Zoom

Rescates a contrarreloj en Turquía

Socorristas sacan a Zeynep Atesogullari de un edificio destruido en Diyarbakir por el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió zonas de Turquía y Siria el 6 de febrero, derribando cientos de edificios y matando a miles de personas.

Maria José Atienza·9 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Recursos

¿Cómo actuar ante un sacrilegio? El desagravio y la reparación

El sacrilegio es un acto de desprecio hacia lo sagrado que pide una respuesta por parte de la Iglesia para compensar el daño provocado. Los actos de desagravio que han de llevarse a cabo difieren según el tipo de profanación sufrido.

P. Pedro Fernández Rodríguez, OP·9 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El sacrilegio es la profanación de una cosa, lugar o persona sagrada, es decir, el sacrilegio implica la violación de la santidad de cosas, lugares y personas dedicadas al culto divino.

Por lo tanto, los sacrilegios pueden ser de tres tipos: locales, personales o reales.

Téngase en cuenta que el verdadero sacrilegio es cuando se destruyen o se profanan estas realidades sagradas en cuanto tales, faltando al respeto y al honor debido a Dios y a lo que a Dios está dedicado.

El sacrilegio real se manifiesta sobre todo en la falta de respeto a los sacramentos, a los vasos sagrados, imágenes y en el robo de las cosas o bienes sagrados.

Por otro lado, el sacrilegio personal se da principalmente cuando se practica violencia contra una persona sagrada sobre todo con hechos y no sólo con palabras. También cuando se peca contra el voto de castidad, en el que peca no sólo la persona que ha hecho voto o profesa el celibato, sino también el cómplice.

En tercer lugar, el sacrilegio local es aquel que se produce cuando se mata a una persona en un lugar sagrado o se dedica un lugar sagrado a un uso profano o se comete un robo en tal lugar.

Sacrilegio

El sacrilegio más frecuente se produce contra la Santísima Eucaristía, recibiéndola indignamente o profanando las formas consagradas. Es el sacrilegio más grave, porque la Santa Eucaristía es la realidad más santa de la Iglesia.

También hay que evitar la profanación del sacramento de la penitencia, cuando el penitente se confiesa sin el debido arrepentimiento o, también, si el confesor se mueve por la curiosidad malsana o provoca a pecar al penitente. Es fundamental, en el sacerdote y en el religioso que han sido llamados a vivir sobre todo para el culto divino, manifestar la santidad de los sacramentos en el modo de celebrarlos o recibirlos. Las personas consagradas manifiestan en el modo de vivir lo que llevan o no llevan dentro.

Un sacrilegio es un pecado específico en contra de la virtud de la religión, que promueve la gloria de Dios y la santificación del hombre. Este pecado es preciso confesarlo especificando si se trata de una cosa, lugar o persona. En concreto, el sacrilegio agrava un pecado concreto, añadiendo una nueva razón de pecado y será más o menos grave en relación al grado de santidad de la cosa, lugar o persona.

Por ejemplo, matar a un sacerdote sería un pecado doblemente grave, por asesinarlo y por ser sacerdote. Pero no es sacrilegio robar dinero a un sacerdote, a no ser que sea dinero recibido con una finalidad cultual. Sin embargo, siempre sería un pecado con obligación de restituir sobre todo si la cantidad fuera considerable. La pena aplicada al sacrilegio grave puede ser la excomunión, que impide poder recaer en tal pecado u otra pena temporal, cuando se desprecian las penas espirituales.

¿Qué hay que hacer tras un sacrilegio?

Cuando se produce un sacrilegio y se hace público, lo primero y más urgente, en el caso de cosas sagradas, como formas consagradas, imágenes, vasos sagrados, etc., es tratar de recuperar estas realidades sagradas profanadas.

Si se tratara de lugares sagrados, como templos, habría que restaurarlos si fuera posible y conveniente.

Si el acto sacrílego se ha efectuado contra una persona, en este caso hay que rehabilitarla, purificando de algún modo y en la medida de lo posible los espacios donde han sido encontradas o el estado en el que hallan las personas y lugares sagrados. Seguidamente, hay que volver a colocar estas realidades sagradas en su lugares propios. Pero si el estado de las formas consagradas o imágenes hiciera imposible seguir sirviendo a su cometido hay que depositarlas en lugares dignos donde sea imposible una nueva profanación.

La respuesta principal de la Iglesia ante el sacrilegio es el desagravio, que es la compensación a la injuria hecha, basada en la exigencia de la virtud de la justicia, que obliga a dar a cada uno lo que le pertenece.

No olvidemos que junto a la misericordia se halla siempre la justicia, en Dios y en nosotros. En consecuencia, es fundamental en la vida de la Iglesia y en la vida de los cristianos la expiación o reparación de nuestros pecados, completando lo que falta a la Pasión de Jesucristo, no tanto en relación a Cristo, como es evidente, sino en relación a nosotros. Lo propio del desagravio es manifestar la santidad divina, que también se manifiesta en la santidad de las cosas, las personas y los lugares sagrados.

El desagravio es siempre interior, pero la exterioridad forma parte necesaria de esta compensación justa debida a lo sagrado. Lo sacramental es en sí mismo algo exterior que nos lleva a algo interior.

El acto principal de desagravio es evidentemente la celebración digna y devota de la Santa Misa o la adoración al Santísimo Sacramento; de hecho, es el desagravio normal cuando se trata de responder a un sacrilegio cometido contra la Santa Eucaristía, que es el gran tesoro de la Iglesia.

Un sacrilegio cometido contra imágenes sagradas, vasos sagrados, reliquias de santos, vestiduras sagradas, etc. se repara con los actos que de algún modo restauren su valor sagrado.

Cuidar lo sagrado

Termino esta breve reflexión con una invitación a los sacerdotes y a las comunidades cristianas a aplicar adecuadamente el principio clásico: las cosas santas deben tratarse santamente.

El sacerdote devoto celebra devotamente, mientras el sacerdote mundano se hace protagonista, ocultando al Señor. Tres son los momentos principales de la celebración de la Santa Misa, a saber, el ofertorio, la consagración y la comunión. El pan y el vino ofrecidos son de algún modo sagrados. El pan y el vino consagrados contienen la presencia del cuerpo, alma y divinidad de Cristo; el pan recibido es el mismo cuerpo de Jesucristo.

Procuremos no se pierda jamás ni la más mínima partícula, utilizando siempre la forma más devota de recibirlo. El sacerdote, en el modo de celebrar y hasta en su modo de vestir, debe mostrar su carácter sagrado.

El autorP. Pedro Fernández Rodríguez, OP

Penitenciario en Santa María la Mayor, Roma

Lecturas del domingo

Ley antigua y ley nueva en Jesús. Domingo VI del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del VI domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·9 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En su Sermón de la Montaña, Jesús dio seis “antítesis”, seis afirmaciones que parecen contradecir enseñanzas de la Antigua Ley. Cuatro de ellas aparecen en el evangelio de hoy. Pero al introducir estas antítesis, Jesús aclara que no las contradice, sino que las eleva a un nivel superior. “No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles cumplimiento”. 

En ellos, Jesús revela el nivel superior de moralidad que nos impone el Evangelio. Mientras que la Antigua Ley se centraba más en la moral social -al menos tal como se llegó a entender-, la Nueva Ley nos exige la conversión interior, que es el fundamento esencial de la vida en sociedad. La Antigua Ley nos decía que no matásemos ni cometiésemos adulterio; regulaba el matrimonio y, como parte de él, permitía el divorcio; prohibía los juramentos falsos; establecía nociones básicas de justicia y fijaba límites claros entre vecinos y enemigos.

Plenitud de la Ley

Pero Jesús enseña (de un modo que alude a su divinidad: sólo Dios puede modificar una ley que Dios reveló primero) que debemos vivir las actitudes interiores que son el fundamento de estos preceptos. Para evitar matar, debemos resistir la ira interior que lleva a la violencia y buscar la reconciliación temprana que impide que los problemas se agraven. Para evitar el adulterio, debemos buscar la pureza de corazón que nos lleva a respetar la dignidad de los demás, en particular de las mujeres. Esto puede requerir acciones radicales para resistir el pecado y sus ocasiones – de ahí las metáforas de arrancarse el ojo o cortarse la mano. 

A continuación, Jesús ofrece una nueva visión del matrimonio en la que las mujeres no pueden ser simplemente descartadas. El matrimonio es indisoluble y divorciarse del cónyuge para casarse con otro es adulterio. A continuación, insiste en una profunda actitud de veracidad; debemos decir simplemente “sí” o “no” sin hacer juramentos innecesarios. Las dos antítesis siguientes (que no aparecen en el evangelio de hoy) nos invitan a abandonar todo deseo de venganza, prefiriendo sufrir un agravio a infligirlo, y a no hacer ya distinción entre enemigo y prójimo. Incluso debemos amar a quienes nos son hostiles.

Hay que vivir la Antigua Ley, pero de un modo más profundo, más interior, con una “justicia superior a la de los escribas y fariseos”, apuntando a la conversión interior, no a la corrección exterior. La ley no debe relajarse, sino en sus requisitos esenciales, no en sus aplicaciones contingentes. Ya no practicamos la circuncisión ni los sacrificios de animales, pero debemos dedicarnos a Dios en cuerpo y alma.

La mansedumbre y la pureza de corazón, la fidelidad absoluta en el matrimonio, una profunda veracidad, el rechazo de cualquier deseo de venganza y la disolución de la distinción entre prójimo y enemigo… Éstos son los fundamentos de una vida social pacífica, que surge de la paz en nuestras almas.

La homilía sobre las lecturas del domingo VI del tiempo ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Recuperar el valor de lo sagrado

Si queremos educar en una vivencia religiosa, hemos de empezar por ayudar a los jóvenes a percibir esa experiencia de lo sagrado.

9 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Nada es sagrado. Esta parece ser la consigna de nuestro tiempo.

La conciencia de que estamos ante un lugar sagrado o viviendo un acontecimiento sagrado nos remite directamente a una especial presencia de Dios. Una presencia que se hace en ese momento y lugar, de alguna forma misteriosa, casi tangible. Esa fue la vivencia de Moisés ante la zarza ardiente. “Descálzate, porque la tierra que pisas es sagrada” (Ex 3,5)

Esa experiencia de lo sagrado, esencial al hecho religioso, impregnó la vida de nuestros antepasados. Sabían que había momentos que eran sagrados, acontecimientos en los que el tiempo se paraba y tocaba la eternidad.

La eucaristía, de una manera muy especial, nos traslada a la misma cena del jueves santo, ante el único sacrificio de Cristo en la cruz, al misterio de la resurrección de Jesús. Tiempos sagrados en los que se toca la eternidad. Como le ocurrió a Pedro, Santiago y Juan en el momento de la transfiguración de Jesús en el monte Tabor. Un momento en el que, por un segundo, se rasgan las apariencias y nos dejan ver el infinito.

También nuestros antepasados sabían que había lugares sagrados. Espacios privilegiados, puertas a lo infinito, en los que la presencia de Dios se hacía palpable. En santuarios como Lourdes o Fátima se hace cercano lo sobrenatural. En Nazaret nos sobrecoge leer en el altar «Verbum Caro Hic Factum Est». Aquí, ‘hic’, en este lugar se unieron el cielo y la tierra. Un lugar en el que hay que entrar con un silencio respetuoso, casi de puntillas. Descalzándose el alma.

Y sin embargo…

Hoy nada es sagrado. Todo ha quedado desencantado. Y banalizado, que es la forma de acabar con esa experiencia de estar ante algo que nos remite más allá, que trasciende su propia realidad.

Sin duda esa pérdida de conciencia de lo sagrado es una de las consecuencias de ese ‘desencantamiento’ que caracteriza nuestra era secular, tal como lo definía el filósofo Charles Taylor. Una mentalidad que configura al hombre moderno. Para el hombre actual el tiempo no es más que una sucesión de acontecimientos, uno detrás de otro. Y el espacio es pura materia que se remite solo a sí misma. El mismo concepto de sagrado parece pertenecer a otra época, a la edad media.

Sin duda, si queremos educar en una vivencia religiosa, hemos de empezar por ayudar a los jóvenes a percibir esa experiencia de lo sagrado. Empezando por nuestras propias celebraciones y templos. Hay que dejar espacio para el silencio y descubrir que el templo es un lugar sagrado habitado por el Dios vivo. Reconocer su presencia. Admirarse y sobrecogerse. Ayudarles a entrar con los gestos, la música, el arte en esa experiencia que sobrecoge el alma y la pone en contacto con el misterio. Y en esto, hemos de ser sinceros, hemos ido perdiendo sensibilidad y nos hemos contagiado de ese ambiente profano.

Pero la educación en lo sagrado abarca toda la vida. Debemos enseñar a los niños y jóvenes a descubrir la huella del Creador cuando contemplen la naturaleza. Mostrarles que hay un sentido en la historia de la Humanidad. Ayudarles a rasgar las apariencias y ver más allá.

Necesitamos reconectar con lo sagrado y educar en ello a las nuevas generaciones. Y no es una tarea fácil. Hay toda una cultura que lo dificulta. Pero es esencial hacerlo si queremos verdaderamente afrontar la evangelización de este mundo.

Quizás este sea, dicho sea de paso, una de las claves del éxito de la obra de J.R.R. Tolkien, el autor de ‘El Señor de los anillos’. Que a través de la fantasía nos ha conseguido desvelar que el mundo está realmente ‘encantado’. Su épica medieval nos hace conectar con los latidos más íntimos de nuestro ser y nos devuelve la esperanza. Hay un espacio para lo sagrado en toda su obra.

A nuestro favor, como siempre, tenemos el corazón del joven que intuye vivamente que tiene que haber ‘algo más’. Que el tiempo no se nos puede acabar. Que, como decía Máximo en la película Gladiator, «lo que hacemos en la vida, ¡tiene su eco en la eternidad!».

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Mundo

“¡No olvidéis a Ucrania! ¡Sin vuestra ayuda no sobreviviremos!”

Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania, ha lanzado una nueva petición de ayuda y recuerdo a toda la comunidad internacional durante un encuentro virtual organizado por ACN.

Maria José Atienza·8 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania, Mons. Sviatoslav Shevchuk, ha participado junto al Nuncio apostólico en Ucrania, Mons. Visvaldas Kulbokas en un encuentro online, organizado por ACN Internacional para informar de la situación de la nación ucraniana cuando se cumple casi un año desde que Rusia comenzara una ofensiva contra Ucrania. ACN ha sido, desde entonces y ya antes, una de las instituciones que, junto a Caritas Internationalis, ha proporcionado una ayuda constante a la Iglesia católica de aquel país.

Tras casi un año desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, éste último se encuentra en una situación humanitaria y social “muy deteriorada”, ha destacado el Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania.

Mons. Sviatoslav Shevchuk ©CNS photo/Voznyak Production

Mons. Sviatoslav Shevchuk ha calificado de “milagro” que “un año después siga vivo” y ha puesto el foco, entre otras coas, en la terrible situación de la Iglesia católica en los territorios ocupados por las fuerzas rusas.

De hecho, ha destacado que no saben nada sobre el estado del padre Ivan Levytsky y el padre Bohdan Heleta, dos sacerdotes católicos arrestados por la milicia rusa desde el pasado noviembre.

“No sabemos qué será de nosotros en el futuro

El conflicto está dejando ciudades destruidas y, especialmente, ha señalado el arzobispo mayor, los misiles rusos han destruido industrias fundamentales: “el 50% de la producción eléctrica de Ucrania esta destruida, esto significa que cada pueblo, cada ciudad, experimenta falta de electricidad diariamente».

«La gente esta volviendo a sus hogares y no tienen luz o agua, y no es suficiente con la energía que se puede producir a través de generadores” ha afirmado mons. Shevchuk, “por ejemplo, la semana pasada en Odessa estuvieron 4 días sin nada de electricidad”.

“La gente espera una palabra de esperanza”

 Desde el inicio de la guerra, la Iglesia católica en Ucrania, se ha movilizado para atender y ayudar a la población ucraniana. En este sentido, el arzobispo mayor ha destacado que “de la Iglesia, la gente espera una palabra de esperanza, además de comida o ropa”.

Mons. Shevchuk ha explicado las líneas claves del plan pastoral que los obispos católicos ucranianos pusieron en marcha ante la invasión: “sanar las heridas de esta guerra, tanto heridas físicas como psicológicas y mantener las estructuras de caridad y solidaridad, para poder trabajar como una comunidad unida”.

Dentro de esta tarea de sanación Shevchuk ha explicado que “en cada eparquía se han establecido centros de escucha a los que todas las personas que lo necesiten pueden ir a pedir ayuda”.

El Nuncio, Visvaldas Kulbokas. ©CNS photo/cortesía de la Nunciatura de Ucrania

Especial atención merece el capítulo de las zonas ocupadas por el ejército ruso: Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur, donde la presencia de la Iglesia católica está bajo sospecha y se producen “registros a parroquias o inluso tenemos noticias de torturas a fieles o sacerdotes acusados de colaborar con los partisanos ucranianos” ha descrito Mons. Sviatoslav Shevchuk. En este sentido, el Nuncio ha señalado que, en la actualidad, tres vicarías que suponen una extensión de 60.000 km cuadrados no cuentan con la atención de ningún sacerdote católico porque han sido arrestados, se les ha prohibido continuar o han sido forzados a irse”.

Por su parte, Visvaldas Kulbokas ha subrayado que la mayor parte de los ucranianos desea la victoria de “proteger y reconstruir su país”.

“Gracias a la Santa Sede podemos intentar liberar prisioneros”

La constante atención del papa Francisco, su papel de voz de esta guerra ante el mundo y la tarea diplomática de la Santa Sede ha sido también objeto de agradecimiento por parte del Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania que ha señalado como “gracias a que la Santa Sede mantiene abierta la línea de comunicación con Rusia, podemos trabajar en la liberación de prisioneros”. En este punto, Shevchuk ha relatado que, durante su último encuentro con el Santo Padre le entregó una lista de 42 médicos, civiles y militares, con el objetivo de trabajar en su liberación.

“¡Sin vuestra ayuda no sobreviviremos!”

En todo momento, tanto Mons. Sviatoslav Shevchuk como Visvaldas Kulbokas han agradecido el apoyo de la oración y las donaciones materiales que han recibido de todo el mundo.

En este punto, el Arzobispo mayor de la Iglesia católica en Ucrania ha afirmado que “hoy puedo decir que en Ucrania la gente no se muere por hambre o por falta de ropa, pero no sabemos qué será de nosotros en el futuro” y ha querido terminar su intervención con una petición clara “¡No olviden a Ucrania! ¡Sin vuestra ayuda no sobreviviremos!”

Vaticano

Papa Francisco: «La trata de personas crece a un ritmo alarmante»

El Papa Francisco mandó un breve mensaje por la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, cuyo tema es “Caminar por la dignidad”.

Paloma López Campos·8 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas el mismo día que se recuerda a Santa Bakhita, Patrona de las víctimas de este tipo de explotación. Este año el Papa Francisco mandó un mensaje para involucrar a los jóvenes en la lucha contra estos abusos.

“La trata de seres humanos desfigura la dignidad”, afirmó el Papa con rotundidad. “La explotación y el sometimiento limitan la libertad y convierten a las personas en objetos de usar y tirar. Y el sistema de trata se aprovecha de las injusticias y desigualdades que obligan a millones de personas a vivir en condiciones vulnerables”.

Francisco señaló a las millones de personas que viven en situaciones delicadas por la crisis económica, las guerras y el cambio climático. Todas ellas son especialmente vulnerables a este sistema, haciendo que sean “fáciles de reclutar”.

Una responsabilidad de todos

Lejos de estar cerca de una solución, señaló el Pontífice, “la trata crece a un ritmo alarmante, afectando sobre todo a inmigrantes, mujeres y niños”. Pero ello no puede conducir al desánimo, sino que “es precisamente en esta realidad en la que todos nosotros, especialmente los jóvenes, estamos llamados a unir nuestras fuerzas para tejer redes de bien, para difundir la luz que viene de Cristo y de su Evangelio”.

El Papa finalizó recalcando algunas ideas que los jóvenes escribieron en preparación de la jornada. Así, invitó a todos a “caminar con los ojos abiertos para reconocer los procesos que llevan a millones de personas, especialmente jóvenes, a ser víctimas de la trata para ser brutalmente explotadas. Caminar con el corazón atento para descubrir y apoyar los senderos cotidianos hacia la libertad y la dignidad. Caminar con la esperanza en los pies para promover acciones anti-trata. Caminar tomados de la mano para apoyarnos mutuamente y construir una cultura del encuentro, que conduzca a la conversión de los corazones y a sociedades inclusivas, capaces de proteger los derechos y la dignidad de cada persona».

Vaticano

Papa Francisco: «La religión es fraternidad, es comunión»

Tras el viaje apostólico a África, el Papa volvió al Vaticano y mantuvo en el Aula Pablo VI la audiencia general de los miércoles. Los asistentes acogieron al Santo Padre con un fuerte aplauso que Francisco recibió agradecido.

Paloma López Campos·8 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras el viaje apostólico a África, el Papa volvió al Vaticano y mantuvo en el Aula Pablo VI la audiencia general de los miércoles. Los asistentes acogieron al Santo Padre con un fuerte aplauso que Francisco recibió agradecido.

El Papa Francisco volvió al Vaticano después de su viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Regresando a su agenda habitual, mantuvo en el Aula Pablo VI la audiencia general de los miércoles, en la que los asistentes le recibieron con un fuerte aplauso.

La audiencia comenzó con la lectura de la Palabra de Dios, en concreto de un pasaje del Evangelio según san Mateo en el que se habla sobre los cristianos como luz del mundo. Tras la proclamación de la Palabra, Francisco habló sobre su viaje apostólico a África. Lo primero que hizo fue dar gracias a Dios “que me ha permitido realizar este viaje, deseado desde hace tiempo”. También mencionó a sus dos acompañantes en la segunda etapa, cuando estuvo en Sudán del Sur, el arzobispo de Canterbury y el moderador de la Iglesia de Escocia, diciendo: “fuimos juntos para testimoniar que es posible y necesario colaborar en la diversidad, especialmente si se comparte la fe en Cristo”.

República Democrática del Congo

En cuanto a la primera escala del viaje, el Papa habló de la República Democrática del Congo “como un diamante, por su naturaleza, por sus recursos, sobre todo por su gente; pero este diamante se ha convertido en motivo de contención, de violencias, y paradójicamente de empobrecimiento para el pueblo”. Ante esta situación, Francisco ha dicho “dos palabras: la primera es negativa, «¡basta!», ¡basta de explotar África! La segunda es positiva: juntos, juntos con dignidad y respeto recíproco, juntos en el nombre de Cristo, nuestra esperanza”.

En Kinsasa Francisco tuvo un encuentro con víctimas de violencia, durante el que escuchó “los testimonios impactantes de algunas víctimas, especialmente mujeres, que depositaron a los pies de la Cruz armas y otros instrumentos de muerte. Con ellos dije «no» a la violencia y a la resignación, «sí» a la reconciliación y a la esperanza”.

Más tarde, se reunió con los dirigentes de distintas obras de caridad del país, a los que agradeció su labor: “Su trabajo con los pobres y para los pobres no hace ruido, pero día tras día hace crecer el bien común. Por esto subrayé que las iniciativas de caridad deben ser siempre promocionales, es decir no solos asistir sino favorecer el desarrollo de las personas y de las comunidades”.

Francisco pudo encontrarse también con los jóvenes y catequistas, a quienes describió como el futuro de África. Su entusiasmo por la renovación y por la esperanza le llevó a indicar cinco vías para que construyan un porvenir mejor: “la oración, la comunidad, la honestidad, el perdón y el servicio”.

En su última reunión pública, en la catedral de la capital, el Papa habló con el clero, los seminaristas y los consagrados. A ellos les exhortó “a ser servidores del pueblo como testigos del amor de Cristo, superando tres tentaciones: la mediocridad espiritual, la comodidad mundana y la superficialidad. Finalmente, con los obispos congoleños compartí la alegría y la fatiga del servicio pastoral. Les invité a dejarse consolar por la cercanía de Dios y a ser profetas para el pueblo, con la fuerza de la Palabra de Dios, a ser signos de su compasión, su cercanía, su ternura”.

Sudán del Sur

La segunda etapa del viaje pasó por Sudán del Sur. Como dijo el Papa “esta visita tuvo una fisonomía totalmente particular, expresada por el lema que retomaba las palabras de Jesús: «Rezo para que sean una sola cosa». De hecho, se trató de una peregrinación ecuménica de paz, realizada junto a los jefes de dos Iglesias históricamente presentes en esa tierra: la Comunión Anglicana y la Iglesia de Escocia. Era el punto de llegada de un camino iniciado hace algunos años, que nos había visto reunidos en Roma en 2019, con las autoridades sursudanesas, para asumir el compromiso de superar el conflicto y construir la paz”.

Francisco lamentó que ese proceso de paz no hubiera avanzado con los años, por lo que, al reunirse con las autoridades del país, les invitó “a pasar página, a llevar adelante el Acuerdo de paz y la hoja de ruta, a decir con decisión «no» a la corrupción y al tráfico de armas y «sí» al encuentro y al diálogo. Solo así podrá haber desarrollo, la gente podrá trabajar en paz, los enfermos curarse, los niños ir al colegio”.

Subrayando el carácter ecuménico del viaje, el Papa resaltó la oración que hubo con los dos representantes religiosos que le acompañaron. Lo cual consideró un mensaje necesario sobre cooperación, pues “es importante testimoniar que la religión es fraternidad, es paz, es comunión; que Dios es Padre y quiere siempre y solo la vida y el bien de sus hijos”.

Debido a los conflictos internos que se desarrollan en Sudán del Sur, el Santo Padre tuvo un encuentro con los desplazados internos. Durante el diálogo se dirigió especialmente a las mujeres, “que son la fuerza que puede transformar el país; y animé a todos a ser semillas de un nuevo Sudán del Sur, sin violencia, reconciliado y pacificado”.

Más tarde, en la reunión con el clero y los consagrados, quiso poner a Moisés como ejemplo para todos los pastores de la Iglesia. “Como él, plasmados por el Espíritu Santo, podemos llegar a ser compasivos y mansos, desprendidos de nuestros intereses y capaces de luchar también con Dios por el bien de las personas que nos han sido confiadas”.

Al concluir la audiencia, el Papa quiso mencionar “la celebración eucarística, último acto de la visita a Sudán del Sur y también de todo el viaje”. Durante la Misa, dice Francisco, “me hice eco del Evangelio animando a los cristianos a ser «sal y luz» en esa tierra tan probada. Dios no pone su esperanza en los grandes y en los poderosos, sino en los pequeños y en los humildes”.

Este mensaje es de gran actualidad, mencionó el Santo Padre, pues Dios “sigue diciéndolo también hoy a quien confía en Él. Es el misterio de la esperanza de Dios, que ve un gran árbol donde hay una pequeña semilla. Recemos para que, en la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur, y en toda África, broten semillas de su Reino de amor, de justicia y de paz”.

Cultura

Así quedan los organismos económicos vaticanos tras Praedicate Evangelium

La económica es una de las áreas cuya reforma ha sido especialmente profunda con Predicate Evangelium. Con la nueva Constitución Apostólica, el número de organismos económicos de la Santa Sede asciende a seis. Y todos ellos, salvo la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), son de reciente creación.

Pilar Solá Granell·8 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Una de las áreas en las que la reforma de los organismos vaticanos ha tenido mayor empeño ha sido la referida a las instituciones de gestión financiera e la Santa Sede.

Tras la reforma instituida con la Praedicate Evangelium, la Santa Sede ha liquidado gran parte de las instituciones previas en esta área, creando 5 nuevas y reformando las tareas y modos de gestión de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.

Tras Predicate Evangelium, el número de organismos económicos de la Santa Sede asciende a seis. Y todos ellos, salvo la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), son de reciente creación.

1º Consejo de Asuntos Económicos

Fue instituido en 2014 por el Motu Proprio Fidelis Dispensator et prudens. Su principal misión consiste en orientar y guiar la estrategia económica de la Santa Sede con el fin de garantizar una gestión realizada «a la luz de la doctrina social de la Iglesia, siguiendo las mejores prácticas internacionales reconocidas en el campo de la administración pública» (art. 205 §2 PE).

Para ello, el Consejo propone al Papa la aprobación de políticas y directrices que aseguren una gestión prudente y eficaz de los recursos humanos, financieros y materiales, reduciendo riesgos innecesarios y procurando la máxima rentabilidad para el cumplimiento de los fines previstos.

Está formado por quince miembros: ocho son elegidos entre Cardenales y Obispos que representan la universalidad de la Iglesia y siete son laicos, elegidos entre expertos de diversas nacionalidades. La ley prevé que las reuniones se lleven a cabo al menos cuatro veces al año.

Como parte de su tarea estratégica el Consejo verifica los presupuestos y balances consolidados antes de ser aprobados por el Romano Pontífice; determina los criterios, incluido el del valor, de los actos de enajenación, compra o administración extraordinaria que requieran la aprobación de la Secretaría de Asuntos Económicos para ser realizados válidamente; examina los informes de la Secretaría, del Auditor General, de los organismos y entidades sometidos a su vigilancia (entre ellos el IOR) … Y cuando lo considera necesario, puede solicitar informaciones relevantes a la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF).

2º Secretaría de Asuntos Económicos

Ejerce la función de secretaría papal en materia económica y financiera (art. 212 PE). El calificativo papal identifica a este organismo como particularmente cercano al Romano Pontífice, ante quien responde directamente. Fue también instituido en 2014.

La Secretaría se encarga fundamentalmente del control y vigilancia de la actividad económica de las instituciones que forman parte de la Santa Sede o que están estrechamente relacionadas con ella, para que se lleve a cabo según los programas propuestos por el Consejo.

La tendencia es que cada vez haya más instituciones bajo su control. De hecho, en el presupuesto de la Santa Sede de 2022 se puede comprobar que el perímetro consolidado ha aumentado respecto al del año anterior, incluyendo nuevas entidades que deben ser vigiladas.

En 2022 las entidades bajo control de la Secretaría ascienden a 90, 30 más que en 2021. Al ampliar el perímetro se proporciona una visión más completa y global de la situación económica de la Santa Sede; y, a mayor visibilidad, más trasparencia en sus resultados.

La Secretaría está dividida en dos áreas funcionales: una de control económico y financiero y otra de control administrativo. Se ocupa de elaborar las directrices y programas económicos que las instituciones deben aplicar; prepara el presupuesto anual de la Santa Sede y comprueba su cumplimiento; elabora el balance anual consolidado a partir de los balances particulares; autoriza los actos de enajenación, compra o administración extraordinaria; evalúa los riesgos patrimoniales y financieros de la gestión económica y propone acciones correctivas.

De la Secretaría depende el Departamento de Recursos Humanos y, desde 2020, su competencia se extiende también sobre el Óbolo de San Pedro y otros fondos papales. En noviembre de 2022 el papa Francisco ha nombrado a un laico, el economista Maximino Caballero, como Prefecto de la Secretaría.

3º Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA)

El APSA se encarga de la administración y gestión del patrimonio de la Santa Sede. No sólo debe conservarlo, sino mejorarlo y hacerlo rentable con el fin de proporcionar los recursos necesarios para que la Curia Romana pueda cumplir su misión universal.

Se pretende que el APSA sea el organismo que centralice la gestión del patrimonio bajo el control de Secretaría de Asuntos Económicos, evitando así administraciones paralelas que gestionen bienes sin vigilancia.

El patrimonio de la Santa Sede está formado tanto por bienes inmuebles productivos (viviendas y apartamentos alquilados que generan rentas) como improductivos (palacios que sirven de sede a los dicasterios curiales, universidades y colegios). También incluye fondos de inversión, cuentas bancarias y otros valores financieros.

Su presidente está asistido por un secretario y un consejo. Tras la reforma, los miembros del consejo pueden ser «cardenales, obispos, presbíteros y laicos» (art. 221 §1 PE). Por lo tanto, estos oficios ya no están reservados sólo a los eclesiásticos.

Se divide en tres áreas funcionales. El área inmobiliaria se encarga de gestionar los inmuebles concentrados principalmente en Roma y Castelgandolfo, así como propiedades en otros países como Inglaterra, Francia y Suiza, que son administrados a través de sociedades intermedias siguiendo las normativas locales.

El área de asuntos financieros o gestión mobiliaria se ocupa de la inversión de los fondos y demás valores financieros, procurando generar la mejor rentabilidad. Y en tercer lugar, del área de servicios dependen las oficinas de contabilidad, compras, asesoramiento jurídico, peregrinación a San Pedro, etc.

4º Oficina del Auditor General

Esta Oficina se encarga, desde 2014, de la revisión del balance consolidado de la Santa Sede. Para ello realiza un control técnico -las conocidas auditorías contables- sobre los balances anuales de las distintas instituciones curiales y organismos vinculados a la Santa Sede que convergen en el balance consolidado.

El nuevo estatuto de 2019 prevé que la Oficina actúe como Autoridad anticorrupción, con el fin de detectar sospechas de fraude en el destino de los recursos financieros, en la adjudicación de contratos o en las enajenaciones. Puede iniciar auditorías a instancia del Consejo, de la Secretaría o de los responsables de los órganos que están bajo la competencia del Consejo; pero también pueden ser iniciadas de oficio por el Auditor General, que informará previamente al cardenal coordinador del Consejo exponiendo las razones. En todo caso, la identidad del denunciante está protegida y no puede ser revelada, salvo a las autoridades judiciales por decisión motivada.

Si la auditoría revela indicios delictivos, el Auditor General lo comunicará a las autoridades judiciales del Vaticano, quienes podrán estimar si procede iniciar un juicio ante el tribunal competente.

Los auditores que trabajan en la Oficina son profesionales en este campo, algunos con más de veinte años de experiencia en empresas internacionales.

5º Comisión de Materias Reservadas

Fue creada en 2020 y le compete la autorización de cualquier acto jurídico, económico o financiero que, por el bien de la Iglesia o de las personas particulares, deba ser amparado por el secreto y sustraído del control de los órganos competentes.

La Comisión, según su propio estatuto, está compuesta por un presidente, secretario, y algunos miembros más designados por cinco años por el Romano Pontífice.

6º Comité para las Inversiones

En 2019, con el fin de preparar instrumentos válidos para la política de inversiones, el Papa Francisco determinó la creación de este organismo. Tiene como misión garantizar la conveniencia ética de las inversiones mobiliarias de la Santa Sede según la doctrina social de la Iglesia y, al mismo tiempo, asegurar su rentabilidad.

Sus miembros son nombrados por cinco años y entre ellos se encuentran profesionales de alto nivel. El Comité es competente únicamente para las inversiones en valores, pues los inmuebles son gestionados y controlados por las entidades titulares.

El autorPilar Solá Granell

Facultad de Derecho canónico. Universidad católica de Valencia San Vicente Mártir

Enseñanzas del Papa

La paz mundial y la vida interior del cristiano

El Papa Francisco ha trabajado a lo largo de su pontificado por la paz, insistiendo siempre en la responsabilidad común que une a todos para lograr la justicia social.

Ramiro Pellitero·8 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Parecería que la paz, que tanto nos preocupa, sea solo una “cuestión social”, de acuerdos y leyes. La paz verdadera tiene también que ver con el espíritu y con el corazón de cada uno de nosotros; de ahí la importancia de cultivar lo que la tradición cristiana llama la “vida espiritual” o “vida interior”.

Destacamos las enseñanzas del Papa difundidas en enero, en dos ocasiones: su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, que se centró en los grandes pilares de la paz; y su Carta apostólica Totum amoris est, con ocasión de los 400 años de la muerte de san Francisco de Sales. En esa carta (firmada el 28 de diciembre) el Papa subraya la centralidad del amor en la vida espiritual o vida interior del cristiano.

Los pilares de la paz

Este año el discurso del Papa al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede (9-I- 2023) fue una continuación del Mensaje del 1 de enero para la Jornada mundial de la Paz: “Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el Covid-19 para trazar juntos caminos de paz”.

Deseaba ahora Francisco expresar “una invocación de paz en un mundo que ve crecer divisiones y guerras”, tras la contemplación, durante la Navidad, del Hijo de Dios, llamado en las Sagradas Escrituras “Príncipe de la paz” (Is 9, 5). 

Se cumplen, además, 60 años de la encíclica Pacem in terris, de san Juan XXIII, publicada pocos meses antes de su muerte y medio año después de la llamada “crisis de los misiles cubanos”, que supuso una amenaza nuclear y un paso en la dirección de una aniquilación de la humanidad.

Precisamente la tarea diplomática –observa el Papa– “es un ejercicio de humildad porque requiere sacrificar un poco de amor propio para entrar en relación con el otro, para comprender sus razones y puntos de vista, contrastando así con el orgullo y la arrogancia humana, causa de toda voluntad beligerante”.

Ante todo, reitera Francisco que “la posesión de armas atómicas es inmoral”, en la línea de san Juan XXIII. Lamenta el estancamiento del “Plan de acción integral conjunto” (acuerdo nuclear con Irán) y la guerra de Ucrania, como picos de un iceberg que él viene llamando la tercera guerra mundial (en marcha) “ a trozos” en un mundo globalizado. A ellos se añaden otras guerras o conflictos armados activos en el mundo.

Clama por una superación de la “lógica” de los armamentos –la carrera armamentística–, porque no es posible la paz allá donde proliferan instrumentos de muerte.

En la estela de la Pacem in terris, se detiene a continuación en cuatro bienes fundamentales o “pilares que regulan tanto las relaciones entre los seres humanos individuales como entre las comunidades políticas”: ellos son la verdad y la justicia, la solidaridad y la libertad. Los cuatro se entrelazan, observa el Papa, en una premisa fundamental: “todo ser humano es una persona”. Es decir –cabría añadir–, en una correcta antropología como fundamento de una correcta ética, compatible con una visión cristiana de la vida.

La paz en la verdad

En primer lugar, “construir la paz en la verdad significa ante todo respetar a la persona humana, con su ‘derecho a la existencia y a la integridad física’, a la que se le deben garantizar ‘la libertad en la búsqueda de la verdad, en la expresión del pensamiento y en su difusión”’, como señalaba ya la encíclica de Juan XXIII.

Subraya en este marco el Papa, junto con el reconocimiento de los derechos de las mujeres, la necesidad de defender la vida frente al aborto provocado y el descarte de otros seres humanos débiles: enfermos, discapacitados y ancianos. Insiste, como en otras ocasiones, en la inadmisibilidad de la pena de muerte y su deseo de que desaparezca en las legislaciones del mundo actual.

Señala la necesidad de promover la natalidad para proteger el futuro de la sociedad. Y defiende una “visión integral de la educación”, que implica “integrar los caminos del crecimiento humano, espiritual, intelectual y profesional, que permitan a la persona liberarse de múltiples formas de esclavitud y establecerse en la sociedad de manera libre y responsable”.

Observa la verdadera catástrofe educativa que la pandemia ha dejado, y clama para que los Estados se replanteen “la vergonzosa y asimétrica relación entre el gasto público reservado a la educación y los fondos destinados al armamento”.

Avisa de que la paz exige el reconocimiento universal de la libertad religiosa (limitada en un tercio del mundo) y denuncia el hecho de que uno de cada siete cristianos en el mundo esté perseguido. Además, defiende que la libertad religiosa no se reduce a la libertad de culto sino que afecta también a la libertad para que cada uno pueda “obrar conforme a su conciencia también en el ámbito de la vida pública y en el ejercicio de su profesión”.

Por último, en este primer apartado, apunta Francisco dos principios fundamentales relativos a la paz en la verdad. Primero, que las religiones “no (son) problemas, sino parte de la solución para una convivencia más armoniosa” (Discurso en la Sesión Plenaria del VII Congreso de Líderes Religiosos Mundiales, Astaná, 14- IX-2022). Segundo, que “la raíz de todo conflicto es el desequilibrio del corazón humano” (Mc 7, 21).

Paz, justicia y solidaridad

Un segundo pilar de la paz es la justicia. Así como la crisis de 1962 se resolvió gracias a la confianza en el derecho internacional, también ahora se requiere crear espacios de diálogo entre los pueblos, para evitar polarizaciones, totalitarismos y colonizaciones ideológicas.

En tercer lugar, la paz requiere la solidaridad. Es decir, “saberse responsables de la fragilidad de los demás en la búsqueda de un destino común” (Fratelli tutti, 115). Tras la pandemia, Francisco desea señalar tres áreas donde urge una mayor solidaridad: las migraciones (urge desarrollar un marco normativo para que se pueda acoger, acompañar, promover e integrar a los migrantes; así como asistir y atender a los náufragos, no solo en algunos países donde desembarcan); el mundo de la economía y el trabajo (proporcionando las ganancias en relación con el servicio al bien común y combatiendo la explotación); y el cuidado de la casa común (con una atención más incisiva hacia el cambio climático).

Paz y libertad

En cuanto a la libertad, ya la Pacem in terris señalaba que la construcción de la paz requiere que no haya lugar para “lesiones a la libertad, integridad y seguridad de otras naciones, cualquiera que sea su extensión territorial o su capacidad de defensa” (n. 66).

El obispo de Roma llama la atención ante el prevalecer, en diversas partes de nuestro mundo, de una cultura de la opresión, de la agresión y del debilitamiento de la democracia.Y enuncia de nuevo el deseo formulado por “el Papa bueno” (san Juan XXIII): que entre los hombres y sus respectivos pueblos “no reine el miedo, sino el amor: que tiende a expresarse en una colaboración leal, multiforme, portadora de muchos bienes” (Pacem in terris, 67).

El amor, clave de la vida interior del cristiano

La carta apostólica del Papa Francisco, Totum amoris est (Todo pertenece al amor, 28-XII-2022), en el cuarto centenario de la muerte de san Francisco de Sales, sitúa el amor como origen, manifestación y meta de la vida espiritual del cristiano.

Cabe describir el contenido de la carta esquemáticamente con nueve palabras. Cuatro para describir el contexto del pensamiento y doctrina de san Francisco de Sales; y cinco que señalan sus “decisiones”. Las cuatro palabras del contexto pueden ser: afectividad, encarnación, renovación y discernimiento. Las cinco palabras en relación con sus “decisiones”: libertad, santidad, alegría, caridad y Jesucristo.

El contexto

1. Afectividad. “Dios es Dios del corazón humano” (síntesis de su pensamiento). Importancia de integrar la afectividad en el conjunto del hombre y por tanto de la vida espiritual. “En el corazón y por medio del corazón es donde se realiza ese sutil e intenso proceso unitario en virtud del cual el hombre reconoce a Dios y, al mismo tiempo, a sí mismo, su propio origen y profundidad, su propia realización en la llamada al amor”.

La fe es sobre todo una disposición del corazón”. En efecto. Y en el sentido cristiano (ya en su raíz bíblica) se entiende por corazón no primeramente un sentimiento –la fe no es algo puramente emocional–, pero tampoco ante todo ni meramente un asentimiento de tipo intelectual –que es también una dimensión de la fe– sino el todo de la persona, que abarca, por tanto, sus afectos.

2. Encarnación. El santo doctor rechazaba tanto el voluntarismo (que confunde la santidad con la justificación por medio de las propias fuerzas y produce una autocomplacencia privada del verdadero amor) como el quietismo (un abandono pasivo y sin afectos, que menosprecia la carne y la historia). “En la escuela de la Encarnación aprende a leer la historia y habitarla con confianza”. Una de sus lecciones primeras es que “el amor es lo que da valor a nuestras obras”; y sostiene que “Todo en la Iglesia es para el amor, en el amor, por el amor y del amor” (Tratado del amor de Dios). Juan Pablo II le llamó “Doctor del amor divino”.

3. Renovación. Este santo vive entre dos siglos XVI y XVII. Desde el punto de vista intelectual y cultural, recoge lo mejor del siglo anterior para pasarlo al siglo posterior, “reconciliando la herencia del humanismo con la tendencia hacia lo absoluto propia de las corrientes místicas”. Todo ello, junto con una “notable dignidad teológica”: poniendo por delante la vida espiritual (la oración) y también asumiendo la dimensión de la vida eclesial (sentir en la Iglesia y con la Iglesia) en la tarea teológica. Y de este modo señala que el método teológico no se compagina con el individualismo.

4. Discernimiento. Descubre que en su tiempo se abre un mundo nuevo, donde también había “sed de Dios”, aunque de modo distinto a cómo había sucedido antes. A esto había que responder “con lenguajes antiguos y nuevos”. Supo leer los estados de ánimo de esa época. Decía: “importa mucho mirar la condición de los tiempos”. Y así pudo elaborar una síntesis espiritual y pastoral fecunda, centrada en la relación personal y en la caridad. Supo asimismo anunciar de nuevo el Evangelio de modo flexible y a la vez eficaz.

Como conclusión de lo anterior, observa el Papa: “Es lo que también nos espera como tarea esencial para este cambio de época: una Iglesia no autorreferencial, libre de toda mundanidad, pero capaz de habitar el mundo, de compartir la vida de la gente, de caminar juntos, de escuchar y de acoger”. Es lo que realizó Francisco de Sales, leyendo su época con ayuda de la gracia. Por eso, este doctor de la Iglesia nos invita a “salir de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por las estructuras, por la imagen social, y a preguntarnos más bien cuáles son las necesidades concretas y las esperanzas espirituales de nuestro pueblo”.

Las “decisiones”

1. “Reproponer” la libertad (en perspectiva cristiana), en el marco de la iniciativa de la gracia divina y de la colaboración de nuestra acción humana.

2. Reformular la cuestión de la verdadera “devoción”: no como un simple conjunto de prácticas más o menos piadosas o ascéticas, sino más bien como manifestación de la caridad, algo así como hace la llama respecto del fuego. Y, por tanto, yendo a la raíz de la devoción, que es la santidad, para todos los cristianos en cada estado de vida, también en la “ciudad secular”. 

3. Presentar la vida cristiana como “éxtasis de la obra y de la vida”, en el sentido literal del término éxtasis (salir fuera). Es decir: la “alegría de la fe” que surge cuando salimos de nosotros mismos hacia Dios y los demás. Y no como un conjunto de obligaciones: “No es vivir en nosotros, sino fuera de nosotros y sobre nosotros”, en “un éxtasis perpetuo de acción y de operación”.

Ya lo había dicho el Papa Francisco y ahora lo retoma: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida” (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 2)

4. Considerar, como criterio de discernimiento de la verdad de ese estilo de vida, la caridad con el prójimo: si no existe la caridad, los “éxtasis” de la oración pueden ser ilusorios e incluso provenir del demonio.

5. Tener en cuenta el origen profundo del amor cristiano que atrae el corazón (pues la vida espiritual no puede existir sin afecto): “el amor (de Dios) manifestado por el Hijo encarnado”. Es decir, Jesucristo, en toda su vida y especialmente sobre la cruz. Por ello, dice este santo doctor, “el calvario es el monte de los amantes”.

España

Cáritas ayudará a más de 5.000 de personas en el acceso laboral

La actividad caritativa y social de la Iglesia en España, Cáritas, va a destinar más de diez millones de euros para acompañar este año a más de siete mil personas en su formación e itinerarios de inserción socio laboral. Los hogares con todos sus miembros en paro superan el millón en España.

Francisco Otamendi·7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El desempleo lleva años entre las tres principales preocupaciones de los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los parados registrados oficialmente en España son casi casi tres millones actualmente, y los hogares con todos sus miembros en paro han vuelto a superar el millón, según la Encuesta de Población Activa (EPA) de enero.

La Iglesia en España intenta paliar el drama de las personas más vulnerables y excluidas de diversos modos. Ahora, Cáritas Española ha resuelto la convocatoria correspondiente a 2023 del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES), cofinanciado por el Fondo Social Europeo, y dotado con un presupuesto total de 10.063.536,02 euros.

Los destinatarios de este programa son principalmente “personas con muy baja cualificación y que requieren, en especial tras la pandemia, competencias digitales, por ejemplo; parados de larga duración, personas con poca experiencia laboral, mujeres tantas veces solas, e inmigrantes con permiso de residencia. Es decir, las personas tienen que estar en situación de regularidad, o en proceso de serlo”, explica a Omnes Mar de Santiago, técnica del equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.

Programas de empleo de 59 Cáritas diocesanas

De este importante volumen de recursos, 4,9 millones de euros se destinarán a acompañar a las personas en su búsqueda de empleo, ayudándolas a mejorar sus competencias, sus técnicas de búsqueda e intermediando con las empresas (itinerarios de inserción socio-laboral).

Otros 4,3 millones se dedicarán a acciones de formación para mejorar su cualificación laboral; mientras que 838.000 euros irán a proyectos de economía social, fundamentalmente empresas de inserción, cuya finalidad es ofrecer empleo y mejorar la capacitación de personas en situación de riesgo de exclusión social.

Estos recursos, que forman parte de la convocatoria del POISES 2020-23 y cuyo desarrollo se coordina a través del equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española, permite apoyar los programas de empleo, formación y economía social de 59 Cáritas diocesanas de toda España.

Inserción socio laboral y formación

Los 10 millones de euros se destinarán a 50 itinerarios de inserción socio laboral, 220 cursos de formación y 25 empresas de inserción Cáritas.

El objetivo marcado por Cáritas para 2023 a través de este Programa Operativo permitirá acompañar en torno a 5.000 participantes en itinerarios de inserción socio laboral, 2.600 en acciones de formación y 200 más en las empresas de inserción. 

“Los recursos del Fondo Social Europeo que Cáritas viene manejando desde el año 2000 permiten apoyar el acceso al mundo laboral de colectivos en riesgo de exclusión social y ponen en valor el empleo como el mejor medio para avanzar hacia la autonomía personal y la inclusión”, añade Ana Sancho, del mismo equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.

El programa POISES se ejecuta desde el año 2016 con apoyo del Fondo Social Europeo. En nuestro país se implementa bajo la responsabilidad del gobierno español a través de la Unidad Administradora del FSE del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas, ha manifestado recientemente que “es fundamental que todos tomemos conciencia sobre la importancia de tener en cuenta a las personas y familias vulnerables en el diseño, seguimiento y evaluación de las políticas públicas”.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa manifiesta su dolor por el terremoto sufrido en Turquía y Siria

Rome Reports·7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa Francisco ha enviado un telegrama a los afectados por el terrible terremoto que ha sacudido localidades de Turquía y Siria. La magnitud del primero de ellos fue de casi 8 puntos de la escala de Richter.

El Santo Padre manifiesta su dolor por las víctimas y reza por ellas y sus familias, por los heridos y por los equipos de rescate que trabajan a contrarreloj para intentar liberar a personas de entre los escombros.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.
Evangelización

Antonio Navarro: «Los jóvenes han sido creadores de las II Jornadas Interreligiosas de Córdoba»

Temas como el amor, la solidaridad, las redes sociales y el proselitismo son algunos sobre los que debatirán y dialogarán jóvenes de distintas confesiones religiosas en las II Jornadas Interreligiosas que organiza, junto con otras entidades, la diócesis de Córdoba.

Paloma López Campos·7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Palacio de Congresos de Córdoba acoge el 13 y 14 de febrero las II Jornadas Interreligiosas, que este año pone el foco en los más jóvenes como indica su lema “Jóvenes y espiritualidades”.

Durante dos días distintos ponentes de confesiones religiosas diversas tratarán temas de interés como las redes sociales, los testimonios, el amor y la presencia de Dios en la vida personal, todo ello desde la perspectiva de la juventud. Las inscripciones están abiertas para aquellos que quieran participar.

Impulsor de estas jornadas, el joven sacerdote cordobés, Antonio Navarro, delegado de Ecumenismo y diálogo Interreligioso de una diócesis marcada por su ADN intercultural, explica para Omnes que, aunque los jóvenes crecen en un entorno cada vez más multicultural, «ser joven no equivale siempre a saber escuchar y respetar» y el trabajo en este campo es siempre necesario.

En la actualidad, cuando dicen que es difícil encontrar jóvenes comprometidos con su fe, ¿por qué embarcarse en un congreso como este, con jóvenes de distintas confesiones religiosas?

–Precisamente nos embarcamos porque hay muchos jóvenes que viven con profundidad e ilusión su vida espiritual, su relación con Dios, y lo hacen sin “marcharse” de sus ambientes y de su vida cotidiana sino insertando su fe en esos contextos frecuentemente lejanos de la religión.

Al ser de distintos credos, hay considerables diferencias entre ellos, pero también el mundo actual les pone una serie de retos y obstáculos comunes, como son el materialismo, el secularismo, la superficialidad… Ellos poseen muchas ideas y vivencias en torno a estos temas, con una visión fresca e interesante.

¿Qué pueden aportar los jóvenes a un tema quizás más “sesudo” o de expertos como el diálogo interreligioso?

–El problema es considerar que el diálogo interreligioso es algo “de expertos”. El Magisterio de la Iglesia católica indica claramente (Diálogo y Misión, nº 28-35) que el diálogo interreligioso tiene cuatro modos. Uno es el de la convivencia diaria, en el que las personas de distintas religiones tienen relaciones positivas en el trabajo, el ocio, la familia y las amistades… Otro es el de la espiritualidad, compartiendo la vivencia que cada uno tiene de su moral y sus formas de oración. Uno más es el de la solidaridad y la construcción de la paz, colaborando en favor de una sociedad más justa y fraternal, en acciones conjuntas. El último de ellos es el de los especialistas, que no tendrá sentido ni fruto si no lo preceden los tres anteriores. ¿De qué serviría que los líderes religiosos se encuentren si los creyentes de a pie no se hablaran?

¿Cree que es más fácil -o al contrario- para los jóvenes la convivencia con personas de otros credos?

–En general, las nuevas generaciones han crecido en un mundo más variado y plural, han realizado estancias en el extranjero, y están habituados a convivir con personas de otros países, culturas y religiones.

Sin embargo, esto no quita que no surjan entre ellos movimientos de fundamentalismo, que conducen a la intolerancia y los prejuicios. Igual que una edad avanzada es totalmente compatible con una mente abierta y cortés, ser joven no equivale siempre a saber escuchar y respetar.

En la actualidad un buen número de jóvenes se están polarizando más y más, concibiendo un mundo fragmentado en identidades enfrentadas e irreconciliables, sobre todo en cuestiones ideológicas y políticas.

¿Cuáles son sus inquietudes?

–Las fundamentales son las de todo ser humano: amar y ser amado en un proyecto sentimental que valga la pena, y tener un papel en la sociedad a través de un trabajo con el que poder independizarse.

Esto no es fácil hoy día, ya que los vínculos de compromiso amoroso son frágiles y volubles, no hay estabilidad familiar y mucho menos laboral, con empleos que, exigiendo gran formación y dedicación, están poco remunerados.

Mantener la esperanza es complicado para muchos de ellos. El marco legal no defiende a los que quieren crear una familia, y la tentación del individualismo es grande.

En el congreso se hablará de amor, redes sociales, fe, testimonios… ¿Por qué son importantes estos temas en el diálogo interreligioso?

–Se podrían hablar muchos más, de hecho, algunos se han quedado en el tintero. Los temas han sido elegidos en función de lo que los jóvenes creyentes nos suelen comentar. En cierta medida, se podría decir que ellos no son solamente los actores del diálogo en estas Jornadas, sino también los creadores que aportaron las ideas y los organizadores oficiales solamente les hemos dado forma.

II Jornadas Interreligiosas

Las II Jornadas Interreligiosas “Espíritu de Córdoba” que promueve y coordina el Palacio de Congresos de Córdoba, donde se celebran, tienen el objetivo de acercar el conocimiento interreligioso a los participantes. 

Junto a jóvenes fieles de la Iglesia católica, en las Jornadas participan la Junta Islámica de Córdoba, la Federación de Comunidades Judías y entidades Religiosas Evangélicas.

El día 13 de febrero comenzará con la mesa  “Cuando Dios cambia tu vida” seguido del segundo bloque de ese día que presenta el título “Nuestro compromiso para crear una sociedad más solidaria”; el tercero de la segunda jornada del encuentro es “Amor en tiempos de Tinder” y un cuarto bloque está dedicado a reflexionar sobre la trasmisión de la fe en cada una de las religiones bajo el título “Trasmisión de la fe: entre el proselitismo y el testimonio”. 

Por último,  se desarrollará el bloque número cinco el día 14 con el título “Internet y redes sociales, ¿Barrera o puente?».

España

Frenar la desigualdad está en tus manos

Manos Unidas lanza su campaña número 64 con el lema “Frenar la desigualdad está en tus manos”. Para presentarla dos misioneros han hablado sobre su experiencia en una rueda de prensa junto a la presidenta de la organización.

Paloma López Campos·7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Manos Unidas lanza este año su campaña número 64. Más de 6 décadas ayudando a países del tercer mundo a través de proyectos de cooperación y que, cada año, sigue poniendo el acento en la dolorosa actualidad del hambre en el mundo. La campaña de este año es una invitación a la implicación personal en esta lucha contra el hambre y la pobreza bajo el lema “Frenar la desigualdad está en tus manos”. Una campaña que han presentado la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar, y los misioneros Dario Bossi y Virginia Alfaro.

Cecilia Pilar ha comenzado presentando la situación que en la actualidad viven muchas personas. Las cifras son preocupantes, ha dicho, pues sabemos que cada nueve segundos muere una persona de hambre. En total, más de tres millones y medio de personas mueren al año.

Toda esta información choca con las cifras de la riqueza, que no para de aumentar. Sin embargo, Pilar resaltó en su presentación que este incremento no se refleja igual en todos los países.

Las condiciones en las que viven millones de personas no pueden reducirse a números, ha dicho la presidenta, sino que deben ser asumidas por todos como una responsabilidad común.

Dario Bossi, misionero camboniano

Varios países del mundo “experimentan muchas relaciones neocoloniales”, señaló el misionero camboniano, Dario Bossi, en su intervención. De hecho, las potencias mundiales tienen en tierras fértiles, pero económicamente pobres, proyectos monstruosos que destrozan las tierras, provocando muertes y crímenes contra las personas.

Bossi explicó la dificultad para hacer frente a estos proyectos, pues si las comunidades se niegan, las potencias y empresas emprenden campañas de persecución para presionar a los nativos de los lugares. Pero no todo es negativo, como quiso destacar el misionero. Las comunidades también intentan organizarse y unirse para luchar contra estas agresiones.

Se necesita ayuda exterior y Dario resaltó la importancia de que la Iglesia escuche a las personas y se ponga de lado de los más amenazados, poniendo al servicio de estos su fuerza institucional.

Virginia Alfaro, misionera seglar en Angola

Virginia Alfaro es misionera seglar en Angola. Allí coordina un programa de intervención comunitaria llamado “Infancia feliz”. Este proyecto promueve el acceso a los derechos básicos de mujeres y niños.

A través del programa de intervención, Alfaro ayuda a “crear oportunidades”, mejorando la educación de los niños y estableciendo una educación de calidad. Durante su intervención, la misionera subrayó que la mayoría de los niños no tienen acceso a esta formación. De hecho, solo el 11 % de los niños reciben una educación preescolar, que es tan cara como una universidad privada.

Por otro lado, explicó Virginia, la mayor parte de las adolescentes abandona el sistema educativo, ya que se quedan embarazadas. La importancia de luchar contra esto puede expresarse en números y así lo hizo Alfaro. Destacó que las niñas que acaban la educación primaria pueden producir entre un 10 y un 20 % más de recursos para su sostenimiento, y si terminan los estudios de secundaria, pueden llegar a producir hasta un 25 % más.

Además de la educación, los misioneros como Virginia luchan por la sanidad y el bienestar. En la ponencia, Alfaro recalcó que el 94 % de las muertes que hay en el mundo por malaria ocurren en África, siendo esta enfermedad la principal causa de muerte en niños y mujeres embarazadas en Angola.

Para las mujeres embarazadas el riesgo de enfermedad se une a la situación de precariedad por la “fuga de paternidad”. Muchos hombres abandonan a las madres de sus hijos pues no existe un vínculo entre la identidad masculina y la figura paterna, por lo que las mujeres, íntimamente ligadas a su maternidad, deben luchar por sus derechos en una sociedad fragmentada.

La colaboración de todos

Los ponentes de la rueda de prensa han insistido varias veces en la necesidad de entender que el cambio en las situaciones de los más vulnerables son responsabilidad de todos. Han animado a crecer en la concienciación y participación de los proyectos que, a nivel mundial, se implementan para luchar contra la desigualdad.

Leer más
Cultura

Holly Ordway. Dios no va conmigo

Los caminos de conversión son siempre singulares. La profesora Ordway describe su vía hacia la fe como un atractivo combate de esgrima en el que la razón académica se rinde finalmente ante la Cruz amorosa de Jesús y los brazos maternales de María.

María Rosa Espot y Jaime Nubiola·7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El libro Dios no va conmigo es la historia de Holly Ordway -una académica atea, profesora de Lengua y Literatura inglesa en Estados Unidos- contada en primera persona con franqueza y honestidad. Es el relato de una luchadora de esgrima competitiva, discutidora, racionalista, que busca con tenacidad la verdad, sin cansancio ni descanso, en definitiva, una valiente investigadora de la verdad por la vía racional. 

“Dispuesta a escuchar los argumentos sobre la veracidad del cristianismo”, tuvo el regalo de cruzarse con cristianos que supieron ayudarla en sus reflexiones, entre ellos, su maestro de esgrima. Su testimonio es “un relato de la obra de Dios, la historia de la gracia que actúa en y a través de los seres humanos”.

Como escribe el traductor Julio Hermoso en el prólogo a la edición española, “Lewis y Tolkien, entre otros, desempeñan un papel protagonista […]: son las herramientas que más a mano tiene una profesora de Literatura inglesa que ha crecido leyéndolos, y no duda en auparse a sus sólidos y anchos hombros”

Su búsqueda de la verdad no parte de dudas, sino de dos creencias y de un deseo profundo que Ordway expresa así: “Aunque mi credo sostuviese que no había un sentido último, me obcecaba en la creencia de que existía algo como la verdad y valoraba la verdad como un bien absoluto. […] Deseaba conocer la verdad y vivir conforme a ella, fuera cual fuese”. Ordway narra su doble conversión, primero al cristianismo y más tarde al catolicismo.

Del ateísmo al cristianismo

Como académica, a Ordway le resultaba “emocionante aprender más sobre teología y sobre doctrina”. Poco a poco fue adentrándose en la fe cristiana que hasta entonces había considerado como una creencia de personas “incultas y supersticiosas”. De modo paulatino Ordway fue avanzando “hacia una conversación sobre la fe”. Comenzó a estar a gusto con cristianos que daban respuesta a sus preguntas, algo que no cuadraba con lo que ella esperaba. Ordway descubrió que la fe “podía basarse en la razón”, es decir, que la fe admitía debate e investigación.

La profesora Ordway buscaba respuestas a cuestiones como el origen de la moralidad, la existencia de la conciencia, la eternidad de la verdad, la vida después de la muerte, justicia o misericordia perfectas, y sobre una cuestión básica: la primera causa del universo. Observó esta cuestión desde diversos puntos de vista, le dio muchas vueltas y finalmente decidió que no había una buena razón para rechazarla; por lo tanto, “parecía que sí había un creador del universo”. Una primera causa que “tenía intencionalidad […] al que podíamos llamar Dios: el origen de toda moralidad”.

Ordway dejó atrás la coraza del ateísmo. Aceptó a Dios como una persona, lo que suponía unas implicaciones serias en su vida. Admitió racionalmente que Dios era uno, el Creador, origen de toda bondad. Ahondó en la historicidad de la resurrección y depuso “las armas”: decidió hacerse cristiana. Recibió el bautismo. Su atención siguió atraída hacia la cruz, no le bastaba saber sobre Jesús, sino que quería conocerle.

En ese camino hacia el cristianismo —cuenta Ordway— la parte más difícil y la más transformadora fue la de encontrarse por primera vez al pie de la cruz. “En mi viaje a la fe cristiana, me había centrado en la resurrección; pero, tras mi bautismo, esa entrada sacramental en la muerte y la resurrección de Cristo, empecé a descubrir que la cruz es el manantial de la gracia sanadora y transformadora: no es una simple parte de los sucesos históricos de la pasión y la muerte de Jesús, sino el lugar donde el Dios encarnado cargó con todo el oscuro peso de la miseria humana”.

Del cristianismo al catolicismo

Ordway emprendió después su viaje hacia la Iglesia católica. Leyó, estudió, reflexionó y concluyó que la doctrina católica tenía mucho sentido, aunque seguía sintiéndose cómoda en el anglicanismo. 

Los dogmas marianos y la devoción a la Virgen María se le presentaban como un obstáculo. Sin embargo, no podía dejar de reconocer la verdad de la enseñanza de la Iglesia: “Si Jesús es totalmente humano y también totalmente divino, entonces su madre, María, es la madre de la segunda persona de la Santísima Trinidad; ella es la Madre de Dios, quien llevó a Dios en su seno”. Finalmente, decidió salir de su fortaleza interior y fue recibida en la Iglesia católica.

Conclusión

Dios no va conmigoes un testimonio profundamente esperanzador de una conversión del ateísmo al catolicismo. Muestra que es posible llegar a creer en la existencia de Dios por la vía del estudio, la reflexión y la escucha. 

Tras un trabajo intelectual intenso y muchas conversaciones, Ordway comprueba personalmente que el cristianismo se basa en sucesos históricos y atestiguados de la muerte y la resurrección de Cristo, y a su vez constata que la teología y la filosofía ofrecen respuestas serias y complejas que no apelan de forma simplista a una fe ciega. Si Ordway había desconocido o ignorado esas realidades, durante tantos años de su vida, ella lo atribuye sencilla y honestamente al hecho de no haberse informado. 

En la búsqueda de la verdad Dios va por delante. Él es quien pone en el alma de la persona la semilla del deseo de no sucumbir a la oscuridad, es decir, el deseo de buscar hasta encontrar la luz. Dios premia la búsqueda de la verdad y regala su gracia a quien emprende ese camino para llegar a la meta ansiada.

Accede al blog personal de Holly Ordway aquí.

El autorMaría Rosa Espot y Jaime Nubiola

Hermandades: Hacer de sus miembros mejores cristianos

Las Hermandades no pueden perder de vista que su misión, como asociaciones públicas de fieles de la Iglesia Católica, es el perfeccionamiento cristiano de sus miembros. 

7 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

A veces conviene recordar conceptos básicos que se dan por supuestos pero que hay que refrescar para que no se olviden arrumbados por la rutina del día a día.

En el caso de las hermandades, más allá de sus actividades diarias, no podemos perder de vista su naturaleza y fines: son asociaciones públicas de fieles de la Iglesia Católica que tienen como misión el perfeccionamiento cristiano de sus miembros.

Las vías para realizar esa misión son la formación, o transmisión de la doctrina cristiana, el fomento de la virtud de la Caridad, la promoción del culto público y la santificación de la sociedad desde dentro (Cfr. CIC c. 298.1 CIC).

Es la jerarquía eclesiástica quien las erige como asociaciones públicas y les otorga personalidad jurídica para que cumplan su misión en nombre, por delegación, de la Iglesia.

A las Hermandades se le encomiendan actividades reservadas por su misma naturaleza a la autoridad eclesiástica (cfr. CIC c.301) por lo que quedan, lógicamente, bajo la supervisión de esa autoridad (cfr. CIC 303).

No son entidades autónomas, su misión, actividades y orientaciones pastorales las marca la Iglesia, representada de modo inmediato por el Ordinario de la diócesis en la que la hermandad se constituye.

Centradas las bases de la naturaleza y fines de las hermandades parece claro que éstas habrán de estar atentas a las indicaciones pastorales que en cada momento proponga la Iglesia a los fieles, asumirlas como propias y esmerarse en su difusión y puesta en marcha entre sus hermanos, con una obediencia activa. En cada diócesis esas indicaciones de gobierno las marca el ordinario de la misma, en España la Conferencia Episcopal Española.

En ese contexto se sitúa el trabajo presentado por la misma el pasado mes de enero bajo el título de «El Dios fiel mantiene su alianza», que subtitula como “Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad ofrecido a la Iglesia y la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común”.

Este extenso documento, más que un programa de actuaciones lo que propone son «reflexiones a compartir con los miembros de la Iglesia y con la sociedad española, partiendo de la mirada sobre la actual situación cultural, social y política».

Su intención es «estimular la reflexión y el diálogo sobre asuntos de especial importancia para la vida eclesial y social en un momento de convergencia de múltiples acontecimientos, políticos, económicos y culturales expresión de una gran transformación que afecta a la transmisión de la fe y a la convivencia en nuestra sociedad». Reflexiones que «quieren animar la presencia pública de los católicos en los ambientes e instituciones de los que forman parte».

Aquí entran de lleno las hermandades, instituciones a las que se les ofrece un plan de trabajo ya redactado y con plenas garantías. Un plan que gira en torno a tres ejes: persona, familia y sociedad.

El documento no ofrece un catálogo de actividades a realizar, sino propuestas para reflexionar, profundizar y ajustarlas a la programación de las hermandades en su tarea de formación permanente y santificación de la sociedad.

El eje central del mismo ya se expone en la Introducción: «Persona y sociedad son inseparables, y la familia es la alianza que las une». Este esquema básico se ha visto alterado por una profunda crisis cultural y social, por eso la Iglesia «ofrece la propuesta de una antropología adecuada a la experiencia humana elemental».

A partir de aquí va identificando algunos problemas de la sociedad actual: la crisis del estado del bienestar; la cultura del individualismo (reducción de persona a individuo); la sustitución de las convicciones por sentimientos; la dictadura del relativismo, y las consecuencias de estos problemas en la familia y la sociedad.

Tras este análisis constata: «la carencia de compromiso público de los católicos» a los que anima, más bien exhorta, a intervenir proponiendo, y confrontando en su caso, una antropología cristiana.

Este Documento está llamado a provocar en las hermandades un vuelco en sus planteamientos, para que, sin descuidar el día a día de su gestión -organización de cultos, salida procesional, atención a los hermanos, etc.-, sean también centros de excelencia intelectual y doctrinal que intervengan decisivamente en la reconstrucción de la sociedad civil.

Es muy posible que ese emprendimiento sea rechazado, incluso combatido, también en las hermandades, por quienes se encapsulan en su torre de marfil, desconectados de la realidad, y temen que se resquebraje su falsa seguridad. A esos mejor ignorarlos.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Leer más
Vaticano

El Papa Francisco pide oraciones por las parroquias

La Red Mundial de Oración del Papa ha lanzado el vídeo con la intención del mes de febrero. Este mes el Santo Padre pide por las parroquias.

Paloma López Campos·6 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Las parroquias deben ser comunidades cercanas, sin burocracia, centradas en las personas y donde encontrar el regalo de los sacramentos”. Así habla el Papa de las parroquias, por las que pide oraciones en la nueva intención para el mes de febrero.

En el vídeo publicado por la Red Mundial de Oración, Francisco llama a las parroquias a estar abiertas para todo el mundo: “deberíamos poner en las parroquias, en la puerta, un cartel que diga Entrada libre”. De este modo, los templos evitarán convertirse en “un club para pocos, que dan una cierta pertenencia social”.

A través de la comunión, dice el Papa, las parroquias serán “comunidades de fe, de fraternidad y de acogida a los más necesitados”.

A continuación, el vídeo completo del Santo Padre:

Vocaciones

Laicos consagrados: con Cristo, por Cristo, para Cristo

Hoy todavía hay personas que se consagran por completo a Cristo. Si bien es fácil imaginar a monjes que viven entre las paredes del claustro, también hay consagrados laicos que viven en medio del mundo. Fernando Lorenzo Rego es un laico consagrado del Regnum Christi que cuenta su experiencia en una entrevista a Omnes.

Paloma López Campos·6 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

No todas las personas consagradas viven dentro de un convento o monasterio. Hay quienes, estando completamente entregados a Dios, viven su vocación en medio del mundo. Son laicos consagrados.

Fernando Lorenzo Rego es una de estas personas. Pertenece al Regnum Christi y en una entrevista con Omnes explica el sentido de la vida consagrada, la vocación de los laicos y el carisma del Reino de Cristo.

¿Qué sentido tiene la vida consagrada?

–Buscando brevedad, podría decir que es hacer asequible el estilo de vida de Jesús a todo cristiano.

Jesús se ha encarnado para revelar el hombre al hombre, en palabras de San Juan Pablo II. La vida consagrada no tiene otro sentido sino reproducir un aspecto —o varios— de la vida de Jesús en el tiempo actual para que sea actualizado y comprendido por el cristiano de hoy, en medio de su vida de todos los días, y pueda llegar al cielo.

¿Puede vivirse esta vocación en el mundo de hoy? ¿Es lógico que exista?

–Siempre ha habido retos para la vida cristiana y siempre habrá retos para la vida consagrada. Los tiempos actuales no son diferentes. Al contrario, presenta dificultades añadidas en una sociedad individualista, agnóstica y muy alejada de una visión trascendente —al menos, en occidente.

A pesar de ello, en nuestros días existen trazos que manifiestan una honda preocupación por el ser humano. ¿Cómo entender si no el gran fenómeno del crecimiento del voluntariado, o de organizaciones no gubernamentales que se preocupan por quienes nadie se preocupaba hace unos años? ¿No nos está hablando de un anhelo de volcarse por el otro, de un afán de llenar ese espacio que lo material no puede llenar?

Precisamente, este vacío se manifiesta como la sed de un extraviado en el desierto en su anhelo angustioso por un oasis. Ese oasis, junto a otras realidades eclesiales, lo ofrece la vida consagrada.

«No necesitan de médico los sanos, sino los enfermos», dice Jesús. El mundo de hoy está muy enfermo, «la Iglesia es un hospital de campaña», como gusta decir al Papa Francisco. En ese hospital, para esos enfermos, aceptando las propias limitaciones, se encuentra la vida consagrada ofreciendo un camino hacia Jesús, nuestro Salvador, para que ese ser humano herido encuentre un sentido pleno a su vida.

¿Cómo se vive, en el aspecto más práctico, la entrega completa a Dios estando en medio del mundo?

–Teniendo una razón clara para vivir, poniendo por delante el fin de nuestra vida: Jesucristo. Sabiendo tomar lo que nos ayuda para ello y dejando de lado lo que estorba.

Me gustan las comparaciones visuales…, es como si alguien necesita cocinar una paella. Se dirige a un supermercado que le ofrece multitud de productos muy atractivos. ¿Qué hace? Tiene en mente su ideal. Contempla las exquisiteces que le ofertan, que incluso le poner en la mano para probar; pero sólo escoge aquello que le ayudará a preparar una suculenta paella.

La persona consagrada no demoniza nada. Deja pasar lo que no es para él. Muchas realidades buenas; otras no tanto y, algunas, malas para cualquiera. Pero toma la realidad «en tanto en cuanto» le ayuda a cumplir su ideal. Es vivir el principio y fundamento que tanto promueve San Ignacio de Loyola.

Así, el estilo de vida, el tiempo que dedica a muchas actividades buenas y santas lo dedica si es necesario. Pienso, por ejemplo, en el tiempo que brinda a la unión con Dios, a la relación con sus compañeros de comunidad, a la atención a las personas a las que dirige su misión, al estudio o al trabajo, a las relaciones humanas, al entretenimiento, al descanso, al deporte, al cultivo cultural, al cuidado de su propia casa, etc.

Las actividades ordinarias esenciales como ser humano —cuerpo y espíritu, incluyendo los afectos— junto con la dedicación constante e incansable por su misión concreta: la atención a los demás allí donde esté dedicado y la misión le asigne. Eso puede ser la enseñanza —en diferentes niveles—, la orientación y acompañamiento espiritual desde niños y adolescentes a la vida adulta, la investigación, el ejercicio profesional de lo más variado, el trabajo manual, la vida parroquial o de las variadísimas organizaciones eclesiales, en el voluntariado, en la vida política, en el mundo sanitario, en el campo de los trabajadores, en el mundo empresarial, de la comunicación… Un sinfín de realidades son propensas a aterrizar y concretar la misión.

De todo ello, lo esencial es buscar a Dios diariamente para saber suscitarlo a los demás donde y como lo necesiten, sin perderse uno mismo en el camino. Porque los obstáculos son numerosos; pero el amor de Dios y su gracia siempre están para apoyar en la labor.

¿Qué significa vivir de cara a Dios?

–Algo he avanzado anteriormente. Supone «estructurar» la propia vida donde la relación con Dios y su voluntad no sólo ocupe el lugar principal, sino el único. Esto debe ser muy claro en una vida consagrada. Se vive absolutamente de cara a Él. No se le dan sólo los mejores momentos, sino todos. Aunque esto supone muchas facetas muy diferentes.

Por ejemplo, es esencial la vida de unión con Él. Pero, asimismo, disponer de momentos de esparcimiento equilibrado, «mens sana in corpore sano», para las relaciones humanas. Todo ello siempre de cara a la misión que Jesús quiere para cada uno y en línea con el carisma de la institución.

La entrega a los hombres destinatarios de nuestra misión no es otra realidad sino la misma entrega a Dios. Un Dios descubierto en cada persona necesitada.

¿Cómo se puede tener clara la vocación cuando todo parece tan relativo?

–Es verdad, en el mundo, las personas viven un profundo relativismo de ideas, comportamientos, actitudes. Pero eso sucede cuando no se tiene claro un ideal, o se fundamenta la propia vida en algo inestable, perecedero.

Sin embargo, cuando afirmas tu vida en roca (cfr. Mt 7. 24) tendrás dificultades que provienen del interior, de las luchas contra el mal, de la contemplación de muchos que se pierden por falta de Cristo; pero tu ideal te sostiene, te impulsa, te renueva, te lanza cada día a conseguir esas metas. No las tuyas, sino las de Cristo.

Además, sucede algo contrario a lo esperado. Esa firmeza, esa vida asentada sobre roca se puede transformar en un faro para muchos que están a punto de zozobrar en ese impetuoso mar del relativismo. No porque uno sea la fuente de la luz, sino que refleja la que Dios envía a cada persona. No olvidemos, Dios no permanece con los brazos cruzados —si podemos expresarnos así— ante el avance del mal. Por eso suscita muchas formas nuevas en nuestro tiempo para ampliar los canales de la gracia. Y dentro de esas formas, llama a muchos a seguirle por el camino de la entrega total a Él.

¿Cómo es tu vocación de consagrado en el Reino de Cristo? ¿Qué os diferencia de los monjes y frailes?

–Curiosa pregunta; no podía faltar.

Hacia fuera, no cambia nada aparentemente: ni en actividades, ni en modo de presentarse, ni en exigencias laborales o profesionales… Eres «uno más del Pueblo», como nos gusta decir. Pero para Dios eres distinto: dedicado completamente a Él, entusiasmado y enamorado de Dios. Eso se traduce en el día a día de una vida de comunidad, dirigida y acompañada por un director.

La vida de oración ocupa un lugar preeminente. Un promedio de tres horas diarias para estar con Él (celebración eucarística, oración personal y en comunidad, lectura espiritual) y su Madre Santísima (rezo del rosario, oración a su lado…). Ahí se coloca la propia vida, ahí se ofrecen las personas con sus inquietudes, sus logros, sus dificultades… Es momento de petición, de agradecimiento, de alabanza, de adoración.

Luego uno distribuye su tiempo según sus necesidades: ir a clases, a recibirlas o a impartirlas, a lanzar o gestionar proyectos, a acompañar personas en su vida cotidiana, preparar iniciativas apostólicas, a cumplir con obligaciones profesionales…

También hay que ordenar las propias cosas, limpiar y ordenar la casa, comprar, cocinar, descansar, hacer deporte…

Muchas de estas actividades se hacen en comunidad. Pero también se hace comunidad cuando uno trabaja aparentemente en solitario, porque se siente acompañado por la oración, por el consejo, por la acogida cuando regresa al centro —así llamamos a nuestra casa—, sustituido cuando uno no puede…

A mediodía volvemos al centro, cuando es posible; después de comer y descansar, volvemos al «tajo» por la tarde hasta, incluso, bien entrada la noche, si es necesario.

Nuestro centro es un hogar, como una casa de una familia ordinaria, acogedora, sencilla; pero, gracias a Dios y a la generosidad de otras personas, contamos con lo necesario. Lo primero y más importante, una capilla donde conservamos a Jesús Eucaristía para estar con Él; después las áreas comunitarias como cualquier hogar (una sala-comedor, cocina y zona de lavado de ropa, etc.) y las habitaciones individuales.

Los monjes y frailes viven el coro. Nosotros no. Asumimos el estilo de vida de laicos en comunidad, pero sin los compromisos de oración que ellos tienen, sin distintivos (vestimos como cualquier laico de nuestra misma condición), con una consagración a Dios mediante votos privados reconocidos canónicamente como una sociedad de vida apostólica e insertos en el mundo, como he explicado anteriormente.

Brevemente, ¿puede explicar en qué consiste el carisma del Reino de Cristo?

–El carisma del Reino de Cristo, del Regnum Christi, se centra en la experiencia personal de Cristo —como todo carisma—; pero quien lo vive trata de imitar a Jesús cuando sale al encuentro de cada persona para mostrarle el amor de su corazón. A esas personas, como hizo Jesús con los primeros, las reúne y las forma como apóstoles, para que potencien ese posible liderazgo cristiano. Así, las envía a colaborar en la evangelización de los demás hombres y de la sociedad. Pero no se desentiende de ellos, sino que los acompaña con la oración, con el apoyo espiritual y con los consejos de la propia experiencia.

Este carisma del Regnum Christi nosotros lo vivimos aportando nuestra condición de laicos y de consagrados, siendo —como apuntaba anteriormente— uno más del Pueblo de Dios, con nuestro trabajo y la ofrenda de la propia vida.

Mundo

El Papa confía a santa María Reina la paz en África, Ucrania y el mundo

En sus últimas palabras en Sudán del Sur, las del Ángelus, al finalizar la Santa Misa con más de cien mil fieles en el mausoleo John Garang, el Papa Francisco confió “la causa de la paz” en Sudán del Sur, en África, y en los numerosos países que se encuentran en guerra, “como la martirizada Ucrania”, “a nuestra tierna Madre María, la Reina de la paz”, con un mensaje de esperanza.

Francisco Otamendi / Paloma López Campos·5 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En la homilía de la Misa, al hilo de las lecturas de este domingo, el Santo Padre deseó a los fieles “que sean sal que se esparce y se disuelve con generosidad para dar sabor a Sudán del Sur con el gusto fraterno del Evangelio; que sean comunidades cristianas luminosas que, como ciudades puestas en lo alto, irradien una luz de bien a todos y muestren que es hermoso y posible vivir la gratuidad, tener esperanza, construir todos juntos un futuro reconciliado.”.

“En el nombre de Jesús, de sus Bienaventuranzas”, añadió con expresión solemne, “depongamos las armas del odio y de la venganza para empuñar la oración y la caridad; superemos las antipatías y aversiones que, con el tiempo, se han vuelto crónicas y amenazan con contraponer las tribus y las etnias; aprendamos a poner sobre las heridas la sal del perdón, que quema, pero sana”.

“Y, aunque el corazón sangre por los golpes recibidos, renunciemos de una vez por todas a responder al mal con el mal, y nos sentiremos bien interiormente; acojámonos y amémonos con sinceridad y generosidad, como Dios hace con nosotros. Cuidemos el bien que tenemos, ¡no nos dejemos corromper por el mal!”, alentó con fuerza.

“Sal de la tierra, un aporte decisivo”

El Pontífice manifestó su agradecimiento a los cristianos sursudaneses, y les alertó frente al peligro de comprobar sus pocas fuerzas y verse poca cosa.

“Hoy quisiera agradecerles por ser sal de la tierra en este país”, señaló. “Sin embargo, frente a tantas heridas, a la violencia que alimenta el veneno del odio, a la iniquidad que provoca miseria y pobreza, podría parecerles que son pequeños e impotentes. Pero, cuando les asalte la tentación de sentirse insuficientes, hagan la prueba de mirar la sal y sus granitos minúsculos; es un pequeño ingrediente y, una vez puesto en un plato, desaparece, se disuelve, pero precisamente así es como da sabor a todo el contenido”.

“Del mismo modo, nosotros cristianos, aun siendo frágiles y pequeños, aun cuando nuestras fuerzas nos parezcan pocas frente a la magnitud de los problemas y a la furia ciega de la violencia, podemos dar un aporte decisivo para cambiar la historia”, añadió el Papa.

“Jesús desea que lo hagamos como la sal: una pizca que se disuelve es suficiente para dar un sabor diferente al conjunto. Entonces no podemos echarnos atrás, porque sin ese poco, sin nuestro poco, todo pierde gusto. Comencemos justamente por lo poco, por lo esencial, por aquello que no aparece en los libros de historia, pero cambia la historia”.

“Luz del mundo: ardamos de amor”

En cuanto a la expresión de Jesús ‘ustedes son la luz del mundo’, el Papa Francisco subrayó que el Señor da la fuerza para ello.

“Hermanos y hermanas, la invitación de Jesús a ser luz del mundo es clara. Nosotros, que somos sus discípulos, estamos llamados a brillar como una ciudad puesta en lo alto, como un candelero cuya llama nunca tiene que apagarse”, dijo el Papa. “En otras palabras, antes de preocuparnos por las tinieblas que nos rodean, antes de esperar que algo a nuestro alrededor se aclare, se nos exige brillar, iluminar, con nuestra vida y con nuestras obras, la ciudad, las aldeas y los lugares donde vivimos, las personas que tratamos, las actividades que llevamos adelante”.

“El Señor nos da la fuerza para ello, la fuerza de ser luz en Él, para todos; porque todos tienen que poder ver nuestras obras buenas y, viéndolas —nos recuerda Jesús—, se abrirán con asombro a Dios y le darán gloria (cf. v. 16). Si vivimos como hijos y hermanos en la tierra, la gente descubrirá que tiene un Padre en los cielos”, recordó el Santo Padre.

“A nosotros, por tanto, se nos pide que ardamos de amor. No vaya a suceder que nuestra luz se apague, que desaparezca de nuestra vida el oxígeno de la caridad, que las obras del mal quiten aire puro a nuestro testimonio. Esta tierra, hermosísima y martirizada, necesita la luz que cada uno de ustedes tiene, o mejor, la luz que cada uno de ustedes”, afirmó en su homilía ante la multitud de fieles congregados.

La esperanza de santa Josefina Bakhita

A su llegada al mausoleo, el Papa Francisco había podido dar algunas vueltas en el papamóvil para saludar a los peregrinos más de cerca, junto a Mons. Stephen Ameyu Martin Mulla, arzobispo de Juba, capital del país.

Al concluir la Celebración Eucarística, el Papa se dirigió a los fieles para expresar su “agradecimiento por la acogida recibida y por todo el trabajo que han realizado para preparar esta visita, que fue una visita fraterna de tres. Les agradezco a todos ustedes, hermanos y hermanas, que han venido en gran número desde diferentes lugares, haciendo muchas horas —incluso días— de camino. Además del afecto que me han manifestado, les agradezco su fe, su paciencia, todo el bien que hacen y todas las fatigas que ofrecen a Dios sin desanimarse, para seguir adelante”.

El mensaje final del Santo Padre, al hilo del Ángelus, fue de esperanza, y para ello se fijó en primer lugar en santa Josefina Bakhita, citando a Benedicto XVI, y luego en la Virgen María, Reina de la Paz.

“En Sudán del Sur hay una Iglesia valiente, emparentada con la de Sudán, como nos recordaba el arzobispo, el cual mencionó la figura de santa Josefina Bakhita, una gran mujer, que con la gracia de Dios transformó en esperanza su sufrimiento”, manifestó el Papa. “‘La esperanza que en ella había nacido y la había “redimido” no podía guardársela para sí sola; esta esperanza debía llegar a muchos, llegar a todos’, escribió Benedicto XVI (Carta enc. Spe Salvi, 3).

“Esperanza es la palabra que quisiera dejarle a cada uno de ustedes, como un don para compartir, como una semilla que dé fruto. Tal como nos recuerda la figura de santa Josefina, la esperanza, especialmente aquí, se encuentra en el signo de la mujer y por eso quisiera agradecer y bendecir de modo especial a todas las mujeres del país”.

“A la esperanza quisiera asociar otra palabra. Ha sido la palabra que nos acompañó estos días: paz. Con mis hermanos Justin e Iain, a quienes agradezco de corazón, hemos venido aquí y seguiremos acompañando sus pasos, los tres juntos, haciendo todo lo posible para que sean pasos de paz, pasos hacia la paz.

“Que la esperanza y la paz habiten en ustedes”

El Romano Pontífice se refirió entonces a la Virgen María, y le encomendó la causa de la paz. “Quisiera confiar este camino de todo el pueblo con nosotros tres, este camino de la reconciliación y de la paz a otra mujer. Me refiero a nuestra tierna Madre María, la Reina de la paz. Nos acompañó con su presencia solícita y silenciosa”.

“A ella, a quien ahora rezamos, le encomendamos la causa de la paz en Sudán del Sur y en todo el continente africano. A la Virgen encomendamos también la paz en el mundo, en particular los numerosos países que se encuentran en guerra, como la martirizada Ucrania”.

“Queridos hermanos y hermanas, volvemos, cada uno de nosotros tres a nuestra sede, llevándolos aún más presentes en el corazón. Lo repito, ¡están en nuestro corazón, están en nuestros corazones, están en los corazones de los cristianos de todo el mundo!”.

“No pierdan nunca la esperanza. Y que no se pierda la ocasión de construir la paz. Que la esperanza y la paz habiten en ustedes. Que la esperanza y la paz habiten en Sudán del Sur”.

Así concluyó el Papa Francisco sus palabras, antes de dar la bendición final, y dirigirse al aeropuerto internacional de Juba para el vuelo de regreso a Roma, en una visita de varios días que había comenzado en la República Democrática del Congo con numerosos encuentros, como el que tuvo lugar con víctimas de la violencia.

En el corazón de los sursudaneses y del mundo ha quedado la acogida del presidente de la República, Salva Kiir Mayardit y las demás autoridades; la histórica oración ecuménica con el arzobispo de Canterbury y primado anglicano, Justin Welby, y el Moderador de la asamblea general de la Iglesia de Escocia, el pastor presbiteriano Iain Greenshields; sus reuniones con refugiados y desplazados, y con los obispos, sacerdotes y consagrados del país; o sus llamadas a la oración y a seguir el ejemplo de Jesús, Príncipe de la Paz.

El autorFrancisco Otamendi / Paloma López Campos

Recursos

Ramiro Pellitero: “La Teología pastoral, vanguardia evangelizadora”

“La vida cristiana es la aventura más fascinante que alguien puede proponerse”. Y “la prioridad actual de la nueva evangelización” sitúa a la Teología pastoral en “la vanguardia de la labor teológica y educativa”, afirma a Omnes el teólogo Ramiro Pellitero, recién publicado su manualTeología pastoral. La misión evangelizadora de la Iglesia’.

Francisco Otamendi·5 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

“Hoy es necesario que la dimensión evangelizadora de la Teología dé ‘un paso al frente’, para ayudar de modo más eficaz, más extenso e intenso, a un diálogo más fructífero entre la fe y la razón, la fe y las culturas, la fe y la ciencia. Esto es conveniente también a nivel catequético, desde la iniciación cristiana, porque nadie ama lo que no conoce”, señala el profesor Ramiro Pellitero Iglesias, que enseña en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra desde hace más de treinta años, más o menos las mismas asignaturas que ahora: Teología pastoral y Eclesiología sobre todo.

Anteriormente, Ramiro Pellitero se había licenciado en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela.

En 1988 fue ordenado sacerdote en el santuario de Torreciudad. En los últimos 12 años ha colaborado desde la universidad en la formación de profesores de religión de colegios, en España y en países de América (especialmente América Latina) y de Europa.

Ahora, fruto de los cursos que viene dando sobre esta materia, y de modo más breve y ocasional en diversos países del mundo, el profesor Pellitero ha publicado ‘Teología pastoral. La misión evangelizadora de la Iglesia’, en Eunsa.

¿Podría referir cuál es el mensaje, la idea central que desea transmitir con su libro sobre la misión evangelizadora de la Iglesia?

– Ante todo, el mensaje es que la evangelización (llevar el mensaje del Evangelio a todas partes y con todas las consecuencias) es tarea de todo cristiano, cada uno desde sus propios dones, ministerios y carismas.

Esto supone tratar de vivir ese mensaje cada uno personalmente, y en el marco de la Iglesia como la familia que Dios ha querido en el mundo, por medio de la encarnación de su Hijo Jesucristo y del envío del Espíritu Santo.

En segundo lugar, se trata de un libro de teología. Y la teología es la fe (vivida) que busca comprenderse a sí misma y comunicarse. La prioridad actual de la nueva evangelización, en este cambio de época, pone a esta materia (la Teología pastoral) en la vanguardia de la labor teológica y educativa.

Entender la evangelización para llevarla a cabo con autenticidad y pensar desde la evangelización misma la fe y sus consecuencias, es algo que corresponde a todo teólogo y a todas las disciplinas teológicas. Y al mismo tiempo es conveniente que exista una asignatura propia que subraye esta dimensión, sobre todo hoy día.

De modo casi inevitable, su título nos recuerda tres cosas: 1) el mandato final de Jesucristo: id al mundo entero y proclamad el Evangelio…; 2) el aliento del Papa Francisco a ser discípulos misioneros; y 3) su primera exhortación apostólica, ‘Evangelii gaudium’, donde se refiere a la transformación misionera de la Iglesia…

– Efectivamente, esos tres puntos señalan aspectos interesantes de la misión evangelizadora.

Primero, el mandato misionero del Señor, que es para todo cristiano y para la Iglesia en su conjunto, podríamos decir, en unidad y diversidad.

Segundo, el pontificado actual, que invita a tomar en serio la llamada universal a la santidad y al apostolado, proclamada por el Concilio Vaticano II; de modo que todos los cristianos están convocados, con terminología del Documento de Aparecida (2007), a ser discípulos misioneros.

Tercero, en la misma línea, la interpelación a una transformación misionera de la Iglesia, como consecuencia y como medio para la aplicación del último Concilio.

Una transformación ­–a la que se refiere la exhortación programática de Francisco, Evangelii gaudium (2013)– que pide llevarse a cabo con el discernimiento adecuado a cada asunto.

¿Es lo mismo misión que evangelización? ¿A qué somos enviados exactamente?

– La misión, como dice la palabra (de mittere, envío) significa envío: Dios es el que envía a su Iglesia al mundo; y luego, en la Iglesia, esa gran misión, única y total, se diversifica en varias tareas: una tarea misionera en sentido estricto (dirigida sobre todo a los no cristianos y no creyentes); una tarea que el Concilio llamó “pastoral”, que se lleva a cabo con y entre los fieles católicos; y una tercera que se dirige a fomentar la unidad de los cristianos (ecumenismo).

La evangelización, que hoy entendemos más bien en un sentido amplio (todo lo que la Iglesia y los cristianos hacemos por extender el mensaje del Evangelio a partir de nuestras vidas) es la puesta en marcha, “en acto”, de la misión.

En definitiva, cada cristiano está enviado a hacer de su vida un anuncio y un testimonio de la fe, ante todo allí donde se encuentra, contando con la abundante ayuda de Dios y en el marco de la familia eclesial. Además, puede recibir dones (carismas) para colaborar con otros en diversas tareas o servicios, dentro de la gran misión evangelizadora.

El libro subraya la dimensión evangelizadora de la Teología, que ella posee desde su mismo origen. ¿Puede comentarlo? ¿Qué añade que digamos no sólo Teología, sino Teología pastoral?

– Ya me he referido antes a la dimensión evangelizadora de la Teología, que además de ser ciencia, tiene un aspecto de sabiduría para la vida, pues el mensaje del Evangelio lleva a una vida más plenamente humana, que se abre a la vida eterna tras la muerte. Todo esto lo hace la Teología desde siempre.

Pero hoy es necesario que esa dimensión evangelizadora de la Teología dé “un paso al frente”, para ayudar de modo más eficaz, más extenso e intenso, a un diálogo más fructífero entre la fe y la razón, la fe y las culturas, la fe y la ciencia. Esto es conveniente también a nivel catequético, desde la iniciación cristiana, porque nadie ama lo que no conoce.

Y además, porque la vida cristiana es la aventura más fascinante que alguien puede proponerse. No como una utopía idealizada, sino como un horizonte realista, que debe contar ante todo con la luz y la fuerza vital y transformadora de la fe.

También ha de contar con nuestras limitaciones, las de cada uno y las de todos. Por eso la Teología, en cualquiera de sus disciplinas (sistemática, moral, pastoral, histórica, bíblica) debe acercarse a todas las personas con la luz de la verdad y del amor.

La Teología pastoral, como señalaba antes, es la ciencia que representa y subraya esa dimensión evangelizadora apostólica. Estudia la misión evangelizadora desde sus coordenadas espacio-temporales, en el “aquí y ahora”.

Enseña un método (que tiene que ver con el discernimiento) para pensar teológicamente lo que hacemos; sea el diálogo apostólico personal, la predicación y la educación de la fe, sea las celebraciones litúrgicas, sea la ayuda que prestamos a la vida cristiana, en medios de formación personales o colectivos, así como el acompañamiento de las familias y de las vocaciones, y especialmente de los enfermos y de los más necesitados en la sociedad; sin olvidar las dimensiones social y ecológica del mensaje cristiano.

Mientras la Teología moral enfoca todo esto desde la persona del cristiano, la Teología pastoral lo mira desde la acción evangelizadora de la Iglesia; pero la Iglesia no es solo la jerarquía, sino que somos todos los cristianos.

Plantea usted en algún capítulo los retos de la nueva evangelización, puesto que la nueva evangelización requiere una inspiración fuertemente misionera, escribe. Háblenos un poco de estos retos.

– Los retos de la nueva evangelización se derivan de nuestra situación sociocultural: un cambio de época, con grandes y rápidos avances en el terreno científico y tecnológico y a la vez diversas crisis de raíz antropológica.

Desde el punto de vista cristiano y eclesial, como ya vio claramente san Juan Pablo II, esto requiere, en la evangelización, una renovación del ardor, de los métodos y de las expresiones. No es algo radicalmente nuevo, porque siempre hemos encontrado caminos para la inculturación del mensaje cristiano en diálogo con las culturas.

En todo caso, hoy se ve necesaria, por ejemplo, una mayor calidad de la educación de la fe a todos los niveles, en coherencia con la propia vida y en conexión con tantas necesidades que vemos alrededor.

Además, hoy, muchos laicos (los cristianos que buscan la santidad en medio de sus trabajos y familias, de su vida cultural y social, etc.) son más conscientes que los de siglos anteriores en cuanto a su responsabilidad en la Iglesia y en el mundo.

Una responsabilidad que se manifiesta personalmente o formando parte de grupos, movimientos u otras realidades eclesiales, además de otras colaboraciones que pueden llevar a cabo como catequistas o en otras tareas intraeclesiales.

Sienten que la evangelización no es algo en lo que se colabora de vez en cuando, sino una misión que sienten como propia, por el mero hecho de ser bautizados, y que llevan a cabo de modo distinto a los ministros sagrados o los miembros de la vida religiosa; pero todos la realizan en complementariedad.

El Papa, en su reciente constitución ‘Praedicate Evangelium’ sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia, dispone un papel prevalente al Dicasterio para la Evangelización. ¿Qué supone esta decisión, a su juicio? Su libro se sitúa asimismo en esta temática nuclear cristiana.  

– Como ha explicado en diversas ocasiones, el papel prevalente del Dicasterio para la Evangelización corresponde al impulso que Francisco desea dar a la nueva evangelización. Esto se sitúa en clara continuidad con las orientaciones del Concilio Vaticano II y con los pontificados anteriores, de un modo incisivo y abarcante. En mi libro la nueva evangelización es un hilo rojo que atraviesa todos los capítulos.

¿Alguna otra cuestión que desee comentar?

– Cabría aclarar que la palabra “pastoral” fue usada durante muchos siglos en relación casi exclusiva con los obispos y sacerdotes. A partir del Concilio Vaticano II, y cada vez más, se emplea para expresar la misión evangelizadora de la Iglesia en general. Cristo es el buen pastor (cf. Jn. cap. 10) y todo cristiano tiene, en diversas formas, sobre sí, el cuidado de otros. A la vez, siempre en la Iglesia ha habido y habrá pastores en el sentido jerárquico. Por lo demás, todo cambio de terminología –especialmente si afecta a una mentalidad que se ha desarrollado durante siglos– supone algunos riesgos.

En este caso, algunos pueden seguir pensando que la “teología pastoral” es cosa solo de clérigos, pero no es así, aunque ellos, los clérigos, tengan su propio modo y tareas en la misión de todos. Por eso a veces se puede llamar a esta disciplina teológica de otras formas: Teología de la misión, de la evangelización o de la acción eclesial, etc. Todos ellas legítimas si se es consciente de lo que se trata.

El autorFrancisco Otamendi

Leer más
Cultura

Vives, Moro y Catalina de Aragón

El prestigio de Vives hizo que Erasmo presentara al español a Tomás Moro. Un episodio que uniría la figura de Vives a los avatares del canciller de Inglaterra y Catalina de Aragón.

Santiago Leyra Curiá·5 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

Tomás Moro había visitado Brujas en 1515 como miembro de una misión comercial y, en 1517, con el mismo cometido, estuvo en Flandes. En marzo de 1520, Moro leyó el libro de Vives Declamationes Syllanae, movido por la introducción de este, escrita por Erasmo. En mayo del mismo año Moro escribió a Erasmo sobre Vives:

Tiene ya fama como maestro de latín y de griego, pues Vives es excelente en ambas lenguas… ¿Quién enseña mejor, de modo más efectivo y encantador que él? Erasmo respondió a Moro: Estoy satisfecho de ver que tu opinión sobre Vives coincide con la mía. Vives es uno de los que eclipsarán el nombre de Erasmo…Te aprecio más precisamente porque tú también le agradas a él. Vives es una poderosa mente filosófica

Otro escrito significativo del Vives de estos años es su Aedes legum (1520), testimonio elocuente de su preocupación por la Filosofía del Derecho.

En el verano de 1520 Erasmo llegó a Brujas con el séquito de Carlos V y Tomás Moro estuvo también por allí, como miembro del consejo real de Enrique VIII, cuando se preparaba una alianza con Carlos V contra Francisco I de Francia. Fue entonces cuando Erasmo presentó a Tomás Moro a Juan Luis Vives. Erasmo estaba preparando una edición de las obras de san Agustín y había pedido a Vives la revisión del texto y la redacción de los comentarios a la Civitas Dei, de san Agustín. Vives comenzó en enero de 1521 el trabajo con una gran variedad de códices, plagados de supresiones, añadiduras y cambios, e indicó en muchos pasajes la versión más veraz. En esos Comentarios, Vives superó todos los realizados antes que él y, a pesar de sus fatigas, tuvo la satisfacción “de consagrar algo de sus estudios a san Agustín e indirectamente a Cristo”.

En un elogio que haría Moro a esos comentarios, se revela la sintonía de Moro con Vives: es como si una estrella común quisiera unir nuestras almas por medio de un poder secreto.”

Tras la muerte de De Croy en 1521, Vives solicitó la ayuda de Moro para conseguir el patrocinio de la reina Catalina y, en julio de ese año, comunicaba Vives a Erasmo que había sido tomado bajo la protección de la reina consorte de Inglaterra.

En 1522 Vives, invitado por la Universidad de Alcalá para regentar la cátedra de Humanidades, vacante tras la muerte de Nebrija, no aceptó. El 12 de octubre de 1522 dirigió una carta al Papa Adriano VI, a la que se da este significativo título: De Europae statu ac tumultibus. En ella expresa Vives su preocupación por la paz y su toma de conciencia de la realidad histórica de Europa.

En enero de 1523, Vives escribió a su amigo Cranevelt: “Parece que mi padre está envuelto en un encarnizado proceso que afecta a nuestros bienes familiares; tengo tres hermanas, ahora huérfanas y despojadas… Cada vez estoy más preocupado con tales noticias… No sé si es más prudente ir allí o permanecer aquí”.

El 10-5-1523, Vives escribió a Cranevelt y a Erasmo anunciando su proyecto de viajar a España vía Inglaterra, dejando claro que había llegado a tal decisión con grandes dudas, sólo porque veía tal viaje como una obligación inexcusable. Dos días después llegó a Inglaterra en lamentable estado mental: “todo es muy oscuro y la noche me ronda. Intento retirarme a un inocente silencio”. El viaje a España no lo realizó nunca.

En ese año 1523 Vives dedicó a Catalina su tratado De Institutione Feminae Christanae. En agosto fue promovido, por el canciller de Inglaterra Wolsey como profesor de latín, griego y retórica en el Corpus Christi College, en Oxford, fundado en 1516 como adaptación erasmista para Inglaterra de la Universidad de Alcalá. En ese Colegio, fueron sustituidas las autoridades teológicas medievales por las patrísticas (especialmente, por Jerónimo, Agustín, Juan Crisóstomo y Orígenes).  

En octubre de 1523 el rey y la reina llegaron a Oxford, visitaron a Vives y lo invitaron a pasar las próximas Navidades en el castillo de Windsor. Vives acababa de escribir su tratado pedagógico De Ratione studii puerili, un plan de estudios para la princesa María, de siete años, que ofreció y dedicó a la reina Catalina. Durante aquellas vacaciones, la reina encontró en Vives un buen y leal amigo. Desde Oxford, el 25-1-1524, Vives escribió a Cranevelt: “la reina, una de las almas más puras y cristianas que haya visto nunca. Últimamente, cuando navegábamos en un esquife hacia un monasterio de vírgenes, la conversación recayó sobre la adversidad y la prosperidad en la vida. La reina dijo: “si pudiera elegir entre las dos, preferiría una mezcla adecuada de ambas: ni total adversidad ni completa prosperidad. Y si me viese forzada a optar entre esos extremos, preferiría que todo me fuese adverso a que me fuese demasiado próspero, pues la gente en desgracia necesita tan solo algún consuelo mientras que los prósperos con demasiada frecuencia pierden la cabeza”. Sus lecciones en Oxford duraron hasta abril de 1524.

El 24 de abril Vives volvió a Brujas y el 26 de mayo, fiesta del Corpus Christi, Juan Luis Vives, de 32 años, y Margarita Valdaura, de 19, se casaron y se fueron a vivir en la casa de la madre de Margarita, la viuda Clara Cervent, que necesitaba constantes cuidados por su estado de salud.

Por orden de Enrique VIII Vives tuvo que volver a Inglaterra en octubre, lo que hizo el 2 de ese mes. Volvió sin Margarita, que se quedó en Brujas cuidando a su madre. En enero de 1525 retornó a su cátedra de Humanidades. A comienzos de mayo Vives dejó Oxford, para no volver más, y desde allí se trasladó a Londres, donde permaneció una o dos semanas en compañía de Tomás Moro. El 10 de mayo regresó a Brujas, donde Margarita se hallaba con una infección en un ojo de la que se curó poco más adelante. La enfermedad de su suegra le impidió regresar a Inglaterra en octubre, permaneciendo en Brujas hasta febrero de 1526.

A petición del embajador de Carlos V en Inglaterra, Vives comenzó su tratado social De subventione Pauperum, publicado en ese año 1526. Se trata de una investigación sobre las causas de la injusticia social y de un manual de bienestar público y sobre la educación de los pobres e impedidos. No alcanzó la idealización platónica de la Utopía de Moro, pero la supera en el pragmatismo del programa. Vives ve en las miserias humanas el resultado de errores y vicios de los hombres, entre ellos de manera especial la locura de las guerras.

El 8 de octubre Vives escribió a Enrique VIII alentándole sobre la reconciliación de todos los príncipes cristianos. Pero, en el juego de la alianza de Wolsey con Francia contra el emperador, Juan Luis Vives empezaba a ser mal visto en la corte inglesa, mientras Wolsey trabajaba para aislar a Catalina, apartar de Enrique a sus cortesanos prohispanos y apartar a Vives de su plaza de profesor en Oxford. En esta etapa oscura, Vives encontró un apoyo leal en T. Moro, al que Erasmo llamaba el hombre de todas las estaciones. En casa de T. Moro, Vives se hizo amigo de los yernos e hijas de Tomás y de la élite de la intelectualidad de Londres. Allí encontró, entre otros, a John Fisher. En Moro veía Vives la figura ideal de los nuevos tiempos: un laico de honda fe cristiana, cabeza de familia respetado, servidor de su rey e intelectual de brillante formación.

En mayo de 1526, Vives estaba en Brujas escribiendo el diálogo De Europae desidiis et bello turcico. Y permaneció allí hasta abril de 1527. A finales de abril zarpó desde Calais; pero la ansiedad de Margarita le obligó a volver a Brujas. La reina rogó a Vives que volviese a Inglaterra para comenzar su tarea de profesor de latín de la princesa María. El rey Enrique había pedido a su vez a Vives que le enviara un ejemplar de los Adagia de Erasmo y le preparase una contestación a una carta de Lutero de septiembre de 1525, en la que Enrique era presentado como una víctima del episcopado romano de Inglaterra. El 13 de julio, desde Brujas, Juan Luis escribió a Enrique enviándole el ejemplar del libro solicitado y comunicándole que había preparado un opúsculo, en respuesta a Lutero (opúsculo que no se ha hallado todavía).

El 4 de julio de 1527, Wolsey intentó convencer a John Fisher de que era factible una declaración de invalidez del matrimonio entre Enrique y Catalina. El tratado de Amiens (4 -VIII– 1527), por el que Inglaterra se aliaba con Francia contra el emperador, significó la perdición de Catalina y el comienzo de las desgracias de Vives en la Gran Bretaña. No obstante, a comienzos de octubre, cumpliendo la promesa dada a Catalina, Vives volvió a Inglaterra para enseñar latín a la princesa María. En enero de 1528, Vives escribió a Cranevelt diciéndole que estaba estrechamente vigilado y, a comienzos de febrero, Wolsey se atrevió a interrogar a Vives sobre sus conversaciones privadas con Catalina y le exigió una declaración escrita explicando su parte en el plan para informar al Papa, por medio del embajador español Íñigo de Mendoza, acerca de la situación de la reina.

Vives lo hizo inmediatamente. En estilo noble y digno, se lamentó de que sus derechos humanos –humanum ius– fuesen violados al forzarlo a romper el secreto de sus conversaciones privadas con la reina. Era cierto que la reina había encontrado en él, su compatriota, una persona a la que poder confiar sus problemas. Según Vives, la reina sólo se quejaba de la separación de Enrique, un hombre al que amaba más que a sí misma. Y Vives decía: ¿Quién puede reprocharme en escuchar a una triste e infortunada mujer?, ¿Por hablarle con simpatía ?, ¿por consolar a una reina de tan noble ascendencia cuyos padres además fueron mis propios soberanos naturales? Admitió Vives que, a petición de la reina, sanctissima matrona, él mismo pidió al embajador español que escribiese a Carlos V y al Papa sobre el caso de Su Majestad. Esta declaración movió a Wolsey a confinar a Vives en la casa de un consejero juntamente con el embajador español, confinamiento que duró 38 días (desde el 25 de febrero hasta el 1 de abril de 1528). Por temor a las represalias del emperador, Vives fue puesto en libertad bajo la condición de no volver a poner los pies en el palacio real. La reina le envió un mensajero recomendándole que abandonase Inglaterra.

Ya en Brujas, escribió en mayo una carta a Erasmo pidiéndole intentase algo por la causa de Catalina, a lo que el holandés reaccionó con esta desabrida y desafortunada anotación: Lejos de mí envolverme en el pleito de Júpiter y Juno. Preferiría dar a cada Júpiter dos Junos antes que arrancarle una.

En noviembre de 1528, Enrique VIII garantizó a Catalina la ayuda de dos abogados de Flandes y uno de su propia elección para asistirle en el examen del proceso de su matrimonio por el legado especial de Clemente VII, cardenal Campeggio. Catalina nombró a Vives, el único español que Enrique no había excluido de modo explícito. El 17 de noviembre de 1528, Vives cruzó de nuevo el canal con los dos abogados flamencos de Catalina y trató de convencer a la reina de que desistiera de toda defensa, que él consideraba una pérdida de tiempo y un seguimiento del juego siniestro de Enrique. La reina estaba muy desanimada al principio, hasta que llegó a mostrar su distancia de Vives cuya actitud interpretó como dimisión y cobardía. Vives lo comentó con su amigo Juan Vergara: La reina se enfadó conmigo porque no quise ponerme inmediatamente a sus órdenes. Pocos días después, Vives dejó Inglaterra para siempre, solitario, desanimado, amargado y, como enemigo del rey y desobediente a la reina, fue privado por ambos de la pensión real.

En enero de 1529, en su tratado De officio mariti, rindió un cálido tributo a las virtudes de Catalina: cada vez que pienso en tal mujer, siento vergüenza de mí mismo. Entre todos los ejemplos de fortaleza en medio de la adversidad que la historia nos ha ofrecido, ni uno solo puede compararse con la fortaleza verdaderamente viril de Catalina en medio de las circunstancias más adversas…

Finalmente, la opinión de Vives terminó por prevalecer. En mayo de 1529 comenzó el juicio del matrimonio real en presencia de Campeggio, Wolsey y varios obispos ingleses. Allí, en junio, Catalina proclamó en voz alta ante Enrique su inflexible amor por él y le pidió no seguir más allá. Erasmo se mostró ciego ante la injusticia de Enrique. John Fisher, como Vives, mostró una lealtad inquebrantable a la causa de Catalina.

En julio de 1529 Vives dedicó al emperador Carlos V su magnífico tratado De Concordia et Discordia Generis Humani, obra maestra, profunda meditación sobre las correlaciones entre el desorden de las pasiones humanas y los desastres internacionales.

Pocas semanas después, ofreció un ensayo, De Pacificatione, a Alonso Manrique, arzobispo de Sevilla e Inquisidor general de España. Allí, le dice Vives: Ser inquisidor de herejes es un cometido tan peligroso y elevado que, si ignorases su verdadero propósito y finalidad, pecarías gravemente, de modo especial porque allí están encausadas las propiedades, las reputaciones y la existencia de mucha gente. Es de maravillar que sea tan amplia la autoridad que se le concede al juez, quien no está libre de pasiones humanas, o al acusador, quien por muchas circunstancias puede ser un cínico calumniador movido por el odio…

El 13 de enero de 1531 escribió un valiente mensaje a Enrique, en el que, entre otras cosas, le dijo: Vuestra Majestad me pregunta la opinión de las Universidades sobre aquellas palabras del Levítico: “El hermano no se casará con la mujer de su hermano>>… Te ruego que pienses por un momento lo que vas a hacer en asunto tan importante… y adónde te encaminas… ¿Cuál es el propósito de esta guerra? ¿Una esposa? La tienes ya, y tal que la que codicias ni en bondad ni en belleza, ni en linaje o nobleza puede compararse a ella… Tienes ya una hija, a Dios gracias, de magnífica disposición; puedes escoger a tu gusto a tu hijo político tal como nunca podrías hacer con tu propio hijo.

A finales de 1531 estaba en situación de invitar a Beatriz, su hermana más joven a trasladarse desde Valencia a Brujas pues el resultado del proceso inquisitorial la había convertido en una completa indigente. En agosto de 1532 Vives cuenta a su amigo Vergara que el emperador le asignaba regularmente 150 ducados, los cuales –añadía– cubren más o menos la mitad de mis gastos.

Moro dimitió como canciller, en mayo de 1532, siguiendo el dictamen de su conciencia. En junio de 1533, Catalina fue humillada con la coronación de Ana Bolena; pocos meses después, la princesa María, la pupila de Vives, fue declarada bastarda y excluida de la sucesión a la corona. Enrique VIII era excomulgado por el Papa. En mayo de 1534, Vives contaba a Erasmo que Moro y Fisher estaban en la cárcel. En julio de 1535, la cabeza de Fisher fue reemplazada en el Puente de Londres por la de Tomás Moro. En enero de 1536, Catalina moría completamente abandonada en la pobreza. En julio de 1536, Erasmo fallecía en Basilea y sus discípulos eran perseguidos por la Inquisición española

Leer más
Mundo

Histórica oración ecuménica del Papa y líderes religiosos en Sudán del Sur

El testimonio de unidad del Papa Francisco con líderes cristianos como el anglicano Justin Welby, el pastor presbiteriano Iain Greenshields, y el presidente del Consejo de iglesias de Sudán del Sur, Thomas Tut Puot Mut, que dieron la bendición final juntos, supone una importante llamada para la paz en el país. “El estilo de Jesús es amar a todos”, recordó el Santo Padre.

Francisco Otamendi·4 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El acto ecuménico celebrado en el mausoleo John Garang de Juba, capital sursudanesa, ha sido quizá el más emblemático de la visita del Papa Francisco a Sudán del Sur, denominada por la Santa Sede ‘peregrinación ecuménica de paz’.

Lo confirmó el arzobispo anglicano Justin Welby, al manifestar que nunca hasta ahora había tenido lugar una peregrinación de paz como la que ha tenido lugar ahora en Sudán del Sur, iniciada en el Vaticano en 2019 con el impulso del Papa Francisco.

Así lo señaló el arzobispo de Canterbury: “Mis queridos hermanos, Papa Francisco y Moderador Iain, y yo, estamos aquí como parte de su familia, su comunión, para estar con ustedes y compartir su sufrimiento. Hemos emprendido esta peregrinación de paz como nunca antes se había hecho, nunca. No podemos, no queremos estar divididos”.

Y añadió a continuación citando a san Pablo: “Nada en la tierra puede separarnos del amor de Dios en Jesucristo. Nada puede separarnos a los que compartimos ese amor. La sangre de Cristo nos une, independientemente de nuestras diferencias. Sólo ella basta para nuestra salvación. No necesitamos más sacrificios. Mi hermana y mi hermano nunca, nunca, nunca son mis enemigos”.

En Sudán del Sur, el mausoleo de John Garang es un símbolo para la población. Situado en el centro de Juba, la capital del país, este espacio en el que se encuentra la tumba del padre de la independencia, que lideró el Movimiento de Liberación del pueblo de Sudán del Sur hasta 2005, y que fue vicepresidente y presidente del gobierno, es de gran importancia para la nación sursudanesa. En el acto ecuménico estuvieron presentes el presidente Salva Kiir Mayardit, y otras autoridades del país.

Desarrollo del acto

El rev. Thomas Tut Puot Mut, presidente del Consejo de Iglesias de Sudán del Sur (SSCC), introdujo las oraciones, y recordó que sigue habiendo refugiados en los países vecinos, y muchas otras personas están desplazadas internamente de sus hogares y aldeas, debido a las inundaciones, a disputas comunales y violencia no deseada.

“Que la peregrinación de paz a Sudán del Sur”, dijo, “suscite y potencie en nosotros el espíritu de cambio, que incluya la esperanza, la reconciliación, el perdón, la justicia, el buen gobierno y la unidad en la aplicación del Acuerdo Revitalizado de Resolución del Conflicto en la República de Sudán del Sur”.

“Confesemos juntos nuestra fe”

Por su parte, el Moderador de la Iglesia de Escocia, el pastor Iain Greenshields reconoció que estaba allí por invitación “del arzobispo y del Papa a esta histórica peregrinación por la paz”, y que “esta visita fue prometida durante el retiro espiritual en el Vaticano en 2019”.

El Moderador Iain Greenshields destacó en su breve alocución que “existe un sólido legado de iglesias que trabajan juntas por la paz y la reconciliación en Sudán del Sur”, un tema al que se referiría el Papa Francisco posteriormente, y que “desempeñaron un papel clave en la consecución pacífica de la independencia de la nación. Esperamos fomentar la unidad continua de las iglesias por el bien común en Sudán del Sur, por la justicia y la plenitud de vida para todo el pueblo”.

“Oramos buscando la guía y la sabiduría del Espíritu Santo”, manifestó, “para que esta peregrinación ecuménica de paz a Sudán del Sur aumente en todos nosotros el espíritu de cambio; que nos capacite a todos para buscar la esperanza, la reconciliación, el perdón, la justicia y la unidad en y por nuestro Señor Jesucristo. […] Volvámonos a Dios y confesemos juntos nuestra fe”.

“Ante todo, rezar”

El Papa Francisco, que habló al final del acto, comenzó señalando que “desde esta tierra amada y martirizada se acaban de elevar al cielo muchas oraciones. Como cristianos, rezar es lo primero y más importante que estamos llamados a realizar para poder obrar bien y tener la fuerza para caminar”.

En realidad, la apelación a la “oración” ―“ante todo, rezar”―, fue el argumento principal de su intervención, aunque lo completó con una concreción a “obrar” y a “caminar”.

“El gran esfuerzo de las comunidades cristianas en la promoción humana, en la solidaridad y en la paz sería vano sin la oración. En efecto, no podemos promover la paz sin antes haber invocado a Jesús, ‘Príncipe de la paz’ (Is 9,5)”, manifestó el Santo Padre.

“En nuestras parroquias, iglesias, asambleas de culto y de alabanza, seamos asiduos y unánimes en la oración (cf. Hch 1,14), para que Sudán del Sur, de la misma manera que el pueblo de Dios en la Escritura, “llegue a la tierra prometida”; que disponga, con tranquilidad y justicia, de la tierra fértil y rica que posee, y sea colmado de esa paz prometida, aunque, lamentablemente, no obtenida aún”.

“Quien sigue a Cristo elige la paz, siempre”

“En segundo lugar, justamente en favor de la causa por la paz, estamos llamados a trabajar”, continuó el Papa. “Jesús quiere que ‘trabajemos por la paz’ (cf. Mt 5,9); por eso quiere que su Iglesia no sea sólo signo e instrumento de la íntima unión con Dios, sino también de la unidad de todo el género humano (cf. Lumen gentium, 1)”.

“Esta es la paz de Dios,”, prosiguió, “no sólo una tregua a los conflictos, sino una comunión fraterna, que es el resultado de conjugar, no de disolver; de perdonar, no de estar por encima; de reconciliarse, no de imponerse. Tan grande es el deseo de paz desde el cielo, que fue anunciado ya en el momento del nacimiento de Cristo: ‘en la tierra, paz a los hombres amados por él’ (Lc 2,14).”.

A continuación, Francisco fijó todavía con mayor nitidez la opción por la que deben optar los cristianos: “Queridos hermanos y hermanas, quien se dice cristiano tiene que elegir de qué parte estar. Quien sigue a Cristo elige la paz, siempre; el que desencadena guerra y violencia traiciona al Señor y reniega de su Evangelio”.

“El estilo que Jesús nos enseña es claro: amar a todos, pues todos son amados como hijos del Padre común que está en los cielos. El amor del cristiano no es sólo para los que están cerca, sino para todos, porque cada uno en Jesús es nuestro prójimo, hermano y hermana, incluso el enemigo (cf. Mt 5,38-48). Con mayor razón, cuantos pertenecen a nuestro mismo pueblo, aunque sean de una etnia distinta. ‘Ámense los unos a los otros, como yo los he amado’ (Jn 15,12), éste es el mandamiento de Jesús, que contradice cualquier visión tribal de la religión. ‘Que todos sean uno’ (Jn 17,21), ésta es la oración ferviente de Jesús al Padre por nosotros, los creyentes”.

“Esforcémonos, hermanos y hermanas, por esta unidad fraterna entre nosotros los cristianos, y ayudémonos a transmitir el mensaje de la paz a la sociedad”, alentó el Papa, “a difundir el estilo de no violencia de Jesús, para que en quien se profesa creyente no haya más espacio para una cultura basada en el espíritu de venganza; para que el Evangelio no sea sólo un bonito discurso religioso, sino una profecía que se hace realidad en la historia”.

“La herencia ecuménica de Sudán del Sur”

Finalmente, el pontífice católico impulsó a “caminar”. “La herencia ecuménica de Sudán del Sur es un tesoro precioso; una alabanza al nombre de Jesús; un acto de amor a la Iglesia, su esposa; un ejemplo universal hacia el camino de unidad de los cristianos. Es una herencia que ha de ser custodiada con el mismo espíritu. Que las divisiones eclesiales de los siglos pasados no influyan en quienes son evangelizados, sino que la semilla del Evangelio contribuya a difundir una unidad más grande.

“Que el tribalismo y la división en facciones, que alimentan la violencia en el país, no afecten las relaciones interconfesionales. Al contrario, que el testimonio de unidad de los creyentes repercuta en el pueblo”, añadió, animando a rezar “cada día los unos por los otros, y con los otros; trabajando juntos, como testigos y mediadores de la paz de Jesús; caminando por el mismo sendero, dando pasos concretos de caridad y de unidad. En todo, amémonos profundamente y de manera sincera (cf. 1 P 1,22)”.

El Papa Francisco concluye su estancia en Sudán del Sur con la celebración de la Santa Misa el domingo, en el mismo lugar donde se ha celebrado la oración ecuménica: el emblemático mausoleo de John Garang, y con una intensa llamada a la oración y a trabajar por la paz.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Papa Francisco: «La paz requiere un nuevo impulso»

El Papa Francisco llegó el 3 de febrero a Sudán del Sur, en su segunda y última etapa del viaje apostólico a África. Durante estos días estará acompañado por el arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia.

Paloma López Campos·4 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco aterrizó en Sudán del Sur el 3 de febrero, tierra a la que llega “ como peregrino de reconciliación, con el sueño de acompañarles en su camino de paz”. Durante su encuentro con las autoridades del país y el cuerpo diplomático resaltó precisamente esa característica: “es la hora de la paz”.

Francisco consideró esta visita como un itinerario que parte “precisamente de la búsqueda de las fuentes de nuestra convivencia. Porque esta tierra, que abunda de muchos bienes en el subsuelo, pero, sobre todo, en los corazones y en las mentes de sus habitantes, hoy necesita volver a apagar su sed en fuentes frescas y vitales”.

El Santo Padre se refirió a las autoridades como esas fuentes que los habitantes necesitan. Por ello, “las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en base a cuanto ustedes hagan ahora, porque, así como el río deja las fuentes para comenzar su curso, también el curso de la historia dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a quienes trabajaron por la paz”.

El Papa pidió el fin de la violencia en Sudán, diciendo: “Basta ya de sangre derramada, basta de conflictos, basta de agresiones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz. Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz”.

Más tarde añadió que acabar con la violencia implica compromiso “en favor de una transformación que es urgente y necesaria. El proceso de paz y de reconciliación requiere un nuevo impulso”.

Encuentro con obispos, sacerdotes y consagrados

Durante su encuentro con los obispos, sacerdotes y consagrados, el Papa quiso centrarse en la labor evangelizadora de todas estas personas, lanzando una pregunta: “¿Cómo ejercitar el ministerio en esta tierra, a lo largo de la orilla de un río bañado por tanta sangre inocente, mientras que los rostros de las personas que se nos confían están surcados por lágrimas de dolor?” La respuesta a la cuestión la busca el Papa en Moisés, en su docilidad y en su intercesión.

Francisco señaló que Moisés se acercaba a Dios con asombro y humildad, “se dejó atraer y orientar por Dios”. Ahí está el ejemplo, por lo que “confiemos en su Palabra antes de usar nuestras palabras, acojamos con mansedumbre su iniciativa antes de centrarnos en nuestros proyectos personales y eclesiales; pues la primacía no es nuestra, la primacía es de Dios”. Ser dóciles, continúa el Santo Padre, “nos hace vivir el ministerio de manera renovada”.

En cuanto a la intercesión, Francisco dijo que “la especialidad de los pastores debe ser caminar en medio: en medio de los sufrimientos, en medio de las lágrimas, en medio del hambre de Dios y de la sed de amor de los hermanos y hermanas”. Recurriendo a las imágenes, invita a que todos se fijen en las manos de Moisés, que suelen describirse estando alzadas al cielo, extendidas o agarrando el bastón. Esto, que parece sencillo, no es fácil, pues “ser profetas, acompañantes, intercesores, mostrar con la vida el misterio de la cercanía de Dios a su Pueblo puede requerir dar la propia vida”.

Cultura

Foro Omnes: «El diálogo interreligioso, camino de fraternidad»

"El diálogo interreligioso, camino de fraternidad" es el tema del Foro Omnes que tendrá lugar el jueves 16 febrero de 2023, con motivo del Día Internacional de la Fraternidad Humana. Lo organizan conjuntamente Omnes y  la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, de la Conferencia Episcopal Española. Tendrá lugar a las 19:00 h. en el aula magna de la sede de postgrado de la Universidad de Navarra en Madrid.

Maria José Atienza·4 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde hace unos años, el día 4 de febrero se celebra el Día de la Fraternidad Humana.

Una jornada en que, como explican desde Naciones Unidas, se quiere poner en valor «la aportación que hacen las personas de todas las religiones o creencias a la humanidad, así como la contribución que el diálogo entre todos los grupos religiosos puede aportar para que se conozcan y se comprendan mejor los valores comunes compartidos por toda la humanidad».

De hecho, tal día como hoy hace 4 años, tenía lugar e encuentro entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyib en Abu Dabi, que dio lugar a la firma del documento titulado “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”.

Este documento, clave dentro del pontificado del Papa Francisco, subraya «la importancia de reavivar el sentido religioso y la necesidad de reanimarlo en los corazones de las nuevas generaciones, a través de la educación sana y la adhesión a los valores morales y a las enseñanzas religiosas adecuadas, para que se afronten las tendencias individualistas, egoístas, conflictivas, el radicalismo y el extremismo ciego en todas sus formas y manifestaciones».

Foro «El diálogo interreligioso, camino de fraternidad»

En este marco, Omnes ha organizado un Foro, junto a la Subcomisión Episcopal para las relaciones interconfesionales y el diálogo interreligioso de la Conferencia Episcopal española en torno a este tema.

Bajo el título «El diálogo interreligioso, camino de fraternidad» el Foro tendrá lugar, de manera presencial, el próximo Jueves 16 febrero de 2023 a las 19:00 h. en Aula Magna de la Sede de Postgrado de la Universidad de Navarra en Madrid.

En el encuentro participarán el obispo de Solsona, Francisco Conesa, Presidente de la Subcomisión Episcopal para las relaciones interconfesionales y el diálogo interreligioso; Moshe Bendahan, Gran Rabino de España y Mohamed Ajana El Ouafi, Secretario de la Comisión Islámica de España.

El Foro, organizado por Omnes junto a la Fundación CARF será además, retransmitido por Youtube para aquellas personas que no puedan asistir de manera presencial.

Como seguidor y lector de Omnes le invitamos a asistir. En el caso de que así lo desee, le rogamos que confirme su asistencia a través del correo [email protected].

Mundo

Unidad y paz. El Papa llega a Sudán del Sur

En la segunda etapa de su peregrinación de paz a África, el Papa Francisco ha llegado a Juba, capital de Sudán de Sur. Se trata de la primera visita de un pontífice católico a este país, asolado por décadas de guerra, con el lema “Rezo para que todos sean uno”. Está acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, el reverendo presbiteriano Dr. Iain Greenshields.

Francisco Otamendi·3 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

A primera hora de la tarde, tras más de tres horas de vuelo desde Kinshasa, en el aeropuerto de Juba, capital de Sudán del Sur,ha tenido lugar la recepción oficial al Papa Francisco, que visitará al presidente de la república, Salva Kiir y a los vicepresidentes. Luego tendrá lugar el encuentro con las autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático.

Mañana, el pontífice mantendrá un encuentro con sacerdotes, consagrados, y seminaristas en la catedral de santa Teresa, y por la tarde tendrá lugar una oración ecuménica en el mausoleo John Garang. El domingo será la Santa Misa en el mismo mausoleo, y a continuación el Santo Padre se dirigirá al aeropuerto de Yuba para volver a Roma.

Desde hace años, el Papa Francisco, junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, el reverendo presbiteriano Dr. Iain Greenshields, han impulsado juntos el proceso de paz en Sudán del Sur, para poner fin a la guerra civil tras el golpe de Estado de 2013.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, estará acompañado en Sudán del Sur por su esposa, Caroline Welby que ha visitado Sudán del Sur en varias ocasiones, para apoyar a las mujeres de la Iglesia en su papel de “constructoras de la paz”.

Más de 400.000 muertos

En un encuentro con periodistas vaticanos,el padre Alfred Mahmoud Ambaro, sacerdote sursudanés de la diócesis de Tombura-Yambio y párroco de María Auxiliadora en la ciudad de Tombura, ha recordado “el drama de la guerra y la consecuente emergencia humanitaria en Sudán del Sur, tanto que llevó al Papa a convocar a las máximas autoridades religiosas y políticas sursudanesas, junto con el arzobispo de Canterbury, a casa Santa Marta en abril de 2018 para un retiro espiritual ecuménico”.

El presidente Salva Kiir y los vicepresidentes designados, entre ellos Rebecca Nyandeng De Mabior, viuda del líder sursudanés John Garang, y Riek Machar, líder de la oposición, acudieron al Vaticano, como ha recogido Omnes. “Aquellos días fueron coronados por el gesto inédito e impactante del Papa de ponerse de rodillas”, continuó el padre Alfred, al final de un discurso en el que imploró el don de la paz para un país desfigurado por más de 400.000 muertos, y luego besó los pies de los líderes de Sudán del Sur. “Que se apague de una vez por todas el fuego de la guerra”, dijo el Pontífice, reiterando una vez más su deseo de visitar el país.

“Proceso de paz estancado”

Sudán del Sur es bastante más pequeño que la República del Congo, pero algo más grande que España. Tiene 644.000 kilómetros cuadrados y unos 1,7 millones de habitantes. Consiguió la independencia de Sudán en 2011, tras décadas de guerra. Mientras Sudán es árabe y musulmán (90 %), la población de Sudán del Sur es negra y mayoritariamente cristiana, y más de la mitad son de religión católica (52 %). El 9 por ciento son otros cristianos; musulmanes, el 6 %, y de otras creencias, el 32 %.

Según ha informado Obras Misionales Pontificias en España, entre las gentes que acudirán a encuentros con el Papa se encuentra el padre Roy Zúñiga, misionero comboniano, que con diez feligreses de su parroquia viajará seis horas por zonas peligrosas para reunirse con el Papa. El P. Zúñiga, que conoce bien la situación del país, desea que la visita del Papa impulse el proceso de paz, “esperamos un milagro”, ha dicho. A su juicio, “esperamos que deshaga el nudo, estamos estancados con el proceso de paz”.

De los 13,7 millones de habitantes, en torno a 7,2 millones, más de la mitad, son católicos, existen 7 circunscripciones eclesiásticas, y 300 sacerdotes, 185 diocesanos y 115 religiosos, informa la Santa Sede sobre Sudán del Sur.

Con los obispos de la RD del Congo

¿Qué dijo el Papa en su último encuentro en la República Democrática del Congo? Tras haberse reunido con sacerdotes, religiosas y religiosos, y seminaristas, en un encuentro particularmente emotivo, y alejado de las multitudes de días pasados en el aeropuerto de Ndolo y de los jóvenes, el Santo Padre pidió a los obispos de la nación congoleña, en la sede de la conferencia episcopal, dedicar tiempo a la oración, a estar cerca de Dios, a la Eucaristía.

“Cuidemos la cercanía con el Señor para ser sus testigos creíbles y portavoces de su amor ante el pueblo”, les alentó. “No vaya a suceder que nos creamos autosuficientes, mucho menos que se vea en el episcopado la posibilidad de escalar posiciones sociales y de ejercitar el poder. Y, sobre todo, que no entre el espíritu de la mundanidad, que nos hace interpretar el ministerio según criterios de beneficio personal”.

“Ante todo”, subrayó, “quisiera invitarlos a que se dejen abrazar y consolar por la cercanía de Dios. Para nosotros, que hemos recibido la llamada a ser pastores del Pueblo de Dios, es importante estar cimentados en esta cercanía del Señor, ‘estructurarnos en la oración’, estando horas delante de Él. Sólo así se acerca al Buen Pastor el pueblo que nos ha encomendado y sólo así nos convertiremos verdaderamente en pastores, pues nosotros, sin Él, no podemos hacer nada (cf. Jn 15,5).

El próximo mes de junio van a celebrar en Lubumbashi el Congreso Eucarístico Nacional, les recordó el Santo Padre, en su último mensaje: “Jesús está verdaderamente presente y operante en la Eucaristía; ahí da paz y restaura, consuela y une, ilumina y transforma; ahí inspira, sostiene y hace eficaz su ministerio. Que la presencia de Jesús, pastor manso y humilde de corazón, vencedor del mal y de la muerte, transforme este gran país y sea siempre vuestra alegría y vuestra esperanza. Los bendigo de corazón. Y, por favor, sigan rezando por mí”.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Dossier: todo sobre el Camino Sinodal Alemán

En el número de febrero de la revista de Omnes ponemos a disposición de los lectores un amplio dossier dedicado exclusivamente al "Camino sinodal" que se desarrolla en Alemania. En él, sus protagonistas tienen la palabra. Sin embargo, también contiene las declaraciones del Vaticano, especialmente en relación con algunas de las propuestas del Camino Sinodal, que difícilmente se corresponden con la doctrina y la moral católicas.

Maria José Atienza·3 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El número de febrero de la revista se puede adquirir aquí.

En las últimas semanas, la Santa Sede se ha opuesto a la creación de un Consejo Sinodal en la forma propuesta por el Camino Sinodal. Esto ha demostrado una vez más el rumbo de algunas partes de la Iglesia en Alemania, como se desprende de algunos documentos del Camino Sinodal.

En sus 30 páginas, el dossier reproduce entrevistas con varios de los principales protagonistas del Camino Sinodal: con el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Dr. Georg Bätzing, y la Presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes, Dra. Irme Stetter-Karp, con el Obispo de Ratisbona, Dr. Rudolf Voderholzer, y la filósofa de la religión Prof. Hanna B. Gerl-Falkovitz.

El dossier contiene también una importante entrevista con el cardenal Marc Ouellet, hasta hace poco Prefecto del Dicasterio para los Obispos, quien, junto con los cardenales Parolin y Ladaria y en consulta con el Papa Francisco, representa las posiciones de la Santa Sede en este asunto. El dossier contiene también el análisis de los reputados periodistas Alexander Kissler y Peter Hahne, así como la opinión de cristianos católicos «normales».

Por su interés, el Dossier se ofrecerá además en lengua alemana.

América Latina

El Señor de Milagros de El Sauce

En enero se celebra en Nicaragua la Solemnidad del el Señor de Milagros de El Sauce. En 2023 se han celebrado los 300 años de esta fiesta.

Néstor Esaú Velásquez·3 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Son las cuatro de la mañana del 15 de enero de 2023. Ha llegado el día de la solemnidad del Señor de Milagros en El Sauce, municipio del Departamento de León en Nicaragua; el ambiente es de fiesta y alegría en su Santuario Nacional que celebra su fiesta el tercer domingo de enero. Una interminable fila de peregrinos continúa pasando frente a la Consagrada Imagen de Nuestro Señor de Milagros de El Sauce, en su capilla que desde su novenario recibe a millares de peregrinos, venidos de diferentes puntos de Nicaragua e incluso de Centroamérica.

Peregrinos de rodillas en el santuario

Durante los primeros días de enero y, de forma especial, en lo que va de este año los peregrinos visitan este santuario nacional para dar gracias al Señor por los favores y milagros recibidos, especialmente para lucrarse de la indulgencia plenaria otorgada por la Santa Sede por celebrarse el jubileo en los trescientos años de la llegada de la venerada y antiquísima imagen a estas tierras. El primero de diciembre del año 2022, Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de la diócesis de León, abrió la puerta santa en el santuario nacional dando inicio al año jubilar del Señor de Milagros de El Sauce.

Un testimonio que impacta es ver a cientos de peregrinos que ingresan al santuario de rodillas, cumpliendo una promesa, algunos recorriendo caminos a pie o en carreta durante días, como lo hacen las carretas peregrinas que desde Villanueva en Chinandega salen recorriendo caminos rurales, atravesando ríos y quebradas hasta divisar el Santuario nacional y llegar a los pies de la consagrada imagen de cuarenta y dos centímetros de un Cristo ennegrecido.

El Cristo Negro

Esta es una réplica del Cristo Negro de Esquipulas en Guatemala y que hace trescientos años peregrinando por Centroamérica, se detuvo en el Valle del Guayabal, -que es el antiguo nombre de esta localidad-; era el día 18 de octubre del año 1723 después de haber pasado por Jinotega y en su trayecto de regreso a Guatemala decidió quedarse en estas tierras nicaragüenses. Así lo interpretó la población después que crecidas de ríos, enfermedades e incluso la muerte de su comandante Guadalupe Trejos imposibilitara que la imagen dejara el valle del Guayabal, aun a pesar de la solicitud del obispo de Guatemala. En ese valle se quedó la venerada imagen atrayendo a todos a sus pies donde se suplicaban favores y gracias, bajo la sombra de un árbol de sauce.

La imagen del Cristo Negro

En sus fiestas son los peregrinos los que se quedan bajo la sombra de su Santuario, los que deciden quedarse junto a la casa del Señor de Milagros, que se transforma, en palabras de un peregrino, “en la casa de todos”. Colocan hamacas o llevando sábanas y colchas las ponen en el suelo para esperar sus fiestas, para vivir estos días y dar gracias por tantos favores recibidos.

El centro de estas celebraciones es la Eucaristía, durante el día se vive la Santa Misa a distintas horas y centenares hacen fila esperando por el Sacramento de la reconciliación. Se testimonian hechos de piedad popular y fe hermosos, como esperar horas haciendo fila para ingresar a la capilla donde se encuentra la Consagrada imagen a pesar del calor, el frío, el sol. Aún de madrugada una fila interminable de peregrinos recorre el caminito de forma especial en el día de su solemnidad y de igual modo en la octava de sus fiestas.

La Solemnidad

En la Solemnidad, la Santa Eucaristía fue presidida por Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de la diócesis de León. Durante la homilía enfatizó: “Este año jubilar en nuestro Santuario nacional nos da una posibilidad muy hermosa, peregrinar, atravesar la puerta santa, confesarnos, de orar por el Papa y recibir la Sagrada comunión. Me permite delante del Señor de Milagros purgar mis penas, purgar mis pecados, ganar indulgencias, porque me lo permite ese que es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, por la sangre derramada de Cristo y que está bien representada en la imagen del Señor de Milagros que llegó hace casi trescientos años a nuestras tierras”.

El Padre Alberto Munguía, rector y párroco del Santuario señaló que este año jubilar es: “Un tiempo de gracia donde a los pies del Señor de Milagros de El Sauce podemos recibir sus gracias y qué mejor gracia que recibir el perdón de nuestros pecados”.

Monseñor Francisco Tigerino, obispo de la diócesis de Bluefields y quien fue rector y párroco de este Santuario presidió la Santa Eucaristía el 22 de enero en la octava de sus fiestas. Durante la homilía señaló: “Jesucristo crucificado es quien nos ha atraído hasta esta ciudad, nos ha convocado y hemos venido con la confianza de que el Señor siempre escucha nuestro clamor, cuando nuestra petición es conforme a la voluntad del Padre… En nuestra peregrinación por este mundo debemos recordar qué es lo que Dios quiere de nosotros ¿Cómo desea que le sirvamos? ¿Cómo quiere que estemos junto a Él? Y lo más importante, ¿cómo quiere Dios manifestar su gloria a través de nosotros?”.

Este año se espera que miles de peregrinos atraviesen la Puerta Santa y celebren con alegría el año Jubilar del Señor de Milagros en El Sauce, dando gracias por sus trescientos años en tierras nicaragüenses. Hoy como ayer los peregrinos siguen siendo llamados a suplicar favores y elevar una plegaria a los pies del Crucificado.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Libros

“La belleza”, un ensayo de Roger Scruton

Muchos artistas se han desorientado y relativizan el valor de la belleza en el arte. Es más, muchos han optado por reemplazar la belleza por el chiste de mal gusto.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·3 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando terminé de leer el ensayo sobre “La belleza”, de Roger Scruton, recordé un incidente que presencié en clase de Teoría del Arte y que representa bastante bien uno de los problemas fundamentales de mi generación.

El profesor estaba presentando el arte clásico con imágenes e iba moderando la discusión sobre su valoración. De pronto, un alumno que por lo visto había entrado en confianza, levantó la mano y preguntó: “Pero, usted, profesor, ¿cómo sabe qué es bello y qué no lo es?”.

La pregunta de este alumno podría ampliarse: ¿Las opiniones estéticas tienen todas el mismo valor o podemos decir que hay unas mejores que otras?, ¿es razonable decir que gusto de alguien podría ser mejor que el de otro? ¿Es la belleza un valor meramente subjetivo, algo así como un agrado caprichoso e individual, o se trata más bien de una realidad presente en las cosas y una necesidad del alma humana?

La pregunta es acuciante, pues muchos artistas se han desorientado y relativizan el valor de la belleza en el arte. Es más, muchos han optado por reemplazar la belleza por el chiste de mal gusto.

Uno de los pioneros de esta moda fue Marcel Duchamp, quien expuso con un éxito insólito en Nueva York su objet trouvé titulado “La Fontaine” (1917), es decir,un urinario de porcelana. Una broma que en su momento tuvo alguna gracia, supongo, pero que ha derivado en otros gestos repetitivos, desagradables y desvergonzadamente feos.

El autor

Detengámonos un momento para hacer las presentaciones. Sir Roger Scruton (Reino Unido, 1944-2020) es un nombre que solo podemos pronunciar con nostalgia. F

ue un filósofo que se dedicó a “hacer preguntas”; un hombre conservador, especialista en estética y filosofía política, autor de más de cincuenta libros y colaborador habitual de diarios y revistas como The Times, Spectator y The New Statesman.

Un hombre agradable, héroe de la cultura, a quien recomiendo visitar en Youtube para admirar lo que significa ser un gentleman inglés.

Para hacernos una idea de su estilo y su influencia, nos puede servir la imagen que eligió Enrique García Máiquez para describirlo: “Su figura ha adquirido perfiles quijotescos. Acometió los molinos de viento del nihilismo y ha demostrado que no eran fantasmagorías, sino poderosos sistemas de pensamiento, con complicidades en comodidades subjetivas y perezas compartidas, que podían moler, como quien no quiere la cosa, los valores de Occidente”.

Sobre “La belleza”

Uno de los valores de Occidente que Scruton se propuso defender, y lo hizo como el mejor, fue la belleza. Dedicó a este tema varios escritos y un documental imprescindible que realizó con la BBC (Why Beauty Matters, 2009); entre todo esto, destaca el ensayo Beauty (2011), traducido al castellano como La belleza (Elba, Barcelona, 2017).

la belleza

El libro es, en sí mismo, bello. Son capítulos cortos, muy bien hilvanados entre sí y escritos con un estilo ameno, divulgativo y refinado que parece invitar al lector a mantener una conversación importante, serena y enriquecedora.

El contenido es brillante. ¿Cuáles son las líneas generales? Aquí van: La belleza no es solo una experiencia subjetiva, sino también una necesidad inscrita en nuestra naturaleza humana. Aquí hay tela, así que lo digo de otro modo: La belleza es el camino que nos aleja del desierto espiritual y nos conduce a nuestro hogar.

Como dice el autor en la presentación del libro: “Argumento que la belleza es un valor real y universal, arraigado en nuestra naturaleza racional, y que el sentido de la belleza desempeña un papel indispensable en la configuración del mundo de los humanos”.

Si la belleza es objetiva, tienen sentido la crítica literaria y las humanidades. Afirmar esto es una apuesta poderosa y urgente, en la que participan filósofos de la talla de Platón, el Conde de Shaftesbury, Kant, etc., cada uno aportando matices y diferencias, pero todos de acuerdo en que la belleza es un valor objetivo y necesario para nuestra existencia. Que nos hayamos olvidado de ella es algo, al menos, crítico.

La belleza es descrita como un recurso esencial para redimir nuestro sufrimiento, ampliar nuestra alegría y vivir más de acuerdo con nuestra dignidad; no es un capricho subjetivo, sino una necesidad humana universal.

Mientras estamos (mal)viviendo solo para lo útil y lo placentero, Scruton nos recuerda que la belleza existe, nos rodea y nos espera. La diferencia entre acoger la belleza o postergarla es radical: podemos seguir viviendo en un mundo hostil, o podemos esforzarnos para volver a nuestro hogar.

Como ven, el asunto es principal.

Mundo

Francisco a los sacerdotes y consagrados: «A través de ustedes Dios consuela a su pueblo»

El agradecimiento emotivo ha marcado el encuentro de oración que el Papa Francisco ha mantenido con sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas en la catedral de Kinshasa.

Maria José Atienza·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El viaje del Papa Francisco a la República Democrática del Congo y Sudán continúa su curso. Una intensa agenda está marcando las jornadas papales. La tercera jornada ha culminado con el encuentro de oración junto a sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas en la catedral de Kinshasa.

El encuentro, coincidente con la fiesta de la Presentación del Señor “día en el cual rezamos de modo especial por la vida consagrada” como ha recordado el Papa, ha comenzado con las palabras de bienvenida del Cardenal Fridolin Ambongo Besungu.

El Arzobispo de Kinshasa ha querido destacar que la visita del Papa “nos da motivos de esperanza” y ha señalado la “cercanía al Señor, la fidelidad a los valores evangélicos, así como la alegría de servir y acompañar al pueblo de Dios en su búsqueda de una mayor dignidad, son las garantías de una vida sacerdotal y religiosa auténtica y verdadera, gozosa y plena”.

El arzobispo ha destacado que, aun con las dificultades de pobreza, sociales, etc., que vive el país, son muchas y numerosas las vocaciones en la Iglesia por lo que da gracias a Dios.

Disponibles para ir a las periferias del mundo

Un sacerdote, el padre Léonard Santedi, la religiosa Alice Sala y el seminarista Don Divin Mukama han sido los encargados de dirigir sus testimonios al Santo Padre. De los ejes de sus discursos también ha hablado el Papa: la generosidad en la respuesta a la llamada, ser el consuelo de Dios en la tierra y la formación y vida de piedad.  

“Descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Señor exige una mayor conciencia de nuestro deber de pastores” ha señalado el sacerdote que ha descrito su misión sacerdotal como la de “dar testimonio de Dios con valentía en un mundo hostil a los valores evangélicos”.

Por su parte, la religiosa Alice Sala ha pedido al Papa que sea la voz de los congoleños en “la escena mundial para que la suerte de los pueblos prevalezca sobre el interés de nuestras riquezas naturales”.

La generosidad de los congoleños ha sido otro de los aspectos resaltados por la religiosa, que ha recordado cómo “las personas consagradas congoleñas están presentes en todas las obras sociales de nuestro país; otras son enviadas como misioneras por todo el mundo. Estamos disponibles para ir allí donde la Iglesia nos necesite, incluso a las periferias de nuestro mundo”; una realidad que se constata en no pocas familias religiosas en Europa y América del Norte en las que, actualmente, las vocaciones proceden en su mayor parte de África y Asia.

La esperanza y la formación han sido los puntos clave de la intervención de Don Divin Mukama que ha contado al Santo Padre cómo “los seminarios de la RDC se esfuerzan, día tras día, por ser verdaderos marcos de formación de pastores más humanos, enamorado del celo apostólico, dispuesto a compartir las alegrías y las penas de todo el pueblo congoleño” y ha destacado que “los seminaristas son verdaderos signos de esperanza” en una sociedad que vive los desafíos actuales al igual que todas sumados a los problemas tribales y enfrentamientos que aún sufre la nación.

Vencer la mediocridad espiritual, la comodidad y la superficialidad

Por su parte, el Papa Francisco se ha dirigido a los presentes en un tono agradecido con el que ha recordado que a pesar de las dificultades en las que viven “son numerosas las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Ahí está la abundancia de la gracia de Dios, que actúa precisamente en la debilidad”.

A los sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas y seminaristas les ha llamado a ser “eco de la promesa de la consolación de Dios” y ha alertado que “si vivimos para “servirnos” del pueblo en vez de “servir” al pueblo, el sacerdocio y la vida consagrada se vuelven estériles”.

En esta línea el Papa ha subrayado tres “desafíos que afrontar, tentaciones que vencer: la mediocridad espiritual, la comodidad mundana, la superficialidad”.

Con respecto al primero, la mediocridad espiritual, Francisco ha animado a los presentes a guardar y cuidar “ciertos ritmos litúrgicos de oración que acompasan la jornada, desde la Misa al breviario”. En este sentido, ha alentado a “reservar cada día un tiempo intenso de oración, para estar con nuestro Señor, corazón con corazón” y a recurrir “también a la oración del corazón, a breves ‘jaculatorias’” en el tiempo de actividad.

Asimismo, ha advertido a los presentes acerca de “un gran riesgo ligado a la mundanidad, especialmente en un contexto de pobreza y sufrimiento: el de aprovecharse del papel que tenemos para satisfacer nuestras necesidades y nuestras comodidades”.

Un desgaste espiritual, ha señalado el Papa, por el “que se pierde el corazón de la misión, que es salir de los territorios del yo para ir hacia los hermanos”. Francisco ha animado a la entrega completa del cuerpo y el espíritu de los consagrados y sacerdotes subrayando lo “hermoso de ser signos luminosos de disponibilidad total al Reino de Dios, viviendo el celibato”.

Por último, se ha dirigido de manera especial a los seminaristas y responsables de la formación de los sacerdotes a los que ha recordado que “la formación del clero no es opcional. Lo digo a los seminaristas, pero vale para todos: la formación es un camino que debe continuar siempre, toda la vida”.

La gente no necesita funcionarios de lo sagrado o profesionales distantes del puebl ha puntualizado el Papa que ha destacado cómo “el ministerio al que están llamados es precisamente este: ofrecer cercanía y consolación, como una luz siempre encendida en medio de la oscuridad”.

En último lugar, ha animado a los presentes a ser “dóciles al Dios de la misericordia, sin jamás dejarse quebrantar por los vientos de las divisiones”.

Esta es la última jornada completa del Papa Francisco en la República Democrática del Congo ya que el viernes, tras el encuentro con los obispos congoleños, comienza la segunda etapa de este intenso viaje apostólico con la llegada del Santo Padre a Sudán del Sur.

Mundo

Papa Francisco: «Ser cristianos es testimoniar a Cristo»

El Papa Francisco tuvo un encuentro con jóvenes y catequistas en la República Democrática del Congo.

Paloma López Campos·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco se encontró con catequistas y jóvenes en el estadio de los Mártires en Kinsasa. Pidió a los que acudieron al encuentro que no le miraran a él, sino que miraran a sus propias manos, pues “Dios ha puesto en sus manos el don de la vida, el futuro de la sociedad y de este gran país”.

Continuando con esta imagen, dijo: “Todas las manos son similares, pero ninguna es igual a la otra; nadie tiene unas manos iguales a las tuyas, por eso eres un tesoro único, irrepetible e incomparable. Nadie en la historia puede sustituirte. Pregúntate entonces, ¿para qué sirven mis manos?, ¿para construir o para destruir, para dar o para acaparar, para amar o para odiar?” Y ahí está la decisión fundamental.

Son miles los catequistas y jóvenes que acudieron a ver al Papa (CNS photo/Paul Haring)

Tratando de llegar al corazón de cada uno, Francisco se dirigió a los jóvenes de la siguiente manera: “Joven que sueñas con un futuro distinto, de tus manos nace el mañana, de tus manos puede llegar la paz que falta en este país. Pero, concretamente, ¿qué es lo que hay que hacer? Quisiera sugerirles algunos ingredientes para el futuro, cinco, que pueden asociar a los dedos de la mano”.

Cinco dedos, cinco ingredientes

“Al pulgar, el dedo más cercano al corazón, corresponde la oración, que hace latir la vida. Puede parecer una realidad abstracta, lejana de los problemas tangibles. Sin embargo, la oración es el primer ingrediente, el más esencial, porque nosotros solos no somos capaces”. El Papa dijo que necesitamos el agua de la oración para dar vida.

“Es necesaria la oración, una oración viva. No te dirijas a Jesús como a un ser lejano y distante al que hay que tenerle miedo, sino como al mejor de los amigos, que dio la vida por ti”. Dirigiéndose a todos, preguntó: “¿Creen esto? ¿Quieren elegir la oración como su secreto; como el agua del alma; como la única arma que llevarán con ustedes; como compañera de viaje cada día?”

Respecto al dedo índice, dijo el Papa: “Con este indicamos algo a los demás. Los otros, la comunidad, este es el segundo ingrediente. Amigos, no dejen que su juventud se estropee por la soledad y el aislamiento. Piénsense siempre juntos y serán felices, porque la comunidad es el camino para estar bien consigo mismo, para ser fieles a la propia llamada”.

Los jóvenes bailaron ante el Papa durante el encuentro (CNS photo/Paul Haring)

Pero este dedo índice también entraña un peligro. Por eso Francisco advirtió: “cuídense de la tentación de señalar a alguien con el dedo, de excluir a otro porque tenga un origen distinto al de ustedes, del regionalismo, del tribalismo, que parecen fortalecerlos en su grupo y, en cambio, representan la negación de la comunidad”.

Después “llegamos al dedo medio, que se eleva por encima de los otros casi para recordarnos algo imprescindible. Es el ingrediente fundamental para un futuro que esté a la altura de sus expectativas. Es la honestidad. Ser cristianos es testimoniar a Cristo. Por tanto, el primer modo para hacerlo es vivir rectamente, como Él quiere. Eso significa no dejarnos enredar en los lazos de la corrupción. El cristiano no puede más que ser honesto, de lo contrario traiciona su identidad”.

Y tras el dedo medio, viene el “cuarto dedo, el anular. En él se ponen los anillos nupciales. Pero, si lo piensan, el anular es también el dedo más débil, el que cuesta más trabajo levantar. Nos recuerda que las grandes metas de la vida, el amor en primer lugar, pasan a través de la fragilidad, el esfuerzo y las dificultades. Estos deben vivirse, afrontarse con paciencia y confianza, sin abrumarse por problemas inútiles”.

Junto a esta fragilidad viene una consecuencia sobrenatural. “En nuestra fragilidad, en las crisis, ¿cuál es la fuerza que nos permite seguir adelante? El perdón. Porque perdonar quiere decir saber empezar de nuevo. Perdonar no significa olvidar el pasado, sino no resignarse a que se repita. Es cambiar el curso de la historia. Es levantar al que ha caído. Es aceptar la idea de que nadie es perfecto y que no sólo yo, sino que todos tienen el derecho de empezar de nuevo”.

Empieza a terminarse la lista de ingredientes, “oración, comunidad, honestidad, perdón. Hemos llegado al último dedo, el más pequeño. Tú podrías decir, soy poca cosa y el bien que puedo hacer es una gota en el mar. Pero es precisamente la pequeñez, el hacerse pequeño, lo que atrae a Dios. La palabra clave en este sentido es servicio. El que sirve se hace pequeño. Como una semilla minúscula, parece que desaparece en la tierra y, sin embargo, da fruto. Según nos dice Jesús, el servicio es el poder que transforma el mundo. Por eso, la pequeña pregunta que puedes atarte al dedo cada día es: ¿qué puedo hacer yo por los demás? Es decir, ¿cómo puedo servir a la Iglesia, a mi comunidad, a mi país?”

El Papa finalizó su discurso con unas palabras de aliento: “Quisiera decirles una última cosa: no se desanimen nunca. Jesús cree en ustedes y no los dejará solos. La alegría que tienen hoy cuídenla y no dejen que se apague”. En comunión unos con otros, “salgan juntos del pesimismo que paraliza. La República Democrática del Congo espera de sus manos un futuro distinto, porque el futuro está en sus manos. Que su país vuelva a ser, gracias a ustedes, un jardín fraterno, el corazón de paz y de libertad de África. Gracias”.

Mundo

Papa Francisco: «La esperanza debe ser conquistada»

Continúa el viaje del Papa Francisco a la República Democrática del Congo. En sus últimos encuentros ha estado con víctimas de la violencia y con los representantes de algunas obras de caridad en el país.

Paloma López Campos·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El viaje apostólico del Papa continúa en la República Democrática del Congo. Entre sus últimos encuentros se cuentan la conversación con víctimas de la violencia en el este del país y con representantes de obras de caridad del territorio.

Víctimas de la violencia

Durante el encuentro con las víctimas de violencia, el Papa agradeció la valentía de las personas que contaron sus testimonios, añadiendo que “sólo cabe llorar, permaneciendo en silencio”. Quiso expresar su cercanía diciendo: “sus lágrimas son mis lágrimas, su dolor es mi dolor. A cada familia en luto o desplazada a causa de poblaciones incendiadas y otros crímenes de guerra, a los sobrevivientes de agresiones sexuales, a cada niño y adulto herido, les digo: estoy con ustedes, quisiera traerles la caricia de Dios. Su mirada tierna y compasiva se posa sobre ustedes. Mientras los violentos los tratan como objetos, el Padre que está en los cielos mira su dignidad y le dice a cada uno: «Tú eres de gran precio a mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo»”.

Francisco condenó el uso de la violencia y las armas. “Causa vergüenza e indigna saber que la inseguridad, la violencia y la guerra que golpean trágicamente a tanta gente, son alimentadas no sólo por fuerzas externas, sino también internas, por intereses y para obtener ventajas. Me dirijo al Padre que está en los cielos, que quiere que todos en la tierra seamos hermanos y hermanas. Inclino la cabeza humildemente y, con dolor en el corazón, le pido perdón por la violencia del hombre contra el hombre”.

Orando a Dios, el Papa dijo: “Padre, ten piedad de nosotros. Consuela a las víctimas y a los que sufren. Convierte los corazones de los que cometen crueles atrocidades, que deshonran a toda la humanidad. Y abre los ojos de aquellos que los cierran o miran para otro lado ante estas abominaciones”.

Condenando la actitud de aquellas personas que promueven los conflictos o se aprovechan de ellos, el Papa instó a esforzarse por lograr la paz todos juntos. “¿Qué podemos hacer? ¿Por dónde comenzar? ¿Cómo actuar para promover la paz?”

“​​En primer lugar, no a la violencia, siempre y en cualquier caso, sin condiciones y sin “peros”. ¡No a la violencia! Amar a la propia gente no significa alimentar el odio hacia los demás. Al contrario, querer al propio país supone negarse a ceder ante los que incitan al uso de la fuerza”. Esto no es tan fácil, pues “para decir verdaderamente “no” a la violencia no es suficiente evitar actos violentos; es necesario extirpar las raíces de la violencia”.

Por otro lado, “hay que decir un segundo no: no a la resignación. La paz requiere combatir el desaliento, el malestar y la desconfianza, que llevan a creer que es mejor recelar de todos, vivir separados y distantes, en vez de darse la mano y caminar juntos”.

La paz implica esfuerzo, “un futuro de paz no caerá del cielo, pero será posible si se destierra de los corazones el fatalismo resignado y el miedo de involucrarse con los demás. Un futuro diferente llegará, si es para todos y no para algunos, si es en favor de todos y no contra algunos”.

Además de los “no”, es necesario algún “sí”. “Ante todo, sí a la reconciliación”, dice el Papa. “​​Finalmente”, añadió el Papa, “sí a la esperanza”. Esta esperanza es “un derecho que debe ser conquistado”.

Francisco finalizó su discurso aludiendo a Cristo: “Que Jesús, nuestro hermano, Dios de la reconciliación que plantó el árbol de la vida de la cruz en el corazón de las tinieblas del pecado y del sufrimiento, Jesús, Dios de la esperanza que cree en ustedes, en su país y en su futuro, bendiga a todos ustedes y los consuele; que derrame la paz en sus corazones, en sus familias y en toda la República Democrática del Congo. Gracias”.

Obras de caridad

Al dirigirse a los representantes de obras de caridad, el Papa Francisco comenzó diciendo: “ustedes son el bosque que crece todos los días en silencio y hace que la calidad del aire mejore, que se pueda respirar”.

Ante las cosas que contaron los trabajadores de obras solidarias, Francisco comentó que le “sorprendió una cosa, y es que no me refirieron simplemente los problemas sociales ni enumeraron muchos datos sobre la pobreza, sino que sobre todo hablaron de los pobres con cariño. Hablaron de ustedes y de personas que no conocían antes, y que ahora son para ustedes familiares, con nombres y rostros. Gracias por esta mirada que sabe reconocer a Jesús en sus hermanos más pequeños”.

“Yo quisiera darle voz a lo que ustedes hacen, favorecer el crecimiento y la esperanza en la República Democrática del Congo y en este continente. He venido aquí animado por el deseo de dar voz a quien no la tiene”. Francisco demostró una gran compasión con todos los testimonios que le contaron y manifestó su deseo de que la ayuda a los más vulnerables siga siendo siempre una prioridad en la Iglesia.

Al hilo de esto, el Papa comentó: “los creyentes en Cristo nunca deben mancillar el testimonio de la caridad, que es testimonio de Dios, buscando privilegios, prestigio, visibilidad o poder. Esto es una cosa fea, que no se debe hacer nunca. No, los medios, los recursos y los buenos resultados son para los pobres, y quien se ocupa de ellos siempre está llamado a recordar que el poder es servicio y que la caridad no lleva a dormirse en los laureles, sino que requiere urgencia y concreción. En este sentido, entre las muchas cosas por hacer, quisiera subrayar un reto que compete a todos y en gran medida a este país. Lo que causa la pobreza no es tanto la ausencia de bienes o de oportunidades, sino su distribución no equitativa”.

El ejercicio de la caridad en el servicio a los demás es primordial pero, “antes que nada, la caridad requiere ejemplaridad. De hecho, no es sólo una cosa que se hace, sino que es expresión de aquello que se es. Se trata de un estilo de vida, de vivir el Evangelio. Por tanto, se necesita credibilidad y transparencia”.

Animando también a trabajar en unidad, el Papa se despidió diciendo: “muchas gracias porque me han conmovido el corazón. Ustedes valen mucho. Los bendigo y les pido, por favor, que sigan rezando por mí, porque lo necesito. Gracias”.

Zoom

«Caminando por la paz»

Mujeres sudanesas se dirigen andando a Juba, la capital de Sudán para ver al Papa en la peregrinación "Caminando por la paz" impulsada por el obispo católico Christian Carlassare de Rumbek, el obispo anglicano Alapayo Manyang Kuctiel de Rumbek y Rin Tueny, gobernador del estado de los Lagos.

Maria José Atienza·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Mundo

Mons. Vives insta a aprender de los cristianos de Jordania

El arzobispo Joan Enric Vives Sicilia, obispo de Urgell y copríncipe de Andorra, ha alentado a aprender de los cristianos jordanos “el sentido de convivencia interreligiosa y la generosidad en el cuidado de los que sufren”, tras el encuentro anual de la Coordinadora de obispos para Tierra Santa en Jordania.

Francisco Otamendi·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Coordinadora de los obispos para la Tierra Santa (Holy Land Coordination) ha tenido este año su encuentro anual en tierras jordanas en enero. El arzobispo Joan Enric Vives Sicilia lleva ya años participando en la Coordinadora en nombre de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y asegura que se ha creado un vínculo de amistad con la mayoría de obispos participantes y con los de Tierra Santa.

En el encuentro han participado obispos representantes de las conferencias episcopales de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y Gales, Francia, Alemania, Irlanda, Escocia, Italia, España, países nórdicos, Sudáfrica, Suiza, Albania, Eslovaquia, y la iglesia anglicana, además de delegados del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y de la Comisión de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE), y responsables de comunicación de las conferencias episcopales y de organizaciones católicas relacionadas con Tierra Santa.

Como señaló Papa Francisco durante su visita a Jordania en 2014: “Las comunidades cristianas (…) presentes en este país desde los tiempos apostólicos contribuyen al bien común de la sociedad de la que forman parte plenamente”. En efecto, los obispos han escuchado “el importante papel que juegan los cristianos en la construcción de puentes de esperanza entre comunidades, y alientan “a los peregrinos de nuestros diferentes países a venir y encontrarse con estas comunidades cristianas, y a visitar los importantes lugares sagrados de Jordania”.

Omnes ha conversado con el arzobispo Joan Enric Vives, quien destaca el “amor hospitalario” de los jordanos para con los refugiados de otros países.

Ustedes afirman haber sido testigos de los esfuerzos de personas inspiradas en el Evangelio para defender la dignidad y los derechos humanos. Por ejemplo, en el apoyo a los que huyen de la violencia en Irak, Siria y Yemen. ¿Puede ampliar esta idea?

–Jordania fue generosa con los refugiados palestinos después de la guerra con Israel y lo ha sido después con los iraquíes y los sirios, así como con otros pueblos de Medio Oriente que allí se han visto desplazados. No sé si en Occidente somos conscientes del enorme esfuerzo de amor hospitalario que esto supone, y de la inestabilidad y a veces persecución que perdura en los países vecinos. 

¿Cuál es la finalidad de estos encuentros de obispos en Tierra Santa? En su caso, ¿podría transmitirnos alguna huella principal que han dejado en su corazón estas reuniones, y en particular la de este año en Jordania? 

–Hablamos de las cinco “pes”: plegaria, peregrinación, presión, presencia y alguien ha añadido este año, permanencia. Y al explicarlo decimos que vamos a Tierra Santa en espíritu de comunión con los cristianos que allí viven y sufren, rezando y celebrando la Eucaristía con ellos, cosa muy apreciada y que nos refuerza mutuamente. 

El espíritu es de peregrinos que aprendemos de los Santos Lugares y nos dejamos llenar por la gracia de la peregrinación a Tierra Santa que, según expresión feliz de Benedicto XVI, es “el quinto Evangelio” que revela a Jesucristo. Buscamos “presionar” a las autoridades y responsables políticos de los Estados implicados y a la vez a nuestras propias sociedades y autoridades políticas para que contribuyan a la paz y a la reconciliación de los pueblos y las religiones allí presentes. 

Se trata de estar presentes y conocer emotivamente la realidad de la Tierra Santa, para que los cristianos se sientan alentados y acompañados en la presencia que realizan siendo las “piedras vivas” de la Tierra Santa. Finalmente, también es importante que ellos perseveren en su fe y su testimonio fiel allí y los cristianos del mundo también, a su lado, ayudándoles y viviendo la comunión real con todos ellos.

En Jordania tuvo lugar el bautismo del Señor y el inicio de su ministerio. ¿Cómo han visto a las comunidades cristianas allí? ¿Cómo podemos alentarles en sus dificultades, y aprender en todo caso de ellos?

–Son comunidades fervorosas y unidas, que no temen dar testimonio de su fe, y al mismo tiempo son creativas y fieles a su patria jordana, a la que aportan igual que otras comunidades. Hay unidad en el país y la dinastía hachemita en el trono goza de la estima de la sociedad jordana. Podemos aprender el sentido de convivencia interreligiosa y la generosidad en el cuidado de los que sufren.

Hablemos de la paz. En su comunicado final, se han referido a la Familia Real Hachemita como pacificadora y promotora del diálogo interreligioso, y al respeto por la dignidad humana en Jordania, en contraste con crecientes violaciones contra esta dignidad en otras partes de Tierra Santa. La Coordinadora ha alentado a un proceso de paz…

–La Coordinadora no tiene una misión política, pero en Oriente Medio todo se entrecruza. En Jordania hay estabilidad y respeto por las minorías para crear una sociedad unida. Si miramos al otro lado del Jordán, en Israel y Palestina, los obispos defendemos la posición internacionalmente defendida: dos Estados, Israel y Palestina, reconocidos y viviendo en paz, con fronteras estables y un estatuto para la ciudad santa para las tres grandes religiones: judaísmo, cristianismo e islam. Pero se ve difícil de obtener por la inestabilidad y el desprecio por los derechos humanos.

En estos encuentros participan obispos representantes de numerosas conferencias episcopales, y también responsables de comunicación de estas conferencias y de organizaciones católicas que trabajan y colaboran en Tierra Santa. ¿Qué papel pueden jugar en relación a Tierra Santa los medios informativos?

–Si no logramos comunicar lo que allí hemos vivido y la situación de los cristianos en los diversos países de la Tierra Santa no lograremos un elemento esencial para la Coordinadora. Aquí radica la importancia de los medios de comunicación, que deben superar ciertos clichés informativos. Hay que afinar la comunicación de lo que allí ocurre y aportar informaciones verdaderas y con criterios de precisión, oportunidad, relevancia y comprensibilidad. Vivir la comunión nos exige estar vigilantes a lo que en aquellas tierras ocurre.

Algún mensaje de aliento que desee lanzar ahora que ha vuelto de Tierra Santa.

–Agradecer a las comunidades cristianas su tenacidad al largo de una historia gloriosa y martirial por permanecer en la Tierra Santa y guardar los lugares santos y relevantes de las Sagradas Escrituras para todos los cristianos.

El autorFrancisco Otamendi

Lecturas del domingo

La sal y la luz del testimonio cristiano. Domingo V del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del V domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La luz es un tema dominante en las lecturas de este domingo, vinculado a la curación. Todos tenemos esa experiencia: las heridas se curan mejor cuando se exponen a la luz del sol. Por eso, en la primera lectura de Isaías, Dios nos anima a cuidar de los necesitados: “Entonces brillará tu luz como la aurora, y tu herida sanará pronto”. Ayudar a los demás nos cura y nos saca de nuestra propia oscuridad hacia la luz. Cuántas personas han descubierto que ayudar a los necesitados les libera de sus propias angustias y complicaciones.

El tema continúa en el salmo: “el hombre bueno es luz en las tinieblas para los rectos”; presta, da a los pobres; “su cabeza se alzará en gloria”. Hay algo glorioso, lleno de luz, en ayudar a los demás. Ya en la primera lectura, san Pablo insiste en que su enseñanza no se basaba en la filosofía humana, que tan a menudo puede volverse oscura y retorcida, sino sólo en “una demostración del poder del Espíritu”. Es decir, con la luz de Dios, no con la oscuridad del pensamiento meramente humano.

En el Evangelio, Jesús pone juntas la sal y la luz. La sal tenía una doble función en el mundo antiguo. No sólo añadía sabor a los alimentos, como sigue haciendo hoy, sino que también preservaba de la corrupción en una época en la que no había frigoríficos ni se podía garantizar el hielo, y menos en los países mediterráneos. Jesús habla aquí de nuestro testimonio cristiano: debemos actuar en la sociedad como la sal. La sal actúa discretamente, mezclándose con otras especias: en mucha cantidad es desagradable, pero si es poca hace que la comida resulte sosa.

Los cristianos deben actuar -discreta pero realmente- en el mundo tanto para dar sabor como para preservar de la corrupción. Si no hablamos y pasamos desapercibidos, nos volvemos como la sal que ha perdido su sabor “y sólo puede ser arrojada para ser pisoteada por los hombres”. Esto sucede cuando permanecemos en silencio ante el mal y la corrupción. No necesariamente podemos acabar con el mal, pero al menos podemos denunciarlo y limitarlo. Nos “salamos” con la oración y el estudio, con el autocontrol y el buen uso del tiempo. Es la “sal” interna de la acción de Dios en nosotros.

Y entonces llegamos a la luz. Cristo nos llama a ser “luz del mundo, ciudad edificada sobre la cumbre de un monte”. Especialmente los santos han sido esta luz, “brillando para todos en la casa” de la Iglesia. Esta luz también debe ser interior, la acción de Dios en nuestras almas que brilla hacia los demás. No es la orgullosa ostentación de los fariseos que buscan la alabanza humana. Nuestro objetivo es que los hombres, “viendo nuestras buenas obras, alaben al Padre que está en los cielos”. Cuando damos testimonio de Cristo a través de la excelencia de nuestro trabajo y del amor a Dios y al prójimo que lo inspira, cuando defendemos nuestra conciencia incluso a costa de grandes sufrimientos, somos verdaderamente “la luz del mundo”.

La homilía sobre las lecturas del domingo V del tiempo ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de unos minutos para las lecturas de este domingo.

Mundo

“El perdón es fuente de paz”, alienta el Papa en Kinshasa

“Decidamos ser testigos de perdón” y “conciencia de paz”, animó el Papa Francisco a los congoleños en la Santa Misa en el aeropuerto de N'dolo (Kinsasa). A su llegada, les saludó en el papamóvil; y al final, el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, encomendó la visita del Santo Padre a la Virgen María, Nuestra Señora del Congo.

Francisco Otamendi / Alberto García Marcos·1 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Bandeko, bobóto” [Hermanos y hermanas, paz] Respuesta: “Bondeko [Fraternidad], bondéko”. “Esengo, alegría: la alegría de verlos y encontrarlos es grande; he anhelado mucho este momento, ¡gracias por estar aquí!”, manifestó el Papa Francisco ante la multitud que se concentró en el aeropuerto de Ndolo (Kinshasa), para asistir a la Celebración Eucarística con el Papa.

Desde allí mismo, Alberto García Marcos, sacerdote, apunta a la impresionante acogida que ha recibido el Papa “digna de la fe y de la esperanza del pueblo congoleño en el todo lo que representa el Papa. Una fila sin intermitentes de 25 km acompañó a Francisco desde la salida del aeropuerto hasta el Palacio de la Nación”.

Uno de los coros durante la velada ©Alberto García Marcos

Son muchas las personas que han pasado la noche en el aeropuerto de Ndolo, dónde ha tenido lugar la Misa, se ha pasado rápido. Durante ese tiempo, señalaba García Marcos, se sucedían los cantos, bailes, y las confesiones: “Abbé Odón, uno de los sacerdotes que confesaba, empezó a las nueve de la noche y terminó a las 2:30 de la mañana. Algunas corales ayudaron a amenizar el paso del tiempo”.

A las cuatro de la mañana, “poco a poco llegaban los fieles que han abarrotado el aeropuerto. Cómo el juego del tetris las plazas se fueron llenando. A las 6h30 había ya un ambiente eléctrico. L’abbé Kola, ha amenazado la espera con la dirección de diversos cantos en acorde con el pueblo. Difícil de explicar si no se vive”.

El objetivo era la Misa, rezar por la paz y la justicia, y el Papa dio un consejo práctico: que cada uno saque su crucifijo y lo abrace, “para compartir sus llagas con las de Jesús”.

Los congoleños presentes representaban de algún modo a los 50 millones de católicos de la República Democrática del Congo (RDC), con sus más de 60 obispos y 6.160 sacerdotes (4.200 diocesanos y 1.900 religiosos), junto al arzobispo de Kinsasa, el cardenal Fridolin Ambongo.

Alegría y paz

El Santo Padre comenzó la homilía hablando de alegría, de la alegría pascual, para relacionarla con la paz. “El Evangelio acaba de decirnos que también la alegría de los discípulos era grande la noche de Pascua, y que esta alegría surgió ‘cuando vieron al Señor’ (Jn 20,20). En ese clima de alegría y asombro, el Resucitado habla a los suyos. ¿Y qué les dice? Ante todo, estas palabras: ‘¡La paz esté con ustedes!’ (v. 19). Es un saludo, pero es más que un saludo: es un envío”.

“Porque la paz, esa paz anunciada por los ángeles en la noche de Belén (cf. Lc 2,14), esa paz que Jesús prometió dejar a los suyos (cf. Jn 14,27), ahora, por primera vez, es entregada solemnemente a los discípulos”, señaló el Papa.

Y enseguida se preguntó: “¿Cómo conservar y cultivar la paz de Jesús? Él mismo nos señala tres fuentes de paz, tres manantiales para seguir alimentándola. Son el perdón, la comunidad y la misión”. Y los fue desarrollando.

Volver a empezar

“Veamos la primera fuente: el perdón”, afirmó el Santo Padre. “Jesús dice a los suyos: ‘Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen’ (v. 23). Pero antes de dar a los apóstoles el poder de perdonar, los perdona; no con palabras, sino con un gesto, el primero que el Resucitado realiza ante ellos”.

“Dice el Evangelio que Él, ‘les mostró sus manos y su costado’ (v. 20). Es decir, les muestra las llagas, se las ofrece, porque el perdón nace de las heridas. Nace cuando las heridas sufridas no dejan cicatrices de odio, sino que se convierten en un lugar para hacer sitio a los demás y acoger sus debilidades. Entonces las fragilidades se convierten en oportunidades y el perdón en el camino hacia la paz’.

El mensaje de Francisco a los congoleños fue: siempre podemos ser perdonados y volver a empezar. “Juntos, hoy creemos que con Jesús siempre tenemos la posibilidad de ser perdonados y volver a empezar, y también la fuerza para perdonarnos a nosotros mismos, a los demás y a la historia”.

“Esto es lo que Cristo desea”, añadió: “ungirnos con su perdón para darnos la paz y el valor de poder también nosotros perdonar; el valor de realizar una gran amnistía del corazón. ¡Cuánto bien nos hace limpiar nuestros corazones de la ira, de los remordimientos, de todo resentimiento y envidia!”

“Que sea el momento oportuno para ti, que en este país te dices cristiano, pero cometes actos de violencia; a ti el Señor te dice: Deja las armas, abraza la misericordia”, alentó el Papa.

No hay paz sin fraternidad

“Veamos ahora la segunda fuente de paz: la comunidad. Jesús resucitado no se dirige a los discípulos individualmente, sino que se reúne con ellos; les habla en plural, y a la primera comunidad le entrega su paz. No hay cristianismo sin comunidad, como no hay paz sin fraternidad. Pero, como comunidad, ¿hacia dónde hemos de caminar, hacia dónde hemos de ir para encontrar la paz?”, se preguntó el Papa Francisco.

“Para nosotros también existe este riesgo; estar juntos, pero caminar por cuenta propia, buscando en la sociedad, y también en la Iglesia, el poder, la carrera, las ambiciones. Sin embargo, de ese modo, en vez de seguir al Dios verdadero, seguimos al propio yo, y terminamos como aquellos discípulos: encerrados en casa, vacíos de esperanza y llenos de miedo y decepción”, manifestó, antes de responder a la pregunta.

Ésta fue su respuesta en el segundo punto: “El camino es compartir con los pobres. Este es el mejor antídoto contra la tentación de dividirnos y mundanizarnos. Tener el valor de mirar a los pobres y escucharlos, porque son miembros de nuestra comunidad y no extraños a los que hay que eliminar de la vista y de la conciencia. Abrir el corazón a los demás, en lugar de concentrarlo en los propios problemas o vanidades personales”.

Misión de paz en el mundo

“Llegamos, en fin, a la tercera fuente de paz: la misión”, afirmó el Romano Pontífice. “Jesús dice a los discípulos: ‘Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes’ (Jn 20,21). […].  En una palabra, lo envió para todos; no sólo para los justos, sino para todos.

“Hermanos, hermanas, estamos llamados a ser misioneros de paz, y esto nos dará paz”, ha señalado el Papa. “Es una decisión; es hacer sitio en nuestros corazones para todos, es creer que las diferencias étnicas, regionales, sociales y religiosas vienen después y no son obstáculos; que los demás son hermanos y hermanas, miembros de la misma comunidad humana; que cada uno es destinatario de la paz que Jesús ha traído al mundo. Es creer que los cristianos estamos llamados a colaborar con todos, a romper el ciclo de la violencia, a desmantelar las tramas del odio”.

Sacerdotes esperando el comienzo de la Misa ©Alberto García Marcos

“Sí, los cristianos, enviados por Cristo, están llamados, por definición, a ser conciencia de paz en el mundo”, añadió Francisco. “No sólo conciencias críticas, sino sobre todo testigos del amor; no pretendientes de sus propios derechos, sino de los del Evangelio, que son la fraternidad, el amor y el perdón; no buscadores de sus propios intereses, sino misioneros del amor apasionado que Dios tiene por cada ser humano”. Al concluir la homilía, el Papa pidió que nos “decidamos a ser testigos de perdón, protagonistas en la comunidad, personas en misión de paz en el mundo”.

Cardenal Ambongo: “gran comunión”

Tras la celebración, el cardenal Fridolin Ambongo señaló que “para los fieles católicos de Kinsasa y de todo nuestro país, tu presencia aquí es un signo de aliento y consuelo, y constituye, al mismo tiempo, un momento de gran comunión y de reunión en torno a Su Santidad”

“Gracias por estar aquí para nuestras familias, para todos y cada uno de nosotros, para nuestra gente. Estoy seguro de que la Eucaristía que has presidido nos consagrará cada vez más a Cristo y nos obtendrá la gracia de una paz verdadera y duradera, tan deseada por nuestro país. Encomiendo el resto de tu estancia en nuestro país a la intercesión de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Congo”.

El autorFrancisco Otamendi / Alberto García Marcos

Mundo

Papa Francisco: «África es la sonrisa del mundo»

“No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”, manifestó el Papa Francisco recién llegado a Kinsasa. Fue uno de sus principales mensajes, junto a la petición de que “la violencia y el odio no tengan ya cabida en el corazón ni en los labios de nadie”.

Francisco Otamendi·1 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En su discurso ante las autoridades, representantes de la sociedad civil y del mundo de la cultura, y el cuerpo diplomático, en presencia del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, el Santo Padre, como “peregrino de reconciliación y paz”, abrió el corazón y reconoció que “mucho he deseado estar aquí y por fin he venido para traerles la cercanía, el afecto y el consuelo de toda la Iglesia católica. Quisiera hablarles a través de una imagen que simboliza bien la belleza luminosa de esta tierra: la del diamante”.

En efecto, el Papa se dirigió en primer lugar a todo el país con la figura del diamante: “Queridos congoleños y congoleñas, su país realmente es un diamante de la creación; pero ustedes, todos ustedes, son infinitamente más valiosos que cualquier bien que pueda brotar de este suelo fértil”.

“Estoy aquí para abrazarlos y recordarles que tienen un valor inestimable, que la Iglesia y el Papa confían en ustedes; que creen en vuestro futuro, en un futuro que está en vuestras manos y en el que merecen invertir los dones de inteligencia, sagacidad y laboriosidad que poseen”, añadió el Papa.

“Ánimo, hermanas y hermanos congoleños”, alentó Francisco. “Levántate, vuelve a tomar en tus manos, como un diamante puro, lo que eres, tu dignidad, tu vocación de proteger en armonía y paz la casa que habitas. Revive el espíritu de tu himno nacional, soñando y poniendo en práctica sus palabras: “A través del duro trabajo, construiremos un país más bello que antes; en paz”. 

Golpeado por la violencia

En el trasfondo de las palabras del Papa, como es obvio, estaba la violencia que ha azotado, y sigue azotando el este del país, pero no hay que resignarse, pidió desde RD Congo: “Mirando a este pueblo, se tiene la impresión de que la comunidad internacional casi se haya resignado a la violencia que lo devora. No podemos acostumbrarnos a la sangre que corre en este país desde hace décadas, causando millones de muertos sin que muchos lo sepan. Que se conozca lo que está pasando aquí”.

“En su país, que es como un continente dentro del gran continente africano, parece como si toda la tierra respirara”, prosiguió. “Pero aunque la geografía de este pulmón verde es muy rica y variada, la historia no ha sido igualmente generosa. La República Democrática del Congo, atormentada por la guerra, sigue sufriendo, dentro de sus fronteras, conflictos y migraciones forzosas, y continúa padeciendo terribles formas de explotación, indignas del hombre y de la creación”, subrayó el Papa.

“Este inmenso país lleno de vida, este diafragma de África, golpeado por la violencia como un puñetazo en el estómago, pareciera desde hace tiempo que está sin aliento. Y mientras ustedes, congoleños, luchan por salvaguardar su dignidad y la integridad territorial frente a los deplorables intentos de fragmentar el país, vengo a encontrarme con ustedes, en nombre de Jesús, como peregrino de reconciliación y de paz”, manifestó.

Colonialismo económico

El Papa Francisco denunció en buena parte de su discurso ante las autoridades y el pueblo congoleño el hecho “trágico de que estos lugares, y más en general el continente africano, sigan sufriendo diversas formas de explotación. Tras el colonialismo político, se ha desatado un ‘colonialismo económico’ igualmente esclavizador”

“Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos: se ha llegado a la paradoja de que los frutos de su propia tierra lo conviertan en “extranjero” para sus habitantes. El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes”, subrayó.

En palabras del Papa, se trata de “un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca. Sin embargo, este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención”.

“No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”, clamó el Santo Padre. “Que África sea protagonista de su propio destino. Que el mundo recuerde los desastres cometidos a lo largo de los siglos en detrimento de las poblaciones locales y no se olvide de este país y de este continente”.

A continuación, el Papa rogó “que África, la sonrisa y la esperanza del mundo, adquiera más importancia; que se hable más de ella, que tenga más peso y representación entre las naciones. Que se abra paso a una diplomacia del hombre para el hombre, de los pueblos para los pueblos, que no tenga como centro el control de las zonas y de los recursos, ni los objetivos de expansión y el aumento de los beneficios, sino las oportunidades de crecimiento de las personas”.

“Queridos amigos, los diamantes, que por lo general son raros, aquí abundan. Si esto es cierto respecto a las riquezas materiales ocultas bajo la tierra, lo es mucho más en referencia a las riquezas espirituales contenidas en los corazones”, afirmó el Papa. “Y es precisamente a partir de los corazones que la paz y el desarrollo siguen siendo posibles porque, con la ayuda de Dios, los seres humanos son capaces de justicia y perdón, de concordia y reconciliación, de compromiso y perseverancia en el aprovechamiento de los talentos que han recibido”.

Transparencia, promover la ley

El Papa se refirió también a cuestiones generales del país: pidió “favorecer la celebración de elecciones libres, transparentes y creíbles; ampliar aún más la participación en los procesos de paz a las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados; buscar el bien común y la seguridad de la gente por encima de los intereses personales o de grupo; reforzar la presencia del Estado en todo el territorio; hacerse cargo de las numerosas personas desplazadas y refugiadas. No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos; esto sólo trae descrédito y vergüenza, junto con muerte y miseria”.

En este momento, citó a san Agustín: “Hace siglos, san Agustín, que nació en este continente, ya se preguntaba: ‘Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de ladrones a gran escala?’ (De civitate Dei, IV, 4). Dios está de parte de los que tienen hambre y sed de justicia (cf. Mt 5,6). Es importante no cansarse de promover la ley y la equidad en todos los ámbitos, oponiéndose a la impunidad y a la manipulación de las leyes y de la información”, alentó.

Invertir en educación

Finalmente, el Romano Pontífice animó a promover oportunidades educativas y a invertir en educación. “Los diamantes más valiosos de la tierra congoleña, que son los hijos de esta nación, deben poder contar con oportunidades educativas sólidas, que les permitan aprovechar al máximo los brillantes talentos que poseen”.

“La educación es fundamental, es la vía hacia el futuro, el camino que hay que tomar para alcanzar la plena libertad de este país y del continente africano”, señaló. “Es urgente invertir en ella para preparar sociedades que sólo se consolidarán si están bien instruidas, que serán autónomas sólo si son plenamente conscientes de sus potencialidades y capaces de desarrollarlas con responsabilidad y perseverancia. Sin embargo, muchos niños no van a la escuela; ¡cuántos, en lugar de recibir una educación digna, son explotados!

“Demasiados niños mueren, sometidos a un trabajo esclavizador en las minas. Que no se escatimen esfuerzos en denunciar la lacra del trabajo infantil y acabar con ella. ¡Cuántas muchachas son marginadas y vulneradas en su dignidad! Los niños, las niñas, los jóvenes son la esperanza, ¡no dejemos que sea suprimida, sino cultivémosla con pasión!”

El Papa celebra hoy la Santa Misa en el Aeropuerto de Ndolo. Por la tarde tendrá un encuentro con algunas víctimas de la violencia del Este del país en la Nunciatura Apostólica. Por último, se reunirá con representantes de algunas obras caritativas, también en la Nunciatura.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa pide «ayuda sin asistencialismo» en el Congo

Rome Reports·1 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

«África no es una mina para explotar o un suelo que saquear«, fueron de las primeras palabras del Papa Francisco al pisar suelo africano.

Francisco pidió a las autoridades locales que actúen con transparencia y que inviertan en educación. Y a la comunidad internacional que ayude a desarrollar países como este sin caer en el asistencialismo que impide el desarrollo


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.

La belleza de la familia

En una época en la que está de moda lo feo, es esencial resaltar la belleza de la familia cristiana, signo de Dios en el mundo.

1 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Asisto con asombro al fenómeno de la ugly fashion, la moda fea. Una corriente que reniega de lo bello y elegante a favor de lo transgresor, lo disruptivo o directamente lo feo. Es un síntoma más de una sociedad que ha perdido el sentido de la trascendencia. Los seguidores de esta corriente sucumben ante unas zapatillas crocs con tacón de 700 euros, un bolso de 1.400 que asemeja una bolsa de basura o un abrigo oversize de 3.600 en el que caben usted y sus tres mejores amigos. Por cierto, ¿cómo sabes si te queda grande un abrigo oversize? Preguntaré en Balenciaga.

El caso es que, hoy en día, todo el mundo puede vestir bien, pues la producción en serie ha acercado al pueblo la moda que antes solo estaba al alcance de unos pocos. Los diseños de las grandes marcas son imitados en tiempo récord y distribuidos por internet a precios populares, por lo que cada vez es más difícil distinguirse de la masa. ¿Cómo lograr esa distinción y exclusividad? Pues vistiendo feo.

Muchos artistas contemporáneos participan de esta búsqueda alocada de la originalidad con obras que buscan molestar más que emocionar, perturbar más que elevar el espíritu. Para llamar la atención y que tu obra se vea necesitas el escándalo, el morbo, la disrupción… Pero ¿qué sensaciones vienen detrás? Después del asombro, solo queda la búsqueda de la próxima admiración y, después, el siguiente “¡oh!” que será ya el no va más. Pero no hay satisfacción, no hay saciedad. Como en el bucle infinito en que nos mete el adictivo algoritmo de Tik Tok, uno quiere siempre más. Una nueva, aunque efímera, emoción a beneficio de la red social china que gana más cuanto más tiempo nos tenga enganchados.

La belleza, una proyección hacia el infinito

Sin embargo, ¿qué pasa cuando uno contempla una obra verdaderamente bella? ¿No siente uno que la emoción estética le ha llevado a salir de sí? ¿No consigue el verdadero artista que el que contempla su obra trascienda a ella? Quien admira un bonito cuadro, visiona una gran película, lee un buen artículo o novela, o escucha una pieza musical de calidad sale de sí, mira a los otros, viaja a otro lugar, a otro tiempo. Quien ve, escucha o lee una obra de arte hace suyos los sentimientos del autor, pero le añade los propios y esa fusión se proyecta hacia lo alto, hacia el infinito.

Es lo mismo que nos pasa cuando contemplamos un amanecer, escuchamos una tormenta o miramos el vuelo hipnótico de una bandada de pájaros. Y es que, el ser humano lleva en su interior un gusto natural por lo bueno, lo verdadero, lo justo… y lo bello. Simone Weil decía que «En todo lo que suscita en nosotros el sentimiento puro y auténtico de la belleza está realmente la presencia de Dios. Existe casi una especie de encarnación de Dios en el mundo, cuyo signo es la belleza».

Valga esta larga introducción para enmarcar la celebración, en unos días, de la Semana del Matrimonio, que la Iglesia propone cada febrero en torno a San Valentín. Durante este tiempo, la comunidad cristiana presentará al mundo su propuesta de familia ante otros modelos propios de nuestra época. Quizá los de hoy son más llamativos, más impactantes y más cool, pero la belleza de la familia es irresistible, aunque los gurús de tendencias afirmen que está pasada de moda.

Y es que la familia cristiana, fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, abierta a los hijos, con compromiso de igualdad, fidelidad y donación mutua tiene esa belleza natural trascendente, que nos habla de eternidad, que nos eleva al infinito, que parece colmar nuestras aspiraciones. Una belleza que no es otra cosa que signo de Dios en el mundo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Leer más
Mundo

Finaliza el proceso de renovación de la Orden de Malta

El proceso de renovación de los nuevos órganos de gobierno de la Orden de Malta concluyó hace unos días. La Orden de Malta  llevaba varios años de "revisión" acompañada de la solicitud de la Santa Sede y, en particular, del Papa Francisco.

Giovanni Tridente·1 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En septiembre del año pasado, por Decreto del Papa Francisco, se promulgaron los nuevos estatutos de la Orden de Malta, la carta constitucional y el correspondiente Código Melitense, que en pocos meses conduciría al Capítulo Capítulo General Extraordinario, que se celebró el 25 de enero de 2023, fiesta de la conversión de San Pablo.

Dirigido por el Delegado Especial del Papa, el Cardenal Silvano Maria Tomasi – el que ha supervisado todo el proceso de renovación en los últimos meses-, y por el teniente Gran Maestro John Dunlap, el Capítulo eligió entonces en los últimos días a todos los miembros del Soberano Consejo, que permanecerá en el cargo seis años.

Como altos cargos, para el periodo 2023-2029 fueron elegidos -prácticamente reconfirmados tras la designaciones hechas por el Papa Francisco al aprobar la nueva Constitución – el francés Frey Emmanuel Rousseau (Gran Comendador) y los italianos Riccardo Paternò de Montecupo (Gran Canciller), Fra’ Alessandro de Franciscis (Gran Hospitalario) y Fabrizio Colonna de Paliano (Receptor del Tesoro Común).

La nacionalidad de los Consejeros del Consejo Soberano es más variada: Fray João Augusto Esquivel Freire de Andrade, Fray Roberto Viazzo, Fray John Eidinow, Fray Mathieu Dupont, Fray Richard J. Wolff, Hermano Francis Joseph McCarthy, Hermano Michael Grace, Hermano Clement Riva Sanseverino y el Hermano Josef Blotz.

Al Capítulo General Extraordinario asistieron 111 miembros de la Orden de Malta procedentes de los cinco continentes.

El camino del Evangelio en la Orden de Malta

Antes de que se celebrara el Capítulo, el Papa Francisco había querido hacerse presente a través de un mensaje a los participantes, en el que reafirmó las características especiales de la Orden como misión evangelizadora en favor del prójimo y especialmente de los que se encuentran en dificultades, los afligidos. Sabiendo que «para construir un mundo más justo, no hay otro camino que el del Evangelio; estamos llamados a empezar por nosotros mismos, practicando la caridad allí donde vivimos».

Perdón y reconciliación

No se puede olvidar la referencia al perdón mutuo y a la reconciliación «tras momentos de tensiones y dificultades que se han experimentado en el pasado reciente», con la conciencia de saber cómo el perdón es también una muestra de libertad y generosidad, «expresión de un corazón misericordioso», justo, siguiendo el ejemplo del Señor.

Unidad

Por último, el Papa Francisco recordó la importancia de la unidad dentro de la Orden, precisamente para ser creíble en su trabajo, sabiendo muy bien que el conflicto y la oposición dañan la misión y distancian de Cristo.

«La gratuidad y el fervor con que habéis abrazado el ideal juanista están bien representados por la cruz octogonal que lleváis: recuerda las bienaventuranzas evangélicas, con las ocho puntas de la cruz de Malta. Siéntete orgulloso y digno de ello, recordando a aquel que, en la cruz, dio su vida por nuestra salvación».

Una vez concluido el Capítulo, los miembros fueron recibidos en audiencia por el Santo Padre en el Vaticano. En esta ocasión, el Pontífice expresó su satisfacción por el éxito del proceso que condujo a la elección de la nueva Mesa. Y también por los nuevos compromisos en el frente de las vocaciones a la Orden de Malta. En particular, se decidió reabrir un noviciado y se dio énfasis a la importancia de la formación inicial y permanente de todos los miembros.

La Orden de Malta y los necesitados

A continuación, Francisco compartió una reflexión sobre los términos que califican a la Orden: soberana, militar, hospitalaria. Reiterando la generosidad y el compromiso solidario de todos los miembros, que gracias también a la protección jurídica diplomática internacional, pueden estar cerca de los más necesitados.

En la Orden, el testimonio del Evangelio nunca debe fallar «en la lucha contra todo lo que se le opone», añadió el Santo Padre, tampoco en la expresión de la proximidad y ternura con todos los que sufren, como buenos pastores y buenos samaritanos. Características propias de la tradición hospitalaria de la Orden, siguiendo el ejemplo del fundador Beato Gerardo, que atendía a los peregrinos en Jerusalén en el Hospital que lleva el nombre de San Juan el Bautista.

El autorGiovanni Tridente

América Latina

San Sebastián de Yumbel: imán de religiosidad popular

Miles de chilenos han participado, tras la pandemia, en la peregrinación al santuario de san Sebastián en Yumbel.

Pablo Aguilera·31 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tras un obligado parón por la pandemia, la peregrinación al santuario de san Sebastián en Yumbel (Chile) ha vuelto a reunir a miles de personas. Una antigua y arraigada devoción en esta zona americana que ha vuelto con una gran fuerza.

En el año 1859 se termina de construir el templo santuario de san Sebastián, ubicado a un costado de la plaza principal de Yumbel, pueblo de la Arquidiócesis de Concepción, en el sur de Chile. El atractivo principal del templo, lo constituye una antigua imagen del mártir san Sebastián, hecha de madera de cedro, de 73 cm de alto.

Esta se honraba en la ciudad de Chillán en el siglo XVII. Pero el ataque de los araucanos encabezados por el toqui Butapichún a dicha ciudad en 1655, motivó a los españoles a trasladar la imagen de san Sebastián a las cercanías de Yumbel para evitar que fuera profanada. La imagen fue encontrada en unos pajonales y trasladada a la plaza fuerte del pueblo. En 1663, un juez eclesiástico adjudicó la imagen de san Sebastián a Yumbel, cuyos habitantes exponían el derecho de hallazgo.

El aumento de la devoción y el inicio de las primeras peregrinaciones datan de 1878, cuando la fama del Santo trasciende la frontera de Yumbel y la zona y se extiende por el resto de Chile y el exterior.

En el santuario hay dos fechas importantes durante el año, la festividad propia del santo que se celebra el día 20 de enero y el 20 de marzo. La víspera de la festividad, el día 19, se empiezan las actividades litúrgicas con el rezo del Santo Rosario, y el sacramento de la Penitencia. Luego, desde la medianoche, se celebra la Santa Misa cada dos horas y por la tarde se inicia la gran procesión por las calles de la ciudad.

Debido a la pandemia del COVID esta peregrinación debió suspenderse el año 2020, y recién este mes de enero se reanudó, al fin, sin restricciones.

El arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, comentó que el santuario de san Sebastián «es un tesoro muy preciado. Allí se expresa la fe de las personas de todas las edades y condición socioeconómica, constituyéndose en un vínculo de unidad y fraternidad. Quienes concurren al santuario son personas de fe que le transmiten la fe a sus hijos. Ello es garantía de la presencia de Dios en medio de nosotros. Son días de mucha alegría y esperanza para la Iglesia y para Chile.»

Este año, entre el 20 y 22 de enero, llegó una gran cantidad de peregrinos: alrededor de 700.000 personas. Se puede decir que esta gran manifestación de religiosidad popular volvió con fuerza después de la pandemia.

Después de la peregrinación al Santuario de la Virgen de Lo Vásquez, san Sebastián sigue siendo la segunda peregrinación más concurrida de Chile.

Ecología integral

La UFV y Sabadell se unen en un curso de postgrado

La Universidad Francisco de Vitoria y el banco Sabadell ofrecen un curso de posgrado de Asesor Financiero para Entidades Religiosas y del Tercer Sector. Han ampliado el plazo de matrícula hasta el 15 de febrero.

Paloma López Campos·31 de enero de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El banco Sabadell y la Universidad Francisco de Vitoria ofrecen un curso de Asesor Financiero para Entidades Religiosas y del Tercer Sector en la Escuela de Postgrado de la universidad. El plazo para matricularse se ha ampliado y ahora cierra el 15 de febrero.

Este curso online comienza el primer día de marzo y se estructura en un plan de estudios dividido en siete módulos: estructura jerárquica de la Iglesia, fiscalidad, patrimonio, doctrina social de la Iglesia, cooperación al desarrollo y tercer sector, gestión de patrimonio financiero, y compliance y blanqueo de capitales.

El programa se caracteriza por la flexibilidad del aprendizaje. En cuanto al perfil de ingreso, el curso está dirigido a profesionales que tengan algún nivel de responsabilidad en el sector de las entidades religiosas o del tercer sector, administradores y ecónomos.

Los objetivos de estos estudios se relacionan con la capacidad de análisis y evaluación, el diseño y desarrollo de proyectos novedosos para las entidades en cuestión, y el asesoramiento de clientes.

Se puede encontrar más información en la página web del curso, donde también se puede descargar la hoja para realizar la matrícula.

Mundo

Georg Bätzing: «Me gusta ser católico, y seguiré siéndolo»

Omnes adelanta un extracto de la entrevista sobre el Consejo Sinodal al presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing.

Alfonso Riobó·31 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La revista Omnes publica el 1 de febrero un completo dossier sobre la situación de la Iglesia en Alemania. Contiene análisis y entrevistas con los principales protagonistas en Alemania y en Roma, entre ellos el cardenal Marc Ouellet, Prefecto del Dicasterio para los Obispos hasta ayer; el presidente de los obispos alemanes Georg Bätzing (obispo de Limburg); el obispo Rudolf Voderholzer, de Ratisbona; la presidenta del Comité Central de Católicos Alemanes, Irme Stetter-Karp, la filósofa Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz; los periodistas José M. García Pelegrín, Alexander Kissler y Peter Hahne, etc.

El título del dossier es: “El dilema de la Iglesia en Alemania”. En la entrevista al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg Bätzing, nuestro corresponsal en Berlín José M. García Pelegrín le pregunta por la expresión que utilizó al terminar la visita “ad limina” de noviembre, cuando afirmó: “Queremos ser católicos, pero de otra manera”.

Georg Bätzing habla durante una conferencia a los obispos alemanes (CNS photo/Harald Oppitz, KNA)

La respuesta de Bätzing es en parte conciliadora. Destacamos ahora estas frases: “Me gusta ser católico y seguiré siéndolo. La Iglesia católica, en su dimensión mundial y en su continuidad histórica, es algo muy precioso y venerable. Pero, como todos los seres vivos, solo permanece fiel a sí misma y solo sigue siendo ella misma si cambia. Un organismo vivo que no cambia siempre se anquilosa y muere. Un bien valioso se convierte en objeto de museo si no se utiliza en tiempos de cambio. Según mi experiencia y valoración, esto también se aplica a la Iglesia católica”. Al mismo tiempo, se muestra firme en relación con el futuro del Camino Sinodal, y en particular en lo referente a la creación de un Consejo Sinodal con el que espera contar en 2026, a pesar de las advertencias recientes de la Santa Sede.

Así, el cardenal Ouellet, en la entrevista con nuestro director Alfonso Riobó, afirmó: “La cuestión del Consejo sinodal es un problema de estructura. Si la estructura del Consejo Sinodal lleva la instauración de un modo de funcionamiento como el que hemos visto en el Camino Sinodal, y si así se va a gobernar en el futuro la Iglesia en Alemania, yo ya les dije con toda claridad a los obispos: eso no es católico. No es católico. Puede ser la praxis de otras iglesias, pero no es la nuestra. No lo es, porque no se conforma con la eclesiología católica y con el papel singular de los obispos, derivado del carisma de la ordenación, que les confiere libertad para enseñar y decidir”.

Sin embargo, el hasta ahora Prefecto del Dicasterio para los Obispos confía en que pueda continuar el diálogo con la Conferencia Episcopal alemana: “La respuesta del presidente de la Conferencia, Mons. Bätzing, dice, en cierto modo, que van a respetar todo el ordenamiento canónico. Eso está bien. Eso quiere decir que el diálogo debe continuar”.

La quinta y última Asamblea del Camino Sinodal se celebrará del 9 al 11 de marzo. Habrá que ver cómo se acogen las advertencias de la Santa Sede e, independientemente de esta Asamblea, cómo continúa el diálogo con la Santa Sede.

La entrevista completa y todo el contenido del dossier de Omnes, podrá leerse desde el 1 de febrero en el número que podrá adquirirse AQUÍ.

Familia

Álvaro González: «Una buena formación ayuda a prevenir rupturas matrimoniales»

“Las situaciones de dolor en familias rotas, y la necesidad de profesionales bien preparados para asistir a quienes lo deseen”, han impulsado un nuevo Máster, 80 % por ciento online, de Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico, que la Universidad de Navarra impartirá en Madrid desde septiembre.

Francisco Otamendi·31 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El profesor Álvaro González Alonso, director académico del programa, señala a Omnes que se trata del único máster de España, en este ámbito de formación, que se cursa mayormente online y está aprobado por la Santa Sede. Esto permite, según la nota oficial, que pueda ser tenido en cuenta por los obispos como habilitación para desempeñar funciones específicas en los tribunales eclesiásticos.

Las estadísticas indican que siete de cada diez matrimonios se rompen hoy en España; y en otros países existen tasas similares. La constatación de las rupturas permite afirmar a Álvaro González que “vivimos tiempos complicados”, y “el conocimiento de la realidad del matrimonio como institución natural es indispensable para profundizar en la auténtica identidad de la familia”.

Conversamos con el profesor González Alonso sobre el matrimonio, las rupturas, la convivencia antes de casarse, las causas de nulidad matrimonial,y el máster. A su juicio, “el ser humano tiene una dimensión esponsal que no ha sido anegada por el ambiente”.

¿Qué les ha movido en la Facultad de Derecho Canónico a organizar este máster en Madrid?

–El motivo principal es el deseo de servir a la Iglesia y a la sociedad, conforme al Magisterio y a la verdad natural del matrimonio. Ciertamente vivimos tiempos complicados y, con frecuencia, encontramos situaciones de dolor en familias rotas. Estamos convencidos de que una buena formación ayuda a prevenir las rupturas matrimoniales y a mejorar el apoyo a los cónyuges en su vida matrimonial.

Por eso el máster está integrado con la atención pastoral y dirigido al servicio de los matrimonios en su realidad concreta, a través de los profesionales competentes en esta materia. En resumen, el motivo principal es servir a la Iglesia y a la sociedad, ayudando a descubrir el misterio humano y cristiano del matrimonio y la familia.

Parece frecuente, en los procesos de ruptura matrimonial, que algún cónyuge acuda al divorcio civil, y luego, si celebraron una boda religiosa, pidan la nulidad en un tribunal eclesiástico, con el fin de casarse de nuevo por la Iglesia. ¿Existen profesionales preparados para asistir o acompañar a las personas en estas situaciones?

–La situación descrita es una realidad, indudablemente. Los motivos pueden ser variados y abarcan tanto la falta de interés inicial por seguir un proceso canónico, en algunos casos, como la dimensión práctica de resolver esas dificultades desde el punto de vista legal, con referencia a la situación familiar afectiva y económica. En estas circunstancias, la presencia de profesionales bien preparados para asistir a quienes deseen conocer la verdad sobre su matrimonio se revela como una necesidad acuciante, teniendo en cuenta que el conocimiento de los aspectos jurídicos del matrimonio, en muchas ocasiones, forma parte del acompañamiento de los fieles cristianos.

Además, el proceso de declaración de nulidad es un servicio a la vocación matrimonial, ya que pretende servir a los cónyuges en orden a aclarar o restaurar su estado de vida, respecto a Dios y a su cónyuge. Comprender esta dimensión de la vocación matrimonial ayuda a ver la utilidad del proceso canónico.

¿Puede describir las causas principales de nulidad que se alegan en España? En cuanto al consentimiento, ¿la gente joven conoce la identidad del matrimonio católico? En ocasiones se piden nulidades por parejas con meses de matrimonio.

–Cada Tribunal tendrá su propia experiencia sobre las causas que le toca conocer, pero parece algo generalizado que un número considerable de los procesos canónicos de nulidad matrimonial hacen referencia a la incapacidad psíquica de los contrayentes, debida a diversas anomalías y, en muchos procesos, a la inmadurez de uno o de ambos.

La inmadurez en sí misma no es causa de nulidad, pero es relevante cuando llega a suponer una auténtica incapacidad psíquica que impide otorgar un consentimiento matrimonial pleno. Otro motivo extendido que se encuentra en el origen de numerosos procesos es la exclusión, por parte de uno o de los dos contrayentes, de alguna de las propiedades o de los elementos esenciales del matrimonio.

La ruptura temprana de muchos matrimonios responde también, en parte, a la falta de preparación y educación: crecimiento en virtudes humanas, un concepto de amor adecuado y profundo, formación sobre la realidad del matrimonio en sí mismo, sentido del compromiso, haber vivido un buen noviazgo tratando con profundidad los temas fundamentales de la vida presente y futura, etc.

A la vez, también se percibe la fortaleza del matrimonio y cómo este aspecto del derecho natural sigue vigente en cada persona. Podríamos decir que la huella de Dios en la institución matrimonial no está en crisis y que el matrimonio está grabado en la naturaleza humana.

¿Influye en los procesos canónicos haber convivido antes de casarse, o celebrar el matrimonio sin intención de tener hijos?

–La experiencia de haber convivido antes, en muchos casos, no es buena. Los novios podrían hacer ese experimento por inseguridad, para convencerse de que el otro es la persona adecuada… pero tiene una parte de engaño ya que, mientras no se ha contraído matrimonio, los dos están “en alerta”, dispuestos a ganarse y mantener el cariño del otro, puesto que la permanencia no está asegurada. Al dar el paso posterior al matrimonio, a veces se relaja esa alerta y comienzan los desencuentros.

Es decir, la convivencia previa es diferente de la convivencia matrimonial ya que la provisionalidad y la perpetuidad son vivencias radicalmente diversas: la exclusividad propia del matrimonio va más allá de vivir en pareja. De hecho, es frecuente que muchas mujeres que conviven pongan a sus novios el matrimonio como requisito para tener un hijo. En este sentido influye la convivencia previa en las historias matrimoniales, pero no en la validez de una unión. Dicho esto, si hubiera que afirmar de qué modo afecta convivir o no convivir previamente, puede percibirse que los matrimonios que no conviven son más fuertes y se rompen menos.

En cambio, quien acude al altar sin la intención de tener hijos, está excluyendo uno de los fines del matrimonio y, por lo tanto, buscando una realidad diferente de lo que es el matrimonio. Sin embargo, es fácil percibir en la mayor parte de los contrayentes, tanto el deseo de que el matrimonio dure toda la vida, como el deseo de ser padres. Aquí puede verse que el ser humano tiene una dimensión esponsal que no ha sido anegada por el ambiente.

¿Qué pide el Papa, y las recientes normativas de la Santa Sede, a los miembros de los tribunales eclesiásticos para trabajar y decidir en los procesos de nulidad?

–El Santo Padre ha impulsado mucho una reforma de los procesos de nulidad matrimonial, con la idea de facilitar todo lo posible a quienes quieran conocer la verdad sobre su matrimonio. En esta reforma de 2015 se establecieron una serie de medidas que contribuyeran a que los Tribunales estuvieran cercanos a los fieles –tanto en distancia física como en cercanía humana– y a que los procesos pudieran ser más ágiles, y más breves.

El máster se dirige también a personas que trabajan en el ámbito de la mediación matrimonial o en tareas de asesoramiento a los matrimonios con dificultades: mediadores, abogados, psiquiatras o psicólogos…

–Así es. El plan de estudios tiene una dimensión de formación interdisciplinar que hace que pueda ser útil para quienes desarrollan otras funciones, en particular para quienes han de acompañar y orientar a matrimonios en esta situación de dificultad o crisis. El objetivo es la especialización y actualización de los profesionales que trabajan o desean trabajar en tribunales eclesiásticos o en la fase de asesoramiento y orientación previa.

Por lo tanto, el abanico de personas a las que puede interesar es amplio: los párrocos que tienen valorar la oportunidad de ofrecer la vía de iniciar un procedimiento de declaración de nulidad; los abogados que deben plantear una demanda después de escuchar al esposo o a la esposa; los jueces, quienes tendrán que dictar sentencia teniendo en cuenta lo alegado y probado por las partes.

Finalmente, ¿cómo está estructurado el máster?

–Desde el principio se pensó en un aprendizaje práctico, flexible y con acompañamiento personalizado, adecuándolo a los requisitos que la Santa Sede señala para este tipo de programas. El máster combina una didáctica mixta de trabajo personal online (80 %) y de enseñanza presencial (20 %), desarrollada a lo largo de un curso académico, que se divide en dos semestres, con un total de 60 ECTS.

El aprendizaje online contempla el trabajo individual del alumno, con la guía y ayuda del profesor. Permite una organización personal del ritmo de estudio y un seguimiento personalizado, imprescindibles en este tipo de enseñanza. La docencia presencial se impartirá de modo intensivo en dos semanas –una al principio del primer semestre y otra al final del segundo–, en el campus de la Universidad de Navarra en Madrid.

Además de la aprobación por parte de la Santa Sede, el máster tiene una proyección marcadamente internacional, debido a la universalidad de la legislación canónica y al método de enseñanza adoptado.

El autorFrancisco Otamendi

Experiencias

¡He visto a Ratzinger!

Hace un mes, el mundo entero despedía a Benedicto XVI. Miles de personas se acercaron a la Basílica de san Pedro para decir adiós al Joseph Ratzinger. En esas colas y esperas, las anécdotas se sucedieron.

Vitus Ntube·31 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

«Ho visto Maradona, ho visto Maradona…

Me acordé de esta canción después de un encuentro aquel lunes por la mañana, cuando fuimos a presentar nuestros últimos respetos al difunto Papa Benedicto XVI.

Los aficionados del club de fútbol Nápoles, aquí en Italia, cantaron esa canción expresando su alegría por haber visto a Maradona jugar al fútbol en su ciudad.

Cuando aquel chico salió de la basílica después de haber rezado ante los restos del Papa Emérito, me exclamó: ¡Ho visto Ratzinger! ¡He visto a Ratzinger!

Me encontré con él en la larga cola de los que se dispusieron a desafiar el frío de primera hora de la mañana para presentar sus últimos respetos al Papa difunto.

Éramos de los muchos que venían a dar las gracias. Sabemos que no podemos escribir editoriales, elogios o compartir anécdotas personales del Papa, pero estábamos convencidos de que le conocíamos, de que nos hemos encontrado con él, de que nos ha influenciado.

Resulta que mi conocido está haciendo su tesis doctoral sobre la obra de Joseph Ratzinger y así que tenía más ideas que yo. En breve, tuve una conversación muy interesante con este hombre, llamémosle Giuseppe.

Giuseppe compartió una conversación que tuvo con un amigo la noche anterior, cuando le informó de su plan de ir al velatorio. El amigo preguntó a Giuseppe por qué iba a ver a un muerto y él respondió espontáneamente: «Bueno, voy a ver a los vivos entre los muertos».

La cola era larga con, lo que tuvimos tiempo de hablar de muchas cosas que giraban en torno a las obras de Ratzinger principalmente, de recordar frases de libros o discursos que nos habían gustado, anécdotas de su vida personal, escenas de la biografía de Peter Seewald, etc.

Estábamos convencidos de que ambos le habíamos conocido. Hablamos de su amor por la liturgia, de su elegancia, de cómo llevaba siempre la camisa blanca y los gemelos bien puestos debajo de la sotana, recordamos que en su primera aparición en el balcón de la plaza de San Pedro que llevaba un jersey negro debajo de la sotana blanca, y luego fue la última vez que lo veíamos con tal jersey.

No sabíamos por qué, pero llegamos a la conclusión de que los momentos posteriores a su elección como Papa debían haber sido momentos peculiares. Además, no podíamos olvidarnos de sus zapatos rojos. Me vino a la memoria lo que Chesterton escribió sobre Thomas Becket en su libro Ortodoxia. Dijo que Becket llevaba una vestidura de pelo de camello bajo su vestido de oro, y obtuvo el beneficio de la vestidura de pelo mientras que la gente en la calle obtuvo el beneficio del oro.

No sabemos qué llevaba Ratzinger debajo del zapato rojo ni de su elegancia en general, pero estamos convencidos de que nosotros tuvimos el beneficio del zapato rojo mientras que él tuvo el otro.

Recordamos el panegírico que escribió para Ida Friederike Görres, en el que preguntaba si podíamos dar gracias por la muerte de alguien. Nos convenció para que diéramos las gracias incluso en su propio fallecimiento. Así que dimos las gracias.

Usamos las palabras que escribió en esa ocasión, «¿podemos dar gracias en esta muerte? Creo que podemos y debemos decir que sí. Damos gracias a Dios porque existió, porque esta mujer perspicaz, valiente y fiel fue entregada a la Iglesia en este siglo. Damos gracias por sus escritos, por el modo en que estuvo y seguirá estando presente para muchas personas a través de sus escritos. Damos gracias por el camino por el que Dios la condujo, paso a paso. Y damos gracias por la muerte que Él le dio». Si sustituimos el «ella» por «él», veremos lo acertadas que fueron sus palabras para aquella ocasión.

En un momento de la conversación, mencionamos su discurso sobre la catedral de Notre-Dame de París; que es un himno vivo de piedra y de luz para alabanza del acto único de la historia humana que es la Encarnación.

De alguna manera, aludía a la obra de Victor Hugo sobre Notre-Dame. En ese momento, Giuseppe comentó de un texto de Victor Hugo sobre Balzac en que decía que la obra dejada por Balzac es elevada, sólida, de escalones de granito, un monumento. Concluyó diciendo que los grandes se hacen su propio pedestal; el futuro se encarga de la estatua.

Ratzinger es uno de los grandes. Ha dejado su pedestal con su obra y su vida. Nosotros pondríamos la estatua. Ya tenemos el pedestal. Le debemos la estatua a la generación futura, pagamos una parte de nuestra cuota en esa deuda de gratitud que tenemos con el Papa Benedicto cuando nos encargamos de la estatua. También nos atreveríamos a subir al pedestal que él ya ha construido.

Justo cuando hablábamos de estatuas, le sugerí a Giuseppe que quizá podríamos empezar proponiendo un texto suyo que entrara en el oficio de lecturas de la liturgia de las horas. Sería un buen punto de partida para él, que amaba mucho la liturgia. ¿No leímos un texto de San Pablo VI el otro día en el oficio de lecturas?, le pregunté retóricamente.

Una cosa que es evidente ahora es que Ratzinger une. Giuseppe y yo nos hemos unido. Empecé llamándole “conocido”. Creo que es justo decir que se ha sembrado una semilla de amistad.

No mucho después le envié un mensaje diciéndole que tal vez el segundo párrafo de Deus Caritas Est, «Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva», podría ser el que entrará en el oficio de lecturas.

Me ha respondido diciendo que tengamos paciencia, que leamos y releamos lo que ha escrito y que posiblemente encontremos algo pronto. Mientras tanto voy leyendo sus textos, y solo así voy a ir preparando la estatua.

El autorVitus Ntube

Leer más
Mundo

Pobreza, tensiones y mujer, desafíos ante la visita del Papa a África

Los fuertes contrastes marcan África: grandes riquezas naturales y pobreza, como sucede en República Democrática del Congo y Sudán del Sur, países que visita el Papa Francisco. Tensiones sociales y violencia sobre la mujer son otros retos en este viaje ecuménico de paz, que concluye en Sudán del Sur, tierra de santa Josefina Bakhita.

Francisco Otamendi·30 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

“La visita del Papa para nosotros representa una gracia de Dios, nos sentimos bendecidos”, manifestaba a Omnes Monseñor Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, en Sudan del Sur, hace unos meses. “Éste será un viaje histórico; ningún pontífice ha cruzado antes nuestras fronteras”, añadía.

En efecto, san Juan Pablo II visitó en dos ocasiones el Zaire, la actual República Democrática del Congo (RDC), pero no cruzó a Sudán a Sur. Ahora, el Papa Francisco sí lo hará, en un viaje ecuménico, y lleva tiempo invitando a rezar por él.

En efecto, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, visitará Sudán del Sur con el Papa Francisco y el moderador de la Iglesia de Escocia, reverendo Dr. Iain Greenshields, del 3 al 5 de febrero. El arzobispo Welby ha realizado un llamamiento a la oración, instando a rezar por el pueblo de Sudán del Sur antes de su histórica visita conjunta, «Nuestra visita es una peregrinación de paz. Venimos como servidores para amplificar los gritos del pueblo sursudanés”, que sigue sufriendo por el conflicto, las inundaciones y la hambruna.

Extrema pobreza

Que un medio dedicado desde hace años a la información sobre África, Mundo Negro, de losmisioneros combonianos, cuyo fundador, san Daniel Comboni, obispo, falleció en Jartum (Sudán)en 1881,haya dedicado sendas portadas en dos meses consecutivos, noviembre y diciembre, a la República Democrática del Congo (RDC), inclina a la reflexión.

El quinto viaje apostólico del Papa Francisco a África es un motivo. Pero además, la violencia sobre la mujer en países africanos ―y también en países europeos, americanos o asiáticos, como es conocido―, sigue en primer plano. Y la extrema pobreza es lacerante en países como los que ahora visitará el Santo Padre, RDC Congo y Sudán del Sur, aun cuando tengan grandes riquezas minerales.

Por ejemplo, el coltán utilizado en la fabricación de teléfonos móviles se extrae en buena medida en las minas de la república congoleña, que es también rico en oro, cobre o diamantes. Sin embargo, el Producto Interior Bruto congoleño fue, en 2021, de 494 euros, por lo que se encuentra en la parte más baja de la tabla de países, mientras el nivel de vida de sus habitantes es “bajísimo” en relación a los 196 Estados del ranking. En Sudán del Sur, el PIB per cápita fue aún más bajo, 359 euros el año pasado, por lo que su nivel de vida puede calificarse de igual manera.

Ayudar a África

Antes del covid, Enrique Bayo, director de Mundo Negro, subrayaba en estas páginas que “es el momento de aumentar la colaboración con los países de África, y la oportunidad para repensar un sistema que exacerba la desigualdad entre y dentro de los países, degrada el medio ambiente y pone en peligro nuestra humanidad. Ayudar a África es ayudarnos a nosotros mismos. Todo está interrelacionado, repite Francisco, deshagámonos de la ilusión de poder estar bien mientras África sufre. Ayudar a África es ayudarnos a nosotros mismos”, repetía.

El Papa Francisco, escribe la publicación comboniana, “conoce bien el sufrimiento humano que esconden estadísticas como las de Médicos sin Fronteras, como manifestó recientemente en un encuentro online con jóvenes africanos, a los que invitó a rebelarse contra esta situación de opresión para llevar adelante una verdadera liberación de la mujer en África”.

Esperanza y optimismo

Junto a las denuncias referidas, destacan también últimamente visiones complementarias, como las del coordinador del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, Fidele Podga, quien ha señalado a Omnes que poner fin al hambre no es una utopía, y que “la producción agrícola actual sería suficiente para alimentar casi el doble de la población mundial”.

Por otra parte, el presidente de la ONGD Harambee, Antonio Hernández Deus, ha señalado que “la mujer africana destaca por su esperanza y optimismo”. La educación, la salud, la promoción de la mujer y el desarrollo profesional son las principales líneas de acción de Harambee en África, una iniciativa que nació de la canonización de san Josemaría Escrivá.

La economista nigeriana Franca Ovadje, galardonada con el premio Harambee 2022 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, ha manifestado el año pasado en Omnes que, a su juicio, “empoderar a las mujeres para que crean en sí mismas sólo se consigue a través de la educación”.

Santa Josefina Bakhita

El nuncio apostólico en la República del Congo, Monseñor Ettore Balestrero, ha manifestado que la nación congoleña “es un país predominantemente cristiano, con católicos que representan el grupo más grande. Ha habido períodos difíciles, con persecuciones más o menos abiertas, y hay mártires entre los misioneros y entre los nativos. Es el caso delbeato Anuarite e Isidoro Bakanja, beatificados por san Juan Pablo II, respectivamente, en Kisangani, en 1985, y en Roma, en 1994”.

La patrona de Sudán del Sur es santa Josefina Bakhita (Darfur, Sudán, 1869 – 1947, Schio, Italia). El 1 de octubre del año 2000 fue canonizada por el san Juan Pablo II, tras haber sido beatificada por el mismo Papa en San Pedro el 17 de mayo de 1992, junto a san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.

La fiesta de esta santa africana, religiosa, que a los nueve años fue secuestrada y luego vendida como esclava hasta seis veces, se celebra el 8 de febrero.

La Iglesia universal celebra ese día, desde 2015, la Jornada Mundial de Reflexión y Oración contra la Trata de Personas, promovida por el Papa Francisco.

Caroline Welby

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, estará acompañado en Sudán del Sur por su esposa, Caroline Welby que ha visitado Sudán del Sur en varias ocasiones, para apoyar a las mujeres de la Iglesia en su papel de “constructoras de la paz”.

La señora Welby acaba de manifestar que las mujeres de Sudán del Sur son “increíbles mujeres de fuerza”, muchas de las cuales soportan el trauma del desplazamiento, la violencia sexual y el miedo cotidiano al maltrato en sus propias comunidades.

Refiriéndose a las mujeres sursudanesas, Caroline Welby ha dicho: “Muchas viven con el trauma del desplazamiento en su propio país, los refugiados en otros países, la violencia sexual y el miedo diario al maltrato en sus propios hogares y comunidades. Y, sin embargo, son también increíbles mujeres de fortaleza, que alaban a Dios y acuden a él para y acuden a Él en busca de consuelo. Es un privilegio caminar junto a ellas, y rezo para que su ejemplo sea en Sudán del Sur y en todo el mundo”, ha señalado.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

Naprotecnología y religión, ¿inseparables?

La naprotecnología es un método que ayuda a resolver trastornos reproductivos y ginecológicos de la mujer. Está inspirado en el magisterio del Papa Pablo VI, especialmente en el documento Humanae Vitae, pero esto no implica que sea exclusivo para los católicos.

Paloma López Campos·30 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Son muchos los matrimonios que desean tener hijos pero que no pueden por distintas razones. Más todavía son las personas que, al encontrarse en esta situación, recurren a soluciones como la fecundación in vitro o los vientres de alquiler para satisfacer sus deseos de ser padres.

Frente a estas situaciones, se alza una respuesta distinta, inspirada en la encíclica del Papa Pablo VI, Humanae Vitae. Esta opción es la naprotecnología. La naprotecnología, desarrollada por el doctor Thomas W.Hilgers, utiliza biomarcadores analizados con el modelo Creighton. Esto permite a la mujer conocer mejor su fertilidad y al personal sanitario identificar problemas en la reproducción o trastornos ginecológicos. Gracias a este método se pueden corregir las alteraciones que sufra la mujer en el ámbito ginecológico, con el fin de restaurar tanto la fertilidad como la salud.

A pesar de que la naprotecnología nace del magisterio de un Papa, no se puede correr el riesgo de reducirla a una vía católica para regular la natalidad. Todo lo contrario, Venancio Carrión, habla en esta entrevista sobre la relación entre la naprotecnología y otras religiones. Venancio es licenciado en Filosofía, tiene un máster en Bioética y otro en Pastoral Familiar. Es, además, monitor afectivo-sexual. Es el presidente de Naprotec, la Asociación Española de Naprotecnología. Esta asociación se encarga de la formación, divulgación y promoción de la Naprotecnología y sus profesionales en España y algunos países de Europa y América.

En sus respuestas, Venancio se basa en su experiencia acompañando a matrimonios que acuden a la asociación. En esta entrevista, explica las razones por las que la naprotecnología no es una opción restrictivamente católica, sino abierta a todo el mundo.

¿En qué se basa la concepción que tiene el cristianismo del matrimonio y la familia? 

–Presencia de Dios y santificación de los esposos. Desde una visión cristiana, antes de la separación en distintas confesiones, el matrimonio es una realidad natural elevada por el Sacramento: Dios se hace presente en una realidad humana y la convierte en lugar de Presencia divina y por lo tanto lugar de santificación, estando con el cónyuge estamos con Dios. En la relación de esposos se atisba la relación entre las personas divinas aunque de un modo accidental y contingente. Un matrimonio que se quiere es reflejo del amor de Dios, Dios se hace presente en esa relación que la libertad humana ha «creado». 

Es precisamente en este contexto de generación de amor por la libertad de dos personas y la Presencia de Dios, donde tiene sentido que llegue un nuevo ser humano.

A pesar de que la naprotecnología tiene una fuerte base católica, los fieles de otras confesiones acuden también a ella. ¿Es esto por razones puramente médicas o cree que hay algo más?

–Por ambos motivos, en primer lugar la Naprotecnología y la Medicina Restaurativa son ante todo medicina. La medicina de verdad busca un bien para el ser humano y por eso es un atractivo para cualquier ser humano, para cualquier pareja que se encuentre en una situación donde no llegan los hijos es “natural” acudir a este camino, es lo que están buscando desde siempre, el problema es que solo les presentan técnicas de reproducción. En segundo lugar, es más fácil que acudan personas de creencia cristiana, pero también judíos y musulmanes. Cualquiera que comparta la misma visión sobre el  matrimonio; unión de hombre y mujer, lugar por excelencia para la llegada del ser humano.

¿Cómo se realiza el acompañamiento a los matrimonios de otras confesiones?

–Desde la Asociación realizamos exactamente el mismo tipo de acompañamiento, centrados en la parte humana y facilitando todos los pasos para la parte médica, respetando las creencias, pero rezando por todos. Sobre esto último comparto una anécdota. En una asesoría detecté que el matrimonio pertenecía a algún grupo no católico. Una segunda llamada me confirmó mi sospecha. Ya habían hablado con el «catequista» y les autorizaba seguir con el proceso, pero manifestaron su preocupación por si algún sacerdote iba a rezar sobre ellos una oración como parte del proceso. Mi respuesta no se hizo esperar, “familia, esto es un proceso médico, ningún sacerdote tiene que imponer las manos, pero no tenga la menor duda de que hemos rezado por usted y su situación desde el primer momento”.

¿Qué cosas sobre el matrimonio y los hijos se pueden aprender cuando tratamos con personas de otras religiones?

–En todas las familias se puede ver el mismo sufrimiento. Nadie les da razón ni les ayuda en el camino. En algunas comunidades pueden llegar a ser mal vistos si del matrimonio no llegan hijos. Precisamente ante este sufrimiento buscamos proporcionar una ayuda para que se realice un camino sin hacer daño al amor de los esposos y ayudarles, aunque no sean conscientes, en su camino de santificación. Ayudamos a seguir poniendo en el centro de su alianza a Dios que es el origen de toda fecundidad. No detectamos grandes diferencias en lo esencial al ser un camino muy humano que responde a la esencia del compromiso matrimonial. Ciertamente cuando se ilumina desde la fe, se hace más llevadero y se logra descubrir la fecundidad donde parecía que no existía.

Iniciativas

Finlandia. Diáspora católica en templos no católicos

La tarea evangelizadora en Finlandia requiere iniciativa e imaginación, porque la parroquia católica más cercana, para muchos, puede estar a centenares de kilómetros. Gracias al don del ecumenismo, luteranos y ortodoxos permiten a católicos celebrar la liturgia en sus templos en 20 ciudades.

Raimo Goyarrola·30 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Todo Finlandia es una sola diócesis. En un país de cinco millones y medio de habitantes, el registro diocesano nos da la cifra de apenas 17.000 católicos. Pero la realidad supera con creces la estadística. Calculamos que en Finlandia podríamos ser ya más de 30.000 católicos. 

Gracias a Dios, desde hace varios años tenemos un crecimiento anual constante de 500 nuevos católicos. La mitad viene a través de bautismos de niños y adultos, y la otra mitad por la llegada de inmigrantes y refugiados. En todo el país tenemos 8 parroquias católicas esparcidas en una extensión de 338.440 kilómetros cuadrados. 

Con estos datos es fácil comprender que nuestra labor pastoral va más allá de las parroquias entendidas como locales donde se congrega el pueblo de Dios. Como tantas veces nos anima el Papa Francisco, somos una Iglesia en salida. Una Iglesia en busca de sus hijos diseminados por la amplia geografía finlandesa. No en vano, para muchos, la parroquia más cercana está a 50 kilómetros, 100 kilómetros, 300 kilómetros…

Para atender a esos fieles contamos también con el inmenso don del ecumenismo. En Finlandia el ecumenismo es un milagro concreto y generoso. Entre otras razones porque podemos utilizar templos no católicos a lo largo y ancho del país. Al mes celebramos en 20 templos no católicos que la Iglesia luterana y la Iglesia ortodoxa nos prestan en 20 ciudades distintas. 

Inmigrantes ahora sacerdotes

La primera gran oleada de refugiados católicos llegó como consecuencia de la guerra en Vietnam y la persecución comunista. Una de las familias que huyó, superando dificultades indescriptibles, tuvo el gran regalo de recibir en su seno la vocación sacerdotal de uno de los hijos, que es ahora párroco en Tampere, la segunda ciudad más grande del país. De ahí se atienden cuatro ciudades más.

La misma alegría recayó en otra familia que huyó de la guerra fratricida en Ruanda. El padre de familia fue asesinado mientras huía con su mujer e hijos. El primogénito también descubrió su vocación sacerdotal en Finlandia. Es el actual párroco de la catedral de Helsinki. Desde la capital se viaja a media docena de ciudades.

La labor pastoral es muy dinámica y exige también espíritu de iniciativa e imaginación. Quisiera compartir con los lectores dos experiencias vividas personalmente. La primera comenzó en enero de 2020 antes de decretarse universalmente la pandemia del Covid-19. Una familia católica de Kerava, ciudad pequeña a unos 40 kilómetros de Helsinki, me pidió celebrar Misa un domingo en su casa. Acepté gustoso con la condición de que invitaran a católicos conocidos de la zona. Vinieron dos familias. Al mes siguiente nos reuníamos cuatro familias por lo que el piso resultó ya muy pequeño. 

Hablando con el párroco católico al que pertenece la zona de Kerava, le propuse contactar con la iglesia luterana local a ver si tenían una capilla donde reunirnos y celebrar la santa Misa los domingos. Al explicar el proyecto al párroco luterano le dio una gran alegría y dijo que sería un honor que hubiera Misa católica en su parroquia. Nos dejó usar una capilla aneja al gran complejo de edificios de la parroquia. Llegó la primera Misa en la capilla y éramos 20 los participantes. 

Pero comenzaron las primeras restricciones por Covid en Finlandia. La condición que puso el pastor era prudente pues ya estábamos metidos en la pandemia. Me pidió no pasar de 20 participantes. Llegó el siguiente domingo y éramos 27 personas. Se nos había quedado pequeña la capilla. De nuevo, me sorprendió la generosidad del párroco, que nos ofrecía otra capilla más grande donde caben fácilmente 100 personas. Allí celebro actualmente una vez al mes para 70-80 personas. Nuestro objetivo es usar la iglesia de la ciudad con capacidad para 300 personas. Justo el número de católicos que calculo hay en un radio de 15 kilómetros de Kerava. Todo llegará.

A nuestra Misa se acercan y participan algunos cristianos no católicos. Algunos por curiosidad, otros por devoción. Éste ha sido el caso de un matrimonio joven de pentecostales que viven cerca de la iglesia donde celebramos. No han faltado a ninguna Misa católica y después de una preparación catequética adecuada se han incorporado a la Iglesia católica a finales del pasado octubre. En las dos últimas Misas había un par de familias desconocidas para mí que resultaron ser luteranos. Se ve que Dios se sirve de nuestra Misa para atraer a otros cristianos a la comunión plena. El párroco luterano lo sabe y manifiesta su agradecimiento al Señor. Esto es Finlandia.

Católicos africanos en Finlandia

Por otra parte, hace cinco años comenzamos en la diócesis una capellanía para atender pastoralmente a los africanos que viven en Finlandia. Nuestras parroquias en Helsinki se han quedado pequeñas para la gran cantidad de católicos africanos que desean escuchar la Palabra de Dios y recibir el Señor en la Eucaristía. Además, muchos de ellos tienen horarios laborales muy complicados, con frecuencia con trabajo en domingo y con distancias enormes que recorrer para llegar a la iglesia católica.

En una ocasión, un pastor luterano me comentó que en la Misa en su parroquia había muchos africanos, seguramente católicos, por la forma de participar en la liturgia. Era claro que necesitábamos un templo más grande y cercano, en donde pensamos que vive la mayoría de africanos en la cuidad metropolitana. 

Fuimos a hablar con el obispo luterano de Helsinki que nos acogió con mucho cariño. Inmediatamente nos ofreció la parroquia donde él había sido párroco antes de ser elegido obispo. Es un templo bien situado y conectado por diversos medios de transporte. Además, con una capacidad para casi mil personas. 

En Helsinki viven dos sacerdotes de origen africano: uno de Ruanda y otro de Camerún. Éste último recibió el encargo de ser el capellán para la pastoral con africanos. La capellanía comenzó a celebrar la Misa cada domingo en el templo luterano desde septiembre de este año. Más de 350 personas se congregan al ritmo de la música y bailes africanos. Cada semana se turna un coro de un país africano que también organiza la liturgia: Kenia, Camerún, Nigeria, Congo, Costa de Marfil, Uganda, Sudán del Sur…. No hay problema en llenar los 52 domingos del año con representantes de 52 países o tribus.

También latinoamericanos

En este último período están llegando de Latinoamérica decenas de católicos huyendo de Venezuela y de Nicaragua. Cuando un refugiado llega a Finlandia, las autoridades examinan con detenimiento su caso. Si lo consideran apto para ser admitido en el país le facilitan alojamiento, cursos para poder trabajar y clases de finés. Para nosotros es un desafío dar con ellos, pues no se les pregunta sobre religión, y en sus primeras semanas se les da alojamiento fuera de Helsinki, a veces muy lejos de las parroquias católicas. Estamos conociendo a muchos y éstos avisan a sus compatriotas. Las fiestas populares son ocasión para reunirse y en ocasiones comienzan con la Misa. En una pequeña ciudad a 230 kilómetros de Helsinki hay una comunidad muy viva de latinoamericanos. Allí se celebra la Eucaristía una vez al mes en español para ellos, en un templo ortodoxo. 

Estamos en diálogo con las autoridades civiles para poder ser referente en la acogida de personas provenientes de países de mayoría católica. Hay voluntad de cooperación. Somos pocos pero el esfuerzo vale la pena. Para muchos la integración en el país pasa por su integración en su comunidad católica. Es un trabajo importante que requiere paciencia y audacia para salir fuera de los muros de la propia estructura católica, y buscar a las personas allí donde están, aunque sea a 500 kilómetros. 

El autorRaimo Goyarrola

Corresponsal de Omnes en Finlandia.

Leer más
Mundo

La Iglesia católica en el Congo y Sudán del Sur

Ante el inminente viaje apostólico del Papa Francisco, el P. Anselme Ludiga, sacerdote congoleño de la diócesis de Kalemie-Kirungu y el P. Alfred Mahmoud Ambaro, sacerdote sursudanés dibujan la realidad con la que se encontrará el Papa Francisco en su visita a ambas naciones.

Antonino Piccione·29 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

La invitación de Francisco a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur había sido la de no perder la «confianza» y alimentar la «esperanza» de que se produjera un encuentro, tan pronto como las condiciones lo permitieran.

Era el 2 de julio, día en que el Papa tenía previsto partir, hasta el 7 de julio, «para una peregrinación de paz y reconciliación» en aquellas tierras, que luego fue aplazada para permitir el tratamiento de rodilla al que el Papa se estaba sometiendo en ese momento.

«¡No os dejéis robar la esperanza!», pidió entonces Francisco en un videomensaje dirigido a esas poblaciones, en el que expresó su pesar «por haberme visto obligado a aplazar esta visita tan deseada y esperada».

A ellos confió, pues, la gran misión de «pasar página para abrir nuevos caminos» de reconciliación, perdón, coexistencia pacífica y desarrollo. Y a esas tierras había enviado el Papa al cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, para «preparar el camino».

El momento ha llegado: el martes 31 de enero, comienza oficialmente la visita del Santo Padre a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur.

Durante un encuentro promovido esta mañana en Roma con una treintena de periodistas vaticanos, se ha podido escuchar el testimonio del padre Anselme Ludiga, sacerdote congoleño de la diócesis de Kalemie-Kirungu (antiguo párroco de San Juan María Vianney en Kala), y del padre Alfred Mahmoud Ambaro, sacerdote sursudanés de la diócesis de Tombura-Yambio y párroco de María Auxiliadora en la ciudad de Tombura.

Sudán del Sur, ansiando la paz

El padre Alfred, que lleva cuatro años en Roma y es licenciado en Psicología por la Universidad Pontificia Salesiana, recordó «el drama de la guerra y la consecuente emergencia humanitaria en Sudán del Sur, tanto que llevó al Papa a convocar a las máximas autoridades religiosas y políticas sursudanesas junto con el arzobispo de Canterbury a Casa Santa Marta en abril de 2018 para un retiro espiritual ecuménico».

Imagen de la visita a Sudán del Sur

El presidente Salva Kiir y los vicepresidentes designados, entre ellos Rebecca Nyandeng De Mabior, viuda del líder sursudanés John Garang, y Riek Machar, líder de la oposición, acudieron al Vaticano. «Aquellos días fueron coronados por el gesto inédito e impactante del Papa de ponerse de rodillas -continuó el padre Alfred- al final de un discurso en el que imploró el don de la paz para un país desfigurado por más de 400.000 muertos, y luego besó los pies de los líderes de Sudán del Sur. «Que se apague de una vez por todas el fuego de la guerra», dijo el Pontífice, reiterando una vez más su deseo de visitar el país.

12 millones de habitantes de Sudán del Sur, el actual presidente es católico, al igual que la inmensa mayoría de los ciudadanos, en su mayoría pastores y agricultores. Seis diócesis, una archidiócesis, todos los obispos están debidamente nombrados.

Estas son algunas de las cifras que ha recordado el padre Alfred Mahmoud Ambaro, no sin antes llamar la atención sobre el hecho de que «Sudán del Sur se separó de Jartum con el referéndum de 2011, tras casi cincuenta años de guerra».

El tratado de paz entre los dos Estados marcó un hito en la separación de la región meridional de Sudán. A un periodo transitorio de cinco años, durante el cual Juba habría disfrutado de una amplia autonomía, debía seguir el referéndum de autodeterminación, en el que el 98,83% de los votantes se pronunciaron a favor de la secesión.

El nuevo Estado está paralizado no sólo por el conflicto, sino también por una hambruna prolongada, que ha causado 2 millones de muertos y 4 millones de refugiados y desplazados. La infraestructura está casi completamente destruida. A esto se añade un Estado del bienestar débil que tiene que hacer frente a diversas emergencias humanitarias. De ahí los conflictos étnicos que estallaron entre 2012 y 2013, especialmente en la región de Jonglei.

Económicamente, el petróleo constituye el 98% de los ingresos de Sudán del Sur». Con la desintegración del Gran Sudán, el 85% de las reservas de crudo quedaron en el Sur, pero los únicos oleoductos utilizables son los que atraviesan el Norte.

La disputa por el «derecho de paso», por el que Jartum exigía un precio elevado, llevó al gobierno del Sur a interrumpir la extracción desde enero de 2012 hasta marzo de 2013, cuando se reanudó tras un nuevo acuerdo con Jartum.

Aún hoy -añade el P. Alfred- persisten las escaramuzas entre grupos étnicos. En política, se reflejan en las tensiones entre el Presidente Salva Kiir Mayardit (dinka), el Vicepresidente Riek Machar Teny Dhurgon (nuer) y el líder de la oposición Lam Akol Ajwin (shilluk).

En agosto de 2022, EE.UU. decidió poner fin a la ayuda a los mecanismos de supervisión del proceso de paz en Sudán del Sur precisamente por la incapacidad de los líderes nacionales de encontrar acuerdos para aplicar sus compromisos internacionales».

La esperanza es que el Papa Francisco, concluyó el padre el sacerdote sursudanés, pueda responder a las expectativas suscitadas por el mismo lema elegido para su viaje, y tomado del Evangelio de Juan: «Rezo para que todos sean uno» (Juan 17).

El logotipo contiene la paloma, el contorno del mapa de Sudán del Sur con los colores de la bandera, la cruz y dos manos entrelazadas. Todas las imágenes simbólicas. Sobre los contornos del mapa del país aparece la paloma, portando una rama de olivo para representar el deseo de paz del pueblo sudanés. Debajo de la paloma están los contornos del mapa de Sudán del Sur con los colores de la bandera. En el centro, dos manos entrelazadas para representar la reconciliación de las tribus que forman una nación. Por último, la cruz, representada a la derecha, para representar la herencia cristiana del país y su historia de sufrimiento.

La Iglesia del Congo, regada por el martirio

Por su parte, el padre Anselme Ludiga, estudiante de Comunicación en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, compartió algunas reflexiones sobre el viaje apostólico a la República Democrática del Congo, mencionando en primer lugar los acontecimientos históricos relacionados con la evangelización del país, que «se remonta a finales del siglo XV cuando, en mayo de 1491, los misioneros portugueses bautizaron al soberano del reino del Kongo, Nzinga Nkuwu, que tomó el nombre cristiano de Joao I Nzinga Nkuwu. A su vez, la corte y los habitantes del reino se convierten a la religión del gobernante.

La capital kongo también cambió su nombre de Baji a San Salvador. En 1512, el reino del Kongo (antiguo nombre del país que más tarde se convertiría en el Congo) estableció relaciones directas con el Papa León X, tras enviar a Roma una delegación encabezada por el hijo del rey Alfonso, Enrique. Fue consagrado obispo titular de Utica por el Papa León X en 1518, convirtiéndose en el primer obispo del África negra.

Durante el siglo XVI, la labor misionera continuó en el Reino con la llegada en 1548 de cuatro jesuitas para abrir un colegio. El crecimiento de los católicos llevó a la Santa Sede a erigir la diócesis de San Salvador en 1585, seguida de la de Manza-Kongo a finales de siglo. Con la creación de la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe («de Propaganda Fide») en 1622, se dio un nuevo impulso a la misión en el reino del Kongo y en la vecina Angola, con el envío de una misión capuchina en 1645.

En 1774 comenzó la misión de los sacerdotes seculares franceses. Un revés para la acción misionera -subraya el padre Anselme- se produjo en 1834, cuando Portugal, a quien se había confiado la evangelización del Reino, suprimió las órdenes religiosas masculinas en las posesiones de ultramar y en la metrópoli.

La acción misionera se reanudó en 1865, cuando los Padres franceses del Espíritu Santo (Espiritanos) iniciaron su misión en el Reino. Con el inicio de la penetración belga, llegaron al Congo otras órdenes misioneras: Misioneros de África (Padres Blancos) en 1880; Misioneros de Scheut en 1888; Hermanas de la Caridad en 1891; Jesuitas, que regresaron por segunda vez en 1892.

La labor misionera dio sus frutos: en 1917 se ordenó el primer sacerdote congoleño. En 1932 se celebró la primera Conferencia del Episcopado del Congo Belga. También se atribuye a la Iglesia Católica la fundación de la primera universidad del país, la Universidad Lovanium, abierta por los jesuitas en 1954 en Léopoldiville, actual Kinshasa. En 1957 se creó la primera facultad de teología de África.

En la década de 1950 se consolidó el clero local. En 1956 fue consagrado el primer obispo congoleño, monseñor Pierre Kimbondo. En 1959, monseñor Joseph Malula fue nombrado arzobispo de Léopoldiville y, diez años más tarde, cardenal.

En los años 70″, concluye su interesante y oportuno excursus histórico el P. Anselme Ludiga, «la Iglesia atravesó un periodo difícil a causa de la política nacionalista del Presidente Mobutu, que, en nombre de un retorno a la «autenticidad» de la cultura local, se oponía a la Iglesia católica, considerada como una emanación de la cultura europea.

La Iglesia reafirmó su misión y su inculturación en la sociedad local mediante el documento «L’Eglise au service de la nation zaïroise» en 1972 y, en 1975, el documento «Notre foi en Jésus Christ». Tras la nacionalización de las escuelas católicas, en 1975, la Conferencia Episcopal Congolesa publicó la «Déclaration de l’Episcopat zaïrois face à la situation présente» (Mobutu había cambiado el nombre del país por el de Zaire).

Las dos visitas del Papa Juan Pablo II, en 1980 y 1985, revitalizaron la comunidad católica local. La segunda visita del Papa Juan Pablo II tuvo lugar con ocasión de la beatificación de Sor Clementina Anuarite Nengapeta, martirizada en 1964.

En 1992-94, un importante reconocimiento del papel social de la Iglesia católica fue la atribución de la presidencia de la Conferencia Nacional Soberana para la Transición a un Sistema Democrático a Mons. Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kisangani y actual presidente de la Conferencia Episcopal del Congo.

Por último, algunos datos relacionados con la situación actual de la Iglesia católica: 90 millones de habitantes tiene hoy el Congo, más de la mitad son de fe cristiana. 48 diócesis, 6 provincias eclesiásticas, 44 obispos ordenados, más de 6000 sacerdotes.

Logo de la Visita del Papa al Congo

Todos reconciliados en Jesucristo» es el lema del viaje a la República Democrática del Congo, cuyo logotipo ve al Papa en el centro de un mapa del país que reproduce los colores de la bandera. En el interior, algunos elementos de la biodiversidad de la tierra congoleña.

El mapa», explica el comité organizador, «está abierto hacia Occidente para mostrar la acogida que se da a este gran acontecimiento y los frutos que dará; además, los colores de la bandera, hábilmente distribuidos, son muy expresivos. El color amarillo, en todos sus aspectos, simboliza la riqueza del país: fauna y flora, terrestre y subterránea. El color rojo representa la sangre derramada por los mártires, como sigue ocurriendo hoy en día en la parte oriental del país. El color azul, en la parte superior, quiere expresar el deseo más ardiente de todo congoleño: la paz.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

Papa Francisco: “Cada uno es un don sagrado y único»

El Papa ha rezado el Ángelus con los fieles en la plaza de San Pedro y ha pronunciado una breve meditación acerca de las bienaventuranzas, centrándose en la pobreza del espíritu.

Paloma López Campos·29 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha aprovechado el rezo del Ángelus, junto a la habitual meditación previa, para hablar sobre la pobreza de espíritu. Francisco ha tomado pie para la reflexión de las lecturas del domingo, con el pasaje del Evangelio de san Mateo que habla sobre las bienaventuranzas.

El Santo Padre señala que la primera y fundamental de estas bienaventuranzas es la que se refiere a la pobreza de espíritu. Los pobres de espíritu “son aquellos que saben que no se bastan consigo mismos, que no son autosuficientes, y viven como mendicantes de Dios: se sienten necesitados de Él y reconocen que el bien viene de Él, como don, como gracia. Quien es pobre de espíritu atesora lo que recibe; por eso desea que ningún don se desperdicie”.

El Papa apunta a esta característica tan concreta: que nada se desperdicie. “Jesús nos muestra la importancia de no desperdiciar, por ejemplo, después de la multiplicación de los panes y de los peces, cuando pide que se recoja la comida que ha sobrado para que nada se pierda. ​​No desperdiciar nos permite apreciar el valor de nosotros mismos, de las personas y de las cosas. Pero lamentablemente es un principio a menudo desatendido, sobre todo en las sociedades más ricas, en las que domina la cultura del derroche y del descarte”.

Los desafíos contra el desperdicio

Tomando este ejemplo de Cristo, Francisco propone tres desafíos para luchar contra la tendencia a desperdiciar. En primer lugar, “no desperdiciar el don que somos. Cada uno de nosotros es un bien, independientemente de las cualidades que tiene. Cada mujer, cada hombre es rico no solo de talentos, sino de dignidad, es amado por Dios”. Esto no es una mera ocurrencia, sino que tiene su base en el Evangelio. “Jesús nos recuerda que somos bienaventurados no por lo que tenemos, sino por lo que somos”. Este reto, por tanto, implica una acción que el Papa concreta de la siguiente manera: “Luchemos, con la ayuda de Dios, contra la tentación de considerarnos inadecuados, equivocados, y de compadecernos a nosotros mismos”.

El segundo desafío es el siguiente: “no desperdiciar los dones que tenemos”. En este sentido, Francisco hace mención a la gran cantidad de alimentos que se tiran anualmente, lo cual choca con la crisis de hambruna mundial. Por ello, el Papa reclama que “los recursos de la creación no se pueden usar así; los bienes deben ser custodiados y compartidos, de forma que a nadie le falte lo necesario. ¡No malgastemos lo que tenemos, sino difundamos una ecología de la justicia y de la caridad!”

El tercer y último reto consiste en “no descartar a las personas”. La cultura del descarte que predomina hoy en día tiende a usar a las personas hasta que ya no son útiles, “y se tratan así especialmente a los más frágiles: los niños todavía no nacidos, los ancianos, los necesitados y los desfavorecidos. Pero las personas no se pueden tirar, ¡nunca! Cada uno es un don sagrado y único, en toda edad y en toda condición. ¡Respetemos y promovamos la vida siempre!”

Un breve examen de conciencia

El Papa termina la predicación invitando a hacer un breve examen de conciencia, para analizar nuestro corazón. Las preguntas que plantea Francisco son, “en primer lugar, ¿cómo vivo la pobreza de espíritu? ¿Sé hacer espacio a Dios, creo que Él es mi bien, mi verdadera gran riqueza? ¿Creo que Él me ama o me tiro con tristeza, olvidando que soy un don? Y después: ¿estoy atento a no desperdiciar, soy responsable en el uso de las cosas, de los bienes? ¿Y estoy disponible para compartirlos con los otros? Finalmente: ¿considero a los más frágiles como dones valiosos que Dios me pide que custodie? ¿Me acuerdo de los pobres, de quien está privado de lo necesario?”

El Santo Padre pone a todos bajo la protección de Santa María, “Mujer de las bienaventuranzas”, para que nos ayude “a testimoniar la alegría de que la vida es un don y la belleza de hacernos don”.

Mundo

Kirguistán tendrá su primera catedral católica

La catedral, que comenzará en breve su construcción, se situará en Biškek, capital de Kirguistán. Los fieles católicos suman medio millar en una nación predominantemente musulmana.

Federico Piana·29 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hay un acontecimiento en Kirguistán que sin duda puede considerarse histórico: la construcción de la primera catedral católica. El lugar de culto, cuya primera piedra fue bendecida en el Vaticano por el Papa Francisco, se construirá en Biškek, capital de la nación centroasiática, hasta 1991 una de las repúblicas socialistas que formaban la Unión Soviética.

Damian Wojciechowski

La gran novedad radica no sólo en que la catedral se construirá muchos años después de la caída del comunismo -algo más tarde que en otros países postsoviéticos, donde la construcción de catedrales e iglesias floreció entre principios de los años 90 y 2000-, sino también en que la Iglesia católica es claramente minoritaria. “¿Cuántos católicos hay en Kirguistán? Más o menos 500, mientras que hay seis parroquias en total”, explica a Omnes, Damian Wojciechowski, jesuita, ecónomo de la Administración Apostólica de Kirguistán y responsable del proyecto de construcción de la catedral.

Un grupo pequeño si se compara con el número de toda la población: más de 5 millones, en su mayoría musulmanes, mientras que el Estado es oficialmente laico.

Pequeño edificio, gran símbolo

En Biškek, por ahora, sólo hay una parroquia, situada en las afueras de la ciudad. «Con la nueva iglesia, todo será diferente», dice Wojciechowski, explicando que la catedral -cuya construcción se espera que comience en las próximas semanas y dure unos años- no será enorme, “sólo medirá 300 metros cuadrados. Será tan pequeña como nuestra comunidad. Pero lo más importante es que será un signo tangible de la presencia de nuestra fe en todo el país. Y esto es lo que realmente nos faltaba”.

 Junto a la catedral, también se construirá un gran centro pastoral que podrá acoger las numerosas actividades de los fieles que ahora tienen lugar en algunos domicilios particulares.

“Nuestras casas”, señala Wojciechowski, “son realmente pequeñas y no se adaptan a estas iniciativas. Y luego hay que añadir que en el mismo centro pastoral vivirán también algunos sacerdotes y nuestro Administrador Apostólico, mientras que algunas habitaciones se destinarán a las oficinas de Cáritas”.

La cercanía de la Iglesia

Kirguistán es una nación joven: según los últimos datos disponibles, al menos el 50% de la población tiene menos de 25 años. «Pero la kirguiza», revela Wojciechowski, “también es una sociedad pobre, basta pensar que al menos un millón y medio de personas trabajan en Rusia porque aquí no hay trabajo”.

Para complicar las cosas están también el alto índice de corrupción y la inestabilidad política. Así pues, la construcción de la nueva catedral puede verse ciertamente como un gesto de cercanía de la Iglesia a una población que sufre y necesita ser apoyada y acompañada en su redención social.

“Además de dar testimonio de Jesús con nuestra evangelización, queremos demostrar que todos los cristianos somos ciudadanos orgullosos de Kirguistán y queremos hacer algo bueno por este país”, concluye Wojciechowski.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

España

Llamada a la comunión en el proceso sinodal por parte de los obispos españoles

Ante las “resistencias” detectadas en el itinerario sinodal, que el equipo de la Conferencia Episcopal Española (CEE), denominó “polarizaciones”, el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal, instó  a “no tener miedo” a este proceso de escucha y a estar “cum Petro y sub Petro, el elegido por el Señor”.

Francisco Otamendi·28 de enero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la presentación del texto síntesis con las aportaciones que las diócesis, congregaciones religiosas, movimientos y distintos grupos han enviado al equipo sinodal de la Conferencia Episcopal, y poco antes de que se hiciera público su contenido, el cardenal Omella llegó a hablar de que “hay mares y ríos que quieren anegar el proceso emprendido en la Iglesia universal” a instancia del Papa.

Sin embargo, añadió, “el Espíritu nos empuja a caminar juntos, sin perder el amor, la comunión y la esperanza”, “unidos a Cristo, cum Petro y sub Petro, con Pedro, que es el elegido por el Señor”, “Pedro se resistió a Cristo, pero Cristo le eligió a él”.

De este modo, el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE apeló a un “creciente anhelo de comunión y rechazo de la división”, y detectó que “quizá hemos descuidado la oración, ¿Creemos en la oración?”, preguntó. “Sin vida de oración no podemos hacer nada”, y recordó que “sólo después de Pentecostés los discípulos fueron ‘cor unum y anima una’”.

“Recuperar la fraternidad cristiana”              

A continuación, intervinieron el arzobispo Mons. Luis Marín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, de modo online, y el obispo coordinador del equipo sinodal, Mons. Vicente Jiménez Zamora. Ambos se refirieron también a las trabas al proceso sinodal, en presencia del vicepresidente de la CEE y arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, del secretario general de la Conferencia de obispos, Monseñor Francisco César García Magán, y más de un centenar de asistentes a la reunión.

Mons. Luis Marín recordó que “la dimensión sinodal de la Iglesia está ya presente desde los orígenes. “La espiritualidad y el clima de oración”, “recuperar el sentido de la fraternidad cristiana”, valorar “la riqueza de la variedad de vocaciones y de sensibilidades”, son algunas otras características del proceso sinodal. “Sed valientes, sed generosos”, animó, y “caminemos juntos con humildad, disponibilidad y esperanza”.

El obispo coordinador y arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez Zamora, centró sus palabras en “memoria” y “compromiso”, y señaló que el proceso sinodal “está siendo una gracia de Dios”, que “supone una piedra miliar en la Iglesia”.

Precisamente Mons. Jiménez Zamora acudirá, acompañando al cardenal Juan José Omella, en representación de la CEE, a la Asamblea continental europea del proceso sinodal, que se celebrará en Praga los días 5 al 9 de febrero, junto al secretario del equipo sinodal, el sacerdote Luis Manuel Romero; la Hna. María José Tuñón, ACI, que esta mañana dirigió la oración introductoria, como responsable de la vida consagrada y miembro del equipo sinodal, y Dolores García Pi, presidenta del Foro de Laicos y también miembro del mismo equipo sinodal de la Conferencia Episcopal.

El texto síntesis

La presentación de la síntesis, que pueden consultar aquí, con las aportaciones al documento fue realizada por tres miembros del equipo sinodal: Isaac Martín, Olalla Rodríguez y Dolores García Pi. Los tres recordaron que no se trata de un texto cerrado y definitivo, porque el texto final será presentado en Praga a primeros de febrero, y al que todavía se pueden enviar aportaciones.

Entre otros aspectos, pueden sintetizarse los siguientes:

1.- Polarizaciones.

Se detectan que “las mismas polarizaciones existentes en la sociedad laten en el seno de la Iglesia: la polarización entre diversidad y unidad y necesidad de diálogo (entre nosotros, a nivel ecuménico y con la sociedad); la polarización entre tradición y renovación (particularmente en la liturgia y en el lenguaje); la polarización entre Iglesia piramidal e Iglesia sinodal (que se manifiesta en nuestras estructuras).

Por otra parte, “el trinomio ‘comunión, participación y corresponsabilidad’ aparece repetidamente en las aportaciones, admitiéndose que existen impedimentos para crecer en ellos, particularmente por las resistencias del clero y la pasividad de los laicos. Se detecta con fuerza la tensión del clericalismo que lleva a confundir el servicio con el poder. Nos duelen las distancias existentes entre los miembros del pueblo de Dios de distintas vocaciones y la soledad en la que viven algunos de ellos. Un primer paso para abordarlo es la formación en los seminarios y noviciados y la que reciben los laicos”.

Don del Espíritu Santo

2. Imágenes y algunas aportaciones.

“La imagen bíblica de la tienda nos parece muy sugerente e iluminadora como símbolo de lo estamos llamados a ser: una Iglesia en salida, integrada por personas diversas y plurales que, desde el deseo de ser cada día más acogedora, pero sin olvidar el fundamento de la unidad, abra sus puertas y se haga presente, bajo la guía del Espíritu Santo”.

“El proceso sinodal no debemos concebirlo como la solución a los problemas que la Iglesia tiene en su conjunto, sino como un don del Espíritu Santo que nos llama a la escucha activa, al diálogo profundo y al discernimiento comunitario a través de la metodología de la conversación espiritual”.

“Intuimos también que, para caminar juntos, es necesaria en cada uno de los miembros de la Iglesia una continua conversión personal, desde la escucha de la palabra de Dios, la oración y los sacramentos, destacando la centralidad de la eucaristía. 

El proceso sinodal está ayudando a tomar conciencia de la dignidad común de todos los bautizados y la necesidad de revitalizarla, para crecer en corresponsabilidad y sentido de pertenencia a la Iglesia. Todo esto se percibe con mayor fuerza en el laicado, pero también aparece en los pastores y en la vida consagrada”.

3. Iglesia en salida. Ecumenismo, religiosidad popular, pastoral familiar.

“Sigue resonando con intensidad la invitación a ser una Iglesia en salida, en el contexto de la secularización que vivimos en Europa y en España. Por eso, se subraya el anhelo de una Iglesia misionera, de puertas abiertas, donde se escuche el grito de los más pobres y vulnerables, sin olvidar el clamor de la tierra”.

“Una experiencia novedosa ha sido la gran coincidencia en la importancia del ecumenismo y del diálogo interreligioso, que amplía el espacio de nuestra tienda, la Iglesia. Además, se intuye el valor de la religiosidad popular y el papel fundamental que debe tener la pastoral familiar”, señala el texto.

He aquí algunas de las ideas de la síntesis de la propuesta de la Iglesia en España para la asamblea continental de Praga (5-9, febrero). Del 10 al 12 del mismo mes se reunirán los presidentes de las 39 conferencias episcopales de Europa, informó Luis Manuel Romero, y la primera sesión de la Asamblea Sinodal tendrá lugar en Roma del 4 al 29 de octubre en Roma.

El autorFrancisco Otamendi