Vaticano

«Nos hace bien mirarnos en la paternidad de José y permitir al Señor que nos ame con su ternura»

En la catequesis de la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la ternura de San José, animando a experimentarla en el amor de Dios y a ser testigos de ella.

David Fernández Alonso·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la audiencia de este miércoles 19 de enero, el Papa Francisco quiso «profundizar en la figura de San José como padre en la ternura».

Recordó que «en la Carta Apostólica Patris corde (8 de diciembre de 2020) pude reflexionar sobre este aspecto de la personalidad de San José. De hecho, incluso si los Evangelios no nos dan particularidades sobre cómo ejerció su paternidad, podemos estar seguros de que su ser hombre “justo” se tradujo también en la educación dada a Jesús. «José vio a Jesús progresar día tras día “en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” (Lc 2,52). Como hizo el Señor con Israel, así él ‘le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer’ (cf. Os 11,3-4)» (Patris corde, 2)».

«Los Evangelios», continuó el Santo Padre, «atestiguan que Jesús usó siempre la palabra “padre” para hablar de Dios y de su amor. Muchas parábolas tienen como protagonista la figura de un padre. [1] Entre las más famosas está seguramente la del Padre misericordioso, contada por el evangelista Lucas (cfr Lc 15,11-32). Precisamente en esta parábola se subraya, además de la experiencia del pecado y del perdón, también la forma en la que el perdón alcanza a la persona que se ha equivocado. El texto dice así: ‘Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente’ (v. 20). El hijo se esperaba un castigo, una justicia que al máximo le habría podido dar el lugar de uno de los siervos, pero se encuentra envuelto por el abrazo del padre. La ternura es algo más grande que la lógica del mundo. Es una forma inesperada de hacer justicia. Por eso no debemos olvidar nunca que Dios no se ha asustado de nuestros pecados, de nuestros errores, de nuestras caídas, sino que se asusta por el cierre de nuestro corazón, de nuestra falta de fe en su amor. Hay una gran ternura en la experiencia del amor de Dios. Y es bonito pensar que el primero que transmite a Jesús esta realidad haya sido precisamente José. De hecho, las cosas de Dios nos alcanzan siempre a través de la mediación de experiencias humanas».

El Papa animó entonces, a «preguntarnos si nosotros mismos hemos experimentado esta ternura, y si a su vez nos hemos convertido en testigos de ella. De hecho, la ternura no es en primer lugar una cuestión emotiva o sentimental: es la experiencia de sentirse amados y acogidos precisamente en nuestra pobreza y en nuestra miseria, y por tanto transformados por el amor de Dios».

«Dios no confía solo en nuestros talentos», afirmó Francisco, «sino también en nuestra debilidad redimida. Esto, por ejemplo, lleva a San Pablo a decir que también hay un proyecto sobre su fragilidad. Así, de hecho, escribe a la comunidad de Corinto: ‘Para que no me engreía con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea […]. Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza”’ (2 Cor 12,7-9). La experiencia de la ternura consiste en ver el poder de Dios pasar precisamente a través de lo que nos hace más frágiles; siempre y cuando nos convirtamos de la mirada del Maligno que «nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo», mientras que el Espíritu Santo «la saca a la luz con ternura» (Patris corde, 2). ‘La ternura es el mejor modo para tocar lo que es frágil en nosotros. […] Por esta razón es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y ternura. Paradójicamente, incluso el Maligno puede decirnos la verdad, pero, si lo hace, es para condenarnos. Sabemos, sin embargo, que la Verdad que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona’ (Patris corde, 2)».

Ya al final de la catequesis, el Papa aseguró que «nos hace bien entonces mirarnos en la paternidad de José y preguntarnos si permitimos al Señor que nos ame con su ternura, transformando a cada uno de nosotros en hombres y mujeres capaces de amar así. Sin esta “revolución de la ternura” corremos el riesgo de permanecer presos en una justicia que no permite levantarnos fácilmente y que confunde la redención con el castigo. Por esto, hoy quiero recordar de forma particular a nuestros hermanos y a nuestras hermanas que están en la cárcel. Es justo que quien se ha equivocado pague por su error, pero es igualmente justo que quien se ha equivocado pueda redimirse del propio error».

Para concluir, el Pontífice rezó la siguiente oración a San José:

«San José, padre en la ternura,
enséñanos a aceptar ser amados precisamente en lo que en nosotros es más débil.
Haz que no pongamos ningún impedimento
entre nuestra pobreza y la grandeza del amor de Dios.
Suscita en nosotros el deseo de acercarnos al Sacramento de la Reconciliación,
para ser perdonados y también capaces de amar con ternura
a nuestros hermanos y a nuestras hermanas en su pobreza.
Sé cercano a aquellos que se han equivocado y por esto pagan un precio;
ayúdales a encontrar, junto a la justicia, también la ternura para poder volver a empezar. Y enséñales que la primera forma de volver a empezar
es pedir perdón sinceramente.
Amén».

España

La escucha es la clave de la labor de CONFER

Lourdes Perramón es la nueva Vicepresidenta de CONFER. Esta Oblata del Santísimo Redentor, que forma parte por primera vez de los órganos de gobierno de esta institución, reflexiona sobre su papel y los retos a los que se enfrenta en esta nueva etapa.

Maria José Atienza·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La vicepresidencia que me ha sido encomendada la asumo, ante todo, desde la disponibilidad y el compromiso en lo que significa y quiere ser la CONFER: ese espacio de encuentro, de apoyo, de comunión y construcción colectiva. 

Durante muchos años la CONFER ha sido para mí un apoyo, mediación y referencia, en el caminar personal como religiosa y más recientemente en el servicio congregacional como superiora general. Ahora se me brinda la oportunidad de devolver algo de lo recibido y quiero hacerlo con generosidad, dentro de las posibilidades que conlleva compaginarlo con la responsabilidad congregacional. 

Responsabilidad compartida

Tengo la suerte de incorporarme a un equipo que ya venía funcionando y eso me enriquece y ofrece seguridad. A la vez me habla de confianza al tratarse de una responsabilidad compartida y de aprendizaje, al ser una tarea que se nutre de un rico grupo de personas, tanto en la sede nacional como en las diferentes CONFER regionales, diocesanas y, por supuesto, toda la vida consagrada. 

Partimos en general de una acogida positiva a las propuestas que lanza CONFER, pero quizás el gran desafío es que no se quede en algo unidireccional. Vivimos un momento de renovación expresado, entre otros, en el proyecto para el fortalecimiento y viabilidad de la CONFER al servicio de las Congregaciones religiosas en España, que recientemente se presentó y aprobó en la Asamblea. 

Es un proyecto que quiere responder a los desafíos de la vida religiosa, recogidos en un diagnóstico que se elaboró partiendo de los aportes de muchas congregaciones. Justamente en la escucha de la realidad es donde radica la clave esencial para que esa labor de apoyo sea exitosa, adecuando los diferentes servicios que CONFER ofrece a las necesidades cambiantes del momento actual. 

En el proyecto ha de tener un papel importante el apoyo a las congregaciones con más dificultades, pero también el propiciar las sinergias, intercambios o acciones conjuntas entre congregaciones. Solo desde ahí será posible renovar, con creatividad y audacia, lo esencial de nuestra vida consagrada y del servicio que estamos llamados a aportar en la Iglesia y sociedad, con especial atención a quienes viven situaciones de mayor vulnerabilidad.

El rostro femenino 

La vida religiosa femenina ha sido y es mayoritaria frente a la masculina, no solamente en números absolutos sino en la participación habitual en las actividades que organiza CONFER. 

Podemos decir que CONFER tiene un rostro femenino que impregna la vida cotidiana en sus reflexiones, prioridades, acciones. Acabamos de vivir un hecho relevante en la visibilidad externa de esta realidad, como ha sido la primera presidencia femenina de la CONFER, desde cuando hace ya más de 25 años se unieron las conferencias masculina y femenina. Sin embargo, considero que no caben conformismos en este tema. Debemos asumir el compromiso, junto a las mujeres laicas, para que la Iglesia en su conjunto no se pierda nuestra mirada, sensibilidad, saber… y estar atentas para participar y compartir los espacios de decisión eclesial. 

Una gran oportunidad

Ante el Sínodo que vive toda la Iglesia universal la vida religiosa parte “con cierta ventaja”. La vida en comunidad, el compartir todo lo que somos y tenemos en una fructífera comunicación de bienes, los espacios de discernimiento y decisión participados, colegiados, los caminos en misión compartida con el laicado, el trabajo en red con tantas entidades y las experiencias de intercongregacionalidad… 

El Sínodo es una gran oportunidad y responsabilidad a la vez, para que a partir de la propia experiencia y en la escucha mutua con las comunidades locales en la Iglesia diocesana, seamos capaces de hacer propuestas que ayuden a hacer más real, más encarnado el modelo de Iglesia, pueblo de Dios que el propio Concilio Vaticano II ya soñaba. Una Iglesia en misión, que acompaña solidariamente a las minorías y a los más empobrecidos sin juicios ni exclusiones.

El reto vocacional 

El descenso de vocaciones a la vida consagrada es evidente pero, a veces, la pregunta se focaliza en relación a qué le sucede a la juventud que no entiende o acoge esta propuesta vocacional. Cuando quizás nos falta preguntarnos si hemos sido capaces de mostrar en lenguajes y formas nuevas, la esencia mística y profética de la vida consagrada. 

Y por último y quizás lo más importante, reconocer que algo de Dios debe haber en esta realidad y que detrás de lo numérico sigue habiendo una llamada muy evangélica.

España

Jesús Díaz Sariego, OP: “La escasez vocacional puede ser una oportunidad para retomar el Evangelio ”

Jesús Díaz Sariego, presidente de CONFER, comparte con Omnes su visión de la vida religiosa, las líneas maestras de futuro o la preocupación por la escasez vocacional.

Maria José Atienza·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Jesús Díaz Sariego, Superior Provincial de la Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores, es, desde el pasado noviembre, presidente de CONFER. Este organismo de derecho pontificio aúna a Institutos Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica y acoge también a algunos monasterios masculinos y femeninos.

–Hace unas semanas asumía la presidencia de CONFER, aunque forma parte del equipo directivo desde 2017. ¿Qué peso tiene CONFER dentro de las distintas congregaciones, que ya de por sí son autónomas?

La inscripción a CONFER es libre. Es una decisión que toma cada congregación. Esta libertad de pertenencia resulta muy apropiada. Como bien dices, cada congregación es autónoma acorde con su carisma y misión en la Iglesia. Esa autonomía está la riqueza de CONFER. Cada familia carismática es una gran aportación para el conjunto. Su peso debe estar precisamente aquí, y no tanto en el número de religiosos o religiosas. Tampoco en la implantación eclesial y social con más o menos visibilidad e influencia. La Conferencia Española de Religiosos quisiera mimar y cuidar a cada uno de sus miembros por su fuerza carismática, don del Espíritu en la Iglesia. 

–¿Hay unidad entre los distintos miembros de la CONFER? 

En las cuestiones más importantes hay comunión y unidad. Aún más. En aquellos asuntos que pudieran separarnos percibo encuentro en lo fundamental. En el diálogo y en las preocupaciones comunes nos acabamos encontrando en lo que nos constituye como seguidores de Jesús. Hay una vocación común, que nos convoca en este seguimiento. Tenemos un lenguaje común en el que nos comprendemos. Sabemos, incluso, expresar las diferencias de estilos y de enfoques. Estar en comunión no conlleva ser todos iguales, porque representamos a muchos carismas. Ninguno es imprescindible, pero todos son necesarios. 

Además, en este momento histórico en el que nos encontramos, estamos desarrollando aún más el valor de cada familia religiosa desde sí misma y desde el conjunto. Es un momento muy interesante y un discernimiento que nos está llevando a una mayor comunión y sinodalidad entre nosotros. La relación y comunicación entre carismas es un signo de nuestro tiempo que debemos explorar aún mucho más. El camino de la intercongregacionalidad es una apuesta, entre otras, de CONFER para los próximos años.

–Existe un evidente descenso de las vocaciones, especialmente para el sacerdocio y la vida consagrada. ¿Cómo se asume este reto en CONFER? ¿Es igual en todas las congregaciones o institutos? 

El descenso de vocaciones para la vida consagrada y para el sacerdocio, en España, es una realidad que se nos impone. Debemos aceptarla y comprenderla también desde Dios. No sólo desde nuestro momento cultural, aunque también. He de decir, al mismo tiempo, que la situación que se está dando en nuestro país, con respecto al descenso de las vocaciones, no es la misma que en otros países y en otras realidades culturales en los diversos continentes.

En España hemos vivido, en la década de los cincuenta del pasado siglo, un boom vocacional que nos ha llevado a estar muy presentes en la sociedad española, por el número de religiosos y por las numerosas presencias y obras que generaron. Muchos tuvieron un espíritu misionero más allá de nuestras fronteras. En este sentido, la aportación de la vida religiosa durante décadas fue magnífica y no siempre debidamente reconocida. 

Ahora estamos en otro momento. No sólo porque la sociedad española haya cambiado, y mucho, sino porque la Iglesia también ha cambiado. Nosotros mismos, como consagrados, vamos siendo diferentes. Deberíamos pararnos a pensar si la sociedad de nuestros días requiere el mismo número de religiosos o más bien, necesita otro tipo de levadura para fermentar el pan. Cada vez me convenzo más de esto. 

El mundo secularizado en el que nos encontramos necesita para su fermento una levadura menos numerosa, aunque también muy cualificada desde el punto de vista evangélico, como lo han sido los religiosos y religiosas que nos han precedido. Como si los relatos evangélicos que hacen referencia a la descripción de lo que es el Reino, que hemos escuchado tantas veces, tuvieran en nuestro presente un mensaje especialmente apropiado para comprender y vivir nuestro momento.

Invito –me invito– a pensar la escasez de las vocaciones más desde Dios que desde nosotros mismos. Seguro que nos está diciendo algo. Al menos nos suscita estas y otras preguntas: ¿qué vida religiosa quiere Dios para el futuro? ¿En qué Iglesia? ¿En qué mundo? La vocación religiosa, solemos decir, es de Dios, aunque requiera nuestra colaboración al ciento por ciento. Pero es de Dios… Ensayemos esta nueva mirada. 

Me gustaría que CONFER explorara este nuevo camino a la hora de afrontar la disminución de las vocaciones. La escasez puede ser también un signo de los tiempos, un signo del Espíritu que algo nos quiere decir. 

Puedo afirmar, por otra parte, que el descenso de las vocaciones es común a todas las familias religiosas inscritas en CONFER. No debemos olvidar que todas ellas vienen de lejos. Algunas son centenarias. En ellas anida la serenidad suficiente, que proporciona la experiencia del tiempo, para sentarse ante Dios y orar con Él las preguntas: “Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy? y ¿cómo dar valor a la escasez?”. ¿No será la escasez una nueva oportunidad para retomar el Evangelio de nuevo y convertir nuestra vida más y mejor a Dios para un mejor servicio a lo que nuestro mundo reclama de nosotros? Es una pregunta que me lleva horas de ensayo buscando respuestas.

–En este sentido, ¿cómo se vive el nacimiento de nuevas formas de vida religiosa, muchas veces desde carismas previos? 

El nacimiento de un nuevo carisma en la Iglesia siempre es una bendición de Dios y, por lo tanto, una buena noticia. Esto muestra vitalidad y dinamismo. Dios, en cierto sentido, nos va llevando. 

Por otro lado, cada carisma no deja de ser una forma creativa de leer la Palabra de Dios en relación a cada época. 

El seguimiento de Jesús no necesita muchas justificaciones. Hay múltiples maneras de seguirlo. La voluntad del Señor es que lo sigamos por amor y la expresión de ese amor es plural, dando lugar a muchas formas de vida religiosa.

Los hombres y mujeres de nuestro tiempo también quieren seguir al Señor expresando su voluntad de amarle y de percibir, al mismo tiempo, su amor por ellos. No debe extrañarnos que surjan nuevas formas de vida religiosa. Mientras el amor a Dios sea una realidad en el ser humano y en los miembros de la Iglesia, surgirán nuevos carismas que lo expresen.

La Iglesia en comunión sabrá discernir cada uno de ellos y lo hará, como sabe hacerlo, velando siempre para evitar excentricidades o respuestas no del todo acordes con la Sagrada Escritura leída en su conjunto y con la tradición de la Iglesia. No debemos olvidarlo, el proyecto de Jesús siempre es un proyecto fraterno, comunitario. De integración y comunión. Si algo hace daño de forma visceral al conjunto, me permito dudar de su autenticidad. El proyecto de Dios siempre es integrador, nos hace más humanos y nos acerca a su designio. Éste no es otro que su amor entregado.

Ninguna familia religiosa agota en sí misma el carisma que en su día recibió. Los mismos carismas, su profundización y actualización, son dinámicos, por la creatividad que encierran en sí mismos.   

–En su primer discurso como presidente de CONFER habló de la necesidad de “creatividad”…

La creatividad, bien entendida, hacer más bien referencia a nuestra capacidad de cambio (de conversión, diríamos en términos evangélicos). Ha de ser un proceso espiritual y ha de brotar de la oración íntima con el Señor y del diálogo profundo con los que te rodean. 

La creatividad, ante todo, es observación y confianza. Observación de la realidad y de las necesidades de los otros. Pero también confianza en la palabra de Dios que hemos también de observar, de captar en cada detalle. 

El Evangelio está lleno de creatividad. Es un derroche de imaginación a la hora de plasmar los detalles de Jesús en su modo de relacionarse con la gente, en su modo de configurar sus discursos, en su modo de actuar y de observar la realidad, en la espiritualidad que rezuma en su contacto con el Padre, etc. Esta es la creatividad de la vida religiosa. Ha de nacer de la lectura atenta de la Palabra de Dios y de la escucha minuciosa del mundo que tenemos por delante. Poner en relación ambas miradas requiere buscar formas novedosas a la hora de responder a nuestros desafíos y problemas. También a la hora de hacer llegar el Evangelio a nuestros contemporáneos.

La expresión de Dios siempre es creativa porque requiere inteligencia y buen corazón. La inteligencia ordena las cosas, las disecciona, profundiza en la realidad de las mismas. 

El corazón, a su vez, pone la pasión y el afecto. Permite la identificación personal con lo que se programa o idea. Inteligencia y corazón deben lograr el equilibrio necesario, entenderse y complementarse. 

–¿Cómo pueden las distintas familias religiosas asumir este reto en la vida actual sin dejarse llevar por modos estrafalarios o alejados de su carisma?

Yo diría que es una práctica, ante todo espiritual. Un ejercicio de nueva lectura de los tiempos que concurren desde Dios y no tanto desde nosotros mismos. Inherente a cada carisma es la creatividad. 

Nuestros fundadores no improvisaron el carisma en el que se inspiraron para canalizar su fuerza profética. El profeta siempre es una figura, en la Sagrada Escritura, rompedora, llena de creatividad, soñadora e inspiradora de nuevos caminos, pero en contraste con Dios y con la realidad.

El profeta ante todo es un hombre o mujer contemplativo, orante, buscador en la realidad de las huellas de Dios. El verdadero profeta en la Biblia es aquél que, inspirado por el Espíritu, es capaz de discernir la voz de Dios en las circunstancias históricas que tiene ante sus ojos. Este discernimiento es un proceso. Lento en algunas ocasiones, reposado y rumiado en el interior. Esto nos lo enseñan nuestros fundadores. 

Las distintas familias religiosas ponen en práctica y asumen el reto de la creatividad desde la fuerza profética que anida en cada carisma, sobre todo cuando se deja a Dios actuar en las mediaciones humanas. 

–¿Ha podido definir las líneas maestras de los próximos años para la vida religiosa española? 

Después de realizar un diagnóstico de los principales retos que afrontan hoy las comunidades de vida religiosa, en el que han participado una representación muy importante de religiosos y religiosas de toda España, hemos iniciado un plan global para el fortalecimiento y viabilidad de CONFER.

Un plan que nos permitirá realizar las necesarias actualizaciones que CONFER necesita para poder servir mejor a la vida religiosa en España en los próximos años. Todo ello parte de los cambios tan rápidos que estamos viviendo en el interior de nuestras congregaciones. Pero también a la realidad tan cambiante de la sociedad española. Hemos de seguir fortaleciendo la CONFER como casa común, espacio de referencia para seguir aglutinando y favoreciendo los valores comunes de la vida religiosa.

El camino intercongregacional, la reflexión y misión compartidas, nuestra presencia en la vida pública, el fortalecimiento y desarrollo de las CONFER diocesanas y regionales, la comunicación y presencia en las redes sociales, son planes de acción que queremos potenciar en los próximos años.

A lo anterior se une la preocupación por nuestra formación permanente, según las exigencias del momento cultural y social en el que estamos; la sostenibilidad financiera de los proyectos y de las obras; la atención -su cuidado- a los religiosos y religiosas según el momento vital en el que se encuentren. También el apoyo a las congregaciones más débiles; la búsqueda de nuevas formas de trabajo, generando dinamismos de trabajo en equipo son, entre otras, nuevos desafíos que queremos considerar en este momento. 

–El Papa Francisco no esconde su preocupación y también su impulso a la vida religiosa. ¿Es para ustedes un acicate este apoyo? 

Ciertamente. El Papa Francisco es toda una bendición para la vida religiosa. Sus reflexiones y sugerencias nos motivan mucho en este momento histórico. Además, como religioso, sabemos que lo hace desde dentro; es decir, desde su propia vivencia interior. Esto nos resulta especialmente valioso y creíble. Lo notamos cuando se dirige especialmente a nosotros. Es claro y directo en su mensaje. Pero también apasionado en lo que dice. Muestra creer en lo que nos dice. Esto es un valor que comunica y convence y un impulso que nos estimula y anima. 

–¿Cómo es su papel en la vida diocesana?

La vida religiosa, a través de las distintas comunidades, ha estado y sigue estando muy presente en la vida de las diócesis. Éstas se han visto enriquecidas con la aportación de las distintas congregaciones y sus carismas. En estos últimos años se ha ido ganando mayor sinergia, como gusta decir ahora, entre las congregaciones y los pastores locales. Un camino de sinodalidad, sin duda alguna, por el que debemos transitar.

No pocas religiosas y religiosos asumen, a su vez, cargos diocesanos importantes en el dinamismo eclesial de la Iglesia local. 

No debemos olvidar que la vida religiosa aporta a la Iglesia universal y, por tanto, a la iglesia local no sólo su hacer; más bien, y sobre todo, su ser. Benedicto XVI nos lo recuerda en su exhortación Sacramentum caritatis cuando dice que la contribución esencial que la Iglesia espera de la vida consagrada es más en el orden del ser que en el del hacer. Cuando esto se da, los consagrados nos convertimos objetivamente, más allá de las personas concretas, en referencia y anticipación del camino hacia Dios que todo bautizado ha emprendido.

Desde esta perspectiva, nuestro papel en la vida diocesana no se reduce única y exclusivamente a una colaboración pastoral o a una participación más o menos activa en la vida eclesial de la diócesis. La vida consagrada, con su presencia, representa un signo del Reino más profundo y acorde con el plan de salvación que Dios ha trazado para todos

Es bueno y necesario que algunos bautizados, hombres y mujeres, en el compromiso de vida que han adquirido, recuerden en su modo de vivir y de ser, ese dinamismo del Espíritu que nos acerca a todos al Dios que nos sostiene y salva. 

–¿Cómo está viviendo la vida religiosa en España el proceso sínodal?

La vida religiosa tiene mucha experiencia, por razones obvias, en su estilo de vida y en su modo de organizarse y funcionar, de sinodalidad. Nuestra vida comunitaria y la participación común en las decisiones más importantes de cada comunidad y de cada congregación nos han educado en un modo de participar y de ser corresponsables. En este sentido puedo decir que somos una ayuda que brota desde la propia experiencia.

El Papa Francisco nos lo recuerda con frecuencia: “La vida consagrada es experta en comunión, promueve en sí misma la fraternidad como estilo propio de vida”. La Iglesia universal ha abierto el camino de la sinodalidad con motivo del próximo Sínodo. Creo que responde a un momento eclesial importante y necesario. Por esta razón nos ha puesto a todos a trabajar en la misma dirección. 

Son ya muchos los religiosos y religiosas que en sus parroquias y en sus diócesis se han puesto a trabajar, junto con todo el pueblo de Dios, en el proceso sinodal de esta primera fase: la fase de la escucha. Me consta su interés y participación. 

Desde CONFER, este trabajo y proyecto eclesial, lo asumimos con responsabilidad. También con el ánimo abierto de colaborar con las diócesis y con los demás sectores eclesiales y sociales en los procesos de escucha mutua y de discernimiento en común.

Aportaremos lo que intentamos vivir cada día, así como nuestra experiencia, nuestras búsquedas, nuestras preguntas y nuestros intentos de respuesta. Ya desde ahora agradecemos se cuente también con nosotros en este proceso eclesial en el que todos estamos embarcados.

Lecturas del domingo

«La palabra de Dios en nuestra vida». Domingo III del Tiempo Ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del III domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo III

Lucas, hombre de refinada cultura griega, abre su evangelio con un prólogo como en las obras clásicas de la antigüedad. No lo llama “evangelio” sino “relato” y “escritura ordenada”, resultado de una “investigación diligente” sobre los “hechos que se han cumplido entre nosotros”. Dice “entre nosotros” a pesar de que escribe desde un lugar lejano de Tierra Santa y lo hace después de de varios años, por lo que no es un testigo ocular. Esto sugiere a todos los lectores a lo largo de la historia que los acontecimientos de la Encarnación y de la Redención realmente se cumplieron “entre nosotros”. Se dirige mediante una captatio benevolentiae hacia el “ilustre Teófilo”, “amigo de Dios”. Se disculpa por haberse unido a las filas de los “muchos” que ya han escrito, pero es consciente de que su investigación ha sido certera y expondrá los hechos con “orden”, dando a cada evento un lugar lleno de trascendencia teológica. Los que deseamos formar parte del ilustre grupo de amigos de Dios a los que escribe Lucas, nos dejamos persuadir para leer su evangelio íntegramente, a lo largo de este año, con los oportunos comentarios.

De los primeros pasos de Jesús en su vida pública, Lucas destaca la presencia del Espíritu que lo concibió en el vientre de su madre y lo envolvió en su infancia, bajó sobre Él en el bautismo y lo condujo al desierto. Ahora, lo acompaña con su poder en su regreso a Galilea y en la predicación en las sinagogas. Y provoca en los que le encuentran, como ya en su infancia, la oración de alabanza, que en Lucas siempre se refiere a Dios. La escena de la sinagoga de Nazaret tiene detalles propios de una fuente presente al evento, ¿tal vez su madre? Lucas señala que Jesús va a Nazaret, “donde se había criado”, haciendo referencia así a donde había crecido, anotado en Lc 2, 40 y 2, 52. 

Al decir que “entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados”, nos ofrece otro cuadro de su vida habitual en los años ocultos de Nazaret. La narración es una descripción visual: le vemos ponerse en pie para leer, recibir el rollo, desenrollarlo, encontrar el pasaje que le interesa citar. Al leer el pasaje de Isaías se detiene en “promulgar el año de la gracia del Señor” y omite el siguiente versículo: “Un día de venganza de nuestro Dios”. Se queda con la gracia y omite la venganza.  Seguimos viéndole mientras enrolla el libro, lo devuelve al ministro y se sienta. Nos damos cuenta de que en la sinagoga todos los ojos están clavados en él. Luego “comenzó a decirles”: sopesando las palabras, mirando a los oyentes en los ojos les dice, literalmente, que en ese día se cumplió la escritura “en vuestros oídos”. Si escuchamos su palabra, permitimos a Dios realizarla en nuestra vida.

La homilía sobre las lecturas del domingo III

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

España

La pandemia eleva a 11 millones las personas en riesgo de exclusión social en España

La crisis socioeconómica provocada por las consecuencias de la pandemia de coronavirus ha sumado 2 millones y medio de personas más al riesgo de exclusión social en España. La crisis se ceba con las mujeres, los jóvenes y las personas migrantes.

Maria José Atienza·18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española y directora ejecutiva de FOESSA y Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, han presentado “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España”, un amplísimo y documentado estudio sobre la crisis provocada por la pandemia.

La investigación –llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social, ha estado coordinada por los catedráticos Luis Ayala Cañón, Miguel Laparra Navarro y Gregorio Rodríguez Cabrero.

Como ha destacado Natalia Peiro la pandemia “ha profundizado aún más la brecha de desigualdad que se arrastraba desde la crisis de 2008, llevando a más de 6 millones de personas a una situación de riesgo de exclusión severa en España. Los grandes damnificados por la Covid-19 son precisamente las personas y familias más frágiles y desfavorecidas, a quienes no ha llegado las respuestas públicas del denominado escudo social”. En este sentido, el informe revela que la diferencia entre la población con más y menos ingresos ha aumentado más de un 25 por ciento, cifra superior al incremento que tuvo durante la crisis de 2008.

En 2020, Cáritas atendió a un millón y medio de personas, 366.000 más que en 2019.

Peiro ha destacado que la presentación de este informe pone de manifiesto que llevamos “décadas generando, sosteniendo y naturalizando el sufrimiento de situaciones de pobreza y exclusión social que son una realidad cotidiana para millones de personas y familias. Una estructura social y económica que genera desigualdad, donde quien se ha quedado fuera tiene casi imposible volver a entrar”.

Asimismo, la secretaria general de Cáritas española ha resaltado la exactitud de este estudio, que cuenta con un mínimo margen de error y que se realiza “desde los ojos de los afectados” con el fin de conocer la realidad para poder abordarla con medidas eficaces

Precariedad laboral

Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, ha sido el encargado de mostrar los principales resultados de este estudio de más de 700 páginas.

Como ha querido destacar Flores, una de las principales consecuencias de esta crisis ha sido el aumento de la precariedad laboral que se ha duplicado, en este tiempo alcanzado a casi 2 millones de hogares en los que todos sus miembros en edad activas están en paro. 

En la línea de la cronificación de la situación de vulnerabilidad apuntada por Natalia Peiro, Raúl Flores ha señalado cómo, en este ámbito, los más afectados han sido quienes ya se encontraban en una situación de precariedad laboral, con contratos temporales o de media jornada y que no han podido acogerse a los ERTE de las empresas.

Las nuevas brechas de exclusión social

En informe habla de un nuevo factor de exclusión social que ha puesto de manifiesto esta pandemia: la desconexión digital. Esto es, la falta de acceso a internet en 1,8 millones de hogares lo que supone un factor añadido de dificultad para más de 800.000 familias que han perdido oportunidades de mejorar su situación debido a cuestiones digitales como la falta de conexión, la falta de dispositivos informáticos o de habilidades digitales.

Las mujeres sufren, de manera especial las consecuencias de la crisis.La exclusión social en los hogares encabezados por mujeres ha pasado del 18% en 2018 al 26% en 2021, un incremento que multiplica por 2,5 el registrado durante el mismo periodo en el caso de los hombres (que pasaron del 15% al 18%). En este sentido, Raul Flores ha querido destacar que “las diferencias de género han permanecido ausentes del debate político y mediático en estos meses, algo que remite a cuestiones de tipo estructural y que es importante tener en cuenta de cara a diseñar políticas públicas eficaces”.

Los jóvenes, en la cuerda floja… otra vez

Ser joven es otro de los factores de exclusión que la pandemia ha puesto de manifiesto. El propio Raúl Flores ha señalado que en el caso de los jóvenes “han vivido dos grandes crisis en una fase esencial de sus proyectos vitales en los que se plantea la transición al empleo, a la vida adulta, la emancipación o la construcción de nuevos hogares: a los que tenían 18 años en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 años”. Esto conlleva que, en 2021 más de 650.000 personas de entre 16 y 34 se sumaran a la situación de exclusión, la mayoría en situación de exclusión severa lo que supone 500 mil personas jóvenes más con respecto a 2018.

La población migrante ha sido otro de los núcleos afectados especialmente en la pandemia. El estudio pone de manifiesto cómo la población inmigrante ha sufrido una tasa de incidencia de la Covid-19 casi 3 puntos porcentuales mayor que entre la población de origen español. Como destaca Flores “las causas son evidentes: peores condiciones de vida, viviendas peor ventiladas y más hacinamiento; así como menores recursos para adoptar medidas preventivas tanto en los hogares como en los empleos”.

Más allá de la renta y el trabajo: las relaciones personales

Otro de los ámbitos afectados por esta pandemia ha sido el de las relaciones personales y familiares. Más de tres de cada diez familias considera que la pandemia ha tenido bastante o mucho impacto en el deterioro de sus relaciones sociales y ha disminuido, significativamente, el porcentaje de personas que han ayudado o ayudan a otras personas y, en menor medida, también el de personas que han tenido o tienen alguna persona que pueda ayudarle. Este debilitamiento de los vínculos externos al hogar sigue siendo más acusado en los hogares en exclusión severa y en hogares monoparentales encabezados por mujeres.

Retos y propuestas

La crisis de la Covid-19 está dejando una profunda huella que incide en los lastres de la Gran Recesión de 2008-2013 que no fueron plenamente resueltos en el siguiente periodo de recuperación.

Frente a situación, el informe Foessa y Caritas Española consideran necesario perfeccionar el sistema de protección social a futuro con las siguientes propuestas:

1. Mantener de manera estable para el futuro las medidas provisionales tomadas en el caso de la salud, la vivienda o la protección social con las necesarias adaptaciones a periodos de estabilidad económica. El reto del sistema de protección social es evitar que estas nuevas situaciones de vulnerabilidad e intensificación de la exclusión severa se transformen en crónicas.

2. Mejorar la cobertura del Ingreso Mínimo Vital, ya que supone un notable avance social para corregir el desequilibrio entre la protección social de la población laboral estable y aquella que es precaria o en situación de exclusión social. De los 850.000 hogares beneficiarios previstos inicialmente, a septiembre de 2021, sólo 315.913 hogares, el 37% de los previstos inicialmente. Una media de 2 personas beneficiarias por cada 10 personas en situación de pobreza severa en España.

3. Reimpulsar el modelo de estado de bienestar en su conjunto, con una orientación clara hacia el acceso a los derechos como canal para la inclusión social y el “rescate” de los sectores más excluidos.

4. Implementar medidas que reduzcan la hiperflexibilidad, mejorando la organización social del tiempo de trabajo también en los empleos de sectores excluidos, no cualificados, en empleos temporales y precarios – los sectores llamados “esenciales” de la limpieza, la hostelería y las labores agrícolas entre otros -, y que acaben con las situaciones de irregularidad.

5. Deberían complementarse, así mismo, los salarios escasos con otras medidas redistributivas, a modo de estímulos al empleo, bien a partir de prestaciones complementarias para los trabajadores de bajos salarios, bien como deducciones fiscales reembolsables.

6. Entre los retos pendientes, también está el de garantizar un sistema de salud público de calidad y el de un cambio de estrategia y paradigma en el ámbito de la atención a personas en situación de dependencia y con necesidad de cuidados.

7. Poner en marcha políticas frente a la exclusión residencial, ya que desde 2018 se ha duplicado el porcentaje de hogares que residen en viviendas insalubres (hasta el 7,2% en 2021) o en situación de hacinamiento (hasta el 4% en 2021). Además, la COVID-19 ha hecho empeorar o tensionar la mayoría de los indicadores de acceso y mantenimiento de la vivienda. Casi se duplica el número de hogares, pasando de 1,1 a más de 2 millones, que sufrieron retrasos, o no tuvieron dinero suficiente, para el pago de alguno de los gastos relacionados con la vivienda, como el pago del alquiler o la hipoteca.

8. Superar la brecha educativa provocada por el apagón digital. Las políticas públicas deberán poner los medios necesarios para que todas las personas puedan superar la brecha digital. Por término medio, en 2020 un 15% de los hogares con menores de 15 años indican que sus calificaciones son peores que en 2019. Un porcentaje que aumenta de forma considerable en los hogares más vulnerables: el 31% de hogares en los que viven niños, niñas y adolescentes (NNA) de minoría gitana y el 25% de hogares del cuartil más bajo de ingresos.

9. Avanzar hacia servicios sociales adaptados a las realidades sociales del siglo XXI. Ante los enormes retos globales que afrontan las políticas sociales como son, entre otros, el envejecimiento de la población, la lucha contra la exclusión social, la protección de menores vulnerables y la integración de la población inmigrante, precisamos de servicios sociales adaptados a las nuevas realidades sociales.

Evangelización

Fray Abel de Jesús, el carmelita que explica teología en Youtube

Los puntos fundamentales de la Fratelli Tutti, una explicación del Adviento, el cristianismo en Star Wars o una divertida enumeración de cosas que muchas veces no hacemos bien en misa, son algunos de los vídeos que puedes encontrar en el canal de fray Abel de Jesús.

Maria José Atienza·18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Estudió comunicación pero jamás pensó en dedicarse a ella, “la veía desde el lado negativo” reconoce. Este tinerfeño de 28 años estuvo en el seminario diocesano cinco años antes de dar el salto a la vida religiosa.

Entró en el Carmelo en el año 2016 y, al realizar su profesión religiosa, Dios le hizo ver a este “anti-redes” que lo quería evangelizando en Youtube.

¿Cómo comenzó el canal de fray Abel?  

­–No fue una cosa que yo planeara. Casi al contrario, diría yo. Como todas las cosas de Dios: Dios toma la iniciativa y tu vas a remolque. Así ha sido mi vida, siempre a remolque de Dios, como el profeta Jonás.

Yo no tenía redes sociales ni nada. Prácticamente vivía en la abstinencia digital. En el noviciado apenas usaba el ordenador. Entraba en mi correo una vez a la semana o buscaba alguna información y poco más. Estaba “a cero” en Twitter, Facebook, Instagram o Youtube.

El día de mi profesión religiosa, arrodillado experimenté que el Señor me llamaba a ser evangelizador a través de Youtube. Y me dije para mis adentros “vamos a ver, ¿cómo voy a serlo? Es cierto que había estudiado comunicación pero casi “para redimirme”: para conocerla, pero no para dedicarme a ella. De hecho, la veía por el lado “negativo”.

El caso es que experimenté esta inesperada llamada a evangelizar en Youtube. Pensé que era una invención de mi mente pero, a partir de ahí, realicé un largo proceso de discernimiento con mi director espiritual, con los formadores, etc. hasta que se inauguró el canal, el 15 de octubre, día de Santa Teresa, de 2019. Me abrí Twitter e Instagram, aunque todo está muy centrado en Youtube. Mi idea es crear comunidad en Youtube, éste es el sentido si bien es verdad que cada red tiene su público.

¿Por qué Youtube y no otra red social?

–Realmente no hay una explicación lógica. Sólo sé que, en ese momento me vino un flechazo de parte de Dios. Una experiencia muy incisiva. Eso se cristalizó en mi mente en Youtube, y no en otra cosa. Yo sabía muy poco de ese mundo, conocía a Antonio García Villarán que es un crítico de arte que me gustaba mucho pero poco más.

¿Los resultados confirman que esto era lo que Dios quería?

–Por una parte, los resultados no son muestra de nada. En el Evangelio la dinámica del éxito esta completamente desaparecida. No existe dinámica del éxito sino más bien al contrario. Podemos decir que, de tejas para abajo, con ojos puramente humanos, al menos en la vida de Cristo la predicación del Evangelio fue un “estrepitoso fracaso”: le abandonan, muere en la cruz… La semilla del Evangelio tuvo que pudrirse para dar su fruto. Nosotros también tenemos que entrar, en nuestros apostolados, en la dinámica de la semilla: pudrirnos para fructificar. Por eso, repito, el éxito no es criterio de nada

Por otro lado, es verdad que me he encontrado con hechos prodigiosos que la propia dinámica de la palabra engendra: gente fantástica, personas que se ha sentido ayudada por el canal o que han profundizado en su fe gracias a los vídeos… Esto demuestra que el esfuerzo, ese superar esas tentaciones personales, vale la pena. Vale la pena correr ese riesgo. La evangelización, la misión es un riesgo. Mas allá de las cifras, ha valido la pena.

En cuanto a los números no me quejo. Con lo difícil que es ahora difundir contenido católico en red estamos más que contentos de que haya tantas personas de todo tipo siguiendo el canal. Estamos haciendo una misión preciosa, que es un camino de fe compartida.

¿Cómo navegar en un mundo donde no es difícil poner a Dios de excusa para buscarse a un mismo?

–Esa es la lucha diaria. Ver la voluntad de Dios para ese trabajo que requiere mucho discernir, mucho orar, y evitar esas tentaciones que hay en este camino.

¿Le ayuda alguien en esta tarea?

–Esto es una misión muy sacrificada, por el tiempo que lleva y las energías que te consume, la emoción que pones, la atención a las dinámicas de funcionamiento. Ser youtuber no es sólo un oficio, como tal, sino es casi un modo de existencia.

Cuento con personas que colaboran conmigo, especialmente en la gestión de las redes sociales porque sigo siendo bastante abstemio en ese sentido. Respondo a las cuestiones que me hacen personalmente pero no soy un habitante continuado de la red. De hecho, no tengo smartphone, por lo que mi navegación por internet está muy restringida al momento que entro en el ordenador. Y es así, básicamente, porque no tengo tiempo. Tengo cuatro horas en la tarde, si gasto una de ellas en redes sociales, sólo me quedan tres para hacer el vídeo y estos vídeos no salen con tres horas al día sino con mucho más.

¿Cómo equilibra ese modo de vida del youtuber con esa semiabstinencia digital?

–Yo lo planteo desde el punto de vista teológico de la contemplación. Todo se ordena a este principio germinal: la vida contemplativa.

La vida contemplativa desde el punto de vista teresiano requiere mucha astucia evangélica, no es todo del diablo o todo es nuestra salvación. Es un punto medio que requiere aprovechar todo lo bueno que ofrece el continente digital y rechazar todo lo aquello que pueda suponer una lesión para la salud de nuestra vida contemplativa, lo que significa un desafío constante. Por eso me considero semiabstemio digital: trabajo en internet pero no dejo que eso cope toda mi vida.

Por eso no tengo Smartphone. Tengo un ordenador en un lugar, lejos de mi habitación. Tengo unos momentos muy específicos en los que trabajo en el mundo digital. Hago una especie de ecología de la jornada que me permite librar mi ámbito propiamente contemplativo –la celda, la capilla o el refectorio– de todos los ruidos que el continente digital pueda meter ahí y que no es su espacio propio. Por eso tengo que acotar muy bien el espacio y el tiempo.

Una de las características de su presencia en redes es que huye de los enfrentamientos y polémicas pero ¿cómo ve esas discusiones y ataques que se manifiestan en las redes sociales, también entre católicos?

– Uno de los creadores de Internet, Jaron Lanier, se ha convertido en una especie de apóstol contra lo que se ha convertido el mundo digital a causa de una economía de la atención radicalizada que pretende captar visceralmente nuestra atención. Todo esto con el objetivo de generar interacción, conocimiento sobre nosotros. De este autor saqué la idea de que toda persona radicalizada en estos momentos, con posturas radicales o ilógicas, tienen una particularidad: son, en muchos casos, adictas a internet.

Esta polarización radical es fruto de una mala gestión de nuestra vivencia del continente digital y todos podemos caer en esto.

A las empresas de la red le convienen, desde el punto de vista económico que seamos lo mas radicales posible, en todos los ámbitos. Cuanto más radicales seamos y más radicales sean nuestras intervenciones en las redes sociales mayor interacción vamos a generar, y por lo tanto, más datos sobre nosotros y las personas que nos rodean vamos a facilitarles.

Los cristianos muchas veces caemos en esa idea de que una red social es de un perfil político u otro… De izquierdas o de derechas y no es así. Las redes sociales no son de derechas o izquierdas sino de lo bajo, de lo más bajo de la persona porque la polarización produce rédito.

Entonces cuando vemos que cancelan algunas cuentas en redes, como Twitter por ejemplo, ¿no piensa que se quiera silenciar una u otra postura?

Lo primero que hay que decir es que muy pocas cuentas son canceladas indefinidamente. Generalmente se cancelan durante una semana porque el algoritmo no ha funcionado bien. Es decir, si 300 personas se “ponen de acuerdo” para denunciar una cuenta, aunque sea sobre flores, la van a cancelar, porque las propias pautas de la plataforma funcionan así. Twitter suspende cautelarmente hasta que la revise una persona y entonces, generalmente, se restaura.

Ahora bien, si un perfil va contra las leyes de esas plataformas en las que está, –que son privadas, no lo olvidemos, y pueden poner las normas que quieran–, o que su conducta suscita comportamientos violentos, contenidos ilegales, la cancelarán indefinidamente.

No digo que no haya casos en los que no se hayan excedido, detrás de las redes sociales hay personas y pueden darse injusticias. Pero, en lo que yo percibo, no hay una censura sistemática de perfiles católicos.

¿Cómo definiría su canal?

–Es muy buena pregunta porque siento que llevo dos años haciéndomela. Con cada video resucita la pregunta “¿qué estoy haciendo?, ¿para qué es este canal?”

Últimamente pienso que lo que aporto a este canal es la Teología. Teología para Youtube, pero también hago videos analizando el fondo de High School Musical y vuelve la duda “¿esto qué es?, ¿teología friki?”.

Lo cierto es que la postmodernidad entiende hoy las disciplinas en este sentido, casi absurdas. El absurdo, en sentido bueno, es casi una categoría. Sólo tenemos que ver en canal de Ter, por ejemplo.

Si queremos hablar a la posmodernidad, en ocasiones, tendremos que partir de unas comparaciones que, desde el punto de vista académico, son banales, absurdas.

La teología tiene que abrir su formato a la posmodernidad y eso significa cambiar la dinámica de la academia a otras dinámicas en las que aún estamos iniciándonos. Podría decir que mi canal es Teología para el hombre postmoderno.

¿Cuáles ha sido sus vídeos “top”?

– Lo que más gusta son las explicaciones entretenidas, pero profundas, de cuestiones teológicas que a la gente le importa. Por ejemplo, hice un vídeo de 10 minutos sobre el Adviento que triunfó o uno sobre la Inmaculada. También he comentado documentos magisteriales de reciente publicación. La gente valora que expliques las cosas de manera profunda pero a la vez fresca.

Ante la semana de oración por la unidad de los cristianos

Este año, la Semana de Oración sitúa el ecumenismo en el terreno de la amistad y de la misión evangelizadora de la Iglesia, e invita a mirar al Oriente cristiano. La autora propone reflexionar sobre algunos documentos del Magisterio sobre esta temática. Todo lo que favorece la unidad señala la presencia de Dios.

18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La semana de oración por la unidad de los cristianos, que se celebra generalmente desde el 18 al 25 de enero, en este año 2022, se nos presenta como una prolongación del tiempo de la Epifanía con el lema “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo” (cf. Mt 2, 2).

Los cristianos del Líbano, encargados de la elaboración de los materiales-guía que se proponen para vivir esta semana, han elegido el paso evangélico de los Magos de Oriente como temática para reflexionar y orar juntos en perspectiva ecuménica.

De este modo, se resaltan especialmente dos acentos o perspectivas del ecumenismo.

Por un lado, se nos invita a participar en lo que llamamos ecumenismo de la amistad, es decir, entrar en el movimiento de acercamiento, conocimiento y apertura hacia los cristianos de otras confesiones y, concretamente, en esta ocasión, hacia el mundo del Oriente cristiano.

La otra dimensión del ecumenismo que se nos propone de forma particular este año es la relación estrecha que existe entre ecumenismo y misión evangelizadora, que el Señor ha confiado a su Iglesia a la que ha enviado para llevar el mensaje de la salvación hasta los confines de la tierra.

Solo desde un mayor conocimiento mutuo entre las diversas confesiones cristianas será posible reconocer todo lo que nos une, así como la riqueza particular que aporta cada una ofreciendo al mundo, en una relación de intercambio y escucha de lo bueno y valioso, la belleza del cristianismo.

Este año, en la semana de oración por la unidad, se nos invita a adentrarnos y familiarizarnos un poco más con la vida de los cristianos del Oriente. Es una verdadera oportunidad para conocer sus tradiciones, espiritualidad, ritos litúrgicos, historia y su situación actual, marcada por la persecución y la minoridad.

Esta apertura hacia el Oriente ha estado presente en el corazón de los últimos Pontífices, desde León XIII hasta nuestros días. Fue, especialmente, san Juan Pablo II, el Papa que vino del Oriente, con su expresión sobre el “cristianismo de los dos pulmones”, quien más activamente alentó este especial amor y veneración de la Iglesia Católica al Oriente cristiano.

Ha sido enorme el esfuerzo que se ha hecho en el ámbito católico para favorecer la reconciliación y el perdón, el diálogo y la cercanía, en definitiva, la comunión con las Iglesias hermanas del Oriente. En este sentido, podría ser interesante, a lo largo de esta semana, leer y reflexionar sobre algunos documentos muy significativos del Magisterio de la Iglesia sobre esta temática.

El primero sería Orientalium Dignitas sobre las Iglesias Católicas Orientales de León XIII. La segunda propuesta sería del Concilio Vaticano II, el capítulo tercero del Decreto Unitatis Redintegratio, el Decreto conciliar dedicado al Ecumenismo, donde al describir las distintas comunidades cristianas separadas, se reconoce la estima y consideración peculiar dada a las Iglesias Orientales y, muy provechosa, sería una lectura detenida y orante de la Exhortación apostólica Orientale lumen de san Juan Pablo II, escrita en 1994.

Es necesario aclarar que, cuando hablamos de las Iglesias Orientales, tenemos que distinguir entre las Iglesias Católicas Orientales y las Iglesias Ortodoxas. Las primeras forman parte de la Iglesia Católica y para el diálogo ecuménico con la Ortodoxia son muy importantes, aunque su peculiaridad ha supuesto generalmente una dolorosa situación de extranjería, pues para los católicos son muy diferentes en costumbres y ritos y para los ortodoxos son catalogadas, a veces con dureza y hostilidad, como hermanas separadas. Ellas, en cambio, son verdaderos puentes entre las dos orillas. Por un lado, gozan de una común tradición, ritos, espiritualidad e historia con las Iglesias Ortodoxas y, a la vez, se encuentran en comunión con la Iglesia Católica.

Esta peculiaridad propia alumbra una esperanza ecuménica, pues en ellas vemos realizada la promesa de la comunión entre Oriente y Occidente, así como la realización de una unidad que no puede ser entendida como uniformidad sino como armonía en la pluralidad reconocida, acogida y reconciliada.

El otro aspecto del ecumenismo que está muy presente en el lema y materiales que se ofrecen para la celebración de esta semana 2022 es la vinculación que existe en el cristianismo entre unidad y misión, entre ecumenismo y dinamismo evangelizador.

Ciertamente, el símbolo de los Magos de Oriente y de la estrella que les guía hacia Cristo, reconocido como el Salvador del mundo, hace referencia a los pueblos lejanos, a los paganos, a los alejados que se dejan interpelar y guiar por los signos que Dios envía para hacer presente su gracia en medio del mundo hasta llegar a reconocerla y creer en ella.

La Epifanía en el ciclo litúrgico de la Navidad es correspondiente con Pentecostés en el ciclo de la Pascua. Es la celebración de la manifestación de la Gloria de Dios a todos los pueblos de la tierra, puesto que Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 2 Tim 2,1).

Los Magos representan a toda la humanidad, a los hombres de buena voluntad, a los lejanos y extraños al pueblo elegido pero que han sido también llamados por Dios, por caminos insospechados y misteriosos, para establecer con ellos la nueva y definitiva alianza.

No olvidemos que el ecumenismo nace a principios del siglo XX con la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo de 1910 donde se constató que un grave problema misionero era la división de los cristianos. La predicación del evangelio perdía credibilidad al ser anunciado por hermanos enfrentados y estos mismos enfrentamientos se convertían en parálisis para la evangelización.

La división de los cristianos es un antitestimonio evangélico y deforma el rostro visible de la Iglesia de Cristo. Queda claro, de este modo, que el empeño y la preocupación ecuménica nacen para la misión y avivan el dinamismo testimonial. Las palabras de Jesús en Jn 17, 21 son la expresión lograda de este vínculo entre unidad y misión “Que todos sean uno para que el mundo crea”.

 Así cada oración, cada palabra, cada gesto a favor de la unidad y la concordia, en medio del mundo herido por la división, pueden ser la estrella que ilumina y señala la presencia de Dios, su cercanía.

Que en esta semana de oración por la unidad de los cristianos el mundo se llene de estrellas, la tierra se una al cielo y, en medio de tanta claridad, la luz que viene del Oriente, los hombres reconozcan al Dios que se ha hecho hombre, en Cristo Jesús, para salvarnos.

El autorHna. Carolina Blázquez OSA

Priora del Monasterio de la Conversión, en Sotillo de la Adrada (Ávila). Es también profesora de la Facultad de Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, de Madrid.

La corrección fraterna bien entendida

Los católicos no podemos descuidar la comunión dentro de la propia Iglesia, donde las divisiones existentes son cada vez más aireadas por diferentes medios.

17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siempre que llega la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, me hago la misma pregunta: ¿para cuándo otra Semana de Oración por la Unidad de los Católicos?

Y es que, si bien hay que seguir alentando el movimiento ecuménico que busca superar rencillas entre confesiones históricamente separadas, no podemos descuidar la comunión dentro de la propia Iglesia Católica, donde las divisiones existentes son cada vez más patentes. Y no creo que sea porque haya más desunión que antes, sino porque hay medios de comunicación permanentemente dedicados a airearlas. Porque estamos en la era de las redes sociales, donde la corrección fraterna se ha pervertido convirtiéndose en un ir y venir de zascas.

En las mejores familias hay filias y fobias, envidias, recelos y gente que, no sabemos bien por qué, nos cae bien o mal. También en la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia nos suele pasar a nivel particular, cuando no soportamos al párroco o a la hermana del banco de al lado; a nivel de grupo, cuando quien nos produce rechazo es la parroquia vecina, la cofradía de enfrente o el movimiento de allá arriba; y a nivel extremo, cuando rechazamos en pleno a la Iglesia y al Papa.

Disentir es legítimo, pero no entender que las acciones o estilos de otros pueden venir también de parte de Dios, aunque uno no las comparta, es no conocer la multiforme gracia del Espíritu Santo, que sopla como quiere, en quien quiere y hacia donde quiere.

Frente a la obra del diablo (etimológicamente significa “el que divide, el que separa, el que crea odios o envidias”), la obra del Espíritu Santo es la comunión.

Una comunión que no es boba, ni ajena a la verdad, ni conformista, sino que entiende que el mismo Dios se manifiesta de manera distinta a través de personas concretas.

Trabajar en la comunicación eclesial me ha permitido conocer ampliamente la Iglesia, sus distintos sectores, sus distintas sensibilidades y descubrir el tesoro de su diversidad. Les puedo asegurar que he visto santos y pecadores en todos los ámbitos.

Frente a quienes promueven una Iglesia cuadriculada, uniformada según su propio punto de vista, el valor de la comunidad cristiana está en su diversidad, en su pluralidad.

Como pasa en el matrimonio cristiano con los cónyuges, la diferencia no es un obstáculo, es precisamente una llamada al amor, a abrirse al misterio del otro.

Salir de uno mismo para descubrir que las cosas pueden hacerse de otra manera, que cuando no somos dos sino una sola carne somos mejores porque nos complementamos, y de ahí brota una vida nueva. Es lo que le pedía Jesús al Padre para la Iglesia: “que sean uno”; es lo mismo que vive Él en el misterio trinitario: unidad en la diversidad.

Las divergencias no deben llevarnos, por tanto, a tratar de cambiar al otro, sino a dejar de lado nuestros prejuicios y descubrir lo que de bueno está obrando el Espíritu a través de él. ¿Qué puedo aprender del hermano? ¿Qué podría yo aportarle? ¿Qué aspecto de mi vida denuncia su estilo de vivir el Evangelio? ¿Cómo podría yo cubrir sus carencias para ser complementarios? La corrección fraterna, bien entendida, comienza por uno mismo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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¿Qué son los santos clavos y cuál es su historia?

Los santos clavos fueron aquellos que se emplearon en la crucifixión de Jesucristo. Al descenderle de la Cruz, una vez muerto, de acuerdo con la tradición, los clavos fueron enterrados con aquélla.

Alejandro Vázquez-Dodero·17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Sabemos por fuentes históricas que los clavos eran usados en la pasión de los condenados a muerte por crucifixión durante la dominación romana de muchos territorios. 

Se utilizaron para clavar a Jesucristo, y por estar “bendecidos” por su sangre han merecido siempre una gran veneración. Al descenderle de la Cruz, una vez muerto, de acuerdo con la tradición los clavos fueron enterrados con aquélla. A principios del siglo IV, durante su viaje a Tierra Santa, la emperatriz Elena se ocupó de recuperar las reliquias de la pasión del Señor, entre las que se encontraban los santos clavos.

Elena haría llegar parte de la Cruz a su hijo Constantino, así como dos de los tres clavos, que destinaría al bocado del caballo de su hijo, a su casco y a su escudo, para que así el emperador estuviera protegido en sus batallas. El tercero se lo llevaría a Roma.

La primera referencia escrita a la existencia de estas reliquias data de finales del siglo IV en una oración atribuida a san Ambrosio de Milán, y más adelante, en el siglo VI, se hallaría en Constantinopla una documentación que se refería a la veneración de algunos clavos sagrados.

Hay ciertos rastros historiográficos acerca de diversos destinos de los tres clavos. Entre ellos cabe destacar Santa María della Scala de Siena, uno de los mayores y más antiguos hospitales de Europa, que a mediados del siglo XIV se transformó en centro de peregrinaciones, precisamente por contar con uno de los santos clavos.

Otro clavo, como decíamos, lo destinó santa Elena para su hijo, y en Milán se conserva el bocado –o arnés– con la santa reliquia. San Carlos Borromeo, arzobispo milanés, en el siglo XVI utilizaría la reliquia para las procesiones con los fieles de la ciudad, haciéndoles partícipes de ese gran tesoro. En Milán, cada 14 de septiembre, desde tiempo inmemorial, se expone y venera la reliquia en la catedral para celebrar la fiesta de la exaltación de la santa Cruz.

Varios ejemplares o versiones de clavos sagrados

Contamos con multitud de lugares en todo el mundo que se atribuyen la autenticidad de reliquias elaboradas a partir de partes de los clavos sagrados incorporadas a relicarios. Ahora bien, dada tal cantidad, algunas de tales reliquias bien podrían proceder de la propia estructura de la Cruz, y no de los clavos.

También se distribuyeron reliquias confeccionadas a partir de su contacto con los santos clavos, cosa distinta de incorporar –fusionar– muestras de ellos a otros instrumentos que de hecho servirían de relicarios. En consecuencia, aunque un cierto número de los santos clavos puede no ser auténtico, sí cabría admitir que algunos relicarios, o propiamente reliquias, contuvieran algunas partículas de los santos clavos originales. Pero parece imposible saber qué clavos contienen esas partículas del que Elena llevara a Roma.

Como decíamos, consta confirmado por las fuentes más antiguas que santa Elena encontró tres cruces y tres clavos. Aunque ciertamente fuera posible que se desenterrasen más de tres clavos, contando con los usados para crucificar a los dos ladrones, los que unían los dos travesaños de la cruz o los que fijaban el titulus en lo alto de la cruz.

Muchos científicos, particularmente arqueólogos, han estudiado la autenticidad de las diversas versiones de clavos sagrados con que contamos, basándose en investigaciones acerca del uso común que se daría en época de Cristo a los clavos para la crucifixión de los condenados. Así, concluyendo cuál debía ser la medida de los clavos para poder atravesar manos y pies, por ejemplo, podría determinarse su autenticidad o no.

Pasamos a relacionar algunos de los lugares donde se conservan clavos –o trozos de ellos– venerados como los usados en la crucifixión de Cristo; aunque destacando, como hemos señalado, la incerteza de su autenticidad:

  • Catedral de Milán (en forma de bocado o arnés, antes comentado).
  • Basílica de la santa Cruz de Jerusalén en Roma.
  • Catedral de Bamberg, Alemania.
  • Catedral de Colle di Val d’Elsa, cerca de Siena.
  • Catedral de Notre-Dame de París.
  • Catedral de Saint-Etienne de Toul.
  • Catedral de Monza (corona de hierro).
  • Palacio Imperial de Hofburg de Viena (lanza sagrada).
  • Monasterio de san Nicolò l’Arena de Catania.
  • Catedral de Trèveris (tesoro).
Sagrada Escritura

“En él habita la plenitud de la divinidad” (Col 2, 9-15)

Juan Luis Caballero·17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La mediación de Cristo es uno de los puntos centrales de la cristología de la Carta a los Colosenses. Partiendo de la situación concreta de la comunidad cristiana de Colosas, Pablo universaliza su mensaje y ofrece una profunda reflexión sobre la primacía de Cristo en la creación y en la redención. El texto del que señalamos unas claves es Col 2, 9-15, especialmente los versículos 13-15: “Y a vosotros, que estabais muertos por vuestras culpas y por la incircuncisión de vuestra carne, os ha hecho revivir con él, habiendo perdonado todas vuestras culpas, habiendo cancelado el manuscrito, con sus decretos, que nos era adverso, y lo ha suprimido, después de haberlo clavado en la cruz; habiendo desarmado a los principados y las potestades, las ha dado en espectáculo con seguridad, celebrando con una procesión triunfal su victoria sobre ellas, en él”.

Contexto del pasaje

El contenido general de Colosenses es la obra de Cristo por la santidad de los creyentes y la fidelidad al evangelio recibido y anunciado por Pablo. Estos temas se desarrollan en Col 1, 24-4, 1. El corazón de la exposición (Col 2, 6-23) consta una serie de exhortaciones y advertencias que encuadran las razones cristológicas: Cristo y los creyentes con él (Col 2, 9-15). Esta unidad se divide en dos etapas argumentativas:

a) La primera, unas motivaciones basadas en la situación presente (versículos 9-10): en Cristo habita toda la plenitud de la divinidad “corporalmente” (relación Cristo/Dios); en él habéis sido plenamente colmados (relación Cristo/creyentes); Cristo, cabeza de todo principado y potestad (Cristo/potestades).

b) La segunda, unas motivaciones basadas en acontecimientos pasados (versículos 11-15). Por un lado, la transformación realizada en los creyentes: separación de la carne y del pecado (circuncisión, con connotación bautismal, v. 11) y unión con Cristo (muerte/resurrección, con connotación bautismal, v. 12). Por otro, el obrar de Dios/Cristo en su favor por medio de la cruz (versículos 13-14) y la acción sobre las potestades (v. 15).

El punto decisivo es la plenitud recibida en Cristo por los creyentes: están colmados en él, han resucitado con él. En Cristo los creyentes ya han recibido todo y no tienen ninguna necesidad de prácticas que suponen incompletos, o aún por obtener, los dones salvíficos recibidos en Cristo.

La situación presente y los acontecimientos pasados

Los versículos 9-10 subrayan que la plenitud de la divinidad se encuentra en Cristo, solo en él y en ningún otro, de una forma real, verdaderamente, realmente, plenamente, y que los cristianos tienen acceso a esa plenitud, sin necesidad de recurrir a las potencias espirituales y a las prácticas que ellas exigen, por la incorporación “en Cristo”. También se subraya que Cristo es la cabeza de todo principado y potestad. La relación de Cristo con los cristianos es la de cabeza de un cuerpo; la relación de Cristo con las potencias es la de cabeza como superioridad y dominación. Las potencias, sometidas a Cristo, no pueden cuestionar ni amenazar la plenitud que los creyentes reciben tan solo de Cristo. Estos, habiendo recibido todo de él, no están sujetos a las potencias, tanto angélicas como terrenas.

Con estos versículos, la argumentación pasa de la situación actual de los creyentes (la unión definitiva a Cristo) a lo que la ha producido.

Partiendo del rito de la circuncisión como un desembarazarse de un trozo de carne, Pablo habla de la superioridad de la “circuncisión de Cristo”, espiritual y que transforma a todo el hombre, aligerándolo de todo lo “carnal” (alusión a la nueva condición del cristiano, ahora en el orden de Cristo) por medio del bautismo, posibilitando así el acceso a la plenitud divina por la unión definitiva con Cristo muerto y glorificado, sin necesidad de ninguna práctica o rito especial añadido. Esta separación o desvestirse de lo carnal va unida a una unión como muerte y resurrección, entendida ésta como vida nueva y transformada del bautizado (unión personal con Cristo), pero aún pendiente de la glorificación definitiva. Esta resurrección ha sido posible por la apertura (fe) al poder de Dios.

Los versículos 13-15 pasan ahora a poner el énfasis en la mediación de Cristo al no explicitar el sujeto de los verbos usados. Nuestra muerte tenía su causa en la no adhesión a la voluntad divina, que es lo mismo que “incircuncisión del corazón” como rechazo a renunciar a la “carne”; la vida (asociación a la plenitud de Cristo) ha venido gracias a Cristo y al perdón de los pecados.

El sentido de los versículos 14-15 podría resumirse así: Cristo, cabeza, ha obrado la pacificación entre Dios y los hombres, reduciendo a la impotencia a todo poder que se le oponía y desarmando a todo poder que, incluso estando sometido, tenía un papel punitivo y coercitivo. En el texto, por tanto, la expresión “principados y potestades” se refiere a ambos tipos de potencias, tanto a las malas como a las buenas. La expresión “dar en espectáculo” se refiere, igualmente a ambas: con una connotación negativa (victoria y entrega a la burla) y con una connotación neutra o positiva (manifestación de su fidelidad), según de quien se trate. La celebración triunfal afecta, igualmente, a ambas. El documento al que se hace referencia en el v. 14 es el libro en el que los ángeles registraban los pecados de los hombres, merecedores por ellos de un castigo por cuya aplicación y ejecución debían velar los ángeles. La muerte de Cristo en la cruz ha hecho desaparecer este documento, habiendo sido perdonados los pecados por gracia.

El autorJuan Luis Caballero

Profesor de Nuevo Testamento, Universidad de Navarra.

Vaticano

Una religiosa conocida del Papa, camino de los altares

Rome Reports·16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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La italiana María Bernardetta de la Inmaculada ingresó a las 17 años en la congregación de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José. Pasó gran parte de su vida en Argentina. En 2001 final de sus días, ya en Roma, recibió la visitá y la unción de enfermos de manos del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio.


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Familia

Inteligencia y relación de pareja

¿Quién es más inteligente, la persona que sabe hacer complicadas operaciones de cálculos matemáticos y financieros, o aquélla que consigue tener una familia unida y feliz donde la mujer, el marido los hijos están a gusto en casa?

José María Contreras·16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como regla general siempre se ha considerado inteligente a la persona que sabía resolver complicados problemas técnicos o intrincados raciocinios filosóficos.

Con el paso del tiempo ha llegado la superespecialización que, básicamente, consiste en saber muchísimo de casi nada.

Nos estamos encontrando una sociedad en la que algunas personas tienen un conocimiento altísimo de pequeñas parcelas del saber, pero a la larga desconocen, y parece que no les interesa ver, la realidad en su conjunto.

Así, como es lógico, se sigue en la sociedad, en cuestiones vitales para nuestras vidas, opiniones de personas que son famosas por otros temas.

Sus opiniones, muchas veces, las tomamos los demás como incuestionables. Confiamos en quien las dice por su prestigio, por su popularidad, como si las dijeran sabios en esa materia, pero la realidad es que no saben más que el ciudadano medio.

A esto se une la visión clásica de que «el inteligente es el que llega con la razón más lejos que los demás»; definición que, por muy clásica que sea, no deja de ser un reduccionismo ya que, además de una racional, hay otros tipos de inteligencia.

Uno de esos tipos de inteligencia es la emocional, pero igualmente existe una inteligencia social, numérica, espacial…

Cuestionémonos: ¿quién es más inteligente, la persona que sabe hacer complicadas operaciones de cálculos matemáticos y financieros, o aquélla que consigue tener una familia unida y feliz donde la mujer, el marido los hijos están a gusto en casa?

Concederle el criterio de inteligencia sólo a lo que tomamos por intelectual es, en mi opinión, un error.

La persona ha de tener una visión de su vida en conjunto; no puede dividirse en trabajo, familia, amistades, aficiones… Tiene que saber unir de manera inteligente todas esas facetas que constituyen la vida de las personas, si no lo hace, nunca logrará una vida plena.

«Es que para llegar a ser un alto científico hay que ser muy inteligente», se puede contestar

¿Y para conseguir armonizar una familia feliz no hay que ser también muy inteligente?

Miremos la sociedad y saquemos conclusiones.

El más inteligente siempre tiene una visión medianamente completa de la realidad.

Nadie será capaz de conseguir una familia armoniosa si no tiene en su vida esa visión.

Para conseguir una vida satisfactoria hay que formar la inteligencia emocional.

¿No creen que dedicamos mucho tiempo a la formación de la inteligencia racional y poco o ninguno a la inteligencia emocional?  

Cuantos más cerca estemos de lo que el ser humano busca de verdad, aunque no lo sepa, más facilidad tendremos para llevar una vida razonablemente feliz.  

Para eso hay que aprender, formarse, adquirir conocimientos sólidos, no los estereotipos que muchas veces modelan una sociedad y que no consiguen que las personas sean más felices, sino que sean más manipulables.

No olvidemos que la formación de las otras inteligencias, sin descuidar la racional, nos va a dar más felicidad como personas que, a fin de cuentas, es lo que somos.

Escucha el podcast «Amor e inteligencia»

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¡Vivan las cadenas!

Los valores que sustentan la actividad de las personas no se establecen por mayoría o consenso, tampoco desde el conflicto dialéctico, ni desde el ciberactivismo, sino por su adecuación a la verdad, que el hombre puede alcanzar a conocer sólo con auxilio de la razón, impulsada, en su caso, por la fe.

16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nunca he atravesado el túnel del Canal de la Mancha, pero imagino la impresión que debe suponer entrar en él con un paisaje, clima, idioma y cultura determinados y a la salida encontrarse en un ambiente distinto. Una lengua y costumbres diferentes, que exige adecuar el comportamiento a esas nuevas circunstancias, pero sin perder la propia identidad.

Salvando las diferencias algo así nos ha ocurrido tras pasar por el túnel de la pandemia. Entramos en él desde un mundo conocido y al salir –si es que estamos saliendo- nos encontramos con un entorno social bastante diferente.

La pandemia no ha sido la causa de esos cambios, pero ha acelerado tendencias que ya se venían manifestando y tratan de configurar un nuevo modelo social. Ahora hay que verificar si esta sociedad que se nos propone es habitable, es humana, si se adecúa a la realidad del hombre.

Lo más inmediato es identificar cuáles son esos cambios. Si se refieren sólo a cuestiones superficiales o afectan a nuestros valores, nuestra cosmovisión y a nuestra relación con Dios. De ser así, en este caso, habría que recurrir a la antropología cristiana para reconstruir la verdad sobre el hombre y en esa tarea han de estar implicadas las hermandades.

Las claves para ese análisis no están en la sociología -“todo el mundo lo piensa”, “todo el mundo lo hace”-, porque ésta no es una ciencia normativa.

Los valores que sustentan la actividad de las personas no se establecen por mayoría o consenso, tampoco desde el conflicto dialéctico, ni desde el ciberactivismo, sino por su adecuación a la verdad, que el hombre puede alcanzar a conocer sólo con auxilio de la razón, impulsada, en su caso, por la fe. Claro que esa tarea requiere un esfuerzo intelectual que puede desanimar a algunos.

En una arriesgada comparación podríamos establecer un cierto paralelismo entre esta situación y la España del Trienio Liberal (1820-1823) impulsado por Riego frente al inmovilismo absolutista de Fernando VII. Hay que reseñar que los liberales eran minoría y se encontraban entre los más ilustrados de la clase media emergente.

Simplificando un periodo tan intenso como complejo de la historia de España diremos que la aventura liberal terminó pronto, apenas tres años, y mal.

Riego fue ahorcado y Fernando VII fue recibido en Madrid entre el entusiasmo del pueblo al grito de «¡Vivan las cadenas!». Proclamando así su temor a vivir en libertad, a tener que plantearse y resolver los problemas de convivencia y organización política.

Parece que ese miedo a la libertad aún perdura en algunos ambientes cristianos y cofrades. También ahora los hay que prefieren abrazar planteamientos absolutistas, refugiándose en una mal entendida tradición. Renuncian al acto propio de la libertad que es amar el bien, y a su capacidad de orientarse con sus acciones hacia Dios, que es Bien y Verdad.

Es el estudio de la acción el que revela a la persona. La realidad de la persona se construye desde la persona misma, uniendo la subjetividad de la experiencia con la objetividad de la verdad revelada.

Justo lo contrario a la ingeniería social que trata de crear nuevos valores –más bien contravalores- a los que la persona ha de adecuar sus acciones o comportamiento, cambiando así la realidad del hombre.

Ésta es ahora la tarea de las hermandades: elaborar un modelo de análisis de la realidad, con una fundamentación doctrinal rigurosa. Un análisis que sirva realmente a su misión de cara a sus hermanos y a la sociedad: asumir su propia verdad como vocación.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Redescubrir Tierra Santa

A la esperada apertura de las fronteras recientemente anunciada por el gobierno de Israel se une una curiosa realidad que ha surgido en la pandemia: la visita o estancias de judíos residentes en Israel en instituciones cristianas ante la imposibilidad de viajar fuera del país.

Maria José Atienza·15 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El pasado 6 de enero, el gobierno de Israel anunciaba la reapertura de las fronteras del país. Esto permite a los residentes en Israel vacunados volver a viajar a cualquier parte del mundo sin necesidad de un permiso especial.

Este hecho abre, por fin, una puerta a la esperanza en las familias religiosas, centros de peregrinos y visitantes y en las familias cristianas que viven de manera directa del turismo y de las peregrinaciones religiosas a Tierra Santa.

El impacto de la pandemia

tierra santa

La Tierra Santa ha sido una de las zonas más castigadas por el cierre de las fronteras y las dificultades para realizar viajes internacionales.

El turismo, especialmente las peregrinaciones de cristianos han sido, desde hace años, uno de los principales motores de la economía en Tierra Santa. En especial para la comunidad cristiana palestina residente en Tierra Santa la cual se dedica, en gran parte, a la venta de objetos de artesanía religiosa.

Según los datos del ministerio de Turismo de Israel, el estallido de la pandemia a inicios de 2020 hizo que el número de turistas que se desplomara a 832.500, frente a los cuatro millones y medio de 2019. Una cifra que descendió, aún más en 2021, con 401.500 visitas de extranjeros a Tierra Santa.

Ahora, con las fronteras abiertas y la masiva vacunación se espera una recuperación progresiva de las peregrinaciones y viajes a la tierra de Jesús.

¡Volved a Tierra Santa!

El pasado mes de noviembre, un grupo de periodistas de información religiosa, pudimos conocer de primera mano la difícil situación que la pandemia ha dejado en las comunidades religiosas residentes en Tierra Santa, los fieles cristianos y, en general, el sector turístico israelí.

¡Volved a tierra Santa peregrinos! Era la frase repetida entre religiosos, monjas, artesanos… El patriarca latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa O.F.M, con quien pudimos conversar unos minutos animaba a los cristianos a volver a Tierra Santa “que es vuestra tierra” señalaba.

Visitar los lugares sagrados, residir en las casas de la Custodia Franciscana y otras instituciones presentes en Tierra Santa y sobre todo, ayudar económicamente a las comunidades cristianas en las que la crisis económica se une a su ya difícil situación social se perfilan como la esperanza de la recuperación de los próximos meses.

El redescubrimiento de la propia tierra

Con esta esperanza en el retorno de la normalidad, destaca también un fenómeno curioso que se ha dado en los meses de cierre de fronteras: el turismo “interno” que ha llevado a muchos judíos residentes en Tierra Santa a visitar lugares cristianos y hospedarse, en muchas ocasiones, en casas de peregrinos situadas en zonas diversas del país. Un movimiento que ha despertado incluso, la curiosidad en los medios locales.

El sacerdote irlandés Eamon Kelly, subdirector de Magdala Center, casa de huéspedes dirigida por los Legionarios de Cristo en Migdal, la antigua Magdala, confirma esta realidad.

Durante las obras de construcción de este centro se hallaron los cimientos y parte de los muros de una sinagoga del siglo I así como parte de la calzada marítima, la Via Maris, en un estado de conservación muy bueno.

A todo esto se sumó el hallazgo de la primera menorah tallada en piedra de la que se tiene constancia. Todo ello ha hecho de Magdala un lugar especial para muchos judíos de la zona que la han escogido para la celebración del Bar Mitzvah de sus hijos.

Asimismo es frecuente ver a familias judías comiendo en el restaurante del centro o visitando los restos de la sinagoga y los baños que se pueden ver en Magdala.

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Enriquecer la fe

Una experiencia similar han vivido en Saxum Visitor Center, impulsado por la prelatura del Opus Dei y cuyo nombre recuerda al apelativo con el que su fundador, san Josemaría Escrivá, llamaba a quien sería el primer sucesor al frente de la Obra, el Beato Álvaro del Portillo que visitó Tierra Santa en marzo de 1994 justo antes de fallecer.

Durante la visita de noviembre, Almudena Romero, directora del centro de visitantes, apuntó que, durante los meses de pandemia, más de un centenar de judíos, procedentes de poblaciones vecinas se habían acercado a conocer “qué era aquella casa”.

“Se suelen sorprender de que mostremos el pasado judío de Jesús y de que tengamos toda la historia del pueblo de Israel plasmada en la línea del tiempo del patio” destaca Isabel Rodríguez, encargada de la comunicación en Saxum.

En una ocasión, al finalizar la visita al centro, un guía judío de origen francés se quedó “más de una hora haciéndome todo tipo de preguntas” recuerda Isabel. “Le expliqué que, para mí, vivir en Jerusalén y visitar los lugares santos ha supuesto entender en profundidad que Jesús es judío y que la fe cristiana –cuando uno entiende el Antiguo Testamento, las fiestas y tradiciones judías– adquiere una dimensión nueva, es mucho más rica en su significado”.

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Almudena Romero explica el patio de entrada en Saxum

Esperanza para Tierra Santa

“Saxum es un lugar en el que es fácil tender puentes y compartir lo común entre las culturas y tradiciones religiosas” añade Isabel. Una afirmación a la que se suma el padre Kelly “muchos judíos de la zona nos dan las gracias por cuidar de la sinagoga y de los restos arqueológicos”.

La reticencia hacia los cristianos por parte de muchos judíos se desvanece con estas visitas. Algo que quizás antes era poco menos que imposible y que la pandemia ha ayudado a cambiar.

Poco a poco, con la normalización de la situación socio-sanitaria, redescubrir Tierra Santa vuelve a ser un sueño posible.

Vaticano

«Peregrinos de la esperanza»: comienza la preparación del Jubileo de 2025

En camino hacia un nuevo Año Santo de la Iglesia universal, el Jubileo de 2025, el Papa Francisco quiere dar comienzo a su preparación, y para ello han dado a conocer el lema del Jubileo: "Peregrinos de esperanza". Los últimos 25 años han representado para la Iglesia y para la sociedad un "cambio de época", como ha subrayado repetidamente el Santo Padre.

Giovanni Tridente·14 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Peregrinos de la esperanza» es el lema elegido por el Papa Francisco para el próximo Año Santo de la Iglesia universal, el Jubileo de 2025. Fue el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, quien lo anunció en las últimas horas, relatando los resultados de la reciente audiencia privada que tuvo con el Santo Padre a principios de enero.

La noticia de que sería el departamento vaticano dirigido por monseñor Fisichella quien coordinaría la preparación del próximo Jubileo en nombre de la Santa Sede, en contacto con las autoridades civiles italianas, se anunció el día después de Navidad, pero ya se habían mantenido estrechas conversaciones con los organismos interesados desde hacía varios meses.

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, que según el próximo texto de reforma de la organización de la Curia Romana -Praedicate evangelium- debería fusionarse con la Congregación de Propaganda Fide, ya gestionó el anterior «Jubileo de la Misericordia» (8 de diciembre de 2015 – 20 de noviembre de 2016). Es cierto que entonces fue un acontecimiento que no sólo se produjo por sorpresa a instancias del Papa Francisco, sino que se pretendió que fuera «difusivo» respecto a la sola ciudad de Roma, con la apertura de las «Puertas Santas» en todas las diócesis del mundo. La primera Puerta Santa que se abrió, como se recordará, no fue la de la Basílica de San Pedro, sino la de la Catedral periférica de Banguì, en la República Centroafricana.

El camino de la preparación

Volviendo a la próxima cita de 2025, además del aspecto logístico tendrá lugar sin duda el camino de la preparación espiritual. Basta recordar que para el Gran Jubileo del Año 2000, el camino de preparación comenzó seis años antes, en 1994, cuando Juan Pablo II entregó a toda la Iglesia la Carta Apostólica Tertio Millenio Adveniente. En ese documento anticipó las tres fases que llevarían a la plenitud esa celebración; una «antepreparatoria» y tres años estrictamente preparatorios, de 1997 a 1999.

Ciertamente no estamos en la inminencia de un cambio de milenio que requiera una reflexión ponderada sobre dos milenios de historia, pero ciertamente los últimos 25 años han representado para la Iglesia y para la sociedad un «cambio de época», como ha subrayado repetidamente el Papa Francisco.

Un razonamiento que también hizo el Papa en 2019 a la Curia Romana, cuando reiteró que precisamente en este contexto epocal, donde entre otras cosas, dijo, «no estamos en la cristiandad, ya no», la verdadera urgencia de los testigos de Cristo no es «ocupar espacios» sino «iniciar procesos».

Ciertamente, el tema de la esperanza también vino a la mente del Papa tras los acontecimientos de los dos últimos años, caracterizados por la pandemia, que además de tanto sufrimiento ha sembrado en el mundo la desesperación y la desilusión hacia un futuro que parece incierto, en el que también se ha perdido la capacidad de soñar.

El Jubileo será, pues, una oportunidad para retomar el camino de la confianza y mirar con ojos renovados el futuro que nos espera, haciendo cada uno su parte: peregrinos de la esperanza.

Vocaciones

Sacerdotes santos: José Gabriel Brochero, el Cura Brochero

El sacerdote san José Gabriel Brochero es el primer santo canonizado que nació, vivió y falleció en la República Argentina. Murió de lepra el 26 de enero de 1914. Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 y canonizado el 16 de octubre de 2016. Su fiesta se celebra, cada año, el 16 de marzo.

Pedro José María Chiesa·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El sacerdote san José Gabriel Brochero es el primer santo canonizado que nació, vivió y falleció en la República Argentina. Popularmente es conocido como el “Cura Brochero”. Nació el 16 de marzo de 1840. Al día siguiente fue bautizado. Su familia estaba compuesta por padres que desempeñaban duros trabajos rurales, lo que no sería obstáculo para que formaran una brillante familia numerosa fiel a la Fe católica, austera hasta el extremo y compuesta por diez hijos, uno de los cuales sería sacerdote (José Gabriel Brochero) y dos de las mujeres fieles religiosas de la Congregación de las Hermanas del Huerto.

Murió de lepra el 26 de enero de 1914. La enfermedad duró muchos años, y lo fue “devorando” de a poco. La había contraído como consecuencia de su asistencia perseverante a un anciano que padecía dicho mal, pese a todas las advertencias que se le hacían. Él no quiso abandonarlo, puesto que era consciente de que era la única persona que lo visitaba. Su fiesta se celebra, cada año, el 16 de marzo. Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 y canonizado el 16 de octubre de 2016.

Su ministerio sacerdotal

En lo que hace a su trabajo sacerdotal, consignamos que el 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote en la Catedral de Córdoba (Argentina). Al año siguiente manifestó sus agallas sacerdotales destacando por su valiente generosidad al asistir a enfermos y moribundos durante la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba en 1867, muriendo un porcentaje importante de la población (2.300 personas sobre unas 30.000).

A fines de 1869 el obispo le confió el extenso “Curato” de San Alberto: diez mil habitantes dispersos en zonas desérticas y montañosas, a lo largo y ancho de 4.336 kilómetros cuadrados, en una zona incomunicada por la interposición de las “Sierras Grandes”, macizo de piedra de 2.200 metros de altura, cuya travesía, si bien no era  muy elevada, era muy peligrosa e inhóspita, razón por la que estaba aislada de los sitios más civilizados.

En su “Curato” los lugares eran distantes, y casi no había caminos ni escuelas. Además, el estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. No obstante, el corazón apostólico de Brochero convirtió aquella zona en un centro de espiritualidad y zona productiva floreciente.

La sede del Curato se llamaba “Villa del Tránsito” (hoy “Cura Brochero”), se componía de tan sólo doce casas precarias, sin servicio alguno. En aquel sitio el analfabetismo, el concubinato, el alcoholismo, el robo y la pobreza hacían estragos, a lo que se añadía la falta absoluta de instrucción religiosa y la carencia de sacramentos.

El Cura Brochero, consciente de que las autoridades estatales de la capital provincial no manifestarían interés alguno por aquellos sitios abandonados, comprendió que si no organizaba a la población para que elevasen por sí solas su propia dignidad humana, no podría predicar el Evangelio con eficacia; por tanto, con notable liderazgo espiritual, sacramental y moral organizó a los habitantes en cuadrillas abocadas a construir capillas y escuelas, trazar caminos en lugares rocosos y escarpados, y abrir acequias de riego que harían llegar a los cultivos el agua desde los ríos de montaña, lo que transformó a la zona en un vergel. 

Muchas de estas obras aún hoy perduran, y entre ellas destaca el “Camino de las Altas Cumbres”, que fuera utilizado en competiciones del rally internacional.

A lomo de mula

A diferencia del santo Cura de Ars, a quien el Espíritu Santo impulsó a desarrollar una notable pastoral “estática”, centrada en las confesiones y la predicación al pueblo fiel, el Cura Brochero fue impulsado por el Espíritu Santo a la tarea “dinámica” de la pastoral parroquial, razón por la que a lomo de mula hizo miles de kilómetros (“miles” en sentido literal), para visitar a todos sus feligreses y llevarles la Fe, el consuelo y los sacramentos, soportando crueles heridos en su trasero incurablemente llagado. 

Un día comprendió que sus esfuerzos nunca dejarían frutos espirituales sólidos si no lograba la conversión profunda de las almas que le habían sido confiadas; y también entendió que la única manera de convertir a tanta gente pobre y abandonada era hacerlos participar, a “todos” (y en especial a los analfabetos, concubinos, alcohólicos, bandidos perseguidos por la ley, etc.), en tandas de ejercicios espirituales de al menos ocho días (con menos de ocho, él consideraba que no se podía hacer “nada serio”). 

En esas tandas había cuatro días dedicados a la formación en la doctrina cristiana básica, y otros cuatro a la vida de oración en sí. 

En pos de este objetivo construyó una inmensa casa de retiros en la sede de su parroquia, sitio casi abandonado. Aunque todos sus feligreses consideraron la propuesta una locura, se hizo: dicen que no hay santidad sin algo de magnanimidad.

Se construyó en poco tiempo, y sólo en el primer año de uso, participarían de modo “misterioso” en aquellas tandas de ejercicios espirituales un total de 2.240 ejercitantes (sumando las tandas de varones y las de mujeres). Quien conozca hoy el lugar, no encontraría explicación humana a tal hecho. Y esta práctica se mantuvo firme, en aquella zona despoblada, desde 1877 hasta 1914 (año de su muerte). Hubo tandas de ejercicios de hasta 900 participantes.

Si se tiene en cuenta que en aquellos años no había ni radio, ni TV, ni WhatsApp, ni redes sociales, ni freezer, ni neveras, ni cadenas alimentarias de frío, ni gas, ni agua potabilizada, y que los medios de transporte eran a pie o tracción a sangre, no hay duda que el soplo del Espíritu Santo en ese sitio, y la correspondencia a la gracia del santo cura, fueran dos realidades indudables. 

Su fe, tal como nos pidió Jesucristo, era capaz de “sacar hijos de Abraham de las mismas piedras” (Mateo 3, 9). Por otra parte, la población de la sede donde se construyó la casa de retiros era de tan sólo un centenar de personas, de modo que al resto de los ejercitantes había que salir a buscarlos por zonas aisladas y distantes, lo que hacía que el éxito fuera completamente inexplicable sin la acción del Espíritu y la correspondencia a la gracia.

La lección más importante que nos brindó a los sacerdotes se puede sintetizar así (no son palabras de él): «Para convertir a los ignorantes y a los rudos: ¡Ocho días de ejercicios… al menos!» Fue un gran promotor de los retiros espirituales populares, para las gentes sencillas, y también un gran inspirador de aquellos párrocos que consideran fundamental contar, en su propia parroquia, con casas de ejercicios: ¡nada de hacer depender los retiros espirituales de la libre disponibilidad de fechas de otras casas de retiros!

A todo lo dicho se añade la innumerable cantidad de anécdotas recogidas que reflejan su buen humor, su confianza en la gracia, su fe en la necesidad de los sacramentos, y la importancia de la promoción humana como base de apoyo para la acción del Espíritu Santo; estas anécdotas son inagotables y muy interesantes, pero la brevedad impide exponerlas.

Su muerte

Al morir tenía setenta y tres años. La última parte de su vida estuvo ciego y muy sordo, y abandonado por casi todos… por pánico a la lepra, que helaba los buenos sentimientos. Téngase presente que si hoy tenemos miedo al “coronavirus”… ¡cuánto más lo era el miedo a la lepra entonces!

Murió con todos los sacramentos, soportando agudos dolores. Lo enterraron a cuatro metros de profundidad en la capilla de la casa de ejercicios, y cubrieron el ataúd con cal viva, tras lo cual quemaron todas sus pertenencias, excepto los libros parroquiales. 

Hoy sobreviven aquellos libros que registran su fe viva en los sacramentos, prueba de lo cual es la inconmensurable cantidad de personas a las que atendió, así como los frutos silenciosos que perseveran en esa zona a la que extrajo del abandono geográfico y la pobreza espiritual, razón por la que todos sus habitantes (creyentes o no, católicos o anti-católicos), de modo unánime, lo estiman como líder histórico en todos los ámbitos: humano, espiritual, moral y religioso. 

En la zona donde se desempeño su ministerio se dice que el cura Brochero, como imagen sacerdotal de Cristo, es merecedor de una fama y un cariño que lo han convertido en un “intocable”, digno título para quien consumió su vida como lo hacen las velas que en el altar rinden culto a Dios Padre.

Al Cura Brochero, distinguidos folkloristas argentinos lo honraron con una bella canción, que se puede escuchar a continuación, “Un paso aquí un tranco allá”, que sintetiza muy bien su vida.

El autorPedro José María Chiesa

Santa Fe, Argentina

Mundo

Martin Kugler: «Los cristianos deben pasar de mayoría enojada a minoría creativa»

Entrevista a Martin Kugler, director de Kairos Consulting for Non-Profit Organisations y miembro del Observatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa.

Maria José Atienza·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace pocas semanas el Observatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa publicaba el informe “Bajo presión. Los derechos humanos de los cristianos en Europa”, su informe correspondiente a los años 2019- 2020 en el que recogen algunos de los principales obstáculos con los que se enfrentan los cristianos en Europa.

Ante esta realidad de la radicalización del laicismo en diversos ambientes, el vienés Martin Kugler, destaca en Omnes la necesidad de los cristianos de “ser más auténticos y estar menos asustados, estar bien informados y manifestarse con argumentos inteligibles y razonables”.

Un punto muy interesante es el fenómeno que este estudio denomina la intolerancia secular. Hay quien se denomina cristiano y defiende esa idea de la religión como «algo privado». ¿Se confunde la dimensión pública de una religión con un estado confesional?

–La dimensión pública de la fe cristiana vivida es evidente y necesaria. Confundirlo con el «catolicismo político» es completamente anacrónico, pero es utilizado deliberadamente por los partidarios del laicismo radical para intimidar a los cristianos que participan activamente en la vida pública. Sin embargo, el asunto es muy sencillo cuando uno lo concreta. Nuestra relación con Dios y la Iglesia es algo muy personal, pero tiene consecuencias que afectan a toda nuestra vida como ciudadanos, trabajadores o empresarios, periodistas o profesores, votantes y políticos, etc.

Lo mismo podría decirse de los ateos o agnósticos, a los que nadie pediría que desecharan su visión del mundo cuando escriben un artículo o se involucran en la política. Sí, incluso cuando toman una decisión judicial, están influenciados por sus creencias, lo que se puede observar, por ejemplo, en decisiones del TEDH.

El truco, muy habitual en las élites laicistas europeas, funciona de forma muy sencilla: presentan el punto de vista agnóstico o incluso anticristiano como la posición neutral por excelencia. En la tradición judía de Viena, esto se llama chutzpah: desvergüenza.

Nuestra relación con Dios y la Iglesia es algo muy personal, pero tiene consecuencias que afectan a toda nuestra vida como ciudadanos.

Martin KuglerObservatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa

Diálogos y derechos

El informe subraya la ignorancia del hecho religioso en muchos gobiernos que supone un problema a la hora de abordar estos ataques contra los cristianos. ¿Existe alguna solución para ello? ¿Cómo actuar cuando no hay predisposición al diálogo?

Martin Kugler
Martin Kugler

–Esa ignorancia también tiene que ver con una pronunciada falta de voluntad para tomar en serio el fenómeno de las personas de fe. Para cruzar este umbral, hay que reducir los prejuicios y ser considerado en el estilo, sobre todo en la comunicación de nuestras preocupaciones y problemas.

Un buen ejemplo es el movimiento pro-vida. La elección de las palabras puede cerrar puertas, pero también abrirlas. Hay una gran diferencia entre hablar del aborto como «asesinato» o señalar que cada aborto acaba con el latido de uno de los miembros más débiles de nuestra sociedad. Y que el aborto es algo irrevocable y queda como una herida para siempre. A menudo también es útil llamar a los prejuicios por su nombre de forma educada y clara, y así despertar a parte del público.

No debemos resignarnos a que los cristianos, especialmente la Iglesia católica, aparezcan siempre como victimarios y nunca como víctimas en el cine y el teatro, en los libros escolares, en las novelas… En general, en los medios de comunicación. Esto parece un dogma, observable en la falta de atención al drama de la creciente persecución de los cristianos en todo el mundo o, regionalmente, al hacer la vista gorda a la discriminación de los cristianos en Europa.

El informe señala a España como uno de los países en los que esta intolerancia es, no sólo permitida, sino casi fomentada desde las instituciones. ¿Cómo combinar esa llamada al diálogo con la defensa de los derechos que son conculcados por un supuesto estado de derecho?

–Al igual que muchos austriacos, soy un forofo de España y, por lo tanto, estoy muy preocupado por algunos acontecimientos. De hecho, la ideología que prevalece en parte del establishment español me recuerda a las actitudes de los adolescentes. Mocitos que, 50 años después de la muerte de Franco, tuvieran que demostrar una rebelión contra los valores conservadores.

En algunas cuestiones como la política de identidad, la educación sexual y de género o la lucha contra la discriminación, parece como si todos los adultos hubieran abandonado la sala (de estar) en Europa Occidental y del Norte. Y no lo digo yo, sino el autor liberal británico Douglas Murray, que como homosexual muestra un gran malestar por este hecho.

Sin embargo, en ciertos temas hay esperanza de una victoria de la razón, porque la izquierda marxista cultural está dividida en su interior. Un ejemplo es el movimiento transgénero, que está lleno de contradicciones y, sin embargo, está acumulando una presión masiva, haciendo obsoletos los logros históricos del movimiento feminista.

En Gran Bretaña, por ejemplo, ahora se abstienen de tratar hormonal y quirúrgicamente a los jóvenes sólo porque expresan este deseo a un psicoterapeuta o a un médico. Se ha detenido un proyecto de ley en este sentido.

Responsabilidad de los cristianos

Uno de los problemas graves que observamos en Europa es la polarización de las posturas e incluso, una cierta «guetización» entre quienes defienden una u otra postura. ¿Cómo superar esta realidad? ¿Hay signos de esperanza en alguna parte?

–En el libro «¿Democracia sin Religión?» publicado en Madrid en 2014. (Stella Maris) ya hemos señalado este peligro. El profesor judío famoso Joseph Weiler escribió en su momento sobre un doble gueto para los cristianos fieles de Europa. Uno en el que se vieron forzados por la intimidación, la presión política o incluso el recorte de ciertos derechos como la libertad de conciencia.

El otro gueto sería en el que muchos cristianos se habrían colocado voluntariamente porque se necesitaría mucho valor, energía y esperanza para permanecer en el lugar asignado, incluso en el lugar principal del discurso social.

En cuestiones como la política de identidad, la educación sexual y de género o la lucha contra la discriminación, parece como si todos los adultos hubieran abandonado la sala.

Martin KuglerObservatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa

El informe quiere ser una ayuda para el diálogo, sin embargo, hay quien puede tener más miedo aún al ver este retroceso de las libertades religiosas. ¿Cómo superar este temor y conducir, sin extremismos, estas realidades a una normalización de los derechos de los cristianos?

El Papa Benedicto pronunció un importante discurso en el Parlamento alemán en 2011. Describió la ecología del hombre como una realidad que siempre está de nuestro lado, por así decirlo, y en contra de todas las ideologías. Su predecesor, san Juan Pablo II, señaló que el gran «mal» del siglo XX – el nazismo y el marxismo – fue finalmente superado también en este último siglo.

En 1989, en Europa del Este, tras 50 años de dictadura comunista, el pueblo demostró una sorprendente capacidad de resistencia. Y, por último, dialogar también puede significar evitar que ocurran cosas malas, de modo que una situación sea sólo «medio mala». Así que, por favor, nada de posturas de «todo o nada».

El estudio hace una llamada a la implicación en la vida cultural, social, política de los cristianos. ¿Ha habido cierta dejadez de este deber por parte de los cristianos?

–En general, los cristianos de Europa deberían abandonar la posición de una supuesta mayoría enojada y convertirse en una minoría creativa. Como faros de la sociedad, también podríamos conseguir que la mayoría silenciosa hablara y actuara. O al menos dar algo así como un testimonio de esperanza para la siguiente generación y crear las bases para un nuevo comienzo.

Es primordial para los cristianos ser más auténticos y estar menos asustados, estar bien informados y manifestarse con argumentos inteligibles y razonables. En este mundo, se convierten cada vez más en abogados de la libertad y de una vida plena.

Zoom

Chicos juegan al fútbol en un campo polvoriento en Sudáfrica

Un grupo de chicos juega al fútbol en un campo polvoriento en Soweto, Sudáfrica. Los obispos católicos de África expresaron su preocupación por los graves problemas que amenazan la paz en todo el continente.

Omnes·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

Infancia misionera: «Jenet, Michelle e Íscar representan a todos los niños del mundo»

Sofía, franciscana misionera ha compartido las historias de tres niñas a las que ha conocido a través de su labor en la frontera brasileña con Venezuela. Estas tres menores representan, para esta vilagarciana “a todos los niños del mundo.  Doy gracias a Dios por conocer estas historias que dan luz a una vida nueva y que, en el margen, son la luz del mundo y nos enseñan a creer en Dios que esta vivo”.

Maria José Atienza·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La presentación de la jornada de la Infancia misionera, que se celebra el domingo 16 de enero en España, ha contado con el testimonio de Sofía Quintans Bouzada, franciscana misionera de la Madre del Divino Pastor, misionera en Brasil.

Ella, junto a José María Calderón, Director Nacional de OMP España, ha puesto nombre a la labor que la obra pontificia realiza en las zonas más desfavorecidas del planeta.

Sofía es una de las integrantes de la comunidad franciscana misionera que se estableció en 2019 al norte del país, en el estado de Roraima. La zona es un enclave fronterizo que supone uno de los pasos de mayor afluencia de refugiados venezolanos.

Sofía, una religiosa peruana y otra venezolana, a la que se unirá pronto una congoleña, constituyen lo que ha denominado como una “presencia eclesial muy encarnada, samaritana y humilde”.

Su labor evangelizadora se centra en la atención a los refugiados procedentes de Venezuela que, desde 2018 han cruzado a la nación carioca. Se calcula que unos 600.000 venezolanos han pasado a Brasil desde 2018. Ese año la crisis humanitaria desatada en esta frontera norte hizo que el gobierno brasileño pusiera en marcha una ingente operación de acogida en la que colaboran el propio gobierno, el ejército, ONGs y las distintas confesiones enraizadas en el país.

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En ese complejo y variado mapa de instituciones, las franciscanas misioneras son “una presencia pequeña pero una fuerte experiencia de Cristo pobre y pequeño”. Colaboran en el acompañamiento, escucha y acogida de los miles de menores, especialmente niñas, que viven en condiciones especialmente duras.

Un proceso de “acoger, promover e integrar a estas personas como si fuera el mismo Cristo que llega a nosotros” ha subrayado Quintás. Un proceso que hace que se sientan acogidos a través de acompañamiento personal, espiritual” y siempre, “con un cuidado respeto a la persona”.

Como ha explicado Sofía Quintás, los refugiados que llegan a Brasil comienzan su vida en los “abrigos”, unos campos de refugiados instalados por el Gobierno. Además de ser de menor tamaño, los «abrigos» están diferenciados por tipología -mujeres con hijos, varones solos, menores…- para poder atender con mayor eficacia sus necesidades.

Tres nombres

Esta franciscana misionera ha personalizado su experiencia en tres historias diferentes de tres chicas. Jenet, la primera, una niña Pomona, salió de una comunidad indígena interior de Venezuela con un tumor en la cabeza. Pidió ayuda, pero estaba sin documentos. Gracias a diversas gestiones pudo ser trasladada a Sao Paulo para recibir un tratamiento y volvió a su comunidad indígena. “La lucha por la vida de esa niña” ha señalado Quintás “fue para mi un reflejo de Cristo vivo muy fuerte”.

La segunda historia ha llevado el nombre de Michelle, quien para esta franciscana “representa la trata de seres humanos más vulnerables”. Vive en uno de esos «abrigos» y la religiosa se percató de que dejó de acudir a las actividades de integración. Al preguntarle por qué no asistía, la niña le respondió que ella “quería ir, pero que tenía que trabajar en el semáforo” pidiendo por las calles.

El tercer nombre es el de Íscar, quien, “tras cruzar sola la frontera con 16 años”, consiguió terminar sus estudios y, recientemente, se ha graduado y cada día, ha destacado, da gracias a Dios por haber podido reconducir su vida y perdonar a su hermano que la maltrató.

2022 un año intenso en las OMP

Por su parte, el Director Nacional de OMP España, José María Calderón, ha destacado que este año 2022 tiene un especial acento para la familia misionera.

No en vano, se cumple el primer centenario de la institución de la Infancia Misionera como obra pontificia, “su puesta al servicio de la pastoral ordinaria del Santo Padre en la atención de los niños de los territorios de misión”.

Además, el próximo 22 de mayo será proclamada beata Pauline Jaricot, la joven lionesa iniciadora de lo que, mas adelante sería, la Propagación de la Fe. 

Calderón ha recordado que “la infancia misionera es muy importante. Para muchos niños en territorios de misión, el único sitio donde encuentran hogar, afecto, posibilidades de crecer y estudiar es la iglesia”. Además ha señalado que esta campaña continúa la campaña iniciada hace cuatro años en la que la Infancia Misionera se centra en la vida de Jesús niño. En esta edición, “los niños del mundo son también luz para niños sin Fe, que son ignorados, que no son amados”.

Vaticano

«El trabajo es esencial en la vida humana y es camino de santificación»

El Papa Francisco ha reflexionado sobre el trabajo de san José y sobre cómo Jesús aprendió de su padre el mismo oficio. Afirmó que el trabajo no "solo sirve para ganar el sustento adecuado", sino que es principalmente "camino de santificación".

David Fernández Alonso·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Los evangelistas Mateo y Marcos definen a José como “carpintero” u “obrero de la madera”. Hemos escuchado hace poco que la gente de Nazaret, escuchando a Jesús hablar, se preguntaba: «¿No es éste el hijo del carpintero?» (13,55; cfr Mc 6,3). Jesús practicó el oficio de su padre». Así comenzó el Santo Padre Francisco la catequesis de este miércoles 12 de enero, en el Aula Pablo VI.

El Papa reflexionó sobre el oficio de José: «El término griego tekton, usado para indicar el trabajo de José, ha sido traducido de varias maneras. Los Padres latinos de la Iglesia lo hicieron con “carpintero”. Pero tengamos presente que en la Palestina de los tiempos de Jesús la madera servía, además de para fabricar arados y muebles varios, también para construir casas, que tenían ventanas de madera y techos de terraza hechos de vigas conectadas entre sí con ramas y tierra».

«Por tanto, “carpintero” u “obrero de la madera” era una calificación genérica, que indicaba tanto a los artesanos de la madera como a los trabajadores que se dedicaban a actividades relacionadas con la construcción. Un oficio bastante duro, teniendo que trabajar materiales pesados, como madera, piedra y hierro. Desde el punto de vista económico no aseguraba grandes ganancias, como se deduce del hecho de que María y José, cuando presentaron a Jesús en el Templo, ofrecieron solo un par de tórtolas o pichones (cfr Lc 2,24), como prescribía la Ley para los pobres (cfr Lv 12,8)».

El Papa Francisco durante la audiencia general en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el 12 de enero de 2022. (CNS photo/Paul Haring)

En relación a Jesús adolescente, el Papa dice que por tanto, «aprendió del padre este oficio. Por eso, cuando de adulto empezó a predicar, sus paisanos asombrados se preguntaban: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?» (Mt 13,54), y se escandalizaban a causa de él (cfr v. 57)».

«Este dato biográfico de José y de Jesús» hacen pensar al Papa, según dijo, «en todos los trabajadores del mundo, de forma particular en aquellos que hacen trabajos duros en las minas y en ciertas fábricas; en aquellos que son explotados con el trabajo en negro; en las víctimas del trabajo; en los niños que son obligados a trabajar y en aquellos que hurgan en los vertederos en busca de algo útil para intercambiar… Pero pienso también en quien está sin trabajo; en los que se sienten justamente heridos en su dignidad porque no encuentran un trabajo. Muchos jóvenes, muchos padres y muchas madres viven el drama de no tener un trabajo que les permita vivir serenamente. Y muchas veces la búsqueda se vuelve tan dramática que les lleva hasta el punto de perder toda esperanza y deseo de vida. En estos tiempos de pandemia muchas personas han perdido el trabajo y algunos, aplastados por un peso insoportable, han llegado al punto de quitarse la vida. Quisiera hoy recordar a cada uno de ellos y a sus familias».

El trabajo, subrayó el Santo Padre, «es un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación. Trabajar no solo sirve para conseguir el sustento adecuado: es también un lugar en el que nos experimentamos a nosotros mismos, nos sentimos útiles, y aprendemos la gran lección de la concreción, que ayuda a que la vida espiritual no se convierta en espiritualismo. Pero lamentablemente el trabajo es a menudo rehén de la injusticia social y, más que ser un medio de humanización, se convierte en una periferia existencial. Muchas veces me pregunto: ¿con qué espíritu hacemos nuestro trabajo cotidiano? ¿Cómo afrontamos el cansancio? ¿Vemos nuestra actividad unida solo a nuestro destino o también al destino de los otros? De hecho, el trabajo es una forma de expresar nuestra personalidad, que es por su naturaleza relacional».

«Es bonito», concluía Francisco, «pensar que Jesús mismo trabajó y que aprendió este arte propio de San José. Hoy debemos preguntarnos qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué contribución, como Iglesia, podemos dar para que este sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad».

El Papa quiso rezar con los asistentes la oración que san Pablo VI elevó a San José el 1 de mayo de 1969:

«Oh, san José,
patrón de la Iglesia,
tú que junto con el Verbo encarnado
trabajaste cada día para ganarte el pan,
encontrando en Él la fuerza de vivir y trabajar;
tú que has sentido la inquietud del mañana,
la amargura de la pobreza, la precariedad del trabajo;
tú que muestras hoy el ejemplo de tu figura,
humilde delante de los hombres,
pero grandísima delante de Dios,
protege a los trabajadores en su dura existencia diaria,
defiéndelos del desaliento,
de la revuelta negadora,
como de la tentación del hedonismo;
y custodia la paz del mundo,
esa paz que es la única que puede garantizar el desarrollo de los pueblos. Amén
«

Teología del siglo XX

Las etapas de Joseph Ratzinger (I)

Joseph Ratzinger es uno de los grandes teólogos del siglo XX y, además, un testigo excepcional de la vida de la Iglesia, con sus cuatro etapas como teólogo y profesor, arzobispo de Múnich, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Papa.

Juan Luis Lorda·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué define a un teólogo? Parece obvio fijarse en el efecto exterior. Primero, en sus libros. Después, en las principales ideas o tópicos que se le atribuyen, fijadas, con mejor o peor acierto, por una tradición primero de ensayos y, sobre todo, de voces de diccionario y manuales. En Joseph Ratzinger, no ha pasado el tiempo suficiente para esta operación. E incluso su obra tampoco está fijada del todo, al estar publicándose sus Obras Completas, que agrupan sus escritos por temas y recogen inéditos y escritos menores o poco conocidos, con lo que transforman su aspecto y, a la larga, su lectura. 

Cuatro etapas teológicas

Lo que sí está fijado son las cuatro etapas de su vida. Después de un periodo de formación, vienen su trabajo como teólogo (1953-1977), que incluye su participación en el Concilio (1962-1965); después, como arzobispo de Múnich (1977-1981), como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe (1982-2005) y como Papa (2005-2013). Se combinan así dos etapas más dedicadas al pensamiento o discernimiento teológico, como profesor y como prefecto; y dos etapas netamente pastorales, como obispo y como papa. Se trata de una feliz combinación. Sería un grave error sobre la naturaleza de la teología, y un tremendo empobrecimiento, reducir su aportación teológica a la dedicación “profesional”: artículos, libros, conferencias…  

En las cuatro etapas ha hecho teología, aunque de manera distinta. Y se puede intentar sintetizar tanto lo que aporta cada época como las líneas de fondo que las recorren todas. En sus conversaciones, él mismo ha manifestado que se ve con cierta continuidad, aunque las circunstancias le han puesto en posiciones distintas. Kierkegaard usaba pseudónimos distintos para mostrar las distintas perspectivas con las que podía mirar las cosas. A Joseph Ratzinger le han venido dadas por el curso de su vida. Porque no ven las cosas con la misma perspectiva un teólogo joven, un obispo en una época compleja, un prefecto para la doctrina de la fe al que le toca una atención universal sobre la doctrina, y un Papa que ha de ser buen Pastor y referencia de comunión para toda la Iglesia, con una misión particular en lo que se refiere a la interpretación y aplicación del Concilio Vaticano II. 

Unas raíces de fe

Joseph Ratzinger se ha retratado muy bien a sí mismo en ese excepcional y encantador libro autobiográfico, Mi vida (1927-1977), que publica en 1997 y que recoge su trayectoria como profesor. Se completa con los cuatro libros de conversaciones con Seewald y con algunos momentos de tertulia y expansión durante su pontificado. 

Allí se observa cuánto le ha marcado la experiencia de la fe vivida en su infancia, en el entorno tradicional bávaro, con su familia sencilla y creyente, con la liturgia celebrada gozosa y solemnemente en las parroquias que conoció de niño, con las etapas y fiestas del calendario litúrgico que marcaba el ritmo de la vida de toda aquella gente creyente. Podría haber perdido o cambiado estas raíces, pero en el curso de su vida las ha consolidado, y esa experiencia cristiana es la base de su teología. 

La liturgia como fe vivida

En la presentación de sus Obras completas (vol. I, dedicado a la Liturgia), explica: “La liturgia de la Iglesia fue para mí, desde mi infancia, una realidad central en la vida y se convirtió también […] en el centro de mi esfuerzo teológico. Como materia de estudio escogí la teología fundamental, porque quería por encima de todo seguir la pista a la pregunta: ¿Por qué creemos? Pero en esta pregunta estaba la otra pregunta sobre la respuesta correcta a Dios y, por tanto, la pregunta sobre el culto divino […], del anclaje de la liturgia en el acto fundante de nuestra fe y, así también, de su lugar en el conjunto de nuestra existencia humana”. Y un poco antes explicaba: “En la palabra ‘Ortodoxia’ la segunda mitad, ‘doxa’, no significa ‘opinión’, sino ‘gloria’; no se trata de tener una ‘opinión’ correcta sobre Dios, sino de la forma correcta de glorificarle, de responderle. Esta es efectivamente la pregunta fundamental que se formula el hombre que comienza a comprenderse correctamente: ¿Cómo debo encontrarme con Dios?”.

Su itinerario por la teología fundamental, sobre la naturaleza y problemas de la fe, que también va dirigida a la situación del mundo moderno, va a encontrar una respuesta litúrgica. La fe se puede y se debe pensar para entenderla, explicarla y defenderla, pero sobre todo se ha de vivir y celebrar. De ahí deduce también cuál ha de ser el papel del teólogo y el suyo propio. 

Raíces teológicas

Joseph Ratzinger se formó en el seminario de su diócesis, en Frisinga, y después, en la facultad de teología de Múnich (1947-1951), todavía en ruinas como consecuencia de la guerra. En Mi vida refleja muy bien el ambiente entusiasta y renovador del momento. Las duras experiencias del nazismo habían suscitado en la Iglesia alemana un ansia de renovación y evangelización, que recibía con entusiasmo los fermentos nuevos de la teología litúrgica (Guardini), de la eclesiología (De Lubac) y de la Escritura, además de las nuevas inspiraciones filosóficas, especialmente de la fenomenología y personalismo (Guardini, Max Scheler, Buber). Todo esto le daba un cierto tono de superación (y superioridad) respecto a la vieja teología escolástica (y romana). El joven Ratzinger quedó impresionado por Catolicismo de De Lubac, y por el Sentido de la Liturgia, de Guardini. Y, desde entonces hasta el final de su vida, se mantendrá muy bien informado de los progresos de la teología bíblica.

Un poco inesperadamente le tocó ser profesor del seminario y especializarse en Teología Fundamental, donde se planteaban las grandes cuestiones de la fe ante el mundo moderno, ante las ciencias, la política, las dificultades de las personas actuales para creer. La tesis doctoral sobre san Agustín (Pueblo y casa de Dios en San Agustín, 1953), le hizo ahondar en la eclesiología. Y la tesis de habilitación sobre La Teología de la historia en San Buenaventura (1959) abordaba un enfoque nuevo de la teología fundamental: la revelación, antes de concretarse en fórmulas de fe (dogmas) es la manifestación de Dios mismo en la historia de la salvación. Esto le enfrentó con Schmaus en el tribunal de tesis, pero era una idea que ya se imponía y acabaría recogida por el Concilio Vaticano II: la revelación es con “hechos y palabras” de Dios, y fundamenta la profunda unidad de las dos fuentes, Escritura y Tradición. 

Ratzinger profesor y teólogo (1953-1977)

Sigue una época muy intensa como profesor de Teología Fundamental (y después también de Teología Dogmática) en el seminario (1953-1959) y después en cuatro universidades: Bonn (1959-1963), Münster (1963-1966), Tubinga (1966-1969) y Ratisbona (1969-1977).

Ratzinger es un profesor joven e inteligente y se siente unido a una corriente teológica renovadora alemana con figuras representativas, como Rahner y Küng, que lo aprecian. También lo aprecia el cardenal Frings, que se lo lleva como asesor y perito conciliar, después de haberle oído una conferencia sobre cómo tenía que ser el Concilio (1962-1965). Trabajará bastante para el cardenal (casi ciego), y el Concilio le dará una nueva experiencia de la vida de la Iglesia y el trato con grandes y veteranos teólogos que admira, como De Lubac y Congar. 

Dentro de aquel entusiasmo teológico empieza a percibir los síntomas de la crisis posconciliar y, poco a poco, se distancia del vedetismo de algunos teólogos, como Küng, y también del que se comprendan como los verdaderos y auténticos maestros de la fe, un concilio de los teólogos constituido como una permanente fuente de cambio en la Iglesia. Ese va a ser el motivo de su adhesión al proyecto de la revista Communio, de Von Balthasar y De Lubac, en contraste con la revista Concilium, de Rahner. Hace falta discernimiento. También hace falta discernir y centrar la Teología bíblica, para que nos acerque y no nos separe de Cristo. Es una preocupación que nace entonces y crece en su vida hasta el final cuando, ya como Papa, escribe Jesús de Nazaret

La obra de esta época

A primera vista, la obra como teólogo no es muy grande y en cierto modo queda oculta, porque tiene bastantes artículos de diccionario y comentarios. Como fruto de sus trabajos en Teología Fundamental, se publicará más tarde su Teoría de los principios teológicos (1982). Además, reúne sus artículos sobre eclesiología en El nuevo Pueblo de Dios (1969) y, más tarde, en Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología.  

Sin embargo, el libro que le da fama en este momento y que reúne toda su preocupación de explicar la fe cristiana a un mundo moderno más o menos problematizado y crítico, es su Introducción al cristianismo (1968: año complejo), traducido pronto a muchas lenguas. Se trata de un curso para universitarios, pero reúne y sintetiza muchos de sus puntos de vista. 

Además, cuando ya ha sido nombrado arzobispo de Múnich, termina y publica una breve Escatología (1977), que tiene más importancia de lo que parece en su pensamiento, ya que da el sentido cósmico de la historia, pone la vida humana ante las grandes cuestiones y le permite acercarse al problema del alma y de la persona desde una óptica teológica renovada por el pensamiento personalista. El ser humano es, ante todo, una palabra de Dios y alguien destinado a él. 

Ratzinger obispo (1978-1982)

Le pilló completamente de sorpresa, como confiesa con toda sencillez en Mi vida. Ni siquiera cuando le llamó el nuncio se imaginó lo que le podía venir encima. Pero Pablo VI había pensado en él como un teólogo-obispo con autoridad personal suficiente para contribuir a sedimentar la difícil situación eclesial posconciliar en Alemania. Joseph Ratzinger la sufrió. Lo más hermoso y gratificante de su ministerio fue la predicación y el trato con la gente sencilla. Lo más áspero, las resistencias y manías de las estructuras eclesiales, tan desarrolladas (y a veces problematizadas) en Alemania. Lo primero es la fe vivida, en la que se aprecia la autenticidad y eficacia del Evangelio. Pero lo segundo, difícil de manejar, también pertenece a la realidad de la Iglesia en este mundo, y no se puede obviar. 

Como la segunda parte queda más oculta, se puede decir que este periodo se caracteriza por una gran expansión de su atención a la liturgia y a la predicación sobre la santidad cristiana. Y esto consolida su teología como pastor, recordando la intensa tradición de los antiguos padres de la Iglesia, teólogos y obispos. La misión de un obispo es, sobre todo, celebrar y predicar, además de guiar la vida de la Iglesia. La misma actividad le permite cuajar su pensamiento litúrgico, y desarrollar su referencia a la santidad de la Iglesia, reflejada en los misterios de la vida del Señor y en la vida de los santos. 

La obra de este periodo

Es un periodo corto, de cuatro años, pero clave en el desarrollo de su teología litúrgica. Lo que, primero, como sacerdote y profesor, habían sido predicaciones ocasionales, se convierte poco a poco en un cuerpo sobre los misterios de la fe y de la vida de Jesucristo que la Iglesia celebra a lo largo del año. Por ejemplo, las cuatro predicaciones sobre Eucaristía, centro de la Iglesia (1978), El Dios de Jesucristo. Meditaciones sobre el Dios Uno y Trino, y La fiesta de la fe (1981). Su reflexión litúrgica, antes un poco dispersa y ocasional, se consolida ahora en una visión general, y acabará, ya como prefecto, en su El sentido de la Liturgia (2000). En la que incluye también su interés por el arte y, especialmente, por la música sagrada. 

Además, en este periodo destaca su predicación sobre la creación ante las cuestiones de la ciencia moderna y la evolución, que da lugar a un libro inteligente y lúcido, Creación y pecado.

Lecturas del domingo

«Las ánforas del vino nuevo». Domingo II del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del II domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La tercera Epifanía de Jesús tiene lugar en Caná. En la Misa el Evangelio comienza con las palabras: “en aquel tiempo”, pero en el original el episodio es introducido con: “el tercer día”. En la teofanía del Sinaí, Dios apareció a Moisés al tercer día entre truenos y relámpagos, en una nube y con un sonido de cuerno muy fuerte.

El estilo ha cambiado: aquí Jesús participa en una fiesta de bodas: alegría, buena comida, cantos y bailes. Tres días durò su búsqueda y tres días durará “su hora”, en Jerusalén. La boda es símbolo de la relación de Israel con Dios. Con Isaías Dios declara su amor por Jerusalén: “Serás llamada Mi gozo y tu tierra Casada, porque el Señor encontrará Su deleite en ti y tu tierra tendrá un novio … como el esposo se regocija por la esposa, así tu Dios se regocijará por ti”.

El verdadero esposo en Caná es Jesús, llamado siete veces con su nombre propio y tres con pronombres personales, y la verdadera esposa es María, llamada dos veces la madre de Jesús, luego mujer y otra vez madre. Es María quien presenta a Jesús y a sus discípulos, nosotros, a la fiesta. Ella se da cuenta. Deja el papel de simple invitada. Va más allá: no es el esposo, ni el maestro de mesa, nadie le ha pedido nada, pero “cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo:« No tienen vino»”.

Ha puesto su ojos en el Hijo y con la mirada le pide que dé un signo de sí mismo a esos esposos y al mundo. Jesús está pensativo, a María le recuerda su estado de animo a las palabras del ángel. Quizá no quería empezar todavía lo que habría traído un inmenso sufrimiento a su Madre, porque le habría llevado a morir por amor, por todos.

Por eso le dice: “Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora”. La hora decidida por el Padre. Diciendo esto, conecta las bodas de Caná con su cruz y su resurrección. María entiende y, con el lenguaje de sus ojos, que ambos conocen bien desde siempre, le dice: mi amor, no temas por mí, ya he dicho mi sí.

Y es para siempre, lo sabes. Con la mirada le dice: “Ya puedes anticipar tu hora”. Pablo a los Corintios: “A cada uno se le da una manifestación particular del Espíritu para el bien común”, y en Caná cada uno hace su parte, los siervos cumplen con plenitud lo que María manda y que Jesús ha dicho: “hasta arriba” llenan las ánforas de piedra con agua para la purificación de la ley antigua.

Llegan a ser una anticipación de los cálices llenos del vino de la nueva alianza. El maestro de mesa prueba y testimonia que ese vino es el mejor. El esposo, primer receptor involuntario del evangelio de Dios, acoge con su asombrado silencio lo inesperado que sucedió en su vida. Los discípulos, y nosotros con ellos, creemos en Jesús y le seguimos.

La homilía sobre las lecturas del domingo II

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Los Reyes Magos somos todos

Los “magos” personifican a todos aquellos que, sin pertenecer al Pueblo de Israel, habían de ser incorporados a Cristo por el bautismo.

11 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La manifestación de Jesús como Niño, Hijo de Dios, a unos “magos venidos de Oriente” es la revelación del Mesías, Hijo de Dios, a toda la humanidad. Los “magos” nos representan. Personifican a todos aquellos que, sin pertenecer al Pueblo de Israel, habían de ser  incorporados a Cristo por la fe y el bautismo. Ellos  fueron los primeros a los que el Señor quiso manifestarse fuera de Israel.

Su camino hacia el Niño es guiado por una “estrella”. Ello nos indica la importancia de la creación como camino hacia Dios para todos los pueblos. Los magos comienzan su itinerario desde la revelación de Dios en la naturaleza para llegar a la revelación de Dios por medio de las Escrituras de Israel: «En Belén de Judá – le dijeron- pues así está escrito por medio del Profeta. Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi Pueblo, Israel» (Mt 2,5-6). Para encontrar al verdadero Dios hay que pasar por la revelación de Dios hecha a Israel.

Los magos, que la tradición dice que eran también Reyes, nos representan a todos. San León Magno escribió: «Que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas (….) Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no sólo ya en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre» (Serm.23).

El mundo tiene una gran necesidad del verdadero Dios, revelado, en primer lugar a Israel. Los magos llegan a Jerusalén «para rendir homenaje al Rey de los judíos» (Mt 2,2). Él es «Quien domina sobre pueblos numerosos» (cf. Nm 24, 7 y ss.). Todos tenemos una gran necesidad de adorar a ese Niño y de ofrecerle el regalo de nuestra existencia.

Percibimos con claridad que la cultura dominante es relativista. Todo debe girar en torno al propio individuo, como norma de verdad y de bondad; todo está en función de la precepción subjetiva de cada uno, de cada una y en el “derecho a tener derechos”, rehuyendo los deberes y responsabilidades familiares o sociales. Los demás, simplemente, deben sujetarse a mi decisión.

Ese “subjetivismo” dominante que parece favorecer a la persona, en realidad, la debilita, debilitando también a la familia y a la sociedad, y la hace fácilmente dependiente de intereses de los grandes grupos de poder.

Sí, también la Doctrina social de la Iglesia afirma que «el bien común esta siempre orientado hacia el progreso de las personas» (CIC, n.1912); que «el orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas….y no al contrario» (GS 26,3), pero la persona abierta a Dios como su Creador y Salvador y abierta a la familia y a la sociedad; no cerrada en sí misma. Es un orden social que tiene como base la verdad de la persona como criatura; un orden social edificado en la justicia y vivificado por el amor. 

La raíz de este proceso trasformador, que estamos viviendo y que nos lleva a un “subjetivismo” dominante, ¿no será el empobrecimiento espiritual, la ausencia de Dios, la pérdida del verdadero sentido de la vida y de la muerte que lleva a un nihilismo deshumanizador? Toda persona tiene necesidad de encontrar un sentido a su vida y este sentido último sólo puede ser el Dios verdadero, el Único que puede satisfacer plenamente el ansia de felicidad que anida en el hombre.

Por eso, es tan importante que miremos al cielo, a esa estrella que nos lleva al Niño Jesús para despertarnos y ayudar a despertar de ese sueño deshumanizador que pretende desterrar a Dios de la vida de los hombres.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Mundo

Cristina Inogés:»Percibo que aquello de ‘la hora de los laicos’ está más cerca que nunca»

Entrevista a Cristina Inogés, miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo y encargada del momento de reflexión de la apertura del camino sinodal en Roma.

Maria José Atienza·11 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Cuando recibió el correo de la Secretaría General del Sínodo de los obispos invitándola a ser una de las voces participantes en la apertura del sínodo “Por una Iglesia sinodal, comunión, participación y misión”, esta laica, teóloga por la Facultad de Teología Protestante de Madrid y miembro de la Comisión Metodológica de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, pensó “que se habían equivocado de Cristina”.

Ya en la ceremonia de apertura, en su meditación, junto al Papa Francisco, señaló que es “bueno y saludable corregir los errores, pedir perdón por los delitos cometidos, y aprender a ser humildes. Seguramente viviremos momentos de dolor, pero el dolor forma parte del amor. Y nos duele la Iglesia porque la amamos”. De esta meditación y del camino sinodal del que forma parte ha hablado con Omnes.

Usted fue una de las participantes en la apertura del Sínodo en Roma junto al Papa Francisco. ¿Cómo recibió este encargo? 

–Fue a través de un correo electrónico, que es como funcionamos hoy. Todo muy normal y sencillo. 

¿Qué supuso para Usted ese momento? 

– Lo primero fue creer que se habían equivocado en la Secretaría General del Sínodo porque en la Comisión Metodológica hay otra Christina. Cuando me di cuenta de que no había equivocación posible y que el correo era para mí, no me lo podía creer. Respiré hondo unas cuantas veces y respondí al correo dando las gracias. Tampoco cabe hacer mucho más.

Hace unas semanas, tuvo la oportunidad de participar en los jueves del Instituto Teológico de Vida Religiosa, esos momentos de formación para la vida consagrada, en el que habló sobre la vida religiosa y la sinodalidad. ¿Hay un esfuerzo en la vida religiosa por participar y alentar este proceso? 

–Los religiosos tienen dos vías de participación: la diocesana por la diócesis donde haya comunidades, y la participación a través de su misma congregación. El esfuerzo, realmente, es porque pueden trabajar en profundidad a través de esas dos vías. Además, la vida religiosa tiene, como parte del pueblo de Dios, mucho protagonismo en este Sínodo, y no tiene que pasar desapercibido algo tan evidente que posiblemente por ello se nos escape. Ese algo es que Francisco ha nombrado a dos religiosos como subsecretarios del Sínodo: Nathalie Becquart, de la congregación de Xavières y Luis Marín, de la congregación de los agustinos. Eso no es una casualidad. Los dos, tanto Nathalie como Luis, además del muchísimo trabajo que tienen en la Secretaría General del Sínodo, no dejan de participar en encuentros, cursos, jornadas… alentando y explicando la importancia de este Sínodo. La vida religiosa tiene, como parte del pueblo de Dios, mucho protagonismo en este Sínodo.

¿Facilita la “tradición sinodal” de las comunidades religiosas el progreso de este proceso sinodal?

–Primero es importante dejar claro que la sinodalidad no es una tradición como tal. Es un elemento constitutivo de la Iglesia. Segundo, tener en una institución estructuras aparentemente sinodales no garantiza que éstas funcionen sinodalmente. También las hay en las parroquias, en las propias estructuras diocesanas, y hasta que no ha aparecido este Sínodo casi nadie había escuchado la palabra sinodalidad.

La vida religiosa tiene que aprender a ser sinodal, como lo debemos aprender todos. De hecho, en el reciente libro de Salvatore Cernuzio Il velo del silenzio se señala que la aplicación de formas sinodales en la vida religiosa será uno de los pasos que ayuden a limpiar en las congregaciones el problema de los abusos a las religiosas y a las monjas. Esto lo afirma Nathalie Becquart en el prólogo. Con esta afirmación queda claro que, hasta ahora, no se daba en la medida en que debía darse.

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Cristina Inogés y Mons. Luis Marín en la apertura del sínodo

Ahora que ya llevamos varios meses en este proceso. ¿Percibe en la Iglesia una apuesta real por la sinodalidad? 

–Apuesta clara… no sé. Cuesta mucho romper ciertas inercias y el miedo a lo desconocido no ayuda (aunque no entiendo qué miedo se puede tener a una propuesta del Espíritu como es este Sínodo). Sin embargo, sí percibo un entusiasmo en el laicado que empieza a ver que esta vez eso de la hora de los laicos está más cerca que nunca. Esa es la actitud: no quedarnos quietos y caminar, ir abriendo senda, saber que no estamos solos. Ser conscientes de que Francisco nos quiere escuchar y quiere que aprendamos a ser Iglesia de otra manera. 

Uno de los retos es integrar también a quienes no se sienten parte «activa» de la Iglesia (están bautizados o no). ¿Cree que se está llegando a estas personas? 

–Todos tenemos que implicarnos en la acción de aproximación a esas personas. Lo que sucede es que la primera aproximación tendría que ser por parte de los obispos porque esas personas a las que, en muchas ocasiones hemos silenciado e invisibilizado nosotros mismos, necesitan también la figura y la palabra de los pastores.

Hay que tener en cuenta que para acercarse a esas personas no sirven los cauces habituales. Es necesario crear otros, pensar en otros, construir otros y, sinceramente, no sé cómo va eso en este momento. Pero no vaya a creer alguien que es muy complejo hacerlo. Muchas veces las redes sociales pueden ser grandes aliadas. La cuestión es qué y cómo decimos en las redes que todos estamos llamados a participar en este Sínodo.

En sus palabras durante la apertura del sínodo se centró especialmente en superar y pedir perdón por los errores cometidos como parte de este proceso sinodal. ¿Hay miedo en reconocer la propia debilidad? 

–Todos tenemos que implicarnos en la acción de aproximación a esas personas. Lo que sucede es que la primera aproximación tendría que ser por parte de los obispos porque esas personas a las que, en muchas ocasiones hemos silenciado e invisibilizado nosotros mismos, necesitan también la figura y la palabra de los pastores.­Es verdad que hice alusión a los errores y dije que había que pedir perdón, pero no solo por los errores, también y sobre todo, por los delitos.

Errores y delitos no son lo mismo. Un error se puede cometer sin querer; un delito requiere premeditación. Son realidades tremendamente diferentes. Más que miedo a la propia debilidad, el miedo es a las consecuencias de esa debilidad, compuesta, repito, por errores y delitos. Cuesta mucho asumir la responsabilidad institucional y sin eso costará mucho recuperar, si se puede, algo de la credibilidad perdida. 

En este caso, como son de tal magnitud, el arrepentimiento debe ir acompañado de la investigación de los mismos. Sin ese proceso de investigación que lleve a la limpieza, por mucho que miremos hacia el futuro no encontraremos mucha esperanza, porque siempre estará la sospecha de que algo se ocultó en el pasado. Si queremos aprender, aprendamos limpiando. Será la única forma.

España

Los más jóvenes, más afectados por la pandemia

El XI Barómetro de las Familias en España, realizado por GAD3 para la Fundación The Family Watch, pone de manifiesto que los menores de 30 años son el grupo de edad que más ha acudido a la ayuda psicológica por problemas derivados de la pandemia.

Maria José Atienza·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los menores de 30 años han sido el grupo de edad más afectado por las consecuencias que la pandemia de coronavirus ha tenido en las familias españolas.

El 34% de los jóvenes entre 18 y 24 años ha necesitado de ayuda psicológica y han consumido ansiolíticos por primera vez en estos meses.

Internet: el campo de minas

Uno de los puntos preocupantes que se derivan de esteBarómetro de las Familias es el aumento del consumo de contenidos “para adultos” durante el confinamiento.

Aunque este barómetro, como destaca Sara Morais, directora general de GAD3, no mide el consumo sino la percepción, llama la atención que un 68,7% de los encuestados considere que se ha aumentado este tipo de conductas durante el confinamiento. Más de la mitad de ellos destacan, además, la facilidad de acceso a contenido inadecuado a través de las plataformas digitales de cine y entretenimiento.

El acceso a internet a través de dispositivos móviles, a una edad cada vez más temprana, supone un punto de preocupación clave en las familias españolas.

Los padres y madres apuntan el crecimiento de conductas nocivas como un excesivo uso y tiempo dedicado a las redes sociales.

Los problemas más temidos se centran en la exposición de su imagen, los insultos e injurias y la incapacidad para filtrar contenidos inapropiados. También apuntan a los posibles cambios en la autoestima derivados de la idealización percibida en perfiles de influencers.

Dentro de este ámbito, el 85% de los entrevistados ve con buenos ojos aumentar la regularización sobre la publicidad con menores, especialmente en lo que se refiere a la imagen de los menores en televisión y redes.

Cerca del 80% de los entrevistados cree que la publicidad muestra a los preadolescentes con actitudes adultas y que se da una imagen sexualizada de los preadolescentes.

En esta línea, Maria José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch quizo señalar la labor de la Fundación con operadores y partidos políticos para lograr que, al contratar una línea de Internet, venga, por defecto, con limitación de acceso a determinados contenidos como ya se hace en otros países.

Formar una familia, sí, pero a largo plazo

Formar una familia sigue pareciendo, a ojos de los más jóvenes, una tarea especialmente difícil. Los menores de 45 años priman una estabilidad económica y la ampliación de los estudios al hecho de formar una familia.

En este sentido, ocho de cada diez entrevistados piensan que existen más dificultades a la hora de formar una
familia respecto a generaciones anteriores y tan solo la mitad de los encuestados afirman que el hecho de formar una familia está bien valorado a nivel social y laboral, especialmente entre los mayores de 45 años.

Esta percepción negativa del entorno social y de ayudas es uno de los frenos más importantes para la formación de familias entre los 30 – 40 años. Como destaca Olesti: “Si no ofrecemos a los jóvenes oportunidades y les facilitamos poder formar una familia, e incluso emanciparse, difícilmente se plantearán tener hijos”.

Olesti también alude al desgaste físico y emocional que la pandemia ha dejado en las familias. Algo que hace evidente «la necesidad de reflexionar sobre la familia y las políticas familiares» para que éstas sean realmente efectivas y ayuden a las familias.

Luz al final del túnel

A pesar de que los datos están lejos de las percepciones previas al estallido de la pandemia de coronavirus, en 2019, el estudio de GAD3 delata un ligero optimismo en las familias españolas. En este sentido destaca la subida porcentual entre los menores de 45 años ante el hecho de formar una familia.

Si el año pasado, en pleno apogeo de la pandemia y con el confinamiento total aún reciente, sólo un 26% de los encuestados de esta franja de edad consideraba la posibilidad de formar una familia en los próximos años, este punto se ha elevado en esta edición a un 46%, aunque sigue estando por detrás de cuestiones como prosperar en la vida profesional o ampliar los estudios.

Asimismo se percibe un aumento de la creencia en la mejora de la situación económica, tanto familiar como nacional. Hace un año, las perspectivas de la mayoría de los encuestados mostraba un paisaje negativo del futuro económico general con un 65%. En esta edición, la percepción de un empeoramiento económico general ha bajado al 42,7%. Quienes piensan que su situación personal mejorará en los próximos meses también ha subido hasta el 24%.

En palabras de Morais «los españoles han retomado sus planes vitales frenados por la pandemia, como pueden ser la compra de una casa, un coche o formar una familia».

La directora general de GAD3 destaca que, en los próximos meses aumentarán indicadores económicos como el inmobiliario, parados por la pandemia.

La metodología

El Barómetro de las Familias se realiza a través de encuestas telefónicas, realizadas en la segunda quincena del pasado mes de diciembre. Las encuestas se hicieron a 601 hogares de todo el país, incluidas las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.

Vaticano

Se abre al público la antigua residencia de los papas

Rome Reports·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Palacio Apostólico de Letrán, junto a la basílica del mismo nombre que es la catedral de Roma fue la residencia de los papas desde el siglo IV al XIV.

El edificio fue reconstruido en el siglo XVI bajo el pontificado de Sixto V que lo convirtió en su residencia de verano. Actualmente acoge las oficinas de la diócesis de Roma. Su interior se ha abierto al público con visitas guiadas organizadas por los Misioneros de la Divina Revelación.


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Libros

En estado de gracia

Manuel Casado recomienda la lectura del nuevo poemario de Carmelo Guillén, del que podría decirse que cada página “chorrea vida y vida canta”.

Manuel Casado Velarde·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Carmelo Guillén Acosta (Sevilla, 1955) nos regala un nuevo libro de poemas. Tras su volumen recopilatorio Aprendiendo a querer. Poesía (revisada) completa 1977-2007 (2007) y sus posteriores entregas (La vida es lo secreto, de 2009, y Las redenciones, de 2017), En estado de gracia es un libro de celebración entusiasta de la plenitud humana merced a la Encarnación. Parodiando las palabras del soneto de Dámaso Alonso relativas a Lope de Vega, podría decirse que cada página de este poemario “chorrea vida y vida canta”. Amor y luz invaden y vivifican todo.

Si para Quevedo “todo lo cotidiano es mucho y feo”, la poesía de Guillén Acosta es un canto al “valor / que tiene cada cosa por frágil que resulte” (13), al carácter sagrado de la materia y lo prosaico, en lo que aspira a “sentir el chasquido de lo insignificante, / su cotidianidad”, “aquello que me impulsa a no ansiar / otra vida distinta a ésta en que ahora vivo” (16), porque en ella todo está “trabadamente hilado a nuestra hechura” (61). 

Libro

Título: En estado de gracia
Autor: Carmelo Guillén Acosta
Editorial: Renacimiento
Páginas: 72
Ciudad y año: Sevilla, 2021

Si no fuera tópico, y el autor no hubiera dado ya sobradas muestras para decirlo, habría que ponderar que estamos ante un libro de plena madurez, de dominio de recursos expresivos, siempre, claro, al servicio del núcleo de sentido. 

En las páginas de este libro se topa el lector con el mentís más terminante a una “mística ojalatera”. El poeta se entrega “a bocajarro al diminuto instante, / a la fugacidad del tiempo, a tantos hechos / que apenas casi asoman y caen en el olvido” (22); todo ello “en un presente / que sabe a eternidad” (23), “que no termina nunca, semejante / al del amor de Dios, cuyo ejercicio / descubro sin cesar en este mundo / al ritmo acompasado de mi vida” (25). Para descubrir a ese Dios que “se disfraza de rutina” (Insausti dixit), se precisa ser “contemplativo, / esa clarividencia que el silencio comporta, / esa armonía final con todo lo creado” (27), que permite seguir “fiel a lo nimio, / a la palpitación de lo diario”, y “ver cómo la vida / me impele a darme a las pequeñas cosas, / a su respiración sencilla y frágil” (29). 

En tiempos como los de hoy, con el advenimiento de las “no-cosas” propio del ámbito digital, en el que lo real se vuelve líquido, pierde densidad y se esfuma, y en el que nos hemos vuelto ciegos para las realidades silenciosas, habituales, menudas (Byung-Chul Han), la poesía de Guillén Acosta nos invita a anclarnos en el ser, en lo sólido de la roca viva.

El tono general celebrativo, con el dominio del ritmo a que nos tiene acostumbrados el autor, estalla en ocasiones en cantos como este: “Quién me iba a decir / que estas cosas minúsculas, / microscópicas casi, / sin interés alguno […], iban a acompañarme / en mi lucha diaria / hasta el fin de mis días, / y que serían la llave / que me abriera la puerta / angosta tras mi muerte” (30).

La poesía de Guillén Acosta no es una forma de expresarse: es una manera de vivir, de un vivir contemplativo, esperanzado, agradecido, abierto al gran don de la existencia humana. Un vivir, en suma, entregado, que “darse a otra persona es, sin lugar a dudas, / el camino más corto para alcanzar la dicha” (57). Es una poesía que habla a las más profundas necesidades humanas, porque brota de las “mesmas vivas aguas de la vida”, como dice santa Teresa de Ávila.

Si es verdad que, como escribe F.-X. Bellamy, el tiempo dedicado a la contemplación es lo único que hoy puede salvar a nuestro mundo, el poemario En estado de gracia opera en el lector el efecto perlocutivo de hacerle valorar la propia vida, “desvelándole en el tiempo lo que escapa al tiempo”, es decir, lo permanente, actual, eterno. Aquí, precisamente, radica, como ya advirtió Hölderlin (“lo que permanece lo fundan los poetas”), la esencia de la poesía. Función necesaria hoy más que nunca en que trajinamos, aquí y allá, con vértigo de ambulancia, pero sin puntos fijos y suelo firme donde anclarnos. Nada tiene, pues, de extraño que haya tanta sensación de absurdo y desesperanza. Y tanta medicalización prescindible.

Si alguien me preguntara por qué me gusta este libro de Guillén Acosta, la respuesta que me viene espontánea es: porque me ayuda a entrever el espesor de lo que, en mi día a día, parece trivial e inane; porque me ayuda a entender mejor mi vida y mi vocación de cristiano corriente; porque me ayuda a vivir.

Al pasar la última página de este poemario, no sabe el lector a ciencia cierta si ha estado leyendo o rezando. En cualquier caso, ha experimentado que lo que en cada momento tiene entre manos, por menudo o doloroso que sea (porque “de vez en cuando ocurre: el dolor da bocados”), posee una densidad inaudita si se sabe conjugar con los verbos amar y servir, en activa y en pasiva; y se ha “hecho a la idea / de que no existe otra eternidad” (44). 

El autorManuel Casado Velarde

Vaticano

El sueño de una Iglesia totalmente misionera

En el Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, el Papa Francisco ha manifestado su deseo de comenzar una etapa de la Iglesia que involucre a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo.

Giovanni Tridente·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una nueva temporada misionera que involucra a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo. Este es el sueño que el Papa Francisco transmitió a la Iglesia universal en su Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, dado a conocer el día de la Epifanía, el 6 de enero de este nuevo año.

La cita tendrá lugar, como es habitual, el penúltimo domingo de octubre, mes notoriamente dedicado a las misiones, y este año caerá el día 23. El tema elegido está tomado del versículo 8 de los Hechos de los Apóstoles, «Para que seáis mis testigos», que recoge la última conversación de Jesús resucitado con los discípulos antes de su Ascensión al Cielo.

Estas palabras – escribe el Papa Francisco en el Mensaje – representan «el punto central, el corazón de la enseñanza de Jesús a los discípulos en vista de su misión en el mundo». Y son una invitación constante para cada bautizado si quiere ser un verdadero testigo de Cristo. Aquí surge «la identidad de la Iglesia», que se construye no de forma aislada en los miembros individuales, sino de forma comunitaria, como ya indicó san Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi.

En cuanto a la esencia de esta misión -explica el Pontífice- se traduce en «dar testimonio de Cristo, es decir, de su vida, pasión, muerte y resurrección, por amor al Padre y a la humanidad». Es una advertencia para todo cristiano, que está llamado, en definitiva, a no comunicarse a sí mismo ni a sus propios dones y capacidades, sino a «ofrecer a Cristo con palabras y acciones, anunciando a todos la Buena Noticia de su salvación con alegría y franqueza, como los primeros Apóstoles».

Verdaderos testigos

Esto también puede significar, a veces, sufrir el «martirio», no necesariamente sangriento, pero es la forma más concreta de ser verdaderos testigos. No es casualidad que en la evangelización «el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo vayan juntos», como los dos pulmones con los que debe respirar una comunidad que se considere verdaderamente misionera, subraya el Papa Francisco en su Mensaje.

A continuación, el Papa vuelve a reflexionar sobre la necesidad de ir más allá de los «lugares habituales» de la evangelización, ya que todavía hay zonas geográficas a las que no ha llegado el mensaje cristiano. Al mismo tiempo, hay que considerar también todos esos horizontes sociales y existenciales, esas situaciones humanas «límite» que alimentan un deseo, aunque no se exprese, de encontrar a Cristo.

Evidentemente, es necesario contar con la inspiración constante del Espíritu Santo, porque es él «el verdadero protagonista de la misión», que da fuerza a sus discípulos y sabe dar «la palabra justa, en el momento preciso y en el modo apropiado».

En esta perspectiva, el Papa nos invita a vivir también los diferentes aniversarios misioneros que caen en este 2022. Entre ellos, el 400 aniversario de la creación de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, «una intuición providencial» que ya en 1622 permitió llevar a cabo la misión evangelizadora de la Iglesia lejos de la interferencia de los poderes mundanos.

Dos siglos después, la francesa Pauline Jaricot -que será beatificada el próximo 22 de mayo- fundó la Asociación para la Propagación de la Fe, que permitía a los creyentes individuales participar activamente en las misiones a través de una fructífera red de oración y colecta para los misioneros. De esa primera semilla nació la actual Jornada Mundial de las Misiones.

Testigos asesinados

Este aniversario puede ser también una oportunidad para recordar a los muchos testigos que dan su vida por las misiones cada año, siendo asesinados en contextos de violencia, desigualdad social, explotación y degradación moral y medioambiental: párrocos, sacerdotes comprometidos en obras sociales, religiosos, pero también muchos laicos y catequistas.

Cada año, sus historias se recogen en un dossier de la Agencia Fides. En 2021, por ejemplo, 22 misioneros fueron asesinados en el mundo, 13 sacerdotes, 1 religioso, 2 religiosas y 6 laicos, la mayoría de ellos en África, pero también en América, Asia y un caso en Europa. Personas que dieron testimonio de Cristo hasta el último momento de su vida, a menudo en esas periferias geográficas y existenciales alejadas de los lugares convencionales, tal como invita la Iglesia y como exige la verdadera misión.

Cultura

Gershom Scholem (1897-1982). La revelación y la tradición judías

En estos años de redescubrimiento de la tradición y cultura judías por parte del mundo católico, un autor clave para comprender el pensamiento judío hoy -y sus tensiones y conflictos- es Gershom Scholem, que es una figura relativamente poco conocida en España.

Jaime Nubiola·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Gerhard Scholem hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser lo más judío posible. Nació en 1897 en una familia judeo-germana asimilada, para quienes la judeidad no era nada más que tradiciones de sus antepasados. Por ello, la búsqueda del joven Scholem fue vista como un acto de rebeldía, muestra de unos intereses demasiado judíos. Prueba de esto es su rechazo al nombre de “Gerhard” y su sustitución por el nombre mucho más judío “Gershom”.

Estudió matemáticas, filosofía y lenguas orientales antes de encontrar el que sería su tema preferido de estudio: la Cábala, el sistema de interpretación de las doctrinas ocultas de la tradición mística judía. Participó en grupos sionistas desde joven. Aseguraba que el sionismo no era para él un movimiento únicamente político, favorecedor de la creación del Estado de Israel, sino un movimiento de profunda renovación del judaísmo.

Para Scholem, el judaísmo era algo particular, imposible de asimilar a cualquier otra cultura sin destruirse; la búsqueda de ese “verdadero judaísmo” fue lo que le movió a estudiar la Cábala y otros movimientos históricos, así como a unirse al sionismo y a trasladarse a vivir a Jerusalén, donde fallecería en 1982, después de una prolífica vida académica en la Universidad Hebrea. Su interés por la renovación espiritual del pueblo judío le llevó a investigar sobre la historia, el mesianismo y la identidad y misión histórica judías.

Su pasión por el pasado no era un interés meramente erudito: lo que esperaba encontrar en la historia era la fuerza renovadora que permitiera construir el presente para dar así al pueblo judío nuevos motivos para luchar por existir. Así lo escribe en Grandes tendencias de la mística judía: “Las historias todavía no han terminado, todavía no se han convertido en historia, la vida secreta que hay en ellas puede emerger nuevamente en ti o en mí el día de hoy o de mañana”.

Scholem consideraba que la prueba irrefutable de la particularidad del pueblo judío era su resiliencia: a pesar de las vicisitudes de la historia y de las circunstancias difíciles por las que tuvo que pasar, supo preservarse siempre y conservar su sentido y su misión. “En última instancia este sentido se fundamentaba en la relación particular que guarda el pueblo elegido con Dios y que la tradición preserva a la par que enriquece según las circunstancias históricas”, ha escrito César Mora (“Gershom Scholem, redescubridor de la mística judía”, El Ciervo, 2019). Para Scholem, es llamativo cómo, bajo circunstancias sociales muy duras, capaces de aplastarlo, el judío se ha reconfigurado y desarrollado. Esto no lo achaca únicamente al vínculo religioso, pues le parece que justamente la época actual, marcada por la secularización, no ha sido capaz de hacer obsoleto el vínculo común del pueblo.

Para Scholem, la especificidad del pueblo judío surge en gran medida por la elección de Dios y el mensaje que le reveló. Esta revelación no es comprendida como un momento único y final, sino que se irradia y se expresa en toda la realidad y a través de toda la historia.

Scholem comprende la revelación como algo abierto, pendiente de su configuración final que solo se comprenderá mirando hacia atrás: “La palabra de Dios, si existe algo semejante, representa un absoluto, del que tanto puede decirse que descansa en sí mismo como que se mueve en sí mismo. Sus irradiaciones están presentes en todo aquello que, en cualquier parte, pugna por expresarse y configurarse… y es precisamente en esta diferencia entre lo que se llama palabra de Dios y la palabra humana donde se halla la clave de la revelación” (Scholem, Hay un misterio en el mundo: Tradición y secularización, p. 18). 

Por ello, la revelación es comprendida por Scholem como algo abierto a interpretación, un encuentro del hombre con la palabra de Dios que es infinitamente interpretable, que se va configurando a través de las experiencias históricas y con ellas se renueva. La experiencia histórica se torna así para el judaísmo en algo fundamental, en donde el pueblo judío encuentra su identidad y donde se encuentra con la revelación.

Uno de estos momentos fundamentales que imprime identidad en el pueblo judio sería la revelación del Sinaí y, aun hoy, la pregunta por los contenidos de la revelación y su confrontación con los tiempos sigue siendo vigente.

Para Scholem, la revelación se adapta al tiempo histórico y por ello en cada momento de la historia hay que plantearse nuevamente esta pregunta y buscar una respuesta también en la historia. Las experiencias históricas llevan al judío necesariamente a plantearse su identidad; a diferencia del cristiano, a quien las circunstancias históricas no le dicen —según Scholem— nada de su identidad, pues su momento configurador —la venida del Mesías— ya ocurrió en el pasado. El presente y el futuro están para el judío abiertos y radicalmente relacionados con su identidad más íntima. Sucesos como la Shoá son fundamentales para comprender la identidad judía de hoy.

La revelación —para Scholem— está abierta a la novedad de la creatividad humana. No se trata de algo fijo y que solo deba ser transmitido, sino de algo vivo, en una constante relación con la conciencia creyente y abierta a la espontaneidad. Scholem ve en la tradición el secreto del pueblo judío, pues representa la unión de lo antiguo con lo nuevo, la aceptación de la novedad y su integración en lo ya establecido.

Aprender de nuestros “hermanos mayores en la fe” —como gustaba llamar Juan Pablo II al pueblo judío— es un desafío. En esta dirección, Gershom Scholem es un autor que puede ayudarnos, pues da mucho que pensar.

América Latina

El contexto de las presidenciales en Chile

Tras una campaña disputada, el candidato de izquierda Gabriel Boric ha logrado la mayoría frente a José Antonio Kast, abogado y político católico. Los obispos piden que “gobierne para todos los chilenos”.

Pablo Aguilera·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En un reñido balotaje, el domingo 19 de diciembre, José Antonio Kast, abogado y político católico, aceptó su derrota ante su rival, Gabriel Boric, candidato de la extrema izquierda.

En la madrugada del lunes 20 se informaron los resultados finales: Boric sumó 55,8 % de los votos, frente al 44,1 % de Kast. El porcentaje de los chilenos que acudió a las urnas en esta segunda vuelta fue 56,59%.  En la primera vuelta del 21 de noviembre votó el 47,34 % de los ciudadanos; en ella Kast había logrado la primera mayoría, seguido de cerca por Boric.

En su propuesta de gobierno, Kast presentaba distintas estrategias para proteger la vida desde su concepción hasta la muerte natural, para reforzar el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos y para reconocer la cultura e identidad de los indígenas, entre otras propuestas.

En tanto, la propuesta de gobierno de Boric, abanderado del Frente Amplio y del Partido Comunista, promete la incorporación de una perspectiva feminista, la implementación de políticas como el “aborto legal, libre, seguro y gratuito” y modificaciones a la ley de identidad de género, entre otras ideas.

Boric se encuentra en su segundo periodo como diputado y para el estallido social de 2019 firmó el Acuerdo por la Paz para acoger las demandas de la ciudadanía respecto sobre políticas públicas que permitan mayor dignidad y que hoy se traduce en la Convención Constitucional para proponer una nueva Constitución para Chile.

Ante la elección presidencial, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal (CECh), emitió un prudente comunicado el 16 de diciembre, donde ofreció sus oraciones por el próximo presidente y le pidieron “que gobierne para todos los chilenos, buscando caminos de diálogo, acuerdo, justicia y fraternidad”.

Algunos obispos, individualmente, recordaron a sus fieles los “principios no negociables” para la Iglesia: respeto a la vida desde su concepción hasta su muerte, matrimonio entre un hombre y una mujer, libertad de educación, etc. Al conocerse el resultado de la elección, el Comité permanente envió sus saludos al triunfador: “Rogamos a Dios que le regale su sabiduría y su fuerza, la que sin duda necesitará. La misión siempre es más grande que nuestras posibilidades y capacidades, pero confiamos que -con la colaboración de los ciudadanos, el trabajo de los diversos actores sociales y políticos, y la fuerza espiritual que viene de la fe y de las convicciones humanas más profundas- pueda enfrentar su tarea con generosidad, compromiso y prudencia”.

Aunque el programa de Boric propone hacer drásticos cambios en políticas públicas, muy  probablemente deberá negociar con la oposición pues ésta tendrá el 50 % de los senadores en el nuevo Congreso. El Presidente y los nuevos parlamentarios asumirán en marzo próximo.

Más allá del resultado de la elección presidencial, hay algo más importante por venir. La Convención Constituyente, que comenzó a trabajar en julio pasado, debería entregar una propuesta de nueva Constitución política entre abril y julio del 2022. Sesenta días después ese texto será sometido a plebiscito; para su aprobación o rechazo se necesitará el 50 % más uno de los votos.

La Iglesia Católica y otras confesiones cristianas, judíos, musulmanes y otros están recolectando 15.000 firmas requeridas para apoyar una propuesta sobre la libertad religiosa a la Convención. Dicha propuesta la hicieron llegar por escrito en octubre pasado.

El presidente de la Conferencia Episcopal, el Cardenal Arzobispo de Santiago Celestino Aós reflexionó en su mensaje de Navidad sobre esta situación, poniendo el acento en la acogida, la escucha y el diálogo: “Nosotros estamos en otra: atareados con nuestros quehaceres y planes políticos y sociales, enfadados en nuestras aventuras y desventuras financieras, discutiendo religiosamente sobre justicia y pecados ¡siempre pecados de los otros, que la corrupción anda por otros barrios! Suenan y resuenan las palabras dinero, vacaciones, negocios, eso sí, envueltas en virus y contagio, y camas UCI, etc. muy preocupados y lamentando que no sea tan grande la avalancha de objetos y regalos, y porque nuestras celebraciones deben ceñirse a los aforos ordenados, y sin entender que todos debemos hacer nuestro aporte para organizar mejor nuestra convivencia, para poner paz donde hay violencia, respeto donde hay odio, honradez donde hay corrupción, fidelidad matrimonial donde hay abuso y abandono, diálogo donde ensordece el insulto y la descalificación, acogida donde los migrantes sufren rechazo. Son tarea de todos, es tarea también de usted”.

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Mundo

Los viajes del Papa en 2022: cada vez más ‘constructor de puentes’

Como sucede con los consistorios de cardenales, o ahora con la reforma de la Curia romana, y por supuesto con ocasión de los cónclaves, la expectativa de los viajes del Santo Padre en 2022, trae consigo un punto de intriga, de misterio. Los viajes apostólicos del Papa Francisco suponen una siembra de fraternidad y unidad, y le muestran, cada vez más, como Pontifex.

Rafael Miner·9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

La evolución de la pandemia está marcando las visitas del Papa a diversos lugares de Italia y del mundo. Por este motivo, la Santa Sede no puede programar estos viajes con la antelación que desearía. Sin embargo, Francisco ha ido deslizando algunos de sus deseos, y las audiencias ofrecen algunas pistas.

Al escribir estas líneas sobre posibles viajes del Papa en este año que comienza, con la ayuda de Giovanni Tridente, corresponsal de Omnes en Italia. pensaba en tres escenas de 2021. La primera, sus palabras en el avión de vuelta de su histórica visita a Irak, a primeros de marzo, que ahora veremos.

En segundo lugar, la consagración de la moderna iglesia de San Juan Bautista, novena en los Emiratos Árabes Unidos, en diciembre, a pocos días de la inauguración de la gran catedral de Nuestra Señora de Arabia en Bahréin, que el Papa ha agradecido al rey Hamad bin Isa Al Khalifa.

Y la tercera, el encuentro del Papa Francisco con el Metropolitano ortodoxo, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, Hilarión Alfeyev, que tuvo lugar el 22 de diciembre, en el estudio del Aula Pablo VI. Durante una hora, se reafirmó “el espíritu de fraternidad” y el compromiso común de “buscar respuestas humanas y espirituales concretas”, señaló la Oficina de Prensa del Vaticano.

Con el Patriarca ortodoxo Kirill

En el encuentro, el Metropolitano Hilarión transmitió al Papa sus mejores deseos, tanto personales como en nombre del Patriarca Kirill, por su 85 cumpleaños. El Pontífice acogió estos saludos “con gratitud”, expresando “sentimientos de afecto y cercanía a la Iglesia rusa” y al propio Kirill, que ha cumplido recientemente 75 años. El Santo Padre recordó “el camino de fraternidad que hemos recorrido juntos y la conversación que tuvimos en La Habana en 2016”.

En este clima, que continúa el mantenido por el Santo Padre con los máximos representantes de la Iglesia ortodoxa en Chipre y Grecia, uno de los posibles lugares que baraja la Secretaría de Estado vaticana para un encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill podría ser la abadía de Pannhonalma (Hungría), lugar de fuerte tradición ecuménica, quizá en septiembre, o incluso en la primera mitad de este año. Su abad es Ciril Tamas Horotobagyi, y ha estado en diciembre en Roma. Otros lugares posibles para ese encuentro serían Finlandia e incluso Kazajstán, aunque el país está envuelto ahora en una crisis. “Siempre estoy dispuesto, también estoy dispuesto a ir a Moscú. No hay protocolos para dialogar con un hermano”, ha manifestado el Papa recientemente, según recoge Rome Reports.

Rememorando Irak

“Viajé a Irak conociendo los riesgos, pero tras rezarlo mucho, tomé la decisión libremente. Ha sido como salir de la prisión”, señaló el Papa Francisco en el avión de vuelta de su visita a la tierra de Abraham, en marzo de 2021, tras quince meses recluido en el Vaticano, sin recibir a fieles en audiencias.

La estancia del Padre común de los católicos en tierras iraquíes nos dejó enseñanzas de calado, que sintetizamos en Omnes, y ofrecen también algunas claves para sus próximos viajes. Quizá la primera es ésta: pensar los otros, en el pueblo iraquí, viajar a pesar de que todo parecía en contra, ir a confortarles y consolarles. Una obra de misericordia.

La segunda fue la compasión, como Jesús poco antes de la multiplicación de los panes y los peces, tal como se ha leído en el evangelio de este sábado. Hace unos años, en octubre de 2015, poco antes de la convocatoria del Año Santo de la Misericordia, el Papa decía en Santa Marta: Dios “tiene compasión, siente compasión por cada uno de nosotros; tiene compasión por la humanidad y ha mandado a su Hijo para curarla”.

La compasión latió en el fondo de las oraciones del Papa Francisco, Pontifex, en las llanuras de Nínive o en las de Ur, por tantas personas, en especial cristianos, que han padecido “las trágicas consecuencia de la guerra y de la hostilidad”. Y en Mosul, donde el Papa habló de crueldad: “Es cruel que este país, cuna de la civilización, haya sido golpeado por una tempestad tan inhumana, con antiguos lugares de culto destruidos y miles y miles de personas (musulmanes, cristianos, yazidíes y otros), desalojadas por la fuerza y asesinadas”. Horas más tarde, en el vuelo de vuelta a Roma, diría a los periodistas: “no imaginaba las ruinas de Mosul, me quedé sin palabras”. Alguna foto, que pueden ver en esta misma web, es realmente impactante.

“Tenemos que perdonar”

Allí, en Hosh-al-Bieaaa, plaza de las cuatro iglesias (sirio-católica, armenia-ortodoxa, sirio-ortodoxa y caldea) de Mosul, destruidas entre los años 2014 y 2017 por atentados terroristas, Francisco afirmó con solemnidad que “la fraternidad es más fuerte que el fratricidio, la esperanza es más fuerte que la muerte, la paz es más fuerte que la guerra”“Esta convicción nunca podrá ser acallada en la sangre derramada por quienes profanan el nombre de Dios recorriendo caminos de destrucción”.

Last but non least (por último, pero no menos importante), decíamos, el perdón. “Dios omnipotente, abre nuestros corazones al perdón recíproco, haznos instrumentos de reconciliación”, rezó en la milenaria Ur de Abraham, junto a un centenar de representantes del islam, del judaísmo y del cristianismo, en un histórico Encuentro interreligioso.

Líbano, Kazajstán, India…

Tras los mensajes que el Papa nos ha dejado también en Chipre o junto a la Acrópolis ateniense, en Lesbos, y antes en Budapest y Eslovaquia, el Papa Francisco ha clamado en paralelo por la paz y la estabilidad en el país de los cedros, el Líbano. No es probable que se den todavía las condiciones para esa visita, al menos en el primer semestre. Pero Francisco quiere ir al país mediterráneo.

A primeros de agosto, un año después de la terrible explosión que devastó el puerto de Beirut, dejando casi 200 muertos y miles de heridos, el Papa renovó públicamente su compromiso de visitar el Líbano en un futuro próximo. “Queridos libaneses”, manifestó en el Aula Pablo VI, “mi deseo de ir a visitarlos es grande. No me canso de rezar por ustedes, pidiendo que Líbano vuelva a ser un mensaje de fraternidad, un mensaje de paz para todo Oriente Medio”.

En Kazajstán (Asia central) tendrá lugar el Séptimo Encuentro de los Líderes de las Religiones Tradicionales, los días 14 y 15 de septiembre, y hay que recordar que el presidente del Senado estuvo recientemente visitando al Papa en Roma. Sin embargo, las condiciones políticas actuales del país no parecen las idóneas para una visita papal, tal como se ha señalado. Sin embargo, nada es descartable.

Citemos también a India. A finales de octubre, el Papa recibió al primer ministro de la República hindú, Narendra Modi, quien saludó a continuación, al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, y al arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados: “En el transcurso de una breve conversación”, señaló el comunicado, “se refirieron a las cordiales relaciones existentes entre la Santa Sede y la India”. Sin embargo, no hay fecha concreta para una eventual visita.

Santiago de Compostela, Canadá

Dos viajes probables del Papa en el verano de este año son Santiago de Compostela y Canadá. En la amplia entrevista con Carlos Herrera, ‘Herrera en Cope’, a primeros de septiembre, el Papa señaló su deseo de viajar a Santiago en el verano de 2022 para dirigir un llamamiento a Europa. “Al presidente de la Xunta de Galicia le prometí pensar el asunto”, comentó el Pontífice. Para mí la unidad de Europa en este momento es un desafío. O Europa continúa perfeccionando y mejorando en la Unión Europea, o se desintegra”. El marco ideal podría ser el final de la Peregrinación Europea de Jóvenes, que concluye el 6 y 7 de agosto.

Francisco reiteró en la conversación que su objetivo es seguir dando prioridad a visitar los países pequeños de Europa. Por eso, “fui a Estrasburgo pero no fui a Francia. A Estrasburgo fui por la Unión Europea. Y si voy a Santiago, voy a Santiago, pero no a España, que quede claro”. Aunque no se descarta en algunos medios que el Papa, jesuita al fin y al cabo, acceda a visitar Manresa (o Loyola) en la conclusión del Año Ignaciano, que conmemora el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio de Loyola, tal como ha contado Omnes.

Otra visita más que posible es el viaje del Papa a Canadá, en América del Norte, que tiene que ver con un asunto que ha conmocionado a la Iglesia estos años: los graves abusos a menores. La Conferencia Episcopal Canadiense ha invitado al Santo Padre a realizar una visita apostólica dentro del contexto del proceso pastoral de reconciliación que se está llevando a cabo con la población indígena, tras su maltrato por comunidades católicas en el siglo XIX, que incluyó el descubrimiento de más de mil tumbas sin nombre con restos de niños indígenas.

Ucrania, Montenegro, Malta, Sudán del Sur, Congo…

También se habla de un viaje a Ucrania, antes del verano. Francisco ha señalado en Navidad que no se permita “que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso”, por las tensiones entre Kiev y Moscú, que hacen temer una escalada militar. Y recordó también las tragedias “olvidadas” del conflicto en Yemen y Siria, que “ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados”. Católicos ucranianos dan casi por hecho un viaje del Papa, con el fin de evitar un conflicto con Rusia.

Por otra parte, desde antes de la pandemia, estaban previstos viajes de Su Santidad a Montenegro, Malta, Indonesia, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea (Oceanía), y quizá aún con más insistencia, a la República del Congo y a Sudán del Sur, en el continente africano.

Florencia (región del Mediterráneo), y Roma

Un primer encuentro de este año será el que mantendrá el Papa en Florencia con obispos y alcaldes de la región del Mediterráneo, a finales de febrero, en el que participarán también refugiados y sus familias, de modo que esa zona vuelva a ser “un símbolo de unidad y no una frontera”.

El evento continúa la misión lanzada por el Episcopado Italiano en Bari en febrero de 2020, al borde de la pandemia, con el meeting “Mediterráneo, frontera de la paz” que, por primera vez en la historia, reunió a los obispos del Mare Nostrum, unidos por el deseo de derribar los muros que separan a las naciones, informa la agencia oficial vaticana.

Por otra parte, sin moverse de Roma, en junio de este año tendrá lugar el X Encuentro de las Familias, con el tema ‘El amor familiar: vocación y camino de santidad’. Un encuentro que se tuvo que aplazar en el año 2020 por la pandemia y que tendrá una modalidad multicéntrica y extendida, “favoreciendo la implicación de las comunidades diocesanas de todo el mundo”.

“Cuatro o cinco viajes fuera de Italia”

El Papa Francisco inicia este año, durante el que se cumplirán nueve años de su elección, con la preparación de “cuatro o cinco” viajes fuera de Italia, durante los que podría visitar Oceanía y Canadá por primera vez, entre otros destinos, ha informado la agencia de noticias Télam, aunque tiene en mente viajes “al Congo y Hungría”.

“Además, todavía tengo que pagar la cuenta atrasada del viaje a Papúa Nueva Guinea y Timor del Este”, agregó el Santo Padre, en referencia a la visita programada originalmente para 2020, pero suspendida por la pandemia.

“Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es”, señaló el Papa sobre su forma de viajar en el libro ‘Soñemos juntos’, en el que agregó: “Siempre pensé que uno ve el mundo más claro desde la periferia, pero en estos últimos siete años como Papa, terminé de comprobarlo. Para encontrar un futuro nuevo hay que ir a la periferia”.

Reverendo SOS

Desiertos que refrescan

Lo ordinario en el desarrollo de la vida espiritual es pasar por el desierto. Lo hizo el pueblo judío, Juan Bautista, Cristo y otros tantos que han venido después. El desierto espiritual puede confundirse con una crisis existencial, con una depresión o con una noche oscura. También puede solaparse con todas ellas.

Carlos Chiclana·9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Puedes atravesar desiertos personales, matrimoniales, vocacionales, espirituales, institucionales, etc. Allí las condiciones son espartanas, hace mucho frío y mucho calor, hay poca compañía, la alimentación es precaria, el tiempo pasa lento, prima el silencio, hay polvo y bichos, son lugares inhóspitos, austeros y desagradables. Es lógico quejarse y buscar consuelo, ya sea un becerro de oro, convertir piedras en pan o llorar por los puerros y cebollas que antes comías.

Y a la vez, recuerda que vas de paso, que dejarás atrás algo que sobraba, que sabes que es un desierto porque has conocido otros parajes y puedes comparar. Que ahora estés ahí no anula lo vivido antes ni lo niega, si acaso lo refuerza, lo afirma y lo contrasta. Que antes fuera distinto también reafirma que ahora estás en ese paraje desolador. La sequedad emocional de esta temporada contrasta con la sabia conciencia que señala de forma connatural la verdad. El desierto es un lugar solitario donde únicamente Dios te encuentra al amanecer después de haberte contemplado mientras dormías. 

No le tengas miedo, asusta sí, y lánzate a recorrerlo porque nos conviene aunque no lo entendamos. 

1.- Amenaza con desestructurar tu vida. Parece que se ha terminado todo, que ya nada tiene sentido, que todo lo anterior era falso. Aparecerán grandes desasosiegos y/o sutiles planteamientos engañosos: desilusión, cansancio, cuestionamiento existencial o enmienda a la totalidad.

2.- Cuestiona. Atravesarlo supone discernir de nuevo. Sí, otra vez. Qué es trigo y qué cizaña, qué está recto y qué torcido, qué es luz y qué sombra, te preguntan los demonios y las fieras, si es este camino o el otro. Es una deliberación lúcida en la que, al mismo tiempo, sabes y no sabes, ves y no ves. 

3.- Despierta al espíritu para que vuelvas a empezar, y a comenzar de verdad. Es el preámbulo de un nuevo camino espiritual, para retornar a lo esencial y hacer las cosas nuevas. No niega el pasado, sabes de dónde vienes, incluso a veces huyendo del egipcio de turno. El sol te quema la piel que tenías y aparece una nueva. Tienes sed y ansías la luz; a diferencia de los cuadros depresivos, donde todo te da igual, aquí quieres encontrar la verdad.

4.- Muestra el norte. Para ver bien las estrellas, cuanta más oscuridad mejor. Parece -eso dicen los místicos que nos iluminan con sus noches oscuras- que Él no exime de la fecunda negrura del ciego que recobra la vista. La falta de luz en la tierra te permite ver las estrellas del cielo, donde la Polar permanece a tu servicio. Si confías a la noche tu tiempo y esperas, al final, siempre te sorprende regalándote un amanecer. Hay esperanza, frente a la desesperanza de la depresión.

5.- Despeja y aturde a la vez. Genera confusión al principio: ¿qué está pasando? Poco a poco te centra y permite no distraerse porque hay poco ruido allí, con tanto vacío alrededor. Te libera de pesos que no son necesarios para avanzar. En el silencio la palabra se escucha mejor. Sin tanto complemento el Verbo es más auténtico y sabes que está ahí, aunque no sientas casi nada espiritualmente, y en otras áreas de tu vida sigues tan vivo como siempre.

6.- Despereza. Cuando te encuentras tan vendido tienes dos opciones: o espabilas y sigues caminando para vivir, o te abandonas y mueres por la nada desértica. Este escenario te propone una vida plena según el espíritu, porque los apoyos materiales, estructurales, institucionales o de tareas son pocos, poco apetecibles y sacian poco. El desierto no te adormece como las alteraciones del estado del ánimo.

7.- Desprende. Para poder avanzar por las arenas es necesario desprenderse de lo que no es imprescindible: ocupaciones, encargos, actividades, distracciones. Asusta porque parece que no quedará nada, pero quedaréis tú y Dios que, además, en medio del despoblado, te dirá con una media sonrisa “dadles vosotros de comer”, cuando lo único que te queda son harapos, mucha hambre y mucha sed.

8.- Adentra. Como el exterior del desierto no tiene mucho interés y es siempre igual, es necesario dejar de buscar fuera lo que tienes dentro. Así, te sitúa en un escenario propicio para el encuentro contigo mismo, con la propia verdad, y ver que allí dentro ya te estaban esperando para la boda. Sin embargo, en la depresión no eres capaz de reflexionar.

9.- Renombra. Con tantas piedras alrededor, al final ves tu nombre escrito en todas las piedrecitas blancas. Un nombre nuevo, tras el viaje del héroe, que resulta que es el mismo nombre de antes. 

Así, haces historia, construyes tu historia, y sales del desierto despierto, vitalizado y con esa mirada -comprensiva, asombrada y apreciativa- sobre ti, los demás y la vida, que te permite disfrutar mucho más de cada gota de agua.

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Los niños, como Jesús, son luz

9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Los niños ayudan a los niños”, este ha sido y es el alma mater de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera (conocida antes como Santa Infancia). A veces se cambiaba el verbo y se dejaba “los niños evangelizan a los niños”.

Este año, la Jornada de esta Obra Pontificia, que tendrá lugar el 16 de enero, ha elegido el lema: “Con Jesús a Jerusalén: ¡Luz para el mundo!”

Recordaremos el último detalle conocido de la infancia del Señor: cuando Jesús niño se queda en Jerusalén, contestando e iluminando a los doctores y maestros de la ley. Él es la verdadera Luz del mundo que ilumina a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Hoy hay muchos niños en el mundo que viven en oscuridad, que no tienen la fe, la esperanza, el amor que da el conocimiento de Dios. A ellos también tiene que llegar la alegría de saberse amados por un Dios que es Padre. Son muchos, son la mayoría, son demasiados. Y nosotros podemos ayudarles, y así debemos enseñárselos a nuestros hijos. ¿Os acordáis de Teresita? ¡Sí, la niña misionera! Ella quería ser misionera: “Quiero llevar a Jesús a los niños que no le conocen, para que vayan al cielo felices para siempre, siempre”. Los niños pueden ser misioneros, ser luz para llevar a Jesús a quienes no le conocen. Y lo hacen rezando por los niños que no conocen a Dios; y lo hacen ofreciendo pequeños, o grandes, sacrificios por los misioneros, como hizo Teresita; y lo hacen cuando dan una pequeña limosna para ayudar a las misiones… 

Los niños son misioneros cuando hablan con sencillez y con una sonrisa de Dios y de lo que le piden o de lo que le dan gracias en su oración.A veces son ellos los que mejor dan un testimonio grande de fe y de confianza en Dios, y a veces son ellos los que mejor entienden que hay que preocuparse por los demás, que hay que ensanchar el corazón para estar atentos a las necesidades de los demás niños, aunque estén muy lejos.

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

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Cine

Esiste la famiglia perfetta?

Emozionante senza cadere nel sentimentalismo, "Vicino a te" si sviluppa secondo una sceneggiatura discreta, semplice ed efficace, che non ha pretese oltre quelle di raccontare una storia nel modo più reale possibile.

Patricio Sánchez-Jáuregui·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Testo originale in spagnolo qui

John, padre single di trentacinque anni e lavavetri di mestiere, è un irlandese con solo pochi mesi di vita. Preparandosi per ciò che accadrà, trascorre la maggior parte del suo tempo cercando di trovare una nuova famiglia per suo figlio di tre anni, Michael. Preso tra la necessità di dire addio, l’istinto protettivo e una decisione impossibile, cercherà l’assistenza degli impiegati dei Servizi Sociali, in particolare Shona.

Emozionante senza cadere nel sentimentalismo, «Vicino a te» si sviluppa secondo una sceneggiatura discreta, semplice ed efficace, che non ha pretese oltre quelle di raccontare una storia nel modo più reale possibile. È un’opera che evita con successo di cadere nel dramma e affronta la paternità, la morte e il rapporto padre-figlio, fornendo orientamenti chiari ma con dolcezza.

Edificante a suo modo, è una storia semplice ma raccontata in modo speciale, che attinge al fatalismo del neorealismo italiano (Vittorio De Sica), così come alla tecnica ravvicinata e documentaristica degli inglesi (Mike Leigh) ed europei (fratelli Dardenne ) per il cinema sociale.

Il presupposto del film, forse un po’ prevedibile e che potrebbe far scivolare il film nel melodramma, viene gestito con una narrazione sobria, attenta e chiaroveggente, che consente di mettere in luce l’umanità dei suoi personaggi. Sono gli attori e i piccoli dettagli della vita quotidiana che danno un tono realistico alla storia e che coinvolgono.

Nel film sono presenti un eccellente James Norton (Piccole donne, guerra e pace), il piccolo Daniel Lamont nella parte di suo figlio, a cui si aggiunge Eileen O’Higgins  nella parte di Shona. che aiuta a canalizzare l’empatia del pubblico verso ciò che sta per accadere e quando accade ciò che deve accadere e la commozione diventa ormai troppo alta  (ultimi desideri, ultimi momenti), sono momenti vengono gestiti, evitando, saggiamente,  di enfatizzarli. Ex banchiere d’affari e nipote di Luchino Visconti, Uberto Pasolini è un pluripremiato regista, sceneggiatore e produttore che dirige e scrive questo lavoro sociale acclamato dalla critica (il suo terzo film da regista). Un film vicino a un documentario, che gestisce con successo le emozioni senza cadere nel sentimentalismo dove i personaggi  e la storia risultano ben armonizzati creando un film di rara qualità.

Cine

¿Existe la familia perfecta?

Patricio Sánchez-Jáuregui·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cerca de ti

Dirección y guión: Uberto Pasolini
País: Italia
Año: 2021

Texto en italiano aquí

Padre soltero y limpiador de ventanas de treinta y cinco años, John es un irlandés al cual solo le quedan unos pocos meses de vida. Preparándose para lo que viene, pasa la mayor parte de su tiempo intentando encontrar una nueva familia para su hijo de tres años, Michael. Atrapado entre la necesidad de despedirse, el instinto protector, y una decisión imposible, buscará la asistencia de las empleadas de Servicios Sociales, en especial Shona.

Emotiva sin caer en la sensiblería, “Cerca de ti” se crece en un guión discreto, sencillo y efectivo, que no tiene pretensiones más allá de contar una historia de la manera más real posible. Es una pieza que elude con éxito caer en el dramatismo, y aborda la paternidad, la muerte y la relación padre hijo dando puntadas certeras pero suaves.

Edificante a su manera, es una historia modesta contada de manera especial, que bebe del fatalismo del neorrealismo italiano (Vittorio De Sica), así como de la técnica cercana y documental del cine social británico (Mike Leigh) y europeo (hermanos Dardenne)

La premisa de la cinta, quizá algo manida y presta al melodrama de bolsillo, se mantiene gracias a una técnica sobria, cuidada y clarividente, que revela la humanidad de sus personajes. Son los actores y los pequeños detalles de la vida cotidiana los que dan un cariz realista y enganchan.

Así, nos encontramos con un enorme James Norton (Mujercitas, Guerra y Paz), una meritoria actuación y dirección de actores con su hijo, Daniel Lamont, y un anecdótico acompañamiento de Eileen O’Higgins (Shona) que ayuda a canalizar la empatía del público hacía lo inminente y producir compasión ante lo inevitable, que pesa en los momentos sencillos y desborda en los pocos momentos característicamente emotivos (últimos deseos, últimos momentos) bien elegidos y sabiamente no sobreexplotados.

Antiguo empleado de banca de inversión, y sobrino de Luchino Visconti, Uberto Pasolini es un multipremiado director, guionista y productor que dirige y escribe esta obra social (su tercera película como director) que ha sido aclamada por la crítica. Una película cercana al documental, directa, que maneja con acierto las emociones sin caer en sentimentalismos, y cuyos actores y momentos casan a la perfección creando una cinta memorable.

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España

José M. Albalad: «Las parroquias han sido el ‘hospital de campaña’ que pide el Papa»

El director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, destaca cómo a pesar de la caída de las colectas en España a raíz de la pandemia, han aumentado las donaciones a través del portal de donativos, pero no lo suficiente -al menos por ahora- como para hacer frente a la caída de ingresos.

Maria José Atienza·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Zaragozano, periodista y doctor en Comunicación, José María Albalad dirige, desde el pasado septiembre, el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española.

Sus primeros meses han estado marcados por las consecuencias de la pandemia en las economías familiares, y por tanto, de la Iglesia así como la renovación del portal de donativos donoamiiglesia.

– Hace ya unos años que la Iglesia española puso en marcha este sistema de donativos. ¿Cómo ha sido su evolución en estos años? ¿Ha tenido buena acogida? 

El portal de donativos constituye uno de los ejes estratégicos del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, que se ha marcado como objetivo impulsar las nuevas tecnologías y fórmulas alternativas de colaboración.

En concreto, el portal de donativos ‘donoamiiglesia.es’ se creó hace cinco años, en 2016, con un enfoque pionero, pues ya en ese momento permitía, a golpe de clic, realizar una donación a cualquiera de las 23.000 parroquias de España.

La pandemia, por tanto, cogió a la Iglesia con los ‘deberes’ hechos en este sentido y, ante el cierre de los templos por el confinamiento de 2020, las donaciones por esta vía se multiplicaron por cinco.   

No obstante, el apoyo económico recibido a través del portal -en términos globales- no representa todavía un porcentaje especialmente significativo, si lo comparamos con el volumen de las colectas en España.

Pero sí aumenta de forma notable en la medida en que se consolidan nuevos hábitos de consumo y ocio, cada vez más cercanos al ecosistema digital.

En este sentido, el trabajo que se está haciendo actualmente con las nuevas tecnologías en general y con el portal de donativos en particular supone una clara apuesta de futuro. Tras este periodo de siembra, los frutos -que cada vez son mayores- se multiplicarán.

La pandemia, por tanto, cogió a la Iglesia con los ‘deberes’ hechos y, ante el cierre de los templos por el confinamiento de 2020, las donaciones por la web donoamiiglesia se multiplicaron por cinco.

José María Albalad. Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia

– ¿Qué cambios presenta esta nueva web con respecto a la anterior donoamiiglesia? 

El nuevo diseño recoge necesidades que han sido detectadas tanto por las Diócesis y la Conferencia Episcopal Española como por los propios donantes. En concreto, los cambios buscan incrementar la facilidad de uso para el usuario, a través de una web intuitiva adaptada al perfil del donante: una persona de entre 50 y 59 años, que realiza una donación media de 49 euros. Ello está reduciendo ya el número de incidencias, pues se ha dado respuesta a los puntos del proceso que podían generar algún tipo de confusión.

Además, se ha creado una interfaz que busca transmitir la cara amable, humana y transparente de la Iglesia. La idea es ir incorporando, progresivamente, la publicación de noticias, historias y testimonios.

Un hito del nuevo portal es que facilita la difusión a las parroquias con una URL específica de cada entidad, lo que permite disponer, a su vez, de un código QR personalizado. Esto, desde el punto de vista de la promoción, supone una gran oportunidad para cada comunidad, que gana en cercanía.

‘Donoamiiglesia.es’ constituye un proyecto dinámico, en continua evolución, por lo que con este relanzamiento no se termina el trabajo. De hecho, está previsto incorporar Bizum como forma de pago en el primer trimestre del próximo año. 

– ¿En qué medida ha afectado la crisis pandémica a estas donaciones? 

Estamos viviendo un doble fenómeno. Por un lado, las colectas han caído en España un tercio a raíz de la pandemia, como dato aproximado de media. Por otro, han aumentado las donaciones a través del portal de donativos, pero no lo suficiente -al menos por ahora- como para hacer frente a la caída de ingresos.

A ello se suma que las necesidades se han disparado y que la Iglesia ha respondido desde el primer momento al desafío actual, atendiendo a la situación particular de cada persona, de cada familia. Las parroquias han sido (y son), sin duda, el ‘hospital de campaña’ que pide el Papa Francisco.

El número de transacciones este año a través del portal de donativos supera las 85.000 y están aumentando las colaboraciones recurrentes. Es decir, cada vez más personas se comprometen a colaborar periódicamente con una cantidad fija, lo que facilita la planificación económica. Es importante recordar que las personas físicas (las que tributan IRPF) se pueden desgravar un 80% en donativos de hasta 150 euros.

Las necesidades se han disparado y que la Iglesia ha respondido desde el primer momento al desafío actual, atendiendo a la situación particular de cada persona.

José María Albalad. Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia

– Ahora es muy fácil donar exactamente a aquello que queramos: diócesis, seminario o la propia CEE. En términos generales ¿Cómo se reparten estas donaciones? ¿Tendemos «a lo conocido»: parroquia, seminario… ?

En más de un 90% de los casos, la gente colabora directamente con su parroquia, lo que responde a una lógica natural. La comunidad cristiana vive y celebra su fe en la parroquia, que con sus múltiples actividades (celebrativa, pastoral, caritativa…) es testigo de la alegría y la ternura del Evangelio. Esa colaboración no es solo económica, sino también de cualidades, tiempo y oración.

La Iglesia es mucho más que un edificio o una persona. Somos refugio, alimento y esperanza para quien más lo necesita. Quiero aprovechar para agradecer de corazón a todas las personas que este año marcaron la casilla de la X en su declaración de la renta, a quienes han donado -e incluso domiciliado su donativo- a través de sus parroquias o diócesis, a aquellos que han dejado legados o herencias y, en general, a todos los que han colaborado en la medida de sus posibilidades.

Sin la generosidad de tantas personas, la Iglesia no habría podido responder al tsunami de necesidades que ha desatado la pandemia y seguir anunciando la Buena Noticia.

Ecología integral

Piedad para todos

La piedad ha de ejercerse con todos. No debe excluirse de ella ni a quien haya obrado injustamente, ni a quien se haya dejado guiar por la ingenuidad o una generosidad mal entendida.

Juan Arana·7 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Para cualquier cristiano, las palabras conclusivas del Evangelio de Marcos suenan desde hace veinte siglos como un buen aldabonazo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”. ¡Nada menos! A todo el mundo y a toda criatura… Es una misión ciclópea; tan abrumadora como ilusionante. Son explicables las urgencias de Francisco Javier y de tantos otros, apresurados por recorrer y convertir el globo terráqueo antes de que se les agotara el propio aliento… Mateo añade a su versión un par de matices que conviene no desatender: “Enseñad a todas las gentes… enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado”. O sea: todo a todos. No hay cláusulas de exclusión en el mensaje que debemos trasmitir; el sembrador deberá seguir echando su semilla sin escatimarla incluso entre las piedras y los abrojos, ya que nadie sabe de antemano si el terreno sembrado carece de una fecundidad escondida que está esperando quien le diga “¡Levántate y anda!”.

Hoy en día las civilizaciones, más que aliarse o guerrear entre sí, se rozan y entremezclan. Por eso es muy fácil llegar a conclusiones pesimistas sobre la posibilidad de alcanzar una verdad que a todos convenza. En lo que atañe a las religiones, la pregunta de si hay una que sobresalga entre las demás también parece más irresoluble que nunca. Los cristianos en muchos aspectos no somos mejores que el resto de los hombres. Si los judíos del Antiguo Testamento aprovechaban cualquier oportunidad para defraudar las expectativas que Dios había puesto en ellos, los hijos de la Iglesia salida de la Nueva Alianza también decepcionamos muchas veces a propios y extraños. 

Pero hay algo que permite a un observador imparcial advertir un rasgo distintivo: nuestra doctrina no desmiente el calificativo de universal, católica. A diferencia de tantas asociaciones de uno u otro signo, en la nuestra sólo Dios se reserva el derecho de admisión, y únicamente lo ejercerá al final de los tiempos: por lo que a nosotros respecta, si objetivamente fuera posible, nadie debería verse excluido del mensaje. A diferencia de otros campos mejor trazados, más concienzudamente escardados o sistemáticamente sulfatados, en los jardines de la Iglesia la cizaña crece alegremente junto con el trigo: no es el momento para separar una de otra ni somos nosotros los llamados a hacerlo.

En definitiva, hemos de procurar que no se pierda ni agoste la buena simiente, aunque actúe entre nosotros un adversario que no respeta las reglas del juegoDe ahí buena parte de los reproches que nos hacen los hijos del siglo, quienes tratan de compensar la ausencia de Dios que profesan, con la pureza supuestamente inmaculada de sus andanzas. Pero no importa: que sean ellos los que se ufanen de practicar tolerancia cero con estos o los de más allá. Para el cristiano fiel a su identidad, la lucha sólo va contra el mal, contra el pecado, pero no contra quien lo perpetra, puesto que Dios no nos ha autoriza a desesperar de la conversión de ningún pecador. La piedad que intentamos practicar es para todos.

Bien mirado, tiene su gracia la situación a la que hemos llegado. Diríase que, quienes echan tantas cosas en cara a los miembros (y sobre todo a la jerarquía) de la Iglesia, reivindican tolerancia casi infinita con el mal y en cambio intolerancia muy poco restringida contra los que amparan o perdonan a los malhechores arrepentidos. No trato con ello de excusar a quienes, teniendo el deber de custodia, han descuidado, no importa con qué motivo, tan elemental deber. Por otro lado, como proclama Nicolás Gómez Dávila en uno de sus aforismos: “A cierto nivel profundo toda acusación que nos hagan acierta”. Y sin duda yerra el que rechaza por sistema cualquier imputación que se le haga, y mucho más todavía quien blasona de una ejecutoria inmaculada. Pero una cosa es que los creyentes tengamos muchísimo que mejorar y otra que los que nos odian por el mero hecho de serlo se erijan en jueces supremos de moralidad, al mismo tiempo que ofician de fiscales y verdugos.

La denuncia de la injusticia es una virtud profética… en el supuesto claro está de no instrumentalizarla al servicio de otras causas, en especial la de perseguir a los enemigos o favorecer a los amigos. Sería deseable que quienes se dan tanta maña en acusar de villanos a pobres pastores víctimas de una culpable ingenuidad o de una generosidad mal entendida (y bueno será desde luego que éstos superen tanto una como otra), llegado el caso hubiesen sabido aplicarse a sí mismos y a sus aliados tan severas reprensiones. El mal sigue siendo el mal se mire como se mire. A la hora de cometerlo, el disimulo hipócrita es sin duda un agravante, pero desde luego tampoco sirve de atenuante el cinismo de quien a la cara presume de sus fechorías. 

Según reza el proverbio “siete veces cae el justo”, muy pocos fieles de a pie ni pastores de la Iglesia pretenderán que no va con ellos el deber de darse golpes en el pecho y arrostrar todas consecuencias de las propias acciones y omisiones. Pero, o tenemos piedad con todos (malos incluidos) como enseñó nuestro Maestro, o mucho me temo que se iniciará una dinámica que al final no dará cuartel a ninguno (ni siquiera a los más inocentes). A tenor de lo que muchos dicen, pareciera que no hubiera pecados, sino tan solo pecadores imperdonables, que curiosamente coinciden con los que por alguna razón son objeto de su odio.

El autorJuan Arana

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Sevilla, académico numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, profesor visitante en Maguncia, Münster y París VI –La Sorbona–, director de la revista de filosofía Naturaleza y Libertad y autor de numerosos libros, artículos y colaboraciones en obras colectivas.

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Experiencias

Una puerta al conocimiento de la historia de Dios con nosotros

El Pórtico de la Biblia, editado por la Fundación Saxum, contextualiza históricamente y explica los libros sagrados a través de elementos visuales, tablas cronológicas y explicaciones sencillas que puede descargarse, de manera gratuita para su utilización en clases, catequesis y formación personal.

Maria José Atienza·7 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Sabemos situar a Jeremías en la historia, cuándo vivió, por qué escribió lo que leemos hoy? ¿De quién era contemporáneo el rey David? Preguntas como estas fueron las que llevaron a Jesús Gil y Jose Ángel Domínguez a unir sus conocimientos de diseño gráfico, Teología espiritual y Teología bíblica en El pórtico de la Biblia, que, rememorando el Pórtico de la Gloria que da acceso a la catedral de Santiago de Compostela, se concibe como una “puerta de entrada” al conocimiento y profundización en los libros que componen el Antiguo y el Nuevo Testamento. 

Jesús Gil, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei y doctor en Teología Espiritual por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, que había trabajado anteriormente en diversos medios como como periodista visual y director de arte, explica cómo nació este libro de consulta: “tanto Jose Ángel, que es doctor en Teología Bíblica, como yo, habíamos dado clases anteriormente sobre historia y geografía de la Tierra Santa. Teníamos los mapas del Oxford Bible Atlas, la cronología hecha, procedente del Saxum Visitor Center y habíamos trabajado acerca del tema. Durante el confinamiento empecé a considerar la posibilidad de pedir los derechos de estos mapas a Oxford y empezamos a elaborar lo que sería la base de este libro. Trazamos un plan con la Fundación Saxum -con la que yo ya había publicado Huellas de nuestra fe– una guía de Tierra Santa-, y gracias a ella, fue posible realizar este proyecto”

El apoyo de la Saxum International Foundation es lo que ha hecho posible que El pórtico de la Biblia sea un libro de consulta puesto a disposición de todo aquel que quiera utilizarlo. Se puede descargar gratuitamente y está concebido como un apoyo a la enseñanza y estudio de la Biblia en todos los niveles. “El origen es muy académico, muy didáctico” destaca Jesús Gil. “Queríamos hacer unos materiales buenos para dar esas clases sobre la Biblia y ponerlos a disposición de todo el mundo, algo que no habría sido posible en una editorial convencional y que ha sido posible gracias a la Saxum International Foundation”. 

Además de su trabajo previo y el apoyo de la Fundación, los autores de El pórtico de la Biblia han contado con el asesoramiento y orientación de varios profesores de Teología Bíblica e Historia de la Universidad San Dámaso de Madrid (Napoleón Ferrández y Agustín Giménez), la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia (Joaquín Mestre), la Universidad de Navarra (Francisco Varo, Vicente Balaguer y Fernando Milán) y la Pontificia Università della Santa Croce de Roma (Carlo Pioppi).

El pórtico de la Biblia está disponible en castellano. La versión inglesa y polaca de los textos se encuentran ya en sus últimas fases, y se están preparando las ediciones en portugués e italiano. En este sentido, Jesús Gil puntualiza: “Ojalá vengan muchas más ediciones, como las de Huellas de nuestra Fe que, además de las anteriores, está editado en francés, alemán y coreano”

Situar la historia de la salvación

¿Qué aporta para cualquier cristiano este libro? Jesús Gil lo señala claramente: “Situar la historia de la salvación en el tiempo y en el espacio”. 

Un hecho que no es baladí, ya que, como destaca Gil, “esto tiene de fondo toda la teología de la Encarnación: Dios se ha hecho hombre en un momento concreto de la historia, en un lugar preciso del mundo y no en ningún otro”. 

Para el cristiano que se acerca a la Biblia como parte del conocimiento de Cristo, “conocer la historia y los lugares donde se desarrolla nuestra historia de la salvación son fundamentales”

Acercarse a la Sagrada Escritura

“Con Jesús nos encontramos también en su Palabra”, recuerda Jesús Gil. Por esta razón, entender qué y por qué la Sagrada Escritura dice ciertas cosas, habla de unos reyes o unas zonas o hace mención a tradiciones de diversas procedencias puede resultar de gran ayuda para entender en mayor amplitud el mensaje de esos pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento. 

Son muchos los cristianos que, realmente, desconocen la Biblia. Históricamente, además, ha existido una especie de reparo ante la dificultad de lectura de algunos libros como reconoce el propio Jesús Gil: “Es cierto que hay libros y pasajes dentro de la Sagrada Escritura que no son fáciles de entender y de interpretar hoy en día, pero tienen enseñanzas también para el hombre y la mujer de hoy. Cada mes doy una catequesis de confirmación de adultos y, en muchas ocasiones, pregunto como de qué época era el rey David… Nadie sabe contestar que es del año 1000 antes de Cristo. Este dato no es indiferente porque, cuando David decide construir el templo, Dios le envía a Natán para confirmarle en la bondad de su propósito y decirle además que sus manos están manchadas de sangre y que, lo construirá su hijo Salomón. Pero además, Natán ya le hace la profecía mesiánica: “Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre” (2Samuel 7, 16-17) y esta profecía tarda mil años en cumplirse, lo que nos da a entender que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos”. Otro ejemplo que apunta el autor es el de conocer la historia del pueblo de Israel. Por ejemplo, en relación a la tierra prometida, dada por Dios, se constata que va de un fracaso tras otro: deportaciones, guerras, esclavitud… “Toda la historia de fracasos, de destierros, infidelidades, idas y venidas… también nos dice mucho a nosotros, porque nuestra vida esta llena de lo mismo”, apunta Jesús Gil. “Ninguna vida es perfecta y, sin embargo, a partir de los fracasos, Dios va hablando y purificando a su pueblo”. 

Una de las novedades más importantes de El pórtico de la Biblia son las fichas de cada libro que compone la Sagrada Escritura. En este caso, los libros no se presentan en el orden canónico sino cronológico-temporal, con el objetivo de ayudar a encuadrar el momento de la Escritura o al que se refieren los libros bíblicos en el contexto de la historia universal. Estos gráficos explicativos de cada uno de los libros que forman el Antiguo y el Nuevo Testamento son gráficos sintéticos y de carácter divulgativo. 

Para cada libro se detalla su género literario, la historia narrada o su contexto histórico, la época y proceso de composición, la autoría, las enseñanzas principales, conceptos clave, aspectos relevantes de la estructura y pasajes centrales. 

Los gráficos van acompañados de unas ilustraciones de National Geographic Magazine y de datos sobre los manuscritos más antiguos que se conservan para cada libro, también recopilados por la revista norteamericana. 

Como señala Jesús Gil, esta elección del orden cronológico no ha resultado fácil. “Algunos libros de la Biblia son sencillos de encuadrar, pero otros no. Es prácticamente imposible ordenarlos exactamente. Encontramos libros como Isaías, que fue escrito a lo largo de cientos de años, o Daniel, del que se desconoce fecha. En El pórtico de la Biblia estos libros están situados en el lugar en el que mejor puede entenderse su mensaje”. 

La labor de documentación para llevar a cabo este libro ha sido extensa. Jesús Gil destaca, por ejemplo, la valiosa ayuda del libro de Vicente Balaguer Introducción a la Sagrada Escritura, en el que explica cómo la redacción del libro del Génesis corresponde al tiempo del destierro en Babilonia. “El Génesis se escribe en contraposición a los mitos babilónicos”, recuerda Jesús Gil. “El pueblo de Israel es el único pueblo monoteísta en medio de una sociedad politeísta, en la se que explica el mundo como consecuencia de enfrentamientos entre dioses… Los judíos niegan esa explicación y acuden a su tradición oral: la de la creación del mundo por un Dios único, bueno, que lo crea por amor… Conocer cuándo se escribe cada uno de estos libros da unas claves de lectura que hacen entender mejor el contenido de cada libro”.

El libro, además, es el resultado de un enorme trabajo de coordinación y adecuación entre el diseño y el contenido. Cada libro se presenta en una o dos páginas, incluyendo las fichas explicativas. Además, las cronologías incluidas recorren la historia de la salvación desde Abrahán hasta el presente, con información de contexto histórico de otras civilizaciones cercanas a Israel o de la historia universal.

Una invitación a leer la Biblia

Con El pórtico de la Biblia los autores quieren realizar una “invitación a leer cada libro de la Biblia”. Está concebido como un libro de consulta. 

“Este libro no se agota en sí mismo, sino que debe llevar a leer otros libros, por ejemplo libros de la Biblia, o introducciones a la lectura de libros bíblicos”, señala Jesús Gil que, además de la citada Introducción a la Sagrada Escritura apunta la utilidad de los comentarios de la Sagrada Biblia de EUNSA, realizados por los profesores de Teología de la Universidad de Navarra. 

El pórtico de la Biblia puede ayudar a sacar el jugo a las lecturas de cada domingo apunta Jesús Gil. De hecho, uno de los objetivos de este libro es servir de ayuda en la predicación dominical para los sacerdotes o en las catequesis. “Muchas veces ocurre que, en el pasaje del Antiguo Testamento del domingo no conocemos el contexto. Por ejemplo, cuando se lee parte del oráculo de consuelo de Jeremías, que se encuentra casi al final de su libro, se lee sin conocer qué ha ocurrido antes. Jeremías es testigo de la destrucción de Israel, de la deportación a Babilonia… consecuencia de unos males que él mismo había denunciado. Por eso, que el propio Jeremías, al final del libro, tenga unos oráculos de consuelo y restauración del reino de Israel le da mucho más valor, porque durante todo su libro va denunciando los pecados y males del pueblo y advirtiendo de un mal, de la destrucción, pero acaba con el consuelo. Al conocer esto se le da más valor a ese consuelo”

Conocer mejor la Sagrada Escritura para conocer mejor a Dios, este sería el objetivo clave de El pórtico de la Biblia ya que, a lo largo de la Biblia, “Dios se da a conocer y da a conocer como actúa. Si desconocemos la Sagrada Escritura desconocemos una gran parte de la historia de Dios con nosotros”, concluye Gil. 

La Fundación Saxum y el Visitor Center

El pórtico de la Biblia se une, en cierto modo, a otro libro, Huellas de nuestra fe, como una preparación a la visita a Tierra Santa por parte del peregrino. Ambos títulos han sido editados por la Saxum International Foundation, que tiene como objetivo principal ofrecer la posibilidad de llegar a un encuentro con Dios mediante un conocimiento más profundo e histórico de los lugares en los que Jesús vivió, predicó y actuó. Su proyecto principal es el Saxum Visitor Center situado a 15 kilómetros de Jerusalén y que ofrece, en su entrada, una cronología que aúna la historia de la salvación con hechos históricos principales, así como un gran mapa de Oriente Medio sitúa al peregrino en la historia de los lugares que está visitando. En el interior, se ofrece una experiencia interactiva y multimedia a través de la que los peregrinos se hacen una perfecta idea de cómo serían la vida y los principales acontecimientos de la historia de la salvación.

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Dinero y crecimiento

7 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Riqueza, crecimiento y lucha contra la corrupción son temas centrales en el discurso de cualquier político. Las promesas de ríos de leche y miel adornan el abanico de extremas y centros ideológicos en redes sociales y auditorios de todo el mundo. 

Las metas de crecimiento, el PIB, la reducción de desigualdades, la inclusión y cantidad de objetivos de desarrollo ocupan la vida, el tiempo, la existencia y la felicidad. 

Los temas y reflexiones que van más allá de estos conceptos parecen no tener espacio verdadero en la llamada agenda pública. La visión completa de otros temas esenciales, tales como el origen y destino de la vida humana; la familia, el consumo y tráfico de drogas, han caído en el prisma del pragmatismo, del cuanto cuestan y cuanto valen, sin importar lo que son.  

La pérdida del buen sentido de la riqueza, remplazado por la codicia, la envidia y la lucha de clases ha despertado un resentimiento violento y ciego. El que tiene éxito y logra riqueza es visto con sospecha, no es valorado en su empeño, incluso es perseguido por ideólogos de la miseria que poco saben de responsabilidad social, trabajo constante y disciplina.

Las metas de crecimiento económico, la creación de empleo y la reducción de la pobreza, por ejemplo, no son posibles sin la sumatoria de esfuerzos y riesgos del sector público y privado. La solidez empresarial, así como del buen futuro del emprendimiento entre los jóvenes, es posible con valores humanos, leyes justas y gobernantes honestos. 

El buen crecimiento económico reduce pobreza, genera riquezas compartidas y mejora condiciones de vida, pero el verdadero crecimiento es completo: del cuerpo y del alma, y por aquí está la meta.

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Iniciativas

La cabalgata de los Reyes en Polonia: de un colegio a cientos de ciudades

Millones de personas participan en Polonia en las cabalgatas de reyes. Lo que comenzó como una pequeña representación navideña en un colegio de Varsovia toma, en estas fechas, las calles de numerosas ciudades y pueblos polacos y se ha difundido más allá de sus fronteras.

Maria José Atienza·6 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Piotr Giertych, uno de los organizadores de esta cabalgata, describe para Omnes los inicios de esta procesión que recoge una arraigada devoción a los Magos en Polonia: “La Cabalgata de los Reyes Magos en Polonia nació como una forma desarrollada de teatro navideño que tiene su historia en Polonia desde el siglo XVII. Es entonces cuando esta tradición salió de las casas, iglesias o colegios y empezó caminar por las calles”.

De teatro escolar a Cabalgata

Lo que hoy es la Cabalgata de Reyes se retomó en el colegio Żagle de Varsovia donde “cada año los niños eran actores de un teatro navideño. Las típicas escenas que conocemos de la Sagrada Escritura empezaban a tomar colores y sonidos. En el teatro cada alumno tenía su propio papel y, con el creciente numero de los alumnos ha sido una aventura cada vez más difícil. En 2008, el organizador del teatro escolar propuso salir a la calle. Algo que, con las temperaturas y nieve típicas del tiempo polaco parecía una locura. Sin embargo, el primer evento tuvo mucho éxito y el año siguiente lo repetimos”.

Año tras año, a la procesión se iban uniendo personas y entidades, recuerda Giertych: “La cantidad de la gente que participaba y el interés de los medios de comunicación que hablaban de este teatro callejero nos confirmaba que los polacos querían festejar este día. El parlamento decidió cambiar la ley y proclamar día festivo el 6 de enero (laborable desde que, en 1962, el gobierno comunista eliminó la fiesta)”.

2011 fue un año clave: “Por primera vez pudimos organizar la Cabalgata el 6 de enero y mas ciudades se unieron a nuestra Fundación. Desde entonces el número de las cabalgatas no ha hecho más que crecer, incluso en zonas en las que no había celebración de este día. Piotr Giertych subraya que “en 2020 (el último 6 de enero antes del Covid19) hubo 872 ciudades de Polonia que organizaron junto con nosotros la Cabalgata de los Reyes Magos”.

Una catequesis festiva

“La Cabalgata tiene siempre la misma narración”, señala Giertych, “los magos miran al cielo y empiezan su peregrinaje. Al mismo tiempo, la Sagrada Familia decide ir a Belén. En el camino encuentran al rey Herodes, los pastores, la posada, los ángeles y diablos, que intentan desviar los caminantes. Los romanos cuidan el orden por las calles…, y delante de todos va la estrella”.

La celebración no se queda sólo en los participantes de esta procesión. “Todos los participantes de la Cabalgata reciben una corona de papel y un cancionero. Esto permite a la gente unirse a los que van vestidos de Reyes, caballeros, damas de corte, pastores, etc., Todos juntos cantan villancicos, una tradición muy antigua en Polonia que ha sobrevivido incluso durante la época del comunismo”.

Es una catequesis festiva, “los villancicos tienen gran contenido teológico y narran verdades de la fe”, apunta Giertych “lo que no es obstáculo para que, al final, mas de un millar personas bailen el típico baile polaco (polonez) a los acordes de un villancico”.

La tradición de la Cabalgata ya es una realidad en Polonia, de hecho, apunta este organizador tanto “el Papa Benedicto XVI y ahora, el Papa Francisco cada año saludan las Cabalgatas de Polonia el día 6 de enero desde su ventana”.

En Polonia en el evento participa alrededor de dos millones de personas en casi un millar de localidades y, “desde hace unos años, a la Cabalgata polaca se unen otros países: Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Ucrania, Rumanía, Eslovenia, Hungría o Kazajstán, pero también USA, Ecuador, Cuba e incluso países en África como Ruanda, Congo, Camerun, Zambia y Chad”. Como destaca Giertych “Nos alegra que podemos llevar la buena noticia sobre el nacimiento de Jesús a tanta gente en todo el mundo”.

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Bautismo del Señor: la obra de arte que tardó más de 400 años en llegar a su destino

En la basílica de San Giovanni dei Fiorentini, hay un grupo escultórico obra del artista barroco Francesco Mochi: el Bautismo del Señor. Esta obra majestuosa fue encargada por la familia noble de los Falconieri para el altar mayor de la basílica.

Omnes·6 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Lecturas del domingo

«Tu eres mi hijo amado». Bautismo del Señor

Andrea Mardegan comenta las lecturas del Bautismo del Señor y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·6 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El relato del bautismo de Jesús en el Jordán, según Lucas, es introducido en la Misa por Isaías, con la exhortación a consolar a Jerusalén porque su tribulación ha llegado a su fin: “Hablad al corazón de Jerusalén y gritadle que se ha cumplido su servidumbre, ha sido expiada su culpa».

Juan está presente en la profecía en la que él mismo se identifica: “Una voz grita:”En el desierto, preparad el camino del Señor, en la estepa haced una calzada recta para nuestro Dios”.

Y después de la voz “la gloria del Señor será revelada y todos los hombres juntos la verán”. Una profecía que empieza a cumplirse en la teofanía después del bautismo de Jesús. 

Por eso Pablo puede escribir a Tito que esto ha sucedido, con palabras que evocan de manera sugerente la encarnación del Verbo: “se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación a todos los hombres”. Se trata de nuestro Salvador Jesucristo que “se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad”.

Más adelante expresa el mismo evento con palabras similares: “cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, nos salvó, no por las obras justas que hubiéramos hecho nosotros, sino por su misericordia, con un agua que regenera y renueva en el Espíritu Santo, que Dios ha derramado sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo, nuestro Salvador”.

Jesús es, pues, la gracia de Dios que ha aparecido, y la bondad de Dios y su amor por los hombres que también se han manifestado, se han hecho visibles y obran por el agua que regenera, sin mérito de nuestra parte. 

Pablo en estos dos textos usa el verbo griego “epifaino” (aparecer, brillar, manifestarse), que es el mismo que usa Lucas en el himno de Zacarías cuando después de hablar de la misión de su hijo Juan, dice que “Gracias a la ternura y misericordia de nuestro Dios, nos visitará un sol que sale de arriba, para brillar sobre los que están en tinieblas”. Juan va por delante de Jesús y nos dice cómo será su bautismo: con Espíritu Santo y fuego. Fuego que quema los pecados y Espíritu Santo que nos hace hijos de Dios.

La gracia, la bondad y amor de Dios por los hombres aparecieron a los Magos después de que apareció su estrella. Se manifiesta hoy en su Bautismo, segunda Epifanía. En el relato de Lucas el bautismo de Jesus se cita como ya efectuado.

Es más central la apertura de los cielos y la oración de Jesús: ahora ya no hay distancia entre el cielo y la tierra. El abrazo del Padre en Cristo se extiende a la creación y a sus hijos.

Vemos al Espíritu Santo y escuchamos la voz del Padre. A cada uno de nosotros nos dice: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido”. Escuchemos esas palabras con fe actual.

La homilía sobre las lecturas del Bautismo del Señor

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Recursos

La bala de Baltasar

El autor nos relata la historia de un hombre que, gracias a los Magos de Oriente, decide -al borde de la muerte- encauzar de nuevo su vida.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·5 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Dejé de cortarme el pelo cuando Andrea me expulsó de casa. Dos años después, con el frío de Pamplona en navidades, viviendo en uno de esos coches pequeños en los que debes elegir si tocar el techo con la cabeza o el volante con las rodillas, no tenía ya fuerzas para frenar la pornografía y el alcohol, dos debilidades en las que, ¡lo sé!, mi alma se derrama como el agua de una cantimplora en el desierto; dos vicios que infectaron el amor que debía a mi mujer y a mis hijos… Pero decidí darme un regalo de Reyes, algo que me ayudara a relanzar mi vida hacia otra difícilmente peor, esto es, un buen revólver. Una Colt Cobra de 150 gramos, con tambor para 6 cartuchos; un artefacto comprensivo de mi situación.

Decidí estrenarlo en vísperas de la fiesta. Ese día desayuné en una cafetería de pueblo, donde no me dio vergüenza afeitarme y cargar el móvil; aparqué luego en una colina con vistas a un verde valle de Navarra para pasar la mañana vagando por internet; al mediodía me comí dos bocatas de jamón, luego puse un cartucho en el revólver y lo guardé en el bolsillo para tenerlo a mano cuando llegara la hora. Tanteé en la guantera buscando la botella, pero encontré un libro. Era un antiguo regalo de Andrea que nunca abrí… “¿sería vano intentar leerlo ahora y distraerme un poco del horror de la tarde?”, lo intenté, sin embargo, como suele pasar con las lecturas que se comienzan temerariamente después de comer, me fui quedando dormido… 

Estaba sentado en un desierto oscuro, bajo un firmamento con miles de ojos amargos, la arena se colaba en los calcetines, en los bolsillos del pantalón y me acordé, “¡el revólver!”. No estaba. A cambio, tenía una bala, que apreté en el puño con ardor. El viento me levantó, mi doble jersey se hizo insuficiente y empecé a temblar. Me crucé de brazos y caminé en círculos. 

No podría decir cuánto tiempo pasó hasta que escuché un gruñido similar al de Chewbacca. El sonido se acercaba, una silueta, luego otra; encendieron una lámpara y distinguí a tres jinetes de camellos cabalgando tranquilamente hacia mí. 

— Soy Baltasar—dijo el tercero cuando llegaron. —Te ofrezco un trueque por la bala que tienes en la mano.  

Permanecí indiferente.

— Entiendo —comentó él, bajándose del camello ceremoniosamente.

Era un africano alto y fornido, pero su túnica granate y el turbante dejaban espacio para una cara bondadosa, por eso me sorprendió cuando tomó carrerilla y, ¡paf!, me dio una patada en el trasero tan espléndida que me botó al suelo. Me levanté extrañadísimo por estar sintiendo un dolor físico en aquella zona, aun cuando no tenía siquiera una cama de la que poder caerme en la vida real. Baltasar tomó carrerilla otra vez, pero entonces lo esquivé; aunque en balde, pues con un giro rápido me pateó con la otra pierna y me derribó haciéndome tragar ahora un poco de arena. Entonces saltó para plancharme con su cuerpo, objetivo que consiguió más que satisfactoriamente, me quitó la bala y me dejó a cambio una Colt Cobra.

— No lo hago por mí —dijo, subiéndose otra vez a su camello—, es por el Niño. Le importas —añadió con una sonrisita, a la vez que se ponían en marcha. Avanzaron pocos metros y apagaron la lámpara. Les bastaba la luz de una estrella más grande que los guiaba desde el horizonte. 

Volví a sentir frío, pasó el tiempo, entendí que iba a morir, pero entonces desperté. Era casi medianoche; pensé en encender la calefacción, pero desistí, no tenía sentido. El pelo me cubría la cara y el revólver se me había caído del bolsillo; lo recogí con temor a la reflexión, apunté a la sien y disparé. “Clic”. Disparé otra vez, mucho más alterado, y así hasta 5 veces. Antes de intentarlo por sexta vez, vacilé. “Esta bala es de Baltasar”, me dije sorprendido. 

De pronto fui consciente del hogar en que había caído: un coche lleno de polvo, restos de jamón en el asiento, papeles y latas por doquier… “Yo aquí comiendo las algarrobas de los cerdos, mientras que…”; guardé el revólver en la guantera y me fijé que el 6 de enero había llegado. “¿Por qué no me enfrento?, ¡cobarde!”, me pregunté entre lágrimas. La noche se convirtió en un largo debate: “¿Cómo reunir fuerzas para recuperar mi vida?”; empezaba a clarear cuando resolví un plan: agradecer a Baltasar, cortarme el pelo y, lo más importante, pedir perdón y ayuda a mi mujer. Y cuando salió el sol detrás de las colinas que cierran el valle, sonriendo, encendí el motor.

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En el cielo se armó el Belén

Un peculiar Belén viviente tiene lugar en el cielo para poner de manifiesto que hoy es el día de hacernos niños todos, de contemplar desde abajo el misterio más grande, de sorprendernos por todo lo que Dios hace en nosotros.

5 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

San Francisquito de Asís está hoy como loco ultimando los detalles del Belén Viviente que, como todos los años, organiza en el cielo la noche de Reyes:

–¡Andiamo niños, presto bambini, que vamos tarrrde! Teresita, Juanito, ¿qué cosa fai? A vuestros puestos, ¡súbito!


Teresita es la de Lisieux y Juanito es Don Bosco, aunque allí en el cielo ya nadie le dice de don. Se llaman unos a otros con el diminutivo porque allá son todos como niños, no olvidéis que hacerse como ellos es uno de los requisitos para entrar. Este año les ha tocado a los dos hacer de María y de José, y están encantados. Teresita siempre había destacado por su humildad, como la de Nazaret; y a Juanito, con lo que le gustan los niños, no le podrían haber dado mejor colocación que junto al divino infante.

–¿Te parece que eu me arrodillo bem Paquito? –pregunta Antoñito al encargado de la obra mientras se postra con un gesto lleno de humildad y devoción–

–Perfetto, así mi piace Antonino: con reverencia, parsimonia y alegría, tutto in una volta. Anda, dale la mano a Tommasino y cada uno al suo posto.

Antoñito es el de Padua (aunque nació en Portugal), que hace este año de mula. El papel se lo endosaron por su conocimiento del animal. Ya sabréis de aquel episodio de su vida en la tierra en el que uno que no creía en la presencia real de Cristo en la Eucaristía lo retó a que una mula adorara al Santísimo Sacramento y, a la orden del santo, la mula se inclinó y adoró. Tomasito es el de Aquino, y hace de buey porque ese era el mote que le pusieron en la universidad sus compañeros: “buey mudo”, por su corpulencia y su carácter silencioso y bonachón.

–¡Miradme, miradme cómo vuelo! ¡Cucha tú qué bonico se ve tó desde aquí arriba!

–Venga Lolín, baja a la cova que começamos

El que revolotea es el beato andaluz Manuel Lozano Garrido, al que ya en la tierra llamaban con el diminutivo de Lolo. El papel de ángel anunciador en la cueva de los pastores le viene que ni pintado, porque dedicó su vida terrena al periodismo; pero lo de las alas es un problema porque, como padeció una enfermedad paralizante durante casi toda su vida, ahora no para quieto en el suelo. Quienes le piden que baje son Jacinta y Francisco Marto, los hermanos videntes de Fátima, que repiten todos los años de pastores porque clavan el papel, aunque esta vez se le han agregado san Pascual Bailón y santa Margarita, que también conocían bien el oficio de cuidar ovejas.

Los Reyes Magos, que tradicionalmente representan los tres continentes conocidos entonces, serán esta vez: por Europa, San Fernando, que está acostumbrado a llevar corona ya que fue rey de Castilla y de León; por Asia, San Pablo Miki que, aunque no fue rey, sí tiene porte porque pertenecía a una familia muy rica de Japón; y, por África, San Carlos Lwanga, que conoce bien el protocolo, pues fue paje en la corte real.

Todo está preparado para que empiece la función de Epifanía. Bueno, todo no, falta el niño…

–¿Cosa dici? ¿Cómo que manca il bambino? –se pregunta Francisquito con el típico gesto italiano con los dedos juntos y hacia arriba.

Extrañamente, nadie parece oír la pregunta del de Asís.

–Estoy parlando contigo, il narratore –insiste el pequeño inventor del Belén en su gracioso itañolo–

Caramba, nunca me había pasado que los protagonistas de una de las historias que cuento se dirigieran a mí. Contestaré a ver qué pasa…

–¿Es conmigo con quien hablas Francisco?

–Claro que sí, narratore. El de niño es tu papel hoy. Tienes que hacerte niño, como Jesús, come noi. La Navidad e la ternura, e la fragilitá. Questo pesebre está preparato per té.

–Bueno, pero ya tengo una edad, no sé si iba a caber en la cunita…

–Ahhh, pero qué stolto erres. ¿Hoy es día de Reyes no? Hoy todo es mágico, y aquí en el cielo más. Per favore, sube. Presto, que il Signore te quiere vedere.

–De acuerdo, pero déjame que me despida de los lectores, que ahí ya no voy a poder seguir contándoles.

–Andare, andare…

Pues ya sabéis queridos, yo me voy al portal, que este año me ha tocado dejar de narrar y vivirlo como protagonista. Quizá el año que viene te toque a ti, o quizá todos los años nos toque a todos, pero andamos despistados y no nos damos ni cuenta.

Hoy no es un día de nervios e ilusión solo para los pequeños de la casa. Hoy es el día de hacernos niños todos, de contemplar desde abajo el misterio más grande, de dejarnos regalar por los Reyes, de abrir mucho los ojos y sorprendernos por todo lo que Dios hace en nosotros, de dar gracias al niño por hacerse hombre y de pedir a los hombres que se hagan niños, como supieron hacer y siguen haciendo en el cielo, todos los santos y santas, los pequeños hijos queridos de Dios.

¡Feliz noche de Reyes!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Familia

La aventura de ser novios

Vivir un noviazgo "exitoso" no consiste en terminar contrayendo matrimonio con la otra persona, sino en preparar a ambos para ser buenos esposos.

Lucía Simón·5 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Hace poco llegó a mi poder el siguiente testimonio. Es de un joven que asistió a un curso de preparación para novios. Lo comparto porque no tiene desperdicio:

“El motivo por el que vengo a este curso, aun cuando no tengo ni novia, es mi conversación con el padre Graciano. El padre Graciano es el cura de mi pueblo. Me conoce de toda la vida. Todos en el pueblo le quieren. Incluso los que no creen le consultan y aprecian. Y es que Graciano tiene la sabiduría de los santos. Quizás porque pasa tanto rato en la iglesia, delante del pequeño sagrario. Se diría que es un accesorio más, junto con las cigüeñas, los bancos desgastados y el campanario.

Después de mi último fracaso amoroso me decidí a consultar al padre Graciano. Cogí el autobús a mi pueblo y me planté en la iglesia, donde sabía que lo encontraría como siempre. Disponible para todo el mundo. Después de su pequeña sorpresa al creerme en la ciudad, de las preguntas de rigor sobre la familia y los comentarios sobre mi estatura, fui directo al grano:

–Padre, necesito que me aconseje. He tenido ya varias novias y no sé qué pasa que siempre acaba mal y yo destrozado. No sé si tengo gafe o soy un bruto.

Ahí, di rienda suelta a mi despecho acumulado durante años y le fui contando una a una, todas mis relaciones amorosas y sus correspondientes fracasos. Él me escuchaba atento. De vez en cuando hacía alguna pregunta o sonreía ante mis comentarios. Es que yo siempre he sido de o todo o nada y lo vivo intensamente. Cuando terminé le miré.

–Dígame, Padre, ¿Por qué siempre acaba mal?- Se tomó su tiempo antes de contestar. Miró de reojo al sagrario, supongo que implorando ayuda divina, y me contestó así, con su dulzura y seguridad habituales:

–Bien, Nacho. Vamos a ir analizando poco a poco. Empecemos con la primera chica de la que me has hablado…Ana, ¿No?

–Sí, Padre.

–Bien. A Ana no sé por qué la has incluido como novia. No fue novia esa chica. Fue otra cosa. Llámalo como quieras. Un noviazgo es algo serio. Es una preparación para el matrimonio. Igual que los sacerdotes vamos al seminario y nos preparamos, y rezamos. El noviazgo es como el seminario del matrimonio.

–Pero padre, sólo tenía 18 años.

–Aunque hubieras tenido 15. Esa chica no fue una novia. Seguro que ni tú pensabas en ella como la mujer de tu vida.

–No, claro que no. Era una chica muy guapa pero no teníamos nada en común.

–Bien, pues primera observación. En el noviazgo no se elige sólo a una chica porque te atraiga. Somos cuerpo pero también alma. Tu inteligencia debe aprobar y sentirse también atraída por tu decisión.- Le miré sorprendido por la sencillez y lógica de su razonamiento.

–Y entonces, ¿Patricia? ¿Qué salió mal con ella?

–Ah, esa fue la siguiente…Con esa te pasó al revés. La elegiste con todo lo que creías que debía tener tu novia, pero, ¿no me has dicho tú mismo que paseabas con ella y mirabas a otras?- Bajé la cabeza un poco avergonzado.

–Ya lo sabes, Nacho. Corazón e inteligencia. Ambos son necesarios para elegir. Y añadiría oración. Que el noviazgo puede ya ser algo santo. No puedes pedirle ayuda a Dios sólo cuando surge una emergencia. Debes tenerle en cuenta en todas las decisiones de tu vida. Las pequeñas y las grandes. La persona que elijas como novia debe tener todo lo que buscas en alguien con quien formarías una familia. Y las familias luego tienen sus cosas. Vienen los hijos, los baches laborales, las hipotecas, enfermedades… ¿Lo entiendes?

–Sí, padre. Me da usted mucho que pensar.

–Pero bien, sigamos, luego fue Marina…

–No, padre. Marina ha sido la última. Luego fue Carmen.

–Es verdad, Carmen. ¿Qué fue mal con ella?

–Pues no sé, porque era perfecta. Guapa, buena…lo tenía todo. Hasta me ayudó a terminar la carrera.

–Sí. Lo que fue mal con esa chica es que fuiste un cenutrio. Primero, dejaste que se metieran tus amigos, y una relación es de dos…

–Pero padre, se reían de mí porque la llevaba al ballet en lugar de ir al fútbol. Uno tiene su dignidad y debe marcar su territorio.

–La “dignidad” de la que hablas, no sirve para nada en una relación amorosa, Nacho. Y lo del territorio, déjaselo a los animales de la selva. En un noviazgo se deben desarrollar una serie de virtudes. Entre ellas, la generosidad. Pensar en el otro y no en ti. Agrandar el corazón al máximo. Dar, dar y dar. Nunca es poco. Y junto a la generosidad, la humildad. Deberías haberle pedido perdón cuando os peleasteis porque no tenías razón.

–Bueno, ella tampoco del todo- repliqué tozudo.

–Al menos deberías haber dado el primer paso- me concedió, paciente- El orgullo mata el amor. Hay que saber pedir perdón. La persona que elijas debe también saber pedir perdón. La humildad es clave para una convivencia feliz y nos hace querernos más. También añadiría fortaleza. Esta chica te ayudó a terminar la carrera. ¿Qué hacías durmiendo a esas horas cuando te llamaba para estudiar? Sin fortaleza no se puede construir nada. ¿Te gustaría a ti estar todo el rato tirando de la otra persona como si fuera un niño pequeño? No, Nacho. Hay que ser fuerte y, a la vez, comprensivo y tierno. Y no tierno sólo de besos y abrazos. Tierno en la forma de tratar, en los gestos. Que eso es la base del respeto.

–Pero padre, no somos perfectos- aventuré.

–No, claro que no- dijo riéndose-. Pero de esto va el noviazgo. De conocerse y trabajar juntos una serie de virtudes que permitan que vuestro amor crezca. Primero sois “tú y ella”, pero luego en el matrimonio hay que buscar el “nosotros”. Es un proceso que dura toda la vida. Pero empieza en el noviazgo.

–Bueno, si total…luego no sale bien… ¿Para qué tanto esfuerzo? Fíjese con Marina. Con ella todo era perfecto. Y sí me esforcé. Es verdad que no tengo todas esas virtudes así como me gustaría, pero lo di todo y fue mal.

–No. Mal no. Con Marina diría que no fue mal. El éxito de un noviazgo no es necesariamente que acabe en boda. El éxito está en que sea una buena preparación para ti como futuro esposo y para ella como futura esposa. En el amor tienen que estar los dos y si ella no quiso al final pues no quiso. Pero tú te llevas una “mochila” cargada de actos buenos que te han hecho mejor. Actos que te han preparado mejor.- Le miré sorprendido y un poco consolado.

–Padre, si sigo sus consejos, ¿encontraré a la persona que me llene por completo?

–No, hijo- Me miró serio- Eso nunca lo encontrarás.-Abrí la boca estupefacto.

Eso no se encuentra sino en el cielo. Las personas no nos completan de forma absoluta. Al amor humano lo que es propio del amor humano y al divino lo que es propio del divino. De un amor humano puedes esperar y aspirar a lo máximo, pero dentro de lo imperfecto. Tú mismo lo has dicho. No somos generosos, humildes, fuertes…y nos faltan tantas otras virtudes. No podemos por lo tanto exigir del otro una perfección que no existe en la tierra. Pero hay que luchar porque el amor que nos tenemos sea lo más perfecto posible.

–Gracias, padre. Me ha dado mucho sobre lo que pensar. ¿Me recomendaría algo más?

–Te diría que cuando conozcas a alguien adecuado, trates de quererla mucho y de conocerla bien. Es importante hablar de todas las cosas con plena confianza y naturalidad. De la fe, de las cuestiones sobre la vida (aborto, eutanasia…), de vuestros proyectos (trabajo, etc). Y también, Nacho, aprovecha que vives ahora en una ciudad grande. Busca preparación para novios, fórmate bien. Es bueno tener preparación para lo académico pero también para la vida. Es bueno vivir en comunidad y con Dios. No lo dejes de lado.

–Gracias, padre. Pensaré todo lo que me ha dicho.

De aquella conversación salieron mil propósitos. No sé si encontraré a la persona adecuada. Pero sí sé que, si la encuentro, estaré preparado.”


En la práctica de la orientación matrimonial encontramos frecuentemente problemas que tienen su origen en el noviazgo o bien que podrían haberse evitado con un correcto desarrollo de éste. Vivir un buen noviazgo es una importante garantía para lograr un matrimonio fuerte. Pero, ¿cómo prepararnos bien en el noviazgo?

Creo que lo primero que debemos tener en cuenta son las siguientes cuestiones previas: qué es un noviazgo y qué espero del noviazgo y, después, del matrimonio. Una vez resueltas estas cuestiones abordaremos el cómo hacer de nuestro noviazgo una época de verdadera preparación para el matrimonio.

Qué es un noviazgo

Respecto a la primera idea previa: qué es un noviazgo. Debemos distinguir el noviazgo de otras figuras que encontramos hoy día y que en nada se parecen al mismo. No es noviazgo la relación con derecho a roce. No es noviazgo la relación de pareja que deja al margen cualquier tipo de compromiso o de exclusividad. No son noviazgo los rollos ni figuras análogas.

Noviazgo es una etapa de preparación para el matrimonio entre dos personas que sienten amor la una por la otra y quieren que éste crezca más cada día. Efectivamente, la preparación al matrimonio no son los cursillos prematrimoniales previos a la celebración, sino que es un periodo más largo y de gran importancia.

Pero, además, para los cristianos el noviazgo va más allá de lo meramente humano y alcanza también lo espiritual. El noviazgo es ya un camino de santidad y de preparación para vivir la vocación universal al amor que se concreta en el matrimonio.

Si un amigo nuestro nos planteara que se quiere hacer sacerdote, nos parecería lógico preguntarle si lo ha pensado bien, si lo ha rezado… y, sin embargo, para empezar a salir con una persona dejamos a Dios al margen. Es importante rezar acerca de la persona con la que queremos salir y, una vez que ya somos novios, rezar también por esa persona.

Si no dejamos a Dios al margen de nuestro noviazgo nos acostumbraremos a algo que es importantísimo: tenerle también en cuenta en nuestro matrimonio.

Qué esperamos del noviazgo

Respecto a la segunda idea previa: qué esperamos del noviazgo y, después, del matrimonio. Es algo sobre lo que también debemos reflexionar. Todos hemos nacido con un deseo insaciable de ser amados sólo por ser quienes somos. No por ser guapos, inteligentes o tener un buen trabajo, sino por ser Perico Pérez. Este deseo genera un vacío interior que, en determinadas épocas, puede resultar hasta doloroso: nadie me comprende, me siento solo, etc.

Un error frecuente es pensar que en el noviazgo y, más tarde en el matrimonio, voy a encontrar a una persona que colme por completo ese vacío. Eso es imposible porque el amor humano nunca es perfecto y nuestra sed es de amor perfecto. Ese vacío sólo lo colmaremos por completo en el cielo.

Al amor humano sólo se le puede pedir lo propio de un amor humano. Y, dentro de un amor humano, el amor de los novios contiene en potencia lo que debe realizarse a lo largo del matrimonio. Un amor que, dentro de lo imperfecto, tiende y lucha por ser lo más perfecto posible. Un amor que tiende a pasar del “tú y yo” al “nosotros”. Ése es un proceso que se debe desarrollar a lo largo de todo el matrimonio y que nunca se agota.

Ideas clave

Aclaradas estas cuestiones previas, podemos meternos ya de lleno en todos aquellos aspectos que pueden hacer que mi noviazgo sea o no un éxito.

En primer lugar, es preciso tener en cuenta que todo noviazgo debe empezar con un flechazo. Siempre debe existir una atracción amorosa hacia el otro. Pero, dado que el ser humano no sólo es cuerpo sino también alma y tiene inteligencia, la atracción que sentimos hacia esa otra persona debe de ser confirmada por nuestra inteligencia. Es decir, no basta con que una persona me atraiga físicamente sino que también debe hacerlo con mi inteligencia. Esa persona debe contar con aquellos aspectos que busco en la persona con la que quiero formar una familia en un futuro. Es bueno tener en cuenta este aspecto y ser conscientes, al reflexionar sobre ello, de que la vida matrimonial no será como cuando somos jóvenes despreocupados. Vendrán obligaciones, enfermedades, baches laborales… y en todas esas circunstancias la persona que me acompañará será la que ahora elija.

En segundo lugar, es importante tener en cuenta una serie de virtudes humanas que son una buena “mochila” para llevarse al matrimonio. Son virtudes que tengo que ver si tiene la persona con la que estoy saliendo y, a la vez, virtudes que debo saber si las tengo yo mismo o debo trabajarlas. Por supuesto, teniendo en cuenta que nadie es perfecto. Lo importante es que la virtud exista o que exista el empeño sincero por lograrla. Dentro de esas virtudes destacaría:

  1. Humildad. Es muy importante ver ya desde el noviazgo si la otra persona sabe pedir perdón. Si sabe reconocer lo que ha hecho mal y empezar de nuevo. El orgullo es uno de los peores enemigos del amor sincero y, por lo tanto, del matrimonio. Esta virtud debemos trabajarla durante el noviazgo y prestarle mucha atención.
  2. Ternura. No sólo en manifestaciones físicas sino también en el lenguaje, en los gestos: cómo me habla, cómo me escucha, cómo me trata… Y no sólo a mí sino a los demás. La ternura es la base del respeto, sin el cual es muy difícil o imposible mantener un matrimonio.
  3. Generosidad. Ya desde el noviazgo debemos ejercitarnos en buscar primero el bien del otro sin pensar tanto en uno mismo. La generosidad es clave para ser felices. Es cierto que en el noviazgo la donación de uno mismo no es completa como en el matrimonio, pero para que la donación llegue a ser lo que debe ser, es preciso trabajar la generosidad con el otro y extenderla a los amigos, compañeros de trabajo, etc. Quien lucha por hacer grande su corazón, llega mejor preparado al matrimonio.
  4. Fortaleza. La fortaleza es una virtud clave para cualquier relación amorosa. En el noviazgo podemos ver si la otra persona se viene abajo con cualquier cosa, si es perezoso en los estudios o negligente en el trabajo. Esta virtud es la que permite que luego el matrimonio sea un matrimonio fuerte.

Además de todas estas virtudes (se podría hablar de muchas más), otros dos aspectos que conviene destacar son: la fe y los temas que debemos hablar antes de casarnos.

Respecto de la fe, no es imprescindible que la otra persona comparta mi fe, aunque sería muy bueno. En cualquier caso, sí debo tener en cuenta si existe un rechazo a la fe que yo tengo. Es muy fácil respetarse durante el noviazgo en este ámbito, pero luego saldrán cuestiones como la de educar a los hijos en la fe, poner en práctica mis propias creencias, etc. Son cuestiones muy importantes que debemos tener en cuenta ya en el noviazgo y no esperar que se resuelvan automáticamente al casarse.

En cuanto a temas que debemos hablar antes de casarnos, es muy bueno ir hablando progresivamente a medida que avanza el noviazgo y, de forma natural, de todas las cuestiones que son importantes. No podemos limitarnos a hablar de cuestiones sin relieve. Debemos conocer bien a esa persona, saber cómo piensa, cómo actuaría en determinadas circunstancias. Como ejemplo de cuestiones que tienen que hablarse antes de casarse podemos mencionar las siguientes: las relativas a la vida (aborto, eutanasia), las que se refieren a la paternidad (regulación natural, métodos anticonceptivos, fecundación in vitro, paternidad responsable…), las que afecten a la vida en común (dónde quiero vivir, tipo de trabajo, etc).

Para finalizar, sí conviene resaltar la creciente importancia de las iniciativas de preparación para novios, incluso las de preparación para el noviazgo, aunque aún no se tenga novio/a. La formación y el acompañamiento son una buena garantía para fortalecer y enriquecer nuestro noviazgo.

El autorLucía Simón

Naufragio de civilización

La crisis migratoria en Europa ha llegado a un punto muy preocupante. Se ha convertido en un problema con difícil solución, ni fácil ni cercana. El Papa clamó contra esta situación en su visita al campo de refugiados de Lesbos. 

4 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Leía recientemente una reflexión de don Fabio Rosini, recogida en su último libro: L’arte di guarire (el arte de sanar). Afirmaba el sacerdote romano -aplicando el lenguaje médico al ámbito espiritual- que la mayoría de las veces cometemos el error de emitir un juicio sobre los síntomas, sin llegar a las causas que producen la enfermedad.

Llevamos años acarreando una crisis migratoria que en Europa se ha cobrado la vida de decenas de miles de personas en las aguas del Mediterráneo. Recientemente hemos contemplado al gobierno de Bielorrusia empleando a los migrantes como un recurso para hacer presión en la frontera con Polonia, o cómo el Canal de la Mancha se ha convertido en un nuevo escenario de muerte.

El problema es endémico y la solución no parece fácil ni cercana. La política se enreda en una retórica hecha de acusaciones al de enfrente, a la vez que se destinan millones de euros a terceros países para contener el avance migratorio.

Y, a pesar de todo, no damos con el diagnóstico, porque estamos tan concentrados en aliviar los síntomas que no acertamos con la causa. Quizá porque no es sencilla y exige un alto coste. El Papa Francisco no tuvo reparos en enunciarla en forma de interrogación durante su visita al campo de refugiados de Mitilene, en la isla de Lesbos, el pasado 5 de diciembre: “¿Por qué […] no se habla de la explotación de los pobres, o de las guerras olvidadas y a menudo generosamente financiadas, o de los acuerdos económicos que se hacen a costa de la gente, o de las maniobras ocultas para traficar armas y hacer que prolifere su comercio? ¿Por qué no se habla de esto?”.

El Pontífice alentó a enfrentar las causas remotas y a emprender acciones concertadas, con amplitud de miras. Y lanzó una súplica desgarradora: no convertir el mare nostrum en mare mortuum. “¡Detengamos este naufragio de civilización!”

Vaticano

Jornadas Sociales Católicas Europeas. Un nuevo comienzo para Europa

Del 17 al 20 de marzo de 2022, Bratislava acogerá las Jornadas Sociales Católicas Europeas para reflexionar sobre si es necesaria una idea de Europa más allá de la pandemia, menos egoísta y más solidaria. 

Giovanni Tridente·3 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mostrar la vitalidad de los católicos en Europa, trabajando por la solidaridad y el bienestar de todos los ciudadanos del continente, especialmente de los jóvenes y del futuro. Este es el objetivo de la tercera edición de las Jornadas Sociales Católicas Europeas, que tendrán lugar en Bratislava (Eslovaquia) del 17 al 20 de marzo.

El tema elegido para esta edición -en cuya preparación están trabajando la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Conferencia Episcopal anfitriona- es “Europa más allá de la pandemia: un nuevo comienzo”.

La idea principal de estas jornadas, explicada en la rueda de prensa por el presidente de COMECE Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, es superar las actitudes egoístas y materialistas, reiteradamente denunciadas también por el Papa Francisco, para dar paso a los principios de solidaridad que siempre han caracterizado al viejo continente.

Se espera que más de 300 delegados de las distintas Conferencias Episcopales europeas, jóvenes, académicos y políticos participen en las Jornadas Europeas de Reflexión y Propuestas, que se guiarán por las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, en un intento de generar una especie de “espiritualidad de la fraternidad”, como lo ha definido el cardenal Peter Turkson,  presidente del Dicasterio para el Desarrollo Humano. 

Entre los temas elegidos, está la necesidad de ocuparse de las generaciones más jóvenes, que sean protagonistas y no meros espectadores de una esperada renovación, pero también está, obviamente, la preocupación por las realidades sociales más frágiles y marginadas. 

Las Jornadas comenzarán el 17 de marzo con la celebración de apertura en la catedral. A continuación, los días 18 y 19 de marzo, los participantes deberán analizar los retos de la Europa contemporánea, a partir de tres temas clave: cambio demográfico y familia; transformación tecnológica y digital; ecología y cambio climático. Los trabajos se desarrollarán en sesión plenaria, grupos de trabajo y mesas redondas. El 20 de marzo se presentarán y debatirán en sesión plenaria los resultados de los talleres.

El logotipo de esta edición recuerda la figura de san Martín de Tours y la historia medieval de su conversión al cristianismo tras conocer a un mendigo semidesnudo en las afueras de la ciudad de Amiens, en el norte de Francia. En esta ocasión cortó su capa por la mitad para compartirla con el mendigo, que se le apareció en una visión y se reveló como Cristo. San Martín es también el patrón de Bratislava y de la catedral de la ciudad.

El sitio web oficial de las Jornadas Sociales Europeas es www.catholicsocialdays.eu, a través del cual se pondrán a disposición los documentos preparados y la lista de participantes. También se podrán seguir en streaming algunos momentos del evento, cuya cuenta de twitter es @EUcatholicdays.

Hoy, mientras muchos en Europa se interrogan con desconfianza sobre su futuro, muchos la miran con esperanza, convencidos de que todavía tiene algo que ofrecer al mundo y a la humanidad”, escribió el Papa Francisco el 22 de octubre de 2020 en una Carta con motivo del 40 aniversario de COMECE y el 50 de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la Unión Europea.

Dos años después, la necesidad de seguir soñando con “una Europa solidaria y generosa sigue viva. Un lugar acogedor y hospitalario, donde la caridad -que es la suprema virtud cristiana- supera toda forma de indiferencia y egoísmo”, como deseó el Pontífice en aquella ocasión. Y de nuevo resuena la fuerte llamada a los cristianos a “una gran responsabilidad”: “despertar la conciencia de Europa, animar procesos que generen un nuevo dinamismo en la sociedad”. Por eso necesitamos las Semanas Sociales Europeas y un nuevo comienzo tras la pandemia.

Lecturas del domingo

«El tiempo del amor para siempre». Solemnidad de la Epifanía del Señor

Andrea Mardegan comenta las lecturas de la Epifanía del Señor y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·3 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Qué hermosos los meses en Belén después de encontrar a Simeón y Ana en el templo. Qué bonitos esos momentos familiares con Isabel y Zacarías, en nuestra casa. Cuando llegaron los magos, Jesús ya se sostenía sobre sus piernas, aunque de buena gana estaba en mis brazos. Especialmente frente a extraños.

Me sorprendió ver a esos personajes extranjeros y cultos inclinándose como delante de un rey. Hubiera querido que José se quedara a mi lado, pero él estaba detrás, revisando la puerta, observando la situación desde lejos. Quería que se centraran en el niño y en mí. 

Cuando Jesús se despertaba por la mañana, le cantaba, recordando su nacimiento, las palabras de Isaías: “Levántate, resplandece que llega tu luz, y la gloria del Señor amanece sobre ti. Mira que las tinieblas cubren la tierra, espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti amanece el Señor, sobre ti aparece su gloria”.

Después del encuentro con los Magos, en tiempos de paz, aprendí a agregar esas palabras del profeta: “Alza tus ojos y mira alrededor: todos ellos se congregan, vienen a ti. Tus Hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces, veras esto radiante de alegría, tu corazón se alegrará y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, y dromedarios, procedentes de Madián y Efá. Vendrán todos los de Saba, cargados de oro e incienso y proclamando las alabanzas del Señor ”. 

Pero esa noche, después de su paso, fue agitada. Con José sentimos que el tiempo de paz en Belén estaba por terminar. Había sido un regalo inmenso, una oportunidad para descansar, para construir el día a día de nuestra familia lejos de los malentendidos y de las habladurías de Nazaret, aunque no faltaron ni siquiera en Belén.

Un oasis de paz para los primeros meses de la vida de Jesús. Como enseña Qoelet: “Todo tiene su momento y hay un tiempo para cada cosa bajo el cielo. Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado ”. Y me preguntaba: ¿qué tiempo empezará ahora para nosotros? “Un tiempo para llorar y un momento para reír, un tiempo para llevar luto y un tiempo para bailar.” Hablamos de ello con José aquella noche. A los dos nos costó conciliar el sueño.

También recordamos ese frase:”Y un tiempo para amar y un tiempo para odiar” y nos dijimos que Jesús había venido a completar esas palabras, a establecer el tiempo del amor para siempre, en buenos y malos momentos. Este pensamiento nos tranquilizó: habíamos encontrado la solución. Miramos a Jesús en su cuna. Dormía felizmente. Esto también nos dio esperanza, y pudimos quedarnos dormidos.

La homilía sobre las lecturas de la Epifanía del Señor

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Familia

Santos, pistas y libros para vivir el Año ‘Familia Amoris Laetitia’

El domingo pasado, el Papa Francisco escribió una Carta a las familias, en este Año ‘Familia Amoris Laetitia’, con objeto de alentar a esposas y esposos a seguir caminando con más fe. Se recuerdan aquí algunos testimonios de matrimonios santos o en proceso de beatificación, y se esbozan lecturas útiles, en días previos a la llegada de sus Majestades de Oriente.

Rafael Miner·2 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

La solemnidad de san José del año pasado supuso el pistoletazo de salida del Año “Familia Amoris Laetitia”, convocado por el Papa Francisco a los cinco años de su Exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’, sobre la alegría y la belleza del amor familiar. Un tiempo en el que el Santo Padre ha invitado a toda la Iglesia a “un renovado y creativo impulso pastoral para poner a la familia en el centro de la atención de la Iglesia y de la sociedad”.

Por su parte, el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cardenal Kevin J. Farrell, señaló que “es más oportuno que nunca dedicar todo un año pastoral a la familia cristiana, porque presentar al mundo el proyecto de Dios sobre la familia es fuente de alegría y esperanza; ¡es una verdadera buena noticia!”.

A continuación, se efectúa un breve repaso por algunos modelos, en el caso de la Sagrada Familia, matrimonios que han sido beatificados o canonizados, y que pueden dar luz para llevar a la práctica las orientaciones e indicaciones del Papa. Posteriormente, se recogen algunos libros e iniciativas en la misma dirección. Necesariamente, se trata de un esquema sintético, por lo que en otras entregas se irán incorporando nuevos testimonios y aportaciones.

1. Sagrada Familia de Nazaret

“Que san José inspire en todas las familias la valentía creativa, tan necesaria en este cambio de época que estamos viviendo, y Nuestra Señora acompañe en sus matrimonios la gestación de la “cultura del encuentro”, tan urgente para superar las adversidades y oposiciones que oscurecen nuestro tiempo” (Papa Francisco, Carta, 26.12.2021). “Los numerosos desafíos no pueden robar el gozo de quienes saben que están caminando con el Señor. Vivan intensamente su vocación. No dejen que un semblante triste transforme sus rostros. Su cónyuge necesita de su sonrisa. Sus hijos necesitan de sus miradas que los alienten. Los pastores y las otras familias necesitan de su presencia y alegría: ¡la alegría que viene del Señor!”

2. San Joaquín y santa Ana

Joaquín y Ana son los nombres que revela la Tradición sobre los padres de la Virgen María. Como padres de la Virgen, son también los abuelos de Jesús. Esta dignidad, parte de la promesa salvadora de Dios para con el pueblo de Israel y todo el género humano, se encuentra parcialmente revelada en los nombres de estos dos santos. Mientras que Joaquín significa ‘Dios prepara’, Ana quiere decir ‘gracia’, ‘compasión’.

3. Aquila y Priscila, santos

El papa emérito Benedicto XVI ha comentado que, a la gratitud por la fidelidad de esas primeras iglesias de las que habla San Pablo en su Carta a los romanos, “se debe unir también la nuestra, pues gracias a la fe y al compromiso apostólico de fieles laicos, de familias como las de Aquila y Priscila, el cristianismo ha llegado a nuestra generación (…). Para arraigar en la tierra, para desarrollarse ampliamente, era necesario el compromiso de estas familias, de estas comunidades cristianas, de fieles laicos que ofrecieron el ‘humus’ al crecimiento de la fe. Fueron colaboradores del apóstol san Pablo, a quien acogían en su casa y por cuya protección expusieron sus propias vidas.

4. Santa Mónica, y otros padres y madres

“Nacida en Tagaste el año 331 ó 332, ocupa el primer lugar en la galería de santos de la Familia Agustiniana por ser la madre de san Agustín. Inseparables el uno del otro, madre e hijo dejan en un segundo plano a Patricio, padre y esposo, y a los otros dos hijos del matrimonio”, señala agustinos.es. “Ella se encargó de llevar la iniciativa en la educación, con un acento especial en lo religioso. La pedagogía de Mónica, diríamos hoy, es la del testimonio y el acompañamiento perseverantes. Así ganó para Jesucristo a su marido y tuvo una influencia decisiva en la conversión de su hijo Agustín. Con inmenso gozo asistió a su bautismo la noche de Pascua del año 387. Murió en Ostia Tiberin, a las puertas de Roma”.

Han llegado también a los altares san Gordiano y santa Silvia, padres de san Gregorio Magno, y en el siglo VII en Bélgica, san Vicente y santa Valdetrudis, que fueron padres de cuatro hijos santos: san Landerico, obispo de París, san Dentellino, santa Aldetrudis y santa Madelberta (abadesas del monasterio de Maubeuge).

5. San Isidro Labrador y santa María de la Cabeza

“Así de unidos han estado siempre en el alma de los madrileños, la Virgen de la Almudena y san Isidro Labrador. Con motivo de la fiesta del 15 de mayo de 1852, en el Diario Oficial de Avisos de Madrid, se publicaba esta breve reseña sobre la vida de san Isidro: ‘Madrid, célebre por muchos títulos, lo es particularmente por haber dado cuna a este ínclito y santo varón. Criado en el temor de Dios, y habiéndole cabido en suerte un alma buena, fue virtuoso toda su vida, ya se le considera casado con Santa María de la Cabeza, ya se le contemple labrando la tierra, en cumplimiento de su obligación o dirigiendo sus fervorosos votos al Señor y a su Santísima Madre en los templos de Atocha y Santa María de la Almudena, siempre se admirarán en él, todas las cualidades de un verdadero siervo de Dios” (archimadrid.org).

6. Santo Tomás Moro

“Un decreto del Papa León XIII declaró beato a Tomás Moro [lord canciller de Inglaterra, 1478-1535] el 29 de diciembre de 1986, ‘el día consagrado a Tomás, el arzobispo de Carterbury, cuya fe y constancia tan esforzamente imitó’.  El 9 de mayo de 1935, el Papa Pío XI definía en consistorio semipúblico la santidad y culto debidos en el futuro al ‘laico Tomás Moro’”. (Sir Tomás Moro, Andrés Vázquez de Prada, Rialp). “No queda otra cosa que hacer”, dijo el Papa, que “exhortaros a vosotros y a todos los demás hijos nuestros en Cristo para que imitéis sus virtudes y elevéis vuestra mente y vuestro ánimo implorando el patrocinio de aquel mártir, para vosotros y para la Iglesia universal”.

7. Santos Célia Guerin y Luis Martín

Padres de santa Teresa de Lisieux, también conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, nacida en 1873 en Alençon (Francia) y carmelita descalza. Fue la quinta de 5 hermanas, todas fueron religiosas. San Luis Martin y santa Celia Guerin se convirtieron en el primer matrimonio no mártir canonizado al mismo tiempo. Teresa entró en el monasterio de las carmelitas de Lisieux, Francia, con 15 años y falleció el 30 de septiembre de 1897 a los 24 años de edad. Tras su viaje a Sri Lanka, el Papa Francisco, que les canonizó en 2015, dijo: “cuando no sé cómo irán las cosas, tengo la costumbre de pedir a santa Teresita del Niño Jesús que lleve el problema en sus manos, y que me envíe una rosa”.

8. Manuel Rodrigues Moura y su esposa, beatos

Brasileños, víctimas de la persecución que se desencadenó contra la fe católica (1645). Junto a ellos están muchas parejas mártires en Japón y Corea.

9. Beatos Luis Beltrame y María Corsini

En el año 2001, en una misma ceremonia fueron beatificados los esposos italianos Luis Beltrame Quattrocchi y Maria Corsini, que contrajeron matrimonio en 1905. Tuvieron dos hijos varones, que recibieron el sacerdocio, y dos hijas mujeres. Una de sus hijas se casó y la otra se hizo religiosa. Tres de sus hijos asistieron a la ceremonia de beatificación.

San Juan Pablo II manifestó su alegría pues, ‘por primera vez dos esposos llegan a la meta de la beatificación”. Eran romanos, estuvieron casados durante cincuenta años y tuvieron cuatro hijos. El Papa subrayó que la primera beatificación de un matrimonio llegaba justo ‘en el vigésimo aniversario de la exhortación apostólica ‘Familiaris Consortio’.

Algunas biografías

Las iniciativas y obras literarias en torno a los valores del matrimonio y la familia han aumentado en los últimos años,tras la Exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’ del Papa Francisco, y este año instaurado por el Papa, junto al impulso del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, las conferencias episcopales, y los movimientos apostólicos. A título de ejemplo, pueden citarse algunas.

En primer lugar, el año pasado han aparecido dos biografías. Una sobre Carmen Hernández, iniciadora junto a Kiko Arguello del Camino Neocatecumenal, que falleció hace cinco años, por lo que, siguiendo las normas canónicas, sería posible la petición de la apertura de la Causa de Beatificación. Carmen Hernández fue una mujer “profundamente enamorada de Cristo”, como la ha descrito, en una entrevista con Omnes, Carlos Metola, postulador diocesano nombrado por el Camino Neocatecumenal. La biografía ha sido gestionada por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

María Ascensión Romero, del Equipo Internacional del Camino Neocatecumenal, entrevistada en el programa ‘Ecclesia’ de TRECE tv, que presenta Álvaro de Juana, subrayó la gran aportación de Carmen Hernández para llevar adelante el Concilio Vaticano II. “Ha sido una grande en la Iglesia del siglo XX y en su historia en general”, señaló.

Se ha publicado asimismo en estas fechas una biografía sobre uno de los tres primeros supernumerarios del Opus Dei, Mariano Navarro Rubio, casado y con once hijos, fallecido en 2001. Ya existe una biografía escrita por Antonio Vázquez en Ediciones Palabra del primero de ellos, Tomás Alvira, del que está iniciada su Causa de Beatificación junto a su mujer, Paquita Dominguez.

Ahora ha salido una amplia biografía de Mariano Navarro Rubio, político aragonés autor del denominado Plan de Estabilización y gobernador del Banco de España, en la que numerosas personas explican cómo vivió su vocación matrimonial como auténtico camino de santidad, con entrevistas y recogida de testimonios de familiares y amistades de vida vivida del biografiado. Son en torno a 500 páginas, con más de 80 fotografías, en las que aparecen, entre otros, san Josemaría, fundador del Opus Dei; el beato Álvaro del Portillo y el obispo Javier Echevarría. La edición es de Homo Legens.

Iniciativas y otras aportaciones

Entre las iniciativas editoriales para ayudar a jóvenes matrimonios, y no tan jóvenes, pueden citarse las de Ediciones Palabra, que ha sacado en 2021 ‘Más que juntos’, de Lucía Martínez Alcalde y María Alvarez de las Asturias.

Las dos autoras, casadas, con hijos y con diferentes caminos profesionales abordan de manera práctica los momentos previos y primeros años tras la boda. Escrito con un estilo directo y sencillo, pone ‘las cosas en su sitio’, comenzando por la clave: la decisión de casarse tiene como base construir una relación no temporal y en conjunto –ser un tándem.

Mientras tanto, sigue en el mercado, de la misma editorial Palabra, ‘Una decisión original’, con el subtítulo ‘Guía para casarse por la Iglesia’, de Nicolás Álvarez de las Asturias, Lucas Buch y María Álvarez de las Asturias, que ofrece claves para fundar una familia única, para crecer en el amor, y no perder nunca la fuerza.

Otros títulos de ayuda son ‘Noviazgo cristiano en un mundo hipersexualizado’, de T.G. Morrow (Rialp), una guía amena y teológica que trata desde la primera amistad hasta el día de la boda, el amor y la moral durante el noviazgo, la castidad y las crisis de comunicación. Arguments ha reseñado recientemente también Cómo encontrar a tu alma gemela sin perder tu alma’, de Jason Evert, que transmite el mensaje, entre otros, de que no debemos idealizar las relaciones: no hay noviazgos perfectos y fáciles, cada uno tiene sus dificultades y lo importante es superarlas.

Hablan 15 mujeres

CEU Ediciones ha lanzado este año ‘Familias sin filtro’, un libro de fotografías y testimonios familiares, de superación y motivación, a partir de 15 españolas madres de familia, muchas de ellas empresarias, que hablan con libertad de su familia y su relación con su vocación, su trabajo, sus anhelos y su presencia en las redes sociales. Aunque nadie les pregunta específicamente por su fe, muchas hablan también de su relación con Dios y con santos que admiran. 

El libro tiene la peculiaridad de que todo lo recaudado en su venta se destina a la investigación del cáncer infantil a través de la Fundación ‘El sueño de Vicky’, que desde 2017 trabaja por esta causa. Entre las madres se encuentran Laura García Marcos, la madre de Vicky; Lara Alonso del Cid, empresaria de los restaurantes Mentidero; 

Virginia Villa, madre de familia numerosa, directora de la Fundación Irene Villa de apoyo frente a la discapacidad; Marian Rojas Estapé, hija del psiquiatra Enrique Rojas.

El matrimonio y la familia cristiana

Ése es precisamente el título de una reciente obra de los profesores Augusto Sarmiento Franco y José María Pardo Sáenz, editada por Eunsa (Universidad de Navarra). A través de la familia discurre la historia del hombre, la historia de la salvación de la humanidad. Entre los numerosos caminos que la Iglesia propone para salvar al ser humano, la familia es el primero y más importante, señalan los autores. En la misma editorial, Jorge Manuel Miras Puso ha publicado ‘Matrimonio y familia’, y José Miguel Granados Temes, ‘El evangelio del matrimonio y de la familia’.

José Miguel Granados se pregunta. ¿Cuál es la esencia del evangelio del matrimonio y de la familia? La respuesta es sencilla: la buena nueva del amor humano del varón y la mujer, en el designio divino. Esta respuesta contiene la antropología adecuada conforme al orden del Creador (de valor universal y asequible a la razón bien configurada) y es llevada a plenitud en el misterio de la Redención de Jesucristo”. En el libro, el profesor Granados Temes, párroco en Madrid, presenta de modo ordenado y claro el magisterio de san Juan Pablo II sobre la teología del cuerpo.

Promoción de la familia

También el año pasado, la revista Misión, editada desde la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, ha otorgado sus premios a una decena de personas y entidades “cuya labor ha destacado en la promoción de la familia, en la defensa y cuidado de la vida humana y en la actividad evangelizadora”. Los galardonados han sido, entre otros, la ‘Plataforma Más Plurales’; el locutor de radio Javi Nieves; 40 Días por la Vida; el Proyecto Amor Conyugal, del que destacan su labor por “posibilitar una conversión real de los matrimonios católicos”, y la Fundación Aladina, “por su acompañamiento cercano y lleno de ternura a las familias de los niños enfermos de cáncer”.

Armonía

Otro libro interesante del año pasado ha sido ‘Armonía’, de Alfred Sonnenfeld, editado por Rialp. El autor aborda en esta ocasión el perfeccionismo y la imperfección, el respeto al otro, el egocentrismo y el romanticismo como disolventes de una auténtica relación de pareja, y el correcto entendimiento del amor y del sexo, encaminados a hacerla perdurar. Mediante el pudor, además, el sexo conservará buena parte de su valor y de su misterio.

Mundo

“Mi camino a la Iglesia católica”

Gero Pischke narra su conversión en una conversación mantenida con José M. García Pelegrín en Berlín, Alemania.

Gero Pischke·2 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Nací en 1961; me crié cerca de Hannover. Allí, mi madre se adhirió a los Adventistas del Séptimo Día a principios de los años sesenta. Cuando mis padres se divorciaron, mi madre se trasladó a Dinamarca con mi hermana; mi padre y yo nos dirigimos a Berlín; recuerdo que el ambiente en la escuela era brutal. Nadie se preocupaba por mí; quizá por esto busqué una especie de padres sustitutos entre los adventistas. 

Recibí el bautismo de adultos en el otoño de 1982. Todos los sábados teníamos una hora de oración y otra de estudio bíblico, a lo que se añadía la lectura de escritos adventistas, de Ellen Gould White y otros. Más tarde me uní a un subgrupo, la “Comunidad Advento Reposo Sabático”, también llamada del “Mensaje para nuestro tiempo”. Pero pronto me di cuenta de que allí prácticamente todo giraba en torno al dinero. Como —a diferencia de las iglesias católica y evangélica— no perciben el impuesto eclesiástico, tienen que recolectar donaciones. 

Algo que siempre me había causado un gran problema es que, con la regeneración que predican, no pueda conseguir la liberación del pecado. Por supuesto que Dios perdona los pecados, pero ¿cómo puedo estar seguro? Tampoco tenía a nadie con quien pudiera hablar sobre estas cosas. Además, estaba solo, porque era el único miembro de la secta en Berlín. Muchas cosas me estaban vedadas, como ir al cine o a comer fuera de casa, el alcohol, fumar… y también se me inculcaba limitar lo máximo posible el contacto con la “gente del mundo”. En un cierto momento, de un segundo a otro, rompí con ellos. Al principio me dediqué —como se suele decir— a disfrutar de la vida, a hacer todo lo que había echado de menos durante décadas.

El discurso de Benedicto XVI en el Bundestag en septiembre de 2011 me causó una profunda impresión. A partir de entonces procuraba leer todo lo que decía. Aunque durante algunos años no parecía avanzar, cada vez sentía más simpatía por la Iglesia católica. En 2014, monté mi propio negocio con un socio, en el que inicialmente tenía mucha confianza. Pero unos meses después, me di cuenta de que el producto que vendíamos no era bueno, lo cual me llevó casi a la ruina. Así que puse fin a ese trabajo como autónomo.

A finales de 2014 había tocado fondo. Participaba desde hacía algún tiempo en las reuniones de un “club de fumadores”; pero como estaba tan desmoralizado, envié un correo electrónico para excusarme de asistir en una determinada ocasión; sin embargo, el que lo organizaba me llamó por teléfono y me animó a acudir, porque también hablábamos de cuestiones de cierto calado. Asistí y conocí así a un miembro de la Iglesia católica que, según pude comprobar, se caracterizaba por una gran profundidad espiritual. Resultó ser un miembro de la Prelatura personal Opus Dei. Pronto me invitó a asistir a una Santa Misa. Acudí con cierta expectación; en mi juventud, me habían hecho ver en la Iglesia católica al “Anticristo”.

No entendí mucho de la liturgia, pero me impresionó desde el principio. Lo que veía me ayudaba a concentrarme: Cristo crucificado, el Vía Crucis y la Santísima Virgen María me hicieron ver que allí había algo especial, una cercanía a Dios como nunca hasta entonces había experimentado. Pude presenciar la administración de la Sagrada Comunión: de rodillas y en la boca. ¡Qué gesto de humildad! Decidí comprar un catecismo. Lo leí y lo repasé con la ayuda de los dos sacerdotes del centro del Opus Dei durante dos años. A través de las conversaciones, la participación en la Santa Misa y el rezo del Rosario, fui conociendo la fe católica.

Un paso enorme fue conocer el sacramento de la confesión y por tanto la certeza del perdón, así como poder recibir el cuerpo de Cristo de un sacerdote ordenado. Me pesaban tantas cosas en la cabeza y en el corazón que me urgía hacerme católico. Así que recibí los sacramentos del Bautismo y la Confirmación en mayo de 2019; desde entonces continúo desarrollándome espiritualmente. Poco antes ya había renunciado a algunos pecados que tenía muy arraigados desde hacía décadas y que no he vuelto a cometer.

He sentido la bendición de Dios, una gracia sin precedentes. “¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?”. También recé mucho por conseguir una perspectiva profesional, y mis oraciones fueron escuchadas: poco a poco las cosas empezaron a mejorar después de que cambiara el centro de mi actividad como autónomo a finales de 2014. Estoy tan feliz y contento que no me importan en absoluto las acusaciones que vierten ciertos medios de comunicación sobre la Iglesia católica. En todas partes hay pecados, y he sabido de cosas peores que han cometido otros; pero a la única que se persigue es la Iglesia católica. Me duele, pero no me hace sentir inseguro de haber tomado la decisión correcta.

El autorGero Pischke