Vaticano

El Papa vuelve su mirada a los más vulnerables en el Ángelus del día de Navidad

"Volvamos a Belén" ha destacado el Papa en su alocución en este Ángelus de un especial domingo en el que la Iglesia celebra la Solemnidad del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Una vuelta a Belén que significa volver la mirada a quienes más sufren en la actualidad.

Maria José Atienza·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una soleada mañana ha acompañado el Ángelus del Papa en este domingo de Navidad. desde el balcón de la basílica de san Pedro, el Papa Francisco se ha dirigido a los fieles animando a vencer «el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado». Una alocución marcada por el recuerdo a la falta de paz en el mundo y esas naciones golpeadas por la guerra.

«Volvamos a Belén, donde resuena el primer vagido del Príncipe de la paz. Sí, porque Él mismo, Jesús, es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo», ha continuado el Santo Padre.

Francisco ha querido recordar que seguir el camino de la paz marcado por Jesús presupone abandonar los lastres del «apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira. Estas cargas imposibilitan ir a Belén, excluyen de la gracia de la Navidad y cierran el acceso al camino de la paz. Y, en efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad».

Naciones en guerra

El Papa ha señalado los nuevos rostros del Niño de Belén: «que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad. (…)Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos».

Una de las regiones, visitadas recientemente por el Papa y que ha formado parte de su recuerdo en este día ha sido Oriente Medio. Francisco ha continuado pidiendo que «el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos. Que ayude en particular al Líbano, para que finalmente pueda recuperarse, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y de la solidaridad. Que la luz de Cristo ilumine la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Que oriente hacia una tregua duradera en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre».

Tampoco ha querido el Papa olvidar su continente de origen, América, en el que algunos países viven momentos de incertidumbre y desestabilización social como Nicaragüa o Perú. El Papa ha elevado sus plegarias pidiendo que Dios «inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países; pienso particularmente en el pueblo haitiano, que está sufriendo desde hace mucho tiempo».

Mirantes y hambrientos

Asimismo, ha hecho una comparación entre el significado de Belén, «Casa del pan», señalando «las personas que sufren hambre, sobre todo los niños, mientras cada día se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas». En este punto, se ha detenido en las consecuencias de la guerra en Ucrania que «ha agravado aún más la situación, dejando poblaciones enteras con riesgo de carestía, especialmente en Afganistán y en los países del Cuerno de África. Toda guerra —lo sabemos— provoca hambre y usa la comida misma como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo». En una jornada en la que muchas familias se reúnen en una mesa especial, el Papa ha pedido que «la comida no sea más que un instrumento de paz».

Por último, el Papa, ha señalado a «tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos».

El Santo padre ha concluido pidiendo que nos dejemos «conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud».

Tras las palabras, el Papa ha dado la bendición Urbi et orbi a todos los presentes en la plaza de san Pedro y a quienes han seguido esta bendición a través de los diversos medios de comunicación.

Vaticano

El Papa en la misa de Navidad : «Ayúdanos a dar carne y vida a nuestra fe»

¿Dónde buscar el sentido de la Navidad? Esta fue la pregunta alrededor de la que ha girado la homilía del Papa Francisco en la que ha sido su décima celebración de la Misa de la Natividad del Señor.

Maria José Atienza·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La basílica de san Pedro volvió a acoger a los cientos de personas, entre ellas muchos niños, y decenas de sacerdotes que acompañaron al Santo Padre en la celebración eucarística.

El Papa quiso volver su mirada al pesebre, señalándolo como el lugar en el que encontramos el verdadero sentido de la navidad, que a veces se ahoga entre regalos y adornos. “Para encontrar el sentido de la Navidad, hay que mirar allí (al pesebre). Pero, ¿Por qué es tan importante el pesebre? Porque es el signo, no casual, con el que Cristo entra en la escena mundial». Y del pesebre, el Papa señaló tres significados sobre los que reflexionar: cercanía, pobreza y concreción.

En cuanto a la proximidad, el Papa señaló que “el pesebre sirve para acercar la comida a la boca y consumirla más rápidamente. Una idea que recuerda la voracidad del mundo, ávido de comodidades y dinero. Por el contrario, “en el pesebre del rechazo y la incomodidad”, prosiguió el Papa.

“Dios se acomoda: llega allí, porque allí está el problema de la humanidad, la indiferencia generada por la voraz prisa por poseer y consumir. Cristo nace allí y en ese pesebre lo descubrimos cerca”.

Sobre la pobreza del pesebre, apuntó el Papa, “el pesebre nos recuerda que no tenía a nadie más a su alrededor que a quienes le amaban”. Una realidad que “pone así de manifiesto las verdaderas riquezas de la vida: no el dinero y el poder, sino las relaciones y las personas. Y la primera persona, la primera riqueza, es el propio Jesús”.

Y por último, el Papa se detuvo en la concreción que supone la entrada de Cristo en la historia del hombre. En un niño concreto, en una tierra y un año concreto: “Desde el pesebre hasta la cruz, su amor por nosotros fue tangible, concreto: desde el nacimiento hasta la muerte, el hijo del carpintero abrazó la rudeza de la madera, la rudeza de nuestra existencia”.

“Jesús, te miramos a Ti, acostado en el pesebre. Te vemos tan cerca, siempre cerca de nosotros: gracias, Señor. Te vemos pobre, enseñándonos que la verdadera riqueza no está en las cosas, sino en las personas, especialmente en los pobres: perdónanos, si no te hemos reconocido y servido en ellos. Te vemos concreto, porque concreto es tu amor por nosotros: Jesús, ayúdanos a dar carne y vida a nuestra fe” concluyó el Papa.

Durante la celebración, el Santo Padre renovó la costumbre de la adoración a la imagen del Niño Jesús y se detuvo, especialmente recogido, ante el pesebre instalado en el interior de la basílica petrina.

Recursos

Navidad en clausura

Varias monjas de clausura cuentan su preparación durante el Adviento y cómo viven ellas la Navidad desde su entrega contemplativa.

Paloma López Campos·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Navidad es un tiempo que todos vivimos de manera especial, pero ¿cómo se vive en clausura? ¿Es muy distinta la celebración entre los muros que la celebración en las calles? ¿Cómo se preparan las personas consagradas para la venida de Cristo?

Las clarisas reparadoras

Las monjas clarisas reparadoras del convento de san José (Ourense) cuentan cómo viven ellas estas fiestas tan especiales.

¿Cómo se preparan en clausura para el nacimiento de Cristo?

– «Nos preparamos, en primer lugar, con la Palabra de Dios contenida en las lecturas del oficio Divino, la Sagrada Escritura, los Sacramentos… Año tras año nos centramos en profundizar en estos riquísimos textos para acercarnos a la comprensión insondable del misterio de la Natividad de Cristo».

En las calles todo se llena de luces, música, escaparates llamativos… ¿Cómo podemos volver la mirada a lo importante en este tiempo litúrgico?

– «Todas esas manifestaciones de luces, sonido, villancicos, regalos, dulces…, son signos que nos hablan de un acontecimiento. Desde la fe, el más importante. Dios se acerca al hombre tomando nuestra naturaleza para salvarnos. Nos despierta tremendamente la forma en que lo hace: nace en una cueva de pastores, muere (o mejor dicho, lo matamos) en una cruz. ¿Por qué? “Contempladlo y quedaréis radiantes”.

¿Cambian las actividades y el horario que tienen en el convento cuando llega el Adviento y la Navidad?

– «En estas fechas se hace necesaria una remodelación del horario habitual que haga compatible el trabajo con nuestras obligaciones de vida contemplativa. Es la repostería, particularmente “el panettone” dulce de gran aceptación en estos momentos, el que obliga a esta adaptación».

¿Cuál es, desde vuestra perspectiva, el aspecto más importante de la Navidad?

– «Desde nuestra perspectiva y la de cualquier cristiano, sin duda, es la fe, único medio de ver a Dios, el aspecto más importante. Todo cobra su sentido desde la fe. Por supuesto, hacemos fiesta como en cualquier hogar que vive con esperanza, porque hasta este punto amó Dios al hombre y Dios no defrauda».

¿Tienen alguna recomendación que nos puedan hacer para prepararnos para acoger a Cristo?

– «Volver a la “Palabra de Dios” meditarla, orarla, es nuestra sugerencia. Por ejemplo:

a) Leer No 3-4 de la Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la divina revelación del Concilio Vaticano II.

b) No 48 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II

c) Leer el libro de la Sabiduría en la Biblia.

d) Capítulo 12 de la Carta a los Romanos de San Pablo.

e) Finalmente “ORAR”, orar sin cesar. Pero ¿cómo? Cuando no es posible hacerlo de otra forma, con el “deseo”. “Todo mi deseo está en tu presencia”. Si no quieres dejar de orar, no interrumpas el deseo».

Segundo Monasterio de la Visitación

Por otro lado, las monjas de la Visitación cuentan que su “labor es pedir por las vocaciones en general, y por el mundo tan ateo como hoy día, lamentablemente, estamos padeciendo. El Adviento para nosotras es un tiempo de más recogimiento, ante la venida de nuestro Salvador y Redentor. La alegría que invade nuestros claustros no se puede comparar en nada con las fiestas de bullicio y de poco o nada que recuerden estas fechas».

Mercedarias de Cantabria

Desde el monasterio Santa María de la Merced en Cantabria, también han querido compartir su experiencia:

«En un convento de vida contemplativa, el tiempo de Adviento y Navidad, sin cambiar esencialmente nada, se vive como un amanecer, con una alegría y esperanza nueva. Se prepara la cuna y la canastilla del Niño que viene, a base de actos personales de virtud , oraciones, servicios fraternos, etc. La liturgia se vive con mayor intensidad, uniéndonos a la gran espera del pueblo de Israel, a la ansiedad urgente de nuestro mundo que, aún sin darse cuenta, está suspirando por un «Salvador o Libertador».

Toda esta ansia universal se hace viva en nuestra oración personal, comunitaria, litúrgica. El canto gregoriano de las antífonas de la «O» en la espera inmediata de la Navidad crean un clima de alegre espera y de silencio expectante que empapa toda nuestra vida cotidiana fraterna. También materialmente adornamos nuestro conventito con murales de Adviento, con suspiros oracionales de «Marana tha«, «Ven Señor Jesús», con música navideña para despertar por la mañana, etc.

Para nosotras lo más importante de la Navidad es que vivimos el Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, que toma nuestra naturaleza humana para salvarnos y darnos ejemplo de vida. Es un hecho asombroso, de un amor infinito que llega a tal anonadamiento por puro amor al hombre caído, a cada uno de nosotros, que nos llena de asombro amoroso y nos lleva a una alegría y gratitud desbordante que se traduce en el ambiente coral, fraterno y también en «extras» de alimentación. Pues, como decían los monjes antiguos, las fiestas «en la Misa y en la mesa».

Todo ello nos lleva a compartir espiritual, litúrgica y materialmente con nuestros hermanos, con nuestras ayudas a personas necesitadas, con atender a visitas y llamadas telefónicas, tratando de compartir nuestra fe, nuestra alegría, nuestra gratitud al Dios Amor hecho Niño en Belén.

Mucha pena nos da el que en muchas familias se va apagando la fe y la alegría navideña cristiana y se va cambiando por fiestas paganas en las que ya no se recuerda el motivo de estas fiestas. Nuestro deseo y recomendación a las familias cristianas es que no se dejen arrastrar por corrientes que nada de bueno y profundo pueden aportar y que la unidad familiar se fortalece más alrededor de una mesa  de hogar con villancicos, el Nacimiento y el calor de familia, que con tantos sucedáneos ofrece el mundo de hoy y no llevan a mejorar nuestra sociedad.

 A todos deseamos que el Niño Dios nazca y crezca en vuestros corazones, en vuestras familias, en vuestras Parroquias y en vuestro ambiente social. ¡FELIZ NAVIDAD JUNTO AL NIÑO JESÚS; MARÍA Y JOSÉ!»

Navidad para todos

Las monjas en clausura nos recuerdan la importancia de fijar la mirada en lo esencial durante estos días de fiesta, recordando siempre que lo que estamos celebrando es el nacimiento de Jesucristo. La vida en clausura puede invitarnos a preguntarnos, junto a  san Juan Pablo II: “¿Cómo ha nacido Cristo? ¿Cómo ha venido al mundo? ¿Por qué ha venido al mundo?” (Audiencia general, 27 diciembre 1978). El mismo Pontífice nos da la respuesta: “Ha venido al mundo para que lo puedan encontrar los hombres; los que lo buscan. Al igual que lo encontraron los pastores en la gruta de Belén. Diré más todavía. Jesús ha venido al mundo para revelar toda la dignidad y nobleza de la búsqueda de Dios, que es la necesidad más profunda del alma humana, y para salir al encuentro de esta búsqueda”.

Cultura

Tradiciones de Navidad en Lituania y Polonia

Las fechas navideñas siguen siendo en Lituania un momento privilegiado de vivencia de las tradiciones. El influjo de la vecina Polonia y la cristianización de antiguas costumbre son claves en muchas de estas costumbres que, cada año, las familias lituanas reviven en torno a la Natividad de Nuestro Señor.

Marija Meilutyte·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Polonia y Lituania comparten algunas de las tradiciones navideñas más extendidas. La vigilia del día 24 de diciembre y el 25 se encuentran jalonadas de diversas manifestaciones de cariño, fe y devoción, tan enraizadas en ambos pueblos que, siglos después y tras múltiples avatares históricos, siguen estando presentes en las familias polacas y lituanas.

Lituania: De los kalėdaičiai a los 12 platos de Nochebuena

Para entender las costumbres lituanas en torno a la Nochebuena y la Navidad hay que entender dos cosas. Por una parte, que el cristianismo llegó a Lituania desde dos direcciones: desde Oriente, es decir, Bizancio a través de los eslavos orientales, y desde Occidente, es decir, Roma a través de los germanos y los eslavos occidentales, sobre todo los polacos. Por otra, que Lituania fue una de las últimas naciones en cristianizarse de Europa, en el siglo XIV, por lo que en muchas de estas tradiciones el paganismo y el cristianismo se entremezclan.

La palabra que se utiliza para denominar la Navidad, Kalėdos, tiene su origen en el eslavo oriental коляда, derivado del eslavo eclesiástico kolęda, que a su vez procede del latín kalendae a través de los griegos bizantinos. Kalendae se refiere al primer día de cada mes en el antiguo cómputo romano y en el eclesiástico. Todavía hoy se denomina «calenda» o anuncio de la Navidad al texto del «martirologio romano» que resume la historia de la humanidad y las esperanzas de la salvación, que encuentran su cumplimiento en Cristo.

La palabra que se utiliza para denominar la Nochebuena, Kūčios, tiene su origen en el eslavo oriental kuтя (ucraniano: кутя, ruso antiguo: кутья). Su lugar de nacimiento es Bizancio, no Roma y se relaciona con Kūčia, un plato elaborado con cereales (trigo, cebada, centeno, etc.) mezclados con agua endulzada con miel. Este plato también es tradicional en Bielorrusia y Ucrania.

En la época precristiana en torno al solsticio de invierno se conmemoraba a los muertos y también se celebraban algunos ritos relacionados con la cosecha. Por ejemplo, el plato Kūčia servía para alimentar los espíritus de los antepasados. De este culto a los antepasados queda todavía la tradición de dejar la mesa de Nochebuena sin tocar durante la noche para que las almas de los difuntos puedan darse un festín o rezar por los difuntos en la oración de bendición de la mesa, especialmente por los fallecidos en ese año.

Otra costumbre pagana posteriormente cristianizada es poner heno o paja debajo del mantel: en origen era para que los muertos descansaran, hoy se pone en recuerdo del pesebre donde fue depositado el Niño Jesús tras su nacimiento.

La cena de Nochebuena

Muchas de las tradiciones propiamente cristianas llegaron a través de Polonia, por lo que en la actualidad los lituanos y los polacos comparten muchas de estas costumbres.

La cena de Nochebuena comienza con una oración, normalmente dirigida por el cabeza de familia. Después de la oración se comparten los kalėdaičiai: obleas alargadas decoradas con imágenes del Nacimiento de Jesús. Cada una de las personas ofrece su kalėdaitis a otro de los presentes mientras le bendice y le desea algo para el próximo año; cuando todos los comensales han intercambiado un trozo de la oblea empieza la cena. Normalmente, estas obleas se venden en las iglesias desde el comienzo del Adviento, tras haber sido bendecidas por los sacerdotes. Si una persona no va a celebrar la Nochebuena en Lituania, sus familiares se encargan de enviarle los kalėdaičiai para que no falten en su mesa.

Las obleas simbolizan el cuerpo de Jesucristo, ya que la celebración de la Nochebuena reúne la mesa de la Última Cena de Cristo y el pesebre de Belén.

Los kalėdaičiai son un recuerdo de esto, nos hablan del Pan Vivo hecho carne; partir e intercambiar un trozo de la oblea simboliza la comunión de los cristianos con y en Jesucristo.

En la mesa de Nochebuena tiene que haber doce platos (entiéndase platos como doce cosas distintas de comida), según la interpretación cristiana, en honor a los doce apóstoles que se sentaron a la mesa de la Última Cena.

Tanto en Polonia como en Lituania el tiempo de Adviento es un tiempo de abstinencia y, en la tradición más estricta, el día 24 de diciembre es un día de “abstinencia seca”, es decir, no solo no se puede tomar carne, sino tampoco productos lácteos o huevos. Por esto, la mayoría de los platos son a base de pescado, sobre todo de arenque, setas y verduras.

Entre las bebidas típicas se encuentran el aguonpienas (leche de semilla de amapolas), hecha con agua, azúcar y semillas de amapolas trituradas y el kisielius (kisel) bebida a base de bayas o frutas a la que se añade almidón de patata o de maíz, por lo que la bebida tiene una consistencia muy espesa.

En la mesa de Nochebuena no pueden faltar los kūčiukai, pequeñas bolitas hechas de harina, levadura y semilla de amapolas que se hicieron especialmente popular tras la restauración de la Independencia, cuando comenzaron a celebrarse de nuevo libremente las fiestas navideñas.

Una curiosa herencia de la época soviética es se popularizó la ensaladilla rusa, que en Lituania se conoce como la ensaladilla blanca o ensaladilla casera, como plato del día de Navidad. La razón era que se hacía con guisantes en conserva y mayonesa que eran alimentos difíciles de encontrar y, por tanto, se consideraban artículos de lujo.

Todavía hoy, en la mayoría de las familias se siguen observando estas tradiciones y la Navidad es un tiempo de fuerte vivencia cristiana en el país.

Polonia. La Misa de los pastores y el pan compartido

Texto: Ignacy Soler

Era y todavía hoy es una expresión usada, que todas las fiestas se conocen por sus vísperas. En Polonia la nochebuena se conoce con el nombre de Vigilia y tiene unas costumbres muy arraigadas en cualquier familia, creyente o no.

La Navidad es la fiesta del nacimiento de un Niño en el cual los cristianos reconocemos al Hijo de Dios, al Dios hecho hombre para nuestra salvación. Para muchos la Navidad no es ya una fiesta cristiana, pero siguen siendo unos días de la afirmación de la bondad de la vida humana, especialmente del recién nacido: un don para la familia, el país y todo el mundo. Cada niño es un alguien único, irrepetible, una novedad que hace distinto todo lo demás. Además la Navidad es tiempo para desearnos mutuamente paz, alegría, felicidad, un mundo mejor, sin guerras, sin penas y males: la utopía de un mundo inalcanzable para los humanos de todos los tiempos. Pero lo que el hombre no puede, lo puede Dios.

La Vigilia de Navidad, como indica su nombre nos invita a estar vigilantes y preparados para la celebración. La Nochebuena empieza en las casas polacas frecuentemente cubiertas en esos días de fría y blanca nieve, con la cena de la Vigilia al aparecer la primera estrella, a eso de las cinco de la tarde. Todos se sientan en la mesa común después de un día de mucho trabajo. Desde las primeras horas de día 24 todos están involucrados en preparar la Vigilia. Unos días antes ya se ha puesto el árbol de Navidad y se le ha vestido con todas sus luces, adornos, regalos y la estrella en lo más alto. Sí no lo hubieran hecho antes, la mañana del 24 es obligatorio que luzca el Árbol navideño. El tradicional belén, sobre todo las figuras del Misterio – Jesús, María y José, también tienen tradición y arraigo pero menos que el árbol de Navidad y no tan extendido como en Italia o en países hispano hablantes.

Después de una preparación de unas cuantas horas, y no solo de la comida sino también de la casa, especialmente de la limpieza de las ventanas (esto es algo que no acabo de comprender bien, por qué motivo en Polonia se limpian a fondo las ventanas en la Víspera de la Navidad y del Domingo de Pascua), se agrupan junto a la mesa de Navidad con las mejoras galas de platos y cubiertos. Se agrupan pero no se sientan pues la Cena de la Nochebuena empieza  –  todos juntos y de pie – con la lectura del Nacimiento de Jesús según el Evangelio de san Mateo (1, 18-25) o de san Lucas (2, 1-20). Suele leerlo el padre de familia o el más pequeño.

Compartir el pan: Opłatek

A continuación viene el tal llamado Opłatek, en castellano oblea, que viene del latín oblatum – ofrenda de regalo. La oblea, también llamado pan de ángel o pan bendito, y en nuestro caso, hostia de Navidad, es una hoja de pan blanco, horneado con harina blanca y agua sin levadura, que se comparte en la mesa de Nochebuena. Todos siguen en pie y cada participante en la Vigilia toma una oblea de una bandeja preparada con ellas. Cada comensal sostiene su oblea con la mano izquierda y con la derecha parte un trozo de la oblea de otro participante, al mismo tiempo que expresa concretamente para esa persona sus mejores deseos, con palabras improvisadas, breves o largas, emotivas u oficiales, según el querer de cada uno. Y come ese pequeño trozo partido de la oblea ajena. La acción es respondida mutuamente por la otra persona. Y al final se estrechan las manos, lógicamente la derecha, que es la que está libre.

La hostia navideña es signo de reconciliación y perdón, de amistad y amor. Compartirlo al comienzo de la cena de la Vigilia de Nochebuena expresa el deseo de estar juntos, tiene una significación no sólo espiritual sino también material: el pan blanco recalca la naturaleza terrenal de los deseos, el tener y compartir. Cada uno debe ser como pan bueno y divisible, algo que se puede entregar. Tiene, lógicamente referencias con la petición en la oración del Padre Nuestro y con la Eucaristía.

La tradición de compartir (partir – con), es decir de romper mutuamente parte de la oblea o de la hostia Navideña tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Inicialmente no tenía relación con la Navidad, era símbolo de la comunión espiritual de los miembros de la comunidad. La costumbre de bendecir el pan se llamaba eulogia (pan bendito). Con el tiempo, el pan se llevaba a la misa de Nochebuena, era bendecido y compartido. También se llevaba a los hogares de los enfermos, o los que por diversas razones no estaban en la iglesia, o se enviaba a familiares y amigos. La práctica de celebrar la eulogia, popular en los primeros siglos del cristianismo, comenzó a desaparecer en el siglo IX bajo los decretos de los sínodos carolingios, que querían evitar la confusión entre el pan consagrado (la Eucaristía) y el pan bendito (la eulogia).

Cena de Vigilia de Navidad

La cena de la Vigilia es una cena alegre, familiar y penitencial, sí ciertamente suena curioso pero es una cena de abstinencia de carnes. Es costumbre de ofrecer esa mortificación de no comer carne en ese día como preparación a la gran solemnidad de la Natividad del Señor. El no comer carne es algo que en Polonia sigue teniendo su importancia, pues se vive todos los viernes del año, y a los polacos les cuesta, no les es indiferente. La cena de la Vigilia consta de doce platos diversos, muchos de ellos de pescado, y todos muy bien preparados y de excelente sabor. Se empieza con la sopa, que suele ser un borsch, una sopa roja de remolacha. Después vienen los pierogi, cuyo nombre viene de la antigua raíz eslava pir-festividad, que consiste en una especie de pasta, de croqueta rellena de diferentes tipos y variedades de vegetal, tiene un cierto parecido a los ravioli italianos. Entre los pescados destaca la carpa frita. De bebida es también obligado el kompot, un tradicional jugo que se obtiene de la cocción de algunas frutas como fresas, manzanas, grosellas o ciruelas en una gran cantidad de agua a la que se añaden azúcar o pasas. Como postre no puede faltar la kutia, es una especie de pudin dulce elaborado con granos de cereal, o los makówki, un pastel hecho con granos de amapola.

En la mesa de la cena de la Vigilia debajo del mantel se suele colocar un poco de paja que recuerda el pesebre de Belén. Es también tradición dejar un lugar libre y preparado para el inesperado huésped. Es algo muy eslavo: la amable acogida al visitante, al que siempre se le invita a sentarse en la mesa común. Después de la cena toda la familia se reúne junto al árbol de Navidad donde están esparcidos bajo sus ramas los diferentes regalos. Alguien de la familia, que suele revestirse de san Nicolás, se encarga de repartirlos recitando poesías o bromas en alusión al homenajeado. Al acabar se cantan villancicos, kolenda, antiguas canciones de Navidad, de rico contenido teológico, que se cantan también en las iglesias. En algunas kolenda se habla de cómo en esta noche navideña tan especial los animales hablan con voz humana y entienden nuestro vocabulario. Quizá sea una interpretación de las palabras del profeta Isaías (1, 3): Conoce el buey a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no recapacita.

La misa del gallo, que en Polonia se llama Pasterska, misa de los pastores, se celebra siempre a las doce de la noche. Muchas familias acuden a las iglesias, los templos están materialmente abarrotados y en las calles de las ciudades y de los campos se ve un ir y venir de coches y de luces.

La Eucaristía es el punto culminante de la celebración de la Vigilia. Antes ha habido los llamados rekolecje, ejercicios espirituales de tres días, en todas las parroquias, con la confesión al final. Hace unos meses escuché una conversación casual en la calle: ¿a dónde vas Marek? – Voy a la iglesia, a confesarme. – Pero ¿cómo es eso, si no es Navidad ni Pascua? Y es que acudir al sacramento de la penitencia en estos dos tiempos litúrgicos fuertes es también una arraigada costumbre. Ciertamente es importante la confesión frecuente, pero más importante es que por lo menos exista la confesión infrecuente de un par de veces al año. Los hechos hablan por si solos: en este país todavía se ven interminables colas para confesarse en Adviento y Cuaresma. Yo mismo he tenido la experiencia en esto días: me llamó el párroco de donde vivo y me pidió si podía esos días ayudarle a confesar. Estuvimos las tres jornadas cuatro sacerdotes dedicados a confesar durante bastantes horas. Si hay penitencia, hay sentido de pecado, hay la necesidad de un Salvador, de la venida de Jesús.

El autorMarija Meilutyte

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Un tesoro redescubierto cerca de la Navidad

Santiago Populín Such escribe para Omnes este breve cuento sobre la Navidad, muy adecuado para leer a los más pequeños de la casa.

Santiago Populín Such·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Era una fría tarde de diciembre, la nieve cubría el patio y los quietos columpios invitaban a jugar. Faltaban cinco minutos para que sonara la campana, las vacaciones de Navidad estaban a minutos de comenzar. Todos los alumnos del cuarto curso de primaria miraban el viejo y ruidoso reloj colocado encima de la pizarra. De pronto, el profesor interrumpió sus miradas y dijo con fuerte voz: 

– La tarea para estas navidades es que realicen un escrito sobre lo que sueñan con ser de mayores. El escrito que más guste –haremos una votación entre varios profesores– ganará dos entradas para ir a la pista de patinaje sobre hielo.

Dicho esto, el reloj pasó a un segundo plano; ahora las mentes de los alumnos estaban en la pista de patinaje. La campana sonó y Tomás salió a toda prisa hacia el coche donde lo esperaba su madre. Se subió al coche junto a sus cuatro hermanos y dijo a su madre con gran ansiedad: 

– ¡Hola, mamá! ¿A que no sabes el premio que dará el profesor Luis a quien gane la mejor narración sobre lo que soñamos con ser de mayores? 

Su madre y sus hermanos lo miraron con intriga, y respondieron: 

– ¿Cuál es el premio?

– ¡Pues quien gane esa redacción recibirá dos entradas para ir a la pista de patinaje!

– ¡Impresionante!, dijo su madre con tono de sorpresa. – ¿Y ya sabes sobre qué escribirás? El año pasado soñabas con ser arqueólogo, como Indiana Jones. 

Sus hermanos mayores,  Lucía y Paco, se empezaron a reír. Sonrojado, Tomás contestó:

– Pues ya no, mamá, el año pasado era un niño, ahora ya soy mayor, me gustan otras cosas. Por ejemplo, quisiera ser ingeniero, como papá; o médico, para conducir una ambulancia; o profesor para no dar tareas a los niños; o quizá ser abogado y tener un despacho con una gran silla como la del tío Manuel.

María, su hermana de cinco años, lo interrumpió con voz de vieja emperatriz: 

– Podrías ser bombero, a ti te gusta mucho el fuego…¿verdad, mamá? 

Marta, la madre, se comenzó a reír.

– No sé… como he dicho, son muchas las profesiones que me atraen. Lo que estoy seguro es que quiero hacer algo importante, prosiguió Tomás.

Unos segundos antes de llegar a casa Tomás le preguntó a Marta:

– Mamá, ¿cuál era tu sueño de pequeña? ¿Lo has alcanzado?

Marta se quedó sin habla ante la pregunta y, tras unos segundos que al niño le parecieron una eternidad, contestó:

– Bueno, déjame pensar. Uy, ya llegamos, vamos a entrar que hace mucho frío y a tomar una rica merienda, ¡he preparado churros rellenos con dulce de leche! 

– ¡Bien! –gritaron todos, festejando la deliciosa merienda.

Marta quedó algo angustiada ante la pregunta. Antes de sentarse todos a merendar, se escuchó el sonido de la puerta y ella añadió:

– ¡Ya llegó papá! 

Luego de merendar todos juntos, Marta dijo a Juan, su esposo: 

– Cariño, iré un momento a la casa de mi padre para llevarle unas medicinas, está algo resfriado. Regreso cerca de las 20h. 

Juan la había notado algo extraña durante la merienda, pero pensó preguntarle qué le ocurría después de cenar, cuando ya estuvieran más tranquilos para conversar. 

Ni bien entró Marta por la puerta, su padre la notó algo rara.

– Hola, papá, ya estoy aquí, traje tus medicinas. ¿Qué tal llevas ese resfriado?

– Hija mía, ya estoy mejor, pero más bien yo te pregunto a ti: ¿qué tal estás? Te veo angustiada.

– Nada, papá, ¿por qué lo dices?

– Tienes una cara… Vamos, te conozco, ¿qué ocurre?

– Ay, papá, te das cuenta de todo, cómo me conoces, a ti no te puedo engañar.

– Sentémonos un momento –dijo su padre.

Marta, tomando aire profundamente, dijo: 

– Pues a ver, resulta que fui a buscar a los chicos al colegio y Tomás nos comentó la tarea que le dieron para navidades: escribir lo que sueñan ser de mayores. 

– Bien, pero, no es eso lo que te preocupa, ¿verdad? 

– No, papá. Lo que ocurre es que Tomi nos comentó cuáles son sus sueños: convertirse en un gran ingeniero, o un médico, o un profesor o un prestigioso abogado. Después me  preguntó qué soñaba yo de pequeña y si lo había alcanzado. Esto es lo que me dolió y angustió. Sabes que siempre soñé con ir a la universidad, pero la vida se complicó y no pude conseguirlo. No alcancé mi sueño y ahora soy una simple ama de casa sin ninguna profesión.

Antes de que Marta siguiera hablando, su padre la tomó de la mano y le dijo:

– Marta, hija mía, ¿cómo que no alcanzaste tu sueño? ¿No es tu familia, tu hogar, tu sueño alcanzado? Y, ¿cómo que eres una simple ama de casa sin profesión? Tú reúnes todas las profesiones con las que sueña Tomasito. Eres ingeniero, pues has construido una gran catedral, tu hermosa familia; eres médico, la semana pasada curaste a Juan de esa fuerte gripe gracias a tus cuidados y ahora me estás curando a mí; eres también profesora, ¿no vienen a tu casa los amigos de tus hijos a realizar su tareas porque tú les explicas muy bien?; y eres abogada, pues les defiendes de las injusticias de la vida. Y lo más importante, tú haces que Dios esté en tu casa, en tu cocina, en tu mesa, en la vida de los tuyos. 

Y antes de ver explotar en lágrimas a Marta, añadió:

-Y ahora vamos por una taza de té caliente.

Se hicieron las 20h y Marta se sobresaltó:

  • ¡Uy, qué tarde es! Papá, ya me tengo que ir, debo ir a preparar la cena. Gracias como siempre, ¡qué bueno es tenerte! Papaíto, ¿qué haría yo sin tus sabios consejos? 

Marta se despidió de su padre con un fuerte abrazo y una gran sonrisa. Así caminó hacia su casa, abrigada con el calor de su recuperada alegría, que aniquilaba el frío polar que hacía, y de este modo, su redescubrimiento le hizo llegar en un momento. 

Al abrir la puerta de su casa, se encontró con una entrañable escena: Juan, su esposo, leyendo un cuento al pequeño Pedro; María, jugando con el buey y el burro del Belén; Tomás, escribiendo su tarea para ganar las entradas a patinar, y un olor a salsa de tomate le llevó hacia la cocina, donde encontró a Paco y a Lucía preparando unas pizzas. En ese instante, y tras haber observado con detenimiento todo lo visto desde que entró por la puerta, Marta se emocionó, sus ojos se parecían a un cristal bajo la lluvia, pues recordó las palabras que su padre le había dicho minutos atrás.

– ¿Mamá qué ocurre?, le preguntó Lucía.

Sonriendo, Marta le dijo:

-Todo está bien, no me ocurre nada, hija, voy a preparar la mesa que ya me han ahorrado bastante trabajo haciendo la cena.

Al sentarse los siete en la mesa, Lucía tomó la palabra y mirando risueñamente a Marta, dijo con tono adolescente:

– Papá, a mamá le ocurre algo y no nos lo quiere decir. Está muy extraña desde que llegó de la casa del abuelo.

Juan miró a Marta y le dijo: 

-¿Qué sucede, cariño?

Marta, sonriendo, dijo con amable voz: 

– A ver, no os preocupéis, todo está bien. La verdad es que estoy muy contenta porque ya he recibido mi regalo de Navidad.

En ese instante, el pequeño Pedrito salió disparado hacia la sala de estar para ver si en la chimenea había llegado algún regalo para él también. 

– Mamá, ¿qué regalo has recibido?, preguntó con intriga Tomás.

– Todavía no es seis de enero, continuó María con cara de sorpresa.

Mientras Paco se comía toda la pizza, Pedrito volvió a entrar en el comedor gritando con tono desilusionado:

– ¡Mami, mami, no hay ningún regalo para mi en la chimenea! 

Marta, con una risa disimulada, tomó de la mano a Pedrito y mirando a todos dijo:

– A ver, el regalo de Navidad que he recibido sois vosotros, mi familia, mi sueño alcanzado. 

En esto, Pedrito, sin entender lo que ocurría en esa mesa, preguntó una vez más: 

-Mami, papi ¿dónde está mi regalo?, y todos comenzaron a reír a carcajadas.

El autorSantiago Populín Such

Bachiller en Teología por la Universidad de Navarra. Licenciado en Teología Espiritual por la Universidad de la Santa Cruz, Roma.

Recursos

La historia de “Noche de paz” (“Stille Nacht”)

“Noche de paz, noche santa”: así comienza en el idioma original uno de los villancicos más conocidos del mundo. Se canta en todos los idiomas posibles, en los cinco continentes. ¿Cuándo y cómo surgió? ¿Y quién es el compositor de tan célebre villancico? ¿Quizás el propio Wolfgang Amadeus Mozart? Echemos un vistazo al pasado de Europa: he aquí la historia de “Noche de Paz”.

Fritz Brunthaler·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Las circunstancias históricas

Corría el año 1818. Las guerras contra Napoleón han provocado grandes penurias en el pueblo. La región de Salzburgo, un principado eclesiástico del Sacro Imperio Romano Germánico, gobernado durante siglos por un arzobispo, había perdido su independencia en 1805 y estaba completamente empobrecida. Las crónicas cuentan que multitudes de mendigos recorrían las calles de la ciudad de Salzburgo, pidiendo a la población donativos de caridad para subsistir. No sólo se dejaron sentir en la ciudad y en el campo las consecuencias de la guerra: destrucción, saqueo y muerte. 

Las disposiciones del Congreso de Viena de 1814-1815 trazan la nueva frontera entre Baviera y Austria a 20 kilómetros al norte de Salzburgo, por en medio de la ciudad de Laufen, a lo largo del río Salzach, de modo que el pequeño suburbio de Oberndorf queda separado del centro de la ciudad. Las familias se ven desgarradas y la ciudad se empobrece, pues los barqueros y los constructores de barcos pierden lo que era la base de su prosperidad desde hacía siglos, a saber, sus privilegios para el transporte de sal por el Salzach hacia el Danubio, y por él hasta Hungría. Se suceden catástrofes de inundaciones y pérdidas de cosechas, como la de 1816, que pasa a la historia como el “año sin verano”, porque la erupción del volcán Tambora, en Indonesia, tiene un impacto negativo en el clima de todo el mundo. Tiempos inciertos, pobreza, dificultades. ¿Qué puede dar esperanza?

La Nochebuena del 24 de diciembre de 1818

No hay pruebas definitivas de que los ratones hubieran roído, hasta inutilizarlos, los fuelles del órgano de la iglesia de San Nicolás, de Oberndorf. El hecho es que el órgano, que necesitaba una restauración desde hacía tiempo, ya no funciona, ¡y es Nochebuena! El párroco auxiliar Joseph Mohr, de 26 años, busca una solución para el arreglo musical de la Navidad. Lleva al organista Franz Xaver Gruber un poema navideño de seis estrofas, para que lo musicalice. Lo ha escrito en 1816 en Mariapfarr, lugar muy adentrado en las montañas de los Alpes, cuando era párroco auxiliar en ese lugar. Tal vez la representación del Niño Jesús que había en el retablo, con una llamativa cabeza rizada, le inspiró el verso de la primera estrofa: “Dulce muchacho de pelo rizado”. 

Ese mismo día, compone Gruber una sencilla melodía para dos voces y coro. “Noche de Paz, noche santa” fue cantada después de la Misa del Gallo, a la luz de las velas, a dos voces por Joseph Mohr (tenor) y Franz Xaver Gruber (bajo), junto al Belén de la iglesia -que hoy se encuentra en la ciudad de Ried, en la Alta Austria-, con el acompañamiento de Mohr a la guitarra. El árbol de Navidad era aún desconocido en aquella época, y no se generalizó hasta la primera mitad del siglo XIX, en Europa central.

Los habitantes de Oberndorf -agricultores, artesanos, barqueros- celebraban la Navidad decorando sus casas con maderas de coníferas y ramas de abeto. Luego limpiaban a fondo todas las habitaciones y recorrían todas las habitaciones y el establo con un recipiente de incienso encendido. Por la noche iban a la iglesia para la Misa del Gallo. Allí, estas sencillas gentes de Oberndorf escucharon por primera vez la canción “Noche de Paz”, e inmediatamente llegó hasta sus corazones: en aquellos tiempos de guerra, necesidad e inseguridad, era un mensaje de paz, de recogimiento y de salvación por el Niño recién nacido: “¡Jesús, el Salvador, está aquí!”.

Las personas

Joseph Mohr nació en la ciudad de Salzburgo en 1792. Era hijo ilegítimo, pero su madre no era en absoluto una mujer de vida ligera, porque en aquella época la gente sencilla sólo podía casarse si el terrateniente o las autoridades políticas lo permitían. José era una persona dotada, sobre todo musicalmente, y le ayudaron señores espirituales. Parece que por eso no tenía más alternativa que hacerse sacerdote. Nunca permaneció mucho tiempo en un mismo lugar como pastor, quizá también por su frágil salud, sobre todo de los pulmones. En Oberndorf sólo estuvo dos años, de 1817 a 1819.

Debido a su propia experiencia, como sacerdote estuvo siempre atento a los pobres. Cuando fue acusado de comprar un corzo a un cazador furtivo, se justificó diciendo que era para los más pobres. En Wagrain, vendió su vaca para que los niños pudieran comprar libros de texto. Siendo párroco le gustaba estar con la gente, se sentaba con ellos en la posada, tocaba la guitarra que a menudo llevaba consigo. No vivió para conocer la fama de su canción: murió en 1848 a consecuencia de una parálisis pulmonar, y está enterrado en Wagrain. No se sabe exactamente qué aspecto tenía, porque no se ha conservado ninguna foto suya.

Franz Xaver Gruber tuvo, en algunos aspectos, una vida algo más fácil que Mohr. Nació en 1787 en la localidad de Hochburg, en Salzburgo. Gracias a su talento musical -según la tradición, ya tocaba el órgano en la iglesia a los 12 años-, logró convencer a sus padres y, si no fue músico profesional, se convirtió en profesor e intérprete de música, especialmente de órgano. En 1816 era profesor de escuela primaria y organista en Arnsdorf, un pequeño pueblo a tres kilómetros al norte de Oberndorf, y luego también asistente de organista en Oberndorf.

De sus tres matrimonios -las esposas habían ido muriendo- tuvo doce hijos, de los que sólo sobrevivieron cuatro. Quizás su amor por la música también le ayudó a superar estas pérdidas, porque para él “Noche de Paz” no fue al principio su gran obra: compuso varias misas, que en la actualidad han sido publicadas. En 1854 contribuyó de forma decisiva a aclarar la autoría de “Noche de Paz”, cuando se había asumido que la música podría proceder de Michael Haydn, que había sido compositor de corte en Salzburgo y hermano menor del más conocido Joseph Haydn. En respuesta a una consulta de la Real Capilla de la Corte Prusiana sobre los autores de la canción, mencionó a Joseph Mohr y a él mismo, y señaló a la composición de la canción el 24 de diciembre de 1818. Franz Xaver Gruber murió en 1863 y está enterrado en Hallein.

La canción

Cuando “¡Noche de paz, noche santa!” sonó por primera vez en la noche del 24 de diciembre de 1818, nadie, ni siquiera sus dos creadores Gruber y Mohr, podía imaginar que llegaría a ser tan conocida y popular. Una melodía sencilla, ajustada a las instrucciones de las autoridades eclesiásticas para el cultivo de los cantos religiosos en aquella época, en compás de 6/8, para dos voces y coro. No se trata de un himno litúrgico en sentido estricto, por lo que pronto se introdujo en los hogares de la clase media para la celebración festiva de la Navidad, a lo que también contribuyó el uso de la lengua culta en lugar del dialecto. La melodía tiene rasgos tanto de canción pastoril como de canción de cuna, y ambos se encuentran en el tipo melódico “siciliano”, del que son características la melodía dulce y el ritmo oscilante.

Al principio se consideraba una “canción tirolesa”, porque el organero Mauracher, del Zillertal, en el Tirol, que se ofreció a restaurar el órgano en Oberndorf en 1824, lo llevó a su tierra natal. Varias familias de cantantes del Zillertal difundieron la canción: se dice que la familia Rainer la cantó allí ya en la Navidad de 1819, y tres años después también para el emperador Francisco I de Austria y su invitado de Rusia, el zar Alejandro. La familia Strasser, también del Zillertal, fabricaba guantes y combinaba presentaciones en ferias con actuaciones musicales. Está demostrado que los cuatro niños Strasser cantaron “Noche de Paz” en Leipzig en las Navidades de 1831.

Los viajes que hacía para cantar la familia Rainer los llevaron hasta Nueva York, donde “Noche de Paz” se escuchó por primera vez en 1839. La canción se difundió todavía más por su inclusión en diversas colecciones y entre los himnos litúrgicos protestantes, lo que se explica porque la letra de la canción subrayaba menos la fuerte devoción católica a María que era habitual en las Navidades de la época. En el siglo XIX hubo incluso voces críticas de clérigos católicos: sobre el texto, porque decían que era sentimental y de poco gusto, por lo que no podía captar el misterio de la Navidad; sobre la melodía, porque era plana y monótona, y porque otros himnos religiosos eran preferibles. Pero eso no pudo impedir que se extendiera por todo el mundo.

Hoy

La iglesia de San Nicolás, donde se oyó por primera vez “Noche de Paz”, fue demolida a principios del siglo XX debido a las constantes inundaciones y al peligro de hundimiento. En sustitución se levanta desde 1937 la capilla memorial octogonal Gruber-Mohr en un lugar seguro de Oberndorf.

Existen traducciones y versiones de la canción en más de 320 idiomas y dialectos. Normalmente se cantan las estrofas primera, segunda y sexta.

En los lugares donde nacieron y trabajaron Gruber y Mohr, en Salzburgo y en la Alta Austria, hay museos y monumentos conmemorativos de “Noche de Paz”. Pero también en otros lugares, incluso en los Estados Unidos, en Frankenmuth, Michigan, hay un extenso archivo relacionado con la canción, donado por la familia Bronner, y en la propiedad contigua hay placas con la letra de “Noche de Paz” en 311 idiomas.

En 2004, se dio a un asteroide el nombre de “Gruber-Mohr”. En 2011, “Noche de paz, noche santa” fue reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural mundial inmaterial.

El texto original en alemán, y el texto en traducción al español

A continuación reproducimos el texto original de “Noche de paz”, así como una traducción privada directa, sin rimas ni adaptaciones.

Texto original de Joseph Mohr en alemán

1. Stille Nacht! Heilige Nacht! Alles schläft; einsam wacht Nur das traute heilige Paar. Holder Knab im lockigten Haar, Schlafe in himmlischer Ruh! Schlafe in himmlischer Ruh!

2. Stille Nacht! Heilige Nacht! Gottes Sohn! O wie lacht Lieb´ aus deinem göttlichen Mund, Da uns schlägt die rettende Stund`. Jesus in deiner Geburt! Jesus in deiner Geburt!

3. Stille Nacht! Heilige Nacht! Die der Welt Heil gebracht, Aus des Himmels goldenen Höhn Uns der Gnaden Fülle läßt seh´n Jesum in Menschengestalt, Jesum in Menschengestalt

4. Stille Nacht! Heilige Nacht! Wo sich heut alle Macht Väterlicher Liebe ergoß Und als Bruder huldvoll umschloß Jesus die Völker der Welt, Jesus die Völker der Welt.

5. Stille Nacht! Heilige Nacht! Lange schon uns bedacht, Als der Herr vom Grimme befreit, In der Väter urgrauer Zeit Aller Welt Schonung verhieß, Aller Welt Schonung verhieß.

6. Stille Nacht! Heilige Nacht! Hirten erst kundgemacht Durch der Engel Alleluja, Tönt es laut bei Ferne und Nah: Jesus der Retter ist da! Jesus der Retter ist da!

Traducción privada en español

1. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Todo duerme; únicamente la santa pareja vela en soledad. ¡Dulce niño de pelo rizado, duerme en celestial reposo! ¡Duerme en celestial reposo!

2. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! ¡Hijo de Dios! ¡Oh, cómo ríe el amor en tu boca divina, cuando suena para nosotros la hora salvadora, Jesús, en tu nacimiento! ¡Jesús en tu nacimiento!

3. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! La que trajo la salvación al mundo, desde las alturas doradas del cielo nos deja ver la plenitud de la gracia, ¡a Jesús en forma humana, a Jesús en forma humana!

4. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Donde hoy se derramó todo el poder del amor paternal, y como un hermano abrazó Jesús con benevolencia a los pueblos del mundo, Jesús a los pueblos del mundo.

5. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Habiendo pensado desde hace mucho tiempo en nosotros, cuando el Señor libera de la ira, en el tiempo remoto de los padres prometió indulgencia a todo el mundo, prometió indulgencia a todo el mundo.

6. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Dado a conocer primero a los pastores por el Aleluya de los ángeles, resuena con fuerza a lo largo y a lo ancho: ¡Jesús, el Salvador, está aquí! ¡Jesús, el Salvador, está aquí!

El autorFritz Brunthaler

Austria

El comienzo de una historia

Una pequeña historia que rememora lo que pudo haber rodeado aquel acontecimiento que marcó el rumbo de la Historia.

23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por el camino avanza un hombre joven, apenas veinte años, lleva del ronzal un borrico con su albarda y unos serones en los que transporta lo imprescindible para el viaje. Encima del animal, orgulloso de su carga, una mujer, casi una niña, casi cumplida, si no lo está ya. José, preocupado, no deja de mirar atrás, hacia su esposa virgen: “¿Vas bien?, ¿quieres que descansemos?”. “Tranquilo José, sonríe María, el Niño y yo vamos bien. Creo que el paso cansino del borrico lo ha dormido. Ya apenas se mueve”; pero José no se tranquiliza.

En el pueblo hay demasiado alboroto. Buscan un sitio más tranquilo en el que disfrutar su intimidad. Llegan a una cueva acondicionada para establo y aperos, allí se quedan.

Casi todo lo dispone la Providencia Divina. Casi todo porque hay cosas que el Señor deja que las organice su Madre y ahora que el parto parece inminente es Ella quien toma la dirección.

Mientras José se ocupa de quitarle el aparejo al borrico y meter las cosas dentro, María limpia y ordena el establo. Aparta la paja sucia y prepara un suelo de paja limpia sobre la que esparce romero, a modo de alfombra. Al fondo hay un pesebre que rellena con su manto mullido como colchón, sobre él extiende un paño de hilo que le había preparado su madre. Serán los corporales que acogerán al Niño.

Terminados los preparativos se sientan, por fin, a descansar. Al fondo una mula, tercamente dócil, y un buey, de brava mansedumbre, asombrados, les dan protección y ofrecen compañía. Sentados en el suelo, cogidos de la mano, José y María hablan en voz baja.

Estaban los dos hablando, ¿o estaban rezando?, cuando María aprieta las manos de José:

-Me parece que ya está aquí.

El aire se hizo más fino, la luna se detuvo un instante ¡y se realizó el milagro! Casi sin advertirlo María, el Niño pasó de su seno al romero, para volver del romero a su costado.

Así, tan sencillamente, recibió la Tierra la irrupción de Dios en el tiempo, la presencia deslumbrante de lo divino en la vida ordinaria.

Con la experiencia que da el amor a las madres, María toma a su Hijo en brazos, lo estrecha suavemente en su pecho, con gesto que repetirá, años más tarde, al pie de la Cruz, y lo besa, ¡su primer beso a Dios hecho hombre!

– ¡Mi Hijo y mi Dios!

Caen sobre la cabeza del Niño, a modo de bautizo, las primeras lágrimas de amor.

Jesús, la Palabra eterna del Padre, recién nacido calla. La Virgen, ajena a todo, mira a su Hijo que sonríe, y va sacando recuerdos que guardaba en su corazón. Recuerdos de hace nueve meses, cuando el Arcángel Gabriel le hizo la proposición más sorprendente que había recibido nunca un ser humano: “¿quieres ser Madre de Dios?, ¿quieres ser corredentora de la Humanidad?”.

Ahora están los tres solos en la catedral de Belén en una serena explosión de amor. La criatura ha sido creada para amar y se perfecciona en la entrega, por eso el amor es donación gratuita del amor recibido de Dios, aceptado con humildad. Los ángeles contemplan con admiración la corriente de amor en la que se afirma esa Sagrada Familia.

La gente se va acercando al establo. Mujeres envueltas en sus mantos llevando canastos con comida; otras, más jóvenes, con sábanas bordadas para envolver al Niño; hombres rudos, del pueblo, para echar una mano en lo que haga falta, y niños, muchos niños que nadie sabe de dónde han salido. Son los que se fueron al cielo antes de nacer. Unos porque la Virgen así lo dispuso, otros porque sus madres no les abrieron los brazos y tuvieron que refugiarse en los de la Madre Amable. Llevaban tiempo esperándolo, ahora, por fin, ya pueden disfrutar con Él.

Por las afueras del pueblo avanza una vistosa caravana. Son reyes, o magos, o algo así. Con la solemnidad propia de su rango entran en el establo, saludan a la Madre, besan los pies al Niño adorándolo – el conocimiento de Dios es inseparable de la adoración- y, según la costumbre oriental, se acercan al padre a darle un abrazo y ofrecerle regalos: Oro, para coronar al Rey, incienso, para adorar al Dios, Mirra, para embalsamar al Redentor.

¿Cómo continuó la historia?, creo que, después de muchas vicisitudes, la familia se instaló en Nazaret y allí vivieron muchos años; pero ése ya es otro capítulo, ahora disfrutamos de éste

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

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Recursos

Los mejores villancicos para estas fiestas

Omnes trae una lista de villancicos para disfrutar estas fiestas.

Paloma López Campos·23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Empieza la cuenta atrás para la Nochebuena y el día de Navidad. Entre los preparativos, las comidas y los recados de última hora, os dejamos una lista con algunos villancicos para pasar estos días de fiesta.

Mary, did you know? – Pentatonix

I´ll be home for Christmas – Michael Bublé

In the bleak mid-winter – The Choirboys

O Holy Night – The Tabernacle Choir

Let it snow – Frank Sinatra

Tu scendi dalle stelle – The Three Tenors

Veni, veni Emmanuel – Canto Católico

El burrito de Belén – Juanes

Canción para la Navidad – José Luis Perales

Sizalelwe Indonana – Kimbolton Prep Music

O Tannenbaum – Andrea Bocelli

Adeste, fideles – Ars Cantus

Il est né le divin enfant

Mundo

Cardenal Filoni: “Debemos amar Tierra Santa”

El cardenal Filoni, Gran Maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, habla en Omnes sobre Tierra Santa y su relación con los cristianos de todo el mundo.

Federico Piana·23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hay una institución en la Iglesia Católica que tiene una misión que nunca ha cambiado a lo largo de los siglos: la de cuidar y apoyar a los cristianos de Tierra Santa. Se trata de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyos orígenes históricos se remontan a 1336 y a la que san Juan Pablo II concedió personalidad jurídica vaticana.

En la actualidad, la Orden cuenta con 30.000 caballeros y damas laicos en todo el mundo, está organizada en 60 Luogotenencias y una docena de Delegaciones Magistrales, y hace unos dos años renovó su estatuto con la aprobación del Papa Francisco. «Creemos que Tierra Santa no puede considerarse un yacimiento arqueológico de la fe, sino que debe vivir una realidad viva compuesta por las familias cristianas que la habitan y los numerosos peregrinos que la visitan cada año», explica el Cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden, según el cual la fuerza de la institución que dirige «tiene su origen en el gran entusiasmo que sus miembros ponen en todas las actividades que realizamos».

En el complicado contexto internacional actual, ¿cómo consigue la Orden cumplir su misión principal? 

– En primer lugar, debemos decir que debemos amar Tierra Santa: no sólo por lo que representa culturalmente, sino sobre todo por el hecho de que Jesús nació, vivió, predicó y llevó a cabo allí su misión de salvación. Ahora, apoyar a los cristianos significa continuar la presencia de una realidad viva en Tierra Santa. La primera comunidad cristiana estaba formada por los discípulos del Señor y nunca se ha extinguido. Esto significa, sin embargo, que hay que apoyar a esta «Iglesia madre», que luego dio a luz, mediante la evangelización, a muchas otras Iglesias del mundo. Por ello, las Iglesias del mundo sienten que les corresponde apoyar a la Iglesia de Tierra Santa en este momento histórico, porque la presencia de cristianos en esas zonas ha disminuido mucho, y si no hay una contribución financiera, además de emocional, Tierra Santa corre el riesgo de convertirse en un lugar turístico, en un yacimiento arqueológico de la fe. Y no queremos que esto ocurra. El apoyo que la Orden presta a Tierra Santa sirve para ayudar a todos aquellos que tienen una razón para vivir en Tierra Santa: no sólo cristianos, sino también judíos y musulmanes.

Recientemente, la Orden también se está desarrollando en Eslovaquia y ha iniciado proyectos de expansión en África: ¿en qué consiste este gran esfuerzo y cuál es su motivación?

– Nuestra intención es abrir un poco más la Orden, que ya está muy presente en los países europeos y en Norteamérica. La idea es aumentar nuestra presencia en Sudamérica, Centroamérica, pero también iniciar algunos proyectos en África y Asia. Hacemos todo esto porque la Orden está abierta a todos: y la preocupación por Tierra Santa debe llevar también a todas las demás Iglesias del mundo -minoritarias o mayoritarias- a tener a Tierra Santa en el corazón. Si la Iglesia es católica, la catolicidad debe alcanzar también a aquellas realidades continentales menos presentes en este momento, pero que no deben ser excluidas. Nuestros caballeros y damas no son los que se ocupan ocasionalmente de Tierra Santa, sino que lo hacen con una estabilidad de compromiso, y es bonito pensar que también pueden formarse en países donde la Orden está menos presente hoy en día.

Actualmente, ¿qué compromiso se exige a los miembros de la Orden en todo el mundo? ¿Ha cambiado con respecto a los nuevos retos geopolíticos mundiales?

– Siempre digo que el compromiso de los miembros de la Orden se apoya en tres pilares: la formación espiritual, que nace del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, el amor a Tierra Santa y la dedicación a su Iglesia local. Por lo general, nuestros caballeros y damas son laicos, profesionales muy preparados, que pueden aportar mucho a cada Iglesia local, una contribución verdaderamente cualificada. Su amor por la Iglesia local se extiende a toda Tierra Santa.

¿Cómo está viviendo la Orden el camino sinodal?

– La Orden no es una diócesis, y aunque bromeo diciendo que soy un párroco con 30.000 fieles repartidos por todo el mundo, ni siquiera es una parroquia. Sus miembros forman parte de las Iglesias locales y, como tales, aportan y aportarán su contribución a todo el camino sinodal.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Vaticano

Gratitud, conversión y paz: los deseos del Papa a la Curia Romana

El Papa Francisco ha mantenido su tradicional encuentro de Navidad con quienes prestan su servicio en la Curia vaticana. Conversión, gratitud y perdón han centrado las palabras del Santo Padre en su discurso de este año.

Giovanni Tridente·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Para su décimo discurso a la Curia Romana con ocasión del intercambio de felicitaciones navideñas, el Papa Francisco eligió la práctica de un prolongado «examen de conciencia», basado en una profunda actitud de gratitud, para favorecer una verdadera conversión de los corazones y generar sentimientos de paz en el entorno.

Al recibir a los Cardenales y Superiores de la Curia Romana en la Audiencia, el Pontífice repitió la práctica de la parresía, es decir, decir libremente las cosas que están mal, pero proponiendo una «solución» realista a cada caída que pueda surgir en la Iglesia, y en particular en la Curia Romana.

Francisco habló en primer lugar de la necesidad de «volver a lo esencial de la propia vida», liberándose de todo lo superfluo que impide un verdadero camino de santidad. Para ello, sin embargo, es importante tener «memoria del bien» recibido de Dios en cada paso de nuestra vida, a fin de lograr esa actitud interior que te lleva a la gratitud.

El esfuerzo consiste en hacer, en todas las circunstancias, un ejercicio consciente de «todo el bien que podamos», superando el «orgullo espiritual» que nos hace creer que ya lo hemos aprendido todo o que estamos a salvo y en el lado correcto.

Este proceso se llama «conversión» y se traduce en la «verdadera lucha contra el mal», logrando desenmascarar incluso aquellas tentaciones más insidiosas, a menudo disfrazadas, que nos hacen «confiar demasiado en nosotros mismos, en nuestras estrategias, en nuestros programas». En este punto, el Pontífice citó expresamente el riesgo del «fijismo» (como si no hubiera necesidad de una mayor comprensión del Evangelio) y del «espíritu pelagiano», así como la herejía de dejar de traducir el Evangelio «en las lenguas y modos actuales».

El mayor ejemplo de este tipo de conversión en la Iglesia, el Papa Francisco lo vislumbra en el Concilio Vaticano II, la mayor y más reciente ocasión que dio el intento de «comprender mejor el Evangelio, de hacerlo actual, vivo y operante en este momento histórico». Y en esta estela se inserta el camino sinodal actualmente en curso, porque la «comprensión del mensaje de Cristo no tiene fin y nos provoca continuamente».

Entre las palabras clave utilizadas por el Santo Padre para dejar de convertirse continuamente está la «vigilancia» precisamente respecto a todos esos «demonios educados» que se cuelan en nuestros días sin que nos demos cuenta, provocando entre otras cosas el engaño de «sentirse justos y despreciar a los demás». Aquí es donde entra en juego «la práctica cotidiana del examen de conciencia» -sugirió Francisco-, que también nos permite abandonar «la tentación de pensar que estamos a salvo, que somos mejores, que ya no necesitamos convertirnos».

Y sin embargo, advirtió el Pontífice, los que están dentro del cerco, «en el corazón mismo del cuerpo eclesial», como pueden ser los que trabajan en la Curia romana, precisamente, están «más en peligro que todos los demás, minados precisamente «por el diablo educado».

El Papa dirigió un último pensamiento a la paz, con referencia sin duda a Ucrania y a todas las demás partes del mundo, donde en el fracaso de esta tragedia y con respeto a los que allí sufren «sólo podemos reconocer a Jesús crucificado». Pero incluso en este caso no debemos ser ingenuos, porque si nos preocupamos por la cultura de paz, debemos ser conscientes de que «empieza en el corazón de cada uno de nosotros».

Esto significa que incluso entre «gente de Iglesia», y quizás sobre todo, debemos arrancar «toda raíz de odio, de resentimiento hacia nuestros hermanos y hermanas que viven a nuestro lado».

«Que cada uno empiece por sí mismo», añadió el Papa Francisco, citando los muchos tipos de violencia que no sólo implican las armas o la guerra, sino -precisamente pensando en los círculos curiales- la violencia verbal, la violencia psicológica, el abuso de poder o la violencia oculta de los chismes: «depongamos toda arma de cualquier tipo.»

Por último, la invitación a practicar la misericordia, reconociendo que todos pueden tener límites y que «no hay Iglesia pura para los puros», y a ejercer el perdón, concediendo siempre otra oportunidad, ya que «uno se hace santo por ensayo y error».

El año de la Curia: reforma y más laicos

Por su parte, el Card. Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio ha sido el encargado de saludar al Santo Padre en nombre de quienes componen la Curia romana. En su saludo, el cardenal Re ha recordado “la dramática situación que atraviesa la humanidad, no sólo a causa de la pandemia de Covid, que aún no ha terminado en el mundo, sino sobre todo por las trágicas guerras, que siguen provocando el derramamiento de ríos de lágrimas y sangre”, y se ha referido, en concreto a la guerra con Ucrania, que se acerca a su primer aniversario y ante la que “Su Santidad ha alzado continuamente la voz para dejar claro que ‘con la guerra todos estamos derrotados’ y para subrayar que la guerra es una locura, una matanza inútil, una monstruosidad, pidiendo enérgicamente el cese de las armas y unas negociaciones de paz serias”.

En cuanto a la Curia, el Decano del Colegio Cardenalicio ha señalaro que “el año que termina sigue marcado por la reforma promulgada con la Constitución apostólica Praedicate Evangelium, que responde a las necesidades de nuestro tiempo y contribuye a que la Curia romana responda mejor a sus grandes tareas de servicio al Primado del Papa y de servicio a los Obispos y a la Iglesia en este momento histórico” y ha destacado “la satisfacción en la Curia por el aumento de laicos y laicas en diversos puestos importantes de responsabilidad, que no presuponen el sacramento del Orden”. “Esta reforma” ha subrayado Re “nos compromete a todos a una espiritualidad más profunda, a una mayor dedicación y a un espíritu de servicio más intenso, con un sentido íntimo de responsabilidad hacia la Iglesia y el mundo y con una fraternidad más intensa entre nosotros”.

Además el cardenal Re ha recordado los viajes a Canadá, Bahrein y Malta del Santo Padre ,  que muestran su empeño por abordar “los turbulentos problemas de la sociedad”.

Iniciativas

Jesús nace para todos

Después de dos años vuelve “Sembradores de estrellas”, una de las iniciativas de Infancia Misionera para felicitar la Navidad en España.

Paloma López Campos·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El objetivo de esta iniciativa es que los más pequeños de la familia se conviertan en jóvenes misioneros, devolviendo a la Navidad su auténtico sentido. Los niños salen a la calle y reparten pegatinas con el lema “Jesús nace para ti”, cantan villancicos y pasean por las calles.

Sembradores de Estrellas vio la luz en 1977, gracias a un sacerdote jesuita. Gracias a él, las últimas semanas de Adviento cientos de niños salen por sus pueblos y ciudades para felicitar la Navidad a todos de parte de los misioneros.

Obras Misionales Pontificias propone a los niños una manualidad, para que hagan sus propias estrellas con los colores misioneros. Además, facilita un guión para “el envío de los sembradores de estrellas” que consiste en un breve saludo, la lectura de un pasaje del Evangelio y, finalmente, el envío.

Este año se ha elegido como lectura Mateo 2, 9-12: “[Los magos] se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino».

Esta iniciativa sirve como preparación para la Jornada de la Infancia Misionera, que celebraremos el próximo 15 de enero. Gracias al apoyo de los niños, todos los años los misioneros pueden ayudar a más de 4 millones de pequeños en 2500 proyectos distintos de Obras Misionales Pontificias.

Crea tu estrella misionera

Evangelización

Paula Vega: “Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales»

Paula Vega (Llamameyumi) es una misionera digital y estudiante de Teología que usa las redes sociales para evangelizar.

Paloma López Campos·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Paula Vega, en redes sociales “llamameyumi”, es profesora de Religión y estudiante de Ciencias Teológicas. Se dedica también a evangelizar en redes sociales, es lo que conocemos como una misionera digital. No solo comparte su día a día, en su contenido se encuentra una fe vivida contagiosa. En este artículo os traemos una entrevista que ha concedido a Omnes.

¿Por qué empezaste a evangelizar en redes sociales?

– No fue una decisión de la noche a la mañana, sino más bien algo progresivo. Como cualquier joven, yo compartía mi día a día en redes sociales sin pretensión alguna. Conforme la fe se fue volviendo más importante, más se reflejaba eso en mis publicaciones. Empecé compartiendo el día a día en la parroquia, reflexiones sobre la fe y posteriormente algunas cosas que aprendía en teología. La respuesta de la gente era muy positiva y los seguidores comenzaron a crecer. Rezando y reflexionando, sentí que podía aportar algo desde mi perspectiva de joven, mujer y estudiante de teología, y decidí tomármelo más en serio. 

Internet es un medio masivo en el que, por lo que parece, el contenido es prácticamente siempre negativo y muy alejado de los valores cristianos. ¿Cómo evitar ahogarse entre ese bombardeo de contenido?

– En los talleres que doy sobre la evangelización en redes para jóvenes, les explico que una actitud cristiana en internet también se basa en tomar conciencia de las personas a las que seguimos. Si yo sigo cuentas superficiales, que incitan a la violencia o se burlan de otros, eso será lo que esté recibiendo durante el tiempo que utilice las redes, que normalmente es un tiempo elevado. Crear un espacio en mi propio móvil de contenido positivo y que me aporte es responsabilidad propia. Como padres y catequistas, creo que es bueno hablar con los niños de esto y ofrecerles cuentas con contenido de calidad. Gracias a Dios hoy en día tenemos gran cantidad de misioneros digitales en todas las plataformas que hacen contenidos muy atractivos.

Las redes sociales de Paula

Eres alumna de Teología, ¿es una llamada que surge de una necesidad para hacer frente a tu labor como misionera digital o es algo más profundo?

– Mi llamada a la teología surgió mucho antes, tras un proceso de reconversión en que el me vi llamada a algo más. Ahora que lo veo con perspectiva, en mi vida no se entiende lo uno sin lo otro. La teología me permite hablar en redes de ciertos temas que la gente demanda porque están buscando respuestas. Al mismo tiempo, estar en contacto con jóvenes y personas alejadas me obliga a buscar la forma de actualizar el lenguaje teológico para propiciar el acercamiento. 

Eres responsable de formación en un grupo, atiendes a jóvenes de entre 14 y 18 años, eres miembro de la Pastoral Vocacional… ¿Qué carencias ves en la formación religiosa de los más jóvenes? ¿Qué crees que necesitan?

– Primero, empezar por la formación de los propios catequistas y profesores. Ahora que estudio teología me doy cuenta de los errores que cometía antes o las cosas que pensaba y transmitía, por no tener formación suficiente. Segundo, hay que partir de los intereses que tengan en cada etapa de sus vidas. Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales que tengan, porque solo así la fe cobra un sentido profundo. Tercero, debemos hacer la formación atractiva. No es lo mismo hablarles de las partes de la misa con una charla estática, que con un kahoot, por ejemplo. O hablar del ecumenismo con una presentación, en vez de participar de algún encuentro con jóvenes de otras confesiones. Hay que ser creativos y buscar las formas más adecuadas.

Has hablado varias veces sobre la salud mental, ¿crees que este ámbito está suficientemente trabajado por la Iglesia? ¿Qué crees que falta por lograr?

– Es cierto que se ha mejorado notoriamente el diálogo sobre salud mental en la sociedad y, por ende, esto se ha transmitido a la Iglesia. No obstante, creo que en algunos sectores se sigue relacionando los problemas de salud mental con falta de fe o confianza en Dios. Se piensa que la terapia psicológica anula el acompañamiento espiritual, o viceversa, pero las dos son necesarias y complementarias. Sin salud mental no hay salud. Dios acompaña en el proceso, como ese amigo fiel que camina contigo. Igualmente, la Iglesia como madre, debe acompañar y ser abrazo para todas esas personas que sufren a causa de la salud mental. Hablar más abiertamente de ello puede ayudar a derribar prejuicios. 

¿Qué es lo más difícil a la hora de enseñar a los niños sobre Dios?

– Antes, cualquier persona había recibido una mínima educación religiosa. Ahora tengo niños que no han escuchado hablar nunca de Dios en casa y tienes que empezar de cero. Se vuelve complicado la continuidad y entonces, inconscientemente, separan la fe del resto de ámbitos, en vez de dejar que sea la esencia. En el colegio, existe Dios porque la profesora me habla de Él. En el resto de mi vida no está presente porque el entorno no lo fomenta. También les resulta difícil entender las implicaciones de pertenecer a la Iglesia porque no lo viven en el día a día. Los profesores y catequistas sembramos y rezamos para que la semilla dé fruto en algún momento, pero el riego que se les da desde casa es fundamental.

¿Hay algo que tus alumnos más pequeños te hayan enseñado sobre Dios y que quieras compartir con nosotros?

– Los niños asimilan rápido que Dios es un padre bueno que nos ama con locura. Por eso, consiguen entrar en una dinámica de confianza con Él, donde no tienen miedo de preguntar o reprochar. El Papa Francisco dice que enfadarnos con Dios también es una forma de hacer oración, porque ya supone hablar con Él y reconocer su existencia. Los niños me han enseñado a no tener miedo de dirigirme a Dios y decirle lo que sienta en cualquier momento. Él lo acoge todo y me sigue amando.

Lecturas del domingo

Lecciones de paz. Solemnidad de la Natividad del Señor (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Natividad del Señor y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La noche en que nació Nuestro Señor Jesús, una gran multitud de ángeles se apareció a los pastores, “que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”, o, en otra traducción, “en quienes se complace”. La palabra que se traduce como “favor” o “complacido” es “eudokias”. A Dios le agradó ocultar estas cosas a los sabios e inteligentes y revelarlas a los simples niños (Mt 11, 26; Lc 10, 21), igual que los buenos padres se complacen en la alegría de sus hijos al recibir los regalos de Navidad. La misma idea aparece en el Bautismo y la Transfiguración de Cristo: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Dios se complace en su Hijo, y en los hijos en general, o en los que se convierten en niños. Da la paz a aquellos en los que se complace, porque se han convertido en niños. Se complace en los que han aprendido a ser pequeños, a confiar en él, y no dependen de sí mismos. A ellos les da la paz. Debemos aprender del nacimiento de Nuestro Señor, el niño pacífico en el pesebre, para estar más en paz. “Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre; como un niño saciado así está mi alma dentro de mi” (Sal 131, 2). Pedimos la paz de los niños pequeños. 

“Siendo niños” -enseñó san Josemaría- “no tendréis penas: los niños olvidan enseguida los disgustos para volver a sus juegos ordinarios. -Por eso, con el abandono, no habréis de preocuparos, ya que descansaréis en el Padre” (Camino, 864).

Cristo es el “príncipe de la paz”. Así es como Isaías describió al Mesías (Is 9, 6). Leemos ese texto en la misa de medianoche. Los ángeles, como se ve, celebraron su nacimiento como el de quien trae la paz. Zacarías terminó su himno Benedictus anunciando que el Señor, cuando venga, es decir, Jesús, lo hará “para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 79). 

Y, sin embargo, a los pocos días del nacimiento de Cristo, el diablo lo atacó, atacó la paz que traía mediante los intentos que Herodes hizo para matarlo. Herodes lo hizo porque no tenía paz en su alma, porque su corazón estaba atenazado por el miedo.

Pero Jesús en el pesebre enseña lecciones de paz. No atrae por la fuerza, sino por el amor. Jesús en el pesebre es una “cátedra”, como decía san Josemaría. Tenemos muchas lecciones que aprender de él. Aprendemos a ganar por atracción y no por imposición. Aprendemos la humildad de ser débiles, como lo fue Nuestro Señor cuando era un niño y necesitaba ser salvado por otros, por María y José. Desde el principio hasta el final fue el Salvador que no pudo salvarse a sí mismo. “A otros ha salvado, y él no se puede salvar”, se burlaban los sacerdotes y los escribas. 

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9). Podemos mirar a menudo al Niño Jesús en estos días para descubrir y profundizar en la paz, para llegar a ser en él hijos de Dios.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de la Natividad del Señor

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Zoom

El Papa celebra su cumpleaños con niños enfermos

El Papa Francisco recibe una tarta por su 86 cumpleaños durante una audiencia con niños y voluntarios del Dispensario Santa Marta del Vaticano el 18 de diciembre de 2022.

Maria José Atienza·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

La ACdP felicita la Navidad con quienes también «volvieron a nacer»

La nueva campaña de Navidad impulsada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) felicita estas fiestas con cuatro testimonios de unos descartados de nuestra sociedad: desde una madre que acepta la enfermedad grave de su hija a un chico a quien le salvaron la vida antes de nacer.

Maria José Atienza·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Pobre. Odiado. Marginado. Ha vuelto a nacer”. Así de directo es el lema que protagoniza la campaña con la que la Asociación Católica de Propagandistas quiere felicitar la Navidad y que se puede ver en  marquesinas de más de 80 ciudades. Una invitación «provocativa» a acoger a Jesucristo esta Navidad, siguiendo sus palabras en el Evangelio: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.

De hecho, la campaña cuenta con cuatro testimonios de personas que han abierto su vida a otras personas, acogiéndolo como a otro Cristo y poniendo en práctica el mandato evangélico a pesar de encontrarse en situaciones realmente marginadas en nuestra sociedad actual. A través de los Qr de las marquesinas de la campaña conocemos otros «establos» donde nació la vida a pesar de todo, como el caso de Lilian, cuya hija sufrió una infección muy grave cuando era pequeña que la privó de la capacidad de andar, hablar o comer o el propio nacimiento de José Carlos Martínez, cuya madre iba a abortarlo y, tras hablar con el doctor Jesús Poveda siguió adelante con su embarazo, y no ha dejado de estar a su lado desde entonces.

Historias con las que la ACdP recuerda así que acoger al Hijo de Dios es también acoger a los más vulnerables -sea el niño a quien quieren asesinar antes de nacer o la persona sin hogar que llama a la puerta- y lanza un desafío: “¿Te sigue dando igual?”.

Vaticano

Papa Francisco: “La voz de Dios resuena en la calma”

El Papa ha estado en el Aula Pablo VI esta mañana para mantener la audiencia general de los miércoles.

Paloma López Campos·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Santo Padre ha comenzado la audiencia de manera efusiva expresando que quien haya seguido las catequesis sobre el discernimiento podrá pensar que discernir es muy complicado, pero “en realidad es la vida la que es complicada y, si no aprendemos a leerla, corremos el riesgo de malgastarla, llevándola adelante con trucos que terminan por desalentarnos”.

El Papa explica que siempre estamos tomando decisiones, siempre estamos discerniendo, incluso en las cosas pequeñas del día, porque “la vida nos pone siempre frente a elecciones, y si no las realizamos de forma consciente, al final es la vida la que elige por nosotros, llevándonos donde no quisiéramos”.

Las ayudas al discernimiento

Dada las dificultades que pueden presentarse a lo largo del proceso, Francisco señala hoy en la audiencia ​​”algunas ayudas que pueden facilitar este indispensable ejercicio de la vida espiritual”.

El primer elemento esencial es “la confrontación con la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia. Estas nos ayudan a leer lo que se mueve en el corazón, aprendiendo a reconocer la voz de Dios y a distinguirla entre otras voces, que parecen imponerse a nuestra atención, pero que al final nos dejan confundidos. La Biblia nos advierte que la voz de Dios resuena en la calma, en la atención, en el silencio”. Es importante que recordemos que “la voz de Dios no se impone, es discreta, respetuosa, y precisamente por esto es pacificadora”.

En cuanto a la Palabra de Dios, dice el Papa que esta “no es simplemente un texto para leer, es una presencia viva, obra del Espíritu Santo que conforta, instruye, da luz, fuerza, descanso y gusto por vivir. Es un auténtico anticipo del paraíso”.

“Esta relación afectiva con la Escritura lleva a vivir una relación afectiva con el Señor Jesús, y esta es otra ayuda indispensable y no descontada”. Gracias a la Escritura Cristo nos “revela un Dios lleno de compasión y de ternura, preparado a sacrificarse a sí mismo para encontrarnos, precisamente como el padre de la parábola del hijo pródigo”.

Esta relación con Jesucristo es una ayuda esencial para el discernimiento. “Es muy hermoso pensar en la vida con el Señor como una relación de amistad que crece día tras día. La amistad con Dios tiene la capacidad de cambiar el corazón; es uno de los grandes dones del Espíritu Santo, la piedad, que nos hace capaces de reconocer la paternidad de Dios. Tenemos un Padre tierno, afectuoso, que nos ama, que nos ha amado desde siempre: cuando se experimenta, el corazón se derrite y caen dudas, miedos, sensaciones de indignidad. Nada puede oponerse a este amor”.

El Espíritu Santo y el discernimiento

La paternidad de Dios nos lleva también al “don del Espíritu Santo, presente en nosotros, que nos instruye, hace viva la Palabra de Dios que leemos, sugiere significados nuevos, abre puertas que parecían cerradas, indica sendas de vida allí donde parecía que hubiera solo oscuridad y confusión. El Espíritu Santo es discernimiento en acción, presencia de Dios en nosotros. Es el don más grande que el Padre asegura a aquellos que lo piden”.

El Papa ha concluido recordando la naturaleza del discernimiento: “El discernimiento tiene el objetivo de reconocer la salvación que el Señor ha obrado en mi vida. Me recuerda que nunca estoy solo y que, si estoy luchando, es porque lo que está en juego es importante. Con estas ayudas, que el Señor nos da, no debemos temer”.

Cultura

Daniel Martín Salvador: “La música tiene que reforzar la Palabra”

Daniel Martín Salvador, organista y musicólogo, habla en Omnes sobre liturgia, música, el arte y la Iglesia.

Paloma López Campos·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Daniel Martín Salvador, musicólogo y organista, es uno de los primeros nombres que surgen cuando pensamos en música sacra. Ha dado conciertos en importantes salas internacionales. Ahora mismo reparte su tiempo entre Madrid y Moscú, y se ha sentado a hablar con Omnes sobre música, liturgia y el arte.

¿Cuál es tu relación con la música sacra?

– No tiene mucho misterio. Todos los organistas estamos relacionados con la música sacra. El órgano es un instrumento que de por sí, por su identidad, está plenamente relacionado con la música sacra y con la liturgia. Si me hubiera dedicado a otro instrumento, quizá no habría tenido esta relación, pero siendo organista es impensable.

El órgano es esencialmente un instrumento de la Iglesia y, por tanto, necesita el organista conocer toda la liturgia. Eso te hace tener una relación muy estrecha con toda esta música, que en el resto de instrumentos no se da.

¿Cómo nace la relación entre la Iglesia, la música y la liturgia?

– La relación entre la música y la liturgia ha existido siempre, desde tiempos inmemoriales. Ya mucho antes del cristianismo la música estaba ligada, primero, a los instintos, y después al más allá, a las cosas intangibles.

Las primeras civilizaciones consideran que, en sus religiones politeístas, la música tiene un papel imprescindible. Los griegos heredan esto de los egipcios; y los romanos de los griegos. Los judíos también tenían esta relación. Luego nace el cristianismo que, al extenderse por toda Europa, une todas esas tradiciones judías y místicas extendidas por todo el Imperio Romano.

La música en la Iglesia surge, principalmente, de los cantos de los salmos judíos. A partir de ahí, se crea todo un sistema de música litúrgica. Lo más interesante es que esa liturgia que se crea es totalmente cantada. El Concilio Vaticano II cambia el panorama, en el sentido de que las Misas son ahora habladas, con momentos de música, pero en el concepto inicial, la liturgia no era así. Inicialmente, absolutamente todo era cantado. De hecho, los ortodoxos, que apenas se diferencian de los católicos, siguen con la manera antigua de celebrar la Misa. Ellos cantan todo, menos la homilía, que es la única parte hablada. Todo esto porque, en realidad, la música y la liturgia nacen como una sola cosa.

¿Qué podemos aprender los católicos del rito litúrgico ortodoxo?

– Lo que tenemos que hacer es desaprender las cosas que hemos aprendido en el Concilio Vaticano II. Los ortodoxos siguen haciendo lo que hacíamos los católicos antes. En realidad, toda la música que tenemos hoy en día viene de la música litúrgica católica. El canto de la Iglesia católica era el canto gregoriano, pero en París en el siglo XII, empezaron a “adornar” el canto gregoriano. Así aparecieron las primeras formas de polifonía. Esas varias voces van evolucionando hasta que, a mediados de la Edad Media, llegamos al Renacimiento.

En el Renacimiento, en el Concilio de Trento, la Iglesia hace un Capítulo muy extenso sobre la música de la liturgia. A partir de ahí, surge una música al mismo tiempo que es muy parecida pero es profana. Desde esa música religiosa, todo empieza a evolucionar. Nacen los madrigales, luego la ópera, el romanticismo, el clasicismo… Y sigue la evolución.

No podemos aprender nada de ese rito ortodoxo porque, hemos evolucionado tanto que hemos terminado por involucionar. Afortunadamente, en los últimos tiempos se está dando una tendencia de volver a las raíces, dentro de lo que marcan las normas del Concilio. 

Daniel en un concierto en Moscú

El problema es que muchos se piensan que el Concilio Vaticano II elimina el canto gregoriano y el órgano, pero no es así. El Concilio Vaticano II dice que el idioma oficial de la Iglesia Católica es el latín, y en cuanto a la música, la oficial es el canto gregoriano. Pero en los años 70 se ponen de moda las guitarras y es muy común introducir en la liturgia las canciones con las guitarras, lo cual es un modo de “protestantizar” la liturgia católica.

Hemos estado luchando, diciendo que la música viene del Espíritu Santo, pero ahora estamos cantando canciones versionadas de los Beatles. Esto no se adapta a la liturgia.

Benedicto XVI, que tiene estudios musicales y es un gran entendido de la liturgia, se rodeó de personas que también eran grandes compositores y liturgistas, esto ayuda a que el pueblo se acerque a la música sacra pero conservando las raíces. Poco a poco, se abren las puertas a una reforma en la liturgia.

¿Por qué la música sacra nos acerca a Dios?

– Porque es una música pensada para ello. En primer lugar, está al servicio de la Palabra y esto es lo más importante. La música, en una definición no matemática, es una expresión de sentimientos. Cuando tú estás en la Iglesia, la función de la música es ayudar a elevar el alma al Cielo, por tanto, podemos decir que la relación se invierte. No es cuestión de sentimientos, la Palabra de Dios es la Palabra de Dios, no cambia como los sentimientos.

En segundo lugar, en el arte, hasta el siglo XIX, todo se hacía a mayor gloria de Dios. El hombre es capaz de hacer esfuerzos monumentales para mayor gloria de Dios. Eso nos ayuda a acercarnos a Dios. Nos lleva hacia Él.

¿Ponerse al servicio de la Palabra es lo más importante a la hora de componer música sacra?

– Sí, es algo que exige la propia música sacra. En el Directorio General del Misal Romano se dice que la música siempre tiene que reforzar la Palabra y nunca distraer. Por tanto, lo primero que tiene que hacer un compositor cuando escribe música para la liturgia es tener como objetivo que el texto se entienda. La Palabra tiene que ser lo más importante, no puede estar distorsionada por la música. Después, a la hora de hacer la música, hay que dibujar el texto a través de la composición. Un ejemplo muy claro de esto es el Magnificat de Bach. Bach es un músico poeta, el mayor representante de música litúrgica, independientemente de que fuera protestante. Las nociones de la liturgia eran las mismas y es un ejemplo de cómo hay que componer esta música.

Cultura

Navidad. ¿Historia o tradición?

Las fechas de la Navidad no son solo una tradición, los hallazgos en Qumrán indican que podrían ser, de hecho, una realidad histórica.

Gerardo Ferrara·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Por qué los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre? Desde el Renacimiento, se ha extendido la creencia de que esta fecha se eligió sólo para sustituir el antiguo culto al «Sol Invictus», cuya solemnidad caía precisamente en esa fecha (“dies Solis Invicti”) que, en el calendario juliano, correspondía al solsticio de invierno, es decir, a la boda de la noche más larga y el día más corto del año.

¿Qué era, o mejor dicho, quién era este «Sol Invictus»? Era precisamente la personificación del sol, identificado con Helios, Gebal y, en última instancia, con Mitra, en una especie de asimilación monoteísta entre la deidad y el astro solar. El culto al «Sol Invictus» se originó en Oriente (en particular, en Egipto y Siria), donde las celebraciones del rito del nacimiento del Sol implicaban que los fieles, desde los santuarios donde se reunían, salieran a medianoche para anunciar que la Virgen había dado a luz al Sol, representado como un niño. Desde Oriente, el culto se extendió a Roma y Occidente.

¿Es realmente la única razón por la que celebramos la Navidad en esta época del año? Tal vez no. De hecho, los descubrimientos en Qumrán han permitido establecer que sí tenemos motivos para celebrar la Navidad el 25 de diciembre.

El año y el día del nacimiento de Jesús

Recordemos, en primer lugar, que Dionisio el Menor, el monje que en el año 533 calculó el año de inicio de la era cristiana, retrasó unos seis años el nacimiento de Cristo, que, por tanto, habría venido al mundo en torno al año 6 antes de Cristo. ¿Tenemos alguna otra pista al respecto? Sí, la muerte de Herodes el Grande en el año 4 a.C., ya que murió en esa época y sabemos que tuvieron que pasar más o menos dos años entre el nacimiento de Jesús y la muerte del rey, lo que coincidiría con el año 6 a.C.

Sabemos, pues, de nuevo por el evangelista Lucas (el más rico en detalles en la narración de cómo se produjo el nacimiento de Jesús) que María se quedó embarazada cuando su prima Isabel estaba ya de seis meses. Los cristianos occidentales siempre han celebrado la Anunciación a María el 25 de marzo, es decir, nueve meses antes de Navidad. Los orientales, por su parte, celebran también la Anunciación a Zacarías (padre de Juan el Bautista y esposo de Isabel) el 23 de septiembre. Lucas entra en más detalles al contarnos que, en el momento en que Zacarías se enteró de que su mujer, ya tan mayor como él, quedaría embarazada, estaba sirviendo en el Templo, siendo de casta sacerdotal, según la clase de Abia. Sin embargo, el propio Lucas, escribiendo en una época en la que el Templo aún funcionaba y las clases sacerdotales seguían sus rotaciones perennes, no explicita, dándolo por hecho, el momento en el que la clase de Abia prestaba sus servicios.  Pues bien, numerosos fragmentos del Libro de los Jubileos, encontrados precisamente en Qumrán, han permitido a estudiosos como Annie Jaubert y el judío israelí Shemarjahu Talmon reconstruir con precisión que el turno de Abia tenía lugar dos veces al año: el primero del 8 al 14 del tercer mes del calendario hebreo, el segundo del 24 al 30 del octavo mes del mismo calendario, correspondiendo así a la última decena de septiembre, en perfecta armonía con la fiesta oriental del 23 de septiembre y a seis meses del 25 de marzo, lo que haría suponer que el nacimiento de Jesús tuvo lugar realmente en la última decena de diciembre y que, por tanto, tiene sentido celebrar la Navidad en esta época del año, ¡si no en este día!

El censo de César Augusto

Por el evangelio de Lucas (cap. 2) sabemos que el nacimiento de Jesús coincidió con un censo realizado en toda la tierra por César Augusto:

“En aquellos días un decreto de César Augusto ordenó que se hiciera un censo de toda la tierra. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos fueron a empadronarse, cada uno en su ciudad”.

¿Qué sabemos al respecto? Por lo que leemos en las líneas VII, VIII y X de la transcripción de las “Res gestae” de Augusto que se encuentra en el “Ara Pacis” de Roma, nos enteramos de que César Octavio Augusto censó a toda la población romana tres veces, en los años 28 a.C., 8 a.C. y 14 d.C. En este contexto hay que situar el famoso censo relatado en el Evangelio de Lucas (Lc 2,1).

En la antigüedad, la realización de un censo de toda la tierra tenía que llevar, obviamente, un cierto tiempo antes de que se terminara el censo. Y aquí otra aclaración del evangelista Lucas nos da una pista: Quirino era el gobernador de Siria cuando se hizo este «primer» censo. Pues bien, P. Sulpicio Quirino fue gobernador de Siria probablemente desde el año 6-7 d.C. Hay opiniones divergentes de los historiadores sobre esta cuestión: algunos suponen, de hecho, según el llamado Lápido de Tívoli (en latín “Lapis” o “Titulus Tiburtinus”) que el propio Cirenio tuvo un mandato anterior en los años 8-6 a.C. (lo que sería compatible tanto con la fecha del censo de Augusto como con el nacimiento de Jesús); otros, sin embargo, traducen el término «primero» (que en latín y griego, al ser neutro, puede tener también valor adverbial) como «antes de que Cirenio fuera gobernador de Siria». Ambas hipótesis son admisibles, por lo que lo que se narra en los evangelios sobre la realización del censo en la época del nacimiento de Jesús es plausible.

En Belén de Judea

Belén es hoy una ciudad de Cisjordania y no tiene nada de bucólico ni de pesebre. Sin embargo, hace dos mil años era una pequeña ciudad, conocida, no obstante, por ser el hogar del rey David. De aquí, decían las escrituras, debía salir el mesías esperado por el pueblo de Israel (Miqueas, cap. 5).

Además del tiempo, por tanto, se conocía también el lugar en el que iba a nacer este mesías, esperado, como hemos visto, por el pueblo judío y sus vecinos de Oriente. 

Es curioso que el nombre de este lugar, compuesto por dos términos hebreos diferentes, significa: ‘casa del pan’ en hebreo (בֵּֽית = bayt o beṯ: casa; לֶ֣חֶם = leḥem: pan); ‘casa de la carne’ en árabe (ﺑﻴﺖ = bayt o beyt, casa; لَحْمٍ = laḥm, carne); ‘casa del pescado’ en las antiguas lenguas sudábricas. Todas las lenguas mencionadas son de origen semítico y, en estos idiomas, a partir de la misma raíz de tres letras, es posible derivar un gran número de palabras relacionadas con el significado original de la raíz de origen. En nuestro caso, el del nombre compuesto Belén, tenemos dos raíces: b-y-t que da lugar a Bayt o Beth; l-ḥ-m que da lugar a Leḥem o Laḥm.

En todos los casos Bayt/Beth significa hogar, pero Laḥm/Leḥem cambia de significado según el idioma. 

La respuesta se encuentra en el origen de las poblaciones a las que pertenecen estas lenguas. Los hebreos, al igual que los arameos y otros pueblos semíticos del noroeste, vivían en el llamado «Creciente Fértil», es decir, una vasta zona entre Palestina y Mesopotamia en la que se podía practicar la agricultura, por lo que eran un pueblo sedentario. Su principal medio de vida era, por tanto, el pan. Los árabes, población nómada o seminómada del norte y centro de la Península Arábiga, predominantemente desértica, obtenían su principal sustento de la caza y la agricultura, que hacían de la carne su alimento por excelencia. Por último, los surárabes, que vivían en las costas del sur de la Península Arábiga, tenían el pescado como alimento principal. De ahí que podamos entender por qué la misma palabra, en tres lenguas semíticas diferentes, significa tres alimentos distintos.

En consecuencia, podemos ver cómo Belén tiene, para diferentes pueblos, un significado aparentemente distinto pero de hecho unívoco, ya que indicaría no tanto el hogar del pan, la carne o el pescado, sino el hogar del verdadero alimento, aquel del que no se puede prescindir, aquel del que depende la propia subsistencia, aquel sin el que no se puede vivir. 

Curiosamente, Jesús, hablando de sí mismo, dijo: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida» (Jn 6,51-58). 

La historia nos ha transmitido que, ya a mediados del siglo II, San Justino y luego Orígenes, un autor del siglo III, confirmaron que en Belén, tanto los cristianos como los no cristianos, conocían la ubicación exacta de la cueva y el pesebre, y ello porque el emperador Adriano, en el año 135 d.C., con la intención de borrar de la memoria los lugares judíos y judeocristianos de la nueva provincia de Palestina, quiso hacer construir templos paganos exactamente sobre el lugar de los de la antigua fe en la región. Así lo confirman San Jerónimo y San Cirilo de Jerusalén.

Al igual que en Jerusalén, en el lugar de los santuarios en honor a la muerte y resurrección de Jesús, Adriano hizo construir estatuas de Júpiter y Venus (Jerusalén había sido reconstruida entretanto como “Aelia Capitolina”), en Belén se había plantado un bosque sagrado para Tammuz, es decir, Adonis. Sin embargo, gracias al conocimiento de la estratagema de Adriano, el primer emperador cristiano, Constantino y su madre Helena pudieron encontrar los lugares exactos de las primitivas “domus ecclesiæ”, que más tarde se convertirían en pequeñas iglesias, donde se veneraban y guardaban los recuerdos y reliquias de la vida de Jesús de Nazaret.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

Mons. Nappa es el nuevo presidente de Obras Misionales Pontificias

Obras Misionales Pontificias tiene un nuevo presidente, monseñor Emilio Nappa, nombrado el pasado 3 de diciembre.

Paloma López Campos·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Monseñor Nappa nació en Nápoles en el año 1972. Se ordenó en 1997 y desde septiembre de 2022 trabajaba en la Secretaría de Economía. El pasado 3 de diciembre el Papa le nombró presidente de Obras Misionales Pontificias y le concedió el título de arzobispo. La ordenación episcopal tendrá lugar el próximo 28 de enero en la basílica de san Pedro. Emilio Nappa sucede en el cargo a monseñor Giampietro Dal Toso, que concluyó su mandato el pasado 30 de noviembre. Dal Toso deja el cargo después de haber estado al frente de OMP desde 2016.

Con el ánimo bien dispuesto, el nuevo presidente afirma que “a pesar de las posibles dificultades y problemas a afrontar, nuestras Obras Misionales Pontificias son una realidad hermosa y muy viva, con una vocación especial en la Iglesia, que el mismo Papa Francisco ha subrayado en la reciente Constitución Apostólica Praedicate Evangelium sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el mundo”.

Mons.Nappa ha pedido colaboración y comprensión en su nuevo encargo para que “caminemos juntos en espíritu sinodal y en comunión de oración y acción, profundizando cada vez más el carisma de la OMP y sus actividades”.

El saludo completo del nuevo presidente se puede encontrar en la página web de Obras Misionales Pontificias.

Vaticano

Estas son las actividades del Papa esta Navidad

Esta semana está llena de celebraciones y el Papa hará apariciones en varias de ellas. Ofrecemos un pequeño calendario con las actividades de Francisco a lo largo de las fiestas.

Paloma López Campos·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El miércoles 21 de diciembre, a las nueve de la mañana, el Papa mantendrá la habitual audiencia general en el Aula Pablo VI. La semana pasada el Santo Padre comentó que estaba llegando al fin de su catequesis sobre el discernimiento.

Al día siguiente, el jueves 22, tendrá lugar la felicitación a la Curia Romana por las fiestas navideñas. Más tarde, ocurrirá lo mismo con los trabajadores del Vaticano.

El sábado 24, a las 19:20 horas, el Papa celebrará la Misa de vísperas de la Navidad en la Basílica de San Pedro. Al día siguiente, domingo 25, tendrá lugar la bendición Urbi et Orbi a las 12:00 y el Papa proclamará su mensaje navideño.

El Ángelus desde el balcón del Palacio Apostólico se traslada al lunes 26, teniendo lugar a las 12 horas de ese día.

El sábado 31, a las cinco de la tarde, el Papa rezará las vísperas y la oración Te Deum para dar gracias por el año vivido.

Al día siguiente, Jornada Mundial de la Paz, se celebrará a las 10 de la mañana la santa Misa por la solemnidad de María Santísima Madre de Dios.

El día 6, en la fiesta de la Epifanía del Señor, el Papa celebrará una Misa en la Basílica de San Pedro a las 10 de la mañana.

Finalmente, en la festividad del Bautismo del Señor, el 8 de enero, habrá una Misa a las 9:30 en la Capilla Sixtina.

Evangelización

La familia Ulma: siete mártires de la fe cristiana

El Papa Francisco aprobó el 17 de diciembre un decreto sobre el martirio, en defensa de la fe, de los siete miembros de la familia polaca Ulma, en la localidad de Markowa. Los padres, Jozef y Wiktoria, dieron escondite a una familia judía perseguida, y por ese motivo fueron asesinados junto con sus hijos: seis menores y el que Wiktoria, embarazada, llevaba en el vientre.

Ignacy Soler·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 24 de marzo de 1944 hacia las 5.00 de la mañana en Markowa, cerca de Ucrania, gendarmes alemanes asesinaron a ocho judíos y a Józef Ulma, que los escondía, junto con su esposa Wiktoria, que estaba en el último mes de embarazo, y sus seis hijos.

Tras la decisión de Hitler de llevar a cabo la inhumana «solución final» de exterminio de todos los judíos, los Ulma, conscientes del riesgo y a pesar de sus estrecheces económicas, pero movidos por el mandamiento del amor y el ejemplo del Buen Samaritano ayudaron a los judíos.

Ya desde la segunda mitad de 1942 escondieron a Saul Goldman con sus cuatro hijos adultos, y también a Lea Didler y Gołda Grünfeld con su hija pequeña. Los Goldman eran vecinos de la casa familiar de Józef Ulma, que era conocido por su bondad hacia los judíos. Anteriormente, ayudó a otra familia judía a construir un escondite.

La familia Ulma también fue testigo de cómo en 1942, en la parcela vecina donde se enterraban los animales, los nazis fusilaron a 34 judíos de Markowa y alrededores. Entre los más de cuatro mil habitantes de Markowa, los Ulmas no fueron la única familia que escondió judíos. Al menos otros 20 judíos sobrevivieron a la ocupación en cinco casas de campesinos.

Antes de la Segunda Guerra Mundial vivían en Markowa unos 120 judíos. En 1995, Wiktoria y Józef Ulma fueron honrados póstumamente con el título de Justos de las Naciones.

Józef Ulma nació el 2 de marzo de 1900 en Markowa, era el séptimo hijo de Marcin Ulma y Franciszka Kluz. Primero, completó cuatro clases de escuela primaria y luego, después del servicio militar, se graduó con premio final en la escuela agrícola de Pilzno. En 1935, Józef se casó con Wiktoria Niemczak, también de Markowa.

Wiktoria nació el 10 de diciembre de 1912. A los 6 años perdió a su madre. Estudió en una escuela pública en Markowa. También asistió a cursos en la Universidad Popular en la cercana Gać. Después de su matrimonio se dedicó a trabajar en casa y cuidar a los niños.

En los nueve años de matrimonio  a la familia Ulma les nacieron seis hijos: Stanisława (nacida el 18 de julio de 1936), Barbara (nacida el 6 de octubre de 1937), Władysław (nacido el 5 de diciembre de 1938), Franciszek (nacido el 3 de abril de 1940), Antoni (nacido el 6 de junio de 1938, 1941) y María (nacida el 16 de septiembre de 1942). Los educaron en el espíritu de fe y amor cristianos, enseñándoles el amor al trabajo y el respeto por los demás. En la primavera de 1944, Wiktoria esperaba otro hijo.

Józef y Wiktoria eran agricultores de una pequeña finca de varias hectáreas de su propiedad, como es habitual en Polonia. Józef era un hombre extremadamente trabajador e inventivo. Además de cultivar hortalizas, también se dedicaba a la fruticultura, de la que era un activo promotor en el pueblo. Fundó los primeros huertos y un vivero de árboles frutales, donde demostraba técnicas de jardinería todas las semanas.

Ofreció de buena gana consejos y ayuda, transmitiendo sus conocimientos recién adquiridos a otros. Sabía de apicultura y mantenía un buen número de colmenas. Su innovación también se reveló en el hecho de que fue el primero en el pueblo en introducir electricidad en su casa, conectando una bombilla a un pequeño molino de viento construido a mano.

Józef tuvo mucha iniciativa social y participaba activamente en los asuntos de la comunidad local. Fue bibliotecario en el Club de Jóvenes Católicos, miembro activo de la Unión de Jóvenes Rurales de la República de Polonia «Wici». También dirigió la cooperativa láctea Marków y fue miembro de la cooperativa de salud en Markowa. Su mayor pasión fue la fotografía, una actividad que era extremadamente rara en los pueblos polacos de ese tiempo. Aprendió sobre fotografía de los libros. Wiktoria, por su parte, era actriz en el grupo de teatro aficionado de la Asociación de Jóvenes Rurales de la República de Polonia «Wici».

Józef y Wiktoria eran miembros activos de la parroquia de santa Dorotea en Markowa. Su vida de fe se basaba en los dos mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo. Ya en su adolescencia, Józef participó en las actividades de la Asociación de Misas de la Diócesis de Przemyśl. También fue miembro de la Asociación de Jóvenes Católicos. Como esposos, profundizaron su fe a través de la oración familiar y la participación en la vida sacramental de la Iglesia. Ambos pertenecían también a la Hermandad del Rosario Viviente. Para Józef y Wiktoria la vida cristiana de sus hijos era lo más importante. Les trasmitieron la fe viva en Cristo y el amor a todos sin excepciones.

En pocos minutos de la madrugada del 14 de marzo de 1944, 17 inocentes fueron asesinados. Józef y Wiktoria murieron a manos de gendarmes, acérrimos y despiadados guardianes del sistema nazi alemán.

Junto con ellos, también fueron fusilados sus hijos y los judíos a los que habían dado cobijo. El hijo por nacer de los Ulmas también murió.

Toda la familia Ulma son mártires, dieron un testimonio de vida cristiana hasta morir. No es fácil dar la vida por la fidelidad a la fe cristiana y al mandamiento evangélico del amor al prójimo, pero más difícil todavía es arriesgar y dar la vida de la propia familia por amor a Dios y al prójimo. Ellos lo consiguieron, con la gracia de Dios.

Educación

Navidad, dulce (y sobria) Navidad

La ajustada situación económica puede convertirse para muchas familias en la oportunidad para vivir una Navidad más auténtica.

Miguel Ángel Carrasco·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

C. S. Lewis dijo: «Una vez en nuestro mundo, un establo tuvo algo dentro que era más grande que todo nuestro mundo”. Pero lo cierto es que, aunque en estos días los comercios, la publicidad, la decoración de las calles y las plataformas audiovisuales nos hablan continuamente de la Navidad, son relativamente pocos los que viven esta celebración con un sentido trascendente. 

La escalada consumista en esta época del año ha alcanzado la categoría de tradición. Y aunque a nadie se le escapa que esta vez las circunstancias económicas llevarán a muchos a moderar el gasto, desde hace semanas vuelve a notarse el tirón del consumo propio de estas fechas. Resulta llamativo que hasta un 70% de los ciudadanos afirme que gastará lo mismo que en la Navidad el año pasado (el dato es de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores).

No es cuestión de desalentar el consumo en un momento tan delicado como este, pero lo cierto es que a las familias que sí tendremos que apretarnos el cinturón en estas fiestas se nos presenta una excelente oportunidad para educar a nuestros hijos, enseñándoles a prescindir de todo lo que no necesitan y a vivir la Navidad con autenticidad; al tiempo que hacemos un poco más viable la economía familiar: dos pájaros de un tiro.

En los regalos… menos es más

Una de las peores cosas que podemos hacer a los niños es concederles todo lo que nos piden. A veces, como padres, queremos darles siempre “lo mejor” y evitarles cualquier sufrimiento, por pequeño que sea, aunque forme parte de su aprendizaje natural. Porque vivimos en una sociedad donde la meta es, por encima de todo, la comodidad.

En las Navidades que se avecinan, según el estudio de una conocida cadena de supermercados, dos tercios de los hogares españoles destinarán hasta 200 euros a la compra de juguetes (pensemos que el número promedio de hijos en España es 1,19). 

En las fiestas de Navidad y Reyes Magos se produce, cada año, lo que los especialistas denominan “síndrome del niño hiperregalado”. Un pequeño que recibe demasiados juguetes acaba por no apreciar ninguno de ellos, sintiendo insatisfacción, hastío y frustración. Ocurre con frecuencia cuando todos en el entorno del niño (abuelos, tíos…)  quieren obsequiarle y no hay nadie -idealmente deberían ser los padres- que ponga un poco de orden en tanto despropósito.

Otras veces, y esto es aún más problemático, el exceso de regalos procede del sentimiento de culpa de algunos padres, que de esta manera tratan de compensar la falta de atención que ofrecen a sus hijos.

Como alternativa, está la conocida -y aconsejable- “regla de los cuatro regalos”. La norma tiene diversas variantes, pero en definitiva se trata de limitar el número de presentes y de darles una orientación que se aleje del capricho. Así, se propone que los obsequios sean: alguna prenda u objeto práctico que el niño necesite (unos zapatos, una mochila…); un juguete educativo o un libro; un regalo que el pequeño verdaderamente desee; y,  finalmente, un juego que permita la relación con otros niños.

Tanto si empleamos esta fórmula como si no, hay que tener presente que en educación casi nada se logra por casualidad. Si queremos educar a nuestros hijos en la moderación, deberemos ir modulando previamente sus expectativas, por ejemplo sentándonos con ellos para escribir la carta a los Reyes y llevando sus deseos hacia el terreno de lo razonable.

Manifestar claramente a los niños que “este año los Reyes Magos traerán algunos regalos menos” o que “esta Navidad haremos más planes en casa porque no podemos gastar tanto”, no es algo que debiera avergonzarnos sino, por el contrario, una gran lección que les ayudará a apreciar el valor de las cosas y a distinguir lo que realmente es importante en estas fiestas.

Agradecimiento y aprecio de las cosas sencillas

La satisfacción continua de todo capricho embota la cabeza y atrofia la sensibilidad. ¿Cómo valorar entonces los bienes cotidianos de la vida -la naturaleza, la familia, disponer de un hogar…- ? Chesterton, gran maestro de la paradoja y amante de las tradiciones navideñas, dijo “siendo niños éramos agradecidos con los que nos llenaban los calcetines por Navidad. ¿Por qué no agradecíamos a Dios que llenara nuestros calcetines con nuestros pies?” O dicho en clave contemporánea: a los niños de hoy, que ansían que les regalen un smartphone o una videoconsola, ¿no deberíamos enseñarles primero a dar las gracias por tener una familia, un techo, comida y ropa con la que vestirse?

Pero hablemos en positivo, porque los beneficios de educar a los hijos en la moderación, el agradecimiento y la austeridad, son muchos: una persona agradecida es, indudablemente, más feliz. Y un niño que aprende a renunciar (libremente, no por obligación) a las cosas que quizás resultan imprescindibles para sus iguales es más dueño de su destino y podrá arrostrar las dificultades con mayor probabilidad de éxito. Trabajemos con nuestros hijos en esta línea y los convertiremos en auténticos líderes de sus vidas y de la sociedad. 

Adolescentes: el arte de razonar sin imponer

Cuando los hijos se adentran en la adolescencia comienzan cuestionarlo todo; por supuesto también a sus padres, a quienes continuamente piden explicaciones. A la hora de educar el sentido de la moderación, tendremos que acudir a argumentos más elaborados que en el caso de los niños pequeños. Hay que ser conscientes de que los chicos a esta edad están sometidos a una fuerte presión del entorno que les empuja al consumo (ropa, dispositivos tecnológicos, videojuegos…). Pero no es menos cierto que ya cuentan con la suficiente madurez intelectual para atender a razonamientos más complejos. Recordemos -todos hemos pasado por esta etapa- que lo que más detesta un adolescente es que le sigan tratando como a un niño.

A veces los padres tienen la sensación de librar una “guerra de desgaste” con sus hijos, en la que solo vence quien resiste en pie sin ceder terreno: cualquier indicación se convierte en objeto de polémica. En parte es algo natural, pero lo que no debemos perder de vista es que, por mucho que el adolescente se oponga una y otra vez a las decisiones de sus padres, cuando hacemos el esfuerzo de exponer nuestros puntos de vista empleando el diálogo y no la imposición, esas razones no caen en saco roto y, poco a poco, van calando en la educación del hijo.

Una buena estrategia es buscar modos de conectar con los valores dominantes en los chicos de estas edades -porque el mainstream también tiene cosas buenas-. Es un hecho que las nuevas generaciones son mucho más conscientes de la necesidad de cuidar el planeta, y que esa preocupación tiene un peso muy significativo en sus hábitos de consumo. Reutilizar, reparar los objetos que se estropean, comprar en tiendas de segunda mano, utilizar aplicaciones de economía circular… son en buena medida comportamientos más naturales para muchos jóvenes actuales que para sus padres. Y, en definitiva, la sostenibilidad a todos los niveles -personal, social, medioambiental…- no es sino una consecuencia de la virtud de la templanza (o, en un lenguaje más actual, del autocontrol y la moderación).

La conciencia de que hay muchas personas, en nuestro entorno o en otros lugares, que carecen incluso de los medios materiales más básicos es sin duda un revulsivo que habitualmente removerá la conciencia de nuestros hijos de estas edades. Porque, incluso en el caso de que la crisis económica no nos afecte, ¿no es una indecencia el consumo desenfrenado cuando hay tantos que no tienen lo necesario para vivir? En este sentido, la reciente propuesta del Papa Francisco para que reduzcamos una parte del gasto durante las fiestas de Navidad y lo destinamos a ayudar a las familias de Ucrania, puede ser una manera idónea de hacer aflorar los ideales nobles que todo adolescente guarda en su interior. 

El arma secreta de los padres

No hace falta recordar que, en el planteamiento educativo que hemos tratado de exponer en estas líneas, los padres tienen el gran reto de enfrentarse a la abrumadora maquinaria publicitaria del mercado, con sus algoritmos, su estrategia omnicanal y sus cientos de cabezas pensantes. El fracaso estaría asegurado si no fuera porque disponemos de un arma infalible, cuyo buen resultado ha sido atestiguado por los educadores de todos los tiempos: el ejemplo.

No hay mecanismo más eficaz para educar a los hijos que la propia conducta de sus padres. Es, de hecho, el presupuesto indispensable para que funcionen cada uno de los consejos que hemos ido exponiendo a lo largo de este artículo. Si esta Navidad, nuestros hijos ven cómo renunciamos a nuestra comodidad para hacer la vida más agradable a los demás; si comprueban que también nosotros somos moderados a la hora elegir nuestros regalos; si, en definitiva, se dan cuenta de que mamá y papá, son coherentes con lo que predican y no ceden a sus propios caprichos de adultos… entonces tenemos la mitad de la batalla ganada.

Se aproxima una hermosa celebración: la memoria de un acontecimiento que cambió para siempre el destino de la humanidad. No privemos a nuestros hijos de experimentar la alegría auténtica de ver nacer al Niño en cada una de nuestras familias. Ojalá tengamos presente que Él es el verdadero regalo que da sentido a esta entrañable fiesta.

El autorMiguel Ángel Carrasco

Vaticano

Los regalos que pidió un niño llamado Joseph Ratzinger

Rome Reports·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Un pequeño misal (el Volks-Schott) una casulla verde y un corazón de Jesús. Éstos fueron los regalos que un pequeño Joseph Ratzinger de 7 años pidió al niño Jesús en la Navidad de 1934. 

La carta terminaba con un «siempre quiero ser bueno. Saludos de Joseph Ratzinger», la carta se expone en la casa familiar de los Ratzinger, convertida en museo. 


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Iniciativas

Solo el amor lo ilumina todo

Cáritas lanza este año su campaña de Navidad con el lema “Solo el amor lo ilumina todo”. Acompaña a la iniciativa el tradicional villancico de Los peces en el río interpretado por el grupo “Siempre Así”.

Paloma López Campos·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Según los datos que comparte Cáritas España a través de una nota de prensa, el 19,3% de los hogares con ingresos bajos recurren a las parroquias, servicios sociales y ONGs para poder cubrir necesidades básicas como la alimentación o la ropa. Más de dos millones de familias se encuentran en una situación precaria y uno de cada tres jóvenes sufre exclusión social.

Estas dificultades no impiden la llegada de las fiestas navideñas. Como indica Cáritas en la nota sobre la campaña, “la Navidad llega como el tiempo favorable en el que Dios se hace presente en medio de nuestra historia. Hoy, y a pesar de la debilidad de nuestra fe, también nos parece increíble que Dios se haga ‘Uno’ con nuestra humanidad frágil, a veces mezquina e incoherente, y que elija poner su casa en medio de los pobres. Dios sigue naciendo para humanizarnos y plantar en nosotros el deseo de bondad que hace posible esperar algo nuevo capaz de trastocar y cambiar nuestras sombras en penumbras que dejen espacio a la luz”.

El reto para esta Navidad

Además de pedir donativos para ayudar a las familias y personas que lo necesitan, Cáritas lanza una invitación para que seamos conscientes de que el Amor nos hace a todos iguales. Esto nos debe llevar a ver la sociedad como una gran familia en la que se aspira al bien común y a la defensa de los derechos humanos.

Como actos concretos de amor hacia el prójimo, la campaña menciona otros cinco gestos que pueden servir para “ser Navidad y luz para los demás”:

“-Mira a las demás personas con sonrisa y ternura, sin juzgar y trata de comprender.

-Escucha con paciencia para acoger y recibir, para acortar distancias.

-Cuida y ofrece algo de ti a los demás.

-Comparte tu alegría, tu conversación, tu compañía, tu generosidad.

-Escribe un compromiso que te propongas esta Navidad para que empieces el nuevo año con deseos de hacer el mundo mejor”.

A continuación os dejamos el vídeo con el villancico interpretado por Siempre Así.

Experiencias

Carlota Valenzuela: “En nuestra vida normal no dejamos hueco a la Providencia”

De Finisterre a Jerusalén, esa fue la peregrinación de Carlota y ahora, recién llegada a España, nos cuenta su experiencia en Omnes.

María José Atienza / Paloma López·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

«De Finisterre a Jerusalén», quizás así es como se la conoce ahora. Carlota Valenzuela comenzó hace un año a caminar hacia Jerusalén, en una peregrinación que ha sido, según ella, más bien un viaje espiritual.

Nacida en Granada, con tan solo 30 años y un doble grado en Derecho y Ciencias Políticas, lo dejó todo atrás para responder a una llamada. Ha concedido una entrevista a Omnes hablando de su experiencia.

¿Cómo nace la idea del viaje y cómo ha ido cambiando a lo largo de la peregrinación?

–La idea del viaje nace como una llamada. Yo siento de una forma muy clara y muy fuerte que Dios me está proponiendo la peregrinación. No es tanto que me lleve de la mano, sino que me lo pone delante. Solamente pensar en la voluntad de estar haciendo la voluntad de Dios me dio tanta alegría y tanta paz que no dudé.

Cuando nace la idea, yo no tenía ni idea de cómo iba a ser. Ahora, con perspectiva, entiendo que yo dije que sí y me lancé al vacío. No intenté tenerlo todo controlado. Hice una línea aproximada de la ruta y, grosso modo, cuánto tiempo me iba a llevar. Luego, pasito a pasito, fui haciendo la peregrinación.

¿Cuál fue la reacción de tu familia y de tus amigos?

–Fue un momento dramático, especialmente con mis padres. Tuve todo tipo de reacciones. En un extremo estaba la gente que estaba muy preocupada y que pensaba que era una locura. Luego estaba la gente a la que la idea le parecía absurdo. Hubo a quienes les parecía algo curioso y también aquellos que pensaban que era la mejor idea del universo.

¿Qué te ha sorprendido más del camino?

–Lo que más me ha sorprendido es la Providencia. En nuestra vida normal no dejamos hueco a la Providencia, lo tenemos todo bastante estructurado. Al empezar a caminar por la mañana sin saber lo que va a ocurrir, sin poder suplir las necesidades de forma autónoma, empiezas a ver a Dios de una forma muy clara. Hay que dejar hueco a la Providencia.

Por ejemplo, uno de los primeros días llegué a un pueblo muy pequeño en el que no había nada. Empecé a preocuparme por el sitio para dormir y por la comida. Me paré a beber agua para intentar relajarme un poco. En eso, una pareja de señores mayores llegó caminando. Me preguntaron qué estaba haciendo con la mochila y respondí que iba de camino a Jerusalén. De inmediato quisieron saber si tenía sitio para dormir y, cuando les dije que no, me acogieron en su casa.

Cosas como esta pasaron todos los días durante la peregrinación. No es un cuento, yo lo he experimentado en mi propia vida.

¿Cómo fue la peregrinación espiritual?

–El camino físico acompaña al espiritual. Ha sido sobre todo un camino de confianza. Jesús mismo dice en el Evangelio “Pedid y se os dará”, “llamad y se os abrirá”. Yo fui soltando todo, dejando que Él haga.

Una vez llegas a Jerusalén, ¿qué piensas?

–Yo tenía un plan de entrada a Jerusalén que no pude hacer al final porque mi abuela se puso enferma y tuve que adelantar todo. Llevaba un año pensando en Jerusalén. No me hice grandes ilusiones pero tenía mi plan de llegada, con una semana de silencio en el Huerto de los Olivos.

Un día, estando en Ain Karem, me doy cuenta de que estoy al lado de Jerusalén y de que mi abuela se está muriendo. Me planteo si tengo que adelantar la entrada a la ciudad pero no me sentía preparada. Me sentía como una alumna que se presenta a un examen sin haber estudiado.

Para tomarme un tiempo, fui a Belén y allí vi muy claro que tenía que volver a casa y entrar ya en Jerusalén.

Pasé a saludar al monje que me iba a acoger en una iglesia en el Huerto de los Olivos. Le comenté mi preocupación de no estar preparada y me dijo: “Cambia el foco, el foco no está en ti. Tú, evidentemente, no estás preparada, pero es que esto no va de ti, va de Él, de Cristo”. Le respondí que llevaba un año caminando, esperando el momento de entrar en Jerusalén pero el monje me respondió: “Él te lleva esperando toda la eternidad”. Allí me cambió completamente la perspectiva. No soy yo la que consigue las cosas con mis fuerzas, es Cristo quien lo hace.

Al final entré en Jerusalén. Sinceramente, tenía la cabeza puesta en mi abuela. Pasé tres horas dentro de la ciudad. Mi verdadera Jerusalén fue al volver a Granada y pasar con mi abuela su pasión.

¿Cómo se reza después de todo esto?

–Con mucha alegría. Me he dado cuenta de que la oración se ha fortalecido como un músculo. Me sorprendo a mí misma alabando a Dios o repitiendo jaculatorias. Es algo que, de alguna forma, se ha hecho natural.

¿Y ahora qué?

–No tengo ni idea. La voluntad de Dios. Entiendo el fondo de que mi vida tanto personal como profesional está orientada a Dios, solo quiero trabajar para Él. Pero todavía no conozco la forma, no es una idea materializada.

Mi verdadera Jerusalén fue al volver a Granada y pasar con mi abuela su pasión.

Carlota Valenzuela

¿Se te hace extraña la normalidad ahora que has vuelto a España?

–Se me hace muy raro estar aquí. Necesito andar, la naturaleza, evitar el ruido y las luces. Ahora me estoy empezando a ubicar pero la vuelta ha sido muy dura.

No me cuesta ver a Dios, pero me cuesta verme a mí misma. Tengo que hacerme a la idea de que ya no soy una peregrina. Estoy intentando encontrar una nueva rutina, estoy haciendo la transición. Es una fase muy rara.

¿Recomiendas la experiencia?

–Creo que si yo he sido capaz de hacer esta peregrinación, cualquiera puede hacerlo. Ni soy deportista, ni tengo capacidad de esfuerzo. Lo que más ha sorprendido en mi círculo cercano es que haya persistido.

Lo que yo he hecho se puede hacer en seis meses o dos años. No es una maratón, una cuestión de kilómetros. Es un proyecto tranquilo que puedes hacer como tú quieras, pero hay que llevar la motivación adecuada.

Seguro que te han preguntado mil veces. ¿Tienes pensado hacerte monja?

–No creo que Dios me llame a una vida en clausura. Que si me llama, ¡aquí estoy!, pero creo que me llama a una vida de familia.

El autorMaría José Atienza / Paloma López

Vaticano

Papa Francisco: “Dios es experto en transformar las crisis en sueños”

El Santo Padre se ha asomado a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.

Paloma López Campos·18 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la lectura del Evangelio de hoy, encontramos a un san José lleno de sueños para el futuro, “una hermosa familia, con una esposa afectuosa. Muchos hijos buenos y un trabajo digno. Sueños simples, buenos, de gente sencilla y buena. Sin embargo, de pronto, estos sueños se rompen contra un descubrimiento desconcertante: María, su prometida, espera un niño, y ese niño no es suyo”.

El Papa nos invita a asomarnos al corazón de este pobre artesano: “¿Qué pudo haber sentido José? Desconcierto, dolor, desorientación, quizá también enfado y desilusión. El mundo se le vino encima”.

Ante esta situación, “la ley le daba dos posibilidades. La primera, denunciar a María y hacerle pagar el precio de una presunta infidelidad. La segunda, anular su compromiso, en secreto, sin exponer a María al escándalo y a graves consecuencias, tomando sobre sí el peso de la vergüenza. José elige esta segunda vía, la vía de la misericordia”.

“En el centro de esta crisis” continúa el Papa, “Dios enciende en el corazón de José una luz nueva. En sueños le anuncia que la maternidad de María no procede de una traición, sino que es obra del Espíritu Santo, y que el niño que nacerá es el Salvador. María será la madre del Mesías y él será su custodio”.

La respuesta de san José

Todo esto provoca que, al despertar, José comprendiera que “el sueño de todo israelita, ser el padre del Mesías, se está haciendo realidad en él de modo absolutamente inesperado. Para realizarlo, en efecto, no le bastará con pertenecer a la estirpe de David y observar fielmente la ley, sino que deberá fiarse de Dios por encima de todo. Acoger a María y a su hijo de modo completamente diverso a como se esperaba”.

En realidad, nos cuenta el Papa, esto significa que “José deberá renunciar a sus confortantes certezas, a sus planes perfectos, a sus legítimas expectativas, a abrirse a un futuro enteramente por descubrir. Dios estropea sus planes y le pide que se fíe de Él. José responde y dice que sí”. Francisco señala que “su valentía es heróica y se realiza en el silencio. José se fía, acoge, se hace disponible y no pide más garantías”.

Meditando esta lectura, José nos invita a reflexionar. “También nosotros tenemos nuestros sueños y quizá en Navidad pensamos más en ellos”. Puede incluso que añoremos algunos sueños rotos, menciona el Papa, y vemos que “las mejores esperanzas, a menudo, deben enfrentarse a situaciones inesperadas, desconcertantes. Cuando esto sucede, José nos indica el camino. No hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón”.

José nos enseña, dice el Santo Padre, a “acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis. Teniendo en cuenta que, cuando se está en crisis, no hay que decidir apresuradamente según el instinto, sino, como José, considerar todas las cosas y apoyarse en el criterio principal: la misericordia de Dios”.

El Papa afirma que “Dios es experto en transformar las crisis en sueños. Dios abre las crisis a perspectivas nuevas. Quizá no como nosotros esperamos, sino como Él sabe”. Los horizontes de Dios, finaliza Francisco, “son sorprendentes, pero infinitamente más amplios y hermosos que los nuestros”. Y así, junto a la Virgen María y san José, aprendemos a abrirnos a “las sorpresas de la Vida”.

Recursos

Cardenal Grech: el reto de la comunicación en el camino sinodal

El proceso sinodal plantea muchos retos a la Iglesia, siendo uno de los principales la comunicación. El cardenal Grech habló en Roma sobre esta aventura que implica "caminar juntos".

Giovanni Tridente·18 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El proceso sinodal actualmente en curso en la Iglesia tiene muchos desafíos por delante, y varios de ellos se refieren también a la comunicación y al modo en que se difunden periodísticamente los avances de este «caminar juntos». Así lo afirmó el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, en su intervención en la Universidad de la Santa Cruz de Roma para presentar el libro Una Iglesia en diálogo, publicado por la Facultad de Comunicación con motivo de su 25 aniversario. Estos retos representan, al mismo tiempo, una oportunidad para aprender a «comunicar eficazmente el Sínodo», sabiendo que en el centro de esta comunicación debe estar el diálogo.

Entre los elementos de dificultad que el Cardenal prevé y que todos han podido experimentar en estos primeros meses del camino sinodal, muchos fueron identificados por el propio Papa Francisco en la apertura del Sínodo en octubre de 2021: «el riesgo de formalismo, es decir, de centrarse en el proceso; el riesgo de intelectualismo”, es decir, de ver el Sínodo como «una especie de grupo de estudio» en el que «los de siempre dicen las cosas de siempre». Acabar siguiendo las consabidas e infructuosas divisiones ideológicas y partidistas»; y el riesgo de la complacencia o la indiferencia, de «no tomarse en serio los tiempos en que vivimos».

Las lecturas negativas

También están las «lecturas negativas» que presentan el proceso como algo «diseñado para imponer cambios en la doctrina», sugiriendo que todo está ya decidido desde el principio; o la idea -extendida entre otros grupos- de que al final la consulta no conducirá a ningún cambio real, sin ninguna propuesta de acción sino sólo a una discusión estéril: 

«Esto también plantea cuestiones importantes desde el punto de vista de la comunicación sobre la gestión de las expectativas respecto a los resultados del Sínodo», comentó Grech.

Otros temores son el riesgo de que la Iglesia se encierre aún más en sí misma, en una especie de autorreferencialidad sobre cuestiones internas, cuando en cambio deberíamos «mirar al mundo, anunciando el Evangelio a las periferias y comprometiéndonos en el servicio a los necesitados».

«Reconocer estas interpretaciones erróneas es el primer paso para responder eficazmente», explicó el Presidente del Sínodo de los Obispos.

¿Cómo comunicar eficazmente?

¿Cómo, entonces, comunicar eficazmente la Iglesia sinodal? Una de las claves puede venir de «renovar nuestra misión evangélica, para dar testimonio de la Iglesia ‘hospital de campaña’ que estamos llamados a ser», reflexionó el Cardenal. Es necesaria, por tanto, la capacidad -también comunicativa- de mostrar una Iglesia capaz de acompañar a la gente de nuestro tiempo, sirviendo por ejemplo a las personas que se encuentran «heridas al borde de nuestras carreteras, y también en las calles digitales», y sin caer en particularismos.

En el centro de este proceso debe estar el diálogo, que inevitablemente «empieza por escuchar». De hecho, «sólo prestando atención a quién escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos podemos crecer en el arte de comunicar», cuyo núcleo no es una teoría o una técnica, sino «la apertura del corazón que hace posible la cercanía», añadió el Cardenal, citando al Papa Francisco en su Mensaje para la pasada Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Fue de nuevo el Pontífice en la apertura del Sínodo quien recordó que «el verdadero encuentro nace sólo de la escucha» y de la escucha con el corazón, a través de la cual «las personas se sienten escuchadas, no juzgadas; se sienten libres de contar sus propias experiencias y su propio camino espiritual».

Para un encuentro auténtico

Otro aspecto destacado por Grech es la empatía, la capacidad de «sentir con los demás”, esencial para que crezca el diálogo, conocer a las personas allí donde viven «y asumir que sus opiniones son fruto de intenciones positivas». De este modo, el encuentro y la escucha son verdaderamente auténticos; una responsabilidad, por cierto, que corresponde a todos los bautizados, entendiendo que dialogar «significa también resistir a las ideologías preconstituidas sin dejarse realmente interpelar, cuando no incluso molestar, por la palabra del otro».

Al fin y al cabo, hay que tener paciencia y sentirse a gusto en las tensiones que inevitablemente hay que afrontar, «no confiando únicamente en nuestras propias capacidades, sino invocando siempre la asistencia del Espíritu Santo», concluyó el Cardenal.

El autorGiovanni Tridente

Mundo

Los obispos del Perú llaman al diálogo y a dejar la violencia

Ante los recientes acontecimientos de violencia en Perú, en los que se contabilizan ya 18 muertos y más de 400 heridos, la Conferencia Episcopal Peruana ha efectuado un llamamiento a “construir puentes de diálogo” y a “la serenidad a todos nuestros compatriotas que realizan protestas en diversas partes del país”.

Francisco Otamendi·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El domingo 18 de diciembre ha sido el día escogido por la Conferencia Episcopal del Perú para “expresar la paz, esperanza y fraternidad en el Perú, a través de la Jornada de Oración por la Paz “. Esta iniciativa, que cada Obispo concreta en su Jurisdicción Eclesiástica, ha sido impulsada por los obispos peruanos “ante la grave situación de dolor y violencia que viene sufriendo nuestro pueblo peruano debido a la crisis política actual”.

Para participar de esta jornada, se anima a las familias colocar un símbolo de paz en sus casas e instituciones (bandera blanca o pañuelo blanco), desde este momento.

Llamada a la serenidad

El mensaje de los obispos del Perú, tras varios días de enfrentamientos entre agentes policiales y manifestantes que protestan contra el Congreso de la República y a favor de un adelanto electoral, fue leído por el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, arzobispo de Trujillo, que es también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

En primer lugar, la nota lamenta “profundamente el fallecimiento de dos personas en Andahuaylas, Apurímac”. A continuación, realiza “una apremiante invocación a construir puentes de diálogo, llamando a la serenidad a todos nuestros compatriotas que realizan protestas en diversas partes del país, cuyos reclamos, cuando justos, deben ser escuchados; pero que ejerzan su derecho sin violencia”.

La nota se dirige también “a las Fuerzas del Orden, especialmente a la Policía Nacional del Perú, para actuar en el marco de la Ley, velando por la integridad de las personas”.

Los obispos apelan “a la clase política, de manera especial al Poder Ejecutivo y a los Congresistas de la República, para preocuparse por la institucionalidad, el orden democrático, el debido proceso y el bien común de todos los peruanos, especialmente de los más desprotegidos”, y también “a todas las Instituciones del Perú, para que procuren la estabilidad del país, porque no podemos darnos el lujo de un desgobierno en nuestra Patria”.

“Nuestro querido país”, prosiguen, “no debe continuar en la zozobra, el miedo y la incertidumbre. Necesitamos diálogo sincero, calmar los ánimos para proteger nuestra débil Democracia, conservar la institucionalidad y mantener la fraternidad de nuestro pueblo. La violencia no es la solución a la crisis ni a las diferencias. ¡No más hechos de violencia!, ¡No más muertes! ¡El Perú debe ser nuestra prioridad!”, subrayan.

Finalmente, le jerarquía católica peruana invoca a la Santísima Virgen de Guadalupe, para que “nos guíe por caminos de justicia y de paz”.

Estado de Emergencia

Como es sabido, el nuevo gobierno de Perú, que preside la abogada Dina Boluarte, juró la semana pasada ante el pleno del Congreso como primera presidenta de la historia del Perú, tras la destitución del anterior presidente, Pedro Castillo, quien horas antes había decidido disolver el Parlamento para evitar su presunto procesamiento por supuestos actos de corrupción.

Durante la ceremonia de toma de posesión, Dina Boluarte realizó un llamamiento al diálogo para instalar un gobierno de unidad nacional, que ya tomó posesión, y solicitó a la Fiscalía que investigue los presuntos hechos de corrupción que han salpicado la política peruana en los últimos años.

Posteriormente, el nuevo gobierno de Perú declaró 30 días de emergencia nacional en medio de violentas protestas que se produjeron tras la destitución de Pedro Castillo, y que suspenden derechos y libertades públicos en el país andino.

Precisamente en el primer día de Estado de Emergencia dispuesto por el Gobierno de Dina Boluarte se ha registrado el número más alto de fallecidos.

Marchas, fallecidos y heridos

Las marchas comenzaron el pasado miércoles 7 de diciembre. Según la Defensoría del Pueblo, 12 personas fallecieron en las manifestaciones, y seis fueron víctimas de accidentes de circulación y hechos vinculados a los bloqueos de carreteras. Hasta el momento, Ayacucho es la región con el número mayor de muertos, siete. Le siguen Apurimac (6), La Libertad (3), Arequipa (1) y Huancavelica (1).

La Defensoría del Pueblo ha informado que hasta el momento hay 210 heridos civiles y 216 miembros de la Policía Nacional del Perú heridos. Es decir, 426.  Los bloqueos, marchas y paralizaciones han tenido lugar en los departamentos de Áncash, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Moquegua, Puno y San Martín.

La misma institución defensora del Pueblo ha solicitado en un comunicado fechado en Lima el “cese inmediato de hechos de violencia en protestas sociales y ha pedido a las Fuerzas Armadas y Policiales actuar confirme a la Constitución y la Ley”.

“Defensa de la democracia”

Hace poco más de una semana, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana emitió un comunicado en el que calificó de “inconstitucional e ilegal la decisión del Sr. Pedro Castillo Terrones de disolver el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”.

Asimismo, manifestó “rechazar de manera enérgica y absoluta, la ruptura del orden constitucional. Es derecho y deber moral de los pueblos y de los ciudadanos la defensa de la democracia”.

En el mismo comunicado, los obispos llamaron a “la unidad nacional, mantener la tranquilidad, y poner coto a cualquier forma de violencia y de afectación de los derechos fundamentales de los ciudadanos”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Saúl Alija: “El arte sacro tiene un papel fundamental en nuestro mundo”

Saúl Alija es un joven pintor zamorano que ha concedido una entrevista a Omnes para hablarnos sobre el arte sacro y su relación personal con el arte.

Paloma López Campos·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Saúl Alija es uno de los nuevos rostros en el arte sacro español. Entre exposiciones en Salamanca, murales para Zamora, encargos para Barcelona y retablos de capillas bautismales, nos habla en Omnes sobre el arte sacro.

Saúl, ¿puedes empezar contándonos tu historia con la pintura y el arte sacro?

– “La verdad es que me he ido formando por mi cuenta, aunque los inicios se los debo a mi familia. Mi madre me quería llevar a una academia de pintura y me apuntó a la más cercana. Pero ella no sabía que el profesor era sacerdote. 

El profesor nos contaba muchas veces como había pintado murales en varias Iglesias cuando vivió en Roma y también muchas curiosidades sobre sus cuadros, que a mí me sorprendían mucho. Y también me gustaba el agradecimiento que mostraba al contárnoslo. 

Después de eso no volví a pintar porque ingresé durante unos 8 años en el seminario Redemptoris Mater de Castellón, donde he recibido mucho en todos los sentidos. Hasta que, durante el verano, me dio por pintar en unas casas abandonadas a la entrada de Zamora. Después de tanto tiempo, vi que aún seguía recordando las nociones para pintar que me había enseñado aquel sacerdote. 

El hecho de no haber pasado por ningún estudio reglado me ha servido muchísimo en la libertad que tengo en el manejo de los colores, las distintas pinceladas, la preparación de las escenas, usar los métodos que usaban los clásicos para ejecutar una pintura, etc. 

Hace un año abrí una cuenta de Instagram con algunas de mis obras de arte religioso y también otras pinturas sin mucha pretensión. Me escribieron un par de mensajes para que hiciera algunas obras por encargo para Barcelona y Salamanca, incluso un concejal de mi ciudad me escribió para pintar unos murales en las calles de Zamora. Fue así de espontáneo.

Detalle del cuadro encargado con motivo del Año de San José 2020 para la Iglesia del Espíritu Santo, Zamora.

Mi relación con el arte sacro ha sido igual de espontánea. Un sacerdote de mi diócesis me pidió un retablo especial para una comunidad que celebra en rito mozárabe, en un pueblo chiquitito de Zamora. Me puse a estudiar entonces el arte cristiano peninsular que se daba en el siglo XI, para poder ayudarles a celebrar de acuerdo con su tradición. También me encargaron un cuadro de San José para otra pequeña Iglesia, para celebrar el año iniciado por el Papa Francisco.

Actualmente, estoy trabajando en un retablo para la capilla bautismal de una Iglesia de Salamanca, para un párroco que quiere ayudar a los matrimonios jóvenes a ver la importancia del sacramento del bautismo y explicarles con el retablo lo que sucede en el momento de la celebración. 

Esta es, para mí la función del retablo: el Kerigma hecho arte, que en el momento de la celebración del bautismo, cruza la historia de la salvación, y reconecta a la asamblea con el momento del bautismo de Jesús en el Jordán, santificando las aguas, como nos muestra la iconografía. 

La forma que he tenido desde hace tiempo de contactar con las parroquias y los sacerdotes es a través de Instagram o del email que está allí también. Si desea alguien contactar conmigo para realizar algún retablo, solo tiene que escribirme a través de Instagram (@saulalija) y a partir de ahí, en oración común, vamos viendo las necesidades del proyecto”.

Y desde esta experiencia con los párrocos, ¿qué relación crees que existe entre la Iglesia y el arte?

–”Yo creo que es una relación profundísima. Aún hoy, hay conceptos teológicos que no comprendemos solamente con simples razonamientos, sino que necesitamos acudir a imágenes o catequesis que la Iglesia lleva siglos representando en sus retablos, en sus muros, en sus templos. De hecho, es curioso hasta qué punto está unida la emoción estética con la Nueva Evangelización en nuestra particular sociedad sentimentalista.

Hace unos meses hice una exposición en el claustro de la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que reflexionaba acerca de la antropología sacramental, o intentaba hacer reflexionar, sobre la unión entre el arte como símbolo visible y la iglesia como sacramento invisible. 

Yo pensaba en tantos jóvenes de mi generación que estamos sufriendo las consecuencias de la ideología y de la falta de libertad, y quería crear una forma estética que no tuviera en cuenta los grupos de referencia, sino la espiritualidad común de la iglesia, que se extendiera a todos. Y creo que funcionó, al menos eso es lo que me han dicho mis amigos no creyentes”.

Pero esa exposición en Salamanca era un proyecto de arte religioso, no directamente para la Iglesia. ¿Cuál es la parte más importante a la hora de pintar arte para la Iglesia?

– “La oración, que tantas veces para mí es la parte más difícil. Y yo creo que es más importante que la técnica y la ejecución. Porque hay muchísimos cuadros de arte religioso que están perfectamente hechos, pero no consiguen provocar nada. Mientras que hay otros muchos cuadros que igual no son muy buenos pero que consiguen transmitir la intención de la iglesia 

Y a parte de la oración, también la sinceridad al componer la escena. Pintar momentos de Dios que se han sentido reales en tu vida se nota mucho. Yo creo que es una responsabilidad muy grande, sobre todo cuando las referencias actuales en el mundo del arte son tan variadas.

Hay varios peligros como el del espiritualismo estético, o buscar un tipo de arte en el que estés cómodo y busques darte gloria a ti mismo o fingir teologías, y desvirtuar los términos. Es muy triste porque nos está pasando a todos: en el mundo, pero también dentro de la Iglesia y dentro de la teología. Nadie debería buscar ser referente de ningún progreso, si es que anda detrás de las virtudes bíblicas, cuyo referente progresista es siempre Dios. Sin Él no hay originalidad, ni avance, ni intuiciones, al menos a mí me pasa y hay días que Dios me deja estar bajísimo de inspiración”.

¿Y por qué el arte en sí es una buena forma de transmitir a Dios?

– “Porque el arte está callado, no se irrita ante la indiferencia y no exige nada del otro, como tampoco Dios a nosotros. El arte no tiene la actitud de rechazo que tantas veces los cristianos o los curas mostramos hacia los no creyentes.

A los cristianos se nos puede exigir o infravalorar socialmente, hacernos callar, pero a una obra de arte no se la puede hacer callar, como mucho sacar fuera de contexto. 

Cuando un cuadro sagrado grita coherencia, estremece; no te juzga, no te mira mal. Y si te descuidas puede incluso hablarte del cielo. En las células de los ojos de todo hombre hay una memoria ontológica que guarda información de nuestro antiguo estado, que es el paraíso, el reino celeste. 

Mi generación ha multiplicado cada vez más los lugares en los que sentirnos queridos: cada vez más apps de citas, cada vez más conexión, cada vez más lorazepam, pero cada vez más soledad. Con el arte, en el interior de la persona se produce una emoción estética que la inocula profundísimamente y le hace recordar que en el principio vivía en el cielo; que su ser está hecho para no morir nunca. Y esta persona, enferma de eternidad, comenzará a necesitar cada vez dosis más altas de belleza hasta que Dios la toque”.

En un mundo en el que predomina el “selfie” de Instagram, ¿cómo se puede hacer hueco para el arte sacro?

–”Yo creo que el arte sacro tiene un papel fundamental en nuestro mundo. Veo descansar a mis amigos no creyentes cuando entran a una Iglesia conmigo y vemos arte sacro. ¡Cuántas veces me han dicho eso de “no me extraña que los antiguos creyeran al ver esta belleza”! Instagram se llenaría de arte sacro si supiéramos comunicar la belleza artística y moral de la Iglesia a las nuevas generaciones.

Un cuadro de Alija representando a san Juan Pablo II

El turismo religioso en España es una gran oportunidad en nuestras diócesis para enviar cristianos a formarse en Historia del arte y Catequética para enseñar la sabiduría profunda de los templos. Para mí es uno de los retos de la Nueva Evangelización, antes de que dejemos que los expertos acaben con la espiritualidad, como va a pasar con el único curso de canto gregoriano que se hacía en España en el Valle de los Caídos.

El mundo está cansado del arte vacío. De hecho, veo que hay un renacimiento cultural de las antiguas vanguardias. No dejan de hacer exposiciones inmersivas de los maestros del siglo pasado. La gente no quiere ver las serigrafías de Warhol en 4K porque con los cuadros nos basta, sino que quiere ver a Sorolla, a Van Gogh, etc., cuanto más cerca mejor.

La idolatría al artista que se da en nuestro tiempo, ahora, va cada vez más apoyada por la calidad y la innovación. Ha pasado el tiempo en el que todo era considerado arte, incluso dentro del arte abstracto. Incorporando la performance a los NFT, que hoy en día se validan técnicamente con certificados.

En el arte sacro, durante los últimos años, he podido experimentar también mayor calidad e innovación, quizá por el estado de peligro de extinción continuo en el que nos encontramos como artistas. En nuestras diócesis, los esfuerzos, en la mayor parte, se destinan a conservar lo que tenemos. 

La mayor parte de parroquias que se construyen de nueva planta se adornan con imágenes hechas en serie, aburridas, que funcionan porque es el tipo de imagen que se espera, pero la realidad es que no producen ningún tipo de diálogo con el hombre de hoy.

El problema actual del abuso de las redes sociales tiene mucho que ver con la falta de identidad, y la falta de identidad también es falta de expresión y de diálogo. Si no hay un lenguaje visual común, una estética, no hay expresión común, y esto es algo muy importante en la comunión de la Iglesia. Sin un diálogo es imposible comunicar la belleza. 

Hoy los jóvenes cristianos queremos dialogar y expresarnos con un lenguaje real y humano, porque somos conscientes del sufrimiento del pecado en nuestra vida y en la de nuestros amigos que no creen. No queremos hablar sólo con nosotros mismos. Nos sentimos llamados a ser misión de Dios.Por eso, el reto de nuestro siglo es antropológico y es también identitario. Sin un lenguaje fresco y personal, libre de “arqueologismos”, no podremos expresar nuestra fe, ni tampoco evangelizar, ni llamar a la coherencia a los de fuera, pero tampoco podremos llamarnos a la coherencia con nuestra propia vida cristiana los que pensamos que estamos dentro”.

Recursos

El año litúrgico, una espiral que nos lleva a Cristo

La Conferencia Episcopal Española ha publicado en su página web el calendario litúrgico 2022-2023. En este artículo hablamos sobre el significado del curso litúrgico y las fiestas solemnes que celebraremos a lo largo del próximo año.

Paloma López Campos·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Ramón Navarro, director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Liturgia, ha escrito para Omnes una breve reflexión acerca del año litúrgico y su importancia en la vida del cristiano. Transcribimos a continuación su texto.

¿Qué es la liturgia?

Desde la Comisión Episcopal para la Liturgia explican que esta es “ la celebración del misterio de la fe, que actualiza y hace presente en el «hoy» de la Iglesia la Historia de la Salvación, es decir, el designio de amor de Dios para con nosotros, que tiene su centro y su culminación en la muerte y resurrección de Cristo, es decir, su Misterio Pascual. En la liturgia siempre celebramos, por tanto, el Misterio Pascual de Cristo. Así fue desde el comienzo mismo de la historia de la Iglesia, cuando solamente existía la celebración del domingo, Pascua semanal y memoria del Resucitado”.

La “construcción» del Año Litúrgico

El nacimiento del Año Litúrgico tal como lo conocemos hoy sucedió poco a poco. A partir de la celebración dominical, “se fueron desarrollando los distintos tiempos que fueron configurando el Año Litúrgico. Rápidamente -tenemos noticias ya en el siglo II- un domingo al año se celebró la Pascua con gran solemnidad, y surgió la Pascua anual, que luego se prolongaría con un espacio de inmensa alegría durante cincuenta días (el tiempo pascual) y más adelante, en relación con el catecumenado de los que iban a ser bautizados en la Pascua surgió la cuaresma, como tiempo de preparación. Luego se introduciría la Navidad como celebración del nacimiento del Señor, que finalmente sería preparada por el Adviento”. Este Año Litúrgico también “se iría complementando con las celebraciones de la Virgen y de los Santos”. 

La Liturgia es un recurso muy enriquecedor que tenemos los cristianos, pues “nos permite celebrar todo el misterio de Cristo, es decir, el misterio de Cristo en toda su riqueza: sin perder nunca de vista la centralidad de la Pascua, pero fijándonos en los distintos acontecimientos de la salvación, es decir, en los distintos «misterios» del Señor, profundizamos en la riqueza insondable del Misterio de Cristo y participamos en ella. Imaginemos una gran piedra preciosa con muchas facetas. Girándola  y fijándonos en cada una de las facetas -los «misterios» del Señor- no perdemos de vista el centro -el Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado-”.

“De esta forma, y a través de sus elementos -la celebración de la eucaristía y los sacramentos, la riqueza de la Palabra de Dios proclamada, los acentos de cada uno los tiempos litúrgicos, la relación de la Virgen y de los santos con el misterio de Cristo-, guiados por el Espíritu Santo, el Año Litúrgico se convierte en una admirable pedagogía a través de la cual la Iglesia nos va guiando a un conocimiento y participación más profunda del misterio de Cristo. El ciclo anual no supone que volvemos al inicio y comenzamos de nuevo en cada tiempo de Adviento, con el inicio del nuevo año. No pensemos en el Año Litúrgico como un círculo, que nos devuelve al mismo sitio, sino como una espiral que nos va llevando, cada vez más profundamente, al encuentro con Cristo, haciendo de nuestra vida un sacrificio agradable a Dios, uniéndonos al Señor”.

Celebraciones movibles 2022-2023

A continuación, dejamos el listado de las celebraciones movibles y de las fiestas de precepto en España para el curso 2022-2023:

-Sagrada Familia: 30 de diciembre de 2022

-Bautismo del Señor: 8 de enero de 2023

-Miércoles de ceniza: 22 de febrero de 2023

-Domingo de Resurrección: 9 de abril de 2023

-Ascensión del Señor: 21 de mayo de 2023

-Pentecostés: 28 de mayo de 2023

-Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote: 1 de junio de 2023

-Fiesta de la Santísima Trinidad: 4 de junio de 2023

-Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: 11 de junio de 2023

-Sagrado Corazón de Jesús: 16 de junio de 2023

-Jesucristo Rey del Universo: 26 de noviembre de 2023

-Primer domingo de Adviento: 3 de diciembre de 2023

Fiestas de precepto en España

-Santa María, Madre de Dios: 1 de enero

-Epifanía del Señor: 6 de enero

-San José: 19 de marzo

-Santiago, apóstol: 25 de julio

-Asunción de la bienaventurada Virgen María: 15 de agosto

-Todos los Santos: 1 de noviembre

-Inmaculada Concepción: 8 de diciembre

-Natividad del Señor: 25 de diciembre

Cultura

La Novena de Navidad. Preparar la llegada de Jesús en familia

La costumbre de la Novena de Navidad ayuda a las familias a prepararse de manera más intensa para la Navidad. Corina Dávalos, escritora hispano ecuatoriana ha publicado una hermosa Novena de Navidad para los más pequeños con el objetivo de difundir esta devoción en el mundo de habla hispana y adaptarla al contexto cultural de nuestros días, inspirándose en textos del papa emérito Benedicto XVI.

Maria José Atienza·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 16 de diciembre empieza la novena de Navidad o novena de Aguinaldos, según el país. Esta costumbre se vive de manera especial en Ecuador, Colombia y Venezuela. Aunque toda la Iglesia se prepara para la Nochebuena durante el tiempo de Adviento, esta devoción ayuda a las familias a prepararse de manera más intensa para la Navidad. Cada día, desde el 16 de diciembre, las familias y amigos cercanos se reúnen en las casas de distintos anfitriones para rezar la novena alrededor del Belén.

El rezo de la novena es muy sencillo. Consiste en un momento de recogimiento en el que se da comienzo con una oración inicial para todos los días, una reflexión a la que sigue un rato de silencio para la meditación personal. Después, a modo de la oración de los fieles en la Santa Misa, cada uno de los asistentes es libre de hacer una petición o expresar su acción de gracias en voz alta. Para finalizar, se reza una oración final para todos los días. Y, como no, a continuación, se cantan los villancicos tradicionales de cada lugar.

Lo mejor de las novenas es, lógicamente, la presencia y la participación de los niños.

Suelen ponerse lo más cerca posible del Belén y sus peticiones y acciones de gracias son toda una lección de sencillez y fe para los adultos. Desde las peticiones por la salud de las familias, que a fulanito no le peguen en el cole, por los niños que pasan hambre, hasta el listillo que pide luces para su madre a ver si por fin le compra un móvil. De todo hay en las pequeñas simientes del Señor.

Es un ambiente de oración y celebración en el que corre el chocolate caliente, los dulces de temporada y las risas de pequeños y grandes. Para muchos, supone el reencuentro con primos, tíos, hermanos y amigos después de estar fuera por trabajo o estudios. De modo que estas reuniones tienen un componente entrañable por donde se mire.

La primera novena de Navidad de la que se tiene noticia es de 1743, escrita por el sacerdote y fraile ecuatoriano, Fernando de Jesús Larrea. Originalmente la estructura de la novena consistía en la oración para todos los días, consideraciones del día, oración a la Santísima Virgen, oración a San José, gozos o Aspiraciones para la venida del Niño Jesús, oración al Niño Jesús y la oración final. La primera novena impresa tenía 52 páginas. Con el tiempo, tanto la longitud como la estructura se han ido reduciendo por motivos prácticos.

En Colombia, por ejemplo, se lee cada día un texto de los evangelios o un salmo, relacionados con la venida del Señor. Otras novenas, como la de la escritora Teresa Crespo de Salvador o la del Padre Juan Martínez de Velasco han sido muy populares en Ecuador.

La Novena de Navidad de Corina Dávalos

Este año, la escritora hispano-ecuatoriana Corina Dávalos también ha publicado una novena de Navidad para niños. Según la autora, su intención ha sido difundir esta devoción en el mundo de habla hispana y adaptarla al contexto cultural de nuestros días, inspirándose en textos del papa emérito Benedicto XVI. Con un lenguaje claro y asequible a los niños, no renuncia a la profundidad del mensaje cristiano, ni a la emoción que suscita el nacimiento de Jesús.

Como dice en su página web (www.novenanavidad.com) es “una novena de preparación para la Navidad, hecho para niños y también para los no tan niños, que quieren recibir al Niño Jesús con la ilusión de los más pequeños”.

Tanto se adapta a los tiempos, que además de tener su página web de presentación, tiene una edición para Kindle, disponible en Amazon. Además, ha contado con dos editoras muy exigentes, sus sobrinas Marina de 5 años y Luisa de 4, quienes han supervisado la edición paso a paso. “Las imágenes las he elegido con ellas, los textos han pasado por su aprobación, lo cual me ha ayudado mucho a elegir palabras que entiendan mejor o explicar conceptos que en los textos iniciales no quedaban tan claros”, dice Corina.

Los textos pueden ser antiguos o actuales, seguir a rajatabla la reflexión sobre un pasaje del evangelio o hablar de las virtudes cristianas o profundizar en el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Lo que importa es, prepararse por dentro, en familia y llegar, con María y José hasta el pesebre, con el alma bien dispuesta para recibir a Jesús en Navidad.

Vaticano

Papa Francisco: “Nadie puede salvarse solo»

El Papa Francisco ha publicado el mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, en el cual habla sobre el COVID-19 y nos invita a echar la vista atrás para valorar lo aprendido.

Paloma López Campos·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“El COVID-19”, dice el Papa, “nos arrastró en medio de la noche, desestabilizando nuestra vida ordinaria, revolucionando nuestros planes y costumbres, perturbando la aparente tranquilidad incluso de las sociedades más privilegiadas, generando desorientación y sufrimiento, y causando la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros”.

La pandemia ha tenido consecuencias difíciles de imaginar que han sacudido al mundo entero. Esto nos hace ver que “rara vez los individuos y la sociedad avanzan en situaciones que generan tal sentimiento de derrota y amargura; pues esto debilita los esfuerzos dedicados a la paz y provoca conflictos sociales, frustración y violencia de todo tipo. En este sentido, la pandemia parece haber sacudido incluso las zonas más pacíficas de nuestro mundo, haciendo aflorar innumerables carencias”.

Ahora que ha pasado un tiempo, el Papa nos invita a echar la vista atrás “para cuestionarnos, aprender, crecer y dejarnos transformar —de forma personal y comunitaria”. Es importante hacer un examen y cuestionarnos: “¿qué hemos aprendido de esta situación pandémica? ¿Qué nuevos caminos debemos emprender para liberarnos de las cadenas de nuestros viejos hábitos, para estar mejor preparados, para atrevernos con lo nuevo? ¿Qué señales de vida y esperanza podemos aprovechar para seguir adelante e intentar hacer de nuestro mundo un lugar mejor?”

Francisco, haciendo también su propio análisis, dice que “la mayor lección que nos deja en herencia el COVID-19 es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana, fundada en nuestra filiación divina común, y de que nadie puede salvarse solo. Por tanto, es urgente que busquemos y promovamos juntos los valores universales que trazan el camino de esta fraternidad humana. También hemos aprendido que la fe depositada en el progreso, la tecnología y los efectos de la globalización no sólo ha sido excesiva, sino que se ha convertido en una intoxicación individualista e idolátrica, comprometiendo la deseada garantía de justicia, armonía y paz. En nuestro acelerado mundo, muy a menudo los problemas generalizados de desequilibrio, injusticia, pobreza y marginación alimentan el malestar y los conflictos, y generan violencia e incluso guerras”.

Sin embargo, no todo es negativo, el Pontífice afirma que “hemos logrado hacer descubrimientos positivos: un beneficioso retorno a la humildad; una reducción de ciertas pretensiones consumistas; un renovado sentido de la solidaridad que nos anima a salir de nuestro egoísmo para abrirnos al sufrimiento de los demás y a sus necesidades; así como un compromiso, en algunos casos verdaderamente heroico, de tantas personas que se han entregado para que todos pudieran superar mejor el drama de la emergencia”.

La pandemia nos ha obligado a buscar la unidad. “Es juntos, en la fraternidad y la solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos. De hecho, las respuestas más eficaces a la pandemia han sido aquellas en las que grupos sociales, instituciones públicas y privadas y organizaciones internacionales se han unido para hacer frente al desafío, dejando de lado intereses particulares. Sólo la paz que nace del amor fraterno y desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales”.

Después de la pandemia, no podemos quedarnos quietos, dice el Papa. En primer lugar, debemos “permitir que Dios transforme nuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad a través de este momento histórico”. Esto implica también que “no podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común”. En definitiva, “estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión”.

El mensaje del Papa termina con una perspectiva esperanzadora para el 2023. Así, el Santo Padre dice que espera “que en el nuevo año podamos caminar juntos, atesorando lo que la historia puede enseñarnos”. Francisco termina felicitando el año y encomendando el mundo entero a la Virgen María: “A todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les deseo un feliz año, en el que puedan construir, día a día, como artesanos, la paz. Que María Inmaculada, Madre de Jesús y Reina de la Paz, interceda por nosotros y por el mundo entero”.

Experiencias

Un belén viviente inédito en el corazón de Roma

Mañana habrá en Roma una representación del Belén viviente que escenificará escenas entrañables de la Navidad.

Antonino Piccione·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un belén viviente en el corazón de Roma, entre las basílicas de San Giovanni in Laterano y Santa Maria Maggiore, siguiendo la ruta de la procesión Corpus Domini. Esta iniciativa se celebrará el sábado 17 de diciembre de 2022, a partir de las 14:30 horas, con personalidades y delegaciones de diversas partes de Italia. El belén se escenificará en la explanada de la Basílica de Santa María la Mayor, que alberga las reliquias de la cuna del niño Jesús y que fue titulada Santa María del Pesebre.

Al final de la representación, a las 17.00 horas, se celebrará la Novena en preparación para la Navidad. A continuación, el cardenal Angelo De Donatis, Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, presidirá la Celebración Eucarística con la bendición de los niños.

«El belén”, como escribe el Santo Padre Francisco en su Carta Apostólica Admirabile Signum, “suscita mucho asombro y nos conmueve porque manifiesta la ternura de Dios». Monseñor Rolandas Makrickas, Comisario extraordinariode la Basílica de Santa María la Mayor, explica: «Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, ya de por sí misterioso para nosotros, nos fascina aún más al ver que Aquel que nació de María es la fuente y el soporte de toda vida».

La realización del Belén Viviente, según se desprende de un comunicado de prensa de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, fue alentada por el Papa Francisco, que vio personalmente el proyecto. La Basílica de Santa María la Mayor es muy querida por el Papa, que la ha visitado hasta el momento, como Pontífice más de 100 veces, además de muchas visitas anteriores.

«El desarrollo del Belén viviente comenzará con la realización de la escena de la aprobación de la Regla franciscana por el Papa Inocencio III en Piazza San Giovanni Paolo II», subraya Fabrizio Mandorlini, coordinador de Città dei Cunas, uno de los impulsores de la iniciativa. «A continuación, las figuras se trasladarán a Via Merulana para la escena del censo y para representar los momentos de la vida en la ciudad de Belén que verán en Piazza Santa Maria Maggiore para la instalación del mercado de oficios. Maria y José a lo largo del viaje revivirán los momentos del anuncio y del sueño y luego buscan un lugar para pasar la noche, pero no encontrarán sitio en la posada. La escena del belén será bajo el pórtico de la Basílica de Santa María la Mayor”. 

«Llevarán a cabo las escenas las personas que hace los los belenes vivientes toscanos de ciudades como Pescia, Equi Terme, Casole d’Elsa, Ruota y Legoli con el apoyo de las figuras de Badia San Savino, Ghivizzano, San Regolo a Gaiole in Chianti, Santa Colomba, Iolo, Castelfiorentino, Cerreto Guidi, Pontedera, Roffia, La Serra y San Romano. A ellos se unirán otras entidades y asociaciones de fieles que desean compartir la experiencia de la diócesis de Roma». Colaboran en la iniciativa Coldiretti Nazionale, la Asociación Italiana de Ganaderos, la Fundación Symbola, Acli Nazionale y numerosas asociaciones, parroquias y movimientos en la ciudad de Roma. El Belén Viviente se celebrará también gracias a la colaboración de la Diócesis de Roma y el patrocinio del Ayuntamiento de Roma.

El autorAntonino Piccione

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Reverendo SOS

Retos, riesgos y oportunidades de la vida afectiva del sacerdote

Los sacerdotes, como cualquiera, necesitan integrar todas las dimensiones de su vida, con particular atención a la afectividad, y dirigirla al bien de sí mismos.

Carlos Chiclana·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Para conocer mejor los aspectos afectivos de la vida sacerdotal y su integración con las demás dimensiones de la persona, realizamos una investigación cualitativa con una encuesta sobre retos, riesgos, oportunidades, qué ayudó y qué echó en falta, en el desarrollo de su vida afectiva. Participaron 128 sacerdotes, diáconos y seminaristas, con 605 respuestas abiertas y 1039 ideas diferentes que se categorizaron en temáticas.

Los retos principales fueron: la vida espiritual, la soledad, la misión, las dificultades psicológicas y dar / recibir afecto. Los riesgos: la soledad, las limitaciones psicológicas, las dependencias afectivas, los defectos morales y la vida espiritual. Las oportunidades: el trato con personas, la vida espiritual y la amistad sacerdotal. Lo que ayudó: vida espiritual, amistad sacerdotal, testimonio de otros sacerdotes y una familia de origen sana. Un porcentaje importante no echó en falta nada, y otros hubieran deseado recibir mejor formación, una mejor atención a la espiritualidad y a la psicología.

La variedad de respuestas con distintos matices, unida la presencia de categorías comunes, señala la diversidad personal entre los sacerdotes, junto con la participación del mismo ministerio de Cristo, y muestra la importancia de que en la formación inicial y permanente se atienda tanto a los elementos esenciales y centrales del sacerdocio, como a las necesidades particulares según formación, educación, origen social, sistema familiar y experiencias vitales.

Esto permitirá: abordar de forma enriquecedora su vida real; desarrollar un programa personalizado; adaptarse al ciclo evolutivo personal según edad, experiencias previas, motivaciones o personalidad; estar pendientes de las necesidades que surjan de acuerdo con los encargos, cambios sociales, edad, crisis normativas y el desarrollo ordinario de la vida espiritual, con sus desiertos y oasis.

Apreciamos que las áreas de mayor interés eran la vida espiritual, la soledad, las relaciones interpersonales y la formación. Disponer de una formación dirigida por uno mismo, con un buen acompañamiento espiritual y en comunidad, puede ser una de las conclusiones de este estudio, que muestra que habrían deseado mayor formación, mejor acompañamiento y un desarrollo de la vida espiritual más afectuoso y menos normativo.

Una de las cuestiones recurrentes es la soledad, aunque no refieren que hayan echado en falta formación al respecto. ¿Se refiere a la soledad originaria de cada ser humano, la física que puede vivir un sacerdote en al ámbito rural, la emocional propia de quien se dedica a la atención de personas? ¿Podría ser que la soledad fuera precisamente el lugar donde Dios espera para encontrarse con esa alma? ¿Puede ser la referida por personas que por malas experiencias han desarrollado un apego inseguro?

La soledad social es una carencia de relaciones cercanas de amistad, que facilita que la persona se sienta vacía, no aceptada, aburrida, y se aísle. La soledad emocional es la ausencia de relaciones significativas y que proporcionan seguridad. Esta última proviene del desarrollo inadecuado de nuestros vínculos en la infancia y de cómo se configuran las primeras relaciones en los primeros años de vida, con la principal figura de apego, y condiciona la experiencia en la vida adulta en la configuración de las relaciones interpersonales; se asocia con sentimientos de vacío y solo puede ser aliviada a través de la restauración con la principal figura de apego o de un “sustituto”.

La soledad se relaciona con los estilos de apego inseguro. Si estas muestras de afecto no se perciben, la persona se encuentra insatisfecha en sus necesidades emocionales y presenta inseguridad, soledad social o emocional. Las personas seguras tienen un bajo nivel de soledad, una visión positiva de sí mismo, baja ansiedad ante un posible abandono, comodidad con la intimidad interpersonal y relaciones personales satisfactorias, y un esquema positivo de los demás.

Si un sacerdote se siente solo, valorará si está relacionado con carencias de la infancia que hayan configurado un apego inseguro. Si es así, se beneficiará de un acompañamiento espiritual específico para sanar el apego o de una ayuda profesional psicoterapéutica. Si no, habrá de discernir si sufre soledad social -remediable con el desarrollo de una red de amistades generales, sacerdotales y familiares- o si es precisamente esa soledad el lugar donde desarrollar con mayor intensidad la vivencia del celibato y su vinculación con Dios.

Como conclusión del estudio se aprecian ocho dimensiones de enriquecimiento de la vida afectiva del sacerdote: relación con Dios, amistad, acompañamiento, fraternidad sacerdotal, formación, cuidado personal, conocimiento psicológico y misión.

Algunos aspectos que pueden ser trabajados son: sentido positivo y estable de la identidad masculina; madurez para relacionarse con los demás; sólido sentido de pertenencia; libertad para entusiasmarse con grandes ideales y la coherencia y fortaleza para llevarlos a cabo; toma de decisiones y fidelidad a éstas; conocimiento propio; capacidad de corregirse; gusto por la belleza; confianza; capacidad para integrar la propia sexualidad con una perspectiva cristiana.

Vaticano

El Papa Francisco cumple 86 años

Rome Reports·15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El 17 de diciembre el Papa Francisco cumple 86 años. Una edad a la que llega tras un año complicado en la salud para el Santo Padre debido a los problemas de su rodilla.

Aunque él mismo reconoce que debe «bajar el ritmo» de sus viajes, al final de enero hará un viaje de una semana a República Democrática del Congo y Sudán del Sur y en agosto se espera su presencia en Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud.


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La mirra, el mejor regalo

En Navidad, lo que celebramos es el misterio de la Encarnación, que hace volar por los aires todas las ideas preconcebidas que tenemos de Dios. Y, gracias a la mirra, cada uno de nosotros estuvo en aquel portal.

15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo del oro y el incienso está claro, pero ¿y la mirra? El cine y las redes sociales hacen chistes estos días sobre la «inutilidad» de este regalo de los reyes ¿Pero es verdad que es inútil? ¡Todo lo contrario! Quizá sea el más importante. Y explico el porqué.

Lo primero que hay que decir es que no hablamos de oro, incienso y mirra por casualidad o por tradición. Los tres regalos están recogidos en la Sagrada Escritura, concretamente en el capítulo segundo del Evangelio según San Mateo. Sí que son tradiciones, por ejemplo, la mula y el buey, que no aparecen en ninguno de los evangelios; y hasta los mismísimos reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, pues la Biblia no dice que fueran reyes, ni que fueran tres, ni mucho menos señala sus nombres. Ciertamente, desde los primeros siglos del cristianismo, se interpretó así su figura y así seguimos hablando de ellos, pero el dato debe llamar nuestra atención hacia lo verdaderamente importante: que no fueron tanto los tres, cinco o quince magos que llegaron al portal, sino los tres regalos que sí sabemos que trajeron consigo.

Los padres de la Iglesia vieron en los dones ofrecidos por estos misteriosos personajes una intención profética que nos hablaba del destino del niño: el oro, como corresponde a un rey, pues Jesús estaba destinado a serlo en el Reino de los Cielos; incienso, como corresponde a Dios, pues al igual que ese humo perfumado asciende hacia el cielo sirviendo así a los judíos como ofrenda a Dios en su templo, aquel bebé merecía tal honor por ser el mismísimo Hijo de Dios; y mirra (la gran desconocida), como hombre en su naturaleza mortal, porque esta resina vegetal es utilizada para curar heridas, embalsamar cadáveres y como analgésico para moribundos, vaticinando así su pasión y muerte en la cruz.

Por eso es el más impopular de los regalos, por eso es el gran desconocido porque, además de ser el producto menos común de los tres en nuestra vida diaria, ¿quién quiere oír hablar de la muerte en estas navidades de brillibrilli que nos hemos inventado?

Sin embargo, y esta es mi propuesta, pensándolo bien puede que sea el regalo más importante para nosotros, el que nos hable del verdadero sentido de la Navidad, el que nos sacuda las adherencias que los años han ido acumulando sobre esta fiesta y que nos impiden contemplarla y celebrarla en todo su esplendor.

Y es que, en Navidad, lo que celebramos es el misterio de la Encarnación, que hace volar por los aires todas las ideas preconcebidas que tenemos de Dios. En Navidad, él no es un Dios lejano, allá en el cielo, sino con los pies en la tierra; no es un Dios solitario sino trinitario y necesitado de una familia; no es un Dios indiferente, sino implicado con su pueblo; no es un Dios justiciero, sino misericordioso; no es un Dios prepotente, sino sencillo, pequeño y pobre; no es un Dios ajeno al dolor, sino un Dios con-pasivo, que padece con los suyos; no es un Dios que crea para admirar su propia obra, sino por puro amor a sus criaturas.

En el Concilio Vaticano II, la Iglesia nos recordó que «el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» y, continúa afirmando que «el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre».

Así que, a partir de ahora, no haga usted caso cuando bromeen sobre el incierto destino de la mirra. Aproveche para explicar que, gracias a ella, cada uno de nosotros estuvimos aquella noche en el portal porque aquel Niño se unió “en cierto modo” con todos y cada uno de nosotros. Eso es lo que celebramos en Navidad, que quede claro. ¡Feliz Encarnación! ¡Feliz Navidad!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Libros

Mons. Camisasca: “Don Giussani fue un genio de la fe y de lo humano»

“Además de ser un genio de la fe y de lo humano, Giussani fue también un genio de la Iglesia”, ha manifestado en Madrid Monseñor Massimo Camisasca, obispo emérito de Reggio Emilia, al presentar su biografía sobre don Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación. El obispo Camisasca subrayó a Omnes que don Giussani nos ayudó “a ver la huella, el signo de lo divino, dentro del genio del hombre”.

Francisco Otamendi·15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Don Giussani, fundador de Comunión y Liberación (CL) en los años 60 en Italia, falleció el 22 de febrero de 2005 en Milán, tras vivir un cristianismo “esencial” ―como subrayarían décadas después los Papas Benedicto XVI y Francisco, señaló su biógrafo―,y extender el movimiento en unos noventa países en los cinco continentes.

El 15 de octubre se cumplieron 100 años de su nacimiento en 1922, y miles de miembros de CL llenaron la Plaza de San Pedro en un encuentro con el Papa Francisco. El Santo Padre manifestó, entre otras cosas, su “personal gratitud por el bien que me hizo, como sacerdote, meditar algunos libros de don Giussani, cuando era un joven sacerdote; y lo hago también como Pastor universal por todo lo que él supo sembrar e irradiar en todas partes por el bien de la Iglesia…”.

El pasado fin de semana, Monseñor Massimo Camisasca ahondó en el carisma del fundador en la presentación de la edición española de su libro, titulado «Don Giussani. Su experiencia del hombre y de Dios», en un acto moderado por Manuel Oriol, director de Ediciones Encuentro, en el que intervino también el historiador Ignacio Uría.

Portada del libro escrito por Massimo Camisasca

Como explica en esta entrevista con Omnes, el obispo Camisasca conoció al siervo de Dios Luigi Giussani en 1960, cuando tenía 14 años, y estuvo a su lado durante los siguientes 45 años de su vida. Es, por tanto, un biógrafo particularmente autorizado para hablar de la vida y el pensamiento del fundador de Comunión y Liberación, sobre el que hace unos meses habló en Omnes Davide Prosperi, presidente ad interim de Comunión y Liberación.

Antes de ofrecer sus respuestas, recogemos una idea que lanzó en la presentación Monseñor Camisasca: “Además de ser un genio de la fe y de lo humano, Giussani fue también un genio de la Iglesia. Llevó a los que lo siguieron a identificarse con el método de la manifestación de Dios en el mundo: Dios se dirige a algunos para hablar a todos, comienza con una pequeña semilla, un pequeño rebaño, pero quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Para Giussani, la experiencia de la elección, que era el corazón de su método educativo, nunca fue la afirmación de un encerrarse, sino el centro afectivo de una apertura ecuménica”.

¿En qué momento pensó en escribir esta biografía sobre don Guissani? ¿Pudo conocerle y tratarle? ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al conocerle? ¿Era usted ya sacerdote y obispo, o todavía laico?

― Conocí a don Giussani cuando tenía catorce años, en 1960. Comenzaba entonces mi escolaridad en un liceo de Milán, donde don Giussani, que había sido ordenado sacerdote quince años antes y había dejado la enseñanza de la teología en el seminario, comenzó a enseñar religión para estar en contacto con los jóvenes y favorecer el renacimiento de la fe cristiana en sus corazones.

Estuve al lado de don Giussani durante los siguientes cuarenta y cinco años de su vida. Naturalmente, de diferentes maneras: primero como estudiante, luego encargado por él de seguir el nacimiento del Movimiento que daba sus primeros pasos; más tarde, como sacerdote, encargado por él de seguir las relaciones con la Santa Sede y especialmente con Juan Pablo II en Roma; finalmente, a instancias suyas, como fundador de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos.

Cuando murió don Giussani, pensé inmediatamente en recoger una síntesis de su pensamiento en un pequeño libro. Así nació este texto en el que, siguiendo un orden cronológico, trato de expresar de forma sencilla pero completa, las reflexiones más importantes que expresó a lo largo de su vida.

 “La Iglesia reconoce su genialidad pedagógica y teológica, desplegada a partir de un carisma que le dio el Espíritu Santo para la utilidad común”, afirmó el Papa Francisco de don Giussani en San Pedro. ¿Trata usted de estos aspectos y de su carisma?

― Deede luego. El carisma de don Giussani sólo puede captarse siguiendo su vida y sus escritos y conociendo a las personas que le siguieron. Por tanto, en este libro se puede captar la centralidad del misterio de la Encarnación, del acontecimiento del Verbo de Dios hecho hombre, que movió a don Giussani, cuando tenía catorce años, a ver en la persona de Cristo el centro del cosmos y de la historia, como diría más tarde Juan Pablo II. El corazón de toda expectativa humana, de todo deseo de felicidad, belleza, justicia y verdad.

Cuando todavía era seminarista, esta percepción de la Encarnación como acontecimiento central de la historia del mundo impresionó a don Giussani hasta tal punto que se convirtió en el corazón ardiente de toda su vida, de toda su reflexión y de toda su obra educativa.

En el fondo, no quería ser más que un gran testigo de la plenitud humana que acontece en los que siguen a Cristo, en los que lo abandonan todo para seguirle y para encontrar en Él el céntuplo de las cosas que creían haber dejado atrás para siempre, purificadas y hechas eternas por el amor.

En ese mismo encuentro en Roma, el Papa se refirió a la “pasión educadora y misionera” del fundador del movimiento. Su biografía se presenta como “intelectual”, y también como “espiritual”. ¿Correcto?

― El editor quería captar los dos aspectos principales de mi escritura. Es una biografía intelectual, porque no se detiene en los acontecimientos externos de la vida de don Giussani, sino en el itinerario y la maduración de su pensamiento. Es una biografía espiritual porque quiere mostrar el camino que Cristo hizo en don Giussani y el camino que don Giussani hizo en el mundo para hacer posible el encuentro con Cristo de las jóvenes generaciones y luego de los adultos.

Se ha subrayado el gran deseo de don Giussani de “evangelizar la cultura”. ¿Cómo aborda usted esta inquietud del fundador? El entonces cardenal Joseph Ratzinger señaló en febrero de 2005, que “don Giussani creció en una casa -como él mismo dijo-, pobre de pan, pero rica en música. Así, desde el comienzo fue tocado, es más, herido, por el deseo de la belleza. (…) Buscaba la belleza misma, la Belleza infinita”.

― Don Giussani amaba lo humano. No sólo el hombre, sino también todo lo que era obra del hombre. Amaba la literatura, la poesía, la música. Amaba, en definitiva, las expresiones de la vida. Estos eran también los caminos a través de los cuales llegaba a la gente. Hablaba de Cristo tocando un Brahms, un Beethoven o un Chopin. Encontró huellas de Cristo, o de su espera al menos, en la poesía, por ejemplo, de Leopardi. Citó a innumerables grandes autores literarios de todos los tiempos, para ayudarnos a ver la huella, el signo de lo divino, dentro del genio del hombre.

De este modo, abrió la vida de quienes le siguieron a la curiosidad, a una sana curiosidad por todo lo que vive en el Universo y nos habla del Misterio. Cultura, para Giussani, no significaba en absoluto acumulación de conocimientos, sino, por el contrario, capacidad de relacionarse con todo lo que está vivo y es humano y que lleva en sí la cuestión del infinito.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Jesús, el signo definitivo. IV domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del IV domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando, en la primera lectura de hoy, del libro de Isaías, se ordena al rey Acaz que pida una señal, parece mostrar humildad y se resiste a hacerlo. Pero estaba lejos de ser un hombre piadoso, y el profeta, sabiendo que esta humildad es sólo aparente, pierde la paciencia. De todos modos le da una señal de Dios. Una “doncella”, “almah” en hebreo, una mujer en edad de casarse y de tener hijos, dará a luz y llamará a su hijo “Emanuel”, nombre que significa “Dios está con nosotros”. Algunos estudiosos piensan que esto tenía probablemente una aplicación inmediata: una princesa, hija del rey, daría a luz a un niño cuyo nacimiento aseguraría la continuidad de la dinastía y mostraría así que Dios seguía “estando con” su pueblo. Aunque esto es ciertamente posible, es interesante observar que la propia tradición judía le dio un sentido más destacado. En la traducción griega de los libros sagrados de Israel, una obra llamada Septuaginta preparada unos siglos antes del cristianismo, el hebreo “almah” se traduce como “parthenos”, que significa explícitamente “virgen”. El signo resulta cada vez más extraordinario.

A Acaz se le había ofrecido un signo “en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo”; es decir, tan único que pueda llegar más allá de la muerte y entrar en el cielo. En el evangelio de hoy vemos cómo Dios cumple esta señal y le da su verdadero significado. Una virgen concebiría efectivamente, y daría a luz de forma milagrosa. El “signo” iba mucho más allá de la mera continuación de una dinastía. No sólo llegaba al cielo, sino que procedía de él. Con el tiempo llegaría más allá de la muerte. Y Dios “estaría” con su pueblo de una manera que nadie antes había imaginado. Así leemos: “La generación de Jesucristo fue de esta manera”.

Jesucristo es el signo definitivo. Como Dios hecho hombre, es realmente Dios con nosotros, de la manera más literal. María es la virgen que ha concebido. El signo de la vida de Cristo terminaría llegando más allá de la muerte mediante la resurrección. Y sí, en él continuaría también la dinastía davídica.

Tan inaudito era este signo, tan sin precedentes, que José no estaba preparado para él. Intuyó que María había concebido “del Espíritu Santo”, es decir, de Dios, pero sintió la necesidad de retirarse y se disponía a separarse de María discretamente, aplicando las leyes de la época con la máxima delicadeza. Entonces, un ángel de Dios le reveló lo que había sucedido, y que estaba llamado a proteger a María y al niño, que nacería de ella y que “salvaría al pueblo de sus pecados”. La extraordinaria señal de Dios no aplastó la libertad y el albedrío humanos. Al contrario, sacó lo mejor de este hombre. La gran preocupación de José es no difamar a una mujer. Esto forma también parte del signo de Dios: el respeto y la delicadeza hacia las mujeres. Es un signo que hace mucha falta en nuestra sociedad, y que estamos llamados a vivir hoy.

La homilía sobre las lecturas del domingo IV de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

España

Valoración desigual de los obispos sobre el trato a la enseñanza religiosa

La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española ha valorado positivamente que algunas comunidades autonómicas hayan aumentado el horario del área/materia de la clase de Religión católica, y aprecian una mejora en su percepción de la aportación de la enseñanza religiosa escolar, pero lamentan que “en muchos casos”  no se le dedique un horario más amplio.

Francisco Otamendi·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La nota de los obispos sobre la ordenación académica de la clase de Religión Católica se ha hecho pública una vez que la mayoría de las Comunidades Autónomas han publicado sus decretos, definiendo la consideración del área/materia de Religión Católica y su horario en el desarrollo de la LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE).

Respecto a lo regulado en la ley por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, la Comisión episcopal manifestó ya que “nos hubiera gustado que la propuesta de la Conferencia Episcopal realizó al Ministerio de Educación en julio de 2020 hubiera encontrado acogida en los planteamientos legislativos y que se hubiese logrado un mejor acomodo de la clase de Religión en el sistema educativo”, porque “el texto finalmente aprobado (…) no es del todo satisfactorio para nosotros” (4 de noviembre 2021).

En lo referente al horario para el área/materia de Religión Católica, definido en los reales decretos por los que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de cada una de las etapas educativas, la nota citada lamentaba que se había “perdido la oportunidad de mantener al menos el horario mínimo de la LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad”.  

Además, los obispos manifestaban su “sorpresa” porque “se limite al mínimo la carga lectiva en un ámbito tan decisivo para la educación de la persona como es la ERE” (Enseñanza Religiosa Escolar).

En este sentido, la comisión episcopal manifestó en su momento “a las respectivas Administraciones educativas una ampliación razonable del horario del área/materia de Religión, sin reducirlo a lo establecido por el Ministerio en el ámbito de sus competencias”.

Diferentes actuaciones

Ahora, los obispos completan la valoración realizada con un análisis relativo al horario de Religión en educación obligatoria en las “realidades autonómicas”. “Algunas Comunidades Autónomas han mantenido el horario mínimo establecido por el Ministerio de una hora semanal”, señalan. “En algunos casos esto supone mantener el horario que ya existía, e incluso un incremento respecto a la anterior regulación, que ahora se completaría con algunos minutos más de clase (Aragón, Asturias, Baleares, País Vasco, Valencia); en Galicia se ha reducido el horario en el único curso donde éste superaba la hora semanal”.

“En otras Comunidades Autónomas”, añaden, “establecer el mínimo fijado por el Ministerio de una hora semanal ha supuesto un descenso significativo respecto al horario que tenía el área/materia de Religión (Canarias, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra)”.

Incrementos

“Otras Comunidades Autónomas han incrementado el horario mínimo establecido por el Ministerio, regulando una hora y media o incluso dos horas semanales de Religión en algunos cursos de la enseñanza básica”, informa la nota episcopal.

“Así, mantienen los horarios que ya tenía el área/materia de Religión (Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia); valoramos positivamente la regulación de las enseñanzas de religión en el articulado de los decretos y no en disposiciones adicionales”, prosigue la nota. “En otros casos, pese a la reducción de horario en algún curso, se ha mantenido el incremento sobre la hora semanal que ya existía en otros cursos (Castilla–La Mancha, Extremadura)”.

“Panorama muy diverso”

La Comisión episcopal señala queel panorama de cómo ha quedado el horario de la asignatura de Religión en el conjunto de las Administraciones educativas es muy diverso y pide una consideración específica para cada territorio”.

Los obispos valoran “el reconocimiento por parte de algunas Administraciones educativas de la necesidad de dotar a la asignatura de Religión de un horario suficiente; nos parece un signo de que sigue siendo posible una mejor consideración académica de la clase de Religión”.

Sin embargo, añaden: “por otro lado, lamentamos que en muchos casos no se haya aprovechado esta regulación para dotar al área/materia de Religión católica de un horario más amplio que permita contribuir con sus saberes básicos al Perfil de salida, y en particular la falta de consideración de la asignatura que implica el descenso significativo de horario en algunas Comunidades Autónomas”.

A su juicio, “se ha perdido, en estos casos, una oportunidad para una mejor consideración académica de la clase de Religión, un ámbito educativo imprescindible para que la educación escolar alcance sus fines propios”.

Unas regulan la alternativa, otras no

La nota ofrece asimismo una valoración de “la regulación que se ha hecho de la atención educativa que tiene que ofrecerse a los alumnos que no escogen la clase de Religión. “Lamentamos”, escriben, “la desaparición de una alternativa que sostiene el principio de no discriminación e igualdad del alumnado. Mantenemos la convicción de que es posible comprender el lugar de la enseñanza religiosa escolar en la formación integral de la persona, de modo que pueda superarse en el sistema educativo la dicotomía entre Religión y asignatura “espejo””.

Sin embargo, a pesar de esta desaparición en la LOMLOE, los decretos de enseñanzas mínimas exigen, para el alumnado que no elige Religión, una atención educativa programada por los centros. Algunas comunidades autónomas han regulado, con mayor o menor precisión, esta atención educativa, señala la nota, y otras, en cambio, “no han dotado de un marco normativo para esta atención educativa que la ley pide, explícitamente, que se programe en los centros educativos”.

Los obispos valoran positivamente “que algunas Administraciones educativas hayan establecido esta atención educativa mediante proyectos que deben formar parte de la programación general anual de los centros, con la debida información a las familias de su contenido y desarrollo”.

En líneas generales, la nota episcopal “aprecia una mejora en la percepción de algunas Administraciones educativas sobre la aportación significativa de la ERE en la formación integral del alumnado. Y también se aprecian mejoras en el tratamiento escolar del alumnado que no elige enseñanzas de la Religión, aunque sigue existiendo el riesgo –en algunos casos, la realidad– de una posible discriminación ilegal de los alumnos y alumnas que eligen el área/materia de Religión”.

A su juicio, “es necesario continuar en el trabajo de explicación y divulgación a las familias, la comunidad educativa y toda la sociedad, de la importancia de este ámbito educativo, que debe reflejar la pluralidad del alumnado, en el conjunto del currículo escolar”.

El autorFrancisco Otamendi

Zoom

La Virgen de Guadalupe se celebra en el Vaticano

El Papa Francisco pasa ante una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe tras la misa de Nuestra Señora de Guadalupe en la Basílica de San Pedro el 12 de diciembre de 2022.

Maria José Atienza·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Papa Francisco: “El buen discípulo está vigilante”

El Santo Padre ha mantenido hoy su habitual audiencia general en el aula Pablo VI para hablar sobre la vigilancia espiritual.

Paloma López Campos·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Entramos en la fase final de este corrido de catequesis sobre el discernimiento”, ha anunciado Francisco. “Considero necesario incluir en este punto la referencia a una actitud esencial para que no se pierda todo el trabajo realizado para discernir lo mejor y tomar la decisión correcta. Esta es la actitud de la vigilancia”.

Si no tenemos esta disposición “el riesgo está en que el Maligno puede arruinarlo todo, haciéndonos volver al punto de partida”, avisa el Papa. “Jesús en su predicación insiste mucho en el hecho de que el buen discípulo está vigilante”.

La vigilancia consiste en “la disposición del alma de los cristianos que esperan la venida final del Señor. Pero se puede entender también como la actitud rutinaria para tener la conducta debida, de forma que nuestras buenas elecciones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante, coherente y dar frutos”.

El Maligno aprovecha “el momento en el que estamos más seguros de nosotros mismos” para fomentar la insidia. “Cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en la gracia de Dios, el Maligno encuentra la puerta abierta”.

“El demonio entra con la nuestra, pero se sale con la suya. La mundanidad espiritual va por este camino”. Y es que, afirma el Papa, “muchas veces somos vencidos en nuestras batallas por esta falta de vigilancia”.

“El demonio sabe vestirse como un ángel. Es necesario vigilar el corazón”, debemos preguntarnos qué está ocurriendo en nuestro corazón.

“La vigilancia es signo de sabiduría y de humildad”, ha concluido Francisco, “y la humildad es el camino maestro de la vida cristiana”.

Aprender a perdonar; enseñar a perdonar

En ocasiones, en grupos pequeños e incluso hermandades o cofradías pueden darse resquemores y rencores entre hermanos o con personas ajenas que han de ser también tratados y guiados para vivir siempre, la verdadera caridad.

14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace muchos años, jugando, le propuse a mi amigo que se incorporara al grupo un niño que estaba allí mirándonos; Me contestó que él no podía jugar con ese niño porque sus familias estaban enfadadas. Cuando le pregunté por qué estaban enfadadas su respuesta fue inolvidable: “No lo sé; pero siempre ha sido así”.

Con el tiempo he ido comprobando que esa situación se sigue reproduciendo, especialmente en pequeños grupos muy cerrados y, en ocasiones, aislados de su entorno. Ahí los roces se magnifican y las apariencias, la envidia, el rencor y el afán de poder, mueven pasiones.

Podríamos pensar si esta situación, con mayor o menor intensidad, se reconoce hoy entre los miembros de algunas Hermandades, o más bien del pequeño grupo que la vive más de cerca, en torno al 4-5%.

En ese ambiente asfixiante las jerarquías internas se convierten en un fin en sí mismas, se lucha por ellas, sin valorar las capacidades personales ni la aportación que cada uno podría hacer a la hermandad, y el liderazgo se identifica con el poder, olvidando que la máxima expresión de liderazgo es el servicio.

En estas microsociedades cerradas en que en ocasiones se convierte una hermandad, puede perderse la visión de conjunto, la capacidad de análisis, la perspectiva y la visión de futuro. Todo se reduce a la realización, en el mejor de los casos, de actividades a corto plazo, bien planteadas en ocasiones, pero que pueden resultar contraproducentes si no se enmarcan en una estrategia global. Hasta ahí se llega

Cuando una sociedad corta las raíces internas de su socialitas, de su razón de ser, su estructuración como grupo social se desnaturaliza y se desmorona. A partir de ahí se convierte en un ambiente tóxico, adictivo, en la que el egoísmo personal prima sobre el bien común.

En esa situación es fácil que las diferencias de criterio, aún en temas poco importantes, provoquen problemas que se convierten en ofensas mutuas y que originan la aparición de bandos que se consideran mutuamente irreconciliables.

La libertad del perdón

Es aquí donde debe aparece en escena el perdón, la capacidad de perdonar esas “ofensas”. El perdón es un derecho humano, desde el momento en que Cristo lo ha otorgado de manera total e irreversible a toda persona dispuesta a aceptarlo con un corazón humilde y arrepentido (cfr. Sal. 51:17), un perdón que no borra el pasado, desde luego, pero nos dispone a preparar el futuro.

No podemos quedarnos pegados al pasado, si permanecemos anclados en el dolor de la ofensa bloqueamos nuestro desarrollo como personas libres. En el perdón recupero mi libertad y reconozco también a los otros como sujetos libres, con quienes puedo compartir la Verdad y el Bien nuevamente.

Esto no es fácil, porque el perdón no es un sentimiento que surge espontáneamente, es un acto de la voluntad, un ejercicio de la libertad personal de quien se niega a estar encadenado por el resentimiento de una ofensa que, seguramente, estaba más en nuestro orgullo que en la realidad. También es un acto de humildad y fortaleza: es necesario perdonar como pecadores que somos, no como justos. Cada día repetimos: “…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”, por eso el perdón no se concede, se comparte.

Aquí el papel de la Junta de Gobierno siempre ha de ser aprender y enseñar a perdonar, animar a los hermanos a comprometer su libertad para buscar, conocer y elegir el Bien; esa secuencia concluye necesariamente en el perdón. Se trata de ver la vida de hermandad como encuentro de vida y libertad, no de murmuraciones y banderías. Seguro que nadie está libre de haber ocasionado, por acción u omisión, situaciones que han provocado el enojo de otros, también los miembros de la Junta de Gobierno, quizá estos más que otros; pero todos tenemos remedio siempre, a pesar de las equivocaciones, porque no somos lo que sentimos o lo que hacemos, eso no nos constituye, uno no es sus errores, porque es libre, lo que le permite mantenerlos o superarlos.

Sólo así se consigue que la hermandad sea un lugar con el dinamismo propio de la vida teologal en el que la fe engendra esperanza y la esperanza posibilita y favorece el despliegue del amor, en el que se asiente el perdón. Un lugar al que siempre vuelve porque, en palabras de Chavela Vargas, «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida». 

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Mons. Pezzi: «El perdón y la purificación de la memoria son condiciones de una paz justa para Rusia y Ucrania»

En esta entrevista concedida a Omnes, el Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú destaca, entre otras cosas, la necesidad de mantener la puerta del diálogo abierta con la Iglesia ortodoxa y de un "perdón ofrecido sin condiciones previas, como el perdón de Jesús en la cruz" para llegar a la paz ante el conflicto de Ucrania.

Maria José Atienza·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Mons. Paolo Pezzi es, desde 2007, el Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú. Sin embargo, la tierra rusa ya era conocida por este italiano, natural de Russi, una localidad situada en la provincia de Rávena, en Emilia-Romaña.

Ordenado sacerdote en 1990 en la Fraternidad de Sacerdotes Misioneros de san Carlos Borromeo, Mons. Pezzi, se trasladó en 1993 a la recién estrenada federación rusa como Decano de la Región Central de la Administración Apostólica para los católicos de rito latino de la parte asiática de Rusia (la actual diócesis católica romana de la Transfiguración en Novosibirsk) y director del Periódico Católico Siberiano.

En 2006 fue nombrado Rector del Seminario Superior Teológico Católico «María – Reina de los Apóstoles». Un año más tarde se convertiría en el pastor de la Archidiócesis de la Madre de Dios que comprende un territorio de 2.629.000 km cuadrados y alberga a unos 70.000 fieles (de 58.000.000 habitantes).

En un contexto doloroso, con la guerra de Ucrania abierta y unos fieles doloridos, Mons. Paolo Pezzi ha concedido una entrevista a Omnes en la que asegura que “es importante aportar un anuncio original y éste se encarna en el perdón”.

¿Cuál es la situación actual de la Iglesia católica en Rusia?

– La Iglesia católica en Rusia vive hoy un momento especial de gracia, porque en la situación en la que nos encontramos se ve casi obligada a recuperar el sentido de su propia presencia. De este modo, el camino sinodal, la liturgia, las obras de caridad se convierten en una oportunidad de crecimiento en y para la fe. Además, la situación exige un testimonio misionero efectivo, real, hecho con la propia vida, con la propia vocación, y no sólo de palabra.

¿Cuáles son los retos y oportunidades de los católicos en Rusia?

– La mayor oportunidad que tenemos es ser nosotros mismos, vivir nuestra identidad con paz y libertad. Ciertamente, se trata de un desafío importante y dramático: nos pide que seamos sinceros en nuestra relación con Cristo.

La secularización es un problema mundial. A pesar de su tradición cristiana, ¿encontramos una Rusia secularizada en la actualidad?

– La secularización es, en mi opinión, una circunstancia por la que Dios nos hace pasar. Por tanto, no es algo negativo a priori. Puede volverse negativo, como en el laicismo, cuando va contra: contra la tradición, contra el cristianismo para destruirlos. Pero en principio es una condición típica de una época determinada.

La secularización también desenmascara que los países cristianos ya no lo son, como escribió Péguy; que, más en general, la religiosidad o las creencias religiosas se han desvinculado de la vida. Se trata de una cuestión ya planteada por el Concilio Vaticano II para los años venideros, aunque, en palabras del santo Papa Pablo VI, la mundanidad ha entrado en la Iglesia, en lugar de ser la Iglesia la que fermenta el mundo. Este proceso hace tiempo que llegó a Rusia. Se puede aceptar o negar, pero sigue siendo un hecho. La cuestión es cómo utilizar esta situación para el bien, el crecimiento de la sociedad, con qué propuesta invertirla.

Rusia es una tierra eminentemente ortodoxa, ¿Cuáles son las relaciones con nuestros hermanos ortodoxos a nivel «de tierra»?

– Las relaciones se han enfriado un poco, pero siempre intentamos mantener la puerta abierta. Hay que decir, sin embargo, que a un nivel más «terrenal», los intercambios de opiniones y la ayuda mutua van en aumento.

¿Qué puntos de unión entre ortodoxos y católicos podemos fomentar?

– El diálogo teológico está actualmente más «en los pantanos», es importante mantenerlo abierto, pero ahora es objetivamente más difícil. En cambio, el debate a nivel académico es más accesible. No olvidemos que en la Edad Media el encuentro se produjo precisamente a nivel académico y relanzó un movimiento que hoy diríamos ecuménico.

¿Se dan los pasos hacia la unidad o sigue habiendo obstáculos aparentemente insalvables?

– Creo que no es el momento de pensar en pasos hacia la unidad de nuestras Iglesias. En este momento tenemos que sentarnos a la mesa, tomar un vaso de buen vino, y así será más difícil odiarnos y más fácil amarnos.

¿Cómo se mira a la Iglesia católica, a sus sacerdotes, religioso y fieles en Rusia?

– En cierto modo uno se encuentra un poco de todo. Acogida y deseo de juzgar juntos los acontecimientos de este tiempo; cierta cordialidad, pero sin demasiadas implicaciones; indiferencia e incluso cierto distanciamiento.

¿Cómo ejerce el llamado misionero la Iglesia en Rusia?

– En primer lugar, debemos redescubrir que nuestra naturaleza es misionera. La Iglesia existe para la misión, para llevar a Cristo a quienes encuentra. Ahora bien, ni siquiera se trata de una actividad, ni de un deber. Ser misionero es el tejido, la piel de nuestra persona. Uno es misionero, no “hace” misión.

Dicho esto, la Iglesia católica dispone de bellos instrumentos para su testimonio misionero: la liturgia, que por su esencialidad, su discreción, es sumamente fascinante. Luego la Doctrina Social, que es una de las doctrinas más adecuadas y modernas del mundo. Y, por último, el Magisterio, que permite a la Iglesia vivir el presente con sus necesidades y desafíos, ¡como ningún otro documento constitutivo o dogmático en el mundo!

Desde el inicio del conflicto con Ucrania, los llamados a la paz del Papa han sido incesantes y secundados por ustedes, ¿cómo están viviendo, los católicos de Rusia, este conflicto?

– Para nosotros la situación es bastante compleja, dictada por el hecho de que las posturas son muy diversas, y preferimos un enfoque libre antes que «dogmático». Dicho esto, mi experiencia es ver miedo, incertidumbre, incluso desesperación.

Los fieles piden consuelo, acompañamiento, piden que no se les deje solos, que se les ayude a juzgar lo que ocurre. Y esto es lo que intentamos hacer desde los confesionarios, desde el púlpito, en las conversaciones personales.

Mons. Pezzi con el Papa Francisco

¿Cuál está siendo el papel de la Iglesia católica en este momento y en esta situación?

– La Conferencia Episcopal de la Federación Rusa intervino con dos declaraciones al comienzo de la operación militar y con ocasión de la movilización a las armas. Para nosotros, era y es importante aportar un anuncio original, y éste se encarna, en nuestra opinión, en el perdón, un perdón ofrecido sin condiciones previas, como el perdón de Jesús en la cruz. Estamos convencidos de que el perdón, la purificación de la memoria histórica y el diálogo son las condiciones de una paz justa.

¿Cómo valora los esfuerzos de la Santa Sede en este conflicto?

– Guste o no, la voluntad de la Santa Sede es la única propuesta real y concreta de paz, porque el Papa es el único que hoy no tiene intereses propios, sino el bien de las personas, de los pueblos, de los países. Esperamos que todos los implicados vean en ello un método de acción para sí mismos.

Iniciativas

El reto de Manos Unidas para esta Navidad

Desde Manos Unidas proponen un reto para ayudar a las madres embarazadas que no pueden acceder a los cuidados prenatales.

Paloma López Campos·13 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“En Belén, muchas mujeres todavía no tienen dónde dar a luz”, este es el nombre del reto que lanza Manos Unidas esta Navidad, pero también es una realidad. Muchas mujeres no tienen acceso a cuidados prenatales, lo cual provoca abortos, nacimientos prematuros, complicaciones y partos de alto riesgo.

Cartel de la campaña de Manos Unidas.

Los tres Reyes Magos

Al igual que el Niño Jesús, estas madres y sus bebés tienen sus propios Reyes Magos. Una ginecóloga, una enfermera y un pediatra recorren kilómetros en una clínica móvil durante 192 días al año, 4 días de la semana, para atender a las mujeres embarazadas.

Manos Unidas y este equipo proponen un reto con el objetivo de recaudar fondos con los que financiar su labor y mejorar la atención a madres y niños.

El reto

A través de las donaciones hechas, comprarán una incubadora móvil y un escáner pediátrico para el hospital Holy Family, fundado por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Por otro lado, invertirán los fondos para atender a cinco pueblos beduinos y a campamentos de refugiados que se encuentran en el desierto de Judea. En la clínica móvil, a las mujeres se les realizarán ecografías y los niños menores de cinco años serán atendidos por el pediatra.

En cifras, con una donación de 20 euros un niño prematuro tendrá acceso a la Unidad de Cuidados Intensivos Prenatales. Si la donación es de 50 euros, una mujer embarazada podrá acceder a la atención médica que precisa. Con 100 euros de donación, más de ocho niños tendrán atención médica directa por parte del pediatra.

Las donaciones se pueden realizar a través de la página web de Manos Unidas, haciendo una transferencia bancaria, a través de una llamada telefónica o haciendo Bizum. El objetivo es recaudar 108.628 euros.

Se calcula que con el dinero obtenido más de 830 mujeres y sus bebés podrán ser atendidos en la clínica móvil. En cuanto a pediatría, el médico atenderá a más de 410 niños.

En el caso de que se obtuviera más dinero que la cifra objetivo, Manos Unidas destinará el sobrante a otros fines generales de la organización para atender a las necesidades de América Latina, Asia o África.

Sólo trans es trans

El anteproyecto de Ley "para la igualdad" de las personas trans cuenta ya con muchas voces abiertamente en contra también dentro de la propia izquierda, de los grupos feministas y de los colectivos detransactivistas.

12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mucho se ha dicho y se podría decir sobre el anteproyecto de la denominada “Ley trans”. La -todavía inexplicablemente- ministra de igualdad se ha lucido ya previamente con la denominada “ley del solo sí es sí”.

El fiasco de esta chapucera norma no parece ayudar a impulsar este nuevo anteproyecto, tramitado con demasiadas prisas, sin debate social, y sin contar con la opinión de la comunidad científica, que ha sido sistemáticamente silenciada. Aquí sólo cuenta la ideología. Pero no solo, también hay negocio, y no poco.

Son muchas ya las voces abiertamente en contra, y que no provienen precisamente de la oposición, sino de la propia izquierda, de los grupos feministas y de los colectivos detransactivistas, que están tomando fuerza en nuestro país, como ya ha ocurrido en Reino Unido.

Por poner solo un ejemplo, Laura Freixas, conocida por su militancia feminista, fue demoledora con los delirios de este anteproyecto en una edición reciente del programa de 8TV El pentàgon. Como es en catalán, les haré un resumen: según Freixas, se pretenden transformar los deseos y sentimientos en realidades, lo que equivale a algo semejante a creer en la magia: voy al Registro civil, digo que soy hombre y automáticamente salgo siéndolo…. Y no sólo eso, sino que, además, el camelo nos lo tenemos que creer todos los demás por imperio de esta ley.

Freixas se pregunta qué interés puede tener alguien en cambiar de sexo sin cambiar nada. No caben más que dos respuestas: el fraude de ley, o hacer negocio; o ambas cosas a la vez. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se pretende competir en torneos de mujeres, para ganarlos; o colarse en penitenciarios de mujeres para agredirlas, como ya ha ocurrido en Reino Unido.

Se trata de una especie de neomachismo disfrazado de progresismo, pues la única víctima sigue siendo la mujer, que es nuevamente invisibilizada y victimizada.

¿Cui prodest? (¿a quién beneficia?)

La otra cara de la moneda es el negocio trans. La detransactivista Sandra Mercado lo denuncia con numerosas evidencias en su libro La estafa del transgenderismo.

Poco o nada se habla del interés económico de las clínicas que ofrecen este tipo de cirugías de transición; y menos todavía del sector de la industria farmacéutica que se enriquece comercializando las hormonas que van a necesitar de por vida quienes se sometan a estos procesos. De ahí el interés en la transición de menores de edad: cuanto antes empiecen, más años les necesitarán.

Pero la denuncia más fuerte de Mercado se refiere a la desinformación que padecen las personas trans. Se les promete que después de la transición se acabará su disforia, lo cual no es cierto.

Únicamente se les ofrecen terapias psicológicas de afirmación, la mutilación de un cuerpo que está sano y tratamientos experimentales con hormonas, sobre cuyos efectos secundarios desfavorables no se sabe casi nada a fecha de hoy.

Lo que Mercado y muchos detransicionistas demandan son tratamientos que incidan en la raíz de la disforia que, según ella misma afirma, no están en el cuerpo, sino en la mente.

Si no se para a tiempo, este anteproyecto promete ser un nuevo estallido en la cara de Montero y sus aliados. Pues sólo pretende fomentar una patética moda trans (porque es patético jugar con la salud de las personas) y beneficiar al negocio trans, acelerando el borrado de las mujeres.

La todavía ministra de Igualdad parece decidida a cargarse su propio ministerio. Desde aquí le pediría que deje ya de jugar a las ingenierías sociales y sea un poco seria con aquellas personas que verdaderamente padecen disforia de género. Ayúdenles a recuperar su equilibrio con algo que no sea venderles mentiras.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

América Latina

Catequesis con y sin pandemia

El capellán de un colegio en Chile, cuenta en Omnes la labor pastoral que se realiza con las alumnas y sus familias, y los frutos que dan estas catequesis a lo largo de los años.

Pablo Aguilera L.·12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

No me cabe duda de que uno de los tesoros de mi país –Chile– son los colegios católicos, que además de educar a los niños y a los jóvenes en las distintas asignaturas, son una escuela para la fe. 

Una de las celebraciones de los sacramentos en el colegio.

En los casi diez años que soy capellán de un colegio femenino en Chile, se han impartido clases a centenares de alumnas que se preparan para recibir los sacramentos de la Penitencia, Primera Comunión y Confirmación. También sus papás reciben clases, con el objetivo de interiorizar en la fe de sus hijos y apoyarlos en su vida cristiana. Rodrigo y María me decían que hacer las tareas de Religión con sus hijos ha sido una gran catequesis, porque han aprendido cosas que les han hecho sentirse vivos, algo que de otra manera no hubieran descubierto.

Durante el periodo más intenso de la pandemia por Covid, en que las escuelas chilenas estuvieron cerradas durante un año, se implementaron las clases a través de internet. En ese periodo, para no perder contacto con los padres y alumnas, les envié quincenalmente un breve mensaje en video a través de la web del colegio, animándolos a mantener algunas prácticas de piedad en la familia. Aunque los templos estuvieron con un acceso muy restringido largo tiempo, animamos a las familias a no decaer en su práctica cristiana.

En el tiempo posterior a las restricciones de la pandemia, constatamos que no eran pocos los padres que no habían bautizado a sus hijos. Al conversar con ellos y suscitar esta inquietud, varios reconocieron que este sacramento había quedado postergado y manifestaron su interés por recibir las clases necesarias y bautizarlos.

En otros casos, los hijos habían recibido un bautismo en una confesión cristiana no católica, y al conocer mejor nuestra fe, decidieron incorporarlos plenamente a la Iglesia Católica, al descubrir la riqueza de pertenecer a ella. Luis y Daniela, Jacob y Sofía, están contentos con el paso que dieron sus hijos.

Paulette, alumna de último año, recibió el bautismo el año pasado, y sus hermanos menores hicieron lo mismo poco después. Alejandra, en su penúltimo año, también se prepara para este sacramento. Me llamó la atención oír de alguien cercana a ella que, desde que empezó a conocer la fe, se ha convertido en una joven mucho más abierta y contenta.

También hay papás que no han recibido el sacramento del matrimonio y manifiestan su interés en formarse para recibirlo. Antonio y Alejandra, por ejemplo, están agradecidos de haber recibido el sacramento, con el apoyo de un matrimonio católico, Julián y Carmen, que los ayudaron en la preparación.

A lo largo del año hacemos entrega de objetos religiosos (agua bendita, crucifijo, Nuevo Testamento, imagen de la Virgen y del ángel custodio). Ha sido una magnífica oportunidad para explicar el sentido de esos objetos y cómo hacer uso de ellos, además de catequizar y despertar la piedad en la familia.

Me da alegría oír a papás de ex alumnas que la educación católica les ha dejado un sello que difícilmente se puede borrar, en un mundo en el que la fe se ve amenazada, y se precisa una buena dosis de valentía y de convicciones.

El autorPablo Aguilera L.

América Latina

Matachines. Los danzantes de la Virgen de Guadalupe

La solemnidad de la Virgen de Guadalupe cuenta en México con una tradicional y curiosa manifestación de amor y devoción a la Virgen. Se trata de los matachines: grupos de danzantes que, con unas vestimentas e instrumentos singulares, se acercan bailando al lugar de peregrinación. 

Citlalli Sánchez y Pablo A. Zubieta·12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

“¡Él es Dios!”, grita con voz clara y fuerte Don Felipe, mientras levanta su bastón decorado con papeles de colores brillantes. El grupo de niños, mujeres y hombres repite la consigna con la misma fuerza, a pesar del frío, el cansancio, la lluvia ligera que se comienza a sentir. Están listos para iniciar su camino rumbo a la basílica de Guadalupe, y quedan varios kilómetros por delante. 

Hay quienes expresan su amor a la Virgen con sus cantos, o con sus oraciones, habemos quienes preferimos honrarla con nuestra danza, entregamos nuestro cuerpo y espíritu”, dice Irma, que comenzó a participar en el grupo de Felipe hace 9 años después de haber sobrevivido a un infarto. Esta es su forma de agradecer un año más de vida. Se trata del grupo de matachines “Danzantes de María de Guadalupe”, formado hace más de 30 años por el padre de Don Felipe, quien a su vez formó parte de un grupo semejante junto con su padre. 

No hay duda de que la tradición danzante viene de familia. 

Esta historia se repite a lo largo y ancho de México, donde la tradición de la danza heredada de las culturas prehispánicas se ha mantenido a lo largo de los siglos, debido al sincretismo religioso.

Los matachines son un grupo de danzantes, con una estructura y funciones muy definidas, que tienen como objetivo el peregrinar -mientras danzan- hacia el lugar en donde se venera a la Virgen de Guadalupe

Si bien la danza, los ritmos —percusiones, arco similar a un violín, guaje parecido a una sonaja, y en algunas regiones, flautas de carrizo—, la indumentaria, y los cantos -también dependiendo de la región- tienen su origen en las danzas guerreras propias realizadas antes o después de la batalla, la evolución a lo largo de los siglos involucra tanto el proceso de evangelización, como los procesos de aculturación propia de todo desarrollo histórico.

¿Bufones o guerreros?

La diversidad cultural de México se refleja desde el periodo precolombino, donde cada grupo étnico tenía su forma establecer una relación espiritual.

Estas particularidades de cada pueblo prehispánico fueron elementos clave para la evangelización de México, pues en el caso de las culturas que tenían a la danza como ritual, lograron integrar sus rituales tradicionales a nuevos significados y objetivos: dejaron de ser danzas guerreras para convertirse en expresiones de amor y veneración hacia Dios que les ama y su madre, María de Guadalupe, que protege sus pasos.

El origen de la palabra “matachín” podría parecer derivada de una lengua nativa de México. Sin embargo, autores como Ángel Acuña, investigador que se ha especializado en el tema, señala dos posibles orígenes: por un lado, como derivado del español “mata moros” o un segundo origen procedente del italiano “mattaccino”, o como se conoce actualmente, “matazin”: un hombre ataviado de colores ridículos, que, usando una máscara, parodia danzas guerreras antiguas.

Hacer oración danzando

Después de gritar tres veces “¡Él es Dios!”, Felipe pregunta ahora “¿Quién es ella?”, y el grupo de matachines responde “¡La Virgen María!”. 

A lo largo de la calle donde se reúnen más de 20 grupos de danzantes en la víspera del 12 de diciembre, se escuchan estas consignas con sus diversas variantes: algunos acompañados del nombre que tiene el grupo, otros más bien como canto melódico que como grito de lucha, algunos más como el inicio de una breve oración previa a iniciar la peregrinación, pero todas ellas como manifestación de la fe guadalupana.

Si bien los matachines son una tradición en todo el país, el norte de México se ha distinguido por mantener tanto sus funciones como sus “cuadros” -como le llaman a las coreografías- así como la música, de una forma más apegada a los orígenes en el siglo XVII. 

Del mismo modo, a diferencia de otras variantes como los matlachines, en el centro del país, o los concheros, ya hacia el centro-sur, que danzan en cualquier festividad religiosa o en fechas muy específicas como la celebración de Día de Todos los Santos; los matachines se preparan durante el año, pero se enfocan en la devoción hacia la Virgen de Guadalupe, y es solo el 12 de diciembre y fechas previas, en que realizan su acto de orar mientras danzan.

Danzantes de Dios

Fernando Valle, vicario parroquial de la catedral en Ciudad Juárez, Chihuahua, y capellán de los Matachines, explica que desde muy joven, en su natal Guadalajara, vivió muy de cerca las romerías donde se presentaban danzas y bailes tradicionales. Al paso del tiempo se comenzó a formar en el camino de Dios y, ya como sacerdote en Ciudad Juárez, encontró en los matachines la forma en que sus feligreses mostraban una devoción más profunda. “Ellos se identifican con la Iglesia danzando… pero ese danzar los debe llevar más allá, su propio nombre les dice que son Danzantes de Dios, ustedes deben danzar a Dios o hacer su oración danzando… desde ahí con esa dinámica los fui llevando, y hasta la fecha los he llevado en ese sentido”.

Cuando Irma se recuperó de aquel infarto en 2013, lo primero que hizo fue acudir a la basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Viajó, con los cuidados necesarios, desde su ciudad hasta el Santuario, y narra cómo sintió en todo su cuerpo ese sentimiento de regocijo por tener una nueva oportunidad, y de protección de María de Guadalupe, a quien dice tuvo presente durante todo el proceso de recuperación y a quien se encomendó durante la operación a corazón abierto.

En el exterior de la basílica se encontraban varios grupos de danzantes de los llamados “concheros”, que se caracterizan por amarrar en sus tobillos y pantorrillas una serie de “conchas” u objetos que hacen ruido mientras danzan, y fue ahí que pensó en que además de cumplir con sus acciones como cristiana, deseaba comprometerse y manifestar su fe de otra manera.

A su regreso a su ciudad natal, buscó un grupo de danzantes y se encontró con don Felipe, a quien pidió autorización para formar parte y con quien tuvo que comprometerse a participar con la misma devoción que implica hacer una oración. Los Danzantes de María de Guadalupe se han convertido en su familia, y a lo largo de estos 9 años ha incrementado sus funciones, pues, además de danzar, colabora con la elaboración de los vestuarios, participa organizando a los integrantes para los ensayos, y busca prepararse para poder ser capitana en algún momento que se requiera. “Lo hago porque ella (la Virgen de Guadalupe) me llevó de su mano y nunca me soltó, por eso estoy aquí, lo menos que puedo hacer es demostrarle al mundo el testimonio de su amor y de que nunca nos abandona… Yo no sé cantar, no aprendí a rezar el Rosario, siempre he sido muy alegre, de bailar, de hacer ejercicio… y encontré en la danza de los matachines una manera de agradecer… San Agustín decía que el que canta ora dos veces, y sí es cierto, y creo que los que danzamos oramos tres o cuatro veces, porque entregamos nuestro cuerpo”.

Meses de preparación

La preparación de las peregrinaciones inicia desde meses antes. En algunas ciudades es común ver a los grupos en las plazas de la colonia, o en parques públicos, ensayando desde julio o agosto. 

Cada grupo de matachines tiene diferentes rituales en su proceso, pero, en general, antes de iniciar la práctica, los danzantes hacen una oración para encomendarse a la Virgen de Guadalupe, pidiendo para que la danza sea bien ejecutada, para que se logre recolectar el dinero necesario para la indumentaria, y para que todos los participantes mantengan la buena salud y condición y puedan llegar al 12 de diciembre sin inconvenientes. 

Durante los meses previos, además de la práctica de los cuadros que se van a presentar, se organizan también las funciones de cada persona: el capitán u organizador, que es quien dirige a todo el grupo y asigna los puestos y actividades que llevará cada quien, normalmente es la persona con más edad, y que casi siempre es quien fundó el grupo.

También se asignan los “monarcos” o directores, que son quienes guían a los danzantes y marcan los pasos, la dirección que se va a tomar, la coreografía que se va a realizar, y las consignas, oraciones y cantos que se llevan a cabo en la peregrinación. 

Para ser director o monarco, se requiere práctica, por supuesto, pero también compromiso, según menciona Don Felipe. No se trata de bailar bien, sino de hacerlo con devoción. 

Existe también la figura de “el viejo” que en algunas regiones también es “el diablo”. A diferencia del resto de los danzantes, utiliza una indumentaria distinta, caracterizada por usar una máscara del personaje señalado, y no sigue los pasos del cuadro, sino que utiliza un látigo o cuerda para ahuyentar a quienes son espectadores, e interactúa con ellos a manera de juego. En el simbolismo, los danzantes llevan a este “diablo” hacia Dios, lo quieren guíar por el buen camino, aunque algunos otros grupos mencionan que es la representación de cómo el mal puede estar presente siempre, pero los matachines tienen la devoción suficiente para no dejarse tentar y finalizar su camino hasta llegar ante Dios.

En este camino hacia la celebración de la Virgen de Guadalupe, los grupos de danzantes organizan actividades para recaudación de fondos que les permitan confeccionar los vestuarios, tocados, calzado, instrumentos, ornamentos, y la alimentación no solo de los danzantes, sino de los familiares y amigos que acompañan a los matachines en las peregrinaciones, y que proporcionan apoyo médico, reparan la indumentaria y hacen compañía, evitando que los espectadores e incluso los automóviles afecten el recorrido.

Un vestuario lleno de significado

El vestuario es variable, pues cada parte del país tiene sus elementos característicos, es decir, hay danzantes que utilizan penachos, o bien tocados altos confeccionados con cuentas brillantes y listones, o bien solo sombreros y pañuelos. Sin embargo, las “nahuillas” son el elemento tradicional que puede encontrarse casi en todo México. Se trata de dos rectángulos largos de tela que se amarran desde la cintura y cubren las piernas por delante y detrás, abajo de la nahuilla se utilizan pantalones de mezclilla, o del que se disponga. Estas nahuillas están decoradas con carrizo, cuentas, listones, y el objetivo es que suenen al momento de danzar; funcionan como un instrumento más que acompañan las sonajas, los violines y los tambores, que acompañan la danza.

Martha García, responsable del vestuario de los Matachines en Ciudad Juárez, Chihuahua, explica que cada elemento tiene también un significado, pues la vestimenta cuenta con 5 partes: “la cabecera, el centro, los pies, y los dos brazos de la Santa Cruz, que es lo mismo que se hace en el tendido de la palma, con cinco veladoras”. En la parte del pecho o espalda, los grupos se identifican con su escudo, que puede ser la imagen de la Virgen de Guadalupe, acompañado del nombre del grupo.

El calzado es variable, aunque tradicionalmente se utilizan “huaraches”, unas sandalias de cuero utilizadas en México. Debido a las condiciones geográficas y climatológicas, los danzantes han comenzado a usar zapatos, deportivos, o incluso zapatos confeccionados específicamente para este propósito.

En la víspera del 12 de diciembre, es común que los grupos se reúnan desde la tarde para comer juntos y hacer oración previa a la peregrinación. Normalmente se rezan uno o dos Rosarios para encomendar la salud y seguridad de los danzantes y acompañantes durante su camino. Una vez en el punto de partida, en donde confluyen todos los matachines que formarán parte del recorrido que los llevará a la basílica de Guadalupe de su propia ciudad, o al templo de la Virgen que consideren propio. Los matachines se organizan: un capitán al frente con el estandarte de la Virgen, y el resto de los participantes en dos hileras, quienes van al frente son los monarcos. Todos llevan tambores, arcos y sonajas, y son los monarcos quienes marcan el ritmo de la danza.

No hay edad ni género para ser matachín. Los grupos se conforman de niños de 8 años hasta adultos mayores -normalmente el capitán o capitana- de incluso 90 años o más. Como sentencia Don Felipe: “Así como no hay edad para orar, no hay edad para conocer a Dios, no hay edad para servirle, un niño tiene la oración más preciosa y un viejo tiene la oración más sincera… así mismo no hay edad para ser matachín, mientras el cuerpo aguante… Mi padre danzó y fue capitán por 40 años, murió danzando casi casi, y yo igual, hasta que el cuerpo aguante yo sigo danzando”.

El autorCitlalli Sánchez y Pablo A. Zubieta

Vaticano

Papa Francisco: “Nunca se sabe todo sobre Dios»

El Papa Francisco ha vuelto a asomarse a la ventana para rezar el Ángelus y comentar el Evangelio del día en este tercer domingo de Adviento.

Paloma López Campos·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la lectura de hoy, dice el Papa, vemos a Juan el Bautista en la cárcel que manda a sus discípulos a preguntar a Cristo si Él es el Mesías esperado. Jesús rompe con la imagen que tenía Juan de “aquel que tiene que venir”. No es un hombre severo que castiga a los pecadores. “Jesús tiene palabras y gestos de compasión hacia todos. En el centro de su acción está la misericordia que perdona, por la que los ciegos ven y los cojos andan. Los leprosos quedan limpios y los sordos oyen. Los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva”.

Podemos aprender de la crisis que vive Juan, nos dice Francisco. “El texto subraya que Juan se encuentra en la cárcel y esto, además del lugar físico, hace pensar en la situación interior que está viviendo. En la cárcel está la oscuridad. Falta la posibilidad de ver claro y de ver más allá. De hecho, el Bautista ya no logra reconocer en Jesús al Mesías esperado”.

La crisis interior de Juan nos enseña que también “el creyente más grande atraviesa el túnel de la duda”. Estas dudas no siempre son un mal, indica el Santo Padre. “Es más, a veces es esencial para el crecimiento espiritual. Nos ayuda a entender que Dios es siempre más grande de lo que imaginamos. Las obras que realiza son sorprendentes con respecto a nuestros cálculos. Su acción es diferente siempre. Supera nuestras necesidades y nuestras expectativas. Por eso, no tenemos que dejar de buscarlo y de convertirnos a su verdadero rostro”.

Es necesario redescubrir a Dios en etapas, afirma el Papa parafraseando a un teólogo. “Así hace el Bautista. Ante la duda, lo busca una vez más. Le interroga, discute con Él y, finalmente, lo descubre”. Juan “nos enseña a no encerrar a Dios en nuestros esquemas, pues siempre están el peligro y la tentación de hacernos un Dios a nuestra medida, un Dios para usarlo”.

“También nosotros, a veces, podemos encontrarnos en la situación de Juan, en una cárcel interior, incapaces de reconocer la novedad del Señor, a quien quizá tenemos prisionero de la presunción de saber ya mucho sobre Él”. El Santo Padre nos dice que “nunca se sabe todo sobre Dios, nunca. Tal vez tenemos en la cabeza un Dios poderoso que hace lo que quiere, en vez del Dios humilde y manso, el Dios de la misericordia y del amor, que interviene siempre respetando nuestra libertad y nuestras elecciones. Quizás nos urge también a nosotros decirle: ¿Eres realmente tú, tan humilde, el Dios que viene a salvarnos?”

Estos prejuicios que tenemos hacia Dios también los aplicamos a los hermanos. El Papa avisa del peligro de poner a los que son diferentes a nosotros “etiquetas rígidas”. Para ayudarnos a crecer y superar estos obstáculos, la Iglesia nos regala este tiempo litúrgico, como dice Francisco. “El Adviento es un tiempo de inversión de perspectivas, donde dejarnos sorprender por la grandeza de la misericordia de Dios”.

El Papa ha finalizado haciendo una breve alusión a Santa María: “Que la Virgen nos tome de la mano, como Mamá, y nos ayude a reconocer en la pequeñez del Niño la grandeza del Dios que viene”.

Mundo

Persecuciones en la India: “Asustar a los cristianos y otras comunidades para reforzar el apoyo a los partidos nacionalistas hindúes”

La opresión a los cristianos en la India aumenta, “no sólo de año en año, sino de mes en mes”. Así lo contaba el pasado 29 de noviembre Vatican News, el portal de noticias del Vaticano.

Leticia Sánchez de León·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Tal y como recogía Vatican News el pasado mes de noviembre, el UCF (Foro Cristiano Unido por sus siglas en inglés), publicó su informe anual sobre la persecución religiosa en la India. En él hacía referencia a un aumento de los incidentes relacionados con la libertad religiosa y de culto en la India, pasando de 505 en 2021 a 511 en lo que va de 2022.

El número de ataques a la minoría cristiana en el país no sólo no ha descendido, sino que sigue aumentando.

El origen de los conflictos

Para comprender estos conflictos es necesario tener en cuenta el proceso de hinduización, sobre todo a nivel social y político, que ha vivido el país en el siglo pasado. Un informe del Real Insituto Elcano explica cómo desde 1923 cuando se publica la obra Hindutva (hinduidad), de Savarkar, se comienza a defender la teoría de la equivalencia de los conceptos pitribhumi (tierra ancestral) y punyabhumi (tierra sagrada), concluyendo que solamente las religiones surgidas en territorio indio pueden considerarse como religiones nacionales (budismo, jainismo, sijismo, hinduismo, etc.). Como consecuencia, los creyentes que tuvieran sus lugares santos originarios fuera de la India (musulmanes, cristianos y otros) resultan extraños a la construcción de una sola nación indiana con sus características y religión propias. Ésta idea es el pilar ideológico del nacionalismo hindú y la que orienta sus discursos y acciones.

Esta escalada se acrecentó con la llegada al poder del BJD, el partido nacionalista hindú,  en 1996 caracterizado por un intento de reivindicar lo “hindú” como propio, buscando consolidar la identidad nacional e identificando todo aquello que no sea hindú como un enemigo externo generalmente encarnado en la figura del musulmán y también, cada vez más, en el cristiano.

Las llamadas “Leyes de Libertad Religiosa”

Desde entonces y sobre todo a partir de los años 70 se comenzaron a aprobar en varios estados de la India, las llamadas “Leyes de Libertad Religiosa” que regulan y, sobre todo, restringen, la conversión de una a otra religión. Varios estados del norte, oeste y este de la India, como Uttar Pradesh, Himachal Pradesh, Gujarat, Chhattisgarh, Odisha, Madhya Pradesh, Arunachal Pradesh, Uttarakhand y Jharkhand, tienen vigentes leyes de este tipo.

Karnataka, en el suroeste de la India, ha sido el último estado en promulgar su propia ley, en mayo de este mismo año. La ley establece que “nadie convertirá o intentará convertir, directa o indirectamente, a otra persona de una religión a otra mediante declaraciones falsas, fuerza, influencia indebida, coacción, seducción o cualquier medio fraudulento, ni mediante el matrimonio; nadie fomentará ni organizará conversiones religiosas de otras personas”. Así se podía leer en el proyecto de ley del estado de Karnataka- “En caso de infracción, se prevé una pena de prisión de tres a cinco años y una multa de 25.000 rupias indias (307 dólares), mientras que la pena de prisión se eleva a 10 años y la multa a 50.000 rupias (614 dólares) para quienes conviertan a menores, mujeres y personas de las comunidades (…) consideradas grupos marginados y vulnerables.” Son sanciones muy altas si tenemos en cuenta que el sueldo mensual neto es de 44900 rupias, unos 551,53 dólares y la gran desigualdad entre castas.

“Allí donde se ha aprobado la ley anti-conversión, se ha dado una justificación para la persecución de las minorías religiosas y otros grupos marginados -dice Ram Puniyani, director del NSF, (National Solidarity Forum) y promotor de los derechos humanos en la India, en un artículo publicado en la página web de la Agencia Fides sobre la situación de los cristianos en la India. “Los ataques a las minorías han aumentado significativamente en los últimos años desde que esta ley se utiliza como arma contra los cristianos y los musulmanes, especialmente los adivasis, los dalits y las mujeres” -concluye Punyani.

Según varias asociaciones que trabajan en la India para promover y proteger los derechos humanos, la conversión de un dalit (“paria”, considerado fuera de las 4 castas indianas) al cristianismo o al islam, hace que éste pierda la protección del Estado, pero no sucede así si se convierte al sijismo, al jainismo o al budismo. Estas discriminaciones actúan de incentivo para que los individuos permanezcan en el hinduismo -o se conviertan a esa religión- y violan la libertad de conciencia.

Y por si fuera poco, la fundamentación de esta ley es prácticamente inexistente. Asma Jahangir, la Relatora Especial de la ONU sobre Libertad de Religión o de Creencias, señaló en su informe sobre India en 2011 que: “Aun en los estados indios que han adoptado leyes sobre la conversión religiosa, parece haber solo pocas condenas, si hay alguna, por conversiones mediante el uso de la fuerza, incentivos o medios fraudulentos. En Orissa, por ejemplo, los oficiales de distrito y oficiales de primer nivel en la Secretaría de Estado no han podido citar o aducir una sola infracción de la Ley de Libertad de Religión de Orissa de 1967”.

Las persecuciones se acentúan contra los cristianos

El origen de las persecuciones se remonta al año 2008 en el estado de Odisha, (antes Orissa, en la India oriental), cuando Swami Lakhmananda Saraswati, líder local del Vishwa Hindu Parishad (VHP), y otros cuatro miembros del VHP fueron asesinados. Aunque un dirigente maoísta había reivindicado la autoría y los líderes cristianos habían condenado los asesinatos, turbas organizadas atacaron posteriormente a cristianos de comunidades dalit y tribales. A finales de septiembre de 2008, más de 40 personas habían sido asesinadas en Odisha, más de 4.000 hogares cristianos destruidos y unas 50 iglesias demolidas. Unas 20.000 personas vivían en campos de socorro y más de 40.000 estaban escondidas en bosques y otros lugares. La Relatora Especial de la ONU dijo en 2009 estar profundamente alarmada por la situación humanitaria en los campamentos de socorro, donde, según los informes, no había acceso a alimentos, agua potable, atención médica, instalaciones sanitarias adecuadas ni ropa apropiada.

Lo sucedido en Odisha supuso un antes y un después para los cristianos en la India: nunca antes se habían recrudecido tanto los ataques a los cristianos por parte de los fundamentalistas hindúes. Desde entonces, Odisha es un símbolo de la intolerancia de los movimientos nacionalistas hindúes, aunque ya desde 2008 los ataques a los cristianos se han extendido a otros estados, como el estado de Jharkhand, (al norte de Orissa) hoy epicentro de las tensiones.

Según el coordinador del UCF, A.C. Michael, la violencia contra las minorías cristianas crece de día en día, convirtiéndose en una tendencia difícil de parar. Gracias a la labor del UCF se sabe cuál es el modus operandi de los persecutores: los incidentes suelen ser perpetrados por pequeños grupos de justicieros que cuentan entre sus miembros con hindúes extremistas. Estos grupos, formulan acusaciones de actividades de conversión forzosas, y de esta manera irrumpen en los lugares donde los cristianos se reúnen, con el objetivo de asustarles e incluso atacando a alguno de ellos en más de una ocasión.

Lo grave es que muchos de estos ataques tienen lugar sin consecuencias para los persecutores desde el punto de vista jurídico y/o político. El UCF explica que cuando se registran casos contra los autores del crimen, no se toma ninguna medida. Y como la policía, la administración, los políticos y el gobierno mantienen un estudiado silencio cuando se cometen actos de violencia contra las minorías religiosas, los fanáticos religiosos adquieren más valor y se convierten en autoridades extraconstitucionales para violar sus derechos.

La voz del papa Francisco

El papa Francisco ha repetido en numerosas ocasiones la necesidad de luchar contra el fanatismo religioso y en particular en sus encuentros interreligiosos de El Cairo en 2017 y en su reciente visita al Reino de Bahrein en noviembre de 2022.

En su visita a El Cairo, el Papa dijo que “como líderes religiosos estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad, (…). Estamos obligados a denunciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios.

El autorLeticia Sánchez de León

Cine

¿Qué ver este mes en cine o en casa?

Te recomendamos novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto en el cine o en tus plataformas favoritas.

Patricio Sánchez-Jáuregui·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

SAS: ROGUE HEROES 

Creador: Stephen Knight 

Actores: Connor Swindells, Jack O’Connell, Alfie Allen, Sofia Boutella

HBO-MAX Serie 

Cartel publicitario de la película (FilmAffinity)

En el marco de la segunda guerra mundial, frente africano, un par de oficiales del ejército británico intentan cambiar las tornas de la guerra y acaban creando un caótico y anárquico regimiento de comandos para caer en paracaídas sobre el desierto y destruir las líneas de suministro alemanas. 

SAS: Rogue Heroes es una serie dramática histórica de primer orden, creada por la BBC con un maestro de ceremonias de lujo, Steven Knight (Peaky Blinders), que describe los orígenes del Servicio Aéreo Especial del Ejército Británico (SAS) durante la Campaña del Desierto Occidental de la Segunda Guerra Mundial. 

Basada en hechos reales, la serie auna aventura, romance, guerra e historia en un mix palomitero con buen guión, gran sentido del humor, y algún detalle violento o sexual de más. Todo ello edulcorado con una banda sonora de cine. 

Los renglones torcidos de Dios 

Director: Oriol Paulo 

Guión: Oriol Paulo, Guillem Clua, Lara Sendim 

Historia original: Torcuato Luca de Tena 

Música: Fernando Velázquez 

EN CINE 

Cartel publicitario de la película (FilmAffinity)

Adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena, nominada a 6 goyas, y llenando las salas de cine dos meses después de su estreno, Los Renglones Torcidos de Dios ha sido una sorpresa de superproducción castiza que ha sobrevivido a un rodaje en época covid y muestra una excelencia soberbia en todos sus aspectos técnicos, sobre todo en su dirección e interpretaciones. 

La historia empieza cuando Alice, una investigadora privada, ingresa motu propio en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia. Como buen thriller, su objetivo (resolver la muerte de un interno en circunstancias sospechosas) se verá dificultado por la realidad a la que se enfrentará en su encierro, que superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura.

El autorPatricio Sánchez-Jáuregui

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