mundo suele ser inmigrante. Y la que cuida a mayores y enfermos, también. Milagros Tejedor y algunas otras personas detectaron en la capital guipuzcoana, en el País Vasco, hace ya quince años, la necesidad de escuchar y ofrecer una formación personalizada a los cuidadores. De modo que pusieron en marcha la Asociación en pro del Cuidado Familiar de enfermos dependientes. 

“El cuidador lleva a cabo su trabajo muchas veces en solitario, lo cual supone un desgaste físico y psíquico”, explica Milagros Tejedor. “Además, todos, en algún momento de nuestra vida, nos convertimos en cuidadores ocasionales de nuestras familias, y en estas situaciones es muy útil saber que hay alguien que puede orientarnos en cómo y de qué manera podemos hacerlo de forma adecuada”.

Los seminarios de geriatría son preparados por los doctores Istúriz Marquina y Paisán Grisolía, que forman parte de la Junta directiva. “Son muy profesionales, para abarcar las necesidades que puedan tener nuestros mayores, y que sus cuidadores puedan atenderles en su domicilio con la ayuda y seguimiento de los servicios médicos correspondientes”, señala.

La Asociación realiza también “labores de escucha y atención personalizada de los cuidadores, y atendemos a su adaptación a nuestro entorno, para que en un tiempo más corto que largo, puedan conseguir la reagrupación familiar y la adaptación social”, añade la presidenta. Se trata de “un colectivo mayoritariamente formado por trabajadores latinoamericanos, que viven situaciones difíciles hasta su integración definitiva. Tenemos de muchos países, Centroamérica -Honduras, Nicaragua…-, también Bolivia, ahora están llegando muchos de Colombia, Perú, algunos africanos, y de Nepal, esto de hace tiempo”

Calidad profesional y valores

¿De dónde le llegó a esta mujer la inquietud por los demás? Buceamos un poco en su historia vital. Milagros Tejedor González estudió en las Jesuitinas y en la Escuela de Comercio de Valladolid, y se graduó como profesor mercantil. Además, recuerda que fue alumna del escritor Miguel Delibes.

En su familia se vivían las costumbres cristianas y estaba muy vinculada a la cofradía de la Virgen de las Angustias. Todos eran cofrades, y ella sigue siéndolo, también cuando se instaló con su familia en San Sebastián, por motivos de matrimonio y de trabajo. “Acudíamos cada año a participar en las silenciosas y magníficas procesiones de Semana Santa de Valladolid, para acercar a nuestros hijos a sus raíces, y atender y disfrutar de nuestros padres”, comenta. 

Milagros Tejedor, que tiene tres hijos y ocho nietos, y un marido médico inmunólogo, fue oficial de Juzgado por oposición, trabajó muchos años en Magistratura de Trabajo, pasando después a un Juzgado de lo Penal, donde pudo observar “la cara amarga de la vida”, lo que le hizo humanizarse más. 

“Nuestra tarea es un granito de arena”, afirma. Sin embargo, tras estos años de andadura, “numerosas familias de nuestro entorno se ponen en contacto con nosotros para solicitar nuestra ayuda, confiando en la calidad profesional y los valores adquiridos por los cuidadores que acuden a nuestra asociación. Durante un tiempo fuimos únicos y pioneros en esto, ahora también la Administración de Guipúzcoa imparte cursos de formación para los cuidadores”.

La Asociación organiza ciclos anuales de seminarios que se celebran desde hace quince años, seguidos de un mes de prácticas en residencias de mayores. En este contexto, puso en marcha en diciembre visitas a las residencias de mayores San Ignacio, Hermano Gárate y Zorroaga, en colaboración con el coro del colegio Eskibel.

El autorFrancisco Otamendi

Lecturas del domingo

Pastores buenos, ovejas sensatas. Domingo IV de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del IV domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo de hoy es conocido como el Domingo del Buen Pastor porque cada año el evangelio se toma de Juan, capítulo 10, en el que Jesús habla de sí mismo como el Buen Pastor. 

También se conoce como el Domingo de las Vocaciones porque en 1964 el Papa san Pablo VI estableció este día como una jornada especial para rezar por las vocaciones. 

La lógica es evidente y se encuentra en aquellas palabras del profeta Jeremías, cuando Dios dice: “Os daré pastores, según mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia” (Jer 3, 15). Pidamos a Dios que nos conceda auténticos pastores de almas, que, a imitación de Cristo, estén dispuestos a dar la vida por las ovejas, atender a los débiles, buscar a los perdidos y guiar a todos a buenos pastos.

Israel en tiempos de Jesús era una sociedad profundamente agraria y las ovejas tenían mucha importancia. El rey davídico, el gobernante ungido de la línea de David, era visto como pastor de su rebaño. El propio David era un pastorcillo cuando fue ungido para ser rey: “Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel” (2 Sam 7, 8). Y los israelitas podían ponerse muy tiernos con sus ovejas, como vemos en la parábola que Natán contó a David después del gran pecado de éste. El profeta habla de un pobre hombre que tenía una sola “cordera… La alimentaba y la criaba con él y con sus hijos. Ella comía de su pan, bebía de su copa y reposaba en su regazo; era para él como una hija” (2 Sam 12, 3).

Pero en el evangelio de hoy (Jn 10, 1-10), Jesús añade un matiz ligeramente distinto. No sólo es el Buen Pastor, como explicará, sino también la puerta del redil, la única forma legítima de entrar y salir de él. Si vemos el redil como la Iglesia, el lugar donde nos alimentamos y nos mantenemos a salvo de los lobos, entonces sólo entramos en él a través de Cristo. Así como Cristo entra en nosotros por la Eucaristía, nosotros entramos en él por el Bautismo. Pero Jesús nos anima a “entrar y salir” del redil, no para abandonar la Iglesia, sino en el sentido de salir de sus confines obvios -la parroquia, la vida hogareña de una familia cristiana- para ir al mundo a dar testimonio de nuestra fe. 

Guiados por Jesús, el Buen Pastor, salimos a dar testimonio, con su palabra en el corazón, pero volvemos al redil para ser restaurados, alimentados y renovados. Jesús nos habla aquí de la dinámica misma de la vida cristiana: necesitamos la parroquia y la vida doméstica, pero no debemos quedarnos encerrados en ellas, sino dar testimonio en nuestro trabajo y en nuestro tiempo libre. 

Por último, Jesús nos previene contra los falsos maestros, “el ladrón…, que no entra sino para robar y matar y hacer estragos”, que intentan acceder al redil de otra manera que no sea a través de Él. Con tales personas, seamos como las ovejas sensatas de las que habla Jesús: “a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

La homilía sobre las lecturas del domingo IV de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Laicos y religiosos, miembros con derecho a voto en el próximo Sínodo

La Santa Sede ha hecho públicas hoy una serie de modificaciones en lo relativo a la composición de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.10 nuevos miembros pertenecientes a Institutos de vida consagrada y 70 miembros no Obispos, que representan a otros fieles del Pueblo de Dios (sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos) se sumarán a los miembros con derecho a voto.

Maria José Atienza·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos contará, por primera vez, con miembros no obispos con derecho a voto. Se trata de 10 miembros de órdenes religiosas (5 mujeres y 5 hombres) y otros 70 no obispos entre los que habrá sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.

Junto con la incorporación de una nueva figura, los facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea, constituyen la mayor novedad de la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos centrada en el tema de la sinodalidad.

La nota publicada por la Santa Sede señala que «la normativa vigente sigue remitiéndose a la Constitución Apostólica Episcopalis Communio con algunas modificaciones y novedades» y remite a la aprobación, hecha por el Papa Francisco de «la extensión participativa en la Asamblea sinodal a los ‘no obispos’ (sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas). Esta elección está en continuidad con la progresiva apropiación de la dimensión sinodal constitutiva de la Iglesia y la consiguiente comprensión de las instituciones a través de las cuales se ejerce».

Diez religiosos sustituyen a los «diez clérigos»

Los diez religiosos y religiosas que formarán parte de esta Asamblea sustituyen a los «diez clérigos pertenecientes a Institutos de vida consagrada, elegidos por las respectivas organizaciones que representan a los Superiores generales» que se preveían en anteriores sínodos.

Las religiosas serán elegidas por la Unión Internacional de Superioras Generales y los masculinos por la Unión de Superiores Generales, respectivamente.

Mujeres y jóvenes, elegidos por el Papa

Además, este Sínodo contará con otros 70 nuevos miembros que procederán de las Iglesias locales. Entre ellos se estima que haya presencia de sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.

Aunque cada una de las Reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas propondrá 20 nombres; los nuevos miembros serán elegidos por el Papa de la lista resultante de 140 personas. De entre ellas, se especifica «que el 50% de ellos sean mujeres y que se valore también la presencia de jóvenes». Tendrán derecho a voto, algo que no tenían antes y se ha pedido que se tenga en cuenta «no sólo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal».

Por otra parte, indica la Santa Sede, «además de los 70 miembros no obispos mencionados anteriormente, cabe mencionar que también será posible contar con miembros no obispos entre los miembros de nombramiento pontificio».

La última novedad de esta Asamblea se refiere a «los representantes de los Dicasterios» que participarán y que «son los indicados por el Santo Padre».

La nota emanada de la Santa Sede ha recordado además que «todas las elecciones deben ser ratificadas por el Romano Pontífice», es decir, el Papa tiene que aprobar los nombres propuestos, obispos o no, para ser miembros de esta Asamblea.

Algunas conferencias episcopales, como la española, ya han anunciado que han hecho llegar a Roma su propuesta de obispos como padres sinodales.

Los nombres de los elegidos no serán dados a conocer hasta que su elección ha sido confirmada por el Papa.

Participantes sin derecho a voto

La Santa Sede ha recordado que, en la Asamblea «también participan otras personas que no tienen el título de miembro» es decir, «que no tienen derecho a voto».

Entre estos participantes sin derecho a voto se encuentran expertos y, por primera vez, facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea así como «delegados fraternos, miembros de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales», como han apuntado desde el Vaticano.

Un impulso a la especificidad episcopal

Según explica la Santa Sede, esta ampliación de la participación en la Asamblea «refuerza la solidez del proceso en su conjunto, incorporando en la Asamblea la memoria viva de la fase preparatoria, a través de la presencia de algunos de los que fueron sus protagonistas, restituyendo así la imagen de una Iglesia-Pueblo de Dios, fundada en la relación constitutiva entre sacerdocio común y sacerdocio ministerial, y dando visibilidad a la relación de circularidad entre la función profética del Pueblo de Dios y la función de discernimiento de los Pastores».

La entrada de miembros no obispos en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos no sólo no diluye sino que «confirma» la especificidad episcopal de la Asamblea (los obispos siguen representando el 75% de los participantes) pero, al mismo tiempo, «no limita su composición».

España

Jesús Torres: «África me evangelizó»

El próximo domingo 30 de abril se celebra la Jornada de Vocaciones Nativas, con el lema “Ponte en camino, no esperes más”. Coincide con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que este año tendrá el tema “Vocación: gracia y misión”.

Loreto Rios·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hoy ha tenido lugar la presentación de la Jornada de Vocaciones Nativas en la sede de las Obras Misionales Pontificias. José María Calderón, director de OMP España, ha señalado la estrecha relación que existe entre esta jornada y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, ya que como Iglesia universal hay que rezar por el surgimiento de las vocaciones a nivel nacional y universal. Del mismo modo, ha indicado que existe una tentación de rezar por que “haya misioneros”, pero que, aunque hubiese miles, habría que seguir rezando por que haya vocaciones en el territorio evangelizado. La presentación ha contado también con la participación de Jesús Torres, misionero en África.

Importancia de las vocaciones nativas

“Un misionero no deja de ser un extranjero”, ha señalado el director. “Tienen que surgir vocaciones propias que tomen el relevo de los misioneros para que la Iglesia se constituya con fortaleza (…) Sentir con la Iglesia quiere decir que la realidad de los cristianos en los demás lugares del mundo también me incumbe (…). Es una jornada para crecer en el sentido católico de la Iglesia, de preocupación de unos por otros”.

Jesús Torres, misionero en África

La presentación ha contado con la participación del padre Jesús Torres, sacerdote diocesano y misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Jesús ha vivido 26 años en Mozambique, y ha contado brevemente que desde muy joven supo que su vocación era ser misionero, pero sin dejar de ser sacerdote diocesano.

Tras ejercer durante 14 años como sacerdote rural en la diócesis de Segovia, fue como misionero a Mozambique. “Me encontré una Iglesia que me fascinó. Aquella intuición que yo tenía de lo que debía ser vivir el Evangelio la encontré en África”. Añade: “África me evangelizó (…). Me descubrió esa Iglesia en la que teníamos que caminar juntos”.

Torres llegó a Mozambique en el año 1985. Por aquel entonces, Mozambique contaba con unos 500 años de evangelización, y era una iglesia viva a nivel de comunidades cristianas. Pero, sin embargo, no había vocaciones nativas. Comprendió que esa Iglesia tenía que crecer. La diócesis de Beira, cuando él llegó, tenía solo cuatro sacerdotes mozambiqueños, contando con el obispo. Era un pueblo ya evangelizado, una iglesia de mozambiqueños, pero sin sacerdotes mozambiqueños.

Según narra este misionero, esta situación deriva de la época en que Mozambique era colonia portuguesa, ya que los evangelizadores de entonces consideraban que, siendo Mozambique territorio portugués, siempre podían enviar los sacerdotes que hiciesen falta. Posteriormente, san Pablo VI tuvo una intuición: “África tiene que ser evangelizada por los africanos”. Esto tuvo una importancia muy grande para África en general y produjo un renacimiento en la iglesia mozambiqueña, que comenzó a contar con obispos nativos.

«Los misioneros tenemos que saber retirarnos»

Jesús Torres ha señalado que “la primera evangelización es implantar la Iglesia, y para eso estamos los misioneros”. Pero, una vez implantada, faltaban vocaciones nativas. Se fundaron los primeros seminarios, pero tuvo lugar la revolución de Mozambique, que truncó aquel impulso. Justo cuando llegó al país, el obispo que había en ese momento había tomado la decisión de abrir los seminarios, ya que eran el único camino de crecimiento para la iglesia local. El obispo le pidió que le ayudase como profesor en el seminario de la diócesis de Beira.

Además de su labor pedagógica, se dedicaba a visitar también los poblados más alejados, donde encontró comunidades cristianas vivas, pero, de nuevo, sin sacerdotes propios. A raíz de esta labor, comenzaron a surgir las vocaciones nativas. “Los misioneros tenemos que saber retirarnos y que se implante esa iglesia local”, ha afirmado.

Desde 1993, Jesús fue rector del seminario, puesto que ocupó durante trece años. Indicó al obispo que en cuanto se ordenasen los primeros estudiantes, el puesto de rector tenía que ocuparlo un mozambiqueño.

«A los misioneros nos cuesta confiar»

En 2011 regresó a España para ejercer de sacerdote en su diócesis, aunque ha mantenido el contacto con sus antiguos alumnos de Mozambique. Este año ha visitado esas comunidades donde estuvo de misionero, y donde ejercen ahora sacerdotes mozambiqueños que fueron sus alumnos.

En las tres diócesis que hay en Mozambique hay unos 100 sacerdotes, y la mayoría de las parroquias están dirigidas por sacerdotes nativos. Ha habido, sin duda, un crecimiento, pero afirma, sin embargo, que actualmente se vive un ligero retroceso, porque “a los misioneros nos cuesta confiar que van a poder llevar adelante este crecimiento”.

Comenta que recientemente se han vuelto a nombrar obispos blancos y que dos seminarios están dirigidos por mozambiqueños, pero uno vuelve a estar llevado por extranjeros.

El misionero ha hecho un llamamiento a confiar: “El camino no es que vuelvan los misioneros. (…) Esa es la importancia de esta Jornada de las Vocaciones Nativas. Es el único camino de crecimiento, y ese crecimiento requiere una confianza”.

También ha señalado la importancia de la Obra de san Pedro Apóstol y de los donativos para que las misiones puedan salir adelante.

Vídeo de la presentación de la Jornada de Vocaciones Nativas, de OMP España
Vaticano

La vocación es una llamada al amor, recuerda el Papa

El 30 de abril se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, instituida por san Pablo VI en 1964. Su objetivo, como señala el Papa Francisco, es “ayudar a los miembros del pueblo de Dios, personalmente y en comunidad, a responder a la llamada y a la misión que el Señor confía a cada uno en el mundo de hoy, con sus heridas y sus esperanzas, sus desafíos y sus conquistas”.

Paloma López Campos·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha publicado su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebra el 30 de abril. Este año, el Pontífice propone reflexionar sobre la idea de que la vocación es gracia y misión, pues “es un don gratuito y, al mismo tiempo, es un compromiso a ponerse en camino, a salir, para llevar el Evangelio”.

El origen de toda vocación es el amor, “porque este es, desde siempre y para siempre, el sueño de Dios: que vivamos con Él en comunión de amor”. Francisco lo recuerda a través de las palabras de san Pablo, “en Cristo, Dios Padre «nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad» (Ef 1, 4-5)”.

Voluntad y libertad

Dice el Papa que esta llamada al amor, que se concreta para cada uno en una vocación, está “inscrita en lo más íntimo de nuestro ser y es portadora del secreto de la felicidad”. Pero también puede llegar de manera inesperada. Así lo cuenta el Pontífice: “Fue así para mí el 21 de septiembre de 1953 cuando, mientras iba a la fiesta anual del estudiante, sentí el impulso de entrar en la iglesia y confesarme. Ese día cambió mi vida y dejó una huella que perdura hasta hoy”. Si bien, cada uno recibe la llamada de una manera distinta, pues “la fantasía de Dios para llamarnos es infinita”.

Eso sí, de todos se espera respuesta. En esa armonía entre la voluntad de Dios y la libertad del hombre vive la vocación. Señala el Papa que “el don de la vocación es como una semilla divina que brota en el terreno de nuestra vida, nos abre a Dios y nos abre a los demás para compartir con ellos el tesoro encontrado”.

La vocación como misión

Cada vocación es también un envío al mundo. Dice Francisco que “no hay vocación sin misión. Y no hay felicidad y plena realización de uno mismo sin ofrecer a los demás la vida nueva que hemos encontrado. La llamada divina al amor es una experiencia que no se puede callar”.

De hecho, el Papa recuerda aquello que ya dijo en su Exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “cada uno de nosotros, sin excluir a nadie, puede decir: «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo»”.

Es misión de cada cristiano ser testimonio vivo de la alegría de Cristo y su Iglesia. Esto “se traduce en obras de misericordia material y espiritual, en un estilo de vida abierto a todos y manso, capaz de cercanía, compasión y ternura, que va contracorriente respecto a la cultura del descarte y de la indiferencia”.

Sin voluntarismo, con Cristo

Sin embargo, el Papa avisa de que no podemos caer en el voluntarismo. Nuestro testimonio “no nace simplemente de nuestras capacidades, intenciones o proyectos, ni de nuestra voluntad, ni tampoco de nuestro esfuerzo por practicar las virtudes, sino de una profunda experiencia con Jesús”. Como ejemplo de una experiencia con Cristo, Francisco menciona la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en agosto y se celebrará en Lisboa.

Pues no testigos de algo, sino “de Alguien, de una Vida”. Y por ello, estamos “marcados «a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 273)”.

Vocación personal, espíritu universal

El Papa ha querido recordar que “en la Iglesia, todos somos servidores y servidoras, según diversas vocaciones, carismas y ministerios”. No se puede desdeñar, por tanto, la misión de los laicos, “comprometidos a construir la familia como pequeña iglesia doméstica y a renovar los diversos ambientes de la sociedad con la levadura del Evangelio; en el testimonio de las consagradas y de los consagrados, entregados totalmente a Dios por los hermanos y hermanas como profecía del Reino de Dios; en los ministros ordenados (diáconos, presbíteros, obispos) puestos al servicio de la Palabra, de la oración y de la comunión del pueblo santo de Dios”.

La misión personal de cada uno debe verse también en el conjunto de la riqueza de la Iglesia. “En este sentido, la Iglesia es una sinfonía vocacional, con todas las vocaciones unidas y diversas, en armonía y a la vez en salida para irradiar en el mundo la vida nueva del Reino de Dios”. Para finalizar su mensaje, el Papa cita la oración compuesta por san Pablo VI para la primera Jornada Mundial de las Vocaciones:

«Jesús, divino Pastor de las almas, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de hombres, atrae a Ti también las almas ardientes y generosas de los jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros; hazlos partícipes de tu sed de redención universal […], descúbreles los horizontes del mundo entero […]; para que, respondiendo a tu llamada, prolonguen aquí en la tierra tu misión, edifiquen tu Cuerpo místico, la Iglesia, y sean “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5,13)».

Vaticano

El Papa habla de la oración y del monje armenio san Gregorio de Narek

En la duodécima catequesis sobre el celo apostólico, ciclo que comenzó en enero, el Papa ha hablado de la importancia de la intercesión, y ha señalado que la oración silenciosa e invisible de los monasterios es fundamental para la labor misionera de la Iglesia y para proclamar el Evangelio. 

Loreto Rios·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Audiencia de esta mañana, el Papa ha continuado con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico. Ha comenzado con una cita del libro de Isaías: “Por los trabajos de su alma (mi Siervo) verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores” (Is 53, 11-12).

En las catequesis anteriores el Santo Padre habló de san Pablo y los mártires, y en este caso se ha centrado en el monacato, señalando que estos hermanos “renuncian a sí mismos y al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, castidad y obediencia”.

¿Cómo se puede proclamar el Evangelio desde un monasterio?

El Papa ha indicado que nos puede surgir la pregunta de cómo se puede participar en proclamar el Evangelio desde los monasterios, e incluso que podemos llegar a pensar que sería mejor que estos hermanos emplearan sus energías en la misión activa. “Y, sin embargo, son el corazón palpitante del anuncio. Su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo. Es la fuerza invisible que sostiene la misión. No es casualidad que la patrona de las misiones sea una monja”.

Santa Teresita de Jesús, patrona de las misiones

A continuación, el Papa ha hablado brevemente de Santa Teresita del Niño Jesús, y de cómo esta se dio cuenta de que lo que hace actuar a los miembros de la Iglesia es el amor, que encierra en sí todas las vocaciones. El Papa ha citado unas palabras de la santa y de cómo encontró su lugar en la Iglesia: “Mi vocación es el amor”.

San Gregorio de Narek

El Santo Padre ha destacado el poder de la oración de intercesión, que es la que sostiene la Iglesia. Para ejemplificarlo, ha usado la figura de san Gregorio de Narek, monje armenio que vivió en torno al año 1000 y que pasó la mayor parte de su vida en el monasterio de Narek. De san Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia, conservamos un libro de oración y poesía que influyó enormemente en la literatura y espiritualidad armenia.

El pueblo armenio, aferrado a la Cruz de Cristo

El Papa ha indicado que el pueblo armenio ha estado “aferrado a la Cruz de Cristo a lo largo de la historia”, destacando la profunda tradición cristiana del pueblo armenio, el primero en abrazar el Evangelio. También ha señalado que san Gregorio de Narek nos enseña la “solidaridad universal”, ya que el que intercede carga con los sufrimientos y pecados de los hermanos, como indicaba la cita de Isaías que ha dado inicio a la audiencia.

El Papa ha comentado que los consagrados “son como una antena que recoge todo lo que sucede en el mundo y rezan. Son los grandes evangelizadores (…). Lo que anima la vida de estos consagrados es el amor. Su celo apostólico nos enseña a pedir misericordia para el mundo rezando por los que no rezan y no conocen a Dios”.

Llamada a la oración a todos los cristianos

El Papa ha animado a participar en esta responsabilidad cristiana de cooperar con la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio mediante la oración de intercesión. “Pidamos la gracia de sentirnos necesitados de Dios y aprender a orar intercediendo por todos. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, ha concluido, en el resumen de la catequesis en español. En los saludos también ha pedido que se continúe rezando por Ucrania.

Estados Unidos

Una misionera en la universidad, del campus al altar

Michelle Duppong murió en el 2015 con fama de santidad tras ayudar a muchos jóvenes en la universidad a encontrarse con Cristo. Ocho años después, comienza la investigación diocesana para que sea declarada santa comienza en Estados Unidos.

Paloma López Campos·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 25 de diciembre de 2015 murió a causa de un cáncer una joven de 31 años con fama de santidad. Su nombre era Michelle Duppong y estuvo seis años acompañando a los jóvenes en la universidad a encontrarse con Cristo. Hace unos días, el obispo David Kagan, de la diócesis de Bismarck (Dakota del Norte) anunció la apertura del proceso para declararla santa.

Las gestiones comienzan con una investigación diocesana durante la que hay que recoger testimonios, escritos y otras evidencias. Toda esta información se presenta al Dicasterio para las Causas de los Santos, tratando de mostrar la santidad de la persona. Si se acepta el informe, Michelle Duppong pasará a ser “sierva de Dios”.

A partir de ahí, la causa continuará con los requisitos establecidos por el Dicasterio hasta que canonicen y nombren santa a la joven estadounidense.

Una misionera en el campus

Michelle Duppong nació en 1984 y se crió en Dakota del Norte. En 2006 se graduó en Horticultura. Mientras estaba en la universidad, conoció la actividad de FOCUS y, tras conseguir su título, siguió trabajando con esta organización como misionera en el campus universitario.

El desempeño de su labor fue ejemplar y en 2012 obtuvo el puesto de Directora de la formación en la fe para adultos de la diócesis de Bismarck. Sin embargo, dos años después le diagnosticaron un cáncer.

Llevó la enfermedad con paciencia y alegría, hasta que falleció el día de Navidad de 2015, con fama de santidad. Algunos testigos de su vida, como monseñor James Shea, presidente de la “University of Mary”, dicen de su vida que fue una “mujer radiante y alegre, con el corazón de una auténtica sierva”. Por su parte, el fundador de FOCUS, Curtis Martin, afirmó que “Michelle fue una misionera de la alegría”, que vivió su fe de manera excepcional en el día a día.

Evangelizar las universidades

FOCUS es un apostolado católico de misión que busca acercar a los universitarios a Cristo a través de actividades, de la amistad y de la formación, en definitiva, de una manera natural dentro del entorno universitario. En el curso académico 2021-2022, hubo aproximadamente 800 misioneros. Actualmente, se calcula que los FOCUS alumni son ya unos 40 000.

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Vaticano

Michelle Duppong, ejemplo para los jóvenes de hoy

Rome Reports·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Michelle Duppong, que fuera misionera de la Fellowship of Catholic University Students, FOCUS falleció en 2015 debido a un cáncer. Ha sido declarada Sierva de Dios.

El 1 de noviembre de 2022, la diócesis de Bismarck en Dakota del Norte abrió su causa de canonización.


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Experiencias

Pablo Delgado de la Serna: «Una cruz abrazada pesa menos que una cruz arrastrada»

En redes, Pablo Delgado de la Serna es conocido como "Un trasplantado" y, aunque ese concepto define bien "su físico", sería más acertado que su nombre digital fuera "Una sonrisa". 

Maria José Atienza·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Pablo, enfermo crónico desde los seis años, paciente trasplantado, en diálisis permanente y con una pierna amputada lleva en su cuerpo casi una cuarentena de operaciones y la pierna que aún queda no sabe cuánto durará. Sin embargo, si algo transmite es alegría por vivir y gratitud a Dios por cada día.

Una conversación con este profesor de la Universidad Francisco de Vitoria e investigador es algo parecido a una diálisis de corazón: llena de esperanza y «sangre limpia» a quienes entran en contacto con él.

Quizás por eso, no deja de sonreír, y junto a «un trasplantado» encuentras siempre, una sonrisa que acompaña a cada una de sus historias, ya sea las duras y llenas de dolor físico como las amables y divertidas que protagoniza Amelia, parte de su equipo SAP (Sara – Amelia – Pablo).

Te lo habrán preguntado mil veces, pero, ¿cómo vives tan contento, habiendo visto la muerte de cara muchas veces?

-Me levanto todos los días y desayuno con mi mujer y mi hija, llevo a la niña al colegio. Tengo tres pasiones: dar clase, curar en mi consulta y dar conferencias, las hago las tres y encima me pagan por eso. Como siempre con mi mujer o con mis padres.

Eso es la felicidad. Cosas simples.

La enfermedad te quita sueños, pero te obliga a vivir el día a día. He dejado un futuro irreal, soñado, a cambio de un presente que es real. No tiene sentido estar amargado por lo que no soy.

¿El día a día tiene momentos complicados?

-A poco de conocerla, Sara me dijo: “¿Qué tal te encuentras?”. Yo le respondí: “Mira, yo nunca me encuentro bien. Yo no sé lo que es un día sin dolor, sin cansancio”…

Al final es que no lo analizas. Aprovecho el tiempo que me encuentro mejor y descanso el tiempo que me encuentro peor. Porque además es que no va a ir a mejor, en caso de duda va a ir a peor. Yo creo que cuando tenemos un problema gordo, los pequeños desaparecen. Yo llevo peor las cosas pequeñas que las gordas. Me dicen: “Te tenemos que cortar una pierna”. Pues te centras, te quitas de tonterías y te dedicas a lo importante. Llevo peor un dolor de oído.

Desde los 16 años mi cuerpo no es autónomo. Lo normal es que si me muero ahora, Amelia no se acuerde mucho de mí. Eso sí me pesa. Pero tengo un libro, un blog, pienso que así podría llegar a saber quién fue su padre y cómo pensó. Y en el fondo pienso que las cosas van a llegar cuando tengan que llegar. Hay que exprimir el presente. Yo lo que hago es prepararme, espiritualmente, en conciencia.

Me encantaría morirme con 100 años y la cabeza bien, pero como no está en mi mano, lo vivo con paz. Lo que no hago es perder tiempo con lo que no está en mi mano.

-¿Piensas que lo llevarías igual sin fe?

-No, ni de broma. Yo no le vería sentido a mi vida sin fe. Si mi vida acaba el día que yo me muera, ¿qué necesidad tengo de vivir todo esto, que no es ni agradable ni cómodo? De hecho, el 99,9 % de la gente que me dice que lo lleva mal, no son católicos. Bueno, especifico, no son creyentes. Hace un poco hice un máster de acompañamiento y hay dos patas que un paciente necesita para recuperarse: espiritualidad y esperanza. La espiritualidad es fundamental.

Dices que no sabes lo que es un día sin sentir dolor. Aquel salmo, “Desde lo profundo grito a ti, Señor”, se te podría aplicar perfectamente. ¿Cómo se grita a Dios desde lo profundo?

-Bueno, es que desde hace años tengo la sensación de que firmé un cheque blanco y yo ya no pido, yo doy gracias. Hay un dicho que a mí me encanta: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”.

Primero, mi enfermedad no me permite planificar muchas cosas. No teníamos planificada ni la Semana Santa, porque no sabíamos si iba a estar ingresado. Llevo un mes sin estar ingresado, ni en urgencias ni operado, y eso significa que me toca dentro de poco. Aprendes a vivir el día a día, que, al final, es lo más bonito.

El evangelio de nuestra boda fue el de “cada día tiene su afán”. Y a mí me parece precioso, porque dice: “¿De qué te preocupas, si los pajarillos del campo comen?”. Nos falta fe. En el fondo nos falta tener confianza. Lo que tenga que venir, vendrá. Y lo que tenga que venir, si tenemos de verdad a Dios con nosotros, vendrá acompañado de la gracia y la fuerza para sobrellevarlo.

Una de las cosas que dices es que a ti, a tus hermanos o a tus padres, la enfermedad «os tocó», pero Sara «la escogió». ¿Cómo le explicaste a Sara que iba a tener una vida de todo menos fácil?

-Bueno, Sara es muy lista, y no hizo falta explicárselo mucho. Yo le mentí, lo digo irónicamente, le mentí porque no sabía ni la mitad de las cosas que me vendrían después. Le dije, al poco de conocernos: “Oye, mi vida va a ser muy complicada, porque voy a perder un riñón y voy a tener que hacerme diálisis”. Punto. No contaba con que me cortaran una pierna, con un tumor, con nada.

Un día me dijo: “Mira, no sé si estaré a la altura, pero voy a estar ahí siempre”. Y pensé: “Jo, qué pasada”. Y luego, ella es muy fuerte, es muy práctica. El día que le toca, llora, y luego resurge, como el ave fénix. Es muy fácil tener una persona así al lado. Hay días que tiene que tirar ella del carro entero, porque yo no puedo.

Una persona que está enferma, ¿se puede sentir como una carga?

-El sentimiento de carga está ahí, y es un sentimiento muy duro. Es muy complicado. A mis padres les he robado mucha felicidad. Ellos lo hacen encantados, pero yo ahora que soy padre y a mi hija no le ha pasado nada, no quiero ni pensar lo que es que tu hija pierda un riñón, le corten una pierna… No quiero ni imaginármelo. A mis hermanos les he robado infancia… Y Sara ha sufrido muchísimas veces. No es fácil.

Los últimos dos años yo no me he ido de vacaciones con ellas, porque es tal jaleo llevando una diálisis, que al final es mejor que se vayan ellas dos y yo me quedo aquí. Con lo cual, ellas se van con el peso de que yo me quedo, etc. Esa es un poco la carga.

Nosotros no necesitamos grandes cosas para ser felices, simplemente estar los tres. El cuarto cumpleaños de Amelia, que fue en diciembre, le dijimos: “Amelia, dinos qué plan quieres hacer, que lo hacemos, el que quieras”. Dijo: “Estar los tres”. Eso es la vida.

El problema es que nos llenamos de unos fuegos de artificio y unas necesidades que nos hacen infelices, pero porque nosotros nos metemos en ese rollo. Yo no puedo ir a esquiar, pero no vivo pensando que hay que ir a esquiar. No me puedo ir en verano a no sé dónde, pues no vivo pensando en eso. Vivimos más tiempo pensando en lo que no podemos, o en lo que nos gustaría, que en lo que tenemos.

Si fuéramos conscientes de lo que tenemos y viviéramos anclados a eso, seríamos mucho más felices.

Cuando una persona es creyente, ¿se desespera? ¿Cómo se sale de esa desesperación?

-Yo es que no caigo en la desesperación, la verdad. A veces tengo incertidumbre, a veces tengo pesar… Y de hecho es una de las cosas buenas de tener fe, que no caigo en la desesperación.

Es que nos falta confianza. Si se supone que estamos pensados desde la eternidad, por algo estaremos viviendo lo que estamos viviendo. Yo me he dado cuenta de que la enfermedad me ayudó a tener una fe ciega.

Me ha costado llegar aquí mucho, no la he tenido toda la vida. De hecho, he tenido épocas de una fe muy fría, y de no entenderlo. De preguntarme: ¿Qué Dios bueno manda esto? Un día entendí que Dios no nos manda nada. Yo creo que la fe es un don, pero es un trabajo. Si nos gusta U2, nos sabemos todas las canciones de U2, si nos gusta el Madrid, todas las estadísticas, si nos gusta una persona, nos sabemos toda su vida. Tenemos una fe y no sabemos nada de Dios… A mí me impresionó, cuando iba a Kenia a tratar gente, que había musulmanes que se sabían perfectamente el Corán. Y he conocido judíos que se saben la Torá. Nosotros no tenemos ni idea de la Biblia. Y ya sé que no vale solo con sabérsela de memoria, luego hay que saber aplicarlo, pero saberlo de memoria ya es un paso para conocer. Al final lo que nos falta es confianza.

Y luego yo aprendí que una cruz abrazada pesa menos que arrastrada. Mi cruz no me la va a quitar nadie. Y Dios no me manda una cruz que no tenga fuerzas para llevar. Y si ya encima la amo… Amarla no en el sentido masoquista de “quiero más”, sino en el sentido de “solo puedo ser Pablo Delgado, y quiero ser Pablo Delgado”. Ese día, no digo que se convierta en liviana, pero pesa infinitamente menos.

¿Cómo le explicas tu sufrimiento a tu hija?

-Bueno, es que me enseña ella. Cuando llegué a casa del hospital con la pierna amputada, le dije: “Amelia, ¿qué te parece?”. Y le enseño la pierna y media. Me dice: “Papá, no está aquí, no está pupa”. Y se puso a aplaudir. Pensé: “Es que ese es el camino. Me han quitado el dolor”.

O un día, cuando me dicen que tengo el tumor, me dice Sara: “¿Se lo vas a contar a Amelia hoy?”. Y le dije: “Pues hoy no tengo fuerzas”. Luego, cuando estábamos jugando, me pregunta: “Papá, ¿estás malito?”. Le respondí: “Estoy malito todos los días, y hoy un poquito más, lo que estoy es cansado”. Y me dice: “Pues te quito la pierna”. Yo cuando estoy cansado y estresado me quito la pierna. Ella se había dado cuenta de que me pasaba algo y lo había relacionado con la salud. No sabía que tenía un tumor, obviamente, pero había entendido lo que me estaba pasando.

En enero tuve otra operación importante y, hablando con Amelia, de repente se me saltaron las lágrimas. Una de las opciones era salir mal, no salir, o salir sin piernas (sin la otra). Y Amelia, con cuatro años recién cumplidos, me agarró la mano, me miró a los ojos y dijo: “Papá, los padres no lloran. Miran al Cielo y rezan”. Yo me quedé…

Cuando se defiende la vida, ¿qué se está defendiendo?

-La gente no quiere enfermos porque no quiere verse enfermo. Al final es un miedo. Yo defiendo la vida con un 81 % de minusvalía, es decir, mi cuerpo no vale para nada en teoría, y soy absolutamente feliz, llevo una vida absolutamente plena y sobre todo absolutamente digna. Y para mí una muerte digna no es morirme antes, es poderme morir con mi mujer y mi hija al lado. Lo que pasa es que molesta. Y el Estado… No se quiere hablar del coste socioeconómico de la enfermedad. Yo soy muy caro a la Seguridad Social.

Conozco más gente amargada que tiene todo para ser feliz que gente enferma amargada. Porque en una situación así te desprendes de todo lo secundario. Que no es que lo secundario sea malo, pero a veces lo ponemos en un nivel de la escala de valores que nos amarga.

Cuanto más aprendes a desprenderte, más aprendes a ser feliz. Y la enfermedad te ayuda a eso.

Cultura

Pensar como una montaña ¿Por qué leer hoy a Aldo Leopold?

El pensamiento de Aldo Leopold, clásico del ecologismo contemporáneo, alimenta desde hace décadas la apremiante reflexión sobre el cuidado de la tierra. Pese a no ser citado en la encíclica Laudato si (2015) sus escritos señalan algunos conceptos, como el de “comunidad” o “ética de la tierra”, que enriquecen nuestra comprensión de la “casa común”.

Marta Revuelta y Jaime Nubiola·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El libro Un año en Sand County es la obra más emblemática de Aldo Leopold (1887-1948), publicada originalmente en 1949. En ella reúne sus impresiones -entre poéticas y filosóficas-, fruto de su observación de cada acontecimiento natural y de una vida profundamente contemplativa, reflexiva y volcada en la relación del ser humano con la comunidad que habita. 

Una obra fruto de una pasión

¿Por qué leer hoy a Aldo Leopold? En el momento actual en el que nos preguntamos por los efectos de nuestras acciones en el medioambiente y nos encontramos con respuestas confusas, pesimistas y a veces desgajadas de nuestra naturaleza, Aldo Leopold nos da una pista. Haciéndonos partícipes de su gran pasión, la vida al aire libre, nos ayuda a encontrar las respuestas en una relación, no en un enfrentamiento. Si formamos parte de una totalidad, la respuesta a la pregunta sobre la sostenibilidad es una ética, no una táctica. Y procede de la vida. 

Las reflexiones de Leopold nacen siempre de su vida. La primera parte del libro, titulada Un año en Sand County, está escrita en forma de cuaderno de memorias y relata magistralmente la vida cotidiana en “the Shack” (“la choza”), el nombre familiar del terreno en Wisconsin que Leopold compró en 1930, habilitado como refugio de vacaciones y fines de semana. Esta primera parte es de una gran belleza. Cualquier excusa —las huellas de una mofeta en la nieve, un tronco ardiendo en la chimenea, el cortejo de las aves en abril, la tala de un roble centenario muerto por un rayo— desencadena narraciones minuciosas en las que los protagonistas son animales, árboles, estrellas; y nosotros nos convertimos en privilegiados observadores de una historia que atrapa como una narración épica. 

Las descripciones se acompañan de reflexiones, que fluyen salpicadas de ironía, sin orden aparente, sobre la relación del ser humano y la tierra, el concepto de conservación, lo artificial y lo salvaje: “Dios nos lo da y Dios nos lo quita, pero no es lo único que hace. Cuando algún remoto antepasado nuestro inventó la pala, se convirtió en oferente: podía plantar un árbol. Y cuando inventó el hacha, se convirtió en sustractor: podía talarlo” (p. 134). 

Una vida comprometida con lo salvaje

Aldo Leopold está considerado uno de los pensadores más influyentes en el despertar del conservacionismo y el ambientalismo en los Estados Unidos, tanto en el mundo académico e intelectual como entre los activistas, y un precedente de la defensa de la sostenibilidad. En España, sin embargo, es una figura todavía poco conocida. La editorial Los Libros de la Catarata publicó en 2017 el libro titulado Una ética de la tierra, que recoge parte de los ensayos publicados en Un año en Sand County, con una interesante introducción de Jorge Riechmann.

En 1930 Leopold adquirió la granja abandonada que inspira su libro. Estas tierras, conocidas como “Sand County”, representan la materia de sus investigaciones. Se trataba de una zona a orillas del río Wisconsin devastada por incendios, talas masivas y sobreexplotación agrícola, que habían dado como resultado unos meandros arenosos donde Leopold y su familia fueron plantando robles y pinos para restablecer el paisaje original. En estas mismas tierras falleció de un infarto a los 61 años mientras colaboraba en la extinción de un incendio en una granja colindante. 

Con el título Apuntes de aquí y de allá, la segunda parte recoge seis ensayos que se corresponden con los lugares en los que Leopold vivió o a los que viajó. De todos esos viajes surgen reflexiones de una vida que le fue enseñando “gradual y a veces dolorosamente, que la acción colectiva está desestructurada” (p. 14).

Destaca entre estos episodios el de Pensando como una montaña, donde describe cómo el exterminio de los lobos acabó destruyendo la vegetación de las montañas: “He mirado a la cara de muchas montañas que se acaban de quedar sin lobos y he visto las laderas que dan al sur arrugarse como un laberinto de nuevos rastros de ciervo. He visto todos los arbustos y plantones comestibles ramoneados, primero hasta un anémico abandono y luego hasta la muerte. (…) Ahora sospecho que exactamente igual que una manada de ciervos vive aterrorizada por los lobos, también una montaña vive aterrorizada por los ciervos” (p. 226).

Comunidad y amor

En la tercera parte se encuentra su famoso ensayo La ética de la tierra que puede considerarse su gran legado intelectual. Hablar de ética de la tierra es hablar de la ética que amplía los límites de la comunidad para incluir suelos, aguas, plantas y animales, es decir: la tierra (p. 334).

Esta nueva ética se resume en una máxima, la más célebre, de Leopold: “Algo está bien cuando tiende a preservar la integridad, la estabilidad y la belleza de la comunidad biótica. Está mal cuando tiende a lo contrario” (p. 360). Aquí la ética y la estética se tocan. Así como en la ética clásica lo bueno está relacionado con lo que las cosas son, la belleza tiene que ver con cómo percibimos las cosas.

Por último, incluye Leopold un elemento que cierra admirablemente el círculo de sus razonamientos: el amor. “Para mí es inconcebible que una relación ética con la tierra pueda existir sin amor, respeto y admiración por esta, y sin una alta estima por sus valores”. A los ocho años de la encíclica Laudato si leer a Aldo Leopold es una magnífica manera de adentrarse más a fondo en el cuidado de la casa común, tal como nos pedía el papa Francisco.

El autorMarta Revuelta y Jaime Nubiola

Mundo

Hungría: próximo destino del Papa Francisco

Csaba Török, administrador parroquial de la catedral de Esztergom y responsable de las emisiones católicas en la televisión pública de Hungría ha mantenido un encuentro con periodistas acreditados en el Vaticano en el que ha señalado algunas de las claves del próximo viaje papal.

Antonino Piccione·24 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En vista del viaje apostólico de Su Santidad Francisco a Hungría (28-30 de abril), la Asociación ISCOM ha promovido un encuentro online al que asistieron más de 30 periodistas vaticanistas, en gran parte los mismos que viajarán con el Papa y seguirán su visita de tres días a Hungría. 

El encuentro se celebró el martes 18 de abril, con el don Csaba Török, administrador parroquial de la catedral de Esztergom y responsable de las emisiones católicas en la televisión pública de Hungría. 

En primer lugar, algunos apuntes históricos sobre la presencia de la Iglesia católica, cuyos primeros vestigios se remontan a la época romana (siglo IV), con los primeros asentamientos de población húngara en los Urales, un sistema montañoso en la frontera entre Europa y Asia.

El catolicismo en Hungría

A continuación, Török da por cierto que los primeros contactos del cristianismo con el pueblo magiar fueron prerrogativa de los pueblos orientales de rito armenio y griego. «Incluso hoy en día hay muchos católicos de rito griego, el encuentro con la Iglesia latina se produjo con la llegada de los húngaros a la cuenca de los Cárpatos en el siglo X».

Esteban, rey de Hungría, fue el principal artífice de la conversión de los magiares al cristianismo: emprendió la evangelización del país, que ya había iniciado en el siglo IX la Iglesia de Constantinopla, y consolidó la unidad nacional luchando contra el poder tribal. En su posición fronteriza, optó por Occidente antes que por Oriente, y por la independencia antes que por el vasallaje al imperio romano-germánico o bizantino.

Fundó numerosos monasterios, entre ellos el de San Martín de Pannonhalma, y a través del monje Anastasio y del obispo de Praga obtuvo del papa Silvestre II la corona con la que fue coronado «Rey Apostólico» en el año 1000.

La dualidad Este-Oeste, explica Török, sigue teniendo expresión hoy en día. «Dos movimientos políticos, digamos, uno más católico occidental, otro más nacionalista protestante oriental».

Tras repasar rápidamente los pasajes clave de la historia de Hungría (la invasión turca, el papel de los Habsburgo, el hundimiento del Reino en el siglo XX, el advenimiento del comunismo con la nacionalización de las escuelas eclesiásticas, la detención del cardenal József Mindszenty y la disolución de las órdenes religiosas), Török subrayó que los húngaros que se declaran católicos en la actualidad rondan el 40%, frente al 12% de protestantes.

Visitas papales a Hungría

Las primeras visitas de un Papa a Hungría fueron las de Juan Pablo II (16-20 de agosto de 1991, 6-7 de septiembre de 1996).

«La primera fue muy importante», dice Török, «por la entonces reciente caída del comunismo y por la significativa visita a Esztergom, el centro eclesiástico del país, más allá del encuentro en el estadio de Budapest con una multitud de fieles, entre ellos muchos jóvenes».  

El 12 de septiembre de 2021, el brevísimo paso del Papa Francisco por Budapest para el Congreso Eucarístico.

La Iglesia católica de Hungría se prepara ahora para acoger al Papa Francisco del 28 al 30 de abril. «La palabra central de esta visita es futuro y nuestro futuro es Cristo», aclara el padre Csaba Török. «El propio lema oficial es ‘Cristo es nuestro futuro’. No conozco los discursos que el Papa pronunciará en Budapest. La Iglesia de Hungría siente fuertemente los cambios sociales y culturales, el desvanecimiento de la religiosidad tradicional, y ahora esperamos un Mensaje para el futuro. ¿Cómo volver a empezar? ¿Cómo encontrar nuestro futuro? Cómo mostrar que Cristo y la fe son el camino para el futuro de nuestro país».

¿Posible presencia del patriarca Kirill?

En cuanto a la posibilidad de una presencia en Budapest del Patriarca Kirill o de su representante, el P. Török respondió que «ya en 1996, cuando el Papa Juan Pablo II llegó a Pannonhalma, había una cuestión abierta», a saber, si «aquella visita podría ser una oportunidad para un encuentro con el entonces Patriarca de Moscú Alexis II».

La Iglesia de Hungría», subraya el sacerdote, «siempre ha intentado servir de puente entre la Ortodoxia y la Iglesia católica latina. Incluso ahora hay cuestiones abiertas, dada la situación política», aunque de momento «no se habla de ello».

El sacerdote recuerda que en el Congreso Eucarístico Internacional de 2021 en Budapest, estuvieron presentes el Patriarca Ecuménico y representantes de las Iglesias ortodoxas, pero oficialmente no sabemos nada al respecto’.

Los temas de la visita de Francisco

La paz y el diálogo, entre los temas centrales de la visita.

En Budapest, el Papa mantendrá también encuentros institucionales con el Jefe del Estado, el Primer Ministro Viktor Orban, y con las autoridades y representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático.

En este sentido, el padre Török recuerda que también en 2021, cuando el Papa visitó Budapest con motivo del Congreso Eucarístico Internacional, el primer ministro Victor Orban hizo al Santo Padre «un regalo muy especial», una antigua carta que se remonta a la invasión mongola tras la cual fue aniquilada la mitad de la población.

«Victor Orban entregó la carta del rey de entonces al Papa, a quien pidió ayuda para salvar y preservar el cristianismo en Hungría y en toda Europa. «Fue una señal. Victor Orban se presenta como protector del cristianismo y busca conscientemente una conexión con el Papa».

Otro tema de actualidad es la migración. «Muchos católicos trabajan en ONG e intentan ayudar». «Las instituciones caritativas de la Iglesia intentan encontrar la puerta pequeña si no se puede entrar por la grande, y en este contexto los servicios de la Orden de Malta y Cáritas han hecho mucho». 

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Santo Padre propone un breve examen de conciencia, y viajará a Hungría

El Papa Francisco ha alentado en el rezo del Regina Caeli del III Domingo de Pascua a realizar un breve examen de conciencia por la noche con Jesús, “desde hoy”, ha sugerido, y ha rogado una oración por “nuestros hermanos ucranianos”, por Sudán y por su próximo viaje apostólico a Hungría, que “será ocasión de volver a abrazar a una iglesia y a un pueblo muy queridos”, ha manifestado.

Francisco Otamendi·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este tercer Domingo de Pascua, el Papa Francisco ha comentado en el rezo del Regina Caeli “el encuentro de Jesús Resucitado con los discípulos de Emaús”, que narra el Evangelio. Y para imitarles en ese “diálogo con Jesús” y en la petición de que “al atardecer Él se quede con nosotros”, “existe un buen modo para hacer esto. Consiste en dedicar un momento cada noche a un breve examen de conciencia. Se trata precisamente de releer mi jornada, abrir el corazón, llevarle las personas, las cosas que han sucedido, para aprender gradualmente a mirar las cosas con ojos diferentes, con los suyos, y no sólo con los nuestros”.

Ésta ha sido la propuesta del Santo Padre este domingo, ante alrededor de cuarenta mil romanos y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. La propuesta incluye un comienzo inmediato. “Podemos comenzar hoy”, ha señalado, “dedicando esta noche un momento de oración durante el que nos preguntamos: ¿Cómo ha sido mi jornada? ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo fue la jornada? ¿Cuáles han sido sus perlas, quizá escondidas, por las que dar gracias? ¿Hubo un poco de amor en lo que hice? ¿Y cuáles son las tristezas, las dudas, los miedos, que he de llevar a Jesús? Para que me abra vidas nuevas, me conforte y me anime”.

Tras el rezo de la oración mariana del Regina caeli, que sustituye al Ángelus en este tiempo de Pascua, el Santo Padre comunicó que “desde el próximo viernes viajaré a Budapest, en Hungría, donde estaré tres días para completar el viaje que realicé en 2021 con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional. Será una oportunidad para volver a abrazar a una Iglesia y a un pueblo muy queridos”.

“Será también un viaje al centro de Europa, sobre la que siguen soplando gélidos vientos de guerra, mientras que los desplazamientos de tantas personas ponen en el orden del día urgentes cuestiones humanitarias”, añadió el Papa. “Pero ahora deseo dirigirme con afecto a vosotros, hermanos y hermanas húngaros, a la espera de visitaros como peregrino, amigo y hermano de todos, y de saludar, entre otros, a vuestras autoridades, a los obispos, los sacerdotes, los consagrados, los jóvenes, los universitarios y los pobres. Sé que estáis preparando con mucho esfuerzo mi visita: os lo agradezco de corazón. Pido a todos que me acompañen con la oración en este viaje”.

“Y no nos olvidemos de nuestros hermanos ucranianos, aún afligidos por esta guerra”, y de rezar para que “cese la violencia en Sudán y se emprenda el camino del diálogo”. ha agregado. 

Cabe recordar que Omnes publicó en 2021 una amplia entrevista con el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, con motivo del viaje que efectivamente realizó el Papa Francisco en septiembre de ese año al país húngaro. Pueden ver aquí la segunda entrega

“Releer nuestra historia con Jesús”

Ántes del Regina caeli, como se ha señalado, el Santo Padre sintetizó la desolación de los discípulos de Emaús, tal como describe el Evangelio de la Misa de hoy domingo. “Se trata de dos discípulos que resignados ante la muerte del Maestro, el día de Pascua deciden abandonar Jerusalén y volver a casa. Mientras caminan tristes hablando de lo sucedido, Jesús se les acerca, pero ellos no lo reconocen. Él les pregunta por qué están tan tristes, y ellos exclaman: ‘¿Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días? Y le relatan toda la historia. Mientras caminan, Jesús les ayuda a releer los hechos de modo diverso, a la luz de la Palabra de Dios. Releer, es lo que Jesus hace con ellos”. 

El Papa Francisco se detuvo en este aspecto. “También para nosotros es importante, en efecto, releer nuestra historia, la historia de nuestra vida junto a Jesús, de nuestras jornadas, con las desilusiones y las esperanzas. También nosotros, como aquellos discípulos, podemos encontrarnos perdidos en medio de los acontecimientos. Solos y sin certezas, con muchas preguntas y preocupaciones”, 

“Otra luz para lo que parece fatigoso”

“El Evangelio de hoy nos invita a contarle todo a Jesús, con sinceridad, sin tener miedo de decir cosas equivocadas, sin avergonzarnos de lo que nos cuesta comprender”, sugirió el Santo Padre. “El Señor está contento cuando nos abrimos a Él. Sólo de este modo puede tomarnos de la mano, acompañarnos, y volver a hacer que arda nuestro corazón”.

También nosotros, como los discípulos de Emaús, añadió el Papa, “estamos llamados a dialogar con Jesús, para que al atardecer Él se quede con nosotros. Existe un buen modo para hacer esto. Y hoy quisiera proponérselo”. Es aquí cuando ha propuesto la realización del breve examen de conciencia diario cada noche, relatado al principio. 

A continuación, el Papa ha repasado algunos retos que nos pueden suceder con frecuencia, y a los que puede ayudar el rato del examen: “Así podremos revivir la experiencia de aquellos dos discípulos. Ante el amor de Cristo, incluso lo que parece fatigoso puede aparecer bajo otra luz. La cruz difícil de abrazar, la elección de perdonar una ofensa, una victoria no alcanzada, el cansancio del trabajo, la sinceridad que cuesta, las pruebas de la vida familiar, nos aparecerán bajo una luz nueva, la del Crucificado resucitado que sabe transforma cada caída en un paso adelante”. 

“Pero para hacer esto es importante quitar las defensas, dejar tiempo y espacio a Jesús, no esconderle nada, llevarle las miserias, dejarse herir por su verdad, permitir que el corazón vibre con el aliento de su palabra”, ha añadido. “Que María, Virgen sapiente, nos ayude a reconocer a Jesús, que camina con nosotros, y a releer ante Él cada dia de nuestra vida”, ha concluido.

Beatificación en París

Junto a la referencia a su viaje apostólico a Hungría, el Santo Padre recordó que “ayer, en París, fueron beatificados Enrique Planchat, sacerdote de la Congregación de San Vicente de Paúl; y Ladislao Radigue y tres compañeros sacerdotes de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Pastores animados por el celo apostólico, están unidos en el testimonio de la fe hasta el martirio, que padecieron en París en 1871 durante la llamada Comuna de París. ¡Un aplauso para los nuevos beatos!”. 

Ayer se celebró la Jornada Mundial de la Tierra, en torno a la que el Papa ha pedido “que el compromiso de la creación vaya siempre unido a una efectiva solidaridad con los pobres”. El Pontífice ha recordado asimismo el 99 aniversario de la Universidad Católica del Sacro Cuore en Milán. “Deseo al mayor Ateneo católico italiano que afronte este desafío con el espíritu de los fundadores, en especial de la joven Armida Barelli, proclamada beata hace un año”, ha manifestado.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

El Tribunal Supremo estadounidense defiende la píldora

El viernes 21 de abril, el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió sobre el uso de la píldora abortiva, en debate desde hace unas semanas. La Corte ha aprobado el uso del químico abortivo.

Paloma López Campos·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace unas semanas, dos sentencias contradictorias abrieron el debate sobre el uso de la mifepristona, un químico abortivo. En este escenario, la distribución de la píldora abortiva se puso en duda, y tras ir ascendiendo el caso en la pirámide jurisdiccional estadounidense, acabó en manos del Tribunal Supremo.

Esta Corte se convirtió en la encargada de decidir. Su sentencia podría haber prohibido el uso y distribución de la mifepristona, ganando así más terreno en el derecho a la vida que, desde hace ya unos años, la sociedad americana está pidiendo.

Sin embargo, el Tribunal Supremo ha bloqueado las sentencias de instancias inferiores que prohibían el uso del químico abortivo. Por tanto, el permiso para obtener la píldora abortiva sigue vigente en Estados Unidos.

Una decepción

La Conferencia Episcopal de los obispos estadounidenses publicó un comunicado para referirse a la decisión de la Corte, calificando la orden como una decepción, “tanto por las pérdidas de vidas inocentes de los no nacidos por el aborto químico, como por el peligro que estos abortos suponen para las mujeres”.

Sin embargo, los obispos no pierden la fe, pues afirman: “está en nuestra esperanza y en nuestras oraciones que la Corte derogue algún día las acciones ilícitas de la FDA”. Este organismo que mencionan es la Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos, una agencia a la que se acusa de haberse excedido en sus competencias cuando aprobó el uso de la mifepristona hace ya muchos años.

Seguir defendiendo la vida

Para terminar su comunicado, los obispos recuerdan que “el aborto nunca es la respuesta a un embarazo difícil o no esperado, pues siempre termina con una vida y pone otra en peligro”. Por ello, afirman que seguirán defendiendo “políticas que pongan primero a las mujeres y a las familias, que busquen estar al servicio de las mujeres en situaciones de necesidad” y rezan para que algún día matar a los niños no nacidos sea impensable.

Al mismo tiempo, recuerdan que la compasión es necesaria en las situaciones difíciles, una compasión que no sea vacía y que esté dirigida tanto hacia las mujeres como hacia los niños.

Cultura

Identidad y escucha para volver a ser relevantes en la sociedad

300 comunicadores de la Iglesia se reunirán del 2 al 4 de mayo en un seminario en Roma organizado por la Universidad de la Santa Cruz.

Giovanni Tridente·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por decimotercer año consecutivo, unos 300 comunicadores institucionales de decenas de diócesis de todo el mundo (directores de comunicación, portavoces de Conferencias Episcopales y obispos, académicos y periodistas) se reunirán en Roma del 2 al 4 de mayo en un seminario profesional dedicado al tema de la relevancia, la identidad y la escucha, es decir, cómo “comunicar el mensaje cristiano en la pluralidad de voces contemporáneas”.

La iniciativa está organizada por la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y es una de las puntas de lanza de su programa de formación, que se repite cada dos años desde la fundación del centro de estudios, hace 26 años.

La idea de dedicar la reflexión profesional de este año al contexto en el que vivimos, caracterizado por una multiplicidad de voces que tienen la oportunidad de expresarse libremente, nace de la conciencia de que, además de enriquecer las oportunidades de diálogo, esta dinámica a menudo produce también confusiones y tensiones que es necesario gestionar.

Ampliar el debate

“A la abundancia de información se suma una agenda pública en la que a menudo se imponen ciertos temas que, como agujeros negros, oscurecen por completo otros igualmente fundamentales para la persona y la sociedad, y en los que la Iglesia podría enriquecer la conversación”, explica el profesor José María La Porte, del comité organizador del Seminario.

En este contexto, por tanto, las oficinas de comunicación de la Iglesia tienen la difícil tarea de “ampliar el debate para no quedar atrapados en ideas preconcebidas” que a menudo impiden abordar los temas en toda su amplitud.

El discurso de apertura correrá a cargo de La Porte, profesor de Fundamentos de Comunicación Institucional en la Universidad de la Santa Cruz; su intervención servirá de marco a todo el seminario: “Renacer de la propia identidad en un contexto secularizado”.

Redescubrir la identidad

Es precisamente el redescubrimiento de la identidad lo que permite a los comunicadores reencontrar lo esencial de su mensaje y ser así fecundos en su misión de aportar una contribución de bien al mundo, al igual que los demás actores sociales.

El Seminario incluirá varias mesas redondas con profesionales centradas en temas como la capacidad de superar la polarización, de valorizar a sus empleados y voluntarios, y cómo asociar la propia identidad al servicio de comunicación que se presta.

También se dedicarán estudios de casos a la superación de crisis institucionales, la capacidad de escucha, las relaciones con los periodistas, la gestión de grandes eventos y la relevancia a través de los medios sociales.

Audiencia con el Papa Francisco

El miércoles 3 de mayo, los participantes en el Seminario se reunirán en la Plaza de San Pedro para asistir a una audiencia general con el Papa Francisco, e inmediatamente después se entrevistarán con los responsables del Dicasterio para la Comunicación.

Durante el Seminario también se dará espacio a la famosa serie cinematográfica estadounidense «The Chosen«, centrada en la vida de Jesús de Nazaret. Estará presente el productor ejecutivo y CEO Derral Eves, que explicará cómo comenzó esta «aventura», que encuentra su sustento a través del crowdfunding.

Retomar la iniciativa

También hay expectación por las conferencias de la profesora Gema Bellido (Universidad de la Santa Cruz) sobre la escucha de la «inteligencia contextual», entendida como la capacidad de identificar los temas y perspectivas que se están gestando en la sociedad y respecto a los cuales sería interesante hacer una aportación relevante.

En la misma línea, Jim Macnamara, de la Universidad Tecnológica, ofrecerá su visión sobre cómo afrontar el reto de ser «una organización que escucha».

Por último, Juan Manuel Mora, Director del Centro de Gobierno y Reputación de Universidades de la Universidad de Navarra y Vicerrector de Comunicación de la Universidad de la Santa Cruz, cerrará los trabajos con un informe sobre cómo «retomar la iniciativa para ser relevantes».

En definitiva, un sinfín de temas que vuelven a poner en el centro el deseo de comunicar y de servir con pasión a la Iglesia y al mundo.

El autorGiovanni Tridente

Libros

Una “opción Francisco” a los diez años de su pontificado

En esta recomendación de lectura, Andrés Cárdenas Matute nos habla del libro Opzione Francesco, de Armando Matteo, disponible por el momento solo en italiano en la Editorial San Pablo.

Andrés Cárdenas Matute·22 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

Opzione Francesco: per una nuova immaginazione del cristianesimo futuro

Autor: Armando Matteo
Páginas: 136
Editorial: San Pablo (italiano)
Año: 2023

Hablar de una “opción Francisco”, cuando se acaban de cumplir los diez años de este pontificado, trae a la mente la popular “opción benedictina”. Esta fue popularizada hace seis años con el famoso libro de Rod Dreher que lleva ese título (hay que decir que lo de “benedictina” no hace referencia al Papa Benedicto XVI, sino a la regla de san Benito).

Armando Matteo, profesor de teología en Roma, secretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y que ha dedicado varios libros al estudio de la transmisión de la fe en los jóvenes, cree que el aniversario del pontificado puede ser un buen momento para retomar Evangelii Gaudium. Este primer documento de Francisco generó cierta ilusión por la evangelización, pero quizás fue una ilusión tan intensa como fugaz. Así que, para tenerlo más claro, ahora traza lo que a su juicio se podría considerar el itinerario de esa propuesta misionera del Papa.

El desafío de una nueva imaginación

Puede ser que estos diez años de tener al primer Papa hispanoamericano, primer Papa jesuita, y primer Papa hijo del Concilio Vaticano II nos hayan tomado un poco desprevenidos. Pero –piensa Matteo–, pasado ya este tiempo, quizá es “la ocasión propicia de un discernimiento concreto sobre lo que los creyentes estamos llamados a hacer en esta hora de la historia. No podemos estar simplemente mirando; postear o comentar, con mayor o menor benevolencia, lo que el Papa hace, dice, celebra. Es tiempo de escoger”. 

Matteo reconoce su deuda con Dreher –quien dejó el catolicismo para hacerse ortodoxo hace casi veinte años– en cuanto que este último ha despertado la consciencia sobre la necesidad de buscar una nueva imaginación para el cristianismo futuro. El hecho de que habitamos el mundo de una manera muy distinta a como lo habitaron dos o tres generaciones atrás –podemos pensar en las expectativas de vida, en la comunicación, la medicina, la información, el descanso, la capacidad de movimiento, las relaciones afectivas o, a un nivel más profundo, la comprensión de las relaciones fe-mundo o el valor de la intimidad– son los hechos que tanto Dreher como Matteo tienen sobre la mesa. Desde allí, sin embargo, surgen motivaciones diversas y se llega a conclusiones distintas.

Tiempo de escoger

La pregunta que tiene Matteo en mente –y que, a su juicio, es la que desafía a la imaginación cristiana– es: ¿por qué la iglesia en Occidente atraviesa una grave “crisis de natalidad”? Se trata de un invierno demográfico incluso más fuerte que el que afecta a los nacimientos naturales. ¿Por qué la Iglesia no parece capaz de dar a luz hombres y mujeres que encuentren en Cristo el horizonte de sus vidas?

Estas preguntas, lógicamente, se pueden alargar hacia las instituciones que viven dentro de la Iglesia. Este “tiempo de escoger” supone, en primer lugar, y siempre según el profesor italiano, un triple acto de honestidad. Primero, aceptar que vivimos un cambio definitivo de época, gestado desde hace unos cuantos siglos. Después, aceptar con serenidad que la civilización cristiana ha terminado. Y, finalmente, aceptar que es urgente un cambio de mentalidad pastoral que, efectivamente, pueda conectar a Jesús con las personas, dar forma a un anuncio que conecte los deseos del corazón del hombre contemporáneo con la persona de Jesucristo.

El cristianismo es para todos

El Papa Francisco –dando continuidad a intuiciones que son fáciles de encontrar en Benedicto XVI– ha constatado con claridad tanto la ruptura intergeneracional en la transmisión de la fe, como el fin de la civilización con base cristiana. Decía en el punto n. 70 de Evangelii Gaudium: “No podemos ignorar que en las últimas décadas se ha producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico. Es innegable que muchos se sienten desencantados y dejan de identificarse con la tradición católica, que son más los padres que no bautizan a sus hijos y no les enseñan a rezar, y que hay un cierto éxodo hacia otras comunidades de fe”. Y, acto seguido, pasa a hacer una lista de posibles causas de esta ruptura.

Cambio de mentalidad

También Francisco, en cuanto a la cristiandad, decía en el mensaje navideño a la curia hace tres años: “No estamos más en la cristiandad. Hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, que no quiere decir pasar a una pastoral relativista. No estamos ya en un régimen de cristianismo porque la fe –especialmente en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente– ya no constituye un presupuesto obvio de la vida común; de hecho, frecuentemente es incluso negada, burlada, marginada y ridiculizada”.

En este contexto, Armando Matteo reconoce que existen otros problemas importantes en la Iglesia, como los abusos sexuales y de poder, a lo que se pueden agregar muchas tensiones conocidas; “pero su verdadera crisis es una sola, aquella incoada por las palabras de Francisco: la ‘denatalidad’. Cuando la Iglesia pierde su dimensión de fecundidad, de maternidad, pierde todo y se convierte en otra cosa, que puede ser incluso interesante y útil, pero no tiene que ver con la misión que Jesús ha confiado a sus discípulos (…). La Iglesia es ella misma sólo en la medida en que está animada del sueño misionero de llegar a todos”.

El anuncio del cristianismo

Para Matteo, la discusión de si el cristianismo está destinado a ser una minoría o no resulta autorreferencial y termina por ser una pérdida de tiempo. El anuncio –y aquí quizá existe una primera diferencia con Dreher– debe ser pensado para todos; cualquier persona debe escuchar en él, y en cada una de sus partes, algo que se conecta con su propia búsqueda de vida buena.

De hecho, los primeros problemas surgen cuando la predicación se centra solamente en quien ya cree, porque, entonces, se desvanece la tensión misionera –que es su razón de ser– y, además, poco a poco, se desconecta el discurso de su verdadero objetivo que es llevar lo humano a su expresión más plena, revelar la verdad sobre el hombre. Sin embargo, el hecho es que cada vez más gente joven no cree que el cristianismo aporte algo en su búsqueda de una vida feliz (aunque, ciertamente, tampoco falten muestras de esperanza, como en las Jornadas Mundiales de la Juventud iniciadas por Juan Pablo II). Matteo, por ejemplo, realiza un elenco de palabras del mundo de la catequesis que ya no existen en el acervo común de quien crece en nuestros días. Esa unidad de lenguaje –y, por tanto, de imaginación–, que quizás facilitaba la transmisión de la fe, ya no existe.

Amistad y fraternidad frente al individualismo

Quizás en donde pueden surgir más cuestionamientos al trabajo de Matteo sea en la fundamentación sociológica que elabora para, establecido el diagnóstico, trazar unas líneas guía de acción. Después de fijarse en las nuevas maneras de habitar el mundo a las que se aludió antes, propone cambiar de una pastoral dirigida a una humanidad que vive en “un valle de lágrimas” –pastoral que se declinaría fundamentalmente en consolar–, a una pastoral dirigida a una humanidad de goce desenfrenado –que se declinaría en testimoniar la alegría que surge de su encuentro con Jesús–. Estas categorías sociológicas, que las delinea quizás con demasiada precisión, son opinables, pero no hacen menos valiosos los caminos posteriores.

En resumen, Armando Matteo propone generar un modo de evangelizar que tenga a la amistad como núcleo central, y que sea capaz de generar una nueva fraternidad que testimonie la alegría del encuentro con Cristo. Amistad y fraternidad, como es lógico, no son palabras ausentes en los modos previos de evangelización, pero quizás en el nuevo contexto que se ha descrito pueden adquirir, ellas también, una nueva fuerza.

Iglesia «en salida»

En este contexto se pueden comprender mejor muchas imágenes usadas por Francisco para dar forma a esta Iglesia “en salida” (el hospital de campaña, una Iglesia herida por las calles es mejor que una enferma de encerramiento, una casa de puertas abiertas en lugar de una aduana, etc.). Y la esperanza es que esta actitud pueda dar paso al “sueño de una nueva fraternidad”; una fraternidad que vence a su principal enemigo que sería, en palabras de Matteo, “el individualismo, difundido y triste, que domina la sociedad del comercio infinito y que lleva a lo que Luigi Zoja ha definido como ‘la muerte del prójimo’”.

Pero esta apertura a la amistad no es solamente una actitud exterior, o un empeñarse más en ciertos momentos concretos, sino que tiene sus raíces en una conversión espiritual. Dice Francisco en el número 92 de Evangelii Gaudium: “Allí está la verdadera sanación, ya que el modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrándose al amor de Dios, que sabe abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás como la busca su Padre bueno”.

Los pobres

Esta conversión pone en un lugar privilegiado a la cercanía con los pobres –y con todo tipo de periferias–, también para aprender de ellos sobre Dios, comprendiéndolos no solo como una categoría social, sino como un lugar auténticamente teológico.

Esta cercanía y esta apertura pueden funcionar como un antídoto ante lo que Francisco llama “mundanidad espiritual”, que no se trata, como se podría pensar, de diluir el mensaje de la Iglesia en los intereses del mundo, sino más bien en introducir lógicas “del mundo” –o no cristianas– en la vida espiritual.

Se desarrolla ampliamente esta enfermedad entre los números 93 y 97 de la Exhortación apostólica: “La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. (…). Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres”.

Renuncia a la comodidad

Ya al final del libro, después de haber planteado estas líneas guía para imaginar una nueva manera de evangelizar, Matteo no niega que predicar una apertura al prójimo, predicar la necesidad de una renuncia a la comodidad y una renuncia a la sedación a la que cierto modelo capitalista e individualista nos somete, supone incomodar. Se trataría, entonces, de una mentalidad contracorriente, pero comprendiendo que la inercia a vencer, desde un punto de vista antropológico, es la inercia del “individualismo infinito y triste”.

Pero a Matteo le quedan aún dos preguntas muy oportunas: ¿de dónde sacar las fuerzas para hacerlo? Y, ¿por qué es tan costoso este cambio de mentalidad? A la primera –aunque otra vez no se trate de algo novedoso, pero que sí requiere un nuevo impulso– responde que la fuerza solo puede surgir de retomar una vida contemplativa.

Recobrar el espíritu contemplativo

Otra vez, acude a Evangelii Gaudium, n. 264: “La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y superficial. (…). Para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los demás”.

Es la contemplación de Jesús que siempre se dejó encontrar directamente por todos, como uno más entre sus iguales, codo a codo con sus contemporáneos. No veía en ellos un peso ni alguien a quien acusar.

Nuevas generaciones

Llegados al final del ensayo, Armando Matteo hace una última consideración “sobre la real posibilidad de que una propuesta de este tipo pueda ser acogida por los mismos creyentes”. Ve, concretamente, tres barreras. Primero, lo que llama “el miedo malo” –que lo distingue de un miedo saludable de frente al peligro–, que sería el temor a lo desconocido que nos arrincona en el pasado y en nosotros mismos; “el primer miedo nos mantiene en vida, el segundo nos lleva a la muerte”. Por eso recomienda no moverse por el simple afán de cambio, sino por el honesto deseo de hacer nacer nuevos discípulos de Jesús entre las nuevas generaciones.

El segundo obstáculo es el resentimiento ante los cambios que ha traído la secularización y la espalda de tantos hacia el cristianismo. Un resentimiento que lleva solamente a la tristeza y al pesimismo, mientras que olvida la actitud de Dios que busca siempre el bien. La tercera barrera es la de comprender la tradición como algo fijo, que poco tiene que ver con el anhelo de la Iglesia por llevar su mensaje a los hombres y mujeres de cada época y en todo lugar, con la convicción de que lleva la respuesta definitiva a sus anhelos de sentido y felicidad.

Para no ser peinadores de ovejas

Para terminar, Armando Matteo cita unas palabras que dedicó el Papa Francisco a su diócesis, la de Roma, poco tiempo después de haber sido elegido como su pastor, y que pueden ser una imagen que condense toda esta propuesta: “En el Evangelio es bonito ese pasaje que nos habla del pastor que, cuando vuelve al ovil, se da cuenta de que falta una oveja: deja las 99 y va a buscarla, a buscar una. Pero, hermanos y hermanas, nosotros tenemos una; ¡nos faltan 99! Debemos salir, ¡debemos ir hacia los demás!

En esta cultura —digámonos la verdad— tenemos sólo una, ¡somos minoría! ¿Y sentimos el fervor, el celo apostólico de ir y salir y buscar las otras 99? Esta es una gran responsabilidad y debemos pedir al Señor la gracia de la generosidad y el valor y la paciencia para salir, para salir a anunciar el Evangelio. Ah, esto es difícil. Es más fácil quedarse en casa, con esa única oveja. Es más fácil con esa oveja, peinarla, acariciarla… pero nosotros sacerdotes, también vosotros cristianos, todos: el Señor nos quiere pastores, no peinadores de ovejas; ¡pastores!”.

El autorAndrés Cárdenas Matute

Recursos

La vestimenta del presbítero: en su día a día y en las celebraciones litúrgicas

La vestimenta del presbítero en su día a día es un signo de su labor e identidad. Del mismo modo, cada parte de su atuendo en las celebraciones litúrgicas tiene un profundo significado que indica el carácter sagrado de su ministerio.

Alejandro Vázquez-Dodero·22 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este nuevo fascículo acerca de aspectos diversos del catolicismo nos referiremos a la vestimenta y ornamentos del presbítero, o sea, del sacerdote que, tras el diaconado, ha sido ordenado y no ha recibido la ordenación episcopal.

Los obispos –incluido el Santo Padre– propiamente también son sacerdotes, pero estos tienen su singularidad en cuanto a la vestimenta y, en general, los ornamentos que usan para la liturgia y el culto divino.

¿Qué visten los presbíteros en su día a día? ¿Por qué visten como visten?

El artículo 284 del Código de Derecho Canónico establece que “Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar”. Esa norma se refiere a los clérigos, que engloban a los presbíteros.

Conviene que el presbítero sea reconocible sobre todo por su comportamiento, pero también por su modo de vestir o presentarse. Debe poner de manifiesto para todos de modo inmediato su identidad y “ser de Dios” –como fiel consagrado a la dispensación de sus misterios salvíficos– y de la Iglesia Católica. Su pertenencia a Dios –a lo sagrado, como persona consagrada– debe ser constantemente comunicada. Es un derecho de todos –particularmente de los fieles católicos– poder reconocer por su aspecto externo a quienes puedan dispensar su auxilio espiritual.

La vestimenta del presbítero debe ser signo inequívoco de su dedicación y de la identidad de quien desempeña un ministerio público. Lo contrario sería impedir que aquellos a quienes se propone servir puedan dirigírsele en cualquier momento y para cualquier necesidad.

Podría decirse que la vestimenta propia del presbítero es el signo exterior de una realidad interior. Cosa que, por cierto, sucede con tantos otros oficios que cuentan con uniforme propio.

La vestimenta ha ido variando a lo largo de los siglos. Seguidamente nos referiremos a la que el presbítero usa a fecha de hoy, lo cual viene señalado por la autoridad eclesiástica. Cabe destacar que otras profesiones religiosas usan la misma –o muy parecida– indumentaria que la católica, en concreto el protestantismo.

Clériman y sotana

Un sacerdote con clériman ©OSV News photo, courtesy Ascension

De un lado debemos referirnos al clériman –o clergyman– prenda referida a la camisa –normalmente negra, gris o blanca– donde se coloca el alzacuello, que suele ser blanco. El alzacuello puede sustituirse por una tira que se introduce en dos aperturas del cuello de la camisa, dejando un cuadrado blanco debajo de la garganta. Además, cabe contar con pantalón conjuntado con la camisa, e incluso chaqueta. Hay quien califica el clériman como una alternativa práctica a la sotana, de la que pasamos a hablar.

La sotana o traje talar –se le llama así porque llega hasta los talones– es como un vestido largo o túnica con cierre delantero. Normalmente es de color negro, para recordar que quien lo lleva ha muerto al mundo y se ha consagrado a lo divino o celestial. Aunque en países tropicales o con clima caluroso se usa también de color blanco.

¿Y qué visten los presbíteros en la Misa y resto de celebraciones litúrgicas?

Para dignificar el carácter sagrado de su ministerio, los presbíteros visten una serie de ornamentos sagrados –que pueden ser bendecidos– durante las celebraciones litúrgicas.

En particular nos referiremos a los de la Eucaristía o santa Misa.

Casulla, estola, alba y amito

La casulla es la vestidura que se pone el presbítero sobre las demás prendas. Consiste en una pieza larga con una abertura en el centro para pasar la cabeza, e igualmente abierta en los lados para asomar los brazos. Cae por delante y por detrás desde los hombros hasta media pierna. Simboliza la caridad, que hace dulce y suave la carga de Jesucristo.

La estola, símbolo de la autoridad sacerdotal, es una especie de banda que le cuelga al presbítero desde el cuello, y puede ajustarse con el cíngulo sobre el alba y bajo la casulla.

Para dispensar el sacramento de la reconciliación el presbítero puede usar la estola de color morado, que sugiere la penitencia propia de la confesión. Y para distribuir la Eucaristía –y en general para los actos eucarísticos– usa estola blanca.

El alba consiste en una amplia túnica blanca –de ahí su nombre– que cubre al presbítero de arriba abajo y se sujeta a la cintura con otro ornamento. El cíngulo ­–tipo de cinturón– simboliza la pureza del corazón que el clérigo lleva al altar.

El amito es el lienzo rectangular de lino banco que el presbítero se coloca sobre los hombros y alrededor del cuello antes de ponerse el alba. Puede sujetarse con unas cintas cruzadas a la cintura.

Los colores

Se usan diversos colores para la casulla y la estola: el blanco, para las fiestas y solemnidades, celebraciones de santos no mártires y fiestas del Señor; el verde se utiliza durante el tiempo ordinario; el rojo para las fiestas de los mártires y días especiales de los santos apóstoles y fiestas del Señor referidas a la Pasión; el morado para el Adviento, la Cuaresma, Semana Santa y –junto con el negro– para las Misas de difuntos.

Colores litúrgicos del Adviento ©CNS photo by Martin Lueders)

Además, el color rosa puede usarse dos veces al año: el tercer domingo de Adviento –gaudete– y el cuarto domingo de Cuaresma –laetare– para recordar la cercanía de Navidad y Pascua. El azul, a modo de privilegio litúrgico, puede usarse en España y otros territorios que fueron territorio español para la solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Además, aunque no formen parte de los ornamentos que visten al presbítero, pueden estar presentes en la Misa el conopeo –o cubre sagrario–, el cubre cáliz y la carpeta que porta los corporales. Todo ello del mismo color que la casulla y estola, según corresponda.

España

La maternidad subrogada “explota a la mujer”, denuncian los obispos españoles

“La maternidad por subrogación es una nueva forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana, pues usa el cuerpo femenino, y toda su persona, reduciéndola a ser una incubadora humana”, han manifestado los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en un nota.

Francisco Otamendi·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Una vida humana es un don y no un derecho”, subrayan los obispos. “La Iglesia reconoce la legitimidad del deseo de un hijo, y comprende los sufrimientos de los cónyuges afligidos por el problema de la infertilidad. Sin embargo, ese deseo no puede ser antepuesto a la dignidad que posee cada vida humana hasta el punto de someterla a un dominio absoluto. El deseo de un hijo no puede justificar la “producción” del mismo, así como el deseo de no tener un hijo ya concebido no puede justificar su abandono o destrucción”, señalan.

A continuación, añaden que “no existe un “derecho a la procreación” y por tanto un “derecho al hijo”. La voluntad reproductiva no puede anular la gestación ni la maternidad”. En este punto, recuerdan el reciente documento “El Dios fiel mantiene su alianza” de la propia CEE, que comenta, entre otros aspectos, la separación entre procreación y sexualidad. 

“La separación entre procreación y sexualidad representa una herida profunda a la naturaleza humana y a la familia. A la naturaleza, porque transforma al hijo en un producto, insinuando la idea de que la vida pueda ser una producción humana. A la sociedad, porque la nueva vida presupone solo una capacidad técnica y no un contexto de amor de esposos que quieren ser padres…”, dice el documento. “La familia natural es así deconstruida y reconstruida artificialmente de muchas formas, siguiendo los deseos de cada individuo. Esto implica que hay que favorecer “los derechos del niño a una familia compuesta por un hombre y una mujer unidos por un pacto duradero de amor recíproco”.

“El fin nunca justifica los medios”

“En toda maternidad subrogada”, añade la nota episcopal, que se ha hecho pública al final de la Asamblea Plenaria de abril, “hay una fecundación artificial heteróloga que “es contraria a la unidad del matrimonio, a la dignidad de los esposos, a la vocación propia de los padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mundo en el matrimonio y por el matrimonio.  Recordemos que el fin nunca justifica los medios y que toda persona humana es fin en sí mismo. Negar estas verdades nos llevaría a afirmar que todo lo técnicamente posible se puede realizar y a legitimar la cosificación y el uso de unas personas por otras”.

Hay que añadir además, afirman los obispos, que “con el llamado ‘útero de alquiler’ se convierte la maternidad en objeto de comercio, que se compra y se vende. La mujer queda reducida a un simple instrumento, un “útero” a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana. El contrato se culmina con la entrega del niño. Como afirma el Papa Francisco: “la dignidad del hombre y de la mujer también se ve amenazada por la práctica inhumana y cada vez más extendida del ‘vientre de alquiler’, en la que las mujeres, casi siempre pobres, son explotadas, y se trata a los niños como mercancías”.

No al comercio de niños

Ninguna vida humana debe ser considerada como un producto o un bien de consumo. La vida de ningún niño nunca debe ser tratada como algo sometido al tráfico y al comercio. Debería buscarse en primer lugar el bien del menor, y no que éste quede supeditado al deseo de los comitentes y a su decisión. Por otro lado, la posibilidad de abandono de niños (real, sucedida en algunos países por partos gemelares, por patología o por preferencia de sexo), supone una grave marginación que atenta contra el principio de no discriminación del menor o de toda persona discapacitada.

Los obispos alientan a tener presente “que cada vez aparecen más datos científicos destacando la importancia que para la salud física y psicológica tiene la relación materno filial en la gestación. Esto, por el bien del niño, nos obliga a ser aún más precavidos a la hora de aprobar los úteros del alquiler”.

“Hay que priorizar el bien de los niños gestados por la maternidad subrogada, buscando la mejor solución acerca de su estatus jurídico, siendo conscientes que tienen toda la dignidad y merecen ser acogidos y respetados. Un niño, independientemente de cómo haya sido concebido, ha de ser amado y respetado en sus derechos”, manifiestan.

La dignidad humana, valor fundamental

La importancia y el significado de la vida humana exigen una fundada reflexión, que busque su dignidad en el marco de un humanismo que sea fiel a la verdad del ser humano. En este contexto, citan a Benedicto XVI cuando afirmaba que sin el principio fundador de la dignidad humana sería arduo hallar una fuente para los derechos de la persona e imposible alcanzar un juicio ético respecto a las conquistas de la ciencia que intervienen directamente en la vida humana”. “Hay que recordar que la dignidad humana es un valor fundamental que debe ser respetado y protegido, independientemente de las creencias religiosas o de la falta de ellas”.

Más arriba se ha citado al Papa Francisco en su defensa de la dignidad del hombre y de la mujer. Y la nota considera también “necesario recordar la afirmación de san Juan Pablo II, en la ‘Evangelium vitae’: “Para el futuro de la sociedad y el desarrollo de una sana democracia, urge pues descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios, que derivan de la verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de la persona. Son valores, por tanto, que ningún individuo, ninguna mayoría y ningún Estado nunca pueden crear, modificar o destruir, sino que deben sólo reconocer, respetar y promover”. Por eso, creemos que es necesaria una legislación que impida esta práctica de la maternidad subrogada”, afirman.

En las últimas semanas ha aumentado el debate público en torno a la gestación o maternidad subrogada a raíz de casos que han saltado a la opinión pública.

El autorFrancisco Otamendi

España

Los obispos españoles aprueban la Instrucción sobre abusos sexuales

Esta Instrucción concreta la normativa vigente sobre estos casos y se irá actualizando conforme lo haga la norma superior.

María José Atienza·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La 121 Asamblea plenaria de los obispos españoles ha reunido en Madrid a los prelados en la sede de la CEE durante la semana del 17 al 21 de abril. El último día han tenido un encuentro con los periodistas en la sede de la Conferencia episcopal.

Nota sobre la maternidad subrogada

La Plenaria ha dado una sorpresa “fuera de agenda” con la publicación de una Nota de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida a propósito de la maternidad subrogada.

Una nota en la que los obispos recuerdan que ningún fin, por noble que sea, justifica los medios y recuerda además la importancia de proteger el derecho del menor, olvidado en todo el proceso de la Gestación subrogada. “No se puede cosificar el uso de unas personas por parte de otras” ha destacado Mons. García Magán, que ha recordado que este tipo de prácticas convierte “la maternidad en un objeto de comercio”.

Instrucción sobre abusos

Uno de los puntos centrales de la reunión de los obispos españoles ha sido la aprobación de una Instrucción de la Conferencia Episcopal Española sobre abusos sexuales.
La instrucción, dirigida a la aplicación, está destinada conocer cómo proceder según la normativa vigente una vez se reciba una denuncia” ha explicado el secretario general de la CEE, “la prevención forma parte del objetivo de los protocolos”.
Esta Instrucción parte de un documento sobre el que los obispos españoles llevan trabajando desde la Plenaria de abril de 2019. En ese momento pidieron a la Santa Sede su autorización para publicar un Decreto general pero, después de varias consultas, se consideró oportuno esperar a que se publicara el Vademécum de la Congregación para los Obispos, el Motu Proprio «Vos estis lux mundi«, así como la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico.
La instrucción aprobada contiene las nuevas disposiciones establecidas en el texto definitivo de Vos estis Lux mundi, y será actualizado cada vez que varíe la normativa canónica vigente. Además, el carácter de Instrucción, al unificar y explicar el derecho vigente sobre la materia, refuerza el aspecto normativo del documento que tendrá fuerza de Normas y no solo de orientaciones.

Corredores de hospitalidad

Otro de los temas tratados en esta Plenaria ha sido el estado del proyecto de los “Corredores de Hospitalidad”. “Los obispos españoles han conocido las experiencias piloto destinadas a jóvenes migrantes que quedan al margen de los mecanismos de protección” ha apuntado García Magán.

Congreso de educación y padres sinodales

La educación sigue siendo un tema candente en el ámbito de la Iglesia española. En este sentido, Mons. García Magán ha informado de un proyecto presentado por el presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Mons. Alfonso Carrasco, sobre la puesta en marcha de un Congreso de Educación que aúne, no solo a la escuela católica sino a todos los entes educativos presentes.

Los obispos han elegido los nombres de los tres Padres Sinodales para representar a la Iglesia española en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos de 2023. Los nombres se darán a conocer una vez el Papa Francisco confirme los nombres propuestos. Se trata de tres miembros y dos sustitutos.

La Iglesia no tiene un partido político 

Preguntado acerca de las próximas citas electorales de España, el secretario general de los obispos españoles ha querido resaltar su esperanza de que “nadie utilice a la Iglesia como arma arrojadiza en estas elecciones”. “La Iglesia no tiene un partido político, no hay ningún partido que sea el partido de la Iglesia, lo confirmo y lo reafirmo”, ha subrayado García Magán.

El secretario general de la CEE ha repetido que “la Iglesia anuncia la doctrina social de la Iglesia que cubre un amplio espectro del derecho a la vida, del derecho laboral, etc.”. En este sentido, ha reconocido que quizás “hay partidos que se acercan en unas cuestiones o acercan más” pero siempre es “el fiel laico o laica es el que tiene que hacer un juicio práctico sobre por quien tiene que optar. Los curas no tenemos que indicar el Vito de nadie; esto sería clericalismo”.

El autorMaría José Atienza

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Vocaciones

P. Matteo Curina: «Uno no abandona su vida anterior sin motivo: lo deja todo para seguir al Señor»

El hermano Matteo Curina, de 38 años, decidió dejarlo todo para seguir a Jesús. Y lo hizo con sólo 24 años, convirtiéndose en fraile franciscano. Ahora vive en un convento, con otros hermanos franciscanos, lejos de su ciudad, de su familia y de sus amigos de toda la vida. Pero, según él, no ha perdido nada. Al contrario, lo ha ganado todo entregando su vida a Dios y a los demás.

Leticia Sánchez de León·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El P. Matteo Curina viene de Pesaro, una ciudad a 60 km al norte de Loreto. Con gran sencillez nos cuenta que creció en una familia creyente. Entró en el convento franciscano en 2008, con tan sólo 24 años. Ahora vive con otros seis hermanos: fray Diego, el párroco y superior (en términos franciscanos se le llama «guardián»), fray Marco, fray Mauro, fray Francesco y fray Manuel. Recientemente ha defendido su doctorado en teología dogmática en la Universidad Gregoriana y enseña en el Instituto Teológico de Asís, además de ser vicario parroquial en la parroquia de San Gregorio VII, en el barrio del mismo nombre, en Roma.

¿Cómo es la vida de un joven franciscano en el mundo de hoy?

-Ante todo, quisiera decir que es una vida maravillosa y llena, sobre todo si se acoge cada día como un don inmerecido en el que darse a los demás libremente con alegría. La vida de un franciscano ofrece muchas posibilidades de servicio: por ejemplo, nosotros, en la parroquia de San Gregorio VII en Roma, ayudamos a toda la gente que viene a la parroquia y a la gente del barrio.

Otros están en hospitales (pienso en los capellanes del Gemelli aquí en Roma o en los de Perugia) y atienden a los enfermos. Algunos viven en un santuario y acogen a los peregrinos y turistas. Otros viven en una ermita o en un monasterio en mitad del campo. Por supuesto, el ritmo de vida depende mucho del contexto y del servicio que estemos llamados a prestar. Aquí, en la ciudad, nuestra jornada sigue el ritmo de nuestra vida de oración, pero está completamente orientada al servicio del pueblo de Dios, de manera que tenemos que adaptarnos a las necesidades de la gente, que a menudo no coinciden con las de la comunidad.

Se podría decir que habéis “perdido” la vida anterior. ¿Cómo se vive esta circunstancia?

-No sé por qué, pero siempre cuando se piensa en la vida de un religioso se ve enseguida lo que se ha dejado detrás. Yo prefiero mirar lo que se ha elegido, lo que hay delante. Obviamente, cada elección comporta una renuncia. ¡Pero también comporta una preferencia! Un joven elige entrar en un convento porque se ha encontrado con el Señor, se ha sentido profundamente amado por Él y después de un tiempo en el que intenta escuchar la voluntad de Dios, intuye que la vida religiosa en el carisma específico franciscano es la más adecuada para él.

Más adelante, todos los años que van desde la entrada en el convento hasta que se hacen los votos perpetuos son para discernir y valorar si la vocación a ese carisma concreto tiene fundamento o es más un deslumbramiento puntual, además de adecuarse poco a poco al estilo de vida franciscano. De este modo, uno no abandona la vida anterior sin motivo. Decide dejarlo todo para seguir al Señor, al igual que hicieron los apóstoles que, llamados por Jesús, dejaron la barca y las redes y le siguieron. Si la mirada está fija en el Señor, si se vive una intensa relación de amor con Él, entonces las renuncias ‒que permanecen en nuestras vidas a pesar de todo, como, por ejemplo, pienso a la renuncia a formar una familia, tener hijos, realizarse en el trabajo, etc.‒ no pesan. De hecho, diría que casi no te vienen siquiera a la mente…

Todo el mundo conoce a los franciscanos de oídas, pero quizá pocos sepan cómo es su espiritualidad en realidad. Si tuviera que hacer una radiografía del espíritu franciscano, ¿qué diría?

-Cada fraile podría responder a esta pregunta de una manera diferente, a pesar de que contamos con las Constituciones Generales, aprobadas por la Iglesia, que actualizan el carisma franciscano que nos transmitió la Regla de San Francisco. Pero, brevemente, creo que siguen siendo válidas las cinco prioridades que el entonces Ministro general, fray Giacomo Bini, dio a la orden en 1997: (1) espíritu de oración y devoción; (2) comunión de vida en fraternidad; (3) vida en comunidades pequeñas, pobreza y solidaridad; (4) evangelización y misión; (5) formación y estudio.

San Francisco vivió una vida muy especial y ciertamente en otro contexto histórico. En los tiempos que corren, ¿podría decirse que es un santo «actual»?

-Yo creo que sí. Basta pensar en el encuentro de religiones que tuvo lugar en Asís en 1986 con san Juan Pablo II, y últimamente en el Magisterio del Santo Padre, que no por casualidad se llama Francisco, muy marcado por la figura del Poverello: Laudato si’ y Fratelli tutti son dos ejemplos significativos. En cualquier caso, creo que la opción por la vida evangélica, la radicalidad en el seguimiento del Maestro y la fraternidad universal son algunos aspectos de la vida de san Francisco que lo hacen siempre actual.

La parroquia de Gregorio VII es una parroquia muy viva, llena de gente de todas las edades

-Sí. Gracias al Señor, nos ha tocado servir a una parroquia muy viva: hay muchísimas actividades y con ellas tocamos casi todos los ámbitos de la vida cristiana: Hay un grupo numeroso de personas que se dedican a servir a los pobres: algunos preparan comidas en la parroquia y luego las llevan a la estación central de trenes Termini para la gente que duerme en la calle, otros hacen un recorrido todos los miércoles por la noche para visitar  y charlar con los pobres que duermen bajo la columnata de san Pedro o en los alrededores. Luego hay otro grupo que ofrece a la gente de la calle ducharse en sus casas los miércoles, cuando las duchas del Vaticano están cerradas por la audiencia del Papa.

Por otro lado, hay otras iniciativas como el Centro de Escucha que se ponen a disposición de las familias más desfavorecidas ofreciéndoles un espacio de asesoramiento y dándoles paquetes con alimentos u otras cosas para un mes o una semana. También estamos intentando crear un lugar de encuentro para los ancianos de la parroquia, para que puedan reunirse y estar juntos: son muchos, y muchos sufren de soledad, porque sus hijos viven en otro barrio menos caro que el nuestro, y a menudo, debido al trabajo y a la vida frenética que llevamos, sólo pueden reunirse con ellos los fines de semana. También tenemos un grupo de apoyo escolar en el que muchos voluntarios ayudan a muchos chicos con sus deberes, ya que muchos son hijos de familias inmigrantes y sus padres no pueden orientarles en sus estudios.

Además, tenéis la casa «Il Gelsomino»…

-Sí, hace cinco años abrimos la casa «Il Gelsomino» en los locales parroquiales: acogemos a los niños que reciben tratamiento en el hospital Bambin Gesù y a sus padres. A menudo, estos tratamientos duran meses: muchos niños tienen cáncer y las terapias suelen durar semanas en el hospital con largos periodos fuera, pero siempre cerca del hospital. No todas las familias pueden alquilar un apartamento o un airbnb en Roma. En esta casa, les permitimos vivir esos duros meses de forma digna, y también se les da el cariño que necesitan en esos momentos tan difíciles, porque hay un grupo que se encarga de acoger a estos padres y estar a su lado en la medida de lo posible.

También le dais mucha importancia al acompañamiento a las familias, ¿cómo abordáis este tipo de pastoral?

-Queremos cuidar a los esposos, ayudándoles a disfrutar y vivir la belleza de su matrimonio. Tenemos varios grupos de acompañamiento a matrimonios según los años que llevan casados. A ellos se añade otra experiencia («Famiglia in cammino»), con pocos encuentros al año, donde hay un grupo de monitores que se encarga de los niños para que las parejas puedan seguir el curso con tranquilidad y tengan tiempo para hablar entre ellos. Termina con un breve seminario de fin de semana familiar en Asís.

Sentimos la necesidad de implicar cada vez más a las familias en la catequesis, por lo que una vez al mes el párroco organiza encuentros para padres y adultos en la parroquia y, de vez en cuando, intentamos organizar una jornada de «catequesis familiar» en la que todos los niños y sus padres viven juntos un domingo para crecer en la fe, con actividades adecuadas a las diferentes edades. También hay un grupo de post-confirmación, otro de jóvenes, otro de scouts…Y a todo esto hay que añadir el trabajo pastoral ordinario: celebraciones eucarísticas, adoración, visita a los enfermos, confesiones, escucha de las personas que piden hablar con nosotros… En fin, trabajo hay, y mucho, ¡gracias a Dios!

El autorLeticia Sánchez de León