Evangelización

Simeón Stachera: «‘Reza por mí’, pedimos a los musulmanes»

Simeón Stachera es un franciscano polaco director de Obras Misionales Pontificias en Marruecos. En esta entrevista, nos habla de los proyectos de Infancia Misionera que se están llevando a cabo en este país.

Loreto Rios·14 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Simeón Stachera es un franciscano polaco, director de Obras Misionales Pontificias desde hace 10 años en Marruecos. Lleva residiendo allí 22 años, un contexto diferente porque la ley del país no permite hablar directamente de Jesucristo. El padre Siméon estuvo trabajando antes en Bolivia, desde donde le enviaron como misionero a Marruecos, y se muestra “con ganas de servir en lo que el Señor me pida”.

Además, el 11 de noviembre de 2012 fue condecorado con la Cruz de Oro del Servicio de Polonia por el servicio que presta a los más necesitados, especialmente a los presos en cárceles de Tánger y Tetuán.

En esta entrevista, nos habla de una de las obras de OMP, la Infancia Misionera, y de los proyectos que se están llevando a cabo en Marruecos en este ámbito.

¿En qué consiste la jornada de Infancia Misionera y cuáles son sus objetivos?

En Marruecos tenemos una jornada muy especial porque aquí nuestros niños son musulmanes, con una pequeña comunidad cristiana católica. El objetivo es sobre todo hacer entender al niño que la Iglesia es una gran familia, donde todos somos necesarios. En esta gran familia entran también los niños musulmanes. Somos, como dice nuestro cardenal, Cristóbal López Romero, “para el reino de Dios”. La Iglesia es para todos, en todos los lugares, pero aquí creo que de una manera especial.

Aquí tenemos dos diócesis, la de Tánger, que vive la jornada de modo parecido a España y en la misma fecha, y la de Rabat, que lleva un ritmo diferente y con otra fecha.

En la Infancia Misionera es muy importante la oración, una de las obras en las que sabemos que a los niños les gusta mucho participar, con los rosarios de los cinco continentes. Esto les ayuda a tomar conciencia de que el mundo está en nuestras manos, en manos de Dios, pero también en nuestras manos pequeñas, y que las queremos ofrecer para orar. Además, estas manos pequeñas pueden ofrecer alguna ayuda. Los niños participan sobre todo en la «operación kilo», ofreciendo algo de sí mismos, de su comida. Se llama así porque por lo menos se ofrece un kilo de arroz, azúcar, fideos…

También entra aquí mucho en juego la creatividad: los niños pueden pintar, poner algo de su parte y ofrecerlo a los demás. Aquí hay bastante creatividad para eso, lo hacemos con lo poco que aquí tenemos. Quiero también remarcar que a los niños musulmanes, cuando entramos en contacto con ellos, les decimos que “esto llega del corazón de los que aman a Dios”, o “del corazón de los que oran a Dios”.

Es una comunión visible e invisible, porque a los niños musulmanes no les hablamos de en qué consiste nuestra religión, pero les estamos también concienciando para que ellos den gracias a Dios, que oren por las gentes que les ayudan, o por otros niños que les ayudan en el mundo entero. A veces los niños que reciben las ayudas escriben cartas o pintan algún dibujo en agradecimiento. Y, claro, esta ayuda que ofrecen los niños llega por medio de sus papás, que también participan en esto.

¿De qué modo pueden ser los niños misioneros?

Cada niño está invitado a desarrollar todas sus capacidades y cualidades. Los niños musulmanes desde muy pequeños están aprendiendo a orar, con 3 o 4 años comienzan a aprender de memoria algunas citas del Corán. Cuando las hermanas religiosas visitan a estos niños, agradecen esto: ”Qué bien que la familia tenga espíritu religioso”. El niño ya se acostumbra a estar en un ambiente espiritual. Esto lo vivimos también con nuestros niños cristianos. Cuando sus papás llegan a la iglesia, les compartimos que estamos en manos de Dios y que otros niños también rezan. Repartimos los rosarios de los continentes, con diferentes colores de continentes, y esto les gusta mucho. Los niños rezan por cada continente, y eso les da también una alegría: “Hoy he rezado por África, mañana por Oceanía…”. Es una manera de hacer saber al niño que el mundo es grande, diferente, y que el mundo es bello.

Por tanto, la oración es lo primero, y hay diferentes actividades de oración. Por otra parte, está la solidaridad: un pequeño sacrificio, una renuncia, una aceptación de algo que pasa, una sonrisa, un saludo. Además, en nuestras catequesis tenemos niños de diferentes colores: hay niños africanos, europeos… Y ven esta diferencia, pero no sienten todavía en su conciencia que alguien sea diferente a ellos, sino que son todos niños.

A los papás también les transmitimos que son misioneros frente a sus hijos. En la familia son importantes todos los momentos y actos, porque un momento en la catequesis o en la Eucaristía es poco, la misión es una colaboración con la familia.

Además, los niños son misioneros simplemente porque están en esta realidad en Marruecos. Aquí nuestros niños católicos están en una realidad diferente a la suya. Marruecos ayuda mucho a sentir la misionariedad. Los niños marroquíes a los que llegamos son de un ambiente muy austero y pobre, y les compartimos esta idea de que ellos también son misioneros, que están en nuestras oraciones, que formamos una familia, y es un bello momento de compartir juntos, de convivencia y de sentirse misioneros.

¿Cuáles son los proyectos de Infancia Misionera que se están llevando a cabo en Marruecos?

Hay diferentes campos en los que se está trabajando. Por una parte, en nuestra prefectura de Laayoune hay un centro para niños y jóvenes discapacitados. Lo lleva y lo fundó un musulmán, Mohamed Fadel, y tiene 60 niños y jóvenes. Este musulmán agradece mucho el apoyo de Infancia Misionera, porque es como la columna vertebral de nuestro centro y de donde viene la ayuda más importante. En general, recibimos esa ayuda de España.

En Rabat tenemos diferentes proyectos, uno de ellos es en Temara, donde las hermanas trabajan con personas con diferentes quemaduras, entre ellas muchos niños. Allí, reciben tratamiento, un tratamiento único, se podría decir, y salen adelante. También en Temara se proporciona apoyo nutritivo a los niños mal alimentados. Son familias, madres en general, muy pobres, que no tienen para comprar. En Marruecos existe todavía la “pobreza escondida”, que no la ven los ojos de los gobernantes, sino los ojos de los que aman, que van a estos lugares y la descubren.

En Rabat también hay un centro para huérfanos, de Lalla Miriam, una princesa que ayuda a este centro, e Infancia Misionera participa en diferentes actividades, con las hermanas Franciscanas Misioneras de María.

En Tánger hay muchos proyectos, en general llevados por las Hijas de la Caridad y las hermanas de Jesús-María, que llevan guarderías y casas de acogida de niños de familias pobres, que necesitan apoyo escolar, ayuda para hacer los deberes, alimentación, enseñarles lo básico de higiene, etc. No les hablamos directamente de la Infancia Misionera ni a estos niños ni a los papás, pero indirectamente les hacemos partícipes del sentido tanto espiritual como solidario del que todos participamos.

Estos proyectos se llevan a cabo tanto en Tánger como en Tetuán, Nador, Ksar El Kebir, y en su tiempo Larache, aunque hace un año se fueron las hermanas por falta de personal. Ahora estamos intentando apoyar estas actividades con las hermanas Franciscanas Terciarias de Casa Riera, que llevan dos proyectos importantes con niños con falta de audición y sordomudos y una guardería de niños con familias necesitadas. Estos son a grosso modo los proyectos que llevamos adelante gracias a Infancia Misionera, con la ayuda sobre todo de España, que cada año nos apoya con toda la colaboración necesaria.

¿Es más difícil transmitir la fe en un contexto donde los cristianos son minoría?

Creo que no, porque la transmisión de la fe sale del corazón, va de corazón a corazón, y Dios está presente en todos los corazones: los que lo buscan, los que lo quieren, los que lo necesitan… Por eso yo diría que en este ambiente todas las hermanas lo hacen de manera excelente, porque entran en contacto con los demás a través de su fe alegre, de una alegría interior. Esta alegría es la primera que evangeliza: evangeliza al pueblo musulmán, entra en los corazones de los niños, en las situaciones difíciles. Y lo comprobamos cada día. La ley del país no nos permite hablar directamente de nuestra fe, de Jesucristo, pero lo hacemos a través de diferentes maneras, sobre todo con obras sociales, con la palabra, con la sonrisa, las visitas, el acompañamiento a las personas que están con grandes necesidades…

Vivo aquí desde hace más de 20 años, y veo que todo está en el corazón de la persona, las dificultades externas que se presentan más que nada le dan a uno la posibilidad de ser creativo, dinámico, de moverse, de no descansar y sentarse porque todo está hecho, todo es fácil… Eso nos invita a una dinámica de la misión que sale de Jesucristo, que siempre iba al encuentro de la persona. Por eso remarco que la alegría misionera se lleva dentro del corazón, y con eso evangelizamos. Nuestra oración la llevamos dentro, la transmitimos en el encuentro, y con las palabras: “Que Dios te bendiga”, “Que Dios te acompañe”, “Reza por mí”, pedimos a los musulmanes, y aquí esto se recibe muy bien, y decimos que somos hermanos, que vivimos juntos en el camino de Dios, cada uno en la tradición que recibió de su familia.

Evangelio

Responder a la vocación. Domingo II del Tiempo Ordinario (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del II domingo del Tiempo Ordinario (B) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·14 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las lecturas de la Misa de hoy nos ofrecen varios ejemplos de respuesta a la vocación. En la primera lectura, oímos hablar de la llamada de Samuel. Después de que su madre, inicialmente estéril, rezara intensamente, tuvo milagrosamente un hijo, que entregó a Dios. Samuel comenzó a servir a Dios en circunstancias difíciles: Israel estaba siendo atacado por los bárbaros filisteos, su sacerdote del templo, Elí, estaba envejeciendo y sus dos hijos vivían mal.

Pero en medio de este sombrío panorama, el pequeño Samuel permaneció fiel; podemos imaginar que su madre continuaba rezando por él. Mientras los dos hijos de Elí dormían por la noche con mujeres y lejos de Dios, Samuel dormía en el templo cerca de Él. Y estaba dispuesto a escuchar a Dios, aunque necesitaba la guía de un guía más experimentado, Elí, para que le explicara aquella voz misteriosa que oía. Una madre que reza, un hijo que intenta estar cerca y escuchar a Dios, aunque no es muy hábil para saber lo que Dios le dice, por eso necesitaba un guía espiritual. Nosotros también necesitamos dirección espiritual, tanto para conocer como para vivir nuestra vocación. Samuel llegaría a la madurez y se convertiría en un gran juez de Israel.

En el Evangelio de hoy también tenemos una historia vocacional. Vemos la llamada de dos hombres: Andrés y otro, quizá Juan el apóstol. Como Samuel, estos también buscaban un guía. Buscaban la verdad y así encontraron el camino hacia Juan el Bautista, que les señaló a Jesús. Como Samuel, no sabían reconocer a Dios cuando les hablaba. Cuando Jesús se volvió y les preguntó qué buscaban, solo pudieron responder con el confuso “Rabí, ¿dónde vives?”. Pero, como Samuel, tuvieron el buen sentido de aceptar la invitación. Samuel, durmiendo en el templo, intentaba vivir con Dios. Jesús invitó a estos dos a venir a ver dónde vivía: en otras palabras, a compartir su vida. Pasaron el resto del día con Jesús: una experiencia de oración, de hablar con Él y escucharle.

Como habían pasado este tiempo con Jesús -que es oración, escucha y conversación con Jesús-, estaban dispuestos a responder a su llamada. Si rezamos, seguiremos a Jesús. Si no, no lo haremos. Y no solo eso, sino que Andrés encontró inmediatamente a su hermano Simón (Pedro). La oración y el tiempo con Jesús nos llevan necesariamente a compartirlo con los demás: la oración lleva a la evangelización.

La homilía sobre las lecturas del domingo II del Tiempo Ordinario (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

“Comparto lo que soy”. Jornada de la Infancia Misionera 2024

La Jornada de Infancia Misionera tiene este año el lema “Comparto lo que soy” porque todos los niños pueden ser y saberse misioneros.

14 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hay que dar gracias a Dios porque los españoles somos muy conscientes de lo que la Iglesia está haciendo en tantos países donde hay verdadero sufrimiento, pobreza, división…

Creo que no exagero que hasta las personas sin fe valoran en mucho el trabajo, la entrega, la vida de los misioneros que hay por el mundo.

Lo que creo que no es tan acertado es que se valora y agradece su trabajo, cuando lo que de verdad es importante es su presencia en aquellos lugares.

Los misioneros hacen muchas cosas por los demás, de tipo asistencial, educativo, médico… pero sobre todo ¡están!

Están con los que necesitan consuelo, con los que buscan un abrazo, con los que piden ser escuchados.

Están cuando ocurren catástrofes naturales y las viven con quienes son parte de su día a día, acompañan a los que hacen duelo por un ser querido que ha fallecido, miran con ternura a la madre que ve cómo su hijo ha sido encarcelado por algo malo que han hecho…

Los misioneros no son los que hacen mucho, sino los que comparten lo que son. Los que se entregan a sí mismos en las diferentes oportunidades que Dios les da. Son los que rezan por su pueblo: “Estos son los que aman a sus hermanos, ¡los que oran mucho por su pueblo!” (responsorio del Oficio de Pastores).

Por eso el lema de la Jornada de Infancia Misionera de este año es “Comparto lo que soy”. A los niños hay que abrirles los ojos para que descubran cuánto pueden hacer por los misioneros y por los niños que cuidan y atienden.

Por supuesto que el donativo que entregan es importante ¡y necesario! Pero ¡queremos dar un paso más! Su oración, su pequeño sacrificio ofrecido, su interés por leer su vida, sus cartas… son una forma preciosa de saberse misionero.

Queremos hacernos todos más conscientes de que la misión no es sólo dar (siendo esto necesario), es darse, es implicarse, es… ¡sentir la alegría de que Dios se apoya en cada uno de nosotros para hacer su misión.

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

Cultura

Hilario de Poitiers, el defensor del dogma trinitario

La herencia que dejó san Hilario de Poitiers a la Iglesia católica fue su gran aportación teológica al dogma de la Santísima Trinidad.

Paloma López Campos·13 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hacia el año 315 nació en Poitiers (Francia) un conocido Padre y Doctor de la Iglesia: san Hilario de Poitiers.

La familia del santo pertenecía a la aristocracia y brindó a Hilario una educación pagana. Sin embargo, la curiosidad del joven le llevó a estudiar por su cuenta filosofía y la Biblia. Al cabo de los años, habiendo ya formado él mismo una familia, Hilario se convirtió al cristianismo.

Dada su gran capacidad intelectual, la comunidad cristiana consiguió que alcanzara el puesto de obispo. Durante esa época, el santo trató de prevenir a los fieles de los errores del arrianismo, una corriente herética con gran influencia en el Imperio romano.

Un destierro fructífero

Su oposición a la doctrina de Arrio le valió a Hilario el destierro, ordenado por el emperador Constancio II. Estuvo cinco años en Frigia, un territorio en la actual Turquía. Allí aprendió griego y se familiarizó con las enseñanzas de Orígenes. Este fue el comienzo de su inmersión en los Padres de la Iglesia orientales, lo que le valió para asentar los puntos esenciales de su estudio sobre la Santísima Trinidad. El fruto de este conocimiento es su tratado “De Fide adversus Arrianos”.

Durante su destierro escribió también su obra “Contra Maxertiam”, en la que criticó al emperador romano y le acusó de hacerse con el poder tanto político como religioso, usurpando la autoridad que corresponde al poder eclesiástico.

Cuando Constancio murió, Hilario regresó a su tierra. Continuó luchando contra el arrianismo, junto a Atanasio de Alejandría. Además, compuso himnos para acercar la doctrina a las personas.

Hilario de Poitiers y la definición de un dogma

Finalmente, el santo falleció el 1 de noviembre en el año 367. La piedad popular considera que sus restos se conservan en Auvernia, Francia. Sin embargo, hay quienes afirman que alguien trasladó sus huesos a París, donde desaparecieron tras las revueltas del siglo XVI.

El Papa Pío IX reconoció la gran labor que hizo san Hilario de Poitiers para defender la doctrina católica. Por eso, le declaró Doctor de la Iglesia en 1851. La herencia que dejó san Hilario fue la aportación teológica al dogma de la Santísima Trinidad. Para ello, realizó un análisis exhaustivo del prólogo del Evangelio de san Juan, con el que demostró que el Hijo es eterno, contraargumentando así la tesis arriana.

Vaticano

La basílica de san Pedro acomete la restauración del baldaquino

La Santa Sede se dispone restaurar el baldaquino de la basílica de san Pedro para el Jubileo 2025. Los trabajos durarán hasta el mes de diciembre de 2024.

Giovanni Tridente·13 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tras 250 años desde la última restauración y con vistas al Jubileo de 2025, se llevarán a cabo nuevos trabajos de conservación en el baldaquino de bronce de la Basílica de San Pedro, situado inmediatamente encima de la tumba del Sucesor de los Apóstoles.

Así lo anunció en rueda de prensa el cardenal Mauro Gambetti, OFM Conv., arcipreste de la Basílica Vaticana, vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano, así como presidente de la Fábrica de San Pedro, que se encargará del complejo proyecto de restauración.

Hacia la apertura de la Puerta Santa

Los trabajos durarán hasta el próximo mes de diciembre, poco antes de la apertura de la Puerta Santa, y contarán con el apoyo científico de la Dirección de los Museos Vaticanos, con el Gabinete de Investigación Científica aplicada a los Bienes Culturales. En ellos trabajará un equipo de excelencia formado por profesionales de reconocido prestigio y consolidada experiencia en la restauración de obras en bronce y otros materiales artísticos.

La investigación científica se cotejará con la documentación del Archivo Histórico de la Fábrica de San Pedro. Antes del inicio de la nueva restauración, de hecho, se llevó a cabo una campaña de documentación de cada parte y componente del baldaquino, incluyendo un modelo tridimensional que se está elaborando actualmente y la producción de casi seis mil fotografías utilizando drones.

El proyecto cuenta con el apoyo de los Caballeros de Colón y está en continuidad con el proyecto de mejora y nueva iluminación de la Necrópolis Vaticana, también apoyado por los mismos Caballeros.

Después de 250 años

Como ya se ha dicho, la actual restauración es la primera intervención sistemática y completa después de 250 años desde las restauraciones del siglo XVIII y exactamente 400 años después de que se iniciaran las obras del Baldaquino en 1624 y se terminaran unos diez años más tarde.

Según explicó en la rueda de prensa el ingeniero Alberto Capitanucci, jefe del Área Técnica de la Fábrica de San Pedro del Vaticano, el baldaquino -nacido de la colaboración entre Bernini y Borromini- es una majestuosa «máquina» procesional de 30 metros de altura y más de 60 toneladas de peso.

Presenta zócalos de mármol, columnas de bronce decoradas en oro, un techo de madera con elementos de bronce dorado, ángeles en la coronación y cuatro grandes abejas en la parte superior. Las superficies que hay que restaurar presentan adherencias y desperfectos, y el techo de madera también se caracteriza por irregularidades y desconchones.

Las obras, previstas para 10 meses, comenzarán en la segunda semana de febrero. Se destacó el enfoque innovador en la gestión de la documentación técnica a través de la digitalización y el uso de tecnologías como Building Information Modeling (BIM-H). El objetivo es preservar las obras, facilitar los estudios científicos e implicar al mundo de la investigación.

También se ha asegurado que las obras provisionales y de construcción no impedirán que tengan lugar las celebraciones papales en el altar mayor, especialmente las de Semana Santa.

El autorGiovanni Tridente

Estados Unidos

La maternidad subrogada es similar a la trata de personas

Los obispos estadounidenses publican un comunicado afirmando que la maternidad subrogada es similar a la trata de personas.

Gonzalo Meza·13 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La maternidad subrogada representa la mercantilización del cuerpo de una mujer pues el niño es reducido a un objeto sujeto a condiciones de compraventa, como sucede en la trata de personas, dijo Mons. Robert Barron, obispo de Winona-Rochester y presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Familia y Juventud de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos (USCCB). A nombre de los obispos norteamericanos, Mons. Barron emitió estas declaraciones a unos días de que el Papa Francisco condenara ante el cuerpo diplomático acreditando ante la Santa Sede la “deplorable práctica de la maternidad subrogada”.

Al respaldar las afirmaciones del Pontífice, Mons. Barrón indicó que aun considerando las buenas intenciones que un matrimonio pueda tener para tener hijos por vías no naturales, la gestación subrogada es siempre una grave injusticia contra todas las personas involucradas: el niño, los embriones desechados, la madre que se presta a dicha comercialización con la vida humana y el matrimonio mismo. 

Mons. Barron dijo que dicha práctica se nutre de la falsa creencia de que existe el derecho de tener un hijo a cualquier costo y por cualquier medio. De esa forma, “el niño se convierte en objeto para satisfacer los propios deseos y se pasa por alto el derecho genuino que tiene la criatura de ser concebido a través del amor de sus padres”, precisó el prelado.

Mons. Barron explicó que la Iglesia enseña que los matrimonios deben estar abiertos a la vida, fruto de su amor y de su unión, sin embargo, no es una obligación ni tampoco un derecho el tener hijos por cualquier medio.

En ese sentido el prelado exhortó a respetar la vida humana, incluyendo los no nacidos e indicó que la Iglesia debe acompañar a las parejas que por problemas médicos irremediables han renunciado a tener hijos de forma natural: “tenemos la obligación de acompañar a estas parejas en sus sufrimientos”, concluyó.

Evangelización

José Manuel Horcajo: “Eso de ‘Dios no existe porque hay pobres’ es el típico argumento de rico”

Jose Manuel Horcajo es párroco de San Ramón Nonato, en el madrileño barrio de Vallecas. Una parroquia en la que desarrolla una amplia labor espiritual y social.

Maria José Atienza·12 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 8 minutos

La parroquia de San Ramón Nonato emerge sin muchos aspavientos de entre las construcciones que rodean el Puente de Vallecas en la capital de España. Se trata de un templo sencillo, no especialmente grande, pero en el que siempre hay gente. Y la hay por una sencilla razón: está abierta.

Desde las 7:30 de la mañana a las 21:00, son decenas las personas que, en algún momento del día, entran a la parroquia: rezan, miran, hablan y, sobre todo, se sienten acogidas

Su párroco, José Manuel Horcajo, sacerdote diocesano de Madrid, no se imaginaba, allá por 2001 cuando se ordenó, que tres años más tarde terminaría en una de las zonas más castigadas socioeconómicamente de la capital.

Desde 2004 es el párroco de esta parroquia vallecana en cuya historia se entremezclan deportistas -como la familia de Villota- y santos. Allí el beato Álvaro del Portillo, allá por 1934, recibió un golpe con una llave inglesa por parte de ciertos radicales anticatólicos cuando iba a dar catequesis a los chicos de la parroquia.

Hablamos con Horcajo en una sala situada sobre el comedor social San José, justo enfrente de la parroquia. En la sala, desde donde se escucha a las voluntarias de Cáritas hablar con beneficiarios, hay maletas de ropa de algunas familias acogidas. Al otro lado de la pared se imparte una clase de la escuela de familias. La gente sube, baja, ríe, llora, pide oraciones y alimentos y, siempre, da las gracias.

Horcajo plasmó algunas de las miles de historias con las que convive en San Ramón en su libro Al cruzar el puente (2019). Hace poco salió a la luz un segundo libro Diamantes tallados. Si el primero era casi un “libro de anécdotas”, Diamantes tallados es, en palabras de su autor “un libro de espiritualidad encarnada. De pasión, muerte y resurrección”. Las historias que recoge parecen tan lejanas como reales son y de su mano, comenzamos a hablar con el párroco.

¿Cómo nació un libro tan “diferente” como Diamantes tallados?

–La verdad es que tardé más en decidirme a escribir Diamantes tallados que en escribirlo, realmente. Me preguntaba, ¿merece la pena? Y tenía dudas, pero fui viendo que no hay tantos libros de espiritualidad encarnada en situaciones de pasión.

Este es un libro de pasión, muerte y resurrección, donde se ve la fuerza del Espíritu Santo en vidas destrozadas, personal o socialmente. Luego lo ves y dices ¡pero si el Evangelio es igual!: La samaritana, con cinco maridos, aislada del pueblo, que iba al pozo cuando nadie iba y se convirtió en apóstol del pueblo; Mateo, un publicano por ahí perdido… Vas viendo los personajes y, al final, es lo mismo.

Creo sinceramente que hoy o la Iglesia muestra esa fuerza que tiene el Espíritu Santo en gente destruida, que se puede convertir en apóstol, o es que nos creemos que esto es sólo para una élite. Para gente acomodada. ¡Imagínate!

La Iglesia no es algo que funciona solo cuando todo esta bien. Cuando está todo mal, entonces, ¿qué? Lo que pasa aquí es lo ordinario. De los pobres tienen que salir muchos apóstoles ¡y muchos santos! Ha sido así siempre en la vida de la Iglesia.

Iglesia de pobres, Iglesia de ricos ¿nos perdemos en las categorizaciones?

–A veces corremos el riesgo de acentuar tanto una cosa que nos olvidamos de los demás. Eso puede pasar. Yo digo, quizás poéticamente, pero estoy convencido de ello, que la Iglesia ha de evangelizar a los pobres y que muchas personas de clase media o alta son también pobres.

¡Todos somos pobres! En unos casos se ve más claro, es evidente, por sus carencias sociales y demás, pero la pobreza, los anawin pertenecen a todo hijo de Dios. Todos somos pobres ante Dios. Hay algunas pobrezas que no se ven y las tenemos que descubrir. Descubrir que todos dependemos de Dios.

Cuando uno descubre que es pobre la cosa cambia: toma un estilo de vida pobre, no le da vergüenza acercarse a los pobres -que pueden ser el enfermo, el desagradable, el que me cae mal-. Todos tenemos “periferias personales”: personas que alejamos de nuestra sensibilidad por cualquier motivo.

Al reconocerse pobre, la persona se acerca a cualquier sensibilidad, a cualquier situación, aunque le parezca lejana. Algunos que viven muy bien en sus chalets también son pobres y la Iglesia les ayuda a descubrir esas carencias espirituales.

De los pobres tienen que salir muchos apóstoles ¡y muchos santos! Ha sido así siempre en la vida de la Iglesia.

José Manuel Horcajo. Párroco de San Ramón Nonato (Madrid)

Cuando entró en el seminario, ¿se imaginaba estar aquí?

–¡No! ¡Para nada! (ríe) Lo cuento en el libro. Cuando empecé mi vida de sacerdote, en una parroquia de Usera, me pusieron a trabajar con inmigrantes y pensaba que aquello terminaría en unos dos años y me iría a lo que yo consideraba una “parroquia normal” con niños, familias, jóvenes…. Que me dedicaría a “lo mío”: la pastoral familiar, los matrimonios. Consideraba que estas situaciones límites o penosas eran para “especialistas”, para personas que se dedicaban a ello y que les gustaba.

Luego, el Señor te trae aquí, donde no te lo esperas, y la obediencia funciona. He encontrado en este lugar una riqueza que yo conocía.

¿Hacemos una línea divisoria entre la caridad “social” y la caridad pastoral? ¿Son ambas necesarias para la respuesta a las llamadas de Dios?

–La caridad es unión. Es unión con Dios y unión con los demás y, también, unión pastoral. A veces vivimos una especie de fragmentación pastoral, entramos entonces en los tecnicismos, las pastorales “para”, “pastoral para peruanos”, “pastoral para senegaleses”, etc. ¿Qué es esto? La pastoral es la de los hijos de Dios.

Mi plan pastoral se resume en una línea: abre la parroquia todo el día. Cuando abres, llega la gente. ¿Qué gente? La que Dios quiera traer. No es una “pastoral para inmigrantes”, “para pobres” o “para gente que lo pasa mal”. Es una pastoral para los hijos de Dios que quieran venir.  

En San Ramón Nonato se expone el Santísimo, se ofrecen los sacramentos y la gente acude. Al que llega, lo voy a atender sea rico, pobre, inmigrante, o médico, me da igual… No hay una pastoral sectorial. Creo que eso no es católico. El católico se abre y llega a todos.

La caridad te lleva a acercarte a los que no te imaginabas: enfermos, ancianos, discapacitados, etc. No lo sabes. No los “eliges tu”. Esta actitud genera un corazón de caridad pastoral, abierto a todos, porque está abierto a Jesucristo.

Cuando uno dice “yo me dedico sólo a atender esto”, está seleccionando la medida de su caridad, la de su corazón. Si dices “lo que Dios quiera” entonces tienes la medida de Cristo, los que El quiera llevarte. Así es cuando surgen vocaciones, porque estás abierto a lo que Dios quiera, riqueza o pobreza, salud o enfermedad… Estás en disposición de entregar la vida. Si nos dedicamos sólo a un sector que nos gusta no podremos entregar la vida.

Llama la atención que en esta parroquia se habla a todos de Dios. Muchos llegan con historias terribles, ¿de verdad acogen bien este hablarles de Dios?

–Acabamos de vivir la Navidad. Realmente en Navidad recordamos un hecho que comienza con una fractura social: el Niño nace en un portal, apartado… Pero tiene una familia que sostiene.

Aquí el proceso es igual: empezamos por lo social, continuamos por la familia para llegar a lo espiritual. Y se hace simultáneamente. Al mismo tiempo que atendemos la urgencia social (“tengo que comer”, “tengo que dormir”, “tengo que pagar una factura”, “tengo que trabajar”), se conoce el problema familiar: (cómo vives, con quien, qué te pasa, cuál es tu esperanza, cuáles son tus heridas) y, entonces, entra esa atención pastoral (“Necesitas a Dios”).

Cuando haces esto, este ámbito de atención espiritual es perfecto. El problema que veo en muchos sitios es que pasar de dar una bolsa de comida a rezar el rosario es como un salto mortal, porque falta la pastoral familiar.

Comprendo que, si no hay pastoral familiar, les cueste mucho hablar de Dios. Hay parroquias donde el único espacio en el que no se habla de Dios es el despacho de Cáritas, y muchas veces es por la falta de pastoral familiar. Si la hay, todo engancha perfectamente, porque la gente ha nacido en familia, quiere formar una familia y su salvación esta en la familia. Cuando hablas de familia, el tema de Dios sale muy fácil.

A esto se suma que los pobres son muy creyentes. A mi, cuando hay gente que me dice que no cree en Dios porque hay quien pasa hambre, les respondo “típico argumento de rico, de burgués, que ve la pobreza en la televisión”.

Los pobres no hablan así. Cuando estás todo el día con los pobres y te dicen cosas como “Padre, mi padre me violó, mi madre me abandonó, me han robado, me han dejado, nadie me ayuda… sólo Dios me ayuda”, te quedas asombrado, pensando “esta persona, con lo mal que lo ha pasado, está convencida que solo Dios le ayuda”.

Esa fe de los pobres, que se sienten dejados del mundo, pero acompañados por Dios es asombrosa. Los que tienen de todo, muchas veces se creen autosuficientes y “justifican” el que Dios no existe porque no ayuda a los pobres.

Si nos dedicamos sólo a un sector que nos gusta no podremos entregar la vida.

José Manuel Horcajo. Párroco de San Ramón Nonato (Madrid)

¿Tiene alguna vez la sensación de que no puede con todo esto?

–Constantemente. Constantemente me planteo que hay personas a las que no puedo ayudar, por la profundidad de sus heridas, por una situación muy dramática o una ruptura…, pienso, ¿qué les puedo decir? Lo peor que me pueden pedir es que le aconseje. Yo no tengo soluciones, pero Dios si. Y estoy convencido que Dios les va a ayudar. A través de otros medios seguramente. Yo estoy convencido que Dios ayuda, yo soy un mero “observador”. Aunque no tengo respuesta, ni soluciones la mayoría de las veces, no me preocupa, porque Dios si las tiene.

Uno de los proyectos más conocidos de la parroquia es el comedor social ¿Qué diferencia el comedor San José de otro comedor social, por ejemplo, del estado?

–Yo me he recorrido muchísimos comedores sociales de toda España. Aprovecho, si voy a alguna ciudad u otra, para ver cómo funcionan, si podemos mejorar en algo.

Me doy cuenta que, en muchísimos casos el problema es el mismo: se da de comer pero ni se conoce a la gente que va, ni su situación familiar, ni se les puede llegar a dar humano,, familiar o cristiano.

San José no es un “comedor social que hace una labor particular” sino que forma parte de un “proceso educativo” llamado Iglesia católica que en si mismo tiene un comedor social. Yo invito a un seguimiento, a un acompañamiento y te voy a dar de comer.

El comedor es parte de algo más grande, encaja con el acompañamiento familiar y espiritual. No es un comedor que da charlas, es una espiritualidad que tiene un comedor.

Si algo caracteriza la sociedad actual es la precariedad de la familia, mucho más en las situaciones que ustedes tratan. ¿Cómo se articula ese acompañamiento familiar?

–La pastoral familiar es el eje de la parroquia. En San Ramón tenemos cuatro áreas, por llamarlas así. La primera es la acogida que comprende, por ejemplo, apoyo escolar a menores, escuela de padres, educación afectivo sexual. Son propuestas que a la gente le encantan, porque ayudan mucho.

Además, tenemos el área de convivencias o experiencias. Hacemos una experiencia de familias, otra de parejas (algo parecido a una ITV matrimonial) que llamamos Caná; tenemos convivencias de fin de semana, campamentos de verano, peregrinaciones, el futbol de los niños, talleres de tiempo libre. Diversas ofertas para tener experiencias mas fuertes de integración.

La tercera área la forman las comunidades más estables: la Fraternidad de San José, el grupo de madres Ángel, grupo de novios, de jóvenes, de matrimonios, de mayores. Son comunidades donde las personas pueden hablar, integrarse y vivir su vida

El ultimo ámbito es el de sanación: psicólogos, terapias de parejas, el proyecto Naím con niños discapacitados. Ahora ha surgido uno, el Buen samaritano, que lo forman personas que escuchan a otras que vienen con muchas heridas. Son personas preparadas para escuchar durante 9 sesiones a las personas heridas, en ese proceso también se confiesan o reciben la unción de enfermos.

En una parroquia se habla mucho de la comunidad parroquial, pero, ¿qué es la comunidad parroquial? ¿Cree que hay esa comunidad parroquial en San Ramón?

–Espero que si, porque si no, ¡menudo desastre!(ríe). Lo que he aprendido es que la comunidad parroquial tiene que estar hecha a la medida del corazón de Dios, no a la medida de la cabeza del párroco.

A veces los párrocos tenemos la tentación de identificar esa comunidad con las personas con las que nos reunimos, los “consejos”, y eso no es así. La comunidad parroquial tiene que encajar con Dios, no con el párroco. Dentro de una comunidad parroquial hay múltiples grupos: hermandades, cofradías, Neocatecumenales, de tal o cual movimiento…, que son heterogéneos pero que todos confluyen en Dios.

Eso da lugar, efectivamente, a una comunidad heterogénea, un poco caótica a veces, porque no ha salido de los parámetros del párroco. Es una comunidad variada, muy pintoresca, en la que también se incluyen las personas que solo van a Misa, ésas que nunca irán a un grupo pero que se sienten familia. Esto se nota mucho a la salida de Misa: si se paran, hablan unos con otros, se llaman…, si hay cariño entre ellos hay comunidad parroquial.

El «Comedor social San José» no es un comedor que da charlas, es una espiritualidad que tiene un comedor.

José Manuel Horcajo. Párroco de San Ramón Nonato (Madrid)
Vaticano

¿Conseguirá la nota de prensa sobre Fiducia supplicans aplacar las críticas?

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, presidido por el cardenal argentino Víctor Fernández, ha intentado mediante una nota de prensa aclarar los aspectos confusos y orientar en la aplicación de la declaración Fiducia supplicans.

Arturo Cattaneo·11 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 4 de enero, tan solo 17 días después de la publicación por parte del Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Declaración Fiducia supplicans, el mismo Dicasterio ha publicado una Nota de prensa “para ayudar a clarificar la recepción” de aquella Declaración.

Algo bastante sorprendente, pero que se entiende teniendo en cuenta que numerosas conferencias episcopales (más de veinte) y muchos obispos y cardenales han manifestado desde perplejidades hasta un rotundo rechazo de la propuesta de bendecir parejas irregulares o del mismo sexo, aunque la Declaración indique claramente que estas bendiciones (llamadas “pastorales”) se hagan sin rito litúrgico, evitando que se puedan confundir con la bendición sacerdotal de una boda, y “sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio” (presentación de “Fiducia supplicans”).

Novedades y confusión

Aparte de la novedad constituida por la bendición de parejas del mismo sexo –sobre la cual vuelvo enseguida–, otro aspecto que puede haber contribuido a cierta crispación entre amplios sectores del episcopado es el hecho de que, aunque la Declaración no impone estas bendiciones, sino que habla siempre solo de “posibilidad”, se afirma que no se debe “impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición” (“Fiducia supplicans”, 38).

La Nota matiza algo esta afirmación, reconociendo que “la prudencia y la atención al contexto eclesial y a la cultura local podrían admitir diversos modos de aplicación”. Sin embargo, a continuación, la Nota recalca lo indicado por la Declaración: puede haber “diversos modos de aplicación, pero no una negación total o definitiva de este paso que se está proponiendo a los sacerdotes” (nota 2).

Estas voces críticas pueden sorprender, si se tiene en cuenta que se trata de un texto en el que se respira claramente el anhelo pastoral del Papa Francisco, su vivo deseo de acoger y acompañar a cada persona o pareja, mostrándoles el rostro materno de la Iglesia con ese “gesto pastoral, tan querido y difundido” (“Fiducia supplicans”, 12) propio de las bendiciones. La Iglesia quiere mostrar su cercanía también a los fieles en las mencionadas situaciones difíciles, ofreciéndoles siempre consuelo y aliento, invitándolos “a acercarse siempre más al amor de Cristo” (“Fiducia supplicans”, 44), con la certeza de que Dios no abandona a nadie. Evidentemente, estas intenciones, que son más que loables, no han impedido que la propuesta de permitir la bendición de parejas irregulares o del mismo sexo provocara perplejidad o rechazo. El punto que más dificultades está suscitando ha sido la novedad de la bendición de las parejas homosexuales.

A este respecto, hay que recordar que tanto el Ritual Romano de 1985 como el propio Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en un Responsum publicado en 2021, habían excluido claramente esta posibilidad. En efecto, el Ritual Romano había exigido para realizar una bendición que “no trate de cosas, lugares o contingencias contrarias a la ley o al espíritu del Evangelio” (n. 13). Aún más explícita fue la prohibición pronunciada en 2021 por el mismo Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que afirmaba: “Cuando se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas se necesita –más allá de la recta intención de aquellos que participan– que aquello que se bendice esté objetiva y positivamente ordenado a recibir y expresar la gracia, en función de los designios de Dios inscritos en la Creación y revelados plenamente por Cristo Señor. Por tanto, son compatibles con la esencia de la bendición impartida por la Iglesia solo aquellas realidades que están de por sí ordenadas a servir a estos designios. Por este motivo, no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, con todo no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial, porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios” (Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmado por el entonces Prefecto Cardenal Luis F. Ladaria, 22-II-2021).

No legitimar nada

Los autores de “Fiducia supplicans” eran ciertamente conscientes de que la novedad de las bendiciones a parejas irregulares o del mismo sexo podía dar lugar a un grave malentendido y confusión: el de interpretar la bendición como “una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial” (11). En consecuencia, el texto precisa que la bendición aquí considerada es un gesto que “no pretende sancionar ni legitimar nada” (34) y también que con ella se pretende “sólo abrir la propia vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor e invocar también al Espíritu Santo para que se vivan con mayor fidelidad los valores del Evangelio” (40).

Todo esto ha sido reafirmado ahora en la Nota y, de manera especial, el hecho de que “esta forma de bendición no ritualizada, con la simplicidad y brevedad de su forma, no pretende justificar algo que no es moralmente aceptable. Evidentemente no es un casamiento, pero ni siquiera es un ‘visto bueno’ ni una ratificación de nada. Es solo la repuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios” (5). En el punto siguiente de la Nota se vuelve a insistir en “que este tipo de bendiciones no son una ratificación de la vida que llevan quienes la solicitan” y que al bendecir a estas parejas “no las estamos consagrando ni las estamos felicitando, ni estamos aprobando ese tipo de unión” (6).

Surge entonces la pregunta de por qué las críticas y el rechazo a la Declaración a pesar de tantas aclaraciones.

Las críticas son comprensibles si se tiene en cuenta que el propio término “bendecir” significa “decir bien” y en el lenguaje común significa no sólo una súplica, una petición de ayuda a Dios, sino también una aprobación. Se dice, por ejemplo, que una iniciativa ha sido “bendecida”. Pero aprobar la unión entre dos personas del mismo sexo constituiría una flagrante contradicción con la enseñanza del Magisterio, recogida en el Catecismo de la Iglesia Católica en los puntos 2352-2359 y 2390. Solo cito este último: “El acto sexual debe tener lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y excluye de la comunión sacramental”.

Parejas, uniones, personas

La Nota propone distinguir entre “pareja” y “unión”, en el sentido de afirmar que se bendice a la “pareja” pero no a su “unión”, señalando que se trata de bendiciones pastorales “de parejas irregulares (no uniones)» (2). Esta distinción no parece clara, ya que el concepto de pareja incluye necesariamente una referencia a una relación, y no simplemente a dos personas. Dos personas sin una relación particular entre ellas no son una pareja.

La Declaración precisa que esta bendición “no ritualizada” es “un simple gesto que proporciona un medio eficaz para hacer crecer la confianza en Dios en las personas que la piden” (36). También se especifica que con dicha bendición el ministro ordenado se une “a la oración de aquellas personas que, aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida” (30). Y de nuevo: “Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu” (31). Todo esto lleva a considerar esta bendición más bien como una “oración”, “invocación de la misericordia y de la ayuda de Dios”, o una “súplica a Dios”. Muy probablemente se podrían haber evitado tantas perplejidades y controversias utilizando estos términos en lugar de “bendición”.

FirmasSantiago Leyra Curiá

Tres filósofos modernos y la existencia de Dios

En este artículo, se recorre el pensamiento en torno a la existencia de Dios de tres filósofos: Nicolás de Cusa, Descartes y Pascal.

11 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nicolás de Cusa nació en la ciudad alemana de Cusa (Kues), nació en 1401 y murió en 1464. Su libro principal y obra maestra es «De docta ignorantia». Según él, hay varios modos de conocer: en primer lugar, por los sentidos, que no nos dan una verdad suficiente, sino solo por medio de imágenes o sensaciones. En segundo lugar, por la razón o entendimiento, que comprende de un modo abstracto y fragmentario esas imágenes o sensaciones en su diversidad. En tercer lugar, por la inteligencia que, ayudada por la gracia sobrenatural, nos lleva a la verdad de Dios. Esta verdad nos hace comprender que el Ser infinito es impenetrable; comprendemos entonces nuestra ignorancia con respecto al Ser infinito; a esto nos conduce la verdadera filosofía, a la «docta ignorantia«, en que consiste el más alto saber.

Amigo del Papa Eugenio IV, el Papa de la unión de los cristianos, fue miembro de la delegación papal que acompañó al emperador Juan VIII y al Patriarca José en su viaje desde Constantinopla a Italia, cuyo resultado fue la vuelta y unión de la Iglesia ortodoxa griega a la Iglesia católica romana.

En ese viaje de regreso de su misión en Constantinopla, en alta mar vivió una experiencia decisiva para su concepción filosófica: cómo el horizonte del mar parece extendido como una línea recta; y, sin embargo, lo que se ve es parte de un círculo con un radio muy grande debido a la forma esférica de la Tierra. Esta experiencia influyó en el contenido de su obra «De docta ignorantia»: sabemos que nuestra finitud nunca puede alcanzar la verdad en toda su plenitud y precisión; y cuanto más conscientes somos de nuestra ignorancia tanto más se convierte en una ignorancia docta, en sabiduría filosófica; esta sabiduría parte de la duda, pero presupone la existencia de la verdad, que solo puede ser fundada en una inteligencia infinita, eterna y creadora.

La unión de las Iglesias fue proclamada el 6-7-1439 en la iglesia de Santa María dei Fiori, de Florencia. Pero esa unión fracasó al poco tiempo. El metropolita Isidoro de Kiev proclamó la unión a su llegada a Moscú, pero pronto fue arrestado por el príncipe Vasili, que prohibió a la iglesia rusa aceptar cualquier unión con los latinos.

En el imperio bizantino, los obispos griegos, al volver de Florencia, hallaron un clima popular adverso; aunque la unión fue promulgada en la catedral de santa Sofía el 12-12-1452, en presencia del emperador Constantino XI, del legado papal y del patriarca bizantino, un violento tumulto se inició por parte del clero y de los monjes que lanzaron el grito, secundado por las masas: «¡Reine sobre Constantinopla el turbante de los turcos antes que la mitra de los latinos!».

Medio año más tarde, ese grito tendría su triste cumplimiento: el 29-5-1453 la capital caía en poder de los turcos, el último emperador del imperio de Oriente moría en la lucha y el imperio bizantino terminaba sus días. En Roma, Isidoro de Kiev, huido de Rusia, y Bessarion de Nicea, convertidos en dos cardenales de la Iglesia universal, fueron durante años como un recuerdo vivo de algo que pudo haber sido, pero no fue porque los hombres no quisieron. Meditando sobre la caída de Constantinopla, Nicolás de Cusa concibió su grandiosa visión de una futura conciliación universal, en su obra «De pace fidei» (Sobre la paz de la fe), finalizada antes del 14-1-1454.

Siguiendo al Papa Pío II hacia la costa adriática, donde iría a reunirse la flota de la cruzada cristiana contra la invasión turca, Nicolás sufrió el último ataque de una enfermedad crónica y murió en Todi (Umbría) el 11-8-1464. Tres días después moriría en Ancona su amigo Eneas Silvio, el Papa Pío II. Los restos de Nicolás de Cusa fueron trasladados a Roma e inhumados en la iglesia titular cardenalicia, San Pedro in Vinculis. Su corazón reposa en Kues (Cusa), a unos 50 km al noreste de Tréveris, en una de sus fundaciones, el hospital de san Nicolás, que alberga desde hace más de cinco siglos a pobres y enfermos y donde se custodian valiosos manuscritos clásicos, patrísticos y medievales que Nicolás había ido reuniendo en sus viajes por Oriente y Occidente.

René Descartes, natural de La Haya (en la Turena, Francia), nació en 1596 y murió en 1650. Se educó en el colegio de los jesuitas en La Fleche. En 1640 va a París y allí siente un total escepticismo. Para ver mundo, abraza la vida militar en Holanda, donde residirá desde el año 1629. A partir de 1649 residirá en Estocolmo invitado por la reina Cristina, en cuya conversión al catolicismo influyeron sus conversaciones con el propio Descartes, que previamente se había convertido.

Piensa que el pensamiento no merece confianza, pues cae con frecuencia en el error. Por otra parte, la matemática y la lógica no son ciencias que sirvan para conocer la realidad. Y no va a admitir en su filosofía ni una sola verdad de la que se pueda dudar. No hay nada cierto, sino yo, y yo no soy más que una cosa que piensa. Esta es la primera verdad indubitable, evidente: el «cogito, ergo sum».

Pero, más adelante, Descartes dice: yo encuentro en mi mente la idea de Dios, de un ente perfectísimo, infinito, omnipotente, que lo sabe todo. Esta idea no puede proceder de la nada, ni tampoco de mí mismo, que soy imperfecto, finito, débil, lleno de ignorancia, porque entonces el efecto sería superior a la causa y esto es imposible. Por consiguiente, la idea de Dios tiene que haber sido puesta en mí por un ente superior que alcance la perfección de esa idea, es decir, por Dios mismo.

Blas Pascal nació en 1623 en Clermont–Ferrand, Francia, en el seno de una familia de juristas y financieros, recibió una educación humanística y científica. En 1647 conoció en París la filosofía de Descartes y al propio Descartes, de quien se distanció y a quien criticó duramente.

El 23 de noviembre de 1654 experimentó una honda conmoción, que transformó radicalmente su vida, de la que dejó constancia en su escrito, el «Memorial». En este escrito describe su encuentro con el Dios vivo, «el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, no el de los sabios y los filósofos: el Dios de Jesucristo». Concibió el proyecto de escribir una amplia apología del cristianismo y comenzó a tomar notas y apuntes, que fueron publicados, tras su prematura muerte, el 19 de agosto de 1662, con el título de «Pensamientos».

A la incredulidad de los «libertinos eruditos» y a la razón fría y segura de sí, a lo Descartes -la que llama Pascal el «espíritu de geometría»-, se contrapone, con un «espíritu de finura», que se abre a la totalidad, excelsa y dramática, de la experiencia humana. En ese espíritu se incluye el corazón, pues «el corazón tiene razones que la razón no entiende».

Saberse miserable y necesitado de regeneración es el paso inicial en el camino que conduce a recuperar la propia y original grandeza. La sabiduría pascaliana se ordena, pues, a la conversión. Uno de los enemigos de esa conversión es el divertimento, la superficialidad existencial, la huida de lo real mediante la entrega a diversiones con las que se trata de evitar toda confrontación con lo esencial; otro enemigo es la autosuficiencia del propio yo que se encierra en un razonar frío y geométrico que ahoga el corazón.

Para Pascal, Dios es un Ser, en parte oculto y en parte manifiesto: se manifiesta lo suficiente para que podamos advertir su realidad; pero también se oculta, de modo que el acercarnos a Él implique fe, entrega y mérito. Dios se nos revela en Jesucristo como El Dios vivo, un Dios al que se accede a través de una fe y un amor que, partiendo del reconocimiento del pecado, se abre a la confianza en su misericordia.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

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Iniciativas

Alumnos que se unen para rezar el Rosario y tomar dulces italianos

El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, hace aproximadamente un año y medio, se hizo oficial el encuentro del Rosario y los cannoli para los alumnos de una escuela en Estados Unidos.

Jennifer Elizabeth Terranova·11 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Alguna vez se ha sentido culpable por no empezar sus propósitos de Año Nuevo precisamente el 1 de enero? Al fin y al cabo, tenemos todo el año, ¿no?

Sea cual sea la fecha en la que empiezo cada año, mejorar mi español, ahorrar más dinero y rezar el Rosario a diario ocupan los tres primeros puestos de mi lista de propósitos.

Promover la devoción al Rosario parece formar parte de la lista de cosas por hacer de muchos católicos, especialmente para el padre Justin Cinnante O. Carm, capellán del Iona Preparatory, un colegio católico privado de New Rochelle, Nueva York, donde los alumnos se reúnen una vez al mes para rezar el Rosario y comer cannolo, un dulce italiano.

Omnes tuvo ocasión de hablar con el padre Cinnante sobre la evolución de este dúo dinámico.

Todo empezó un día en que el padre Cinnante charlaba con unos alumnos y les animaba a rezar. Esperaba hacer algo que inspirara a los chicos a rezar el Rosario y recordó un grupo comunitario de adultos de Nueva York llamado «El Rosario y el Bourbon». Sabía que eso no sería viable, pero se dijo que quizá había «algo en esa línea para animar a la gente» a rezar juntos y crear esa fraternidad. Deja a un sacerdote italo-americano idear un plan que implique a “il dolce Italiano”. El padre Cinnante recordó: «Estaba bromeando con estos chicos del club italiano y les dije que deberíamos hacer algo como el Rosario y el Cannolo». A los alumnos les gustó la idea y dijeron que «¡seguro que lo harían, Padre!».

Una intercesión divina

La primera reunión fue con los chicos con los que había hablado el padre Cinnante, y uno de ellos trajo unos cannoli. «Pasamos un rato agradable de oración y fraternidad», dijo el padre.

De ahí surgió la idea de «abrirlo a toda la escuela», recuerda el padre Cinnante. Cuenta que habló con la profesora de italiano del club italiano y ella le dijo que el club italiano podría patrocinarlo.

Sabemos que no hay coincidencias cuando se trata de nuestra Santísima Madre. Los padres de uno de los chicos del club italiano tienen una pastelería italiana, y la profesora de italiano informó al padre Cinnante de que «probablemente harían un descuento».

La Madre María ayudó a llenar las copas de los invitados a las Bodas de Caná, y también intercedió para conseguir un descuento para que todos pudieran venir a rezar el Rosario.

Un día, el padre Cinnante hizo un anuncio después de la Misa matutina y dijo: «Vamos a honrar a la Virgen después de clase y el club italiano patrocinará el Rosario y los cannoli». «¡Vaya!», recordó uno de los profesores cuando se presentaron sesenta y cinco alumnos. El padre y el profesor coincidieron: «Deberíamos hacer esto con más regularidad». Y así lo hicieron.

La tradición en la escuela

El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, hace aproximadamente un año y medio, se hizo oficial el encuentro del Rosario y los cannoli.

Se reúnen mensualmente, desde octubre hasta mayo, y la mayoría de los meses acogen entre 100 y 150 estudiantes. Ha sido un éxito, y en la gran final de mayo del año pasado, 350 estudiantes, tanto actuales como antiguos, se desplazaron por la pista. Y hubo muchos cannoli: la friolera de 500, para ser exactos.

Aunque un cannolo seduzca al paladar, su atractivo no es eterno, como sí lo es el amor y la protección de nuestra Santísima Madre. Ella promete muchas cosas a los que recitan el Rosario; por ejemplo: «Quien me sirva fielmente con el rezo del Rosario recibirá gracias señaladas». Y promete su protección especial y las gracias más extraordinarias a todos los que recen el Rosario. Estos son sólo dos de los muchos dones y gracias de la Virgen.

No es de extrañar que uno de los antiguos alumnos de Iona, John Capozzoli, asistiera a un encuentro de Rosario y cannoli. En una entrevista, dijo: «Mucha gente cree que los chicos vienen por el cannoli, pero yo creo de verdad que todos vienen aquí a rezar… muchos chicos se van sin el cannolo porque quieren la experiencia de rezar.»

Otro antiguo alumno, Michael Olveri, dijo: «Creo que es algo estupendo para concienciar y difundir el amor por el mundo y la paz, y eso es… lo que elpPadre [Cinnante] intenta hacer aquí es difundirlo por el colegio, y un bonito detalle es un cannolo], pero no se trata de eso… se trata de concienciar».

El Rosario tiene lugar justo después de la campana, y muchos de los chicos tienen que ir al entrenamiento y vienen sólo para rezar el Rosario, dijo el padre Cinnante. Y aunque no duda de que muchos alumnos vienen por el «aspecto fraternal», cree que «la mayoría de los chicos… vienen por el Rosario».

También se mostró orgulloso de compartir que su Misa diaria es muy concurrida y suele celebrarse durante el periodo de almuerzo de los alumnos. Dijo a Omnes que tienen Adoración, y los chicos están constantemente en la capilla y viviendo la «vida sacramental».

¡Bravo, padre, y a todos los fieles estudiantes!

Evangelización

Infancia Misionera ayuda a más de 4 millones de niños

Este domingo 14 de enero se celebrará en España la Jornada de Infancia Misionera organizada por Obras Misionales Pontificias, con el lema “Comparto lo que soy”.

Loreto Rios·10 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Obras Misionales Pontificias ha realizado hoy en su sede de Madrid una rueda de prensa en la que han informado de la próxima jornada de Infancia Misionera que se celebrará el 14 de enero. En la presentación han participado José María Calderón, director de OMP España, Elvira Pillado, misionera en Tánger, y el joven Mateo Méndez, que ha participado en varios campamentos de Obras Misionales Pontificias.

La Jornada de la Infancia Misionera se celebra en todo el mundo, aunque con diferentes fechas. En España tiene lugar el II Domingo de Tiempo Ordinario, que corresponde, en el caso de 2024, al día 14 de enero.

La acción de Infancia Misionera se extiende por 120 países y ofrece ayuda a más de 4 millones de niños. Con las aportaciones recogidas por esta obra pontifica, se apoya el trabajo y la labor de los misioneros en 1122 territorios de misión, con más de 2500 proyectos de evangelización, formación, salud, etc.

Más de 12 millones de euros

Durante el año 2022, Infancia Misionera proporcionó más de 12 millones de euros para 2458 proyectos de todo el mundo. La mayoría de estos fondos, más de 7 millones, se destinan al continente africano, donde hay 1400 proyectos, seguido por Asia, que recibe más de 4 millones. A continuación, se encuentran América, Oceanía y Europa.

Todos los países contribuyen en los donativos, también los que son receptores de las ayudas. En 2023, por ejemplo, Togo aportó 25.122,25 euros.

España se posiciona en 2023 como el país que más ha aportado a Infancia Misionera, con 2.325.225,17 €.

Los niños también son misioneros

El director de OMP España, José María Calderón, ha recalcado al inicio de la rueda de prensa que Infancia Misionera no es una ONG, sino que su misión es que la Iglesia esté presente en territorios donde, sin su ayuda, sería muy difícil que subsistiese, aunque también se hagan proyectos sociales.

Además, otro de los objetivos de Infancia Misionera es “concienciar a los niños de que ellos también son misioneros”, y a los adultos de que hay que ayudar económicamente a las misiones.

A continuación, ha intervenido Mateo Méndez, un niño de 1º de la ESO que en 2022 conoció los campamentos organizados por OMP en Navarra. Allí disfrutó no solo del deporte y las actividades que se realizaban, sino también de la oración al levantarse, en la que daban todos juntos gracias a Dios y pedían por los cinco continentes. “No hace falta irse al Congo para ser misionero”, ha afirmado Mateo, aunque reconoce que esto también es necesario. Sin embargo, ha comentado que pequeños gestos como rezar por los misioneros, o bendecir la mesa el día de tu cumpleaños delante de tus amigos, también ayudan a difundir el Evangelio. Mateo también ha señalado que ser misionero no es solo hacer buenas acciones, ya que esto lo puede hacer también alguien no creyente. La diferencia es que un misionero intenta llevar a Jesús a los demás.

Para finalizar, ha intervenido Elvira Pillado, religiosa de la congregación de Jesús-María y misionera en Tánger, donde atienden la guardería “Sagrado Corazón”, para niños de 3 a 5 años cuyas familias no pueden pagar la educación infantil, y la casa de acogida “Dar-Tika” para chicas de 6 a 14 años. La misionera ha agradecido las ayudas para poder seguir adelante con estos proyectos y ha comentado que se trata de un trabajo al que “hay que dedicarle alma, vida y corazón”.

Intervención de Mateo Méndez
Actualidad

¿Celibato cuestionado? Un don de Cristo a la Iglesia

Uno de los temas que más expectación suele generar en los medios en relación con la Iglesia católica es, sin duda, el celibato.

Francisco Otamendi·10 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La tradición del don del celibato en la Iglesia católica de Occidente está llena de “experiencias positivas”, señaló siendo cardenal, el Papa Francisco. No ha modificado su postura tras la herida profunda de los abusos, la escasez de vocaciones, o el argumento de que es una cuestión disciplinar. Querida Amazonia o su reciente Mensaje a los seminaristas franceses respaldan la encíclica Sacerdotalis coelibatus, de san Pablo VI (1967). 

Uno de los temas que más expectación suele generar en los medios en relación con la Iglesia católica es, sin duda, el celibato, que san Pablo VI definió …. 


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El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Alerta del Papa ante la gula personal y social

En la Audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la gula personal, “la locura del vientre”, que llamaban los Padres antiguos, y la gula social, Estábamos hechos para ser hombres y mujeres “eucarísticos”, capaces de dar gracias, y nos hemos convertido en “consumidores depredadores”, con una gula que destruye el planeta.

Francisco Otamendi·10 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

La tercera sesión de catequesis sobre los vicios y las virtudes, tras la fiesta del Bautismo del Señor, ha estado centrada este miércoles en la gula, tanto desde el punto de vista personal, como social. Los lectores en los ocho idiomas en la Audiencia han sido en esta ocasión siete laicos de diversos países, entre mujeres y varones, y una religiosa polaca. “Dime cómo comes, y te diré qué alma posees”, ha subrayado el Papa.

En sus primeras palabras, Francisco se ha fijado en el Evangelio, como suele hacer habitualmente, para fijarse en Jesús. “Su primer milagro, en las bodas de Caná, revela su simpatía por las alegrías humanas: se preocupa de que la fiesta termine bien y regala a los novios una gran cantidad de buen vino. A lo largo de su ministerio, Jesús aparece como un profeta muy distinto del Bautista: si Juan es recordado por su ascetismo –comía lo que encontraba en el desierto–, Jesús es, en cambio, el Mesías que vemos a menudo en la mesa”. 

“Su comportamiento suscita escándalo, porque no sólo es benévolo con los pecadores, sino que incluso come con ellos; y este gesto demostraba su voluntad de comulgar con personas a las que todos rechazaban”.

Sana alegría en las bodas de Caná

Jesús nos ha enseñado a ser capaces de amar “la sana alegría de las bodas de Caná; a sentar a nuestra mesa a los pobres y a los pecadores, en signo de comunión; a no sujetarnos supersticiosamente a reglas de impureza, sino considerar todo como un don de Dios, confiado a nuestra custodia”, ha sintetizado el Papa en su meditación.

Sin embargo, “cada vez más nuestra sociedad da muestras de haber perdido el sentido auténtico de la relación con los bienes de la tierra. Muchos trastornos alimenticios expresan el sufrimiento de tantas personas ante esta realidad. Hemos pasado de ser administradores de los bienes divinos, a ser consumidores, detentores de una voracidad insaciable que está destruyendo el planeta”.

Se extienden los trastornos alimentarios

Más adelante, el Papa ha desarrollado algunos conceptos. “La relación serena que Jesús estableció con respecto a la comida debería ser redescubierta y valorada, sobre todo en las sociedades supuestamente de bienestar, donde se manifiestan tantos desequilibrios y patologías. Se come demasiado, o demasiado poco. A menudo se come en soledad. Se extienden los trastornos alimentarios: anorexia, bulimia, obesidad… Y la medicina y la psicología intentan atajar la mala relación con la comida”.

Se trata de enfermedades, a menudo muy dolorosas, “relacionadas sobre todo con tormentos de la psique y del alma. Como enseñó Jesús, lo malo no son los alimentos en sí, sino la relación que tenemos con ellos”.

“La comida es la manifestación de algo interior”, ha proseguido el Papa. “La predisposición al equilibrio o a la desmesura; la capacidad de dar gracias o la arrogante pretensión de autonomía; la empatía de quien sabe compartir la comida con los necesitados, o el egoísmo de quien lo acumula todo para sí mismo. Dime cómo comes, y te diré qué alma posees”.

Gula social, peligrosa para el planeta

La última reflexión del Pontífice se ha referido al concepto de consumidores depredadores del planeta.

“Si lo leemos desde un punto de vista social, la gula es quizá el vicio más peligroso que está acabando con el planeta. Porque el pecado de quien cede ante un trozo de pastel, después de todo, no causa gran daño, pero la voracidad con la que nos hemos desatado, desde hace unos siglos, hacia los bienes del planeta, está comprometiendo el futuro de todos”. 

A juicio del Papa, “nos hemos abalanzado, sobre todo, para hacernos dueños de todo, cuando todo había sido consignado a nuestra custodia. Este es entonces el gran pecado, la furia del vientre. Hemos abjurado del nombre de hombres, para asumir otro, consumidores”.

Ni siquiera nos dimos cuenta de que alguien había empezado a llamarnos así, ha denunciado. “Estábamos hechos para ser hombres y mujeres eucarísticos, capaces de dar gracias, discretos en el uso de la tierra, y en cambio nos hemos convertido en depredadores, y ahora nos estamos dando cuenta de que esta forma de “gula” nos ha hecho mucho daño a nosotros y al medio ambiente en el que vivimos”. 

“Dejemos que el Evangelio nos cure de la gula personal y de la gula social”, ha concluido, antes de rezar el Pater noster y dar la Bendición a los fieles en el Aula Pablo VI.

Saludo a los seminaristas de París y otros grupos

En sus saludos cordiales a los grupos de peregrinos, el Papa ha citado expresamente, en primer lugar, a los seminaristas del seminario de París. El Santo Padre escribió precisamente a primeros de diciembre una carta, firmada por el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, a los seminaristas de Francia. De ella se hace eco el número de enero de 2024 de la revista Omnes, que profundiza en el celibato con la colaboración de experimentados autores. 

En ella, el Papa invita a los seminaristas de Francia, entre otras cosas, “a arraigar bien en vuestras almas estas verdades fundamentales que serán la base de vuestra vida y de vuestra misma identidad. Y en el corazón de esta identidad, configurada con el Señor Jesús, está el celibato. El sacerdote es célibe –y quiere serlo–, simplemente porque Jesús lo fue”. 

Peregrinos de Corea, Estados Unidos, Polonia…

Al saludar a los peregrinos de lengua inglesa, el Papa se ha fijado en especial en los grupos de Corea y de Estados Unidos de América, y ha saludado también a los sacerdotes del Instituto de Formación Teológica Permanente del Pontificio Colegio Norteamericano. Sobre todos vosotros y sobre vuestras familias invoco la alegría y la paz de nuestro Señor Jesucristo”, ha señalado.

Más adelante, al dirigirse a los polacos, ha subrayado que al comenzar el nuevo año, “es importante recordar que la paz, tan deseada por todos, nace en el corazón del hombre. Que María, Reina de la Paz, os sostenga para que vuestros planes y decisiones nazcan del deseo de bien para vosotros, para vuestras familias, para vuestras familias, vuestra patria y el mundo entero”.

Pueblos ucraniano, palestino e israelí

Al final de la Audiencia, en italiano, el pensamiento del Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados: “a todos invito a

trabajar siempre en la novedad de vida que nos muestra el Hijo de Dios, que se encarnó para salvar al hombre”.

Y como hace siempre con insistencia, ha rogado de nuevo por la paz al manifestar que renueva su cercanía orante “al querido pueblo ucraniano tan probado y a cuantos sufren el horror de la guerra en Palestina e Israel, así como en otras partes del mundo”.

El autorFrancisco Otamendi

Mujer no llores; joven levántate

El milagro de Naín es para los que necesitan que el Dios de los imposibles impacte de temor a los incrédulos, inunde de amor a los empobrecidos, levante con poder a los desalentados, y resucite todo lo que se creía innecesariamente fallecido.

10 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Visitemos con Jesús la aldea de Naín, el “anfiteatro” donde se exhibirá uno de los dramas más escalofriantes de los evangelios. Su puerta era un angosto arco de sencilla arquitectura la cual misteriosamente se convirtió en un cruce de caminos muy importante; el encuentro cara a cara de dos caravanas con tan diferentes agendas y rumbos: la procesión de la muerte y la procesión de la vida.

Jesús ese día iba acompañado de una festiva multitud numerosa siguiendo el suculento itinerario de prodigios y milagros, enseñanzas novedosas y parábolas imaginativas del impredecible maestro de la Galilea. Estos ya habían saboreado destellos de bendiciones, presenciado milagros de sanaciones en pueblos y aldeas anteriores, y como en un crescendo sinfónico anticipado de un buen director de orquesta, esperaban más profundidad e intensidad según avanzaba el día hasta ser llevados a una gran ovación de entusiasmo. Y no fueron decepcionados. 

Las procesiones del corazón

El contraste no pudo haber sido más marcado. En el pueblo de Naím ya estaba congregada otra multitud al estilo de las procesiones fúnebres de todos los tiempos y culturas. Llevaban a enterrar a un joven, hijo único de una viuda a quien la vida golpeó despiadadamente con dos pérdidas consecutivas e irreparables. Podemos imaginarnos a gente de rostros ensombrecidos envueltos en una contagiosa tristeza colectiva, cuestionando el sin sentido de una breve existencia. Vestidos de luto, caminaban a pasos lentos como los hebreos extraviados en el desierto o como soldados que perdieron una guerra. Cuando no se acepta la realidad algunos argumentan, otros se rebelan, unos cuantos se resignan, pero muchos se sumergen en sus silencios y se ahogan en sus lágrimas. La amalgama de reacciones humanas ante la tragedia es muy diversa. 

Ambas procesiones se confrontaron bajo la sombra del pequeño arco de la entrada a Naín, pero ¿cuál entra? ¿cuál sale? Como cuando en las puertas del corazón humano se disputa la entrada o salida de la tristeza o la alegría, de la esperanza o la desesperación. ¿Cuál de estos sentimientos termina gobernando nuestro corazón? ¿Cuál de las dos multitudes protagonizará el evento? ¿En cuál de estas dos procesiones caminamos tú y yo?

Los integrantes de la procesión fúnebre de Naín no tuvieron que tomar la decisión si detener la procesión o proseguir: Jesús tomó la decisión por ellos. Los pies del Maestro cruzaron el umbral de la puerta de Naín antes de que los caídos salieran de «Naín» cargando las sombras de sus hijos perdidos y fallecidos. Solo Jesús ha transitado por la frontera impenetrable de la vida después de la muerte, y en este evangelio nos da un anticipo.

Mujer, no llores

En realidad son muchas las mujeres, como la viuda de Naím, quienes viven maternidades llenas de dolor porque dejaron de sonreír al perder a sus hijos en vicios, en problemas mentales, en estilos de vida destructivos, o porque sus hijos simplemente abandonaron la fe de sus padres. Todas estas son también experiencias de muerte y duelo. 

De pronto Jesús pronunció las palabras convertidas en órdenes al corazón, que sigue emitiendo ante los corazones de todas las madres que gimen e imploran por sus hijos perdidos: “Mujer, no llores más”. Pues el milagro en Naín era también para la madre como también lo será para todas las madres que ya no pueden con la pena de cargar hijos moribundos por los callejones ensombrecidos de sus historias. Transformaré tu duelo en alegre danza. 

Dice el evangelio que Jesús se compadeció de la madre. Con las madres que se convierten en intercesoras de sus hijos, convirtiendo sus desvelos y sacrificios en reverentes e incansables oraciones, Jesús no escatima en misericordias al trasladar a sus hijos de caminos de muertes a caminos de vida. Estos son milagros que vemos a diario en los retiros de conversión y sanación donde llegan a participar jóvenes moribundos quienes regresarán a la vida y conocerán nuevas alegrías. 

Por eso, mujer y madre, cuando reces por tus hijos, aprópiate del versículo 15 de este hermoso evangelio: el joven que estaba muerto se levantó, comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. ¡La alegría de esta mujer no estaba agendada en los calendarios humanos! ¡Así como el padre del hijo pródigo estalló de júbilo al ver regresar a un hijo a quien ya creía perdido para siempre! Este gozo tuvo que haber sido más impactante que lo que sintieron al verlos nacer. ¡Con razón hay fiesta en el cielo amenizada por coros celestiales cada vez que un hijo de Dios regresa a la casa del Padre! 

Y con la autoridad que detuvo la tormenta del mar de Galilea, ordenó que se detuviera el paso de la muerte, interceptó la violencia del dolor, tocó al joven muerto y le dijo: “Joven levántate”.

Joven levántate

Con razón alguien dijo y todos repetimos, “con tan solo una palabra tuya bastaría para sanarme”. ¿Cuál de esas palabras necesitamos? ¿Hágase, detente, sígueme, mira, camina, límpiate, cree, levántate?

El milagro de Naím es para los jóvenes quienes perdieron su inocencia, su libertad, sus ilusiones, porque terminaron atados a ideologías y conductas dañinas o seducidos por la mentira del pecado. Deben de recordar que la vida es ese tiempo prestado, un contrato con condiciones estrictas, a veces pasa lentamente y otras veces pasa muy rápido y sin darnos cuenta. De la misma manera deben recordar que la muerte es ese enigma, misterio, castigo o premio, libro que se cierra o eternidad que comienza. Pero más que nada, al escuchar la voz de Dios es el momento de ofrendar la carne y sus pasiones como semilla que cae en la tierra, para liberar el espíritu a su verdadero destino dejando de ir tras sueños efímeros e ir en busca de propósitos sobrenaturales. Esa revelación y concientización también levantó al hijo pródigo de su error (Lucas 15, 11-32) y lo regresó, no a una vida nueva, sino a la vida de antes que temporalmente había perdido en el engaño del pecado. 

El milagro es para todos

Los habitantes de Naín no tuvieron que continuar en la procesión fúnebre. Fueron invitados a integrarse en la procesión de la vida. Se quitaron el vestido de luto armándose de nuevas ilusiones y fortalezas al optar por seguir creyendo y confiando en la vida aun cuando la realidad presente era desconcertante. ¡Hay esperanza si creemos en un Dios que todo lo puede, para quien nada le es imposible! El sollozo de los que lloraban fue transformado en notas bien afinadas, en el canto de los reanimados por las esperanzas proféticas que caracterizaría la visita del Mesías en la tierra:

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y enviado con la buena nueva a los humildes. Para sanar corazones heridos, Para anunciar a los desterrados y a los presos Su vuelta a la luz. Para publicar un Año Feliz lleno de los favores de Yahvé. Para consolar a los que lloran Y darles a los afligidos de Sion. Una corona en vez de cenizas, el aceite de los días alegres en lugar de ropa de luto. Cantos de Felicidad en vez de tristeza»

Isaías 61,1-3

El milagro de Naím es para los que necesitan que el Dios de los imposibles impacte de temor a los incrédulos, inunde de amor a los empobrecidos, levante con poder a los desalentados, y resucite todo lo que se creía innecesariamente fallecido. 

El autor de la vida visitó el umbral de la muerte. De tantos milagros de Jesús de sanaciones de enfermos y liberación de cautivos, hay tres eventos que presentan a un Dios comprometido personalmente con la acción restauradora del ser humano en tres etapas de la vida: cuando regresa a la vida a la hija de Jairo (Mateo 5, 21-43), al joven hijo de la viuda de Naím (Lucas 7, 11-17), y a Lázaro de Betania (Juan 11). Al regresar a la vida a una niña, a un joven y a un hombre adulto, el poder sanador de Dios se ofrece en la totalidad de la vida del ser humano.

Dios siempre llega a tiempo

En estos tres evangelios de “resurrecciones” vemos que una humanidad caída y desmantelada de su dignidad original de hijos de Dios, necesitará más que gestos sanadores; necesitará de una violenta intervención de su Creador para arrancarlo de las garras de la muerte y del silencio de los asfixiantes sepulcros donde el pecado muchas veces le encierra y quiere destruir. 

Dios a veces se tarda, pero siempre llega a tiempo. Si Jesús hubiera llegado a Naín horas antes, tal vez el milagro hubiera sido el de sanar a un enfermo. Si Jesús hubiera llegado a Naín horas después, el milagro hubiera sido el de traer consuelo a la madre y al pueblo. El mismo Jesús que escogió llegar en ese preciso instante a Naím conoce también las urgencias y los apremios de tu vida para a tiempo rescatarte de la desesperación y aflicción que las diversas experiencias de muerte obligan a sufrir. 

Por eso, mujer y madre, no llores más pues Dios te promete que tus hijos se levantarán. Por eso, hijos, salgan de los caminos de muerte e intégrense en la procesión de la vida.

El autorMartha Reyes

Doctora en Psicología Clínica.

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Vaticano

El Papa Francisco dice no a la maternidad subrogada

En el discurso del Papa Francisco al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, la cuestión de la defensa de la vida adquirió un matiz importante. El Papa fue contundente en su rechazo a la práctica del vientre de alquiler.

Andrea Gagliarducci·10 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

No es nada nuevo que la Santa Sede vincule la cuestión de la defensa de la vida a la paz. Porque no puede haber paz donde se desprecia la vida humana, y ciertamente se desprecia la vida humana si el ser humano es eliminado antes de nacer o asesinado antes del final natural de la vida. Sin embargo, en el discurso del Papa Francisco al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, la cuestión de la defensa de la vida adquirió un matiz aún más importante. Porque el Papa Francisco también dijo un firme «no» a la práctica de la maternidad subrogada, pidiendo la prohibición internacional de la práctica del llamado vientre de alquiler.

Una posición valiente y valiosa, que llega en vísperas de una importante conferencia que se celebrará en Roma, los días 5 y 6 de abril, sobre la Declaración de Casablanca, que pretende buscar un instrumento jurídico precisamente para impedir la práctica del vientre de alquiler. Una posición que el Papa Francisco ya había tomado en 2022, reunido con miembros del Consejo de la Federación de Asociaciones Familiares Católicas Europeas (FAFCE), y que sitúa a la Santa Sede en la vanguardia de la lucha contra la maternidad subrogada.

Por qué es importante el discurso del Papa

La posición sobre la maternidad subrogada dice mucho sobre cómo la actividad diplomática de la Santa Sede repercute en diversas cuestiones. El discurso que el Papa Francisco pronunció el 8 de enero ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede es un ejemplo de ello.

El discurso es una tradición. Cada año, el primer lunes después de Epifanía, el Papa se reúne con los embajadores y, con ocasión de las felicitaciones de Año Nuevo, pronuncia un discurso que expone las prioridades diplomáticas de la Santa Sede para el año. La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 184 Estados del mundo, y el discurso del Papa es uno de los pocos momentos en que están todos juntos, teniendo en cuenta que no todos los embajadores son embajadores residentes en la Santa Sede.

Una de las líneas directrices suele ser el tema del mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, fijada por Pablo VI el 1 de enero. El tema de este año era «Inteligencia artificial y paz», y abordaba cuestiones que la Santa Sede lleva tiempo tratando, empezando por las armas autónomas letales. Es un tema que se tocó en el discurso del Papa.

Sin embargo, el discurso del Papa Francisco abarcó varios temas. En 45 minutos, el Papa se refirió a todos los escenarios de conflicto que le son cercanos: de Tierra Santa a Ucrania, pasando por la situación en Nagorno Karabaj (el Papa habló del Cáucaso meridional, para evitar la disputa sobre el nombre de la región en disputa entre Armenia y Azerbaiyán), llegando también a denunciar lo que está sucediendo en Nicaragua y las tensiones en Venezuela y Guyana, y tocando las difíciles situaciones en el continente africano.

Tal vez faltó una alusión a la posible crisis china, a la posible crisis sobre el estrecho de Taiwán, que también podría repercutir en las relaciones entre la Santa Sede y China, y al recientemente renovado acuerdo provisional para el nombramiento de obispos. Pero se trataba de un signo de prudencia diplomática, de la necesidad de mantener un difícil equilibrio en situaciones difíciles.

Caminos hacia la paz

El discurso no fue solo un examen geopolítico, sino que también pretendía indicar algunos caminos posibles hacia la paz. Una paz que pasa por el diálogo interreligioso, el diálogo multilateral entre Estados, el cuidado de la creación -uno de los temas clave del pontificado-, y la atención a los emigrantes. Sobre todo, una paz que parta de la base de que se trabaja por los seres humanos, y que estos son rostros, carne, sangre, vidas. El Papa señala que la guerra es ahora global, que casi siempre afecta también a civiles, y advierte del peligro de considerar las muertes de civiles como «daños colaterales». Al mismo tiempo, el Papa Francisco reitera el tema de la crisis migratoria, e incluso entonces pide mirar a los migrantes no como números, sino como seres humanos, con sus crisis, con sus dificultades, con sus difíciles opciones de vida.

De ahí el llamamiento a respetar las convenciones internacionales que pretenden humanizar una guerra, e incluso el cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano, llegó a proponer una oficina para juzgar hasta qué punto las partes «humanizan» una guerra, es decir, respetan el derecho humanitario.

La persona humana como clave de la diplomacia de la Santa Sede

Como puede verse, el hilo conductor de la diplomacia de la Santa Sede es siempre la persona humana y el bien común. Esta es la verdadera agenda internacional de la Santa Sede.

Se defienden enérgicamente los derechos humanos, pero se plantean serias dudas sobre la validez de los derechos humanos de segunda y tercera generación, los de las libertades individuales, que no encuentran un consenso unánime, pero que se basan sobre todo en ideologías individualistas, en nombre de las cuales se quiere atribuir también el llamado «derecho al aborto».

El no a la maternidad subrogada se convierte en una poderosa herramienta para la diplomacia de la Santa Sede. Dice no a la cultura del descarte, subraya la limitación de considerar a los hijos no como un don, sino como el fruto de un contrato, y sobre todo llama a la conciencia de todos los hombres de buena voluntad. No se trata de un llamamiento católico, sino de un acto político que transmite un mensaje preciso sobre la centralidad del ser humano.

Este es probablemente el pasaje más innovador del discurso del Papa al cuerpo diplomático. Y ya se puede suponer alguna iniciativa de la Santa Sede en este sentido, que también romperá el silencio que reina sobre la cuestión de la maternidad subrogada cuando ya no está de moda. Las imágenes de los niños nacidos en Ucrania por gestación subrogada y atrapados por la guerra a principios de 2020 permanecen en nuestros ojos, completadas con anuncios que explican cómo estos niños fueron bien cuidados mientras esperaban la llegada de sus «padres». Porque la guerra también hace esto: poner de relieve la naturaleza diabólica del hombre en tiempos de paz.

Este será probablemente el gran tema del futuro.

El autorAndrea Gagliarducci

América Latina

El Cristo Negro de Esquipulas, la devoción más allá de Guatemala

La devoción al Cristo Negro de Esquipulas se ha difundido ampliamente fuera de Guatemala, especialmente en Centroamérica, México y Estados Unidos.

Gonzalo Meza·9 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cada 15 de enero se celebra en Guatemala la fiesta del Cristo Negro de Esquipulas, ciudad ubicada a 222 kilómetros de la capital de ese país. Esta fiesta atrae a Esquipulas a cerca de cuatro millones de peregrinos provenientes de diversos puntos de Guatemala. Acuden para dar gracias o pedir favores al Cristo Negro.

Alrededor de esa fecha se llevan a cabo en ese poblado procesiones, novenas, Misas, así como diversas expresiones culturales que expresan la fe y piedad popular de los pobladores. La devoción se extiende en diversos países de América Central y Estados Unidos, debido a que la imagen contribuye a incrementar el fervor y la piedad, pero también es un elemento de identidad y cohesión social fuera del país. Los guatemaltecos encuentran en el Cristo Negro un factor de unión y apego a sus tradiciones y cultura.

La imagen del Cristo Negro

La imagen es una escultura de Cristo crucificado hecha en el siglo XVI a base de madera policromada. Su autoría se atribuye al escultor Quirio Cataño. Acerca de la tonalidad oscura existen muchas versiones y leyendas. No existen manuscritos que refieran que el color original de la madera era totalmente negro, lo cierto es que el humo de las veladoras, las candelas, el incienso, el polvo y las manos de los peregrinos han contribuido a su oscurecimiento.

Según algunos investigadores, la tonalidad negra de los Cristos o Vírgenes en América se atribuye a cuatro factores: el sincretismo religioso, los materiales de las piezas (a base de pasta de caña, maíz y maderas oscuras), la demanda de representaciones que evocaran un sentido de pertenencia y la comunidad afroamericana en territorio novohispano.

Desde el siglo XVIII los clérigos del Santuario de Esquipulas buscaron encauzar la devoción popular y conectarla con el tono oscuro de la imagen. Por ejemplo, el canónigo Juan Paz Solórzano escribía en 1914: “Cuando llegó la hora de la Pasión, Cristo caminó al Calvario bajo un sol ardiente y abrazado, en medio de una nube de polvo producida por el tropel de la impía turba que lo seguía. ¿De dónde pues, esta admiración, al ver representada la sagrada imagen bajo una sombra oscura?”

En ese sentido, durante su visita al santuario de Esquipulas el 6 de febrero de 1996, Juan Pablo II señalaba: “Desde hace cuatro siglos los hombres y mujeres creyentes de estas amadas tierras se han postrado, llenos de amor y confianza ante el Cristo, que el paso del tiempo y las expresiones de devoción han ennegrecido. Esta imagen, tan venerada por los guatemaltecos y los habitantes de los Países vecinos, es como una luz que nos revela el camino hacia Dios”.

La devoción en América

En Centroamérica hay 272 santuarios dedicados al Señor de Esquipulas y en el continente americano hay más de 420, de los cuales más de 370 están en América Central y el 80 % de ellos relacionado con el Cristo de Esquipulas. En México existen las imágenes con tonalidades oscuras del Cristo de Chalma, Tila, Otatitlán y el Señor del Veneno en la Catedral Metropolitana de México. 

La devoción al Señor de Esquipulas se ha difundido ampliamente fuera de Guatemala, especialmente en Centroamérica, México y Estados Unidos, en California, Florida, Texas y Nueva York, estados que concentran la mayor población guatemalteca en los Estados Unidos. Los guatemaltecos son la sexta población de origen hispano en el país. Del 2000 al 2021 el número pasó de 410 mil a 1.8 millones.

El investigador Leonardo D. Rosas Paz señala en su trabajo de investigación sobre la difusión de la devoción del Cristo de Esquipulas en los Estados Unidos, que la ciudad de Los Ángeles ha sido el centro de propagación de la devoción del Cristo Negro a otras localidades norteamericanas. Y es que uno de los primeros lugares donde se le veneró fue en la Iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles (Placita Olvera) en el centro histórico de Los Ángeles.  La imagen del Señor de Esquipulas llegó en 1986.

Otra iglesia pionera en fue la Inmaculada Concepción en MacArthur Park de Los Ángeles. Desde el año 2000 otras iglesias en esa arquidiócesis iniciaron la devoción, factor que aumentó a partir del 2010, probablemente por el aumento del número de comunidades guatemaltecas que han llegado en diversas olas migratorias de Centroamérica a los Estados Unidos.

La fiesta en la actualidad

Actualmente hay cerca de 20 sitios en la zona metropolitana de Los Ángeles y 6 en San Francisco en donde se cuenta con esta devoción. En esos sitios se han establecido hermandades del Cristo de Esquipulas y alrededor del 15 de enero organizan novenas, festivales, misas y diversos festejos que sirven para dar a conocer las ricas tradiciones de ese país en los Estados Unidos. En este 2024, decenas de Iglesias en California llevarán a cabo los festejos en honor del Cristo Negro.

Otras ciudades como Atlanta, Chicago, Florida, Georgia, Maryland y Nueva York, también realizarán festividades. Muchas de las Misas serán presididas por obispos en las iglesias donde se venera o en la Catedral, como en el caso de San Patricio en Nueva York. El cardenal Álvaro Leonel Ramazzini de Huehuetenango, Guatemala, presidió la ceremonia el domingo 7 de enero.

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Bautismos en la Capilla Sixtina

El hermano de uno de los bautizandos sigue "atentamente" la ceremonia de Bautismo que presidió el Papa Francisco. La celebración tuvo lugar en la Capilla Sixtina, el 7 de enero de 2024, fiesta del Bautismo del Señor.

Maria José Atienza·8 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El actor de «Padre Pío» recibe la Confirmación

Rome Reports·8 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El actor Shia LeBeouf recibió el sacramento de la confirmación el 2 de enero. Fue en una ceremonia presidida por el obispo Barron y el propio actor ha anunciado su entrada en la Iglesia católica.

LeBeouf tuvo que pasar una temporada con los frailes franciscanos para llevar a cabo su papel en la película del Padre Pío. Esta experiencia le atrajo al catolicismo y ya es miembro de la Iglesia.

Vaticano

El Papa denuncia, ante el cuerpo diplomático, la «guerra a pedazos» y la maternidad subrogada

Al comenzar el año, el Papa Francisco ha recibido en audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. La necesidad de trabajar por la paz y los obstáculos del diálogo han centrado su discurso.

Maria José Atienza·8 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

El Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede ha mantenido su tradicional audiencia con el Papa Francisco.

Además de felicitar el nuevo año, el Pontífice ha resaltado el aumento de la “familia diplomática”. A este respecto, ha celebrado las nuevas relaciones diplomáticas con el Sultanato de Omán, el nombramiento del Representante Pontificio Residente en Hanói y el Acuerdo Suplementario con Kazajistán.

Francisco también ha hecho mención de los aniversarios especiales que hubo durante el 2023, como “el centenario de las relaciones diplomáticas con la República de Panamá, el setenta aniversario de las relaciones con la República Islámica de Irán, el sesenta de las establecidas con la República de Corea y el cincuenta de relaciones con Australia”.

Los «pedazos» de una III Guerra Mundial 

El Papa ha comenzado su discurso centrando la mirada en el tema que ha recorrido sus palabras: la paz. Una paz que es “en primer lugar, un don de Dios” y “al mismo tiempo es nuestra responsabilidad”. En esta tarea se incluye también el papel de la Santa Sede, que debe “en el seno de la comunidad internacional, ser una voz profética y una llamada a la conciencia”. Francisco ha aludido, una vez más, a esa tercera guerra mundial a pedazos que, a juicio del pontífice, asola nuestro mundo.

 Entre estos pedazos que ocupan la cabeza y el corazón del Papa, Francisco ha recordado lo que está sucediendo en Israel y Palestina y ha querido condenar el atentado terrorista del 7 de octubre y ”cualquier forma de terrorismo y extremismo”. El Papa ha reiterado su “llamamiento a todas las partes implicadas para que acuerden un alto el fuego sobre todos los frentes, incluso en el Líbano, y para la inmediata liberación de todos los rehenes en Gaza. Pido que la población palestina reciba las ayudas humanitarias y que los hospitales, las escuelas y los lugares de culto cuenten con toda la protección necesaria” 

Asimismo, ha pedido a la “Comunidad internacional promueva con determinación la solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino, así como también un estatuto especial internacionalmente garantizado para la Ciudad de Jerusalén, de modo que israelíes y palestinos puedan por fin vivir en paz y con seguridad”. 

Este conflicto se suma a la inestabilidad de una zona cargada de tensiones, como ha subrayado el Papa, que no ha olvidado en su discurso “al pueblo sirio, que vive en la inestabilidad económica y política, agravada por el terremoto del pasado mes de febrero”, así como “la situación social y económica en la que está sumida el querido pueblo libanés”. 

Frente a los representantes internacionales, el Papa ha recordado el conflicto que asola, año tras año a la comunidad rohinyá de Myanmar. 

También el conflicto entre Ucrania y Rusia, que se acerca a su tercer año, ha tenido cabida en las palabras del Papa ante el que ha subrayado que “no se puede dejar que se prolongue un conflicto que se va gangrenando cada vez más, en perjuicio de millones de personas”. 

La tensa situación en el Cáucaso meridional entre Armenia y Azerbaiyán, también ha formado parte del discurso del Santo Padre. 

Francisco ha recordado “la dramática situación humanitaria de los habitantes de aquella región”,  y ha hecho un “llamamiento a favorecer el regreso de los desplazados a sus hogares de forma legal y segura, así como respetar los lugares de culto de las distintas confesiones religiosas presentes en la zona”. 

Los conflictos que se desarrollan en el continente africano son una de las llamadas constantes del Papa, materializada, de hecho, en sus viajes a este continente. Así, el Papa ha querido traer a la memoria “el sufrimiento de millones de personas debido a las múltiples crisis humanitarias que afectan a varios países sub-saharianos, a causa del terrorismo internacional, de los complejos problemas socio-políticos, y de los efectos devastadores del cambio climático, a los que se añaden las consecuencias de los golpes de estado militares acecidos en algunos países y de determinados procesos electorales caracterizados por la corrupción, la intimidación y la violencia”. 

Entre estos conflictos, Francisco ha hecho referencia a las violencias que agobian a Etiopía así como las situaciones de los desplazados en Camerún, Mozambique, República Democrática del Congo y Sudán del Sur. 

Por último, el Papa ha posado su mirada a su continente de origen, América del Sur, destacando las fuertes tensiones entre algunos países, por ejemplo entre Venezuela y Guayana y su preocupación por “la situación de Nicaragua; es una crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica”. 

Inmoralidad de las armas nucleares

El Papa ha querido resaltar que “las guerras modernas ya no se desarrollan sólo en los campos de batalla delimitados y como ya no parece observarse una distinción entre los objetivos militares y civiles”. En este sentido, ha querido destacar cómo “las violaciones graves del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra, y que no es suficiente con evidenciarlos, sino es necesario prevenirlos”. 

Francisco ha hecho una particular denuncia a la enorme cantidad de dinero que los estados destinan a armamento, y en especial ha querido reiterar “una vez más la inmoralidad de fabricar y poseer armas nucleares”. 

Además de esto, ha hecho una fuerte llamada a “extirpar de raíz las causas de las guerras, la primera de todas es el hambre y también las catástrofes naturales y ambientales”. 

Tal y como ha venido haciendo en los últimos años, el drama migratorio ha tenido también cabida en el discurso del Papa ante el cuerpo diplomático. Recordando su reciente viaje a Marsella, el Papa ha señalado el olvido de estas personas por parte de muchos y ha subrayado la necesidad de que “la migración tenga que ser reglamentada para acoger, promover, acompañar e integrar a los migrantes, en el respeto a la cultura, la sensibilidad y la seguridad de las poblaciones que se encargan de la acogida y la integración. 

Por otra parte, también es necesario recordar el derecho a poder permanecer en la propia patria y la consiguiente necesidad de crear las condiciones para que ese derecho se pueda realmente poner en práctica”. 

Llamada a prohibir la maternidad subrogada

Quizás uno de los temas más novedosos que ha entrado en la agenda del Papa ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede ha sido la llamada del Santo Padre a la prohibición de la práctica de la “llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”. 

En este sentido, el Papa ha hecho un “llamamiento para que la Comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica. En cada momento de su existencia, la vida humana debe ser preservada y tutelada, aunque constato, con pesar, especialmente en Occidente, la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos”. 

Todo ello forma parte de lo que el Papa ha calificado como “colonizaciones ideológicas provocan heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer la construcción de la paz”. 

Diálogo para la paz

La última parte del discurso del Papa ha estado centrada en los esfuerzos necesarios para lograr esta paz. Esfuerzos que pasan, en primer lugar, por fortalecer  las estructuras de la diplomacia multilateral que surgieron tras la Segunda Guerra Mundial, actualmente debilitadas a través de la recuperación de “ las raíces, el espíritu y los valores que dieron origen a esos organismos, teniendo en cuenta al mismo tiempo el nuevo contexto y prestando la debida atención a quienes no se sienten adecuadamente representados por las estructuras de las Organizaciones internacionales”.

“El camino hacia la paz pasa por el diálogo político y social, pues es la base de la convivencia civil en una comunidad política moderna” ha querido destacar el Santo Padre que ha sumado a este ámbito del diálogo el del “diálogo interreligioso, que exige ante todo la protección de la libertad religiosa y el respeto de las minorías. Nos duele, por ejemplo, constatar que cada vez más países adoptan modelos de control centralizado de la libertad religiosa, con el uso masivo de la tecnología. En otros lugares, las comunidades religiosas minoritarias se encuentran a menudo en una situación cada vez más dramática. En algunos casos corren peligro de extinción, debido a una combinación de acciones terroristas, atentados contra el patrimonio cultural y medidas más solapadas, como la proliferación de leyes anticonversión, la manipulación de las normas electorales y las restricciones financieras”.

También la Inteligencia artificial y el progreso tecnológico se perfilan como agentes necesarios en este diálogo para la paz siempre que preserve “la centralidad de la persona humana, cuya contribución no puede ser ni será nunca sustituida por un algoritmo o una máquina”.

Camino al Jubileo 2025

El Papa ha cerrado su discurso haciendo referencia al próximo jubileo 2025. “Quizá hoy más que nunca necesitemos el año jubilar” ha afirmado el pontífice, “el Jubileo es el anuncio de que Dios nunca abandona a su pueblo”.

Haciendo referencia a Isaías, Francisco ha manifestado su deseo de que el futuro año jubilar sea para todos “ el tiempo en que se rompan las espadas y de ellas se hagan los arados; el tiempo en que una nación ya no levante la espada contra otra, ni se aprenda el arte de la guerra” 

Vocaciones

Hermana Maristela. Una entrega a los más pobres por amor a Jesús Eucaristía

Un partido de fútbol frustrado cambió por completo la vida de esta joven brasileña. Hoy día, esta religiosa, Hija de la Pobreza del Santísimo Sacramento Toca de Asís, dedica su vida a la adoración eucarística y a la atención a los más pobres de las calles de la capital de Ecuador.

Juan Carlos Vasconez·8 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Para entender la historia y la vida actual de la Hermana Maristela hay que remontarse casi dos décadas. Exactamente hasta el año 2004; y localizarnos en un lugar concreto: Uberaba, una pequeña ciudad de Minas Gerais, en Brasil. Un día normal de aquel año, en aquellas calles fue donde la protagonista de esta pagina vivió un encuentro que transformó por completo su existencia. 

Ella misma recuerda que “lo que inicialmente iba a ser una tarde para ver a su novio jugar fútbol se convirtió en un momento trascendental en el que descubrió el Amor de los amores: Jesús Eucarístico presente en el altar”

El encuentro no pudo ser más fortuito y casi paradójico. Todo comenzó cuando llegaron a la cancha y se encontraron que habían cancelado el juego “porque en ese mismo sitio se iba a realizar un encuentro de la Renovación Carismática Católica”. Por curiosidad, más que nada, se quedaron a ver de qué se trataba y “esa fue la primera vez, de muchas otras” destaca Maristela. 

Moldeada por Jesús

Una cosa llevó a la otra. Ponerse delante de la Eucaristía fue moldeando a esta joven brasileña que “sentía que el Señor le pedía cada vez más”. 

Así que, en relativamente poco tiempo, dejó a su novio, y “pasó de una vida bastante alejada de Dios a una entrega total”.

Hoy, con 36 años de edad, suma ya casi 20 años de consagración dentro del Instituto de las Hijas de la Pobreza del Santísimo Sacramento Toca de Asís. Maristela ha pasado a ser la Hermana Maristela y dedica su vida “a un carisma Eucarístico inspirado por San Francisco de Asís”. 

Su vocación se manifiesta en aliviar el sufrimiento de los desamparados, siendo conscientes de que “solo fortalecidas y amadas por Jesús en el santísimo Sacramento pueden reconocer la presencia divina en los pobres”.

Actualmente, la Hermana Maristela vive en Quito, donde está de misión. Su jornada diaria se desarrolla entre “ratos de oración delante del Santísimo Sacramento y el trabajo para los hermanitos más necesitados. Se les prepara el desayuno, y el almuerzo”. 

A la búsqueda de los más necesitados

Una vez por semana, la Hermana Maristela sale por las noches, junto con las demás religiosas para buscar a los más necesitados y atenderles en los lugares donde pernoctan. A lo largo de los años han encontrado casi todos los sitios del Centro Histórico de Quito, donde los conocidos como “sin techo”, duermen al descampado. 

Además, una vez al mes tienen un “día especial, donde les reciben en su casa. Ahí se les cambian la ropa, les ofrecen ducha caliente y pueden tomar una comida mejor presentada. Aprovechan para cortarles las uñas y el pelo. Varios voluntarios conversan con ellos o hacen juegos de mesa. Es algo muy bonito, les devuelven la dignidad”. 

La Hermana Maristela sostiene que “ahora, para mi, la esencia de mi existencia se encuentra en el significado de donarme”. Busca, en cada día de su vida, expresar lo que significa donarse por completo “al Cristo que está más cerca de todos nosotros”. Para ella, la entrega total es “un acto de amor y servicio a los demás, reflejando la misericordia que recibe diariamente al encontrarse con Jesús en la Eucaristía”. La Hermana Maristela teje su legado con hilos de generosidad, compasión y amor, inspirando a quienes la conocen a seguir el camino de la entrega desinteresada por el bien de los demás y, sobre todo, por el amor a Jesús Eucarístico.

Vaticano

«El bautismo es un nuevo cumpleaños», explica el Papa Francisco

El 7 de enero de 2024 la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo del Señor. En sus mensajes del Ángelus y de la Misa, el Papa Francisco ha resaltado que Cristo “quiere estar cerca de los pecadores”.

Paloma López Campos·7 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia católica celebra el domingo 7 de enero el Bautismo del Señor. Como es habitual en esta fiesta, el Papa Francisco bautizó por la mañana a los niños de algunos trabajadores del Vaticano.

El Santo Padre dijo durante la homilía que los pequeños que se bautizan reciben “el regalo más hermoso, el regalo de la fe, el regalo del Señor”. Sin embargo, recalcó que los niños también hacen un regalo a aquellos que les acompañan durante la ceremonia. Los recién bautizados, explicó Francisco, testimonian cómo debe recibirse la fe: “con inocencia, con apertura de corazón”.

Hijos de Dios por el bautismo

Pocas horas después, el Papa rezó el Ángelus con los reunidos en la plaza de San Pedro. Allí comenzó su mensaje sobre la fiesta de este domingo diciendo que el Bautismo de Cristo nos “muestra que quiere estar cerca de los pecadores”.

El Santo Padre señaló la gran fiesta que es para todos nosotros el día de nuestro bautismo. En ese momento, “Dios entra en nosotros, purifica, sana nuestro corazón, nos hace hijos suyos para siempre”. Todavía más. Francisco dijo que, a través de este sacramento, “Dios se hace íntimo a nosotros y ya no se va”.

El Papa animó a los católicos a tener presente la fecha de su bautismo, a dar las gracias a los padres por acercar la fe a los hijos y a los padrinos por cuidar de ella. También invitó a todos a “festejar el propio bautismo”, pues en esencia es “un nuevo cumpleaños”.

Por último, el Pontífice planteó dos preguntas para que cada uno las reflexione:

-”¿Soy consciente del inmenso don que llevo en mí por el bautismo?”

-”¿Reconozco en mi vida la luz de la presencia de Dios, que me ve como su hijo amado, como a su hija amada?”

Navidad para las comunidades del Oriente

Después del Ángelus, el Papa Francisco pidió oraciones por los niños recién bautizados en el Vaticano y el mundo. Asimismo, recordó a las personas secuestradas en Colombia y a los afectados por inundaciones en la República Democrática del Congo.

El Santo Padre saludó a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, “especialmente a los chicos de la parroquia del ‘Santissimo Crocifisso’ de Roma, al grupo ‘scout’ Milano 35 y a la asociación ‘Totus Tuus’ de Potenza”.

Además, el Papa deseó a las comunidades eclesiales de Oriente “luz, caridad y paz”, pues celebran hoy la santa Navidad, ya que siguen el calendario juliano.

El Papa Francisco saluda a las personas congregadas en la plaza de San Pedro para rezar el Ángelus el 7 de enero de 2024 (CNS photo/Vatican Media)
Vaticano

Las monjas que van a residir en el «Mater Ecclesiae» llegan al Vaticano

El monasterio "Mater Ecclesiae" vuelve a ser la residencia de una orden contemplativa. Se trata de una rama separada de la Orden Benedictina de la Abadía de Santa Escolástica de Victoria, en Argentina.

Giovanni Tridente·7 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con el comienzo del nuevo año, el monasterio «Mater Ecclesiae», en los Jardines Vaticanos, vuelve a ser la residencia de una orden contemplativa, de una rama separada de las monjas de la Orden Benedictina de la Abadía de Santa Escolástica de Victoria, en la provincia de Buenos Aires (diócesis de San Isidro), en Argentina.

Ha sido el propio Papa Francisco quien ha querido en el Vaticano a la pequeña comunidad de seis monjas, que se instaló el pasado 3 de enero. Recibió a las monjas el presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, organismo al que el pontífice ha confiado la gestión de todos los asuntos relativos al monasterio.

Hasta el 31 de diciembre de 2022, como se recordará, el «Mater Ecclesiae» albergó al Papa emérito Benedicto XVI, que lo había elegido como residencia inmediatamente después de su renuncia, para seguir permaneciendo en el «recinto de Pedro» y rezar por su sucesor.

Sin embargo, el pasado 1 de octubre, a través de una carta el Papa quiso restablecer la costumbre anterior de destinar el monasterio a la vida contemplativa, que se remontaba a 1994 a instancias de San Juan Pablo II. El propósito original, de hecho, era acoger órdenes contemplativas para apoyar al Santo Padre en su solicitud diaria por toda la Iglesia «a través del ministerio de la oración, la adoración, la suya y la reparación, siendo así una presencia orante en silencio y soledad», se explicaba en una nota.

La residencia en el “Mater Ecclesiae”

Según el Estatuto del Monasterio, cada cinco años se alternan distintas órdenes monásticas. De 1994 a 1999 estuvo ocupado por las Clarisas; después, hasta 2004, por las Carmelitas Descalzas; de 2004 a 2009 por las Benedictinas, y hasta 2012 -antes de la entrada de Benedicto XVI- por las monjas de la Visitación.

El monasterio “Mater Ecclesiae” se encuentra a sólo unos cientos de metros de la casa Santa Marta y está dividido en dos partes: una capilla de dos plantas al oeste y las dependencias monásticas con 12 celdas en cuatro niveles. También hay un huerto junto al monasterio.

Por su parte, la Abadía de Santa Escolástica, de donde vienen las nuevas 6 residentes de la última casa de Benedicto XVI, es un monasterio fundado en 1941 y perteneciente a la Congregación del Cono Sur. Situada en las afueras de Buenos Aires, la comunidad benedictina de culto «quiere ser para todos los habitantes de la ciudad como un faro que con su vida orante y contemplativa, con su alabanza y su trabajo, ilumine el camino de los hombres y acompañe sus pasos a veces febriles y agitados, sus grandes interrogantes y sufrimientos, sus trabajos y fatigas, sus anhelos y esperanzas», tal como reza su página web.

A partir de ahora, al menos durante los próximos cinco años, estas monjas acompañarán las fatigas y todos los anhelos de esperanza del Sucesor de los Apóstoles, a pocos metros de la sede donde ejerce su Magisterio.

TribunaGigi Rancilio

Inteligencia artificial, ante el miedo o la indiferencia

La irrupción de la inteligencia artificial en prácticamente todos los aspectos de la vida lleva a cada uno de nosotros a preguntarnos qué posición adoptar ante el cambio de época que resulta de la aplicación extensa de herramienta. 

7 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

«Inteligencia artificial y paz». El tema elegido por el Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2024 encierra tres palabras que han cobrado más actualidad que nunca en el último año. Desde que el mundo conoció ChatGPT en noviembre de 2022, el término inteligencia artificial no sólo se ha vuelto familiar para todos, sino que ha entrado (a veces, vuelto) a formar parte de reflexiones éticas, conferencias, artículos y análisis.

Tras años en los que lo digital se consideraba «sólo cosa de expertos», todos nos hemos dado cuenta de lo profundamente que afecta a la vida de todos. Sin embargo, nunca se habla lo suficiente de la paz. Porque en el mundo, como nos ha recordado repetidamente el Papa Francisco, la tercera guerra mundial hace tiempo que se libra a pedazos. Y en particular dos de sus trozos, Ucrania y Oriente Medio, en Europa los sentimos muy cercanos.

Obviamente -y no por casualidad- el Papa Francisco ha querido poner cerca la inteligencia artificial y la paz para señalarnos un peligro muy real: “las nuevas tecnologías están dotadas de un potencial perturbador y de efectos ambivalentes”. Todos nos hemos dado cuenta ya de ello, especialmente en el último año: “Los notables progresos realizados en el campo de la inteligencia artificial tienen un impacto cada vez más profundo en la actividad humana, en la vida personal y social, en la política y en la economía”.

No todo el mundo lo entiende, pero lo que está ocurriendo en el mundo digital es un doble desafío: por un lado, económico y de poder (quien gestione los grandes sistemas de Inteligencia Artificial gestionará de hecho partes importantes del mundo), y por otro cultural, social y antropológico. Quien crea un sistema de Inteligencia Artificial sabe muy bien que una de las cosas que debe tratar de evitar es entrenar a las máquinas con sus propias ideas preconcebidas, no sólo culturales.

Ya hoy existen sistemas que deforman la realidad y hacen “arraigar la lógica de la violencia y la discriminación (…) a costa de los más frágiles y excluidos”. Si lo pensamos bien, el mundo necesita que el uso de las inteligencias artificiales se haga de forma responsable, “para que estén al servicio de la humanidad y de la protección de nuestra casa común (…). La protección de la dignidad de la persona y el cuidado de una fraternidad verdaderamente abierta a toda la familia humana son condiciones indispensables para que el desarrollo tecnológico contribuya a promover la justicia y la paz en el mundo”.

Es imposible no estar de acuerdo con las palabras del Papa Francisco.Pero es igualmente imposible, después de leerlos, no preguntarse: ¿qué puedo hacer yo a mi pequeña manera para que sean fructíferos? No todos somos expertos en estos temas. Y no todos podemos hacernos oír por quienes tienen que tomar decisiones al respecto. Es más, no es raro que muchos se sientan tan alejados de estas cosas que deleguen «en los expertos» cada razonamiento, cada decisión, cada palabra sobre cuestiones tan complejas.

Desde este punto de vista, los europeos tenemos más suerte que otros pueblos. Tras más de 36 horas de negociaciones, el pasado 9 de diciembre, la Comisión Europea, el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento llegaron a un acuerdo sobre el texto de la llamada AI Act, la ley europea sobre inteligencia artificial. Se trata del primer marco normativo del mundo sobre sistemas de Inteligencia Artificial.

El primer objetivo es garantizar que los sistemas de inteligencia artificial comercializados en Europa y utilizados en la UE sean seguros y respeten los derechos y valores fundamentales de la UE. Para ello se ha ideado un sistema que divide los sistemas de Inteligencia Artificial en función de su riesgo. El máximo se refiere a los sistemas de inteligencia artificial que operan en sectores de utilidad pública y neurálgicos como el agua, el gas, la electricidad, la sanidad, el acceso a la educación, la aplicación de la ley, el control de fronteras, la administración de justicia y los procesos democráticos, así como la contratación.

Los sistemas biométricos de identificación, categorización y reconocimiento de emociones también se consideran de alto riesgo. Lo que ha hecho Europa es un paso importante y que orientará (al menos en parte) la regulación que están debatiendo otras grandes potencias como Estados Unidos. ¿Todo bien, entonces? Sí y no. Porque es cierto que este es uno de los caminos correctos a seguir en el planteamiento de la Inteligencia Artificial, pero no es menos cierto que otras realidades del mundo, orientales, rusas y africanas, sobre todo, parecen empeñadas en salirse de estas reglas.

Porque, como hemos escrito, se trata de un reto económico (que ya mueve billones de dólares) pero también -y sobre todo- de poder. Porque más allá del éxito de chatbots como ChatGPT, ya hay tres mil sistemas en nuestras vidas que utilizan la inteligencia artificial y la están gobernando y, en algunos casos, dirigiendo. En palabras del sociólogo Derrick de Kerckhove, uno de los mayores expertos en cultura digital y nuevos medios, “la IA es poderosa y eficaz en muchísimos campos, desde la medicina a las finanzas, desde el derecho a la guerra. Supera lo humano con el algoritmo y crea una separación radical entre el poder del discurso humano y el poder del discurso hecho de secuencias de cálculos”.

En resumen, el uso de la Inteligencia Artificial nos está cambiando. Cambia nuestra forma de movernos (cada vez somos más perezosos y buscamos atajos fáciles) y hasta cierto punto incluso nuestro razonamiento. Nos empuja hacia un sistema binario, de 0 y 1, de blancos y negros y opuestos, eliminando gradualmente todos los matices intermedios.

Por no hablar de cómo la Inteligencia Artificial puede empujarnos en una determinada dirección aprovechando nuestros sesgos cognitivos. Y aquí vuelven con fuerza las palabras del Papa: «las nuevas tecnologías están dotadas de un potencial perturbador y de efectos ambivalentes». Con la Inteligencia Artificial, anunció Bill Gates, “podremos vencer el hambre en el mundo”, mientras que, en muchos hospitales, incluidos los italianos, ya se utiliza para comprender mejor ciertas enfermedades, a fin de tratarlas y prevenirlas con mayor eficacia.

Los ejemplos positivos son numerosos y afectan a casi todos los ámbitos. Incluso en el ámbito católico, hay quien ha intentado educar a los ChatGPt para que puedan crear homilías valiosas. El resultado, en este último caso, ha sido poco más que suficiente pero lo suficientemente bueno como para escandalizar a algunos sacerdotes y hacer reflexionar a algunos fieles sobre cómo muchas homilías dominicales no son, por desgracia, mejores que las de ChatGPT.

Es cierto que hablamos de máquinas, pero quienes las entrenan, piensan y crean, y quienes interactúan con ellas, a través de comandos (los llamados prompts), son personas.

Al final, hay dos pequeñas verdades que debemos tener siempre presentes cuando leemos y hablamos de inteligencia artificial. La primera es que las cosas cambian tan deprisa en este campo que cada vez lo que escribimos corre el riesgo, al menos en parte, de verse superado por los hechos. La segunda es que cada uno de nosotros, incluso los que admiten saber muy poco, aborda el tema con su propia idea en mente.

Una idea preconcebida que es también el resultado de los libros que hemos leído, las películas y las series de televisión que hemos visto: de las novelas de Asimov a las reflexiones de Luciano Floridi, de 2001: Una odisea del espacio y Terminator a los últimos episodios de Black Mirror. Y cada vez, nuestro mayor temor es siempre el mismo: convertirnos en esclavos de las máquinas y/o llegar a ser como máquinas, renunciando a nuestra humanidad en cualquiera de los dos casos.

Al fin y al cabo. si el mundo no descubrió la existencia de la inteligencia artificial hasta noviembre de 2022, se lo debemos a que la llegada del ChatGPT nos ha mostrado la existencia de una máquina que hace (aunque sería mejor decir: nos engaña para que hagamos) cosas que hasta hace poco eran prerrogativa sólo de los hombres. A saber, escribir, dibujar, crear arte y dialogar. Por eso, cada vez que ChatGPT u otra IA comete un error, se nos dibuja una sonrisa en la cara y respiramos hondo. Es señal de que, por un tiempo todavía, estaremos a salvo.

En el otro lado, ya hay quien está creando armamento comandado por inteligencia artificial. Auténticas máquinas de guerra que sólo saben matar y no tienen culpa. Más aún: precisamente porque parecen actuar de forma autónoma, borran el sentimiento de culpa en quienes las crearon y en quienes las pusieron en el campo de batalla. Como si dijeran: no he sido yo quien ha matado, ha sido la máquina. Por tanto, la culpa es sólo suya.

Nadie sabe exactamente qué futuro nos espera, pero no pasa un día sin que alguien haga anuncios que suenan ominosos. Uno de los últimos se refiere a la Agi, o inteligencia general artificial. Se trata de la próxima evolución de la inteligencia artificial. Según Masayoshi Son, consejero delegado de SoftBank y gran experto en tecnología, “llegará dentro de diez años y será al menos diez veces más inteligente que la suma total de toda la inteligencia humana”. La confirmación también parece venir de Open AI, creadora de ChatGPT.

La empresa ha anunciado que está formando un equipo dedicado a gestionar los riesgos asociados al posible desarrollo de una inteligencia artificial capaz de cruzar el umbral de lo aceptable y convertirse en «superinteligente». Si cree que estas fronteras son ciencia ficción, debe saber que un grupo de científicos de la Universidad John Hopkins se ha preguntado: ¿y si en lugar de intentar que la inteligencia artificial se parezca a la humana, hiciéramos lo contrario, es decir, transformáramos partes del cerebro humano como base de los ordenadores del futuro?

Esta técnica se denomina inteligencia organoide (IO) y utiliza cultivos tridimensionales de células neuronales obtenidas en el laboratorio a partir de células madre. Porque si bien es cierto que las inteligencias artificiales procesan datos y números mucho más rápido que los humanos, nuestros cerebros siguen siendo muy superiores a la hora de tomar decisiones complejas y basadas en la lógica.

Y aquí volvemos a la pregunta planteada hace muchas líneas: ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros ante todo esto? En primer lugar, tomar conciencia de que el ciudadano de los años 2000 y el cristiano de los años 2000 deben interesarse por estos cambios. Sin alarmismo, pero con la conciencia de que estamos ante cambios de época.

El autorGigi Rancilio

Periodista de “Avvenire”

Vaticano

Aprender de los niños: día mundial de la infancia

Durante el Ángelus de la fiesta de la Inmaculada Concepción, el Papa anunció que la primera Jornada Mundial de la Infancia se celebrará en Roma del 25 al 26 de mayo de 2024.

Jennifer Elizabeth Terranova·7 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En diciembre de 2023, en el Ángelus de la fiesta de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco anunció que la primera Jornada Mundial de la Infancia se celebrará en Roma del 25 al 26 de mayo de 2024.

El Dicasterio de Cultura y Educación patrocinó la iniciativa y los organizadores prevén que «miles de niños y niñas» de todo el mundo y los pequeños discípulos fieles de Jesús se reunirán en Roma en su primer día oficial.

Sin duda es inspirador y una buena noticia oír hablar del próximo Día Mundial de la Infancia, especialmente en un momento en que vivimos en un mundo en el que nos deshacemos de los niños como si fueran inhumanos. Por ejemplo, hoy en día, hemos normalizado, aceptado y, en algunos círculos, fomentado los abortos muy tardíos. Además, nos quedamos intencionadamente sin hijos, sin ver la vocación de la maternidad como un don precioso.

Además, en muchas ciudades estadounidenses, los niños se matan entre sí y las calles son un baño de sangre. Parece que no hay ningún lugar donde huir o esconderse, y puede parecer una guerra contra los niños, como lo fue una vez cuando el rey Herodes ejecutaba a los niños. La primera lectura de la fiesta de los Santos Inocentes dice: «De Egipto llamé a mi hijo». Nuestro Señor amenazó tanto al rey Herodes que masacró a innumerables niños. Si hubiera visto la alegría y las lecciones que los niños aportan a todos, nuestra Sagrada Familia no habría tenido que huir. Y todo lo que tenemos que hacer es pasar sólo unos momentos con un niño, y nos encontraremos con los mayores tesoros de Dios.

Aprender de los niños

No hace mucho, el 6 de noviembre, el Santo Padre recibió en audiencia en el Aula Pablo VI a niños procedentes de 84 países. El evento «Los niños conocen al Papa» fue organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación con el tema: «Aprendamos de los niños y de las niñas».

Los niños dieron una calurosa bienvenida al Papa Francisco y, a su entrada, fue recibido por «niños representantes de los cinco continentes, de Siria, Ucrania, Benín, Guatemala y Australia». El Santo Padre respondió a las preguntas preparadas por catorce niños de diversas nacionalidades. Algunas de las preguntas planteadas fueron: ¿con qué sueña por la noche? ¿Puede explicarnos cómo se hace la paz? En su opinión, ¿por qué matan a los niños durante las guerras y nadie los defiende? ¿Qué es lo más importante que ha vivido en su vida? El Papa respondió amablemente a todas ellas.

En su discurso, agradeció a todos su asistencia, tanto a los niños como a sus acompañantes; además, extendió su gratitud al Dicasterio de Cultura y Educación por sus esfuerzos, así como a los organizadores y asociaciones por «darnos esta gran alegría de estar aquí». También declaró que el «tema de nuestro encuentro es «Aprendamos de los niños y las niñas», y dijo que comprendía si a alguien le parecía «un título extraño». ¿No son los niños los que necesitan aprender? Pero Su Santidad aprovechó la ocasión para deleitarse con los dones de los hijos de Dios.

La alegría de la infancia

El Papa compartió sus sentimientos de alegría cuando tuvo la oportunidad de conocer a los niños porque aprendió de ellos y porque dijo: «¡Me recordáis lo hermosa que es la vida en su sencillez, y lo hermoso que es estar juntos!» Y continuó: “Lo veo en vuestros ojos vivos y en vuestras sonrisas; lo oigo en vuestras voces chillonas, en las canciones que habéis cantado y en los estallidos de alegría que vibran por toda esta sala. Estos son los vítores con los que queremos llenar el mundo, no los de las bombas, sino los de vuestra alegría y vuestra risa alegre…».

El mensaje llega en un momento de guerra en Tierra Santa y Ucrania, y en otros lugares donde con tanta frecuencia los niños se ven desplazados y son testigos de una violencia abyecta. El Papa también recordó a los niños y a los asistentes que «Jesús nos ha dado a nosotros, la inmensa familia de la Iglesia, abierta a todos los niños del mundo. Porque así debe ser: dondequiera que vayan, todos los niños de este mundo deben sentirse siempre en casa, siempre acogidos con tanto amor…».

Si abrimos los ojos y los oídos, escucharemos los mensajes de Dios a través de los labios y las acciones de sus angelitos en la tierra. Una niña hispanohablante se hizo viral por su homenaje a Jesús en las redes sociales. En él, sostiene un cómic en sus manos y lo lanza y denuncia a los tradicionales «superhéroes» y sus disfraces y «bombas» y dice: «Hay una buena noticia, el cómic definitivo, el mejor superhéroe del mundo es este bebé enviado del cielo para salvarnos a todos… digo Jesusito… Jesusito porque es humilde». Quizá debería formar parte del comité del Día Mundial de la Infancia.

La idea de un día dedicado a los niños fue sugerida al Papa en julio por un niño llamado Alessandro. ¡Qué niño más listo!

Vaticano

“Adorar a Jesús no es perder el tiempo”, dice el Papa en la Epifanía

En la Epifanía del Señor, los Magos nos enseñan a “tener la vista fija en el cielo”, en el camino de la vida, de la fe, en la Iglesia, para “no dividirnos según nuestras ideas” y “abandonar las ideologías”, y abrirnos a la esperanza, ha manifestado el Papa Francisco citando a Benedicto XVI. En el Ángelus, ha subrayado que “adorar a Jesús en la Eucaristía no es perder el tiempo”.

Francisco Otamendi·6 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

La Epifanía del Señor ha tenido su epicentro esta mañana en la basílica de San Pedro, con una misa presidida por el Santo Padre, y concelebrada por el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, junto a otros purpurados.

Han asistido a la celebración numerosos cardenales, obispos y altos eclesiásticos, sacerdotes, y fieles laicos. También se encontraban las seis religiosas argentinas, benedictinas, que forman ya la comunidad monástica del monasterio Mater Ecclesiae, en el que residió el Papa emérito Benedicto XVI durante estos años, hasta su fallecimiento.

Imagen de los pueblos

“Los Magos emprenden un viaje en busca del Rey que ha nacido. Ellos son imagen de los pueblos en camino en busca de Dios, de los extranjeros que ahora son conducidos al monte del Señor, de los lejanos que ahora pueden oír el anuncio de la salvación, de todos los que están extraviados y sienten la llamada de una voz amiga”, ha comenzado señalando el Papa en la homilía, siguiendo al profeta Isaías. “Porque ahora, en la carne del Niño de Belén, la gloria del Señor se ha revelado a todas las gentes, y “todo hombre verá la salvación de Dios”.

 “Observemos a estos sabios que vienen de Oriente y detengámonos en tres aspectos: ellos tienen los ojos fijos en el cielo, los pies sobre la tierra, el corazón postrado en adoración”, ha señalado el Papa.

Los ojos fijos en el cielo

“Los Magos tienen los ojos fijos en el cielo. Ellos levantan la cabeza para esperar una luz que ilumine el sentido de su vida, una salvación que viene de lo alto.  Y así ven surgir una estrella, la más luminosa de todas, que los atrae y los pone en camino. Esta es la clave que revela el verdadero significado de nuestra existencia: si vivimos encerrados en el estrecho perímetro de las cosas terrenales (…), nuestra vida se apaga”, ha meditado Francisco. 

“¡Hermanos y hermanas, los ojos fijos en el cielo!”. ha alentado. “Necesitamos tener la mirada levantada hacia lo alto, también para aprender a ver la realidad desde arriba”. 

En particular, el Pontífice ha marcado tres ámbitos en los que necesitamos al Señor. En primer lugar, “lo necesitamos en el camino de la vida, para hacernos acompañar de la amistad del Señor, de su amor que nos sostiene, de la luz de su Palabra que nos guía como estrella en la noche·. 

“Lo necesitamos en el camino de la fe, para que no se reduzca a un conjunto de prácticas religiosas o a un hábito exterior, sino que se convierta en un fuego que nos quema por dentro y nos hace buscadores apasionados del rostro del Señor y testigos de su Evangelio.

“Lo necesitamos en la Iglesia”

Y en tercer término, “lo necesitamos en la Iglesia, donde, en lugar de dividirnos según nuestras ideas, estamos llamados a poner a Dios en el centro. lo necesitamos para abandonar la ideologías en la Iglesia”. “Ideologías eclesiásticas no, vocación eclesial, sí”, ha añadido fuera del texto escrito. 

“Él, y no nuestras ideas o nuestros planes. Recomencemos desde Dios, busquemos en Él la valentía para no detenernos ante las dificultades, la fuerza para superar los obstáculos, la alegría para vivir en la comunión y en la concordia”, ha proseguido. 

Dios nos abre a una esperanza grande

Los Magos nos enseñan que “el encuentro con Dios nos abre a una esperanza más grande, que nos hace cambiar estilo de vida y nos hace transformar el mundo”, ha considerado el Santo Padre más adelante.

Francisco ha citado en este punto a Benedicto XVI: “Si falta la verdadera esperanza, se busca la felicidad en la embriaguez, en lo superfluo, en los excesos, y los hombres se arruinan a sí mismos y al mundo. […] Por esto, hacen falta hombres que alimenten una gran esperanza y posean por ello una gran valentía. La valentía de los Magos, que emprendieron un largo viaje siguiendo una estrella, y que supieron arrodillarse ante un Niño y ofrecerle sus dones preciosos (Benedicto XVI, Homilía, 6 enero 2008)”.

Adoración: el gusto por la oración

Por último, los Magos tienen el corazón postrado en adoración, ha afirmado el Papa. “Un rey que vino a servirnos, un Dios que se hizo hombre, que tiene compasión de nosotros, sufre con nosotros y muere por nosotros. Ante este misterio, estamos llamados a inclinar el corazón y doblar las rodillas para adorar: adorar al Dios que viene en la pequeñez, que habita la normalidad de nuestras casas, que muere por amor”, ha subrayado.

“Redescubramos el gusto de la oración de adoración”, ha instado a los fieles. “Reconozcamos a Jesús como nuestro Dios y Señor y ofrezcámosle los dones que tenemos, pero sobre todo el don que somos, nosotros mismos”. “Falta la oración entre nosotros”, ha comentado, también fuera del texto previsto. “Que el Señor nos dé la gracia de saber adorar”, ha concluido el Papa.

En el Ángelus

Posteriormente, a las doce del mediodía, el Papa ha rezado la oración mariana del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, y ha ampliado a los fieles sus consideraciones sobre la fiesta de la Epifanía.

Por ejemplo, ha recordado que “hoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir, su manifestación a todos los pueblos, representada por los Magos”, que “tras dejarse interpelar por la aparición de una estrella, se ponen en camino y llegan a Belén. Allí encuentran a Jesús, “con María, su madre”, se postran y le ofrecen “oro, incienso y mirra”.

“Adorar a Jesús en la Eucaristía es dar sentido al tiempo”

“En el Niño Jesús, vemos a Dios hecho hombre. Por eso, contemplémosle, maravillémonos de su humildad. Contemplar a Jesús, estar ante Él, adorarlo en la Eucaristía: no es perder el tiempo, sino darle sentido al tiempo; es encontrar el rumbo de la vida en la sencillez de un silencio que alimenta el corazón. Pongámonos también nosotros ante el Niño, detengámonos ante el pesebre”.

Y también encontramos tiempo para mirar a los niños, a los pequeños que también nos hablan de Jesús, con su confianza, su inmediatez, su asombro, su sana curiosidad, su capacidad de llorar y reír espontáneamente, de soñar. Dios es así: niño, confiado, sencillo, amante de la vida (cf. Sb 11,26), soñador: se hizo carne y le encanta compartir con nosotros el misterio de la vida, hecho de lágrimas y sonrisas. 

Jugar con los hijos, como hacen los abuelos

“Detengámonos, pues, a hablar, jugar y reír con nuestros hijos; ¡con paciencia, como saben hacerlo los abuelos! Escuchemos lo que nos dicen y lo que Dios nos dice a través de ellos. Si nos ponemos delante del Niño Jesús y en compañía de los niños, aprenderemos a asombrarnos y partiremos más sencillos y mejores, como los Reyes Magos. Y sabremos

tener miradas nuevas y creativas ante los problemas del mundo”.

“Que María, Madre de Dios y nuestra, aumente nuestro amor al Niño Jesús y a todos los niños, especialmente a los probados por las guerras y la injusticia”, ha rezado.

Oración por la paz, Infancia Misionera

Tras el rezo del Ángelus, Francisco ha mencionado que se cumplen 60 años del encuentro en Jerusalén entre san Pablo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras, con el objetivo de orar juntos, de caminar juntos, de tener un gesto de unidad.

Pidamos por la paz en Medio Oriente, en Palestina, en Israel, en Ucrania  y en todo el mundo, ha alentado el Papa, que ha manifestado su cercanía a las víctimas y familiares de las explosiones en Irán.

El Santo Padre ha recordado la Jornada de la Infancia Misionera, y ha mencionado a los niños de todo el mundo que se implican en la difusión del Evangelio.

El autorFrancisco Otamendi

Recursos

Los reyes magos nos enseñan que «vale la pena»

El ejemplo de los tres reyes magos puede servirnos de guía para comprender que cualquier esfuerzo hecho por acercarnos a quien piensa o vive de modo distinto vale la pena.

Héctor Razo·6 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La solemnidad de la Epifanía que los católicos celebramos año con año nos sumerge en la escena evangélica donde tres sabios de Oriente llegan a la gruta de Belén para adorar al Rey de los judíos.

Sabemos bien que estos tres magos emprendieron su viaje a raíz de la aparición de una Estrella. No una estrella común, sino una que, con su especial resplandor, anunciaba al universo entero el nacimiento del Mesías, el Emmanuel, el Salvador.

Los viajes de ese entonces eran muy distintos de los que realizamos ahora. No sólo por la lentitud con la que se hacían –que imagino era una razón que solía ponerse siempre en consideración–, sino también porque cualquier viaje largo llevaba consigo una serie de incomodidades –andar kilómetros encima de un camello, de un caballo y de un elefante no debe ser fácil– y una cantidad considerable de peligros a los que enfrentarse –y más si se llevaba consigo unos regalos tan codiciados como el oro, el incienso y la mirra–. No obstante todo, si Melchor, Gaspar y Baltasar decidieron ponerse en camino, era porque sabían que valía la pena encontrarse con ese Niño.

El ejemplo de estos tres reyes magos puede servirnos de guía –a nosotros, pobres habitantes de una sociedad cada vez más polarizada– para comprender que cualquier esfuerzo hecho por acercarnos a quien piensa o vive de modo distinto a como nosotros pensamos y vivimos vale la pena.

Riqueza en el encuentro

Hace algunos años un filósofo mexicano escribía que el legado de la lucha marxista había sido la instauración de una concepción del mundo según la cual todo aquel que pensaba diverso a como uno lo hacía no eran simplemente personas con puntos de vista diferentes sino enemigos a vencer. Nada más erróneo, pues hoy sabemos –y quizá antes también se sabía, pero prefería ignorarse– que cuando el hombre –por esa capacidad de expansión infinita propia de la naturaleza humana– entra en contacto con alguien que mira el mundo con otros ojos, ambos quedan enriquecidos; sin que ello, evidentemente, implique unanimidad de opiniones. Y es que, no podemos perder de vista que una misma realidad, dependiendo del ángulo desde el cual se observe, es cóncava o convexa.

El ejemplo de los Reyes Magos

Pidámosle al Rey de los judíos que, ante este año que comienza –que al ser un año electoral en México no estará exento de polarización–, nuestra actitud vital no sea de lucha y disputa, sino de comprensión y diálogo.

Por último, no perdamos de vista que, aunque ayuda, el mundo no cambia cuando cambian las estructuras. El mundo cambia cuando cada uno de nosotros se decide a cambiar personalmente.

El autorHéctor Razo

Cultura

Peregrinar a Alemania: la catedral de Aquisgrán

Una de las grandes empresas llevadas a cabo por Carlomagno fue la construcción de la capilla palatina (“Pfalzkapelle”), precursora de la actual Catedral de Aquisgrán.

José M. García Pelegrín·6 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Urbs Aquensis, urbs regalis, regni sedes principalis, prima regum curia“. “Ciudad de Aquisgrán, ciudad real, sede principal del reino, primera corte de los reyes”. Así comienza el himno compuesto en 1165 para la canonización de Carlomagno, que todavía hoy se entona en celebraciones tanto profanas como litúrgicas.

Aquisgrán, sede real

El “Himno de Aquisgrán” resalta la importancia significativa que tuvo esta ciudad, especialmente durante la época de Carlomagno, a finales del siglo VIII y principios del IX.

En aquel entonces, el reino franco (anterior al alemán) no tenía una capital fija, siendo una monarquía itinerante para mantener proximidad con los vasallos. El rey y su séquito se trasladaba de un “Pfalz” (palacio real) al siguiente; el tiempo que pasaba en uno u otro variaba mucho. 

Aquisgrán se destacó como lugar de residencia, no solo por su ubicación geopolítica, sino también por la preferencia personal de Carlomagno, quien, afectado por la gota, encontraba alivio en las aguas termales con propiedades medicinales desde la época romana.

El nombre “Aquae Granni” o “Aquisgrani”, del cual derivan tanto la denominación española como la italiana de la ciudad, hace referencia a las aguas termales asociadas al dios celta “Grannus”. El nombre alemán «Aachen» o el neerlandés «Aken» también aluden a las aguas termales.

El renacimiento carolingio

Candelero de Barbarroja

La construcción del “Pfalz” de Aquisgrán comenzó con Pipino el Breve, rey franco desde 751 y padre de Carlomagno (747/748-814). Sin embargo, fue este último quien le dio el impulso decisivo al convertirlo en su residencia invernal ya desde el primero de su reinado en 768. 

Desde 777, la “curia” real albergó a destacados eruditos de toda Europa (Alcuino, Paulino II de Aquilea, Paulus Diaconus, Teodulfo de Orleans). Se convirtió en un centro de erudición latina (teología, historiografía, poesía), a lo que contribuyó muy particularmente la nueva escritura, la denominada letra “minúscula carolingia”, y la inspiración se extendió desde allí a todo el Imperio franco. Da comienzo así el denominado “renacimiento carolingio”, tras décadas de declive cultural.

Capilla palatina de Aquisgrán

Una de las grandes empresas llevadas a cabo por Carlomagno fue la construcción de la capilla palatina (“Pfalzkapelle”), precursora de la actual Catedral de Aquisgrán.

El edificio octogonal, erigido entre los años 795 y 803, tomó como modelo las iglesias bizantinas, en especial San Vitale de Ravena. 

Construido sobre los restos de un complejo termal romano, utilizó materiales de construcción provenientes de diversas partes del Imperio franco, incluyendo “espolios” como antiguas columnas y otros materiales de construcción romanos.

El octógono interior está rodeado por una construcción hexadecagonal (polígono de 16 lados), coronado por una imponente cúpula.

Con sus 31,40 metros de altura, la capilla no sólo no tenía parangón al norte de los Alpes; pasarían más de 200 años para que se construyera un edificio similar.

La relación 1:1 entre altura y anchura de la construcción central alude a la armonía de la Jerusalén celestial: “la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales”(Ap 21, 16).

La capilla palatina será el lugar de coronación de los reyes alemanes entre 936 y 1531. Más que la entrega de la corona y demás insignias imperiales, el acto constitutivo es la entronización en el trono de Carlomagno.

Especialmente en los primeros siglos, hasta que con la “Querella de las investiduras” (1075-1122) se logra la división entre “trono” y “altar” –uno de los hitos más significativos de la cultura occidental, considerado por algunos como su hecho fundacional–, la coronación/entronización tiene un carácter sacro.

Según uno de los “ordines” de coronación más antiguos, utilizado para los Otones en el siglo X, el rey era aclamado con las palabras “Tu es Melchisedech”, el paradigma de la unión personal entre rey y sacerdote.

En la Misa de coronación, el rey leía el Evangelio y utilizaba la mitra episcopal. Por este motivo, Enrique II mandó construir, entre 1002 y 1014, el púlpito revestido de oro, piedras preciosas y marfiles, uno de los tesoros más espléndidos del arte otoniano, y más preciados de la actual catedral, junto al altar con el frente (“Pala d’oro”) del siglo IX y al “candelero de Barbarroja”, donado por el emperador Federico I “Barbarroja” con ocasión de la canonización de Carlomagno.

Destino de peregrinaciones

Además de ser el lugar del descanso eterno de Carlomagno y de Otón III (fallecido en 1002), la actual catedral de Aquisgrán destaca por ser uno de los más importantes lugares de peregrinación desde la Edad Media.

En Aquisgrán se veneran cuatro reliquias textiles (vestido de la Virgen, pañales del Niño Jesús, perizonium o lienzo de la crucifixión y el paño empleado en la decapitación de San Juan Bautista), que probablemente llegaron a Aquisgrán bajo Carlomagno.

Peregrinación en Aquisgrán. 1622

Los anales imperiales francos cuentan que un legendario tesoro de reliquias fue enviado desde Jerusalén para la consagración de la Capilla Palatina en 799.

Aunque ya se llevaban a cabo peregrinaciones en esa época, experimentaron un gran impulso en el siglo XIII, durante el reinado del emperador Federico II.

La devoción a las reliquias tuvo también repercusiones constructivas. Aunque se exhibían desde la galería de la torre desde 1322, en 1355 se inició la construcción del coro gótico, ya que el edificio carolingio resultaba insuficiente para acoger al gran número de peregrinos que visitaban Aquisgrán. 

Esta construcción se completó en 1414 y tiene dimensiones notables: 25 metros de largo, 13 de ancho y 32 de alto. Su muro exterior, en gran parte dividido por vidrieras, cuenta con 25,55 metros de altura, siendo una de las más altas de estilo gótico en Europa.

Con más de 1.000 metros cuadrados de cristal, se le conoce como la “Casa de Cristal de Aquisgrán”. Simultáneamente, se erigió un conjunto de capillas alrededor del octógono para ofrecer a los peregrinos un espacio de devoción y oración.

Tras la devastadora epidemia de peste que azotó Europa, a partir de 1349, las peregrinaciones se celebran cada siete años. En los siglos XIV y XV, Aquisgrán se convirtió en el tercer destino de peregrinación más importante de Occidente junto con Santiago de Compostela y Roma.

La última estaba programada para 2021, pero debido a las restricciones de la COVID, se pospuso a junio de 2023. No obstante, la próxima peregrinación está planeada para 2028, retomando el ciclo original. 

Dedicación mariana

La dedicación de la Capilla Palatina o Iglesia de la Virgen como catedral es relativamente reciente, ya que Aquisgrán no se convirtió en sede episcopal hasta el siglo XIX. Hasta entonces estuvo bajo la jurisdicción de la diócesis de Maastricht/Lieja o la de Colonia.

Fue Napoleón quien designó a Aquisgrán como sede episcopal de la diócesis que fundó en 1802 para los nuevos departamentos de Roer y Rhin et Moselle. Sin embargo, en 1821, la diócesis fue abolida mediante la bula papal “De salute animarum” e incorporada al arzobispado de Colonia.

El restablecimiento de la diócesis de Aquisgrán no se llevaría a cabo hasta el 13 de agosto de 1930, por decisión del papa Pío XI. Joseph Vogt se convirtió en el primer obispo de la diócesis después de su elección en diciembre de 1930. Desde septiembre de 2016 ocupa la sede episcopal Helmut Dieser, hasta entonces obispo auxiliar de Tréveris.

La actual Catedral de Aquisgrán fue reconocida Patrimonio de la Humanidad en septiembre de 1978, durante la segunda sesión del comité de la UNESCO.

Evangelización

Sed de Dios, riqueza de la juventud

La juventud es "futuro de la Iglesia" y "antorcha de esperanza". Así lo indican los Papas y se demuestra a través de las múltiples iniciativas por y para jóvenes que trabajan por todo el mundo para llevar a los demás la fe y el amor de Cristo.

Paloma López Campos·5 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

“La juventud por sí misma es una riqueza singular del hombre, de una muchacha o de un muchacho”, dijo san Juan Pablo en su carta apostólica “Dilecti Amici”, dirigida a los jóvenes de todo el mundo.

En 1985 el Papa polaco se dirigió a las generaciones de menor edad para recordarles su papel privilegiado en la Iglesia. “Vuestra juventud no es solo algo vuestro, algo personal o de una generación, sino algo que pertenece al conjunto de ese espacio que cada hombre recorre en el itinerario de su vida, y es a la vez ‘un bien especial de todos’. Un bien de la humanidad misma”.

San Juan Pablo II recordó que la juventud es un tesoro, “es la riqueza de descubrir y a la vez de programar, de elegir, de prever y de asumir como algo propio las primeras decisiones”. También “la pregunta sobre el sentido de la vida forma parte de la riqueza particular de la juventud”.

El Papa polaco también expresó que la juventud tiene que ser “crecimiento”, una “acumulación gradual de todo lo que es verdadero, bueno y bello”. Para lograrlo, dijo el Santo Padre, “es de enorme importancia el ‘contacto con el mundo visible, con la naturaleza’”.

Al final de su carta, el santo recordó que “la Iglesia mira a los jóvenes”. Y fue todavía más allá al afirmar que “la Iglesia de manera especial ‘se mira a sí misma en los jóvenes’”. Por lo que animó a todos a reconocer, cuidar y valorar esa responsabilidad.

Sin miedo a amar

Por su parte, el Papa Benedicto XVI también animó a los jóvenes a crecer, diciendo en un mensaje en 2027 que tienen que cultivar sus talentos “no solo para conquistar una posición social, sino también para ayudar a los demás ‘a crecer’”. Así lograrán ser en el mundo entero “testigos de la caridad”.

El Papa alemán invitó a los jóvenes a ser valientes, a “atreverse a amar, a no desear más que un amor fuerte y hermoso, capaz de hacer de toda vuestra vida un gozosa realización del don de vosotros mismos a Dios y a los hermanos, imitando a Aquel que, por medio del amor, ha vencido para siempre el odio y la muerte”. Para lograr ese amor, dijo Benedicto, es esencial “la ayuda indispensable de la gracia divina”. También indicó que “la gran escuela del amor es la Eucaristía”.

Juventud de esperanza

En los últimos años, el Papa Francisco se ha dirigido asimismo a los jóvenes en diversas ocasiones. En su mensaje para la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud quiso alentar la esperanza de las nuevas generaciones. Sin embargo, también admitió la complejidad de la situación actual en el mundo.

Es por eso por lo que con mucho cariño el Santo Padre dijo: “Queridos jóvenes, cuando las espesas nieblas del miedo, la duda y la opresión los rodeen, y no logren ver el sol, sigan el sendero de la oración”.

Francisco animó a los jóvenes a ser “antorchas de esperanza para los demás”. Pero para ello, señaló, la fe tiene que ser “concreta, apegada a la realidad y a las historias de los hermanos y las hermanas”.

Jóvenes iniciativas

Esta fe y esperanza “activas” de la juventud tiene miles de representaciones distintas dentro de la Iglesia católica. Las iniciativas de las nuevas generaciones para llevar la luz de Cristo al mundo se multiplican por todo el globo. Como no se pueden mencionar todas las existentes, aquí hay algunas iniciativas que la juventud de la Iglesia tiene en marcha:

-”Christ in the City”. Los universitarios y jóvenes profesionales salen a las calles en Estados Unidos para cuidar de las personas con pocos recursos. Su principal motivación es crear vínculos de amistad con quienes se encuentren sin hogar.

-”FOCUS”. Apostolado en las universidades por y para los jóvenes.

Hakuna. El conocido grupo de jóvenes entusiasmados con su fe. Es ampliamente conocido por sus canciones.

Por supuesto, también están los cientos de jóvenes que comparten su fe en las redes sociales e internet para ayudar a otros católicos. Por ejemplo:

El padre Casey. Un monje franciscano que sube vídeos a YouTube hablando sobre temas de la Iglesia católica, desde los más polémicos hasta los sencillos.

Grilex. Un rapero famoso que habla de Dios en sus canciones.

Katie Ascough. Una madre irlandesa joven que tiene una plataforma para la formación de católicos.

Parece que, de un modo u otro, la juventud de la Iglesia es consciente de su papel. Están sedientos de Dios y esa es su riqueza.

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Estados Unidos

Las Vegas: la fe católica entre luces de neón

La arquidiócesis de Las Vegas abarca 39,000 millas cuadradas que comprenden cinco condados de Nevada. Tiene una catedral, un santuario, 28 parroquias y cinco misiones.

Gonzalo Meza·5 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Vista desde la estación espacial internacional, Las Vegas es uno de los puntos más iluminados del planeta. En tierra es un océano de luces de neón que iluminan sus calles, hoteles y establecimientos. Por las avenidas del centro transitan las 24 horas del día decenas de automóviles y personas que se trasladan de un sitio a otro caminando entre imponentes hoteles o réplicas de monumentos como la Torre Eiffel, las pirámides de Egipto o los canales de Venecia. Hay extravagantes espectáculos para todos los gustos, desde las artes circenses hasta costosas producciones de Broadway en donde se presentan artistas locales y de talla internacional.

Sin embargo, el rasgo más notable de esta ciudad son sus casinos. «Welcome to Fabulous Las Vegas» anuncia una marquesina que da la bienvenida a la «capital mundial del entretenimiento». Ubicada en el desierto de Nevada, Las Vegas es sinónimo de apuestas y juegos de casinos dentro de suntuosos hoteles. En su interior cientos de personas apuestan decenas o hasta miles de dólares en máquinas tragamonedas, juegos de mesa, póker o ruletas. Tienen la esperanza de ganar, aunque la mayor parte de las veces quedan desilusionados. 

Historia de la ciudad

Los pueblos originarios, particularmente los «paiutes» o «gente del desierto» ya habitaban algunas partes del territorio siglos antes de su fundación. La ciudad de Las Vegas fue fundada en 1905, cuando se abrió una nueva estación de ferrocarril que unía este poblado con el sur de California y Salt Lake City.

Las Vegas fue creciendo paulatinamente, primero con pequeños negocios y ranchos y luego a partir de 1931 en plena depresión económica (la crisis económica de 1929-1933) con la construcción de una presa de agua llamada «Hoover Dam». Este nuevo proyecto atrajo a un flujo considerable de trabajadores a la zona. En esa misma década las leyes de residencia y de divorcio en Nevada se liberalizaron, haciendo más fácil la obtención de la residencia legal en esa localidad.

Al paso de los años y con el aumento de la población fue necesario establecer escuelas, infraestructura y establecimientos que dieran servicios a los nuevos pobladores. Entre dichos servicios estaba el entretenimiento. La primera licencia de juegos se concedió en 1931. Diez años más tarde, en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial se inició la construcción del Campo Aéreo del Ejército de Las Vegas, hoy llamada «Fuerza Aérea de Nellis».

La década de los años cuarenta también marcó la aparición de numerosos complejos temáticos (hoteles-casinos) los cuales se multiplicaron a partir de 1960. La proliferación de dichos establecimientos provocó en décadas posteriores un enorme incremento de la población. Las Vegas pasó de tener 556,000 habitantes en 1985 a casi 3 millones en el año 2022, a esto se unen 38 millones de turistas que tan solo en un año, el 2022, visitaron el lugar. Se espera que el número de visitantes siga aumentando cada año.

La arquidiócesis de Las Vegas

La primera Misa en el territorio de lo que se convertiría en Nevada fue celebrada por el sacerdote franciscano Francisco Garcés en 1776, en el poblado de Laughlin a un lado del Río Colorado. En ese entonces el estado de Nevada formaba parte del Virreinato de la Nueva España (hasta el inicio de la Independencia de México en 1810). Durante 38 años fue parte de la naciente República Mexicana, pero en 1848 el país perdió una parte considerable de su territorio durante la guerra México-Norteamericana. Es por ello que hasta 1840 el territorio de Nevada estaba bajo la jurisdicción eclesiástica de la diócesis de Sonora, luego pasó a la diócesis de Monterey, California. En 1853, ya siendo Nevada territorio estadounidense, quedó bajo la jurisdicción de la arquidiócesis de San Francisco.

Más tarde, en 1886 se establecería el vicariato apostólico de Salt Lake City en el estado de Utah, el cual abarcaba también la futura diócesis de Las Vegas. Fue en 1931 cuando se crea la diócesis de Reno, Nevada con Thomas K. Gorman con su primer obispo. En 1976 adquiere el nombre de «diócesis de Reno-Las Vegas».

En la década de los 90, ante el crecimiento poblacional la Santa Sede separó las diócesis de Reno y Las Vegas y de esa forma se estableció en 1995 la nueva diócesis de Las Vegas. Su primer obispo fue Daniel F. Walsh. Casi 30 años más tarde, el 30 de mayo del 2023 el Papa Francisco elevaba Las Vegas a rango de arquidiócesis, quedando como sufragáneas las diócesis de Reno, Nevada y Salt Lake City, Utah. Mons. George Leo Thomas es el primer Arzobispo, aunque en realidad ya había iniciado su ministerio como Obispo al frente de Las Vegas desde mayo del 2018. 

La arquidiócesis de Las Vegas abarca 39,000 millas cuadradas que comprenden cinco condados de Nevada. Tiene una catedral, un santuario, 28 parroquias y cinco misiones. El conteo oficial de la población católica registrada es de 620,000 (el 26% de la población de Las Vegas) aunque la cifra real es mayor debido a que muchas familias hispanas, estimadas en 200,000 no se registran en sus parroquias. La comunidad hispana representa el 30% de su población, le sigue la asiática con 10%. Además del arzobispo Thomas, Las Vegas cuenta con un obispo auxiliar y uno emérito.

Hasta agosto del 2023 hay un total de 87 sacerdotes, de los cuales 52 están activos, 36 de ellos incardinados, 22 externos y 29 son sacerdotes de órdenes o institutos religiosos. Asimismo, cuenta con unos 32 diáconos permanentes activos, 2 hermanos religiosos y 8 religiosas.

En el territorio hay un hospital católico, con tres sedes; 16 centros de asistencia social y 8 escuelas en donde estudian más de once mil alumnos. Cada año se incorporan a la iglesia miles de miembros. En el 2021, 3,520 niños recibieron el sacramento del bautismo; 1,644 la primera comunión y 1,281 la confirmación. En ese periodo, 419 parejas recibieron el sacramento del matrimonio. Hoy en día estas cifras son mayores pues los datos corresponden al periodo de pandemia.

El 29 de junio del 2023, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, el arzobispo Thomas recibió el palio de manos del Papa Francisco en la basílica de San Pedro en el Vaticano. La ceremonia de imposición del Palio será el 2 de octubre en el santuario del Santísimo Redentor en Las Vegas. Estará presente el Nuncio Apostólico en los EUA, el cardenal Christophe Pierre.»Me siento profundamente honrado» dijo el arzobispo Thomas al recibir el Palio en Roma: «Es el testimonio de la incansable labor y dedicación de nuestros sacerdotes, diáconos y laicos que contribuyen en nuestra comunidad. Su compromiso y arduo trabajo han jugado un papel integral en el crecimiento y transformación de nuestra arquidiócesis» señaló el prelado.

Por su parte, Mons. Gregory W. Gordon, obispo auxiliar de Las Vegas señaló: «Las Vegas ha crecido en población y tamaño desde que nos convertimos en diócesis en 1995. También ha crecido espiritualmente con el aumento de bautismos, vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Y seguimos construyendo nuevas parroquias y dando la bienvenida a los recién ordenados. Este nuevo rango de arquidiócesis refleja ese crecimiento», dijo Mons. Gordon.

Cultura

«Leo» y «Abbé Pierre», las propuestas para ver este mes

Dos historias muy diferentes y para diferentes públicos. Leo, película de animación infantil y el filme Abbé Pierre, sobre la historia del sacerdote francés Henri Groues son las propuestas para ver este mes.

Patricio Sánchez-Jáuregui·5 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Cada mes, recomedamos novedades, clásicos, o contenido audiovisual que aún no has visto de tus plataformas favoritas. Este mes, las recomendaciones se centran en las peripecias de un singular lagarto y una hermosa historia de humanidad y vocación.

Leo

Adam Sandler expande su rango profesional y dramático con una comedia musical animada sobre la vejez, vista a través de los ojos de un lagarto. Leo es una de las mascotas de una clase de niños de primaria, y cuando descubre que sólo le queda un año de vida, planea escapar para experimentar la vida en el exterior. En lugar de eso, queda encadenado, y luego dedicado, a los problemas de los estudiantes.

Animaciones ingeniosas, canciones pegadizas y un excelente trabajo de voz de un elenco liderado por Adam Sandler ayudan a Leo a lograr un buen equilibrio entre lo satírico y lo cariñoso, que construye un mensaje edificante para toda la familia.

Leo

Directores: Robert Marianetti, Robert Smigel, David Wachtenheim
Guión: Robert Smigel, Adam Sandler, Paul Sado
Actores: Adam Sandler, Bill Burr, Cecily Strong
Plataforma: Netflix

Abbé Pierre

Nacido y criado católico, Henri Groues está decidido a convertirse en sacerdote. Comienza la Segunda Guerra Mundial y decide lo contrario: se une a la Resistencia.

Al perder a un amigo en el campo de batalla, enfrentarse a los horrores de la guerra pero a la belleza y la fuerza de la hermandad, Henri Groues emerge como un hombre nuevo: el Abbé Pierre.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 2007, el Abbé Pierre vivirá muchas vidas y afrontará muchas batallas. Fundador de Emaús, luchará por las personas sin hogar y dará voz a los que se quedan sin palabras.

Abbe Pierre es una dramatización comercial de la vida de bellamente elaborada dirigida a un público general, si bien puede pecar de ser café para muy cafeteros.

Abbé Pierre

Director: Frédéric Tellier
Guión: Olivier Gorce, Frédéric Tellier
Actores: Benjamin Lavernhe Emmanuelle Bercot, Michel Vuillermoz
Plataforma: Movistar+
Evangelio

Ponerse a trabajar. Bautismo del Señor (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del Bautismo del Señor (B) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·5 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Por qué es tan importante el Bautismo de Nuestro Señor y por qué la Iglesia nos devuelve al Tiempo Ordinario con esta fiesta? La cuestión es que, al igual que el Bautismo lanzó el ministerio público de Cristo, nuestro bautismo lanzó nuestra misión como cristianos, que debe vivirse en la actividad ordinaria. Fortalecidos cada día por nuestro bautismo, no importa cuántos años hace que tuvo lugar, entramos en nuestra vida ordinaria para anunciar a Dios y su plan salvador.

Como ya se ha dicho, el Bautismo de Cristo es precisamente el lanzamiento de su misión pública. Después de 30 años de vida oculta, se hace público con una demostración espectacular. En el marketing moderno, para lanzar un nuevo producto se invita a invitados especiales y se intenta hacer algo memorable para que la gente vea por qué el producto es tan significativo. Este “lanzamiento” de Cristo supera con creces cualquier acto de marketing humano. Los invitados son las tres personas de la Trinidad: oímos la voz del Padre, el Espíritu Santo desciende en forma de paloma, y lo que se “lanza” no es solo un producto, sino una persona divina, la segunda persona de la Trinidad. La demostración es la apertura del cielo: los cielos se rasgaron, como dice Marcos de forma tan dramática. Y el mensaje no puede ser más claro y dramático: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”.

Durante las últimas semanas hemos visto cómo Dios oculta su gloria y viene a nosotros en debilidad: como un bebé pequeño e indefenso. Pero hoy Dios descorre el velo por un instante, como hará también más tarde en la Transfiguración, para dejarnos entrever su gloria. El Dios todopoderoso, cuyas sandalias no somos dignos de desatar, se pone a nuestro nivel.

Podemos salir a la vida ordinaria conscientes, sí, de nuestra indignidad, pero seguros de que somos hijos predilectos de Dios, y de que Él tiene el poder de derribar todas las barreras que la humanidad ha levantado entre sí y Él. Como hijos de Dios, también nosotros, como escuchamos en la primera lectura, hemos recibido el Espíritu Santo para hacer “justicia a las naciones”, también a través del ejercicio honesto de nuestro trabajo profesional. Echamos de menos la Navidad con todas sus connotaciones de ternura, la dulzura del Niño Dios, la intimidad del establo. Pero igual que el Niño Jesús crece y se lanza a la actividad pública, con todas sus exigencias, así debemos hacerlo nosotros. La vida no puede ser una Navidad perpetua. Es hora de ponerse a trabajar.

La homilía sobre las lecturas del Bautismo del Señor (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Grilex, del vacío a la kénosis

Grilex es un cantante de rap famoso que se ha atrevido a ser diferente, a ir contracorriente y ser libre.

5 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Te invito a conocer a Grilex. Es un cantante de rap famoso y diferente. Él escuchó decir a una jovencita: “quiero que sepas que gracias a una canción tuya no me he suicidado”.

¡Wow!, esto sorprendió al joven músico y definió el rumbo definitivo para sus composiciones.

No siempre fue así. Para firmar con su disquera, en un inicio produjo letras violentas, insolentes, agresivas con las que tuvo gran éxito, pero un vacío existencial reinaba en lo más profundo de su corazón. 

Conoció a una chica con la que sostuvo una conversación profunda y se sintió feliz de platicar así. Al final, ella quiso darle una opinión sobre sus letras, Grilex se mostró muy interesado por supuesto, él esperaba que ella le felicitara sin más, pero la frase que escuchó lo marcó decididamente… Ella dijo:  “qué pena que con el don que tienes, hagas semejante basura”.

Por 7 meses no pudo escribir nada. Se preguntaba lo que estaba haciendo con sus talentos y decidió abrazar la fe (que su amiga le estaba presentando) y dedicar a Dios su trabajo. 

Gracias a ella y a un grupo de chicos que hacen apostolado en España, Grilex tuvo un encuentro verdadero con Dios. Una experiencia única que le permitió experimentar el amor auténtico. Todos estamos sedientos de amor y nuestras ansias son llenadas en plenitud dejándonos abrazar por Nuestro Buen Dios.

El Papa Francisco ha hecho abundantes llamados a los jóvenes para vivir la felicidad al modo de Dios, que es el modo del amor. Escribió para ellos: un mundo mejor se construye gracias también a ti, joven, a tu deseo de cambio y a tu generosidad. No tengan miedo de escuchar al Espíritu Santo sugiriendo opciones audaces, no se demoren cuando su conciencia les pida que se arriesguen a seguir al Maestro. La Iglesia también desea escuchar tu voz, tu sensibilidad, tu fe; incluso tus dudas y críticas. Que se oiga tu grito, que resuene en las comunidades y que llegue a los pastores.

Y publicó en marzo del 2019 una hermosa carta a los jóvenes que se titula “Christus Vivit«, “Vive Cristo, esperanza nuestra”… Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. ¡Él vive y te quiere vivo!

Ustedes los jóvenes son presente y futuro de la humanidad. Ustedes mantendrán viva la fe que la llevarán más que en las palabras, en la piel. Grilex se ha atrevido a ser diferente, a ir contracorriente y ser libre. Después de enterarse de aquella chica que no cometió suicidio por las nuevas letras que componía, él dedicó una nueva canción a esta chica y a todos aquellos que pudieran tener ideación suicida, jóvenes que se encuentran profundamente tristes, con baja autoestima, con problemas de anorexia o de cualquier otro tipo por nos sentirse amados y aceptados. Sólo Dios tiene las respuestas que están necesitando los jóvenes de hoy. Las cartas de gratitud que recibe son abundantes.

A ustedes les toca llevar la esencia del Evangelio con el lenguaje del siglo XXI. Grilex nos convoca a no tener miedo de ser héroes del amor.

Conócelo e inspírate con su testimonio. Conviértete también en luz para otros jóvenes de hoy.

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Vaticano

Doctrina de la Fe aclara ciertos puntos de Fiducia suplicans

El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha emitido un comunicado de prensa para aclarar diversas cuestiones sobre la Declaración Fiducia Supplicans.

Maria José Atienza·4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Apenas dos semanas después de la publicación de Fiducia suplicans, sobre las bendiciones a parejas en situación irregular y del mismo sexo, Mons. Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha hecho público un comunicado de prensa por el que pretende aclarar diversos problemas suscitados en la recepción del documento.

El 18 de diciembre de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe hacía pública la Declaración Fiducia suplicans, que abría la puerta a “la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo”, en determinadas condiciones.

En la declaración se subrayaba que se trata de un documento de carácter pastoral y no doctrinal, y recordaba la doctrina sobre el matrimonio como “unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos” y sobre la sexualidad, reiterando que se trata de una enseñanza inalterada. Sin embargo, tanto la redacción algo enrevesada del documento como la novedad que introducía al permitir bendiciones no rituales a parejas en situación irregular o del mismo sexo han abierto la puerta a interpretaciones muy dispares, lo que ha llevado a una situación de desconcierto en no pocos lugares.

Reacciones opuestas

En este sentido, en efecto, las reacciones han sido muy diversas. Obispos como Georg Batzing, presidente de la Conferencia episcopal alemana, se mostraban satisfechos con este documento y agradecían “la perspectiva pastoral que aporta”. Conviene recordar el particular contexto de la Iglesia en Alemania, donde diversos grupos han reclamado y puesto en práctica bendiciones públicas de parejas homosexuales.

Esta actitud positiva hacia el documento fue también la del presidente de los obispos argentinos, Mons. Oscar Ojea, que señalaba que “vivir en situación irregular o realizar una unión homosexual no oscurece muchos aspectos de la vida de las personas que buscan ser iluminados con una bendición y al recibirla, ésta se convierte en el mayor bien posible para estos hermanos ya que conduce a la conversión”.

En cambio, han sido muy numerosos los obispos, especialmente en diócesis africanas e incluso asiáticas, que se han posicionado en contra de estas bendiciones. Los obispos de Camerún, República Democrática del Congo o Costa de Marfil han rechazado la que esas bendiciones puedan impartirse en sus diócesis, y lo mismo han hecho el arzobispo Tomash Peta y el obispo auxiliar Athanasius Schneider de la arquidiócesis de Santa María en Astana, Kazajstán.

Otros prelados, como el español José Ignacio Munilla, han destacado que, si bien el documento no es contario a la doctrina, crea un estado de confusión que hay que atender pastoralmente. Y el arzobispo ucraniano Sviestoslav Shevchuk, de rito bizantino, ha explicado que el documento no puede aplicarse en su iglesia, precisamente por la diferencia disciplinar.

Un comunicado aclaratorio

Estas reacciones diversas, e incluso opuestas, que ha suscitado el documento Fiducia suplicans han sido el motivo por el que el prefecto del Dicasterio de la Fe ha querido “aclarar” algunos puntos de esta declaración que, a su juicio, no han sido bien entendidos por los fieles. lo ha hecho a través de una nota de prensa emitida por el Dicasterio.

El prefecto muestra comprensión ante las dificultades de algunos obispos o conferencias episcopales, y señala que “lo que han expresado esas Conferencias episcopales no puede interpretarse como una oposición doctrinal, porque el documento es claro y clásico sobre el matrimonio y la sexualidad”, y vuelve a reiterar que se busca bendecir a la pareja (personas) y no a la unión (estado). Todo ello, a través de “bendiciones sin forma litúrgica que no aprueban ni justifican la situación en que se encuentran esas personas” realizadas de manera espontánea, breves y alejadas de cualquier elemento que las confunda con una bendición litúrgica.

El prefecto recuerda que muchas de esas reacciones de oposición provienen de países que “en distintos grados condenan, prohíben y criminalizan la homosexualidad. En estos casos, más allá de la cuestión de las bendiciones, allí hay una tarea pastoral amplia a largo plazo que incluye formación, defensa de la dignidad humana, enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia y diversas estrategias que no admiten prisas”.

La novedad de Fiducia suplicans

El Cardenal Fernández explica en el comunicado la verdadera novedad del documento: la invitación a distinguir entre dos formas diferentes de bendiciones: «litúrgicas o ritualizadas» y «espontáneas o pastorales».

El prefecto sostiene que en este sentido, Fiducia suplicans ofrece “una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones, que permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica”, es decir se trata de “acrecentar las bendiciones pastorales, que no exigen las mismas condiciones de las bendiciones en contexto litúrgico o ritual” y pide a los obispos “un esfuerzo de reflexión serena, con corazón de pastores, fuera de toda ideología”.

La nota incluye, incluso, un ejemplo de cómo podrían ser esas bendiciones en las que se pide ayuda Dios de una manera espontánea y no ritual:

Mons. Víctor Manuel Fernández apela a la prudencia pastoral y el conocimiento de los sus propios fieles por parte de cada obispo que puede, por otra parte, “habilitar este tipo de sencillas bendiciones, con todas las recomendaciones de prudencia y cuidado, pero de ninguna manera están autorizados a proponer o habilitar bendiciones que puedan asemejarse a un rito litúrgico”.

Ni aprobación ni absolución

“Gestos de cercanía pastoral”: Esta es la naturaleza de este tipo de bendiciones, aclara el prefecto de doctrina de la fe. No “son una ratificación de la vida que llevan quienes la solicitan. tampoco son una absolución, porque estos gestos están lejos de ser un sacramento o un rito. son simples expresiones de cercanía pastoral que no tienen las mismas exigencias de un sacramento ni de un rito formal”.

Una figura “novedosa” para la que el cardenal reclama una catequesis previa que ayude a entenderlas y “a liberarnos del miedo a que nuestras bendiciones puedan expresar algo inadecuado”.

Recursos

Cristo, luz de los gentiles. Prefacio de Epifanía

El sábado 6 de enero, la Iglesia celebra la solemnidad de la Epifanía del Señor. En el Prefacio de Navidad I, la luz iluminaba la mente de cada uno; aquí, la manifestación de Cristo ilumina todas las naciones. Dios se manifiesta no sólo al pueblo elegido, sino a todos los hombres, representados por los Magos venidos de Oriente para adorar al Rey de los judíos.

Giovanni Zaccaria·4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El texto original de este prefacio se obtuvo de la unión de dos prefacios muy antiguos: el primero está recogido en el Sacramentario Veronés y, según algunos autores, es obra del Papa Dámaso (366-384), mientras que otros sitúan su origen en el siglo V; el segundo texto está presente en el antiguo Sacramentario Gelasiano, así como en la tradición ambrosiana.

Quia ipsum in Christo salútis nostræ mystérium

hódie ad lumen géntium revelásti,

et, cum in substántia nostræ mortalitátis appáruit,

nova nos immortalitátis eius glória reparásti.

Porque [Hoy] en Cristo, luz del mundo, 

has revelado a las naciones el misterio de la salvación,  

y en Él, que apareció en nuestra carne mortal, 

nos has renovado con la gloria de la inmortalidad divina.

Prefacio de Epifanía

El texto está muy bien construido, pues hay dos partes coordinadas. La primera está contenida en las dos primeras estrofas del texto y afirma que, en Cristo, el Padre reveló el misterio mismo de nuestra redención, para que las naciones fueran iluminadas por él.

Como vimos en el Prefacio de Navidad I, el tema de la luz vuelve también en este Prefacio: si allí era la luz que ilumina la mente de cada uno, aquí en cambio la manifestación de Cristo adquiere un tinte universalista, pues es la luz que ilumina a todas las naciones; al fin y al cabo, el corazón mismo de esta fiesta es precisamente la manifestación de Dios no sólo al pueblo elegido, sino a todos los hombres, representados por los Magos venidos de Oriente para adorar al Rey de los judíos.

El contenido de esta iluminación es la revelación del misterio de la salvación del género humano en Cristo Jesús. Su persona, sus acciones, sus palabras, toda su vida, pero también y sobre todo su muerte y resurrección son el camino que el Padre, en su designio de amor inefable, ha elegido para traernos la salvación.

La teología de la Encarnación

La segunda parte del Prefacio explica que esto es posible gracias a la reparación (reparasti) realizada por la Encarnación (apparuit). Aquí volvemos a la idea del admirabile commercium, ese admirable intercambio, que subyace a nuestra salvación y que ya hemos visto en el Prefacio de Navidad III, plasmado aquí por un bello paralelismo antitético en forma de quiasmo: la substantia nostrae mortalitatis es salvada por la immortalitatis eius gloria.

En pocas palabras se resume toda la teología de la Encarnación, según la cual “lo que no se asume no se salva, pero lo que se une a Dios también se redime” (San Gregorio Nacianceno, Epístola 101).

Esto se expresa de manera muy plástica con el uso de los términos substantia, como para indicar la materialidad de la naturaleza humana mortal, y gloria, que se refiere a la eternidad luminosa de la inmortalidad.De este modo se manifiesta el vínculo entre las dos partes del Prefacio: la verdadera epifanía es la Encarnación, pues el Padre, a través de la carne de Cristo, abre a la humanidad la posibilidad de la salvación, desgarrando así las tinieblas que envolvían la vida humana con la luz de su resplandor eterno.

El autorGiovanni Zaccaria

Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma)

Estados Unidos

Elizabeth Seton, una santa que batió récords

El 4 de enero de 1821 murió Elizabeth Ann Bailey Seton, la primera santa católica estadounidense. También fue la fundadora de de la primera congregación de religiosas en Estados Unidos, las Hermanas de la Caridad de San José.

Paloma López Campos·4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

En 1774 habitaba en Nueva York la familia Charlton. Aquella casa episcopaliana en la que no se pasaban penurias económicas sufrió un duro golpe en 1777: la madre falleció durante un parto, seguida poco después de la muerte de una de las menores de la familia.

Esos acontecimientos los vivió con apenas tres años Elizabeth Ann Bailey Charlton. El padre de la niña volvió a casarse con otra mujer de fuertes convicciones cristianas, quien enseñó desde pequeña a Elizabeth a cuidar de los más vulnerables.

La estabilidad no duró mucho tiempo en casa de los Charlton y el matrimonio se separó después de tener cinco hijos. El padre se marchó a Inglaterra y la madrastra se negó a acoger a Elizabeth. Junto a su hermana, la joven se marchó a vivir con su tío y durante esta época dejó plasmadas en un diario sus fuertes inquietudes espirituales.

Matrimonio y nacimiento de sus hijos

Estando en casa de sus tíos, Elizabeth conoció a William Magee Seton. A los diecinueve años se casó con él en una boda celebrada por el primer obispo episcopaliano de Nueva York. Juntos tuvieron cinco hijos y, en un principio, vivieron cómodamente. Sin embargo, la empresa de su marido se arruinó al cabo de los años y decidieron emprender un viaje a Italia en busca de nuevas oportunidades.

El traslado acabó con la vida de William, quien contrajo tuberculosis durante el trayecto. Viuda sin llegar a los treinta y con cinco hijos a su cargo, Elizabeth buscó ayuda en el hogar del socio de su marido, Felipe Felicchi.

Conversión al catolicismo

La casa italiana de Felicchi y su esposa era profundamente católica. Acogieron a los Seton y allí Elizabeth se acercó al catolicismo. De hecho, cuando volvió a Nueva York pidió recibir el Bautismo, tras pasar horas orando ante el Santísimo Sacramento en una parroquia de la ciudad.

La conversión de Elizabeth Seton fue un paso valiente que le pasó factura. Como medio para subsistir había abierto una escuela en Nueva York. Sin embargo, al darse a conocer que había abrazado la fe católica, muchos amigos y familiares le dieron la espalda. Los padres de sus alumnas sacaron poco a poco a las niñas de la escuela y Seton se vio en una situación límite.

Mientras intentaba encontrar una solución, conoció a un sacerdote francés que le ofreció un puesto en Baltimore como fundadora de una escuela católica para chicas. Elizabeth aceptó el puesto y se trasladó junto a sus hijas.

Última etapa de su vida

Un año después de llegar a la nueva ciudad, en 1809, Seton emitió votos privados y fundó la comunidad religiosa de las Hermanas de la Caridad de San José, dedicada a la educación de chicas sin recursos.

A la muerte de Elizabeth Seton, el 4 de enero de 1821, quienes la conocieron decían que había sido siempre una mujer muy agradable, con mucha devoción a la Virgen María y a la Eucaristía. A pesar de las dificultades que encontró, batió distintos récords en Estados Unidos: primera santa y fundadora de la primera congregación estadounidense de religiosas. Sus méritos no solo la han elevado a los altares, también le han ganado un puesto en el “Salón Nacional de la Fama de Mujeres” en Nueva York.

Nobleza y esplendor del celibato cristiano

El celibato es una suerte de enamoramiento a lo divino. La persona célibe dirige todo su eros, es decir, su deseo de amor posesivo, hacia Dios, y desde Dios, a los demás.

4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El celibato cristiano, sea de los laicos, sacerdotes o religiosos, es un don divino por el cual el corazón humano se incrusta en el Corazón de Cristo. Al ritmo del palpitar de su Amado, el corazón célibe se va ensanchando progresivamente hasta lograr incorporar dentro de él a toda la humanidad sin distinción de razas, culturas, edades o lenguas, anunciando así al mundo el amor radiante del reino de Dios.

El celibato espiritual no es propiamente un acto de elección humana, sino la libérrima aceptación de una invitación divina. La persona humana no elige entre casarse y ser célibe, como sí elige, en cambio, entre casarse y permanecer soltero.

Lo que realmente hace el célibe es aceptar, con un sí incondicional, fruto de un discernimiento amoroso y libre, una propuesta divina de amor esponsal eterno.

El celibato se acepta al modo como el Hijo de Dios aceptó libremente su pasión y su muerte por amor a su Padre, o la Virgen María, el designio divino de ser la Madre del Redentor. El sí fue imprescindible para el desarrollo de un plan amorosamente diseñado por el Padre desde toda la eternidad.

El celibato contribuye a la santificación del mundo y de todo lo creado de una forma diferente a como lo hace el matrimonio. Son dos modos esponsales complementarios: uno sacramental, el otro donacional.

El matrimonio forma una familia; el celibato cuida de la humanidad como familia. El matrimonio diviniza el amor humano. El celibato humaniza el amor divino. El matrimonio engendra hijos carnales; el celibato, hijos espirituales. El matrimonio propaga y educa la especie humana, el celibato la ofrenda.

La persona célibe debe valorar en mucho el matrimonio, pero también debe aprender a trascenderlo. Por eso, el celibato encumbra el matrimonio. Sin institución matrimonial, no hay celibato, sino pura soltería; y sin celibato, el matrimonio fácilmente se degrada y banaliza.

La persona célibe ama a todos los seres humanos comenzando por las personas a quienes más debe: sus padres, familiares y amigos. Pero en el corazón célibe no cabe un amor en exclusiva distinto de Dios mismo.

En este sentido, el celibato es una suerte de enamoramiento a lo divino. La persona célibe dirige todo su eros, es decir, su deseo de amor posesivo, hacia Dios, y desde Dios, a los demás, esta vez ya en forma de agape. La persona casada ama a Dios en su cónyuge; la célibe, en cambio, a todos en Dios.

El celibato como don

Es cierto que el celibato no es solo un don sino también una tarea que exige una continencia total. Pero este gozoso deber no implica la represión del impulso sexual sino más bien su liberación mediante la educación de los afectos y la redención del propio ego con la gracia que brota del don recibido.

Un celibato no discernido convenientemente o no alimentado con el amor de Dios día a día, como una hoguera encendida, corre el riesgo de convertirse en una caricatura de celibato, con nefastas consecuencias para la comunidad eclesial y humana. A los hechos me remito.

Celibato y matrimonio

La persona que ha recibido el precioso don del celibato admira y ama la institución del matrimonio, por más que advierta en lo más profundo de su alma que ella es solo y en exclusiva para Dios.

La persona casada sacramentalmente, por su parte, admira y ama el don del celibato en el mundo, también para sus hijos, como una señal y un anticipo del reino de los Cielos. Eso sí, que cada caminante siga su camino, como dijo el poeta, pues tanto monta, monta tanto.

La persona célibe debe tener en mucho la capacidad de esfuerzo y sacrificio de la persona casada por su cónyuge e hijos; la persona casada, por su parte, debe admirar la capacidad contemplativa de la célibe, su desprendimiento total, incluso viviendo en medio del mundo, y su deseo de entregarse a cada ser humano, a cada hijo de Dios, sin distinción de raza, color o religión.

Matrimonio y celibato constituyen, así, dos modos de vivir santamente la misma y única vocación cristiana: el primero enfatiza la unión de Cristo con su Iglesia, el segundo, la presencia cierta y actual del reino de Cristo entre nosotros.


*La revista impresa Omnes de enero de 2024 profundiza en el tema del celibato con competentes autores, y apuntes sobre la enseñanza de los Papas y la Tradición de la Iglesia.

El autorRafael Domingo Oslé

Catedrático y titular de la Cátedra Álvaro d'Ors
ICS. Universidad de Navarra.

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Evangelio

Una estrella nueva. Solemnidad de la Epifanía del Señor (B)

El sacerdote británico Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Epifanía del Señor correspondientes al ciclo B.

Joseph Evans·4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Para los Reyes Magos, que miraban las estrellas, de repente apareció una nueva estrella en el cielo. Ciertamente era diferente y mucho más brillante que cualquier otra estrella que hubieran visto hasta entonces, pero aun así se fijaron en ella y le dieron importancia. Otros, o no la vieron, o no le vieron ningún significado especial. Los Reyes Magos se pusieron en marcha, los demás no.

Todos nos enfrentamos al peligro de la rutina ciega, que conduce a una insensibilidad general hacia las personas y la vida que nos rodea. Con demasiada frecuencia vivimos insensibles al mundo, a la belleza, a la naturaleza, a los demás y, por supuesto, a Dios. No reconocemos las estrellas que Dios nos envía para guiarnos hacia la alegría y hacia Él mismo. Los Magos vieron la estrella en su actividad cotidiana, como sabios y astrónomos.

Dios nos habla de diferentes maneras en nuestra vida cotidiana, y no debemos acostumbrarnos a estas “estrellas”. No se trata de soñar despiertos, deseando que nuestra realidad cotidiana fuera diferente: “Ojalá una estrella viniera a mí y me llevara a otro lugar, en un viaje largo y exótico como el de estos Reyes Magos”.

No fueron sabios por dejarse llevar por fantasías escapistas o por huir de la responsabilidad: no hicieron ni lo uno ni lo otro. Fueron sabios por responder a la llamada de Dios. A todos nos puede resultar exigente nuestro trabajo diario y nuestras obligaciones familiares, y a veces sentimos la tentación de escapar de ellos.

Todos podemos desear estar en otro lugar. Todos podemos caer en la tentación de querer dejar la ropa en la playa y desaparecer en una vida mejor, sin preocupaciones ni responsabilidades. Esta no es la respuesta. No encontraríamos la felicidad, no escaparíamos de nuestras debilidades y deficiencias, y no escaparíamos de Dios.

Hace siglos, una de las personas que escribió los Salmos experimentó algo parecido: el deseo de huir de Dios. Pero al contemplar la imposibilidad de hacerlo, también le llevó a considerar que la presencia y la visión de Dios en todas partes no son para oprimirnos, sino para sostenernos y conducirnos a la felicidad. Lee tú mismo el salmo 139 para profundizar en esto.

Fue precisamente este Dios que ve y actúa en todas partes quien vio y amó a aquellos Magos en su lejana tierra oriental y les envió una estrella para llamarlos a Sí.

Mientras ellos miraban al cielo en busca de sentido, Dios bajó de él para conducirles a una respuesta. Y también en nuestro lugar, Dios nos mira desde arriba y sigue enviándonos sus estrellas, si tan solo -como los Reyes Magos- estamos dispuestos a percibirlas.

Enseñanzas del Papa

Pasión por la evangelización

A lo largo del año 2023, el Papa Francisco ha dedicado numerosas catequesis de las audiencias generales de los miércoles al tema de la evangelización. En este artículo se exponen las principales enseñanzas del Santo Padre sobre este tema.

Ramiro Pellitero·4 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 8 minutos

El Papa ha dedicado 29 audiencias generales del 11 de enero al 6 de diciembre de 2023 a la pasión por la evangelización. Ante todo, cabe preguntarse si la evangelización es algo que realmente nos “apasiona” a los cristianos. 

Al mismo tiempo, el haber dedicado a este tema todo un año, sin duda, pone de manifiesto la prioridad que en las enseñanzas de Francisco tiene la evangelización. 

Qué sea o en qué consista la evangelización es algo que convendrá aquilatar según sus propias enseñanzas, pues se trata de una palabra que desde el Concilio Vaticano II ha ido adquiriendo diversos sentidos. Comenzó significando el primer anuncio misionero de la fe.

Hoy significa la entera labor apostólica de la Iglesia: todo lo que en ella se hace, sea individualmente cada cristiano, sea institucionalmente, para extender el mensaje del Evangelio, la “buena noticia” de la salvación en Cristo. Todo ello, sabiendo que no se trata simplemente de “informar” acerca de un mensaje, sino de continuar ejercitando la “pedagogía divina” de la Revelación: con hechos y palabras, comunicando un mensaje que es, a la vez, Vida para cada persona y para el mundo. 

El magisterio contemporáneo concibe la evangelización como un proceso con diversas etapas o momentos (cfr. Pablo VI, exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, 1975, n. 17 ss): cada uno de ellos se distingue de los demás y representa, al mismo tiempo, una dimensión que de alguna manera está en todos. Así, por ejemplo, lo primero es el testimonio, que viene a ser como la preparación del primer anuncio (kerygma).

Sin embargo, tanto uno como otro siguen presentes en los elementos posteriores. “La evangelización, hemos dicho, es un paso complejo, con elementos variados: renovación de la humanidad, testimonio, anuncio explícito [clara proclamación de Jesucristo], adhesión del corazón, entrada en la comunidad, acogida de los signos [sacramentos], iniciativas de apostolado. Estos elementos pueden parecer contrastantes, incluso exclusivos. En realidad, son complementarios y mutuamente enriquecedores. Hay que ver siempre cada uno de ellos integrado con los otros” (ibid., 24).

Por condicionamientos de espacio, nos limitamos aquí a presentar la primera parte de la catequesis (hasta el 22 de marzo incluido). Es decir, los ocho primeros miércoles, en los que el Papa explicó la naturaleza y la estructura de la evangelización. Después, y casi hasta el final, fue mostrando figuras de cristianos que nos han dejado un testimonio ejemplar de lo que significa la pasión por el Evangelio.

Todos los cristianos han de ser “Iglesia en salida”

Francisco introdujo su catequesis como “un tema urgente y decisivo para la vida cristiana: la pasión por la evangelización, es decir, el celo apostólico. […] Se trata de una dimensión vital para la Iglesia, la comunidad de los discípulos de Jesús nace apostólica y misionera”. Todo arranca de la llamada al apostolado (11-I-2023) que Cristo dirigió a sus apóstoles (cfr. Mt 9, 9-13). 

Desde el principio se revela quién es el protagonistade la evangelización que manifiesta el ser “en salida” de la Iglesia: “El Espíritu Santo modela su salida -la Iglesia en salida, que sale- para que no se encierre en sí misma, sino que sea extrovertida, testimonio contagioso de Jesús -la fe también es contagiosa-, extendiéndose para irradiar su luz hasta los extremos de la tierra”. 

¿Pero qué sucede si este ardor apostólico disminuye, se eclipsa o se enfría? “Cuando la vida cristiana pierde de vista el horizonte de la evangelización, el horizonte del anuncio, se enferma: se encierra en sí misma, se vuelve autorreferencial, se atrofia. Sin celo apostólico, la fe se marchita. La misión es, en cambio, el oxígeno de la vida cristiana: la vigoriza y la purifica”.

El Papa se dispone a “redescubrir la pasión evangelizadora, a partir de la Escritura y de la enseñanza de la Iglesia, para sacar de las fuentes el celo apostólico”. Y comienza por la llamada de Mateo, a quien Jesús escoge después de mirarlo con misericordia (cfr. Mt 9, 9-13) y cambiarlo interiormente, sanándolo de sus miserias. El apóstol comienza su tarea desde su propia casa, desde su ambiente, con los que lo conocen. Fue allí y dio un testimonio atractivo y gozoso de Jesús. 

Jesús, modelo y maestro del anuncio 

De hecho, el modelo del anuncio evangelizador es Jesús mismo (cfr. Audiencia general, 18-I-2023). “Dios no se queda contemplando el redil de sus ovejas ni las amenaza para que no se vayan. Más bien, si una sale y se pierde, no la abandona, sino que la busca. No dice: ‘¡Se ha ido, es su culpa, es asunto suyo!’. El corazón pastoral reacciona de otra manera: el corazón pastoral sufre, el corazón pastoral se arriesga. Sufre: sí, Dios sufre por los que se van y, mientras los llora, los ama aún más”. 

Por tanto, en la evangelización, no se trata de buscar a los otros para que sean “uno de nosotros” (lo que sería mero proselitismo), sino de amarlos para que sean hijos felices de Dios. “Porque sin este amor que sufre y se arriesga, nuestra vida no va bien: si los cristianos no tenemos este amor que sufre y arriesga, corremos el riesgo de apacentarnos solo a nosotros mismos. Los pastores que son pastores de sí mismos, en vez de ser pastores del rebaño, se dedican a peinar ovejas. No debemos ser pastores de nosotros mismos, sino pastores de todos”.

Jesús no solo es modelo, sino también maestro del anuncio evangelizador (cfr. Audiencia general, 25-I-2023). En su predicación en la sinagoga de Nazaret (cfr. Lc 4, 17-21), Jesús manifiesta los elementos esenciales del anuncio: la alegría, porque afirma haber sido ungido y “enviado para llevar la Buena Nueva a los pobres” (v. 18); la liberación, porque ha venido para proclamar la liberación a los cautivos (ibid.), no a imponer cargas, sino a mostrar la belleza de la vida cristiana; la luz: viene a devolver la “vista a los ciegos” (ibid.) trayendo la luz de la filiación, porque la vida se ilumina cuando nos sabemos hijos del Padre; la curación, pues viene a “poner en libertad a los oprimidos” (ibid.) por las enfermedades y por las culpas del pecado (cfr. v. 19); y, finalmente, el asombro, ante la acción de la gracia de Dios.

Y todo ello sin olvidar que se trata de un “feliz anuncio”, precisamente por estar dirigido “a los pobres”. “Para acoger al Señor, cada uno debe hacerse ‘pobre por dentro’. Con esa pobreza que hace decir… ‘Señor necesito perdón, necesito ayuda, necesito fuerza’”. 

Raíz, contenido y modo del anuncio 

¿Y qué hicieron los discípulos de Jesús? ¿Cómo fue su primer apostolado? (cfr. Audiencia general, 15-II-2023). Él los llamó e “instituyó a doce -que llamó apóstoles-, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar” (Mc 3, 14). Siguiendo la tradición de la predicación cristiana, el Papa señala esta necesidad de “estar” con Jesús para poder “ir”, evangelizar; y viceversa (pues no hay “estar” sin “ir”). 

Y ahí subraya tres aspectos: en primer lugar, el motivo de la evangelización, la belleza y gratuidad del anuncio de la fe; su contenido (la cercanía, la misericordia y la ternura de Dios); y, por último, lo fundamental, el testimonio, que implica tanto el pensamiento como el afecto y la acción. Otras condiciones son: la humildad y la mansedumbre, el desprendimiento y la comunión eclesial. 

El Espíritu Santo y el “principio del anuncio”

Jesús manda “hacer discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 29). El protagonismo del Espíritu Santo se ve continuamente después de Pentecostés, en el libro de los Hechos de los Apóstoles (cfr. Audiencia general, 22-II-2023). La histórica decisión del “concilio de Jerusalén” (cfr. Hch 15, 28) nos enseña lo que el Papa llama “el principio del anuncio”, es decir: “Toda opción, todo uso, toda estructura, toda tradición debe ser evaluada en la medida en que favorezca el anuncio de Cristo”.

Si es importante partir de encuestas y análisis sociológicos de la situación, de los desafíos, expectativas y quejas, es mucho más importante partir de nuestras experiencias del Espíritu (buscarlas, estudiarlas, interpretarlas).

El deber de la evangelización

El Papa dedicó dos audiencias a las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre la evangelización. En la primera presentó la evangelización como servicio eclesial (cfr. 1 Co 15, 1-2) (cfr. Audiencia general, 8-III-2023). Puesto que el Espíritu Santo es principio de unidad y de vida, “arquitecto de la evangelización”, esta se realiza siempre trasmitiendo lo que hemos recibido in Ecclesia. Esta dimensión eclesial de la evangelización es importante, porque siempre acecha la tentación de ir “solos”, sobre todo cuando hay dificultades y se requiere más esfuerzo.

Igualmente peligrosa -señala el obispo de Roma- es la tentación de seguir caminos pseudoeclesiales más fáciles, de adoptar la lógica mundana de números y sondeos, de contar con la fuerza de nuestras ideas, programas, estructuras, con las ‘relaciones que importan’”. Y eso, afirma, es secundario. 

En “la escuela del Concilio Vaticano II” (y concretamente en el decreto Ad gentes, sobre las misiones) aprendemos que el impulso para la evangelización surge del amor de Dios Padre por todos, porque nadie está excluido. Es deber de la Iglesia continuar la misión de Cristo e ir por su mismo camino de pobreza, obediencia, servicio e inmolación hasta la muerte, camino que termina en la resurrección.

Por tanto, el celo apostólico no es entusiasmo, sino gracia de Dios y servicio. Y eso nos corresponde a todos los cristianos, no solo a los que predican. Por eso: “Si no evangelizas, si no das ejemplo, si no das ese testimonio del Bautismo que has recibido, de la fe que el Señor te ha dado, no eres un buen cristiano”. Lo que hemos recibido debemos darlo a los demás, con sentido de responsabilidad, aunque sea a veces por caminos difíciles. 

Esto se expresa también en la “búsqueda creativa de nuevos modos de anunciar y dar testimonio, de nuevos modos de encontrar a la humanidad herida que Cristo asumió sobre sí. En definitiva, nuevos modos de prestar servicio al Evangelio y de prestar servicio a la humanidad”.

El miércoles siguiente (cfr. Audiencia general 15-III-23), Francisco insistió en la declaración del concilio: “La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado” (Decreto sobre el apostolado de los laicos, 2). Esto es, en la Iglesia, para todos y responsabilidad de todos, cada uno según su condición y dones propios. También, por tanto, es deber de los laicos, que son hechos partícipes de la mediación sacerdotal, profética y real de Cristo.

Todos tenemos la vocación de servir a los demás, y para eso debemos tratar de dialogar, para comenzar, entre nosotros, sabernos escuchar y huir de la vanidad de los puestos. 

La Evangelii nuntiandi, carta magna de la evangelización

La carta magna de la evangelización es la exhortación apostólica de san Pablo VI Evangelii nuntiandi (EN)de 1975. El Papa profundizó en ese texto en su audiencia del 22 de marzo. 

Pablo VI señala que la evangelización es más que una simple transmisión doctrinal y moral: es ante todo testimonio. Son célebres algunas afirmaciones del Papa Montini: el mundo necesita “evangelizadores que le hablen de un Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente” (EN, 76). “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan […], o, si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio” (EN, 41).

Tal es, siguiendo el testimonio de Cristo y unidos a Él, el primer medio de la evangelización (cfr. ibid.) y condición esencial para su eficacia (EN, 76), para que el anuncio del Evangelio sea fecundo. Testimonio, dice Francisco, es “transmitir a Dios que se hace vida en mí”.

El Papa observa que el testimonio incluye la fe profesada, es decir, la fe que transforma nuestras relaciones, criterios y valoraciones. “El testimonio, por tanto, no puede prescindir de la coherencia entre lo que se cree y lo que se anuncia y lo que se vive”. Por eso lo opuesto al testimonio es la hipocresía. De ahí que nos pregunte: ¿crees lo que anuncias? ¿Vives lo que crees? ¿Anuncias lo que vives? 

En ese sentido, el testimonio de vida cristiana implica el camino de santidad, basado en el bautismo: “Pablo VI enseña que el celo por la evangelización brota de la santidad, mana del corazón lleno de Dios. Alimentada por la oración y sobre todo por el amor a la Eucaristía, la evangelización a su vez hace crecer en santidad al pueblo que la realiza” (EN, 76). Al mismo tiempo, sin santidad la palabra del evangelizador “difícilmente abrirá brecha en el corazón de los hombres de este tiempo. Corre el riesgo de hacerse vana e infecunda” (ibid.).

Es importante también la conciencia de que los destinatarios de la evangelización no son solo los demás, sino también nosotros mismos. Por eso dice Pablo VI que “la Iglesia como tal también debe comenzar por evangelizarse a sí misma” (EN, 15). 

Esto significa, señala Francisco, “recorrer un camino exigente, un camino de conversión, de renovación”, sin refugiarse en el “siempre se ha hecho así”. Para ello hay que entrar en diálogo con el mundo contemporáneo, tejer relaciones fraternas, buscar espacios de encuentro, realizar buenas prácticas de hospitalidad, acogida, reconocimiento e integración del otro y de la alteridad, y cuidado de la casa común que es la creación. 

Como síntesis de la catequesis, en sus últimas audiencias (del 15 de noviembre al 6 de diciembre), recalcó el Papa cuatro características fundamentales de la evangelizacón: el anuncio de la evangelización es alegría; es alegría para todos; debe serlo hoy (de modo significativo y relevante en las circunstancias actuales); y debe serlo como don del Espíritu Santo. “De hecho –advierte el obispo de Roma-, para ‘comunicar a Dios’ no bastan la alegre credibilidad del testimonio, la universalidad del anuncio y la actualidad del mensaje. Sin el Espíritu Santo todo celo es vano y falsamente apostólico: sería solo nuestro y no traería fruto”.

Vaticano

La vida cristiana implica lucha constante, indica el Papa

La vida cristiana requiere una lucha constante contra el pecado y un crecimiento en la santidad, ha señalado en la primera Audiencia general de este año 2024 el Papa, en su resumen para los peregrinos y fieles de lengua inglesa. También les ha deseado “la alegría de esta Navidad, encontrando en la oración al Salvador que quiere estar cerca de todos”.

Francisco Otamendi·3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hoy miércoles, en la primera Audiencia general de este año, el Papa Francisco ha continuado  con su recién iniciado ciclo de catequesis sobre “los vicios y las virtudes”, y en esta ocasión se ha centrado en la lucha espiritual del cristiano, con base en la lectura de Mt 3, 13-15, el bautismo del Señor, cuya fiesta se celebra el próximo domingo.

Esta reflexión “nos ayuda a superar la cultura nihilista en la que los contornos entre el bien y el mal permanecen borrosos”, ha señalado. “La vida espiritual del cristiano no es pacífica, lineal y sin desafíos, sino que, por el contrario, requiere una lucha constante. No es casualidad que la primera unción que todo cristiano recibe en el sacramento del Bautismo –la unción catecumenal– anuncie simbólicamente que la vida es una lucha”.

La unción de los catecúmenos pone inmediatamente de manifiesto que el cristiano en su existencia, como todos los demás, “tendrá que descender a la arena, porque la vida es una sucesión de pruebas y tentaciones”, ha meditado el Pontífice.

Jesús fue tentado

A los peregrinos y fieles de inglesa, les ha recordado asimismo que “Jesús, Él mismo sin pecado, se sometió al bautismo de Juan y fue tentado en el desierto, para enseñarnos la necesidad de un renacimiento espiritual, de la conversión de la mente y del corazón, y de la confianza inquebrantable en la misericordia y la gracia de Dios”. 

“Que nuestras reflexiones semanales sobre las virtudes y los vicios nos ayuden a imitar el ejemplo del Señor, a crecer en sabiduría y autocomprensión, y a discernir entre el bien y el mal. A medida que crecemos en el conocimiento y la práctica de las virtudes, experimentemos la alegría de la cercanía a Dios, fuente de todo bien, de la auténtica felicidad y de la plenitud de la vida eterna”, ha manifestado.

Después, de modo expreso, ha dado la bienvenida “a todos los peregrinos de habla inglesa, especialmente a los grupos de Malta y de los Estados Unidos de América. A vosotros y a vuestras familias os deseo la alegría de esta Navidad, encontrando en la oración al Salvador que quiere estar cerca de todos. Dios os bendiga!”.

Mensaje de paz entre amigos y compañeros

En diversos momentos de la Audiencia, en su mensaje a los fieles y peregrinos que llenaban el Aula Pablo VI, Francisco ha recordado a jóvenes italianos “que como María sepan guardar, meditar y seguir al Verbo que se hizo carne en Belén, para difundir así su mensaje de Navidad y de paz, entre sus amigos y compañeros”.

También ha saludado a los sacerdotes de Módena, que conmemoran su 40 aniversario de ordenación, y les ha animado “a perseverar en el camino de la fidelidad al Señor”.

Y ha rogado que “no olvidemos a los pueblos que están en guerra. La guerra es una locura, es una derrota, siempre es una derrota”. Con varias banderas ucranianas en la Audiencia general, el Papa pidió que “recemos por la gente en Palestina. Israel, Ucrania, y por tantos otros lugares donde hay guerra. Y no olvidemos a nuestros hermanos rohingya, que son perseguidos”.

Por último, se dirigió a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. “A todos los exhorto a continuar en la adhesión fiel a Jesús, y en el apoyo generoso a la difusión de su Evangelio”.

“No vivir en la luna”

Toda nuestra vida es una lucha, marcada por los contrastes y las tentaciones, que son necesarias para avanzar en el camino de la virtud, pues nos ponen de frente a la realidad de nuestra pequeñez, ha reiterado de diversos modos el Papa en la catequesis. 

“Quien considera que ya ha conseguido cierto grado de perfección, que no necesita de conversión, que no necesita confesarse, o que no vale la pena el esfuerzo, vive en la luna, vive en la oscuridad y no distingue el bien del mal. Por el contrario, debemos pedir a Jesús que nos dé la capacidad y la fuerza de confrontarnos con nuestra debilidad, la valentía de abandonarnos a su misericordia y la sensatez de no bajar la guardia en este esfuerzo. El enemigo está al acecho y hay que estar alerta para no dejarse engañar”, ha alentado el Papa.

De modo específico, a los peregrinos de lengua española ha señalado. “Hoy recordamos la fiesta del Santo Nombre de Jesús. Pidamos al Señor luz para mantenernos en el camino del bien y su gracia para perseverar en él, sin temer los desafíos y las pruebas. Que Dios los bendiga y la Virgen santa los cuide”.

Al concluir, antes del Padre nuestro y de dar la Bendición, el Papa Francisco ha rezado y ha invitado a dirigirse de este modo al Señor: “Jesús, no te alejes de mí, soy pecador”.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Contemplar con María. Solemnidad de María, Madre de Dios (B)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de María, Madre de Dios (B) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando los pastores fueron a ver al niño Jesús a Belén fue como un nuevo comienzo para la humanidad. Se convirtieron en los primeros testigos, fuera de la Sagrada Familia, del nacimiento del Dios-hombre. A través de estos pobres y sencillos hombres, el plan salvador de Dios comenzó a ser conocido por la humanidad, y más tarde, a través de los Reyes Magos, la noticia de este plan se extendería al mundo pagano.

En este texto se utiliza tres veces el verbo griego laleó, que significa “hablar” o “contar”. Los pastores llegan y repiten lo que les habían “dicho” los ángeles; la gente se asombra de lo que los pastores les “cuentan”; y vuelven alabando a Dios “por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho”. Se trata precisamente de una Buena Noticia, y la propia naturaleza de las noticias es que están destinadas a ser contadas, a ser difundidas.

No es de extrañar, por tanto, que comencemos el Año Nuevo con este Evangelio, y bajo la protección de María, pues todo año nuevo es un nuevo comienzo. Comenzamos otro año en la historia de la humanidad yendo con los pastores a ver este prodigio, Dios hecho hombre, hecho bebé, para nuestra salvación. Con esta visión, con este conocimiento, habiendo recibido esta noticia, podemos afrontar el año que tenemos por delante. Todo lo que el ángel dijo a los pastores es verdad: el “signo” del plan salvífico de Dios para la humanidad está en un pesebre envuelto en pañales (Lc 2, 12). Dios ha bajado en humildad para salvarnos de nuestro orgullo y de sus efectos desastrosos. 

Pero María no cuenta nada. Atesora y reflexiona. Curiosamente, la palabra “atesorar” o “guardar a buen recaudo” también se utiliza en Mc 6, 20, cuando Herodes guardaba a Juan el Bautista, protegiéndolo (al menos hasta ese momento) del deseo de Herodías de matarlo. Y Jesús, en su parábola, utiliza el mismo verbo para enseñar que el vino nuevo se conserva en odres nuevos (Mt 9, 17). Mientras que contar es una forma de “derramar”, también existe la necesidad de preservar, mantener a salvo, la acción de Dios en nuestras vidas.

Contar puede ser una acción santa para proclamar las grandes obras de Dios (María misma lo hace en su Magníficat), entrando en un intercambio que incluye incluso a los ángeles del cielo. Pero si nos limitamos a contar, nos limitaremos a verter palabras y nuestra conversación quedará vacía. Necesitamos también “beber”, como hizo María contemplando al Niño Dios en su regazo. La oración es ciertamente hablar, hablar con Dios, y puede llevarnos a hablar de Dios a los demás. Pero formas aún más elevadas de oración son la meditación y la contemplación, a menudo sin palabras, como María atesorando, guardando a buen recaudo, la vida divina que llevaba en su seno.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de María, Madre de Dios (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Así es el colegio cardenalicio en 2024

Rome Reports·3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

De los 132 cardenales electores que componen el colegio cardenalicio, 13 cumplirán 80 años a lo largo de 2024 por lo que perderán derecho a voto.

Italia es el país que cuenta con más purpurados (14), seguido de Estados Unidos (11) y España (8).


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SEEK24. Miles de jóvenes católicos toman San Luis

Vista general de la Misa de apertura del congreso SEEK24 en el America's Center Convention Complex de San Louis (Missouri) en el que participan unos 20.000 jóvenes.

Maria José Atienza·3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Omnes lanza un completo ebook sobre el celibato

El “Informe de síntesis”, que recogía el compendio de los temas tratados en la primera fase romana del Sínodo universal sobre la sinodalidad, contenía una mención al celibato de los sacerdotes.

3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El “Informe de síntesis”, que recogía el compendio de los temas tratados en la primera fase romana del Sínodo universal sobre la sinodalidad, contenía una mención al celibato de los sacerdotes. Estaba situada entre las “cuestiones que afrontar”, como un tema que habría de “ser retomado ulteriormente”. Este ebook quiere contribuir a ese estudio más detenido, y reúne algunos artículos que se ocupan del celibato y lo consideran desde diversas perspectivas. 

Partía el “Informe” del reconocimiento, aceptado por la asamblea, de su “conveniencia teológica”, a la vez que recogía la inseguridad de algunos que “se preguntan si debe traducirse necesariamente en una obligación disciplinaria”; de ahí el interés de afrontarlo. En efecto, es conocido que las reservas sobre el celibato son frecuentes, y que proceden de consideraciones variadas. 

Por ejemplo, no es infrecuente escuchar que abolirlo o relajarlo abriría el camino del sacerdocio a un número mayor de posibles interesados, sin olvidar, señalan por otro lado, que permitiría “readmitir” al sacerdocio a los que en su momento lo abandonaron para casarse; o que la causa de una buena parte de los abusos sexuales por parte de miembros del clero radicaría en eventuales deficiencias psicológicas ocasionadas por él. Parece que ninguna de estas suposiciones ha podido ser demostrada.

Asimismo, a veces se presupone que exigir el celibato puede ser una condición gravosa e incluso imposible de vivir en determinadas situaciones, lo cual conduce a reflexionar sobre la naturaleza profunda del celibato, que o bien es don de Dios -y por tanto va acompañado por las gracias que lo hacen posible, en cualquier situación y con la cooperación del hombre- o bien se concibe como elección y producto humanos, que pueden resultar vanos.

Del mismo modo, se escucha con frecuencia la afirmación de que para la Iglesia se trata de una cuestión puramente disciplinar; pero ¿significa eso que no tiene más justificación que una decisión impositiva, que falta en la historia de la teología o de la espiritualidad una convicción de que es un modo de vida teológicamente enraizado en la esencia misma del sacerdocio?

Por otra parte, conviene recordar que la forma celibataria de la vocación cristiana no es una exclusiva del sacerdocio, sino que también acompaña la vida consagrada y el camino vocacional de muchos laicos. 

En definitiva, son tantos los aspectos de esta cuestión que tratarlos exhaustivamente hubiera resultado imposible. Pero las páginas que siguen sí ofrecen una panorámica interesante y útil, y una rica oferta informativa. Los principales argumentos quedan apuntados, gracias a las aportaciones de autores experimentados y competentes.

Sus artículos aparecen completados con breves apuntes de la enseñanza de los Papas recientes y de los documentos más significativos de la Tradición de la Iglesia, y con la referencia a algunos lugares donde continuar ahondando en esta materia. No en vano se trata, con palabras de san Pablo VI, de “un don precioso de Cristo a su Iglesia, un don que es preciso meditar y fortalecer constantemente”.

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El ebook puede aquirirse aquí.

El autorOmnes

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Evangelización

Cristo siempre presente: una historia de conversión

Un joven estudiante cuenta su testimonio de conversión tras unos años alejado de la fe, de su familia y de sus amigos.

Louis Ricapet·3 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Años antes de escribir este ensayo, llevaba una vida muy corriente junto a mi familia cristiana francesa con la que crecí toda mi vida. Me bautizaron muy pronto, a los 2 años, y seguí las enseñanzas religiosas que me habían inculcado durante toda mi infancia. Sin embargo, cuando llegué a los 17 años, hace 3 años, me di cuenta de que no sabía nada de lo que era la fe.

Como muchas personas que se dicen cristianas, durante mi infancia iba muy a menudo a la iglesia, rezaba casi todas las tardes y me encantaba leer un montón de libros religiosos. A lo largo de esta infancia aprendí muchas cosas sobre la fe cristiana, a través del catecismo de los 10 a los 13 años y de mi familia, hice la Comunión y luego recibí la Confirmación. En el fondo pensaba que conocía a Dios y que en eso se basaba la fe. En realidad, mi fe consistía más bien en ir a la iglesia, rezar lo mismo todas las noches e ir a las clases de catecismo. Esta relación era evidentemente frágil, y esta fragilidad tuvo consecuencias más tarde.

En la distancia

1 año después, a la edad de 14 años, mi padre murió y después de eso todo fue muy diferente. Ya no rezaba, no tenía motivación para ir a la iglesia, ni siquiera tomaba tiempo para leer la Biblia u otros textos religiosos. Lo que estaba ocurriendo era mi primera caída en la fe. Meses después intenté retomar poco a poco mis hábitos de oración, pero algo fallaba, ya no era como antes.

Esta situación duró 3 años, durante estos tres años solo rezaba cuando sentía la necesidad y ya no para establecer una relación con Dios. La verdad era que, en el fondo, no sabía nada de mi creador, quién era, por qué estamos en la tierra…Tantas preguntas que me hacía sin siquiera querer buscar las respuestas.

A los 17 años empecé a descubrir lo que era realmente la vida, hablo de los problemas de los adultos que empezamos a entender, empecé a cometer mis primeros grandes errores y las primeras decisiones difíciles de mi vida. Un periodo oscuro en mi vida en el que apareció una luz de la forma más inesperada posible.

Cristo reaparece

En 2017 descubrí la aplicación Tiktok, como cualquier adolescente instalé esta aplicación y la usé a diario. Al poco tiempo mi feed de noticias se fue llenando de vídeos cristianos, gente compartiendo sus experiencias, sus testimonios así como sus consejos. Sin yo esperarlo, empecé a darme cuenta a través de otras personas de que no sabía nada de lo que era la fe. Aprendí un montón de versículos, oraciones y nuevas perspectivas para entender ciertos pasajes de la Biblia que antes no entendía, y poco a poco Dios volvió a ocupar un lugar en mi vida, de la forma más inesperada posible.

Unos meses más tarde sentí que Dios empezaba a actuar en mi vida, sentí su presencia por primera vez de varias formas, desde personas que Él ponía en mi vida hasta vídeos que hablaban de mi situación concreta cada vez que abría la aplicación Tiktok. En ese momento sentí sinceramente que mi fe se fortalecía, pero ¿qué era realmente?

Lejos de Dios, lejos de casa

Dos años más tarde, a la edad de 19 años, tomé la decisión más difícil de mi vida: dejar a mi familia y todo lo que conocía para vivir en los Estados Unidos y realizar mi sueño. Decidí instalarme en Florida durante 8 meses. Estos 8 meses serían los más duros de mi vida. A los 5 meses de instalarme, la soledad, la falta de seres queridos y la distancia de mis amigos me hicieron caer en uno de los peores periodos de mi vida, y obviamente mi fe se vio impactada.

Ya no podía rezar, dormía y comía poco, a eso se añadía que ya no tenía universidad debido a un examen suspendido, y en ese momento tenía la impresión de que todo iba en mi contra, ya nada iba bien. Sin embargo tenía esa voz, muy dentro de mí, que me tranquilizaba susurrándome que no me preocupara más y que todo volvería a la normalidad. Como no tenía otra solución que encontrar una nueva universidad lo antes posible, busqué y encontré una nueva universidad, pero día tras día surgían nuevos problemas.

El milagro

Una semana antes de la fecha límite que tenía antes de tener que volver a mi país de origen, Francia, me faltaba una respuesta de un miembro de admisiones de la universidad, una espera que duró meses. Esta respuesta era decisiva para mi vida y para este sueño que había seguido. Como los problemas se me venían encima, de repente decidí rezar, rezar desde lo más profundo de mi corazón como no lo había hecho en meses. Ese día, un milagro ocurrió en mi vida, después de orar desde lo más profundo de mi corazón, recibí un correo electrónico el mismo día, con la respuesta que estaba esperando.

A los pocos días, casi, tuve la impresión de que todos los problemas que tenía en ese momento podrían resolverse en un instante. Comprendí en ese momento que mi Padre, Jesucristo, nunca me había abandonado, era Él quien me había hecho comprender que no debía preocuparme más, simplemente quería que le pidiera cosas y desde ese día, sé que no importa cuántas pruebas, cuántas veces tendré que enfrentarme a lo que ocurra, Él siempre estará ahí, y en mí para siempre.

En conclusión, lo que me gustaría transmitir con este ensayo no es tanto mi viaje como un mensaje de esperanza para todo aquel que se sienta vacío por dentro al haber olvidado el poder de su Creador, el Padre de todos. Si le escuchamos desde lo más profundo de nuestro corazón, nos guiará hacia el maravilloso plan que tiene preparado para nosotros. Lo principal es confiar en Él y confiarle tu vida. El proceso no es fácil pero lo que nos espera sólo puede ser felicidad y paz.

El autorLouis Ricapet

Vaticano

El Papa reza por el “don de la diversidad en la Iglesia»

En enero de 2024 la intención de oración del Papa Francisco es que los católicos oren por "la diversidad de carismas en la Iglesia".

Paloma López Campos·2 de enero de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Este primer mes de 2024 el Papa Francisco pide a los católicos que no tengan miedo “a la diversidad de carismas en la Iglesia”. El Santo Padre anima en su vídeo de enero a “alegrarse de vivir esta diversidad”, que está presente desde “las primeras comunidades cristianas”.

Francisco afirma que “para avanzar por el camino de la fe necesitamos también el diálogo ecuménico”, con otras confesiones religiosas y las diferentes denominaciones cristianas. El Pontífice resalta que estas conversaciones no pueden verse “algo que confunde o que molesta, sino como un regalo que Dios hace a la comunidad cristiana para que crezca como un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo”.

Para vivir ese don hay que dejarse guiar por el Espíritu Santo, explica el Papa. Gracias a Él recordamos “que ante todo somos hijos amados de Dios. Todos iguales en el amor de Dios y todos diferentes”.

Por ello, Francisco encomienda a los católicos que oren para que el Espíritu Santo “nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a describir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia católica”.

Esta intención del Santo Padre llega justo en el mes en el que se celebra el octavario por la unidad de los cristianos. Precisamente el lema para el octavario de este 2024 es “Amarás al Señor, tu Dios… Y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10, 27).

El vídeo completo con la intención de oración del Papa puede verse a continuación:

Vocaciones

Asitha Sriyantha: “La formación es clave para abordar los desafíos de nuestra misión”

Asitha Sriyantha es natural de Sri Lanka. Ahora se encuentra en Pamplona, completando su formación teológica y filosófica. De familia católica, estudió en un colegio budista en el que pudo explicar a sus compañeros su deseo de entregarse a Dios. 

Espacio patrocinado·2 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Su nombre completo es Asitha Sriyantha Lakmal, Kekulu Thotuwage Don. Este seminarista de Sri Lanka tiene muy claro que su preparación previa al sacerdocio es clave para el ejercicio de un ministerio fecundo y alegre. 

¿Cuál fue tu camino hasta llegar al seminario?

—Desde mi infancia tuve el deseo de ser sacerdote. Vengo de una familia católica devota, con padres que participan activamente en las actividades parroquiales. Gracias ellos, fui creciendo en la fe y la relación con Dios. Estudié primaria en la escuela que está al lado de la iglesia parroquial. Para mí era normal servir en la misa de la mañana.

En secundaria, acudí a un colegio budista. Muchas veces, cuando los maestros nos preguntaban sobre nuestra ambición, mi única respuesta era: “Quiero ser sacerdote”. Mis maestros y amigos no lo entendían. Más tarde, cuando se lo expliqué, entendieron un poco mejor mi deseo e incluso me animaron.

A los dieciséis años entré en el seminario menor de San Luis, en Colombo. Después de tres años de formación en el seminario menor, entré en el seminario propedéutico. Hice tres años de estudios filosóficos en el Seminario Nacional de Nuestra Señora de Lanka, Kandy. y ahora puedo estudiar Teología en Pamplona gracias a Fundación CARF. 

¿Cómo vivió tu familia el anuncio de tu vocación?

—Al principio, a mi padre no le gustó mucho que entrara en el seminario, porque soy el único hijo varón. Ahora está orgulloso de tener un hijo preparándose para ser sacerdote. Mi madre es una católica muy devota, de la que siempre aprendo a rezar y mi única hermana siempre está ahí para lo que haga falta. Mi abuela vive con nosotros en nuestra casa y admiro la fe sencilla que tiene. Mis parientes y amigos están contentos porque soy el primero que va a ser sacerdote. Espero y rezo para que algunos de mis familiares elijan este maravilloso camino de vida, ser sacerdote. 

¿Qué aporta la Iglesia en Asia al mundo?

—Asia es increíblemente diversa, con numerosas etnias, idiomas y prácticas culturales. 

La Iglesia en Asia contribuye al rico tapiz del cristianismo de varias maneras, reflejando las diversas culturas, tradiciones, religiones e historias del continente. De hecho, la Iglesia en Asia a menudo abraza e integra esta diversidad, fomentando un sentido de unidad en medio de las diferencias. Asia es el hogar de varias religiones importantes, como el cristianismo, el islam, el hinduismo, el budismo, el sijismo y otras. 

La Iglesia en Asia participa en el diálogo interreligioso, promoviendo la comprensión mutua y la cooperación entre personas de diferentes religiones, contribuyendo a la paz. En muchos países de Asia los cristianos llevan a cabo su misión en paz y libertad, pero en cambio otros se dan situaciones de violencia y persecución. 

Ahora que convives con jóvenes de otras culturas, ¿en qué ha cambiado tu perspectiva sobre la Iglesia?

—Más que cambiar, se amplía. En Sri Lanka, experimentamos la Iglesia local. Pero en el Colegio Internacional Bidasoa, donde resido en Pamplona, se palpa la universalidad de la Iglesia católica. Podemos ser diferentes con nuestras culturas e idiomas, pero somos uno en nuestra fe.

Si Dios quiere, seremos ordenados sacerdotes y estaremos sirviendo en las diferentes partes del mundo, pero nuestra vida es una y servimos a un solo Maestro. Nuestros pensamientos e ideas pueden diferir, pero trabajamos juntos y caminamos juntos hacia un objetivo. 

¿Cuáles son los desafíos para un joven sacerdote hoy en día?

—Todavía no soy sacerdote, pero creo que cada sacerdote debe cumplir su misión de cara al pensamiento del mundo moderno. Muchas sociedades se están volviendo cada vez más seculares. Es un desafío para los sacerdotes comprometerse y atraer el interés de las generaciones más jóvenes. Hay problemas similares a los de las generaciones anteriores y otros son más propios del presente.

La formación es muy importante para encontrar formas innovadoras de abordar estos desafíos y servir activamente en la misión divina. Si nos edificamos sobre la fe en nosotros mismos, nunca tendremos daremos el fruto que Dios quiere, en cambio, si buscamos la gracia y la guía de Dios, manteniendo una relación cercana con Él, la vida será fecunda y habrá fruto abundante.

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Estados Unidos

Brock Martin: «Los jóvenes son los futuros líderes de la Iglesia»

En esta entrevista, Brock Martin habla sobre la comunidad que se crea durante el evento SEEK, los jóvenes como futuro de la Iglesia y el compromiso de los católicos con las personas que les rodean.

Paloma López Campos·2 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Brock Martin es director de evangelización regional en FOCUS. Siendo él mismo un padre joven, es consciente del potencial que tienen los jóvenes para difundir el Evangelio. Sabe que están llenos de vitalidad y que “ansían formar parte de algo más grande que ellos mismos”.

Brock Martin, director de evangelización regional en FOCUS

Por eso, colabora con la organización de SEEK y conoce de primera mano los detalles importantes del evento. En esta entrevista, habla sobre la comunidad que se crea durante los cinco días del encuentro, la juventud como futuro de la Iglesia y el compromiso de los católicos con las personas que les rodean.

¿Cuál es el origen de SEEK y por qué está orientado a los jóvenes?

– FOCUS ha acogido conferencias anuales desde sus inicios en 1998. En 2013, se adoptó el nombre de SEEK, que se ha convertido realmente en un centro increíble para que los líderes de la nueva evangelización se encuentren con decenas de miles de jóvenes que se plantean las preguntas más profundas de la vida. Aunque habrá muchos participantes de todos los grupos de edad y demográficos, los jóvenes siguen siendo el punto central, ya que son los futuros líderes de la Iglesia y del mundo.

Gracias a estos eventos, puede estar en contacto con la juventud de EE.UU. ¿Qué echan de menos los jóvenes, qué buscan?

– Creo que los jóvenes de hoy en día están hambrientos de una conexión auténtica, ¡y la pandemia lo ha exacerbado! Muchas de las instituciones con las que se relacionan los jóvenes simplemente intentan venderles algo. En SEEK, a la gente no se le «vende» algo, sino que se le invita a la aventura dinámica de seguir a la persona de Jesucristo. Me recuerda la gran cita de san Agustín: «Enamorarse de Dios es el mayor romance; buscarlo, la mayor aventura, y encontrarlo, el mayor logro humano». Los jóvenes ansían formar parte de algo más grande que ellos mismos y en SEEK verán y oirán claramente esa invitación.

Uno de los lemas de SEEK es «Sé la luz». ¿Qué significa y por qué es importante?

– El lema «sed la luz» procede de las palabras de Jesús en Mateo 5, donde dice a sus seguidores: «Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte”. Vivimos en una época en la que a menudo se nos dice que nuestra fe debe quedar relegada a nuestra vida privada y no debe afectar a nuestra vida pública. Desgraciadamente, esto ha dado lugar a muchos problemas, ya que la gente separa su fe de su práctica.

En SEEK, se nos recordará la verdad de que Dios no desea sólo una parte de nuestras vidas, sino nuestra vida «entera», ¡y esto es contagioso! Ver a miles de personas comprometerse a seguir al Señor inspira a otros a hacer lo mismo, y cuando vuelven a casa pueden llevar esa luz con ellos a otros en sus comunidades.

¿Cómo se consigue un sentimiento de comunidad cuando se reúne a miles de jóvenes?

– La evangelización debe ser relacional porque los seres humanos son relacionales. La comunidad puede ser difícil de fomentar con tantos asistentes, pero la comunidad se fomenta en SEEK de dos maneras.

En primer lugar, lo ideal sería que nadie asistiera solo a SEEK. A través de la historia sabemos que los santos vienen en grupos y viajar con amigos es siempre más fructífero que viajar solo. En segundo lugar, ¡lo que ocurre en SEEK no debe quedarse en SEEK!

Nuestra esperanza es que SEEK provea las herramientas y el ánimo para ir a casa y comenzar o continuar viviendo el discipulado misionero con aquellos que conoces y amas en casa. Esto es verdad tanto si regresas a un campus como estudiante o a una parroquia como feligrés.

¿Cuál es el objetivo del acto? ¿Qué es lo más importante a la hora de organizarlo?

– El objetivo de SEEK es proporcionar a los asistentes un poderoso encuentro con Jesucristo vivo y activo, e inspirarles para que lleven ese encuentro a casa y vivan como discípulos misioneros con un nuevo fervor.

Lo más importante a la hora de organizar la conferencia es asegurarnos de que nos apartamos del camino y dejamos que el Espíritu Santo impulse lo que sucede en el corazón de cada individuo. Creemos y hemos llegado a saber que Dios desea cautivar los corazones más de lo que nosotros jamás podríamos. Estamos llamados a crear un entorno en el que Él pueda obrar y luego nos hacemos a un lado y ¡dejamos que suceda!

¿Cómo encontrar el equilibrio entre hacer que un acto sea entretenido y mantener la presencia de Dios?

– Este equilibrio es sumamente importante. Algunas personas han dicho en el pasado que es pecado aburrir a alguien con el Evangelio. Esperamos crear un ambiente entretenido y atractivo para todos. Sin embargo, intentar simplemente entretener a la audiencia se quedaría corto con respecto al propósito más amplio del evento, que como he dicho es proporcionar a los asistentes encuentros impactantes e inspirarles para que se lo lleven a casa.

Intentamos equilibrar esto trayendo a oradores de talla mundial y entretenimiento, pero el foco del evento sigue siendo reunir a la gente y ponerla en la presencia de Dios. Esto es más notable en la tercera noche, donde habrá varias horas de adoración y música de alabanza, todo a los pies de Jesús en la eucaristía.

Hay muchos ponentes de renombre en SEEK, ¿qué criterios siguen para elegir a las personas que participan e imparten las charlas?

– En SEEK tenemos la bendición de recibir a tantos conferenciantes de renombre. En esencia, nuestro proceso de selección comienza con nuestros objetivos principales para el evento: ¿ayudará este orador a proporcionar a los asistentes un poderoso encuentro con Dios? ¿Ayudará a inspirar a la gente para que se lleven los frutos a casa y lo vivan? Además, el mundo actual ofrece a la gente muchas alternativas baratas al Evangelio.

Queremos que los conferenciantes de la SEEK sean capaces de responder a algunas de las preguntas típicas que se hace la gente y que ofrezcan una forma claramente católica de responder a los problemas a los que se enfrenta la humanidad hoy en día.

Para muchos jóvenes que participan en la SEEK el acto será una experiencia que les tocará el corazón, ¿qué espera de ellos como católicos que luego salen a la calle por todo el país?

– Espero que cada uno de los asistentes, sea cual sea la forma en que Dios les llame, reciba tres consejos clave: intimidad divina,  amistad auténtica, y claridad y convicción para vivir como discípulo misionero.

En cuanto a la intimidad divina, ruego que todos y cada uno de los asistentes se vayan con el deseo de cultivar una vida de oración diaria y reciban las herramientas y el ánimo para dar el siguiente paso, independientemente de dónde se encuentren.

En cuanto a la amistad auténtica, espero que la gente experimente cómo es cuando las personas se comprometen a vivir como santos y a hacerlo juntos. Dios nos creó como criaturas sociales y nuestros corazones anhelan ser conocidos, amados y cuidados.

Y por último, espero que cada asistente escuche que, debido a su bautismo, ellos mismos están llamados a ser discípulos misioneros. Esto no es una «regla» que la Iglesia nos da, sino un desbordamiento de lo que Dios está haciendo en nuestros corazones. Si los asistentes se van con estas tres cosas, entonces SEEK habrá sido un éxito.

Recursos

Intercambio entre lo divino y lo humano. Prefacio de Navidad III

El tercer Prefacio de Navidad es el resultado de una reelaboración de un texto recogido en el Sacramentario veronés y que data probablemente del siglo V, posiblemente de León Magno. La Navidad es el misterio de ese “maravilloso intercambio”: Dios asumió la naturaleza humana para que nosotros pudiéramos participar de la naturaleza divina.

Giovanni Zaccaria·2 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El tercer Prefacio de Navidad es, en su conjunto, fuertemente cristológico y está afectado por la polémica de la época en que fue compuesto. Es una fuerte afirmación de la verdadera fe contra arrianos, apolinaristas, docetistas, etc.

«Per quem hódie commércium nostræ reparatiónis effúlsit, quia, dum nostra fragílitas a tuo Verbo suscípitur, humána mortálitas non solum in perpétuum transit honórem, sed nos quoque, mirándo consórtio, reddit ætérnos».

En Él [hoy] resplandece a plena luz el sublime intercambio que nos ha redimido: nuestra debilidad es asumida por el Verbo, nuestra naturaleza mortal es elevada a la dignidad eterna, y nosotros, unidos a ti en maravillosa comunión, participamos de tu vida inmortal.

Prefacio III de Navidad

El Misterio de la Navidad se presenta aquí con el par de términos commercium-consortium: La Navidad es el misterio de este “maravilloso intercambio”: 

“¡Oh admirable commercium! Creator generis humani, animatum corpus sumens, de Virgine nasci dignatus est; et procedens homo sine semine, largitus est nobis suam deitatem – ¡Oh maravilloso intercambio! El Creador tomó un alma y un cuerpo, nació de una Virgen; hecho hombre sin obra de hombre, nos da su divinidad’ [Ant. de Vísperas en la Octava de Navidad]” (CIC, 526).

El corazón del mensaje cristiano en la Navidad

Al fin y al cabo, aquí reside el corazón del mensaje cristiano: ese admirable intercambio entre lo divino y lo humano, gracias al cual Dios asumió la naturaleza humana para que nosotros pudiéramos participar de la naturaleza divina. Un intercambio desigual, realizado por el amor, don supremo de la gracia.

Y al mismo tiempo el Misterio de la Navidad es consorcio, participación, comunión. “Por la Encarnación, el Hijo de Dios se unió en cierto modo a todo hombre” (GS, 22).

Concreción de la Redención para cada persona

En torno a este par de términos gira todo el texto de la oración, que da gracias a Dios por el don recibido con una serie de paralelismos antitéticos: gracias a que nuestra fragilidad es asumida por el Verbo de Dios, la mortalidad humana no sólo es elevada a una dignidad perpetua, sino que cada uno de nosotros se hace también eterno. 

Se percibe en estas expresiones el deseo de subrayar la concreción de la redención para cada persona individual: no es sólo la humanidad en abstracto la que es objeto de un honor sublime, sino que cada ser humano adquiere la inmortalidad que viene de Dios.

El autorGiovanni Zaccaria

Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma)

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Vocaciones

Carter Griffin: «La esencia del celibato es la entrega»

Carter Griffin, director de seminario y autor de "¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad espiritual del sacerdote" habla en esta entrevista sobre la esencia de la entrega de las personas célibes y el impacto que tiene este estilo de vida en la sociedad actual.

Paloma López Campos·2 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El sacerdote Carter Griffin es el rector del seminario San Juan Pablo II en Washington. Durante su estancia en la universidad de Princeton se convirtió al catolicismo y, tras ejercer como oficial naval, entró en el seminario.

Desde hace años habla sobre temas de antropología y teología, consciente de que actualmente “hay mucha confusión”, algo que por supuesto alcanza también al celibato. Con el fin de aportar luz y profundidad teológica en este aspecto, escribió su libro «¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad del sacerdote».

En esta entrevista desarrolla algunos de los puntos más importantes para comprender la paternidad espiritual, el sentido del celibato y su valor dentro y fuera de la Iglesia católica.

¿Qué es exactamente la paternidad sobrenatural, de la que usted habla con frecuencia?

La paternidad sobrenatural es un modo de dar la vida en el orden de la gracia, lo que significa que tomas parte en el cuidado de las almas. Implica sanar, proteger, alimentar… Todos los aspectos que se encuentran en la maternidad y paternidad naturales, pueden encontrarse en la paternidad espiritual.

Puede que a algunas personas les sorprenda encontrar vinculada la idea de sacerdocio y paternidad, ¿cómo se relacionan estos conceptos?

Probablemente sea una cosa del idioma, porque en inglés tenemos la costumbre de llamar “padre” al sacerdote. Por eso, incluso si las personas no han pensado realmente la razón por la que lo hacen, sí hay cierta idea de que el sacerdote es padre. Supongo que supone más un choque para aquellos que no estén habituados, pero la realidad es que en los países angloparlantes esta costumbre no tiene ni doscientos años.

La paternidad y la maternidad consisten en dar la vida a otros y, normalmente, hacemos esto de modo biológico y natural. Con todo, las personas tenemos un alma inmortal que se genera y requiere un acto de Dios. Así, al igual que un padre y una madre se unen para generar a un tercero a través de la acción de Dios, también nosotros generamos vida en el orden de la gracia. El celibato del sacerdote le permite llevar una vida completamente dedicada a ese nivel de paternidad.

Los seres humanos estamos hechos para el amor, un amor que debe ser fructífero. Todo ser humano está llamado a un amor fructífero, incluso las personas que no están casadas. Y el modo que tiene un sacerdote de vivir esto es a través de esa paternidad espiritual.

Hoy el celibato está considerado como algo radical, al igual que en la época de Jesús, en la que era extraño que un maestro no estuviera casado. ¿Cree que quienes piensan que el celibato no es natural tienen una parte de razón?

No es “antinatural” en un sentido negativo, porque no daña nuestra naturaleza, pero sí que es sobrenatural. Es algo que normalmente no somos capaces de vivir sin la ayuda de la gracia.

Dicho esto, también quiero clarificar la idea un poco porque siempre ha habido gente en la historia que no se ha casado, aunque no eran necesariamente célibes por el Reino de los Cielos, puede que estuvieran cuidando de la familia o que nunca encontraran cónyuge.

Tendemos a ver el sexo y el matrimonio a través de las lentes de la revolución sexual, que dice que el sexo es una necesidad indispensable, lo cual no es verdad. Las personas pueden tener vidas perfectamente buenas, independientemente de que estén casadas o no.

Por tanto, por un lado es una vocación sobrenatural que se vive en el orden de la gracia. Por otro lado, creo que le damos demasiada importancia al papel del sexo en el mundo actual, tanta que nos olvidamos de que se pueden tener una vida satisfactoria y buena sin que haya sexo en ella.

¿Tiene hoy el celibato el mismo valor que tenía en los inicios de la Iglesia?

El mismo o más. En los inicios de la Iglesia muchos veían el celibato como una continuación de la entrega total de uno, paradigmática en el martirio. Cuando el cristianismo se legalizó, comenzaron a organizarse las comunidades de hombres y mujeres que hoy conocemos como vida religiosa o consagrada. Hay mucha historia, en este sentido.

Pero pienso que algo que nos conecta con los inicios de la Iglesia culturalmente es el malentendido que hay en lo referente a la persona. Hay mucha confusión antropológica hoy, relacionada con lo que es ser hombre o mujer, el sexo, el matrimonio… Hay mucha confusión acerca de lo que es una sexualidad sana e integrada, al igual que la hubo hace siglos. Y pienso que el celibato, cuando se vive de la manera adecuada, ayuda a destronar la idolatría del sexo.

Pienso que las personas célibes son “amenazadoras” para nuestra cultura no porque a la gente le interese realmente si me caso o no, sino porque si es verdad que se puede tener una vida plena sin sexo, entonces se cae uno de los elementos esenciales del modo de ver el sexo en la actualidad.

Aparte de todas las razones relacionadas con la paternidad espiritual, incluso en un plano meramente sociológico el celibato enseña algo indispensable para nosotros. Nos recuerda que tenemos una dignidad como personas, que no somos animales en busca de la siguiente experiencia sexual, sino que somos hijos e hijas de Dios. El celibato nos ayuda a recuperar esto de una manera especial.

¿Es importante el celibato en la Iglesia católica?

Sí, y la principal razón se entiende desde el nivel sobrenatural del que ya hemos hablado. El celibato está ordenado al bien de los miembros de la Iglesia, se dirige a la edificación del Reino de Dios.

Como rector del seminario, ¿cómo ayuda a los alumnos a entender e integrar el celibato en sus vidas?

Una parte importante de ello es entender que el celibato no está dirigido a crecer en disciplina o a tener mayor disponibilidad de tiempo, sino que su esencia es la entrega de la vida. La manera en que crecemos en virtudes para el celibato y la paternidad espiritual es muy similar al modo en que se forman los maridos y padres naturales.

Si uno piensa en las virtudes que hacen de un hombre un buen marido y padre, se da cuenta de que son las mismas que las del sacerdote. Cuando ponemos esto en el contexto no solo del mero ascetismo o la disciplina, sino del amor, nos damos cuenta de que gran parte de nuestra formación viene de manera natural.

Sí que diría que hay cierto sentido de disponibilidad en el corazón célibe, pero no se refiere necesariamente al tiempo, es más bien una disponibilidad emocional. Un marido tiene que estar, en primer lugar, disponible para su mujer y sus hijos, y después los demás obtienen lo que queda. Mientras que una persona célibe está disponible para la persona que acuda a él en el momento.

¿Puede explicar la idea principal de su libro «¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad del sacerdote»?

La idea original vino de mi tesis doctoral, que escribí acerca de la paternidad espiritual y el celibato. El tema surgió porque me fui a Roma para hacer el doctorado, pero con una idea original distinta. Quería escribir sobre san Juan de Ávila y su influencia en el Concilio de Trento, pero las únicas dos personas que podían dirigir mi tesis acababan de retirarse, por lo que tuve que buscar un tema nuevo. Hablé con un amigo que había trabajado con el Papa Benedicto XVI y le pregunté si sabía qué le gustaría al Papa que escribiera. De inmediato me contestó: “Sobre la teología del celibato”. Benedicto era consciente de que había una auténtica necesidad de entender y profundizar en este tema.

Después llegó la idea de convertir la tesis en un libro. Creo que hay un entendimiento muy superficial sobre el celibato, por lo que el objetivo era hacer algo que recalcara su plano teológico.

Si pudiera expresar tres ideas breves acerca de lo que es realmente el celibato, ¿cuáles serían?

El celibato es, ante todo, una forma de renunciar al matrimonio y al amor y la sexualidad humanos, en aras de un amor superior.

El celibato es un testimonio de una realidad que está más allá de nosotros mismos y por encima de nosotros mismos. Es un testimonio de que Dios existe y de que tenemos otra vida para la que vivimos.

Y creo que el celibato es algo que nos ayuda, a los que somos célibes, a entregarnos más completamente. No es sólo para las personas a las que servimos, sino también para nosotros, para expandir nuestros corazones.

Vaticano

Santa María, “catedral de Dios” y maestra de oración

El Papa Francisco ha centrado sus primeras intervenciones de 2024 en Santa María, quien nos enseña a orar y a ser "constructores de unidad".

Paloma López Campos·1 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco realizó su último discurso público del 2023 durante la celebración de las vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. El Santo Padre señaló que los cristianos pueden vivir el fin de un año con “esperanza y gratitud”, gracias a “la fe en Jesucristo”.

El Papa explicó que la esperanza y la gratitud mundanas son distintas a las del cristiano. A las primeras “les falta la dimensión esencial que es la relación con el Otro y con los demás, con Dios y con los hermanos”.

Para no vivir solo humanamente estas virtudes, Francisco explicó que la Iglesia tiene que aprender de la Virgen María. Ella “siempre ha estado llena de amor, llena de gracia, y por eso también está llena de confianza y de esperanza”.

Santa María y la esperanza del cristiano

El Santo Padre explicó que este modo de vivir no es optimismo, sino otra cosa. “Es fe en Dios que es fiel a sus promesas. Esta fe toma la forma de esperanza en la dimensión del tiempo”. En definitiva, implica que “el cristiano, como María, es peregrino de esperanza”. Precisamente por esta razón, el tema del Jubileo de 2025 será “Peregrinos de la esperanza”.

Para preparar el Jubileo, Francisco propuso dedicar el 2024 a la oración. Indicó a santa María como la mejor maestra para “vivir cada día, cada momento, cada ocupación con la mirada interior vuelta hacia Jesús”.

El Papa siguió profundizando en la figura de la Virgen durante la Misa del 1 de enero. Durante la homilía destacó que “al principio del tiempo de la salvación está la Santa Madre de Dios, nuestra Madre santa”.

Francisco subrayó el título “Madre de Dios”, pues ahí se expresa “la alegre certeza de que el Señor, tierno Niño en brazos de su mamá, se ha unido para siempre a nuestra humanidad, hasta el punto de que esta ya no es solo nuestra, sino también suya”. Esto, dijo el Papa, no es solo un dogma de fe, “es también un ‘dogma de esperanza’; Dios en el hombre y el hombre en Dios, para siempre”.

Creatividad de Madre

El Santo Padre aprovechó esta ocasión para reivindicar el papel de la mujer en la Iglesia, que “necesita de María para redescubrir su propio rostro femenino”. Pero no solo la Iglesia, “también el mundo necesita mirar a las madres y a las mujeres para encontrar la paz”. Francisco dijo que “toda sociedad necesita acoger el don de la mujer, de cada mujer: respetarla, cuidarla, valorarla, sabiendo que quien lastima a una mujer profana a Dios, nacido de mujer”.

El Pontífice terminó la homilía pidiendo que “miremos a María para ser constructores de unidad” y aprendiendo de su “creatividad de Madre, que cuida de sus hijos, los congrega y los consuela, escucha sus penas y enjuga sus lágrimas”.

El Papa también dedicó el Ángelus del 1 de enero a la Virgen María. Sin embargo, durante su reflexión se fijó en “el silencio de la Madre”, un “rasgo hermoso”. Gracias a “su silencio y humildad, María es la primera ‘catedral’ de Dios, el lugar donde Él y el hombre pueden encontrarse”.

Deseos para el 2024

Al terminar la meditación, el Santo Padre rogó que “al comienzo del nuevo año miremos a María y, con corazón agradecido, pensemos y miremos también a las madres, para aprender ese amor que se cultiva sobre todo en el silencio, que sabe dar espacio a los demás, respetando su dignidad, dejándolos libres para expresarse, rechazando toda forma de posesión, opresión y violencia”.

Por último, el Papa Francisco expresó su deseo para el 2024: que “crezcamos en este amor manso, silencioso y discreto que genera vida, y abramos caminos de paz y reconciliación en el mundo”.