Niños con disciplina, adultos con voluntad

Hemos perdido la capacidad de educar en la voluntad y la disciplina, raíces del respeto y la madurez emocional. Recuperarlas es urgente si queremos sanar nuestras relaciones y formar hijos fuertes y felices.

9 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Estamos normalizando las relaciones humanas tóxicas. Adultos que reclaman derechos aplastando derechos. Matrimonios que se rompen por inmadurez y malos hábitos; adicciones, suicidios, asesinatos, violencia exacerbada. Todo esto es producto de que no hemos sido entrenados  desarrollar la fuerza de voluntad, esa energía poderosa que nos lleva a practicar el bien.  

Cada vez son más comunes las escenas en las que observamos niños impulsivos, desobedientes, irrespetuosos y que exigen inmediatez en el cumplimiento de sus deseos. Los padres de familia reciben diagnósticos sobre su conducta y se multiplican los niños con TOD (síndrome de oposición desafiante) o los que presentan rasgos de  TDHA (trastorno de déficit de atención con hiperactividad).  Se les da un veredicto y un medicamento pretendiendo que así estarán bien. Además, se recomiendan normalmente una serie de medidas que pocas veces se llevan a cabo y podemos constatar que el medicamento en realidad fue insuficiente, no sirvió. 

¿Por qué?

Creo que la cultura que nos envuelve nos invita a obtener resultados sin esfuerzo dentro de casa. Nos lleva a poner empeño fuera de ella: el trabajo es absorbente, nos rebasan los compromisos sociales, la competencia por el éxito entendido como dinero que permita consumir más nos consume a nosotros, las redes sociales, las pantallas que ofrecen vidas virtuales perfectas… Son muchas cosas que nos distraen de nuestra sublime misión educadora.

A los padres de un pequeño con los síntomas que he descrito les recomendarán:

  1. Calma. Los gritos y la impulsividad pueden empeorar la situación. Tome distancia antes de responder a una conducta desafiante.
  2. Límites claros. Se ponen reglas y se aplican consecuencias consistentes y predecibles.
  3. Crear una rutina diaria estructurada. La previsibilidad reduce el estrés. Buenos hábitos de higiene, levantarse temprano, desayunar bien, hacer tarea, ayudar en labores de casa, poco tiempo de pantallas, buenos modales en la mesa, etc. 
  4. El niño puede expresar cómo se siente pero no se tolerará la conducta agresiva o grosera. “Entiendo que estés enojado pero es necesario que respetes a todos especialmente a mamá”.
  5. Dar una instrucción clara y concisa y, ser firmes.

Estas sugerencias en realidad son para todos. El gran mal de las relaciones interpersonales tiene en su base una causa común: no se ha desarrollado la fuerza de voluntad. No estamos construyendo andamios fuertes que solo se obtienen con disciplina. Se dice que el 80% de nuestros problemas se resuelven con disciplina.

Albert Einstein decía: hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. Y es que la fuerza de voluntad impulsa el progreso, nos lleva al bien deseado. Implica saber esperar por la recompensa. Plantearla e ir por ella. 

  • Quiero un cuerpo sano, necesito darle buena alimentación, ejercicio y descanso.  
  •  Deseo éxito laboral, estudiaré, practicaré, haré propuestas, me aplicaré con devoción… 
  • Anhelo un matrimonio feliz, me prepararé para ello, haré los cambios necesarios, viviré el respeto y los detalles de cariño aunque a veces me falte el deseo…

La fuerza de voluntad se forja y se manifiesta en la disciplina, que es indispensable para el logro de objetivos, es el puente entre las metas y los logros, como dice Jim Rohn.

Diversos autores que hablan de la educación de la voluntad sostienen: 

La educación de la voluntad es un proceso gradual de aprendizaje y práctica que ayuda a desarrollar el autocontrol, la autodisciplina y la capacidad de lograr metas a largo plazo, superando la gratificación instantánea. Como un músculo, la voluntad se fortalece con el ejercicio constante y se debilita con la falta de uso.

Si tenemos hijos que no practican el respeto, el orden, la responsabilidad, la bondad, la generosidad, con diagnóstico de un síndrome o sin el, necesitamos darles disciplina y fortalecer su voluntad. ¡Vamos por ello! Esto es educar en valores, modelar con el ejemplo para hacer de ellos personas virtuosas. Que ésta sea nuestra meta y se convertirán en adultos maduros, estables y felices. 

La palabra de Dios nos instruye acerca de la disciplina. Algunos de los versículos que nos dan luz al respecto son:

Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.(Efe 6, 4). Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. (Prov. 3, 11-12).

Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.(Heb. 12, 11).

Estamos distraídos. Volvamos a nuestra esencia y vivamos aquello para lo que hemos sido diseñados: el amor. Requiere esfuerzo, preparación y volver a empezar cuantas veces se haga necesario. ¡Y vale la pena!

Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener una corona que se echa a perder; nosotros, en cambio, por una que dura para siempre. (1Cor. 9, 25).

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Evangelio

La importancia de la gratitud. Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del domingo XXVIII del tiempo ordinario (C) correspondiente al día 12 de octubre de 2025.

Joseph Evans·9 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tanto la primera lectura, como el Evangelio de la Misa de hoy, nos presentan la curación de un leproso. La lepra era la enfermedad más temida en el antiguo Israel, lo que llevaba a la exclusión de sus víctimas de la sociedad y exigía un ritual estrictamente prescrito para la reintegración de la persona curada.

El hecho de que el leproso tuviera que presentarse ante un sacerdote tanto para verificar la enfermedad como su curación —a fin de poder volver a la sociedad normal (véase Lev 14)— nos ayuda a considerarlo como una prefiguración del pecado y su “curación” en el sacramento de la Confesión. Así como los sacerdotes del Antiguo Testamento juzgaban la enfermedad y anunciaban su curación, los sacerdotes de la Nueva Alianza —con el poder de atar y desatar que les ha sido dado por Cristo (cfr. Jn 20, 21-23 y Mt 18, 18)— también juzgan el pecado con miras a perdonarlo.

En la primera lectura, el sanador es un profeta, Eliseo, y la curación lleva al hombre curado, el sirio (y por lo tanto pagano) Naamán, a reconocer al único Dios verdadero. Vinculada a la curación (aunque no se menciona en el breve texto de hoy) está la humildad de Naamán al escuchar a sus siervos y obedecer a Eliseo, quien le pidió que realizara la tarea relativamente sencilla de lavarse siete veces en el Jordán. En otras palabras, no hay ningún ritual elaborado, y mucho menos magia, y Naamán, un gran general, tiene que realizar una acción muy básica que perfectamente podría haber hecho en los ríos de su propia ciudad, Damasco. Naamán, con una noción muy territorial de la deidad y de la capacidad de actuar de un dios, se lleva consigo un poco de tierra local para seguir adorando al Dios de Israel.

Jesús, un profeta más grande que Eliseo, cura a los diez leprosos que acuden a Él suplicando misericordia. Aunque, según la costumbre judía, les dice que se presenten ante los sacerdotes, el hecho de que se curen por el camino deja claro que Él mismo es el verdadero Sumo Sacerdote, el verdadero representante entre Dios y el hombre. En ambos sentidos, como sacerdote y profeta, se revela como el verdadero mediador entre la humanidad y Dios, siendo Él mismo tanto humano como divino.

Una vez más, un extranjero (si no pagano) es el héroe de la acción, ya que es un samaritano quien vuelve para dar las gracias, mientras que los nueve israelitas no lo hacen. Y de nuevo, un extranjero descubre al verdadero Dios, Jesús, a través de esta curación física. En este episodio, una lección clave es la importancia de la gratitud. Las lecturas de hoy nos invitan a realizar con gratitud las pequeñas cosas que Dios nos pide, sabiendo que, con fe en él, estas nos llevarán a una curación espiritual más profunda de nuestra alma.

Libros

La cocaína del siglo XXI: móviles y salud mental en menores

El doctor en psicología Gustavo Rodríguez advierte de una duplicación de los problemas de salud mental en los niños y adolescentes. El principal protagonista: las tecnologías.

Teresa Aguado Peña·8 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

A pocos días la celebración del Día Mundial de la Salud Mental el próximo viernes, la asociación «Teléfono de la Esperanza» ha presentado hoy en su sede de Madrid el libro “La salud mental de niños y adolescentes”, del doctor en Psicología Gustavo Rodríguez, editado por San Pablo.

En la rueda de prensa, en la que han intervenido Carlos Grande (presidente del Teléfono de la Esperanza de Madrid) y Gustavo Rodríguez (autor del libro), han abordado el alarmante incremento de los problemas de salud mental entre los menores y qué se puede hacer al respecto.

Según un estudio de la Universidad de la Rioja, el 41 % de los menores afirma tener problemas de salud mental (más de 3 millones de niños en España), el 20 % presenta ideación suicida y el 15% tienen depresión diagnosticada. Más de 400.000 menores han tenido intentos de suicidio. «Esto son datos, datos y más datos, pero son niños y familias sufriendo y son muchos para lo q estábamos acostumbrados a antes de la pandemia». Así, Gustavo habla de una «crisis postpandemia», señalando como problemas principales la ansiedad, la depresión y los trastornos alimenticios, que se han duplicado en los últimos años.

Gustavo afirma que estos problemas afectan a niños cada vez menores, apareciendo cada vez de forma más prematura. Y ve una clara correlación con q cada vez niños mas pequeños usan estas tecnologías, se les da el móvil antes de tiempo. Explica que el problema no son las tecnologías en sí, sino la forma en la que están diseñadas: «hay estudios que demuestran que las tecnologías tienen el mismo nivel de adicción que la cocaína, se activan las mismas zonas cerebrales».

Qué se puede hacer para revertir esta «pandemia»

Como docente y psicólogo, el autor del libro habla de la importancia de la escucha atenta y comprensiva. «Los niños no tratan de llamar nuestra atención. Realmente están sufriendo» explica. «Cuando se realizan intervenciones con los padres y estos hacen por comprender mejor a su hijo, esa sola escucha produce una mejora casi inmediata en la salud mental del niño» afirma.

Por su parte, Carlos Grande apunta que hoy en día no se aprecia debidamente el valor de la escucha: «En Internet hay mil cursos de cómo hablar en público pero hay muy pocos vídeos de cómo escuchar. Y es la parte menos desarrollada pero la mas potente para acercarte a una persona». Cuenta cómo muchas llamadas de las que realizan en el Teléfono de la Esperanza finalizan agradeciendo la posibilidad de ser escuchado: «un anciano llamó una noche y me dijo q llevaba una semana sin hablar con nadie. Solamente quería hablar, y eso hicimos».

Gustavo insiste en la necesidad de la prevención con leyes que regulen el uso de tecnologías en menores, con formación a los padres, cursos de inteligencia emocional en todas las etapas escolares y con una sociedad comprometida con proteger a los menores. Concienciar sobre ello es precisamente lo que persigue con su nuevo libro, cuyos beneficios por derechos de autor se destinan íntegramente al Teléfono de la Esperanza, para apoyar su labor en la lucha contra esta pandemia.

La salud mental de niños y adolescentes

Autor: Gustavo Rodríguez
Editorial: San Pablo
Páginas: 244
Año: 2025
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Vaticano

El Papa alienta a la Vida Consagrada, y subraya que Dios viene en el dolor

León XIV ha agradecido esta mañana a los religiosos y religiosas reunidos para el Jubileo de la Vida Consagrada su “valioso servicio al Evangelio y a la Iglesia”. Además, ha subrayado en la Audiencia que Dios nos visita en el dolor y en el sufrimiento, no sólo cuando las cosas van bien.

Redacción Omnes·8 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En una Plaza de San Pedro con más de sesenta mil fieles, el Papa León XIV ha agradecido hoy a los religiosos y religiosas reunidos en el Jubileo de la Vida Consagrada, su “valioso servicio al Evangelio y a la Iglesia (…)”.

No os canséis de dar testimonio de la esperanza en las muchas fronteras del mundo moderno, sabiendo identificar con audacia misionera nuevos caminos de evangelización y promoción humana”, ha manifestado en italiano.

En la catequesis de la Audiencia, sobre ‘Jesucristo, nuestra esperanza’, monográfica del Año Jubilar, el Papa se ha centrado esta mañana en la exclamación de los discípulos de Emaús. Ellos dijeron al marchar Jesús: ¿No ardía nuestro corazón en nuestro pecho?” (Lc 24,32).

El Rosario por la paz

También ha aludido en numerosas ocasiones a la Virgen María al dirigirse a los peregrinos de diversas lenguas, hoy también en croata. 

Por ejemplo, a los lengua inglesa: “Al saludar con especial afecto a los religiosos y consagrados que participan en el Jubileo de la Vida Consagrada, os animo a mirar a la Santísima Virgen María. Ella es ‘el modelo sublime de consagración al Padre, la unión con el Hijo y la apertura al Espíritu’ (Vita consecrata, 28). ¡Que Dios os bendiga a todos!”.

Y a los de lengua alemana: “Queridos hermanos y hermanas, el mes de octubre está dedicado a la oración del Santo Rosario. Por eso, os invito a todos a rezar cada día el Rosario por la paz en el mundo. Que la Santísima Virgen María os acompañe siempre.”.

El Resucitado se acerca en la oscuridad y en el sufrimiento

En su meditación sobre los discípulos de Emaús, una de las conclusiones del Papa ha sido ver al Señor en el dolor y en el sufrimiento.

En la Pascua de Cristo, “todo puede convertirse en gracia. Incluso las cosas más ordinarias: comer, trabajar, esperar, cuidar de la casa, apoyar a un amigo”, ha comenzado diciendo.

La Resurrección no resta vida al tiempo y al esfuerzo, sino que cambia su sentido y su “sabor”. (…). Sin embargo, hay un obstáculo que a menudo nos impide reconocer esta presencia de Cristo en lo cotidiano: la pretensión de que la alegría debe ser sin heridas”.

Incapaces de sonreir…

Los discípulos de Emaús caminaban tristes porque esperaban otro final, un Mesías que no conociera la cruz, ha señalado el Pontífice. “A pesar de haber oído que la tumba está vacía, son incapaces de sonreír”. 

Pero Jesús está a su lado y, con paciencia, les ayuda a comprender que el dolor no es la negación de la promesa, sino el modo en que Dios ha manifestado la medida de su amor (cf. Lc 24, 13-27). 

“Cuando por fin se sientan a la mesa con Él y parten el pan, se les abren los ojos. Y se dan cuenta de que su corazón ya ardía, aunque no lo sabían (cf. Lc 24, 28-32)”. 

Ninguna caída es definitiva

Esta es la mayor sorpresa: descubrir que bajo las cenizas del desencanto y del cansancio siempre hay un rescoldo vivo, a la espera de ser reavivado, ha alentado el Papa.

“Hermanos y hermanas, la resurrección de Cristo nos enseña que no hay historia tan marcada por el desengaño o el pecado que no pueda ser visitada por la esperanza. 

Ninguna caída es definitiva, ninguna noche es eterna, ninguna herida está destinada a permanecer abierta para siempre”.

Jesús viene en nuestros fracasos, en el dolor

A veces pensamos que el Señor sólo viene a visitarnos en momentos de recogimiento o de fervor espiritual, cuando nos sentimos con fuerzas, cuando nuestra vida parece ordenada y luminosa, ha reflexionado León XIV.

“En cambio, el Resucitado se acerca en los lugares más oscuros: en nuestros fracasos, en las relaciones desgastadas, en los trabajos cotidianos que pesan sobre nuestros hombros, en las dudas que nos desaniman. Nada de lo que somos, ningún fragmento de nuestra existencia le es ajeno». 

La alegría de recomenzar

«Pidamos, pues, la gracia de reconocer su presencia humilde y discreta, de no esperar una vida sin pruebas, de descubrir que todo dolor, si es habitado por el amor, puede convertirse en lugar de comunión”.

“Y así, como los discípulos de Emaús, también nosotros volvemos a nuestras casas con un corazón que arde de alegría. Una alegría sencilla, que no borra las heridas, sino que las ilumina. Una alegría que nace de la certeza de que el Señor está vivo, que camina con nosotros y nos da en cada momento la posibilidad de recomenzar”.

El autorRedacción Omnes

Evangelización

P. Desiderio García, nuevo Prior General de los Carmelitas: “Nuestro origen es asiático”

La Orden del Carmen tiene nuevo Prior General, elegido en Indonesia. Es el P. Desiderio García (Francia, 1970), hasta ahora prior y párroco de los Carmelitas de Ayala (Madrid). “Nacimos en Tierra Santa. nuestro origen es asiático”, asegura a Omnes. "La contemplación, con manos compasivas, es el mejor regalo que podemos ofrecer al mundo y a la Iglesia”, añade.

Francisco Otamendi·8 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

La Provincia Carmelita de Aragón, Castilla y Valencia fue la más rápida en contarlo. El 19 de septiembre. “El P. Desiderio García, nuevo Prior General. Capítulo General, Malang 2025”, decía la noticia. En efecto, en el Capítulo General de Malang (Indonesia), el P. Desiderio era elegido Prior General de la Orden de los Hermanos de la Virgen María del Monte Carmelo, para los próximos seis años (2025-2031).

Nacido en Orange (Francia), en la Provenza francesa, en 1970, de padres españoles, “soy hijo de emigrantes”, cuenta a Omnes. El P. Desiderio, O. Carm., tiene tres licenciaturas, en Estudios Eclesiásticos, Teología Bíblica y Filología Hebrea. Y ha sido miembro de distintas Comisiones Internacionales en la Orden del Carmen. 

Durante seis años ha sido Prior Provincial de los Carmelitas de la Provincia de Aragón, Castilla y Valencia de San Juan de la Cruz, veintiún años Consejero de Formación en su Provincia, y dieciocho años Maestro de Novicios. Ha formado parte de proyectos de formación en Salamanca (España), Aylesford (Reino Unido), Roma (Italia) y Santo Domingo (Rep. Dominicana). 

Actualmente, el P. Desi, como es conocido coloquialmente, era Consejero de Vida Religiosa, y llevaba dos años como prior y párroco en la comunidad carmelita de la calle Ayala (Madrid). Recién llegado de la isla de Java, y tras predicar un retiro de Effetà de esta parroquia a numerosos jóvenes, con él conversamos.

En primer lugar, enhorabuena. ¿Lo esperaba? ¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos? 

– Nunca espera uno estas cosas. Estaba sirviendo felizmente, junto con mis hermanos carmelitas, en nuestra Parroquia de Sta. María del Monte Carmelo, conocida en Madrid como los “Carmelitas de Ayala”. Me enteré de mi elección allí mismo en la sala capitular, una vez se leyó el escrutinio de la primera votación deliberativa, en la que se me indicó que se había alcanzado la mayoría absoluta. En mi caso sentí gratitud por la confianza de los hermanos, y, al mismo tiempo, temblor y temor frente a la responsabilidad asumida. 

Estos regalos que Dios hace tienen forma de cruz. Nuestra autoridad no es la del poder, el relumbrón o la medalla al mérito, es, más bien, la de la caridad, la humildad, el servicio generoso a todos, como hizo Jesús en el lavatorio de los pies. Así se lo manifesté a los hermanos capitulares y a toda la Orden comunicándoles, después de rezarlo, que aceptaba esta responsabilidad como un servicio de amor a Dios, a la Iglesia y a la Orden del Carmen, en cada uno de los hermanos, para que, juntos, pudiéramos llevar a plenitud la vocación a la cual habíamos sido llamados.

Usted nació en Francia, pero ha vivido luego en España.

– Nací en Orange (Francia) en 1970. Mis padres son españoles, soy hijo de emigrantes. Orange se encuentra en la Provenza francesa, es una ciudad romana que cuenta un impresionante patrimonio: el antiguo teatro y el arco de triunfo, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad. También es conocida por ser un importante centro vitivinícola en Francia. Los vinos de Côtes du Rhône así como los viñedos de Châteauneuf du Pape, donde trabajó mi padre, han sido reconocidos desde el siglo XIV.

Orange es una especie de Mérida a la francesa. Aún tengo allí amigos y familia. La familia, cuando los abuelos envejecieron y hubo que priorizar qué atender lo primero, regresaron a España. Se instalaron en Onda (Castellón), donde tuve mi primer contacto con los carmelitas. 

El P. Desiderio García, en el centro, con los dos ex Priores Generales.

El Capítulo General se ha celebrado en Indonesia. Ayer comentó que el crecimiento de la Orden en Asia es alto, mayor que en otras latitudes.

– Con mucha alegría, la Orden del Carmen, al compás del anuncio del Evangelio, se está extendiendo en Asia. No está de más recordar que es solo un viaje de ida y vuelta, pues nuestro origen es asiático. De hecho, nacimos en Tierra Santa, en el Monte Carmelo, en Oriente Próximo. Vinimos de allá y, ahora, el Espíritu Santo nos lleva otra vez allí. 

El Carmelo llegó a Indonesia en 1923, hace ya 102 años, gracias a la generosidad y al impulso misionero de la Provincia carmelita de Holanda. Hoy, en el país musulmán más grande del mundo, donde la población católica son sólo el 3 %, son más de 400 frailes y unos 200 jóvenes en diversas etapas de la formación. Lo importante, evidentemente, no son los números, ni las estrategias, ni los cálculos. Sino comprobar cómo el don del carisma carmelita, sus valores, su espiritualidad, bajo la acción del Espíritu Santo, sigue dando fruto. 

¿Ha tenido oportunidad de informar de su elección al Papa León XIV? ¿Puede destacar algún mensaje del Papa en estos primeros meses?

El Procurador General, que es el representante a nivel institucional de nuestra Orden ante la Santa Sede, es el que se lo comunica oficialmente a la Secretaria de Estado, en el Vaticano. Ese es el cauce institucional. Seguidamente, el nombramiento se notifica a todos los Dicasterios de la Santa Sede, con los que la Orden, por unas razones y otras, debe estar en contacto. 

No he tenido la ocasión de saludar al Santo Padre personalmente, pues aún no estoy instalado en Roma. Desde la isla de Java, donde se celebró, en Malang, el Capítulo General, regresé directamente a Madrid. Tenemos un tiempo de transición para organizar visados, permisos de residencia y cuestiones administrativas a nivel civil y canónico de los miembros del Consejo General. Una vez allí, ya instalados, es el Procurador General el encargado de solicitar audiencia con el Santo Padre para presentar oficialmente al Prior General y su Consejo. 

Destacaría del mensaje inicial del Papa León XIV su hermoso mensaje de paz. Suplicó, el primer día, inmediatamente después de su elección, que la “paz de Cristo resucitado” tocara a “todos los pueblos”, a “toda la tierra”, y que fuera “una paz desarmada y una paz desarmante”. 

El nuevo Prior General de los Carmelitas, P. Desiderio García, con el nuevo Nuncio de la Santa Sede en España, Mons. Piero Pioppo, hasta ahora Nuncio en Indonesia. La reunión tuvo lugar en Yakarta hace unos días.

Para los menos conocedores de la Orden del Carmen, díganos algún rasgo nuclear del carisma carmelitano. 

– La contemplación no sólo es el corazón del carisma carmelita, sino que es en sí misma el mejor regalo que podemos ofrecer al mundo y a la Iglesia. Como mendicantes estamos abiertos a todo ministerio y apostolado. Ahora bien, dado que, nosotros, los carmelitas, realizamos nuestra misión en medio del pueblo ante todo con la riqueza de nuestra vida contemplativa, hagamos lo que hagamos, atendemos especialmente el camino espiritual de las personas. 

Creo que uno de los grandes desafíos proféticos del Carmelo es ayudar al mundo de hoy a cultivar la vida interior. Una vida interior que no nos aleja de la vida ordinaria de los hombres, al contrario, nos sumerge más en los dolores de la humanidad. Un hombre de mirada contemplativa es un hombre de manos compasivas. 

El contemplativo “ensancha su tienda”, como dice el profeta Isaías, para que quepa Dios y todos que vienen con Él: la humanidad. Si un día, a nuestro alrededor, no hubiera ya más enfermos y hambrientos, abandonados y despreciados -los minores de los que habla nuestra tradición mendicante- no es porque no los haya, sino, simplemente, porque no los vemos. La auténtica contemplación nos lleva a la ternura y a la compasión, a tocar las llagas del Cuerpo de Cristo y a sanar heridas. Insisto, la calidad de nuestra compasión procede de las raíces de la contemplación.

Aunque quizá sea prematuro, ¿podría comentar alguna prioridad de su mandato? También se ha elegido a los demás miembros de la dirección.

– El Prior General recibe la encomienda de los hermanos de velar con docilidad por el bien común de toda la Orden. Para ello, debería dedicar su máximo esfuerzo para que ésta creciera en fidelidad a su identidad (lo que llamamos en nuestro lenguaje, carisma), así como discernir de forma creativa, mirando nuestro mundo, los nuevos caminos por dónde Dios nos conduce. 

Esto implica acompañar a toda la Familia Carmelita a cultivar nuestra actitud contemplativa en la vida de oración, fraternidad y servicio en el anuncio de Evangelio. Esta animación, tal como podrá imaginar, no se hace con el mando a distancia. Implica, sobre todo, viajar, mirar cara a cara a los hermanos, conocer la realidad, dialogar con cada cultura. Y sobre todo, desplegar el “apostolado de la escucha”. Vivir con fidelidad el don recibido en nuestra espiritualidad carmelita, volviendo a nuestros orígenes de forma creativa, conlleva varias cosas. Por un lado, la renovación de la vida comunitaria, como lugar para el acompañamiento y la acogida incondicional. Y por otro, el cuidado de nuestra misión, abriendo ventanas de esperanza a la humanidad vulnerable, pobre y olvidada.

Sí, efectivamente, el Prior General no está solo. Sería imposible. Un buen grupo de hermanos carmelitas, llamado Consejo General, de distintas nacionalidades, también elegidos en el Capítulo General, ayudan y sostienen esta misión de gobierno y animación espiritual: Vice-General (fr. Hariawan Adji, Indonesia). Ecónomo General (fr. Christian Körner, Alemania). Consejero de Europa (fr. Richard Byrne, Irlanda). Consejero de las Américas (fr. Nepomuk Willemsen, Estados Unidos). Consejero de Asia, Australia y Oceanía (fr. Robert Thomas Puthussery, India). Consejero de África (Burkina Faso, fr. Erik Chrisostome), y Procurador General (fr. Michael Farrugia, Malta).

Si desea añadir alguna cosa… 

– Me gustaría dar gracias a Dios por vuestro trabajo y depositar la vida de los lectores bajo el manto de la Virgen del Carmen, nuestra Madre y Hermana. 

Para ello, me despido con unas palabras de Fray Pablo Mª de la Cruz, O. Carm., un joven carmelita, enfermo de cáncer, que hizo su profesión carmelita in articulo mortis (en peligro de muerte). 

Él mismo, antes de morir, con 21 años, escribió una carta póstuma al papa Francisco durante la JMJ de Lisboa 2023, diciéndole: “En el Carmelo, el Jardín de Dios, antesala del Cielo, crece María, el Girasol de Dios, a la que  me gusta llamarla e imaginármela como la Virgen del Primavera. A Ella le pido que transforme los desiertos del dolor en jardines de consolación, y en sus manos deposito la evangelización de los jóvenes”. 

El autorFrancisco Otamendi

Un vacío con la forma de Dios

J. K. Rowling, creadora de un fenómeno cultural global, revela su lucha personal con la fe en un mundo donde el vacío espiritual se traduce en enfrentamiento y desconexión. Su reflexión invita a redescubrir la fe no como mera creencia, sino como encuentro transformador con Dios y con los demás.

8 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

J. K. Rowling es, sin duda, una de las mujeres de nuestro tiempo. De su cabeza emergió una saga que, podrá gustar o no, pero tiene visos de llegar a ser considerada un clásico y, en los últimos años, ha sufrido, como pocas personas, la dureza de una cultura de la cancelación. Siempre se había presentado como agnóstica pero, hace pocas semanas, en un largo tuit, que merece la pena leer y pensar, declaró: “He luchado con la fe religiosa desde mediados de mi adolescencia. Parece que tengo un vacío en forma de Dios dentro de mí, pero nunca consigo decidir qué hacer al respecto. Probablemente podría enumerar al menos veinte cosas más sobre las que he cambiado de opinión. Actualmente no tengo ninguna creencia que no pueda ser alterada por pruebas claras y concretas y, salvo en un caso, sé cuáles tendrían que ser esas pruebas. La excepción es el enigma de Dios, porque no sé qué tendría que ver para decidirme firmemente por uno u otro lado. Supongo que ese es el significado de la fe, creer sin ver pruebas, y por eso probablemente iré a la tumba sin resolver ese asunto personal en particular”.

La autora de Harry Potter ponía el foco de atención en una de las claves de nuestra sociedad actual: el vacío inmenso, tan inmenso como el Dios único capaz de llenarlo, que ha socavado las bases mismas de la convivencia, pasando de la lógica del encuentro a la lógica del enfrentamiento. 

La fe es hoy la ansiada desconocida, la meta ignota en un mundo que lucha por sustituirla mientras confirma, a cada paso, la ineficacia de los sucedáneos que se nos ofrecen: la gloria, la fama, el poder económico o las promesas finitas de la Inteligencia Artificial. En una de las catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunció, precisamente en el Año de la Fe, parecía responder a esta incógnita planteada por la autora británica:No se trata de aceptar sólo “algo” que no se ve, sino “alguien” al que sí podemos amar: “La fe nos dona precisamente esto: es un confiado entregarse a un ‘Tú’ que es Dios, quien me da una certeza distinta, pero no menos sólida que la que me llega del cálculo exacto o de la ciencia. La fe no es un simple asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que me confío libremente a un Dios que es Padre y me ama; es adhesión a un ‘Tú’ que me dona esperanza y confianza. Cierto, esta adhesión a Dios no carece de contenidos: con ella somos conscientes de que Dios mismo se ha mostrado a nosotros en Cristo; ha dado a ver su rostro y se ha hecho realmente cercano a cada uno de nosotros”. 

Llenar ese vacío es la tarea de cada uno de los cristianos en este mundo. No tenemos otro modo de vivir la fe que no sea “en salida”. La misión de unir un mundo fragmentado, polarizado y dividido, pero, sobre todo, vacío, es la traducción de vivir de fe y ser así constructores de paz.

¿Y si el mayor peligro de los niños está en su propia habitación?

A estas alturas del siglo XXI, los adultos no podemos ser ingenuos a la hora de suponer dónde están los mayores riesgos para la educación de los jóvenes.

8 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un conductor de Uber me dejó temblando con su relato: “Llevé a un pasajero que no dejaba de suspirar. Desde que le entregó un celular a su hija de 12 años, la relación con ella se complicó. Una tarde fue a tocar la puerta de su hija; al otro lado oía música, pero ninguna respuesta. Golpeó más fuerte, varias veces, el nerviosismo lo devoraba y forzó la puerta. No había nadie. La música provenía del notebook. Desconcertado, el papá se acercó a la pantalla y vio que estaba abierta la pestaña de Instagram. Se sentó para mirar los mensajes directos. Un tipo había estado conversando con su hija, durante varios meses. Él la adulaba, le enviaba fotos y le pedía otras. Eróticas. Al final de la conversación, ese sujeto la invitaba a una cita secreta en su casa. Ahí estaba la dirección, y la aceptación de su pequeña, enviada hacía cosa de una hora. Ese padre se levantó transpirando y salió disparado a buscarla. Gracias a Dios, la recuperó”.

¿En qué extrañas paradojas nos hemos metido? Los padres se preocupan de que sus hijos coman verduras y no pasen frío en la noche, o contratan poderosos seguros de salud para el caso de que pesquen una neumonía. Pero en cuanto el niño entra a su habitación, lo abandonan en el far west, la intemperie, la exposición ante los peores depredadores de nuestra especie.

¿Hay alguien que esté combatiendo esto? Laila Mickelwait es una activista norteamericana que lleva décadas luchando contra la industria de la pornografía. Con más de dos millones de seguidores, ella exige el cierre de Pornhub y la responsabilidad de sus dueños. ¿La razón? Esa plataforma hospeda y monetiza pornografía vengativa, cámaras espía, sumisión femenina.

En los últimos años, Mickelwait ha alcanzado importantes logros. Lo cuenta, de manera trepidante, en el libro Take Down. Inside the Fight to Shut Down Pornhub for Child Abuse, Rape and Sex Trafficking (Penguin Random House, 2024). A fines del año 2020, consiguió que Pornhub eliminara el 80 % de sus contenidos no verificados. Dos años después, Visa, Mastercard y Discover suspendieron sus servicios de pago online tanto para suscripciones como para transacciones de publicidad. Ahora Laila colabora con varios juicios civiles y penales contra Aylo”(la empresa controladora más importante del rubro). Su argumento es demoledor: la pornografía no es “entretenimiento para adultos”, sino una “escena del crimen”.

Qué ganas de devolver la infancia a nuestros niños: que se ensucien más y arriesguen a hacerse heridas en las rodillas. A cambio, no los dejaremos solos frente a las pantallas.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) y Doctor en Teología de la Universidad de Navarra (España).

Vaticano

El Papa eleva el listón ante la JMJ de noviembre: amar a los enemigos

León XIV ha puesto el listón alto en el Mensaje a los jóvenes, con ocasión de la 40 Jornada Mundial de la Juventud JMJ) el 23 de noviembre en las diócesis.

Redacción Omnes·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El próximo 23 de noviembre tendrá lugar en las diócesis la XL (40) Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), tras el Jubileo de los Jóvenes que ha tenido lugar en Roma este verano. En su Mensaje, fechado el 7 de octubre, memoria de la Virgen del Rosario, el Papa ha recordado que “no siempre es fácil dar testimonio”. Y que a veces hay “rechazo” e incluso “oposición violenta”. Pero el listón y la actitud cristiana es ésta: ‘amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores’ (Mt 5,44)”.

“Esto es lo que han hecho los mártires desde los inicios de la Iglesia”, ha escrito el Papa, comentando el lema de esta JMJ, que es “Ustedes también dan testimonio, porque están conmigo (Jn 15,27)”.

Persecución: no es una historia del pasado

De manera similar a lo que hicieron con Jesús -”si me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes” (Jn 15,20)- también ahora sucede. “Esta no es una historia del pasado”, señala el Papa. “Todavía hoy, en muchos lugares del mundo, los cristianos y las personas de buena voluntad sufren a causa de la persecución, las mentiras y la violencia”. 

Y la tentación de “reaccionar instintivamente, poniéndose al nivel de quienes los han rechazado, adoptando actitudes agresivas”, está ahí, recuerda León XIV. Sin embargo, “recordemos el sabio consejo de san Pablo: ‘No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien’ (Rm 12,21).

“Por tanto, no se desanimen, como los santos, también ustedes están llamados a perseverar con esperanza, sobre todo ante las dificultades y los obstáculos”, ha alentado el Papa León.

De dónde obtener la fuerza, hasta la JMJ de Seúl 2027

Y para conseguir esta perseverancia, el Papa ha aludido a la fuerza del Espíritu Santo y a la amistad con Jesús. “Con la fuerza del Espíritu Santo, como peregrinos de esperanza, nos preparamos para convertirnos en valientes testigos de Cristo. Comencemos, pues, desde ahora, un camino que nos llevará hasta la edición internacional de la JMJ en Seúl, en 2027”.

Estar con Él como amigos, no como ‘activistas’ de partido

“Nuestra amistad con Jesús, que recibimos de Dios como un don”, es la clave. 

Jesús “no nos quiere como siervos, ni como “activistas” de un partido; nos llama a estar con Él como amigos, para que nuestra vida sea renovada. Y el testimonio surge espontáneamente de la alegre novedad de esta amistad”. Ése es el fundamento, explica el Papa.

El testimonio cristiano nace de la amistad con el Señor, crucificado y resucitado para la salvación de todos, señala.

“Esta no debe confundirse con una propaganda ideológica, sino que es un verdadero principio de transformación interior y de sensibilización social”. 

Jesús quiso llamar “amigos” a los discípulos, añade el Pontítife, “a quienes dio a conocer el Reino de Dios y les pidió que permanecieran con Él para formar su comunidad y enviarlos a proclamar el Evangelio (cf. Jn 15,15.27)” 

Cómo es la amistad de Dios

Por eso, cuando Jesús nos dice: “Den testimonio”, nos está asegurando que nos considera sus amigos. “Sólo Él conoce plenamente quiénes somos y por qué estamos aquí: conoce el corazón de cada uno de ustedes jóvenes, su indignación ante la discriminación y la injusticia, su deseo de verdad y belleza, de alegría y paz; con su amistad los escucha, los motiva y los guía, llamando a cada uno a una vida nueva”.

“Es una amistad única, que nos da la comunión con Dios”, subraya el Papa. “Una amistad fiel, que nos hace descubrir nuestra dignidad y la de los demás. Una amistad eterna, que ni siquiera la muerte puede destruir, porque tiene su principio en el Crucificado resucitado”.

“Nunca estamos solos”

Al concluir, León XIV ha invitado a fijar “nuestra mirada en Jesús. Mientras agonizaba en la cruz, Él confió la Virgen María como madre a Juan, y a ella Juan como hijo. Ese último don de amor es para todo discípulo, para todos nosotros. Les invito, por tanto, a acoger este santo vínculo con María, Madre llena de afecto y comprensión, cultivándolo especialmente con la oración del rosario”. 

“Así, en cada situación de la vida, experimentaremos que nunca estamos solos, sino que siempre somos hijos amados, perdonados y animados por Dios. De todo esto, ¡den testimonio con alegría!”, ha finalizado el Papa.

El autorRedacción Omnes

Vaticano

El Papa León XIV realizará su primer viaje a Turquía y Líbano

El pontífice visitará Turquía del 27 al 30 de noviembre por el 1.700º aniversario del Concilio de Nicea, y posteriormente Líbano del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

Redacción Omnes·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Vaticano ha confirmado oficialmente que el Papa León XIV realizará un viaje apostólico a Turquía y Líbano del 27 de noviembre al 2 de diciembre, marcando su primera visita al extranjero desde su elección el pasado 8 de mayo.

Este viaje sustituye al inicialmente planeado para mayo por el fallecido Papa Francisco, quien había previsto una visita a Turquía. Durante su pontificado, Francisco visitó Turquía en 2014, donde se reunió con el presidente Recep Tayyip Erdogan, en una visita centrada en el diálogo ecuménico y el tema migratorio. En cuanto a Líbano, la última visita papal fue la de Benedicto XVI en septiembre de 2012.

En Turquía, el pontífice participará en la conmemoración del 1.700º aniversario del primer Concilio de Nicea, que se celebrará en Iznik, la histórica ciudad que acogió en el año 325 a unos 300 obispos del Imperio romano bajo la convocatoria del emperador Constantino. La asamblea estableció las bases doctrinales que aún hoy reconocen numerosas confesiones cristianas. Durante su estancia, León XIV también acompañará al patriarca Bartolomé I, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en Estambul, en el marco de la fiesta del trono del patriarcado el 29 de noviembre.

Viaje al Líbano

Tras Turquía, el Papa visitará Líbano del 30 de noviembre al 2 de diciembre, atendiendo a la invitación del Jefe de Estado y de las autoridades eclesiásticas libanesas. El patriarca Bechara Rai, jefe de la Iglesia maronita, confirmó la visita en agosto, mientras que León XIV recibió en junio al presidente libanés Joseph Aoun, quien le entregó formalmente la invitación.

El Líbano es un país de gran diversidad religiosa y una notable presencia de cristianos, con dos mayorías musulmanas y alrededor de un tercio de población cristiana, especialmente maronita. Además, acoge a millones de personas afectadas por conflictos regionales, incluyendo refugiados sirios y palestinos, así como más de 1,2 millones de desplazados internos libaneses.

Los viajes papales a este país buscan fortalecer la fe de las comunidades cristianas y promover el diálogo interreligioso en un entorno multicultural y complejo. También subrayan la importancia de la convivencia pacífica entre distintas confesiones y el apoyo a quienes viven como minoría, así como la solidaridad con los desplazados y refugiados que conviven en la región.

Familia

Przekazywanie wiary naszym dzieciom: sianie ziarna w głębi serca

Otwieranie naszym dzieciom drzwi do dialogu z transcendencją stanowi zadanie, które rodzice muszą podejmować na różne sposoby na każdym etapie życia.

Leticia Sánchez de León·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Nie ulega wątpliwości, że znajdujemy się w trudnym kulturowo i społecznie momencie jeśli chodzi o przekazywanie wiary w ogóle. Współczesna kultura coraz bardziej odsuwa na bok antropologiczną wizję człowieka, w której liczy się wnętrze, a w relacjach społecznych przeważa to, co materialne (to, co się posiada, to, co się wytwarza) nad tym, co niematerialne: kim jesteś, jakie masz marzenia i projekty, co cię uszczęśliwia… 

Do głęboko materialistycznych społeczeństwa i kultury dochodzi niezdolność ludzi do refleksji. Niektóre z przyczyn tego stanu rzeczy to utrata wartości, relatywizm, brak ogólnego wykształcenia humanistycznego, rozwój technologiczny, przyspieszenie tempa życia czy polaryzacja społeczeństwa. 

Złożony kontekst sprawia, że jako społeczeństwo zmierzamy w kierunku kultury pospiesznej komunikacji, w której nie ma miejsca na refleksję i dialog.   

 Jednak w tak ważnych kwestiach, jak przekazywanie wiary, edukacja w zakresie wartości czy ogólnie rzecz biorąc kształtowanie postaw ludzkich, czas na dialog i refleksję jest niezbędny. 

Badaczka i pisarka Catherine L’Ecuyer, ekspertka w dziedzinie psychologii i edukacji, w książce, która przyniosła jej sławę, Educar en el asombro («Wychowywać w zachwycie”), mówi o tym, jak ważne jest, żeby dzieci miały kontakt z naturą, bo tam odkrywają i doświadczają ciszy, powolnego rytmu wzrostu roślin, niespiesznego ruchu mrówek czy uważnego zapylania kwiatów wiosną. 

To, co mówi L’Ecuyer, ma wiele wspólnego z procesem przekazywania wiary naszym dzieciom: kiedy rozmawiamy z nimi o Bogu lub modlimy się razem z nimi, „zasiewamy” w ich sercach małe ziarenka, co niewątpliwie wymaga czasu i troski. 

W obliczu rzeczywistości społecznej, która nie jest wolna od przeszkód, wiara – zaspokajająca pragnienie transcendencji każdego człowieka – może być zasiana na żyznej ziemi, jeśli potrafimy rozpoznać, gdzie i kiedy rzucić ziarno. 

Rodzice wyjaśniają świat swoim dzieciom 

Otwierając naszym dzieciom drzwi do dialogu z transcendencją, mamy jako rodzice pewną przewagę: nasze dzieci, zwłaszcza w pierwszych latach życia, są naturalnie otwarte na wszystko, co chcemy im pokazać i czego chcemy ich nauczyć. To one czynią nas swoimi tłumaczami świata. Już od wieku „a dlaczego?”, czyli około trzeciego roku życia, nasze dzieci pragną zrozumieć to, co je otacza, i zwracają się do nas właśnie dlatego, że jesteśmy ich rodzicami. 

Można by słusznie zauważyć, że przestajemy być tłumaczami świata, gdy nasze dzieci wchodzą w okres dojrzewania. A jednak także na tym etapie to, co im mówimy, ma znaczenie, jednakże w połączeniu z przykładem, jaki im dajemy. 

Oczywiście, ciągłe podważanie naszego sposobu postrzegania świata jest cechą charakterystyczną dla nastolatków. I dobrze, że tak jest. Nasze dorastające dzieci zaczynają kształtować własne poglądy, a zatem zupełnie naturalne jest, że nie przyjmują bezkrytycznie naszych słów, lecz poddają je refleksji, by samodzielnie formułować własne opinie. 

Jednak zgodnie z powiedzeniem: „do dialogu trzeba dwojga”, rodzice w tym okresie są bardzo potrzebni, aby młodzi mogli kształtować swoje spojrzenie na życie i świat; bez naszej interpretacji rzeczywistości nie mieliby z kim – ani przeciw komu – się konfrontować. 

Dlatego warto się zastanowić, jakie spojrzenie na świat chcemy im przekazać: to, jak patrzymy na świat i ludzi, będzie miało na nich nieunikniony wpływ. 

 Jeżeli nasz sposób patrzenia na świat jest pesymistyczny, oni również będą mieli pesymistyczne spojrzenie na otaczającą ich rzeczywistość, a co gorsza – będą nieufni wobec ludzi wokół siebie. Jeśli natomiast nasza perspektywa jest pozytywna i pełna nadziei, oni także będą potrafili dostrzegać dobro w trudnościach, widzieć możliwości rozwoju w kryzysach i zauważać Dobro pośród ogromu zła. 

Wiara wynikająca z wolności  

Jak już wspomniałam, to, że rodzice interpretują świat dla swoich dzieci, nie oznacza, że dzieci bezkrytycznie przyjmą naszą wizję. W tym miejscu dochodzimy do kolejnej istotnej kwestii związanej z przekazywaniem wiary: wolności. Przekazywanie wiary wymaga wolności. Nie ma sensu próbować jej narzucać: nie znajdzie ona podatnego gruntu, na którym mogłaby się zakorzenić. 

Jako rodzice musimy liczyć się z wolnością naszych dzieci, kiedy rozmawiamy z nimi o Bogu, ponieważ to one same muszą doświadczyć Go osobiście, nie możemy tego zrobić za nie. Możemy jednak przekazać im, jak bardzo wiara pomogła nam w naszych własnych trudnościach, w bólu, który przeżyliśmy, w kryzysach, przez które przeszliśmy, i w ten sposób pokazać im, że tak naprawdę nic nie przygotowuje nas w pełni na przeciwności życia. 

Podczas spotkania poświęconego wierze, w którym uczestniczyłam, znany rzymski ksiądz Fabio Rosini powiedział: „Często myślimy, że wiara zależy od nas, od tego, co robimy: „Muszę mieć więcej wiary, aby stawić czoła temu problemowi” lub „Muszę więcej się modlić lub ponieść tę lub inną ofiarę”, myśląc, że być może Bóg nagrodzi nas większą lub mniejszą ilością wiary w zależności od tego, jak postąpiliśmy. Nie, to przecież Bóg daje wiarę. Ale w jaki sposób zatem w niej wzrastać?”

  I kontynuował: „Kiedy wykorzystujemy okazje, które On nam daje, aby Mu zaufać. Bóg wzmacnia twoją wiarę poprzez twoje problemy – i słabości – jeśli Mu na to pozwolisz, to znaczy, jeśli wykorzystasz te trudności, aby oprzeć się na Nim. To Bóg daje nam wiarę, ale człowiek musi być gotowy ją przyjąć”. 

Wydawało mi się to potrzebną refleksją: wiara staje się wtedy nie zestawem treści i dogmatów, lecz doświadczeniem, pozwoleniem, by Bóg działał, oparciem się na Nim, gdy przytłaczają nas ciężary. 

W tym celu konieczne jest stworzenie przestrzeni do dialogu, wpuszczenie Go do naszego życia, naszych trosk, problemów i marzeń; absurdalne jest myślenie o oparciu się na Bogu w trudnych chwilach, jeśli wcześniej nie nawiązaliśmy z Nim osobistej relacji. 

Siać ziarno w głębi serca

Wszystko powyższe odnosi się do wymiaru przekazywania wiary, który moglibyśmy nazwać „aktywnym”, w którym rodzice starają się w mądry sposób pomału zaszczepiać i rozwijać tę wiarę w młodych sercach swoich dzieci. 

Czasami będzie to nabożeństwo do Najświętszego Serca Jezusowego, rodzinne nawiedzenie cmentarza w Dzień Zaduszny, ofiarowanie dnia Matce Bożej, modlitwy przed snem odmawiane z wielką uważnością, nauczenie dzieci modlitwy różańcowej… 

Oczywiście im więcej ziaren zasiejemy, tym większa szansa, że wiara zagnieździ się w ziemi. Z drugiej strony, w miarę jak nasze dzieci dorastają, to ziarno może przybrać bardziej intelektualny charakter: może oznaczać nauczenie ich, że istnieje coś więcej niż to, co materialne, że zawsze trzeba czynić dobro, kochać i szanować wszystkich, że Bóg kocha ich jak matka i ojciec, że się nimi opiekuje i chroni. 

 Nasza rola, ostatecznie, polega na tym, aby otworzyć im drzwi do wiary będącej doświadczeniem Boga, który jest zarazem oparciem, jak i źródłem szczęścia, ponieważ nie możemy też zapominać, że nasza relacja z Bogiem nadaje sens naszemu istnieniu: świadomość, że jesteśmy Jego dziećmi, nadaje naszemu życiu barw, napełnia nas siłą, poczuciem własnej wartości i celem. 

To ziarno, które chcemy zasiać, musi zapuścić korzenie w sercach naszych dzieci, a nie w ich zachowaniu. Skupianie się na zewnętrznych przejawach wiary jest w pewnym sensie równoznaczne z twierdzeniem, że wiara jest czymś wyłącznie zewnętrznym: szeregiem czynności, które należy wykonać, aby poczuć się spełnionym i aby Bóg był z nas „zadowolony”. 

Przypowieść o siewcy mówi właśnie o tym powierzchownym zasiewie: „(…) niektóre [ziarna] padły na drogę, nadleciały ptaki i wydziobały je. Inne padły na miejsca skaliste, gdzie niewiele miały ziemi; i wnet powschodziły, bo gleba nie była głęboka. Lecz gdy słońce wzeszło, przypaliły się i uschły, bo nie miały korzenia”. 

Wiarę należy „siać” w najgłębszych zakamarkach serca naszych dzieci, tam, gdzie kształtują się one jako osoby i gdzie nieświadomie gromadzą wspomnienia i doświadczenia, które kształtują ich najgłębszą istotę i z których będą czerpać jako nastolatki lub dorośli, gdy poczują jałowość świata i jego trudności. 

Jak napisał papież Franciszek w swojej ostatniej encyklice Dilexit nos, przemawianie do serca oznacza „dążyć tam, gdzie każda osoba, każdej kategorii i stanu, dokonuje własnej syntezy; tam, gdzie konkretne osoby mają źródło i korzeń wszelkich innych swoich sił, przekonań, pasji, wyborów”. 

Mówić bez słów  

Drugi wymiar przekazywania wiary dzieciom, który nazwiemy wymiarem „biernym”, ma wiele wspólnego z przykładem, jaki dajemy, ponieważ dzieci obserwują wszystko, co robimy, i potrafią uchwycić głębię naszych działań. 

W tym wymiarze rodzice będą mówić bez słów, pokazując swoim dzieciom, jak i z jaką intensywnością modlimy się i żyjemy naszą wiarą. Ten wymiar jest bez wątpienia najważniejszy, bo cóż z tego, że będziemy opowiadać naszym dzieciom historie z życia Jezusa, jeśli sami nie wcielamy Ewangelii w życie? Jak nauczą się modlić, jeśli nie zobaczą, że my to robimy? Jak zrozumieją, że nasza relacja z Bogiem jest naszą siłą, jeśli im tego nie pokażemy? 

Pamiętam, że kiedy miałam 21 lat, zwierzyłam się ojcu z sytuacji, która wywoływała we mnie ogromny niepokój. On, po wysłuchaniu mnie nie zaproponował mi rozwiązania problemu, ale opowiedział mi o swojej trudnej sytuacji w pracy, która sprawiała mu cierpienie, i podzielił się tym, jak się modlił i jak mówił Bogu o tej trudności. Jego słowa poruszyły moje serce i do dziś często je sobie przypominam i pomagają mi się modlić. 

Mogłabym przytoczyć wiele podobnych historii. Dla rodziców dotarcie do serca własnych dzieci wcale nie musi być takie trudne. Tym, co pomogło mi tamtego dnia w słowach mojego ojca, nie była sama sytuacja, którą przeżywał, ani świadomość, że jest człowiekiem wiary, który modlił się o rozwiązanie tego problemu. Pomogło mi to, że otworzył przede mną swoje wnętrze, pokazał swoją kruchość i to, jak w tej właśnie słabości opierał się na Bogu. Tym, co mój ojciec uczynił wtedy, było pozwolenie mi, bym zobaczyła fragment jego relacji z Bogiem – relacji prawdziwej, mocnej, głębokiej i zdecydowanej. 

Dlaczego czujemy tak wielką nieśmiałość by rozmawiać z naszymi dziećmi szczerze, prosto z serca? A przecież nie ma nic potężniejszego niż matka lub ojciec, którzy mówią do swoich dzieci, z własnego, najgłębszego doświadczenia, oznaczające całkowite obnażenie się przed nimi. 

Zdecydowanie gorsze byłoby, gdyby nasze dzieci odczuwały, że zamykamy nasze wnętrze – również duchowe – za murem, przez który pokazujemy tylko to, co dobre i słuszne w naszych działaniach. Czy naprawdę chcemy, aby nasze dzieci odbierały nas w ten sposób: jako rodziców doskonałych, którzy nigdy nie popełniają błędów, dla których wszystko jest klarowne, a ich wiara niezachwiana?

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Libros

Celebrar la masculinidad y la feminidad frente a la cultura woke

¿Qué significa ser hombre o mujer? En la sociedad woke actual, la esencia del ser humano se ha vuelto confusa. En su libro "Padre y madre en la sociedad woke", María Calvo reivindica la importancia de las diferencias entre sexos.

Teresa Aguado Peña·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

“La potencia de una civilización casa siempre con la potencia de la religión que la legitima”, decía Michel Onfray. Con esta cita del filósofo francés, María Calvo abrió la presentación de su nuevo libro «Padre y madre en la sociedad woke«, celebrada en la Universidad Villanueva junto a Julio Montero Díaz, presidente de la misma. La autora explicó que eligió una universidad católica para este encuentro porque explicó que ante una crisis de civilización uno debe “ser abogado de la memoria cristiana” dijo citando a Benedicto XIV.

A lo largo de la tertulia, Calvo insistió en esta crisis, en la que se está perdiendo la belleza de la masculinidad y la feminidad, resumiendo su mensaje con una afirmación rotunda: “¡Qué bello es ser diferentes!”.

La crisis de identidad del ser humano

“Hoy en día no sabemos lo que es el ser humano”, repitió en varias ocasiones. La profesora relató que, al preguntar a sus alumnos por esta cuestión, “ninguno respondía con términos razonables y objetivos”. “Resulta surrealista —añadió— que los jóvenes no sepan responder qué es el ser humano con términos razonados”. Para Calvo, esta confusión se debe a que “las tres dimensiones del ser humano —la biológica, la psicológica y la espiritual— han sido vulneradas, licuadas”.

Durante su intervención, la autora reflexionó sobre el significado profundo de ser hombre y de ser mujer. “¿Qué es ser hombre?”, se preguntó. “Ser hombre es, o debería ser, un servidor de la vida”. Calvo evocó la figura de Héctor en La Ilíada y la de los grandes santos, “héroes que dan seguridad y protección a los hombres”.

En cuanto a la identidad femenina, afirmó: “Ser mujer es ser acogedora de la vida. Las mujeres pueden transformar el mundo, porque este no vuelve a ser el mismo al dar a luz a una nueva criatura”. Como ejemplo, mencionó a la Virgen María: “El ejemplo más paradigmático es la Virgen María, ya que Jesucristo transformó el mundo”.

Calvo alertó de un problema que, según ella, atraviesa la sociedad contemporánea: “Nos están masculinizando”. Criticó que el discurso del empoderamiento femenino esté llevando a muchas mujeres a “perder su parte materna”.

En su opinión, las redes sociales muestran mujeres de éxito “aparentemente felices, pero quebradas por dentro”. Y recordó un dato preocupante: “España es el país donde las mujeres consumen más ansiolíticos”. Por eso, repitió con insistencia: “No debemos perder nuestra esencia”.

El hombre confuso y la agresividad mal entendida

Al mismo tiempo, observó que el hombre actual “se ha vuelto más emotivo, suave, cariñoso”, algo que consideró positivo, aunque advirtió que “por otra parte, al hombre se le está prohibiendo —e incluso parece tóxico— los atributos que le permiten ser protector de la vida”.

Calvo comentó que “en la cultura de hoy se confunde la agresividad del hombre con la violencia”. Según explicó, “el hombre es agresivo por naturaleza y debe aprender a encauzar esa agresividad para convertirse en hombre y realizar cosas maravillosas”. Cuando esa energía se reprime, añadió, “se produce lo que llamo la tristeza del hombre confuso: no se atreven a ser hombres”.

La autora advirtió que “confundir la masculinidad y la feminidad es algo disfuncional, y la sociedad puede desaparecer. Es lo que estamos viendo con la caída de la natalidad”. En este sentido, subrayó la importancia del papel del padre y la madre como figuras complementarias: “El padre es necesario porque separa al hijo de la ‘asfixia’ de la madre”.

“Nos perdemos la relación nutricia entre los sexos”, señaló, y lamentó también “haber perdido la capacidad de asombro”. “Asombrarnos con nuestras diferencias es maravilloso”, afirmó.

La cancelación del debate

Calvo cerró su intervención con una crítica a la falta de diálogo que percibe en la sociedad actual: “Antes, cuando exponías una hipótesis razonada y con base, la otra persona discutía, te aportaba argumentos y eso resultaba enriquecedor. Ahora dicen que ofendes, se niegan a escucharte y se van”.

Ante esta sociedad, María recuerda las palabras del Papa Francisco: «hacen falta jóvenes valientes capaces de ir contracorriente». Animaba así a los jóvenes de la sala a ser ellos mismos y no renunciar a su masculinidad: «encerrarla en el subconsciente acaba generando mucho dolor» aseveró.

Con estas palabras concluyó una presentación que, más allá de su dimensión académica, fue una invitación a redescubrir —sin miedo ni confusión— la belleza de ser distintos.

Padre y madre en la sociedad woke

Autor: María Calvo
Editorial: Rialp
Páginas: 152
Año: 2025
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Evangelización

Nuestra Señora del Rosario

El Santo Rosario tiene su origen en 1212, cuando la Virgen María se apareció a Santo Domingo de Guzmán, en Toulouse (Francia), y le entregó el rosario como respuesta a su petición. Más tarde, el Papa San Pío V, dominico, pidió al pueblo cristiano que se uniera a la batalla de Lepanto rezando el rosario. Y en Lepanto (7 de octubre de 1571), triunfó la cristiandad.  

Francisco Otamendi·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En varias apariciones, como Lourdes y Fátima, la Virgen María ha recomendado con insistencia el rezo diario del rosario. Para superar divisiones y discordias, y los males en nuestros corazones y en el mundo, los Papas han aconsejado también su rezo habitual. Por ejemplo, León XIV ha invitado a los fieles a un rosario por la paz este sábado 11 de octubre, en la Basílica de San Pedro, y ha animado a rezarlo este mes cada día.

En los primeros siglos del cristianismo, los monjes y ermitaños ya usaban formas repetitivas de oración, como los 150 salmos del salterio. Se dice que los laicos que no sabían leer comenzaron a reemplazar los salmos por 150 Padrenuestros o Avemarías.

Según la tradición, la forma del Rosario como la conocemos fue revelada por la Virgen María a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores en 1212. Los historiadores consideran que los dominicos tuvieron un papel esencial en difundir y estructurar la devoción del Rosario.

Devoción de siglos

La devoción de rezar a la Virgen María el rosario es universal, y en algunos lugares cobra especial fuerza. Por ejemplo, Fray Pascual Saturio, dominico, explicó a Omnes que “la Virgen del Rosario es Patrona de Cádiz desde hace 150 años. El nombramiento pontificio de la Virgen es de hace 152 o 153 años, y lo celebramos. Pero hay constancia de que hace más de trescientos años ya el pueblo, y el ayuntamiento, la consideraban Patrona de Cádiz. Aunque el nombramiento sea posterior”.

Tras la victoria de Lepanto, san Pío V instituyó en 1572 la fiesta de Santa María de la Victoria, que su sucesor, Gregorio XIII, transformó en «Nuestra Señora del Rosario”. Siguieron otras victorias, como la de 1683 en Viena, donde –de nuevo por intervención divina y por mediación de la Virgen María– se detuvo el avance musulmán., informa la web vaticana.

Venecia, Pompeya, Rosario…

En 1687, el pueblo de Venecia rogó a la Virgen María que acabara con la peste. Superada la epidemia, se construyó la basílica de Nuestra Señora de la Salud, cuya fiesta se celebra el 21 de noviembre. En la actualidad, uno de los santuarios más famosos del mundo dedicado a la Virgen del Rosario es el de Pompeya, cuya fiesta es el 8 de mayo, fecha en la que fue elegido Papa León XIV.

“La devoción a Nuestra Señora del Rosario se remonta a 1730, cuando la ciudad, Rosario (Argentina), era un insignificante caserío”, ha escrito Pedro Chiesa en Omnes. “El amor a la Señora del Rosario fue creciendo de modo pujante, especialmente desde la llegada de la imagen encargada a un escultor de Cádiz. (…). 

“La Virgen del Rosario es reconocida como patrona y fundadora de la ciudad”, añade Chiesa. “Y este año, como bien señala el obispo del lugar, será oportuno para “hacer memoria y mantener vivas las raíces que hacen profunda nuestra identidad. Reafirmando a Rosario como ciudad de María, y a nuestra arquidiócesis como arquidiócesis de María”.

El autorFrancisco Otamendi

Iniciativas

Ana Villota: “Crecen las heridas en la salud mental tras las guerras”

Es algo que el cine ha reflejado bastante, pero que llega cada vez más a todo el mundo, no sólo a militares. Hablamos de las heridas invisibles de las guerras, el impacto en la salud mental de las personas que huyen de conflictos bélicos. Ana Villota, presidenta de AISS, entidad que tutela pisos a personas con enfermedades mentales, lo explica.  

Francisco Otamendi·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Generaciones heridas por la guerra. La huella invisible en la salud mental de quienes huyen de un conflicto bélico. Es el tema que preocupa en estos momentos a Ana Villota, fundadora de la Asociación AISS, entidad que tutela pisos a personas con enfermedades mentales, y trabajadora social forense.

Villota y su equipo se refieren a todas las guerras, no sólo a Oriente Medio. Por ejemplo, los millones de desplazados que han generado la guerra de Ucrania, en Europa y fuera de Europa, y otros conflictos en el mundo.

La presidenta de AISS asegura además que “los conflictos bélicos marcan no solo a quienes los viven, sino también a las generaciones futuras”.

Proteger la infancia. “El terror en sus miradas”

La guerra no solo se mide en ruinas materiales o en cifras de desplazados. También deja cicatrices invisibles que acompañan de por vida a quienes han sobrevivido al horror, explica Ana Villota, que es también trabajadora social forense.

“La protección a la infancia es fundamental, definitivamente es nuestro futuro. Las guerras suponen para el menor la pérdida de todas sus figuras de referencia. La familia para un niño es su refugio y en muchos casos han visto morir a padres, madres y abuelos”, añade.

Ese desgarro temprano, dice, deja un eco intergeneracional. “La exposición constante a un escenario de guerra no se queda solo en quien lo vivió, sino también en generaciones futuras. Hablamos de generaciones heridas por esas vivencias. No hace falta ser experto para leer el terror en sus miradas”.

Papel de los trabajadores sociales

En ese contexto, el rol de los trabajadores sociales se vuelve clave. En concreto, Villota lo define como un puente entre el trauma y la reconstrucción. 

El trabajo que realizan en estos escenarios de guerra, afirma, es “promover la reconstrucción de recursos y defender los derechos humanos, actuando como promotores de la paz. E intentando facilitar el cambio a una sociedad que tras una guerra se ve sumida en la pobreza, en la pérdida de recursos, con desplazamientos forzosos y en medio de la deshumanización”.

Las secuelas psicológicas son profundas, continúa. Estrés postraumático, depresión y ansiedad son las patologías más comunes, y el abordaje requiere de equipos multidisciplinares. “Hablamos de personas que han perdido su hogar, su familia, sus recursos y en muchos casos su tierra. Suelen presentar un estado constante de alerta y vulnerabilidad. Son hombres y mujeres que han visto morir a familiares, o profesionales como médicos, militares o periodistas que también quedan afectados”, detalla.

Hacia la recuperación

Respecto al camino hacia la recuperación, Villota comenta que no hay una única respuesta. “Depende de cada caso y de cada vivencia. Además del tratamiento de psicoterapia, pueden necesitar apoyo farmacológico”. Y añade que “según los estudios, suelen convivir con ansiedad, miedo constante y somatizaciones físicas. 

Conviven con pérdida de confianza, tristeza, miedo y dificultad en su vida diaria para normalizar el trato con los demás”.

La cooperación internacional, concluye, es la llave para acompañar esos procesos de reconstrucción. Y, aunque el futuro parece incierto para muchos de los sobrevivientes, la especialista insiste en que el compromiso de la sociedad civil y de los profesionales de la salud mental puede marcar la diferencia entre quedar atrapados en el trauma o volver a empezar.

El autorFrancisco Otamendi

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Recursos

¿Por qué la Iglesia no defendió que la Tierra es plana?

Una revisión histórica del mito de la Tierra plana en la Edad Media: por qué la Iglesia no defendió la planitud del mundo y cómo esta idea se instaló en el imaginario popular.

Alberto Barbés·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Basta un vistazo a Internet para constatar que en los últimos años ha hecho su aparición una nueva corriente cultural, por llamarla de alguna manera: el terraplanismo. Realmente sería muy interesante estudiar cómo ha podido surgir y sostenerse ese conjunto de ideas en pleno siglo XXI, pero no es este el objetivo de estas líneas. 

Lo que me interesa ahora es que, en este contexto, se ha llegado a afirmar que la Iglesia católica defendió con fuerza en el Medievo la planitud de la tierra, incluso en contra de científicos como Galileo que afirmaban lo contrario. Al parecer este mito fue difundido en el siglo XVII, en el contexto de la campaña protestante contra las doctrinas católicas. Algo más tarde sería retomado por algunos autores del siglo XIX –como John William Draper o Andrew Dickson White– que intentaban sostener un aparente conflicto entre ciencia y fe. La obra de Washington Irving sobre el viaje de Colón, y los supuestos problemas que tuvo para defender la viabilidad de su viaje por esta cuestión,  contribuyó sin duda a afianzar esta idea en el imaginario popular.

Mi propósito con estas líneas es dejar claro que esa pretendida defensa de la planitud de la Tierra por parte de la Iglesia no es más que una de las muchas falacias que suelen esgrimirse al plantear la supuesta batalla entre conocimiento científico y religión. 

Los orígenes de la idea de una Tierra esférica

Parece ser que fue Pitágoras el primero en proponer que nuestro planeta es esférico. Él consideraba que la Tierra era uno más entre los muchos cuerpos celestes que pueblan el Cosmos y, por lo tanto, era lógico pensar que nuestro amado planeta fuera redondo, al igual que todos los astros. Sin embargo, lo cierto es que esta doctrina tuvo por aquél entonces muy pocos seguidores.

No es hasta el siglo IV aC que la esfericidad de la Tierra comienza a ser aceptada. En su diálogo «Fedón», Platón pone en boca de Sócrates la afirmación de que el mundo es redondo y, algunos años después, Aristóteles presenta en su obra «Sobre el Cielo» los principales argumentos en favor de esa idea. Se basa en primer lugar en el cambio de la distancia al horizonte de las constelaciones, que observan todos los marinos al dirigirse hacia el norte. Y en segundo lugar, en la observación de los eclipses lunares: es evidente que la sombra que la Tierra proyecta sobre la Luna es perfectamente circular. 

Tras las pruebas presentadas por Aristóteles, la idea de la redondez de la tierra se fue extendiendo paulatinamente por todo el Mediterraneo, sin que prácticamente ningún pensador serio se opusiera a ello. Es cierto que pocos entendían cómo podían sostenerse las cosas en lo que podríamos llamar «el lado de abajo”… Pero eso es otra historia.

Ya en el 240 aC, Eratóstenes encontró la forma de medir el diámetro de la Tierra, fijándose en el ángulo de la luz solar sobre la superficie. De esta forma calculó que nuestro amado planeta tiene un diámetro de unos 12.000 kilómetros y una circunferencia de unos 40.000 Km. Estuvo bastante acertado: el dato correcto es de 40.091 km en el ecuador.

La visión cristiana y medieval de la esfericidad terrestre

Tal y como afirma Plinio el Viejo (+ 79) en su «Naturalis historia», la redondez de la Tierra era algo generalmente asumido por la gente culta en la época en que nació Nuestro Señor. E indudablemente, entre esas personas instruidas se encontraban los padres de la Iglesia y los teólogos de los primeros siglos de nuestra era.

Son muchos los textos que dejan claro que esta era la opinión general entre los pensadores cristianos. Podemos citar como ejemplo escritos de San Agustín, Boecio,  San Isidoro de Sevilla o San Beda el Venerable, todos ellos primeras espadas de la teología. Y lo mismo puede decirse de los pensadores orientales y árabes. Es cierto que algunos autores, como San Juan Crisóstomo, se oponían a esta visión de la Tierra. Pero puede decirse que se trata de excepciones; a partir del siglo VIII ningún erudito digno de tal nombre cuestiona la esfericidad del planeta. En este contexto es interesante ver, por ejemplo, que cuando Santo Tomás de Aquino, ya en el siglo XIII, toca el tema en la «Summa», lo hace suponiendo que todos sus alumnos conocen esa realidad. Otra cosa, claro está, es que el ciudadano «de la calle» estuviera al corriente…

Un claro ejemplo de la extensión de esta creencia es el uso generalizado del «globus cruciger» (la representación del mundo como un orbe coronado por la cruz), en muchos reinos de Europa: está atestiguado desde los tiempos del emperador Teodosio II (401 – 450), y a lo largo de toda la Edad Media. Y un buen número de imágenes religiosas, como la conocida imagen de Nuestra Señora de Montserrat, o las representaciones de Cristo «Salvator Mundi» muestran también esa firme creencia en la redondez de la Tierra. Pero veamos un último ejemplo, a mi modo de ver bastante interesante. Me refiero al escudo de la multisecular orden de los Cartujos: representa el mundo coronado por la Cruz de Cristo, y con un lema que no tiene desperdicio: «Stat Crux dum volvitur orbis»; la Cruz permanece estable mientras el mundo da vueltas.

En resumen: la idea de una iglesia medieval defendiendo que la Tierra es plana no parece resistir un simple análisis histórico.  Más bien parece un nuevo caso de ese afán que tienen algunos en encontrar, aunque sea de forma artificial, un conflicto entre ciencia y fe. 

El autorAlberto Barbés

Físico y sacerdote.

Recursos

Buscando a David. La arqueología bíblica entre hallazgos y silencios

Este artículo explora qué nos dice la arqueología sobre el rey David: aunque no hay pruebas directas de su existencia en el siglo X a. C., sí contamos con huellas posteriores como la Estela de Tel Dan y el túnel de Ezequías, que enlazan relato bíblico e historia.

Joseángel Domínguez·7 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Qué sabemos del Rey David? ¿Tenemos alguna prueba de su existencia fuera de la Biblia? En una línea del tiempo el punto marcado por el rey David es significativo en varios sentidos. Además de su famosa pelea con Goliat y de tantas escenas que aparecen en la narrativa bíblica, David marcó la historia de Israel con un evento clave: el establecimiento de Jerusalén como la capital de su reino, llamándola “Ciudad de David”:

“David se dirigió con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que habitaban en el país. Estos dijeron a David: -No entrarás aquí, pues te rechazarán hasta los ciegos y los cojos-. Era como decir: David no entrará aquí. Pero David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David”. (2 Samuel 5, 6-8)

Los historiadores colocan la fecha de la conquista de Jerusalén por parte de David en torno al año 1000 a. C., fecha fácil de recordar y piedra millar de la historia de Jerusalén. El desafío llega a la hora de conectar el texto bíblico con los restos arqueológicos. Desde una perspectiva minimalista se podría decir que cualquier conexión entre la Biblia y las piedras de Jerusalén es mucho más tardía. Buscando a David, ¿qué piezas del puzzle tenemos? La imagen del pastor convertido en rey quedó grabada en la memoria del pueblo y dejó su huella en la tradición bíblica. Pero cuando bajamos del texto al terreno, a la tierra removida por los arqueólogos, nos encontramos con un escenario áspero: más silencios que hallazgos. 

El lector moderno sabe que la arqueología no funciona como el telediario o el informe del perito: ni fechas exactas ni nombres confirmados. 

El terreno de Jerusalén y sus alrededores guarda sus secretos con obstinación. Del siglo X a. C., el tiempo en el que la Biblia sitúa a David y a su hijo Salomón, casi no tenemos pruebas materiales directas. Ni una estela que diga “David reinó aquí”, ni una inscripción monumental con su nombre. 

La Estela de Tel Dan

Del siglo IX a. C., en cambio, sí tenemos alguna luz. Un buen ejemplo es la Estela de Tel Dan. Esta inscripción, descubierta entre 1993 y 1994 a unos 70 km al norte del Mar de Galilea, se atribuye a un rey arameo, Hazael de Damasco, que gobernó a mediados del siglo IX a. C. 

El texto, escrito con caracteres muy cercanos al alfabeto fenicio-paleohebreo, conmemora victorias militares sobre los reinos de Israel y Judá. En uno de los fragmentos se lee claramente la expresión Beit David (“Casa de David”), considerada como la primera mención extrabíblica al rey David como fundador de una dinastía. 

El texto está grabado usando un tipo de escritura que llamamos paleohebreo. Y esto es relevante para nuestra historia. En el periodo del Primer Templo (desde el siglo X al VII a. C.) los israelitas utilizaban el alfabeto paleohebreo, una evolución del fenicio, con letras angulosas, distinto del modo de escribir que hoy en día se conoce como alfabeto hebreo. Ese mismo alfabeto paleohebreo lo vemos en óstraca, en sellos y en pequeñas inscripciones que nos confirman que existía un aparato administrativo y una cultura escrita.

Después del exilio en Babilonia, los judíos adoptaron la escritura aramea cuadrada, el ancestro directo del hebreo moderno. Este cambio de guión es mucho más que un detalle gráfico: marca un puente histórico. Nos dice qué textos fueron copiados antes y después, nos ayuda a fechar manuscritos y nos permite entender cómo se transmitieron las palabras que hoy leemos en la Biblia.

El túnel de Ezequías

Entre los hallazgos que sí podemos tocar y recorrer, pocos tienen la fuerza simbólica del túnel de Ezequías. Excavado en el siglo VIII a. C., en preparación para el asedio del rey asirio Senaquerib, este conducto de más de medio kilómetro lleva el agua del manantial de Guijón hasta el interior de la ciudad amurallada de Jerusalén.

Cualquier peregrino puede descender hoy en día y visitar y caminar por el túnel, con el agua hasta las rodillas, siguiendo el agua por el recorrido que hace 2.700 años aseguraba la vida de la Ciudad Santa. Durante su exploración, a finales del siglo XIX, los arqueólogos encontraron una lápida hacia la mitad del recorrido: la inscripción de Siloé, un breve texto paleohebreo, del siglo VIII a.C. que narra cómo dos grupos de obreros cavaron desde extremos opuestos hasta encontrarse en el centro.

Cuando los exploradores occidentales comenzaron a investigar el subsuelo de Jerusalén, sorprendió la precisión con que este acueducto había sido excavado en roca. El recorrido tiene unos 533 metros de longitud y un desnivel de apenas medio metro. El texto de la inscripción confirma lo que los análisis del túnel habían señalado: dos equipos de obreros comenzaron a cavar desde extremos opuestos -uno desde la fuente del Guijón, en el valle del Cedrón, y otro desde el interior de la ciudad- hasta encontrarse en el centro. La inscripción de Siloé narra precisamente este momento de encuentro de los trabajadores, convirtiéndose en uno de los documentos hebreos más antiguos que se conservan y una prueba directa de la actividad constructiva en el reino de Judá durante el siglo VIII a. C.

La inscripción de Siloé

La inscripción de Siloé, conservada en Estambul, pero encontrada en el corazón del túnel de Ezequías en Jerusalén, se puede datar en el final del siglo VIII a. C. y está escrita en paleohebreo. 

Ezequías es descendiente de David, y junto a la “Ciudad de David” había mandado realizar la infraestructura necesaria para resistir el asedio asirio. La conexión de la arqueología con la Biblia es explícita: en 2 Reyes 20, 20 se menciona cómo el rey Ezequías, al prever el ataque de Senaquerib, “tapó las fuentes de agua que había fuera de la ciudad” y “condujo el agua hacia el oeste de la ciudad de David”. El túnel encaja perfectamente con esa descripción, y su existencia material corrobora que Jerusalén se preparó activamente para resistir el asedio asirio del 701 a. C. 

La arqueología bíblica no nos da verdades absolutas. Más bien nos invita a caminar entre claroscuros: sabemos mucho del siglo VIII, algo del IX, casi nada del X. Tenemos nombres grabados en estelas enemigas, túneles excavados en roca viva, inscripciones en un alfabeto antiguo. Podemos afirmar con seguridad que la Biblia no habita únicamente en la esfera del mito. La tierra de Israel conserva huellas materiales que se corresponden con relatos bíblicos, confirmando que estos textos nacen de una historia concreta.

Volvamos a la pregunta inicial: ¿dónde está David? La respuesta, honesta, es que no tenemos aún la piedra que lo nombra en el siglo X. Tenemos, sí, la referencia del siglo IX a su “casa”, su dinastía. Tenemos las letras de su pueblo, que fueron cambiando de forma pero no de memoria. Tenemos el túnel de un rey descendiente directo que demuestra que Jerusalén resistía. Cada hallazgo, por pequeño que sea, confirma que estos relatos nacieron en la carne y la tierra, entre pueblos y ciudades reales. n

El autorJoseángel Domínguez

Doctor en Teología Bíblica y Director de la Fundación Cretio

Vaticano

Nuevo Motu Proprio: el vaticano refuerza el control ético de sus inversiones

El Papa León XIV centraliza la gestión financiera del Vaticano, confirmando la supervisión del APSA, el IOR y el Comité para las Inversiones.

Javier García Herrería·6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa León XIV ha promulgado una nueva Carta Apostólica en forma de Motu Proprio sobre las actividades de inversión financiera de la Santa Sede. El objetivo es consolidar las reformas económicas iniciadas hace años y garantizar una gestión unificada y ética de los activos de la Curia Romana, subrayando el principio de corresponsabilidad en la communio establecido por la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium.

El documento, fechado el 29 de septiembre de 2025, busca definir con precisión los roles y competencias de las instituciones involucradas en la gestión de las inversiones vaticanas. La principal novedad radica en la derogación de la Instrucción de agosto de 2022 y el establecimiento de una nueva estructura operativa.

El Santo Padre establece que la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), en su función de inversor, hará uso de la estructura organizativa interna del Instituto para las Obras de Religión (el banco vaticano) para la gestión de las inversiones. Este movimiento convierte al IOR en el centro neurálgico y principal fuente de conocimiento especializado para la gestión financiera cotidiana.

Además, el Motu Proprio reafirma la autoridad suprema del Comité para las Inversiones para establecer la conformidad de todas las operaciones financieras con la política de inversión aprobada, asegurando así que los activos vaticanos respeten la Doctrina Social de la Iglesia.

El Rescriptum de 2022

El Rescriptum ex Audientia SS.mi del 23 de agosto de 2022, que acaba de ser derogado, fue una medida de urgencia crucial diseñada para imponer la centralización inmediata del patrimonio financiero vaticano. Su propósito fundamental era eliminar la dispersión de fondos que había generado problemas. Estableció que el Instituto para las Obras de Religión (IOR) sería el único gestor patrimonial y depositario de todos los activos financieros y la liquidez de la Santa Sede y sus instituciones.

Con un plazo de 30 días, se ordenó que todas las entidades vaticanas transfirieran sus fondos que estuvieran en bancos externos al IOR. De esta forma, el Rescriptum obligó a que todo el patrimonio estuviera bajo una única y estricta supervisión.

El Comité para las Inversiones

El Comité para las Inversiones es el organismo que asegura la supervisión ética y estratégica de los activos vaticanos, en cumplimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Está presidido por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

A su lado, operan expertos internacionales de primer nivel: el Dr. Jean Pierre Casey (Gran Bretaña), reconocido en gestión de riesgos y FinTech; el Dr. Giovanni Christian Michael Gay (Alemania), con amplia experiencia en la dirección de grandes fondos de inversión; el Dr. David Harris (Noruega), experto en mercados globales; y el Dr. John J. Zona (Estados Unidos), con vasta experiencia en gestión de carteras. Esta composición garantiza una perspectiva global y altamente profesionalizada para las decisiones de inversión.

Los balances positivos del IOR y APSA

La nueva directriz papal deposita su confianza en dos entidades que han demostrado eficiencia financiera en los últimos años: el Instituto para las Obras de Religión (IOR) y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Ambos organismos se consolidan así como los pilares del control presupuestario vaticano.

El IOR, conocido popularmente como el banco del Vaticano, ha mantenido una clara trayectoria de ganancias netas, reportando un beneficio significativo, por ejemplo, los 32 millones de euros en 2024. Este rendimiento positivo refleja la eficacia de las reformas de gobernanza implementadas.

Por su parte, la APSA, el administrador patrimonial, también ha reportado resultados favorables, logrando una alta rentabilidad de gestión, de hasta 8,51 puntos porcentuales, gracias a una gestión estratégica de las inversiones. Al trabajar conjuntamente y con balances saneados, estas instituciones refuerzan el modelo de supervisión centralizada impulsado por el Papa.

Zoom

El Papa León XIV posa junto a los nuevos reclutas de la Guardia Suiza

El Papa León XIV posa para una foto con miembros y nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia en el Vaticano el 3 de octubre de 2025.

Redacción Omnes·6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Mundo

La Marcha por la Vida en Vilna reaviva el diálogo sobre la familia y los valores

Vilna se convirtió en un canto a la vida durante la “Marcha por la Vida”, un evento que reunió a miles de personas, voces internacionales y testimonios conmovedores en defensa de la dignidad humana y la familia.

Bryan Lawrence Gonsalves·6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

El corazón de la capital lituana se llenó de música, discursos e historias personales conmovedoras cuando miles de personas se reunieron para el evento “Žygis už gyvybę” (Marcha por la Vida), dedicado a celebrar la santidad de la vida y a concienciar sobre la necesidad de protegerla. La marcha atrajo a participantes de toda Lituania, así como a simpatizantes de países vecinos, incluidos Letonia, Estonia y Polonia.

Celebrada el sábado 4 de octubre, la actividad comenzó a primeras horas de la tarde cerca de la Biblioteca Nacional Martynas Mažvydas, congregando a un público diverso formado por familias, estudiantes, activistas, artistas y miembros del clero. Promovida por diversas organizaciones civiles y religiosas, la marcha se centró en reafirmar el valor de toda vida humana. Figuras religiosas de fuera de Lituania también mostraron su apoyo a la iniciativa, destacando el arzobispo católico Zbigņevs Stankevičs de Riga y el obispo luterano letón Rinalds Grants, quienes expresaron solidaridad con los objetivos de la marcha. El obispo auxiliar Saulius Bužauskas de Kaunas también participó personalmente en el evento.

De 13:00 a 14:10, los asistentes se reunieron cerca de la Biblioteca Nacional de Lituania para la apertura del evento, donde los ponentes ofrecieron perspectivas personales, médicas, sociales y filosóficas. Entre ellos, la doctora Lina Šulcienė destacó la necesidad moral y espiritual de una sociedad más compasiva, afirmando: “Las profundidades de nuestra conciencia claman por un camino distinto a la cultura de la muerte. Nuestra humanidad interior exige una cultura de la vida, marcada por la solidaridad, la compasión genuina y la sensibilidad hacia los seres humanos, respetando sus vidas”.

Agnieszka Gracz, coordinadora de marchas por la vida de «Centrum Życia i Rodziny» (Centro por la Vida y la Familia) en Polonia, también se dirigió al público. La organización, con sede en Varsovia, lleva más de dos décadas defendiendo la protección de la vida, la familia y la paternidad. Gracz recordó que antes de la pandemia de COVID-19, el centro ayudaba a organizar un promedio de 150 marchas al año en distintas ciudades polacas. Destacó que estas manifestaciones públicas habían sido fundamentales para promover la protección de los niños no nacidos, especialmente aquellos con discapacidades que antes eran vulnerables a la discriminación, y subrayó que las marchas contribuyeron al apoyo público que precedió a la sentencia del Tribunal Constitucional polaco de 2020, que reforzó la protección legal de los niños diagnosticados con discapacidades antes de nacer.

A las 14:15, la multitud partió en una procesión pacífica desde la Biblioteca Nacional hacia la Plaza de la Catedral de Vilna por la avenida Gediminas, portando pancartas y banderas con mensajes de esperanza y apoyo a las familias. De 15:00 a 17:30, la atención se centró en la plaza, donde se celebró un concierto conmemorativo y una serie de testimonios personales. Entre los actos destacados se incluyó un concurso nacional de dibujo para estudiantes titulado “Aš esu dovana” (“Soy un regalo”), que recibió más de 300 obras de escolares de todo el país. Los artistas ganadores fueron homenajeados en el escenario y premiados por sus reflejos creativos sobre el valor de la vida.

El programa musical incluyó actuaciones de artistas como Milda Žukienė, Rugilė Daujotaitė, Živilė Petruilionienė, Živilė Višniauskienė, Augis Markauskas, entre otros, incluidos Voldemars Peterson, Dalia y Julius Vaicenavičiai y la popular cantante Sasha Song. Las actuaciones fueron acompañadas de historias personales profundamente emotivas de individuos cuyas vidas se han visto marcadas por cuestiones relacionadas con la vida y la familia. Ponentes internacionales de Letonia y Estonia también se dirigieron al público, ofreciendo perspectivas culturales y morales de toda la región báltica.

Entre los ponentes en la Plaza de la Catedral se encontraba la abogada y activista social Dr. Salomėja Fernandez Montojo, quien abordó las actitudes sociales prevalentes hacia la paternidad, afirmando: “Hoy veo lo profundamente arraigada que está la idea de que tener hijos significa perder: perder dinero, tiempo, carrera, oportunidades y buena figura. No estoy de acuerdo. Tener hijos no es perder, sino dar sentido al dinero, al tiempo, a la energía, a las oportunidades y a la belleza”.

Markus Järvi, editor jefe del medio estonio «Objektiiv» y uno de los ponentes, expresó su aprecio por la marcha de Vilna y la esperanza de que inspirase iniciativas similares en los Estados bálticos. En una entrevista posterior, describió el limitado debate público sobre el aborto en Estonia como una consecuencia persistente de la era soviética, durante la cual el aborto era legal y ampliamente practicado. Con el tiempo, su prevalencia contribuyó a que se convirtiera en un tabú social. “A pesar de esto, muchos estonios valoran el matrimonio y la vida familiar”, dijo. “Debemos romper el silencio social sobre este tema para tener conversaciones honestas sobre la vida”. Añadió que tanto la sociedad civil como las instituciones religiosas tienen un papel que desempeñar en fomentar un diálogo más abierto y reflexivo sobre esta cuestión. En un mensaje dirigido a los jóvenes, subrayó: “La santidad de la vida y su respeto deben reconocerse como verdad. Búscala y la encontrarás”.

El Dr. Benas Ulevičius, decano de la Facultad de Teología Católica de la Universidad Vytautas Magnus, habló en el evento y, posteriormente, en una breve entrevista tras el escenario, reflexionó sobre los cambios de valores sociales en la Lituania post-soviética. “Lituania durante la ocupación soviética estaba bastante aislada”, dijo. “Tras recuperar la independencia, el país experimentó cambios graduales, con más productos extranjeros disponibles, salarios más altos y mayor comodidad”. Si bien reconoció los beneficios del crecimiento económico, señaló que llevó a que las personas priorizaran la carrera y la riqueza sobre la vida familiar, sugiriendo que este cambio dejó a algunos con sensación de vacío. Animó a los jóvenes a buscar una realización más profunda a través de la familia, que ofrece una alegría y felicidad únicas que el éxito material por sí solo no puede proporcionar.

Paralelamente al programa principal, la Plaza de la Catedral acogió de 11:00 a 17:30 una zona educativa y creativa orientada a la familia. Los visitantes pudieron explorar los puestos de ONG, firmar peticiones, participar en actividades infantiles y conocer los servicios de apoyo a la familia ofrecidos por organizaciones como «Nacionalinė šeimų ir tėvų asociacija» (Asociación Nacional de Familias y Padres), «ProLife Vilnius«, entre otras.

Aunque no participó como ponente, Lina Gervytė-Michailova, directora de la revista «Ateitis«, compartió en una entrevista su opinión sobre los retos demográficos de Lituania. Reflejando su experiencia personal de embarazo, recordó escuchar por primera vez los latidos del corazón de su hijo mediante una ecografía: “En ese momento no pensé que este niño cambiaría de algún modo la situación demográfica del país”, añadió, “pero recuerdo la sensación de alegría que tuve, fue profundamente significativa”. Sugirió que si más personas comprendieran y experimentaran esta alegría, podrían estar más inclinadas a formar familias y priorizar a los hijos.

Para concluir la jornada, muchos participantes asistieron a una misa especial en la Catedral de Vilna, celebrada por el Padre Deividas Stankevičius, quien pronunció una homilía conmovedora sobre la santidad de la vida y la responsabilidad espiritual de nutrirla y protegerla. Al dispersarse la multitud y resonar las últimas notas del día por la Plaza de la Catedral, el evento dejó en muchos un renovado sentido de propósito. Organizadores y participantes expresaron su optimismo de que la Marcha por la Vida continúe creciendo en tamaño e impacto. Agnieszka Gracz elogió la marcha por su ambiente alegre, celebración de la vida y dignidad de los no nacidos, expresando la esperanza de que se convierta en una tradición anual consolidada en Lituania. Con la colaboración cada vez mayor de voces civiles, religiosas y culturales, muchos consideran la marcha de este año como un punto de inflexión que podría inspirar conversaciones más amplias sobre la vida, la familia y el futuro de la sociedad en Lituania y en toda la región báltica.

El autorBryan Lawrence Gonsalves

Fundador de “Catholicism Coffee”

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Evangelización

San Bruno, fundador de la Cartuja, mártires de Kioto y aniversario de san Josemaría

La Iglesia celebra el 6 de octubre al germano san Bruno, fundador de los cartujos, a los beatos mártires de Kioto, muchas madres con hijos, y a la beata Maria Ana Mogas, fundadora de las franciscanas de la Divina Pastora. Además, hoy es aniversario de la canonización de san Josemaría, en 2002, aunque su fiesta litúrgica es el 26 de junio.

Francisco Otamendi·6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

San Bruno de Colonia (Alemania) nació hacia el año 1035. Ordenado sacerdote en Reims (Francia), fue maestro de Teología, pero pronto deseó apartarse del mundo, y eligió el silencio y la soledad cerca de Grenoble. Fundó los Cartujos, que prevén largos momentos de oración, silencio y soledad. Comenzó en Chartreaux en Francia. Falleció en Calabria, dejando una gran huella.

Los beatos mártires de Kioto (Japón) fueron inmolados el 6 de octubre de 1619. Eran cristianos. Entre ellos había un samurai con su esposa embarazada y seis hijos, gente de pueblo, madres jóvenes con sus hijos. Fueron crucificados y quemados. Destaca el martirio de Tecla, en medio de las llamas, sujeta a la cruz con tres hijos pequeños. El martirio fue contemplado por numerosos cristianos y miles de paganos, dice la web franciscana.

La beata María Ana Mogas Fontcuberta es la fundadora de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, conocidas como de la ‘Divina Pastora’. Nació el año 1827 en Corró de Vall (Granollers, Barcelona). Formada desde muy joven en la vida de piedad y oración e iniciada en el apostolado parroquial, pronto renunció a la acomodada posición social y económica y se dedicó a la educación de la infancia y a la atención de los más necesitados. San Juan Pablo II la beatificó en 1996.

Santo de lo ordinario

También san Juan Pablo II canonizó, el 6 de octubre de 2002, a san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, a quien definió como “el santo de la vida ordinaria”. La ceremonia tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, con asistencia de más de trescientas mil personas.

San Josemaría predicó desde el 2 de octubre de 1928 que todos —hombres y mujeres, solteros y casados, intelectuales y campesinos— estamos llamados a la santidad. 

El autorFrancisco Otamendi

Elogio a “perder el tiempo»

Hoy, el verdadero riesgo es perdernos entre pantallas y olvidarnos de las personas. En medio del ruido y la prisa, tal vez vivir mejor no sea hacer más, sino estar realmente presentes.

6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando comencé a trabajar, los jefes estaban muy atentos a que los empleados no perdieran el tiempo tomando café y comentando las andanzas del fin de semana. Hoy la lucha es otra. Que los colaboradores de las empresas se saquen los audífonos y sepan con quien comparten escritorio.

Muchos zooms, grandes presentaciones, tablas dinámicas y palabras anglosajonas son la tónica del día a día laboral. Pero, ¿sabes cómo se llaman los hijos de la compañera de labores que te presta el cargador del PC cuando se te queda en casa? O, ¿te enteraste que a la mamá de la persona que todos los días limpia tu papelero le encontraron cáncer? Estamos, pero realmente la ausencia es mayor. Conocemos los detalles del último romance de una presentadora de TV, pero ni imaginamos que a la secretaria de la oficina le acaban de romper el corazón. 

Cuando aún mi mamá me preparaba la colación para el colegio, una profesora citó la frase de un sacerdote en su clase. “Haz lo que debes y está en lo que haces”, básicamente fue un salto al futuro, que en el lenguaje de hoy sería: “Dile no al multitasking. Si te tomas una copa con tu papá hazlo con todos los sentidos puestos ahí; si alguien te cuenta una anécdota, sumérgete en los detalles de esa historia, si estás preparando un informe, no mires de reojo el WhatsApp del vecindario. Todas cosas que no hago y acciones que parecen simples en el papel, pero titánicas en la vida real.

¿La respuesta? No la tengo. La vida es exigente y la sociedad premia la respuesta más rápida, la eficiencia a toda prueba, aunque eso signifique pastillas con estrellas verdes y horas en la consulta de un facultativo que podrías estar destinando a conversar con una vecina. Cuando me ha ido bien con el propósito de evitar surfear la ola las 24 horas (que ha sido en escasas ocasiones), la pregunta que me he hecho es; ¿alguien morirá? ¿Realmente es tan grave si mandas una cotización en una hora más? ¿si respondes ese mensaje después de comer, si “pierdes” el tiempo escuchando a esa clienta que te cuenta con ilusión los logros de sus nietos? No. Nadie morirá y tú y yo, no sé si viviremos más, pero estoy segura que sí lo haremos mejor. ¿Nos animamos a intentarlo?

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Cultura

Mercedes Pacheco: “Hacer el bien sin hacer ruido”

Hay personas que sin publicar ningún libro tienen un gran impacto en la vida de otros muchos. La Iglesia católica está llena de mujeres que aparentemente no brillaron en vida, pero que sembraron de amor muchos corazones. La religiosa Mercedes Pacheco es una de estas.

Redacción Omnes·6 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Una mujer tucumana llamada Mercedes del Carmen Pacheco (1867-1943), en plena juventud, escucha en los templos las consideraciones y explicaciones de las encíclicas del Papa León XIII (1810-1903) donde se advierten los graves peligros de aquellas horas. Las palabras del Pontífice son contundentes: “Fidelidad a Dios, unidad de la Iglesia y defensa de los derechos de los trabajadores, especialmente de los obreros”. Llena de ánimo y de fervor, movilizada por las palabras de León XIII, Mercedes Pacheco se convirtió en una ferviente discípula y ejecutora del mensaje papal en el corazón mismo de la provincia de Tucumán, situada en el norte de la Argentina

Con apenas 19 años se presentó a las autoridades eclesiásticas para ofrecer sus servicios, que se concretaron con el paso de los años en la fundación de la Asociación de la Enseñanza Cristiana (1890), que funcionaría en la catedral de Tucumán con tareas misioneras y humanitarias.

La influencia de León XIII

El 15 de mayo de 1891, el Papa León XIII, atento a los cambios sociales de la época, sorprende al mundo con su encíclica Rerum Novarum, en la que aborda las penosas condiciones de vida de muchos de la clase trabajadora. Fue la primera carta social de la Iglesia y a partir de entonces se conoció a León XIII como “el Papa obrero”. La labor de la madre Mercedes en favor de la niñez desamparada, desde ese momento y hasta el final de su vida, fue incansable. Nunca permitió que los niños del asilo por ella fundado fuesen sirvientes de ningún avaricioso señor o señora. 

Al crear el Instituto de Artes y Oficios de la Sagrada Familia en 1895, las palabras de la Rerum Novarum fueron su inspiración y su norte: “Es urgente proveer de la manera oportuna al bien de las gentes de condición humilde, pues es mayoría la que se debate indecorosamente en una situación miserable y calamitosa” (n. 1). El Instituto, desde su fundación hasta el presente, tuvo como objetivo promover la dignidad de las personas mediante el estudio y el trabajo. Los ecos del bien común, de la justicia y de la equidad social, recuperados por el nuevo Papa León XIV, sucesor de nuestro querido Francisco, tienen un referente valiosísimo en esta sencilla y humilde mujer tucumana, a la que el Dr. Juan Benjamín Terán, uno de los fundadores de la Universidad Nacional de Tucumán, se refirió como “una santa”. 

La prédica recurrente de Mercedes Pacheco era “hacer el bien sin hacer ruido”. Se trata quizá del gran desafío al que conduce el amor a Cristo, y nos deja un mensaje bien preciso en este siglo XXI alimentado por la publicidad inmediata en las redes sociales, la búsqueda de aprobación y vanagloria, y el interés por ocupar los primeros puestos en los foros mediáticos de una civilización narcisista. Mercedes transitó los caminos de su patria con un rosario en las manos y una convicción en su alma: el Reino de Dios debía ser un camino de entrega silenciosa a la niñez desamparada. 

Una epidemia de cólera

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, una epidemia de cólera, que arrebató la vida de un tercio de la población de aquella región argentina, había dejado muchos menores huérfanos, que se añadían al alto número de niños ilegítimos. Las crónicas se refieren a “la niñez desamparada”, pues al parecer las familias acomodadas se negaron a recibir niños huérfanos que pudieran ser portadores de la enfermedad. Mientras la escena social abundaba en estas orfandades, la actividad valiente y tenaz de la madre Mercedes logró crear a partir del año 1895 el primer asilo de niños y niñas sin hogar de la provincia, escuelas de todos los niveles (incluido el nivel terciario), catequesis para obreros, atención espiritual y cuidado de los enfermos, talleres de artes y oficios, establecimientos asistenciales y educativos, guarderías maternas, cantinas maternales, escuelas profesionales y de manualidades, apostolado entre los indígenas. 

Toda su actividad estuvo coronada siempre por la gratuidad y la preferencia hacia los más débiles de la sociedad. Comenzó en Argentina y se abrió a los países próximos Paraguay y Uruguay. La Congregación Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo Rey fundada por la madre Mercedes Pacheco sería aprobada en julio de 1987 por san Juan Pablo II. 

Camino de los altares

La madre Mercedes emerge como una respuesta histórica al dolor de su gente; diseñó y puso en práctica su sentido de la justicia y del derecho, un afán de hacerse eco de las bienaventuranzas evangélicas, sacudiendo marañas sociales de desidia, implementando un proyecto de rescate y reivindicación de los habitantes de las periferias existenciales al margen de las sociedades del confort y la abundancia. Como tan acertadamente expresaría la encíclica Fratelli Tutti (2020): “Entonces, ya no digo que tengo ‘prójimos’ a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (n. 81).

Ajena a los individualismos mezquinos, a la acumulación consumista de un mundo cerrado e indiferente, su figura resplandece y sus acciones interrogan a la sociedad actual que sigue olvidando a aquellos por los que Mercedes batalló toda su vida hasta el final. Pudo ver a Dios en los otros, como expresa bellamente el verso de Jorge Luis Borges en el Otro poema de los dones: “Por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad”.

El 24 de noviembre del año 2000, Mercedes del Carmen Pacheco fue declarada Sierva de Dios por el Papa Juan Pablo II. Durante la década siguiente se inició el estudio de varios milagros atribuidos a ella, con vistas a su beatificación. El lema “hacer el bien sin hacer ruido” define la vida entregada de la madre Mercedes a los más necesitados. Podría ser también un buen lema para la vida de cada uno de nosotros, pues muy a menudo en este mundo moderno nuestro se consideran más importantes la apariencia y el ruido que la realidad vital y el efectivo servicio a los demás.

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Vaticano

León XIV revoluciona la “misión”: no es sólo “partir” sino “permanecer”, y pide rezar por Gaza

En el Jubileo de los Migrantes y los Misioneros, el Papa ha manifestado que “toda la Iglesia es misionera”, y que “hoy se abre en la historia de la Iglesia una época misionera nueva”. La misión no es sólo “partir”, ir a tierras lejanas. Hoy es “permanecer” para anunciar a Cristo a través de la acogida, la compasión y la solidaridad. Al final, ha pedido oración por el fin de la guerra en Gaza.

Francisco Otamendi·5 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En un día lluvioso en Roma, que se ha ido abriendo poco a poco, hasta permitir al Papa salir en el papamóvil a saludar a los más de treinta mil peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa ha revolucionado el concepto de “misión”. 

En la homilía de la Misa final del Jubileo del Mundo Misionero y los Migrantes, sin dejar de alabar “la cooperación y la vocación misionera”, ha dicho León XIV que “hoy se abre en la historia de la Iglesia una época misionera nueva”.

Así lo ha explicado en la Misa, en la que han concelebrado los cardenales Michael Czerny S.J., prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización.

Fronteras de la misión: ya no son geográficas

“Por un largo periodo hemos asociado la misión con el “partir”, el ir hacia tierras lejanas que no habían conocido el Evangelio o se encontraban en situaciones de pobreza». «Hoy las fronteras de la misión ya no son las geográficas, porque son la pobreza, el sufrimiento y el deseo de una esperanza mayor las que vienen hacia nosotros”, ha explicado el Pontífice.

Nos lo atestigua la historia de muchos de nuestros hermanos migrantes, ha proseguido, “el drama de su fuga de la violencia, el sufrimiento que los acompaña, el miedo a no lograrlo. El riesgo de peligrosas travesías a lo largo de las costas del mar, su grito de dolor y desesperación”. 

«Esas barcas que esperan avistar un puerto seguro en el que detenerse y esos ojos llenos de angustia y esperanza que buscan una tierra firme a la que llegar», ha dicho, «no pueden y no deben encontrar la frialdad de la indiferencia o el estigma de la discriminación”. 

El Papa León XIV bendice a una persona enferma en la audiencia con motivo del Jubileo de los Migrantes y de las Misiones, el 4 de octubre de 2025, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. (Foto CNS/Vatican Media)

“Permanecer para abrirles los brazos y el corazón”

En consecuencia, ha manifestado el Sucesor de Pedro, “la cuestión no es “partir”, sino más bien “permanecer” para anunciar a Cristo a través de la acogida, la compasión y la solidaridad. Permanecer sin refugiarnos en la comodidad de nuestro individualismo. Quedarnos para mirar a la cara a aquellos que llegan desde tierras lejanas y sufrientes. Permanecer para abrirles los brazos y el corazón, acogerles como hermanos, ser para ellos una presencia de consolación y esperanza”. 

En su homilía, en la que ha citado al Papa Francisco, a Benedicto XVI y a san Pablo VI, ha recordado que toda la Iglesia es misionera. Y es urgente —como afirmó el Papa Francisco— que ‘salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo’ (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 23)”.

A veces Dios calla, parece “ausente”

El Papa, al recordar a los “hermanos migrantes”, la guerra, la injusticia, el sufrimiento, ha citado a Benedicto XVI en Auschwitz. Tantas veces en la historia se ha elevado a Dios la pregunta de por qué no interviene, que parece ausente: “Dios calla, parece tan distante, olvidadizo, tan ausente…, (Catequesis 14 de septiembre de 2011).

Pero la respuesta del Señor, sin embargo, nos abre a la esperanza, ha subrayado León XIV.  “Hay una vida, por tanto, una nueva posibilidad de vida y de salvación que proviene de la fe. Porque la fe no sólo nos ayuda a resistir al mal perseverando en el bien, sino que transforma nuestra existencia hasta hacerla un instrumento de la salvación que Dios sigue queriendo realizar en el mundo”.

Filipinas, “odio antisemita” (Manchester)

En el Ángelus, el Papa ha apelado a “dignidad humana” al recordar a “los hermanos y las hermanas misioneras y migrantes”. 

Se ha mostrado solidario con el pueblo filipino, golpeado por un fuerte terremoto en Cebú e islas cercanas.

Y ha expresado su preocupación por “por el aumento del odio antisemita en el mundo, como por desgracia se ha visto en el atentado terrorista en Manchester, perpetrado hace pocos días”.

El ataque a la Sinagoga de la Congregación Hebrea de Heaton Park en Mánchester tuvo lugar el Yom Kipur, el día más sagrado del año para el judaísmo. El atacante, abatido por la policía, embistió con su coche a una multitud y apuñaló a los dos judíos, ha informado Cindy Wooden, de CNS.

“Enorme sufrimiento del pueblo palestino”: unidos en la oración

Asimismo, ha asegurado “el enorme sufrimiento del pueblo palestino en Gaza”, que le sigue cuasando dolor. “En estas últimas horas, en la dramática situación de Oriente Medio, se están llevando a cabo algunos pasos significativos para hacer avanzar las tratativas de paz. Espero puedan cuanto antes alcanzar los resultados esperados. Pido a todos los responsables el compromiso para continuar por este camino, con el alto el fuego y la liberación de los rehenes”. 

“Al mismo tiempo exhorto a todos a permanecer unidos en la oración, de modo que los esfuerzos que se están realizando puedan poner fin a la guerra y conducirnos hacia una paz justa y duradera”.

Súplica a la Virgen del Rosario

Por último, ha dicho, “nos unimos espiritualmente a todos los que se han reunido en el Santuario de Pompeya para la Súplica a la Virgen del Rosario. En este mes de octubre, contemplando con María los misterios de Cristo Salvador, intensificamos nuestra oración por la paz. Una oración que se hace solidaridad concreta con las poblaciones devastadas por la guerra. Gracias a los muchísimos niños que en todo el mundo se han comprometido a rezar el Rosario por esta intención. Gracias de corazón”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Francesco G. Voltaggio: “Sin la Iglesia, no se entiende la Escritura”

Entrevista a Francesco G. Voltaggio, uno de los expertos que han trabajado en la nueva edición de la Biblia editada en castellano conjuntamente por Biblioteca de Autores Cristianos y San Pablo.

Maria José Atienza·5 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 8 minutos

El sacerdote italiano presentó en Madrid “La Biblia. Escrutad las Escrituras”, junto a Giacomo Perego, y el coordinador de la edición en español, Pedro Ignacio Fraile.

Se trata de una novedosa y completa edición de la Sagrada Escritura concebida para acercarse a la Palabra de Dios de manera integral: con la mente, la razón y la oración.

Poco antes, Voltaggio mantuvo una conversación con Omnes en la compartió su experiencia como habitante en Tierra Santa y experto en Sagrada Escritura, la importancia de la lectura orante de la Biblia en la vida cristiana o la urgencia de recuperar en la Iglesia una iniciación cristiana que haga entender la unidad de la Palabra de Dios, los sacramentos y el misterio de la Iglesia en su totalidad.

 ¿Cómo nace “La Biblia. Escrutad las Escrituras”?

–Este proyecto nació de una propuesta de la editorial San Pablo junto con algunos miembros del Camino Neocatecumenal aunque en esta Biblia han participado muchos biblistas, o sea, es un trabajo eclesial. Se pensó en una biblia que sea científica, para estudio, pero también pensada por la scrutatio de las Escrituras o lectio divina, para la lectura orante de la Escritura.

Por eso, contiene introducción general, que da los principios para leer la Biblia. Junto a esto, contienen unas notas técnicas sobre la historia, la historia de la salvación y también la geografía de la salvación; además de prestar atención a los principales descubrimientos arqueológicos en Tierra Santa.

Otra de sus características es la presencia de 380 notas temáticas, que apuntan a los temas principales de la Escritura, y para los que se ha recurrido tanto al trasfondo griego como de la tradición judía y también, claro, de la interpretación de los Padres de la Iglesia.

En este sentido, contando con sus diferencias, hay un punto en común clave en la interpretación judía rabínica y la interpretación patrística de los padres de la Iglesia que es que la escritura es una fuente inagotable.

La exégesis moderna y contemporánea dio pasos importantísimos, pero a veces llega a un callejón sin salida intentando llegar a la intención del autor, que es importante, claro, pero nosotros sostenemos que, más allá del versículo o hay una persona viva que nos habla. Yo escruto las escrituras, pero al final, es Cristo quien a través de su Palabra me escruta a mí. Es un encuentro vivo. Esta característica de fuente viva e inagotable es lo que queremos subrayar a través de esta obra.

La interpretación de la Biblia es uno de los grandes “temas”. En este sentido, ¿cómo se interpreta la Palabra de Dios sin caer en el personalismo interpretativo?

–Hay muchos puntos en común entre la tradición judía y la cristiana y, especialmente, la católica. Entre otras cosas, la importancia de la tradición porque hay que entender que la Palabra no es un texto muerto. Para los judíos y después para los Padres de Iglesia y los católicos, no se puede separar la escritura de la tradición. La sola scriptura es algo inconcebible para los judíos, porque este libro es fruto, ante todo, de una experiencia viva, existencial, de personas y después de un pueblo. En el caso del Antiguo Testamento, del pueblo judío.

En el caso del Nuevo Testamento, además del pueblo judío, el pueblo cristiano que nace. Dios no nos ha entregado un escrito mudo sino una experiencia, una revelación que después se ha cristalizado en un escrito entregado a un pueblo y que ha sido transmitida de generación en generación.

Los autores del Nuevo Testamento recibieron un texto vivo, revestido de todos los ornamentos de la interpretación oral. Hay diferencias, claro, entre la tradición judía y nuestro concepto de tradición, pero esto es muy parecido.

Para nosotros, los católicos, Cristo se ha revelado en la Escritura y en la Tradición. Esto es importantísimo. La segunda cosa es que sí hay una gran diferencia que es una novedad. Para los católicos el judaísmo no es “otra” religión respecto al cristianismo, pero hay una novedad clave, Cristo. Pero no es un “opcional”, sino que, como se entiende en el Apocalipsis, Cristo es cordero que puede abrir el libro sellado. Este libro sellado no es sólo la escritura, sino que es también la historia. Cristo es la clave, la llave para entender toda la Biblia, el que puede “abrir” este libro a todos. Esta es la novedad más grande.

La tradición, en la Iglesia Católica, es muy importante porque la escritura es ya interpretación; no es que cada uno la interprete como le plazca, -aunque sea verdad que la escritura es una fuente inagotable-. La escritura es entregada a una comunidad. En el caso del Nuevo Testamento, a la Iglesia. El magisterio de la iglesia es garante de que esa escritura no sea malentendida o incluso totalmente mal interpretada hasta la herejía. Son dos componentes que parecen estar en tensión, pero no están en contradicción.

La Biblia. Escrutad las Escrituras

Autor:: Pedro Ignacio Fraile (coordinador)
Páginas: 3024
Editorial: BAC – San Pablo
Año: 2025

Siguiendo esta lógica de pensamiento, la Biblia, ¿es motivo de unión o de separación?

–Depende. Puede ser motivo de gran unión o de gran separación. Como la religión. La religión es un motor para el bien porque mueve a tantas personas, pero también puede ser utilizada para el mal: las guerras de religión o incluso las diferencias entre los propios cristianos o católicos.

Pero la Biblia leída con el espíritu abierto a la voluntad de Dios no puede sino unirnos. Ha sido así con los judíos y con las otras confesiones cristianas.

Entre los padres del desierto había peleas sobre la Biblia y en este sentido, hay un cuento sobre dos hermanos que ven un pájaro: uno lo ve blanco y el otro negro. Comienzan a discutir hasta casi matarse y, al final, se dan cuenta que es el diablo quien hace ver a uno el pájaro negro y al otro blanco. Tiene mucho significado porque el demonio es un gran exégeta. Cuando tienta a Cristo lo hace citando perfectamente la Escritura: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: ‘Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden’, y también: ‘Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra’” (Lc 4, 9 – 12). Esto es un ejemplo muy claro de cómo algo tan bello como el conocimiento de la Biblia puede ser instrumentalizado.

Yo también he tenido mis polémicas en conferencias con rabinos, claro, porque me interrogan. Entonces es clave mantener la caridad y también hablar no solamente de lo que nos une sino también de aquellas cosas en las que podemos no estar de acuerdo, y hacerlo no con el espíritu de imponer la verdad al otro, sino de proponerla.

¿Cómo podemos unir la Palabra de Dios a la vida sacramental propia de un cristiano, incluso en aquellos sacramentos que tienen “menos” presencia de la Escritura?

–No hay sacramento sin Palabra. Es imposible, porque la palabra es un signo visible de una gracia invisible, pero a través de la palabra. Pienso que es esencial recuperar en todos los sacramentos el poder de la Palabra. Esto sin una iniciación cristiana y sin una comunidad viva no es fácil. Por ejemplo, en el sacramento de la reconciliación, que vamos a confesarnos individualmente con el sacerdote y ya.

Eso está muy bien, pero sería muy bueno recuperar, en algunos momentos, la celebración comunitaria de la penitencia con confesiones individuales. Ahí encontramos una comunidad que escucha la Palabra y, después, cada uno se confiesa individualmente. Es una celebración que potencia también esa dimensión comunitaria de reconciliación, que era muy clara en los primeros siglos de la Iglesia, por ejemplo, en el catecumenado cuando alguno había pecado de manera grave, era excluido y después acogido en la comunidad con misericordia.

La Palabra tiene que ser celebrada. Escrutar individualmente la Escritura está bien, pero hay que tener en cuenta que la Biblia no fue entregada primariamente para ser estudiada de manera individual sino para ser proclamada.

El locus ideal de la Palabra es la Liturgia de la Iglesia.

El Libro del Apocalipsis, de hecho, comienza “Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía”. Es la comunidad la que recibe la Palabra, la interpreta, se ayudan a entenderla unos a otros.

¿Qué diferencia hay entre un católico que lee la y conoce la Biblia y otro que no?

–En Jerusalén vivo en un ambiente árabe, tanto musulmán como cristiano y judío. Pienso que es una lástima que los musulmanes conozcan el Corán de memoria, o los judíos, especialmente los ortodoxos, están siempre meditando, rumiando, la escritura, también algunos de los protestantes. En este sentido, el Concilio Vaticano II ha hecho un trabajo maravilloso habla de las dos mesas del cristiano: la mesa del Pan y la mesa de la Palabra: la Santísima Eucaristía y la Palabra de Dios. Sobre la santísima Eucaristía, gracias a Dios estamos muy concienciados, pero no pocas veces nos falta la segunda mesa. Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia volvió a retomar la centralidad de la Palabra, pero es un camino largo porque lo que falta en general es la iniciación cristiana.

En los primeros siglos de la Iglesia, en el catecumenado era muy importante la sagrada Escritura; los padres de la Iglesia conocían el Antiguo Testamento a fondo y lo veían cumplido en Cristo. Eusebio de Cesarea, que escribe el Onomastikom, menciona más lugares del Antiguo Testamento que del Nuevo. Sin embargo, hoy nosotros, los peregrinos cristianos visitamos casi exclusivamente los lugares del Nuevo Testamento.

Recuperar la iniciación cristiana en toda la Iglesia es una misión una misión porque hay que ser iniciados. Dicen los judíos que la palabra de dios es como el vino. Al principio, cuando uno saborea el vino al no entiende nada, no distingue. Esto pasa también en la lectura de la Escritura.

Leer la Biblia no es fácil. Hay quien lo hace y el Señor les ayuda, pero sin la Iglesia no llegamos a entender de verdad la Palabra. La Iglesia es la que da esa iniciación, la que te introduce en la palabra como algo vivo. San Jerónimo responde a esta pregunta de manera clara: “Desconocer las escrituras es desconocer a Cristo”.

¿Qué falta a un creyente si no tiene un conocimiento de la Biblia, aunque sea poco? Le falta el conocimiento de Cristo. Por eso a veces también la fe se vive como algo aburrido, monótono porque le falta dinamismo, creatividad, ese algo de inagotable.

A mí me gusta mucho el versículo del Salmo 62 que dice “Dios ha dicho una cosa, y he escuchado dos”, ¿cómo así?, podemos preguntarnos, porque es tan rica que es así. Cuando te formas en el camino de la fe te das cuenta que hay tantos tesoros que, que Dios mismo es un tesoro tan grande, tan inagotable, que podemos solamente sumergirnos en el misterio de Dios y de la Palabra.

Usted vive en Tierra Santa, conocida como “el quinto evangelio”. ¿Cómo se perciben en aquella tierra esas huellas de la Encarnación?

–La expresión quinto evangelio sobre Tierra Santa es de Pablo VI y es una expresión maravillosa. Nuestro patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pizzaballa utiliza además otra expresión que dice que Tierra Santa es “el octavo Sacramento”. Claramente sabemos que los sacramentos son siete, pero, en este sentido ocurre lo que le pasó a Carmen Hernández, la coiniciadora del Camino Neocatecumenal, quien explicaba cómo a ella, que había estudiado Teología, cuando vivió un año en Tierra Santa “las escrituras se le abrían”.

Es así, el contacto con los lugares santos, con el pueblo de Israel, todavía vivo, que es el pueblo judío; el contacto con el mundo árabe, semita…, con las iglesias orientales, los idiomas primitivos, la liturgia madre de la Iglesia de Jerusalén., todo ello conforma un humus a través del que accedemos más profundamente a los tesoros de la revelación y de la Iglesia.

En este sentido, ¿qué importancia tiene para un cristiano ser consciente que Dios ha formado parte de la Historia?

–Es esencial. Sin historia nuestra fe se reduce a una filosofía, o a un moralismo –que es un gran peligro– o a una gnosis. No podemos dejar de recordar que la revelación es histórica, que Dios se ha revelado a través de un pueblo concreto, en un tiempo concreto, en un lugar concreto.

En hebreo hay una palabra עוֹלָם (olam) qué tiene dos significados. Uno de dimensión espacial y otro de dimensión temporal. Quiere decir “mundo”, “universo”, pero también “siglo”, “eternidad”. Es decir, en hebreo hay una palabra que exprime el espacio y el tiempo. No es casualidad que Albert Einstein fuera hebreo.

Hay que entender que la Biblia es historia, pero no es crónica. No es historiografía en el sentido moderno, sino que es historia y, al mismo tiempo, anuncio de salvación. Historia y kerygma. Historia y teología indisolublemente unidas. Claramente hay detalles históricos historiográficos en la Biblia que, algunas veces son impresionantes pero la arqueología no viene a decir que la Biblia tiene razón en todo, como tampoco viene a decir que no tiene razón en nada.

Hemos de entender que la Biblia es verdaderamente Palabra de Dios y verdaderamente palabra humana. Es el infinito que se revela en lo finito. La Biblia contiene más de lo que dice, porque en palabras humanas contiene el infinito. Es una analogía con lo que es Cristo, Dios y hombre, una dimensión totalmente divina y, al tiempo totalmente humana. Este acceso a la humanidad es lo que nos facilita la arqueología. Conocer el ambiente, el idioma, la filología, los lugares donde vivió Cristo, donde se materializó la historia de la Salvación, nos permite llegar más al mensaje divino.

Podemos llegar a Dios a través de la humanidad y más nosotros, los cristianos. Ya en el Antiguo Testamento, Dios “pone su tienda entre los hombres”, entra en la historia, y de manera plena en la Encarnación de Cristo.

Vaticano

León XIV firma «Dilexi te», su primera Exhortación apostólica

El Papa León XIV ha firmado Dilexi te, su primera Exhortación apostólica en la festividad de san Francisco de Asis. El texto será presentado el 9 de octubre.

Teresa Aguado Peña·4 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Esta mañana, 4 de octubre, día en que la Iglesia conmemora a San Francisco de Asís, a las 8:30, en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico, el Papa León XIV ha firmado su primera Exhortación Apostólica, titulada Dilexi te, «Te he amado», en presencia del arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado

Un texto que, según informaron hace varias semanas desde el Vaticano a la agencia Reuters, está centrado en el amor al prójimo y el cuidado de los pobres. El documento retoma un tema profundamente vinculado al espíritu franciscano y que ya fue eje del magisterio de su predecesor, el Papa Francisco.

La exhortación se presenta como un estímulo pastoral: busca guiar e inspirar a los fieles hacia los valores del Evangelio de manera concreta y cercana a la vida cotidiana. Siguiendo el ejemplo de Evangelii Gaudium o Amoris Laetitia, León XIV profundiza y completa la obra iniciada por Francisco, adaptándola a los retos pastorales actuales.

Fuentes vaticanas indican que parte del borrador incorpora la contribución del arzobispo Vincenzo Paglia, y que el Papa León XIV solicitó a la Secretaría de Estado y al Dicasterio para la Doctrina de la Fe una revisión minuciosa para garantizar la coherencia del texto con la realidad contemporánea de la Iglesia.

FirmasDiego Errázuriz Krämer

Cultivar el asombro

Tras una noche fría y empapada en la montaña, los primeros rayos de sol nos recordaron el valor de lo cotidiano. Redescubrir el asombro ante lo simple —como la luz, el cielo o el vuelo de una golondrina— nos abre a una vida más humana, agradecida y plena.

4 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 1 minuto

Estábamos empapados tras una tarde y una noche de lluvia. Algunos tiritaban de frío. Amanecía el segundo día de nuestro campamento en la montaña. Las nubes que nos envolvían nos hacían dudar de si el sol saldría ese día. De pronto se asomaron sus primeros rayos. Era el mismo astro de siempre, pero nunca habíamos agradecido tanto su luz y calor. Rachel Carson explica cómo, paradójicamente, hay ciertas cosas que no valoramos por tenerlas al alcance de la mano. Afirma, por ejemplo, que si solo tuviéramos una oportunidad en la vida para contemplar una noche estrellada, seguramente la esperaríamos con ansias. Sin embargo, como el espectáculo nocturno se despliega cada noche, dejamos que pase desapercibido.

Cultivar el sentido del asombro prepara la tierra para el florecimiento humano. Para conocer, querer y disfrutar los dones de Dios hace falta detenernos, poner atención y descubrir la contingencia del mundo. Por mucho que necesitemos rutinas para simplificar la vida, no podemos dejar de fascinarnos por lo cotidiano.

Enseñar a maravillarse ante la realidad debería ser una prioridad educativa. El estupor ante el vuelo de una golondrina o el pasmo frente a las olas que rompen contra las rocas nos entrenan para custodiar lo más valioso de nuestra humanidad.

El mejor antídoto frente al aturdimiento digital es experimentar el asombro: contemplar una puesta de sol o caminar por la montaña. El asombro nos libera de la búsqueda frenética de estímulos y nos dispone a disfrutar de lo sencillo: escuchar los relatos de nuestros abuelos, leer a Salgari o gozar de una gran obra musical.

Vivimos saturados de estímulos e información. En cambio, el silencio, la calma y vivir en el presente nos abren la puerta a una vida más humana, sostenida en el asombro y en la gratitud por todo lo que nos rodea.

El autorDiego Errázuriz Krämer

Consultor en comunicación.

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Ecología integral

Pablo Mariñoso: “quierosermadre.org quiere ser una gran plataforma provida”

El creador de la plataforma provida quierosermadre.org, Pablo Mariñoso, ha manifestado que la iniciativa busca ser referente de información veraz, acompañamiento y apoyo a la mujer embarazada, frente a la propuesta del portal ‘Quiero abortar’, que “plantea el aborto como única solución”. “Existe el trauma postaborto”, asegura a Omnes.

Francisco Otamendi·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Lanzamos esta plataforma (quierosermadre.org), para todas aquellas mujeres que dudan sobre continuar su embarazo”, señala el madrileño Pablo Mariñoso, licenciado en Relaciones Internacionales, desde Washington. 

“Ellas merecen contar con información verdadera y alternativas reales para poder tomar decisiones responsables sobre su embarazo. Nuestra web nace para acompañar y ofrecer esperanza a quienes deciden continuar con la vida”, añade. 

Fortalecer las asociaciones y punto de encuentro

Además, la plataforma surge con el fin de visibilizar y fortalecer el trabajo de asociaciones y profesionales que, desde hace años, brindan apoyo psicológico, económico, legal y espiritual a las mujeres embarazadas en situación de dificultad. De hecho, Mariñoso está en contacto con prácticamente todas las instituciones que apoyan a la mujer de diferentes maneras, y le han mostrado su apoyo.

Por otra parte, la plataforma aspira a convertirse en “un punto de encuentro en el movimiento provida, en el que profesionales sanitarios, asociaciones, periodistas y las nuevas generaciones puedan conocer la realidad del aborto y sus alternativas. Y, sobre todo, un lugar seguro para todas aquellas mujeres que buscan apoyo”.

Enciclopedia práctica

Pablo Mariñoso, coordinador de la plataforma quierosermadre.org, que vive y trabaja en Madrid, explica que no hay ningún grupo o asociación, religiosa o no, detrás de ella. Ante la web Quieroabortar.org, asunto polémico esta semana, que en lugar de apoyar a las embarazadas, “las empuja al despeñadero del aborto, pensé: hay que vender lo contrario: quierosermadre.org”. 

“Hay que pensar en esas mujeres que están embarazadas y quieren ser madres, y seguir con su embarazo. Han sido tres días de mucho trabajo, para armar la web de cero, con todos los recursos que tiene. La vocación de la web es ser una especie de enciclopedia de las asociaciones provida en España”.

No vamos a hacer una labor nueva, no vamos a sustituir lo que hacen las asociaciones, informa. “Es una plataforma para que estén todas recogidas, hay un mapa provida por provincias, hay una nueva pestaña con ayudas a las maternidad, tanto de la Administración central como las autonómicas. Es hacer una gran plataforma provida”.

@PabloMariñoso.

Las Marchas por la vida

Mariñoso lleva mucho tiempo en el activismo pro vida, es conocedor y colaborador de muchas de las asociaciones que hay en España, sin pertenecer a ninguna de ellas, y también conoce movimientos pro life americanos. “La web no está completa, necesita recursos, más testimonios, artículos, etc., que vaya creciendo”..

¿Cómo surgió la sensibilidad por la vida en este joven madrileño? “En casa, de pequeños, íbamos a esa Marcha por la vida que siempre ha habido en Madrid. También animado por una persona que falleció, Rafa Lozano, que fue uno de los impulsores del movimiento provida en España. Estos días he tenido contacto con Alicia Latorre. Estoy ahora con mil llamadas. Las asociaciones provida están muy agradecidas”.

“Existe el ‘trauma” postaborto”

Vamos con un asunto de actualidad en España. El creador de ‘Quiero ser madre’ explica que “los defensores del aborto utilizan el eufemismo IVE (interrupción voluntaria del embarazo). Pero hay muchos activistas provida que están diciendo que una IVE es en realidad una intervención violenta del embarazo. Estos días se habla de síndrome postaborto. No es exactamente un síndrome. Yo no utilizaría la palabra ´sindrome. Utilizaría la palabra “trauma postaborto”, defiende.

“Creo que ahí tenemos una gran lucha todos los provida, para hablar del trauma que existe después del aborto. Porque el gobierno ha presentado el aborto como un trámite administativo. Como una cuestión de 15 minutos, una cuestión inocua. Sin embargo, todas las mujeres que se han sometido a un aborto, saben que es una técnica absolutamente invasiva y violenta para la mujer, que le causa graves heridas emocionales, cuando no directamente físicas”. 

Qué es el aborto

“Hay estudios, hay evidencia, de tantas mujeres que han tenido, a raíz de su aborto, un trauma, un shock, que les ha llevado a tener depresión, ansiedades, inseguridad con su cuerpo, sangrados, etc. Una cosa que oculta la web del gobierno es qué es un aborto. Explica que puede ser quirúrgico o farmacológico, pero no entra más”, comenta Pablo Mariñoso.

En el aborto quirúrgico “hay que explicar que consiste en introducir unas pinzas, o una aspiradora, en el útero de la mujer, para sacarlo a trocitos, aspirado. Y el aborto farmacológico consiste en medicar a la mujer artificialmente para que dé a luz a un hijo muerto. eso genera un trauma también. Existe el trauma postaborto, hay que decirlo claro”.

“Comprometidos con la vida”

Por si hubiera alguna duda, quierosermadre.org recoge esta declaración de principios: “Estamos comprometidos con la defensa de la vida en todas sus etapas, motivados por la convicción de que cada ser humano tiene un valor intrínseco e irrenunciable. Creemos en la importancia de promover una cultura que respete y proteja la dignidad de las personas desde la concepción hasta la muerte natural, trabajando con pasión y responsabilidad para formar las conciencias en favor de la vida”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

‘The Chosen’ logra un Récord Guinness con su accesibilidad en 50 idiomas

Con cinco temporadas disponibles, la serie que recrea la vida de Jesús y sus apóstoles logra un nuevo récord.

Redacción Omnes·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La quinta temporada de la serie internacional The Chosen ha alcanzado un nuevo hito histórico al ser reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la temporada en streaming disponible en mayor número de idiomas.

La nueva entrega, titulada The Chosen, La última cena, ha sido subtitulada en 50 idiomas y doblada a 36, convirtiéndose así en la producción más accesible de la historia de la televisión. Esta ampliación lingüística permite a millones de espectadores disfrutar de los diálogos y de la narrativa en su propia lengua, reforzando el propósito de la serie de llegar a públicos diversos en todo el mundo.

El proyecto, impulsado por la organización sin ánimo de lucro Come and See, contempla un objetivo aún más ambicioso: alcanzar los 600 idiomas disponibles cuando concluya la séptima temporada. Esta iniciativa busca acercar una visión auténtica e íntima de la vida de Jesús a personas de cualquier edad y origen, consolidando así el carácter universal del mensaje que transmite la serie.

Creada por Dallas Jenkins, The Chosen ha cambiado el panorama audiovisual internacional al convertirse en la primera serie de varias temporadas centrada en Jesús contada desde los ojos de quienes lo conocieron. Desde su estreno, ha congregado a más de 250 millones de espectadores en todo el mundo. La quinta temporada ya está disponible en España a través de la plataforma acontra+ desde septiembre, mientras que la sexta, en fase de postproducción, llegará en 2026.

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Educación

La UFV y Fundación Ratzinger entregan los Premios Razón Abierta

La Pontificia Academia de las Ciencias, en el Vaticano, ha sido escenario esta semana de la entrega de la VII edición de los Premios Razón Abierta, convocados por la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger/Benedicto XVI. Entre los cuatro ganadores, dos son profesores de la Universidad de Navarra.

Francisco Otamendi·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

La ceremonia de entrega de los Premios Razón Abierta, en el Vaticano, estuvo presidida por el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Le acompañaron el presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger/Benedicto XVI, P. Federico Lombardi, S.I., y el rector de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), Daniel Sada.

El cardenal Koch subrayó que la razón abierta “no es un retroceso, sino un acto de valentía intelectual”. Y añadió: “Solo una razón verdaderamente abierta es capaz de generar unidad en un mundo marcado por la polarización y el relativismo”. El acto fue moderado por María Lacalle, directora del Instituto Razón Abierta y vicerrectora de Profesorado y Modelo Formativo de la UFV.

Ganadores de la VII edición

Seis proyectos de España, Estados Unidos, Colombia y Chile han sido distinguidos por el Jurado entre 410 propuestas de 63 universidades de todo el mundo.

Entre los cuatro ganadores de esta VII edición de los Premios se encuentra José María Torralba (Universidad de Navarra), en la categoría de Docencia, por ‘El Programa de Grandes Libros de la Universidad de Navarra’. 

David Thunder, también de la Universidad de Navarra, por ‘The Polycentric Republic: a theory of civil order for free and diverse societies’. Una propuesta de orden civil alternativo al Estado moderno, basada en asociaciones libres y diversas.

Angela Franks (St. John’s Seminary, EEUU.) ha sido asimismo ganadora, por ‘Body and identity: a history of the empty self,’. Una historia intelectual sobre la crisis contemporánea de identidad desde una perspectiva teológica y filosófica. 

Y también Juan Eduardo Carreño (Universidad de los Andes, Chile), por ‘Thomistic philosophy in the face of evolutionary fact. Una integración del pensamiento de Tomás de Aquino con los descubrimientos de la biología evolutiva’.

Menciones de honor

Además, el Jurado ha premiado con sendas menciones de honor a Pablo López Raso (Universidad Francisco de Vitoria), por ‘Insolente belleza: una propuesta de apreciación del arte contemporáneo’. Y a Santiago Bellomo (Universidad Austral, Argentina), por ‘Educación aumentada. Desafíos de la educación en la era de la inteligencia artificial’.

Los galardones, dotados con 100.000 euros, reconocen investigaciones y programas docentes que unen el saber científico con una reflexión profunda sobre el ser humano, la verdad y el sentido.

Seguir promoviendo el conocimiento

El cardenal Koch remarcó también que los Premios Razón Abierta contribuyen a la construcción de una cultura del encuentro al unir saber técnico con sabiduría humanista. En ese sentido, animó a los premiados y a sus universidades a seguir promoviendo un conocimiento que no renuncie a las grandes preguntas. Y que contribuya a la reconciliación entre fe y razón, entre ciencia y humanidad.

Torralba: Educación de Razón Abierta

El catedrático de Filosofía José María Torralba, consultado por Omnes, ha manifestado que ‘en realidad, el premio no es a mi persona, sino al ‘Programa de Grandes Libros de la Universidad de Navarra’ que está compuesto por 20 profesores. Aunque soy el coordinador del programa, y el que presentó la candidatura, y por eso he venido a Roma a recogerlo”

“Este Premio es importante por el prestigio que tiene, lleva siete ediciones. El Jurado final que decide es prestigioso, y en este sentido es un gran respaldo al proyecto de Grandes Libros, que tiene ahora diez años, y al trabajo que se ha hecho”.

“También se valora que el proyecto promueve una educación de Razón Abierta. ¿Qué significa razón abierta?, señala Torralba. “Es un concepto de Benedicto XVI. Los temas de estudio, la docencia, no se hace de un modo aislado, centrándose sólo en un ámbito del saber o una disciplina. Sino abierto a la conexión de las ciencias particulares con la filosofía y la teología”. 

El Programa de Grandes Libros desarrollado en Navarra, y que tiene cada año 650 alumnos que lo cursan, impartido por más de 20 profesores, añade el catedrático, “está despertando cada vez más interés en otras universidades, españolas, en Europa y en América Latina”.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

San Francisco de Borja, tercer general de la Compañía de Jesús

La liturgia de la Iglesia celebra el 3 de octubre a san Francisco de Borja, quien renunció a riquezas y nobleza para entrar en la Compañía de Jesús, hasta ser el tercer general, tras el fundador, san Ignacio de Loyola, y el P. Diego Laynez.

Francisco Otamendi·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hijo mayor del tercer duque de Gandía, san Francisco de Borja (1510-172) había nacido en el palacio que la familia tenía en Valencia. En 1529 casó con la portuguesa Leonor de Castro, primera dama de compañía de la emperatriz Isabel. Borja, a sus 20 años, recibió el honor de ser nombrado por el emperador marqués de Lombay, y de ser puesto al frente de la casa imperial. 

En los 10 años que siguieron, Francisco y Leonor tuvieron ocho hijos y vivieron con gran cercanía al emperador Carlos y a la reina Isabel. Hasta que la emperatriz falleció inesperadamente el 1 de mayo de 1539, explica la web jesuita. Esa muerte fue decisiva para su conversión cuando acompañó el cortejo fúnebre hasta su enterramiento en la capilla real de Granada. 

Cuando abrieron el ataúd, no deseó ya servir a ningún señor que se pudiera morir, y comenzó a dedicarse a la oración y la penitencia. La famosa frase que dijo, fue: “Nunca volveré a servir a señor que se me pueda morir”. Luego, tras morir su esposa Leonor en marzo de 1546, decidió dedicar el resto de su vida al servicio de Dios. Conocía a los jesuitas, había fundado un colegio en Gandía y era amigo personal de Pedro Fabro, sacerdote cofundador de la Compañía.

Algunos hechos de su vida

San Ignacio le dio la bienvenida y san Francisco de Borja emitió sus votos como jesuita el 1 de febrero de 1548. Obtuvo el doctorado en teología, fue ordenado sacerdote y celebró su primera Misa en la capilla de la casa solariega de Loyola. El P. Borja fue general de la Compañía durante siete años, revisó sus reglas y extendió las misiones de la India y las Américas. Y cuidó el crecimiento de la Orden religiosa, con gran devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen.

El Martirologio  romano dice:Memoria de san Francisco de Borja, presbítero que, muerta su mujer, con quien había tenido ocho hijos, ingresó en la Compañía de Jesús. Pese a que abdicó de las dignidades del mundo y recusó las de la Iglesia, fue elegido prepósito general, siendo memorable por su austeridad de vida y oración (1572)”.

El autorFrancisco Otamendi

Educación

11 pistas para enseñar la fe a los hijos en casa

Mantita y Fe Podcast, proyecto de la Fundación Gospa Arts, compartió en septiembre el lanzamiento de una guía para la Adoración eucarística y la visita al Santísimo. Ahora estrenan “Catequesis en el hogar”, con Olatz (Blessings), que aborda un tema clave para las familias: cómo transmitir la fe a los hijos en casa.

Francisco Otamendi·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

La catequesis en el hogar, el aprendizaje de la fe en casa, es fundamental en las familias cristianas. Se trata de transmitir la fe a los hijos de forma sencilla, natural y viva. Y en este tema se ha centrado el último podcast de Mantita y Fe, de la Fundación Gospa Arts. Su anterior trabajo fue sobre rezar en una Adoración al Santísimo.

En la conversación, de 1 hora y 25 minutos, Bárbara Constanza Bustamante entrevista a Olatz, creadora de ‘Blessings’ (@Blessings.es en Instagram), quien comparte su experiencia como madre y esposa, y ofrece claves concretas para vivir la fe en el día a día familiar.

He aquí algunas pistas de las respuestas de Olatz sobre enseñar la fe a los hijos. La mínima selección es de un servidor. Pueden ver el video íntegro al final. 

Ideas iniciales

1. Pedir perdón a un hijo. El Evangelio

Pedir perdón a un hijo es precioso. Pedir perdón a un hijo es de las cosas más bonitas que me han pasado, porque es el perdón más preciosamente acogido. 

Por la mañana leemos el Evangelio del día y pedimos, cada uno pide algo. Mucha gente me dice: “Pero tu hija de tres años, el evangelio del día no lo entiende. Digo: “Bueno, yo tampoco a veces, ¿sabes?”. Es que la Palabra de Dios es viva y eficaz, y no tengo a veces por qué entenderla para que alimente el corazón.

2. A Jesús le apetece mucho verte

A ti no te apetece ver a Jesús, pero a Jesús le apetece mucho verte. Entonces vamos por Él, porque no siempre te va a apetecer todo lo bueno. Pero como es bueno, vamos y lo hacemos. Qué bonito es que sea por esa propia voluntad que dice: “No, yo quiero lo verdadero, lo bello, lo bueno; que vuelvo al camino. No porque me han dicho que tengo que ser buena o tengo que ser bueno, sino porque he experimentado que lo que a mí me hace bien es el amor de Dios. ¿No? 

3. Nuestra familia, un jardín con varias flores

Bárbara: Sé que eres una madre emprendedora, esposa full time, y venir aquí a grabar un podcast, también implica una organización familiar. Muchas gracias. 

Olatz: Soy fan, soy fan del podcast, así que cuando me dijiste que si venía, yo hice hueco porque me parece genial. 

B.: Para los que no te conocen. ¿De qué se trata tu proyecto Blessings?

O.: Bueno, primero, soy hija de Dios, ¿no? Que es lo que da sentido a toda mi vida, Soy esposa de José Manuel y somos padres de seis niños en un amplio rango de. edades. Es un buen laboratorio porque tenemos a nuestra hija, que acaba de cumplir dos años, que es la pequeña. Y luego, nuestro hijo mayor tiene diez, pero nuestra quinta hija tiene dieciocho años. Ah, mira. Esto es un poco raro, hay que explicarlo. Hace cuatro años acogimos a nuestra quinta hija. Cuando tenía catorce, ahora tiene dieciocho. 

Es como un jardín con varias flores, y a una le tienes que poner un poquito más de sombra, a la otra un poquito más de agua… Bueno, es nuestra familia. Y luego, además, decidí emprender mi  proyecto, Blessings, que nació como una tienda de decoración cristiana, pero el Señor me llamó a otra cosa más bonita.

4. Cuál es el arte de la fe

La tienda se acabó convirtiendo en la excusa, porque a través de las redes sociales mostrábamos un poquito cómo vive mi familia. Y entonces, a través de ahí, y estoy hablando ya de hace casi diez años, un poquito menos, mucha gente se acercó a una ventana de familia de fe católica. Y mucha gente se acercó a eso, a cómo vivíamos nosotros la fe.

Esas redes me llevaron a seguir con la tienda donde Dios me iba llamando y a crear Prayplan, que es la comunidad virtual de fe donde rezamos cada día. Rezamos con el Evangelio, y vemos cómo discernir la voz de Dios en nuestro día a día, porque nos damos cuenta de que el arte de la fe está precisamente en esto: discernir entre lo bueno y lo mejor.

5. El Evangelio y la Biblia tienen una palabra para mí

Nuestra vida está llena de prisas, de decisiones al segundo, que hay que hacer, de instantaneidad, de ruidos, de tendencias, pues hay que parar un poco y decir vale. Pero qué es lo mejor? ¿Qué es a lo que Dios me está llamando?. De entre todas las opciones, que a lo mejor todas son buenas, el Evangelio que pasó hace dos mil años tiene una palabra concreta para mi vida hoy.

Para esa decisión que estoy tomando, para eso que me tiene agobiada, para esa depresión que estoy pasando, para esa crisis que no consigo solucionar, o para esa familia que estoy sufriendo con mis hijos, por ejemplo.

Tiene una palabra, esa multiplicación de los panes tiene que ver conmigo hoy. Esa Palabra que está viva para mí, eso es la maravilla del Evangelio… Entonces la Biblia y el Evangelio se convierten en esa vivencia que, lejos de ser una teoría o algo que o historia, es mi alimento. Bueno, eso es lo que en la comunidad de Prayplan hacemos. 

6. Dios me regala su amor gratis

Crecí mucho pensando que el amor había que ganárselo. El de tus padres, el de tus novios. Entonces, claro, cuando creces así, piensas, el amor de Dios ¿cuánto más tengo que ganármelo? Porque el amor de Dios es muy grande.’ Entonces, si es tan grande, me lo tengo que ganar. Entonces tengo que ser muy buena, ¿no? Para que Dios me quiera tengo que ser muy buena. Y claro, yo no era muy buena. (…). A mí me enamoró de Dios esto. Que Él me regalaba su amor gratis. 

Siempre supe que lo que quería proponerles a mis hijos era la experiencia de vivir con Jesús y no vomitar aquello que yo había recibido, por muy bueno que para mí hubiera sido. Para mí lo que yo he alcanzado es buenísimo, porque ya me he dado cuenta de ese amor incondicional. Yo sabía que sí, que la vivencia en casa de un Jesús que vive con nosotros era básica. Imprescindible y también una vivencia matrimonial. Mirad cómo se aman.

Resumen

1. Vida diaria como escuela de fe

Un eje. La fe no debe quedarse relegada al domingo o a lo “formal”, sino que debe  impregnar lo cotidiano. Rezar juntos en familia, atender las preguntas de los hijos, vivir la caridad y el perdón en casa: todo ello es terreno fértil para que la fe no quede como algo lejano o ajeno. 

No se trata de imponer un “manual de valores” rígido, sino mostrar una relación vivida con Jesús. Es en ese amor auténtico donde los demás pueden sentirse atraídos.

Hay tiempo de sobra para que un niño de tres años aprenda el Padre Nuestro, la parábola y el Credo. Lo importante es que los niños pequeñitos se sientan amados por Dios.

2. Testimonio directo, momentos ordinarios 

El testimonio diario (más que solo las palabras) tiene gran poder: “Hay personas enamoradas que sin hablar transmiten a Jesús”.

En la casa, los momentos ordinarios (comidas, charlas, rezos, dificultades) se convierten en espacios para revelar a Dios si miramos a los hijos con cariño y coherencia.

3. Dudas, oscuridad espiritual, desafíos

Hay “momentos de oscuridad constantemente”. En esos periodos, el enemigo presenta objeciones: “¿Quién eres tú para hablar a otros?”.

Se contrarresta recordando que no se trata de hacer algo por mérito propio, sino de ser “canales”: Dios actúa a través de lo que uno ofrece. 

Jesús es verdad. Cuando yo vivo en la verdad, la verdad puede ser que hoy estoy muy nerviosa y he gritado, y les he chillado. Eso puede ser verdad, pero también es verdad que digo:  perdón, perdón, porque hoy estaba muy nerviosa y he chillado.

“Fundamental y básicamente, para nosotros lo es todo, es el perdón. El perdón es algo que, cuando entra en escena, es tan sanador que, bueno, nosotros que somos muy necesitados de este perdón, es algo que aparece constantemente en escena”.

4. Humildad, gratitud

Reflexión: contraste entre la humildad humana y la grandeza de Dios. Los cristianos deben estar “felices y orgullosos de llevar a Dios”, pero reconociendo que somos “tinajas de barro”.

Cuando uno ve su propio pecado y fragilidad, la soberbia desaparece y surge la gratitud ante la misericordia divina. La cotidianidad del perdón es algo que en nuestra casa saca mucho partido. Pedir perdón y acoger esa humanidad, sabiendo que ese mal no tiene la última palabra. Entonces diría que, como dinámica cotidiana, pedirnos perdón, los hermanos unos a otros, los padres, los hijos, con los padres. Que el perdón sea algo constante y diario.

5. Transmisión auténtica frente al adoctrinamiento

Distinguir entre transmitir valores “de manual” y ofrecer una relación viva con Jesús. Una relación amorosa con Jesús trasciende palabras y normas. 

Hay que estar muy disponibles para que, cuando ellos tengan una pregunta o algo que les cuestiona, estar muy disponibles para cazar ese momento. 

Enamorarse cada día de Cristo es más eficaz que una lista de obligaciones religiosas. La clave no es tanto lo que enseñamos, sino cómo vivimos lo que decimos creer.

El autorFrancisco Otamendi

Recursos

La Cristología de la Encarnación como centro de la vida cristiana

La Encarnación de Jesucristo, el Verbo hecho carne, une lo divino y lo humano, revela el papel central de María y se prolonga en la Eucaristía como núcleo de la vida cristiana.

Santiago Zapata Giraldo·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hablar de la Encarnación, es entrar en el centro de la vida cristiana. No en un mito, sino encontrarse con una persona, Jesucristo. La participación de Dios en la historia como hombre, el Sumo Sacerdote que ha compartido todas nuestras debilidades menos en el pecado (cf. Hb 14, 15).

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14). Es el núcleo de nuestra salvación, el Verbo entra en la historia, no tomó un cuerpo, sino que asumió una condición humana en su fragilidad y totalidad, es totalmente hombre, muchas cuestiones nacen de la doctrina de la Encarnación, lo que es cierto es que la condición de Dios no se pierde, se muestra humana, un amor en su máxima expresión, ya no como una acumulación de ideas o conceptos epistemológicos, sino como una persona. 

“El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente su ser igual a Dios; al contrario, se despojó de a sí mismo, tomando la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres” (Flp 2, 6-7).  La Kénosis de Jesús (vaciamiento de sí mismo) su semejanza con los hombres, sin perder su divinidad, lo hace una respuesta total de que Dios quiere la salvación de la humanidad. Pero ¿Dios se “despojó” de su condición al hacerse hombre? Ciertamente la elección de Cristo por mostrar su total divinidad no fue para nada como se esperaría de un dios, sino más bien de un esclavo. Algunas de las traducciones de esta carta, aparece el término “siervo” pero la condición de Jesús en la Cruz mostró más que un siervo, mostró no un simple acercamiento a la condición humana, sino un verdadero abajamiento, “hasta la muerte y una muerte de cruz” (Flp 2, 8).

La participación de la Encarnación nos introduce como hijos de Dios no en un simple acontecimiento histórico donde lo natural y lo divino se encuentran, sino que además de esto, nos encontramos en el camino para llegar a la Gracia. En esto san Atanasio nos dice: “El Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos a nosotros Dios” (De Incarnatione 54,3). Elevar a tal punto la naturaleza del hombre para que llegue a una comunión perfecta con Dios, no es que el hombre sea Dios por su simple condición de hombre, sino que el Padre ha sido revelado por Jesucristo y en Él y por Él, la humanidad se diviniza.

“El Hijo de Dios se encarnó para hacernos participes de la divinidad” (Summa Theologiae, III, q. 1, a. 2). Santo Tomas subraya que la divinización del hombre no puede entenderse como un premio humano, sino como un don plenamente gratuito que proviene solamente de la Encarnación. Solo porque Dios se ha hecho hombre, el hombre puede participar de la divinidad de Dios. Como antítesis descubrimos las palabras del maligno “seréis como dioses” (Gn 3, 5) el engaño aun presente que sugiere que la plenitud se alcanza sin ayuda divina, es el núcleo de la caída de los seres humanos: colocarse como medida de sí mismo. La Encarnación por el contrario revela un camino de vida auténtico para que cada hombre llegue a Dios.

Ahora bien, el misterio de la Encarnación sólo se puede entender a la luz de la Trinidad. No se trata de un acontecimiento solitario del Verbo, sino de la trinidad, porque “la Encarnación nos revela el verdadero rostro de Dios. El Hijo eterno, que procede del Padre, se hace hombre por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María. Aquí se manifiesta el misterio de la Trinidad: el Padre envía, el Hijo recibe y se encarna, el Espíritu actúa como vinculo de amor” (Benedicto XVI, Homilía en la Solemnidad de María, Madre de Dios, 1 de enero de 2008). El envío del Hijo revela también su máxima obediencia al Padre, ya que al asumir la naturaleza humana se somete a la misión que le ha sido confiada: “El Verbo se encarnó para llevar a cabo por la naturaleza humana nuestra salvación” (CEC 461). De este modo se entiende que la Encarnación no es acontecimiento aislado, sino la expresión concreta de la unidad de las divinas personas. Por tanto, se evidencia no solo la cercanía de Dios a los hombres, sino la dinámica interna de la Trinidad, donde el amor sostiene desde su origen la obra redentora.

María y la Encarnación

En el designio de la salvación, Dios quiso contar con una criatura, una joven de Nazaret. “La Encarnación del Hijo de Dios es el futo de la libertad de María. Dios quiere hacerse hombre al contar con el libre ‘sí’ de su criatura” (Benedicto XVI, Homilía en la Solemnidad de la Anunciación, 25 de marzo 2006) La libertad plenamente realizada de María, que pone su libertad a que la gracia actúe, se haga en ella la Voluntad de Dios, ese “abrirse al plan divino” (cf. Lc 1, 38). María pone su voluntad al servicio de la salvación del mundo, hace parte activa de todo el misterio salvífico, su si no se convierte en un simple formalismo, o una respuesta más; sino en una respuesta de la que depende la humanidad entera.

Ahora bien, esto tiene otra pregunta: Dios actúa como quien manda el Hijo, el Hijo se engendra en María (cf. Jn 1, 14). ¿Y el Espíritu? Si nos fijamos en el dialogo del ángel María plantea una pregunta: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?” (Lc 1, 34) e inmediatamente recibe la respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (Lc 1, 35). La expresión “cubrir con la sombra” la encontramos en el antiguo testamento (cf. Ex 40, 34), la tienda del encuentro lo que se cubrió con la sombra de Dios se llena de su espíritu, “María es la morada del Espíritu Santo, la ´tienda de reunión´ donde la gloria de Dios habita” (CEC 2676), el Arca que lleva la Alianza ahora es María. Si pensamos en la salvación de la humanidad sin que la cooperación humana se haga presente, caeríamos en la creencia de un Dios que solo actúa brutalmente, sin contar con la aceptación y libertad.

La Encarnación y la Eucaristía 

Pensemos ahora en dos actos distantes en el tiempo: la Encarnación y la Eucaristía. El cuerpo del Señor que se encarna en el seno de Santa María es el mismo que se hace presente en el pan y vino, cuerpo y sangre del Señor. La Encarnación alcanza su margen en la Eucaristía, la prolongación de la Gracia se hace presente en cada Misa. El Espíritu Santo, ese mismo que cubre a María en su “Sí” generoso, es el mismo que cubre las especies para convertirlo en el cuerpo del Señor. Se hace hombre en la Encarnación, y se hace alimento en la Eucaristía, la presencia real de Cristo en estos dos acontecimientos de la fe, una presencia real, tangible y siempre cercana. San Agustín referente a esto: “Reconoced en el pan lo que colgó en la cruz, y en el cáliz lo que manó de su costado. El mismo Cristo que nació de la Virgen María, que fue crucificado, sepultado y resucitó, es el que se contiene en estos misterios” (Homilía sobre el Evangelio de Juan 26,13).

Como decía san Josemaría: “En la Eucaristía, como en el portal de Belén, se nos entrega sin defensa, inerme, por amor” (Es Cristo que pasa, n. 87) y desde entonces, el Señor se ha querido quedar cerca de los hombres, sigue entregándose y el Espíritu sigue actuando para la salvación de los hombres; depende ahora de nosotros de dejarnos amar para conocer al verdadero y puro amor, es necesario, “Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti” (San Agustín, Sermón 169, 11,13). Es dejar que el reino de Dios que tanto pedimos a diario que venga sobre nosotros, nos encuentre con un corazón abierto para acogerle y amarle.

El autorSantiago Zapata Giraldo

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España

Mons. Benavent: «Los misioneros son la punta del iceberg de lo que todos en la Iglesia estamos llamados a vivir»

El 19 de octubre se celebra el Domingo Mundial de las Misiones, conocido en España como DOMUND. Este año, el cineasta Jose Manuel Cotelo será el pregonero y la muestra "El Domund al descubierto" se expone en Valencia.

Redacción Omnes·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Octubre es el mes misionero por excelencia y, con la celebración del DOMUND a las puertas, Obras Misionales pontificas en España ha inaugurado la exposición «El Domund al descubierto» y ha presentado el lema del Domund de este 2025, «Misioneros de Esperanza», que se enmarca en la celebración del Año Jubilar de la Esperanza que celebra la Iglesia.

Valencia ha sido la sede escogida por las Obras Misionales Pontificias para acoger la undécima edición de “El Domund al descubierto”, una exposición itinerante que busca acercar a la calle la realidad de la misión. La Universidad Católica de Valencia acoge este año la exposición, que se complementará con un amplio programa de actividades a lo largo de todo octubre, mes dedicado a las misiones.

En la presentación, el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, recordó cómo en su infancia vivía con intensidad el Domund en la parroquia, y destacó la importancia de valorar el testimonio de quienes entregan su vida a Cristo en tierras de misión. “Los misioneros son sembradores de esperanza entre los pueblos, la punta del iceberg de lo que todos en la Iglesia estamos llamados a vivir», afirmó. Invitó además a que el pueblo cristiano se implique en este mes especial, apoyando y rezando por ellos.

José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, subrayó que el Domund es mucho más que una colecta económica. “Hay casi siete mil misioneros españoles que se entregan por Cristo y por su gente. Lo que buscamos con esta exposición es que todos conozcan qué es el Domund y qué representa”, explicó. Por su parte, Francisco José Ferrer, delegado de misiones en Valencia, recordó que “las misiones no son solo un día, son todo el año”, e insistió en que rezar y colaborar con los misioneros es un compromiso permanente de la Iglesia.

Juan Manuel Cotelo, pregonero del Domund 2025

La exposición “El Domund al descubierto”, instalada en el claustro de la Universidad Católica, rinde homenaje a los 240 misioneros valencianos y permanecerá abierta hasta el 29 de octubre. Entre los actos programados destacan vigilias de oración, encuentros misioneros y el pregón del Domund, que este año pronunciará el cineasta Juan Manuel Cotelo.

El mes de octubre culminará con la celebración del Domingo Mundial de las Misiones, el próximo 19 de octubre, con una Eucaristía presidida por Mons. Enrique Benavent en la Catedral de Valencia.

España

Los obispos españoles denuncian la situación en Gaza calificándola de «masacre»

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ha avanzado en varios asuntos que serán confirmados en la próxima Asamblea Plenaria de noviembre.

Redacción Omnes·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Entre los principales acuerdos figura la Declaración conjunta con otras confesiones cristianas en España por el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, considerado el primer concilio ecuménico de la Iglesia. El texto se hará público en un acto ecuménico previsto para los próximos meses.

Los obispos también han aprobado el plan de ayudas a las diócesis en su misión educativa, que incluye partidas para colegios diocesanos y proyectos concretos impulsados por cada obispo. Además, se han perfilado los criterios de cuidado y servicio de los obispos eméritos y se ha debatido sobre la aplicación de la sinodalidad en las diócesis, con propuestas concretas presentadas por Mons. Conesa.

La Comisión Permanente ha estudiado, asimismo, un plan de comunicación con formato de “universidad de verano” para favorecer el encuentro entre la Iglesia y la sociedad, y ha recibido la propuesta de formación para la presencia de los laicos en la vida pública, impulsada por la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida.

Declaración sobre Gaza

En su declaración final, los obispos han levantado la voz por la paz en distintos lugares del mundo. Han calificado la situación en Gaza como «masacre» y también han mencionado los conflictos en Ucrania, Sudán, Myanmar, el Sahel, Haití y Nigeria.

Han condenado el terrorismo de Hamás y denunciado la respuesta “desproporcionada e inhumana” del Gobierno de Israel contra la población civil en Gaza. También han señalado que “es imprescindible parar la guerra, liberar a los rehenes, condenar el terrorismo y edificar relaciones basadas en la dignidad de la vida humana y el bien común”, subraya el texto.

Evangelización

Los Santos Ángeles Custodios

El 2 de octubre la Iglesia católica conmemora la fiesta de los Santos Ángeles Custodios, también conocidos como ángeles de la guarda. Es el día en que se recuerda a estas criaturas celestiales, que han sido puestas por Dios para guiar, proteger e interceder por cada fiel. Son servidores y mensajeros de Dios.

Francisco Otamendi·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La existencia de los santos ángeles, seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición, recoge el Catecismo de la Doctrina Cristiana (nn. 328-336).

San Agustín dice respecto a ellos: «El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel»). Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan «constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos», dijo Jesús (Mt 18, 10).

Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles…” (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para Él: «Porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él», escribe san Pablo (Colosenses).

Los ángeles en la vida de la Iglesia

Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles, añade el Catecismo. En la liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo («Sanctus»); invoca su asistencia, y celebra la memoria de ciertos ángeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael, como hace unos días, y los ángeles custodios).

Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida», dice San Basilio Magno. Según nos cuenta su biógrafo Tomás de Celano, San Francisco de Asís “tenía en muchísima veneración y amor a los ángeles, que están con nosotros en la lucha y van con nosotros entre las sombras de la muerte. Decía que a tales compañeros había que venerarlos en todo lugar, que había que invocar, cuando menos, a los que son nuestros custodios”.

El autorFrancisco Otamendi

Expresar tus ideas puede ser peligroso

Un análisis sobre cómo la polarización y el odio han reemplazado al diálogo. La coherencia en nuestras ideas y la escucha activa pueden reconstruir la convivencia y el respeto mutuo.

2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Vivimos tiempos convulsos donde el odio, explícito o camuflado, campa a sus anchas en defensa o adhesión a las ideologías, como nos muestran varios episodios a lo largo y ancho del globo terráqueo. Parece que tener ideas, da igual las que sean: políticas -de derechas o izquierdas, extremas o no-, religiosas, sociales,… o de lo que se tercie; están por encima del respeto a la dignidad de la persona y justifican todo: la violencia, los insultos, las vejaciones,… Cuando, tener una opinión fundada no debería ser motivo para discutir con los amigos, la familia o los compañeros, sino todo lo contrario, motivo para entablar una conversación donde se lleve a cabo, de manera respetuosa, el ejercicio de entender mejor las ideas del otro. 

En cambio, esta otra actitud agresiva, está a flor de piel y es muestra elocuente de que sucede en todo occidente, porque estamos en un momento de gran polarización mundial, alimentada por unos pocos de ideologías opuestas, que ha llevado a la crispación y a convertirse en el gran vehículo que fomenta el odio entre personas moderadas, que hasta hace poco se entendían. En el top de países más afectados están España, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica y Suecia. Esta atomización es impulsada por cajas de resonancia en RRSS que impulsan y justifican las ideas de cada uno, que llevan a cancelar las de los otros y no a buscar un diálogo. 

El Caso Charlie Kirk

Por parte de algunos, el fallecimiento de Charlie Kirk, queda “justificado” diciendo que se lo tenía merecido por las ideas “ultras” que defendía. Por eso las muestras de “alegría”, “humor” o celebración por su fallecimiento (algo reprobable, se tenga el pensamiento que se tenga), quedan “permitidas”, porque algunas cosas que ha dicho son “inaceptables». Esto lleva a nublar u ocultar en el debate público su actitud dialogante ejemplar, como si no hubiera contado eso. Cuando es, quizá, su principal contribución a occidente: recordar que la libertad de expresión está para ser usada, buscando aunar posiciones mediante un intercambio de ideas, dialogando pacíficamente.

Ahora bien, ya se ve que es pronto para que este mensaje haya calado entre los que no piensan como él, porque un asesinato no tiene justificación alguna. Ni entre los que comparten gran parte de sus ideas, porque muchos han cancelado, cuando antes eran cancelados, por expresar sus ideas. Como por ejemplo ha hecho la cadena ABC, suspendiendo «indefinidamente» la emisión del programa de Jimmy Kimmel por sus comentarios sobre el asesinato de Kirk.

Esto ha pasado con más personas que han sido despedidas de su trabajo, por expresar su odio en redes sociales. Hasta hace poco era el «wokismo» el que cancelaba por no tener sus mismas ideas, ahora es una “herramienta” de uso universal. Este modo de reaccionar en ambos casos no es el deseable, porque expresar odio muestra quién es esa persona, pero no implica que no puedan expresarse libremente. El mismo Kirk nos dio ejemplo de cómo actuar ante esta situación. En su búsqueda de lo moral o correcto, podría tener pensamientos más o menos acertados bajo tu modo de ver, lector, o el mío. Pero su afán era el de aprender, pensar y dialogar para construir una cultura común que establezca unas bases para unir y no para lo contrario, separar o polarizar. 

Diálogo como herramienta

En esta línea de búsqueda de puntos comunes, acuerdos y aunar ideas, es de agradecer el diálogo que organizó la Universidad de Comillas el pasado 17 de septiembre, entre Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, y Monseñor Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, que versaba sobre el valor del diálogo como herramienta de convivencia. Illa decía: “Dialogar implica reconocer a la otra persona, escuchar activamente y buscar un espacio común, aunque no siempre se llegue a acuerdos” algo necesario en los tiempos que vivimos. Argüello defendió la “polaridad” como manera legitimación de mostrar la diversidad, en contra de “La polarización como estrategia electoral crece porque no se valora la diferencia”.

Por eso, tener  ideas auténticas, supone vivirlas y esa coherencia se muestra en nuestro actuar. Según como nos comportemos, mostraremos nuestra consistencia ética, la utilidad de nuestras ideas y el respeto a los demás. Nuestra incoherencia es un impedimento para el diálogo, en cambio su vivencia es el “mejor embajador” para mostrar aquello que pensamos que es mejor para nosotros y nuestra sociedad. Después, junto a la escucha y al diálogo, facilitaremos una cultura que facilite el encuentro.

El autorÁlvaro Gil Ruiz

Profesor y colaborador habitual de Vozpópuli.

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Enseñanzas del Papa

La Pascua de Jesús, fuente viva de esperanza 

Dentro de la catequesis que está teniendo lugar durante el Año Jubilar 2025, cuyo título es Jesucristo nuestra esperanza, León XIV ha dedicado las últimas semanas a la Pascua de Jesús. Es decir, a los acontecimientos que tuvieron lugar en torno a su pasión, muerte y resurrección.

Ramiro Pellitero·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué lugar ocupa en nuestra vida la entrega de Jesús por nosotros? ¿La consideramos como un hecho del pasado, sin conexión con nuestro presente y nuestro futuro? La fe cristiana nos asegura que se trata de algo central, lleno de implicaciones para nuestra vida personal, social y eclesial. 

Preparar el encuentro con Dios y con los demás

El primero de estos miércoles(cfr. Audiencia general, 6-VIII-2025)el Papa se centró en la palabra preparar.¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?” (Mc 14, 12). En realidad, todo estaba preparado de antemano por Jesús: “La Pascua, que los discípulos deben preparar, está en realidad ya preparada en el corazón de Jesús”. 

Al mismo tiempo, él pide a sus amigos que hagan su parte: “La gracia no elimina nuestra libertad, sino que la despierta. El don de Dios no anula nuestra responsabilidad, sino que la hace fecunda”.

Por tanto, tenemos, también nosotros, que preparar esa cena. No se trata solamente, advierte el sucesor de Pedro, de la liturgia o de la Eucaristía (que significa “acción de gracias”), sino de“nuestra disponibilidad para entrar en un gesto que nos supera”. 

La Eucaristía -observa León XIV- no se celebra solo en el altar, sino también en la vida cotidiana, donde es posible vivir todo como ofrenda y acción de gracias”. 

De ahí la interpelación: “Podemos entonces preguntarnos: ¿qué espacios de mi vida necesito reordenar para que estén listos para acoger al Señor? ¿Qué significa para mí hoy ‘preparar’?”.

Algunas sugerencias: “Quizás renunciar a una pretensión, dejar de esperar que el otro cambie, dar el primer paso. Quizás escuchar más, obrar menos o aprender a confiar en lo que ya está dispuesto”.

Reconocer nuestra vulnerabilidad

En medio de la cena más íntima de Jesús con los suyos, se revela también la mayor traición:“En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo” (Mc 14, 18). “Son palabras contundentes. Jesús no las pronuncia para condenar, sino para mostrar que el amor, cuando es verdadero, no puede prescindir de la verdad”. 

De modo sorprendente, Jesús no levanta la voz ni su dedo para acusar al traidor. Deja que cada uno se cuestione:“Ellos comenzaron a entristecerse y a preguntarle uno tras otro: ‘¿Seré yo?’” (Mc 14, 19). El miércoles 13 de agosto, el Papa se detuvo en esta pregunta, porque, señaló, “es quizá una de las preguntas más sincerasque podemos hacernos a nosotros mismos”. Y este es el motivo: “El Evangelio no nos enseña a negar el mal, sino a reconocerlo como una ocasión dolorosa para renacer”.

Lo que viene a continuación puede sonarnos a amenaza:“¡Ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!; ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!” (Mc 14, 21). Pero es más bien un grito de dolor, de compasión sincera y profunda. Porque Dios sabe que, si renegamos de su amor, seremos infieles a nosotros mismos, perderemos el sentido de nuestra vida y nos autoexcluiremos de la salvación. Pero en cambio, “si reconocemos nuestro límite, si nos dejamos tocar por el dolor de Cristo, entonces podemos finalmente nacer de nuevo”. 

Amor que no se rinde y perdona

Durante la última cena, Jesús ofrece el bocado a aquel que está a punto de traicionarlo. “No es solo un gesto de compartir, es mucho más: es el último intento del amor por no rendirse” (cfr. Audiencia general 20-VIII-2025) Jesús sigue amando: lava los pies, moja el pan y lo ofrece incluso al que le va a traicionar.

El perdón que ofrece Jesús –señala el obispo de Roma–, se revela aquí con toda su potencia y manifiesta el rostro de la esperanza: “No es olvido, no es debilidad. Es la capacidad de dejar libre al otro, amándolo hasta el final. El amor de Jesús no niega la verdad del dolor, pero no permite que el mal sea la última palabra”. 

Insiste el Papa: “Perdonar no significa negar el mal, sino impedir que genere más mal. No es decir que no haya pasado nada, sino hacer todo lo posible para que no sea el rencor el que decida el futuro”.

Y se vuelve a nosotros: “Nosotros también vivimos noches dolorosas y agotadoras. Noches del alma, noches de decepción, noches en las que alguien nos ha herido o traicionado. En esos momentos, la tentación es cerrarnos, protegernos, devolver el golpe. Pero el Señor nos muestra que hay esperanza, que siempre hay otro camino. (…) Hoy pedimos la gracia de saber perdonar, incluso cuando no nos sentimos comprendidos, incluso cuando nos sentimos abandonados”. Así nos abrimos a un amor más grande. 

La entrega por amor

Luego, Jesús afronta libre y valientemente su detención en el huerto de los Olivos: “¿A quién buscáis?” (Jn 18, 4). Su amor es pleno y maduro, no teme el rechazo, pero se deja capturar. “No es víctima de un arresto, sino autor de un don. En este gesto se encarna una esperanza de salvación para nuestra humanidad: saber que, incluso en la hora más oscura, se puede seguir siendo libre para amar hasta el final” (Audiencia general, 27-VIII-2025).

El sacrificio de Jesús es un verdadero acto de amor: “Jesús se deja capturar y encarcelar por los guardias solo para poder dejar en libertad a sus discípulos”.Sabe bien que perder la vida por amor no es un fracaso, sino que comporta una misteriosa fecundidad (cfr. Jn 12, 24).

Así nos enseña. “En esto consiste la verdadera esperanza: no en tratar de evitar el dolor, sino en creer que, incluso en el corazón de los sufrimientos más injustos, se esconde la semilla de una nueva vida”.

Aprender a recibir

Especial fuerza tuvo la catequesis del Papa sobre las palabras de Jesús en su crucifixión: “Tengo sed” (Jn 19, 28), justo antes de estas otras: “Todo está cumplido” (19, 30).

La sed del Crucificado –observa León XIV– no es solo la necesidad fisiológica de un cuerpo destrozado. Es también y, sobre todo, la expresión de un deseo profundo: el de amor, de relación, de comunión” (Audiencia general, 3-IX-2025).

De ahí una enseñanza sorprendente: “El amor, para ser verdadero, también debe aprender a pedir y no solo a dar. ‘Tengo sed’, dice Jesús, y de este modo manifiesta su humanidad y también la nuestra. Ninguno de nosotros puede bastarse a sí mismo. Nadie puede salvarse por sí mismo. La vida se ‘cumple’ no cuando somos fuertes, sino cuando aprendemos a recibir”. Y es entonces, justamente cuando todo está cumplido. “El amor se ha hecho necesitado, y precisamente por eso ha llevado a cabo su obra”.

Tal es, señala el obispo de Roma, la paradoja cristiana: “Dios salva no haciendo, sino dejándose hacer. No venciendo al mal con la fuerza, sino aceptando hasta el fondo la debilidad del amor”. 

Desde la cruz, Jesús enseña que cada uno de nosotros no se realiza en el poder, sino en la apertura confiada a los demás, si fueran enemigos. “La salvación no está en la autonomía, sino en reconocer con humildad la propia necesidad y saber expresarla libremente”.

Atención, parece decir León XIV también para los educadores y formadores, porque este “sentir y reconocer nuestra necesidad” no se puede imponer, sino que ha de descubrirlo libremente cada persona (se puede ayudar delicadamente a descubrirlo), como camino de liberación de sí mismo hacia Dios y los demás. “Somos criaturas hechas para dar y recibir amor”.

El grito de la esperanza 

Digno de ser contemplado es el hecho de que Jesús no muere en silencio. “No se apaga lentamente, como una luz que se consume, sino que deja la vida con un grito: ‘Jesús, dando un fuerte grito, expiró’ (Mc 15, 37). Ese grito encierra todo: dolor, abandono, fe, ofrenda. No es solo la voz de un cuerpo que cede, sino la última señal de una vida que se entrega” (Audiencia general, 10-IX-2025).

Su grito va precedido de estas palabras: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, que corresponden al Salmo 22 y manifiestan el silencio, la ausencia y el abismo que experimenta el Señor. “No se trata –precisa León XIV– de una crisis de fe, sino de la última etapa de un amor que se entrega hasta el fondo. El grito de Jesús no es desesperación, sino sinceridad, verdad llevada al límite, confianza que resiste incluso cuando todo calla”.

En este año jubilar, el grito de Jesús nos habla de esperanza, no de resignación. “Se grita cuando se cree que alguien todavía puede escuchar. Se grita no por desesperación, sino por deseo”. Concretamente: “Jesús no gritó ‘contra’ el Padre, sino ‘hacia’ Él. Incluso en el silencio, estaba convencido de que el Padre estaba allí. Y así nos mostró que nuestra esperanza puede gritar, incluso cuando todo parece perdido”.

Se grita cuando se nace (llegamos llorando), cuando se sufre y también cuando se ama, cuando se llama y se invoca: “Gritar es decir que estamos, que no queremos apagarnos en silencio, que tenemos todavía algo que ofrecer”.

Y esta es la enseñanza del grito de Jesús para el viaje de la vida, en lugar de guardar todo dentro y consumirnos lentamente (o de caer en el escepticismo o en el cinismo).

La sabiduría de esperar 

A continuación, se abre el silencio de Jesús en el sepulcro (cfr. Jn 19, 40-41): “Un silencio grávido de sentido, como el vientre de una madre que custodia al hijo todavía no nacido, pero ya vivo”(Audiencia general, 17-IX-2025). 

Fue sepultado en un jardín, en una tumba nueva. Como sucedió al principio del mundo, en el paraíso: Dios había plantado un jardín, ahora la puerta de este nuevo jardín es la tumba cerrada de Jesús. 

Dios había “descansado”, dice el libro del Génesis (2, 2), después de la creación. No porque estuviera cansado, sino porque había concluido su trabajo. Ahora se ha vuelto a mostrar el amor de Dios, cumplido “hasta el final”. 

Jesús descansa por fin

A nosotros nos cuesta descansar. Pero “saber detenerse es un gesto de confianza que tenemos que aprender a cumplir”. Hemos de descubrir que “la vida no depende siempre de aquello que hacemos, sino también de cómo sabemos desistir de cuanto hemos podido hacer”.

Jesús calla en el sepulcro, como la semilla que espera su amanecer. “Todo tiempo detenido puede convertirse en tiempo de gracia, si lo ofrecemos a Dios”.

Jesús, sepultado en la tierra: “Es el Dios que deja hacer, que espera, que se retira para dejarnos la libertad. Es el Dios que se fía, también cuando todo parece terminado”. 

Nosotros hemos de aprender el dejarse abrazar por el límite: “A veces buscamos respuestas rápidas, soluciones inmediatas. Pero Dios trabaja en lo profundo, en el tiempo lento de la confianza”. 

Y todo ello nos vuelve a hablar en este Jubileo de la Esperanza: “La verdadera alegría nace de la espera habitada, de la fe paciente, de la esperanza de que cuanto ha vivido en el amor, ciertamente, resurgirá a la vida eterna”.

Desciende para anunciar la luz y la vida

También el miércoles 24 de septiembre el Papa se detuvo en el Sábado Santo. Cristo no solo ha muerto por nosotros, sino que también ha descendido al reino de los “infiernos”, para llevar el anuncio de la resurrección a todos los que estaban bajo el dominio de la muerte. Esos “infiernos” no se refieren solo a los muertos, sino también al que vive bajo la oscuridad (el dolor, la soledad, la culpa) y sobre todo, el pecado. “Cristo –señala el Papa– entra en todas estas realidades oscuras para testimoniarnos el amor del Padre. (…) Lo hace sin clamor, de puntillas, como quien entra en una habitación de hospital para ofrecer consuelo y ayuda”.

Los padres de la Iglesia lo describen como un encuentro entre Cristo y Adán para sacarlo de nuevo a la luz, con autoridad, pero también con dulzura. Ni siquiera nuestras noches más oscuras o nuestros pecados más profundos son obstáculos para Cristo. Descender para Dios no es un fracaso sino el camino para la victoria. Ninguna tumba está demasiado sellada para su amor. Dios siempre puede hacer, a partir del perdón, una nueva creación.

Vaticano

El Vaticano impulsa las inversiones coherentes con la fe

Gestores e instituciones católicas buscan alinear 1,75 billones de dólares con los principios de la Doctrina Social Católica mediante nuevas herramientas y estándares de inversión.

Michele Mifsud·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los gestores globales de inversiones católicas y las instituciones católicas se han comprometido, a partir de 2025, a construir un nuevo sistema de servicios coherentes con la fe, con el objetivo de alinear 1,75 billones de dólares de capital con los principios de la Doctrina Social Católica.

Los compromisos surgieron durante la segunda conferencia «Mensuram Bonam», celebrada en Londres en noviembre de 2024. Organizado a la luz del texto “Mensuram Bonam”, un documento vaticano de 2022 de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, el evento reunió a más de 90 dirigentes del sector financiero y líderes eclesiásticos de 16 países para reforzar las inversiones católicas y cristianas.

Iniciativas clave anunciadas

Se presentaron varios proyectos importantes para cubrir la actual carencia de servicios de inversión destinados a los inversores cristianos:

  • Nuevo índice de mercado católico: Bloomberg Index Services colaborará con instituciones católicas para crear el índice “Mensuram Bonam”. Este índice ampliará los anteriores “benchmarks” católicos, incorporando directrices más amplias de la Iglesia que van más allá del marco de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB).
  • Consorcio para el voto por delegación: Los Caballeros de Colón, en colaboración con la Catholic University of America, están lanzando un consorcio sin fines de lucro para ofrecer una guía basada en la Doctrina Social Católica sobre el voto por delegación. Los participantes pagarán solo comisiones al nivel de costo y mantendrán el derecho de voto independiente.
  • Investigación sobre los rendimientos a largo plazo: Catholic Investment Services, Captrust y los Caballeros de Colón publicarán un “white paper”que analizará el impacto en el desempeño a largo plazo de las inversiones coherentes con la fe (FCI).
  • Identificación de fondos católicos: CCLA y empresas de investigación en inversiones mapearán los fondos existentes para inversores católicos y explorarán la creación de nuevos sectores de fondos católicos/cristianos, similares a las categorías ya consolidadas de inversiones islámicas.
  • Marco estandarizado de referencia para la rendición de cuentas: Los participantes aprobaron la adopción de un modelo común de reporte de “Faith-Consistent Investing”, como el marco Engage, Enhance, Exclude de “Mensuram Bonam, con el fin de simplificar la supervisión para los inversores que trabajan con múltiples gestores.

Construir un ecosistema de inversiones cristianas

Este impulso refleja la creciente demanda de inversiones que generen rendimientos financieros competitivos y, al mismo tiempo, se adhieran a los valores católicos. Los portafolios de orientación católica suelen excluir sectores como estupefacientes, pornografía, violaciones de derechos laborales, armas nucleares y prácticas contrarias a la sacralidad de la vida.

La conferencia también subrayó las oportunidades en las inversiones alternativas, destacando su potencial de diversificación y rendimiento a largo plazo, siempre que los inversores reciban la formación y el apoyo adecuados para afrontar las complejidades.

Un mercado listo para crecer

Aunque las instituciones cristianas poseen colectivamente alrededor de 1,75 billones de dólares en activos, el sector de inversiones orientadas a la fe para los cristianos sigue estando poco desarrollado en comparación con las finanzas islámicas, que se prevé alcancen los 6,7 billones de dólares en 2027. Las iniciativas anunciadas en “Mensuram Bonam representan un esfuerzo coordinado para cerrar esta brecha y construir una infraestructura de mercado sólida para los inversores católicos y cristianos en todo el mundo. Con la consolidación de las inversiones orientadas a la fe, la conferencia “Mensuram Bonam podría marcar un punto de inflexión, sentando las bases de un ecosistema financiero que no solo persigue el beneficio, sino que también refleja las enseñanzas morales y sociales de la fe cristiana.

El autorMichele Mifsud

Ecónomo general adjunto de la Congregación de la Misión de los Padres Paúles, asesor financiero y de inversiones registrado.

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Evangelio

El justo vivirá por su fe. Domingo XXVII del tiempo ordinario (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del domingo XXVII del tiempo ordinario (C) correspondiente al día 5 de octubre de 2025.

Joseph Evans·2 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La fe se demuestra más cuando las circunstancias externas son más adversas. La fe se muestra cuando Dios parece tardar en responder a nuestras oraciones, pero seguimos creyendo en Él. La fe se vive en las circunstancias concretas de nuestro deber diario. La confianza es el núcleo de la fe.

Lo anterior es como un resumen de lo que nos dicen las lecturas de este domingo sobre la fe, que es su tema principal. En la primera lectura, el profeta Habacuc se atreve a cuestionar a Dios sobre algunas de las injusticias que ve a su alrededor. ¿Por qué Dios parece no ayudarlo? ¿Por qué hay tanta violencia? ¿Por qué Dios permite tanto mal? Estas son preguntas que hoy podríamos sentirnos tentados a hacer.

Pero el Señor responde con un llamado a la paciencia. Su respuesta, dice, “si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará”. Y esta disposición a vivir en un estado de paciencia confiada es precisamente la fe. Mientras que el hombre orgulloso confía en sí mismo, “el justo por su fe vivirá”.

El salmo nos da un ejemplo de cómo los israelitas no confiaron en Dios: los episodios de Meribá y Masá, que tal vez fueron dos lugares distintos o posiblemente el mismo, donde Israel “puso a prueba” y dudó de Dios debido a la falta de agua (que Dios luego proporcionó). El salmista ve la falta de fe como un endurecimiento del corazón: lo contrario de la confianza.

Timoteo, que parece intimidado por la tarea que Pablo le ha encomendado como obispo, es animado por el apóstol en la segunda lectura a confiar en la gracia que se le ha concedido, a “reavivar el don de Dios” que recibió a través de la ordenación episcopal. Pablo quiere decir que, aunque humanamente no estés a la altura de una misión concreta, Dios puede darte toda la gracia que necesitas para cumplirla. Confiar en esto es fe. Creemos más en el poder de Dios que en nuestra debilidad. Porque Timoteo hizo esto, ahora es un santo de la Iglesia.

Por último, el Evangelio completa la lección sobre la fe. Incluso la más mínima fe, “como un grano de mostaza”, nos permitiría realizar grandes milagros. Sin embargo, esta fe no suele vivirse a través de acontecimientos milagrosos, sino mediante el fiel cumplimiento de las tareas relacionadas con nuestra función en la vida, sabiendo que, en realidad, sea cual sea nuestro trabajo o nuestro papel, todos somos servidores. Cuando vivimos nuestra fe, no debemos esperar recompensas extraordinarias: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

España

Jacques Philippe ofrecerá en Madrid conferencias y retiros del 16 al 18 de octubre

Redacción Omnes·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El famoso sacerdote y escritor francés Jacques Philippe visitará Madrid del 16 al 18 de octubre para impartir una serie de conferencias y retiros centrados en la oración, la esperanza y la paz interior.

Philippe, que dedica la mayor parte del año a la oración personal en su comunidad religiosa, y durante algunas semanas predica retiros por todo el mundo. Es una de las voces espirituales más influyentes de la actualidad. Sus enseñanzas buscan ofrecer una guía de fe y serenidad en un mundo marcado por la prisa y la ansiedad.

La visita de Jacques Philippe representa una ocasión para quienes buscan profundizar en la vida espiritual y encontrar paz interior a través de la oración y la reflexión.

Programa de la visita

Jueves, 16 de octubre: Conferencia “Confianza, alegría y esperanza: antídotos para un mundo ansioso”, a las 19:00 en el Campus de la Universidad de Navarra (Marquesado de Santa Marta, 3). Inscripciones.

Viernes, 17 de octubre:

  • Retiro para sacerdotes. “El regalo de la oración”, en la Parroquia Santísimo Cristo de la Victoria (C/ Fernando el Católico, 45). Se desarrollará de 9.30 a 12:30. Inscripciones.
  • Evento abierto titulado “El regalo de la oración”, en la Parroquia Santísimo Cristo de la Victoria (C/ Fernando el Católico, 45). Se desarrollará de 17:00 a 20:30. Inscripciones.

Sábado, 18 de octubre:

  • Evento abierto. Santa Misa y retiro en el Convento Santa Teresa de Jesús – Carmelitas Descalzas (C/ Ponzano, 79). Comenzará con la misa a las 8:00 y continuará hasta las 12:30.
  • Evento abierto. “Tiempo de Esperanza, retiro en la Parroquia San Fernando de Madrid (Av. de Alberto de Alcocer, 9), de 16:00 a 19:00.

Domingo, 19 de octubre: Jornada Ágora. «Crecer en la Caridad». Estudio de Hakuna (C. Mártires Concepcionistas, 12, Las Rozas de Madrid). De 11:30 a 19.00. Inscripciones.

Vaticano

El Papa anima a ser “instrumentos de reconciliación” y al rosario por la paz

El Papa León XIV ha alentado en la Audiencia de hoy a rezar diariamente el Rosario por la paz. Lo ha hecho en diversas lenguas, añadiendo el tamil (India). Como mensaje central, ha instado a ser “testigos de la paz, del amor, del perdón”, “instrumentos de reconciliación en vuestra vida cotidiana”. Ayer consideró “realista” el plan de Trump sobre Gaza.

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la Audiencia de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV ha lanzado dos mensajes a los fieles y peregrinos de diversas lenguas, a las que se ha añadido el tamil hindú. Ser instrumentos de reconciliación y perdón en nuestra vida diaria, y rezar el Rosario cotidiano por la paz en este mes de octubre.

Si en una catequesis preguntaran a alguien cuál es la misión de la Iglesia, el Papa  dio la respuesta esta mañana, en una sesión centrada en el tema de la resurrección. “¡La paz a vosotros!”  (Jn 20,21).

Misión de la Iglesia: no es el poder

“El centro de la misión de la Iglesia”, dijo el Papa, “no consiste en administrar un poder sobre los demás, sino en comunicar la alegría de quien ha sido amado justamente cuando no se lo merecía. Es la fuerza que ha hecho nacer y crecer la comunidad cristiana: hombres y mujeres que han descubierto la belleza de volver a la vida para poder donarla a los demás”.

Luego, ha recordado: “También nosotros somos enviados. El Señor también nos muestra sus heridas y dice: ‘Paz a vosotros’. No tengáis miedo de mostrar vuestras heridas sanadas por la misericordia. No temáis aproximaros a quien está encerrado en el miedo o en el sentimiento de culpa. Que el soplo del Espíritu nos haga también a nosotros testigos de esta paz y de este amor más fuerte que toda derrota”. 

Redescubrir la alegría y la belleza de vivir 

Y más adelante, el consejo para la oración: “Contemplemos a Cristo resucitado, pidámosle que nos ayude a redescubrir la alegría y la belleza de vivir para poder dar vida a los demás, y que nos enseñe a ser en el mundo, azotado por la muerte y la destrucción, instrumentos de misericordia y reconciliación”. 

Alusión a las divisiones

En sus mensajes a los peregrinos de diversas lenguas, el Papa ha reiterado de un modo u otro estas ideas. “Convirtámonos en testigos de la paz y del amor, más fuertes que nuestros fracasos y nuestras divisiones” (lengua francesa).

“Al comenzar el mes dedicado al santo Rosario, os invito a rezarlo diariamente por la paz en nuestro mundo. ¡Que la paz de Cristo resucitado esté con todos vosotros!” (lengua inglesa).

“¡Que seáis fieles instrumentos de reconciliación en vuestra vida cotidiana y que la paz de Cristo resucitado esté con todos vosotros!” (lengua tamil)

“Saludo a los fieles de lengua árabe, en particular a los procedentes del Líbano y de Tierra Santa. El cristiano está llamado a dar testimonio de que el amor y el perdón son más grandes que cualquier herida y más fuertes que cualquier injusticia. ¡Que el Señor os bendiga a todos y os proteja siempre de todo mal!” (lengua árabe).

Gaza: propuesta “realista”

Ayer a última hora, al salir de Castel Gandolfo, a las puertas de Villa Barberini, el Papa respondió a algunas preguntas de los periodistas. Sobre el plan propuesto por el presidente estadounidense Trump, con el visto bueno del primer ministro israelí Netanyahu, manifestó: “Esperamos que acepten, hasta ahora parece una propuesta realista». Es importante que haya un alto el fuego y la liberación de los rehenes, y añadió: “Esperamos que Hamás acepte en el plazo establecido”.

El autorFrancisco Otamendi

Zoom

Octubre, mes del Rosario

Octubre está considerado el mes dedicado a esta oración mariana. El Papa León XIV ha lanzado la iniciativa 'Un millón de niños rezando el Rosario' y el 11 de octubre de 2025 rezará esta oración en San Pedro de manera especial por la paz.

Maria José Atienza·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

Fallece José Antonio Álvarez, obispo auxiliar de Madrid, a causa de un infarto.

El Obispo auxiliar de Madrid ha fallecido a causa de un infarto a los 50 años de edad.

Redacción Omnes·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El obispo auxiliar de Madrid, José Antonio Álvarez, ha fallecido la madrugada del 30 de septiembre al 1 de octubre tras sufrir un infarto. Tenía 50 años y llevaba poco más de uno como obispo auxiliar de una de las diócesis más grandes de la cristiandad.

Toda la diócesis se encuentra conmocionada por la muerte de un obispo auxiliar muy querido y conocido por el clero madrileño, especialmente, por su vinculación al Seminario mayor de la diócesis.

Una vida dedicada a la diócesis de Madrid

La web de la archidiócesis de Madrid recoge los principales hitos de la vida de José Antonio Álvarez Sánchez. Este madrileño acababa de cumplir los 50 años y fue ordenado sacerdote el 18 de junio de 2000.

En estos casi 25 años de sacerdocio, su labor se había desarrollado de manera total en la archidiócesis de Madrid como Vicario parroquial de Nuestra Señora de la Fuensanta (1999-2001); capellán universitario en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (2000-2002); formador del seminario menor y profesor del colegio arzobispal (2001-2005).

También fue capellán de las Hermanas Oblatas de Cristo sacerdote (2003-2008); secretario personal de Mons. César A. Franco Martínez como obispo auxiliar de Madrid (2005-2014); y formador en el seminario mayor de Madrid (2008-2015). De 2015 a 2024, fue rector del seminario mayor de Madrid, tarea que abandonó al ser nombrado obispo auxiliar de Madrid el 23 de abril de 2024. Recibió la consagración episcopal el 6 de julio de 2024.

Desde entonces, su labor estuvo centrada en atender las necesidades de la diócesis madrileña que despedirá a su obispo auxiliar más joven, de manera solemne, en los próximos días.

Octubre: mes misionero por excelencia

En nuestra Iglesia española, la misión ocupa un lugar grande, importante. Ojalá no dejemos que decaiga, no permitamos que se apague la mecha.

1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El pasado mes de junio las Obras Misionales Pontificias de España presentábamos la memoria de nuestras actividades y resultados del año 2024. Sinceramente… lo podemos hacer con alegría porque los datos son buenos, el trabajo es espectacular y los resultados… ¡muy ambiciosos!

Pero no es mérito de este que escribe, ni de los que formamos parte de esta gran familia que son las Obras Misionales Pontificias en España, con sus setenta delegaciones diocesanas. Al menos no es sólo mérito nuestro… es de todos los que, con una generosidad grande, nos apoyan, nos avalan, nos animan, comparten su tiempo, sus talentos… ¡su dinero!

Tengo la suerte de representar, ante la Santa Sede, la labor misionera que realizamos los cristianos españoles, o, mejor, los cristianos que vivimos nuestra fe en España… y todo son felicitaciones y agradecimientos por parte de quien es cabeza del Dicasterio para la Evangelización, el Pro-prefecto cardenal Tagle. Y no me lleno de vanidad, pero sí de alegría y de ilusión por el trabajo que nos toca realizar.

Y es que España, y los que vivimos en este precioso país, somos muy misioneros y tenemos un gran bagaje misionero en nuestra conciencia y ánimo. El próximo año, 2026, celebraremos los 100 años del DOMUND en el mundo entero y, en concreto, en España, los 100 años del nombramiento del primer director nacional de las OMP. Y, sinceramente, creo que ese sacerdote, D. Ángel Sagarmínaga, fue un grandísimo apóstol de las misiones. Y tras él han venido hombres como Mons. Francisco Pérez o D. Anastasio Gil, todos ellos entregados a la causa de la misión.

Hoy en nuestra Iglesia española, la misión ocupa un lugar grande, importante. Ojalá no dejemos que decaiga, no permitamos que se apague la mecha. Recen por el director nacional actual y por los que vengan detrás, para que seamos dignos sucesores de quienes hicieron de la misión una cruzada, y porque España, un año más, este de 2025, siga siendo un ejemplo de Iglesia misionera para el mundo entero.

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

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Evangelización

Santa Teresa de Lisieux, carmelita, Doctora de la Iglesia, patrona de las misiones

La Iglesia celebra el 1 de octubre a Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, más conocida como Santa Teresa de Lisieux, una de las santas más queridas, y Doctora de la Iglesia. Teresita fue la carmelita descalza del ‘caminito’ de infancia espiritual, la de la “confianza”, la “Florecilla”.  

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Teresa Guérin nació en Alençon (Francia) en 1873, en el seno de una familia profundamente cristiana. Sus padres, Luis Martin y Celia Guérin, fueron canonizados en 2015. Tras la temprana muerte de su madre, Teresita se trasladó con su familia a Lisieux, donde creció en un amor ardiente hacia Cristo. 

Sus cuatro hermanas entraron en el Carmelo, y santa Teresita de Niño Jesús pudo entrar también en la Orden carmelitana a los 15 años, por un permiso especial del Papa León XIII. 

Ya en el Carmelo de Lisieux, vivió en oración, silencio y entrega cotidiana hasta su muerte en 1897. Desde su celda descubrió un camino de santidad: la “pequeña vía” del amor confiado, hecha de sencillez, sacrificios ocultos y abandono filial en Dios.

“Historia de un alma”

Su autobiografía, “Historia de un alma”, se convirtió en un clásico espiritual. En ella enseña que la santidad consiste en vivir con amor cada momento y confiar ilimitadamente en la misericordia de Dios. Murió a los 24 años ofreciendo su vida por la salvación de las almas.

Pío XI la canonizó en 1925, es Patrona universal de las Misiones (a pesar de nunca haber sido misionera de forma externa). En 1997 san Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia.

El papa Francisco escribió en una Exhortación apostólica dedicada a ella, que su “caminito” sigue iluminando el camino de la Iglesia. «Cést la confiance» (‘Es la confianza’) es el título, que evoca las primeras palabras en el original francés de una frase tomada de los escritos de Teresa. Que en su forma completa dice: “¡Es la confianza y nada más que la confianza lo que debe conducirnos al Amor!”.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

Peregrinación de los Tres Corazones: unir a las familias y rezar en Oklahoma

La Peregrinación de los Tres Corazones (Jesús, María y José), planea dar la bienvenida a tres mil participantes el 9 de octubre, para caminar 35 millas y tres días a través de la Oklahoma rural. La meta es la Abadía de Nuestra Señora de Clear Creek, un monasterio benedictino en Hulbert. Y el objetivo, unir a las familias y rezar por el país.

OSV / Omnes·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

– Jack Figge (OSV News).

Hace seis años, Marcus Robinson y otros padres organizaron una breve peregrinación para sus hijos. Les encantó tanto que repitieron la misma peregrinación al año siguiente, y al siguiente, invitando a más y más personas cada año. Este año, la Peregrinación de los Tres Corazones prevé recibir a 3.000 participantes para caminar tres días a través de la Oklahoma rural hasta la Abadía de Nuestra Señora de Clear Creek, en Hulbert. 

“Muchos peregrinos dicen que es el momento más destacado de su año y que tienen muchas ganas de volver y participar”, declaró Robinson a OSV News. Comentó que el primer año que lo hicieron, en octubre de 2020, unas 500 personas respondieron a la invitación para unirse a ellos y orar por el país en medio de la pandemia de COVID-19.

“Es una de esas cosas de las que la gente habla durante el resto de su vida”, dijo.

Fomentar las relaciones familiares

Nombrada en honor al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María y al castísimo corazón de San José, la Peregrinación de los Tres Corazones busca fomentar las relaciones familiares mientras se ora por el país.

“Nos centramos en la familia, y para eso es la peregrinación”, dijo Robinson. “Caminamos en defensa de la familia tradicional, así como de la santidad de la vida”. 

El evento de este año está programado para comenzar el 9 de octubre con una concentración en el río Illinois en Tahlequah, Oklahoma, donde los peregrinos se reunirán en camaradería, escucharán una charla y acamparán durante la noche. La peregrinación comenzará a la mañana siguiente, con una parada al mediodía para la misa al aire libre y el almuerzo. 

Con Adoración eucarística y jóvenes de otros países

Esa noche, el 10 de octubre, se celebra la Adoración eucarística mientras los peregrinos acampan al aire libre. La peregrinación continúa hasta la Abadía de Clear Creek para una misa pontifical seguida de una barbacoa el 11 de octubre.

“Ver la alegría y la belleza que surge de los peregrinos al hacer esto juntos es mi parte favorita de cada año”, dijo Robinson. “Se ve a los padres conectar con sus hijos y a las madres con sus hijas. Todos están haciendo algo muy difícil, pero tienen un profundo sentido de espiritualidad y logro”.

Tradición anual de las familias

A lo largo de los años, dijo Robinson, ha visto cómo la peregrinación se ha convertido en una poderosa oportunidad para que las familias se reúnan y participen en una experiencia de unión significativa. 

“Hoy en día, en la sociedad estadounidense, las familias no hacen muchas cosas significativas juntas”, dijo Robinson. “Nos perdemos entre semana en la televisión, los videojuegos o los deportes y, a menudo, no nos tomamos tiempo para conectar con la realidad y la oración”.

“Hacer esta peregrinación en familia los une y les permite sentirse unidos como familia”. dijo.

La peregrinación se ha convertido en una tradición anual para muchas familias, ya que tanto los niños como los padres esperan viajar a Oklahoma para ver a amigos de años pasados ​​mientras caminan juntos. 

Reconectar con la familia, con los amigos, con la comunidad

“Parte de lo que atrae a todos es ver las caras conocidas y experimentar ese vínculo y esa comunidad de estar juntos una vez al año”, dijo Robinson. “Creo que es un gran atractivo para las familias y las comunidades en general”.

Familias e individuos viajan desde todo el país para participar en la peregrinación e incluso desde otros países, lo que muestra el atractivo y el deseo entre los católicos de participar en las peregrinaciones.

“Hay un gran atractivo para la naturaleza humana: involucrarse en la realidad y el sacrificio”, dijo Robinson. “Ofrecer algo a Dios, desconectar del mundo y del caos digital que nos rodea, reconectar con la familia, con los amigos, con la comunidad, formar parte de una comunidad católica más amplia y darnos cuenta de que hay muchas personas con ideas afines en todo el país que quieren participar en algo como esto”.

“El futuro está en la juventud”

Robinson dijo que espera que en los próximos 10 años, cada vez más escuelas secundarias y universidades católicas envíen sus propios grupos a la peregrinación. 

“El futuro está en la juventud”, dijo Robinson. “Cuanta más participación tengamos de los jóvenes adultos, mejor”. 

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Jack Figge escribe para OSV News desde Kansas.

Esta información se ha publicado originariamente en OSV News en inglés. Pueden consultarla aquí.

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El autorOSV / Omnes

Cultura

Flannery O’Connor: «La experiencia religiosa debe estar en la carne misma del relato»

La narrativa de Flannery O’Connor revela la Gracia en los momentos más inesperados, cuando las ilusiones y certezas de sus personajes se desmoronan.

Gerardo Ferrara·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Después de los artículos sobre Maria Callas y Whitney Houston , no podía dejar de escribir sobre otra gran mujer y artista, Flannery O’Connor (1925-1964), una de las voces más originales de la narrativa estadounidense del siglo XX. Su vida duró solo cuarenta años, pero dejó dos novelas y varios relatos que cambiaron la forma de entender la relación entre la fe y la literatura.

Como narrador, me llamó la atención una de sus frases, típica de su estilo: «La idea de ser escritor atrae a muchos inconclusos…» («El vicio de vivir. Cartas 1948-1964»). Para O’Connor, de hecho, la escritura y el arte no son un ejercicio narcisista, sino una misión: penetrar en un «territorio en gran parte poseído por el diablo» e intentar contar la presencia oculta de la Gracia (salvación, redención).

La inspiración del sur profundo 

Flannery O’Connor nació en Savannah, Georgia, y vivió casi toda su vida en el profundo sur rural de los Estados Unidos, marcado por la segregación y el fanatismo religioso. Se sentía «extranjera en su propia patria» por ser católica en un entorno protestante. Afectada por el lupus, enfermedad que la llevó a la muerte, escribió gran parte de sus obras en la granja familiar, «Andalusia», en Milledgeville.

La enfermedad y el aislamiento no minaron su lucidez; al contrario, agudizaron su visión, impregnada de la certeza de que la Gracia nunca es domesticable.

De hecho, sus relatos están poblados de personajes arrogantes, racistas, superficiales o fanáticos religiosos. Sin embargo, en momentos inesperados, la Gracia irrumpe literalmente en la vida de estos mismos personajes: no como una tenue luz del cielo o un «Deus ex machina», sino como una Gracia dura, a veces brutal, que no ahorra el sufrimiento.

En «A Good Man Is Hard to Find», la abuela, intolerante y superficial, en el momento de su muerte siente un instante de auténtica compasión por un criminal, al que le dice: «Eres uno de mis hijos». Y aquí se concentra la teología narrativa de O’Connor: la Gracia que se manifiesta precisamente cuando se derrumban las ilusiones.

O’Connor escribe en una carta de 1955 («El vicio de vivir»): «Creo que lo que se llama experiencia religiosa no es algo que se pueda colgar como una etiqueta en una obra, sino que debe estar en la carne misma del relato». 

El arte por el arte

A menudo se habla del arte oscilando entre dos extremos: por un lado, la forma pura («el arte por el arte») y, por otro, el arte como instrumento social o político. O’Connor se sitúa entre ambas concepciones. En «El territorio del diablo» escribe: «La narrativa nunca debe utilizarse como vehículo de ideas abstractas». De hecho, «la tarea del narrador cristiano es mostrar el misterio a través de la materia, no eliminar la materia para llegar al misterio».

Por un lado, pues, rechaza la reducción de la narrativa a propaganda religiosa o política; por otro, no acepta una estética carente de contenido espiritual.

Como he escrito en otra parte , y de lo que O’Connor es testigo radical, el arte no puede ser solo «útil», pero tampoco puede confinarse en una torre de marfil. La autenticidad nace de la tensión entre la gratuidad y la responsabilidad. 

Para expresar esta tensión, O’Connor elige un instrumento: lo «grotesco». El término, que deriva de las «cuevas» de la Domus Aurea de Nerón , en las que se encontraron pinturas que representaban personajes fantásticos y extravagantes, indica lo que es cómico e inquietante al mismo tiempo y recuerda, en la literatura italiana, el estilo de Luigi Pirandello.

Figuras deformes, violencia repentina, escenas cómicas o crueles: O’Connor, en sus escritos, hace que el lector vea la realidad sin velos, ya que la deformidad y el exceso son precisamente vías a través de las cuales, en su literatura, puede manifestarse la Gracia. Hoy en día las llamaríamos «periferias existenciales».

Por ejemplo, en «La sabiduría en la sangre», el protagonista, Hazel Motes, funda una «Iglesia de Cristo sin Cristo», un trágico intento de expulsar lo religioso de la vida, pero su curiosa némesis dará testimonio de la inevitabilidad de la Gracia.

La «tradición» estadounidense

Flannery O’Connor se inscribe en una larga estela de narradores estadounidenses que profundizan en la conciencia del país, como Faulkner y McCullers, pero se distingue por su visión teológica que no teme el «escándalo» de la Gracia. Su lenguaje duro y su visión radical no «consuelan» al lector, sino que le revelan el misterio cristiano.

Al leerla, me pareció ver algunos rasgos de la escritura de Raymond Carver, maestro del minimalismo. Al igual que O’Connor, Carver no habla de héroes o personajes extraordinarios, sino de personas mediocres, a menudo derrotadas por la vida, «sin apariencia ni belleza». 

Los dos autores comparten además una atención obsesiva por lo cotidiano, que se traduce en un concepto que me es muy querido: los «ojos» y la memoria, para observar, recordar y plasmar en la narración acontecimientos y características físicas y psicológicas de personas reales. Los ojos y la memoria son, por tanto, un componente tan necesario para el narrador como el talento y el don de la contemplación.

Carver deja a sus protagonistas como suspendidos, sin redención ni aperturas trascendentales. O’Connor, en cambio, muestra la misma miseria humana, pero aderezada con una generosa dosis de Gracia: no una salvación insignificante, sino la posibilidad de redimirse.

Una figura más actual que nunca

En el debate cultural actual en Estados Unidos surgen figuras antitéticas y polarizantes: «los woke» por un lado, los conservadores extremistas (evangélicos, pero no solo) por otro, que utilizan los medios de comunicación para afirmar una visión identitaria y militante. Esto nos lleva a reflexionar sobre la diferente visión católica, en comparación con la protestante, sobre la comunicación y la presencia en la esfera pública.

El Concilio Vaticano II, con «Inter mirifica» y los documentos posteriores, pero también con «Gaudium et Spes» y la Carta a los Artistas de Juan Pablo II, indicó a los comunicadores y artistas un estilo basado en la sobriedad, el respeto y el diálogo. Sin embargo, ciertos modelos comunicativos muy en boga hoy en día privilegian el sensacionalismo, la visibilidad a cualquier precio y la búsqueda de seguidores, con un estilo a menudo agresivo y divisivo que alimenta el fundamentalismo y la espectacularización. 

Flannery O’Connor era todo lo contrario: desde su granja en Georgia, rechazaba la propaganda y advertía contra el uso instrumental de la narrativa y el arte con fines sociales o políticos.  El riesgo, desde su punto de vista, era la transformación del cristianismo en eslóganes, privándolo de la dimensión «escandalosa» y misteriosa de la Gracia. Y se trata de un riesgo no solo comunicativo, sino puramente teológico. 

No se trata aquí de una ausencia de redención (como en Carver), sino de una redención descarada y condicionada, demasiado materialista, presentada por la llamada «teología de la prosperidad»: el Evangelio transformado en un instrumento para garantizar el éxito y el bienestar terrenal, hasta «reducir a Dios a un poder a nuestro servicio, y a la Iglesia a un supermercado de la fe«; un «evangelio diferente» que niega el escándalo de la cruz y de la Gracia.

Flannery O’Connor representa su antítesis: sus personajes no obtienen prosperidad ni éxito, sino que son abrumados, precisamente en sus periferias existenciales, por una Gracia que despoja, humilla y salva de manera inesperada e impensable.

Otro ámbito en el que O’Connor encarna una visión típicamente católica es el de la «identidad». A diferencia del integrismo protestante, donde la fe y la política están estrechamente vinculadas, el catolicismo ha desarrollado a lo largo del tiempo (especialmente gracias a Benedicto XVI) el concepto de «laicidad positiva»: ni religión de Estado ni fe privada, sino fermento en la sociedad (como en la Carta a Diogneto). 

Flannery O’Connor, con su vida y su arte, no hace propaganda y sigue siendo una figura compleja, capaz, con una escritura a menudo despiadada, de mostrar sin reservas la existencia y la gravedad del mal, pero también el escándalo de una Gracia capaz de incursionar, sin reducirse a ideología, en el «territorio del diablo».

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51 razones para rezar el rosario

¿Por qué rezar el rosario? Una oración sencilla y poderosa que vence batallas, fortalece la fe y une a las familias. Tanto es así que el Papa León XIV invita a rezarlo por la paz en este mes de octubre.

1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

León XIV ha hecho un llamamiento para rezar el rosario por la paz a lo largo del mes de octubre que comienza hoy. Solo esta petición del Papa en medio de la atmósfera bélica que respira el mundo en este 2025 debería bastarnos para unirnos a la convocatoria, pero hay muchas más razones. 

La principal es la de su efectividad. ¡Cuántas batallas ha vencido el rezo del rosario! No solo la de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, por la que se conmemora precisamente ese día la Virgen del Rosario y, por extensión, el mes del ídem; sino porque todo el que se haya agarrado a las 50 cuentas en momentos de peligro, prueba o necesidad especial, puede contar seguro varias victorias logradas por esta sencilla oración. Y he aquí otra de sus mayores virtudes: la de la sencillez. Conocido también como “el salterio de los pobres”, el rosario fue en sus inicios una herramienta para facilitar la oración al pueblo iletrado. Mientras que los monjes y monjas recitaban los 150 salmos que componen la liturgia de las horas, la gente sencilla repetía de memoria 50 avemarías por los tres grupos de misterios (gozosos, dolorosos y gloriosos –los luminosos no se añadieron hasta este siglo–), meditando sobre distintos momentos de la vida de Cristo y de la Virgen. El rosario puede rezarse en cualquier lugar; es barato y, si no tienes uno, puedes servirte de tus 10 dedos a modo de cuentas; hay modelos para todos los gustos y de todos los tamaños; es discreto si deseas pasar desapercibido mientras lo rezas, pero llamativo en momentos en los que puede interesar mostrarlo, se adapta muy bien al tiempo del que dispongamos; la estructura es fácil de memorizar y, para los más torpes, hay apps y vídeos en Youtube para guiarnos.

Junto a estas primeras diez razones prácticas, encontramos también poderosas razones espirituales, como el hecho de que su ejercicio nos ayuda a entrar en la presencia de Dios, nos sumerge en la contemplación de la vida de Jesús; nos invita a imitar las virtudes de María; nos aumenta la fe; nos conduce a la paz de espíritu; fortalece nuestra esperanza; nos acompaña en el discernimiento de la voluntad de Dios; nos acerca a los sacramentos; nos mueve a la caridad y nos impulsa a caminar por el buen camino. 

Rezando el rosario cumplimos el mandato del Señor de “Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil» (Mt 26, 41); también el de «Vosotros orad así…» (Mt 6, 9) porque recitamos varias veces el Padrenuestro; y, por su repetición diaria, el de San Pablo de “Sed constantes en orar” (1 Ts 5, 17). También es un acercamiento a la Sagrada Escritura pues cada misterio es un pequeño Evangelio; y hasta nos sirve para meditar en dogmas marianos como el de la Asunción.

Son muchos los beneficios espirituales y hasta físicos que aporta el rezo del rosario. Es un arma contra las tentaciones, aleja la influencia del mal, es una defensa en momentos de crisis espiritual, María promete protección y gracias hacia quien lo reza y, en varias apariciones –como en Lourdes y Fátima–, la Virgen nos lo recomienda para superar las divisiones y las discordias. Pararse a rezar el rosario en nuestro mundo donde todo es urgente, nos ayuda a vencer el estrés, nos entrena para la paciencia y la perseverancia, es remedio contra la tristeza, une a la familia que lo reza en común y pone en sintonía a la comunidad, parroquia o movimiento que se reúne para recitarlo juntos.

Pero repetir las 50 avemarías mientras meditamos la Palabra de Dios no es un acto egoísta sino todo lo contrario, nos lleva al amor a los hermanos. Rezando el rosario nos acordamos de los que sufren, pedimos por quienes no conocen a Dios, rogamos por la conversión de los pecadores, nos unimos espiritualmente a la Iglesia orante del cielo y de la tierra, y nos ayuda a reconocer nuestras faltas cuando hemos fallado al prójimo. 

Si lo rezamos con los niños, es un hábito que los ayuda a crecer en la fe y les da confianza, al saber que sus padres se apoyan en alguien aún mayor. Los pequeños descubren que se puede estar en calma y sin pantallas un rato al día, les da cultura bíblica y les hace sentirse partícipes, como uno más, en la oración comunitaria pudiendo incluso dirigir ellos su rezo.

Finalmente, rezar el rosario es como pregustar el cielo donde estaremos, junto a todos nuestros seres queridos y en compañía de Jesús y María, en presencia de Dios. Además, se puede ofrecer por las almas del purgatorio y por aquellos seres queridos o amigos que nos hayan pedido oración por alguna causa concreta. Introducir su rezo en nuestra rutina diaria nos permite un momento de contemplación y descanso en medio de las tareas para centrarnos en lo importante y, para mí, de las cosas más gratificantes, es que te llena de alegría y sosiego interior. 

Si a estas 50 ideas le añadimos, de nuevo, la de que es una petición especial con la que el Papa ha querido continuar la tradición de sus predecesores pidiendo la intercesión de la Virgen para lograr el don de la paz, hacemos las inexcusables 51 razones para rezar el rosario, ¿le parecen pocas? ¡Ave María Purísima!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Evangelización

Karl Rahner explica el sentido de la Visita al Santísimo

En julio de 1966, el alemán Karl Rahner (1904- 1984), uno de los teólogos más importantes del siglo XX, colaboró con la revista Palabra (11) publicando un artículo sobre la “visita” al Santísimo. Publicamos el artículo con motivo del 60 aniversario de Omnes.

Karl Rahner·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 12 minutos

Sería necesario comenzar, puestos a tratar tal materia, por un conjunto de generalidades sobre la meditación, el recogimiento, el silencio, la oración, la piedad privada. No podemos aquí hacer otra cosa sino suponerlas ya conocidas. Pero es probable que las cuestiones y dificultades planteadas a propósito de la «visita» al Santísimo —es decir, de la plegaria ante el sacramento de la Eucaristía conservado en el tabernáculo— tengan de hecho, frecuentemente, un objeto más general: la oración contemplativa privada y de una cierta duración; y en cuanto a las objeciones hechas contra la «visita» , ¿no serán a menudo una especie de motivaciones intelectuales alegadas de golpe para sustraerse a las exigencias de la actitud contemplativa? Por otra parte, ¿conocéis a muchas personas que se den generosamente a la meditación y que, a la vez, experimenten dificultades ante la «visita»? Se debería en todo caso invitar a aquellos que se declaran contra la «visita» a examinar mejor su actitud y a preguntarse si sus objeciones no traducen en realidad la reacción del hombre que, comido por sus ocupaciones, trata sin cesar de sustraerse a la mirada de Dios. huyendo del recogimiento por ser incapaz de soportar esta paz de Dios que juzga y que purifica. 

La «visita» en la tradición de la Iglesia

Los que atacan el sentido de la «visita» deben saber la extrema fragilidad de las teorías que se suelen alegar a este propósito apoyándose en la historia de los dogmas y de la piedad. En efecto, esas teorías cometen el error de dar con frecuencia a unos hechos exactos una interpretación errónea. Que no vayan, pues, a invocarlas para rechazar la doctrina del Concilio de Trento, o simplemente para no hacer caso de ella en la práctica. 

1. La doctrina del Concilio de Trento 

Según este Concilio, es una verdadera herejía, una herejía declarada, negar, en la teoría o en la práctica, el deber de rodear a Jesucristo, en el Sacramento del Altar, de un culto de adoración que revista una forma externa; o negar la legitimidad de una fiesta especial en honor de Jesús Sacramentado, de las procesiones eucarísticas, de las «exposiciones» , de la santa Reserva (Cfr. Denz, 878, 879, 888, 889). Tales textos dogmáticos dejan evidentemente en la sombra numerosas cuestiones: ¿cuál es la significación intrínseca de todas estas cosas? ¿Cómo se articula este culto eucarístico de adoración y la práctica de la santa Reserva en el conjunto de la vida cristiana y de la acción litúrgica? Es evidente que hubo en el curso de la historia de la Iglesia unas épocas y unas expresiones de la piedad cristiana que, como se ha dicho con humor mordaz, han podido dar la impresión de que la misa matutina no servía sino para consagrar la hostia destinada a la exposición vespertina del Santísimo Sacramento. Por su parte, la Iglesia oficial no ha intervenido con la suficiente energía, lo que ha traído como resultado verdaderas distorsiones en el sentido eucarístico. Pero esto no toca el fondo de la cuestión. 

2. Una tradición milenaria 

El motivo principal de la santa Reserva es la comunión de los enfermos. La definición del Concilio de Trento, lo mismo que una práctica varias veces secular, unánime, fructuosa, participada por los santos más esclarecidos, no deja ninguna duda sobre el valor específico y global de la devoción al Santo Sacramento fuera (si se puede hablar así) del Sacrificio, lo mismo si se trata de ejercicios de piedad personal o de ciertas formas públicas y comunes, tales como las «visitas» y las «exposiciones». Esos ejercicios son la manifestación de una fe auténticamente cristiana. Al decir esto, no pretendemos ser los defensores de cualquier iniciativa en este campo: ni de la exposición del Santísimo Sacramento durante la Misa, ni del gusto de las exposiciones «por el placer de ver la hostia», que conducen a la multiplicación indiscreta de esta práctica, etc. 

3. El ideal del retorno a la antigüedad 

Yo querría subrayar también la vanidad de un argumento a menudo alegado contra la devoción eucarística fuera de la misa: el hecho de que esa devoción no siempre ha existido en la Iglesia.

Esto sería empobrecer sensiblemente el patrimonio de la piedad católica, ceder a un falso romanticismo, volviéndose constantemente hacia la práctica de la Iglesia de las primeras edades y negando el carácter evolutivo de la piedad en el curso de la Historia. Porque el cristianismo se desarrolla en la Historia. Y una práctica milenaria que no tiene en su haber la historia de los mil primeros años tiene, sin embargo, su perfecto derecho de ciudadanía en la Iglesia. Si se quiere erigir la práctica de los primeros siglos en regla absoluta de la piedad, entonces que se sea lógico y que se aplique a todo tipo de cosas: al ayuno, a la estima universal con que se rodeaba la virginidad hasta el punto de despreciar el matrimonio, a la duración (que nosotros consideramos hoy excesiva) de los Oficios, al pesado aparato de prácticas de la vida monástica, etc. Pero los criterios de autenticidad cristiana no debemos ir a buscarlos en otro lugar, sino en el Espíritu de la Iglesia, de la Iglesia de todos los tiempos, en una humilde reflexión sobre las estructuras fundamentales de la realidad cristiana.

Ahora bien, éstas tienen como característica estar siempre ahí, y la Iglesia, estar ahí para atestiguarlas. Lo cual no quiere decir que las consecuencias a las que esas estructuras fundamentales conducen no tengan ellas por su parte una historia, y que en el plano teórico, lo mismo que en el plano práctico, alcancen en todas las épocas el mismo grado de explicitación; lo que no impide que, a partir del momento en que esas consecuencias afloran netamente a la conciencia de la Iglesia, constituyan un aspecto esencial de su existencia. Es dar prueba de una falta notable de sentido histórico (¡como si se pudiese dar marcha atrás en el curso de la historia!) pretender, en el nombre de una cierta «pureza», que las realidades eclesiales vuelvan a sus formas primitivas cuando han alcanzado cierto grado de desarrollo. Es necesario decir más bien que, en la Iglesia, como en la vida del individuo, existe un devenir y que este devenir goza de un derecho de posesión. Y esto no vale solamente para las verdades de carácter teórico.

Si se está de acuerdo sobre estos principios generales de apreciación en lo que se refiere al desarrollo y al uso de las «cosas de Iglesia», y si se tiene en cuenta el carácter universal, pode-roso, duradero y netamente manifestado de las aprobaciones y de los estímulos apremiantes que la piedad eucarística extraoficial ha recibido por parte de la Iglesia, de la negativa de ésta a abandonar la práctica de la Santa Reserva, de la doctrina que la Iglesia profesa sobre el carácter latréutico de la devoción al Santo Sacramento, etcétera, sería insensato predecir la desaparición de tal culto; lo que no quiere decir que no pueda experimentar en el futuro ciertas vicisitudes. En este sentido, la encíclica Mediator Dei, no contenta de preconizar la adoración de la Eucaristía, se constituye en promotora de las «piadosas y cotidianas visitas al Tabernáculo». El Derecho Canónico recomienda también la «visita al Santísimo Sacramento» (Canon 125,2; canon 1.273) y quiere que la «visita» forme parte de la enseñanza religiosa dada a todos los fieles (Cfr. igualmente los cánones 1.265-1.275, que tratan de la reserva y del culto de la Sagrada Eucaristía: es incluso un deber para numerosas iglesias conservar el Santísimo Sacramento).

Legitimidad de la «visita»

Pero vengamos ahora a los argumentos intrínsecos. ¿Cuál es el sentido y cuál debe ser el contenido de las «visitas»? Nos parece que no se debería, como se ha hecho ordinariamente, ligarlas exclusivamente a la presencia real de Cristo y a la adoración que ella merece como tal. Puede uno preguntarse, en efecto, si este fundamento tradicional, justo en sí, pero un tanto formal, es psicológicamente lo suficientemente fuerte para eliminar las resistencias que se oponen hoy a la práctica en cuestión. Se hace necesario desarrollar las verdaderas implicaciones. 

1. Una objeción: La Eucaristía es esencialmente alimento 

He aquí la dificultad fundamental que se alega en nombre de la teología. Es cierto que Cristo esta realmente presente en el Santísimo Sacramento. Pero ¿por qué una tal presencia? ¿Por el placer de estar entre nosotros? ¿Para ser adorado y honrado en razón de esta presencia, para sentarse en un trono y conceder unas audiencias? Lo mismo si se responde afirmativamente o si, como indica la teología dogmática, uno se contenta con decir que ahí no hay sino una motivación válida entre otras, será lo mejor acudir ante todo a la enseñanza del Concilio de Trento (Denzinger 878): el Sacramento de la Eucaristía ha sido instituido por Cristo, se nos dice, «ut sumatur» (para ser tomado como alimento). La estructura fundamental de la Eucaristía consiste en su carácter de comida, en su relación al uso a que está destinada. Esta es la verdad de fondo de toda nuestra reflexión.

No vayamos a olvidar esto. No vayamos, en consecuencia, por nuestra práctica o nuestra «sensibilidad» eucarísticas, a levantar entre nosotros y los protestantes (que parten siempre de esta verdad en su teoría y su práctica de la Cena) un obstáculo desprovisto de toda fundamentación. Para el teólogo, el alfa y la omega de toda la teología dogmática es la palabra del Evangelio: «Tomad y comed, éste es mi Cuerpo», y no una proposición de este estilo: «Cristo está aquí presente.» Betz tiene, por tanto, razón al decir que la división tripartita del tratado de la Eucaristía, que comienza por la cuestión de la presencia real y sólo después aborda el tema de la comunión y del sacrificio, crea un malestar y constituye un desenfoque.

La reflexión teológica destinada a esclarecer el problema de la «visita» debe apoyarse también sobre el principio fundamental enunciado por el Concilio de Trento: «La Eucaristía ha sido instituida para ser tomada como alimento» (Denzinger, 878). Este principio implica ciertamente la presencia real de Cristo, porque el alimento ofrecido no es otro sino su Cuerpo y su Sangre. Pero desborda esta simple afirmación, porque nos presenta el don que se nos hace como estando destinado a ser tomado a modo de alimento. Es preciso, por tanto, utilizarlo aquí con toda la amplitud de su contenido.

Siendo esto así, se ve en seguida qué es lo que da pie a la objeción. Es evidente, se dirá, que Cristo merece la adoración cuando «se hace uso de Él», porque está presente cuando se nos da como alimento de la vida eterna. Pero ¿cómo, a partir de este principio base, justificar un culto fuera de tal presencia, un culto que no se confunde con la adoración del Señor necesariamente concomitante a la recepción de su Cuerpo, un culto que se sitúa fuera de una tal recepción e independientemente de ella? Esta es la posición protestante: ellos se resisten a hacer aquí un uso formal de la lógica, y no se creen autorizados por la Escritura a extender hasta ahí el culto eucarístico.

Subrayemos que el Concilio de Trento justifica la Santa Reserva por la necesidad de poder dar la comunión a los enfermos. No invoca ninguna otra razón, y en este punto recoge los datos de la Historia: es, en efecto, la necesidad (o la legitimidad) de recibir la comunión fuera de la Misa la que ha motivado ante todo la Santa Reserva y no la necesidad de tener cerca de nosotros a Jesús, «dulce solitario del Tabernáculo». El Concilio considera, pues, la Santa Reserva en relación esencial con la recepción del sacramento, y, al hacer esto, explica la práctica de la Santa Reserva en la línea del principio fundamental evocado más arriba (Denzinger, 879, 889). 

2. Respuesta de la Escritura 

Nos apoyamos aquí únicamente sobre la Biblia, sobre los datos bíblicos más originales.

Comenzaremos por decir que una exégesis rigurosa ve en el Cuerpo y en la Sangre la Persona del Señor todo entero. El Cuerpo y la Sangre designan aquí la Persona de Jesús en tanto que encarnada, su «Yo» en su constitución física, este ser viviente que se ha «ligado» a la sangre para cumplir su papel de servidor de Dios estableciendo la Nueva Alianza en su Sangre. Es, por tanto, Él mismo quien se da en alimento. Pero entonces no se trata solamente, en el lenguaje neotestamentario, del Cuerpo y de la Sangre de Jesús en el sentido que el lenguaje moderno atribuye a estas palabras (aunque una especulación teológica y la noción de «concomitancia» (Denzinger, 876) permitan extender legítimamente el sentido de las palabras concretas de Jesús y designar con ellas la presencia de toda su Persona en el sacramento). La verdad es muy distinta. Lo que Cristo nos da, si uno se atiene a sus palabras expresas interpretadas directamente según la significación que ellas tienen en el lenguaje arameo, es El Mismo: ¿no vemos, por otra parte, que San Juan (6,57) emplea la primera persona del pronombre personal en el lugar de la carne y de la sangre? Es, por tanto, Él mismo todo entero que se nos da verdaderamente en alimento. También la adoración es aquí plenamente legítima, porque es a Él a quien se dirige, y no a un alimento que se compondría de «elementos» . La antigüedad cristiana ha podido tener hacia la Eucaristía un comportamiento «cosista». Pero tal actitud no sabría de ningún modo presentarse como la interpretación exacta y exhaustiva del dato bíblico. Por el contrario, el sentimiento que se tuvo en la Edad Media de encontrar en la Eucaristía a la Persona encarnada de Jesús está completamente en el espíritu de la Biblia. He aquí por qué es completamente legítimo invocar la Sagrada Escritura para legitimar todos los actos por los cuales se quiere testimoniar a alguien la consideración debida a su naturaleza; y se trata aquí de la Persona de Jesús! 

Demos ahora un paso más. El lenguaje de la Escritura es tan claro como simple: si el Señor, con su realidad corporal y su potencia creadora de salvación y de la Nueva Alianza, está allí como alimento, lo está como alimento «ofrecido para nuestro uso», y no como alimento que se ha tomado ya. Una frase como ésta: «Cristo está allí como alimento» no puede significar, en el lenguaje de la Biblia, que estaría presente en el momento en que se le toma como alimento, sino más bien presente para ser tomado como alimento. El uso del sacramento supone el realismo de su contenido, éste no es la consecuencia de aquél: sobre este punto los luteranos están de acuerdo con los católicos; en contra, los protestantes reformados.

Si esto se comprende, no hay dificultad insuperable para admitir la proposición siguiente: en tanto que el alimento está ahí destinado a ser tomado, el Señor está ahí para ser recibido por nosotros; y en tanto que está ahí, ¿cómo no podríamos y deberíamos venir a El como al Señor que se ha entregado por nosotros y que quiere entregarse a nosotros?

Es necesario decir aquí sin temor que la cristiandad, desde los tiempos más antiguos, ha desarrollado pacíficamente la idea de que el alimento sacramental, a semejanza de las comidas ordinarias, no pierde su carácter de alimento por el hecho de que crezca el intervalo de tiempo que separa las palabras consagratorias del momento en que se le va a recibir. ¿No vemos esto en la misma Misa? Porque también en la misa transcurre un cierto espacio de tiempo entre la consagración de las especies eucarísticas y su recepción. Esto mismo sucedió en la Cena, entre el momento en que Jesús pronuncia las palabras sagradas presentando a sus apóstoles el pan y el vino y el momento en que éstos abrieron la boca para recibirlo. En tanto que, según la estimación corriente de los hombres, el pan permanece pan, es decir, algo que ha sido hecho para ser comido (estamos en presencia de un concepto esencialmente humano y no ante un simple objeto químico), Cristo está ahí presente, Cristo que se ofrece a sí mismo en alimento, con todo lo que esto implica como actitud correspondiente por parte del hombre llamado a recibirle. Y he ahí lo que legitima el culto de adoración hacia la Eucaristía.

Pero la inversa es igualmente verdadera: la adoración de Cristo en la Eucaristía no alcanza plenamente el objeto del culto sino cuando el Señor es allí adorado como aquel que se ofrece a nosotros en alimento, como el «servidor de Dios» que ha tomado un cuerpo y que está ahí corporalmente presente, que ha fundado en su Sangre la nueva y eterna Alianza y que quiere, al darnos este pan en alimento, darse a nosotros y darnos, para que llegue a ser nuestra, la salvación que es Él Mismo, con todo su peso de realidad y su carácter definitivo. Comprendida así, la presencia de Cristo, dondequiera que se encuentre realizada, es, bajo las especies sensibles, la presencia misma de nuestra salvación: una presencia que rememora el acto sacrificial y sacramental al cual debe su origen, una presencia que es preludio a la recepción de la Eucaristía, ese acto por el cual esta salvación se hará plena y sacramentalmente nuestro bien propio.

Es superfluo, pensamos, plantear la cuestión de saber qué hostia adoro yo aquí o allí. La teología no tiene nada que ver con ello. Lo esencial es que Cristo está allí y que yo he sido invitado a recibirle cada vez que abro mi boca para tomar una hostia consagrada, cualquiera que sea en concreto.

3. Dos aspectos del Santo Sacramento

Así llegamos a determinar, a la vez que su contenido, el sentido exacto de la «visita». La «visita» -también ella- pone al hombre en presencia del signo objetivo y sacramental de la muerte ofrecida por Jesús en sacrificio para nuestra salvación; es la continuación de la misa en el plano interior y personal y «engancha» por decirlo así, la próxima comunión. Es necesario, por tanto, decir de la «visita» todo lo que habría de ser dicho a propósito de la acción de gracias y todo lo que es, en el sentido propio de la palabra, preparación a la comunión. Ambas prácticas son, en efecto, perfectamente legítimas, porque nos encontramos ante el signo objetivo de lo que es, simultáneamente, el fundamento de nuestra salvación y el medio de apropiárnosla: ante el Cuerpo y la Sangre del Señor, ante el Señor presente con la realidad concreta de su Cuerpo que quiere darnos en alimento sacrificial de una manera propia a cada uno.

El Señor «conservado» en las especies sacramentales lo está bajo un doble título: como el Señor que se ha ofrecido en sacrificio en la Santa Misa y como el Señor que quiere dársenos en alimento. Bajo esta misma perspectiva es preciso concebir la adoración del Santísimo Sacramento así «conservado»; de lo contrario, ésta perdería su sentido a los ojos del hombre, sería como un extraño sucedáneo de la adoración que se debe a Dios por su presencia universal, no sería sino una manera, cuyo sentido permanece incierto, de actualizar nuestra unión sobrenatural con Cristo que, por otra parte, siempre y en todo lugar es posible. En efecto, si Dios nos ha dado la presencia eucarística y nos ha garantizado su importancia, si esa presencia no es una innecesaria duplicidad de la presencia universal y de nuestra unión con Cristo, es porque ella nos da al Señor en cuanto que se ofrece en el sacrificio de la cruz y que, en la misa (y en el alimento que tenemos como consecuencia), se hace presente como tal y como tal se ofrece para llegar a ser nuestro alimento.

4. La Eucaristía, signo sacramental de la unión de la Iglesia

Podríamos también recordar, cuando estamos delante del Santísimo Sacramento, que Él representa igualmente el signo sacramental de la unidad de la Iglesia. Como dice el Concilio dé Trento, es «símbolo de la unidad y caridad por las cuales Cristo ha querido que todos sus fieles estuvieran unidos entre sí» (Denz 873 a); es el «símbolo de este Cuerpo único del cual Él mismo es la cabeza» (Denz.. 875).

En la visita al Santísimo Sacramento estamos, pues, ante Cristo en tanto que unidad de la Iglesia, ante el misterio mismo de la Iglesia, ante la manifestación más santa de esta Iglesia que es, bajo su aspecto visible, la forma histórica y sensible de la salvación que Dios opera en nosotros. Puede así comprenderse hasta qué punto la «devoción al Tabernáculo» más personal, lejos de ser el signo de un individualismo religioso, constituye, si adopta una expresión conveniente, un medio de manifestar la pertenencia a la Iglesia y el consiguiente sentido de responsabilidad, así como la ocasión de orar por la Iglesia. Es aquí donde podría hablarse, en un sentido muy auténtico y muy profundo, de un apostolado de la oración…

El autorKarl Rahner

Sacerdote jesuita y teólogo alemán (1904-1984), considerado uno de los más influyentes del siglo XX.

América Latina

María Inés Castellaro (CLAR): “Nuestro objetivo es volver a vivir con sentido desde lo esencial”

María Inés Castellaro es una religiosa argentina que ocupa un cargo de liderazgo en la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR). Desde ahí impulsa la reflexión y acción de comunidades religiosas en temas sociales, educativos y espirituales en América Latina y el Caribe.

Javier García Herrería·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En mayo de 2025, la Hermana María Inés Castellaro, de las Hermanas de la Virgen Niña (HVN), fue elegida Secretaria General de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) durante la XXII Asamblea General celebrada en Quito, Ecuador. Su misión: fortalecer la Vida Consagrada en América Latina y el Caribe en un contexto marcado por múltiples desafíos sociales y eclesiales. Conversamos con ella sobre las prioridades de la CLAR en este nuevo trienio y los retos que afronta la vida religiosa en la región.

Hermana María Inés, ¿cuáles son las prioridades de la CLAR para este trienio?

Este trienio lo hemos enfocado inspirándonos en la escena bíblica del encuentro de Nicodemo con Jesús, pues es una llamada a la transformación. Se trata de “nacer de nuevo”: volver al primer amor con Cristo, reencontrarnos con nuestra vocación para re-apasionarnos por nuestros hermanos.

Desde allí queremos renovar vínculos, comunidades y estructuras que a veces dicen poco hoy día. También se trata de reconocer y abrazar nuestras fragilidades y vulnerabilidades como un espacio donde el Espíritu puede abrir un amanecer nuevo para la vida consagrada.

¿Y qué particularidades tiene la vida religiosa en América Latina en comparación con otras regiones?

Yo diría que aquí hay una gran fuerza en torno a las familias carismáticas, es decir, los laicos que, sin sustituirnos, comparten nuestra espiritualidad y carisma. La misión no es suplir la ausencia de religiosos, sino acompañar a los laicos en el camino de descubrir la riqueza de su vocación bautismal.

En América Latina venimos desde haces muchos años recorriendo un caminar juntas y juntos, que hoy continúa, marcadas por la Asamblea Eclesial, la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y las relaciones con el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño) y otras instituciones.

Concretamente, ¿qué papel tienen las mujeres en la vida religiosa latinoamericana?

En muchísimas comunidades son las mujeres son las que sostienen el ministerio de la palabra, el servicio, la escucha, a veces recorriendo largas distancias, navegando ríos, llegando a lugares donde nadie más llega. El desafío es seguir dando un lugar real a esa voz y esa presencia femenina, que ya es protagonista en muchas realidades eclesiales.

La región enfrenta desigualdad, violencia y en algunos lugares, asedio a la Iglesia. ¿Cómo impacta esto en la vida religiosa?

La vida consagrada está llamada a estar en las periferias, en las márgenes, allí donde se sufren situaciones difíciles, incluso persecución. Los y las mártires que hay en algunas regiones nos recuerdan que estamos llamados a dar un testimonio radical, a anunciar, denunciar y renunciar a lo que no es evangélico en contextos hostiles. Nuestro lugar está siempre al lado de los más pobres y vulnerables, acompañando y buscando caminos de reconciliación y justicia.

¿Qué papel desempeña la vida religiosa en la inmigración?

Estamos ahí, junto a los migrantes, acompañándolos en su dolor y ayudándolos a nacer de nuevo en tierras nuevas. Queremos que sean reconocidos en su dignidad, especialmente en el trabajo, donde tantas veces sufren explotación. En este campo  trabajamos en redes intercongregacionales: la misión se hace uniendo fuerzas.

Me llama particularmente la atención el trabajo en red que está realizando la CLAR: con la Red Eclesial Panamazónica, con la Conferencia Eclesial de la Amazonía, con redes contra la trata de personas, con iniciativas intercongregacionales. No somos una confederación cerrada en sí misma, sino parte de un tejido vivo de Iglesia que busca transformarse y caminar en sinodalidad. Esa colaboración es un signo de esperanza para el futuro.

Las vocaciones están disminuyendo. ¿Cómo mira la CLAR este panorama?

No lo vemos solo en términos numéricos. Es importante el testimonio y la calidad de vida fraterna, de los vínculos entretejidos en las comunidades. Sí, somos menos y envejecemos como comunidades, pero el Señor sigue llamando. Necesitamos salir al encuentro de los jóvenes donde están, abrir nuestras casas y acompañarlos en sus búsquedas. También aquí entra la riqueza de las familias carismáticas: laicos que comparten nuestra espiritualidad y misión.

Los jóvenes tienen sed de sentido, pero muchas veces no encuentran en la Iglesia un espacio de acogida. Necesitamos renovar nuestras estructuras comunitarias para que sean más fraternas, abiertas y hospitalarias.

Una vida consagrada que ofrezca hogar y comunidad puede resultar muy significativa para ellos y hacerlo realidad es nuestro desafío. Estamos todas y todos a «nacer de nuevo», a reemprender caminos para la renovación, la transformación y el cambio. Superar los miedos, desaprender las formas viejas y antievangélicas y abrirnos a la novedad de lo que genera vida, autenticidad, esperanza, alegría, con la certeza que la divina «Ruah» nos impulsa por estos caminos.

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Enseñanzas del Papa

La Pascua de Jesús, viva de esperanza

Dentro de la catequesis que está teniendo lugar durante el Año Jubilar 2025, cuyo título es Jesucristo nuestra esperanza, León XIV ha dedicado las últimas semanas a la Pascua de Jesús. Es decir, a los acontecimientos que tuvieron lugar en torno a su pasión, muerte y resurrección.

Ramiro Pellitero·1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué lugar ocupa en nuestra vida la entrega de Jesús por nosotros? ¿La consideramos como un hecho del pasado, sin conexión con nuestro presente y nuestro futuro? La fe cristiana nos asegura que se trata de algo central, lleno de implicaciones para nuestra vida personal, social y eclesial. 

Preparar el encuentro con Dios y con los demás

El primero de estos miércoles(cfr. Audiencia general, 6-VIII-2025)el Papa se centró en la palabra preparar.¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?” (Mc 14, 12). En realidad, todo estaba preparado de antemano por Jesús: “La Pascua, que los discípulos deben preparar, está en realidad ya preparada en el corazón de Jesús”. 

Al mismo tiempo, él pide a sus amigos que hagan su parte: “La gracia no elimina nuestra libertad, sino que la despierta. El don de Dios no anula nuestra responsabilidad, sino que la hace fecunda”.

Por tanto, tenemos, también nosotros, que preparar esa cena. No se trata solamente, advierte el sucesor de Pedro, de la liturgia o de la Eucaristía (que significa “acción de gracias”), sino de“nuestra disponibilidad para entrar en un gesto que nos supera”. 

La Eucaristía -observa León XIV- no se celebra solo en el altar, sino también en la vida cotidiana, donde es posible vivir todo como ofrenda y acción de gracias”. 

De ahí la interpelación: “Podemos entonces preguntarnos: ¿qué espacios de mi vida necesito reordenar para que estén listos para acoger al Señor? ¿Qué significa para mí hoy ‘preparar’?”.

Algunas sugerencias: “Quizás renunciar a una pretensión, dejar de esperar que el otro cambie, dar el primer paso. Quizás escuchar más, obrar menos o aprender a confiar en lo que ya está dispuesto”.

Reconocer nuestra vulnerabilidad

En medio de la cena más íntima de Jesús con los suyos, se revela también la mayor traición:“En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo” (Mc 14, 18). “Son palabras contundentes. Jesús no las pronuncia para condenar, sino para mostrar que el amor, cuando es verdadero, no puede prescindir de la verdad”. 

De modo sorprendente, Jesús no levanta la voz ni su dedo para acusar al traidor. Deja que cada uno se cuestione:“Ellos comenzaron a entristecerse y a preguntarle uno tras otro: ‘¿Seré yo?’” (Mc 14, 19). El miércoles 13 de agosto, el Papa se detuvo en esta pregunta, porque, señaló, “es quizá una de las preguntas más sincerasque podemos hacernos a nosotros mismos”. Y este es el motivo: “El Evangelio no nos enseña a negar el mal, sino a reconocerlo como una ocasión dolorosa para renacer”.

Lo que viene a continuación puede sonarnos a amenaza:“¡Ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!; ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!” (Mc 14, 21). Pero es más bien un grito de dolor, de compasión sincera y profunda. Porque Dios sabe que, si renegamos de su amor, seremos infieles a nosotros mismos, perderemos el sentido de nuestra vida y nos autoexcluiremos de la salvación. Pero en cambio, “si reconocemos nuestro límite, si nos dejamos tocar por el dolor de Cristo, entonces podemos finalmente nacer de nuevo”. 

Amor que no se rinde y perdona

Durante la última cena, Jesús ofrece el bocado a aquel que está a punto de traicionarlo. “No es solo un gesto de compartir, es mucho más: es el último intento del amor por no rendirse” (cfr. Audiencia general 20-VIII-2025) Jesús sigue amando: lava los pies, moja el pan y lo ofrece incluso al que le va a traicionar.

El perdón que ofrece Jesús –señala el obispo de Roma–, se revela aquí con toda su potencia y manifiesta el rostro de la esperanza: “No es olvido, no es debilidad. Es la capacidad de dejar libre al otro, amándolo hasta el final. El amor de Jesús no niega la verdad del dolor, pero no permite que el mal sea la última palabra”. 

Insiste el Papa: “Perdonar no significa negar el mal, sino impedir que genere más mal. No es decir que no haya pasado nada, sino hacer todo lo posible para que no sea el rencor el que decida el futuro”.

Y se vuelve a nosotros: “Nosotros también vivimos noches dolorosas y agotadoras. Noches del alma, noches de decepción, noches en las que alguien nos ha herido o traicionado. En esos momentos, la tentación es cerrarnos, protegernos, devolver el golpe. Pero el Señor nos muestra que hay esperanza, que siempre hay otro camino. (…) Hoy pedimos la gracia de saber perdonar, incluso cuando no nos sentimos comprendidos, incluso cuando nos sentimos abandonados”. Así nos abrimos a un amor más grande. 

La entrega por amor

Luego, Jesús afronta libre y valientemente su detención en el huerto de los Olivos: “¿A quién buscáis?” (Jn 18, 4). Su amor es pleno y maduro, no teme el rechazo, pero se deja capturar. “No es víctima de un arresto, sino autor de un don. En este gesto se encarna una esperanza de salvación para nuestra humanidad: saber que, incluso en la hora más oscura, se puede seguir siendo libre para amar hasta el final” (Audiencia general, 27-VIII-2025).

El sacrificio de Jesús es un verdadero acto de amor: “Jesús se deja capturar y encarcelar por los guardias solo para poder dejar en libertad a sus discípulos”.Sabe bien que perder la vida por amor no es un fracaso, sino que comporta una misteriosa fecundidad (cfr. Jn 12, 24).

Así nos enseña. “En esto consiste la verdadera esperanza: no en tratar de evitar el dolor, sino en creer que, incluso en el corazón de los sufrimientos más injustos, se esconde la semilla de una nueva vida”.

Aprender a recibir

Especial fuerza tuvo la catequesis del Papa sobre las palabras de Jesús en su crucifixión: “Tengo sed” (Jn 19, 28), justo antes de estas otras: “Todo está cumplido” (19, 30).

La sed del Crucificado –observa León XIV– no es solo la necesidad fisiológica de un cuerpo destrozado. Es también y, sobre todo, la expresión de un deseo profundo: el de amor, de relación, de comunión” (Audiencia general, 3-IX-2025).

De ahí una enseñanza sorprendente: “El amor, para ser verdadero, también debe aprender a pedir y no solo a dar. ‘Tengo sed’, dice Jesús, y de este modo manifiesta su humanidad y también la nuestra. Ninguno de nosotros puede bastarse a sí mismo. Nadie puede salvarse por sí mismo. La vida se ‘cumple’ no cuando somos fuertes, sino cuando aprendemos a recibir”. Y es entonces, justamente cuando todo está cumplido. “El amor se ha hecho necesitado, y precisamente por eso ha llevado a cabo su obra”.

Tal es, señala el obispo de Roma, la paradoja cristiana: “Dios salva no haciendo, sino dejándose hacer. No venciendo al mal con la fuerza, sino aceptando hasta el fondo la debilidad del amor”. 

Desde la cruz, Jesús enseña que cada uno de nosotros no se realiza en el poder, sino en la apertura confiada a los demás, si fueran enemigos. “La salvación no está en la autonomía, sino en reconocer con humildad la propia necesidad y saber expresarla libremente”.

Atención, parece decir León XIV también para los educadores y formadores, porque este “sentir y reconocer nuestra necesidad” no se puede imponer, sino que ha de descubrirlo libremente cada persona (se puede ayudar delicadamente a descubrirlo), como camino de liberación de sí mismo hacia Dios y los demás. “Somos criaturas hechas para dar y recibir amor”.

El grito de la esperanza 

Digno de ser contemplado es el hecho de que Jesús no muere en silencio. “No se apaga lentamente, como una luz que se consume, sino que deja la vida con un grito: ‘Jesús, dando un fuerte grito, expiró’ (Mc 15, 37). Ese grito encierra todo: dolor, abandono, fe, ofrenda. No es solo la voz de un cuerpo que cede, sino la última señal de una vida que se entrega” (Audiencia general, 10-IX-2025).

Su grito va precedido de estas palabras: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, que corresponden al Salmo 22 y manifiestan el silencio, la ausencia y el abismo que experimenta el Señor. “No se trata –precisa León XIV– de una crisis de fe, sino de la última etapa de un amor que se entrega hasta el fondo. El grito de Jesús no es desesperación, sino sinceridad, verdad llevada al límite, confianza que resiste incluso cuando todo calla”.

En este año jubilar, el grito de Jesús nos habla de esperanza, no de resignación. “Se grita cuando se cree que alguien todavía puede escuchar. Se grita no por desesperación, sino por deseo”. Concretamente: “Jesús no gritó ‘contra’ el Padre, sino ‘hacia’ Él. Incluso en el silencio, estaba convencido de que el Padre estaba allí. Y así nos mostró que nuestra esperanza puede gritar, incluso cuando todo parece perdido”.

Se grita cuando se nace (llegamos llorando), cuando se sufre y también cuando se ama, cuando se llama y se invoca: “Gritar es decir que estamos, que no queremos apagarnos en silencio, que tenemos todavía algo que ofrecer”.

Y esta es la enseñanza del grito de Jesús para el viaje de la vida, en lugar de guardar todo dentro y consumirnos lentamente (o de caer en el escepticismo o en el cinismo).

La sabiduría de esperar 

A continuación, se abre el silencio de Jesús en el sepulcro (cfr. Jn 19, 40-41): “Un silencio grávido de sentido, como el vientre de una madre que custodia al hijo todavía no nacido, pero ya vivo”(Audiencia general, 17-IX-2025). 

Fue sepultado en un jardín, en una tumba nueva. Como sucedió al principio del mundo, en el paraíso: Dios había plantado un jardín, ahora la puerta de este nuevo jardín es la tumba cerrada de Jesús. 

Dios había “descansado”, dice el libro del Génesis (2, 2), después de la creación. No porque estuviera cansado, sino porque había concluido su trabajo. Ahora se ha vuelto a mostrar el amor de Dios, cumplido “hasta el final”. 

Jesús descansa por fin

A nosotros nos cuesta descansar. Pero “saber detenerse es un gesto de confianza que tenemos que aprender a cumplir”. Hemos de descubrir que “la vida no depende siempre de aquello que hacemos, sino también de cómo sabemos desistir de cuanto hemos podido hacer”.

Jesús calla en el sepulcro, como la semilla que espera su amanecer. “Todo tiempo detenido puede convertirse en tiempo de gracia, si lo ofrecemos a Dios”.

Jesús, sepultado en la tierra: “Es el Dios que deja hacer, que espera, que se retira para dejarnos la libertad. Es el Dios que se fía, también cuando todo parece terminado”. 

Nosotros hemos de aprender el dejarse abrazar por el límite: “A veces buscamos respuestas rápidas, soluciones inmediatas. Pero Dios trabaja en lo profundo, en el tiempo lento de la confianza”. 

Y todo ello nos vuelve a hablar en este Jubileo de la Esperanza: “La verdadera alegría nace de la espera habitada, de la fe paciente, de la esperanza de que cuanto ha vivido en el amor, ciertamente, resurgirá a la vida eterna”.

Desciende para anunciar la luz y la vida

También el miércoles 24 de septiembre el Papa se detuvo en el Sábado Santo. Cristo no solo ha muerto por nosotros, sino que también ha descendido al reino de los “infiernos”, para llevar el anuncio de la resurrección a todos los que estaban bajo el dominio de la muerte. Esos “infiernos” no se refieren solo a los muertos, sino también al que vive bajo la oscuridad (el dolor, la soledad, la culpa) y sobre todo, el pecado. “Cristo –señala el Papa– entra en todas estas realidades oscuras para testimoniarnos el amor del Padre. (…) Lo hace sin clamor, de puntillas, como quien entra en una habitación de hospital para ofrecer consuelo y ayuda”.

Los padres de la Iglesia lo describen como un encuentro entre Cristo y Adán para sacarlo de nuevo a la luz, con autoridad, pero también con dulzura. Ni siquiera nuestras noches más oscuras o nuestros pecados más profundos son obstáculos para Cristo. Descender para Dios no es un fracaso sino el camino para la victoria. Ninguna tumba está demasiado sellada para su amor. Dios siempre puede hacer, a partir del perdón, una nueva creación.