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Procesión de las cintas

Centenares de personas acompañan al "Jesús de las Cintas" en Cartago (Costa Rica). Cada cinta atada a la imagen de Cristo simboliza una promesa hecha a Jesús.

Maria José Atienza·7 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa saluda los participantes del UNIV’23

Rome Reports·7 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Los jóvenes que este año han acudido al evento, impulsado por san Josemaría Escrivá y que cada año reúne a más de 3.000 estudiantes universitarios de todo el mundo recibieron unas palabras del Papa en la audiencia general del Miércoles Santo.

Este año, el tema de estudio del UNIV se centraron en la felicidad. Partiendo desde una premisa, ser feliz no es un estado de ánimo.


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Evangelización

La Hermandad de la Escuela de Cristo. Foco de fe y tradición en Guatemala

La Hermandad del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo es una de las más conocidas y antiguas de Guatemala. Su presidente honorario, Marco Augusto García Noriega, describe para Omnes, la historia, la actualidad y la importancia de esta Hermandad en la piedad guatemalteca.

Maria José Atienza·7 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Las imágenes de del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo son muy queridas y veneradas por los fieles guatemaltecos. Desde el Miércoles de Pasión, con la velación de la Santísima Virgen, hasta el Sábado Santo, con la procesión del Señor Sepultado, sus hermanos y devotos, que se cuentan por miles, acompañan con su oración y su presencia a Cristo y a su Madre en una muestra insigne de piedad popular, fe y devoción.

Como recuerda Marco Augusto García Noriega, presidente honorario de esta Hermandad y autor de un libro sobre esta antigua y querida devoción guatemalteca, “los primeros documentos sobre la Hermandad del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo aparecen en el año 1750. En ellos se hace mención de una cofradía encargada de los protocolos de Semana Santa para un Cristo crucificado, aunque es probable que ya en 1650 existiera la cofradía encargada, pero debido a las catástrofes naturales de la época la documentación se perdió”.

La imagen del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo

La imagen de Cristo, según recoge la propia Hermandad, “se constituye por una bella obra de mediados del siglo XVIII, que expone vívidamente un cuerpo sometido a esfuerzo evidenciado por el marcado de músculos y tendones en brazos y piernas”.

García Noriega apunta que “en torno a finales del siglo XVIII, la imagen del Cristo se modificó y pasó a ser la de un Cristo yacente, de tal modo que permitiera realizar las ceremonias de crucifixión y descendimiento cada Viernes Santo, tal como se realiza hasta la fecha”.

Las procesiones de la crucifixión y descendimiento de esta Hermandad son de las procesiones más conocidas y queridas de la ciudad de Antigua, no en vano “la Hermandad del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo la integran, a la fecha, más de diez mil miembros activos que participan en las principales procesiones de la Escuela de Cristo” como subraya Marco Augusto García.

La Hermandad a lo largo del año

Aunque el Viernes y Sábado Santo son fechas centrales en el calendario de devotos y hermanos de la Escuela de Cristo, las vida de la Hermandad no se reduce a estas fechas. Explica, para Omnes, Marco Augusto García Noriega cómo “la Escuela de Cristo tiene varias procesiones con sus titulares siendo las principales las del Viernes y Sábado Santo».

Además de éstas, explica García Noriega, «en la segunda semana de mayo se efectúa una velación de la Santísima Virgen de Dolores seguida de una pequeña procesión de unas cuatro horas en las cercanías del templo”.

Añade quien fuera presidente de la Escuela de Cristo que “a principios del presente siglo, y durante más de quince años se realizaba una procesión de diez horas de recorrido, en la que participaban los miembros de la Hermandad con sus familias, siendo muy concurrida. Durante esta procesión se proporcionaban rosarios a los participantes con un pequeño folleto que explicaba la manera de rezarlo todos los días. Lamentablemente, esta procesión fue suspendida y limitada por las autoridades eclesiásticas de esa época que argumentaron que no coincidía con el calendario litúrgico”.

Aparte de la procesión mariana de mayo, la procesión del primero de noviembre en conmemoración de los Fieles Difuntos es muy concurrida. Esta conocida procesión, como describe García Noriega “tiene una duración entre ocho y diez horas. Su origen se remonta al año 1949, cuando un fraile franciscano fray Miguel Murcia, ya fallecido y muy querido en Guatemala, puso como objetivos de esta procesión conmemorar a los fieles difuntos; unir a todas las hermandades del país, y dar oportunidad a las personas que no pudieron participar de las actividades del Viernes o Sábado Santo para renovar sus votos. Esta procesión esta cercana a cumplir 75 años y es muy popular dentro de la feligresía católica de Guatemala”.

La Hermandad del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo tiene, evidentemente, una fuerte raigambre y presencia en la vida de piedad y las celebraciones de la ciudad de Antigua.

escuela de cristo
Marco A. García Noriega y su esposa entregan su libro al Papa Francisco

Así lo atestigua Marco Augusto García Noriega que señala cómo la Hermandad “toma parte activa en la celebración eucarística de la Resurrección, en la fiesta de Corpus, asiste a los actos litúrgicos de otras Hermandades, organiza las celebraciones de Navidad y la procesión de la Virgen de la O el 25 de diciembre. Además prepara las velaciones de los titulares el Miércoles de pasión para la Virgen de la Soledad y el Miércoles Santo para el Señor Sepultado”.

Fe, legado y tradición

En un momento de avance de la secularización, preguntamos a Marco Augusto García Noriega sobre el papel de esta Hermandad en el fortalecimiento y la vivencia de la fe en Guatemala y responde “la Escuela de Cristo es conocida por cumplir tres objetivos: fe, legado y tradición. Fe, porque sus integrantes a lo largo del año deben comprometerse en lo personal a renovar su fe para ser mejores católicos cada año, de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo. Legado, porque sus integrantes saben que tienen que ser un ejemplo de practicar los valores cristianos para, al final de sus vidas, presentarse a Dios y poder decirle ‘misión cumplida’ y tradición ya que los miembros transmiten, de generación en generación, los valores de la Escuela de Cristo, razón por la que es un orgullo el pertenecer a ella”.

Evangelización

Verónica Solís: «Mi devoción a la Virgen ha crecido acompañándola en la procesión»

Verónica Solís es una de las miles de mujeres que, durante estos días de Semana Santa acompañan la salida procesional de la imagen de María Santísima de la Soledad del Templo de la Escuela de Cristo de la ciudad de Antigua de Guatemala.

Maria José Atienza·7 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Verónica Solís ha crecido en el amor a María Santísima, en gran medida, a través de la fuerza de la piedad popular traducida en su pertenencia a la Hermandad del Señor Sepultado y María Santísima de la Soledad del templo de la Escuela de Cristo de la ciudad de Antigua de Guatemala.

Aunque, en la actualidad, vive en Estados Unidos, su devoción mariana le lleva, anualmente, a volver a Antigua para vivir estos días de Pasión junto a su familia de la Hermandad de la Escuela de Cristo.

Como mujer y miembro de la Hermandad ¿Qué aporta a su vida de fe, social esta pertenencia a la Hermandad? 

–Pertenecer a la Hermandad ha sido un privilegio inmerecido para mí, ya que soy parte de un grupo de mujeres de todas las edades y de todos los estratos sociales, a las que admiro por su fe y devoción.

Muchas de ellas, tienen más de 50 años de acompañar y portar a nuestra Santísima Madre por las calles de Antigua Guatemala. Son mujeres, madres, esposas, hijas, amas de casa, profesionales, trabajadoras que, en esos días previos al Viernes Santo y Sábado de Gloria, han hecho esfuerzos innumerables para poder aportar su tiempo, su dinero y su cansancio para acompañar a María en los momentos más duros de su vida. 

En mi caso, mi fraternidad con las demás hermanas queda reducido a ofrecer oraciones por ellas y tratar de convivir durante los días de Semana Santa, ya que no vivo en Guatemala.

Mi aporte personal es muy pequeño a comparación de lo que ellas hacen durante este tiempo y todo el año, ya que yo vivo en Estados Unidos con mi esposo, Roberto y mi hija, Maria Ximena (ambos médicos).

Mi esposo cumple 50 años de participar en esta bella tradición esta Semana Santa y es gracias a él que mi hija y yo iniciamos nuestra participación.

Mi vida de fe ha tenido un constante crecimiento gracias a la devoción a María, inculcada por mi abuela y por mi madre desde pequeña. He podido profundizar mucho más al acompañar a nuestra Madre Dolorosa cada Semana Santa y ver cómo Ella, sufriendo como Madre de Jesús durante su Pasión y Muerte, soportaba todo ese dolor por ti y por mi… ¡Nos tenía en mente! Ella sabía que ver sufrir a su Hijo, significaba nuestra salvación ¡Nos amaba desde ese momento! 

¿Cómo se traduce ese ejemplo de Nuestra Santísima Madre en su vida? 

–El ejemplo de Maria Santísima más impresionante para mi es cuando Ella estuvo “de pie” al lado de la cruz…Si ¡De pie! Nunca llamó la atención hacia Ella con expresiones dramáticas o gritos de desesperación.

Silenciosamente llevaba su dolor y sentía la espada que atravesaba su corazón, pero siempre al lado de su hijo con total abandono a la voluntad del Padre.

Esto me hace poner en perspectiva los momentos difíciles en mi vida y darme cuenta que no se pueden comparar a lo que Ella pasó. Me consuela saber que, así como estuvo de pie al lado de la Cruz, está conmigo, intercediendo por mí ante Él.

escuela de cristo soledad
Procesión de María Santísima de la Soledad de la Escuela de Cristo ©M. Rodríguez

Su ejemplo de fortaleza (uno de los dones de su esposo, el Espíritu Santo) es lo que me ayuda a mi, todos días, para seguir adelante y mejorar en mi abandono en Su Santísima Voluntad.

Tengo mucho que camino que recorrer aún, pero sé que Ella me acompaña y trato de agradecerle diariamente durante la Santa Misa y el Santo Rosario.

La procesión de María Santísima de la Soledad del templo de la Escuela de Cristo es una de las más queridas y conocidas en Guatemala. ¿Cómo se prepara y se vive esta procesión?

­–Las preparaciones empiezan desde muchos meses antes. Se escogen los diseños del anda procesional, se van perfilando los adornos, los vestidos que usará Nuestra Madre durante los dos días; se escogen las personas que estarán encargadas de organizar los turnos de 4.000 mujeres aproximadamente, organizándolas por estatura.

Además, se preparan las flores, el rezo del Rosario, la velación que se hace el Martes y Miércoles Santos y se organizan a los músicos, las personas que van a guiar a las demás en cada cuadra donde hay un cambio de turno.

También se han de establecer las hermanas que mantienen el orden en las filas que van a los lados de la procesión.

Creo que me quedo corta de enumerar las diferentes actividades que conlleva la organización de esta bella tradición.

La mujer, como madre, como esposa y centro de la vida familiar es una privilegiada vía de transmisión de la fe. ¿Cuáles son los retos de las mujeres comprometidas en una Hermandad como la suya en el panorama actual?

­–Al pertenecer a cualquier asociación dentro de la Iglesia, uno como miembro se compromete a ser una persona íntegra. Se trata de vivir dando ejemplo en toda circunstancia y aspecto de la vida.

Vivir como hija de Dios no es fácil, ya que muchos se han olvidado de Él o lo han dejado para una hora el domingo (con suerte), o han conocido a “otros dioses”.

Muchas veces dentro de las propias familias encontramos adversidades, pero creo que, si nos mantenemos “de pie”, junto a la Cruz con María, encontraremos la manera de seguir adelante, ya que contamos con su intercesión

Recursos

Pasión y muerte de Jesús

Jesús sufrió la muerte más atroz, la reservada a esclavos, asesinos, ladrones y a quienes no eran ciudadanos romanos: la crucifixión.

Gerardo Ferrara·7 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

La inmensa mayoría de los historiadores ya no tienen dudas en afirmar que Jesús de Nazaret existió realmente. 

No sólo eso: cada vez se acumulan más pruebas históricas y arqueológicas que confirman numerosos detalles de su vida, muerte y resurrección. Intentaremos analizar brevemente algunos de ellos.

Cuándo

La vida pública de Jesús duró aproximadamente tres años -hay tres Pascuas judías mencionadas por el evangelista Juan en el relato de la vida de Jesús-, que es el más preciso al suplir las aproximaciones de los otros tres evangelistas y señalar detalles pasados por alto por éstos, también desde el punto de vista cronológico). Después, el Nazareno subió por última vez a Jerusalén, donde fariseos, escribas, saduceos y herodianos conspiraron para darle muerte, lo arrestaron, lo entregaron a los romanos y, escenificando un juicio (que más bien fue una farsa) con el procurador o praefectus Poncio Pilato, lo hicieron crucificar.

A pesar de la comentada discordancia entre los Sinópticos y Juan al situar la muerte de Jesús en el 14 o 15 del calendario hebreo de Nisán, todos los evangelistas coinciden en situarla en un viernes dentro de las festividades pascuales.

Giuseppe Ricciotti, gran historiador y biógrafo de Cristo, enumerando una serie de posibilidades todas ellas analizadas por los eruditos, concluye que la fecha exacta de este acontecimiento es el 14 de Nisán (viernes 7 de abril) del año 30 d.C., habiendo nacido Jesús dos años antes de la muerte de Herodes, teniendo unos treinta años al comienzo de su vida pública y contando 34 o 35 años a su muerte.

Algunos personajes e instituciones 

Varios de los siguientes personajes e instituciones implicados en el juicio y condena a muerte de Jesús, aparte del Sanedrín, fueron mencionados casi exclusivamente en los Evangelios y en unos pocos documentos contemporáneos. Sin embargo, la arqueología nos ha proporcionado importantes detalles sobre ellos.

-Nicodemo (Naqdimon Ben Gurion) y José de Arimatea (Ramataim). Ambos eran notables de Jerusalén. Se les menciona tanto en los escritos judíos como en los Evangelios. Se sabe que sus descendientes fueron masacrados durante el saqueo y la toma de Jerusalén en el año 70 d.C.

-Caifás: Fue sumo sacerdote y jefe del Sanedrín del 18 al 36 d.C. Era yerno de Anás (sumo sacerdote del 6 al 15 d.C.). Por la lista de los sumos sacerdotes de Israel y por Flavio Josefo sabemos que hasta seis sumos sacerdotes después de Anás fueron sus hijos. Todos pertenecían a la corriente saducea. En 1990, se encontró la tumba de Yosef Bar Qajfa (Caifás era el apodo) y su familia.

-Barrabás y los ladrones. A todos se les denomina, en el griego de los Evangelios, lestés, término que no equivale a “ladrón” sino a “bandolero”, “alborotador” Eran, de hecho, alborotadores (leemos que Barrabás era un asesino y un violento que había participado en un motín), muy probablemente fanáticos. Resulta paradójico que el nombre de Barrabás, según consta incluso en los códices más antiguos de los Evangelios, fuera Jesús, llamado Bar-Abba (como José llamado Caifás, Simón llamado Pedro, etc.). Hay, pues, una yuxtaposición irónica, o trágica, entre el Mesías, Jesús, el Hijo del Padre, y un alborotador mesiánico temporal.

-Poncio Pilato. En el griego de los Evangelios se le llama heghémon, en latín praefectus. De hecho, fue prefecto de Judea durante aproximadamente una década bajo Tiberio. En 1961, arqueólogos italianos, dirigidos por Antonio Frova, descubrieron en Cesarea Marítima una lápida de piedra caliza con una inscripción que hacía referencia a Poncio Pilato como Praefectus Judaeae. Al parecer, el bloque de piedra, conocido desde entonces como la “Inscripción de Pilato”, se encontraba originalmente en el exterior de un edificio que Poncio Pilato había construido para el emperador Tiberio. Hasta la fecha de su descubrimiento, aunque tanto Josefo Flavio como Filón de Alejandría se habían referido a Poncio Pilato, su propia existencia, o al menos su cargo real en Judea, ya fuera prefecto o procurador, era dudosa.

-Simón el Cireneo. Es el que se ve obligado a llevar la cruz de Jesús durante la subida al Calvario. En 1941, en el valle del Cedrón, en Jerusalén, se encontró un osario con el nombre de Alejandro, hijo de Simón, tal como está escrito en los Evangelios.

-El Sanedrín (en hebreo:‭ ‬סַנְהֶדְרִין‭,‬ sanhedrîn, es decir, “asamblea” o “consejo”, la Gran Asamblea) de Jerusalén. Era el órgano legislativo y judicial durante la fase asmoneo-romana del periodo del Segundo Templo. Las opiniones se debatían antes de votar y la expresión de la mayoría se convertía en sentencia vinculante. Tradicionalmente constaba de 71 miembros.

El proceso de Cristo

El juicio de Jesús tuvo lugar según un procedimiento llamado cognitio extra ordinem, introducido por Augusto en las provincias romanas, que permitía a la autoridad competente incoar un proceso sin jurado, presidirlo y dictar sentencia de forma independiente. 

Había reglas: la acusación tenía que estar apoyada por delatores, y luego se interrogaba aún más al acusado, a menudo torturándolo para que admitiera su culpabilidad.

La acusación, en el caso de Jesús, era de “lesa majestad”, porque se había proclamado hijo de Dios, expresión blasfema para los judíos e ilegítima para los romanos (para los romanos “hijo de Dios” era un título reservado al emperador).

La amenaza que los judíos dirigieron a Pilato, al verle dudar en condenar a muerte a Jesús, fue la de no ser “amigo del César”. Y era una amenaza eficaz, teniendo en cuenta que un praefectus anterior, Cayo Valerio, había sido destituido poco antes por no ser “amigo del César”. El propio Pilato fue destituido unos años más tarde. 

La audiencia tenía lugar en el lithostroptus, un patio pavimentado con un asiento elevado, gabbathà, en el que el gobernador, o praefectus, se sentaba para dictar sentencia.

Recientes descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz, en las inmediaciones de la explanada del Templo, exactamente donde indica el Evangelio de Juan y correspondiendo perfectamente a la descripción de éste, un pórtico de unos 2.500 metros cuadrados, pavimentado según el uso romano (lithostroton, en realidad). Dada su ubicación justo al lado de la Fortaleza Antonia, en el extremo noroeste de la explanada del Templo, y el tipo de restos sacados a la luz, podría tratarse del lugar del juicio de Jesús.

La condena y la flagelación

Jesús sufrió la muerte más atroz, la reservada a esclavos, asesinos, ladrones y a quienes no eran ciudadanos romanos: la crucifixión.

En un intento de que admitiera su culpabilidad o de castigarle no crucificándole, se le infligió previamente una tortura igualmente terrible: la flagelación con el terrible instrumento llamado flagrum, un látigo provisto de bolas de metal e instrumentos óseos que laceraban la piel y arrancaban trozos de carne. Horacio llamaba a esta práctica “horribile flagellum”

Normalmente, en los círculos judíos, no superaba los 39 golpes. En el hombre del sudario, sin embargo, se encontraron al menos 372 heridas lacerantes de flagelación (excluyendo las partes blancas de la sábana), probablemente infligidas por dos torturadores.

Según documentos de autores latinos, el flagelo dejaba los huesos al descubierto porque arrancaba tiras enteras de carne (“puedo contar todos mis huesos”). Tenemos una fiel reconstrucción de esto en la película La Pasión de Mel Gibson.

Crucifixión

La crucifixión es una técnica de tortura y condena a muerte que tiene su origen en Oriente (quizá en la India o Persia), pero que también se extendió a Israel y el Mediterráneo a través de los fenicios. Los romanos, que no la habían inventado, fueron sin embargo sus mayores usuarios, perfeccionando la técnica de forma extremadamente cruel para humillar y hacer sufrir al máximo a los condenados (que no tenían por qué ser ciudadanos romanos, sino esclavos o habitantes de las provincias).

También en Israel se les colgaba o clavaba a los árboles, pero con la llegada de los romanos se pasó a utilizar una verdadera cruz, que podía ser de dos tipos: crux commissa, en forma de T, o crux immissa, en forma de daga. Esta última es la que conocemos hoy, lo que probablemente se deba a que sabemos por el Evangelio de Mateo que narra la existencia del titulum, un título con el motivo de la condena que se colocó sobre la cabeza de Jesús. 

Una vez condenado, Jesús fue obligado a cargar con la viga transversal de la crux immissa (el patibulum, que pesaba entre 50 y 80 kilos) durante unos cientos de metros, hasta una colina situada justo fuera de las murallas de Jerusalén (el Gólgota, donde hoy se alza la basílica del Santo Sepulcro). Allí, según el procedimiento romano, fue desnudado. 

Otros detalles del castigo se conocen por la costumbre romana de crucificar a los condenados a muerte: eran atados o clavados con los brazos extendidos al patibulum y elevados sobre el poste vertical ya fijado, al que se ataban o clavaban los pies.

La mayor parte del peso del cuerpo era soportado por una especie de soporte (asiento) que sobresalía del poste vertical y sobre el que se colocaba a la víctima a horcajadas: esto no se menciona en los Evangelios, pero muchos autores romanos antiguos lo mencionan. 

El soporte para los pies (suppedaneum), a menudo representado en el arte cristiano, es, sin embargo, desconocido en la Antigüedad.

La muerte solía ser lenta, muy lenta, acompañada de sufrimientos atroces: la víctima, levantada del suelo a no más de medio metro, estaba completamente desnuda y podía permanecer colgada durante horas, si no días, sacudida por calambres tetánicos, terribles descargas con dolores atroces (debidos a la lesión o laceración de nervios, como el radial a la altura de la muñeca: el clavo, de entre 12 y 18 centímetros de longitud, era introducido a la fuerza por el túnel carpiano), sibilancias e incapacidad para respirar correctamente, ya que la sangre no podía fluir a los miembros estirados hasta la extenuación, ni tampoco al corazón, y los pulmones no podían abrirse.

De ahí el shock hipovolémico (pérdida de sangre, asfixia mecánica, deshidratación y malnutrición) acompañado de hemopericardio (sangre acumulada en el pericardio y la parte transparente y más clara, el suero, separada de la parte globular: fenómeno comúnmente observado en personas sometidas a tortura) y “rotura del músculo cardíaco”, es decir, infarto de miocardio. 

La ruptura del corazón parece ser la causa del “grito agudo” emitido por Jesús moribundo. Por otra parte, la salida de sangre y agua por el orificio causado por la lanza corresponde exactamente al hemopericardio.

En los Evangelios leemos que, a diferencia de otros condenados a la crucifixión (que podían estar colgados durante días), la agonía de Jesús no duró más que unas horas, de la hora sexta a la hora novena, lo que concuerda con la pérdida masiva de sangre debida a la flagelación. 

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

Jueves Santo: el Papa lava los pies a 12 jóvenes presos en Roma

Diez años después de visitar en Roma el Instituto Penal de Menores Casal del Marmo, en 2013, el Papa Francisco ha vuelto a lavar los pies a doce jóvenes reclusos en el mismo centro el Jueves Santo, y ha presidido la celebración de la Misa ‘In Coena Domini’ en la capilla. “Ayudarnos entre todos, ayudarnos unos a los otros. Jesús me ha lavado los pies, me ha salvado. Jamás nos abandona”, dijo el Papa en la homilía.

Francisco Otamendi·6 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Con indudables muestras de cariño, lavando los pies de cada joven, secándoselos y besándolos, dándoles la mano y conversando con algunos, el Santo Padre Francisco ha procedido este Jueves Santo al lavatorio de pies de doce internos de diferentes nacionalidades del Instituto Penal de Menores Casal del Marco, situado en la periferia romana. Por la mañana había celebrado la Santa Misa Crismal, en la que manifestó, entre otras cosas, que “un presbiterio dividido no funciona”, refiriéndose a los sacerdotes.

Se trata del mismo Centro Penitenciario mixto que visitó unos días después de ser elegido Papa en 2013, al que ahora ha vuelto, visualizando de este modo el mandamiento del amor que celebra la Iglesia desde la Última Cena con Jesús, que lavó los pies a los discípulos. En el centro se encuentran alrededor de 50 jóvenes, y algunos de ellos pudieron conversar un momento con el Pontífice, en el marco de una celebración casi familiar.

El capellán del centro, don Nicolò Ceccolini, manifestó a la agencia oficial vaticana que se trataba de “una visita muy esperada, también por los musulmanes que estos días están viviendo el Ramadán”. Esperando al Pontífice hay una “comunidad variopinta” de chicos y chicas de diferentes edades y etnias, internos en el centro por diversos delitos: “Para nosotros son todos iguales, deben ser mirados no sólo por lo que han hecho sino con una mirada profunda”.

El año pasado, el Santo Padre se trasladó al Nuevo Complejo Penitenciario de Civitavecchia, donde pasó cerca de tres horas saludando a las autoridades, abrazando a los reclusos que le recibieron con coros y gritos, celebró Misa en la capilla y lavó los pies a los reclusos, de diferentes edades y nacionalidades, todos ellos emocionados. 

En esta ocasión, la Santa Misa de la Cena del Señor ha durado apenas una hora. A continuación, la directora del centro Casal del Marmo, también emocionada, ha manifestado al Santo Padre que “nos desarma con su dulzura y nos reconduce a lo esencial. “Su sonrisa”, ha dicho la directora, “es una caricia que nos da fuerzas y nos anima a ir siempre juntos”. Fuertes aplausos acompañaron la salida del Papa de la capilla, en la que se encontraba también personal administrativo y policial del centro. El Santo Padre les regaló algunos rosarios y huevos de chocolate.

“Jesús no se asusta, quiere acompañarnos”

En la breve homilía, el Papa Francisco señaló que en el tiempo de Jesús “eran los esclavos los que lavaban los pies. Era un trabajo de esclavos. Se quedaron sorprendidos, Les costaba entender”, aludiendo al proceder de san Pedro. “Pero lo hace para hacerles comprender el mensaje del día siguiente: que moriría como esclavo, para pagar la deuda de todos nosotros”, explicó.

El Pontífice añadió: “Es tan lindo ayudarse unos a otros. Son gestos humanos, universales, ayudarse entre todos. Nacen de un corazón noble. Y Jesús, con esta celebración, quiere esto, enseñarnos la nobleza del corazón”.

“Cada uno de nosotros puede pensar: si el Papa supiera las cosas que llevo dentro… Jesús las sabe, y nos ama así como somos. Nos lava los pies a cada uno de nosotros, a todos. Jesús no se asusta jamás de nuestras debilidades. Porque Él ya pagó. Sólo quiere acompañarnos. Quiere tomarnos de la mano, para que la vida no sea tan dura para nosotros”. 

“Hoy haré yo el mismo gesto de lavaros los pies”, prosiguió el Papa Francisco. “Pero no es una cosa folclórica. Esto es un gesto que anuncia cómo tenemos que ser nosotros con los demás. En la sociedad vemos que hay tanta gente que se aprovecha de los demás… Cuántas injusticias, cuántas personas sin trabajo, o tienen trabajo pero le pagan la mitad, mal pagadas.. O gente que no tiene dinero para comprar medicinas, cuántas familias que viven mal…”

“Jesús jamás abandona”

“Ninguno de nosotros puede decir: yo no soy así. Si yo no soy así, es por la gracia de Dios”, señaló el Santo Padre. “Cada uno de nosotros puede resbalarse. Y esta actitud de que cada uno puede resbalar es lo que nos da la dignidad. Escuchen esta palabra: la dignidad de ser pecadores. Jesus nos quiere así. Y por eso ha querido lavar los pies. Porque yo he venido a salvaros, a serviros, nos dice Jesús”.

“Ahorita yo haré lo mismo, recordando lo que Jesús nos ha enseñado”, subrayó Francisco. “Ayudarnos entre todos. Ayudarnos unos a otros. Y así la vida es más linda, y se puede ir adelante así. En el lavatorio de los pies piensen ustedes que Jesús me ha lavado los pies a mí. Jesus me ha salvado. Yo tengo este problema, pero Jesús está al lado tuyo. Jesús jamás abandona, jamás. Piensen en esto”, concluyó el Papa.

El mandamiento nuevo

“En la Última Cena, Jesús nos hace cuatro regalos que no tienen precio: nos da la Eucaristía, lava los pies de sus discípulos, nos regala el sacerdocio y el mandamiento nuevo”, ha recordado Joseph Evans en Omnes. “El último don es el mandamiento nuevo. En la Última Cena, Jesús dijo: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros”. 

El Santo Padre presidirá la celebración del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro a las cinco de la tarde, con el cardenal Mauro Gambetti de celebrante en el altar. 

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa a los sacerdotes: “Un presbiterio dividido no funciona”

La homilía del santo Padre en la Misa Crismal junto al clero de la diócesis de Roma ha tenido tres líneas claves fundadas en el Espíritu Santo. A los sacerdotes, el Papa ha pedido cuidar la unción y el trato con el Espíritu Santo, vivir una “segunda llamada” y ser artífices de unidad.

Maria José Atienza·6 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La tercera persona de la Santísima Trinidad ha sido el centro de la homilía del Papa Francisco en la Misa Crismal, celebrada en la Basílica de San Pedro junto a la Curia vaticana y el clero de la diócesis de Roma.

En esta Misa, en la que los presbíteros renuevan las promesas sacerdotales y se bendicen los santos óleos el Papa ha querido detenerse en la unción del Espíritu Santo y la figura de la tercera persona de la Trinidad.

“Sin el Espíritu del Señor no hay vida cristiana y, sin su unción, no hay santidad” ha comenzado diciendo el Santo Padre, que ha recordado a los sacerdotes que el Espíritu Santo es “el origen de nuestro ministerio”.

De hecho, ha subrayado el Papa, “sin Él, tampoco la Iglesia sería la Esposa viva de Cristo, sino a lo sumo una organización religiosa”.

misa crismal

“Ungidos por Él, estamos llamado a sumergirme en Él

Tarea primordial de los sacerdotes, “elegidos, ungidos del Señor” es, en palabras del Papa, “cuidar la unción. “El Señor no sólo nos ha elegido y llamado, de aquí y de allá, sino que ha derramado en nosotros la unción de su Espíritu, el mismo Espíritu que descendió sobre los Apóstoles” ha destacado el Papa.

Fijándose en estos primeros seguidores de Cristo, el Pontífice ha subrayado el giro radical que supuso la segunda unción, la segunda llamada: “Jesús los eligió y a su llamada dejaron sus barcas, sus redes, sus casas.

La unción de la Palabra cambió sus vidas. Con entusiasmo siguieron al Maestro y comenzaron a predicar” pero al llegar la Pasión, pueden más su cobardía, su ignorancia espiritual, como ha definido el Papa: “El ‘no conozco a ese hombre’ que Pedro pronunció en el patio del sumo sacerdote después de la Última Cena, no es sólo una defensa impulsiva, sino una confesión de ignorancia espiritual”.

“También para nosotros hubo una primera unción, que comenzó con una llamada de amor que cautivó nuestros corazones”, ha continuado el Santo Padre, “luego, según el tiempo de Dios, llega para cada uno la etapa pascual, que marca el momento de la verdad.

No ser «clérigos de estado»

De esta etapa de adversidad, de crisis, que siempre llega, como ha recordado Francisco, “se puede salir mal parado, deslizándose hacia una cierta mediocridad, arrastrándose cansinamente hacia una “normalidad” en la que se insinúan tres tentaciones peligrosas: la del compromiso, por la que uno se conforma con lo que puede hacer; la de los sucedáneos, por la que uno intenta “llenarse” con algo distinto respecto a nuestra unción; la del desánimo, por la que, insatisfecho, uno sigue adelante por pura inercia. Y aquí está el gran riesgo: mientras las apariencias permanecen intactas, nos replegamos sobre nosotros mismos y seguimos adelante desmotivados”. El Papa ha definido este peligro como el de convertirse en clérigos de estado, en lugar de pastores del pueblo.

Recordando a los sacerdotes que pasan por momentos de crisis, el Papa ha destacado que el paso a la madurez sacerdotal pasa por el Espíritu Santo: “cuando Él se convierte en el protagonista de nuestra vida, todo cambia de perspectiva, incluso las decepciones y las amarguras, porque ya no se trata de mejorar componiendo algo, sino de entregarnos, sin reservarnos”. Por todo esto, Francisco ha animado a los sacerdotes a que “invocar al Espíritu no sea una práctica ocasional, sino el aliento de cada día. Yo, ungido por Él, estoy llamado a sumergirme en Él”.

No ensuciar la Iglesia con las polarizaciones

El Papa se ha querido referir además al Espíritu Santo como generador de “armonía que lo une todo”. “Piensen en un presbiterio que no está unido, no funciona”, ha señalado el Papa, “Él suscita la diversidad de los carismas y la recompone en la unidad […] Tengamos cuidado, por favor, de no ensuciar la unción del Espíritu y el manto de la Madre Iglesia con la desunión, con las polarizaciones, con cualquier falta de caridad y de comunión”.

Sacerdotes amables

El Papa ha querido terminar su homilía con una llamada a “custodiar la armonía, empezando no por los demás, sino por uno mismo; preguntándonos: mis palabras, mis comentarios, lo que digo y escribo, ¿tienen el sello del Espíritu o el del mundo? Pienso también en la amabilidad del sacerdote: si la gente encuentra incluso en nosotros personas insatisfechas, solterones descontentos, que critican y señalan con el dedo, ¿dónde descubrirán la armonía?”.

El rito de la misa crismal ha continuado su curso habitual con dos momentos singulares: la renovación de las promesas sacerdotales y la bendición de los santos óleos.

La próxima gran celebración de estos días será esta misma tarde con la celebración del Jueves Santo, inicio del Triduo Pascual.

Recursos

Pasión, muerte y sepultura de Cristo (I)

La Pascua, la celebración de la resurrección de Cristo no sólo está precedida temporalmente por la pasión y muerte de Jesús sino que no se entiende sin este sacrificio pascual en el que Cristo, Cordero inmaculado, realiza el paso de la muerte de la gracia a la vida en Dios. 

Gerardo Ferrara·6 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Acercarse al misterio pascual de manera íntegra no es posible sin conocer, previamente, cómo fue el proceso de la Pasión y Muerte de Cristo. 

Cada paso narrado en los Evangelios, y confirmado una y otra vez por la arqueología y las fuentes documentales de la época, adquieren un significado pleno a la luz de la fe y de la historia. 

Penitencia y Cuaresma

Los católicos comenzaron hace unos días el tiempo de Cuaresma, un tiempo no tanto -o no sólo- de penitencia sino, como el Adviento para la Navidad, de preparación. 

Al principio, en la Iglesia primitiva, la Cuaresma se concebía como un tiempo de mayor preparación para la Pascua en la que los catecúmenos que recibirían el bautismo durante la Vigilia Pascual. La práctica del ayuno estaba dirigida sobre todo a ellos y el ayuno en sí no tenía una finalidad penitencial, sino ascético-iluminativa. 

Sólo más tarde, a partir del siglo III, la vivencia del tiempo de Cuaresma se extendió a toda la comunidad eclesial, especialmente a los penitentes (los que habían cometido pecados graves y necesitaban reconciliarse y ser readmitidos en la comunidad, y los que aspiraban a una mayor perfección). Por eso se les empezó a asignar un lugar especial en la iglesia, cerca del de los catecúmenos, y fuera del santuario. Allí permanecían vestidos de luto (práctica aún vigente entre las cofradías de penitentes), con el cráneo afeitado y cubiertos de ceniza hasta el Jueves Santo. Este día tenía lugar la solemne reconciliación del penitente mediante la imposición de manos del obispo o sacerdote y una oración en la que se imploraba a Dios que readmitiera al pecador en la comunidad de la que se había separado.

Avanzar con decisión hacia la Pascua

Sin embargo, una característica fundamental tanto de la Cuaresma antigua como de la moderna no es tanto el cultivo de prácticas de penitencia como la del ayuno, como vivir estas prácticas con referencia a Cristo. 

Los cuarenta días de Cuaresma con las prácticas que en ellos se observan, tienen el propósito fundamental de conmemorar los cuarenta días de Jesús en el desierto antes del comienzo de su misión pública, cuarenta días en los que Cristo ayunó y estuvo expuesto a la tentación. 

San Francisco de Sales escribe que el ayuno en sí mismo no es una virtud. La Cuaresma en sí, por tanto, es una mortificación “virtuosa” sólo si tiene como objetivo el impulso final hacia la Pascua; como diría san Pablo acerca de los atletas que preparan su cuerpo para obtener una corona corruptible, mientras que los cristianos templan su cuerpo y espíritu mediante la penitencia para obtener una incorruptible. 

En el Evangelio de Lucas (discípulo de Pablo), leemos que, “cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén”, por tanto, hacia su Pascua. 

Es interesante observar que el texto griego de Lucas utiliza la expresión “ἐστήριξε τὸ πρόσωπον-stêrizéin ton prosopon”, es decir, “endurecer el rostro” para dirigirse hacia Jerusalén, que tiene aquí el significado de tomar una decisión firme, con una actitud incluso podríamos decir, hostil. 

Si además tenemos en cuenta la referencia al profeta Isaías, en la que el propio profeta proclama: “por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado”, podemos remontarnos a la expresión hebrea original que, literalmente, sería: “endurecí el rostro como pedernal”. Sabemos que el pedernal, lapis ignis en latín, es un tipo particular de piedra utilizada para producir las chispas necesarias para encender armas de fuego, pero también, en la antigüedad, simplemente para encender fuego. Para producir chispas, sin embargo, hay que golpear la piedra.

Lucas utiliza también el verbo stêrizéin en otro pasaje de su Evangelio, cuando Jesús, dirigiéndose a Pedro, le ordena que confirme (stêrizéin) a sus hermanos una vez que se haya arrepentido, y en los Hechos, al hablar de Pablo confirmando en la fe a todos los discípulos. 

En efecto, a imitación de Cristo y de los discípulos, en el período que precede a la Pascua, los cristianos y los catecúmenos parecen llamados a “endurecerse como pedernal”, es decir, a dirigirse resueltamente hacia la meta de su camino, que no es sólo Jerusalén, sino la vida eterna, confiando en Dios y sabiendo que no quedarán defraudados.

La Pascua

Sabemos que la culminación de la misión de Jesucristo era su Pascua, que tendría lugar en la festividad judía de ese nombre.

La Pascua era una de las principales celebraciones del año judío, en realidad, era la principal. Formaba parte de las llamadas “fiestas de peregrinación”, junto con Pentecostés (Shavu’òt) y la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkôt). Con motivo de estas tres fiestas, todo israelita varón que hubiera alcanzado cierta edad estaba obligado a acudir al Templo de Jerusalén.

Esta fiesta era, y sigue siendo para los judíos de hoy, la conmemoración del paso (pésaj) del pueblo judío de la esclavitud en Egipto a la libertad y la Tierra Prometida, paso que se logró mediante el sacrificio de los primogénitos de los egipcios y los corderos de los judíos. 

En hebreo, sin embargo, pésaj significa también la víctima del sacrificio, un cordero sin defecto que se sacrificaba en lugar del primogénito de cada familia. Por tanto, la Pascua es también el cordero.

El calendario de la Pascua

La Pascua judía (en hebreo, Pésaj) se celebra en el mes de Nisán (entre mediados de marzo y mediados de abril), la tarde del día 14, enlazando con la “Fiesta de los Ácimos” o panes sin levadura, que se celebraba del 15 al 21. Estos ocho días (del 14 al 21) se llamaban, por tanto, tanto Pascua como Ácimos.

En la época de Jesús, el calendario judío era bastante elástico, elasticidad de la que probablemente depende una discrepancia entre los evangelios sinópticos y el de Juan. 

En efecto, el calendario oficial del Templo no era aceptado en toda Palestina ni por todas las sectas judías. 

Además de este calendario luni-solar existía un calendario litúrgico diferente, correspondiente al antiguo calendario sacerdotal de 364 días, más tarde sustituido en 167 a.C. por el calendario lunar babilónico de 350 días. 

Además, también existía una disputa entre fariseos y saduceos (en concreto, los boetanos, es decir, los seguidores de la familia de Simón Boeto, sumo sacerdote entre el 25 a.C. y el 4 d.C.). Estos últimos solían desplazar un día determinadas fechas del calendario según el año, sobre todo cuando la Pascua caía en viernes o domingo.

Sucedía, por ejemplo, que los saduceos (la clase de los “sumos sacerdotes”) y las clases pudientes, si la Pascua caía en viernes, aplazaban un día el sacrificio del cordero y la cena pascual (que eran el día anterior, jueves), mientras que todo el pueblo, que solía tomar como referencia a los fariseos, se atenía al calendario fariseo, continuando con el sacrificio del cordero y la cena pascual el jueves. 

En el año en que murió Jesús, la Pascua caía regularmente en viernes, a pesar de que Juan, tal vez siguiendo el antiguo calendario sacerdotal, escribe que ese día era la Parasceve. Los sacerdotes mencionados en su Evangelio pospusieron un día la cena de Pascua (ese viernes era Parasceve para ellos). Jesús y los discípulos, en cambio, parecen haber seguido el calendario farisaico.

La celebración judía

A partir de las 10 u 11 de la mañana del 14 de Nisán, todo pequeño fragmento de pan fermentado (jametz) debía desaparecer de todos los hogares judíos. A partir de ese momento y durante los siete días siguientes, era obligatorio consumir únicamente pan ácimo. También el día 14, por la tarde, tenía lugar la inmolación de los corderos en el atrio interior del Templo. El cabeza de familia era el encargado de llevar la víctima a sacrificar al Templo, y luego la traía de vuelta a casa desollada y despojada de algunas partes internas. 

La sangre, por su parte, era entregada a los sacerdotes, que la esparcían sobre el altar de los holocaustos.

Casi no es posible imaginar el hedor y el tumulto que se creaba en aquellas ocasiones. Eran decenas, quizá cientos de miles, de hecho, los judíos tanto de Palestina como de la Diáspora que acudían a Jerusalén para la fiesta; tantos, que hubo que establecer turnos para que todos pudieran realizar el sacrificio del cordero.

El historiador Flavio Josefo realizó un cálculo por encargo de las autoridades romanas en tiempos de Nerón (en el año 65 aproximadamente), demostrando que sólo en la tarde del 14 de Nisán de ese año se sacrificaron nada menos que 255.600 corderos. 

Los corderos inmolados se asaban esa misma tarde para el banquete de Pascua, que comenzaba tras la puesta del sol y duraba al menos hasta medianoche. En cada banquete había no menos de diez personas y no más de veinte, todas recostadas en divanes bajos concéntricos a la mesa. 

Circulaban al menos cuatro copas rituales de vino, además de otras no rituales que podían pasar antes del tercer ritual, pero no entre el tercero y el cuarto. Todos los participantes en el banquete debían beber de la misma copa (kiddush ritual), una gran copa. 

La cena comenzaba con el vertido de la primera copa y la recitación de una oración para bendecir el banquete y el vino. 

A continuación se llevaban a la mesa panes sin levadura, hierbas amargas y una salsa especial de fruta y frutos secos (haroset) en la que se mojaban las hierbas. Tras esto, se servía el cordero asado y, después, llegaba el turno de la segunda copa. Entonces, el cabeza de familia pronunciaba un breve discurso explicando el significado de la fiesta normalmente como respuesta a una pregunta de un hijo. Por ejemplo, el hijo podía preguntar: “¿Por qué esta noche es diferente de las demás?” o “¿Por qué todas las demás noches nos vamos a dormir después de cenar y esta noche nos quedamos despiertos?”. Y así, el cabeza de familia, de acuerdo con lo que es un deber imperativo del pueblo judío, la memoria (zikkaron), recordaba a la familia los beneficios que Dios había concedido a Israel al liberarlo de Egipto.

Después, el cordero asado, junto con las hierbas amargas mojadas en la salsa, se comía de prisa, mientras circulaba la segunda copa. A continuación, se recitaba la primera parte del Hallel (de ahí el término aleluya), un himno compuesto por los salmos 113 a 118 (que, en la Iglesia católica, también se cantan durante la Liturgia de las Horas los domingos) y se recitaba una bendición con la que comenzaba el banquete propiamente dicho, precedido del lavado de manos.

Después de verter la tercera copa ritual, se recita una oración de acción de gracias y la segunda parte del himno Hallel. Por último, se vertía la cuarta copa ritual.

Es interesante concluir con la ya mencionada identificación, en la Pascua, entre el “paso” de la esclavitud a la libertad y la víctima sacrificial, un cordero sin defecto sacrificado en lugar del primogénito, que, en la visión cristiana, coincide con la identificación entre el “paso” de la muerte a la vida y un nuevo Cordero sin defecto, sacrificado en lugar de los pecadores. 

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Recursos

Prefacio en la Plegaria Eucarística: Pascua. Significado. (I)

El Prefacio constituye la primera parte de la Plegaria Eucarística. Con ocasión de la Pascua, el autor explica en tres artículos la historia y el rico significado de los cinco prefacios pascuales, con una introducción.

Giovanni Zaccaria·6 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

La Institutio generalis Missalis Romani enumera ocho elementos principales de los que consta la Plegaria Eucarística y subraya que el prefacio tiene la tarea de expresar el contenido de la acción de gracias: “El sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de la salvación o por algún aspecto particular de ella, según la diversidad del día, de la fiesta o del Tiempo”. 

Durante muchos siglos, la Plegaria eucarística fue una sola, lo que hoy llamamos Canon romano o Plegaria eucarística I, y el prefacio -junto con el Communicantes y el Hanc igitur propios- tenía por objeto adaptar la única Plegaria eucarística al aspecto particular del misterio celebrado en un día concreto.

Por eso, el número de prefacios que se encuentran en algunas fuentes antiguas es bastante elevado: es el caso del Sacramentario de Veronese (s. VI), que contiene 267; o del Sacramentario de Fulda (s. X), que llega a 320.

Al mismo tiempo, a lo largo de los siglos, se sintió también la necesidad de reducir la multiplicación de los prefacios, también para que tuvieran un contenido teológico bien fundamentado y fueran verdaderamente significativos. En este sentido, por ejemplo, el Sacramentario gregoriano-adriano (s. VIII) presenta sólo 14. Según prevalezca una u otra tendencia, encontramos en las fuentes antiguas un número más o menos elevado de prefacios. 

A esta última tendencia pertenece el Misal más reciente de San Pío V, que estableció un número de prefacios de 11. También se hicieron algunas adiciones a este Misal.  En el transcurso de los siglos, también se hicieron algunas adiciones a este Misal, como un prefacio para los difuntos (1919), San José (1919), Cristo Rey (1925) y el Sagrado Corazón (1928). Además, con la reforma de la Semana Santa, se introdujo un prefacio propio para la Misa Crismal (1955).

La razón principal de la ampliación del corpus de prefacios fue un enriquecimiento cualitativo de la celebración eucarística, prestando especial atención a la plegaria eucarística, verdadero corazón de la celebración. Para ello, se recurrió al inmenso patrimonio eucarístico de la tradición romana, apoyándose en las numerosas fuentes antiguas disponibles en la época.

La estructura del prefacio, documentada 

La estructura del prefacio es estable y está bien documentada. Todo prefacio -y, puesto que el prefacio es la parte inicial de la plegaria eucarística, toda Plegaria eucarística- se abre con un diálogo, que ya está atestiguado en fuentes muy antiguas, como la Tradición apostólica, y que aparece en la mayoría de las liturgias occidentales y orientales.

También aquí, como en los otros momentos particularmente importantes de la Misa, el ministro se dirige al pueblo con un saludo que quiere subrayar que el Señor está presente en el pueblo sacerdotal reunido para la celebración (en este caso el verbo latino implícito sería est: Dominus vobiscum est) y que es al mismo tiempo una oración que se eleva a Dios para que esté presente en el corazón de cada uno de los presentes y para que, por tanto, actúen como Iglesia de Cristo (en este caso estaría implícito un sit: Dominus vobiscum sit). Se trata de un saludo de origen bíblico (Rt 2, 4; 2 Cr 15, 2; 2 Ts 3, 16), ya utilizado en la liturgia en tiempos de san Agustín. 

La respuesta del pueblo Et cum spiritu tuo hace referencia al don del Espíritu que el ministro ha recibido por el sacramento del Orden y, de alguna manera, recuerda al presbítero que lo que va a realizar va mucho más allá de sus capacidades: sólo puede realizarlo en virtud del don del Espíritu Santo. Por eso este diálogo está reservado a los obispos, presbíteros y diáconos.

Elevar el corazón a Dios

A continuación, el sacerdote invita al pueblo a elevar su corazón a Dios, y lo hace también con el gesto de levantar las manos.. La raíz bíblica de estas expresiones se encuentra en Lam 3, 41 y Col 3, 1. De nuevo, se trata de un intercambio ya atestiguado por San Agustín, quien, en un discurso dirigido a los recién bautizados, les exhortaba a que su respuesta correspondiera a la verdadera actitud del corazón, puesto que están respondiendo ante los actos divinos. Elevar el corazón a Dios significa recogerse para que la actitud interior y exterior sea verdaderamente atenta y participativa.

El diálogo termina con la invitación Gratias agamus Domino Deo nostro y la respuesta Dignum et iustum est. Se trata de expresiones que tienen un paralelo bíblico en Ap 11, 17, pero también en 1 Ts 1, 2 y 2 Ts 1, 2. Aquí se invita al pueblo a unirse a la plegaria eucarística pronunciada por el ministro, es decir, a unirse a Cristo mismo para magnificar las grandes obras de Dios y ofrecer el sacrificio: el sacerdote actúa de hecho in persona Christi y en nombre de la Iglesia. La respuesta de los fieles manifiesta su voluntad de unirse efectivamente a la plegaria eucarística con su fe y devoción y constituye una especie de puente hacia el cuerpo del prefacio que sigue inmediatamente.

Desde el punto de vista de la estructura del prefacio, podemos distinguir tres partes: una introducción más o menos fija, un núcleo central llamado embolismo y una conclusión, que, como la introducción, tiende a expresarse en frases recurrentes; esta última está destinada a introducir el Sanctus, la gran aclamación que sigue inmediatamente al prefacio.

En cuanto al contenido teológico del prefacio, lo que más nos interesa se sitúa en el embolismo, que es la parte variable del prefacio y constituye una mirada específica al misterio celebrado.

Los prefacios pascuales

En cuanto a los prefacios pascuales, los cinco están introducidos por una fórmula que es siempre idéntica y constituye una especificidad de estos textos eucarísticos. De hecho, todos se presentan así:

En verdad es justo y necesario, 
es nuestro deber y salvación 
glorificarte siempre, Señor, 
pero más que nunca en este tiempo 
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

El texto latino es, en cierto modo, aún más transparente; la expresión contenida en la última frase, en efecto, aclara por qué es verdaderamente bueno y justo proclamar la gloria de Dios en este día: cum Pascha nostrum immolatus est Christus.

Se trata de una expresión causal/temporal: cuando/cuando Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. La cita casi directa procede de 1 Cor 5, 7 y abre inmediatamente la comprensión del sentido del prefacio, subrayado también por el título: De mysterio paschali.

La muerte de Jesús, un verdadero sacrificio

La expresión paulina nos introduce en el sentido de lo que celebramos: la muerte de Jesús en la Cruz no es una mera ejecución capital, sino un verdadero sacrificio. En efecto, Dios lo ha “constituido abiertamente en instrumento de expiación, mediante la fe, en su sangre, como manifestación de su justicia para la remisión de los pecados pasados” (Rm 3, 25). Aquí “instrumento de expiación” traduce el griego ἱλαστήριον, que indica la tapa de oro del arca de la alianza, que, el día del Yom Kippur, el sumo sacerdote rociaba con la sangre de las víctimas, para restablecer la relación de alianza con Dios rota por los pecados (Ex 24, 1-8; Lv 16, 14-17). “Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofreciéndose a Dios como sacrificio de olor grato” (Ef 5, 2).

Esto introduce el embolismo, el corazón mismo del prefacio:

Porque Él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo;
muriendo destruyó nuestra muerte, 
y resucitando restauró la vida.

El Cordero que quitó el pecado del mundo

Es un texto entretejido con la Sagrada Escritura: notamos las reminiscencias de Jn 1, 29, cuando el Bautista “viendo a Jesús que venía hacia él, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo!”, así como de 1 Pe 1,19, que define a Cristo como “un cordero sin mancha y sin contaminación”, utilizando una expresión propia del lenguaje sacrificial (Lv 14, 10; 23, 28; etc.). Debajo podemos notar también la referencia a Ap 5, 6, que contempla al Cordero en medio del trono, “en pie, como inmolado”.

En el contexto de la antigua alianza, el cordero era inmolado en un intento de obtener la benevolencia divina ante la multitud de pecados del pueblo elegido. Sin embargo, era un intento que nunca alcanzaba su objetivo, ya que esa sangre era incapaz de purificar las conciencias; una muestra de la ineficacia de tales sacrificios era precisamente el hecho de que había que repetirlos cada año.

Ahora, en cambio, Cristo “ha vencido a la muerte y ha hecho resplandecer la vida y la incorrupción por medio del Evangelio” (2 Tim 1, 10). Por eso el Apocalipsis contempla al Cordero inmolado pero al mismo tiempo erguido: podríamos decir muerto y resucitado.

Cromacio de Aquilea comenta así el acontecimiento celebrado en la Vigilia Pascual, que se hace presente en toda celebración eucarística: “Celebran también [esta vigilia] los hombres en la tierra porque por la salud del género humano Cristo padeció la muerte para vencer, muriendo, a la muerte. (…) [7] porque el Hijo sufrió la muerte según la voluntad del Padre para darnos la vida por su muerte”.

El autorGiovanni Zaccaria

Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma)

Lecturas del domingo

No está aquí. Domingo I de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del I domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·6 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El ángel dijo a las mujeres: “Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho” (Mt 28, 5-6). “No está aquí”: palabras que se encuentran también en Marcos y Lucas. Pero el ángel dice mucho con ellas. Ese “No está aquí” es como una reprimenda afectuosa. Lleva a las mujeres -y con ellas, a nosotros- más allá de su visión estrecha y demasiado humana.

No está en la tumba. Jesús no está en nuestra mentalidad sepulcral, en nuestro pesimismo, que entiende que la muerte siempre tiene la última palabra, que es más grande incluso que Dios. Cuántas veces nuestra visión es así de estrecha. Se habla de una visión de túnel: también podríamos hablar de visión de tumba. 

Tan a menudo, en la práctica, pensamos que Dios ha sido derrotado, que no hay nada que podamos hacer, que la muerte e incluso el diablo efectivamente han triunfado y todo lo que podemos hacer es mostrar piedad hacia los muertos, permanecer fieles a un recuerdo, mientras nos desvanecemos y declinamos con él.

Pero Cristo no está en una mentalidad sepulcral, que acepta la derrota, que se resigna a la decadencia, una simple veneración del pasado incapaz de generar una acción dinámica en el presente. Cristo no está en la nostalgia triste. La visión sepulcral es casi encerrarse en la tumba junto con el cadáver.

“No está aquí”. No está en tu sentimentalismo que, por conmovedor y generoso que sea, no sirve para nada. Habéis venido a enterrar a los muertos como un acto de piedad amorosa, un último homenaje sentimental. Cristo no está en ese sentimiento que, por loable que sea, mira al pasado y no al futuro, y asume la derrota y no la victoria de Dios.

“No está aquí”. No está en tu desaliento, en tu visión meramente humana que no considera el poder infinito de Dios. No está en tu falta de fe. No está en tu comprensión demasiado limitada de las Escrituras y de las profecías que habían anunciado claramente la Resurrección, pero que no habías comprendido su significado. Cristo no está en nuestra lectura superficial de la Escritura, que sólo la ve como un libro del pasado y no como la Palabra viva de Dios hoy.

Cristo no está en vuestro materialismo, entendido aquí como dar demasiado peso a las consideraciones materiales: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?” (Mc 16, 3).

Cuando nos sintamos abatidos, exagerando los problemas prácticos, viendo las cosas con pesimismo, asumiendo la derrota, entonces recordemos esas tres palabras latinas: “Non est hic”, “No está aquí”. Él no está en esas formas de pensar. Está fuera. Ha abierto la tumba, ha derribado a los guardias, ha vencido las intrigas de sus enemigos, ha vencido al poder humano, ha vencido al pecado y a la muerte. La vida ha triunfado. El amor ha triunfado. No está aquí. Es el Dios-hombre vivo y resucitado.

La homilía sobre las lecturas del domingo I de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa, con las madres de soldados ucranianos y rusos caídos

El Papa Francisco ha invitado a rezar, en la Audiencia general del miércoles de Semana Santa, por “todas las víctimas de los crímenes de guerra”, y en especial “por las madres de los soldados ucranianos y rusos que han caído en la guerra”. Además, ha saludado a los jóvenes participantes en el encuentro internacional UNIV’23, que han repetido ‘¡Viva el Papa!’

Francisco Otamendi·5 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tres o cuatro mensajes del Papa Francisco han prevalecido quizá de modo especial en la Audiencia general de este miércoles santo de 2023.

Uno de oración por “todas las víctimas de crímenes de guerra, y “mirando a María, la Madre, delante de la Cruz”, por “las madres de los soldados ucranianos y rusos que han caído en la guerra. Son madres de hijos muertos”. Una invitación que acompañó, como es habitual, con la petición: “no olvidemos rezar por la atormentada Ucrania”, antes de rezar el Padre Nuestro en latín y dar la Bendición final.

Otro propio de la Semana Santa, que centró su discurso en la Audiencia. “Jesús crucificado es herido, despojado de todo. Sin embargo, amando y perdonando a quienes lo lastiman, convierte el mal en bien, y el dolor en amor. Transforma sus heridas en fuente de esperanza para todos”, ha manifestado el Santo Padre. 

Convertir las heridas en esperanza

“En el intenso clima espiritual de la Semana Santa, invito a todos a contemplar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, para sacar de él la fuerza de traducir en vida las exigencias del Evangelio”, ha añadido el Papa, quien se refirió también a la tristeza en tanta gente por las calles, y al suicidio de jóvenes. 

“El punto no es estar heridos poco o mucho por la vida, sino qué hacer con estas heridas., las pequeñas, las grandes. Puedo dejar que se infecten de rencor y tristeza o puedo unirlas a las de Jesús, para que también mis llagas se vuelvan luminosas”. Hay “tantos jóvenes  que buscan en el suicidio una salvación, que prefieren ir más allá con la droga, con el olvido, piensen en ellos, ¿cuál es tu droga para cubrir las heridas?…”.

A continuación, señaló: “Nuestras heridas pueden convertirse en fuentes de esperanza cuando, en lugar de compadecernos de nosotros mismos, enjugamos las lágrimas de los demás; cuando, en vez de guardar rencor por lo que nos quitan, cuidamos lo que les falta a los demás; cuando, en lugar de hurgar en nosotros mismos, nos inclinamos hacia los que sufren; cuando, en vez de tener sed de amor por nosotros, saciamos a los que nos necesitan”.

Alegría de los jóvenes del UNIV 2023

El tercer mensaje papal tiene doble dirección. Por un lado, los deportistas, que hoy celebran la Jornada Mundial del Deporte para la Paz y el Desarrollo, con el deseo de que “el deporte contribuya a la solidaridad y a la amistad entre los pueblos”.

Por otro, el Papa Francisco se ha dirigido a los jóvenes participantes en el encuentro internacional UNIV 2023. “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. que son tantos; en particular saludo a los jóvenes que participan en el encuentro internacional  UNIV 2023”, Los jóvenes han respondido agitando banderas y con gritos de ‘Viva el Papa’, lo mismo que ha sucedido cuando ha mencionado esta mañana a las personas de habla inglesa, portuguesa o alemana, por ejemplo.

“En estos días santos, acerquémonos a Jesús crucificado”, ha dicho el Pontífice a los jóvenes: “Contemplándolo a Él, herido, despojado de todo, reconozcamos nuestra propia verdad. Presentémosle todo lo que somos, y dejemos que Él renueve en nosotros la esperanza de una vida nueva”.

“Muchísimos peregrinos de América Latina, de España, presentes en esta Audiencia general con el Papa Francisco, y se nota por el clima festivo en la plaza de San Pedro, tras el saludo del Papa en español”, ha señalado Vatican News en la transmisión.

Los encuentros UNIV, que llevan celebrándose 55 años con la participación de más de cien mil estudiantes universitarios, combinan, además de la formación cultural e intelectual, la asistencia a las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y a las Audiencias con el Santo Padre, y un encuentro de catequesis con el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz. Este año, estudiantes de más de un centenar de universidades de todo el mundo reflexionan sobre ‘La verdadera felicidad’, y ayudarán económicamente a Cáritas para apoyar a familias afectadas por el terremoto en Turquía y Siria.

“El Crucificado, fuente de esperanza”

En vísperas del Triduo Pascual, el Papa ha centrado su meditación en el tema: “El Crucificado, fuente de esperanza” (Lectura: 1 Pe 2,21-24), como se ha señalado, El Santo Padre ha hecho notar que en el relato de la Pasión del domingo pasado, “que termina con la sepultura de Jesús, para los discípulos, la piedra que sellaba el sepulcro significaba el final de las esperanzas. También hoy pareciera que la esperanza se encuentra muchas veces sepultada bajo el peso del sufrimiento y de la desconfianza”.

“Pero aún en los momentos más oscuros, cuando parece que todo acaba, Dios hace resurgir en nosotros la esperanza de un nuevo comienzo”, ha alentado el Papa. “Siempre se puede comenzar. Esta muerte y resurrección de la esperanza podemos verla al contemplar la Cruz. Jesús crucificado es herido, despojado de todo. Sin embargo, amando y perdonando a quienes lo lastiman, convierte el mal en bien, y el dolor en amor. Transforma sus heridas en fuente de esperanza para todos. También nosotros podemos transformar nuestras heridas uniéndolas a las de Jesús, olvidándonos de nosotros mismos, y encomendando nuestra vida en las manos misericordiosas de Dios Padre”.

“Ser sanados de la tristeza”

“También en nosotros se condensan pensamientos profundos y sentimientos de frustración: ¿por qué tanta indiferencia hacia Dios? ¿Por qué tanto mal en el mundo? ¿Por qué las desigualdades siguen creciendo y la anhelada paz no llega? ¡Y en los corazones de cada uno, cuántas expectativas desvanecidas, cuántas desilusiones! Y también, esa sensación de que los tiempos pasados fueron mejores y que, en el mundo, quizá también en la Iglesia, las cosas no van como antes… En resumen, también hoy la esperanza parece a veces sellada bajo la piedra de la desconfianza”, añadió el Romano Pontífice.

Sin embargo, “hoy miramos al árbol de la cruz para que brote en nosotros la esperanza: para ser sanados de la tristeza de la que estamos enfermos”. (…) “Hoy, cuando todo es complejo y se corre el riesgo de perder el hilo, necesitamos sencillez, redescubrir el valor de la sobriedad, de la renuncia, de limpiar lo que contamina el corazón y entristece. (…)”.

“En estos días santos acerquémonos al Crucificado. Pongámonos delante de Él, despojado, para decir la verdad sobre nosotros mismos, quitando lo superfluo. Mirémosle herido, y pongamos nuestras heridas en las suyas. Dejemos que Jesús regenere en nosotros la esperanza”, concluyó el Santo Padre Francisco.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

Mariolina Ceriotti: Formarse para ser padre, día tras día

La neuropsiquiatra infantil y psicoterapeuta italiana Mariolina Ceriotti reflexiona sobre la paternidad en el mundo de hoy en su nuevo libro Padres e hijos. Los caminos de la paternidad.

Giovanni Tridente·5 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La concreción de la relación de amor entre un padre y un hijo exige una educación constante de la mente y del corazón. La paternidad se realiza día tras día a través de las elecciones que se hacen tanto en las situaciones normales como en la imperfección de las relaciones cotidianas. Estas son algunas de las reflexiones que la neuropsiquiatra infantil y psicoterapeuta italiana Mariolina Ceriotti Migliarese ha recogido en su reciente libro Padres e hijos. Los caminos de la paternidad.

Omnes tuvo la oportunidad de hacerle algunas preguntas sobre estos temas, que también fueron abordados en un encuentro público en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

¿Qué significa hoy ser padre?

–Ante todo, hay que partir de la base de que ser padre no coincide con engendrar físicamente a los hijos; es una posición adulta, que no se improvisa, sino que se prepara paso a paso. Por otra parte, en el ciclo vital de cada persona se suceden y entrecruzan distintas fases, formando una especie de camino, marcado por etapas evolutivas, cada una de las cuales tiene una tarea específica, que es posible una vez conseguida la tarea anterior.

¿Hablamos en este sentido de una especie de generatividad?

–Exactamente. El psicoanalista Erik Erikson, por ejemplo, afirma que la edad adulta tiene como tarea evolutiva específica precisamente el desarrollo de la generatividad. En este sentido, afirma que «la persona que tiene verdadera competencia adulta es la que es capaz de generar».

Esto se une también con conceptos como procreación, productividad y creatividad: generar nuevos individuos, nuevos productos y nuevas ideas y desarrollar la capacidad de volver a generarse, creciendo con el tiempo.

No se trata sólo de poner cosas nuevas en el mundo, sino también de ser capaz de cuidarlas, de desplazar el centro de gravedad personal del cuidado exclusivo de uno mismo al cuidado (y dedicación) de lo que uno ha generado.

¿Hay que tener «competencias» para ser generativo?

–Sin duda se necesitan ciertas competencias, que son posibles siempre y cuando se integren en la personalidad las tareas de desarrollo previas, que comienzan en la infancia y la adolescencia.

Hoy en día, no sólo parece que esta «tarea» se ha vuelto especialmente difícil, sino que el propio tema de la identidad como objetivo positivo se ha puesto en tela de juicio. De hecho, se plantea la cuestión de si realmente tiene valor definirse de manera estable o no es más bien mejor la llamada «fluidez», la no definición…

En cambio, la generatividad es esa competencia adulta que nos da la posibilidad y la capacidad de ir más allá del amor narcisista (incluso legítimo) por uno mismo, de abrir el corazón, la mente y la vida a lo que trasciende el yo, empezando por los niños, pero no sólo.

¿Cómo se realiza esta capacidad en el caso del varón?

-Esta capacidad, que es capacidad procreadora y creadora, es posible tanto en el varón como en la mujer, que la desarrollan, sin embargo, de maneras diferentes. Podemos decir que lo paterno es la forma masculina de ser generativo, es decir, capaz de cuidar de lo generado, según una modalidad específicamente masculina.

Añadiría que la experiencia generativa (entendida correctamente) es, como tal, una experiencia de profundo bienestar, porque se opone a la experiencia de «estancamiento».

Donald Winnicott, pediatra y psicoanalista, afirmaba que la manera que tiene el hombre de sentirse feliz es a través de su capacidad para desarrollar la creatividad.

¿Puede decirnos algo más sobre el significado de la paternidad?

–La paternidad, como acto generativo, implica tener el valor de dar vida a otro ser humano y asumir la responsabilidad de cuidarlo.

A diferencia de la maternidad, el vínculo con el hijo engendrado no es primordialmente biológico: si la madre es nombrada como tal por el hijo (la madre es madre desde el mismo momento en que un hijo nace en ella), el padre se convierte en padre cuando acepta reconocerse como tal.

El padre siempre se convierte en padre a través de la mujer, y su relación con el niño nace así bajo el signo de la triangulación. Su posición es diferente, quizá podamos decir más «libre»; conlleva una distancia relacional diferente (no bajo la bandera de la simbiosis).

Esta posición triangulada desde el principio es la especificidad del padre, y conlleva una manera diferente de establecer el vínculo. Una forma que no es menos intensa, ni menos importante, ni menos necesaria; una forma que es complementaria a la de la madre.

¿Qué caracteriza, en su opinión, una «buena relación» entre padre e hijo?

–Para un creyente, se trata de entender cómo ser padre al estilo del Padre. Si nos fijamos en los Evangelios, varios pasajes nos muestran significativamente las características de una «buena» relación entre padre e hijo.

A menudo hay un «reconocimiento» del Hijo (pensemos, por ejemplo, en los relatos del Bautismo de Jesús); incluso la paternidad humana comienza siempre por un reconocimiento; es una opción que requiere tomar conciencia y asumir la responsabilidad.

Luego está la «complacencia», que subraya algo bello y valioso; no es casualidad que lo que un hijo necesita en relación con su padre sea el intercambio de estima (ser estimado por aquel a quien estimamos).

También está el “envío”, que es la propia vocación del hijo, que anhela un padre que se preocupe por su libertad, que le anime a comprender hacia dónde va su verdadero deseo. Y de nuevo, tiempo para pasar juntos, jugar, compartir actividades, intercambiar confidencias…

ceriotti
Mariolina Ceriotti durante su encuentro en la Pontifica Universidad de la Santa Cruz @PUSC

Entonces, ¿qué le pide un hijo a su padre?

–Seguramente le pide que le reconozca como hijo, que le haga sentir que su padre aprecia su valía. Le pide que le enseñe el valor de las cosas, el camino del bien; que le apoye en la búsqueda de su propia vocación; que le dé confianza y tiempo, incluso para hacer cosas juntos; que sienta curiosidad sin prejuicios por su propio progreso, y que le muestre ternura, ciertamente a la manera de los padres, que es distinta de la de las madres. Ayudarle a no tener miedo de los límites, del dolor, de la muerte, y tener paciencia, sabiendo que si el padre está ahí, el hijo nunca se sentirá solo.

Cultura

Foro Omnes: «El matrimonio en occidente, de la deconstrucción a la reconstrucción”

Este foro, organizado junto la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, abordará la realidad del matrimonio en los países de occidente en los que más de la mitad de los matrimonios terminan en ruptura.

Maria José Atienza·4 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El próximo lunes, día 17 de abril a las 19.30 h., tendremos un excepcional Foro Omnes sobre el tema «El matrimonio en occidente, de la deconstrucción a la reconstrucción”.

El Foro, organizado junto la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra Carlos Martínez de Aguirre, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Zaragoza y Álvaro González Alonso, Director académico del Máster de Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico de la Universidad de Navarra

Este foro abordará la realidad del matrimonio en los países de occidente en los que más de la mitad de los matrimonios terminan en ruptura. Un dato que pone de relieve la necesidad de una mayor formación pre-matrimonial, así como de un acompañamiento por parte de sacerdotes, juristas y otros matrimonios para llevar adelante la vida familiar y matrimonial. Todo ello unido a una regeneración social que ayude a fortalecer y mejorar los vínculos matrimoniales y familiares en el futuro.

El encuentro tendrá lugar de manera presencial en la Sede de la Universidad de Navarra en Madrid (C/ Marquesado de Santa Marta, 3. 28022 Madrid) y, al finalizar, se servirá un vino español.

Como seguidor y lector de Omnes le invitamos a asistir. En el caso de que así lo desee, le rogamos que confirme su asistencia a través del correo [email protected].

Cine

The Chosen, una buena elección para ver estos días

The Chosen, que puede verse ahora en Movistar Plus y Shazam son las recomendaciones audiovisuales de Patricio Sánchez Jaúregui para este mes de abril

Patricio Sánchez-Jáuregui·4 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Este mes de abril te traemos novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto en el cine o en tus plataformas favoritas.

The Chosen (Los elegidos)

“The Chosen” se ha convertido, por derecho propio, en la mejor representación en pantalla de la vida de Cristo. Con una escritura y desarrollo de los personajes excepcionales, es una obra tan cautivadora como “La Pasión”, pero más humana.

Está adaptación cinematográfica sobre la vida de Jesús lleva ya 3 temporadas y tienen planeado llegar a ocho. Todo ello habiendo conseguido dinero de particulares a través de crowdfunding. Una suma de dinero que no ha dejado de crecer exponencialmente desde que se estrenó el primer episodio.

Esta Semana Santa la serie llega a Movistar Plus+, después de ser la más vista de acontra+.

Pero no solo eso. A nivel mundial ha sido un éxito de audiencia y de la crítica (solo por detrás de «Breaking Bad» en IMDB) y que viene cargada de galardones.

The Chosen

Director: Dallas Jenkins
Actores: Jonathan Roumie, Shahar Isaac, Elizabeth Tabish, Paras Patel, Erick Avari, Yasmine Al-Bustami, Noah James, Amber Shana Williams y Vanessa Benavente
Plataforma: Movistar / acontra+

¡Shazam!

Con su secuela en cines, merece recordar la película ¡Shazam!, una mezcla de humor, ternura y aventura que recuerda a los clásicos noventeros. Su guión entretiene sin esfuerzo, aunando tragedia, comedia y personajes entrañables.

Nos encontramos ante una película de superhéroes que nunca olvida el verdadero poder del género: la forja de un héroe con corazón, el gozoso cumplimiento de los deseos y un villano a la altura. Una película para toda la familia pero con un toque oscuro que recuerda a las adaptaciones de cómic DC de los 90. Esta película combina las alegrías sin pretensiones de los libros de historietas de antaño con un humor agudo y elaboradamente sencillo.

Shazam

Director: David F. Sandberg
Actores: Zachary Levi, Mark Strong, Asher Angel, Jack Dylan Grazer
Plataforma:: HBO Max / Amazon Video
El autorPatricio Sánchez-Jáuregui

Cultura

UNIV’23: La búsqueda de la verdadera felicidad, reto de los jóvenes

El UNIV, nacido bajo la inspiración e impulso de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, permite a los participantes vivir junto al Papa la Semana Santa y la Pascua en el corazón de la cristiandad.

Maria José Atienza·3 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Roma rejuvenece de manera especial durante los días de Semana Santa. Estudiantes procedentes de más de un centenar de universidades de todo el mundo se reúnen en Roma en estas jornadas con ocasión del UNIV 2023.

El encuentro UNIV combina, además, la formación cultural e intelectual junto a la asistencia a las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa, el encuentro con el Santo Padre y un diálogo con el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

El tema propuesto para este año por comité organizador del UNIV, ha sido “Searching for Happiness” (Buscando la felicidad). Como explica Robert Marsland, portavoz del UNIVForum 2023: “En el último medio siglo hemos podido sondear las profundidades del espacio y secuenciamos el genoma humano, pero aún luchamos por responder dos preguntas simples: ¿qué es la felicidad y cómo puedo aumentarla?». Ser feliz y saber cómo serlo «es la premisa oculta de toda publicidad y la razón detrás de cada viaje al consultorio médico» señala Marsland.

Ponentes internacionales

El UNIV 2023 prevé manifestaciones culturales en varios lugares de Roma: conferencias, coloquios, muestras, mesas redondas con ponentes como Arthur Brooks, profesor de Práctica de Liderazgo Público en la Escuela Kennedy de Harvard y miembro de la facultad en la Escuela de Negocios de Harvard (Estados Unidos);Yvonne Font, Reumatóloga (Puerto Rico);Francisco Iniesta, profesor de IESE Business School (España); Teresa Bosch y Florencia Aguilar, Executive Director y Co-Founder de Austral World Building Lab (Argentina) o Pietro Cum, CEO y General Manager de ELIS (Italia).

Este año, el UNIV vive el Martes Santo su encuentro universitario académico en la sede de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.

UNIV

El UNIV

En estos 55 años, los encuentros UNIV han contado con la participación de más de 100.000 estudiantes universitarios. Cada año los estudiantes participan en la audiencia con el Papa.

En esta ocasión, la audiencia del día 5 de abril será particularmente significativa, teniendo en cuenta la acuciante llamada a la paz de Papa Francisco, y la dramática situación de tantos coetáneos de Ucrania y de varias áreas destruidas por el terremoto de Turquía y Siria.

Cultura

Así lucen la basílica y plaza de San Pedro en Semana Santa

Cada año, las celebraciones de Semana Santa y Pascua en el Vaticano conlleva un ingente trabajo para el que el 'ejército' de trabajadores encargados de tener todo listo se entrega durante semanas.

Hernan Sergio Mora·3 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Las labores de preparación son enormes. Están los “sanpietrinos”, trabajadores, artesanos y maestranzas pertenecientes a la llamada “Fabbrica di San Pietro”. Ellos se ocupan de la manutención y decoro de la basílica más importante de la cristiandad. Uno que armaba una tarima señaló: “Aquí adentro solamente nosotros ponemos las manos”. Los arreglos florales con motivo de la Pascua son muy cuidadosos.

Se han dividido los espacios para la sacristía interna en la basílica de San Pedro y se están levantando las tarimas en donde gracias a las cámaras de televisión, cientos de países podrán seguir las ceremonias en directo.

Se suman los trabajadores de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano que organizan todo que es necesario preparar en el exterior de la basílica y dentro de la Columnata del Bernini, que ‘abrazará’ a los 50 mil fieles que allí se encuentren.

Las ‘palmas fénix’, famosas en la celebración del Domingo de Ramos, quedan cargo de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, además de los «palmureli», otro tipo de palmas que llegan desde la ciudad de Sanremo, así como los olivos que se ubican cerca de las enormes imágenes de san Pedro y san Pablo a los pies de la escalinata.

Los jardineros estarán en primera fila, en particular con los miles de tulipanes y flores que desde 1985 cada año envía Holanda. Este trabajo se vuelve muy intenso porque lo inician el Viernes Santo y deben lograr terminar la decoración de la plaza y escalinata, antes del domingo de Resurrección.

Los servicios de edilicia por su parte ayudan con sus grúas y equipos a los jardineros, para que coloquen las palmas en la fachada de la basílica ideada en 1607 por el arquitecto Carlos Maderno, que aunque a primera vista no parezca, tiene una altura equivalente a la de un edificio de 15 pisos y un ancho mayor que el largo de una cancha de fútbol.

El Centro Televisivo Vaticano por su parte está instalando las cámaras y toda la infraestructura necesaria en los diversos lugares, incluso las ‘plumas’ y las cámaras con el sistema 3D.

En los años 2020 y 2021 todas las ceremonias sintieron el drama de la pandemia, pocas personas fueron admitidas a participar y solamente el año pasado se retornó a la normalidad, aunque ya con el dolor de la guerra que desencadenó la invasión de Rusia a Ucrania.

La Semana Santa inicia con la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro; el Jueves Santo, es la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro; el Viernes Santo, se realiza la liturgia de la Pasión y Muerte del Señor; siempre el Viernes es el Vía Crucis en el Coliseo. El sábado poco antes de la media noche se realiza la Vigilia Pascual y la llamada Misa de Gallo. La semana concluye con la misa a las 10 de la mañana en la Plaza de San Pedro y la bendición Urbi et Orbi que impartirá el papa Francisco.

Flores en San Pedro

Para celebrar la Pascua y expresar la alegría por la resurrección de Cristo, la plaza de San Pedro se transformará en un jardín de flores. Más de 35.000 flores y plantas procedentes de Holanda alfombrarán el parvis de la basílica vaticana. Las decoraciones florales serán creadas por los trabajadores del Servicio de Jardines y Medio Ambiente de Infraestructuras y Servicios del Gobierno, con la colaboración de la diseñadora floral Daniela Canu.

Floristas holandeses y profesores de floristería de Naklo en Eslovenia. Juntos trabajarán todo el día del Viernes Santo para preparar y y terminar la decoración al día siguiente. World of Spray Roses – Inspiración creativa e Innovadora Sprayroses Inspiration Worldwide Rose Alliance proporcionará alrededor de 720 rosas entregadas al Servicio a través de Flora Holland, en cooperación con el Dr. Charles Lansdorp.

No sólo con ocasión de la Solemnidad de Pascua, sino durante toda la Semana Santa, la Plaza de San Pedro estará adornada con rosas. De ello se encargarán los de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, en colaboración con quienes han ofrecido plantas y flores. con quienes han ofrecido plantas y flores.

En particular, para el Domingo de Ramos, 2 de abril, se distribuirán ramas de olivo proporcionados por la Asociación Nacional de Ciudades del Aceite, los alcaldes de la Región de las Ciudades del Aceite de Umbría, coordinados por el Dr. Antonio Balenzano, Director Nacional de la Asociación.

El suministro de «palmas fénix» correrá a cargo de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. También estarán presentes palmeras de la ciudad de Sanremo.

La empresa mayorista de floricultura Flora Olanda de Roma prestará las grandes plantas de olivos que se colocarán cerca de las estatuas de los santos Pedro y Pablo, a los pies del Sagrato y del obelisco.

El autorHernan Sergio Mora

Lecturas del domingo

Los cuatro dones de la Última Cena. Jueves Santo (A)

Joseph Evans comenta las lecturas correspondientes a la celebración eucarística propia del Jueves Santo (A)

Joseph Evans·3 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Jueves Santo celebramos los grandes dones que Cristo nos hizo, pero también recordamos la traición de Judas y la cobardía de los apóstoles. En la misma noche en que Cristo llega a tales extremos de amor, la cobardía y la traición humanas también llegan al extremo. Después de que Cristo nos había dado -también a Judas- el mayor regalo de todos, su propio cuerpo y sangre bajo la forma de pan y vino, Judas sale a traicionarle al lugar donde Cristo se reunía con sus amigos y mediante el saludo de un amigo: un beso. Esta es la triste historia de la humanidad: la mezcla del amor divino y la traición humana. Pero el amor divino es obstinado; Dios no se rinde, sigue amándonos por mucho que le decepcionemos.

En la Última Cena, Jesús nos hace cuatro regalos que no tienen precio: nos da la Eucaristía, lava los pies de sus discípulos, nos regala el sacerdocio y el mandamiento nuevo.

Para comprender el don de la Eucaristía, hay que pensar en el amor de las madres por sus hijos pequeños. Una madre, después de haber lavado a su hijito, y viéndolo tan hermoso, podría decirle: “Te comería”. El amor busca la unión, también corporal. ¿Por qué nos besamos? Porque buscamos la unión física con esa persona. Cristo nos ama tanto que permite que le comamos. El amor le lleva a entrar en nosotros, incluso corporalmente, para lograr una unión que va mucho más allá del beso. Quiere que le comamos para que le amemos.

Jesús muestra también su amor haciéndose nuestro servidor. Él, que es Dios, lava los pies de sus discípulos, se hace nuestro esclavo. Una vez más, nuestras madres pueden ayudarnos a comprender mejor este amor. Aunque nunca deberíamos tratar a nuestras madres -ni a nadie- como esclavas, las madres, de hecho, se convierten libremente en nuestras siervas. El verdadero amor conduce al servicio radical.

Jesús nos muestra su amor dándonos sacerdotes. Cuando dio la Eucaristía a los apóstoles, les dijo: “Haced esto en memoria mía”. Les dio el poder de hacer lo que él acababa de hacer: transformar el pan y el vino en su cuerpo y su sangre. Los hizo sacerdotes. Cada sacerdote es un signo del amor de Dios, un signo de que quiere seguir alimentando a su pueblo con Él mismo, para que encontremos vida en Él.

El último don es el mandamiento nuevo. En la Última Cena, Jesús dijo: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros”. 

Se trata de un mandamiento, pero también de un don. Al mandarnos amar, Jesús nos da el poder de amar. No nos hace simplemente receptores pasivos de su amor, también podemos ser transmisores del mismo. Por la misericordia de Dios, no sólo recibimos amor, sino que también podemos darlo a los demás. No hay nada más grande que ser amado y amar. Estos son los dones que celebramos esta tarde.

Mundo

Marchas para recordar a san Juan Pablo II

Diversas marchas han recorrido diferentes ciudades de Polonia el 2 de abril, 18º aniversario de la muerte de san Juan Pablo II. Las marchas han querido ser una expresión de gratitud por el pontificado y una respuesta a los recientes ataques de algunos medios de comunicación a Karol Wojtyla como metropolitano de Cracovia.

Barbara Stefańska·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Diversas ciudades polacas han acogido, el 2 de abril de 2023, decimoctavo aniversario del fallecimineto de Karol Wojtyla marchas en

La Marcha Blanca ha recorrido, en Cracovia, la misma ruta realizada en mayo de 1981 como respuesta al atentado contra Juan Pablo II. En Varsovia, en cambio, a pesar del frío y la lluvia, varios miles de personas se han manifestado portando imágenes del Papa, pancartas y banderas por el centro de la capital.

Los organizadores han subrayado que esta Marcha Papal Nacional era una iniciativa popular, social y apolítica. Manifestaciones similares se han celebrado en otras grandes y pequeñas ciudades.

Las marchas y el gran número de participantes están relacionados con los recientes ataques mediáticos contra el cardenal Karol Wojtyla por supuesto encubrimiento de delitos sexuales. Un libro y un reportaje sobre el tema, aparecidos recientemente en Polonia, realizaban estas afirmaciones basándose en documentos «prefabricados» de los servicios comunistas que atacaban a la Iglesia católica. Los historiadores juzgan estos materiales periodísticos como faltos de valor histórico y poco fiables. No se ha podido encontrar a ningún historiador que los valore positivamente.

«Juan Pablo II no necesita que lo defiendan. Somos nosotros quienes la necesitamos para suscitar y defender en nosotros la convicción de que vale la pena ser buenos, de que vale la pena defender la verdad sobre el hombre», ha subrayado el arzobispo emérito Józef Michalik, que presidió la misa en la catedral de Varsovia. Citando las enseñanzas del Papa Juan Pablo II, el arzobispo Michalik declaró que Karol Wojtyla tuvo y sigue teniendo adversarios ideológicos que todavía le echan en cara su doctrina moral.

Además de las manifestaciones, se están celebrando liturgias y vigilias de oración para conmemorar el aniversario de la muerte de san Juan Pablo II.

El autorBarbara Stefańska

Periodista y secretaria de la redacción del semanario "Idziemy"

Vaticano

El Papa urge el Domingo de Ramos a cuidar a los “cristos abandonados” 

El Santo Padre Francisco ha presidido la celebración del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, tras recibir el alta médica. Tanto en la homilía de la Misa como en el Ángelus, ha invitado a seguir el amor de “Jesús abandonado” en la cruz, y cuidar a tantos “cristos abandonados”, pueblos enteros, emigrantes, presos, ancianos, niños no nacidos, enfermos o discapacitados.

 

Francisco Otamendi·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras las tres noches pasadas en el Policlínico Gemelli debido a una infecciòn respiratoria, y recibir ayer el alta médica, el Papa Francisco ha presidido esta mañana la celebración litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, al inicio de la Semana Santa con decenas de miles de peregrinos.

Antes de comenzar la Santa Misa, tuvo lugar la bendición de los ramos de olivo junto al Obelisco de la Plaza de San Pedro, al que se desplazó el Santo Padre en el papamóvil, y donde le esperaban los cardenales. Luego tuvo lugar la procesiòn hasta la Basílica para la Santa Misa al aire libre que, presidida por el Papa, fue concelebrada por los cardenales Leonardo Sandri, Giovanni Battista Re y Francis Arinze, y el resto de purpurados.

En la homilía, el Papa comenzó recordando las palabras de Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46). Es la invocación que la Liturgia nos hace repetir hoy en el Salmo responsorial (cf. Sal 22,2) y es la única pronunciada en la cruz por Jesús en el Evangelio que hemos escuchado. Son, pues, las palabras que nos llevan al corazón de la pasión de Cristo, al punto culminante de los sufrimientos que padeció para salvarnos”, señaló el Papa.

“Para que tengamos esperanza”

El Santo Padre se preguntó: “¿Por qué llegó a ese punto? La respuesta es una sola: por nosotros. Por mí, por mí”, repitió en varias ocasiones. “Se hizo solidario con nosotros hasta el extremo, para estar con nosotros hasta las últimas consecuencias. Para que ninguno de nosotros pudiera considerarse solo e insalvable. Experimentó el abandono para no dejarnos rehenes de la desolación y estar a nuestro lado para siempre”. 

“Lo hizo por ti, por mí”, volvió a insistir el Papa, “para que cuando tú, yo, o cualquiera se vea entre la espada y la pared, perdido en un callejón sin salida, sumido en el abismo del abandono, absorbido por el torbellino del ‘por qué’, pueda tener esperanza. No es el final, porque Jesús ha estado allí y está ahora contigo. Para que cada uno de nosotros pueda decir: en mis caídas, en mi desolación, cuando me siento traicionado, descartado y abandonado, cuando ya no puedo más, Él está conmigo. Tú estás ahí, Jesús. En mis fracasos, Tú estás conmigo. Cuando me siento errado y perdido, cuando ya no puedo más, Tú estás ahí, Tú estás conmigo. En mis ‘por qué’ sin respuesta, Tú estás conmigo. Él está conmigo. Así es como el Señor nos salva, desde el interior de nuestros «por qué». Desde ahí despliega la esperanza”.

“Ojos y corazón para los abandonados”

A continuación, el Romano Pontífice se refirió al amor del Señor por cada uno, y a “Jesús abandonado”, que “ nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados”. “He aquí quién es Dios y cuánto nos ama. ¡Cuánto nos quiere! ¡Cuánto le hemos costado!”

“Un amor así, todo para nosotros, hasta el extremo, puede transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne, capaces de piedad, de ternura, de compasión”, añadió el Papa. “Cristo abandonado nos mueve a buscarlo y amarlo en los abandonados. Porque en ellos no sólo hay personas necesitadas, sino que está Él, Jesús abandonado, Aquel que nos salvó descendiendo hasta lo más profundo de nuestra condición humana”. 

Francisco recordó entonces, fuera de guión, a “aquel hombre de la calle que falleció solo abandonado, entre las columnas” de San Pedro. “Es Jesús que necesita de nosotros”, dijo. 

“Por eso quiere que cuidemos de los hermanos y de las hermanas que más se asemejan a Él, en el momento extremo del dolor y la soledad.  Hoy hay tantos «cristos abandonados». Hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados,  personas catalogadas como problemas”.

“Pero también hay tantos cristos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco”, prosiguió el Santo Padre: “niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, que pueden ser tu mamá, tu papá, el abuelo, la abuela,  enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”. 

“Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte”, subrayó, con palabras que recuerdan sus llamamientos apremiantes. “Porque, recordémoslo, las personas rechazadas y excluidas son iconos vivos de Cristo. Nos recuerdan la locura de su amor, su abandono que nos salva de toda soledad y desolación”. 

“Pidamos hoy la gracia de saber amar a Jesús abandonado y saber amar a Jesús en cada persona abandonada”, concluyó. “Pidamos la gracia de saber ver y reconocer al Señor que sigue gritando en ellos. No dejemos que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Dios no nos ha dejado solos; cuidemos de aquellos que han sido dejados solos”.

Gracias por las oraciones, y entrada en Semana Santa

Al concluir la Santa Misa, el Papa saludó a los fieles en la Plaza de San Pedro, especialmente a los que han venido de lejos, antes de rezar la oración mariana del Ángelus. En primer lugar, dio las gracias a todos por “sus oraciones, que han intensificado en los últimos días” de ingreso hospitalario, tras detectarse una infección respiratoria

El Papa recordó la caravana de la paz que ha partido estos días desde Italia a Ucrania, promovida por diversas asociaciones. Junto a artículos de primera necesidad, llevan la cercanía del pueblo italiano al “atormentado pueblo ucraniano. Y hoy ofrecen ramos de olivo, símbolo de la Paz de Cristo. Nos unimos a este gesto con la oración, que será más intensa en los días de la Semana Santa”, añadió.

El Papa Francisco recordó que “con esta celebración hemos entrado en la Semana Santa. Los invito a vivirla como nos enseña la tradición del santo pueblo fiel de Dios. Es decir, acompañando al Señor Jesús con fe y con amor”.

“Aprendamos de nuestra Madre la Virgen Maria. Ella siguió a su Hijo con su corazón. Era una sola alma con Él, y aun sin comprender todo, junto a Él se entregó plenamente a la voluntad de Dios Padre. Que la Virgen nos ayude a permanecer cerca de Jesús, presente en las personas que sufren, descartadas, abandonadas. Que la Virgen nos lleve de la mano de Jesús presente en estas personas. A todos un buen camino hacia la Pascua”, finalizó el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Enseñanzas del Papa

El camino hacia la Pascua 

¿Qué es lo esencial en la vida cristiana? ¿Cómo asegurarlo? El Papa Francisco ha señalado que la cuaresma es una buena ocasión para “volver a lo esencial”. Algo que siempre podemos hacer, pero que en el tiempo cercano a la Pascua adquiere un significado más intenso.

Ramiro Pellitero·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Las enseñanzas del Papa sobre el sentido de la cuaresma –la preparación de la Pascua–, a partir del miércoles de ceniza, se han centrado en los Ángelus de estos domingos. En ellos pisa sobre las huellas de los pasajes del Evangelio que la liturgia propone: las tentaciones del Señor, su transfiguración, el encuentro con la mujer samaritana, la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.

Tiempo de “volver a lo esencial”

En su homilía del miércoles de ceniza, celebrado en la basílica de Santa Sabina (22-II-2023), el Papa presentó la cuaresma –en cuanto síntesis apretada de una dimensión importante de la vida cristiana– como “el tiempo favorable para volver a lo esencial”; es decir, “para despojarnos de lo que nos pesa, para reconciliarnos con Dios, para reavivar el fuego del Espíritu Santo que habita escondido entre las cenizas de nuestra frágil humanidad. Volver a lo esencial”. Un tiempo de gracia para “volver a lo esencial, que es el Señor”. Así,el rito de la ceniza nos introduce en este camino de regreso, nos invita –subrayaba Francisco– “a volver a lo que realmente somos y a volver a Dios y a los hermanos”. 

“Dios también vive la Cuaresma”

En esa frase se apoyó para distinguir dos pasos. La Cuaresma, primero, como un tiempo de “volver a lo que somos”. ¿Y qué somos? Somos criaturas que venimos de la tierra y necesitamos del Cielo, pero antes volveremos al polvo, y luego resurgiremos de nuestras cenizas. Dios nos ha creado, somos suyos, le pertenecemos. Y el Papa formuló algo bastante original: “Como Padre tierno y misericordioso, Él también vive la Cuaresma, porque nos desea, nos espera, aguarda nuestro regreso, Y siempre nos anima a no desesperar, incluso cuando caemos en el polvo de nuestra fragilidad y de nuestro pecado”.

Dios “sabe muy bien que no somos más que polvo” (Sal 103, 14). Y, observa el sucesor de Pedro: “Nosotros, sin embargo, muchas veces lo olvidamos, pensando que somos autosuficientes, fuertes, invencibles sin Él; usamos maquillaje para creernos mejores de lo que somos. Somos polvo”.

De ahí la necesidad de despojarnos “del afán de ponernos en el centro, de ser los primeros de la clase, de pensar que sólo con nuestras capacidades podemos ser protagonistas de la vida y trasformar el mundo que nos rodea”. 

Con otras palabras, es este “’un tiempo de verdad’ para quitarnos las máscaras que llevamos cada día aparentando ser perfectos a los ojos del mundo; para luchar, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio, contra la falsedad y la hipocresía. No las de los demás, sino las nuestras; mirarlas a la cara y luchar”.

Salir del baluarte del yo

Al volver a lo esencial de lo que somos antes Dios –continúa el Papa–, la Cuaresma se nos aparece como “tiempo favorable para reavivar nuestras relaciones con Dios y con los demás; para abrirnos en el silencio a la oración y a salir del baluarte de nuestro yo cerrado; para romper las cadenas del individualismoy del aislamiento y redescubrir, a través del encuentro y la escucha, quién es el que camina a nuestro lado cada día, y volver a aprender a amarlo como hermano o hermana”.

¿Cómo lograr todo esto? La Cuaresma nos propone recorrer tres grandes vías: la limosna, la oración y el ayuno. Si nos ponemos humildemente bajo la mirada del Señor, entonces “la limosna, la oración y el ayuno no se quedan en gestos exteriores, sino que expresan quiénes somos verdaderamente: hijos de Dios y hermanos entre nosotros”.

Por tanto, estos son “días favorables para recordarnos que el mundo no se cierra en los estrechos límites de nuestras necesidades personales […], para dar a Dios la primacía de nuestra vida, […] para frenar la dictadura de las agendas siempre llenas de cosas por hacer; de las pretensiones de un ego cada vez más superficial y engorroso; y de elegir lo que de verdad importa”. 

En el camino hacia la Pascua –propone el obispo de Roma– “fijemos nuestra mirada en el Crucificado […]. Y al final del trayecto encontraremos con más alegría al Señor de la vida; lo encontraremos a Él, al único que nos hará resurgir de nuestras cenizas”.

Con el diablo no se dialoga

El segundo domingo (Ángelus, 26-II-2023) Francisco contempló la escena de las tentaciones del Señor y su combate contra el diablo (cfr. Mt 4, 1-11). Este, especialista en dividir, intenta separar a Jesús del Padre, “apartarlo de su misión de unidad para nosotros”. Esa unidad que consiste en hacernos participar del amor que une a las Personas divinas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Los venenos de la división

El Papa interpreta la escena: “El maligno intenta entonces instilar en Él [Jesús] tres ‘venenos´ potentes con el fin de paralizar su misión de unidad. Y estos venenos son el apego –el apego a necesidades como el hambre–, la desconfianza –hacia su Padre– y el poder –la sed de poder–”. 

Añade Francisco que son también tentaciones que el diablo emplea con nosotros, “con el fin de dividirnos del Padre y hacer que ya no nos sintamos hermanos y hermanas entre nosotros; las usa para llevarnos a la soledad y a la desesperación”. 

Pero Jesús vence al diablo sin dialogar, sin negociar y sin discutir con Él. Le hace frente con la Palabra de Dios que habla de libertad respecto a las cosas (cfr. Dt 8, 3), de confianza (cfr. Dt 6, 16) y de servicio a Dios (cfr. Dt 6, 13). 

De aquí toma pie Francisco para preguntarnos y aconsejarnos: “¿Qué lugar tiene en mi vida la Palabra de Dios? ¿Recurro a la Palabra de Dios en mis luchas espirituales? Si tengo un vicio o una tentación que se repite, ¿por qué no busco, haciendo que me ayuden, un versículo de la Palabra de Dios que responda a ese vicio? Luego, cuando llegue la tentación, lo recito, lo rezo confiando en la gracia de Cristo”.

La belleza luminosa del Amor

El segundo domingo de cuaresma nos sitúa en la transfiguración del Señor (cfr. Mt 17, 1-9), que manifiesta toda su belleza de Hijo de Dios. Se plantea el Papa una cuestión nada evidente para nosotros: “¿en qué consiste esta belleza?”. Y responde que no consiste en un efecto especial, sino que, puesto que Dios es Amor, consiste en “el esplendor del Amor divino encarnado en Cristo”. Los discípulos ya conocían el rostro del Amor, pero no se habían dado cuenta de su belleza.

Caminar, servir, amar

Ahora se les muestra así la belleza de Dios: como un anticipo del paraíso, que les prepare para saber reconocer esa misma belleza “cuando suba a la cruz y su rostro sea desfigurado”. Pedro habría querido detener el tiempo, pero Jesús no desea apartar a sus discípulos de la realidad de la vida, que incluye el camino para seguirlo hasta la cruz. “La belleza de Cristo –parece contestar Francisco a ciertos pensadores de la modernidad como Marx y Nietzsche– no es alienante, te lleva siempre adelante, no hace que te escondas: ¡sigue adelante!”.

Esta es una enseñanza para nosotros. Estando con Jesús es como “aprendemos a reconocer en su rostro la belleza luminosa del amor que se entrega, incluso cuando lleva las marcas de la cruz”.

Y no solo eso, sino que también podemos aprender a descubrir la luz del amor de Dios en los demás: “Es en su escuela donde aprendemos a captar la misma belleza en los rostros de las personas que cada día caminan junto a nosotros: los familiares, los amigos, los colegas, quienes en diversos modos cuidan de nosotros. ¡Cuántos rostros luminosos, cuántas sonrisas, cuántas arrugas, cuántas lágrimas y cicatrices hablan de amor en torno a nosotros! Aprendamos a reconocerlos y a llenarnos el corazón con ellos”. 

La consecuencia ha de ser ponerse en marcha, “para llevar también a los demás la luz que hemos recibido, con las obras concretas del amor (cfr. 1 Jn 3, 18), sumergiéndonos con más generosidad en las tareas cotidianas, amando, sirviendo y perdonando con más entusiasmo y disponibilidad”.

La sed de Dios y nuestra sed 

El evangelio del tercer domingo de Cuaresma presenta el encuentro de Jesús con la mujer samaritana (cfr. Jn 4, 5-42): “uno de los encuentros más hermosos y fascinantes” del Señor (cfr. Ángelus, 12-III-2023).

Él le pide a ella: “dame de beber”. Se trata, explica el Papa, de una “imagen de la humillación de Dios”. Jesús ha querido atarse a nuestra pobreza, a nuestra pequeñez, porque tenía y tiene sed de cada uno de nosotros. 

Con un argumento de corte agustiniano, explica Francisco: “La sed de Jesús, en efecto, no es sólo física, expresa la sed más profunda de nuestra vida: es sobre todo sed de nuestro amor. Es más que un mendigo, tiene sed de nuestro amor. Y surgirá en el momento culminante de la pasión, en la cruz; allí, antes de morir, Jesús dirá: ‘Tengo sed’ (Jn 19, 28). Esa sed de amor que lo llevó a descender, a humillarse, a ser uno de nosotros”.

Pero es el Señor el que da de beber a la samaritana. Y le habla del agua viva del Espíritu Santo, que desde la cruz derrama, junto con su sangre, desde su costado abierto (cfr. Jn 19, 34).

Eso hace también con nosotros: “Jesús, sediento de amor, apaga nuestra sed con amor. Y hace con nosotros como con la samaritana: sale a nuestro encuentro en nuestra vida cotidiana, comparte nuestra sed, nos promete el agua viva que hace brotar en nosotros la vida eterna (cfr. Jn 4, 14)”.

Todos tienen (tenemos) sed

Jesús no solo pide de beber sino que, como hace con la samaritana,“nos pide que cuidemos la sed de los demás”: nos lo dicen tantos –en la familia, en el trabajo, en los demás lugares que frecuentamos– que tienen sed de cercanía, de atención, de escucha; nos lo dicen los que tienen sed de la Palabra de Dios y necesitan encontrar en la Iglesia un oasis donde beber agua. Nos lo dice nuestra sociedad, donde dominan las prisas, las prisas por consumir y sobre todo la indiferencia, esta cultura de la indiferencia genera aridez y vacío interior. “Y no lo olvidemos”, dice Francisco, “dame de beber es el grito de tantos hermanos y hermanas que carecen de aguapara vivir, mientras seguimos contaminando y desfigurando nuestra casa común, que también, exhausta y sedienta, tiene sed”.

También nosotros como la samaritana –propone Francisco– hemos de dejar de pensar en saciar nuestra sed (material, intelectual o cultural), “sino que con la alegría de haber encontrado al Señor podremos saciar a los demás: dar sentido a la vida de los otros, no como dueños, sino como servidores de esta Palabra de Dios que nos ha saciado, que nos sacia continuamente; podremos comprender su sed y compartir el amor que Él nos dio”.

Y nos invita el Papa a preguntarnos: “¿Tengo sed de Dios, me doy cuenta de que necesito su amor como el agua para vivir? Y luego, a mí que tengo sed, ¿me preocupa la sed de los demás, la sed espiritual, la sed material?

Actitudes del corazón humano ante Jesús

En el cuarto domingo, el Evangelio muestra a Jesús que devuelve la vista a un hombre ciego de nacimiento (cfr. Jn 9, 1-41). “Pero este prodigio –observa Francisco– es acogido de mala manera por varias personas y grupos” (cfr. Ángelus, 19-III-2023). En sus actitudes se ven las actitudes fundamentales del corazón humano ante Jesús: “el corazón humano bueno, el corazón humano tibio, el corazón humano miedoso, el corazón humano valiente”. 

De un lado están los discípulos, que, ante el problema del ciego, desean buscar un culpable, en lugar de preguntarse qué deben hacer ellos mismos.

Luego están los vecinos, que se muestran escépticos: no creen que el que ahora ve sea el mismo ciego de antes. Y sus padrestampoco quieren problemas, en particular ante las autoridades religiosas. 

Todos ellos manifiestan ser “corazones cerrados ante el signo de Jesús, por diferentes motivos: porque buscan un culpable, porque no saben sorprenderse, porque no quieren cambiar, porque están bloqueados por el miedo”.

También nos pasa hoy, dice Francisco: “Ante algo que es realmente un mensaje de testimonio de una persona, un mensaje de Jesús, caemos en eso: buscamos otra explicación, no queremos cambiar, buscamos una salida más elegante que aceptar la verdad”.

Dejarse curar para ver

Y así llegamos a que el único que reacciona bien es el ciego. “Está feliz de ver, da testimonio de lo que le ha pasado del modo más sencillo: ‘Era ciego y ahora veo’. Dice la verdad”. No quiere inventar ni esconder nada, no teme el qué dirán, porque Jesús le ha dado su plena dignidad, sin pedirle ni siquiera el agradecimiento, y le ha hecho renacer.

Y esto es claro” –apunta Francisco–, “sucede siempre: cuando Jesús nos sana, nos devuelve la dignidad, la dignidad plena de la curación de Jesús, una dignidad que nace de lo más profundo del corazón, que se apodera de toda la vida”.

Como suele hacer, Francisco nos interpela sobre la misma escena: “¿Qué posición tomamos, qué hubiésemos dicho entonces? […] ¿Nos dejamos aprisionar por el miedo al qué pensará la gente? […] ¿Cómo acogemos a las personas que tienen tantas limitaciones en la vida, sean físicas, como este ciego; sean sociales, como los mendigos que encontramos en la calle? ¿Acogemos esto como una maldición o como una oportunidad para acercarnos a ellos con amor?”.

Y nos aconseja el sucesor de Pedro que pidamos “la gracia de asombrarnos cada día de los dones de Dios y de ver las diversas circunstancias de la vida, incluso las más difíciles de aceptar, como oportunidades para hacer el bien, como hizo Jesús con el ciego”.

Vocaciones

Identidad y papel del sacerdote en la Iglesia

Entrevista con monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario del Dicasterio para el Clero, sobre la identidad y el papel del sacerdote en la Iglesia.

Antonino Piccione·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira es Secretario del Dicasterio para el Clero. Nacido en Santiago de Chile el 10 de junio de 1969, fue ordenado sacerdote de la Archidiócesis Metropolitana de la ciudad el 3 de julio de 1999. Se doctoró en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana en 2006. Ha desempeñado diversos cargos pastorales en la diócesis, entre ellos el de Director de Estudios y Prefecto de Teología del Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios. El 1 de octubre de 2021 fue nombrado Secretario del Dicasterio para el Clero (del que era Oficial desde 2018), con la asignación de la Sede Arzobispal titular de Tiburnia.

En esta entrevista con Omnes, el secretario del Dicasterio para el Clero habla sobre la identidad y el papel del sacerdote, los rasgos esenciales de la vida sacerdotal y la esencia del sacerdocio que, de manera parecida a la de la Iglesia, siendo «un misterio de Dios, está profundamente arraigada en la realidad».

Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, la Iglesia católica tiene una rica tradición teológica y práctica sobre la vida y el ministerio de los sacerdotes, tradición sintetizada y revisada durante el Concilio Vaticano II, ¿cuáles son los elementos esenciales?

–Considero que uno de los puntos centrales sobre el sacerdocio es expresado en la Constitución Dogmática Lumen Gentium cuando dice “Para apacentar el Pueblo de Dios y acrecentarlo siempre, Cristo Señor instituyó en su Iglesia diversos ministerios, ordenados al bien de todo el Cuerpo. Pues los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos pertenecen al Pueblo de Dios y gozan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo libre y ordenadamente a un mismo fin, alcancen la salvación.” (LG, 18). 

En este sentido podemos decir que tanto el Concilio Vaticano II, el magisterio pontificio postconciliar, como también la relativamente reciente Ratio fundamentalis istitutionis sacerdotalis (2016) resaltan que el ministerio presbiteral se interpreta, tanto en su naturaleza específica como en sus fundamentos bíblicos y teológicos, como un servicio a la gloria de Dios y a los hermanos que han de ser acompañados y guiados en su sacerdocio bautismal.

Nunca se insistirá lo suficiente en la expresión «en el servicio». En efecto, el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común de los fieles y se completa con él en la armonía de un único pueblo sacerdotal. Por tanto, el sacerdote católico es, ante todo, no un jefe o una autoridad, sino un hermano entre los hermanos en el sacerdocio común, llamado, como todos los fieles bautizados, a dar su vida como ofrenda espiritual agradable al Padre. 

En cuanto al proceso de configuración con Cristo Cabeza, Pastor, Siervo y Esposo de la Iglesia ¿cómo se realiza? 

–Este proceso místico es un don de Dios que hunde sus raíces en la primera llamada dentro de la comunidad cristiana, y que requiere una seria formación inicial en el seminario para alcanzar su plenitud en la ordenación sacerdotal. Este proceso, al mismo tiempo, constituye un camino que debe permanecer firme a lo largo de la formación permanente. Todo don místico requiere, de hecho, la contrapartida de la práctica ascética, que es el esfuerzo humano por acoger y complacer los dones de la Gracia.

Este proceso vital y permanente de configurarse a Cristo mismo, Pastor, Cabeza, Siervo y Esposo de la Iglesia es el servicio específico que el sacerdote brinda a sus hermanos en la fe, este es el aporte esencial que el presbítero ofrece al resto del Pueblo de Dios, de modo que juntos puedan como discípulos de Cristo, perseverar en la oración y alabar a Dios (cfr. Hch 2, 42-47), ofrecerse como víctimas vivas, santas y agradables (cfr. Rm 12, 1), dar testimonio de Cristo en todas partes y, a quienes se lo piden, dar razón de la esperanza que hay en ellos de la vida eterna (cfr. 1 Pe 3, 15). 

¿Qué relevancia tiene la circunstancia de que el sacerdote sigue siendo siempre también un creyente, un hermano entre hermanos y hermanas en la fe, que está llamado con ellos, aunque de modo específico, a realizar la común vocación a la santidad y a compartir la común misión de salvación?

–A este respecto, el Papa Francisco subrayó en el simposio «por una teología fundamental del sacerdocio» que: La vida de un sacerdote es ante todo la historia de la salvación de un bautizado.  A veces olvidamos el Bautismo, y el sacerdote se convierte en una función: funcionalismo, y esto es peligroso. No debemos olvidar nunca que toda vocación específica, incluida la del Orden, es una realización del Bautismo. Es siempre una gran tentación vivir un sacerdocio sin Bautismo -y los hay, sacerdotes «sin Bautismo»-, es decir, sin el recuerdo de que nuestra primera llamada es a la santidad. Ser santos significa conformarnos a Jesús y dejar que nuestra vida palpite con sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2, 15). Sólo cuando intentamos amar como Jesús amó, hacemos también visible a Dios y realizamos así nuestra vocación a la santidad (17 de febrero de 2022). 

San Agustín lo expresa con palabras insuperables al referirse al ministerio del obispo, que tiene la plenitud del orden sacerdotal: Si me aterra ser para vosotros, me consuela ser con vosotros. Porque para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano. Ese es el nombre del oficio, esta gracia; ese es el nombre del peligro, este de la salvación. 

¿Podemos profundizar en algunos rasgos esenciales de la vida sacerdotal para una correcta interpretación del papel del sacerdote en la Iglesia? Su naturaleza de discípulo-misionero; su estatuto en el mundo; el triple ministerio, etc.

–Primero, como ya se ha dicho, todo sacerdote pertenece al pueblo de Dios y ha recibido el ministerio sacerdotal para ser ‘siervo’ del rebaño: este concepto no se afirma en sentido negativo, sino positivo, pues conlleva ‘el gusto espiritual de ser pueblo’, como subraya el Papa Francisco en el párrafo homónimo de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (2013), pues es un valor válido para todos los fieles y discípulos que anuncian el Evangelio, y especialmente para los sacerdotes: Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo (n. 268).  

En efecto, para ser un auténtico servidor -ministro- sacramentalmente configurado con Cristo Buen Pastor, es necesario que el sacerdote se sienta parte de ese pueblo al que pretende entregar su vida, experimente, así, la alegría de caminar junto a él, ame a cada miembro del rebaño que el Señor Jesús le ha confiado y utilice todos los medios necesarios para responder a su vocación. 

En segundo lugar, el del sacerdote es también un ministerio comunitario: en el título del decreto conciliar sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum Ordinis -el orden de los presbíteros-, la palabra Presbyterorum está en plural, significando un misterio marcado por la colegialidad, es decir, por una misión confiada a una comunidad estable, en la que las relaciones son fraternas y siempre inspiradas por la comunión trinitaria.

De hecho, «La palabra Orden, en la antigüedad romana, designaba grupos constituidos en sentido civil, especialmente con referencia a los que gobiernan. «Ordinatio» -ordenación- indica la incorporación a un «ordo» -orden-» (CEC, 1537). La exhortación Pastores dabo vobis profundizó particularmente en este punto, afirmando la forma radicalmente comunitaria del ministerio ordenado: El ministerio ordenado, en virtud de su propia naturaleza, sólo puede realizarse en la medida en que el presbítero está unido a Cristo por la incorporación sacramental al orden presbiteral, y por tanto en la medida en que está en comunión jerárquica con su obispo. 

En tercer lugar, Presbyterorum Ordinis subraya el carácter sacramental del ministerio sacerdotal, pero es interesante que interprete este hecho objetivo como un camino de configuración con Cristo sacerdote. La configuración se entiende ontológica pero también espiritualmente, en sentido sacramental pero también humano, profundamente personal pero destinada al bien del pueblo de Dios, conferida mediante el sacramento del Orden pero en continuo desarrollo hacia la santidad sacerdotal. Esto explica que la formación sacerdotal contenga un dinamismo continuo, el del discípulo llamado a ser pastor (cfr. RFIS, 80). 

El cuarto aspecto esencial es el estatuto del sacerdote en el mundo. A este respecto, el decreto Presbyterorum Ordinis alcanza su punto culminante cuando habla de la vida espiritual del sacerdote, que a mi parecer puede resumirse en las palabras: «Ungido por el Espíritu Santo para el mundo y no fuera del mundo». La esencia del sacerdote es como la de la Iglesia, que, aunque es un misterio de Dios, está profundamente arraigada en la realidad. En referencia a los sacerdotes, Presbyterorum Ordinis afirma: No podrían ser ministros de Cristo si no fueran testigos y dispensadores de una vida distinta de la terrena; pero, por otra parte, tampoco podrían servir a los hombres si estuvieran alejados de su vida y de su ambiente (n. 3). 

La idea de ser ungido para el mundo y no fuera del mundo exige del sacerdote ciertas actitudes fundamentales que favorezcan el diálogo con la realidad a través de un lenguaje que asegure la eficacia del anuncio. Por tanto, no puede evitar enfrentarse al reto, por ejemplo, de hacer accesibles a la gente los conceptos filosóficos y teológicos adquiridos durante su formación; o de utilizar las redes sociales para la evangelización.  ¿Es así?

–Es indispensable una formación permanente, no sólo teórica, sino también práctica y pedagógica. Otro reto importante es que los sacerdotes vivan su ser en el mundo con serenidad, en sencillez, pobreza evangélica y castidad coherentes con el don del celibato que han recibido del Señor, huyendo de un estilo de vida cómodo, consumista y hedonista como el que domina el mundo actual. En este sentido su vida tendría que ser su principal lenguaje y medio de comunicación para transmitir a Cristo.

Como es sabido, el decreto conciliar Presbyterorum Ordinis utiliza el esquema tripartito del ministerio sacerdotal para explicar la misión evangélica del sacerdote: ministro de la Palabra (OP, 4), ministro de los Sacramentos -cuya cumbre es la Eucaristía (OP, 5)- y ministro del Pueblo de Dios (OP, 6). Esta estructura ilustra claramente la amplitud del ministerio sacerdotal. El sacerdote no es un mero dispensador de culto, sino que también tiene la responsabilidad pastoral de guiar a la comunidad confiada a su cuidado. El sacerdote es responsable de conducir a su rebaño a pastos verdes y seguros. Debe conducirlo hacia lo bueno, lo verdadero y lo justo, todos signos del Reino de Dios, incluso a aquellas ovejas que no son de su redil. No debe olvidar que la promoción humana y la cultura cristiana son parte integrante de la evangelización. 

El Papa Francisco indica las cuatro proximidades que todo sacerdote debe vivir y cultivar para crecer cada vez más maduro en su vida y ministerio sacerdotal: la cercanía con Dios, con su propio obispo, con sus hermanos sacerdotes y con el pueblo santo de Dios. ¿Puede ayudarnos a comprender mejor la importancia de cada una de estas relaciones que ayudan a definir el paradigma sacerdotal?

–Respecto a la primera cercanía su necesidad en todo cristiano y particularmente para la vocación de un sacerdote es evidente, el Señor lo expresó con fuerza a través de la imagen de la vid y el sarmiento “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Pienso que todos tenemos la experiencia de conocer algún sacerdote que, por medio de sus expresiones, su determinación, su testimonio de oración, su ternura, a través de su celo apostólico y tantos otros gestos, logra reflejar que tiene a Dios, o mejor, que se deja tener por Dios. Los sacerdotes así son testigos de la alegría del Evangelio. 

En relación a las otras tres cercanías, pienso que la explicación de la terminología nos puede ayudar a tener una mejor comprensión. La comunión jerárquica exige que mostremos respeto y obediencia -que no es sumisión servil- al Ordinario y a sus sucesores, como se prometió el día de la ordenación. La obediencia no es un atributo disciplinar, sino la característica más fuerte de los lazos que nos unen en comunión. La obediencia, en este caso al obispo, significa aprender a escuchar y recordar que nadie puede pretender ser el poseedor de la voluntad de Dios, y que ésta sólo puede ser comprendida a través del discernimiento. 

Además, la relación entre sacerdotes, especialmente entre miembros del mismo presbiterio, está llamada a ser fraterna. La razón de esta relación fraterna se basa en la común ordenación y en la común misión, de la que, unidos y bajo la guía de su obispo, todos son corresponsables. Esta relación fraterna constituye la condición fundamental para la formación permanente de los presbíteros en las cuatro dimensiones de la formación (cfr. RFIS, 87-88). El aprecio del don sacerdotal se manifiesta de dos maneras: por una parte, cultivando la dimensión humana, espiritual, pastoral e intelectual de la propia vocación; por otra, preocupándose por el bien de los hermanos sacerdotes con sentido de corresponsabilidad. La corresponsabilidad en la misión confiada al sacerdote se concreta también en el apoyo mutuo y en la docilidad para recibir y ofrecer la corrección fraterna. 

En cuanto a la cuarta cercanía, como ya mencionamos reiteradamente, en virtud de su misión apostólica, el sacerdote está llamado también a establecer una relación fraterna con los fieles laicos. Debe abrazar a la comunidad a la que es enviado y colaborar con ella: participando y compartiendo la misión con los diáconos y los ministros laicos instituidos (acólitos, lectores, catequistas, etc.), así como con las personas consagradas y los laicos que, en virtud de sus carismas, aportan valiosas contribuciones a la edificación de la comunidad eclesial, a la promoción humana y a la cultura cristiana. Además, la fraternidad apostólica tiene dos aspectos: por una parte, el pastor cuida de su rebaño y, por otra, el rebaño cuida de su pastor.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Papa Francisco recibe el alta médica

El sábado 1 de abril, por la mañana, el Papa Francisco recibió el alta médica después de pasar tres noches ingresado en el hospital Policlínico Gemelli en Roma.

Paloma López Campos·1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
El Papa Francisco visita a los niños ingresados en el hospital (CNS/Oficina de Prensa de la Santa Sede)

El Papa Francisco vuelve al Vaticano. Tras pasar tres noches ingresado en el hospital Policlínico Gemelli, Francisco recibió el alta el sábado 1 de abril por la mañana. Antes de regresar a Santa Marta, el Papa estuvo un tiempo respondiendo a las preguntas de los periodistas y aprovechó la ocasión para agradecer las oraciones por su salud.

La breve estancia del Santo Padre en el hospital no detuvo el ritmo de su agenda. Aprovechando que estaba en la clínica, Francisco visitó a los niños ingresados de la unidad de oncología pediátrica y a otros enfermos que estaban ingresados. También bautizó a un niño, estuvo leyendo y recibió la Eucaristía. Los comunicados a la prensa de estos días afirmaban que seguía trabajando desde su habitación.

La gran pregunta ahora está relacionada con los actos de Semana Santa. Si bien desde la Santa Sede no han confirmado nada, lo más probable es que el Papa Francisco presida la Misa del Domingo de Ramos mañana en la plaza de san Pedro.

Libros

«El Cantar de Liébana», el mundo de los beatos

Esta es la recomendación de lectura de la quinta novela de José María Pérez González, conocido como Peridis. Su nuevo título se llama "El cantar de Liébana".

Yolanda Cagigas·1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

José María Pérez González, más conocido como Peridis, es arquitecto, dibujante, divulgador del patrimonio cultural y escritor. Además de las viñetas que publica en “El País desde la fundación de este periódico, es colaborador en el programa “Aquí la Tierra” de TVE y en “A vivir que son dos días” de la Cadena Ser. También en TVE dirigió y presentó el documental «Las claves del románico”.

Cantar de Liébana” es su quinta novela. “En 2014 obtuvo el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio con “Esperando al rey”. En 2016 publicó “La maldición de la reina Leonor y en 2018 culminó su “Trilogía de la Reconquista con “La reina sin reino”. En 2020 recibió el Premio Primavera de novela por “El corazón con que vivo”

El germen de esta nueva novela fue el pregón de la ceremonia de apertura del año santo lebaniego de 2017 que Peridis pronunció. A ello fue invitado, no sólo por su conocimiento de la Edad Media, sino por su origen lebaniego. El autor nació en Cabezón de Liébana, dónde vivió sus tres primeros años y muchos de sus veranos, vacaciones “que se acababan el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz. Ese día se subía a Santo Toribio en romería para adorar el lignum crucis, besando arrodillados el más grande fragmento de la cruz de Cristo”.

Peridis pretende “hacer realidad la máxima de enseñar deleitando”, y lo que nos quiere mostrar es el mundo de los beatos. Para Humberto Eco, “los beatos son las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental”. Una muestra de su importancia es que, en abril de 2016, el “Beato de Valcavado” fue seleccionado como una de las quince obras artísticas más importantes de España por el proyecto Europeana.

Una trama en España

En el siglo VIII, Elipando, arzobispo de Toledo, entonces bajo dominio del Emirato de Córdoba, defendió y propagó la herejía del adopcionismo, que negaba la naturaleza divina de Jesucristo.

Beato era un sacerdote sabio que, huyendo de Elipando, se refugió en los Picos de Europa en el antiguo monasterio de San Marín de Turieno (hoy Santo Toribio de Liébana), donde emprendió la lucha contra la herejía del arzobispo de Toledo y sus seguidores. Para hacerlo, se dedicó a escribir una obra ilustrada y con comentarios de los Padres de la Iglesia, denominada “Comentarios del Apocalipsis”.

Esta obra adquirió fama ya en vida de Beato, por lo que comenzaron a realizarse copias de los “Comentarios”, primero en el scriptorium lebaniego y luego en los de diversos monasterios; de hecho, “después de la Biblia el de Beato es el libro más copiado en toda la Edad Media”. Todas esas copias se denominan beatos y se conservan treinta y uno en todo el mundo. 

En un momento dado, los personajes de esta novela de Peridis visitan la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valladolid en el Palacio Santa Cruz, donde se conserva el “Beato de Valcavado”, uno de los más ricos y completos ejemplares de los beatos. Se trata de un códice de estilo mozárabe, hecho en pergamino, con 87 miniaturas de coloraciones muy intensas.

Presente y pasado

En la novela, el autor entrelaza la historia y vicisitudes de Beato en su tiempo, con la vida -en nuestros días- de Eulalia, una sexagenaria, viuda reciente que goza de una buena posición, que para rellenar el vacío de sus días se apunta en la Universidad de Valladolid a un seminario sobre los beatos. Allí conocerá a la simpática Tiqui, una joven alternativa y al excéntrico Don Crisógono, el profesor que transmite su sabiduría con pasión y que reta a sus alumnos a que visiten Cantabria y descubran algún beato.

Con una escritura muy cuidada y con unas simpáticas ilustraciones, Peridis logra sus deseos: “hacer realidad la máxima de enseñar deleitando”. Convencido de que “la ficción, cuando se aproxima desde los documentos y los hechos a los lugares, es el género que mejor nos permite acercarnos a los personajes y sus circunstancias, nos hace sentirnos identificados con ellos y vivir sus vidas como si fuera la nuestra”

El autor realiza un homenaje a Beato, a la época y a los paisajes cántabros, pocos meses antes de que el 16 de abril de 2023 comience el 74º año jubilar lebaniego.

El autorYolanda Cagigas

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El mejor plan de Semana Santa

Disfrutar junto a la comunidad cristiana de la Semana Santa es ese sitio secreto que no te cuentan las guías turísticas, ese lugar escondido que no sale en las cuentas de las instagramers más famosas.

1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Llega la Semana Santa y, a pesar de la crisis financiera, la inflación y la tensión internacional, el sector hotelero se frota las manos ante el esperado lleno que se augura. Son muchos millones los que viven con pasión la Semana Santa, y otros muchos los que viven “de” la Semana Santa. Estos días en que los cristianos celebramos los misterios centrales de nuestra fe son aprovechados por un sector tan importante como el hostelero para hacer caja y revitalizar así la tan maltrecha economía. 

Hoteles, medios de transporte, restaurantes, terrazas y bares ajustan su oferta a la alta demanda ofreciendo una amplia selección de sus servicios para la que se prevé como la Semana Santa más cara de toda la historia. Ojalá esto se traduzca también en más puestos de trabajo y en mejores condiciones para los empleados y proveedores. 

Son muchas las recomendaciones que estos días publica la prensa y comparten los influencers: lugares de ensueño, ofertas increíbles, chollos espectaculares… También yo tengo mi particular recomendación para esta Semana Santa: se trata del destino más acogedor, que cuenta con el mejor ambiente, con la mejor de las comidas y con el precio más económico que se puede encontrar en el mercado. Y, lo más importante: cada año salgo más satisfecho y con mayor sensación de descanso, alegría y gozo. Se trata, cómo no, de la Iglesia.

Disfrutar junto a la comunidad cristiana de la Semana Santa es ese sitio secreto que no te cuentan las guías turísticas, ese lugar escondido que no sale en las cuentas de las instagramers más famosas.

Mientras la mayoría disfruta de los días de descanso, de la gastronomía, del sol, de las playas o de la oferta cultural que son también nuestras manifestaciones públicas de fe, los cristianos celebramos e invitamos a todos a celebrar con nosotros, unos acontecimientos trascendentales que, bien vividos, nos pueden cambiar la vida. Comenzando por el Domingo de Ramos en el que, tras una manifestación gozosa al grito de “Hosanna, Bendito el que viene en nombre del Señor”, proclamamos de forma solemne la pasión y muerte del Señor. Este día hacemos presente nuestras contradicciones: decimos querer a Dios, pero a la hora de la verdad, no nos interesa su propuesta. 

El Triduo Pascual

Será todavía tiempo de Cuaresma (pues esta no finaliza hasta el Jueves Santo), un tiempo de penitencia que sirve precisamente para eso, para darnos cuenta de nuestra debilidad, de nuestra falta de fe, de nuestra necesidad de ser redimidos para poder así anhelar la salvación que se hará efectiva en los días grandes. Como el aperitivo en esa terraza soleada nos prepara para el mejor almuerzo, el Domingo de Ramos nos pone a tiro el Triduo Pascual. 

El Jueves Santo, primer día del Triduo, llega el mejor de los menús degustación. Ningún estrella Michelín, por muy saludable que sea su carta, ofrece un alimento que dé la vida eterna. Y en este día nos lo preparan en directo, delante de nuestros ojos en la Misa “in coena domini”. 

Pan y vino del cielo que nos llevan a amar y a servir. Pocos pueblos o rincones turísticos pueden presumir de ser tan acogedores como la comunidad cristiana. En este Día del Amor Fraterno nos acordamos de los millones de personas a quienes la Iglesia presta su ayuda: inmigrantes, personas en riesgo de exclusión, mayores, mujeres solas, niños… Y nos sentimos especialmente unidos a nuestros hermanos de comunidad parroquial, de movimiento, de cofradía o hermandad, porque si hay un pueblo donde los visitantes pueden sentirse como en casa ese es el Pueblo Santo de Dios.

Por otra parte, ningún spa ni tumbona en la playa puede proporcionarnos el descanso que nos ofrece el Viernes Santo. Son muchas las cargas que acumulamos en nuestra vida, las cruces que nos han tocado llevar: enfermedades, problemas familiares, pérdidas de seres queridos, incertidumbres económicas… En los oficios del Viernes Santo dejamos nuestra pesada mochila a los pies del Calvario. Saberse acompañado en el sufrimiento por el mismo Dios y por su madre, la Virgen, es un consuelo incomparable. 

Y tras el esperanzado paréntesis del Sábado Santo, la gran Vigilia Pascual, la noche que da sentido a nuestra vida. El gran fin de fiesta donde celebramos que Dios es fiel a sus promesas y nos libra de la esclavitud del faraón, de la muerte que nos acecha. ¿Habrá mayor alegría? Y lo mejor de todo: ¡de forma absolutamente gratis! Dios no pide nada a cambio, no necesita nuestro esfuerzo, ni nuestras buenas obras. Se da por puro amor a cada uno de nosotros. No hay mejor final para una semana de ensueño: sentirse querido hasta lo más profundo de tu ser, hasta lo más oscuro de tu debilidad.

En la casa de Dios

En esta santa semana, Dios nos invita de nuevo a disfrutar en su casa de todos sus dones: del mejor aperitivo, de la mejor de las comidas, de la mejor compañía, del mejor descanso y de la mejor de las fiestas y todo ello sin pagar. Es el “simpa” del que ya nos habló Isaías cuando cantaba: 

«Oíd, sedientos todos, acudid por agua; venid, también los que no tenéis dinero: comprad trigo y comed, venid y comprad, sin dinero y de balde, vino y leche. ¿Por qué gastar dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?».

Feliz Semana Santa.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Vaticano

El Papa estará en San Pedro el Domingo de Ramos

El Papa Francisco abandonará en las próximas horas el hospital Gemelli, en el que ha permanecido dos noches por una infección respiratoria y celebrará el Domingo de Ramos en San Pedro.

Maria José Atienza·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha confirmado que el Pontífice, que saldrá mañana de Hospital Universitario Gemelli, acudirá a la celebración del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro.

El ingreso del Santo Padre, que se produjo la tarde del miércoles tras sufrir diversas dificultades respiratorias, parece ser más corto de lo que se esperaba.

El parte ofrecido la mañana del viernes 31 de marzo por el director de la Sala Stampa, Mateo Bruni destacaba la progresiva mejoría del Santo Padre que había vuelto a trabajar aún estando hospitalizado.

La buena respuesta del Papa al tratamiento antibiótico que le pusieron para tratar la bronquitis de base infecciosa ha sido clave para su escaso tiempo de hospitalización. Está previsto que el Papa regrese a Santa Marta en las próximas horas tras los últimos chequeos.

Es previsible además que, a lo largo de las horas siguientes, la Santa Sede notifique las actividades del Santo Padre en los próximos días. Su agenda, tras el ingreso, había sido despejada hasta conocer la evolución de su estado de salud.

América Latina

Semana de la vida en la Diócesis de León, Nicaragua

Del 18 al 25 de marzo se desarrolló en Nicaragua la Semana de la Vida del año 2023. Esta iniciativa nació con el fin de animar la promoción de la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

Néstor Esaú Velásquez·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Del 18 al 25 de marzo se desarrolló en la diócesis de León, Nicaragua la Semana de la Vida del año 2023. Esta iniciativa nació hace varios años, con el fin de animar la promoción de la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Está animada por la pastoral familiar de la diócesis de León y su ministerio en defensa de la vida.

Durante la semana se desarrollaron diferentes iniciativas, desde la formación de docentes de la asignatura de educación en la fe con la pastoral educativa, la presentación de catequesis dirigidas para niños, jóvenes, padres de familia y docentes; la presentación de material audiovisual Provida, visita de colegios, conversaciones, programas en radio y televisión, rezo del Santo Rosario…

Diócesis de León

De forma especial, en la diócesis de León se ofreció el jueves 23 de marzo para realizar en las parroquias una Hora Santa por la Vida, orando al Dios de la Vida que acompañe los esfuerzos por defender la vida humana. De igual modo el día viernes 24 de marzo se ofreció en las parroquias de la diócesis el ejercicio piadoso del Viacrucis.

En la diócesis de León existe desde el año 2009 el ministerio en defensa de la vida que se dedica al trabajo en favor de esta, sobre todo acompañando a madres que se sienten presionadas o tienen la intención de abortar. Hasta la fecha han podido salvar del aborto a más de 400 niños. 

Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de la Diócesis de León, (Nicaragua) en un mensaje a la pastoral familiar de la diócesis señaló: “Una de nuestras misiones como iglesia es promover esa vida por la cual nuestro Señor Jesucristo dio la suya. Él dijo: ‘Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia’. Quiso abandonar el cielo, encarnarse, morir para vencer la muerte y que tengamos vida… Los cristianos, los católicos, las familias buenas que creemos en nuestro Señor Jesucristo no podemos bajar la guardia, debemos seguir trabajando para decirle SÍ A LA VIDA, no solo desde el punto de vista conceptual, sino existencial, crear una cultura que nos permita cada vez más el respeto de la vida, desde la concepción, hasta la muerte natural”.

La semana de la vida de este año 2023, concluyó el día 25 de marzo en la catedral de León, con la Santa Eucaristía presidida por el Padre Marcos Francisco Díaz Prado, animador diocesano de la pastoral familiar.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Cultura

El martirio de san Andrés de Pedro Pablo Rubens

Un acercamiento artístico al cuadro del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens "El martirio de san Andrés" que se conserva actualmente en la Fundación Carlos de Amberes, en Madrid.

Andrés Iráizoz·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El martirio de San Andrés, de Pedro Pablo Rubens fue encargado al pintor por Jan van Vucht, un flamenco que residía en Madrid y a su muerte en 1639 legó el cuadro al Hospital de San Andrés de los Flamencos, ahora Fundación Carlos de Amberes, fundado en 1594 por Carlos de Amberes.

Carlos de Amberes el cual donó sus bienes para que se construyera un hospital que sirviera de hospedaje a los pobres y peregrinos procedentes de los Países Bajos. En 1617 se fundó el hospital e iglesia bajo la advocación de San Andrés, patrón de Borgoña y que contó con la protección real desde el siglo XVII.

Al suprimirse el hospital en 1844, el lienzo fue depositado en el Monasterio de El Escorial y también en la Real Fábrica de Tapices, y en 1891, tras la renovación del hospital, fue colocado nuevamente en la nueva capilla; tiempo después fue objeto de compra y venta, sobrevivió a la Guerra Civil y en 1978 ingresó temporalmente en el Museo del Prado y desde 1989 se encuentra en la Fundación Carlos de Amberes.

La primera vez que estuvo en un museo de Hispanoamérica fue en 2019, en el Museo Nacional del Barroco de Puebla de Zaragoza (México).

Fue expuesto en el Museo Nacional de Arte de México con el objeto de mostrar la influencia de Rubens en artistas de la Nueva España como José Juárez y Cristóbal de Villalpando.

El Martirio de san Andrés. Pedro Pablo Rubens
El Martirio de san Andrés. Pedro Pablo Rubens

Antecedentes artísticos: Van Veen y Rubens

Recogemos aquí la aportación de Inmaculada Rodríguez Moya en el volumen Otto van Veen: Inventor y pintor, entre la erudición y la devoción: “A finales del año 1594, Van Veen recibe el encargo de ejecutar un nuevo retablo en San Andrés de Amberes con la temática del martirio del santo.

En esa época, predominó el gusto hacia la representación de martirios en Amberes, después del restablecimiento del catolicismo por parte de Alejandro Farnese. Anteriormente ya existían imágenes de mártires, si bien a partir de ese momento se multiplicaron con un tono declamatorio y monumental y expresiones enfatizadas de instrumentos de tortura y composiciones llenas de figuras y actividad, de lo cual es un ejemplo el retablo de Van Veen. Se pretendía así dar modelos de imitación de la fortaleza y coraje que los verdaderos cristianos debían demostrar en tiempos de persecución.

El retablo representó la crucifixión del santo en una tabla principal sin alas y en la predela, escenas de la vocación de los apóstoles y de Cristo con el orbe.

El artista ha situado en primer plano a una serie de personajes: mujeres llorosas y niños, al gobernador romano a caballo y los soldados que crucifican al santo. En el plano medio, pero en la parte superior del lienzo, es decir, ya en la Gloria celeste, se sitúa la cruz aspada con el santo, cuyo cuerpo coincide totalmente con la posición del madero, presentándose de frente al espectador. Le rodean angelotes, con la palma, la rama de olivo y la corona de mártir. Al fondo vemos un templete circular y una puerta, sirviendo la grisalla para situar las luces de la escena.

En 1.596 Van Veen ejecuta el modelo sobre lienzo siguiendo la composición del boceto, complicando la composición al incorporar más personajes y mayor abigarramiento. Modifica las luces, dejando en penumbra a los soldados que sostienen la cruz, para resaltar las figuras de las mujeres, y al gobernador en primer plano. Ilumina más el fondo resaltando a contraluz estas figuras del medio plano y creando un efecto de profundidad mayor.

En una última etapa, en la tabla, se comprueba la maestría de Van Veen en el tratamiento de los claroscuros y el color, y el clasicismo predominante en la obra. La tabla, de gran tamaño, enfatiza el aislamiento de San Andrés con respecto a la mitad, simbolizando su ascensión a la Gloria por su situación superior por la luz dorada que emerge tras él, por su estoica serenidad y la  de los ángeles con las coronas y la palma, y ayudando uno de ellos al soldado a clavar la lanza en el santo. Luz y colorido con rasgos y gestos de las mujeres llorosas y los indiferentes soldados, permiten crear el efecto devocional buscado. La arquitectura del plano del fondo -templo circular y puerta triunfal- se resalta aún más, creando un efecto fantasmagórico y contribuyendo a subrayar lo extraordinario de la escena. La tabla pretende mostrarnos la glorificación heroica del mártir con la clara finalidad de despertar la fe militante de los devotos.

Van Veen pretendió destacar la crucifixión como una escena que causara impresión y sobrecogiera al espectador por su tamaño.

Similar intención tuvo Rubens en el martirio de San Andrés (1639), obra de su etapa final en la que se inspiraría en la composición de su maestro. Rubens crea un efecto aún más estremecedor que Van Veen, acentuando las diagonales de la composición, estructurada sobre la propia cruz, que ocupa todo el espacio pictórico y situando a pocos personajes en primer plano (el gobernador a caballo y las mujeres llorosas en el mismo lado que en la tabla, los angelotes con los símbolos de su gloria y los soldados musculosos sosteniendo la cruz), quedando la multitud en una línea de fondo muy inferior, si bien el efecto de superioridad espiritual del santo y el efecto de luces y sombras buscado por Rubens es muy similar y aún más espectacular que el de su maestro».

Misión y muerte de san Andrés

San Andrés, segundo de los apóstoles, lleva un nombre griego que, según Benedicto XVI, es signo de una cierta apertura cultural de su familia.

Fruto de su primer celo apostólico, fue su conquista proselitista de Simón Pedro. Intercedió por los paganos antes de que llegara el tiempo de estos, al hacer de intérprete, a un pequeño grupo de griegos, de la profecía sobre la extensión del Evangelio a aquellos.

“Andrés convirtió a muchos a Cristo con su predicación y con innumerables milagros”, y en una de las lecciones aplica a Andrés las palabras de la Carta a los Romanos: “Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo. ¿Cómo habrán de invocar -judíos y paganos- a Aquel en quien no creen? ¿Y cómo creerán en Aquel de quién no oyeron nada? ¿Y cómo oirán sin quien les predique?… Y yo pregunto: ¿Es que todavía no oyeron nada? Pero si a toda la tierra salió su voz y sus palabras llegaron a los confines de la tierra”, proclama el breviario en su fiesta.

Los bárbaros en sus tierras fueron destinatarios de su mensaje evangélico, probablemente con el mismo Pedro. Eusebio, padre de la Iglesia, le sitúa apostólicamente en la salvaje Escitia, al sur de la Rusia actual o en sus regiones fronterizas como Bitinia, El Ponto y, sobre todo, Sínope, al sur y oeste del Mar Negro.

Otras fuentes señalan como tierra de su misión la Lidia, el Kurdistán y la Armenia, y en una segunda etapa pudo bajar de Bitinia a Tracia, Macedonia y Grecia hasta la Acaya, en el actual Peloponeso.

Allí en Grecia, en Patrás, encontró el final de su obra apostólica. Según una “Enciclica de los presbíteros y diáconos de Acaya sobre el martirio de san Andrés”, después de haber predicado el evangelio como obispo de Patrás, en Acaya, fue condenado a morir en la cruz por el prefecto Egeas, cuya esposa fue convertida por el santo junto a gran parte de la población.

El suceso fue de la siguiente forma: Egeas descubrió la conversión y, furioso, quiso obligar a los cristianos a que ofrecieran sacrificios a los ídolos. San Andrés intentó que desistiera en su empeño, pero el procónsul ordenó que lo encarcelaran. No fue clavado, sino que tras su flagelación fue amarrado a la cruz, para que tardara más en morir y así prolongar su sufrimiento.

El pueblo suplicaba el perdón del reo. Millares de personas pedían que se le librara del tormento, incluso el hermano del prefecto se unió a las súplicas, aunque todo fue en vano. Durante los dos días de sufrimiento no dejó de predicar, haciendo concurrir a muchas personas, que acudían a escucharle.

La multitud no tardó en amotinarse contra Egeas quien, contra tales amenazas, trató de liberarle. Sin embargo, san Andrés decía: “¿A qué vienes? {…} Yo no bajaré vivo de aquí; ya veo a mi Rey que me está esperando”.

Trató de desatarlo, pero este se lo impidió rezando la oración que comenzaba así: “No permitas, Señor, que me bajen vivo de aquí. Ya es hora de que mi cuerpo sea entregado a la tierra”. Al decir estas palabras, san Andrés quedó envuelto por una luz venida del cielo y acto seguido, el apóstol murió. Una samaritana recogió su cadáver tras su muerte. Sus reliquias fueron llevadas a Bizancio y la cabeza trasladada a Roma, donde descansan ahora los dos hermanos.

No se conoce el año de la muerte de san Andrés, aunque se sospecha que, al tiempo del tránsito de la Virgen María, Andrés ya había muerto.

La citada encíclica del clero de Acaya describe la muerte del apóstol con vivos colores: “Cuando Andrés llegó al lugar del martirio exclamó a la vista de la cruz: ¡Oh, cruz santa, que fuiste adornada con los miembros del Señor! ¡Cruz largamente deseada, profundamente amada, constantemente buscada y al fin preparada para mi alma! ¡Recógeme de entre los hombres y llévame a mi Maestro! ¡Por ti me reciba quien por ti me redimió!”.

El Bautista exclamó junto al Jordán ante su discípulo Andrés: “¡He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo!” Y el Señor, días antes de su muerte, respondió a una pregunta de Andrés con la sentencia: “El grano de trigo ha de morir para producir fruto”. El sacrificio del Señor lo llevaba Andrés más metido en el alma que todos los demás apóstoles, más aún que su propio hermano Simón, que no pudo reprimir su protesta ante la predicción de la cruz. Andrés saludó a la cruz con un jubiloso: “¡Salve, Crux!”.  Aquel sí a la cruz, tan dulce y enérgico, es la más alta hazaña. Quien saluda a su cruz con un ¡salve! Ha de ser “Andrés”, es decir, varonil.

La cruz en que murió Andrés era en aspa, la llamada cruz de san Andrés, en forma de X. “X” mayúscula es también la inicial griega del nombre de Cristo; quien viva unido a la X -a la cruz- vivirá unido a Cristo y viceversa. El mismo Señor advierte: “Quien quiera ser mi discípulo, tome sobre sí mi cruz.” Esta ha sido escogida para darnos la más profunda semejanza con Cristo y, como hermosamente pedía San Andrés, “para llevarnos al Maestro”.

El autorAndrés Iráizoz

Arquitecto.

Recursos

Riquezas del Misal romano: los domingos de Cuaresma (VI)

Con este último análisis de la oración colecta del domingo de Ramos finaliza la serie que nos permite asomarnos a la riqueza del Misal romano.

Carlos Guillén·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Con el domingo de Ramos de la Pasión del Señor llegamos al final de nuestro recorrido. Estamos en el pórtico de la Semana Santa. La Iglesia conmemora con la procesión de ramos la entrada de Jesús en Jerusalén. Paradójicamente será aclamado como Rey y Mesías para luego ser condenado a muerte de Cruz.

Como afirmó Benedicto XVI al celebrar este día: “En la procesión del domingo de Ramos nos unimos a la multitud de los discípulos que, con gran alegría, acompañan al Señor en su entrada en Jerusalén”. “Esta alegría del inicio es también expresión de nuestro «sí» a Jesús y de nuestra disponibilidad a ir con él a dondequiera que nos lleve”. Además “quiere ser imagen de algo más profundo, imagen del hecho que, junto con Jesús, comenzamos la peregrinación: por el camino elevado hacia el Dios vivo”.

Una vez que ha tenido lugar la procesión con los ramos y la entrada solemne en el templo, la Colecta abre directamente la celebración eucarística. Esta oración, de estructura sencilla pero notoriamente larga, ha pasado prácticamente inalterada a través de los siglos hasta el Misal de Pablo VI.  Su redactor anónimo podría haberse inspirado algunos textos de san Agustín donde términos como exémplum, documéntum y humílitas aparecen también relacionados.

Dios todopoderoso y eterno, que hiciste que nuestro Salvador se encarnase y soportara la Cruz para que imitemos su ejemplo de humildad, concédenos, propicio, aprender las enseñanzas de la pasión y participar de la resurrección gloriosa.Omnípotens sempitérne Deus, qui humano géneri, ad imitándum humilitátis exémplum, Salvatórem Nostrum carnem súmere, et crucem subíre fecísti, concéde propítius,ut et patiéntiae ipsíus habére documéntaet resurrectiónis consórtia mereámur.

El amor todopoderoso del Padre 

La invocación Omnípotens sempitérne Deus, como tal, se repite en 14 colectas dominicales. Pero el recurso a la omnipotencia divina aparecerá varios cientos de veces en el Misal, siendo uno de los atributos de Dios más mencionados. Aunque pertenece por igual a las tres Personas divinas, en el Gloria, en el Credo y en muchos prefacios la omnipotencia se suele referir especialmente al Padre. Como explica el Catecismo, “Dios es el Padre todopoderoso. Su paternidad y su poder se esclarecen mutuamente. Muestra, en efecto, su omnipotencia paternal por la manera como cuida de nuestras necesidades; por la adopción filial que nos da; finalmente, por su misericordia infinita, pues muestra su poder en el más alto grado perdonando libremente los pecados” (n. 270).

El Padre perdona nuestros pecados enviándonos a su Unigénito. La anámnesis nos recuerda dos momentos cumbre de la existencia de nuestro Salvador: tomar nuestra carne (carnem súmere) y sufrir la Cruz (crucem subíre), la Encarnación y la Pasión. Dos momentos estrechamente relacionados entre sí y con nuestra salvación. Explícitamente afirmamos en nuestra plegaria que Cristo realiza todo en favor del género humano y luego lo volveremos a profesar solemnemente en el Credo: “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. 

El ejemplo de humildad del Hijo

La Redención es objetiva y universal, pero requiere ser acogida por cada uno. La manera de hacerlo es imitar a Jesús, que abraza libremente y hasta el extremo la humillación. De ahí la importancia de que aprendamos las enseñanzas (documenta) de su Pasión, como pedimos en la oración.  Como decía santo Tomás de Aquino: “La pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida, pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes”. Así, el pecado de soberbia del viejo Adán queda sanado en el amor, la obediencia, la paciencia y la humildad de Cristo, nuevo Adán. La Colecta del Domingo de Ramos concluye pidiendo nuestra participación en la resurrección gloriosa (con-sors significa correr la misma suerte, el mismo destino), punto culminante del todo el año litúrgico. Es san Pablo quien enseña que a través del bautismo morimos con Cristo y somos sepultados con Él, para resucitar con Él a la vida nueva, propia de quienes han muerto al pecado y viven ahora para Dios (cfr. Rm 6, 3-11). Y así terminamos nuestro itinerario cuaresmal, preparados ya para participar en la celebración pascual de esta vida nueva que nos ha sido dada por Cristo, con Él y en Él.

El autorCarlos Guillén

Sacerdote de Perú. Liturgista.

Vaticano

Papa Francisco: «Cualquier guerra acaba siempre en derrota»

Mientras el Papa Francisco permanece hospitalizado, su Red de Oración hace pública la intención para el mes de abril: el fin de la cultura de la violencia.

Paloma López Campos·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Red Mundial de Oración del Papa Francisco ha publicado el vídeo con la intención para este mes de abril 2023. Francisco pide por una cultura de la no violencia recordando las palabras que su predecesor san Juan XXIII dejó por escrito en “Pacem in Terris”, afirmando que la guerra es una locura y que escapa a la razón.

El Santo Padre dice que “vivir, hablar y actuar sin violencia no es rendirse, no es perder ni renunciar a nada. Es aspirar a todo”. Continúa pidiendo el cultivo de una cultura de paz, tanto en la vida diaria como en el ámbito internacional.

A continuación, la nota de prensa escrita por la Red Mundial de Oración y el vídeo completo:

“Desarrollemos una cultura de la paz. Cultura de la paz”, pide con fuerza el Papa Francisco. Este es el llamado que hace El Video del Papa de abril con la nueva intención de oración que confía a toda la Iglesia Católica, a través de la Red Mundial de Oración del Papa.

El próximo 11 de abril se cumplen 60 años de la publicación de la encíclica Pacem in terris escrita por el Papa Juan XXIII y que lleva como subtítulo “Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”. En su video de este mes, Francisco renueva este mensaje con fuerza, destacando “que la guerra es una locura, está más allá de la razón”.

Aquella frase de hace sesenta años, citada por Francisco en el mensaje que acompañaba su intención de oración, está más vigente que nunca, como lo están los testimonios dejados por algunas de las personas que plantaron semillas de paz en el siglo pasado: san Juan XXIII, por supuesto, pero también Mahatma Gandhi, Martin Luther King, santa Teresa de Calcuta. En el Video del Papa de este mes, sus retratos en blanco y negro aparecen en medio de las escenas de destrucción causadas por la violencia actual: desde la guerra de Ucrania a las de Oriente Medio, pasando por los enfrentamientos y tiroteos incluso en los países más ricos, como Estados Unidos. Aunque no han faltado testigos, en definitiva, el mundo aún no ha aprendido la lección fundamental: que “cualquier guerra, cualquier enfrentamiento armado, acaba siendo una derrota para todos”.

La paz es el objetivo

En un artículo que Amnistía Internacional publicó sobre datos y estadísticas del uso de armas entre 2012 y 2016, se revela una muestra de lo que resulta de una cultura de violencia: por ejemplo, más de 500 personas mueren cada día por la violencia armada y un promedio de 2000 resultan heridas; además, el 44 % de los homicidios en el mundo se cometen con armas de fuego. Esto se relaciona directamente con la industria de las armas: 8 millones de armas portátiles son producidas cada año, junto a 15,000 millones de cartuchos de munición. Y en lo que respecta al conflicto armado, Acción contra la violencia armada (Action on Armed Violence, AOAV) adelantó que el panorama del 2023 no parece ser alentador: los nuevos enfrentamientos, en particular la invasión rusa a Ucrania y los estallidos en Asia, se sumaron a los conflictos y luchas armadas en curso en el Cuerno de África y Oriente Medio, entre otros.

El único camino posible para frenar esta embestida es buscar y poner en marcha, en el ámbito local e internacional, vías de diálogo real y asumir “la no violencia” como “una guía para nuestra actuación”. Este mensaje se hace eco de lo que adelantó el Papa Juan XXIII hace 60 años: “La violencia jamás ha hecho otra cosa que destruir, no edificar; encender las pasiones, no calmarlas; acumular odio y escombros, no hacer fraternizar a los contendientes, y ha precipitado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, después de pruebas dolorosas, sobre los destrozos de la discordia”.

Paz sin armas

En un momento de la historia marcado por el conflicto en Ucrania, que ha implicado a un gran número de países en el último año, Francisco recuerda que, incluso en los casos de legítima defensa, el objetivo final debe ser siempre la paz: incluso cuando esta paz, como hoy, parece lejana. Pero “una paz duradera -añade- sólo puede ser una paz sin armas”, y por eso insiste en el tema que le es muy querido del desarme a todos los niveles, incluso dentro de la sociedad: “la cultura de la no violencia -concluye de hecho, en su intención de oración- pasa por un recurso cada vez menor a las armas, tanto por parte de los Estados como de los ciudadanos”.

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó: “Frente a la violencia de nuestro tiempo Francisco propone todo un mes para orar ‘por una mayor difusión de una cultura de la no violencia’. La paz entre los pueblos comienza, de hecho, en lo más concreto e íntimo del corazón, cuando encuentro al otro en la calle, su rostro, su mirada, sobre todo el que viene de otra parte, el que no habla como yo y no tiene la misma cultura, el que es extraño en sus actitudes y al que se llama ‘extranjero’. La guerra y el conflicto comienzan aquí y ahora, en nuestros corazones, cada vez que permitimos que la violencia sustituya a la justicia y al perdón. El Evangelio nos muestra que la vida de Jesús revela el verdadero camino de la paz y nos invita a seguirlo. Es en este espíritu que estamos llamados a ‘desarmarnos’, en el sentido de ‘desarmar’ nuestras palabras, nuestras acciones, nuestro odio. Oremos pues, como nos invita Francisco para que ‘hagamos de la no violencia, tanto en la vida cotidiana como en las relaciones internacionales, una guía para nuestra actuación’”.

España

García Magán: «No todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable»

El secretario de la CEE se ha referido, en respuesta a una cuestión, acerca de la gestación subrogada que vuelve a estar en primer plano estos días.

Maria José Atienza·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La rueda de prensa de finalización de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ha tenido dos temas centrales más allá de los propiamente tratados en la reunión de los obispos: el debate reabierto sobre la gestación subrogada y la actualización de los datos sobre los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia desde 1945 hasta la actualidad.

Aparte de estos temas, Francisco Cesar García Magán ha querido subrayar tres temas de actualidad en la Iglesia española. En primer lugar, y uniéndose al sentir de gran parte de la Iglesia, el secretario de los obispos españoles ha querido mostrar la cercanía de la oración de la Iglesia española al Papa Francisco en su reciente hospitalización y ha pedido oraciones por su pronto restablecimiento.

Asimismo se ha referido al canje de notas entre la Iglesia española y el Gobierno por el que se hacía una actualización del acuerdo sobre asuntos económicos entre la Santa Sede y el Gobierno español por el que la Iglesia renuncia a una de las exenciones fiscales que estaban reconocidas en el acuerdo de 1979:  las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. Por este acuerdo, la Iglesia se sitúa en una posición equiparable a las fundaciones: sin privilegio fiscal ni discriminación.

También ha hablado del informe “Para dar luz” que la Conferencia Episcopal, por iniciativa propia, ha entregado al Defensor del pueblo español y que recoge los 706 casos de los que se ha tenido noticia en las oficinas de la Iglesia. Un informe que supone una muestra del compromiso de luchar contra la lacra social de los abusos a menores.

«Ser madre o padre es un don«

Cuestionado acerca de la posición de la Iglesia con respecto a la gestación subrogada, García Magán ha querido subrayar que “ante todo la maternidad es un don, no es, en el sentido estricto, un derecho”.

Aunque el secretario comprende “el dolor comprensible de aquellas mujeres que quieren tener familia y no pueden”, hay que tener en cuenta que “las mujeres gestantes no son incubadoras” y ha defendido además que si bien hoy “técnicamente se pueden hacer muchas cosas, no todo lo que es posible es éticamente factible”.

Como ha querido subrayar además “no se trata de negar algo a la mujer sino en defensa de la dignidad de la madre gestante y del niño”.

Nuevos testimonios de abusos

El siguiente gran tema de la rueda de prensa ha sido la publicación de los datos sobre casos de abuso sexual que se han entregado al Defensor del Pueblo. En total, la CEE tiene constancia, por el momento de 706 casos. Los obispos españoles han señalado que en 2022 se han conocido 186 nuevos testimonios sobre casos de abusos cometidos entre 1950 y 2022.

De los 186, 70 han sido comunicados en oficinas diocesanas y 116 en oficinas de congregaciones religiosas. Las oficinas tienen una dimensión pastoral de acogida y acompañamiento, no realizan juicios ni dictan sentencias, por lo que la presencia en la oficina de los casos no determina ni la inocencia ni la culpabilidad, cuestión que compete a las autoridades judiciales civiles y/o canónicas.

Cuando el caso lo requiere, la Oficina insta a la presentación en sede judicial o lo ponen en conocimiento de las instancias judiciales civiles o canónicas.

En relación al victimario, hay 74 clérigos consagrados, 36 clérigos diocesanos, 49 consagrados no clérigos y 27 laicos. Todos los victimarios son varones. De ellos han fallecido 90, 69 están vivos y no consta su situación en 27 casos.

En relación a las víctimas, 179 eran menores de edad en el momento en que se produjeron los hechos y 7 eran equiparables legalmente a un menor. En la actualidad, 166 víctimas son mayores de edad, 16 son menores de edad y 4 víctimas son equiparables legalmente a menores de edad.

Un dato importante en este sentido son las 123 diócesis y congregaciones que disponen ya de un protocolo de prevención y tratamiento de abusos. Además, se están desarrollando los códigos éticos y de buenas prácticas para la atención a las víctimas, que está ya disponible en 95 diócesis y congregaciones.

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Mundo

El Opus Dei perfila su Congreso General Extraordinario con motivo de «Ad charisma tuendum»

Durante las sesiones se estudiarán las propuestas elaboradas a partir de las sugerencias recibidas de todo el mundo. El texto final se votará el último día y tendrá que ser aprobado por el Dicasterio del Clero.

Maria José Atienza·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La semana de Pascua, concretamente del 12 al 16 de abril es la fecha elegida por la prelatura del Opus Dei para la celebración del Congreso General Extraordinario convocado con el objetivo de adaptar los Estatutos de la Prelatura al motu proprio Ad charisma tuendum

El Prelado del Opus Dei, mons. Fernando Ocáriz ha publicado, la mañana del 30 de marzo, un breve mensaje agradeciendo las oraciones por los frutos de este Congreso General Extraordinario y detallando algunos aspectos de su organización y celebración.

El Prelado apunta que las sugerencias que han llegado a Roma, fruto de la petición a los miembros de la Prelatura y personas afines al anunciarse este congreso han sido debidamente estudiados «con la ayuda de expertas y expertos, para presentar propuestas concretas en el Congreso».

Aunque la petición se centraba en los aspectos que modifica el Motu Proprio, han llegado también sugerencias y observaciones de diversa índole que, como apunta Ocáriz «servirán para preparar el próximo Congreso General ordinario en 2025».

Las reuniones de los congresistas y las congresistas se realizarán en paralelo y, tanto el Prelado como sus Vicarios participarán en estas sesiones durante las que «se estudiarán las propuestas elaboradas y lo que resulte como texto final se votará el último día».

El prelado ha querido adelantar, además, que el resultado de este Congreso no será comunicado de manera inmediata ya que el documento resultante de las conclusiones de estas reuniones «se debe enviar al Dicasterio del Clero, para el estudio de la Santa Sede, a quien corresponde aprobarlo».

El prelado ha terminado este mensaje con una llamada la unidad «entre toda la Obra, y de la Obra con el Santo Padre y con el conjunto de la Iglesia».

El Motu Proprio Ad Charisma Tuendum

El Papa Francisco publicó, el 22 de julio de 2022, la Carta Apostólica en forma de Motu proprio del Papa Francisco Ad charisma tuendum a través de la que se modificaban algunos artículos de la Constitución Apostólica Ut sit, con la que Juan Pablo II erigió el Opus Dei como Prelatura personal.

Entre las modificaciones introducidas, el nuevo Motu Proprio estableció la dependencia de la Prelatura del Opus Dei que pasaba de depender del Dicasterio para los Obispos al Dicasterio para el Clero.

Asimismo cambió la frecuencia con la que el Opus Dei debe presentar el tradicional informe acerca de la situación de la Prelatura y del desarrollo de su trabajo apostólico, que pasa a ser anual y no quinquenal. Otro de los puntos modificados fue el hecho de señalar, explícitamente, que el prelado del Opus Dei no recibirá el orden episcopal.

Convocatoria del Congreso General Extraordinario

Una vez publicado el Motu Proprio Ad Charisma tuendum, en octubre de 2022, el Prelado del Opus Dei convocaba un Congreso General Extraordinario con la «precisa y limitada finalidad» de adecuar los Estatutos de la Obra a las indicaciones del Motu proprio y, tal y como había sido aconsejado por la Santa Sede, considerar “otros posibles retoques a los Estatutos, que nos parezcan convenientes a la luz del Motu proprio”.

En esa misma carta en la que daba a conocer la celebración de este Congreso que comenzará en las próximas semanas, el Prelado pedía a los miembros de la Obra “sugerencias concretas”, encaminadas a adecuar la labor y el desarrollo de la Obra a las necesidades de la Iglesia en la actualidad.

Los Congresos Generales en el Opus Dei

Los Congresos generales son, junto al Prelado que los convoca y al que asisten, la principal instancia de gobierno dentro del Opus Dei en el nivel central.

Según recogen los actuales estatutos de la Prelatura del Opus Dei en el punto 133, cada ocho años deben celebrarse “Congresos Generales ordinarios convocados por el Prelado, para expresar su parecer sobre el estado de la Prelatura y para poder aconsejar las oportunas normas para la futura acción de gobierno”.

Pueden celebrarse también congresos generales extraordinarios, como el que se celebrará la próxima semana de Pascua, que se convocan “cuando las circunstancias lo pidan a juicio del Prelado”.

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Evangelización

Chantal Delsol: «Los cristianos tenemos la oportunidad de ser mejores como minoría»

Chantal Delsol, intelectual católica francesa de gran renombre, ha publicado recientemente un provocador ensayo: "El fin de la cristiandad". Con visión crítica, Delsol explica en esta entrevista algunos aspectos de esta crisis, el enfrentamiento con la modernidad, la ruptura ontológica y las previsiones de esperanza para los católicos.

Bernard Larraín·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

No es temerario afirmar que el cristianismo está pasando por una época de crisis, en el sentido más auténtico de esta palabra. Los cristianos viven en un periodo de fuertes cambios y, en muchos países occidentales, representan a una minoría y, en algunos países, el cristianismo “lucha por la supervivencia”.  Chantal Delsol, intelectual católica francesa de gran renombre, ha publicado recientemente un provocador ensayo: «El fin de la cristiandad». Con visión crítica, Delsol explica en esta entrevista algunos aspectos de esta crisis, el enfrentamiento con la modernidad, la ruptura ontológica y las previsiones de esperanza para los católicos.

¿En qué se diferencia el cristianismo de la cristiandad?

–El cristianismo se refiere a la religión en sí, mientras que la Cristiandad es la civilización desarrollada por la religión, del mismo modo que hablamos de islam (religión) e Islam (civilización). Estar en la cristiandad significa estar en un espacio de civilización en el que es el cristianismo el que inspira e impone la moral y las leyes comunes.

¿Es posible hablar de Cristiandad fuera de Europa? ¿Existe en otros continentes? 

La cristiandad no es, o no era, sólo europea, sino occidental. Se ha extendido o sigue extendiéndose por las dos Américas, además del continente europeo. Por ejemplo, sigue viva, pero en proceso de desestabilización, en algunos países latinoamericanos. Se encuentra en una situación de lucha por su supervivencia en Estados Unidos. Fuera de estas zonas, algunos países de África y Asia albergan a muchos cristianos, pero también a otras religiones, y no se puede hablar de cristiandad.

Usted habla de una inversión normativa (leyes sobre el matrimonio, la vida, etc.), que le hace constatar un cambio de civilización. ¿Cómo entender, en este contexto, la nueva conciencia de la condena de la pedofilia o la pornografía?

–Insistí en la «inversión normativa» para mostrar que, contrariamente a lo que se oye aquí y allá, el hundimiento del cristianismo no conduce al relativismo, sino a normas diferentes. El caso de la pedofilia es muy interesante. Hasta ahora, se ha tolerado en la Iglesia como en todas partes, porque siempre se defendía a la institución antes que al individuo.

La nueva moral defiende al individuo contra la institución, por lo que la nueva condena de la Iglesia a la pederastia marca su aceptación de un cierto individualismo. Además, hay que señalar que la moral que se aplica hoy, la del «cuidado» si se quiere, no es sólo una moral del individuo, sino también una moral de la comunidad. Es lo que se ha llamado humanitarismo, es decir una filantropía sin trascendencia, una reelaboración de la moral cristiana pero sin Cielo. Hasta tal punto que acabamos uniéndonos a la moral asiática: la compasión universal de Confucio.

Esto hace más comprensible la condena de la pedofilia. Yo añadiría una cosa: como ya no tenemos base para la moral, tenemos moral consecuencialista. En otras palabras, lo que es malo es sólo lo que causa daño. En el caso de la propaganda transgénero en las escuelas o la pornografía, todo esto puede ser condenado si se comprueba que causa daño a los niños.

Los católicos se han convertido en minoría y su influencia disminuye. ¿Cuál debe ser su actitud y sus prioridades? Benedicto XVI les animó a ser “minorías creativas que cambian el mundo”.

–Sí, Benedicto XVI tiene razón, cuando una minoría es valiente y educada, puede cambiar las sociedades. Me parece que hoy los católicos representan esa minoría en un país como Francia. El gran peligro del que deben protegerse estas minorías, y al que tan fácilmente están sometidas, es el extremismo. Si, horrorizados por la nueva sociedad que ven desplegarse ante sus ojos, toman la dirección opuesta con un lenguaje de excesos, nunca recuperarán la ventaja. Creo que eso es lo más difícil: mantener el equilibrio mientras se lucha contra los extremos.

¿En qué medida son los católicos responsables del “fin de la cristiandad”?

–Es una pregunta difícil. En general, como he intentado explicar en mi libro, el catolicismo nunca ha admitido lo que se ha llamado modernidad (democracia, liberalismo individualismo), al menos hasta el Concilio Vaticano II, pero para entonces ya era demasiado tarde. La reivindicación moderna que se ha desarrollado cada vez con más fuerza a lo largo de los dos últimos siglos, para llegar a la situación actual, ha sido siempre anticatólica. Se dirá: pero ¿por qué la modernidad debería ganarle al catolicismo?

Creo que en nuestras sociedades, desde el Renacimiento, ha existido un deseo muy fuerte de emancipación individual que estaba dispuesto a cambiarlo todo para lograrlo. Pero también hay que decir que en nuestros países, el catolicismo, en su posición legítima y hegemónica, ha abdicado de la humanidad que debería haber mostrado para compensar la rigidez de sus principios. Un ejemplo que me llama la atención: hasta que el aborto no fue legitimado por la ley, los cristianos no crearon asociaciones de ayuda a las jóvenes embarazadas y solas. Antes de eso, en general, nos contentábamos con insultarlas. Esto, obviamente, no hizo que la gente quisiera defender los principios católicos.

¿Qué opina de la tesis del libro “La opción benedictina”, de Rod Dreher ?

–Sí, conozco a Rod Dreher y he hablado con él sobre esto. Él es mucho menos radical de lo que su libro sugiere. Por otra parte, es muy consciente de que nuestra situación no puede compararse francamente con la de su héroe, Vaclav Benda, que vivió en un país totalitario.

Por supuesto que tenemos que reflexionar sobre nuestra nueva situación, la de un grupo que ahora está en minoría, mientras que durante casi dos mil años hemos sido mayoría y hegemónicos. Pero no nos conviene encerrarnos en una fortaleza. Y no deberíamos entender así la opción benedictina. Lo que Rod quiere decir es que, para sobrevivir, no debemos atrincherarnos, sino instalarnos junto a un pozo. Dicho esto, cuando se trata de transmitir nuestras creencias a nuestros hijos, el grado de protección que debe ofrecerse a los niños es una cuestión muy personal, ligada a los individuos y a las circunstancias.

Dice usted que Occidente ha perdido la base filosófica para oponerse a ciertas tendencias (maternidad subrogada, eutanasia) inspiradas únicamente en la voluntad individual. ¿Están estas batallas perdidas de antemano? En su opinión, una iniciativa como la Declaración de Casablanca para la abolición universal de la maternidad subrogada tiene sentido cuando vemos la agresividad del mercado mundial de los vientres de alquiler?

–Por supuesto, estas batallas no están del todo perdidas, pero si algunas de estas medidas retroceden, no será por razones de principio, sino por otros motivos. Ya no se tratará, por ejemplo, de hacer retroceder la práctica de los vientres de alquiler en nombre de la dignidad humana, sino en nombre de la igualdad de la mujer. En algunos casos como éste, los católicos pueden encontrar acuerdos con otros grupos por diferentes razones. En las asociaciones que luchan contra la publicidad transgénero en las escuelas, hay un porcentaje muy pequeño de cristianos (que están en contra porque creen en la «condición humana»), y un porcentaje muy grande de consecuencialistas (normalmente psicólogos, que están en contra porque ven el daño que causa en sus pacientes). En lo que se refiere a la eutanasia, soy más pesimista: no veo qué otra cosa que no sean principios cristianos, o qué amenaza a las consecuencias, podría hacer cambiar de opinión a nuestro a nuestras sociedades.

Por supuesto que la Declaración de Casablanca tiene sentido, al igual que cualquier iniciativa con vocación universal que aporte influencia diplomática. Somos una minoría, sí, pero no tenemos por qué dejar que otras minorías se apoderen de nosotros.

En el Reino Unido y en los países del norte de Europa, las autoridades están viendo el daño que hace el cambio de sexo de menores y están dando marcha atrás. ¿Puede la moral consecuencialista ofrecer un baluarte contra determinados experimentos?

–Sólo añadiré un detalle a lo que he dicho más arriba sobre este tema. Sí, la moral consecuencialista ofrece un sustituto. Pero, para afrontar el daño causado y tenerlo en cuenta, sigue siendo necesario un mínimo de pragmatismo en las sociedades en cuestión. Cuando las sociedades son fuertemente ideológicas, como es el caso de Francia, lo que cuenta es el principio y las consecuencias no tienen ningún peso. Así que las asociaciones de transexuales se niegan a mirar los daños, y sólo cuenta la ideología. En los países escandinavos, tanto si se trata de transexuales como de inmigración, tienden a mirar la realidad y a reformarse en consecuencia. En Francia, generalmente, sólo nos interesa la teoría, y la realidad no cuenta mucho: si es vergonzosa, simplemente miramos hacia otro lado, y el daño se acumula.

Si estamos viviendo el fin de la civilización cristiana, ¿hacia qué civilización nos dirigimos? ¿Por qué será sustituida?

–Vivimos actualmente en un punto de ruptura en el que son posibles muchas situaciones nuevas, porque existen corrientes de pensamiento muy diferentes luchan, se cruzan y se eliminan. Además de un remanente minoritario de cristianos, probablemente tendremos una religión ecológica de tipo panteísta con todo tipo de corrientes más o menos extremas, un islam fuerte, que no sabemos si será radical o no, un remanente de marxismo representado hoy por la corriente Woke, que no sabemos si se extinguirá o se extenderá; y otro resto de marxismo que produce una revuelta social permanente, vista como una especie de religión (lo que Martín Gurri llama “la revuelta del público”).

Lo que me sorprende es lo profunda que es la diversidad de creencias: no sólo afecta a los vínculos religiosos, sino también a las creencias ontológicas. Si retomo las cuatro categorías de Descola, está claro que pasamos del naturalismo (entre animales y humanos, hay una similitud en lo físico y una diferencia en la interioridad, los animales no tienen nuestra alma), a algo como el totemismo (similitud de interioridades y fisicalidades: los animales no son esencialmente diferentes de nosotros).

En otras palabras, vivimos en un punto de ruptura en el que las opciones ontológicas primordiales -relativas al sentido y al lugar del hombre en la naturaleza, la naturaleza del mundo y de los dioses- están siendo trastocadas. Este proceso comenzó hace mucho tiempo (¿desde Montaigne?). Es el fin de lo que se llama dualismo, típicamente vinculado al cristianismo, y el comienzo de un monismo. De esta manera nos unimos a las creencias ontológicas asiáticas. Pero ese es otro tema.

¿Qué lugar hay para la virtud de la esperanza en este contexto del fin de la cristiandad?

–¿Debemos lamentar la pérdida de poder en la sociedad? ¿Nos ha engrandecido este estatus hegemónico? ¿Acaso no nos ha vuelto arrogantes, cínicos y descuidados? Creo que tenemos la oportunidad de ser mejores como minoría que como mayoría, al menos temporalmente – porque nuestra vocación sigue siendo la misión. Quizá más adelante asumamos esta misión de forma más inteligente y menos vanidosa (me horroriza la vanidad y la dilación de nuestro clero. Por ahora podemos soportar con humor esta pérdida de influencia, después de todo, como dijo Roger Scruton, desde la pérdida del paraíso hemos tenido una gran experiencia de pérdida.

El autorBernard Larraín

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Lecturas del domingo

El camino hacia la Vida. Domingo de Ramos (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo de Ramos y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Evangelio de hoy es tan largo -el relato completo de la Pasión de Nuestro Señor- que los sacerdotes no suelen añadir más que la más breve de las homilías para comentarlo.

La descripción del sufrimiento de Cristo por nosotros es más que suficiente para hablar por sí misma. A la procesión de los Ramos al comienzo de la Misa se añade el relato de la entrada de Cristo en Jerusalén montado en un asno. Y con ello acompañamos de algún modo a Jesús en su camino hacia la Ciudad Sagrada para sufrir y morir por nosotros. Numerosos santos nos han animado a meditar la Pasión y a entrar en esas escenas – “como un personaje más”, decía san Josemaría Escrivá-. También nosotros podemos estar entre la multitud que extiende sus vestiduras ante Nuestro Señor; podemos ser uno de los niños que gritan en el Templo: “¡Hosanna al Hijo de David!” (Mt 21, 15). No debemos limitarnos a leer las escenas evangélicas, sino vivirlas.

Pero si las vivimos de verdad, descubriremos también en nosotros la aterradora posibilidad de que nuestro papel no sea siempre el de los discípulos fieles, el de la Virgen y san Juan y el de las santas mujeres en torno a la Cruz. El papel que desempeñamos a menudo podría ser el de los apóstoles que huyen de Cristo en el Huerto de los Olivos. O incluso el de los escribas y fariseos indignados ante los gritos de los niños: cuántas veces nos hemos sentido molestos por expresiones de fe que no se ajustan a nuestras rígidas ideas de corrección. O, lo más espantoso de todo, podríamos encontrarnos entre las multitudes que ante Poncio Pilato clamaban por la muerte de Jesús, gritando: “¡Crucifícalo! Crucifícalo!” (Lc 23, 21).

Hoy celebramos lo que parece el triunfo de Cristo. Entra en Jerusalén aclamado por las multitudes como Mesías-rey, Hijo de David, cumpliendo la profecía de Zacarías: “ Mira que viene tu rey, pobre y montado en un borrico, en un pollino de asna”. Por humilde que sea un asno, en el pasado había sido un animal de la realeza (véase 1 Re 1, 33), por lo que el hecho de que Jesús lo utilizara expresaba tanto su humildad como su realeza. Dentro de cinco días, ese rey será coronado de espinas y clavado en el “trono” de la Cruz. Pero tres días después se levantará glorioso para buscar amorosamente a los mismos hombres que le habían defraudado tanto. Todos estos acontecimientos nos enseñan no sólo a no dar demasiada importancia al éxito aparente -la burbuja puede estallar rápidamente-, sino también a no dar demasiada importancia al fracaso aparente. El único triunfo definitivo es la Resurrección de Cristo y Cristo sigue vivo: “Ha resucitado”. Podemos vivir esta Semana Santa bien o mal, la Cuaresma puede haber sido un desastre, pero basta con estar cerca de María y aceptar nuestra debilidad y nuestra necesidad, y cada fracaso se convertirá en una victoria. La Semana Santa nos enseña que todos los fracasos nos llevan al triunfo definitivo. La muerte es el camino hacia la vida.

La homilía sobre las lecturas del domingo de Ramos (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa Francisco, ingresado en el Gemelli por «dificultades respiratorias»

El Papa Francisco se encuentra ingresado por una infección respiratoria y permanecerá varios días en el centro hospitalario.

Maria José Atienza·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha comunicado, en la tarde del 29 de marzo, que el Papa Francisco ha sufrido en los últimos días ciertas «dificultades respiratorias y esta tarde ha acudido al Hospital Universitario Gemelli para someterse a algunos controles médicos».

Unas horas antes, la propia Sala Stampa había informado del ingreso del Pontífice en el centro hospitalario, si bien en un primer momento, apuntaron a «revisiones programadas».

En cuanto a los resultados de los chequeos que se le han realizado al Papa, la Sala Stampa explica que el Papa sufre una infección respiratoria que requerirá «varios días de tratamiento médico hospitalario adecuado» por lo que el Papa Francisco continuará en el Gemelli durante las próximas horas (no se ha especificado el tiempo de su ingreso) y su agenda ha sido ya despejada. El Vaticano ha aclarado específicamente que esta infección respiratoria no es Covid19.

El comunicado vaticano recoge además el agradecimiento del Papa por la cercanía y oración mostrados a través e los mensajes de ánimo que ha recibido de diversas partes del mundo.

La salud del Papa Francisco

La última vez que vimos un largo ingreso del Papa Francisco en el hospital Gemelli fue en julio de 2021. En aquel momento fue intervenido de una  “estenosis diverticular sintomática del colon”, una operación por la que permaneció varios días en el hospital.

Un año más tarde, volvieron los rumores sobre la salud del Papa a causa de los fuertes dolores que padecía en su rodilla derecha, aún presentes, y que le obligaron a usar, por primera vez una silla de ruedas, una ayuda a la que acude de vez en cuando desde mayo de 2022. Fue este problema en la rodilla el que obligó al Papa a posponer su viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur hasta febrero de este año.

Vaticano

Hans Zollner S.I. deja la Pontificia Comisión para la Protección de Menores

El jesuita alemán ha señalado en una declaración que diversas "cuestiones estructurales y prácticas" han sido la causa de su renuncia a la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores en la que ha trabajado desde su creación en 2014. 

Maria José Atienza·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante la mañana del 29 de marzo de 2023, el Cardenal Sean O’Malley OFM, Presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores hacía pública la renuncia del sacerdote jesuita Hans Zollner a sus funciones como miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores «después de reflexionar sobre su reciente nombramiento como consultor para la Oficina Diocesana para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la Diócesis de Roma y de todas sus otras responsabilidades».

Una renuncia que según la carta enviada por el cardenal O’Malley, el Santo Padre «había aceptado «con el más profundo agradecimiento por sus muchos años de servicio».

Por su parte, en un comunicado personal, Hans Zollner S.I. ha declarado que su salida se debe a cuestiones internas del funcionamiento de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores. Entre las razones que le han «impedido continuar», Zollner apunta cuestiones relacionadas con los «ámbitos de la responsabilidad, el cumplimiento, la rendición de cuentas y la transparencia» que, a su juicio, no se han desarrollado de manera correcta en la Comisión. También se refiere a cuestiones como la falta de comunicación y transparencia en algunas decisiones de la Comisión y la falta de claridad entre las competencias de dicha comisión y las del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Hans Zollner, formó parte, ya desde sus inicios, de esta comisión creada por el Papa Francisco para tratar y prevenir los casos de abuso en el seno de la Iglesia católica. Durante estos años, como ha querido precisar el cardenal presidente de esta comisión, Zollner «ha ayudado a dar forma e implementar muchos de los proyectos y programas que encontraron su origen en las deliberaciones de la Comisión». Muy especialmente, señala la participación de Zollner en la cumbre sobre Protección de la Infancia que impulsó el Vaticano en febrero de 2019.

Además, ha puesto de manifiesto la enorme labor de concienciación del jesuita a través de sus múltiples viajes para la formación de miembros de la Iglesia de todo el mundo en relación a la prevención de abusos a menores y la creación de entornos seguros.

Zollner, considerado uno de los mayores expertos en el área de prevención del abuso sexual y la protección de los menores en la Iglesia.

Como ha señalado el propio Hans Zollner, su objetivo es centrarse en su papel de consultor Oficina Diocesana para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la diócesis de Roma, así como en su tarea como director del Instituto de Antropología (IADC)ontinuará en esta labor desde el Instituto de Antropología. Estudios interdisciplinares sobre la dignidad humana y el cuidado de las personas vulnerables (IADC) de la Universidad Pontificia Gregoriana del que es director. Oficios a través de los que, según su carta, continuará en «la búsqueda de hacer del mundo un lugar más seguro para los niños y las personas vulnerables» a través de nuestros esfuerzos académicos y científicos».

Vaticano

El Papa mira a san Pablo, y reza por los migrantes de Ciudad Juárez

El Papa Francisco ha animado en la Audiencia General de esta mañana a “redescubrir y testimoniar con alegría el don de la fe cristiana”, y aumentar el celo por el Evangelio de Cristo”, a ejemplo de san Pablo. Además, ha rezado por los migrantes fallecidos en Ciudad Juárez (México) y sus familias, y por la “martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la novena sesión del ciclo de catequesis dedicado a ‘la pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente’, que dio comienzo el 11 de enero de este año, el Santo Padre Francisco ha reflexionado hoy sobre el tema “Testigos. San Pablo». (Lectura: Gal 1,22-24). 

El Papa ha señalado en primer lugar que “el ejemplo de san Pablo es emblemático en este tema. Recorriendo su vida, vemos que Saulo, que era el primer nombre de Pablo, siempre fue un apasionado de la ley de Dios, la defendía con radicalidad. Este celo, este apasionamiento que lo caracterizaba, no desapareció después de su conversión, sino que siguió siendo apasionado, y se transformó, con la acción del Espíritu Santo. Pablo pasó de querer destruir la Iglesia a abrazar la causa del Evangelio, anunciando a Cristo en todos los lugares donde iba, y formando nuevas comunidades cristianas”.

“Esto nos enseña”, sintetizó Francisco, “que lo que origina la pasión por el Evangelio no es la personalidad o los estudios de la persona, que ciertamente pueden ayudar, sino que la define el encuentro con Cristo. Como le sucedió a san Pablo, vemos que el celo apostólico surge de una experiencia de caída y resurrección que nos lleva a reconocer la vida verdadera”.

Los mensajes del Supremo Pastor de la Iglesia católica esta mañana podrían resumirse así: aprendamos del celo apostolico de san Pablo: recemos por los migrantes fallecidos de Ciudad Juárez (México), y “perseveremos en la oración y en la cercanía por la martirizada Ucrania”.

Los migrantes fallecidos en el “trágico incendio” de Ciudad Juárez son al menos 40. El Instituto Guatemalteco de Migración ha confirmado que 28 de los fallecidos eran ciudadanos de este país. El resto eran de otros países centroamericanos  e incluso sudamericanos.

El Papa saludó especialmente a “los obispos y sacerdotes que conmemoran su quincuagésimo aniversario de ordenación sacerdotal”, a “los jóvenes de Teruel”, y “como de costumbre”, rezó por los jóvenes, los enfermos, los ancianos y los recién casados”.

De dónde nace el celo evangelizador

En varios momentos de la Audiencia, al dirigirse a los peregrinos de diversas lenguas, el Romano Pontítice alentó a “pedir al Señor que en este camino cuaresmal aumente en nosotros el celo por el Evangelio de Cristo, que nace de reconocernos pecadores perdonados, y acoger en nuestra vida la gracia del amor de Dios”. También lo manifestó de este modo: “En este tiempo de Cuaresma deseo que cada uno de ustedes redescubra y testimonie con alegría el don de la fe cristiana”. 

Refiriéndose a la transformación operada en san Pablo, el Papa manifestó que “Cristo convierte su celo: de la Ley al Evangelio. Su impulso primero quería destruir la Iglesia, después sin embargo la construye”.

Y suscitó, como es habitual, algunas preguntas, para citar luego a santo Tomás de Aquino: “¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha cambiado en Pablo? ¿En qué sentido su celo, su impulso para la gloria de Dios ha sido transformado? Santo Tomás de Aquino enseña que la pasión, desde el punto de vista moral, no es ni buena ni mala: su uso virtuoso la hace moralmente, buena el pecado la hace mala”.

El Señor resucitado le transforma

“En el caso de Pablo, lo que le ha cambiado no es una simple idea o una convicción: ha sido el encuentro con el Señor resucitado que ha transformado todo su ser. La humanidad de Pablo, su pasión por Dios y su gloria no es aniquilada, sino transformada, ‘convertida’ por el Espíritu Santo. Y así para cada aspecto de su vida”, prosiguió el Santo Padre. 

El Papa Francisco comparó esta transformación con la que se opera en la Eucaristía: “Precisamente como sucede en la Eucaristía: el pan y el vino no desaparecen, sino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El celo de Pablo permanece, pero se convierte en el celo de Cristo. El Señor es servido con nuestra humanidad, con nuestras prerrogativas y nuestras características, pero lo que cambia todo no es una idea sino la vida auténtica, como dice el mismo Pablo: ‘El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente’”.

“¿Católico elegante o católico santo?”

“Podemos hacer otra reflexión sobre el cambio que se produce en Pablo, que de perseguidor se convierte en apóstol de Cristo”, afirmó el Papa. “Hay un momento en que Pablo dice de sí mismo: ‘He sido un blasfemo y violento’, entonces comienza a ser verdaderamente capaz de amar. Y éste es el camino. Si uno de nosotros dice: ‘Ah gracias Señor, porque soy una buena persona, hago cosas buenas, no cometo grandes pecados…’.  

“Este no es un buen camino, este es un camino de autosuficiencia, es un camino que no te justifica, te hace un católico elegante, pero un católico elegante no es un católico santo, es elegante. El verdadero católico, el verdadero cristiano es el que recibe a Jesús dentro,

que cambia el corazón. Esta es la pregunta que os hago hoy a todos”, señaló el Santo Padre: “¿Qué significa Jesús para mí? ¿Le he dejado entrar en mi corazón, o sólo le tengo a mano pero no le dejo entrar tanto dentro? ¿Me he dejado cambiar por Él?” 

En la parte final, tras citar a san Ignacio de Loyola, el Papa Francisco se refirió a la Virgen María y a san Pablo de nuevo: “Como la Virgen María, después del anuncio del Ángel, parte con celo para ir a ayudar a Isabel, así Pablo ha llevado a las gentes esa gracia de Cristo que él en primer lugar había recibido en el camino de Damasco y que le había cambiado la vida. Por eso, la raíz del impulso evangélico es el amor mismo de Dios, no un compromiso individual o una característica personal”.

El autorFrancisco Otamendi

España

La Iglesia en España renuncia a algunas exenciones fiscales

La Conferencia Episcopal Española publicó el 29 de marzo por la mañana una nota de prensa anunciando su renuncia a las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras.

Paloma López Campos·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española firmaron un acuerdo, efectivo desde el 29 de marzo de 2023, por el que se equipara el régimen fiscal de la Iglesia española al de otras entidades sin ánimo de lucro del país. Por ello, y con el asenso de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal renuncia a las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y obras.

La nota de prensa publicada por la CEE es la siguiente:

«Fruto del trabajo conjunto entre el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática y la Iglesia católica en materia de fiscalidad, el Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española, con el asenso de la Santa Sede, han alcanzado un acuerdo por el cual se tramita ante la Santa Sede la renuncia a las exenciones, derivadas de los Acuerdos, que afectan a las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).

Con este fin, el Gobierno procederá a la derogación de la Orden Ministerial de 5 de junio de 2001 del Ministerio de Economía y Hacienda donde se regula la inclusión del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICO) en el Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre Asuntos Económicos.

El acuerdo se desarrolla en la voluntad compartida entre el Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española de equiparar el régimen fiscal de la Iglesia católica con las entidades sin ánimo de lucro, conforme al principio de no privilegio y no discriminación. Hoy se hace efectivo dicho acuerdo mediante el correspondiente canje de notas entre el Gobierno y la Nunciatura Apostólica».

Cultura

La Cuaresma y Semana Santa en Ecuador: Procesiones, devoción y tradiciones

El Arrastre de Caudas, una costumbre que sólo pervive en Ecuador; la procesión del Jesús del Gran Poder y la tradicional sopa "Fanesca" hacen del tiempo de Cuaresma y Semana Santa un momento de especial tradición y fe en el país ecuatoriano.

Juan Carlos Vasconez·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Son numerosas las costumbres que, en Ecuador, acompañan la vivencia de tiempo cuaresmal y la Semana Santa. En ellas se entrelazan la fe y la cultura dando lugar a tradiciones de gran belleza y simbolismo. Entre ellas, destacamos en este artículo tres: la tradicional sopa «Fanesca», la procesión del Jesús del Gran Poder y Arrastre de Caudas.

Fanesca 

La fanesca es un plato de comida tradicional que se suele preparar para toda la Cuaresma, en especial para los días viernes de abstinencia, ya que no contiene carne. Esta sopa se prepara con bacalao seco y 12 granos diferentes. Se dice que el pez representa a Jesús y los 12 granos representan a los discípulos. 

La tradición más pura es comer la Fanesca el Jueves Santo. Sin embargo, se sabe que el plato se prepara a nivel nacional y por eso se puede conseguir toda la semana Santa en varios restaurantes.

Suele servirse caliente en un plato y es tradicional decorarlo con trozos de bacalao, ya sea cocido o frito, masas de sal en forma de empanadas, hilos o bolitas. También plátano maduro frito, chiles rojos, hojas de perejil, queso fresco, un trozo de cebolla blanca y rodajas de huevo cocido.

Procesión de Jesús del Gran Poder 

La procesión de Jesús del Gran Poder es bastante antigua. Cada año alrededor de 250.000 mil personas salen a las calles del centro de la ciudad de Quito, y sobre todo se concentran en la Plaza San Francisco. La procesión dura hasta las tres de la tarde, hora de la muerte del Señor. La bajada se realiza a las seis de la tarde, cuando termina la jornada para la comunidad judía.

Los Cucuruchos, junto con las Verónicas, son personajes tradicionales que acompañan a Jesús del Gran Poder y a la Virgen Dolorosa en este recorrido que comienza y termina en San Francisco y que recorre buena parte del Centro Histórico de Quito, el casco colonial más grande de toda Sudamérica. Toda la ciudad y las calles se tiñen de púrpura.

Los Cucuruchos simbolizan a los penitentes que muestran su arrepentimiento y su voluntad de cambio y quieren reivindicarse y comenzar una vida libre de pecados. Las Verónicas son la representación de la valiente mujer que se abrió paso a través de él, para limpiar el sudor y la sangre del rostro de Jesús con un paño que habría sido grabado milagrosamente en el paño por la Santa Faz. 

El Arrastre de Caudas

Cada Miércoles Santo en la catedral de Quito se realiza el Arrastre de Caudas, también conocido como el “Paso de la Reseña” es de origen romano del siglo XVI, se hace en la Catedral.

La ceremonia tiene lugar dentro la catedral cuando, el Arzobispo de Quito, junto a sus ocho canónigos, realizan una procesión en las que llevan en sus espaldas las caudas, que son pesadas capas negras de casi dos metros de largo, que simbolizan los pecados del mundo

Los canónigos se postran delante del altar mayor para que el Arzobispo agite una inmensa bandera negra con una cruz roja sobre ellos para transmitir, simbólicamente, las virtudes de Jesucristo. La bandera, también pasa por las cabezas de muchos de los asistentes. Para finalizar al acto litúrgico, el Arzobispo golpea el hasta de la bandera tres veces contra el suelo, símbolo de la resurrección de Cristo, para luego bendecir a todos los fieles con la reliquia de Santa Cruz.

José Asimbaya, párroco encargado de la cArrastre de Caudasatedral, señala que “es una celebración llena de esperanza, de vida. Si bien los ritos que se realizan hablan de muerte por este mundo convulsionado, lleno de violencia, hay una esperanza para vivir. Por eso mismo la bandera que se flamea es para hacer ver que la muerte ha sido vencida”.

La Iglesia, ¿un estorbo?

Quien juzga la Iglesia desde fuera, como una institución humana más, sin fe en Cristo, la considerará siempre como “atrasada”, no acorde con los tiempos, en definitiva, un estorbo para el goce del cuerpo y de la vida.

29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Algunas de las informaciones que llegan a la opinión pública sobre la Iglesia trasmiten una visión problemática sobre la misma, cuando no abiertamente negativa: abusos, disonancia con lo que hoy pide la sociedad, la cultura moderna, las tendencias actuales y los estilos de vida. 

Desde esa perspectiva, la Iglesia y el cristianismo, en general, aparecen como un estorbo, un entorpecimiento al “progreso”. Es normal que los cristianos notemos ese ambiente social, cultural, que intenta ocultar, solapar o pasar indiferente ante la fe cristiana. 

Ello ni nos debe asustar, ni nos debe inquietar o impresionar, ni mucho menos nos debe llevar a ocultar nuestra fe. Con sencillez, sin perder la calma, hemos de vivir conforme a lo que creemos en todos los ambientes en los que se desenvuelve nuestra vida de cristianas, de cristianos. El Señor ya nos advirtió que habría oposición, que la fe cristiana no sería aceptada siempre con paz. Lo que no puede suceder es que nos achiquemos, nos llenemos de complejos u ocultemos nuestro ser discípulos de Cristo. 

Se ataca, por ejemplo, el celibato o la doctrina cristiana sobre la sexualidad humana o el protagonismo de la mujer en la Iglesia, pero en el fondo lo que está en juego y lo que se ataca es la fe cristiana. Quien juzga la Iglesia desde fuera, como una institución humana más, sin fe en Cristo, la considerará siempre como “atrasada”, no acorde con los tiempos, en definitiva, un estorbo para el goce del cuerpo y de la vida. 

Estamos a las puertas de la Semana Santa y la Iglesia proclamará de nuevo la Cruz de Cristo como fuente de salvación, de felicidad y de vida. He ahí la paradoja del cristianismo. Quien hace opción por la fuerza de su deseo, autónomo e individualista, como único camino de felicidad, no necesitará a Dios ni ninguna redención, ni mediación alguna entre Dios y el hombre. Pero esa opción, llevada al extremo, deja al hombre solo, sometido a su deseo, que al final es “su dios”. Para quien hace esa opción sobra Cristo, sobra la Iglesia y sobra el sacerdocio, porque queda anulado el valor eterno de la persona.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Mundo

Alerta de los obispos nórdicos ante «un discurso laico sobre la sexualidad»

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Escandinavia, entre los que se encuentra el de Estocolmo, cardenal Arborelius, han expuesto ideas de la enseñanza cristiana sobre la sexualidad, alertando sobre “los límites de un discurso puramente laico”, en una carta pastoral recién publicada.

Francisco Otamendi·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La carta pastoral de los ocho obispos, titulada «Sobre la sexualidad humana»,  “pretende indicar una dirección a aquellos creyentes y personas de buena voluntad que se sienten inquietos por una visión demasiado mundana del ser humano y su sexualidad”, afirma la conferencia episcopal escandinava, y se ha publicado el V domingo de Cuaresma, como continuación de su recién concluida Asamblea Plenaria de Primavera.

“Nuestra misión y tarea como obispos es indicar el camino pacificador y vivificante de los mandamientos de Cristo, que es estrecho al principio, pero que se ensancha a medida que avanzamos. Os fallaríamos si ofreciéramos menos. No fuimos ordenados para predicar nuestras pequeñas nociones”.

Firman la carta pastoral los obispos Czeslaw Kozon (Copenhague), actual presidente; el cardenal Anders Arborelius (Estocolmo), que presidió la conferencia de 2005 a 2015; Peter Bürcher, emérito de Reikjavik; Bernt Eidsvig Can.Reg. (Oslo); Berislav Grgić, Tromsø; P Marco Pasinato, Ap.Adm. (Helsinki); David Tencer OFM Cap. (Reikiavik); y Erik Varden OCSO, Trondheim.

Enseñanza cristiana sobre la sexualidad

Tras un repaso de imágenes bíblicas, los obispos manifiestan que “necesitamos raíces profundas. Intentemos, pues, apropiarnos de los principios fundamentales de la antropología cristiana, acercándonos con amistad, con respeto, a quienes se sienten ajenos a ellos. Debemos al Señor, a nosotros mismos y a nuestro mundo dar cuenta de lo que creemos y por qué creemos que es verdad.”.

“Muchos se sienten perplejos ante la enseñanza cristiana tradicional sobre la sexualidad”, añaden. “A éstos les ofrecemos un consejo amistoso. En primer lugar: intenta familiarizarte con la llamada y la promesa de Cristo, para conocerle mejor a través de las Escrituras y en la oración, a través de la liturgia y el estudio de toda la doctrina de la Iglesia, no sólo a través de fragmentos tomados aquí y allá. Participa en la vida de la Iglesia. Así ampliarás el horizonte de las preguntas de las que partías, y también tu mente y tu corazón”.

En segundo lugar, el episcopado nórdico aconseja “considerar los límites de un discurso puramente laico sobre la sexualidad. Tiene que enriquecerlo. Necesitamos términos adecuados para hablar de estas cosas importantes. Tendremos una valiosa contribución que hacer si recuperamos la naturaleza sacramental de la sexualidad en el plan de Dios, la belleza de la castidad cristiana y la alegría de la amistad, que muestra la gran intimidad liberadora que también se puede encontrar en las relaciones no sexuales”.

Complementariedad del varón y la mujer

En este contexto, los obispos escandinavos recuerdan: “La imagen de Dios en la naturaleza humana se manifiesta en la complementariedad del varón y la mujer. El hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro: el mandamiento de ser fecundos depende de esta reciprocidad, santificada en la unión nupcial”. 

A continuación, añaden: “En la Escritura, el matrimonio del hombre y la mujer se convierte en imagen de la comunión de Dios con la humanidad, que será perfecta en las bodas del Cordero al final de la historia. Esto no significa que tal unión, para nosotros, sea fácil o indolora. A algunos les parece una opción imposible. A nivel interno, la integración de las características masculinas y femeninas puede ser difícil. La Iglesia lo reconoce. Desea abrazar y consolar a todos aquellos que experimentan esta cuestión con dificultad”.

Sobre el movimiento LGBTQ+

La carta pastoral de los obispos nórdicos habla explícitamente de valorar el movimiento LGBTQ+ “en la medida en que se relaciona con la dignidad de todas las personas y su anhelo de ser tenidas en cuenta”, señala la conferencia episcopal. “La Iglesia condena explícitamente ‘cualquier tipo de discriminación’, y eso incluye la discriminación basada en la identidad u orientación de género”.

Sin embargo, los obispos se oponen a una visión de la naturaleza humana “que transmite una imagen de la humanidad (…) que disuelve la integridad corporal de la persona, como si el sexo biológico fuera algo puramente accidental”. En particular, critican que “tales puntos de vista se imponen a los niños como si no fueran hipótesis audaces sino hechos probados” y “se imponen a los menores como una carga opresiva de tener que determinar su propia identidad sin estar equipados para hacerlo”.

El cuerpo, ligado a la personalidad

Más adelante, añaden: “Es curioso: nuestra sociedad, tan preocupada por el cuerpo, en realidad se lo toma a la ligera, negándose a ver en el cuerpo una seña de identidad, y asumiendo en consecuencia que la única individualidad es la que produce la autopercepción subjetiva, construyéndonos a nuestra propia imagen”. 

“Cuando profesamos que Dios nos ha hecho a su imagen, esto no sólo se refiere al alma. Misteriosamente se refiere también al cuerpo”, añaden los prelados escandinavos. “Para nosotros, los cristianos, el cuerpo está intrínsecamente ligado a la personalidad. Creemos en la resurrección del cuerpo. Por supuesto, ‘Todos seremos transformados’. Lo que será nuestro cuerpo en la eternidad es difícil de imaginar”.

Los obispos escriben también: “Creemos con autoridad bíblica, basada en la tradición, que la unidad de mente, alma y cuerpo durará para siempre. En la eternidad seremos reconocibles por lo que ya somos, pero se habrán resuelto los aspectos conflictivos que aún impiden el desarrollo armonioso de nuestro verdadero yo”.

Realizar el amor

Por último, los obispos se refieren a la caridad, al amor y a los misterios pascuales. “La enseñanza de la Iglesia no pretende reducir el amor, sino realizarlo”. “Para que se comprenda que todo ejercicio de la perfecta virtud cristiana sólo puede brotar del amor, pues en el amor tiene su fin último. De este amor se hizo el mundo y tomó forma nuestra naturaleza. Este amor se manifestó en la ejemplaridad de Cristo, en su enseñanza, en su pasión salvadora y en su muerte”. 

Y concluyen de este modo: “El amor triunfó en su gloriosa resurrección, que celebraremos con alegría durante los cincuenta días de Pascua. Que nuestra polifacética y multicolor comunidad católica pueda dar testimonio de este amor en la verdad”.

El cardenal Arborelius, obispo de Estocolmo, ha señalado que era “importante llevar la fe de la Iglesia a la gente de hoy” y hacerlo “especialmente con el trasfondo de las diferentes teorías sobre la sexualidad humana”. Y el obispo Erik Varden (Trondheim), ha subrayado:  “Nuestros fieles nos preguntan qué dice la Iglesia sobre el género, y queremos responder constructivamente”.

El autorFrancisco Otamendi

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España

Mons. José Rico Pavés: «Una Iglesia viva es rica en ministerios»

La sede de la Conferencia Episcopal Española acogió el 28 de marzo por la mañana un briefing con los presidentes de las Comisiones Episcopales para la Liturgia y para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, Monseñor José Leonardo Lemos Montanet y Monseñor José Rico Pavés, durante el que se habló del nuevo documento “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”.

Paloma López Campos·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 28 de marzo por la mañana, monseñor José Leonardo Lemos Montanet y monseñor José Rico Pavés, presidentes de las Comisiones Episcopales para la Liturgia y para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, tuvieron un encuentro con periodistas para presentar un documento realizado a petición del pleno de la Conferencia Episcopal Española. Se trata de las “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”, que estarán a prueba durante los próximos cinco años y que destacan la riqueza de la Iglesia y sus miembros.

Estas directrices nacen como respuesta a dos documentos publicados por el Papa Francisco en 2023, “Spiritus Domini”, por el que permitió que sean instituidas mujeres en los ministerios, y “Antiquum ministerium”, por el que instituyó un ministerio no litúrgico: el del catequista. Tal como expresan los obispos en el escrito presentado, las novedades del Papa “han impulsado a la Iglesia Española a reflexionar sobre la praxis de los ministerios y, fruto de esta reflexión, se ofrecen estas Orientaciones”.

Recepción, apertura y esperanza

Monseñor José Rico Pavés calificó el escrito como un “documento de recepción, abierto y esperanzador”. De recepción, porque la idea principal es “acoger en el ámbito de las diócesis de España las últimas directrices del Papa Francisco”.

Por otro lado, es abierto en cuanto que la Conferencia Episcopal está en pleno “proceso de ir acogiendo directrices recientes, y además propone unas orientaciones de carácter experimental”. Y, por último, es esperanzador “porque nos sitúa en la estela amplia de acogida de las directrices del Concilio Vaticano II”.

Iglesia viva

Profundizar en la naturaleza e identidad de los ministerios es importante, ya que “una Iglesia viva es una Iglesia rica en ministerios”, observó Rico Pavés. Dichos ministerios, además, no son puras concesiones de los clérigos a los demás miembros del Pueblo de Dios, sino que “tienen su origen en el Bautismo” y por ello indican la riqueza de todos los miembros de la Iglesia.

Todavía profundizó más en este aspecto,  monseñor José Leonardo Lemos Montanet, al decir que el lector, el acólito y el catequista “no son ministerios de sustitución, no están pensados para sustituir a los sacerdotes. No sustituyen, sino que cooperan con el ministerio ordenado”.

Formación y conservación

Las tareas de los instituidos como ministros, como se puede observar, no pueden tomarse a la ligera. Por ello, Lemos Montanet hizo hincapié en la idea de que “hay que formar de una manera adecuada a los que se sienten llamados en la Iglesia para servir en estos ministerios”. De ahí también la importancia de las Orientaciones presentadas.

Con todo, al asomarse a estas directrices es importante la aclaración que hizo monseñor José Rico Pavés: “No se trata de inventar cosas nuevas, sino de recuperar aquello que ha pertenecido a la Iglesia desde antiguo”.

Ministerios en la Iglesia

Entrando de lleno en el documento, este tiene tres partes: la primera contiene una explicación de los ministerios laicales constituidos; la segunda trata sobre las competencias, la naturaleza y la identidad del ministro instituido como lector, acólito o catequista; y, por último, los obispos plantean una propuesta de formación con elementos comunes para los tres ministerios y específicos para cada uno de ellos.

Como expresa el escrito, “los ministerios laicales (léase el de lector, acólito y catequista) son servicios de colaboración, y en casos especiales, pueden también suplir la ausencia de los ministerios ordenados”. Son llamadas especiales de Dios a servir que han de ser discernidas por la Iglesia y, en concreto, por los obispos.

El lector

El del lector es un ministerio litúrgico “al servicio de la Palabra de Dios”. Las competencias del ministro instituido incluyen “proclamar las lecturas no evangélicas”, sustituir al salmista o al diácono para la oración de los fieles, y preparar a otros lectores. Además, también puede ser el encargado de coordinar otros ministerios, de tareas relacionadas con la formación permanente, preparar a los fieles para la recepción de los sacramentos y otras actividades relacionadas con la lectura de la Sagrada Escritura.

El acólito

El ministerio del acólito es litúrgico y está “al servicio del altar, del presidente de la celebración y de los otros ministros”. El acólito también es “ministro extraordinario de la sagrada comunión de forma estable” y se le pueden encomendar “tareas de coordinación del equipo litúrgico, la preparación y ensayo de las celebraciones, coordinación de los demás ministros extraordinarios, etc”.

El catequista

Es “la gran novedad de estas Orientaciones”, si bien “no es propiamente un ministerio litúrgico”. El catequista está “al servicio del anuncio y de la transmisión de la fe, en todas sus dimensiones”. Sus competencias son muy diversas y “se le pueden encomendar tareas de formación, de trabajo del primer anuncio, de catequesis de iniciación en la vida cristiana de niños, adolescentes o adultos, formación permanente, reiniciación cristiana, pastoral familiar…”.

Una oportunidad de renovación pastoral

En resumen, y como conclusión a las “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”, los obispos consideran esta “una oportunidad preciosa de renovación pastoral, que no se ha dejar pasar de largo, y que se concretará en cada diócesis de acuerdo con las necesidades concretas”.

Familia

G. K. Chesterton: profeta de la familia

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad.

José Miguel Granados·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton (1874-1936) es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. El prolífico periodista y literato inglés fue capaz de desvelar las paradojas y perplejidades humanas a la luz del misterio del Dios vivo.

Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad. Además, recordó de modo incisivo los valores perennes de la antropología conyugal, conforme al proyecto del Creador, asequibles al sentido común.

La familia, teatro de lo extraordinario

Chesterton denuncia la inanidad del afán de novedades sin sentido que exhibe el esnob de turno, al subrayar la perenne originalidad y grandeza de la institución familiar, decisiva para la vida humana. “La cosa más extraordinaria en el mundo es un hombre ordinario y una mujer ordinaria y sus niños ordinarios”, dice el pensador inglés con un punto de humor. El hogar familiar es cuna y escuela de humanidad: ámbito de acogida y de protección, de maduración y de socialización; es en la familia donde se reconoce la propia identidad y valor, donde se aprende a vivir y a amar. Pues, en definitiva: “La familia es el teatro del drama espiritual, el lugar donde las cosas ocurren, especialmente las cosas que importan”.

La aventura del hogar

La búsqueda desaforada del éxito profesional puede suponer una trampa -incluso, una idolatría- si se descuidan los valores familiares: “Triunfar en el trabajo no merece la pena cuando supone fracasar en casa”. Por supuesto que también los hijos pueden ser objeto de un amor desordenado.

“El matrimonio es una aventura: como ir a la guerra”. El curioseo del turista contemporáneo, su huida constante hacia falsos paraísos -con frecuencia virtuales-, resulta vulgar si se compara con lo que realmente merece la pena: la auténtica aventura consiste en quedarse en casa, para responder con coraje a la vocación más apasionante, y emprender allí la hermosa tarea de formar un hogar. “Cuando entramos en la familia, por el acto de nacer, entramos en un mundo incalculable, en un mundo que tiene sus propias leyes extrañas, en un mundo que puede existir sin nosotros, en un mundo que no hemos hecho nosotros. En otras palabras, cuando entramos en la familia nos introducimos en un cuento de hadas”.

Dedicar la propia existencia al disfrute de emociones sin fundamento se disuelve en un vagabundeo errático. Pues el sentido de la libertad es el compromiso: entregarse es al ser humano lo que volar es al pájaro. “El amor no es ciego; eso es lo último que es; el amor es atadura, y cuanto más atadura menos ciego”.

La donación de sí mismo en favor de los demás llena de sentido la vida. El “nosotros” matrimonial y familiar -que nace de la alianza conyugal, conforme al plan de Dios inscrito en la masculinidad y feminidad, y asequible a la razón formada y madura- construye la humanidad: es el primer desafío al que nos enfrentamos. “El matrimonio es un duelo a muerte que ningún hombre de honor debería declinar”.

La superstición del divorcio

Con frecuencia se alega la incompatibilidad de caracteres como motivo para justificar una ruptura matrimonial. Chesterton responde con ironía provocativa: “He conocido muchos matrimonios felices, pero nunca uno compatible. Todo el propósito del matrimonio consiste en luchar y sobrevivir desde el momento en que la incompatibilidad resulta incuestionable. Puesto que un hombre y una mujer, en cuanto tales, son incompatibles”.

El divorcio mismo lo califica de superstición, pues no es concebible una convivencia sin dificultades: “Todo el placer del matrimonio consiste en que constituye una crisis perpetua”, sentencia con desparpajo. Y, sin embargo, vivir en comunión es imprescindible, pues la soledad resulta dañina y estéril. La artesanía de las relaciones familiares es imprescindible para crecer, desplegarnos y dar vida: necesitamos ayudarnos, compartir la intimidad, trabajar por hacer comunidad doméstica, superando los roces de la compañía para obtener lo mejor de cada uno.

Paradoja y salvación

En definitiva, solamente desde la presencia del Dios verdadero -el Ser infinito que es en sí mismo comunión interpersonal, fuente de toda vida familiar- se pueden superar las grandes contradicciones de la vida humana en la búsqueda del sentido del misterio que la envuelve. Pues la mayor paradoja de la historia humana, y la única que descifra su sentido, es la presencia de Jesucristo, el Verbo encarnado, el Salvador del mundo, el Redentor del hombre y el Esposo de la Iglesia. Él nos enseña que, superando los límites humanos para adentrarnos en las dimensiones de la vida divina, “amar significa querer lo que no es amable; perdonar conlleva perdonar lo imperdonable. Fe supone creer lo increíble. Esperar significa confiar cuando todo parece desesperado”.

Para saber más

    G. K. Chesterton, Historia de la familia. Sobre el único Estado que crea y ama a sus propios ciudadanos (edición e introducción de D. Ahlquist). Rialp, Madrid 2023;
    Idem, La superstición del divorcio: seguido de divorcio versus democracia. Espuela de Plata, Madrid 2013;
    Idem, La mujer y la familia. Styria, Madrid 2006;
    Idem, El amor o la fuerza del sino (selección, traducción e introducción de Álvaro de Silva). Rialp, Madrid 1993.
    J. M. Granados, Transformar el amor. Matrimonio y esperanza en los grandes relatos. Eunsa, Pamplona 2022;
    Idem, El evangelio del matrimonio y de la familia. Eunsa, Pamplona 2021.

El autorJosé Miguel Granados

Universidad de San Dámaso

Cultura

El amor según Kierkegaard

En “Las obras del amor”, Sören Kierkegaard insiste en la concepción cristiana del amor frente a la pagana. Afirma que, para el cristianismo, Dios es amor y sin amor todo es banal.

Santiago Leyra Curiá·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En “Las obras del amor”, de 29-IX-1847, Sören Kierkegaard insiste en la concepción cristiana del amor frente a la pagana. Afirma que, para el cristianismo, Dios es amor y sin amor todo es banal. Dios es la fuente del amor en la más profunda e insondable intimidad de la persona humana.

Solo el que ama participa del amor y bebe de su misma fuente y, así, “el absolutamente Otro” se hace próximo porque en toda relación amorosa verdadera aparece Dios: el amor verdadero no es una relación entre una persona y otra, sino más bien una relación persona –Dios– persona; Dios es “el Común Denominador”.

El libro del célebre autor danés se divide en una primera parte, que trata del origen del amor, y de una segunda parte, que trata de las características del amor.

Comienza con una oración en la que, entre otras cosas, dice:

“¿Cómo podría hablarse rectamente del amor si quedases olvidado Tú, oh Dios, de quien procede todo amor en el cielo y en la tierra? ¡Tú que no has regateado nada, sino que lo diste todo por amor… ¡Tú que revelaste lo que es el amor!”

En la primera parte dice que el amor surge del interior del hombre del mismo modo que un lago se nutre del manantial oculto. Este manantial es infinito porque es Dios mismo.

El amor en el mundo se manifiesta temporalmente, pero su fuente es eterna. Dios nos está manteniendo continuamente con su acción amorosa. Si este amor se retirase un solo instante, todo volvería al caos.

En la segunda parte, profundiza en la idea de que guardar amorosamente en la memoria a los difuntos constituye el acto de amor humano “más desinteresado”, el más libre y el más fiel de todos.

Por eso aconseja Kierkegaard: “recuerda así a algún difunto y cabalmente con ello aprenderás a amar a los vivos con un amor desinteresado, libre y fiel”. 

Eternidad y libertad

Las obras del amor manifiestan la eternidad de Dios y son prueba de su existencia. Por amor, Dios crea, se encarna y se manifiesta a los hombres.

Nuestro amor nos asemeja a Él y nos hace partícipes de su vida, pues es “la fuente de agua que salta hasta la vida eterna”.  

Dios nos ha otorgado la libertad porque solo un amor libre es verdadero amor. A Él le debemos una correspondencia de amor absoluta. Solo hay un ser a quien el hombre puede amar más que a sí mismo. Este ser no es otro que Dios, a quien hay que amar no como a uno mismo, sino con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente.

Como el origen del amor es oculto “la vida secreta del amor se conoce por los frutos”, por las obras.

Solo podemos hablar de verdaderas obras de amor cuando es el amor de Dios lo que nos mueve a obrar desde lo más profundo de nuestro ser. Aunque no siempre las buenas obras son reflejo del amor, el amor se manifiesta en las buenas obras.

Para Kierkegaard solo podemos ser cristianos auténticos si nos convertimos en personas singulares y estamos dispuestos a sufrir por la verdad.

En cambio, la mediocridad, la inteligencia mundana, “¡está eternamente excluida y aborrecida en el cielo, más que cualquier vicio y delito, pues en su esencia pertenece, más que ninguna otra cosa a este mundo vil y más que ninguna otra cosa está alejada del cielo y de lo eterno!”.

Existe una enorme distancia entre el eros griego y el ágape cristiano que aparece con el Nuevo Testamento.

El primero es un amor de deseo que tiende a la posesión de la persona amada; en el ágape, se ama al otro en cuanto otro, el amante se alegra de la existencia de la persona amada y quiere su bien.

La persona próxima a quien amamos no es un ser abstracto sino un ser concreto a quien las circunstancias de la vida han colocado cerca de nosotros. Hay que amarle como a sí mismo.  

Amor cristiano y amor pagano

El amor tiene un doble objeto: el bien que se quiere y el sujeto para quien se quiere ese bien. 

El amor verdadero, cristiano, es respetuoso con la persona amada ya que se quiere el bien para ella y tiene un fundamento divino, jamás envejece porque no es según la carne sino según el espíritu, no es finito sino infinito.

Amar verdaderamente es un deber, ese deber hace que la abnegación sea la forma esencial del cristianismo; amar es obedecer a la ley divina que manda amar por amor de Dios, no por amor al deber, como en Kant.

El amor pagano es egoísta y posesivo, no surge del manantial eterno ni está ligado a la eternidad, es hijo de la temporalidad; es un amor rebelde contra el Amor, lucha contra toda dependencia, no reconoce ni la renuncia ni la abnegación ni el deber. Es un amor caduco.

Si una persona cesa de amar es señal clarísima de que jamás amó. La mediocridad y la inteligencia mundana están eternamente excluidas del cielo pues pertenecen esencialmente al mundo caduco.

La persona humana alcanza su yo al autorrealizarse como único ante Dios. Desesperar consiste en querer ser el que no se es y en no querer ser el que se es.

El hombre estético todavía no es un individuo; el hombre ético empieza a presentar las características del individuo singular y comienza a estar en condiciones de descubrir la verdad.

La primera condición de la religiosidad es ser un individuo singular porque es imposible edificar o ser edificado en masa, aún más imposible que estar enamorado en masa (“Mi punto de vista sobre mi actividad como escritor”, 1848).

Si nos convertimos en personas singulares, dispuestas a sufrir por la verdad, podemos aspirar a ser cristianos auténticos.

Vaticano

Así trabaja Cáritas Internationalis

Rome Reports·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Cáritas Internationalis ha puesto en marcha un proceso de escucha permanente de sus trabajadores complementado con coaching y counseling. Quieren poner a las personas en el centro e insisten en que los cambios no se deben a ningún escándalo sexual ni económico y que han cumplido con todos sus objetivos.


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Ecología integral

Julio Banacloche: “Las mujeres son las grandes perjudicadas por la ‘ingeniería social

“Los vientos ideológicos no son favorables para quienes defienden una visión cristiana -o simplemente moral- de la vida”. O “las grandes perjudicadas por estas reformas son las mujeres, que ven cómo se diluyen todas las conquistas sociales y laborales conseguidas en los últimos decenios”. Así lo ve el catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense, Julio Banacloche, en una entrevista con Omnes.

Francisco Otamendi·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco ha manifestado este mes en una entrevista con el diario argentino La Nación que “la ideología de género es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas”. Hace ya años el Papa realizó un llamamiento, reiterado luego, para negar “las nuevas colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia”.

La lectura de la reflexión titulada ‘Maternifobia: ni madres, ni padres, ni hijos’, donde se escribía que “es innegable que, en nuestra sociedad, encontramos una corriente que intenta borrar cualquier signo positivo de la maternidad o paternidad”, puede introducir adecuadamente esta entrevista.

El antecedente inmediato ha sido una conferencia sobre “La familia ante las nuevas leyes de ingeniería social”, que se implantan en varias partes del mundo, no sólo en España, organizada por Jara Siglo XXI.

El ponente ha sido el profesor Julio Banacloche Palao, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid, autor prolífico en materias jurídicas, quien habla con Omnes, por ejemplo, de la neutralidad del Estado, o de la ‘contraeducación’ en casa. 

Otro antecedente cercano es el documento “El Dios fiel mantiene su alianza» (DT 7,9), de la Conferencia Episcopal Española, presentado en enero de este año. Se trata de un instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad, al se refiere el entrevistado en la conversación.

Usted ha comenzado su intervención citando al sociólogo Zygmunt Bauman. ¿Por qué Bauman?

–Porque Bauma, a pesar de su adscripción al marxismo (que siempre supone un condicionante teórico), fue un gran sociólogo que caracterizó muy bien a nuestra época, definiéndola como una sociedad líquida, en la que los grandes pilares que daban estabilidad, solidez, a la vida en el mundo occidental (la familia, el trabajo y la nación), se han desmoronado, generando una situación de inseguridad e incertidumbre. 

Esa falta de referentes “sólidos”, por otra parte, es lo que ha permitido que se sitúen en un primer plano ideas y construcciones sobre el hombre, el mundo y la vida contrarias a la ciencia y al sentido común, e inconcebibles hace cincuenta años.

No sé si entre las ideas de Bauman, o como conclusiones suyas, se ha referido usted a la inseguridad y al miedo del futuro. 

–Son ideas de Bauman. A su juicio, esa pérdida de seguridades (el matrimonio ya no es para siempre, el empleo no es estable, la nación se diluye ante los poderes globales) genera una inseguridad en el presente y una incertidumbre para el futuro que genera miedo e incapacita especialmente para el compromiso. Lo único seguro es el consumo (“todo deseo de felicidad termina en una tienda”, decía Bauman), aunque este también es efímero y genera más frustración (siempre aparecerá un iPhone mejor que el que acabo de comprar). 

Esto hace muy difícil construir una sociedad basada en los valores clásicos, forjados en el cristianismo (lealtad, compromiso, solidaridad), porque la virtud dominante es la flexibilidad, que el propio Bauman define como la capacidad de incumplir los compromisos asumidos sin sentimiento alguno de culpa ni arrepentimiento (“hay que adaptarse, son los nuevos tiempos, es lo que toca”).

Ha mencionado un documento de la Conferencia Episcopal Española. ¿Cómo nos afecta la libre autodeterminación de la voluntad? ¿Qué destaca de ese texto?

–Lo más interesante de ese documento de enero de 2023 es que los obispos españoles detectan que estamos ante un cambio de época, donde no hay que analizar cada cambio legal producto de la denominada “ingeniería social” de una forma aislada, sino en conjunto. Se está tratando precisamente de “disolver” lo que queda de los pilares sólidos de los que hablaba Bauman: frente a la idea de comunidad, se impone el individualismo y el solipsismo donde uno solo se ve a sí mismo, es lo que quiere ser, y decide incluso sobre cuestiones que le vienen impuestas. Como decía Benedicto XVI, es el último estadio de rebelión de la criatura contra su Creador. 

El principio de libre autodeterminación de la voluntad, que hunde sus raíces en Hegel, se proyecta en que yo decido si permito o no la vida ajena (aborto), si sigo viviendo o pongo fin a mi vida de forma “oficial” (la eutanasia), o si soy hombre o mujer según ahora me sienta (ley trans). 

En esas decisiones, que además el Estado tiene que reconocer, promover y realizar, los demás no importan nada: ni el padre (ni mucho menos el hijo al que se aborta) en la eufemísticamente llamada “interrupción voluntaria del embarazo” (cuando no se interrumpe nada, sino que le pone fin), ni los familiares en la eutanasia, ni el resto de personas y colectivos afectados por un cambio de sexo en la ley trans. 

Además del aborto y la eutanasia, se ha referido usted a la denominada ‘ley trans’…

–Sí, es el penúltimo producto de la factoría de ingeniería social que ha conseguido acceder al gobierno y al parlamento. Se trata, una vez más, de aprovechar una realidad que merece un tratamiento respetuoso, equilibrado y adecuado a sus circunstancias (como es la de las personas intersexuales o de las transexuales), para imponer una regulación desproporcionada, ideologizada y contraria a la ciencia, a la lógica y a la seguridad jurídica y social más elementales. 

Nadie entiende que una persona pueda cambiar de sexo simplemente con decirlo en la ventanilla del Registro, y aprovecharse a partir de ese momento de las ventajas atribuidas al nuevo sexo. 

Por otra parte, las grandes perjudicadas por estas reformas son las mujeres, que ven como a través de estas normas se diluyen todas las conquistas sociales y laborales conseguidas en los últimos decenios. Pero esta ley no es la última en este delirio legislativo que estamos viviendo (“diarrea”, le llamó la Secretaria de Igualdad, nunca mejor dicho por la descomposición y falta de consistencia que implica el término): la ley del bienestar animal, que concede derechos a los animales en su condición de “seres sintientes”, o el anteproyecto de ley de familias, que considera como tales a dieciocho realidades diferentes, son otros ejemplos.

La pregunta ahora es por qué tiene el Estado que hacer proselitismo de tantas cosas.  

–Es que el Estado debe ser neutral en lo ideológico, y así lo exige nuestro Tribunal Constitucional. Eso es lo que significa vivir en una sociedad plural y diversa: que se aceptan todos los planteamientos en cuestiones de moral, siempre que no rebasen las normas básicas de la convivencia, que se concretan en los principios y valores constitucionales. 

Por eso el Estado no debe asumir ni hacer propia la perspectiva cristiana o marxista del mundo o del hombre, pero tampoco la perspectiva de género, que no deja de ser un planteamiento ideológico basado en la existencia de un heteropatriarcado y una invisibilización secular de la mujer, y que promueve un nihilismo destructor. 

Lo que estamos viendo es que el Estado a través de su legislación se convierte en activista de determinadas ideas y proscriptor de otras, excluyendo no ya del debate sino de la legalidad a quien sostiene planteamientos contrarios. E implantar un pensamiento único y castigar administrativa o penalmente a quien opina lo contrario nos acerca peligrosamente al totalitarismo.

¿Qué es hacer ‘contraeducación’ en casa?

–Es una llamada a la responsabilidad de los padres y madres y de las familias, especialmente a las católicas, pero en general a todas que quieran que sus hijos tengan valores morales. Ya nada se puede dar por sentado, y los vientos ideológicos no son favorables para quienes defienden una visión cristiana -o simplemente moral- de la vida. 

Por eso, ya no es posible dejar la formación a los colegios, ni siquiera a los que tienen un ideario católico o están regentados -muchas veces solo nominalmente- por religiosos, sino que, en cuestiones religiosas o morales, hay que preguntar en casa qué se ha explicado en el colegio, o qué se ha visto en las redes, y explicar y corregir lo que no sea conforme con las convicciones que los padres quieren transmitir a sus hijos. 

En la misma línea, ¿cómo pueden influir más los padres en la educación, o en los centros educativos?

–La situación actual es una gran oportunidad para asumir un compromiso social mayor en todos los ámbitos. Que esas leyes disparatadas y antihumanas hayan logrado aprobarse se debe en buena medida al “silencio de los buenos”, a la pasividad de la gente normal que ha preferido dedicarse a sus cosas (que ya es bastante) y no vincularse en la esfera política o de la sociedad civil. 

Por eso creo que ha llegado el momento de que todos asumamos con valentía compromisos personales y sociales en la defensa del bien común: los padres dedicando tiempo y esfuerzo a la educación de sus hijos (sacrificando a veces ratos de ocio o realización personal), los profesores volcándonos con nuestros alumnos, y en general todos formando parte de entidades y asociaciones que pueden influir en la sociedad.

El autorFrancisco Otamendi

Hermanos mayores

Esas personas mayores, hermanos de nuestras cofradías desde hace decenios, son el verdadero tesoro de las hermandades.

27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Al hablar de hermanos mayores no me estoy refiriendo a los hermanos que presiden las juntas de gobierno y dirigen la hermandad, sino a los de más edad, los más ancianos; me gusta llamarlos así, ni tercera edad, ni segunda juventud, ni edad de plata ni cualquier otro nombre que trate de disimular la realidad. El lenguaje no crea realidades.

Desde la tribuna de los años los hermanos mayores adquieren la suficiente perspectiva como para poder contemplar la vida, la vida de la hermandad y su vida, con especial lucidez siempre que reúnan dos condiciones: experiencia reflexionada y criterios de análisis.

Digo experiencia reflexionada porque si uno no reflexiona sobre las distintas circunstancias y situaciones vividas no puede decir que tiene experiencia, simplemente le han pasado cosas que le han resbalado como el agua por una piedra; para reflexionar es necesario tener criterios de análisis, un modelo de valores y creencias en el que encajar los sucesos que componen su biografía.

Esa ponderación interior de todos los acontecimientos en los que han sido protagonistas o espectadores, dota a los hermanos mayores de una especial serenidad y libertad. Al recuperar o afianzar sus principios refuerza su identidad, de una forma que ningún vendaval totalitario o populista podrá anular. En definitiva: son más libres. Desde la serenidad de la madurez, entienden la libertad como la capacidad de amar más a los suyos y a su hermandad. Y más fieles, porque la fidelidad es la palabra amor en el tiempo y ya la han acreditado.

Con la libertad refuerzan su esperanza, fortaleza y coraje. No han llegado hasta aquí para añorar el pasado, sino para crear el futuro y se aplican a ello con audacia, sin excusarse por su edad, reforzando los fundamentos doctrinales de su hermandad y atreviéndose a innovar, a ser disruptivos, conscientes de que son precisamente los más viejos quienes, por su experiencia, tienen más capacidad de innovación.

También tienen otras notas diferenciales:

Simplifican, saben qué es lo fundamental, aquello en lo que hay que exigir sin ceder, y qué lo accesorio. Descubren que lo fundamental son unas pocas cosas que hacen referencia a los valores, centrándose en éstas, así disfrutan más ellos y los demás.

Saben pasar a un segundo o tercer plano, se alegran con los aciertos de los hermanos más jóvenes de las nuevas juntas de gobierno, sin reclamar, ni pensar siquiera, en la parte que les corresponde en ese acierto.

Llevan con naturalidad “su mochila”, que la vida ha ido llenando de sinsabores, traiciones y ausencias. También ahí van cargadas las equivocaciones y el daño que pudo causar a otros. No la carga con resignación, sino con la alegría de quien sabe hijo de Dios y confía en Él.

Sus sueños ya no los tienen a ellos como protagonistas, sino a los que vienen.

Hay un pasaje del Evangelio que parece dedicado expresamente a los hermanos mayores: el episodio de los discípulos de Emaús. Han perdido las ilusiones. Desanimados, sin horizontes, se vuelven a casa. Jesús se pone al lado, aunque no le reconocen, les habla y les va haciendo recuperar la esperanza. Hacia el final del camino, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». (San Lucas, 24).

Y se quedó. Y su vida cambió. Y volvieron alegres a Jerusalén, a recomenzar.

También atardece en la vida de los hermanos mayores. Tuvieron ocasión de vivir el amanecer de la infancia y juventud y han superado las horas brillantes del mediodía, de la madurez. Cae ya la tarde, es el momento de volver a casa tranquilo, para encontrarse consigo mismo y con los demás, en el espesor de los afectos, del bien realizado y recibido, de la aceptación serena de los éxitos y fracasos.

Nunca es tarde para vivir lo mejor de la vida; nunca es tarde para, como los de Emaús, decir a Jesús y a su Madre: ¡quédate con nosotros!; para constituirse en apoyo permanente de los demás, sabiendo situarse en un segundo plano a contemplar activamente el atardecer de un día que es víspera gozosa de los que están por venir y que ya verán desde otra perspectiva.

Es necesario acercarse a ellos y al tesoro que suponen en la hermandad. Realmente son los auténticos hermanos mayores.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Reverendo SOS

ChatGPT (de OpenAI)

La “inteligencia artificial” está cada vez más desarrollada. Así lo demuestra una de las herramientas más populares de hoy: ChatGPT, un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI.

José Luis Pascual·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El año de lainteligencia artificial (IA)ha sido2022. Con posibilidades casi infinitas y aplicables a muchas acciones o actividades humanas y creativas, hasta ahora era una tecnología fuera del alcance de la mayoría de los usuarios. Pero la llegada del sistema gratuito de chat con inteligencia artificial, ChatGPT, capaz de responder a cualquier cosa que le pidas, podría romper esa barrera. 

Desde su lanzamiento en noviembre de 2022, la herramienta ChatGPT ha sido comparada con Google, pues ambos responden preguntas. Sin embargo, se diferencian en la forma: el ChatGPT lo hace creando textos inéditos, que parecen escritos por un humano, coherentes y orgánicos. Es un chat que ha sido entrenado para que le preguntes y pueda explicarte cualquier cosa. Para usarlo solo necesitas registrarte. Es capaz de generar textos, resúmenes, el código para una página web, un guión para un texto de YouTube o TikTok, y hacerlo con un tono más informal o serio, dependiendo de tus órdenes. 

¿Qué es ChatGPT?

ChatGPT es un modelo de lenguaje de gran escala desarrollado por OpenAI, una organización de investigación en inteligencia artificial. Es un sistema de conversación avanzado que utiliza una red neuronal de gran tamaño para producir texto coherente y significativo en respuesta a una pregunta o un aviso.

ChatGPT se basa en el modelo de lenguaje transformacional GPT (Generative Pre-trained Transformer), que fue operado con una gran cantidad de texto disponible en internet. Este entrenamiento permite a ChatGPT comprender el contexto y producir texto relevante y coherente en una amplia variedad de tareas, desde la generación de respuestas y preguntas hasta la escritura de textos complejos.

En ChatGPT, los usuarios experimentan con la tecnología de aprendizaje automático (Machine Learning), sin tener que codificar, ya que los algoritmos de Machine Learning deberían ser capaces de entender lo que le estés preguntando con precisión, respondiendo de una manera coherente. Pero como cualquier modelo de inteligencia artificial, es posible que cometa errores, ya que no es una ciencia exacta. 

¿Cómo usarlo?

Tener tus conversaciones con esta inteligencia artificial es muy sencillo. Lo único que tienes que hacer es entrar en la web oficial de OpenAI (https://chat.openai.com/) y darte de alta de manera gratuita.

Uno de los usos más populares de ChatGPT es como un agente conversacional en aplicaciones de mensajería y chatbots. Además, ChatGPT puede ser utilizado para tareas de procesamiento del lenguaje natural, traducción automática, clasificación de texto e identificación de entidades nombradas. Se utiliza en aplicaciones de generación de texto, como los resúmenes de noticias o descripciones de productos.

Otro uso importante de ChatGPT es su aplicación en la investigación en inteligencia artificial. Los investigadores utilizan modelos como ChatGPT para entender mejor cómo funciona el lenguaje y para desarrollar nuevos sistemas de inteligencia artificial que sean capaces de comprender mejor y producir textos de buena calidad. Además, ChatGPT también se está utilizando para mejorar la accesibilidad, ya que puede ser utilizado para texto escrito en voz y viceversa, lo que lo hace útil para personas con discapacidades visuales y auditivas.

Esta innovadora herramienta puede escribir artículos o resúmenes de un número concreto de caracteres. Incluso se le puede pedir que escriba esos textos de una manera determinada, señalando las carcaterísticas concretas que deseamos que incluya el resultado. También se le puede pedir consejo sobre qué complemento comprar o explicaciones a cuestiones planteadas. 

Si bien su uso no está exento de polémicas, especialmente en al ámbito académico. Este modelo puede responder a preguntas de manera rápida y precisa, lo que le hace ideal para aplicaciones como el soporte técnico y la atención al cliente, pero también puede abrir las puertas a que los estudiantes usen la herramienta para realizar trabajos aplicando apenas esfuerzo propio.

A pesar de esto, la gran mayoría de expertos favorecen el uso de ChatGPT, pues abre la puerta a un sinfín de posibilidades e implica un avance nunca antes visto en el terreno de la inteligencia artificial.

Vaticano

El Papa al final de Cuaresma: “No cedan al pesimismo ni al desánimo”

“En los momentos en que la vida se asemeja a un sepulcro cerrado, y todo es oscuridad”, con “dolor y desesperación”, Jesús nos dice que en esos momentos “no estamos solos”. Y como a Lázaro, nos impulsa: “¡Sal fuera! ¡Levántate, reemprende el camino, reencuentra la confianza! No cedas al pesimismo que deprime, ni al temor ni al desánimo”, ha alentado el Papa Francisco en el Ángelus.

Francisco Otamendi·26 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Hoy, quinto domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta la resurrección de Lázaro (cfr. Jn 11, 1- 45). Es el último de los milagros de Jesús narrados antes de la Pascua; podemos decir, por tanto, que nos encontramos en el culmen de sus ‘signos’”, comenzó diciendo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano, en la Plaza de San Pedro.

“Lázaro es un querido amigo de Jesús, quien sabe que está a punto de morir”, pero cuando llega a su casa, se ha perdido toda esperanza: ya murió y ha sido sepultado, prosiguió el Santo Padre.

Sin embargo, “su presencia enciende un poco de confianza en el corazón de las hermanas, Marta y María. “Ellas, en medio del dolor, se aferran a esa luz. Jesús las invita a tener fe, y pide que abran el sepulcro. Luego reza al Padre, y entonces grita a Lázaro: ‘¡Sal fuera!’. Éste vuelve a vivir y sale.”.

El Papa aprecia un “mensaje claro: Jesús da la vida incluso cuando parece que ya no hay esperanza. Sucede, a veces, que uno se siente sin esperanza, o que encuentra personas que han dejado de tenerla, a causa de una pérdida dolorosa, de una enfermedad, de un cruel desengaño, de una injusticia o una traición sufrida, de un grave error cometido. En ocasiones, oímos decir: ‘Ya no hay nada que hacer’”. 

“No estamos solos en la oscuridad”

Son momentos en los que “la vida se asemeja a un sepulcro cerrado: todo es oscuridad, en torno se ve solamente dolor y desesperación”. Pero “hoy Jesús nos dice que no es así, que en esos momentos no estamos solos, es más, que precisamente en esos momentos Él se hace más cercano que nunca para darnos de nuevo la vida”, ha afirmado el Papa.

“Él llora con nosotros, como lloró por Lázaro”. Sin embargo, al mismo tiempo, “Jesús nos invita a no dejar de creer y esperar, a no dejarnos abatir por los sentimientos negativos. Se acerca a nuestros sepulcros y nos dice, como entonces: ‘¡Quitad la piedra!’”. Sacad todo lo que hay dentro, ponedlo ante mí con confianza, sin temor, porque yo estoy con vosotros, os amo y deseo que volváis a vivir. Y, como a Lázaro, repite a cada uno de nosotros: ¡Sal fuera! ¡Levántate, reemprende el camino, reencuentra la confianza!”.

Jesús nos dice: “¡estoy contigo!” 

Acudiendo al recuerdo de la infancia de cada uno, el Santo Padre transmitió el mensaje de Jesús: “Yo te tomo de la mano, como cuando de pequeño aprendías a dar los primeros pasos. Quita las vendas que te atan, no cedas al pesimismo que deprime, al temor que aísla, al desánimo por el recuerdo de malas experiencias, al miedo que paraliza. ¡Yo te quiero libre y vivo, no te abandono, estoy contigo! No te dejes aprisionar por el dolor, no dejes que muera la esperanza: ¡vuelve a vivir!”, exclamó.

Este pasaje, que se encuentra en el capítulo 11 del Evangelio de Juan “y que nos hace mucho bien leer, es un himno a la vida, y lo leemos cuando la Pascua está cerca”, reiteró el Papa. “Quizá también nosotros llevamos ahora en el corazón algún peso o algún sufrimiento que parece aplastarnos. Es el momento de quitar la piedra y de salir al encuentro de Jesús que está cerca”. 

Y como es habitual, el Santo Padre suscitó unas preguntas: “¿Somos capaces de abrirle el corazón y confiarle nuestras preocupaciones? ¿De abrir el sepulcro de los problemas y mirar más allá del umbral, hacia su luz? Y, a nuestra vez, como pequeños espejos del amor de Dios, ¿logramos iluminar los ambientes en los que vivimos con palabras y gestos de vida? ¿Testimoniamos la esperanza y la alegría de Jesús?” 

“Que María, Madre de la esperanza, renueve en nosotros la alegría de no sentirnos solos y la llamada a llevar luz a la oscuridad que nos rodea”, concluyó, antes de rezar el Ángelus.

Ucrania, Misisipi, Turquía y Siria, Perú

Tras el rezo de la oración mariana, el Papa Francisco reveló que “ayer, solemnidad de la Anunciación, hemos renovado la consagración al Corazon Inmaculado de Maria, con la certidumbre de que se abra el camino hacia la paz. Sigamos rezando por el martirizado pueblo ucraniano”.

El Romano Pontífice rogó también que “permanezcamos cercanos a quienes han padecido el terremoto en Turquía y en Siria, colaborando con las parroquias, y también recemos por las poblaciones de Misisipi devastadas por un tornado” en Estados Unidos. 

El Papa saludó asimismo a los romanos y peregrinos procedentes de numerosos países, “en especial de España, de Madrid y de Pamplona, y también mexicanos, así como peruanos, renovando la oración por la reconciliación en Perú, para que tenga paz”.

El autorFrancisco Otamendi

Cine

Antonio Cuadri: «Las oblatas rompen los estereotipos de la gente»

Antonio Cuadri es el director de la película “Si todas las puertas se cierran”, un proyecto cinematográfico emocionante con un mensaje muy claro: la gratuidad del amor.

Paloma López Campos·26 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hay una película que “cuenta la historia de tres mujeres, separadas aparentemente en el tiempo y en el espacio, pero que acaban confluyendo en su proceso por encontrase a sí mismas. Las tres tendrán que escuchar una llamada interior que les exige enfrentarse a sus miedos y ser las verdaderas protagonistas de su vida, abriendo caminos nuevos de transformación y liberación”. Así explican en la página web la trama de “Si todas las puertas se cierran”, la nueva película de Antonio Cuadri.

Cuadri es guionista y director de cine. Entre sus trabajos hay títulos como “La gran vida”, “El corazón de la tierra” o “Thomas vive”. Ahora presenta su nuevo proyecto, involucrado con las hermanas oblatas del Santísimo Redentor.

Las oblatas viven en comunidad y dedican sus vidas a llevar el Evangelio a las mujeres que ejercen la prostitución y/o son víctimas de trata. Su fundadora inspira el mensaje de esta película, tal como explica Antonio Cuadri en esta entrevista con Omnes.

¿Cómo se deciden a realizar este proyecto?

–Este proyecto tiene sus raíces hace nueve o diez años. Mi mujer es educadora social y colaboradora operante y voluntaria con la congregación religiosa de las Oblatas del Santísimo Redentor. Yo entré en contacto con el trabajo de estas religiosas y me impresionó mucho. Fui testigo de un acompañamiento que hicieron.

Ellas intentan integrar socialmente a las mujeres en prostitución, especialmente a las que son víctimas de trata. Hacen un trabajo maravilloso, muy silencioso y callado. Rompen el estereotipo que tiene mucha gente, de unas monjas adoctrinando a unas chicas descarriadas. Para nada es así.

Cartel de la película

La actitud tan humilde y silenciosa, ese acompañamiento, me impresionó mucho. Entonces empezamos a ver la posibilidad de hacer una acción de voluntariado a través de una película.

Unos años después de ese primer contacto, las oblatas celebraban en Ciempozuelos (Madrid, España) el 150 aniversario de la apertura de la primera casa de acogida que abrieron, en el siglo XIX. Con este motivo, yo escribí una pequeña obra de teatro, que ha sido el origen del guión de “Si todas las puertas se cierran”.

Ya entonces se vislumbraba que de marzo del 2022 a marzo de 2023 sería el año del bicentenario del nacimiento de la fundadora, Antonia María de Oviedo y Shönthal

La historia de la fundadora es maravillosa, de película. Con mucho esfuerzo y dedicación, y con la colaboración desinteresada de mucha gente, tanto del equipo técnico como de los artistas, hemos hecho realidad esta película.

¿Qué fue lo más importante a la hora de escribir esta historia?

–Hay dos religiosas oblatas, Marisa Cotolí e Inmaculada Ruiz de Balugera, que han colaborado con Claudio Crespo y conmigo, que somos los guionistas.

Lo más importante a la hora de escribir el guión era ser fiel al carisma y a la misión que tienen las oblatas, a su enfoque. Este es el acompañamiento y la ayuda.

Ellas no querían hacer una película sobre la historia de la fundadora, sino sobre la actualidad y la pervivencia que tiene la obra y el mensaje de Madre Antonia en la actualidad.

Queríamos hacer algo muy vivo. De hecho, el guión se estructura en tres niveles. Por una parte está la historia de la fundadora en el siglo XIX, que es la parte de época. Y de ahí saltamos a dos historias actuales, todo basado en hechos reales. Está la historia de una nigeriana en España, víctima de trata, y la de una profesora joven que ayuda a la hija de esa mujer. Ellas entran en contacto con las oblatas y de ahí se conecta con la fundadora.

¿Por qué es actual la historia de la Madre Antonia? ¿Cuál es el mensaje que nos puede aportar hoy Madre Antonia, tantos años después?

–Yo creo que, aunque no esté muy de moda, el amor, la gratuidad en el amor en clave del mensaje cristiano, es algo eterno. Podría ser una paradoja para muchas personas que quizá no conocen suficientemente la acción social de la Iglesia. Creo que dar visibilidad a este mensaje es muy interesante.

La historia de la película es muy delicada. Habláis de prostitución, de niños con depresión infantil… ¿Hay dificultades especiales al llevar a la gran pantalla una historia así?

–Yo creo que el límite está en el buen gusto. Hay que sugerir, más que mostrar. Hay que hacerlo de una forma muy respetuosa, pero a la vez, muy valiente. Estamos mostrando una realidad muy dura, pero tenemos la conciencia de que estamos mostrando una historia de superación. Hay un mensaje positivo: si todas las puertas, al final algo se abre. Es un mensaje alentador, luminoso.

Estamos en las antípodas de lo que podría ser un tratamiento morboso. La realidad se muestra, es bastante evidente, pero nos guiamos por la elegancia, por el buen gusto, y siempre planteando esa puerta de esperanza.

¿Qué ilusión tiene con este proyecto? ¿Qué espera que se lleven los espectadores a casa?

–Sería muy bonito que los espectadores conocieran la labor de las oblatas. En un mundo lleno de tantos intereses, es bonito invitar a que la mirada de los espectadores se deposite en estas mujeres que hacen una labor con una fe y un cariño tan grandes.

En segundo lugar, el proyecto es una llamada al voluntariado. Y, por último, sería estupendo que el público captase esa llamada al amor que hay en esta historia. Es muy emocionante ver cómo estas mujeres, movidas por su fe, sienten en profundidad el dolor de otras mujeres, pero no se quedan en eso, sino que actúan y dedican su vida a ofrecer otras alternativas y a la integración social.

Todo esto me parece lo suficientemente importante como para invitar a los espectadores a ver la película. Los beneficios están al servicio de la obra social de las oblatas. Pero quiero que se sepa que ir al cine a ver esta película es, de alguna manera, apoyar el proyecto que ellas tienen.

Esta película busca emocionar, pero no buscando la emoción por la emoción. Es una emoción compartida con empatía y con la maravillosa capacidad de solidaridad que tienen las oblatas.