Vaticano

Roma implanta un masivo despliegue policial para el Jubileo

Rome Reports·6 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Roma se prepara con un riguroso despliegue de seguridad para garantizar el éxito del Jubileo, un evento de enorme relevancia espiritual que atrae a millones de peregrinos. Al igual que en otras ocasiones de gran afluencia, como finales deportivas o conciertos multitudinarios, las autoridades italianas han diseñado un plan especial para proteger a los asistentes y mantener el orden en la ciudad.

Este dispositivo incluye medidas adicionales en puntos estratégicos, controles más estrictos y la coordinación de múltiples organismos para salvaguardar el evento durante todo el Año Santo.


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Vaticano

Francisco, en la Epifanía: «Dios no se revela a círculos exclusivos o a unos pocos privilegiados»

En la festividad de la Epifanía, el Papa Francisco invitó a reflexionar sobre la estrella de Belén como símbolo de esperanza y guía espiritual.

Javier García Herrería·6 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con ocasión de la solemnidad de la Epifanía, el Papa Francisco ofreció una homilía cargada de simbolismo y esperanza, invitando a reflexionar sobre la estrella que guió a los Magos hacia Jesús. Se centró en tres características fundamentales de esta luz celestial: su luminosidad, su visibilidad universal y su capacidad para marcar un camino.

La luz que transforma

El Papa destacó que la estrella no simboliza el poder terrenal o los juegos de poder, sino el amor que «ilumina y da calor quemándose y dejándose consumir». En sus palabras: «La única luz que puede indicarnos a todos el camino de la salvación y de la felicidad es la del amor». Esta reflexión resaltó el sacrificio de Dios al hacerse hombre para salvarnos y cómo ese amor nos invita a reflejarlo en nuestras vidas diarias.

La estrella fue presentada como un modelo para los fieles, quienes deben ser también luces en la vida de los demás. «Con nuestro amor, podemos llevar a Jesús a las personas que encontramos», afirmó el Santo Padre. Esto no requiere grandes proezas, sino «hacer que nuestros corazones brillen en la fe» a través de gestos sencillos pero auténticos de humanidad y ternura.

Una luz para todos

En un mensaje profundamente universal, Francisco subrayó que la estrella de Belén es visible para cualquiera que alce la mirada. «Dios no se revela a círculos exclusivos o a unos pocos privilegiados, sino que ofrece su compañía y su guía a quien lo busca con corazón sincero», explicó.

El Papa destacó que esta universalidad debe ser un recordatorio para superar divisiones. Llamó a los creyentes a construir una «cultura de la acogida», eliminando el miedo y el rechazo. «Dios viene al mundo para encontrarse con todo hombre y mujer, sin importar la etnia, la lengua o el pueblo al que pertenezcan», insistió, haciendo hincapié en la necesidad de tender puentes en un mundo cada vez más polarizado.

La estrella que marca un camino

Finalmente, el Papa reflexionó sobre cómo la estrella no solo ilumina, sino que señala un camino a seguir. En el contexto del Jubileo de la esperanza, este aspecto adquiere un significado especial. «La luz de la estrella nos invita a realizar un viaje interior», dijo, señalando que este camino requiere humildad y un compromiso constante con la conversión y el amor.

La peregrinación espiritual no termina con el encuentro con Jesús; más bien, marca un nuevo comienzo. Francisco exhortó a los fieles a ser «luces que guíen a Él», destacando que este papel exige una entrega generosa y una humildad constante.

Una invitación a ser luz

En conclusión, la homilía de Francisco para la Epifanía no solo es un llamado a contemplar la estrella de Belén, sino también a emular su luz. Ser una estrella implica, en palabras del Papa, «ser generosos en la entrega, abiertos en la acogida y humildes al caminar juntos». La reflexión culmina con una invitación a renovar el compromiso con la fe y la misión de compartir la luz del amor divino con todos.

Esta homilía, cargada de simbolismo, resuena en el contexto de un mundo que necesita luces capaces de guiar y unir en medio de la oscuridad.

Mundo

«La persecución de los cristianos ha generado preguntas profundas incluso en ambientes ajenos a la fe»

Jaume Vives y Manu Martino se proponen sacudir las mentes y corazones de una sociedad que parece haberse acomodado en la indiferencia. A través de su trabajo, buscan encender una chispa que inspire reflexión, compromiso y acción en un mundo que necesita despertar ante las realidades más urgentes y profundas.

Laura Jiménez·6 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Jaume Vives y Manu Martino, creadores con experiencia en documentales de impacto, presentan su nuevo proyecto sobre los cristianos perseguidos: una iniciativa que combina redes sociales y cine para dar voz a quienes viven su fe en medio de la adversidad. Con una comunidad online que explore la aventura, información y belleza de estas historias, buscan generar impacto y reflexión antes de culminar en un documental de gran alcance.

¿Podéis presentarnos brevemente quiénes sois y cuál ha sido vuestra trayectoria profesional?

– Somos Jaume Vives y Manu Martino. Jaume rodó hace algunos años un documental (Guardianes de la fe) sobre los cristianos perseguidos en Irak en plena invasión del ISIS. Años más tarde volvió para documentar qué había ocurrido con esos cristianos que había conocido años atrás e hizo un segundo documental: Guardianes de la paz

Manu es productor ejecutivo de Advenire Films, productora de publicidad y documentales. De hecho es una de las productoras involucradas en el documental de Libres, el más visto de 2023, que además fue comprado por Movistar Plus + . 

¿Qué os motivó para elaborar un documental sobre cristianos perseguidos? 

– El tema de los cristianos perseguidos es crucial, porque representan la forma más auténtica de vivir el Evangelio: vivir y morir por Cristo con amor. 

A pesar de perderlo todo, educan a sus hijos en el amor a Dios y encuentran motivos para agradecerle y perdonar a sus enemigos. Viven con una alegría y paz auténticas, incluso en el sufrimiento extremo. Muestran que la fe es confianza y que requiere abandono total, pero Dios da el 101%. 

Desde los primeros siglos del cristianismo la persecución de los cristianos ha generado preguntas profundas incluso en ambientes hostiles o ajenos a la fe. La entrega alegre y pacífica de los mártires es impactante. 

El documental quiere contar testimonios de cristianos perseguidos, mostrando cómo su fe y su relación con Dios los sostienen en circunstancias extremas y como una entrega desde el amor y la confianza, merece la pena. 

La idea de este proyecto es: primero crear comunidad en torno a la realidad de los cristianos perseguidos; segundo, fortalecer la fe de los creyentes, revivificando la comunión de los santos y tercero, ofrecer al mundo pagano una pregunta profunda: ¿Qué tiene el cristianismo que hace posible esta entrega?. 

El mensaje es potente y necesario en una sociedad donde, ante problemas cotidianos, se pierde la paz y la confianza. Los cristianos perseguidos son el ejemplo vivo de amor, abandono y esperanza en Dios. 

¿De qué manera este proyecto se diferencia de los documentales tradicionales?

– No. De hecho el documental es el último paso de este proyecto. Vamos a crear una comunidad en redes sociales (YouTube e Instagram) al estilo de los grandes Youtubers de viaje y aventura: Lethal Crysis, Clavero, Okos… Las historias de estos cristianos perseguidos se van a contar basadas en 3 pilares de comunicación: aventura, información y belleza. Por hacerte un favor, la gente va al cine una vez. Esto va de arrasar, de ir a por todas, de que la gente se apasione y se involucre. 

Queremos una comunidad fan de estas historias, que sean el altavoz y la fuerza orante. Buscamos que el cuerpo místico de Cristo vuelva la mirada a sus llagas. 

Esta parte de contenido en RRSS, durará 3 años. En el tercer año se elaborará con lo rodado un documental para cines y venta en plataformas. 

¿Qué recursos consideráis fundamentales para llevar adelante este proyecto?

– Sobre todo financiación. Contamos ya con apoyo institucional (AIN) y técnico (Advenire), sólo nos falta meterle gasolina al motor. Vamos también de la mano de Methos Media (Nefarious, Kepler 6B, Buffalo Kids, Libres, el grito silencioso) para canalizar el incentivo fiscal y abriendo vías con la FUNDACION METHOS.

El autorLaura Jiménez

Vocaciones

Emmanuel Enwenwen: “Muchos nigerianos son hoy misioneros por todo el mundo”

Emmanuel Enwenwen es un sacerdote de la diócesis católica de Ikot Ekpene, Nigeria. En estos años, se forma en Comunicación Institucional en Roma, gracias a una beca de la Fundación CARF.

Espacio patrocinado·6 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Emmanuel Enwenwen nació en el seno de una familia católica en Nigeria. A los 12 años ingresó en el seminario menor y, años después, “impulsado por el ardiente celo de servir a Dios y a la humanidad”, ingresó en el Seminario Mayor. Tras una década de formación, recibió la ordenación sacerdotal el 7 de julio de 2018.

¿Cómo descubrió su vocación al sacerdocio?

—Crecer en una familia católica y en una comunidad católica tuvo mucha influencia positiva en mi fe. Crecí viendo a los sacerdotes católicos como agentes de esperanza por el papel que desempeñaban en nuestra comunidad. La abnegación de estos sacerdotes que dedicaban su vida al servicio de los necesitados y los enfermos fue una gran fuente de inspiración para mí. El deseo de llevar el mensaje de esperanza a la gente en sus momentos difíciles se convirtió en un celo ardiente que me llevó a los altares.

¿Cuál fue la reacción de su familia y amigos cuando les dijo que quería ser sacerdote?

—Su reacción fue positiva. Me aseguraron su apoyo y prometieron no ser nunca un obstáculo para mi progreso y misión. He disfrutado de ese apoyo hasta hoy. Les debo gratitud eterna y rezo todos los días por ellos.

¿Cómo describiría la Iglesia en Nigeria?

—La Iglesia católica de Nigeria ha seguido siendo una madre centrada en la salvación de todos sus hijos. Esto ha dado muchos resultados positivos, como se ve en la asistencia a Misa.

Este compromiso de fe también se ve en el número de vocaciones tanto al sacerdocio como a la vida religiosa. Hace unos años, éramos beneficiarios de misioneros que venían a evangelizarnos. Hoy muchos nigerianos se han convertido en misioneros en distintas partes del mundo.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la Iglesia en su país?

—La Iglesia católica de Nigeria se enfrenta a numerosos retos en su empeño por cumplir su misión espiritual y social. Uno de los principales problemas es la inseguridad. Existe la violencia de grupos insurgentes, bandidos y secuestradores que atacan al clero, a los laicos e incluso los lugares de culto, perturbando las actividades pastorales y sembrando el miedo. De hecho, en algunas partes del país, la Iglesia se ha convertido en una ruta fácil hacia el martirio.

¿Cómo ve el futuro de la Iglesia en Nigeria?

—El futuro de la Iglesia católica en Nigeria tiene un profundo significado, no sólo para los fieles, sino para el alma de la propia nación. Gracias a una población joven y dinámica, la Iglesia tiene la capacidad de remodelar el paisaje moral de la nación. Además, con los muchos jóvenes que hay en los seminarios y los conventos, hay una gran esperanza de continuidad para el futuro.

¿Qué es lo que más aprecia de su educación en Roma?

—Estudiar en Roma es lo mejor que le puede pasar a cualquier sacerdote católico. Aparte de las ricas posibilidades académicas, aquí en Roma convergen la historia y la fe. Aprecio inmensamente el carácter multicultural de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, que me ha expuesto a las diferentes culturas del mundo. Para mí es un largo período en el que aprendo, desaprendo y vuelvo a aprender.

¿Cómo es hoy su vocación sacerdotal?

—El don del sacerdocio es para mí una de las mayores bendiciones que he recibido de Dios. Me considero un siervo indigno al que se ha confiado el mayor privilegio de servir al Pueblo de Dios. Me siento privilegiado por celebrar cada día la Sagrada Eucaristía y por ser portador de la Buena Nueva de Cristo, que es un mensaje de esperanza. No sólo soy feliz siendo sacerdote, sino que me siento realizado y agradecido por el privilegio de ser sacerdote.

¿Cómo le ayuda en su labor pastoral la formación recibida a través de la Fundación CARF?

—Soy estudiante de Comunicación Social Institucional. Ser profesional en el campo de la comunicación me dota de muchas herramientas para mi trabajo pastoral en el cambiante mundo de hoy. Una buena comunicación contribuye enormemente al éxito de la labor misionera.

Mi formación me proporciona un ojo crítico para leer la realidad que me rodea y comunicar un mensaje que aporte esperanza a las personas confiadas a mi cuidado. Los conocimientos adquiridos aquí se transmitirán a otros jóvenes que se preparan para el sacerdocio en Nigeria.

Educación

Fernando Alberca: “La fuerza de voluntad es un valioso regalo a los hijos”

El pedagogo, asesor de instituciones educativas y profesor Fernando Alberca, autor de una veintena de libros sobre educación y felicidad, con más de quince bestsellers, presenta el 30 de enero en Madrid su libro ‘La magia del esfuerzo’. Ante la llegada de los Reyes Magos, formula peticiones y responde a Omnes sobre cuestiones educativas.  

Francisco Otamendi·5 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

El subtítulo del libro de Fernando Alberca (Córdoba, 1966), es ‘Claves para dar a tu hijo el impulso que necesita’. Todo hijo se mueve mejor y mucho más cuando hace algo difícil, con lo que pueda quedar bien y sentir satisfacción. El verdadero desafío, señala Fernando Alberca, radica en cómo encontrar las fuerzas para empezar, y para persistir.

La ayuda que pueden prestar padres y educadores es clave para impulsarle y enseñarle cómo buscar y encontrar su propia fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es uno de los regalos más valiosos que puedes entregar a tus hijos, asegura. Pero es preciso “entrenar la fuerza de voluntad”, alienta en esta entrevista y en el libro, editado por Almuzara

El experto es director de la Consulta educativa Fernando Alberca, especializada en asesoramiento educativo y rendimiento escolar y del talento, así como en relaciones personales y familiares. Está casado y siente como “un regalo divino a su mujer y sus ocho hijos”.

En la conversación con Omnes, Alberca aborda también temas para la reflexión. Su petición a los Reyes Magos para 2025 es “tratarnos mejor. Como si todos fuéramos importantes. Es decir, más libertad de expresión y tolerancia con los diferentes, más serenidad y menos conflicto”. Pueden verla íntegramente al final de la entrevista.

¿Sigue estando harto de la pobreza y la mentira, como dijo hace unos años en La Vanguardia?

– Mucho más cada día, debe ser problema de mi edad, que tengo más años, más experiencia o que los mentirosos y pobres aumentan.

Acaba de decir que a los adolescentes y jóvenes actuales les falta voluntad para empezar una cosa, continuarla y acabarla, en declaraciones a El País. ¿Lo puede explicar brevemente? ¿Son una generación de cristal, de hierro, o cómo la sitúa?

– Son de hierro, se muestra en su solidaridad ante catástrofes como la DANA en España, pero necesitan aprender cómo apoyar esa barra de hierro que son en un punto de apoyo idóneo para mover su mundo. Sólo les ha ocurrido que no han aprendido de la generación anterior a esforzarse con agrado y satisfacción, sino a evadirse de sus obstáculos, por eso parece que no tienen fuerza, porque no han aprendido a muscularla: salvo cuando sienten un golpe de emoción y entonces sus músculos se tensan: como ocurre siempre con las emociones humanas.

Usted reivindica el esfuerzo en su libro sobre ‘La magia del esfuerzo’, y la satisfacción que proporciona. ¿Cuál es su mensaje?

– El esfuerzo es lo que libera al ser humano y hace posible lo que quiere y parecía imposible antes del esfuerzo. Es lo que te hace protagonista de tu propia vida, vivir más satisfactoriamente, porque a más esfuerzo, más satisfacción. Posibilita una vida feliz, imposible sin disfrutar del esfuerzo. La clave está en rectificar el objetivo de una vida cómoda, sin enfrentarse a los obstáculos e infeliz, por una vida feliz, pese a los obstáculos que puede aprenderse a superar con esfuerzo. 

Pero es preciso, y el libro proporciona cómo hacerlo, no sólo descubrir un concepto radicalmente nuevo del esfuerzo, sino entrenar la fuerza de voluntad, debilitada, y por ello propone 15 ejercicios de entrenamiento en casa para habituar la capacidad de seguir nuestra voluntad y 17 operaciones ante cualquier esfuerzo concreto. 

¿Qué consejo daría a padres, madres, educadores, para ayudar a sus hijos a adquirir el hábito de la fuerza de voluntad?

– No solucionarle los problemas domésticos, fáciles de solucionar, que pueden hacerlo sus hijos. Leer esos 15 ejercicios de entrenamiento doméstico y proponérselos a sus hijos alguna vez al menos. Y, sobre todo, asegurar la satisfacción de los hijos cuando hagan algún esfuerzo. Sin depender de los resultados externos posteriores, que dependen de otro y pueden o no llegar, y no son necesarios, si cambiamos de concepto de esfuerzo: una necesidad especialmente para padres y madres (la primera parte del libro lo dedico a los padres que liberan a sus hijos y los hacen capaces de vivir y vivir felizmente).

La magia del esfuerzo.

Autor: Fernando Alberca
Editorial: Almuzara
Número de páginas: 288
Idioma: Castellano

Hay tres libros suyos recientes muy sugerentes. ‘Educar sin estrés’, ‘El niño que venció a brujas y dragones’, y ‘Geniales’. Un flash de cada uno.

– Quitarle estrés a nuestra vida de padres y a la de los hijos es una necesidad que evita enfermedades y trastornos mentales muy serios, y se puede hacer con educación. 

El niño que venció a brujas y dragones explica cómo superar con resultados positivos las 24 adversidades más frecuentes en niños y adolescentes, desde los miedos nocturnos, la apatía o falta de ilusión y motivación, la soledad o no tener los amigos que se desearía, y 21 más, con casos reales resueltos. 

Y Geniales explica por qué la genialidad de los niños hay que preservarla especialmente a partir de los 11 años, porque de pequeño todos los niños son geniales y de mayores muchos dejan de serlo, propone cómo hacerlo padres y docentes y argumenta cómo la mayoría de los problemas de adulto se solucionaría si actuáramos como niños y adolescentes actúan ante esos mismos tipos de problemas y el libro pone ejemplos de cada uno, resueltos por adolescentes uno y niños otros: problemas emocionales, creativos o filosóficos, entre otros. 

En el ámbito escolar, ¿puede señalar un avance de la educación en España? Parece que la FP y el porcentaje de acceso a estudios superiores crecen, según la OCDE.

– Así es, pero estamos consiguiendo lo más difícil: posibilitar a todos el acceso a la educación, y se nos ha quedado en el camino que la educación sea verdadera educación. Es decir, humana, que genere aprendizaje significativo y real, y que enseñe cómo vivir mejor y ser más feliz. 

En la escuela actual aumenta el fracaso escolar y la infelicidad de familias, alumnado, profesorado  y autoridades incluso, simplemente porque el ser humano inteligente no se adapta a un sistema tan deteriorado y enfocado a la infelicidad. Avanza la educación que posibilita por fin ser más completa: no sólo analítica, sino emocional. Avanza también que se flexibiliza para atender más la diversidad real, la de cada uno de los individuos. 

Bien: me gusta la ley en ello, lo escrito, no lo que se lleva al aula. Porque de nada servirán estos magníficos avances, si no se forma al profesorado de una forma distinta, más completa, para ser eficazmente más humano, emocional e intelectualmente, y atender de verdad mejor, personalizada e integralmente a cada uno y una en cada etapa de su vida. 

Sin embargo, el mismo informe ponía el dedo en la llaga de un abandono escolar temprano, y la comprensión lectora es deficiente.

– Nadie se imagina bien, que no sea docente, el deterioro de la capacidad comprensiva al leer del alumnado, al que se le ha provocado este vacío con dos medios: bilingüismo en asignaturas de pensamiento como las ciencias sociales y naturales y un método de aprendizaje lector adecuado (comenzar con el alfabeto y las sílabas, asegura lectores que no aprenden a leer lo bien que necesitan en el futuro, esto ya se defendía en los años 60). 

Nadie parece darse cuenta del aumento de dislexia masivo que ha provocado la cultura digital y las secuelas del covid. Dos hechos que en la lectoescritura exige cambios sobresalientes en la escuela desde Infantil, pero también en la Universidad. 

Un colega suyo señala que “repetición” (de curso) evoca inmediatamente “potenciales daños emocionales en el repetidor”, y no está de acuerdo. ¿Qué opina usted? Hablo de Gregorio Luri.

– Mi amigo Gregorio Luri suele llevar razón, y también lo hace esta vez. Honradamente llevo 30 años confirmando que no encuentro ninguna razón pedagógica suficiente que justifique la repetición de curso. Ninguna. A mis alumnos de Magisterio incluso los reto a encontrarla a cambio de un sobresaliente, pero ni con esas lo logramos. Es una trampa anacrónica. Con la ley actual incluso es más absurda, menos educativa, más dañina. 

Cambiamos las reglas de juego a mitad del mismo: les decimos que reunimos a los escolares por edades (los de 6 años van a 1º de Primaria con independencia de su capacidad intelectual, madurez o estimulación, sólo por el año de nacimiento), sin embargo a mitad de juego ya no importa la edad y que pierda a los de su misma edad (con lo mucho que ello conlleva), porque dicen que lo que importa es que no ha adquirido unos objetivos que, por otro lado, si puede adquirirlos repitiendo, es que puede adquirirlos el curso siguiente también: todo es cuestión de una adaptación escolar si es precisa, como contempla la ley y los docentes de a pie sabemos.  

Casi en último lugar, ¿qué opina sobre el trato a la educación concertada y privada? ¿Financia la Administración la gratuidad en la educación concertada? A veces parece como si fuera inconstitucional que decidan con libertad. 

– Tengo mis dudas de si es una cuestión política, una cuestión ideológica o ambas, pero no es cuestión mía juzgarlo. Yo, si sé de algo, es sólo de pedagogía y educación, y en España y otros países la financiación de la escuela concertada y privada no parece una cuestión pedagógica. Los docentes de la escuela privada, concertada y pública, hemos sido formados en las mismas facultades y los impuestos de los mismos padres y madres de alumnos financian la pública y el presupuesto con el que cuentan las autoridades educativas para hacer su necesaria labor. 

Doy por hecho, que a más libertad, mejor se podrá adaptar cada niño o niña a su modelo conveniente. He sido director de dos colegios concertados, entre otros, y la administración de aquellas dos comunidades (Aragón y Asturias en mi caso), incluso con buenas intenciones, no financiaban nunca lo suficiente para que a las familias no les supusiera mayor esfuerzo, añadido a sus impuestos, aunque sí se beneficiaban ambas comunidades de los resultados (no teniendo que sostener el coste de la educación de miles de escolares y mediante los resultados sociales y de talento de una población formada más numerosa, no sólo la que cabe en la pública). 

Ojalá fuera posible que cada familia pudiera escolarizar a cada uno de sus hijos niños o adolescentes donde consideren familiarmente mejor, en función de cómo son cada uno de ellos y su entorno. Al cabo son los que mejor los conocen.

¿Qué le pediría a los Reyes Magos para 2025?

– Tratarnos mejor. Como si todos fuéramos importantes. Es decir, más libertad de expresión y tolerancia con los diferentes, más serenidad y menos conflicto, más trato personal entre todos, más comprensión y empatía: más humanidad y principios inviolables de respeto con los demás.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

La carta de Reyes Magos del pequeño Joseph Ratzinger

Joseph Ratzinger, futuro Papa Benedicto XVI, escribió una entrañable carta de Reyes Magos cuando tenía 7 años. La misiva fue encontrada en 2012.

Javier García Herrería·5 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Joseph Ratzinger mostró desde su infancia la profundidad de su fe y su conexión con las tradiciones cristianas. Un testimonio entrañable de esto es la carta que escribió de niño, a los siete años, dirigida al Niño Jesús, a quien es costumbre dirigirse para solicitar los regalos navideños que en otros lugares se piden a los Reyes Magos. Este gesto, lleno de ternura y espiritualidad, refleja cómo el futuro Papa vivió con intensidad las costumbres navideñas de su Baviera natal.

En la misiva, el pequeño Joseph pedía tres regalos concretos: un misal, un ornamento litúrgico para el altar y una figura del Sagrado Corazón de Jesús. Estas peticiones no solo mostraban sus aspiraciones, sino también su temprana inclinación hacia el sacerdocio y su amor por la liturgia. Como si presagiara su vocación, la carta demuestra que su mirada ya estaba fija en lo trascendente.

El hallazgo de la carta

En 2012, durante trabajos de restauración en la casa familiar de Joseph Ratzinger en Pentling, Baviera, se descubrió una carta que el pequeño Joseph escribió en 1934, a los 7 años, dirigida al Niño Jesús. Conservada por su hermana María, refleja los profundos valores religiosos inculcados en su hogar.

La carta original, conservada con cuidado, destaca no solo por el contenido de las peticiones, sino también por el lenguaje sencillo y respetuoso que el niño empleaba. «Querido Niño Jesús» comenzaba Joseph, en un tono que irradiaba humildad y confianza.

El corazón del futuro Papa

Este fragmento de la infancia de Ratzinger no solo enternece, sino que invita a reflexionar sobre cómo las experiencias y tradiciones vividas desde temprana edad pueden moldear una vida dedicada a la fe. En su posterior labor como Papa, Benedicto XVI fue un defensor incansable de las raíces cristianas y la transmisión de valores a través de la familia, algo que él mismo vivió intensamente.

La carta del joven Ratzinger no es simplemente una curiosidad histórica, sino un espejo del corazón de un niño que, guiado por la fe, llegó a liderar la Iglesia católica y a marcar con su pensamiento la teología contemporánea.

Vaticano

Los Jubileos a través de la historia

Desde que fueran instituidos por el Papa Bonifacio VIII, los jubileos en la Iglesia católica han sido años de gracia, perdón y renovación espiritual. Cada Jubileo vuelve, de un modo u otro, su mirada a la misericordia de Dios y fomentan la reconciliación personal y comunitaria.

José Carlos Martín de la Hoz·4 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde que el Papa Francisco convocó el Jubileo para el Año Santo de 2025 han sido diversas las interpretaciones que se han hecho.  Hay quien apunta que este Jubileo tiene “sabor de despedida” quizás porque el intenso programa de actos e intervenciones que el Papa Francisco ha concretado para todas las semanas del año jubilar requiere un hombre joven, fuerte y con una salud de hierro. También se puede interpretar al revés: después de la clausura del Sínodo de los sínodos, el Santo Padre ha querido convocar a toda la humanidad a venir a Roma para vivir un tiempo intenso de conversión y recibir las gracias del Sínodo.

Jubileo 2025

El lema escogido por el Papa Francisco para este año jubilar de la Iglesia universal del 24 de diciembre de 2024 a 6 de enero de 2026, viene caracterizado por la expresión latina y paulina “Peregrinantes in spem”.

Comencemos por recordar que el primer año jubilar de la Iglesia universal fue convocado en el año 1300 y desde entonces hasta nuestros días, se han celebrado muchos jubileos universales, con lo que eso implica de abundancia de la gracia de Dios derramada sobre el pueblo cristiano.

Los carteles que llenan las calles de Roma desde hace meses, y la expectativa de más de 45 millones de peregrinos a Roma por este motivo, recuerdan los grandes jubileos de otros tiempos: esos grandes momentos de gracia y de conversión que han marcado la vida de la Iglesia y de millones de fieles de todos los tiempos.

Origen de los jubileos

El origen del jubileo romano se encuentra en 1208 cuando el Santo Padre Inocencio III, uno de los canonistas más importantes de la cristiandad, estableció la procesión de la imagen de la Verónica desde la basílica mayor de San Pedro al Santo Espíritu el domingo después de la octava de Epifanía.

Recordemos que el siglo XIII es el siglo de las universidades. Una época en la que se establecen las primeras corporaciones de estudiantes y maestros para estudiar la revelación cristiana y las demás ciencias. Un momento de fiel reflejo de la armonía de fe y razón para el estudio de la teología y las ciencias sagradas y profanas. Es también la era de la multiplicación de devociones populares, que acercaron al pueblo a la humanidad santísima de Jesucristo y abrieron los tesoros de la gracia para llevar a los cristianos a la identificación con Cristo y por caminos de salvación.

Precisamente, el Santo Padre para el jubileo de este año nos anima a la esperanza de la santidad, puesto que la santidad brota del enamoramiento de Jesucristo del cristiano y del ansia de identificación con él y de la peculiar relación de Dios con el hombre, por la que Jesucristo se encarnó y murió en la cruz y permanece resucitado en nuestros sagrarios.

La imagen de la Verónica recordaba la importancia de la redención del género humano, (¡Oh feliz culpa!) y, a la vez, el año jubilar por el que un alma después de realizar las condiciones requeridas: confesarse, rezar ante la tumba de san Pedro un Credo alcanza la remisión de la pena debida por sus pecados y un deseo de fidelidad en adelante a Cristo y su doctrina salvadora.

Establecimiento de los jubileos

El 22 de febrero de 1300, fiesta de la Cátedra de san Pedro, en el sexto año de su pontificado, Bonifacio VIII promulgaba la bula “Antiquorum habet fidem” que establecía que cada 100 años se celebraría un jubileo universal, durante el cual a los fieles “poenitentibus et confessis” se les concederían las gracias de la indulgencia por la que se perdonaría las culpas debidas por los pecados y las penas unidas a las culpas.  

Inmediatamente, se establecían las condiciones requeridas: treinta visitas de peregrinación a las basílicas de san Pedro y san Pablo (quince visitas para los foráneos). Asimismo, añadía la bula: “en virtud de la plenitud de nuestra Autoridad Apostólica, concedemos una entera y plenísima remisión de sus pecados a todos los que, verdaderamente, arrepentidos y confesados, visitaren estas basílicas durante este año de 1300, que ha comenzado el día de la navidad de Nuestro Señor Jesucristo, y lo mismo cada año centésimo en el porvenir, declarando que los que quisieren ganar esta indulgencia, deberán visitar estas basílicas durante treinta días, seguidos o interrumpidos, al menos una vez cada día; y si fueran peregrinos o extranjeros, las deberán visitar de la misma manera durante quince días”.

Es interesante destacar que los años santos han contribuido a la unidad del pueblo cristiano con Roma y a incrementar la devoción y el amor al Romano Pontífice en la cristiandad y a rezar por su persona e intenciones.

Los peregrinos

Desde el primer año jubilar de la historia de la Iglesia católica las cifras de peregrinos han ido siempre en aumento. Desde los 30.000 peregrinos diarios que atravesaban la puerta santa en aquel primer jubileo, a las cifras de peregrinos que se manejan actualmente para el jubileo del año 2025: unos 45 millones de peregrinos.

Periodicidad de los jubileos

Respecto a la periodicidad, como hemos visto, los Jubileos se anunciaron, en un primer momento, con una cadencia de 100 años. No hubo de pasar mucho tiempo para que este período se acortase y quedara en 50 años en tiempos de Clemente VI (1342). Urbano VI  estableció un año jubilar cada 33 años (1389) y, finalmente, se quedó en 25 años, como ha perdurado hasta el día de hoy, aunque también se añadieron otros especiales como el del jubileo de la Redención de 1983 de san Juan Pablo II.

No podemos terminar estas breves líneas sin recordar que los años jubilares son un acontecimiento de conversión personal, vividos también en las Iglesias particulares, por lo que se abren centros jubilares en las diócesis para que, quienes no puedan viajar a Roma, alcancen la indulgencia con la oración y la penitencia unidos al Santo Padre.

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Evangelización

Elizabeth Seton, viuda con 5 hijos, pidió el Bautismo

La Iglesia celebra el 4 de enero a Elizabeth Ann Seton, casada y con cinco hijos, protestante, que se convirtió al catolicismo, y tras enviudar, fundó las Hermanas de la Caridad de San José. Canonizada en 1975, fue la primera persona nacida en Estados Unidos en ser declarada santa. También es el día de santa Angela de Foligno, religiosa franciscana.  

Francisco Otamendi·4 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Hace exactamente un año, Omnes publicó un breve perfil de la primera santa nacida en Estados Unidos, Elisabeth Ann Seton, en el que se narraron las peripecias de la próspera familia Charlton, en la que nació Elisabeth, en 1774. Unos avatares en los que aprendió pronto que los bienes materiales no llenan el corazón.

Aquella casa episcopaliana sufrió un duro golpe en 1777: la madre falleció durante un parto, seguida poco después de la muerte de una de las menores de la familia. El padre de la niña volvió a casarse, pero el matrimonio se separó. El padre se marchó a Inglaterra y la madrastra se negó a acoger a Elizabeth. Junto a su hermana, la joven se marchó a vivir con su tío y durante esa época plasmó en un diario sus inquietudes espirituales.

A los diecinueve años se casó y tuvo cinco hijos, pero su marido se arruinó y decidieron viajar a Italia, donde él falleció. Viuda sin llegar a los treinta años y con cinco hijos, Elisabeth buscó ayuda en el socio de su esposo y su esposa, y se acercó al catolicismo. Al volver a Nueva York pidió el Bautismo, y pronto fundó la comunidad de las Hermanas de la Caridad de San José, para la educación de chicas pobres, y fue conocida como Madre Seton. Murió en 1821.

El autorFrancisco Otamendi

Libros

Fernando de Haro: “Hay muchos madrugadores del fin de semana en la radio”

La presentación de su último libro, y el atentado terrorista en Nueva Orleans, son motivo para una conversación de Omnes con Fernando de Haro, director de ‘La Mañana del Fin de Semana’ en la Cope, que compite con “grandes estrellas de la radio”. Su libro se titula “La foto de las siete menos cinco”. Podría ser una novela de Agatha Christie, pero no lo es.    

Francisco Otamendi·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Muy buenos días a los madrugadores del fin de semana, muy buenos días a la gente-gente, en este domingo 8 de diciembre, en el que vamos a tener mucho frío. Atención a los avisos por lluvia, por agua, por nieve”. 

“Desde las 6 de la mañana te estamos contando la noticia de la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria. Bashar al Asad ya no es el presidente”. Así comenzaba el pasado 8 diciembre su programa ‘La Mañana del Fin de Semana’ en la cadena Cope, Fernando de Haro, periodista experimentado, al que pueden escuchar los fines de semana de 6 a 8,30 de la mañana. 

Como pueden comprobar, en dos horas y media se puede hablar de muchas cosas. Ese día comenzó por Siria. De Haro, además, ha sido, y es, reportero internacional, con varios libros y documentales. También ha escrito ensayos, entrevistas, una biografía sobre Luigi Giussani (El ímpetu de una vida), y es editor de paginasdigital.es

Ahora acaba de publicar “La foto de las siete menos cinco”, editado por Renacimiento, y sobre el libro y algunos asuntos de actualidad, conversamos. Entre ellos, el islam, Tierra Santa, Nigeria y el fundamentalismo islámico, el Líbano o el buen periodismo. 

¿Por qué ‘La foto de las siete menos cinco’? Fernando de Haro se reconvierte en novelista, pensé a vuelapluma. 

– El título corresponde a la hora en la que durante el período 2018-2024 trabajé en ‘La Tarde’ de Cope. En ese momento se emitía esta mini-sección. Ahora ha vuelto a ser la foto de las 8.25 porque he vuelto a mi programa de origen: ‘La Mañana del Fin de Semana’.

¿Y la dedicatoria al donostiarra Mikel Azurmendi, uno de los fundadores y portavoz del Foro de Ermua? 

Mikel Azurmendi era un forofo de mi comentario/descripción de una foto para cerrar el programa. De hecho, esos comentarios fueron la ocasión para iniciar una relación preciosa. Mikel durante sus últimos años de vida fue un gran amigo, sigue siéndolo y la relación continúa ahora que ha muerto. Nos acompañamos en el camino de la vida, con nuestras preguntas y nuestras búsquedas, con las certezas que íbamos adquiriendo. Nos acompañamos en el análisis político, social, histórico, pero sobre todo en el amor y la fe.

Como director de ‘La Mañana del fin de semana’ de Cope, descubres que sábados y domingos a esa hora “hay oyentes, muchos oyentes”. ¿Son los mismos que a otras horas, o diferentes? ¿Les gustan tus ‘fotos sonoras’ de las 8,25 de la mañana como las de las 7 menos cinco de la tarde?

– Cuando empecé a hacer el programa ahora ya hace 14 años todos pensábamos que ese momento de radio era un momento menor en la programación. Pero después nos fuimos dando cuenta que había muchos “madrugadores del fin de semana”. Muchos más que en otros espacios más tradicionales y más conocidos de la radio. De hecho, en esta temporada compito en algunos tramos, con grandes estrellas de la radio. No hay datos del EGM sobre los minutos de la foto. Pero hay mucha gente que me dice que le gusta ese cierre.

Te interesan las fotos, porque son ‘la profecía de una victoria’. Esto merece una explicación, aunque sea breve.

– Una foto fija el presente. Es a lo que todos aspiramos. Aspiramos a que el presente no desaparezca y se convierta en un mero recuerdo. El pasado solo tiene valor si sigue siendo presente. Una fotografía es una profecía, solo una profecía, y por eso incompleta, abierta, de ese pasado que está siempre presente. En realidad el presente, este instante en el que me estás leyendo, es lo único sólido. Y el pasado no es nada si no está ahora. Esa es la diferencia entre  tradición y tradicionalismo. Hay demasiado tradicionalismo.

Reconozco que no he leído todas las fotos sonoras del libro, pero sí puedo decir que están magníficamente escritas, sobre todo al pensar que las escribes en medio de unas cuñas de publicidad del programa. No aprecio un hilo conductor, son muy variopintas.

– Es verdad que la temática es muy variada. Pero es que las fotografías de los periódicos o de las web informativas de donde las tomo son muy variadas. La realidad es compleja, rica, está hecha de niños que lloran y ríen, de vagabundos, de devastaciones, de esperanzas deseadas, de gestos sorprendentes y cotidianos… El hilo conductor es la mirada del escritor y la mirada del oyente que ve a través de lo que escucha.

La foto de las siete menos cinco

Autor: Fernando de Haro
Editorial: Renacimiento
Número de páginas: 308
Idioma: Castellano

Has tocado muchas teclas en la profesión periodística. Pero parece que los viajes y el reporterismo internacional te han atrapado…

– Afortunadamente, he podido viajar en los últimos diez años por muchos rincones del planeta para rodar algunos documentales. Me parece que para hacer buen periodismo hay que estar en el sitio en el que pasan las cosas, no importa que ese sitio sea un pueblo del norte de Nigeria, o una calle de Algeciras en la que se está llevando a cabo una operación contra el narcotráfico. 

Me gusta estar en el sitio para poder comprender y poder contar. Yo lo que quiero es comprender y para eso necesito dejarme tocar, conmoverme, enfadarme, tener miedo, sentir satisfacción, alegría, mirar a los ojos a la gente…

Por tus libros, se advierte que no te van los temas pacíficos. Además de ‘El islam en el siglo XXI’, has escrito sobre los mártires de Egipto, ‘Cristianos y leones’: los cien mil cristianos asesinados cada año en el mundo, los terroristas de Boko Haram…

– Me parece que comprender el islam es decisivo, es una religión emergente con un peso creciente en Europa. Hay que distinguir el islam del islamismo y del yihadismo. He visto en Irak y en Siria pintadas del Daesh escritas en alemán y en otros idiomas europeos de jóvenes del mundo occidental que se fueron a combatir con “el Califato”. El caso de los coptos, los cristianos de Egipto, es diferente. Es el caso de una importante minoría. No todo lo que hacen los cristianos egipcios es inteligente. Pero han aprendido después de siglos que el sueño de la hegemonía los puede destruir.

En paralelo, tu preocupación por la gente que sufre y por contar historias que ayudan a estas personas, es manifiesta. Hemos escuchado en tu programa alguna entrevista sobre los desplazados en el sur del Líbano, por ejemplo.

– Tú y yo podemos perder en cualquier momento nuestra casa, nuestra tierra. Vivimos en la ingenuidad de que las cosas malas son las que le pasan a los otros. La compasión, el padecer con otros, no es un sentimiento, es una forma de usar la razón que nos hace humanos. El primer impulso de cualquier persona es hacer de la necesidad de los demás su propia necesidad. No conviene censurar este primer impulso.

También has reflexionado sobre los cristianos en Tierra Santa o la educación en Gaza. Estamos en Navidad. Para concluir, unas palabras sobre los cristianos en Tierra Santa…

– El cristianismo en Tierra Santa es esencial para comprender la naturaleza del cristianismo. El cristianismo, como han señalado los dos últimos Papas, no es solo una doctrina o una ética. El cristianismo es un acontecimiento que sucedió en la historia, en un lugar concreto y en un momento preciso. Si no sigue sucediendo se convierte en un sistema de ideas. El cristianismo en Tierra Santa nos recuerda esta naturaleza de acontecimiento.

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

¿Qué eventos destacarán en el Vaticano en 2025?

Rome Reports·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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En 2025, el Vaticano estará marcado por el Jubileo, con un incremento en los encuentros del Papa Francisco con los fieles. Además de las catequesis públicas de los miércoles, se incluirán también los sábados. Entre los eventos destacados figura la canonización del beato Carlo Acutis el 27 de abril, un joven italiano fallecido a los 15 años en 2006.

Francisco también planea un viaje a Nicea, Turquía, para un encuentro ecuménico que conmemore los 1700 años del Concilio de Nicea. Otros posibles viajes están en especulación, pero dependerán de su estado de salud, ya que, aunque sigue activo, su movilidad se ha reducido y utiliza cada vez más la silla de ruedas.


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Vaticano

Vídeo del Papa: por el derecho a la educación

El Papa Francisco resalta en enero la urgencia de garantizar educación a millones de niños excluidos por guerras, pobreza y migraciones, denunciando una "catástrofe educativa" global.

Redacción Omnes·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En su intención de oración para enero, el Papa Francisco destaca la importancia de asegurar el derecho a la educación de los niños y jóvenes afectados por las migraciones, los conflictos armados y la pobreza. En un vídeomensaje difundido por su Red Mundial de Oración, el Pontífice alerta sobre una grave “catástrofe educativa” que mantiene a cerca de 250 millones de menores fuera del sistema escolar en todo el mundo.

Evangelización

Santísimo Nombre de Jesús y santa Genoveva de París

La Iglesia celebra el 3 enero el Santísimo Nombre de Jesús, anunciado por el Ángel a san José e impuesto al Niño en la circuncisión. Invocado desde los comienzos de la Iglesia, IHS (Iesus Hominum Salvator, Jesús Salvador de los hombres), se convirtió más adelante en emblema de la Compañía de Jesús. Hoy se conmemora asimismo a santa Genoveva de París.  

Francisco Otamendi·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

San Bernardino de Siena, franciscano de los siglos XIV y XV,  y sus discípulos fueron los apóstoles que propagaron este culto en Italia y Europa. En 1530, Clemente VII concedió a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús. Inocencio XIII, en el s. XVIII, extendió la fiesta a la Iglesia universal.

Más tarde, IHS se convertirá en el símbolo de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola. En un solo símbolo  convergen una perspectiva griega, latina y judía. La cruz de la «H», ahora también en mayúsculas, une siempre el nombre y la cruz, y los tres clavos representados a menudo abajo recuerdan la pasión de Cristo, pero también los tres votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia, ha explicado el P. Jean-Paul Hernández S.J.

Santa Genoveva (Nanterre, 420), virgen, es patrona de París. Protegió a los parisinos y les exhortó a defender la ciudad de los ataques de Atila y los Hunos, que finalmente pasaron de lado, y luego les ayudó en la lucha contra el hambre. 

El autorFrancisco Otamendi

Dios en Hannah Arendt

Hannah Arendt, una judía interesada por la figura de Jesús y el cristianismo. Aunque nunca profesó una fe explícita, su obra y escritos personales revelan una constante búsqueda espiritual y un profundo diálogo con las cuestiones religiosas.

3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

La primera biografía de Hannah Arendt publicada originalmente en castellano se la debemos a Teresa Gutiérrez de Cabiedes (“El hechizo de la comprensión. Vida y obra de Hanna Arendt”, Ed. Encuentro, 2009) y procede de la tesis doctoral dirigida por el filósofo español Alejandro Llano. Realmente vale la pena leerla.

En ella nos adentramos en la apasionante vida de esta pensadora judía alemana (1906-1975) que vivió en primera persona las vicisitudes históricas más candentes del siglo XX: persecución de los judíos por los nazis, Segunda Guerra Mundial, huida a Francia y participación en movimientos sionistas, emigración a Estados Unidos, intervención en polémicas intelectuales decisivas a lo largo de décadas, vida universitaria intensa, periodismo comprometido de alto riesgo, valientes críticas de los graves errores políticos acontecidos en su patria de adopción, reflexión filosófica constante en diálogo personal -cargado de emotividad- con pensadores de la talla de Martin Heidegger y Karl Jaspers…

Renovado interés por su pensamiento

Después de décadas olvidada, el interés por Hannah Arendt ha estallado en los últimos años y se han multiplicado las publicaciones sobre ella. Muchas de sus obras e intuiciones presentan una asombrosa actualidad para iluminar algunos de los principales problemas del hoy.

Desde su temprana tesis doctoral sobre el amor en San Agustín, pasando por sus célebres obras “Los orígenes del totalitarismo” (donde explica cómo los regímenes totalitarios se apoderan de las cosmovisiones e ideologías y las pueden convertir, a través del terror, en nuevas formas de estado), “La condición humana” (cómo deberían ser entendidas las actividades humanas -trabajo, labor y acción- a lo largo de la historia occidental), “Sobre la revolución” (en la que compara las revoluciones francesa, americana y rusa), “Verdad y política” (sobre si siempre es correcto decir la verdad y las consecuencias de la mentira en política) y “Eichmann en Jerusalén” (con su valiente y políticamente incorrecto discurso sobre la banalidad del mal y otras cuestiones).

La cuestión de Dios

Un tema poco frecuentado hasta ahora en la bibliografía sobre Arendt es su posible apertura a la trascendencia. Lo poco que se encuentra en su obra publicada queda compensado por la multiplicidad y relevancia de alusiones a Dios y a la religión que se pueden encontrar en escritos personales como sus diarios, las confidencias a sus íntimos, el funeral de su marido Heinrich Blücher, etc. Estas alusiones superan la visión interesada de una pensadora supuestamente agnóstica y ajena al cristianismo.

En la partida de nacimiento de Hannah Arendt consta específicamente, entre los datos de filiación, lugar y fecha de nacimiento, que aquella niña descendía de unos padres con “fe judía”. Sus padres habían tenido una relación estrecha con el rabino de Königsberg, con el que además compartieron la afiliación a las ideas socialdemócratas. La instrucción religiosa de Arendt se redujo a las lecciones individuales de este rabino y, en el exilio parisino, a un estudio sucinto de la lengua hebrea.

En los años difíciles de la enfermedad paterna, su madre anotaría en el diario sobre la niña que Hannah “rezaba por él por la mañana y por la noche, sin que nadie le hubiese enseñado a hacerlo”. También al morir Blücher, su esposa quiso rezar un Kaddish, la tradicional oración fúnebre hebrea, en ese caso incoada en el funeral de un no judío. 

Testimonios escritos

En un artículo sobre la religión y los intelectuales Arendt escribía: “Como en todas las discusiones sobre la religión, el problema está en que realmente no se puede escapar a la cuestión de la verdad, y que en todo el asunto no puede, por tanto, tratarse como si Dios hubiese sido la idea de un cierto pragmatista especialmente listo que sabía para qué y frente a qué era buena la idea. Ocurre, sencillamente, que no es así: o bien Dios existe y la gente cree en Él -y esto entonces es un hecho más importante que toda la cultura y toda la literatura -o bien no existe y la gente no cree en Él- y no hay imaginación literaria ni en cualquier otro orden que, en beneficio de la cultura y por mor de los intelectuales, pueda cambiar esta situación”. 

En otra ocasión, también había escrito con amargura, al constatar la vinculación entre la religión y el judaísmo: “La grandeza de este pueblo consistió una vez en que creía en Dios y creía en Él de tal manera que su confianza y su amor hacia Él era mayor que su temor. ¿Y ahora este pueblo sólo cree en sí mismo? ¿Qué provecho cabe esperar de ello? Pues bien, en este sentido yo no amo a los judíos ni creo en ellos; simplemente formo parte de ellos como algo evidente, que está más allá de toda discusión”.

Conocimiento bíblico

Ese “algo evidente” comportaba una herencia cultural judía, que a veces era capaz de casar un Dios trascendente con un planteamiento inmanente, lo que le produciría múltiples quebraderos de cabeza. En un escrito titulado “Nosotros los refugiados” escribiría: “Criados con la convicción de que la vida es el bien supremo y la muerte la aflicción más grande, nos convertimos en testigos y víctimas de terrores más grandes que la muerte, sin haber sido capaces de descubrir un ideal más elevado que la vida”. 

Aquella mujer judía llegó a conocer a la perfección no sólo el Antiguo Testamento de la Biblia hebrea sino también al Jesús de los evangelios. Citaba con frecuencia palabras del Profeta judío, representaba en sus escritos escenas de su vida y gestos de su lenguaje, así como estudió las novedades que aportaba su doctrina. Ella nunca concretó una proposición de fe en Jesús de Nazareth, aunque su maestro Jaspers y su esposo Blücher sí lo hicieran. Su herencia judía, su estudio de la escritura, la familiaridad con la obra de San Agustín, las lecciones de Bultmann, Guardini y Heidegger, le llevaron a mirarse cara a cara con el cristianismo.

La autora de «La condición humana» afirmaría: “Sin duda alguna el énfasis cristiano en la sacralidad de la vida es parte integrante de la herencia hebrea, que ya presentaba asombroso contraste con las actividades de la antigüedad: el desprecio pagano por los sufrimientos que la vida impone al ser humano en el trabajo y en el parto, la envidiada imagen de la vida fácil de los dioses, la costumbre de abandonar a los hijos no deseados, la convicción de que la vida sin salud no vale la pena vivirla (de tal manera que, por ejemplo, se considera un error la actitud del médico que prolonga una vida cuya salud no puede restablecerse) y de que el suicidio es un noble gesto para escapar de la existencia que se ha hecho gravosa”.

En una columna de opinión dejó escrito: “El hecho de que Jesús de Nazareth, al que la cristiandad considera salvador, fuera judío puede para nosotros como para el pueblo cristiano ser el símbolo de nuestra pertenencia a la cultura greco-judeo-cristiana”.

Dios y la vida

En una semblanza del papa Juan XXIII, afirmaba: “A decir verdad, la Iglesia ha predicado la Imitatio Christi a lo largo de casi dos mil años, y nadie puede decir cuántos párrocos y monjes habrá habido que, viviendo en la oscuridad a lo largo de los siglos hayan dicho como el joven Roncalli: Este es mi modelo: Jesucristo, sabiendo perfectamente, ya a los dieciocho años, que parecerse al buen Jesús significaba ser tratado como un loco… Generaciones enteras de intelectuales modernos, en la medida en que no fueron ateos -o sea, necios, que pretenden saber lo que ningún ser humano puede saber-, aprendieron de Kierkegaard, Dostoievsky, Nietzsche y sus incontables seguidores, a considerar interesantes la religión y las cuestiones teológicas. No hay duda de que tendrán dificultades para comprender a un hombre que de muy joven hizo voto de fidelidad no sólo a la pobreza material, sino asimismo a la pobreza espiritual… su promesa era para él un signo evidente de su vocación: Soy de la misma familia que Cristo, ¿qué más puedo querer?”.

Y en una carta a su marido el 18 de mayo de 1952, le decía después de escuchar el Mesías de Händel interpretado por la Orquesta Filarmónica de Munich: “El Aleluya sólo se comprende desde el texto: Nos ha nacido un niño. La verdad profunda de este relato de la leyenda sobre Cristo: todo comienzo permanece intacto; por el comienzo, por esa salvación, Dios creó al hombre en el mundo. Cada nuevo nacimiento es como una garantía de la salvación del mundo, como una promesa de redención para quienes ya no son un comienzo”.

Muchos años después, Arendt anotaría en otro de sus cuadernos: “Sobre la religión revelada: se nos presenta el Dios que se revela y se hace ostensible, porque nosotros no podemos representarnos lo que no se manifiesta como presencia, describiéndose a sí mismo. Si Dios ha de ser un Dios vivo, así lo creemos, debe necesariamente revelarse a sí mismo”. Y añadía el siguiente poema:

“La voz de Dios no

nos salva de la abundancia,

Él sólo habla a los miserables,

a los ansiosos, a los impacientes,

Oh Dios, no te olvides de nosotros”.

Documentos

Nicea: 1700 años de un Concilio decisivo

El Concilio de Nicea reafirmó la consustancialidad de Jesús con el Padre, rechazando la herejía arriana y definiendo el dogma trinitario con el término clave homoousios. La importancia de este concilio radica en su contribución al desarrollo teológico, defendiendo que solo Dios podía redimir al hombre.

José Carlos Martín de la Hoz·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nos acercamos a la celebración milenaria del célebre concilio de Nicea (325), donde la Iglesia primitiva pasó su primera prueba seria de madurez al afrontar una de las cuestiones más importantes de la Revelación cristiana: el misterio de la vida íntima de Dios, desvelado, en parte, con el misterio de la Santísima Trinidad.

No habían pasado muchos años de la muerte de Orígenes (254), el gran Padre de la Iglesia Oriental, cuando Arrio (260-336), un joven y dinámico sacerdote alejandrino, cantautor y poeta, comenzó a proclamar su particular modo de entender el misterio de la Santísima Trinidad. Este sacerdote, hombre polemista y buen conocedor de las Escrituras deseaba una explicación del misterio de la Trinidad que fuera más inteligible para todos, pues deseaba acercar la doctrina salvadora a la totalidad del pueblo cristiano.

Comienzo del descamino

En un primer momento, Arrio parecía seguir las enseñanzas de Orígenes cuando hablaba de tres personas y una sólo naturaleza divina. Pero empezó a subrayar tanto la primacía de Dios Padre que acabó afirmando que era en realidad el único Dios, y tanto Jesucristo como el Espíritu Santo no lo serían en realidad.

En sus palabras Jesucristo sería un don maravilloso del Padre al mundo y a la Iglesia, perfectísimo, colmado de dones, de virtudes y de belleza, tanto que merecería ser Dios, aunque en realidad sería casi Dios.

Los libros, versos, canciones, con las que desarrolló su particular visión fueron extendiéndose por los mercados, las plazas y las ciudades. Hasta tal extremo se propagó que, como recordaba san Basilio, “el orbe se despertó arriano”. Fue un momento dramático de la historia de la Iglesia, cuando parecía que podría perderse la verdadera fe. Un momento crucial del que, una vez más, la Iglesia fue salvada por la intervención del Espíritu Santo. 

San Basilio

Precisamente san Basilio expresaba la gravedad de la situación en uno de sus sermones acerca del Espíritu Santo. Utilizaba como imagen viva la de una batalla naval, en la que la verdad de la Iglesia se representaba como una pequeña barca rodeada de grandes buques en un mar en tempestad. 

La solución al problema llegó por la iluminación del Espíritu Santo en el pueblo cristiano y en sus cabezas teológicas al recordar que Cristo vive y gobierna la nave de su Iglesia. La revelación, la Palabra de Dios, como dice la Epístola a los Hebreros es “Viva y eficaz como espada de doble filo que penetra hasta las junturas del alma” (Hebreos 4, 12). 

Cristo vive en la historia y en la Iglesia. No estamos hablando de un dogma cristalizado, sino de una persona viva, la segunda de la Santísima Trinidad, que se nos muestra en la Escritura y en la Tradición como verdadero Dios y verdadero hombre. Y en concreto, en Nicea se nos aparece como consustancial al Padre: “La predicación de Jesús, la predicación de los primeros discípulos, su palabra viva, sembraron originariamente la fe en los corazones, bastante tiempo antes de que existiera una literatura cristiana” (Karl Adam, El Cristo de nuestra fe).

La primera clave de esta celebración del Concilio de Nicea es que estamos hablando de que Cristo vive y con Él celebramos ese nuevo aniversario con otros cristianos, personas también vivas. Indudablemente, la esencia del cristianismo es Jesús presente en su Iglesia, el rostro de Dios; historia y vida.

Volvamos al siglo IV, para descubrir las dudas de algunos cristianos embaucados por un falso concepto de Dios. Lo que no habían logrado las persecuciones romanas, sistemáticas y crueles, o las herejías gnósticas del siglo II, parecía lograrlo aquella doctrina pegadiza. Una vez más se comprobaba que la mente racional humana debe, ayudada por la gracia, ahondar en los misterios de la fe. Pero siempre guiados por el Espíritu Santo y el Magisterio de la Iglesia, auténtico intérprete de la Tradición de los Padres y de los sentidos de la Sagrada Escritura.

El racionalismo resultaba aquietado con una figura humana de Jesucristo perfectísima, generosa, audaz, profunda, entregada por los hombres hasta la cruz. Un hombre tan santo que merecería ser llamado Dios, pero que para Arrio y sus seguidores no lo era. Con ello salvaban el maniqueísmo: la unión de la materia y el espíritu que rechazaban los orientales. En realidad, con ese cambio no se lograba más que una nueva religión y por tanto una traición a la verdadera fe revelada por Jesucristo que afirmó con su vida, hechos y milagros la divinidad, su unión inquebrantable de naturaleza con Dios Padre. Si Cristo no era Dios no había Redención, ni sacramentos, ni salvación.

El Papa y el emperador

El Papa san Silvestre, con el apoyo del emperador Constantino, convocó el Concilio de Nicea. Gracias a la colaboración de las autoridades civiles, que pusieron todos los medios a favor del Concilio, pudieron llegar a Nicea prácticamente todos los obispos del orbe. Al emperador le interesaba velar por la máxima unidad de la Iglesia, pues eran momentos difíciles para el Imperio Romano, ya en plena decadencia.

Cuando los obispos se encontraron para el Concilio de Nicea en el año 325, no pocos de ellos llevaban en sus cuerpos las marcas de las recientes persecuciones: las manos de Pablo de Neocesarea estaban paralizadas por los hierros candentes que había padecido. Dos obispos egipcios estaban tuertos. San Pafnucio tenía el rostro deformado por los crueles suplicios a los que había sido sometido, otros habían perdido un brazo o una pierna.

Asistieron 318 obispos que llegaron, asistidos por el Espíritu Santo, a la solución expresada en un credo.  Se dice en él que Jesucristo es “de la substancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no hecho, homoousiostou Patrou (consustancial al Padre)”. Aunque fórmula fue eficaz, la polémica continuó posteriormente.

Homoousios

La segunda clave del concilio de Nicea es la palabra griega clave para solventar la diatriba teológica: homoousios, “Jesús es consustancial al Padre”, se trata de un concepto griego que no estaba en la Biblia. Este hecho nos recuerda la importancia del quehacer teológico, que siempre requerirá interpretación y correspondencia con el contenido de la Revelación entregada a la Iglesia y, a la vez, siempre habrá de ir perfilándose a lo largo de la historia para corresponder con la mayor cercanía a la verdad de Jesucristo y, al mismo tiempo, sea máximamente inteligible para los hombres de cada época. Los términos teológicos y la expresión de la fe dieron indudablemente un avance de clarificación. La realidad es que la fe no es un juego de palabras, es un amor por el que han dado la vida los mártires y los confesores a lo largo de la historia.

No podemos dejar de recordar la figura de san Atanasio, el Patriarca de Alejandría que se convirtió en el adalid de la verdad frente a Arrio. Eso le costó ser expulsado de su sede por la autoridad civil en quince ocasiones a lo largo de su vida. Para Atanasio la clave estaba en la Redención del género humano. Subrayaba que solo Dios podía redimir al hombre. Por eso el concilio de Nicea afirmaba que Jesus es de la misma naturaleza del Padre.

Llegados al final de estas líneas, recordemos que el Espíritu Santo, ha estado presente y lo seguirá estando hasta el final de los tiempos, velando por la unidad en la variedad de los cristianos.

Evangelio

Buscar la estrella. Epifanía del Señor (C)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Epifanía del Señor (C) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. Los sabios no tenían mucho en qué basarse: una estrella inesperada y tal vez algún conocimiento de las profecías judías que habían llegado hasta ellos en su lejana tierra.

Los que estaban más cerca físicamente, los sabios de Jerusalén no mostraron ninguna inclinación a seguir la estrella. Cuántas veces nos avergüenzan los conversos y las personas que, habiendo tenido mucho menos contacto con la fe y la vida católicas que nosotros, una vez que las descubren las valoran mucho más que nosotros.

Qué nocivo, qué embrutecedor es ser un mero católico cultural, tenerlo todo a mano y aprovecharlo tan poco. A menudo es necesario que vengan personas de muy lejos -en términos culturales, espirituales e incluso morales- y a un gran coste para que nos pongan en evidencia por nuestro descuido del tesoro que nos es tan accesible.

Con demasiada facilidad nos acostumbramos a las estrellas que Dios nos envía y dejamos de verlas. Reunirnos cada domingo como comunidad cristiana para revivir el sacrificio de Cristo en la Cruz y recibir su Cuerpo es una estrella. Es un punto luminoso de fe. Es luz, si estuviéramos preparados para verla. 

Dios pone personas a nuestro alrededor -el cónyuge, un buen amigo, un sacerdote- para que sean estrellas para nosotros. Un reto para salir de nuestra zona de confort, para emprender una nueva iniciativa al servicio de Dios y de las almas, es una estrella para nosotros. Cuando santa Teresa de Calcuta vio a un hombre en una situación desesperada en una cuneta y le ayudó, eso la llevó a dedicar su vida a los más pobres entre los pobres. Ese hombre fue una estrella para ella. 

La voz de nuestra conciencia que nos llama a vivir un nivel de vida superior a la media que nos rodea es también una estrella. Nos llama precisamente a no conformarnos, a no hacer simplemente lo que hacen los demás. Fue ese espíritu de conformidad el que llevó a los sabios de Jerusalén, e incluso quizás a algunas personas en la tierra de los Magos, a quedarse atrás y no seguir la estrella. Pero fue esa negativa a conformarse, a hacer caso de las voces que les decían que exageraban o les llamaban locos por emprender un viaje tan alocado, lo que llevó a los Magos al encuentro con el Niño Dios: “Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron”.

La homilía sobre las lecturas de la Epifanía del Señor (C)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Ignacio Belzunce y una lección en el Jaizkibel

El sacerdote navarro Ignacio Belzunce dejó un legado de buen humor y entrega, como muestran las más de 4.000 personas que se unieron en grupos de whatsapp para rezar por su salud en los últimos días.

3 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 2 de enero nos dejó Ignacio Belzunce, un sacerdote numerario del Opus Dei que dedicó 23 años de su vida sirviendo en colegios de Fomento. Su disponibilidad para con los jóvenes y sus familias fue todo un ejemplo.

Hombre sencillo y muy querido, Ignacio era también un apasionado del ciclismo. Sus amigos y estudiantes recuerdan cuando narraba su famosa anécdota en el Jaizkibel, el famoso puerto donostiarra. Corría el año 92 o 93 y al día siguiente se disputaba la clásica de San Sebastián. Tras una larga jornada de pedaleo, Ignacio estaba ya agotado cuando fue adelantado por dos ciclistas profesionales que estaban entrenando, uno de ellos Laurent Fignon, campeón del Tour de Francia en 1983. Los franceses, con la guasa que les caracteriza, le dedicaron una pequeña burla mientras le dejaban atrás.

Cuando parecía que todo acabaría con Ignacio derrotado, apareció un inesperado aliado: el famoso ciclista español Peio Ruiz Cabestany, a quién Ignacio contó la humillación sufrida. Dolido por la situación, Peio le dijo a Don Ignacio que no se dejara intimidar y se preparara para dar una lección a estos gabachos. Sin esperar respuesta, lo sujetó del sillín y empezó a arrastrarlo montaña arriba a toda velocidad. Ignacio, entre asombrado y agradecido, trataba de recuperar el aliento sin tocar los pedales.

A pocos metros de coronar, Peio lo soltó y le emplazó a devolverles el mandoble recibido: Ignacio, reuniendo todas las fuerzas que le quedaban, lanzó un sprint final y pasó a los franceses como una exhalación. Al llegar a la cima, disimuló su agotamiento, esperó a los ciclistas y con una sonrisa pícara les saludó afectuosamente. Solo cuando los franceses siguieron su camino, Don Ignacio se dejó caer al suelo para recuperarse del esfuerzo.

Cuando concluía esta apasionante narración, que era capaz de glosar con todo lujo de detalles, comparaba lo sucedido con la acción de la gracia de Dios en nuestras vidas: “Cuando tú no puedes más, Él te coge del sillín y te lleva hasta la cima”.

Quizá ahora que nos ve desde el cielo, podamos ver la vida de Ignacio y escuchar sus ánimos para que confiemos en la gracia divina, capaz de superar las etapas y rivales más duros.

Descanse en paz, Ignacio. Disfrute ya de la cumbre eterna.


*Artículo modificado el 3/1/2025. 9:46h.

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

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Evangelización

Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno, familias de santos

Los santos Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia, estuvieron unidos por una honda amistad, lucharon contra el arrianismo, y su memoria litúrgica se celebra hoy, 2 de enero.   

Francisco Otamendi·2 de enero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En las familias de ambos hubo numerosos santos. San Basilio, nacido en Cesarea en el año 329, recibió de su padre los fundamentos de la doctrina cristiana. Su hermana Macrina y sus hermanos Pedro, obispo de Sebaste, y Gregorio de Nisa, fueron también elevados a los altares. Gregorio Nacianceno tuvo también una hermana, Gorgonia, y un hermano, Cesario, santos.

Basilio viajó por el Ponto, luego por Egipto, Palestina y Siria, atraído por la vida de los monjes y los ermitaños: aspiraba a una vida de silencio, soledad y oración. A su regreso al Ponto, se encontró con un antiguo compañero de estudios conocido en Atenas, Gregorio de Nacianzo, con quien fundó una pequeña comunidad monástica. Pero luego dejó su retiro para establecerse en Cesarea, donde fue ordenado sacerdote y luego obispo.

Su lucha contra el arrianismo se desarrolló en la doctrina y en la caridad. Frente a los arrianos que defendían sus posesiones, Basilio argumentó que si cada uno se contentase con lo necesario y diese lo superfluo al prójimo, no habría más pobres. En cuanto a Gregorio, el emperador Teodosio le envió a Constantinopla (anteriormente Bizancio, ahora Estambul), para combatir la herejía arriana. Con su doctrina y vida ejemplar, la ciudad regresó a la ortodoxia. Son conocidos como Padres Capadocios.

El autorFrancisco Otamendi

De Aristóteles a Lalachus

La polémica imagen de Lalachus en las campanadas de Televisión Española reabre el debate sobre la libertad de expresión. ¿Es progreso normalizar el insulto y la burla gratuita hacia instituciones y creencias, mientras avanzamos en otros ámbitos del respeto?

2 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

A raíz de la polémica imagen mostrada por Lalachus en las campanadas de Televisión Española, recordé una carta al director que publiqué en El País el 16 de mayo de 2016. Decía lo siguiente (perdón por la autocita): 


“Tenemos un problema en este país a la hora de entender la libertad de expresión. La libertad de expresión no es el derecho al insulto, ni el derecho a ofender gratuitamente los sentimientos ajenos. 

Uno puede estar en contra de la Iglesia, del nacionalismo, de los homosexuales o de los coleccionistas de sellos, pero eso no da derecho a expresar cualquier cosa, en cualquier sitio y de cualquier forma. Asaltar capillas semidesnudo en medio de ceremonias litúrgicas, silbar un himno en el momento en que se toca oficialmente, mofarse con caricaturas de la religión de los demás, o llamar maricón a alguien por su orientación sexual, no parece que sean modos de expresar racionalmente una opinión contraria. Más bien parecen mostrar el deseo de insultar a los demás. 

Para discrepar sobre cualquiera de estos temas hay contextos y formas más adecuados, sobre todo si pretendemos construir una sociedad abierta y tolerante. Y es que, como ya decía Aristóteles, «cualquiera puede enfadarse, eso es muy fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de la forma correcta, eso ciertamente, no resulta tan fácil»”. 


Han pasado ocho años desde esta publicación, pero lamentablemente, parece que no hemos avanzado en este asunto, sino todo lo contrario. 

Recientemente, el gobierno español ha propuesto eliminar el delito de ofensas contra los sentimientos religiosos y las injurias a la Corona. Aunque se pueda argumentar que esta medida busca reforzar la libertad de expresión, en la práctica parece abrir la puerta a la normalización del insulto y la burla gratuita hacia instituciones y creencias que son significativas para muchos ciudadanos.

Es profundamente triste observar cómo, como sociedad, hemos logrado avances notables en la sensibilidad hacia el lenguaje sexista, racista u homofóbico, pero no aplicamos el mismo estándar a otros contextos. Nos esforzamos por proteger a ciertos colectivos del lenguaje vejatorio, y eso es un logro encomiable. Sin embargo, ¿por qué no extendemos ese mismo principio de respeto a otros ámbitos? ¿Por qué la ofensa hacia una fe religiosa, una institución o un símbolo cultural parece gozar de un amparo especial?

No se trata de coartar la crítica legítima o el debate sobre cuestiones de relevancia pública. Al contrario, una sociedad verdaderamente libre y plural necesita espacios para disentir y para cuestionar, pero siempre desde el respeto y la racionalidad. 

Confundir la libertad de expresión con el derecho a humillar no solo distorsiona su significado, sino que también erosiona los valores que deberían sostener una convivencia pacífica.

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

Mundo

Memoria y perdón: un congreso sobre cómo reconstruir las relaciones

El Congreso Internacional «Memoria común y perdón colectivo», organizado por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en mayo de 2025, reflexionará sobre el perdón colectivo como herramienta para la reconciliación social e institucional, combinando perspectivas académicas, espirituales y prácticas en el marco del Jubileo 2025.

Giovanni Tridente·2 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el corazón del próximo Jubileo 2025, un evento que, como sabemos, invita a los fieles de todo el mundo a reflexionar sobre el perdón de los pecados y la reconciliación, la Pontificia Universidad de la Santa Cruz se prepara para acoger el congreso internacional «Memoria común y perdón colectivo». El evento, que se celebrará en Roma los días 6 y 7 de mayo de 2025, será un momento de encuentro, estudio y diálogo, apoyado por el Dicasterio para la Evangelización y organizado por el Centro Cristianismo y Sociedad de la Facultad de Teología, en colaboración con la Confederación de Empresarios de México Coparmex.

El objetivo es abordar el tema del perdón colectivo y la memoria compartida, en un intento de hacer una contribución importante a la reflexión sobre los conflictos y la posibilidad de reconstruir las relaciones humanas e institucionales.

La esencia del perdón colectivo

Como explican los organizadores, el perdón, a menudo considerado un acto personal, puede declinarse también en una dimensión colectiva. En efecto, las comunidades e instituciones que experimentan un sufrimiento compartido -ya se trate de guerras, opresiones o conflictos sociales- necesitan herramientas para procesar el pasado y construir un futuro diferente. En este sentido, la memoria de la ofensa, en lugar de ser una especie de prisión espiritual, puede convertirse en un acto de liberación y reconciliación, que permita reconocer la vulnerabilidad de los demás, así como la propia.

Esta dinámica se abordará a través de preguntas complejas como: ¿cómo pueden las sociedades perdonar colectivamente? ¿Es posible reconciliar a grupos divididos por décadas de odio o incomprensión? ¿Cuál es el papel de las instituciones en la creación de un terreno favorable al perdón?

El llamamiento a los académicos

Una de las características especiales de la iniciativa es la recogida de contribuciones académicas a través de una convocatoria de comunicaciones abierta a filósofos, teólogos, historiadores, juristas, sociólogos y otros expertos. Los interesados podrán proponer -hasta el 31 de enero de 2025- reflexiones sobre temas como la memoria histórica y la justicia transicional, las narrativas de la memoria a través del arte y los medios de comunicación, la relación entre educación y memoria o el papel de las políticas públicas en la preservación de la memoria histórica. Las contribuciones aceptadas se presentarán durante la conferencia y se publicarán posteriormente.

Participaciones internacionales

El programa del Congreso se extiende a lo largo de dos días, con ponencias sobre temas clave como la justicia y el perdón, la importancia de la memoria documental y el papel de la espiritualidad en el proceso de reconciliación.

Destaca la participación del Cardenal Matteo Zuppi, Arzobispo de Bolonia y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, que ofrecerá una reflexión sobre el perdón en contextos de guerra, y del Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén, que compartirá su singular perspectiva sobre la posibilidad del perdón en Tierra Santa.

Otras charlas explorarán temas innovadores, como el impacto de los medios sociales y la inteligencia artificial en la cultura del perdón, con la participación del profesor John D. Peters, de la Universidad de Yale.

El perdón como camino de esperanza

En el marco del Año Santo, además de profundizar en aspectos teóricos, el Congreso también quiere representar una invitación concreta a mirar el perdón como un camino de esperanza y de transformación individual y colectiva. Al fin y al cabo, el Papa Francisco subraya a menudo que el perdón nunca es un signo de debilidad, sino un acto de fuerza que puede cambiar el curso de la historia. En esta perspectiva, la reflexión no será sólo académica, sino también espiritual y práctica, tratando de proponer nuevos caminos de reconciliación que puedan ser una inspiración para la sociedad y los individuos.

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Recursos

La patología de la maldad

La maldad, resultado de nuestras contradicciones internas, afecta tanto a individuos como a sociedades. Martha Reyes explora sus raíces en percepciones distorsionadas, sentimientos descontrolados y falta de fe, proponiendo regresar al diseño divino para vencerla.

Martha Reyes ·2 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 10 minutos

En Génesis 2, 7 «Dios sopló Su aliento de vida en el hombre después de formarlo del polvo de la tierra». Somos diseño del creador para reflejar Su imagen y semejanza. Por lo tanto, es lógico pensar que a pesar de nuestras luchas internas, estamos confeccionados y destinados para preferir el bien, lo bueno y lo agradable a Dios, y para ser criaturas de Su complacencia exhibiendo características de Su naturaleza divina. 

Además de estas razones espirituales, durante los procesos evolutivos los seres humanos nos fuimos dando cuenta que también son muchos los beneficios socioeconómicos para escoger el bien por encima del mal. Al encaminar nuestra sociología y psicología de vida en torno al diseño y deseo original del Creador, descubrimos lo que es vivir en sana convivencia, hermanados por alianzas y conductas que nos favorecen, compartiendo “de los frutos de la tierra y del trabajo del hombre”. Todo es requisito para permanecer en paz y no en conflicto, creciendo y prosperando, asegurando la supervivencia de todos. Es antropológico y universal. 

En prácticamente todas las religiones observamos que una parte de la religiosidad ha sido dedicada a la reverencia a la deidad, y la otra parte, a la sana convivencia interrelacionar. La fe judeocristiana dedica la mayor parte de sus enseñanzas a exhortar a la humanidad a esta fe que invita a la reverencia a Dios y a la hermandad que produce frutos palpables. En el Antiguo Testamento Moisés nos entrega los Mandamientos de la ley de Dios, y después leemos en Deuteronomio 28, 1-2 «Si escuchas la voz del Señor, tu Dios, y te empeñas en practicar todos los mandamientos que hoy te prescribo, Él te pondrá muy por encima de todas las naciones de la tierra. Y por haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán toda clase de bendiciones». El Salmo 133, 1 dice «Vean cuán bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos». Y en el Nuevo Testamento hay incontables exhortaciones a la convivencia sana, como por ejemplo en Efesios 4, 31-32 «Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo». 

Está en nuestro ADN el preferir el bien sobre el mal y orientar nuestras vidas hacia causas nobles y valiosas. Aun así, la historia nos recuerda como tan fácilmente renunciamos a nuestra esencia original sana y pacífica, para enredarnos en conflictos sociales, divisiones, rencillas, guerras y destrucción. Por ejemplo: la mitad de los matrimonios terminarán en divorcios. A nivel mundial, 150 millones de niños viven en orfandad, abandono o miseria. Seis de cada 10 niños y una de cada 5 mujeres sufren de abuso. Hemos perdido la cuenta de la cantidad de seres humanos que han fallecido en las guerras históricas: quizás un billón a lo largo de 21 siglos, con 108 millones de fallecidos solo en el siglo 20. 

Hoy día los países desarrollados gastan un promedio de 225 billones de dólares al año en ayuda  humanitaria a países pobres, pero a la misma vez, el gasto militar mundial por los conflictos entre países y naciones es de 2.44 trillones de dólares. Los gastos en salud y medicina sobrepasan los 10 trillones de dólares para supuestamente mantener a nuestras poblaciones saludables. A la vez, las adicciones cobran cinco veces más vidas que el cáncer y el sida. ¡Qué extrañas dicotomías! ¿Qué rige los corazones humanos capaces de, por una parte, manifestar muchos instantes de nobleza moral, y por otra parte, optan por tendencias contrarias de indiferencia, violencia o destrucción? ¡Es irracional! ¡Es locura! 

En Romanos 7, 15, San Pablo, frustrado con sus conductas indomables, dijo: «No entiendo mis propios actos: no hago lo que quiero y hago las cosas que detesto». ¿Será esta la lucha que todos  entablamos en nuestro interior? 

Recordemos que Adán y Eva fueron nombrados los custodios de la tierra, de todo lo viviente y visible. Pero en vez de vivir agradecidos y satisfechos con todo lo bueno a su alrededor, prefirieron ir hacia lo único prohibido y desconocido: comer del árbol o fruto restringido, en total desobediencia a la voluntad de Dios. Los ojos, el apetito y las ansias del corazón, se fueron tras lo que tenía límites, en vez de gozarse en pleno del resto de la creación, a sus anchas.

Estos continuos actos de desobediencia a Dios nos siguen robando de nuestra dignidad de hijos. Comparable a la triste historia de Esaú, hijo de Isaac y hermano de Jacob en Génesis 25, 24 en adelante. Esaú era un diestro cazador quien un día, irónica y misteriosamente, prefirió vender su primogenitura con todas sus unciones y bendiciones, por un miserable plato de lentejas. ¿Y qué  tal del rey David? En la historia de Israel no ha habido reinados como el de David y su hijo Salomón, y sin embargo, David se dejó embriagar por la pasión hasta convertirse en adúltero y  asesino (2 Samuel 11). Y como estas historias, hay muchas. 

¿Cómo explicar estas contradicciones? ¿Qué fuerzas oscuras y extrañas a veces operan en la mente y corazón humano que exponen grandes debilidades y vulnerabilidades? Preferimos echarle la culpa al demonio y a los espíritus malignos por nuestros errores y desgracias. Sí, es cierto que la Biblia presenta a un ser real con el nombre de satanás quien es el autor de planes mezquinos y destructivos. Además de ser el tentador en el desierto quien intentó meterle zancadilla a la misión mesiánica de Jesús, en Juan 10, 10 el mismo Jesús dijo: «El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud». Aun así, también aclara Jesús que hay enemigos internos que nos hacen pecar, y a estos  debemos de ponerles mucha atención. Marcos 7, 21: «Porque de adentro del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios». 

¿Por qué cedemos tanto a estos instintos corruptos? ¿Por qué no acabamos de reconocer que la maldad sólo nos consigue destrucción y pérdidas? ¿Por qué no sabemos tomar dominio sobre los impulsos desenfrenados para optar por lo mejor de nuestra naturaleza? Principalmente, porque somos rehenes de los sentimientos que muchas veces dominan la razón. Así como hay sentimientos hermosos (el amor, la paz, la gratitud, la alegría, la esperanza), hay otros que se convierten en fuerzas paralizantes o corrientes destructivas. Nos retroalimentamos tan fácilmente de rechazos, desamor, odios, sentidos de venganza, priorizando pensamientos de dominio y planes narcisistas, que saboteamos nuestras posibilidades de dimensionarnos con cualidades superiores. Estos sentimientos negativos fermentados en nuestro interior son los detonantes de un sistema de autodestrucción sistemático e integral. Son como ácido que corroe el entendimiento y la salud mental y social. Son tendencias primitivas que no hemos aprendido a vencer. 

LOS EMPODERADORES DE LA MALDAD 

1- La percepción desfigurada de la realidad

La maldad se alimenta de la percepción obstruida. Esta ceguera emocional o espiritual nos arrastra a la confusión y malinterpretación, deformando nuestro sentido de evaluación sincera. Cuando nuestra percepción no compagina con la realidad, juzgamos con dureza a la vida y a los demás. Perdemos el don de la comunicación empática y obstruimos oportunidades de reconciliación. Es ahí donde nacen los prejuicios y distanciamientos que tanto nos perjudican. 

Mateo 6, 22 lo explica así: «Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos están malos, todo tu cuerpo estará en obscuridad». 

2- Los sentimientos descontrolados

El resentimiento, el deseo de venganza, la envidia, ansiedad no regulada, la desesperación, la  desconfianza, la amargura, la soberbia, son los sentimientos que más contribuyen al desequilibrio mental y a la desestabilización social. 

3- La mentira y el engaño

Juan 8, 44. (El diablo) «Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira». 

La mentira tiene muchos esclavos, y la verdad, pocos soldados. El mal encuentra refugio en la mentira y en la falsedad. La mentira erosiona la confianza social. Daña nuestras relaciones y daña nuestra autoestima produciendo un sabotaje de la dignidad y el prestigio. Cuando otros se dan cuenta que les hemos mentido, se sienten burlados emocional e intelectualmente. La mentira promueve la desconfianza y la división, desmantela la credibilidad, la cual es la  espina dorsal de la autoridad.  

4- Las filosofías que nos rigen socialmente

La sociología y filosofía de vida que nuestra humanidad adapta, si no están alineadas con nuestra configuración espiritual, neurológica y psicoafectiva original, serán insostenibles. Los conceptos sociales erróneos de la felicidad y del éxito son los culpables de generar un exagerado inconformismo y egoísmo en muchos seres humanos. Las culturas modernas exaltan la superficialidad y la popularidad, y han reemplazado al guía sabio por la celebridad, aún con estilos de vida corruptos que se han normalizado, desensibilizándonos del impacto inicial de lo que antes considerábamos chocante y repulsivo. La insensatez destrona la sabiduría. 

5- Las histerias colectivas 

Estas exponen lo susceptibles e influenciables que somos a cualquier adoctrinamiento que apantalla. Es fácil ver como movimientos sociales y políticos como fascistas, comunistas y terroristas han arrastrado las masas a lo largo de la historia, pero llevarlas a lanzarse por los precipicios del engaño y la decadencia.  

6- El miedo y la cobardía

Producen silencio, encubrimiento, obediencia ciega, y complicidad. Vendemos nuestro prestigio, dignidad, honestidad, estabilidad emocional, y espiritualidad, por miedo al rechazo, al señalamiento, a la irrelevancia o a la pérdida. 

7- Concepto distorsionado o desfigurado de la justicia y de la misericordia 

Cuando las leyes de un país o el proceder de los legisladores favorecen más a los culpables que a los inocentes, no nos dedicaremos a detener o erradicar el mal con efectividad. Antes bien, operamos en complicidad con la maldad convirtiéndonos en sus facilitadores. Hemos cambiado el castigo fuerte y merecido como elemento de disuasión para detener el crecimiento del mal, por una misericordia desproporcionada y desubicada, excusando y justificando actos de violencia proponiendo que el ofensor es otra víctima más. Antes de absolver una culpa debemos de saber explicar la abarcadura de la ofensa y promover la convicción del error. 

8- Malinterpretación del libre albedrío y libertades infundadas

No somos libres de quitar, agredir, empobrecer a otros, hacernos daño a nosotros mismos, desestabilizar la sociedad, o usurpar al rico para satisfacer al pobre. El libre albedrío no es libertinaje: debe ser monitoreado por el buen juicio, la sensatez y la misericordia universal. 

9- El dinero, la raíz de todos los males

1 Timoteo 6, 10-11 «Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores. Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad».

El plan maestro de Dios articulado por Jesús en varios de sus mensajes es que nuestra provisión está asegurada gracias al Dios providente del Padre Nuestro, quien viste y alimenta diariamente hasta las criaturas más sencillas de la creación. Cuando entendemos la providencia de Dios, ya no seremos controlados por el instinto de supervivencia, sino reconfigurados por la gracia y el amor que ofrece el Padre proveedor.  

10-La falta de fe y religiosidad

El mensaje de Jesús intenta volver a alinear nuestros impulsos conscientes e inconscientes con la voluntad de Dios, nuestro diseño original. Por eso la fe y la religión son tan importantes en la vida del hombre. Así como cedemos a la patología de la maldad, recordemos siempre lo que dice Lucas 17, 20: «En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: ´El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está  aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de ustedes`».

¿Cómo vencemos la patología de la maldad? 

1Asumiendo Su naturaleza divina

Haciendo esfuerzos conscientes de hacer cambios a patrones de conducta carnales, destructivos y  esclavizantes para dimensionarnos por la vida como auténticos hijos de Dios acompañados de Su gracia, manifestando testimonios de vida de personas que van buscando el dominio propio y la santidad. 

Romanos 8, 29-30: «En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó». 

2 Pedro 1, 4-7: Nos ha concedido lo más grande y precioso que se pueda ofrecer: ustedes llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que en este mundo va a la par con el deseo. Por eso, pongan el máximo empeño en incrementar su fe con la firmeza, la firmeza con el conocimiento, el conocimiento con el dominio de los instintos, el dominio de los instintos con la constancia, la constancia con la piedad, la piedad con el amor fraterno y el amor fraterno con la caridad. 

2Transformándonos con las armas espirituales

La conversión es más que un cambio de comportamiento: es el equivalente a un nuevo nacimiento, haciendo propósitos de enmienda que llevan a una firme resolución de luchar arduamente para no volver a errar. La verdadera conversión que se logra con el sincero arrepentimiento y la gracia de Dios implica una transformación radical de maneras de pensar y de actuar: vestir el alma con una nueva esencia. Para lograrlo a veces tendremos que enfrentar batallas humanas y batallas espirituales. Con la ayuda de armas espirituales, libraremos esas batallas. 

Juan 3, 4-6: «¿Acaso puede entrar en el vientre de su madre, y volver a nacer? Jesús le respondió: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es». 

Efesios 6, 13-17: «Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz». 

3Cortando y arrancando de raíz 

Mateo 18, 8 dice: «Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno». 

El mal se acerca a nuestra vida con planes violentos. Debemos de responderle con decisiones determinantes y asertivas para detenerlo a tiempo, sin ambivalencias y con gran determinación. Las viejas amarguras o viejos resentimientos siguen fermentando y fomentando más conflictos. A través de consejería, diálogos de reconciliación, del sacramento de la confesión, oración, retiros y procesos intensos de sanación interior, se van cerrando las rendijas y puertas que quedaron abiertas por los traumas del pasado, como heridas que nunca cicatrizaron. 

4Armándonos de dones

De valentía, resiliencia, discernimiento, conciencia de error, don de ciencia y dones de desprendimiento, para optar deshacernos de lo erróneamente adquirido y cambiarlo por la perla de mayor valor. 

Lucas 19, 8: «Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: ´Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más`». 

3- Modelando las enseñanzas de amor y misericordia del Evangelio 

Las enseñanzas de Jesús están llenas de exhortaciones hacia la misericordia. Aún en el Padrenuestro, Jesús aclara que si no perdonamos a quienes nos ofenden, no tendremos legitimidad espiritual para pedir el perdón de Dios. Algunos grandes ejemplos de misericordia están en: 

– Lucas 10, 25-37, en el proceder del Buen Samaritano.  

– Mateo 18, 22, en el perdón incondicional de las 70 veces 7.

– Mateo 5, 6 y 7, viviendo bajo el credo y manual de códigos morales, propuestas de vida sana  deletreadas en el Sermón de la Montaña.  

Recordemos también que el perdonar es un contrato de enmienda. Para que haya convicción de error, el acto de perdón debe de ser acompañado de un entendimiento de la abarcadura del daño. 

4- Enseñarles a las nuevas generaciones la fe y los códigos morales inquebrantables 

Salmos 90, 1: «Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación».

Salmo 145, 5: «De generación en generación se celebran tus obras, se cuentan tus proezas». 

Hay valores insustituibles para la formación de comunidades sanas: el amor y respeto a la vida, a la familia, el temor de Dios, la caridad, la responsabilidad social, entre otros. Pero además de enseñar valores, debemos de acompañar a los hijos a tener una relación personal con Dios y un encuentro espiritual de genuina conversión. Después de recibir los sacramentos del bautismo y confirmación, muchos hijos no tendrán la oportunidad de seguir creciendo en la fe si no cuentan con la formación moral y espiritual que deben de proveer sus padres.  

5- Anunciar el bien y denunciar el mal 

Al mal hay que encararlo con valentía y endereza, aunque implique sacrificios y renuncias; eso es ser profetas para estos tiempos. 

Jeremías 1, 8-10: «No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte -palabra de  Yahvé. Entonces Yahvé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: ´En este momento  pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás`».

Desenmascarar los engaños, a los lobos rapaces, a la mentira con apariencia de verdad, aunque implique perder admiración y prestigios humanos, es a lo que estamos llamados los hijos de la verdad. 

En conclusión: Tenemos que activar todos los dones e instintos espirituales que nos ayudarán a subyugar nuestras vulnerabilidades humanas. Al habilitar los dones más sublimes que sí están todos bajo nuestras posibilidades, venceremos la patología de la maldad con lo sano y beneficioso de la naturaleza espiritual que nos ofrece la fe, la conversión y los bautismos de  gracia que producen verdaderos cambios.  

Efesios 4:23: «Dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes».

El autorMartha Reyes 

Doctora en Psicología

Vaticano

Qué debe saber un peregrino (antes de llegar a Roma, y tras su llegada)

Aunque el Jubileo 2025 tendrá su concreción en las distintas Iglesias locales, la ciudad de Roma será el centro neurálgico de este año de gracia en el que los peregrinos, particulares o grupos, tendrán a su disposición una serie de ayudas para sacar el mayor partido a la jornadas romanas.

Omnes·2 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos


Punto de acogidaCentro del Peregrino / Centro Pellegrini 

El Centro de Peregrinos – Punto de Información es el punto de referencia para los peregrinos y turistas que desean estar informados sobre el próximo Jubileo de 2025. Los locales designados se encuentran en Via della Conciliazione, 7 y están abiertos de lunes a domingo, de 10.00 a 17.00 horas. 

En el Centro de Peregrinos se recibirán las principales informaciones sobre cómo participar en la peregrinación a la Puerta Santa y en los eventos que se preparan, y sobre el servicio de voluntariado.

Se ofrece información básica sobre el Jubileo y sobre los caminos dentro de Roma, como la Peregrinación de las siete iglesias, el itinerario de las Doctoras y Patronas de Europa y el itinerario de las iglesias europeas. Un equipo de operadores está siempre disponible en las instalaciones del Info Point.

El Centro Pellegrini cumple una función de acogida para quienes lleguen a Roma, será el centro de gestión de las reservas y de los accesos, y emitirá el testimonio para los peregrinos, además de ser punto de referencia para cualquier eventualidad por parte de peregrinos y voluntarios.


Para moverse en RomaTarjeta del Peregrino

Es una tarjeta digital gratuita y nominal, necesaria para participar en los eventos jubilares y organizar tu peregrinación a la Puerta Santa.

También dará acceso a descuentos en transporte, alojamiento, restauración, movilidad y eventos culturales.

La tarjeta se puede adquirir única y exclusivamente registrándose en el portal de registro, al que se puede acceder a través del sitio web https://register.iubilaeum2025.va/login o mediante la aplicación oficial de Jubilee. 

Tras introducir sus datos, el peregrino recibe un código QR de identificación personal y una cuenta en la app


Eventos¿Cómo me registro para los eventos?

Tras haber obtenido necesariamente la tarjeta de Peregrino y haber iniciado sesión con su cuenta desde el sitio o la aplicación, podrá registrarse para la peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro y para todos los principales eventos del Jubileo. 

Esta herramienta de registro permite organizar ordenadamente el acceso, tanto a la Puerta Santa de San Pedro como a los principales actos para los que se espera una gran afluencia de peregrinos. 

El portal permite realizar inscripciones de forma individual o grupal, informar de cualquier discapacidad, modificar o cancelar reservas, gestionando la hora, día y mes de la romería.

Portal de los servicios para registrarse: https://register.iubilaeum2025.va/home


Grupos – Visado especial para peregrinaciones organizadas por las diócesis o Iglesias locales 

Está disponible un visado especial “Turismo-Jubileo” exclusivamente para aquellos que participan en las peregrinaciones a Roma organizadas por las Iglesias locales, o por una comunidad que pertenece a la diócesis.

El Centro de Visados del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional (MAECI) italiano y el Dicasterio para la Evangelización (DPE) han acordado un Modus Procedendi que pueda facilitar la expedición de visados de entrada en Italia para los fieles que desean peregrinar a Roma y a los otros lugares sagrados presentes en el territorio italiano.

En esta dirección web se encuentra el formulario e indicaciones prácticas:

https://www.iubilaeum2025.va/es/pellegrinaggio/visto-pellegrini.html

Es importante saber que:

Ha de haber un Responsable local designado por el Ordinario de la diócesis, que rellena la lista de los peregrinos participantes utilizando el formulario que se puede descargar en la citada web, y se convierte en garante ante el Gobierno italiano, y lo presenta a la Embajada o Consulado competente para la solicitud del visado. 

Para obtener más información se puede consultar el portal Il Visto per l’Italia, puesto a disposición por el Ministerio italiano de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional en la siguiente dirección: https://vistoperitalia.esteri.it/home/en – tipologia di visto: Turismo.

Las funciones del responsable local se señalan en la web. La dirección de correo electrónico a la que remitir la copia de la lista es [email protected]

Es recomendable presentar la lista por lo menos 40 días antes de la salida prevista de la peregrinación. Sigue siendo válida la posibilidad para cualquier ciudadano que requiera del visado, realizar autónomamente la solicitud del propio visado para entrar en Italia sin necesidad de utilizar este procedimiento.

Vaticano

Cuatro hitos del pontificado de Francisco en 2024

El Papa Francisco concluye 2024 con hitos clave: la encíclica Dilexit Nos, viajes a Asia y Europa, la clausura del Sínodo de la Sinodalidad, y el inicio del Jubileo de la Esperanza, a pesar de su delicada salud.

Maria Candela Temes·1 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En una Basílica de San Pedro resplandeciente tras los trabajos de restauración del Baldaquino y la cátedra de Bernini, el Papa Francisco despedía en la tarde de ayer el año 2024, acompañado por miles de fieles, con el rezo de las Vísperas -oración propia de la Liturgia de las Horas- y el canto del Te Deum en acción de gracias. 

Se comprende que el Romano Pontífice mire al año que acaba de concluir con agradecimiento, pues visto el quebranto en su salud que sufrió a lo largo de 2023, más de uno habría calificado como improbables algunos de los hitos que ha protagonizado en estos últimos doce meses. 

La salud del Papa

El 2024 iniciaba como un gran interrogante. En el pasado mes de febrero una fuerte gripe ocasionó a Francisco problemas respiratorios y acudió a la sede del Hospital Gemelli en la Isla Tiberina para hacerse un TAC y excluir una posible pulmonía. Esta dolencia se fue prolongando impidiéndole en marzo, durante la Semana Santa, pronunciar la homilía del Domingo de Ramos y acudir a la cita anual en el Coliseo para el rezo del Vía Crucis el Viernes Santo. En las ceremonias litúrgicas de los últimos días hemos podido comprobar que, aunque está procurando cuidarse, la voz se le quiebra y las molestias no terminan de resolverse. 

También ha continuado el dolor intenso que sufre en la rodilla -desde hace años padece un deterioro en el cartílago y artrosis-, por lo que contemplar al Papa llevado de un lado a otro en silla de ruedas se ha convertido en una estampa habitual. En todo caso, el sucesor de Pedro no ha perdido su humor porteño. Al ser preguntado por un hematoma que le salió recientemente en el lado derecho del rostro, comentó divertido -tras el consistorio del 7 de diciembre en el que nombró a 21 nuevos cardenales- que se debía a un puñetazo propinado por un obispo al que no había querido nombrar cardenal. En realidad el morado era fruto de golpearse accidentalmente la barbilla con la mesilla de noche.

Escritos, viajes, el sínodo y el jubileo

Si algo hemos aprendido en estos 11 años de pontificado es que Francisco es el Papa de las sorpresas. Sacando fuerza de una voluntad de hierro y con una lucidez sorprendente en un hombre de 88 años recién cumplidos -no olvidemos que es el tercer Pontífice más longevo en la historia de la Iglesia-, ha continuado guiando a la Iglesia y nos ha regalado momentos importantes.  Entre tantos otros, a continuación destacamos cuatro:

1- Documento Dignitas Infinita y la encíclica Dilexit Nos

El 8 de abril el Dicasterio para la Doctrina de al Fe -que dirige el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández- publicaba la Declaración Dignitas Infinita sobre la dignidad humana, con ocasión del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la ONU.  Entre otras cuestiones presentes en la opinión pública, la Iglesia declara en ese documento el cambio de sexo y la maternidad subrogada como contrarias a la dignidad de la persona. 

En octubre veía la luz la Encíclica Dilexit Nos sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. Francisco quería así revitalizar la devoción al Sagrado Corazón, que ha venido a ser la pieza que faltaba en un pontificado centrado en la misericordia, la coronación del Año de la Oración y el mejor precedente para el Jubileo de la Esperanza.

2- El viaje al sureste asiático y a Luxemburgo y Bélgica

Septiembre fue el mes de los viajes, con dos periplos muy diferentes entre sí. Por un lado, el Papa realizó una visita apostólica del día 2 al 13 a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Como comentó durante una audiencia al miércoles siguiente de su regreso, daba gracias a Dios por haber podido “hacer como Papa anciano” lo que le “hubiera gustado hacer como joven jesuita”, esto es, ser misionero en Asia y predicar allí el Evangelio. 

Apenas dos semanas después, del 23 al 26, aterrizó en Luxemburgo y Bélgica, dos países de antigua tradición cristiana donde el fenómeno de la secularización es creciente. Los medios calificaron este viaje como difícil, pues el Papa tuvo que enfrentar las acusaciones de abusos a menores dentro del seno de la Iglesia. Además, tras su visita a la Universidad Católica de Lovaina, el centro académico publicó un comunicado donde expresaba “su incomprensión y su desaprobación de la posición expresada por el Papa Francisco sobre el lugar de la mujer en la Iglesia y en la sociedad” con motivo del discurso que allí pronunció.

3- Clausura del Sínodo de la Sinodalidad

Tras cuatro años de trabajos y un profundo proceso de escucha, oración y puesta en común, en 2024 se ha puesto fin al llamado Sínodo de la Sinodalidad, con la asamblea conclusiva de octubre, al final de la cual se presentó al Papa el Documento final. Este documento pedía una mayor participación de los laicos en la vida y la estructura de la Iglesia, así como una mayor transparencia y responsabilidad. El Papa ordenó su publicación como si fuese un documento del propio magisterio y pidió a la Iglesia universal su puesta en práctica. 

En este sínodo han participado como miembros con derecho a voto decenas de laicos, hombres y mujeres, sacerdotes y religiosas; si bien Francisco dejó claro que no se trata de una “asamblea parlamentaria”, con diversas facciones, sino de un esfuerzo por comprender la historia, los sueños y las esperanzas de los “hermanos y hermanas dispersos por todo el mundo inspirados por la misma fe, movidos por el mismo deseo de santidad”.

4- Inicio del Año Jubilar de la Esperanza

El inicio del jubileo, que lleva por lema “Peregrinos de Esperanza”, ha sido el gran acontecimiento con el que Francisco ha coronado el año que acaba de terminar. El Pontífice celebró la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro la noche del 24 de diciembre. A continuación, celebró la Misa de la Nochebuena. Concluyó la homilía con estas palabras: “Hermana, hermano, en esta noche la puerta santa del corazón de Dios se abre para ti. Jesús, Dios con nosotros, nace para ti, para mí, para nosotros, para todo hombre y mujer. Y, ¿saben?, con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda.”

Dos días después, el 26, quiso estar presente en la apertura extraordinaria de una Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, el centro penitenciario más grande de Italia, situado a las afueras de Roma. Ante unas 300 personas entre reclusos, sus familiares, directivos y personal penitenciario, el Papa abrió la segunda Puerta Santa del Jubileo 2025. Este año de indulgencia y perdón para toda la Iglesia se prolongará hasta el 6 de enero de 2026. 

Mundo

Paula Aguiló: «En Ucrania afrontan la Navidad de un modo sorprendentemente esperanzador»

Tras su séptimo viaje a Ucrania, Paula destaca la fe y esperanza de los creyentes en medio de la guerra. Durante su misión, recorrió orfanatos, refugios y comunidades religiosas, llevando ayuda humanitaria y espiritual en condiciones extremas.

Javier García Herrería·1 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Paula Aguiló (@misionucraniaesp) ha completado su séptimo viaje a Ucrania con el objetivo de llevar ayuda humanitaria. En esta ocasión, la joven madrileña de 26 años viajó junto a su amiga Marta, recorriendo gran parte del país entre el 1 de noviembre y el 5 de diciembre. Financia sus desplazamientos solicitando donaciones a conocidos, familiares y cualquier persona dispuesta a colaborar. Durante su estancia, se centra en apoyar a comunidades católicas y ortodoxas que enfrentan crecientes dificultades y desgaste.

Hoy día 1 de enero, Jornada Mundial de la Paz, nos acercamos a la guerra de Ucrania, tan mencionada por el Papa en sus oraciones, para conocer mejor cómo afecta a los creyentes. 

¿Cómo afrontan la Navidad en Ucrania la población creyente?

– De un modo sorprendentemente esperanzador. Las personas, incluso en medio de una realidad tan dura, se abstraen para centrarse en el misterio del nacimiento de Cristo. Es una celebración llena de fe que no elimina el dolor, pero les permite experimentar una conexión espiritual poderosa, incluso con el sufrimiento aumentando cada día por la pérdida de seres queridos y las dificultades de la guerra.

¿Cuántos lugares visitaste durante esta última misión?

– Estuve en cuatro orfanatos, tres comunidades religiosas y dos casas de misericordia. También pasamos tiempo en refugios improvisados, como parroquias que se han convertido en centros de atención para madres y niños. Por supuesto, también visitamos a muchas personas en sus casas. Por último, trabajé cerca del frente con amigos que se dedican a recoger cuerpos de soldados y civiles para devolverlos a sus familias.

En esta ocasión te ha acompañado Marta. ¿De dónde sacas gente para acompañarte en proyectos tan alocados?

– Bueno, supongo que Dios me pone a la gente en el camino (risas). Estuve viviendo dos meses en Tierra Santa para conocer y rezar en la tierra de Jesús. Allí conocí a Marta, otra chica española, que estaba peregrinando allí también. La amistad y la oración hicieron el resto y, de hecho, ya me acompañó hace unos meses en la VI misión a Ucrania.

¿Qué te impactó más en esta séptima misión?

– El cansancio emocional de la gente y la crueldad de las estrategias de guerra, como los ataques a las infraestructuras eléctricas en pleno invierno, lo que deja a la población en condiciones extremas. También me impresionó la perseverancia de la fe y la esperanza en medio de todo esto.

¿Quiénes son las personas que más te marcaron? ¿A quién recuerdas cuando cierras los ojos?

– Pienso mucho en Oressa, una mujer mayor de una residencia con la que me comunico sin palabras (no tenemos un idioma en común). También en los niños de los orfanatos y en mis amigos que siguen trabajando en el frente bajo circunstancias muy duras.

¿Cómo te afecta personalmente esta labor?

– La vuelta es siempre dura. Me toma tiempo readaptarme y recuperar el sueño. La misión me exige paciencia conmigo misma y con mi proceso. Por suerte, he pasado la Navidad con mi familia y ahora tengo tiempo para rezar con calma. 

¿Cómo vives tu espiritualidad durante estas misiones?

– La fe es el motivo de nuestro trabajo. Marta y yo rezamos juntas cuando podemos, aunque a veces las circunstancias no lo permiten. Los ratos de oración y el rosario son diarios y casi siempre podemos asistir a misa. 

Por otro lado, siempre intentamos que la iglesia sea un punto de encuentro a las personas a las que atendemos, incluso si la parroquia está bombardeada o lleva años cerrada. Damos el material desde allí y recordamos a todo el mundo que todo lo que hacemos es gracias a Dios.

¿Alguna institución de la Iglesia que destacarías por su trabajo allí?

– Con las que más trato tengo es con las Hermanas del Verbo Encarnado, que hacen un trabajo admirable. Ahora bien, que no se entienda este reconocimiento como algo exclusivo es un botón de muestra basado en mi experiencia particular. Por otro lado, en el este de Ucrania, la mayoría de comunidades son ortodoxas y tienen una dedicación heroica.

¿Qué mensaje quisieras compartir para cerrar?

– La misión me ha enseñado el poder de la esperanza, incluso en la adversidad más extrema. Cualquiera puede ser un faro de luz en la oscuridad, ya sea mediante acciones, oración o apoyo a quienes están en el terreno. El año jubilar que acaba de comenzar puede ayudarnos a descubrir esto a fondo.

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¡Madre de Dios!

La ciencia revela que las madres conservan células de sus hijos durante toda su vida, beneficiando su salud y creando un vínculo permanente. Este microquimerismo nos invita a reflexionar sobre el misterio de María como Madre de Dios y los dogmas marianos.

1 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si es usted madre, esto le interesa: en su organismo permanecen células vivas de sus hijos cuya juventud le protege de numerosas enfermedades, incluso del cáncer. También células suyas permanecen en sus hijos toda su vida. En este 1 de enero, solemnidad de María Madre de Dios, esto da mucho que pensar.

El fenómeno se llama microquimerismo y, en una reciente conferencia, el catedrático emérito de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Málaga, Ignacio Núñez de Castro, señalaba que «esas células del hijo van a aparecer en el corazón, en el cerebro o en la sangre de la madre. Son células troncales, pluripotenciales, cuya misión principal es ir a auxiliar a la madre cuando lo necesita». Son la explicación, continúa este científico, a un hecho que «llevo observando mucho tiempo: las mujeres multíparas son muy longevas, porque guardan restos de esos hijos. Esa vida que han dado les ha dado vida a ellas», concluye. 

Frente a quienes promueven la denominada gestación subrogada, pretendiendo asimilar el cuerpo de una mujer a una incubadora que se alquila por nueve meses, la biología nos demuestra lo que ya sabíamos la mayoría por intuición: la relación física de la madre con sus hijos no acaba con el parto, dura toda la vida, hay un vínculo que supera cualquier otra relación y que permanece a lo largo de los años. 

Este intercambio celular, añade Núñez de Castro en su ponencia que se puede buscar en Youtube con el título «Dignidad y vulnerabilidad del embrión», se produce nada más tiene lugar la anidación, al octavo día desde la concepción. Es decir, que las madres llevan en su interior incluso parte de los hijos que no llegaron a conocer puesto que sus embarazos no llegaron a término. ¿Saben las mujeres que sufren por haber abortado voluntaria o involuntariamente que ese hijo estará para siempre a su lado ayudándole a curar sus heridas? 

También al octavo día, esta vez desde la Navidad, celebramos la fiesta de María como «Madre de Dios«. Es una de las denominaciones más antiguas con la que la comunidad cristiana se refiere a la Virgen. Aunque no fue hasta el siglo V cuando el Concilio de Éfeso atribuyó oficialmente este título a María, hay constancia de que, al menos desde el siglo III, la expresión ya era de uso común en la Iglesia. En este siglo está datado el papiro más antiguo encontrado hasta el momento que recoge una oración popular, que lo sigue siendo, y que reza así:

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,

antes bien, líbranos de todo peligro,

¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Kristyn Brown de The Saints Project

Como en tantas otras ocasiones, fue la fe del pueblo sencillo la que hizo que la jerarquía terminara reconociendo aquella verdad: que, si Cristo era Dios, María no podía ser otra cosa que Madre de Dios y de ahí su extraordinaria excepcionalidad. La «llena de gracia», la «bendita entre todas las mujeres» era considerada por los primeros cristianos como una criatura como no la hubo ni la habrá. 

Los datos que nos ofrece ahora la ciencia, nos ayudan a entender en profundidad que su especial relación con Dios no era solo mística, ni se limitó solo al momento del saludo del ángel, del embarazo o los primeros años de vida del niño, sino que células pluripotenciales de Jesús –la segunda persona de la Santísima Trinidad en cuanto hombre, el concebido por obra y gracia del Espíritu Santo– habitaron dentro de ella durante toda su vida terrena. Igualmente, células de María (el intercambio celular durante la gestación es en doble sentido) vivieron dentro de Jesús durante sus 33 años de vida y lo acompañaron en su Pasión, Muerte y Resurrección. Aquello de «y a ti, una espada te traspasará el alma» cobra un sentido aún más profundo.

Y un último e interesante dato apuntado por el profesor Núñez de Castro. El microquimerismo no se limita sólo al intercambio de células entre madre e hijo, sino que los hermanos pequeños reciben también parte de esas células «perdidas» que han ido dejando los mayores en el cuerpo materno. 

Se plantean entonces preguntas del tipo: ¿Era necesario, que María para ser Madre de Dios fuera preservada del pecado original para poder, en cierta medida, fundirse con la carne del Santo de los Santos? (Inmaculada Concepción) ¿Convino que esas células divinas que albergó la madre de Jesús no pasaran a otra descendencia posterior para preservar su excepcionalidad? (Virginidad perpetua) ¿La resurrección de Jesús y su ascensión en cuerpo y alma al cielo no implicaría también el mismo destino para su madre, portadora de su mismo material genético? (Asunción). Madre de Dios, Virginidad Perpetua, Inmaculada Concepción y Asunción de María. Los cuatro dogmas marianos en íntima relación. 

En este inicio del año jubilar con motivo del 2025 aniversario del nacimiento de Dios manifiesto mi asombro ante el misterio de la vida que la ciencia nos ayuda a descubrir y también ante el de una mujer excepcional en la historia de la humanidad. Contemplando con estupor lo fino que ha hilado Dios su encarnación, solo me sale exclamar hoy: «¡Madre de Dios!».

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Enseñanzas del Papa

Los cardenales, María y la paz

Las palabras del Papa Francisco a los cardenales en su homilía durante la solemnidad de la Inmaculada y en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, nos sirven a todos los fieles. Comienza un año nuevo ¡y, esta vez, un año jubilar! ¿Qué nos depara y cómo debemos caminar en él?

Ramiro Pellitero·1 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En su homilía durante el consistorio para la creación de los nuevos cardenales (7-XII-2024), el Papa Francisco presenta la subida de Jesús a Jerusalén y la actitud de los discípulos. “Mientras Jesús recorre un camino agotador y cuesta arriba que lo llevará al Calvario, los discípulos piensan en el camino llano y cuesta abajo del Mesías victorioso”. 

No debemos escandalizarnos, añade el Papa citando a Manzoni, porque “tales son las contradicciones del corazón humano”, así está hecho. Pero sí hay que estar atentos a seguir el camino de Jesús. 

Seguir el camino de Jesús

Esto significa, en primer lugar,“volver a Él y ponerlo de nuevo en el centro de todo”. Porque tanto en la vida espiritual como en la pastoral, “siempre necesitamos volver al centro, recuperar el fundamento, despojarnos de lo superfluo para revestirnos de Cristo (cfr. Rm 13, 14)”

En segundo lugar, significa “cultivar la pasión por el encuentro, pues Jesús nunca camina solo: “Su unión con el Padre no lo aísla de las vicisitudes y del dolor del mundo”. Al contrario, porque ha venido al mundo para curar las heridas y aligerar el peso del corazón humano, para quitar el lastre del pecado y romper las cadenas de la esclavitud. Por tanto: “Lo que debe animar su servicio como cardenales es el riesgo del camino, la alegría del encuentro con los demás y el cuidado de los más frágiles”.  

Tercero y último, seguir el camino de Jesús significa, además, “ser constructores de comunión y unidad”, porque esa fue la misión de Jesús.

Por eso, les dice el sucesor de Pedro a los cardenales fijando su mirada en ellos y teniendo en cuenta sus diversas historias y culturas, que representan la catolicidad de la Iglesia: “El Señor los llama a ser testigos de fraternidad, artesanos de comunión y constructores de unidad. Esta es su misión”.

María, hija, madre y esposa

En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María (8-XII-2024), el Papa celebró la misa con los nuevos cardenales. En su homilía, invitó a detenerse en tres aspectos, tres dimensiones de la belleza en la vida de María: como hija, como esposa y como madre.

La Inmaculada como hija. Aunque los textos no nos hablan de su infancia, nos la presentan como una joven rica de fe, humilde y sencilla. “Es la ‘virgen’ (cfr. Lc 1, 27), en cuya mirada se refleja el amor del Padre y en cuyo corazón puro, la gratuidad y el agradecimiento, son el color y el perfume de la santidad. (…) Porque la vida de María es un continuo donarse”.

Compañera y servidora de Dios

La segunda dimensión de su belleza es la de esposa, por ser “aquella que Dios eligió como compañera para su proyecto de salvación” (cfr. Lumen gentium, 61). Esto significa también, señala Francisco, que “no hay salvación sin la mujer porque también la Iglesia es mujer”. Ella respondió , “Yo soy la servidora del Señor” (Lc 1, 38). 

‘Servidora’ –observa Francisco– no en el sentido de ‘sometida’ y ‘humillada’, sino de persona ‘fiable’, ‘estimada’, a quien el Señor le confía los tesoros más queridos y las misiones más importantes”. (Esto, cabría notar, debería ser característico de todo cristiano, más en la medida de la conciencia de la propia vocación y misión).

De ahí que su belleza revele “revele un nuevo aspecto: el de la fidelidad, la lealtad y el cuidado que caracterizan el amor recíproco de los esposos”. Así lo considera san Juan Pablo II cuando escribe que la Inmaculada “ha aceptado la elección para Madre del Hijo de Dios, guiada por el amor esponsal, que ‘consagra’ totalmente una persona humana a Dios” (Encíclica Redemptoris Mater, 39). (Atención, porque Francisco está describiendo la sustancia del amor de los esposos).

Y finalmente, la tercera dimensión de la belleza, la de madre. De hecho, la representamos siempre junto a sus hijos en las diversas circunstancias de su vida. “Aquí la Inmaculada es hermosa en su fecundidad, es decir, en su saber morir para dar vida, en su olvidarse de sí misma para cuidar a quien, pequeño e indefenso, se aferra a Ella”. (Aquí se trata indudablemente de vocación a la maternidad, incluyendo la llamada “maternidad espiritual”).

Modelo real, alcanzable y concreto

Sin embargo –apunta el sucesor de Pedro–, existe el riesgo de que consideremos la belleza de María como algo lejano, demasiado elevado, inalcanzable. 

Pero María es un modelo real, alcanzable y concreto. Y de hecho, nosotros recibimos esa belleza en semilla con el bautismo. “Y con ella se nos confía la llamada a cultivarla, como la Virgen, con amor filial, esponsal y materno, agradecidos al recibir y generosos al dar, hombres y mujeres del ‘gracias’ y del ‘sí’, dichos con las palabras, pero sobre todo con la vida”. 

Tres propuestas del Papa para el Año jubilar

El mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2025 (“Perdona nuestras ofensas, concédenos la paz”) se inscribe en el Jubileo ordinario recién comenzado. Tiene cuatro partes.

Ante todo, se invita a situarnos “escuchando el grito de la humanidad amenazada” por tantas injusticias que son resultado de los pecados (Juan Pablo II habló de las “estructuras pecado” (Encíclica Sollicitudo rei socialis, 36). Conviene que “todos, juntos y personalmente, nos sintamos llamados a romper las cadenas de la injusticia y, así, proclamar la justicia de Dios” (n. 4).

En la segunda parte se pide “Un cambio cultural: todos somos deudores”. “El cambio cultural y estructural para superar esta crisis se realizará cuando finalmente nos reconozcamos todos hijos del Padre y, ante Él, nos confesemos todos deudores, pero también todos necesarios, necesarios unos de otros” (n. 8). 

En tercer lugar, Francisco hace tres propuestas concretas: 1)“una notable reducción si no una total condonación, de la deuda internacional que grava sobre el destino de muchas naciones” (Juan Pablo II, Carta Apostólica Tertio millennio ineunte, 51); 2) “la eliminación de la pena de muerte en todas las naciones” (cfr. Bula Spes non confundit, para el jubileo de 2025, 10); y 3) “la constitución de un fondo mundial que elimine definitivamente el hambre” y facilite a los países más pobres un desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático (cfr. Encíclica Fratelli tutti, 262 y otras intervenciones recientes del Papa). 

La última parte se titula “La meta de la paz”. Esta pasa por un cambio profundo y práctico de actitudes a nivel personal y social, un “desarme del corazón” (Juan XXIII).“A veces, es suficiente algo sencillo, como ‘una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito’” (n. 14 del mensaje; cfr. Spes non confundit, 18). Porque, “en efecto, la paz no se alcanza solo con el final de la guerra, sino con el inicio de un mundo nuevo, un mundo en el que nos descubrimos diferentes, más unidos y más hermanos de lo que habíamos imaginado”. 

Un deber para la Iglesia de hoy

La Iglesia tiene hoy dos temas fundamentales sobre la mesa: el primero es la necesidad, imperativa, de una formación personal adulta, seria y responsable.

1 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

No existe una conciencia real del peligro de las sectas. Esta afirmación del experto en esta terrible realidad, Luis Santamaría, define, con cruda sinceridad, una situación que pide, a gritos, una renovada apuesta por la formación en todos los niveles para evitar la expansión de los grupos pseudoreligiosos. 

Cada cierto tiempo, es cierto, y con frecuencia debido a noticias escabrosas, la sociedad acaricia una conciencia, coyuntural, de lo que supone entrar en el infierno disfrazado de salvación que son las sectas. 

Nuestra sociedad, no lo podemos negar, grita en silencio pidiendo a Dios y, al mismo tiempo, evita encontrarlo cayendo en las redes de prácticas esotéricas, corrientes espiritualistas y sectas destructivas que han encontrado en la fragilidad actual y la ausencia de fronteras de Internet, un fructífero caldo de cultivo. 

La Iglesia tiene hoy dos temas fundamentales sobre la mesa: el primero es la necesidad, imperativa, de una formación personal adulta, seria y responsable. 

No vale ya con la fe recibida si no es cuidada. “Muchas personas, incluso habiendo crecido en un ámbito cristiano, recurren a técnicas y métodos de meditación y de oración que tienen su origen en tradiciones religiosas ajenas al cristianismo y al rico patrimonio espiritual de la Iglesia. En algunos casos esto va acompañado del abandono efectivo de la fe católica, incluso sin pretenderlo”, recordaban los obispos españoles en la nota doctrinal sobre la oración cristiana Mi alma tiene sed del Dios vivo, publicada en 2019. 

Redescubrir la riqueza insondable de la fe católica, de la liturgia y, especialmente de las diversas formas de oración que han hecho santos a lo largo de siglos y culturas diferentes sigue siendo un reto para cada uno de los católicos. 

Junto a esta vuelta a las raíces de nuestra fe, a esa relación personal con Cristo vivo, la Iglesia ha de volver hoy, como en los primeros siglos, al primer anuncio. Una misión que siembra en tierra extraña y que, especialmente en Occidente, sigue llenando más la boca que las acciones y los proyectos eclesiales. 

Tras un año dedicado a la oración y en los albores de un nuevo jubileo universal, estos dos ejes bien pueden ser las guías para una renovada acción misionera personal y comunitaria. 

También nosotros tendremos que comenzar la conversación con esas samaritanas de la vida que buscan, sin saberlo, la fuente verdadera del agua viva aunque sus pasos estén requemados por los caminos errados de las espiritualidades vacías que hieren el cuerpo y el alma. 

Porque la cura, la verdadera saciedad de la sed del alma, sólo viene de Cristo y a través de Él.

El autorOmnes

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Evangelización

San Silvestre I, el Papa de la era Constantino

San Silvestre, cuya fiesta tiene lugar hoy, 31 de diciembre, fue el primer Papa de la Iglesia que no tuvo que esconderse en las catacumbas. Su colaboración con el emperador Constantino en el siglo IV produjo el paso de la Roma pagana a la Roma cristiana. También se celebra hoy a santa Melania.  

Francisco Otamendi·31 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En el año 313, durante el papado del africano Melquíades, los emperadores Constantino (Occidente) y Licinio (Oriente) concedieron libertad de culto y tolerancia a los cristianos con lo que se denominó el Edicto de Milán. Al año siguiente, Silvestre, sacerdote romano, fue elegido Papa, guió el tiempo de la Roma pagana a la Roma cristiana, y asistió a la construcción de las grandes basílicas constantinianas.

El Papa Silvestre coincidió muchos años con el emperador Constantino, cuyo edicto supuso la aparición del concepto de libertad religiosa, se ha subrayado. El Papa Silvestre sugirió a Constantino la fundación de la Basílica de San Pedro en la colina del Vaticano, sobre la tumba del apóstol. Gracias a esa colaboración entre Constantino y el Papa Silvestre, surgieron también la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, y la de San Pablo Extramuros.

San Silvestre contribuyó al desarrollo de la liturgia, y cambió los nombres de los días de la semana que recuerdan a divinidades paganas, dejando sólo el sábado y el domingo, y llamando «ferias» a los demás días. Es posible que durante su papado fuera escrito el primer martirologio romano. Su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Priscila (335).

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

La práctica religiosa en Auschwitz: la fe que las cámaras de gas no pudieron matar

Aunque la gran mayoría de los internados en Auschwitz eran judíos, también hubo un número significativo de católicos, principalmente polacos. Muchos de ellos lograron practicar su fe en la clandestinidad, dejando testimonios que revelan la fortaleza del espíritu humano ante la adversidad.

José M. García Pelegrín·31 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Auschwitz, el nombre alemán de la población polaca de Oświęcim, se ha convertido en el símbolo más reconocible del genocidio nacionalsocialista (Holocausto/Shoa). En el complejo que comprende el campo principal, Auschwitz I, y el campo de exterminio Auschwitz II-Birkenau, ubicado a tres kilómetros del original, fueron asesinadas aproximadamente 1,1 millones de personas.

Del total de más de 5,6 millones de víctimas del Holocausto, un millón de judíos perdieron la vida en este lugar. El campo fue liberado por las tropas del Ejército Rojo el 27 de enero de 1945.

Sin embargo, en Auschwitz no solo fueron recluidos judíos, sino también gitanos, homosexuales y polacos, muchos de ellos intelectuales, incluidos numerosos clérigos. Entre 1940 y 1945, al menos 464 sacerdotes, seminaristas y religiosos, así como 35 religiosas, fueron deportados a Auschwitz desde Polonia y otros países de Europa ocupada: Francia, Chequia, Austria, Países Bajos y Alemania. La mayoría de ellos perdió la vida en Auschwitz y en otros campos a los que fueron trasladados posteriormente.

En septiembre de 1940, tras la intervención del Nuncio Apostólico en Berlín, Monseñor Cesare Orsenigo, ante el gobierno nacionalsocialista, se produjo una cierta concentración de clérigos en el campo de Dachau.

De los 2.720 clérigos internados, 1.780 eran polacos, y 868 de ellos perecieron en el campo. Esto no significa que dejaran de enviarse clérigos a Auschwitz; las deportaciones continuaron en los años posteriores, como lo confirman los relatos de los internos y los documentos conservados.

Documentos sobre la vida religiosa

En los campos de concentración, bajo la dirección de las SS —una organización particularmente anticristiana dentro del régimen pagano del nazismo—, estaba terminantemente prohibida cualquier actividad religiosa, y la posesión de objetos de culto era castigada con extrema severidad. Sin embargo, estas prohibiciones no lograron impedir la celebración de actos de culto ni la administración de sacramentos; la página web oficial del “Museo Auschwitz-Birkenau” documenta numerosos testimonios al respecto, respaldados por sus correspondientes fuentes.

Es un hecho documentado que, especialmente en Dachau, donde se concentraba un número considerable de sacerdotes en la denominada “barraca de los curas 25487”, se celebraron misas clandestinas. Para estas celebraciones, se utilizaban hostias y vino sacramental que eran introducidos secretamente por trabajadores civiles. En este campo, incluso tuvo lugar la ordenación sacerdotal de Karl Leisner, el 17 de diciembre de 1944. 

Confesiones en Auschwitz

En los campos de concentración también se realizaron confesiones con frecuencia. Los reclusos recordaban el profundo alivio y consuelo que experimentaban tras confesarse, aunque debían hacerlo de forma discreta. Karol Świętorzecki, prisionero número 5360, describió su confesión en Auschwitz: “A finales del otoño de 1940, me confesé ante un sacerdote después de ser trasladado al bloque nº 2. Más tarde me enteré de que en el bloque vecino, el nº 3, había un sacerdote jesuita. Lo encontré y le pedí que me confesara, lo cual ocurrió tras la lista de la tarde, junto a la pared del bloque nº 3. El sacerdote me preguntó si podía comunicar algo a su superior en el monasterio jesuita de Varsovia, en caso de que me liberaran del campo. Cumplí su petición”.

Cuando los sacerdotes fueron trasladados de Auschwitz a Dachau, “las despedidas y confesiones no tenían fin”, según el testimonio del padre jesuita Adam Kozłowiecki. Otro recluso, Władysław Lewkowicz, relata haberse confesado con el padre Maximiliano Kolbe. Además de impartir confesiones, los sacerdotes distribuían la comunión entre los reclusos que lo solicitaban. En algunas ocasiones, las SS descubrieron estas prácticas, y el castigo consistía en 25 latigazos, como testificó Paweł Brożek.

En Auschwitz, también fueron bautizados niños nacidos en el campo, ya que algunas de las mujeres llegaron embarazadas. Estas criaturas apenas tenían posibilidades de sobrevivir. En tales circunstancias, las comadronas del campo bautizaban a los recién nacidos con el permiso de sus madres.

Maria Slisz-Oyrzyńska, prisionera número 40275, relata uno de estos bautizos: “En la noche del 5 al 6 de diciembre de 1943, nació el primer niño en nuestro bloque 17. La madre era una mujer polaca de Sosnowiec. Dio a luz a un niño, y el parto fue asistido por Stanisława Leszczyńska, una comadrona de Łódź. Cuando nació el niño, me dijo: ‘y ahora vamos a bautizarlo’. Yo fui su madrina, el primer ahijado de mi vida; la madre quería que se le bautizara con el nombre de Adam. Pronunciando las palabras adecuadas, Stanisława Leszczyńska bautizó al pequeño Adam”. Otro testimonio recuerda que, cuando se acercaba el frente, la señora Leszczyńska “de repente vino corriendo y dijo que tenía que le llevaran a todos los niños que aún no habían sido bautizados, para bautizarlos”.

En Auschwitz, sorprendentemente, también se celebró algún matrimonio. Anna Kowalczykowa recuerda una celebración de este sacramento: “Al salir del ‘hospital’, todavía estaba débil. Sin embargo, volví a mi trabajo en la cocina. Recuerdo que un día la capo Zofia Hubert irrumpió en la cocina y dijo: ‘venid: Irka Bereziuk… se va a casar’. Salimos. Irka estaba de pie junto a la valla que separaba el campo de los hombres del de las mujeres, y del otro lado estaban Mietek Pronobis y otro preso, que era un cura. Irka y Mietek estaban cogidos de la mano a través de la alambrada, y el preso que estaba junto a Mietek los estaba bendiciendo”.

Además de los sacramentos administrados, en Auschwitz se formaron grupos dedicados a la oración comunitaria. Sylwia Gross testimonia: “En mayo de 1944, organicé las devociones de mayo en alabanza a la Santísima Virgen María en mi bloque hospitalario. Una de las convalecientes dibujó una figura de la Virgen María en cartulina blanca y yo le coloqué sobre la cabeza una corona de rosas blancas que hice con papel de seda. Dispuse mi rosario en forma de corazón cerca de ese cuadro. Junto a esta capilla provisional, cantamos las canciones de mayo”.

Afrontar la muerte

Maria Slisz-Oyrzyńska también dejó constancia de las oraciones colectivas de las reclusas en el rosario, las frecuentes plegarias por los moribundos y una cruz que poseía una de las reclusas: “Cuando llegaba octubre, rezábamos el rosario por las tardes. Cuando una mujer polaca se moría, rezábamos la oración por los moribundos. Una noche, en noviembre de 1943, había una monja polaca agonizando en una de las literas; no sé por qué milagro poseía una cruz, que sostenía en la mano. Conscientemente rezaba con nosotros la oración por los moribundos. Admiré su valentía y paz en ese momento. Había una mujer yugoslava agonizando en la litera de al lado y a su alrededor también había mujeres yugoslavas de pie rezando en su idioma.

Algunos clérigos de las parroquias cercanas a Auschwitz se comprometieron activamente en la atención a los internados. Aunque el comandante, Rudolf Höss, rechazó la petición del obispo de Cracovia, el cardenal Adam Sapieha, para celebrar una misa en Navidad, argumentando que violaba el reglamento del campo, el sacerdote Władysław Grohs, detenido por actividades clandestinas y encarcelado en Auschwitz, destacaba el gran compromiso del clero de las parroquias de Auschwitz y las cercanas en asistir a los internos, proporcionándoles alimentos, vasos litúrgicos y las especies necesarias para celebrar misa. Para coordinar estas actividades, se estableció un Comité clandestino de Ayuda a los Presos Políticos del Campo de Auschwitz, presidido honorariamente por el canónigo Jan Skarbek, quien extendió su labor a otras parroquias, motivando al clero y a los feligreses a ofrecer su ayuda.

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Vaticano

Martínez Camino: «El sello del pontificado de Benedicto XVI podría ser ‘Si queréis la libertad y el amor, acoged y adorad la Verdad'»

Mons. Juan Antonio Martínez Camino recuerda el legado espiritual y humano de Benedicto XVI, destacando su profunda enseñanza teológica, su cercanía personal y su impacto en la Iglesia en España.

Maria José Atienza·31 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hoy se cumplen dos años del fallecimiento de Benedicto XVI, una figura clave en la historia reciente de la Iglesia. El obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, quien tuvo la oportunidad de conocerle en sus vistas a España, comparte en esta entrevista una perspectiva cercana y enriquecedora sobre el Papa emérito.

Desde sus recuerdos personales hasta el impacto de su legado espiritual y teológico en la Iglesia en España, Mons. Martínez Camino reflexiona sobre la profundidad de su enseñanza, su carisma humano y los momentos inolvidables que vivió junto a él.

Hace dos años falleció Benedicto XVI. Para usted, que lo trató y conoció, ¿qué supuso ese fallecimiento? 

– La muerte de una persona a la que se quiere y a la que se debe mucho es siempre un golpe espiritual. Ese fue el caso cuando recibí la noticia de que Benedicto XVI había muerto. No lo había tratado mucho personalmente, pero lo apreciaba y lo aprecio muchísimo. Su discernimiento de la situación dramática de la Iglesia postconciliar fue para mi una grandísima ayuda.

Recuerdo que en enero de 1985, en el tren de vuelta a Frankfurt, me leí de un tirón su «Informe sobre la fe». Aquella fue una de esas lecturas que marca la vida. Luego he leído buena parte de su extensa obra teológica; y Deus caritas est y, sobre todo, Spe salvi, dos encíclicas inolvidables. Luego vino la sorpresa de ser nombrado obispo por él. 

Usted estuvo inmerso en dos grandes acontecimientos en España en los que participó Benedicto XVI: la JMJ de Madrid en 2011 y el Encuentro Mundial de Familias en Valencia en 2006. ¿Cómo vivía el Santo Padre esos momentos? ¿Qué destacaría de aquellos días? 

– En Valencia tuve la suerte, como Secretario General de la Conferencia Episcopal, de estar entre quienes lo recibieron en el aeropuerto de Manises. Venía contento y, como siempre, muy atento a las personas y a los detalles.

En Madrid no sólo pude estar en Barajas para recibirlo, sino compartir una comida ofrecida por el anfitrión de la JMJ, el cardenal Rouco, al Papa, a sus acompañantes y a los obispos de la Provincia eclesiástica de Madrid y del Comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal. Fue en el palacio episcopal; éramos veinticuatro personas, incluido el Papa. El ambiente fue sereno y familiar, al tiempo que algo solemne y único.

Al día siguiente,  la tormenta veraniega que nos sorprendió durante la Vigilia de Cuatro Vientos, fue la ocasión perfecta para poner de relieve esa paz espiritual que Benedicto XVI llevaba en el alma, en medio de todos los vendavales. 

Usted atendió además, personalmente a Benedicto XVI en sus visitas a España, ¿Cómo era Benedicto XVI en el trato cercano?¿Qué anécdotas o hechos personales recuerda de esas jornadas? 

– Tuve ocasión de tratarlo más de cerca en 1993, cuando el cardenal Ratzinger vino a clausurar un Curso de Teología sobre el entonces recién aparecido «Catecismo de la Iglesia Católica«. Era uno de los Cursos de verano de la Universidad Complutense, en El Escorial. Fui a recogerlo a Barajas. No recuerdo por qué, hablamos de Toledo y me dijo que nunca había estado allí. Le propuse quedarse un día más y acompañarlo a la Ciudad del Tajo. Aceptó.

Al acabar el curso, fuimos en mi pequeño coche a Toledo. Iban también Olegario González de Cardedal y Josef Klemens, secretario de Ratzinger. El arzobispo don Marcelo, a quien había advertido por teléfono de la ilustre visita, nos recibió encantado para comer. Después de un espectacular brindis conclusivo, el cardenal de Toledo ofreció un aposento para la siesta. El cardenal Ratzinger miró al reloj, agradeció el detalle y nos dijo que mejor seguir gustando de Toledo ¡Eran las tres de la tarde un 10 de julio! A esas horas, no había ni pájaros por las calles…  Le gustaba mucho España y le gustaba no perder el tiempo.

Don Marcelo entrega un obsequio al cardenal Ratzinger, al terminar la comida del 10 de julio de 1993, en Toledo. Martínez Camino, el tercero por la izquierda.

Cómo veía Benedicto XVI la Iglesia en España? ¿Qué supusieron para la Iglesia en España aquellos dos grandes encuentros? 

– Ratzinger era un hombre extraordinariamente culto y un teólogo de talla excepcional. Apreciaba en profundidad el papel jugado por España en la Tradición viva de la Iglesia. Se puede comprobar fácilmente sólo leyendo su gran libro «Jesús de Nazaret», donde reconoce cómo grandes santos españoles son una especial presencia de Cristo y de su Espíritu no sólo en el pasado, sino en el presente y futuro de la Iglesia. Menciona, en este orden, a Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Ignacio de Loyola y Francisco Javier, entre otros.  

Los dos acontecimientos a los que usted se refiere y también su peregrinación a Santiago de Compostela y la consagración de la Sagrada Familia de Barcelona, son para la Iglesia en España una llamada perenne a la santidad y a la evangelización, que él considera inseparables.  

La frase «No tengáis miedo» marcó el pontificado de Juan Pablo II. En su opinión, ¿cuál diría que fue el sello del pontificado de Joseph Ratzinger? 

– Respondiendo a su desafío, me atrevería a expresar el sello del pontificado de Benedicto XVI en esta otra frase: «Si queréis la libertad y el amor, acoged y adorad la Verdad».

Convento de Santo Domingo, tumba de El Greco, Toledo, 10 de Julio 1993. El entrevistado, el segundo por la izquierda.
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Benedicto XVI. Tiempo de responder

Benedicto XVI marcó mi juventud con su sencillez y sus enseñanzas, especialmente a través de "Deus caritas est", donde mostró un rostro más cercano de Dios.

31 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mi primera Jornada Mundial de la Juventud fue la de París. La frialdad que la capital francesa parecía mostrar ante el multitudinario encuentro de un pontífice católico con miles de jóvenes suponía un contraste casi paradójico con el calor que el sol otorgaba a los cientos de miles de peregrinos con el corazón cálido. Allí conocí a un Juan Pablo II entregado, como lo vería después en Roma y en Madrid… Mi última JMJ fue la de Madrid, para la que estuve trabajando como voluntaria desde un año antes.

Si Juan Pablo II fue el Papa de mi primera juventud, Benedicto XVI lo fue de mi juventud madurada. El Papa alemán sin saberlo, supo recoger mi desconcierto vital y transformarlo en un camino hacia Dios, especialmente a través de «Deus Caritas est«, encíclica «circular» que me enseñó que el amor de Dios procede y a Dios se encamina, que me hizo ver, como nadie antes, a Cristo con corazón de hombre.

Madrid 2011 fue también la última Jornada Mundial de la Juventud del Papa Ratzinger. Aquella jornada en la que la tormenta sucedió a un calor sofocante parecía resumir la vida de cada cristiano. «Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás», repitió el Papá entonces.

Allí, en aquel aeródromo de Cuatro Vientos, arrodillada, mientras el agua nos caía través de los sombreros del kit, mientras el silencio orante era más estruendoso que los rayos, allí caí en la cuenta que ese Dios que miraba desde la custodia toledana «era»; que estaba allí, junto al anciano que, absorto lo contemplaba, como si se hallara solo, en una capilla apartada.

Cuando hace dos años, desayunábamos con la noticia de la marcha al cielo de Benedicto XVI, el recuerdo que se repetía en mi mente era el de aquella adoración sobre el barro, de tantas vidas, como la mía, que sin grandes aspavientos, encontraron su sentido en esos días. Por eso, el 31 de diciembre, desde hace dos años, tiene para mi una connotación adicional al final del año y es la de principio de etapa, la de hacer realidad aquella certeza de un Dios vivo al que vi en un aeródromo junto al Papa del Amor.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Vaticano

El Papa abre la Puerta Santa en una cárcel romana

Rome Reports·30 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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A diferencia del inicio del Jubileo en el Vaticano, el pontífice, de 88 años, mostró una actitud más dinámica, dejando de lado la silla de ruedas para esta ocasión especial. Durante su visita, Francisco dirigió un mensaje de esperanza a los reclusos.

Francisco indicó que «los corazones cerrados, corazones duros, no ayudan a vivir. Por eso, la gracia de un Jubileo es romper, abrir… y, sobre todo, abrir los corazones a la esperanza».

Además de inaugurar el Jubileo de manera solemne, el Papa quiso destacar una herida social preocupante: la crisis en las prisiones. En Italia, solo en 2024, cerca de 90 personas privadas de libertad se quitaron la vida antes de esta visita, un problema exacerbado por el hacinamiento y la falta de personal adecuado para atender a los internos.


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Mundo

13 misioneros asesinados en 2024, según informe del Vaticano

13 misioneros y agentes pastorales católicos fueron asesinados en África, América y Europa, destacando el sacrificio de quienes sirven en contextos de violencia e injusticia.

Javier García Herrería·30 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Agencia de noticias Fides, vinculada al Vaticano, ha presentado su informe anual sobre los misioneros y agentes pastorales asesinados en todo el mundo. Este año, 13 católicos han perdido la vida de forma violenta, incluidos ocho sacerdotes y cinco laicos, principalmente en África y América, los continentes más afectados.

Las cifras de otros informes, tanto de instituciones católicas como seculares, coinciden en apuntar revelan que, en la última década, más de 3.500 cristianos pierden la vida cada año a causa de su fe. Lo que posiblemente es una de las tragedias que más pase desapercibida.

Las cifras de las últimas décadas

Desde el año 2000 hasta 2024, 608 misioneros y agentes pastorales han sido asesinados, según datos de Fides. En 2024, África lidera esta trágica estadística con seis víctimas, América registra cinco asesinatos y Europa, dos. Las historias de sus vidas reflejan dedicación a Cristo y a los demás, muchas veces en medio de entornos marcados por conflictos, desigualdad y peligro.

Según la información recopilada por la Agencia Fides, durante la década de 1980-1989, 115 misioneros murieron de forma violenta, aunque esta cifra es probablemente inferior a la real, al basarse únicamente en casos confirmados. En el período 1990-2000, la cifra aumentó drásticamente a 604, en parte debido al genocidio de Ruanda, que dejó al menos 248 víctimas entre el personal eclesiástico. En 1994, se registraron 274 agentes pastorales asesinados, sumando las 248 víctimas en Ruanda (incluidos 3 obispos, 103 sacerdotes y 112 religiosos) y 26 en otros países. Entre 2001 y 2022, el número total de agentes pastorales asesinados llegó a 544.

África: una región marcada por la inseguridad

En África, se registraron seis asesinatos de agentes pastorales. En Burkina Faso, François Kabore fue asesinado por un grupo yihadista mientras dirigía una reunión de oración, y el catequista Edouard Zoetyenga Yougbare murió en circunstancias brutales tras ser secuestrado.

En Camerún, el padre Christophe Komla Badjougou fue víctima de un atraco en Yaundé, mientras que en la República Democrática del Congo, Edmond Bahati Monja, periodista de Radio María, perdió la vida por su labor investigativa. Sudáfrica vivió el asesinato de dos sacerdotes: William Banda, muerto en la catedral de Tzaneen, y Paul Tatu, tiroteado en Pretoria.

América: asesinatos en contextos de desigualdad y represión

En América, cinco agentes pastorales fueron asesinados. En Colombia, Don Ramón Arturo Montejo murió durante un atraco. En Honduras, Juan Antonio López, reconocido defensor de la justicia social, fue asesinado tras denunciar vínculos entre autoridades locales y el crimen organizado. En Ecuador, el padre Fabián Arcos Sevilla fue encontrado sin vida días después de su desaparición.

En México, el padre Marcelo Pérez Pérez fue acribillado en San Cristóbal de las Casas, y en Brasil, Steve Maguerith Chaves do Nascimento fue asesinado a tiros cuando se dirigía a misa, un crimen que conmocionó a su comunidad.

Europa: un escenario menos habitual, pero no exento de violencia

Aunque menos frecuente, Europa también registró dos asesinatos en 2024. En España, el fraile franciscano Juan Antonio Llorente murió tras un brutal ataque en su monasterio, y en Polonia, el padre Lech Lachowicz falleció tras ser asaltado en su rectoría. Estos casos resaltan que la violencia puede alcanzar incluso los entornos aparentemente más seguros.

Estos misioneros, aunque no buscaban notoriedad, se han convertido en testigos del amor cristiano en medio de situaciones extremas. El Papa Francisco, durante el Ángelus del 22 de septiembre, recordó su legado: “Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos fundamentales y de quienes trabajan por el bien común”. Sus vidas, entregadas a la fe y al servicio, son semillas que germinan y dan fruto, mostrando cómo el sacrificio de estos hombres y mujeres sigue transformando corazones y comunidades en todo el mundo.

Evangelización

Traslación de los restos del Apóstol Santiago a Galicia

La Iglesia conmemora el 30 de diciembre la Traslación del cuerpo del Apóstol Santiago desde Xaffta (Palestina) a Galicia, tras su martirio, para ser enterrado en el lugar donde hoy se levanta la catedral de Santiago de Compostela. Además, se celebra a san Félix I, Papa.    

Francisco Otamendi·30 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Este lunes tiene lugar la tradicional Ofrenda nacional a cargo del delegado regio, en la Misa de la fiesta de la Traslación (traslado) de los restos del Apóstol Santiago en la Catedral de Santiago, que preside el arzobispo Monseñor Francisco Prieto. El delegado regio será en esta ocasión Miguel Ángel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, designado por el rey Felipe VI. Santalices ejerció como delegado regio en la Ofrenda al Apóstol el 25 de julio.

La muerte de Santiago apóstol es la única de los santos Apóstoles que relata el Nuevo Testamento (Hechos de los Apóstoles); y la más antigua referencia a la tumba de Santiago es de san Jerónimo (331/420), como ha escrito en Omnes el especialista en Historia del apóstol Santiago, Ángel María Leyra Faraldo (+). El Martirologio de Floro de Lyon (entre 808 y 838) recoge “el nacimiento (para el Cielo) del bienaventurado Apóstol Santiago, hermano de Juan Evangelista, degollado por el rey Herodes en Jerusalén”.

Catálogos apostólicos de los siglos VI al VIII refieren el traslado del cuerpo de Santiago apóstol. “En el año 829, Alfonso II declaró que las prendas de este Apóstol Bienaventurado, es decir, su santísimo cuerpo, ha sido revelado en nuestro tiempo. Lo que, habiéndolo yo oído, acudí con los magnates de nuestro palacio a rezar y venerar, con gran devoción y ruegos, tan precioso tesoro, y a proclamarle Patrono y señor de toda España”, señala Ángel María Leyra Faraldo.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

Pati.te: «Sentí que el Señor me decía: Trabaja con los talentos que te he dado»

Patricia Trigo, conocida como Pati.te, desarrolló su afición por el dibujo desde pequeña. Ahora ha convertido su pasión en una herramienta de evangelización. Sus ilustraciones transmiten ternura, alegría y el amor de Dios, conquistando a miles de seguidores en todo el mundo.

Javier García Herrería·30 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Desde temprana edad el dibujo ha sido una pasión para Patricia Trigo (también conocida como Pati.te). Aunque comenzó su camino profesional estudiando Publicidad y Relaciones Públicas en Pamplona, un año decisivo en Estados Unidos la acercó al mundo de la animación, llevando a una nueva dimensión su afición por el dibujo. En 2016, abrió una cuenta de Instagram, pero pronto se transformó en una plataforma para conectar los corazones de miles de personas. Con más de 170 mil seguidores su trabajo no solo embellece, sino que también inspira a muchas personas a renovar su fe. 

Sus dibujos muestran la alegría de la fe y la ternura de Dios, especialmente a través de representaciones de la Sagrada Familia. ¿De dónde nació esta visión de Dios?

– Soy la séptima de una familia de diez hermanos. Recibimos la fe en el hogar y asistí a un colegio estupendo que impulsó mi crecimiento espiritual. Sin embargo, al acabar la universidad, mi relación con la fe comenzó a cambiar profundamente, especialmente durante un año que estuve en Estados Unidos. Durante esa etapa, me cuestionaba todo: ¿cómo puede Dios permitir el sufrimiento? Me sentía perdida, con ansiedad y casi en depresión. Mi madre me apoyó mucho, incluso me sugirió ir al médico, pero yo sabía que mi problema tenía un trasfondo espiritual.

Gracias a un sacerdote maravilloso que conocí, empecé a redescubrir a un Jesús amigo, que sufre con nosotros y nos ama de una forma que yo no había llegado a comprender del todo. Esa idea me tocó profundamente. También descubrí la “infancia espiritual” de Santa Teresita del Niño Jesús, algo que resonó mucho conmigo. Me di cuenta de que no podía hacerlo todo sola, que debía confiar en Dios como una niña confía en su padre. Fue un gran aprendizaje para mí. Esto transformó no solo mi vida espiritual, sino también mi visión artística. Comencé a dibujar desde el corazón, reflejando esa fe renovada y compartiéndola con otros.

Uno de los temas recurrentes en sus obras es la Virgen María. ¿De dónde nace esta unión tan fuerte con ella?

– La Virgen María siempre ha tenido un papel muy importante en mi vida. Desde pequeña, mis padres me hablaron de su amor y cuidado. Pero fue durante este proceso de conversión y búsqueda espiritual cuando realmente sentí su presencia de una forma muy especial. En 2019, fui con un grupo de jóvenes de la parroquia a Fátima, y ahí redescubrí a la Virgen María como una madre que te arropa, que te dice que no te preocupes y que está ahí para ti. La vi como el camino más corto y tierno para llegar a Dios. 

Escuchar nuevamente la historia de los pastorcillos y cómo, siendo niños, enfrentaron tantas dificultades por decir la verdad (que habían visto a la Virgen y tenían un mensaje que dar) me recordó la importancia de la infancia espiritual: confiar plenamente en Dios y en su amor. Fue como un encuentro con la Virgen que me dio una paz y una fuerza nueva para seguir adelante.

¿Y ahí decidió dedicarse a la evangelización?

– En Fátima tuve la idea de hacer una ilustración de la Virgen conmigo antes de darnos un abrazo, las dos emocionadas. Pensé en subirla el 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, pero tenía dudas porque me preocupaba cómo podría afectar mi carrera profesional (en esos momentos trabajaba en el mundo de la animación en una productora completamente laica). Recuerdo que, en oración, le dije a la Virgen: “Si lo comparto y algo va mal, es culpa tuya. Si me quedo sin trabajo, tú verás”. (Risas).

Así que lo subí, ¡y fue un boom! La respuesta fue increíble. Los seguidores aumentaron, recibí mensajes preciosos y hasta medios de comunicación se interesaron en mi trabajo. Me di cuenta de que ser auténtica y compartir mi fe podía inspirar a otros.

¿Qué pasó después? ¿Cómo nació Pati.te como una marca reconocible?

– Unos meses después de lo de Fátima, llegó el COVID, la parábola de los talentos me interpeló mucho. Sentí que el Señor me decía: “Trabaja con lo que te he dado”. Eso, junto con el mensaje de que nuestra vida en la Tierra es para prepararnos para el Cielo, me ayudó a dejar de tener vergüenza de compartir mi fe abiertamente. 

En el confinamiento empecé a compartir más dibujos relacionados con la fe. Dibujaba frases que me inspiraban, como una de Santa Teresita: «El ascensor que ha de elevarme al cielo son tus brazos, Jesús». Esto dio lugar a una ilustración de Jesús, el Sagrado Corazón, jugando con una niña, haciéndole cosquillas. Alternaba ese tipo de dibujos con otros más mundanos, como de Rosalía, pero la respuesta hacia las ilustraciones religiosas fue creciendo.

¿Qué dificultades encontraste a lo largo del camino?

– En las navidades de 2020 (cuando ya recibía mensajes de gente interesada en encargos, en comprar láminas, medios me buscaban para entrevistas) tuve un momento de oración y discernimiento intensos. Por un lado veía que mi trabajo acercaba a gente a Dios y, por otro, también me enteré de que había debates en Twitter sobre mi trabajo, algunos diciendo que mis ilustraciones rozaban la blasfemia, por dibujar a la Sagrada Familia feliz o a San José tocando la guitarra. Me agobié muchísimo, porque pensé: “Tienen razón, no soy nadie, no tengo estudios de teología. ¿Y si estoy haciendo algo mal?”. 

Fui a mi tío, que es sacerdote, para pedirle consejo. Me tranquilizó muchísimo y me animó a seguir adelante. Desde entonces, le paso las ilustraciones que me generan dudas.

¿Qué significa ahora para usted ilustrar sobre tu fe?

– Ahora lo veo como una misión. Al principio tenía miedo de ser abierta con mi fe, pero con el tiempo entendí que era un talento que debía compartir. A través de mis ilustraciones intento transmitir ese amor de Dios, esa humanidad de los santos y esa cercanía de la Virgen María que tanto me han transformado a mí. 

Al principio tenía a los santos como algo casi imposible de alcanzar, como si fueran perfectos y fuera de nuestro nivel. Pero cuando empecé a leer más sobre ellos, descubrí su humanidad, sus luchas, y eso me transformó. Por ejemplo, ver cómo Santa Teresa del Niño Jesús tenía dificultades normales, como llevarse bien con otras monjas, o cómo la Madre Teresa de Calcuta enfrentaba una oscuridad espiritual, me hizo entender que ellos también tenían retos similares a los nuestros. Lo que los distingue es que nunca se rindieron porque contaban con la gracia de Dios. Eso me inspiró a ver que la santidad no es un camino exclusivo para algunos, sino algo posible si le dejas a Dios actuar en tu vida para santificarla. Porque al final quien te hace santo es Dios, Él solo necesita que le dejemos actuar.

¿Cómo ve el impacto de la inteligencia artificial en el arte? ¿Te preocupa? Si le digo la verdad me alarmé cuando vi que a finales de noviembre que su web estaba en construcción. 

– (Risas). No, la verdad es que no me preocupa la IA. Soy optimista respecto a un trabajo como el mío. Creo que la IA nos reta a ser más humanos y a profundizar en lo que hacemos. Puede ser una herramienta, pero nunca sustituirá la conexión emocional y espiritual que tiene el arte hecho a mano. En el fondo, creo que hará que el arte humano sea más valioso y apreciado.

Y respecto a mi web no te preocupes que está ya plenamente operativa, con Balconeras y nuevas postales de Navidad ¡Nada mejor que regalar algo que, además de bonito, ayude a evangelizar! 

Vaticano

35 Jubileos y 58 Caminos jubilares en la Ciudad Eterna

El momento de acogida, física o virtual, en el área oficial para el Año Santo de 2025, en Via della Conciliazione, 7, será el primer abrazo al peregrino que se acerca a Roma para ganar la Indulgencia plenaria en 2025. Habrá 35 Jubileos por colectivos, 58 Caminos jubilares opcionales para visitar, catequesis y actos culturales.

Francisco Otamendi·30 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 8 minutos

Aunque se esperan más de 30 millones de personas en Roma para el Jubileo de 2025 convocado por el Papa Francisco, la Indulgencia plenaria se puede ganar también en cada diócesis. El Romano Pontífice abrirá la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre de este año. Presidirá primero la Celebración Eucarística a las 19,00 horas, y, a continuación, tendrá lugar el rito de Apertura de la Puerta Santa. Un breve concierto de campanas anunciará el momento solemne, que da comienzo a un año de gracia para el mundo.

Pero el Papa dispuso en la bula Spes non confundit que, además de en Roma, los fieles puedan ganar la Indulgencia en su lugar de residencia, porque los obispos diocesanos abrirán el Año jubilar en todas las catedrales y concatedrales el 29 de diciembre, dos días antes de fin de año.

Además, el Santo Padre abrirá también una Puerta Santa en la prisión romana de Rebibbia. Será la primera vez que suceda esto en una penitenciaría, señaló el Pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella, el pasado 28 de octubre. El Pro-prefecto subrayó que el 26 de diciembre Rebibbia será “símbolo de todas las cárceles del mundo”.

Cercanía con los presos

En la misma línea, el último gran Jubileo del año que viene será el de los presos, el 14 de diciembre, remarcando de este modo la importancia de la atención a los reclusos y a su reinserción social, tal como expresó el Santo Padre en la bula de convocatoria.

“En el Año jubilar, estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria”, ha escrito el Papa Francisco en la Bula. “Pienso en los presos que, privados de la libertad, experimentan cada día –además de la dureza de la reclusión– el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en bastantes casos, la falta de respeto. Propongo a los gobiernos del mundo que en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad; itinerarios de reinserción en la comunidad a los que corresponda un compromiso concreto en la observancia de las leyes”.

Mayo, junio-julio y octubre, más numerosos

En lugar de efectuar una única concentración de millones de personas, que sería imposible, los Jubileos se irán sucediendo a lo largo del año 2025, por sectores sociales.

El primero convocado es el de la comunicación. Tras el correspondiente a los Misioneros de la misericordia a finales de marzo, tendrá lugar el de los enfermos y mundo sanitario a primeros de abril, que se espera muy numeroso.

Mayo es uno de los meses con mayores convocatorias: seis Jubileos, entre los que se encuentran los de trabajadores y empresarios, y dos que también se esperan muy concurridos: las cofradías, y las familias, con niños, abuelos y mayores; y el de Iglesias orientales.

Junio abrirá con el Jubileo de los movimientos, y concluirá con concentración de seminaristas y obispos, y finalmente con sacerdsotes. Y un mes más tarde, a finales de julio, Roma acogerá el Jubileo de los Jóvenes, que tras las concentraciones de las últimas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), como la de Lisboa, se prevé también numeroso y, desde luego, ruidoso. 

Después de los catequistas en septiembre, llegará otro mes puntero, octubre, en el que tendrán lugar el de los migrantes, el mundo misionero y la vida consagrada, la espiritualidad mariana, y el del mundo educativo para cerrar el mes.

Probablemente siguiendo la estela de los encuentros de Asís, a mediados de noviembre tendrá lugar el de los pobres y, como se ha mencionado, los grandes eventos terminan con el de los presos, además de las celebraciones eucarísticas de conclusión el 28 de diciembre en las Iglesias particulares, y el 6 de enero de 2026, Epifanía del Señor, en Roma.

Dos millones de jóvenes en el año 2.000

En estas semanas, no pocos recuerdan el último Jubileo en el año 2.000. La multitud de jóvenes que acudió a Roma en agosto en esa JMJ quizá no se esperaba. En torno a dos millones llenaron la extensión de Tor Vergata. San Juan Pablo II les dijo: “Queridos amigos que habéis recorrido con toda clase de medios tantos y tantos kilómetros para venir aquí, a Roma, a las tumbas de los Apóstoles, dejad que empiece mi encuentro con vosotros planteándoos una pregunta: ¿Qué habéis venido a buscar? Estáis aquí para celebrar vuestro Jubileo, el Jubileo de la Iglesia joven. El vuestro no es un viaje cualquiera: Si os habéis puesto en camino no ha sido sólo por razones de diversión o de cultura. Dejad que os repita la pregunta: ¿Qué habéis venido a buscar?, o mejor, ¿a quién habéis venido a buscar?”. Y el mismo Papa contestaba: “La respuesta no puede ser más que una: ¡habéis venido a buscar a Jesucristo! A Jesucristo que, sin embargo, primero os busca a vosotros”

Gianluigi de Palo estuvo allí

Entre aquellos miles de jóvenes, estuvo Gianluigi (Gigi) De Palo, hoy presidente de la Fundación para la Natalidad, impulsora de los Estados Generales de la Natalidad, a los que acude el Papa Fancisco cada año, 

Esposo y padre de cinco hijos, que también participó en la organización de la JMJ, recuerda cómo las palabras del Papa esa noche grabaron su vida: “Fue un poco un testamento espiritual, fue una invitación a no resignarse al Tercer Milenio”. Y no resignarse fue una generación compuesta hoy por muchas madres y padres a pesar de las dificultades: “Si me casé y tuve hijos, le debo mucho a esa noche”, ha subrayado de nuevo el presidente de la Fundación.

58 templos romanos

La peregrinación a las Siete Iglesias, concebida por san Felipe Neri en el siglo XVI, es una de las tradiciones romanas más antiguas, explica la web oficial del Jubileo 2025 (iubilaeum2025.va/it.html). Son unos 25 kilómetros que serpentean por la ciudad, y que llegan hasta la campiña romana, las catacumbas y algunas de las grandes basílicas de Roma.

Entre las Siete Iglesias están las que podrían denominarse ‘cuatro grandes’ (San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros), y además otras tres: las basílicas de San Lorenzo Extramuros, la Santa Cruz en Jerusalén, y San Sebastián Extramuros.

El ‘Iter Europaeum’

El Camino de las Iglesias de la Unión Europea Iter Europaeum, incluye paradas en 28 iglesias y basílicas. Todas están históricamente vinculadas a países europeos por razones culturales y artísticas, o por una tradición de acogida de peregrinos de algún Estado de la comunidad europea.

Cada uno de estos templos tiene una historia que cuenta la web oficial. Si hay algo que caracteriza a Roma es la cantidad de monumentos y edificaciones que se encuentran en su casco antiguo. Puede mencionarse una a título de ejemplo, denominada Santa Maria in Ara Coeli ó Aracoeli (altar del Cielo). Se encuentra sobre la colina Capitolina, al final de una empinada escalinata compuesta por 124 peldaños.

La construcción actual fue realizada en el siglo XII, pero ya existía una iglesia en el siglo IX, construida a su vez sobre las ruinas de un templo dedicado a Juno Moneta. Una leyenda cuenta que sobre esta colina la Sibilla Tiburtina predijo la llegada de Cristo al emperador Augusto: “Haec est ara Filii Dei” de donde viene su nombre, “Ara Coeli”.

En torno a mujeres europeas santas

Los organizadores afirman que esta peregrinación en torno a figuras de santas europeas, desea llamar la atención sobre mujeres proclamadas por la Iglesia Patronas de Europa y Doctoras de la Iglesia.

Las elegidas son iglesias significativas que pueden recordar a estas figuras de santidad, por el vínculo con el título de la propia iglesia, como en el caso de santa Brígida en Campo de Fiori; o por la presencia de reliquias, como en Santa María sopra Minerva, donde se encuentra el cuerpo de Santa Catalina de Siena. 

Otros templos son Sant’Ivo alla Sapienza, con su historia universitaria, adecuada para recordar la figura de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, filósofa y mártir. Santa Cecilia in Trastevere, patrona de los músicos, remite a Hildegarda de Bingen, que desarrolló la música entre otras artes. Trinità dei Monti, relacionada con Francia, puede acoger el recuerdo de santa Teresita del Niño Jesús. 

Finalmente, Santa María della Vittoria, con el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini, recuerda la figura de santa Teresa de Ávila. Solo entre esas últimas se encuentran la fundadora santa Teresa de Jesús y otras dos carmelitas descalzas.

Iglesias jubilares

Existen doce iglesias señaladas como lugares de encuentro para los peregrinos. En estos templos se celebrarán catequesis en diferentes idiomas para redescubrir el significado del Año Santo, habrá ocasión de experimentar el sacramento de la Reconciliación y alimentar la experiencia de fe con la oración, informa la web oficial. Para no alargarnos innecesariamente, hablaremos sólo de dos de ellas, aunque tienen una ficha técnica en la web oficial del Jubileo.

Nuestra Señora del Divino Amor 

El Santuario del Divino Amor, situadoa 12 km del conocido Domine, quo vadis?, es una importante meta de peregrinación desde 1740. Ese año un peregrino perdido, perseguido por perros feroces, invocó a la Virgen pintada en la torre de Castel di Leva y fue salvado. El santuario, erigido en 1744, fue testigo de un voto de protección hecho por el pueblo romano en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, por el cual Nuestra Señora intercedió, evitando la destrucción de las ciudades italianas. 

Desde entonces, la fiesta del santuario se recuerda el día de Pentecostés. Nuestra Señora del Divino Amor, un icono bizantino, simboliza la relación entre María y el Espíritu Santo. El fresco original fue trasladado de la torre a la iglesia en 1744. El santuario representa hoy “un oasis espiritual y festivo” para los peregrinos, se señala.

Santa Maria in Monserrato degli Spagnoli

Santa Maria in Monserrato fue fundada en 1506 en la zona de Campo Marzio tras la construcción de un hospicio por parte de la Cofradía de la Virgen de Monserrat en Cataluña. El proyecto de la actual iglesia fue confiado Antonio de Sangallo el Joven en 1518.

En la iglesia se encuentran obras importantes de Sansovino y de Annibale Carracci, como “San Diego de Alcántara”, mientras que en el pórtico del Colegio Español se encuentra el busto de Pedro Foix Montoya, obra de Gian Lorenzo Bernini.

La gran fachada, con dos órdenes, fue diseñada por Francesco da Volterra. El interior tiene una sola nave dividida por altas pilastras compuestas con capillas laterales y un gran ábside. Entre otras valiosas obras del interior, se encuentra el fresco sobre el arco de la capilla central de la derecha, de Francesco Nappi, que representa la Dormición de la Virgen; el de la izquierda, de Giovanni Battista Ricci, conocido como Novara, muestra la Coronación de Nuestra Señora de la Asunción.

Caravaggio por Chagall

Mientras la Santa Sede cede la “Deposición” de Caravaggio a la Expo Osaka 2025, que durará desde el 13 abril al 13 octubre de 2025, llega a Roma durante el Jubileo la ‘Crucifixión blanca’ de Marc Chagall desde el Art Institute of Chicago. El cuadro estará situado en el nuevo Museo del Corso, en el Palacio Cipolla, con entrada gratuita hasta el 27 de enero, al concluir el Jubileo del mundo de la Comunicación.

Un dolor lleno de serenidad 

Cristina Uguccioni escribió hace unos años en La Stampa que “cuando se le preguntó al Papa Francisco cuál era su obra de arte preferida, el Papa respondió que la Crucifixión blanca de Marc Chagall”. Una obra que, según manifestó a los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti (en el volumen Papa Francesco. Il nuovo Papa si racconta)− “no es cruel, sino llena de esperanza. Muestra un dolor lleno de serenidad”

Marc Chagall, que nació en 1887 en Vitebsk, Bielorrusia, y pertenecía a una familia judía, pintó la tela en 1938 en París, donde residía desde hacía tiempo con su familia. “Europa estaba viviendo uno de los momentos más trágicos de su historia: Hitler invadiría Polonia el año siguiente y para los judíos había empezado el tiempo del dolor: se remonta precisamente al otoño del ‘38 la Noche de los Cristales Rotos, un suceso que marcó el inicio de la fase más violenta de la persecución antisemita realizada por el nazismo”

El historiador de arte Timothy Verdon cuenta a Uguccioni que “la Crucifixión Blanca (obra de considerables dimensiones, 150 x 140 cm), es una pintura de colores vivos (…), un cuadro con un estilo onírico muy querido por Chagall, que a menudo trataba los temas bíblicos con un lirismo verdaderamente encantador”, continúa Verdon. 

“El crucifijo, gran emblema del Occidente cristiano”

“En el centro de la obra favorita del Papa Francisco se encuentra el gran crucifijo al que llega una luz muy blanca y divina que viene desde arriba: Cristo, con el rostro reclinado y los ojos cerrados, parece dormir”, describe Ugoccioni.

Y Verdon añade: “En la Crucifixión Blanca, Chagall eligió el gran emblema del Occidente cristiano, el crucifijo, para contar el terrible sufrimiento sufrido por su pueblo: el Jesús judío, clavado en la cruz, se convierte en su símbolo. Para el artista, que no era cristiano y no consideraba a Jesús el hijo de Dios, Cristo representa el mártir judío de cada época, la víctima inocente de los abusos y la violencia”

El Papa Francisco definió la ‘Crucifixión blanca’ como “rica en esperanza”: la esperanza cristiana -dijo en una catequesis reciente, recuerda la entrevistadora – “es la expectativa de algo que ya se ha realizado y que ciertamente se hará realidad para cada uno de nosotros”.

El autorFrancisco Otamendi

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Libros

Juliana Manrique: “Las conversaciones en familia nos humanizan”

La economista y coach Juliana Manrique acaba de publicar ‘El poder transformador de las palabras’. En una entrevista con Omnes, reconoce que en la mayoría de los casos que se le presentan existen dificultades en las relaciones interpersonales. Y es fan entusiasta de las conversaciones en las familias, en pareja, con hijos y amigos.  

Francisco Otamendi·29 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El libro de Juliana Manrique quiere ayudar a tener unas relaciones interpersonales satisfactorias, que son “fuente de felicidad”. No hace falta avanzar mucho en la lectura de ‘El poder transformador de las palabras’, para darse cuenta que estamos ante una incondicional de la conversación, que es “humana y nos humaniza”, “sin los móviles delante”. “No conversar es cancelarnos voluntariamente”, asegura.

Economista, master en periodismo, coach profesional y miembro de la asociación AECOP-Asociación Española de Coaching, su trabajo actual se centra en la formación del profesorado y de profesionales en otros ámbitos empresariales, y en acompañar en sesiones individuales a clientes que quieren abordar retos personales mejorando su comunicación. Además, colabora con el Instituto Español de Resiliencia y la asociación “Mejora tu Escuela Pública”.

En la entrevista le preguntamos por diferentes perfiles de personas, y por palabras que salen con frecuencia en sus páginas. 

Usted se define al comenzar su libro como “profesional del coaching”, coach (entrenadora). ¿Se trata de acompañar, asesorar? ¿Sólo en relaciones laborales?

– El coaching es una metodología de acompañamiento en la que se utilizan diferentes herramientas. Un cliente te llega con un objetivo o inquietud laboral, y como la persona es una unidad, evidentemente su mejora influye en todos los ámbitos

¿Cuál es su objetivo? Quizá el subtítulo nos da una pista.

La mayoría de los casos que se me presentan, y creo que es patrimonio de la humanidad, tienen un gran componente de dificultades en las relaciones interpersonales. En este sentido, hay sufrimiento, y este libro quiere ayudar a tener unas relaciones interpersonales satisfactorias, que son fuente de felicidad.

Revele algún autor que ha trabajado en estas ideas, y que a lo mejor cita usted. ¿Tiene que ver el coaching con la psicología?

Hay muchos… Si tengo que decir uno, me quedo con Stephen Covey, lleno de humanidad y sentido común; uno de sus libros es un clásico: ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’.

El coaching sí difiere del trabajo de un psicólogo; aunque hay psicólogos que se forman como coach. En mi caso, trabajo con mi cliente objetivos que implican a la persona entera. Que le mejoran a ella y a todo su entorno.

Menciono algunas palabras que cita usted con frecuencia, y dígame qué le sugieren, un flash. Por ejemplo, acompañamiento. 

Acogida e interés por las personas.  

 Conversación. 

Aprendizaje.

Escuchar. 

Estar presente al 💯.

 Multitasking

– Activismo.

Emociones. 

Respuesta involuntaria a todo lo que nos entra por los sentidos.

Suele hablarse de coach laboral o empresarial, deportivo, educativo… Usted es coach en Fundación Humanae. Una palabra para gente con problemas en su empleo, o que lo pierde.

Sería reducir mucho la realidad utilizar solo una palabra ante problemas en el ámbito laboral o bien quedarnos sin trabajo. En algunos casos se puede necesitar un acompañamiento para ayudar a responder de tal forma que sea un crecimiento personal. Hay todo un proceso de aceptación y respuesta a la situación.

Otra para conciliar trabajo y familia, a veces complicado. ¿Qué prioridades aconseja?

Las prioridades tienen que estar presentes en nuestros comportamientos; porque hablan del sentido de nuestra vida y del tipo de personas que queremos ser o qué tipo de familia queremos construir.

Espiritual. Un breve consejo. 1) Comenzamos por personas alejadas de la fe y de la Iglesia, pero con el corazón inquieto, como decía san Agustín, que buscan algo.

–  Más qué consejo, les sugeriría que echen la mirada atrás, y con “el arte de preguntar” (mayéutica), ayudarles a reflexionar e ir descubriendo en esas experiencias vitales la presencia divina.

2) Matrimonios jóvenes, a veces alejados también de la práctica religiosa.

Para un desarrollo armónico de la personalidad y más cuando se trata de emprender un proyecto de vida en común, conviene trabajar todas las dimensiones y entre ellas está la dimensión espiritual.

3) Matrimonios maduros, años luchando.

El arte de conversar, de compartir y seguir trabajando todas esas habilidades de admiración, escucha, empatía, amabilidad, comprensión, asertividad…

 4) Mayores, abuelos.

En cualquier ciclo vital es importante saber que se tienen talentos, que hay que poner al servicio de la sociedad… Si no se hace, se pudren y nadie se beneficia de ellos.

 ¿Alguna cuestión que desee comentar?

 – Fomentar las conversaciones en las familias; que se pase tiempo juntos para conocerse, auto conocerse, aprender unos de otros, disfrutar, etc. En mi trabajo como coach me gusta que lo que quiere conseguir mi cliente esté en línea con los verdaderos valores y así se interiorizan todos los aprendizajes.

Juliana Manrique. El poder transformador de las palabras

Autor: Juliana Manrique
Número de páginas: 150
Idioma : Castellano
El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Las 10 noticias más leídas en Omnes en 2024

2024 ha sido un año de crecimiento para Omnes y queremos dar la bienvenida al 2025 recordando las mejores noticias del año que cierra.

Javier García Herrería·29 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

A lo largo de este año, Omnes ha traído todos los días noticias de la actualidad con una perspectiva católica. Aquí dejamos una selección de las informaciones clave que ha publicado nuestra web durante los últimos doce meses.

Una columna de Javier Segura sobre la visión de la Iglesia de Benedicto XVI

Entrevista a la mujer «más poderosa» del Opus Dei sobre la enfermedad y los cuidados

Ideas creativas para aprovechar la Cuaresma

La propuesta del Papa para el caso Torreciudad

Explicación de las profecías bíblicas del techo de la Capilla de la Crucifixión del Santo Sepulcro

Formación online para de 6000 catequistas de todo el mundo

Una devoción que crece por Centroamérica, México y Estados Unidos

El anuncio de la publicación de una nueva encíclica

Celebrando a San José el 19 de marzo

La columna de Antonio Moreno sobre la inauguración de los Juegos Olímpicos

Evangelio

En manos de la Virgen. María Madre de Dios (C)

Joseph Evans comenta las lecturas de María Madre de Dios (C) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·29 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Así como María había ido “de prisa” a ver a su prima Isabel (Lc 1,39), los pastores van “corriendo” a Belén para descubrir a “María y a José, y al niño acostado en el pesebre”. Los acontecimientos de la concepción y el nacimiento de Cristo parecen ir acompañados de una santa prisa, de la que María es plenamente partícipe, como si, tras siglos de lenta y pecaminosa torpeza, la acción salvadora de Dios acelerara la vida. 

María muestra también una actitud tranquila, contemplativa, como ya hemos considerado (véase mi meditación del año A), pero la contemplación no es letargo. Hay una alegría, una vivacidad, incluso una rapidez, que viene con la intervención de Dios en nuestras vidas. Los enamorados lo saben muy bien: las cosas se aceleran cuando uno está enamorado, incluso el corazón parece latir más deprisa. No podía ser menos con el amor divino. Así lo expresa y celebra ese gran canto de amor divino y humano del Antiguo Testamento, el Cantar de los Cantares: “Un rumor…! ¡Mi amado!  Vedlo, aquí llega, saltando por los montes, brincando por las colinas. ” (Cant 2,8).

La Iglesia nos regala esta fiesta para comenzar cada año, para que nos pongamos en manos de la Virgen y también para que aprendamos de ella a afrontar el año que tenemos por delante. Ciertamente con su actitud orante y contemplativa: “María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. Pero también con la rapidez de su amor y generosidad, corriendo con Ella para ayudar a los necesitados, y corriendo hacia Ella, porque donde está Ella encontramos siempre a Cristo, su Hijo.

Y en presencia de María, como los pastores, tenemos valor y confianza para proclamar todo lo que hemos visto y aprendido sobre Cristo: “contaron lo que se les había dicho de aquel niño”. Con el suave aliento de María, y el de José, todos se sienten confiados para desempeñar su papel y aportar su contribución: hombres, mujeres, ricos, pobres, trabajadores, estudiosos… Y después de este encuentro con la Sagrada Familia, los pastores pueden volver al trabajo “dando gloria y alabanza a Dios”. El encuentro con María se convierte en encuentro con Cristo y nos lleva a afrontar la vida -y el nuevo año que comienza- con una profunda alegría en Dios.

Pero el sufrimiento no tarda en hacerse presente. María y José tendrán que presenciar el comienzo del sufrimiento de Cristo en su circuncisión, por la que Jesús entra y se identifica con el pueblo de Israel. Y María se identifica con el sufrimiento de Jesús, como lo hará más tarde en la Cruz. Así pues, ella nos enseña la santa prisa, el espíritu contemplativo y la voluntad de sufrir en unión con Cristo.

La homilía sobre las lecturas de María Madre de Dios (C)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

América Latina

El Pase del Niño Viajero: Una tradición cuencana que renueva la fe

La Navidad en Ecuador es una época de profunda significación religiosa y cultural, llena de tradiciones que expresan la fe y la identidad del pueblo ecuatoriano.

Juan Carlos Vasconez·28 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde tiempos coloniales, la Iglesia ha promovido la devoción al Niño Jesús a través de novenas, misas y la construcción de pesebres o nacimientos. Sin embargo, el Pase del Niño, con sus características procesiones y su riqueza simbólica, es una tradición más reciente que ha florecido con particular fuerza en ciudades como Cuenca y Riobamba.

El Pase del Niño consiste en una procesión en la que una imagen del Niño Jesús, generalmente ataviada con vestimentas lujosas, es paseada por las calles. Esta imagen puede ser de diferentes tamaños y materiales, desde figuras pequeñas hasta grandes esculturas que requieren de varias personas para ser transportadas.

Durante la procesión, participan diversos personajes tradicionales como el Curiquingue, Sacha Runa, danzantes de Yaruquíes y Punín, el Diablo sonajero, payasos, y hasta perros. Cada uno tiene un atuendo específico con significados culturales y simbólicos, realizando danzas y actuaciones que cuentan historias y representan aspectos de la vida y la cosmovisión andina.

El Niño Viajero

Una de las manifestaciones más singulares y recientes es el Pase del Niño Viajero, una celebración que en pocas décadas se ha arraigado profundamente en la ciudad de Cuenca. Este fenómeno nos invita a reflexionar sobre cómo las tradiciones se construyen y evolucionan, enriqueciendo la experiencia de fe de las comunidades.

Su origen es reciente, se trata de una imagen del Niño Jesús esculpida en 1823. Tras pasar por varias generaciones de una familia cuencana, la imagen llegó a manos de Monseñor Miguel Cordero Crespo, quien en 1961 la llevó en peregrinación a Tierra Santa. A su regreso, la imagen fue bautizada como el «Niño Viajero», dando inicio a una tradición que con el tiempo se convertiría en una de las más importantes de la ciudad.

La noche previa al desfile, en las afueras de la casa del prioste (el laico que organiza ese año la procesión), se lleva a cabo una velada en honor a la imagen del Niño Viajero. Comienza a las 18:00 horas y siempre cuenta con la presencia de los residentes del barrio e invitados especiales. 

Al día siguiente se inicia con una misa en honor al Niño, seguida de la distribución de pan y café a los asistentes. El programa concluye con un espectáculo de fuegos artificiales, música y danzas folklóricas.

Durante el recorrido, los personajes principales son niños disfrazados de figuras bíblicas, pastores, gitanos, jíbaros, saraguros, otavalos y mayorales. Estos últimos son particularmente llamativos e interesantes, ya que representan a campesinos de las provincias de Azuay y Cañar, quienes gozaban de gran poder y prestigio entre los trabajadores de las haciendas. Sus trajes (estilizaciones del atuendo de los cholos y cholas de la región) son, por lo tanto, muy vistosos y elegantes, como símbolo de riqueza. 

Siempre conducen caballos o carros cubiertos con finas mantas o tejidos de lana y seda, y adornados con el «castillo» (un conjunto de alimentos dispuestos en forma de guirnaldas con frutas, legumbres, bombones, botellas de licor, juguetes, cuyes, cerdos, etc.). 

El Pase del Niño Viajero 2024

Este 24 de diciembre, Cuenca volvió a vibrar con la fe y el entusiasmo del Pase del Niño Viajero. Miles de fieles se congregaron en las calles para acompañar la procesión, que este año partió desde el redondel Eloy Alfaro para acomodar a la gran cantidad de asistentes. Carros alegóricos, comparsas, bandas de pueblo y danzantes llenaron de color y música el recorrido, que culminó en San Blas.

A las 10h, la imagen del Niño Viajero, ataviada con un elegante traje, inició su recorrido en un vehículo adornado con flores. A su paso, los fieles lanzaban pétalos de rosas desde los balcones, creando una alfombra multicolor. El ambiente era de júbilo y devoción, con cantos, oraciones y expresiones de agradecimiento al Niño Jesús.

El Cardenal Luis Gerardo Cabrera presidió la Eucaristía en la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción de Cuenca, donde se vivieron momentos de profunda emoción. En la víspera, se realizó el tradicional cambio de padrinos, en el que la familia Salesiana, los comerciantes de la Feria Libre de El Arenal y el Ejército recibieron la responsabilidad de custodiar al Niño Viajero hasta el próximo año.

Curiosidades que enriquecen la tradición

El Pase del Niño Viajero es una tradición llena de singularidades que la hacen aún más atractiva:

  • El Niño Viajero, trotamundos: La imagen original del Niño Jesús realizó un viaje por lugares religiosos alrededor del mundo en 1961.
  • Dos réplicas para la fiesta: Son dos réplicas las que se utilizan para la mayoría de los eventos, incluyendo la procesión del 24 de diciembre.
  • General de la Policía: El Niño Viajero ha sido nombrado General de la Policía e incluso ha usado el uniforme de los granaderos de Tarqui.
  • Mayorales, símbolos de tradición: Los «mayorales» representan a los empleados más importantes de las haciendas de Azuay y Cañar. Sus trajes y las decoraciones de sus caballos son muy costosos.
  • Chicha para todos: Una familia ha estado preparando y regalando miles de litros de chicha a los asistentes durante 40 años.
  • Mezcla de lo sagrado y lo profano: El Pase del Niño Viajero incluye personajes bíblicos, así como «diablo humas», «cholos» e incluso personajes de la cultura popular.
  • Un festín para el paladar: La comida abunda en el desfile. Se pueden encontrar platos tradicionales como hornado y cuy, así como pan, frutas y dulces.

El Pase del Niño Viajero es una muestra de cómo la fe popular se expresa con creatividad y originalidad, generando nuevas tradiciones que enriquecen la vida de la comunidad y fortalecen la identidad cultural. Es una celebración que invita a la reflexión sobre el significado profundo de la Navidad y su capacidad de unir a las personas en torno a la figura del Niño Jesús.

Jesús Poveda y la protesta silenciada: ¿Dónde quedan los límites de la defensa de la vida?

La detención del doctor Jesús Poveda permite reflexionar sobre los límites éticos y legales en la defensa de la vida. Desde la crítica de Michael Sandel a la posición provida, se plantea la necesidad de un debate honesto y libre sobre el valor de la vida y el aborto.

28 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Un año más el doctor Jesús Poveda ha acudido a su cita frente a la clínica Dator, en Madrid. Se trata de un ritual al que este líder provida español acude cada 28 de diciembre, día del martirio de los santos inocentes. Poveda se presenta en la puerta de la clínica, la policía le pide que se aleje, él se sienta en el suelo y los agentes se lo llevan por desacato a la autoridad. Como suele repetir Poveda, «hacemos asistencia 364 días al año y un día solo un día hacemos resistencia pasiva».

La escena no tiene más polémica, pero es muy oportuna para reflexionar sobre los límites éticos, legales y sociales de la defensa de la vida, un debate que sigue siendo uno de los más polarizantes de nuestro tiempo. Más allá de las controversias y de los titulares, lo que realmente sorprende es la intensidad del momento: una protesta pacífica y una detención que trata de silenciar algo más profundo que una mera disidencia ideológica.

La crítica de Sandel a los provida

El filósofo Michael Sandel, premio Princesa de Asturias 2018 y uno de los profesores de Harvard más aclamados, plantea en “Contra la perfección” un argumento que merece nuestra atención. Como miembro del comité asesor de bioética del presidente de Estados Unidos, durante años escuchó las opiniones de afamados médicos a favor y en contra del aborto. Sin embargo, lo que le llamaba la atención es que la mayoría de ginecólogos provida mantienen un trato amistoso con otros colegas con los que discrepan en este asunto. Según Sandel, esto es una enorme incoherencia, pues si él creyera que el aborto implica la muerte de millones de seres humanos inocentes, su reacción y su activismo serían mucho más vehementes. 

En su opinión, la tibieza con la que muchos provida manifiestan su rechazo al aborto evidencia que, en el fondo, no creen plenamente en lo que defienden. Como prueba, señala que muy pocos dedican a la causa 50 euros al año y su activismo suele limitarse a participar en una o dos manifestaciones. Si se mira bien, es difícil no concederle parte de razón.

La incoherencia en el discurso a favor del aborto

Paradójicamente, la crítica de Sandel sobre la «incoherencia» de las acciones provida también puede aplicarse al discurso a favor del aborto. Muchos países, incluido España, han avanzado hacia restricciones extremas que tratan de prohibir incluso rezar frente a las clínicas abortistas. Esto no solo limita el derecho a la libertad de expresión y de conciencia, sino que también revela una contradicción en la narrativa proabortista. Si el aborto es una intervención médica legítima y carente de implicaciones éticas graves, ¿por qué reprimir tan vehementemente cualquier forma de oposición pacífica? ¿No estamos en una sociedad plural y libre?

La prohibición de rezar en las inmediaciones de los abortorios es un ejemplo claro de cómo el debate no se centra únicamente en la defensa de derechos individuales, sino en silenciar un discurso que incomoda. ¿No es esto una admisión tácita de que el tema es moralmente espinoso? En lugar de afrontar el debate, parece que se busca evitar cualquier recordatorio de que lo que ocurre dentro de las clínicas no es un acto éticamente neutro.

¿Dónde están los límites?

El dilema planteado por Sandel y las acciones de activistas como Jesús Poveda nos enfrentan a preguntas esenciales sobre los límites de la defensa de la vida. ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por lo que consideramos justo? ¿Qué tipo de protesta es válida y proporcional cuando se trata de asuntos tan fundamentales como la vida humana?

Para quienes consideran que la vida comienza en la concepción, la defensa de esta no puede limitarse a las palabras. Tampoco puede recurrirse a la violencia o a la imposición coercitiva, ya que ello comprometería su legitimidad moral. Sin embargo, entre estos dos extremos, ¿no hay espacio para gestos y acciones que busquen despertar la conciencia pública sobre este problema? ¿Acaso no es válido ofrecer una ecografía a quien está considerando abortar? ¿No resulta legítimo plantear ayudas, tanto públicas como privadas, destinadas a mujeres que enfrentan el drama y la dificultad de continuar con su embarazo?

No se puede exigir coherencia a quienes defienden la vida mientras se les prohíbe expresar libremente sus convicciones. La detención del doctor Poveda durante una protesta pacífica pone en evidencia esta contradicción: por un lado se acusa a los provida de no ser coherentes con sus convicciones y, por otro, se les imponen restricciones legales que limitan incluso actos simbólicos como rezar frente a un abortorio. Este planteamiento dificulta un debate honesto sobre el valor de la vida y el aborto, silenciando a una de las partes. Debemos garantizar el derecho de todos a manifestar sus posiciones, solo así es posible un diálogo auténtico y justo.

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

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Evangelización

Los Santos Inocentes, vanguardia de los mártires

El 28 de diciembre la Iglesia recuerda la masacre de los niños de Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, ordenada por el rey Herodes en su intento de matar a Jesús, como narra el Evangelio de san Mateo (2, 1-18).   

Francisco Otamendi·28 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa suelen conmemorar este episodio en la gruta de los Santos Inocentes, unida a través de un pasadizo a la de la Natividad en Belén. A pocos metros se encuentra la gruta de San José, lugar donde el ángel habló en sueños a san José para pedirle que huyera a Egipto, “porque Herodes va a buscar al Niño para matarlo”.

La Iglesia venera a estos inocentes como mártires y los celebra cerca de la Navidad. Por deseo de Pío V la celebración ha sido elevada a fiesta. Algunos han dudado de la veracidad del relato de san Mateo, pero el Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática Dei Verbum reafirmó el carácter histórico de los Evangelios.

Benedicto XVI, en ‘Jesús de Nazaret’, señala que “es cierto que no sabemos nada sobre este hecho por fuentes que no sean bíblicas, pero teniendo en cuenta tantas crueldades cometidas por Herodes, eso no demuestra que no se hubiera producido el crimen”. El Papa Francisco ha  lamentado las “matanzas de inocentes en el mundo: en el vientre materno, en las rutas de los desesperados que buscan esperanza, en las vidas de tantos niños cuya infancia está devastada por la guerra”.

El autorFrancisco Otamendi

Recursos

«O Tannenbaum»: la historia del famoso villancico

"O Tannenbaum", "Árbol de Navidad", es uno de los villancicos más famosos del mundo y cumple este año 200 años.

Veit-Mario Thiede·28 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el último trimestre de 1824, Ernst Anschütz (1780-1861) publicó el «Musikalisches Schulgesangbuch». Contiene el villancico «O Tannenbaum», que él mismo había escrito. La canción se ha convertido en un villancico que se canta en todo el mundo y que tiene predecesores consagrados y curiosos sucesores.

Su autor es mucho menos conocido que la propia canción. Ernst Anschütz nació en 1780 en el pueblo de montaña de Goldlauter, cerca de Suhl. Su padre era vicario local y quería que Ernst le sucediera algún día. Aunque estudió Teología, Filosofía y Pedagogía en Leipzig, decidió no aceptar el pastorado de Goldlauter que se le había reservado durante dos años tras la muerte de su padre. Permaneció en Leipzig para trabajar como profesor en la Erste Bürgerschule, organista y cantor en la Neue Kirche y como profesor particular de canto, piano, viola, violín, violonchelo y clarinete. Sin embargo, su sueldo era tan pobre que le costaba mantener a su mujer y sus siete hijos. No obstante, era un hombre respetado en Leipzig.

«El abeto» y mucho más

Sin embargo, no dejó ningún rastro público allí. Ni la Primera Escuela de Ciudadanos, ni la Iglesia Nueva, ni su tumba han sobrevivido al paso del tiempo. Sin embargo, los archivos de la ciudad han conservado fotografías de Anschütz y los manuscritos de algunas de sus canciones más conocidas. Entre ellas, «Der Tannebaum», escrita en octubre de 1824 y conocida hoy como «O Tannenbaum». También escribió la letra de «Zorro, robaste el ganso» en junio de 1824. «El molino vibra junto al arroyo» le siguió en abril de 1835, y puede pedir que le muestren estas piezas.

Lo mismo ocurre con la copia de su autobiografía inédita de ocho páginas que se conserva en el Museo de Historia de la Ciudad. En ella habla extensamente de su «Himnario de la escuela musical», publicado en cuatro volúmenes de 1824 a 1830 por Carl Ernst Reclam. Contiene principalmente canciones de alabanza al Señor, junto con alegres canciones de caza, de excursión y para niños, pero también repetidos lamentos por el paso tan rápido del tiempo.

En el himnario, las piezas compuestas o dotadas de letra por Anschütz van acompañadas de cantos y melodías de otros compositores, como Lutero, Bach, Klopstock o Mozart. Anschütz escribe: «Si calculo todos los costes que ha supuesto, poco o nada he ganado con este trabajo. Que este trabajo no carecía de valor lo demuestra el hecho de que desconocidos y amigos me robaban y forraban sus cuadernos y cuadernos de ejercicios con mis obras. Pero siempre ha sido mi destino en la vida que donde yo sembraba, otros cosechaban; donde yo plantaba, otros arrancaban el fruto».

Navidad en lugar de penas de amor

Pero Anschütz también se inspiró en otros compositores y letristas. El predecesor inmediato de su Canción del árbol de Navidad procede de Joachim August Zarnack. En 1820, publicó una colección de canciones que contenía la trágica canción de amor «O Tannenbaum». Anschütz adoptó en gran medida su primera estrofa. Convirtió el «Eres verde no sólo en verano, sino también en invierno, cuando hiela y nieva», de Zarnack, en «Eres verde no sólo en verano, sino también en invierno, cuando nieva». Para Zarnack, el abeto siempre verde simboliza el amor eterno. Por el contrario, los otros tres versos de su canción lamentan la infidelidad: «Oh niña, oh niña, qué falsa es tu disposición». Anschütz, en cambio, da una nota consoladora al cantar una Navidad esperanzada en lugar de la tristeza del amor: «Cuántas veces un árbol tuyo no me ha deleitado en Navidad». El último verso dice: «Oh abeto, tu vestido me enseñará algo: la esperanza y la constancia dan fuerza y consuelo en todo momento».

Al igual que Zarnack, Anschütz adaptó su Canción del árbol de Navidad a la melodía de la canción «Larga vida al oficial carpintero», que apareció impresa por primera vez en 1799. Numerosos textos se cantan con esta melodía, con o sin referencia directa a Anschütz. Por ejemplo, el himno «Bandera Roja» del Partido Laborista británico o el himno de Maryland y otros estados de Estados Unidos. Durante la Primera Guerra Mundial, existió la versión «Oh Hindenburg, oh Hindenburg, qué bellas son tus victorias». Tras la derrota y abdicación de Guillermo II, surgió la canción burlona «Oh árbol de Navidad, oh árbol de Navidad, el emperador ha cortado en arpillera».

Una noble rama

La canción del abeto siempre verde tiene una larga tradición. Zarnack la tomó de una canción infantil publicada por Clemens Brentano en el tercer volumen de la colección de canciones «El cuerno mágico del niño» (1808): «Oh abeto, oh abeto, eres para mí una noble rama, eres tan fiel, cuesta creerlo, verde tanto en verano como en invierno». Brentano, a su vez, se inspiró en una antigua canción popular silesia, que dice: «Oh abeto, oh abeto, eres una noble rama. Creces en invierno como en verano». El compositor de la corte de Coburgo Melchior Franck (1579-1639) escribió entonces: «¡Oh abeto, oh abeto, eres una noble rama! Reverdeces nuestro invierno, nuestro querido verano». Aparte de las palabras iniciales «Oh abeto», esta versión corresponde a un verso de la canción de amor del siglo XVI «EUn mozo de cuadra cuelga su brida en lo alto de un árbol de Navidad».

Por iniciativa del alcalde del distrito de Goldlauter-Heidersbach, Matthias Gering, y sus compañeros de campaña, Deutsche Post emite en diciembre el sello especial «200 años del villancico O Tannenbaum». Lamentablemente, los promotores no pudieron incluir el nombre de Ernst Anschütz en el sello. Así pues, el homenaje público a Anschütz sigue siendo una característica única de su ciudad natal. Delante de la vicaría donde nació hay una lápida conmemorativa. Su relieve metálico enumera las canciones más famosas de Anschütz y nos presenta su retrato. El modelo fue el retrato que Willibald Ryno Anschütz pintó de su padre hacia 1830. El sendero de las canciones creado en honor de Anschütz termina también en la vicaría y recorre cuatro kilómetros de subida y bajada alrededor de Goldlauter, situado en la ladera sur del bosque de Turingia.Cuenta con seis estaciones que invitan a cantar.

Las letras de las canciones están escritas en tablones. La melodía correspondiente puede consultarse a través de una aplicación. La estación frente a la vicaría te anima a cantar «O Tannenbaum».


Esta es una traducción de un artículo que apareció por primera vez en el sitio web Die-Tagespost. Para ver el artículo original en alemán, consulte aquí . Se vuelve a publicar en Omnes con permiso.

El autorVeit-Mario Thiede

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Iniciativas

DECRUX: Evangelizar los hogares con la luz y la oración

Las velas decorativas son uno de los complementos de moda de este momento en la decoración. Con ingenio y ganas de evangelizar, un joven madrileño lanzó DECRUX, unas velas de oración que, estas Navidades, versionan la tradición germana de los Niños cantores de la Estrella o Sternsinger, que llevan la bendición a los hogares y recuerdan a los Reyes Magos.

Maria José Atienza·27 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Borja Pérez de Brea no era muy consciente, hace menos de un año, de la que “iba a formar” con DECRUX. Este joven madrileño, perteneciente a la Hospitalidad de Lourdes y servidor en el movimiento Emaús, decidió poner en marcha un original proyecto de evangelización: se trata de unas velas, de alta calidad y cuidado diseño.

Estas velas están simbólicamente bendecidas, son personalizables y todas tienen una oración por distintas intenciones. Una forma de llevar a todas las casas una presencia cristiana y ayudar a distintas causas solidarias y benéficas.

Lourdes, el origen de DECRUX

DECRUX nace en Lourdes”, destaca para Omnes su fundador, Borja. “Nosotros somos hospitalarios y acompañamos a los enfermos a pedir por su sanación. Y allí es donde nos damos cuenta de la potencia que tiene la luz para que un enfermo pida por su sanación. Allí me vino la idea: unir la vela de oración, -que es un símbolo profundamente cristiano, porque Jesús es la luz del mundo-, a la vela decorativa de hogar”.

Borja Pérez de Brea

De aquella primera idea, Borja empezó a desarrollar lo que hoy es DECRUX: “a raíz de ahí empezaron a surgir un montón de detalles. Desde el nombre, DECRUX, que hace referencia a la cruz que cada uno tenemos la nuestra y por la que pide o el logotipo que son las tres cruces del Calvario juntas y que también evocan a una vela encendida, que esto también es muy bonito. La tapa es de madera, también recordando la madera de la cruz e incluso, en el pack de tres velas C+M+B, las cerillas son negras simbolizando los clavos de la cruz del Señor”.

DECRUX nació en marzo de 2024 y, desde entonces, son miles las velas vendidas ya a través de su web o en puntos de venta como el espacio Baluarte en Madrid. “Ha tenido mucho éxito por la personalización.

A través de la web, puedes no sólo escoger una oración que ya tenemos -por la familia, por los hijos…- sino personalizar la tuya propia, y así te llega a casa. Junto a esto, los beneficios se destinan a una entidad o proyecto benéfico que puedes escoger”.

Las velas están, además, simbólicamente bendecidas por diversas comunidades, parroquias y entidades religiosas con las que este proyecto colabora a través de ayudas.

Proyectos e iniciativas solidarias

Desde su nacimiento, DECRUX está pensado para ser una vía de ayuda a proyectos e iniciativas, impulsados por comunidades católicas o con impronta cristiana, ya sea solidarias, de evangelización… etc.

En la actualidad son muchos los proyectos con los que colabora y otros tantos con los que están en proceso de hacerlo: “ayudamos a madres solteras que han elegido la vida, enfermos; tenemos un proyecto de electrificación de misiones en Guatemala al que ayudamos, ayuda a discapacitados con lesiones cerebrales y estamos preparando una colaboración destinada a niños con autismo. Ahora, estamos colaborando con las Hermanas de la Caridad de Paiporta, que están haciendo una labor impresionante tras la DANA, y es uno de los proyectos a los que la gente más está destinando estos días”.

“La idea encontrar una realidad y un proyecto social al cual la vela pueda ayudar a financiación”, destaca Borja, “es una vía de fundraising para esos proyectos con los que compartimos ideales. Y lo hacemos introduciendo un objeto católico alrededor de una oración, como una manera de evangelización del hogar”.

Un proyecto de vida

DECRUX es mi proyecto de vida”, afirma Pérez de Brea, “yo trabajo en una multinacional, no ‘vivo’ de esto, en el sentido material, pero es, sin duda, mi proyecto de vida. En DECRUX aúno mi vocación profesional de emprendedor, con mi llamada a servir a Dios y a ayudar a enfermos y discapacitados, como hospitalario. Ha marcado un antes y un después. Cada cosa que hago, o me pasa, es tan grande y es de Dios que hace que tenga que seguir. Es decir, hay como una fuerza por encima que hace que no pueda parar. Por eso yo digo que el proyecto está guiado por el Espíritu Santo y por la Virgen”.

Junto a Borja, hay dos personas más como socios de DECRUX pero, sobre todo, una comunidad de personas que “se ponen al servicio del proyecto desinteresadamente, filantrópicamente, y cada uno con lo que cree que puede aportar” y que, tomando el término de Emaús, se llaman “servidores”: “Hay quien aporta sus conocimientos de diseño, o ayuda a conocer nuevos proyectos, o quien va al taller y ayuda al manipulado de las velas”.­­

Manipulada por personas con discapacidad

Una de las características de estas velas es que, desde su propia creación, tienen ya un fin de integración sociolaboral.

Las velas se montan en un taller de PRODIS, una fundación comprometida con las personas con discapacidad intelectual para ayudarles en su desarrollo personal y en su inclusión laboral.

Cada vela lleva una cartelita indicando este hecho: “por eso no hay ninguna vela igual, porque todo es hecho manualmente y por chicos y chicas con discapacidad intelectual”.

Al inicio, recuerda Borja, “lo hacía todo yo en mi casa. Empezó a venir gente a ayudarme y nos dimos cuenta que había que hacerlo de otro modo. Así entramos en contacto con PRODIS y estamos felices”.

C+M+B, la tradición germana de bendición del hogar

En estas fechas de Navidad, DECRUX ha recuperado, para España una bella y antigua tradición germana, (explicada para Omnes en este artículo): la de las visitas de niños vestidos de Reyes Magos a las casas de una feligresía, llevando la bendición del párroco y recaudando dinero para los pobres.

Las casas visitadas se marcan con *C+M+B que significa “Christus mansionem benedicat” (“Cristo bendiga esta casa”) y que tiene también la connotación de referirse a las iniciales de los nombres de los Reyes en su idioma original: Caspar, Melchior y Balthasar.

Un sacerdote le explicó esta costumbre a Borja que vió la posibilidad de “trasladarla” a las velas DECRUX creando un pack de tres pequeñas candelas con las iniciales C+M+B, que se venden junto a una tiza para marcar la puerta de la casa porque “la idea es que las casas se bendigan con el pack. Lo que queremos es eso, bendecir las casas de España”, señala Borja.

Evangelización

San Juan apóstol acogió la maternidad universal de María

San Juan apóstol y evangelista, al que la Iglesia celebra el 27 de diciembre, fue depositario de signos de predilección por Jesucristo. Fue el único apóstol al pie de la Cruz, y ahí recibió a la Madre de Jesús como Madre espiritual de todos los hombres.   

Francisco Otamendi·27 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En su Evangelio, san Juan cuenta la vocación de los primeros apóstoles, también la suya: “Estaban allí de nuevo Juan (el Bautista) y dos de sus discípulos, y fijándose en Jesús que pasaba, dijo: “Éste es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos (Andrés y el joven Juan), preguntaron a Jesús: “Rabbí –que significa Maestro–, ¿dónde vives? Les respondió: Venid y veréis. Fueron y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima”. 

Andrés se lo contó a su hermano Simón (al que Jesús llamó Cefas, el primer Papa), y Juan a su hermano Santiago, hijos de Zebedeo y Salomé. Eran pescadores de Galilea. En los Evangelios se menciona a san Juan, por ejemplo, cuando preguntó a Jesús en la última Cena quién iba a entregarle, y por permanecer en el Calvario junto al Señor en la Cruz, con María Magdalena, María de Cleofás y otras mujeres, cuando todos huyeron.

“Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba” (escribe el evangelista), le dijo agonizante a su madre desde el madero: ‘Mujer, ahí tienes a tu hijo’. Después, le dice al discípulo: ‘Aquí tienes a tu madre’” (Jn. 19, 25-27). Ahí quedó establecida la maternidad de María, señala la Iglesia. En cuatro líneas, el Evangelio de san Juan cita la palabra madre 5 veces. Escribió el Apocalipsis (Revelación), y con la Virgen María vivió en Éfeso, desde donde evangelizó Asia Menor.

El autorFrancisco Otamendi

Recursos

Vía pulchritudinis: La experiencia de la belleza y su sentido trascendente

La experiencia de la belleza conecta con el conocimiento trascendente de Dios. La "Vía Pulchritudinis" integra las vías cosmológicas y antropológicas. A través de la creación, el amor y la vocación humana, se revela la belleza divina como plenitud última, orientando al ser humano hacia la comunión con el Creador.

José Miguel Granados·27 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Las vías para el conocimiento de la existencia y del ser de Dios son de dos tipos. Por un lado, cosmológicas: las famosas cinco vías de santo Tomás de Aquino constituyen seguramente la mejor síntesis del pensamiento filosófico y cristiano al respecto. A través de ellas se llega a descubrir al Dios verdadero como motor inmóvil, causa incausada, ser necesario, suma perfección y fin último de todas las criaturas. 

En definitiva, Dios es alcanzado por la razón humana como el Logos personal que está en el origen de la creación y asegura la armonía de todo cuanto existe. “El Dios verdaderamente divino es el Dios que se ha manifestado como logos y ha actuado y actúa como logos lleno de amor por nosotros” (Benedicto XVI, Discurso en la universidad de Ratisbona, 12-9-2006). Esta reflexión fundamental sobre el Hacedor del mundo demuestra la fiabilidad del pensamiento, del lenguaje y de la ciencia. Dios constituye la sabiduría infinitaordenadora, la mente y el corazón del universo. 

Vías antropológicas

Por otra parte, muchos pensadores (como san Buenaventura, Descartes) y místicos (como santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz, santa Teresa Benedicta de la Cruz) han reflexionado sobre las vías antropológicas para el conocimiento de Dios, en un viaje interior que indaga la intimidad del ser humano, sus anhelos más profundos y su conciencia moral. Aquí Dios aparece como el sentido último de la dignidad humana, de la vida, de la justicia, de la libertad, del amor y de la historia. Esta plenitud humana, que encuentra su raíz y su culminación en Dios, se manifiesta en las personas virtuosas de excelsa humanidad y, especialmente, en el testimonio -luminoso, atrayente y convincente- de las vidas de los santos.

El enlace entre ambos tipos de vías puede descubrirse en la comprensión de Dios como suma perfección y manantial inagotable de las mejores bendiciones: pues solo Dios colma la promesa de vida grabada en los grandes deseos humanos, con la abundancia de los dones materiales y espirituales que nos concede. Seguramente el exponente más elocuente en este campo de la indagación interior sea Agustín de Hipona, que comienza su autobiografía intelectual y espiritual con la espléndida declaración: “nos hiciste Señor, para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti” (Confesiones, Libro I, capítulo 1).

La experiencia de la belleza como vocación

El ser humano -a diferencia de los animales y de los robots, que carecen de conocimiento racional, autoconciencia y libre voluntad- es capaz de encontrar muchas formas y expresiones de belleza que le atraen en la búsqueda espiritual de plenitud y de felicidad. Son incontables los ejemplos de experiencias de belleza en la naturaleza, en el arte y en la vida de las personas. En efecto, un paisaje maravilloso, el estudio del mundo mineral, vegetal y animal por parte de las ciencias naturales, una sinfonía o melodía musical de perfección matemática, la obra hermosa de un genio de las artes figurativas, el relato literario o la narración real de una existencia valiosa por su entrega y generosidad… fascinan y llenan de encanto la existencia humana.

Una manifestación necesaria de gran sabiduría consiste en descubrir que, en su misma esencia, la belleza de lo creado remite a su fuente, que es la belleza infinita del Creador, hontanar misterioso e inagotable de vida y de bondad. Pues, separada de su fuente originaria, la hermosura del mundo y de la existencia humana se convierte en algo pobre, caduco y vano que, al final, resulta nocivo y provoca hastío, porque encierra a la persona en metas bajas y frustra las expectativas del deseo humano ilimitado.

En efecto, quien pone su corazón en las cosas creadas con una afectividad desordenada, al margen de su autor divino y de sus leyes santas -que se hallan inscritas en la naturaleza humana y pueden ser descubiertas por la conciencia bien formada- quedará lamentablemente decepcionado, porque el anhelo infinito de nuestro corazón inquieto no podrá ser saciado por meras realidades finitas.

En cambio, el que acierta a encontrar en la entraña de las maravillas de lo creado y, especialmente, en las incontables expresiones del amor humano, un destello o reflejo y participación de la hermosura infinita del Señor y, además, en su actuar intencional pone de veras en Dios su corazón, encontrará plenamente cumplida la promesa de la esperanza de vida plena contenida como llamada existencial en todo destello de belleza y en todo deseo humano.

Eros como promesa

Un ámbito importante de esta experiencia de la belleza se da en la vivencia del enamoramiento entre el varón y la mujer (el amor atracción o eros); donde las interpretaciones reductivas y erróneas, como la rigorista puritana, la utilitaria hedonista o la romántica emotivista, conducen necesariamente al fracaso destructivo de las personas y de las sociedades. 

En cambio, la comprensión adecuada del amor esponsalicio -que corresponde a la “experiencia esencialmente humana”, iluminada por la revelación de la Palabra divina, como enseña la teología del cuerpo de Juan Pablo II- permite descubrirlo como vocación a entretejer una comunión fiel y fecunda: un hogar como ámbito de acogida y donación, cuna, escuela y santuario la vida, y ello mediante el compromiso de una entrega total en la alianza conyugal. De este modo, el plan divino inscrito en el cuerpo y en el deseo del corazón del hombre, creado varón y mujer a imagen de Dios, alcanza su verdadera dimensión de trascendencia, en cuanto orientado a reflejar y expandir la belleza del amor eterno para entrar en la comunión familiar de las divinas personas. 

Idolatría y redención del corazón

Existe el grave peligro de dejarse atraer, engañar y atrapar por el atractivo de las cosas que seducen con gran intensidad, aumentado por la propaganda confusa y mendaz de las ideologías, hasta convertirlas en falsos ídolos, que resultan parásitos que roban y esclavizan las ansias infinitas del corazón. Esta profunda experiencia de frustración -y la consiguiente superación de la misma con la ayuda de la gracia del Espíritu Santo- la expresa acertadamente el mismo san Agustín como una vivencia propia decisiva: “¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti” (Confesiones, Libro X, capítulo 27).

Acompañar en el camino hacia la belleza eterna

Por todo ello, se necesitan maestros, testigos y comunidades educativas que guíen a las personas en este imprescindible camino interior de transformación hacia la causa última y la fuente inagotable de la hermosura de la vida humana y del amor verdadero. Se requieren también expertos en oración, pues, como afirmaba Juan Pablo II, “el amor hermoso se aprende sobre todo rezando” (Carta a las familias, n. 20). 

En este itinerario hacia la plenitud soñada por Dios para sus hijos, la Iglesia, experta en humanidad, tiene la urgente misión acompañar, instruir, sanar y devolver la esperanza, siguiendo la luz de la belleza que resplandece en Jesucristo. Pues “el Hijo de Dios, al hacerse hombre, ha introducido en la historia de la humanidad toda la riqueza evangélica de la verdad y del bien, y con ella ha manifestado también una nueva dimensión de la belleza” (Juan Pablo II, Carta a los artistas, n. 5).

En definitiva, el Señor ha dejado huellas y destellos de su belleza infinita en las criaturas y en el corazón humano, como señales o indicaciones claras para que sus hijos encontremos vías hacia el misteriode su Corazón, el único que salva porque colma nuestros grandes anhelos de belleza eterna.

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Evangelización

San Esteban, protomártir: lapidado, murió perdonando

La Iglesia celebra el 26 de diciembre, en la Octava de Navidad y fiesta en bastantes lugares, al primer mártir (protomártir), san Esteban. Uno de los primeros en seguir a los Apóstoles, fue lapidado tras su testimonio sobre la historia de la Salvación, y perdonó a sus asesinos.        

Francisco Otamendi·26 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Griego o judío educado en la cultura helenística, san Esteban fue muy apreciado en la comunidad de Jerusalén. Su nombre aparece en los Hechos de los Apóstoles (capítulo 6) como el primero entre los siete elegidos para ayudar a los Apóstoles en su misión, y es descrito como “hombre lleno de fe y del Espíritu Santo”.

Tras explicar su prisión y encarcelamiento, el capítulo 7 de los Hechos recoge su discurso sobre la historia de Israel, y su martirio. Tras sus palabras finales –“Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios” –, le lapidaron. Murió con estas palabras: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. “Saulo aprobaba su muerte”, escribe san Lucas.

El lugar del martirio de San Esteban en Jerusalén se sitúa por la tradición en las afueras de la Puerta de Damasco, hoy iglesia de Saint-Étienne. En el cristianismo, la devoción a San Esteban fue fuerte desde el principio. Su martirio ha sido recogido en el arte. Dante habla de él en la ‘Divina Comedia’. Sólo en Italia, 14 municipios llevan su nombre.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Música de Bach para el Rey que viene

En el tiempo de Adviento, la esperanza de la parusía de Jesucristo como Rey salvador de todos los pueblos se funde con el recuerdo de su primera venida en la Encarnación. Ante esto, el creyente cultiva la virtud de la esperanza, y trata de hacer memoria agradecida, presentar al Salvador sus peticiones y disponerse para abrirle las puertas del corazón. Todo lo esto lo encontramos expresado musicalmente en esta cantata.

Antonio de la Torre·26 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

J.S. Bach, Cantata BWV 61, Nun komm, der Heiden Heiland

La celebración del primer domingo de Adviento de 1714 fue la ocasión que movió a Johann Sebastian Bach (1685-1750) para componer la cantata que lleva el número 61 en su catálogo de obras, y cuyo título (sacado de la primera frase de su texto, como en todas las cantatas de Bach) es Nun komm, der Heiden Heiland (“Ven ya, Salvador de las naciones”). Se trata del primer verso de un himno muy popular en la liturgia luterana, que a su vez se basa en la traducción alemana del himno gregoriano Veni Redemptor gentium, que la tradición atribuye a San Ambrosio.

En aquella época el genio alemán, cumplidas sus etapas en Mühlhausen y Arnstadt, estaba sirviendo como compositor en la corte de Weimar, en la que estuvo contratado como Konzertmeister de los duques protestantes Guillermo Ernesto y Ernesto Augusto de Sajonia-Weimar. Como tal, tenía la obligación de componer una cantata al mes para las celebraciones religiosas, en las que los melómanos duques deseaban la mejor música que fuera posible para el culto divino.

Las cantatas de Bach

Ciertamente con esta cantata lo consiguieron, ya que el comienzo del Adviento era un momento litúrgico en el que la música tenía especial importancia. Los otros tres domingos de Adviento solían celebrarse en las iglesias luteranas con composiciones más sencillas, a la espera del esplendor musical de la Navidad. Esto explica que se conservan hasta tres cantatas escritas por Bach para el primer domingo de Adviento.

La primera es la que nos ocupa, perteneciente a su primer año en Weimar, y por tanto con cierto carácter de estreno del nuevo Konzertmeister en el nuevo año litúrgico. Las otras dos son las compuestas en 1724 (BWV 62, ya en su segundo año como Cantor de Santo Tomás de Leipzig) y en 1731 (la cantata BWV 36). Las tres expresan musicalmente el contenido de las lecturas bíblicas que se leían ese día: la entrada de Jesús como Rey davídico en Jerusalén (Mateo 21,1-9) y la exhortación a estar despiertos (Romanos 13,11-14).

Para su primera cantata de Adviento en Weimar, Bach dispone de una plantilla musical bastante reducida: tres solistas vocales (soprano tenor y bajo), un pequeño coro a cuatro voces y el habitual conjunto de cuerdas barroco con el bajo continuo. La economía de medios, conveniente ante la gran inversión musical que requeriría la cercana Navidad, no impide que el resultado sea brillante, pues en esta cantata se percibe especialmente el talento de Bach como dramaturgo y su genialidad como compositor, que se muestra ya en un estilo maduro y consolidado.

La entrada del Rey en su Corte

Comienza esta cantata, de hecho, con un gesto de notable carácter dramático, ya que el coro inicial que esperamos encontrar en una cantata se encuentra presentado ni más ni menos que sobre una obertura al estilo de la ópera francesa. Desde finales del siglo XVII las óperas representadas en la corte versallesca de Luis XIV, y después en las de casi toda Europa, comienzan con una obertura en tres partes que se interpreta con la entrada del Rey.

La primera parte es una solemne marcha, que anuncia la venida del monarca al teatro, la siguiente es una sección fugada rápida que dinamiza la presencia del rey y la tercera es una repetición de la marcha inicial para indicar que comienza el espectáculo. Pues bien, siendo el Adviento el tiempo de esperar la llegada del Rey, Bach diseña el coro inicial con el esquema de la obertura francesa, con una intención que cualquiera de sus instruidos oyentes en Weimar percibiría con toda evidencia.

En la marcha inicial, el coro va cantando voz por voz el primer verso del himno que da título a la cantata (“Ven ya, Salvador de las naciones”); después las cuatro voces al unísono cantan el segundo (“muestra al Nacido de la Virgen”). Tras ella encontramos una rápida y animosa fuga coral en la que el coro canta el tercer verso (“que se admire de él todo el mundo”). Finalmente, se repite la marcha inicial cuando el coro al unísono repite la melodía coral cantando el cuarto verso (“pues Dios ha dispuesto tal nacimiento”). El Hijo de Dios, y de la Virgen, está a punto de entrar como Rey Salvador en su Corte, en donde se reúnen todas las naciones de la tierra.

Anuncio y fe

En las cantatas maduras de Bach (las correspondientes a su etapa en Weimar, y todavía más las compuestas en Leipzig), al coro inicial sigue una sucesión de recitativos y arias. Los primeros, con un acompañamiento sencillo, sirven usualmente a la voz solista para anunciar y exponer el contenido de la fe. En las segundas, con un ropaje instrumental amplio y cuidado, el solista canta expresivamente su fe hecha oración. Aunque no siempre se da esta división entre el anuncio (el recitativo) y la fe (el aria), nos puede servir para comprender y seguir el camino espiritual que Bach propone en cada una de sus cantatas.

En el caso de la BWV 61, el tenor anuncia en un recitativo la fe en la Encarnación del Salvador, como comienzo y raíz de todas sus venidas a este mundo. Tras una exposición sencilla, el violoncello, que hasta el momento tan sólo acompañaba como bajo continuo, se anima maravillosamente en las palabras finales del anuncio: “Vienes y haces brillar tu luz plena de bendiciones”. Un nuevo recurso dramático que recuerda la necesidad de anunciar la luz bendita que traerá el Rey Salvador. A continuación, el tenor transforma su anuncio en expresión de la fe a lo largo del aria que sigue al recitativo. Se trata de una oración pidiendo protección y bendición a Jesús, cantada con un imparable ritmo de giga (danza muy animada que solía bailarse en bodas y festejos populares) que evoca la alegría del amor y de la fe en el Salvador.

La Palabra y la música

Después de esta coreografía de la fe, Bach nos golpea con un nuevo gesto dramático. Un recitativo en tonalidad menor confiado al bajo, que representa la Vox Christi, irrumpe sobre un fondo de cuerdas en pizzicato. El color menor evoca la oscuridad y la noche, el pizzicato que pulsa las cuerdas de los instrumentos, sugiere el golpe seco de quien llama a una puerta. El contraste con el aria anterior no puede ser más dramático, para preparar así al oyente de cara a que preste atención a las palabras de este recitativo, que anuncia la presencia de Jesús a la puerta de cada creyente con las mismas palabras del Apocalipsis: “Mira que estoy a la puerta y llamo…” (Apocalipsis 3,20).

Con este áspero cambio de tono, el camino espiritual de esta cantata nos lleva desde la próxima venida del Rey a la presencia actual de Cristo que llama a la puerta de cada corazón. Ante este anuncio, el corazón creyente entona un canto de acogida en la fe al Dios que nos llama. Así lo hace la soprano el aria que sigue a este imponente recitativo. Un aria de dulzura e intimidad, donde la fe medita en su melodía sobre un sencillo acompañamiento de violoncello, donde se responde a la llamada del Salvador (“Ábrete, corazón, de par en par, que viene Jesús y va a entrar”).

La soprano canta ábrete sobre una figura de tres notas ascendentes que el violoncello irá recordando a lo largo de toda el aria, en la que, efectivamente, se levanta el corazón; sin embargo, cuando la soprano canta el último verso (“¡Oh, qué feliz seré!”) el violoncello hace manar como una ondulante corriente de corcheas que parecen evocar el mar de felicidad que recibe el corazón que ha escuchado despierto la llamada del Rey que llama a la puerta y ha sido capaz de abrirse a Él. Una vez más, la Palabra de Dios encuentra en la música de Bach un admirable reflejo.

Para terminar la cantata, Bach no recurre al austero coral final que será de rigor en las cantatas de Leipzig, sino que compone una breve pero animada fantasía coral. Voces e instrumentos expresan la alegría y la vivaz expectación contenida en el texto que cierra la cantata (“¡Amén, amén!¡Ven, hermosa corona de alegría, no tardes! Te espero con ansia”).

El camino espiritual nos ha guiado desde la solemne proclamación de la entrada del Rey en Corte hasta la pintura musical de las actitudes que esta despierta en el creyente: alegría, petición, disponibilidad, entrega y esperanza cierta. Los que escucharon en la capilla de la corte ducal de Weimar la cantata con la que Bach estrenó su producción musical para el Adviento, posiblemente experimentarían alguna de estas actitudes gracias a la sugestiva fuerza espiritual de su autor. Posiblemente también hoy seguirá despertando en el corazón de muchos oyentes estas actitudes que nos propone la llegada del Adviento. Puede comprobarse escuchándola en esta cuidada versión de la Netherlands Bach Society, que incluye subtítulos en inglés para saborear a la vez la música y la palabra.

El autorAntonio de la Torre

Doctor en Teología

Recursos

La ciudad de Belén: historia y arqueología

La importancia histórica de Belén es innegable: para los judíos, porque David nació allí y habría de reinar sobre Judá e Israel de 1013 a 966 aC. Para los cristianos, porque es el lugar donde nació el Salvador, Jesús, según los evangelios de Mateo y Lucas.

Gustavo Milano·26 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 11 minutos

Mucho antes de que Abrahán llegara a la Tierra Santa ya vivían allí los pueblos cananeos con pequeñas ciudades edificadas y fortificadas con murallas. Es el caso, entre otros, de Belén, cuyos orígenes remontan al año 3000 aC aproximadamente. Se trata de una ciudad situada en una loma a casi 800 m sobre el nivel del mar Mediterráneo. En realidad, su nombre original no es “Betlehem” como lo transmite su versión hebrea transliterada. Lahmo es el dios caldeo de la fertilidad, llamado por los cananeos de “Lahama», y a él dedicaron la ciudad, teniendo en cuenta los fértiles campos que la recubren. Hay indicios de que esos primeros habitantes hayan edificado un templo a ese dios en el mismo monte donde actualmente se encuentra la Basílica de la Natividad. En 1969 Shmarya Gutman y Ariel Berman identificaron en ese mismo monte la ciudad cananea, pero la excavación no se ha llevado a cabo. Y a cerca de dos kilómetros al sudeste de Belén, el equipo de Lorenzo Nigro descubrió una necrópolis de la misma época[1].

Belén de Judá

Aún estando a solo 8 km de Jerusalén, la ciudad de Belén nunca estuvo entre las más pobladas del reino de Judá, que duró de 928 a 586 aC. La primera mención extrabíblica a Belén de que hoy en día se tiene registro está en una carta encontrada en el sitio arqueológico de Amarna, en Egipto, del siglo XIV aC. En este documento Abdi-Heba, el gobernador egipcio de Jerusalén entonces, pedía al faraón Amenhotep III que le enviara arqueros para que pudiera recuperar la ciudad de “Bit-Lahmi”, donde los hapiru se habían sublevado[2].

Con todo, su referencia en la Biblia es más abundante. La primera se da en Gn 35,16-19, cuando se narra que Jacob y su familia pasaban por allí después de haber partido de Betel. En este pasaje se habla primero de la ciudad Efrata, y luego se lo menciona otra vez, pero incluyendo la aclaración “es decir, Belén”. También el profeta Miqueas la llamó “Belén Efrata” (cf. Miq 5,1). El punto es que “efrata”, en hebreo, indica la fertilidad de la tierra, que ya le había dado el nombre a esta ciudad en la época cananea, aunque refiriéndose al dios de la fertilidad, y no a la fertilidad directamente. Lo que hicieron los hebreos fue sustituir el nombre del dios de la fertilidad por una palabra hebrea de fonética similar al mencionado “lahama”, como es “lehem” (pan, que de alguna manera también alude a las plantaciones de trigo y cebada de la ciudad), y añadir una especie de apellido que tradujera la palabra sustituida. De ahí vino el “efrata”. Además, en Jos 19,15 se menciona una Belén atribuida a la heredad de Zabulón, ubicada por tanto al sur de Galilea[3]. De todos modos, el “efrata” también podría servir para desambiguarlas.

Debido a la poca importancia de esa otra Belén, con el paso del tiempo la de Judá se hizo con la fama, haciendo prescindible el apellido “Efrata”. Lo da a entender la inscripción “Belén” presente en un sello de los siglos VIII-VII aC encontrado en 2012 por el arqueólogo Eli Shukron, de la Israel Antiquities Authority, en las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén[4]. Aparentemente se trataba de un documento administrativo o fiscal enviado desde la capital.

Prosiguiendo con la cuestión de la fertilidad de la región, factor fundamental para que haya vida, Francisco Varo explica que “la ciudad estaba situada sobre una loma, y a su pie se hallaban los terrenos de cultivo de trigo y cebada, así como los campos de olivos y viñedos. Económicamente era de alguna importancia, por ser un mercado de ganado menor, ya que los pastores de ovejas y cabras, que recorren con sus rebaños el vecino desierto de Judá, solían acampar en las afueras del poblado”[5].

En la misma línea el libro de Rut refiere que “Booz vino desde Belén” (Rt 2,4) y que era dueño de tierras cultivadas, en las cuales, por cierto, trabajaba la misma Rut cuando lo conoció. Y en 2Sm 23,16 se habla de un “pozo que hay junto a la puerta de Belén”, del cual los que iban con David le dieron de beber y él rechazó, aun después de haber dicho: “¡Quién me diera de beber agua del pozo de Belén, que está junto a la puerta!”. Sobre eso, dice González Echegaray que “al carecer de fuentes en su recinto, Belén se suministraba del agua de la lluvia contenida en frescos aljibes excavados en la roca, ya famosos desde antiguo”[6]. Según Cabello, “parece que el acueducto romano que pasaba por la ciudad hizo que mejorara un poco su situación al no haber fuentes de agua en su recinto. Ser ciudad de paso hacia las fortalezas del Herodión y Masada en el tiempo de Herodes el Grande y controlar la ruta principal que conecta Jerusalén con Hebrón también le dio un poco de vida”[7]. Estas dos últimas ciudades distaban unos 30 km, y venía muy bien poder hacer una parada casi a medio camino en Belén para reponer energías y descansar un poco.

Su importancia histórica para los judíos, en efecto, viene precisamente del bisnieto de Booz y Rut, David, que nació allí y habría de reinar sobre Judá e Israel de 1013 a 966 aC, cuando la monarquía todavía estaba unificada, según el relato bíblico del Primer y Segundo Libros de Samuel, y Primer Libro de Reyes. Para los cristianos, por otro lado, se suma además que también el nacimiento de Jesús se dio allí, según los evangelios de Mateo y Lucas. Abajo se analizará la relación de los dos personajes bíblicos más centrales de cada Testamento[8] con la ciudad de Belén.

Belén de David

En Jue 17,7, cuando el autor sagrado dice “Belén de Judá”, se está refiriendo sea a la región que a la tribu. Efectivamente, la tribu de Judá había ocupado gran parte de lo que luego se constituyó como el reino del sur, es decir, desde cerca de Belén hasta Kades-Barnea, en el desierto del Neguev, excluyendo la cercanía de Beersheba, habitada por la tribu de Simeón. Como grandes ciudades de Judá, se destacaban Hebrón, en la región montañosa, y Laquis, en la llanura de la Sefela. 

Otro factor que hacía de Belén una ciudad relevante es que ahí se venera la tumba de Raquel, la matriarca esposa de Jacob y madre de José y Benjamín, y tercer lugar más sagrado del judaísmo[9]. En el parto de su segundo hijo, ella se encontraba justamente en Belén, y allí falleció (cf. Gn 35,16-19). 

Pero de lejos el personaje judío que más fama dio a Belén fue David. De ahí es su familia (cf. 1 Sam 17,12-15) y también ahí fue ungido por el profeta Samuel. A partir de entonces el joven pastor se puso al servicio de Saúl, el ya anciano rey de Israel, y le tocaba lira cuando este se estaba sintiendo mal, lo que le calmaba. Después de la victoria de David sobre Goliat, en un contexto en que Saúl ya no gozaba de tanto prestigio ante el pueblo, David se hizo yerno del rey y gran amigo de Jonatán, hijo de Saúl. Resumiendo, tras perseguir a David, Saúl se suicida al verse herido en una batalla contra los filisteos. Algunas divisiones surgen sobre el posible sucesor, pero David se gana la confianza de los principales y es nombrado rey en Hebrón. Elige entonces como ciudad neutral para ser la capital del reino a la llamada Jebús, es decir, la ciudad de los jebuseos, que corresponde a parte de la que vendría a ser Jerusalén. Y ahí reinó él por décadas. 

Un episodio interesante es que más adelante Belén se vio sitiada por los filisteos, cuando el rey David se encontraba ahí (cf. 2Sm 23,14). Añade González Echegaray que “parece ser que en la alta zona oriental de la ciudad [de Belén], donde hoy se encuentra la basílica de la Natividad, se conservaban aún los recuerdos de la familia de David, y probablemente allí vivían algunos que se consideraban sus descendientes”[10]. David murió y está enterrado en la zona antiguamente jebusea de Jerusalén, llamada hoy en día “ciudad de David”.

Le sucedió su hijo Salomón, que reinó de 965 a 928 aC. Al final de su reinado, sus hijos se dividieron, como el reino. En Jerusalén, Gabaón y Jericó, muy cercanas hacia el norte de Belén, vivía la tribu de Benjamín, con lo cual las tribus de Judá y Benjamín fueron convocadas por Roboam tras la muerte de su padre Salomón (cf. 2Cr 11,1-12). La tribu de Simeón, a su vez, con el paso del tiempo fue menguando hasta que se asimiló a la de Judá. Así Roboam unificó las tribus de Judá y Benjamín, y se hizo rey de Judá, con capital en Jerusalén, a la vez que el general Jeroboam se constituyó rey de Israel, con capital en Samaría, gobernando sobre el territorio de las demás tribus israelitas.

Aparte de las antiguas murallas cananeas, la ciudad betlemita fue fortificada y amurallada por Roboam, el nieto de David (cf. 2Cr 11,5-12). En este contexto, las ciudades más destacadas eran Jerusalén, Laquis y Beersheba, esta última en la zona desértica más al sur de Hebrón. “La ciudad [de Belén] había sido repoblada a la vuelta del destierro de Babilonia con exiliados oriundos del lugar (cf. Esd 2,21; Neh 7,26), y una de sus fuentes de ingreso debía ser el comercio con el ganado lanar, que pastaba, como hoy en día lo hace, en las inmediaciones del contiguo desierto de Judá (Lc 2,8.15; 1Sm 16,11.19; 17,15.34-35)”[11].

Aunque ya citado antes para otro propósito, históricamente es en este momento donde se sitúa el profeta Miqueas, que vivió en los siglos VIII-VII aC. En Mq 5,1 se lee: “Pero tú, Belén Efrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel; sus orígenes son muy antiguos, de días remotos”. Hecha siglos después de David, esa profecía es interpretada como mesiánica, y se aplica a Jesús.

Belén de Jesús

Sobre la relación entre la ciudad de Belén y Jesús se hicieron numerosos estudios, que permitieron una mayor precisión en los datos, en comparación con David y todos los personajes anteriores. Desde la fecha precisa y el sitio concreto de su nacimiento dentro de la ciudad, hasta el motivo por el cual María y José se encontraban allá. En este apartado se hablará también sobre la Basílica de la Natividad que se encuentra en la parte elevada de la ciudad betlemita.

Aunque los evangelios de Marcos y de Juan no digan que María haya dado a la luz en Belén, tampoco dicen lo contrario ni sitúan ese suceso en otra localidad. Por tanto, no se plantean disputas ulteriores sobre ese asunto. Sin embargo, los evangelios mateano y lucano, al ubicar el nacimiento de Jesús en esa ciudad, lo hacen en el contexto de un censo, y sobre este sí hay divergencias.

El primer evangelio dice sencillamente: “Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes” (Mt 2,1), y poco más adelante cita la ya conocida profecía de Miqueas. En cambio, Lucas contextualiza más el viaje de la Sagrada Familia a la ciudad de David: “En aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta” (Lc 2,1-4). Dado que el nacimiento de Jesús se dio entre los años 6 y 4 aC, y el censo de Quirino se dio diez o doce años después, parece que las informaciones no cuadran[12].

Citando el estudio de Pierre Benoit, González Echegaray lo resume de la siguiente forma: “El censo a que se refiere el evangelio se debe, en efecto, como en él se dice, a un intento general de censar la población del imperio, al menos en su zona oriental, de acuerdo con las disposiciones del emperador Augusto. En él entraban también los Estados asociados, como era el reino de Herodes. Debió comenzar hacia el año 7 aC, siendo gobernador de Siria, Saturnino, y continuó después bajo el gobierno de Varo al final del reinado de Herodes, para concluir en los tiempos de P. Sulpicio Quirino (año 6 dC) con el cambio de administración (…). Este censo llevó por tanto en Judea el nombre de Quirino, y así lo cita el evangelio, aunque de hecho hubiera comenzado con anterioridad, incluso algunos años antes del nacimiento de Jesús”[13].

El mismo autor aclara por qué fue necesario el viaje al lugar de origen de cada familia: “El hecho de que el evangelio de Lucas lo señale como motivo del viaje desde Nazaret a Belén supone, en efecto, que se trataba de un censo anterior al directamente relacionado con el tributum capitis, puesto que afectaba por igual a los habitantes de Judea y Galilea. Más aún, cabría pensar en que de alguna manera estaba también relacionado con la situación catastral, puesto que no sería necesario ir al ‘lugar de origen’ a empadronarse solamente para un censo de carácter individual, si no estuviera vinculado con el problema de la identificación de las propiedades familiares en el campo”.

A su vez, Murphy-O’Connor no duda al afirmar que “María y José eran nativos de Belén, y solamente se fueron a Nazaret por causa de la atmósfera de inseguridad generada por la dinastía herodiana (cf. Mt 2). Su larga residencia en Galilea dio a Lucas la impresión de que ellos siempre habían vivido allá, y así él tuvo que encontrar un motivo para situarlos en Belén en el momento del nacimiento de Jesús (cf. Lc 2,1-7). Él equivocadamente invocó el censo de Quirino, pero este tuvo lugar el 6 dC”[14]. Por otro lado, otro autor menciona cierto plan de judaización de Galilea, del cual José y otros muchos judíos habrían formado parte, y que por eso se fue allá con su familia[15]. De todos modos, de momento no se puede hacer más que mantener abierta la cuestión, dada la limitación de las informaciones de que se dispone.

Además, de acuerdo con el relato lucano, el nacimiento de Jesús ocurrió en un establo (cf. Lc 2,6-7): “Y cuando ellos se encontraban allí [en Belén], le llegó [a María] la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento”. El estudio de los términos utilizados por el evangelista lleva a entender que el parto se dio no en un mesón, sino en una casa construida aprovechando una cueva en una montaña[16]. A lo mejor la casa en cuestión o parte de ella servía de establo, ya que en esta se encontraba un pesebre. Según Pfeiffer[17], la tradición de que Jesús nació en una cueva de Belén data del siglo II, es decir, no es propiamente de la época apostólica. Pero Murphy-O’Connor, a su vez, recoge el dato de que “la cerámica y la albañilería preconstantinianas sugieren que estas cuevas [la cueva en que tradicionalmente se cree que sea aquella en que nació Jesús y otras cuevas más al norte] estaban en uso en los siglos I y II dC”[18]. En este sentido, es plausible la tesis de que se trataba de una casa convencional construida delante de una cueva, y no un mesón. Que el parto haya sucedido en la porción dedicada a los animales tal vez haya sido así para preservar la intimidad del momento familiar, porque es posible que no estuvieran solos en aquella casa.

En fin, como dato curioso, a pesar de Jesús haber estado en tantas ciudades durante su vida pública, entre ellas muchas cercanas a Jerusalén, no se tiene registro de que haya visitado Belén de adulto. Quizás por eso el hijo de María no es conocido como “Jesús de Belén”, sino como “Jesús de Nazaret”, no obstante la conveniente ligación con el rey David que eso conllevaría[19].

De todos modos, al llegar a Belén el visitante se encuentra con la Basílica de la Natividad. Si en época romana la cueva donde en principio nació Jesús y sus alrededores había sido cubierta por un “bosque sagrado” de Adonis, en el año 325 dC el emperador Constantino hizo construir una basílica en el sitio[20]. De acuerdo con Eutiquio de Alejandría (siglos IX-X), tras la revuelta samaritana del 529 dC, “el emperador Justiniano ordenó a su enviado que derrumbara la iglesia de Belén, que era pequeña, y que construyera otra con tal esplendor, tamaño y belleza que ninguna otra ni de la Ciudad Santa la superara”[21]. De hecho, en 1934 los arqueólogos William Harvey, Ernest Tatham Richmond, Hugues Vincent y Robert William Hamilton confirmaron que el edificio remonta a la época de Justiniano, y pudieron reconstruir la planta de la basílica constantiniana, que se encontraba en el mismo sitio de la actual[22]. La obra justiniana se concluyó el 565 dC, y la basílica actual de la Natividad es fundamentalmente la estructura construida por Justiniano con algunas pequeñas reformas de manutención o añadidos no estructurales.


[1] Cf. Pedro Cabello, Arqueología bíblica. Córdoba: Almuzara, 2019, p. 494.

[2] Cf. Jerome Murphy-O’Connor, The Holy Land. Oxford: Oxford University Press, 2007, p. 229.

[3] Adrian Curtis, Oxford Bible Atlas. Oxford: Oxford University Press, 2007, p. 132.

[4] Cabello, op. cit, p. 494.

[5] Francisco Varo in: La Biblia en su entorno. Estella: Verbo Divino, 2013, p. 48.

[6] Joaquín González Echegaray, Arqueología y evangelios. Estella: Verbo Divino, 1994, p. 99.

[7] Cabello, op. cit., p. 494.

[8] Es la opinión de John Bergsma en el libro La Biblia paso a paso (Madrid: Rialp, 2019), de que David es el personaje central de todo el Antiguo Testamento, puesto que Jesús es más conocido como hijo de David que como hijo de Abrahán o hijo de Moisés, por ejemplo. Y obviamente Jesús es el personaje central del Nuevo Testamento.

[9] Cabello, op. cit., p. 494.

[10] González Echegaray, op. cit., p. 100.

[11] González Echegaray, op. cit., p. 99.

[12] González Echegaray, op. cit., p. 70.

[13] González Echegaray, op. cit., p. 70.

[14] Murphy-O’Connor, op. cit., p. 230 (traducción mía).

[15] González Echegaray, op. cit., p. 40.

[16] González Echegaray, op. cit., p. 100.

[17] Charles Pfeiffer, Diccionario bíblico-arqueológico. El Paso: Mundo Hispano, 2002, p. 68.

[18] Murphy-O’Connor, op. cit., p. 237.

[19] Curtis, op. cit., p. 149.

[20] Pfeiffer, op. cit., p. 68.

[21] In Murphy-O’Connor, op. cit., p. 233.

[22] Cabello, op. cit., p. 494.

El autorGustavo Milano

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Joseph Evans·26 de diciembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

No es sorprendente que las familias puedan tener problemas y malentendidos. Incluso la mejor familia de todas, la Sagrada Familia, tuvo un malentendido, como leemos en el evangelio de hoy (Lc 2, 41-52). Parece que hubo un malentendido: Jesús se quedó en el Templo y no avisó a sus padres. Cuando al final lo encuentran, preocupado y enfermo después de tres días buscándolo, no muestra mucha compasión y se extraña de que no pensaran que estaría en el Templo, la casa de su Padre. 

Jesús es el hombre perfecto y antepone Dios a todo lo demás, aunque, como hombre real y por tanto limitado (lo que forma parte de su naturaleza humana), de una manera un tanto adolescente no considera la preocupación que causaría a sus padres al hacerlo. Se nos dice que sus padres “no entendían” lo que decía.

Jesús nos muestra la actitud que los hijos deben tener hacia sus padres. Primero a Dios, pero luego obedece a sus padres. “Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos”. Pero la Virgen nos muestra la actitud que deben tener los padres: rezar. “Su madre conservaba todo esto en su corazón”. Más rezar que hablar. También vemos la perfecta relación entre José y María, que es un gran ejemplo para los esposos. Normalmente José lleva la iniciativa, como cuando llevó a María y a Jesús a Egipto y volvió.

Pero en esta ocasión, se contiene y deja hablar a María, ya que el cuestionamiento de las acciones de Jesús vendría más apropiadamente de ella que de él. José y María nos muestran un perfecto equipo de esposos. Cada uno respeta la competencia y la autoridad del otro. 

La primera lectura nos enseña una hermosa lección. Ana había concebido milagrosamente a Samuel cuando creía que nunca concebiría. Pero ahora se lo devuelve a Dios. Está dispuesta a dedicar su hijo al Señor y va al templo para hacerlo. Los padres tienen que recibir a sus hijos como un don de Dios y estar dispuestos a devolvérselos. Y puede que tengamos que estar preparados para que nuestros hijos nos sorprendan. Incluso María y José tuvieron que ser sorprendidos. A veces Dios tiene que darnos una lección, sorprendernos a través de nuestros hijos y de las inesperadas decisiones libres que toman. Se pertenecen a sí mismos, no a nosotros; y más aún, pertenecen a Dios.

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