Vaticano

Finanzas vaticanas, los balances del IOR y del Óbolo de San Pedro

Existe una intrínseca relación entre los presupuestos del Óbolo de San Pedro y el del Instituto para las obras de Religión.

Andrea Gagliarducci·12 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Existe una estrecha relación entre la declaración anual del Óbolo de San Pedro y el balance del Istituto delle Opere di Religione, el llamado «banco vaticano». Porque el Óbolo se destina a la caridad del Papa, pero esta caridad se expresa también en el sostenimiento de la estructura de la Curia romana, un inmenso «presupuesto misionero» que tiene gastos, pero no tantos ingresos, y que debe seguir pagando salarios. Y porque el IOR, desde hace tiempo, destina una contribución voluntaria de sus beneficios precisamente al Papa, y estos beneficios sirven para aligerar el presupuesto de la Santa Sede. 

Desde hace años el IOR no tiene los mismos beneficios que en el pasado, por lo que la parte asignada al Papa ha disminuido con los años. Igual situación tienen el Óbolo, cuya recaudación ha disminuido con los años, también ha tenido que hacer frente a esta disminución del apoyo del IOR. Tanto es así que en 2022 tuvo que duplicar sus ingresos con una desinversión general de bienes.

Por eso los dos presupuestos, publicados el mes pasado, están de alguna manera conectados. Al fin y al cabo, las finanzas vaticanas siempre han estado conectadas, y todo contribuye a ayudar a la misión del Papa. 

Pero veamos los dos presupuestos con más detalle.

El Óbolo de San Pedro

El pasado 29 de junio, el Óbolo de San Pedro presentó su balance anual. Los ingresos fueron de 52 millones, pero los gastos ascienden a 103,4 millones, de los cuales 90 millones son para la misión apostólica del Santo Padre. Incluidos en la misión están los gastos de la Curia, que ascienden a 370,4 millones. El Óbolo contribuye así en un 24% al presupuesto de la Curia. 

Sólo 13 millones se destinaron a obras de caridad, a los que, sin embargo, hay que añadir las donaciones del Papa Francisco a través de otros dicasterios de la Santa Sede por un total de 32 millones, 8 de los cuales fueron financiados directamente por el Óbolo.

En resumen, entre el Fondo Obolus y los fondos de los dicasterios financiados en parte por el Óbolo, la caridad del Papa financió 236 proyectos, por un total de 45 millones. Sin embargo, el balance merece algunas observaciones.

¿Es éste el verdadero uso del Óbolo de San Pedro, que a menudo se asocia a la caridad del Papa? Sí, porque la finalidad misma del Óbolo es apoyar la misión de la Iglesia, y se definió en términos modernos en 1870, después de que la Santa Sede perdiera los Estados Pontificios y no tuviera más ingresos para hacer funcionar la máquina.

Dicho esto, es interesante que el presupuesto del Óbolo pueda deducirse también del presupuesto de la Curia. De los 370,4 millones de fondos presupuestados, el 38,9% se destina a las Iglesias locales en dificultad y en contextos específicos de evangelización, lo que supone 144,2 millones.

Los fondos destinados al culto y a la evangelización ascienden a 48,4 millones, es decir, el 13,1%.

La difusión del mensaje, es decir, todo el sector de la comunicación del Vaticano, representa el 12,1% del presupuesto, con un total de 44,8 millones.

Al sostenimiento de las nunciaturas apostólicas se destinaron 37 millones (10,9% del presupuesto), mientras que 31,9 millones (8,6% del total) van al servicio de la caridad -precisamente el dinero donado por el Papa Francisco a través de los dicasterios-, 20,3 millones a la organización de la vida eclesial, 17,4 millones al patrimonio histórico, 10,2 millones a instituciones académicas, 6,8 millones al desarrollo humano, 4,2 millones a Educación, Ciencia y Cultura y 5,2 millones a Vida y Familia.

Los ingresos, como se ha dicho, ascienden a 52 millones de euros, 48,4 de los cuales son donaciones. El año pasado hubo menos donaciones (43,5 millones de euros), pero los ingresos, gracias a la venta de inmuebles, ascendieron a 107 millones de euros. Curiosamente, hay 3,6 millones de euros de ingresos por rendimientos financieros.

En cuanto a las donaciones, 31,2 millones proceden de la recaudación directa de las diócesis, 21 millones de donantes privados, 13,9 millones de fundaciones y 1,2 millones de órdenes religiosas.

Los países que más donan son Estados Unidos (13,6 millones), Italia (3,1 millones), Brasil (1,9 millones), Alemania y Corea del Sur (1,3 millones), Francia (1,6 millones), México e Irlanda (0,9 millones), República Checa y España (0,8 millones).

El balance del IOR

El IOR aportó un donativo a la Santa Sede de algo más de 13 millones de euros, frente a unos beneficios netos de 30,6 millones.

Los beneficios representan una mejora significativa respecto a los 29,6 millones de euros de 2022. Sin embargo, es necesario comparar las cifras: van desde los 86,6 millones de beneficio declarados en 2012 -que cuadruplicaron las ganancias del año anterior- a los 66,9 millones del informe de 2013, los 69,3 millones del informe de 2014, los 16,1 millones del informe de 2015, los 33 millones del informe de 2016 y los 31,9 millones del informe de 2017, hasta los 17,5 millones de 2018.

El informe de 2019, por su parte, cuantifica los beneficios en 38 millones, también atribuidos al mercado favorable.

En 2020, el año de la crisis del COVID, el beneficio fue ligeramente inferior, de 36,4 millones.

Pero en el primer año pospandémico, un 2021 aún no afectado por la guerra de Ucrania, se volvió a una tendencia negativa, con un beneficio de solo 18,1 millones de euros, y solo en 2022 se volvió a la barrera de los 30 millones.

El informe IOR 2023 habla de 107 empleados y 12.361 clientes, pero también de un aumento de los depósitos de clientes: +4% hasta 5.400 millones de euros. El número de clientes sigue bajando (eran 12.759 en 2022, incluso 14.519 en 2021), pero esta vez también disminuye el número de empleados: eran 117 en 2022, son 107 en 2023.

Así pues, continúa la tendencia negativa de los clientes, lo que debería hacernos reflexionar, teniendo en cuenta que el cribado de las cuentas consideradas no compatibles con la misión del IOR finalizó hace tiempo.

Ahora, el IOR también está llamado a participar en la reforma de las finanzas vaticanas deseada por el Papa Francisco. 

Jean-Baptiste de Franssu, presidente del Consejo de Superintendencia, destaca en su carta de gestión los numerosos elogios que ha recibido el IOR por su labor en favor de la transparencia durante la última década, y anuncia: «El Instituto, bajo la supervisión de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), está por tanto dispuesto a desempeñar su papel en el proceso de centralización de todos los bienes vaticanos, de acuerdo con las instrucciones del Santo Padre y teniendo en cuenta las últimas novedades normativas.

El equipo del IOR está deseoso de colaborar con todos los dicasterios vaticanos, con la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y de trabajar con el Comité de Inversiones para seguir desarrollando los principios éticos de la FCI (Faith Consistent Investment) de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia. Es crucial que el Vaticano sea visto como un punto de referencia».

El autorAndrea Gagliarducci

¿Lista de objetores de conciencia o lista de señalados a conciencia?

La creación de un registro de médicos objetores a practicar abortos reabre el debate sobre los límites del Estado y plantea si esta medida vulnera la libertad de conciencia y la autonomía profesional.

17 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los que hemos recibido la carta que nos reclamaba al Servicio Militar Obligatorio (la Mili), sabemos perfectamente qué es la Objeción de Conciencia. Era una manera de defender nuestros principios más profundos y no verte obligado a disparar con un CETME a un posible enemigo, que no conocías y que no te había hecho nada. Era un modo concreto de poder ejercer tu ética personal, conformada por tus vivencias y creencias propias. Este “pacifismo legítimo», en cierta manera, acabó siendo una manera de esquivar la Mili, mediante la Prestación Social Sustitutoria, que suponía cumplir con el deber cívico que tiene todo ciudadano, mediante la práctica de cualquier servicio a la sociedad que fuera necesario.

En 2016 salió «Hasta el último hombre”, película ganadora de un Oscar y otros tantos premios, dirigida por Mel Gibson, que nos permitió entender mejor qué era un objetor de conciencia en la guerra. Basada en hechos reales, nos cuenta la historia real del soldado Desmond Doss, que por sus creencias religiosas no quiere ejercer la violencia y disparar al enemigo. Esta postura tan rupturista, nada habitual en la sociedad americana, costó tiempo en ser entendida. Pero este soldado fue condecorado con la Medalla de Honor por el presidente Harry S. Truman en la vida real, después de sufrir burlas y humillaciones por defender sus principios. Pero la objeción de conciencia no se ciñe solo al sector militar, se abre a todo lugar donde podamos actuar mediante una decisión moral que nazca de nuestra conciencia.

Este derecho ha saltado a la actualidad en el ámbito sanitario, ante la situación que muchos médicos del sistema público de salud no quieren practicar abortos. Recientemente el ministerio de sanidad ha aprobado el “protocolo para la creación del registro de personas objetoras de conciencia en la interrupción voluntaria del embarazo”, con la intención de reclutar médicos para llevar a cabo esta intervención en sistema público, mediante un listado obligatorio de médicos objetores de conciencia. Ayuso ha decidido no elaborar esta lista en Madrid, y no enviarla, lo que ha supuesto la puesta en marcha de un contencioso administrativo que va a poner en marcha el ministerio, como ha anunciado Mónica García, contra la Comunidad de Madrid. Al margen de la norma y de la polémica, yendo al fondo de la cuestión hay que plantearse varias cuestiones: ¿Por qué hay que hacer un registro de objetores, si el aborto es libre y real en España, y se han realizado 106.172 en 2024? ¿Por qué se quiere obligar a registrar a los médicos objetores y no a los que sí que quieren abortar, como ocurre con los médicos que sí quieren practicar la eutanasia? ¿No se les puede incentivar a estos médicos, si hay tanto interés? 

El 78,74 % de las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) en España se realizaron en centros privados (con fondos públicos), porque no hay suficientes médicos en el sistema público que quieran llevarlos a cabo. Y eso no está bien visto, quieren que sea desde el sistema público desde donde quieren que salgan los médicos. Pero eso no tiene que suponer que hay que forzar la libertad del objetor. Pero lo contrario, señalar al médico que no quiere verse en la situación de realizar esta violenta intervención de obstetricia, mediante una lista, ¿no es como señalar a los “traidores” al sistema que quiere imponer el ministerio, como si fueran judíos señalados en la persecución Nazi, cuando los vecinos de un barrio señalaban con una estrella de David la vivienda de los semitas que querían denunciar? Aunque no sea un dato público, políticamente dentro del ministerio sí que se pueden usar los datos.

El aborto no es plato de “buen gusto”, para la mujer que está en esta  difícil situación desde luego, pero tampoco lo es para el médico que tiene que llevarlo a cabo. Igual que la paciente toma libremente la decisión que desee, el médico tiene que tener la misma posibilidad. Quizá con más motivo en su caso, por el Juramento Hipocrático, ya que es la manera concreta de actuar en conciencia y con profesionalidad, sin verse coaccionado,  ejerciendo el derecho a no violentarse en una situación tan delicada.

El autorÁlvaro Gil Ruiz

Profesor y colaborador habitual de Vozpópuli.

Familia

Fundación FASE: pioneros en mediación familiar restauradora

Alberto San Juan explica el trabajo de una Fundación que desde hace medio siglo trabaja en programas de apoyo a la familia, también en la acción política.

Jose Maria Navalpotro·17 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 8 minutos

Las rupturas familiares no tienen por qué ser irreversibles, y se puede luchar, también desde las instituciones, para restaurar lo que se rompió. Esta es una de las líneas de trabajo de la Fundación FASE, que encara el año que viene el medio siglo de funcionamiento con la atención centrada en la familia. Su director general, Alberto San Juan, recibe a Omnes en su céntrica sede madrileña, que suele albergar las sesiones y conferencias de la fundación y, desde el mes de enero, su nuevo curso de mediación familiar. 

San Juan, con vasta experiencia política, ha ocupado, entre otros, el cargo de Director General del Menor en la Comunidad de Madrid. Político sensato, conoce bien de lo que habla pues tiene tras de sí una extensa experiencia en servicios sociales.

¿A que se dedican en la fundación?

—Nuestro objetivo es acompañar a la familia. Y ese acompañamiento se concreta en la resolución de conflictos, en las dificultades por las que pasa la familia. En realidad, muchas veces las dificultades de la familia vienen porque no se saben hacer las cosas. No se sabe afrontar la resolución de conflictos, la vulnerabilidad… FASE está ahí para ayudar. Muchas veces, con algún curso de formación o cierto acompañamiento, esa familia es capaz de salir adelante. Tenemos mucha experiencia en el tema de familia. El año que viene cumplimos cincuenta años.

De cara a este aniversario redondo, cincuenta años, ¿qué se plantean?

—Tenemos tres proyectos concretos. El más novedoso quizá, poner en marcha un curso de mediación familiar restauradora. Luego, el libro que acabamos de publicar, Liderazgo en políticas de familia. En tercer lugar, un programa específico de salud mental, Necesito Terapia. Uno de los grandísimos problemas que existen en las familias son las terapias y la salud mental.

¿En qué consiste lo de Necesito Terapia?

—Es un programa, atendido por profesionales de la psicología y de la psiquiatría formados por el doctor Carlos Chiclana, que pretende ayudar a las familias a través de terapias de salud mental. Hemos detectado que ante ese grandísimo problema de salud mental hay unas dificultades tremendas de lista de espera. Pero salud mental y lista de espera es una combinación muy peligrosa porque la gente necesita hacer terapia en el momento que necesita. Precisa ser tratado ya. 

¿Qué hacen?

—Por un lado, conseguimos que el tiempo de espera se acorte lo máximo posible y ofrecemos una terapia que pueda recibir cualquiera. ¿Por qué todo el mundo? Porque es terapia para personas con vulnerabilidad.

La vulnerabilidad no se refiere solo a motivos económicos, viene por mil circunstancias. Por ejemplo, una familia numerosa que tenga ocho hijos, o los que sean, y no sea pobre (no tenga una vulnerabilidad económica). Pero si esa terapia le costase 100 euros, por ejemplo, posiblemente renunciaría a ella. Es terapia a precio reducido y aplicada con inmediatez, cuando se necesita. 

¿Cuáles son los problemas más frecuentes en este ámbito? 

—Depende de la edad. Con los jóvenes tenemos retos muy preocupantes, pero sobre todo los problemas de suicidio son impresionantes. Los datos son espeluznantes. Aproximadamente entre 10 y 15 personas se suicidan diariamente, entre ellos muchos jóvenes. Es una muerte muy evitable y muy dolorosa por las circunstancias.

También hay problemas de anorexia, de bulimia, de malos tratos, de bullying en el colegio, adicciones (pornografía, móvil, alcoholismo, juegos…). Hay muchísimas dificultades entre los jóvenes, que hay que tratar, y que son solucionables.

El proyecto de mediación familiar reparadora, ¿qué significa?

—Damos una importancia fundamental a este curso. La mediación es una resolución de conflictos dentro de la familia y con esta mediación se ayuda a cerrar bien el conflicto que exista. Por ejemplo, una pareja que decide separarse, en la mediación lo que se hace es llegar a cerrar bien el círculo: vamos a separarnos bien, de la forma más amigable, y de la mejor forma posible.

Y en concreto, la mediación familiar restauradora lo que añade es que intenta sanar lo que estaba roto. Llegar a las raíces del conflicto, y si hay solución, intentar arreglarlo. Nosotros de antemano pensamos que, si se puede solucionar, hay que intentarlo.

Aquí debe haber un compromiso por ambas partes de querer solucionarlo. Habrá veces en las que sea imposible solucionar el caso y que la recomendación sea la separación, la nulidad o lo que sea. Estoy convencido de que en muchísimos casos la familia puede volver a intentarlo una segunda vez.

Este curso comienza el día 13 de enero.

¿Hay algún reconocimiento oficial para este curso?

—Claro. Somos una fundación reconocida para impartir estos cursos. La gente que lo hace sale con el título habilitante para ejercer. Son mediadores profesionales y pueden abrir un gabinete para ejercer la mediación.

¿Qué tipo de gente puede recurrir a esta mediación familiar?

—Cualquiera que tenga alguna dificultad en la familia, o un problema que no sabe cómo resolver. No es solo para casos de divorcio, es para todo tipo de conflictos familiares, desde dos hermanos que discrepan sobre una herencia hasta las dificultades que tiene una familia para cuidar a sus mayores. Cuando un problema en una familia empieza a molestar más de lo necesario, es el momento en el que puede pedir una mediación. Una discusión entre marido y mujer, entre hermanos, conflictos con la familia extensa, o entre padres e hijos. Es una mediación o un acompañamiento.

La diferencia fundamental es que la mediación familiar restauradora quiere resolver el problema desde el origen. Restaurar lo que está roto. La mediación, en cambio, sin más, es llegar a un acuerdo para cerrar algo. 

En esta mediación familiar, con el acento en restauradora, creo que FASE es la única.

—No somos conscientes de que haya más, puede ser que existan otras instituciones. Pero sí, al menos somos muy innovadores. Desde el momento en que pensamos que la familia es la base de la sociedad, luchamos por que las familias no se rompan. Aunque no siempre va a ser posible, claro.

Muchas veces interviene el amor propio. A veces, cuando hay un conflicto, uno no da su brazo a torcer con un hermano o con quien sea, pero si hay una mediación, alguien de fuera, le hace ceder. Sin embargo, ese encontronazo entre dos miembros de la familia muchas veces se encona. 

Formar a formadores creo que es una oportunidad única en esa defensa de la familia.

Hay instituciones públicas que también tienen mediadores, pero no parece que incidan en luchar por que no se rompa ese matrimonio.

—Es cierto que las comunidades autónomas tienen centros de atención a las familias y allí se da mediación. Pero allí se va a cerrar algo que ya han pactado las familias: una herencia, por ejemplo. En esa mediación se busca cerrar un acuerdo para acabar con un problema, pero no para restaurar las relaciones entre los miembros. 

O un matrimonio que ya decide separarse, para cerrar el acuerdo de divorcio de la mejor manera posible. No para intentar volver a dar una segunda oportunidad a ese matrimonio si ambos quieren.

Nosotros, como es lógico, respetamos al máximo la libertad de las personas, pero también hacemos ver que lo que es salvable en un matrimonio es salvable y se puede dar una segunda oportunidad 

¿Cómo se forma a un mediador? ¿Temas de Psicología, de Derecho? 

—De todo un poco. Son cien horas, con prácticas en mediación. Nacho Tornel, que es un mediador de reconocido prestigio, y es de las personas con mayor autoridad en España en tema de mediación, es nuestro director académico. 

Este primer curso vamos a empezar con un grupo de 25 plazas para mediadores. 

Todavía no lo hemos lanzado en público y ya estamos recibiendo llamadas de gente que quiere recibir mediación y otros que quieren formarse. La ilusión es máxima.

Es un curso muy interesante para todas las personas que tienen relación con otra gente, porque la resolución de conflictos está en el día a día. ¿Cómo puedes resolver los conflictos con otras personas? La mediación, el apoyo y el acompañamiento de los conflictos es algo fundamental que todo el mundo debería saber. 

Alberto San Juan con José María Navalpotro. ©Carlos Martínez

¿El curso es presencial?

—Sí, en nuestra sede. Es cien por cien presencial, para tener ese vínculo y esa cercanía con los alumnos. 

¿A cuánta gente puede beneficiar la mediación reparadora? 

—Los datos de divorcio no son nada buenos. El 50% de los matrimonios se separan en España, a día de hoy. Otros dicen que es el 70%. La realidad es que aproximadamente en España hay 100.000 matrimonios al año y se separan 70.000. 

Es uno de los principales desafíos que tiene la sociedad. Se habla mucho de la vivienda, de la corrupción, del paro, pero las rupturas familiares creo que son uno de los gravísimos problemas. Al final lo que te hace feliz es la vida en familia. Donde tú das más amor, donde recibes más amor, donde te quieren como eres, donde realmente te sientes feliz, donde realmente te realizas a ti mismo es la familia. Si no tienes la familia te falta algo.

Si queremos hacer una sociedad estable donde se puedan transmitir los valores, donde se pueda desarrollarse la persona, estamos convencidos que es desde la familia. 

¿Cómo se relaciona FASE con otros centros de orientación familiar (los diocesanos, los COF, por ejemplo) que hay en toda España? ¿Son competencia?

—Hacen una labor fantástica, y realizan mucho bien. Pero lo nuestro es una figura diferente. Es un título reconocido por el Ministerio de Justicia.

Ahora es obligatorio que, antes de ir a un juicio, se pase por una mediación. Entonces, si vas a un juzgado y dices que no te quieres separar, te obligan antes a pasar por una mediación.  Es algo muy positivo. 

Los que ejercen la mediación en los COF deberían venir a hacer cursos para ser titulados para poder ejercer en todo el ámbito jurídico. De hecho, hay muchos abogados que se están apuntando a este curso para poder tener reconocimiento como mediadores familiares porque es un paso previo a ir al abogado.

El libro de liderazgo de políticas de familia es otro proyecto que proviene de las sesiones periódicas que organiza FASE, dirigido a políticos de ámbito local. ¿Qué se pretende? 

—Estamos convencidos de que los políticos tienen una influencia directa sobre la sociedad y pueden cambiar las cosas. De hecho, son los que hacen las leyes, y desde los ayuntamientos pueden cambiar muchas cosas, desde el IBI hasta un montón de programas para las familias. 

Tenemos muy diagnosticado con eso los problemas de la familia y también sabemos que los políticos muchas veces desconocen esos problemas, porque el día a día es complejo y porque a lo mejor no son expertos en servicios sociales.

Nuestro objetivo es dar formación a los políticos para que sepan cuál es la realidad de las familias. Una vez conocidos los problemas darles herramientas para que lo puedan solucionar. 

¿Qué herramientas?

—Desde dos ámbitos. Elegimos un tema: Familia y discapacidad, por ejemplo. Un académico expone su ponencia sobre la discapacidad de la familia y un político que haya tenido buenas prácticas en discapacidad se lo explica a los demás.

¿Los resultados se palpan? 

—No es habitual que un político quiera hacer las cosas mal. El político, en el momento en que conoce que hay un problema, lo que quiere es resolverlo. Muchas veces, o no lo conoce, o no sabe cómo resolverlo. Por lo cual, estos cursos que nosotros hacemos ilustran a los políticos a cómo se han resuelto esos problemas en diferentes sitios. Buenas prácticas municipales, en otros municipios.

Eso da un resultado fantástico. Los políticos tienen la posibilidad de consultar a otros asistentes, a los académicos, a los profesores, cómo hacen las cosas. En política, sobre todo en los ayuntamientos, cuando el alcalde hace sus listas de concejales va asignando competencias a determinadas personas. Cuando te nombran concejal de servicios sociales, en este caso, puede ser que la experiencia de servicios sociales que tú hayas tenido en tu vida sea nula y no sepas absolutamente nada. 

Este programa de políticos es dar ese apoyo a los concejales o diputados a la resolución de los conflictos que tienen que estudiar. 

¿Cuántos políticos, concejales, diputados, etc. han asistido en estos años? 

—Es un curso muy conocido, con una convocatoria una vez al mes. Vienen entre 50 y 60 participantes. Es como la lluvia fina que va calando y que va formando. Luego nos piden información, documentos. El libro que acabamos de publicar es una herramienta muy útil para ellos.

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Cultura

‘Barioná’: Jean-Paul Sartre enarboló la esperanza de Navidad ante los nazis

‘Barioná, el hijo del trueno’, obra excepcional de Jean-Paul Sartre, ayuda a comprender su pensamiento en un contexto extremo. Fue escrita y representada en la Navidad de 1940 en un campo de prisioneros nazi cerca de Tréveris, donde Sartre era uno de los 15.000 prisioneros. Sartre enarboló en Barioná la bandera de la esperanza.  

Francisco Otamendi·17 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

La primera obra dramática del filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre, ‘Barioná, el hijo del trueno’, se gestó y representó en un campo nazi, siendo Sartre prisionero del recinto. El eje central fue el misterio de la Navidad, y el mensaje, de esperanza. El filósofo existencialista se reservó el papel de Baltazar, uno de los principales personajes.

La historia fue la siguiente. En noviembre de 1940 algunos sacerdotes del Stalag 12D, campo nazi cerca de Tréveris (Alemania), obtuvieron permiso para celebrar la Misa del Gallo en uno de los barracones, cuenta el sacerdote y profesor navarro Javier Marrodán, en una reseña a la edición de Voz de Papel de 2012.

Génesis de la obra teatral ‘Barioná’

Entre los 15.000 prisioneros se encontraba Jean-Paul Sartre, ya entonces escritor conocido. Se había incorporado al Ejército francés como meteorólogo y fue detenido cuando los alemanes ocuparon Francia.

Jean-Paul Sartre quiso contribuir a la celebración y se ofreció a componer y representar una obra de teatro sobre la Navidad. Tenía 35 años, había publicado ya ‘La náusea’, estaba escribiendo ‘El ser y la nada’, era un ateo ‘oficial’ y organizaba cursos sobre Heidegger y el existencialismo para sus compañeros del campo.

Acto de resistencia espiritual y colectivo 

En apenas seis semanas, Sarte no solo redactó el texto, sino que repartió papeles, organizó ensayos, supervisó atrezzo y música, y actuó él mismo como uno de los personajes principales, Baltasar. 

El escenario se convirtió en un acto de resistencia espiritual y colectiva: una afirmación de sentido, esperanza y convivencia frente a la opresión.

Barioná, hombre sin esperanza

El protagonista, Barioná, es el líder de los judíos de Bethsur, aldea próxima a Belén. Odia a los romanos y es escéptico ante el relato de los pastores. Éstos aseguran que un ángel les ha anunciado el nacimiento del Mesías en un establo próximo.

Barioná es un hombre sin esperanza, derrotado, sin ninguna ilusión por el futuro. Ni siquiera el embarazo de su esposa Sara alivia sus pensamientos sombríos y pesimistas. También él había anhelado la aparición del Mesías, pero no la de un niño desvalido.

Baltasar resalta a Jesús como anuncio de esperanza 

A partir de aquí, el drama introduce el nacimiento de Jesús como anuncio de esperanza para el mundo. Los pastores traen la noticia de la llegada del Mesías, y personajes como Baltasar (representado por Sartre) dialogan con Barioná sobre la importancia de la esperanza, la dignidad humana y la libertad.

Baltasar le explica con hondura teológica –y paciencia, refiere Marrodán–, que Dios ha bajado a la Tierra por él, que ha querido llevar a cabo esa locura aunque le cueste creerlo. Y que por eso cualquier hombre es ya mucho más de lo que aspiraba a ser, que el nacimiento de Jesús es causa de esperanza y confiere al sufrimiento su verdadero sentido. 

Impacto profundo entre los prisioneros

La obra tuvo un impacto profundo entre los prisioneros. Según testimonios, muchos recuerdan las palabras de Sartre sobre el sentido del sufrimiento y la esperanza años después, aunque el texto no fue ampliamente difundido durante décadas. 

Varios autores destacan que Barioná combina historia y contexto vital, la Navidad como narrativa de esperanza humana, y la filosofía existencialista aplicada a la acción: libertad, responsabilidad y compromiso humano ante el sufrimiento. 

Misterio de la Navidad, y misterio en la vida de Sartre

Algunos prisioneros se convirtieron y otros recordaban “claramente” años después las palabras de Sartre-Baltasar sobre el sufrimiento y la grandeza de la redención. Lo tienen documentado, por ejemplo, Charles Moeller, autor de los famosos tomos sobre ‘Literatura del siglo XX y Cristianismo’, y el profesor José Ángel Agejas, filósofo y catedrático de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid). 

Aquella Nochebuena de 1940 “Sartre añadió al gran misterio de la Navidad el misterio no pequeño de su propia vida”, concluye Javier Marrodán, doctor en Comunicación por la Universidad de Navarra. “Con la ayuda de Baltasar, eso sí”. Por cierto, Marrodán realizó su tesis doctoral sobre Albert Camus. Pero ésa es otra historia.

El autorFrancisco Otamendi

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Navidad en la Plaza de San Pedro

El nacimiento y el árbol de Navidad se desvelan en la Plaza de San Pedro del Vaticano el 15 de diciembre de 2025.

Redacción Omnes·16 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Libros

«Hacia la patria del Amor eterno», nueva antología poética para redescubrir la Navidad

La obra, de más de 500 páginas y 270 poemas, es un buen texto para los que disfrutan meditando los misterios de la encarnación en Navidad.

Javier García Herrería·16 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En vísperas de la Navidad llega a las librerías Hacia la patria del Amor eterno, una obra singular firmada por Luis Fernández Conde (Madrid, 1944), pensada para quienes desean contemplar el misterio cristiano desde la belleza de la palabra. Filósofo y periodista de formación, Fernández Conde propone un recorrido por ocho siglos de poesía religiosa en lengua castellana, desde los primeros textos medievales hasta voces contemporáneas.

Luis Fernández Conde, autor de la antología.

La obra recoge poemas sobre el nacimiento e infancia de Jesucristo. “Es un recorrido a la vez estético y teológico”, explica el autor. Una combinación que, según subraya, permite leer la antología “incluso pausadamente, de forma contemplativa”, como quien avanza por una historia viva: la de la salvación.

Una regla de oro: las “tres P”

Preguntado por los criterios de selección de los poemas, Fernández Conde resume su método en una sencilla regla nemotécnica. “Escogía un texto poético cuando cumplía las tres condiciones siguientes: ser Piadoso, ser Popular y ser Poético”. Esta triple exigencia —contenido cristiano, claridad accesible y calidad literaria— imprime a la antología un carácter único.

Quería que se pudiera disfrutar de la mucha belleza que encierran, y a la vez acercarse a una comprensión mayor de la fe cristiana mediante los recursos de la poética”, añade.

Un trabajo de investigación minucioso

La génesis del libro ha sido larga y meticulosa. Buena parte de la investigación la llevó a cabo en la Biblioteca Nacional: “Manejaba los originales, y así he podido encontrar textos inéditos, y cotejar otros publicados en versiones posteriores, consiguiendo corregir erratas, errores y alteraciones pegadizas”.

A los manuscritos antiguos se suman ediciones críticas fiables de grandes colecciones del siglo XX, lo que convierte este volumen en una herramienta de consulta rigurosa.

¿Qué inspira tanto a los poetas cuando hablan del Nacimiento de Cristo? Para Fernández Conde, la respuesta es clara: “Los mismos sentimientos —ternura, dolor, alegría, pobreza— que le ocurren a la Sagrada Familia y que son a la vez plenamente humanos y plenamente divinos”. Todo ello tiene un denominador común: “El Amor con mayúscula”. De ahí que tantos versos empleen el doble sentido del amor humano “vertido a lo divino”.

Una tradición que sigue viva

La antología evidencia —según su autor— la fuerza cultural y catequética de la poesía religiosa. “La poesía de contenido religioso ha estado presente siempre en la historia de la Iglesia como forma de expresión litúrgica y doctrinal”, recuerda. Villancicos, autos sacramentales, composiciones populares… Una memoria transmitida de generación en generación.

La poesía cristiana popular sigue viva”, afirma. “Piensa en los villancicos en Navidad o en las saetas de Semana Santa”. Y añade un dato no menor: el mundo hispánico conserva probablemente “el corpus de poesía popular cristiana más importante del mundo”.

Un cuidado diseño editorial

La edición también destaca por su atención al detalle: un tamaño de letra grande, notas e introducciones en la misma página, bloques de estrofas visualmente claros, repeticiones indicadas con negritas. “Todo ello logra una captación visual unitaria del texto poético, mostrando la musicalidad que todo poema tiene”, explica el autor.

Además, el tomo incluye un sistema de índices pensado para facilitar la consulta de estudiantes, profesores, filólogos o lectores curiosos.

¿A quién se lo recomendaría? “A quienes quieran disfrutar de una lectura contemplativa y culturalmente enriquecedora”. Y también a quienes estudian la lengua española, pues esta antología ayuda a entender el trasfondo cultural de muchas expresiones del castellano.

Sorpresas entre manuscritos

En su labor de compilación, Fernández Conde ha descubierto joyas poco conocidas. “El trabajo iba de sorpresa en sorpresa”, admite. Entre ellas, una delicada seguidilla anónima incluida en un volumen de 1662, cuya emoción sencilla le atrapó desde la primera lectura:

Venid, venid al valle,
zagal divino,
que os convidan los aires
de mis suspiros…

¡¡Ay, Niño mío!!
¿Cómo, siendo Sol bello,
tembláis de frío?

Hacia la patria del Amor eterno

Autor: Luis Fernández Conde
Editorial: Amazon autopublicación
Año: 2025
Nº de páginas: 547
Ecología integral

Elisa Lisiero: “El acompañante espiritual debe tener una comprensión justa de su papel de mediador”

Entrevistamos a una experta del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida sobre los mecanismos para proteger a los fieles frente a los abusos de poder y conciencia.

Javier García Herrería·16 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Elisa Lisiero es funcionaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y profesora investigadora de la Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Se ocupa principalmente del estudio de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, con especial atención al estatuto jurídico de los fieles dentro de estas realidades agregativas.

Hace unos días participó en un congreso sobre La libertad como un bien jurídico en la Iglesia, en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra. El Derecho Canónico puede parecer complejo, pero es la estructura que permite que la Iglesia pueda desarrollarse de una forma sana. 

¿Qué ha querido subrayar en su conferencia sobre la libertad en el interior de las asociaciones y movimientos?

—He querido subrayar una idea fundamental: que la libertad que tiene un fiel en el interior de cualquier asociación o movimiento no es algo absoluto. Es una libertad que debe inscribirse siempre dentro de unas coordenadas muy precisas: dentro del marco del derecho asociativo, del contexto de las normas canónicas y, por supuesto, dentro de la estructura organizativa y los estatutos de cada comunidad.

Sin embargo, el punto crucial es que esta libertad se refiere en primer lugar a los derechos fundamentales de los fieles. Esto presupone el reconocimiento de una prioridad absoluta de su condición de fiel de la Iglesia. 

Las tensiones o los problemas a nivel de libertad ocurren precisamente cuando esta dimensión fundamental –que pertenece a la dimensión constitucional del “ser fiel”– no se considera suficientemente. Esto puede deberse a diversos factores, como una visión errónea del carisma, desviaciones que conducen al abuso de autoridad o al no reconocimiento adecuado del estado de vida de cada persona, una concepción equivocada de la obediencia, especialmente en aquellas asociaciones en las que hay secciones de miembros con formas de vida en común. 

¿En los últimos años muchas instituciones de la Iglesia han cambiado parte de sus estatutos para adecuarlos a las nuevas normativas de la Santa Sede? 

—Los cambios más frecuentes se han producido para adecuarse al “Decreto General del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida sobre las Asociaciones de Fieles», publicado en 2021. En ese texto se regula el ejercicio del gobierno en las asociaciones internacionales de fieles, en particular la duración máxima de los mandatos en el órgano central de gobierno (cf. Arts. 1 y 2 Decreto General 2021) y la representatividad, que se refiere a que todos los miembros pleno iure se vean representados en la elección del órgano central, es decir, que tengan voz activa, directa o indirecta, en la constitución de la instancia que elige al órgano central de gobierno a nivel internacional (cf. Art. 3 Decreto General 2021).

Como parte de un proceso ordinario, algunas instituciones también han hecho modificaciones en sus estatutos porque era necesaria una actualización tras haber pasado varios años desde la fundación o de la última revisión.  En algunos casos, ha sido necesario hacer cambios porque se presentaron aspectos problemáticos, relativos a las condiciones de vida de los miembros o al estilo de gobierno. 

¿Qué derechos concretos de los fieles está tratando de proteger la Iglesia en los últimos años en el ámbito del acompañamiento espiritual?

—Un derecho que normalmente se reclama es el derecho a la tutela de la intimidad, establecido en el canon 220 del Código de Derecho Canónico, que señala que “a nadie le es lícito violar el derecho de cada persona a proteger su propia intimidad”. De acuerdo con este derecho, se debe reconocer a los fieles la libertad de elegir a la persona a la que manifestar su conciencia, ya sea el confesor o el acompañante espiritual. Cabe recordar que, en el caso de la confesión, existe explícitamente el derecho a elegir el confesor (cf. c. 991), y que, para los religiosos, se establece que los superiores tienen que reconocer la debida libertad acerca del sacramento de la penitencia y de la dirección espiritual (cf. c. 630 § 1).

¿Qué mecanismos existen o deberían fortalecerse para que una práctica de acompañamiento no se convierta en una forma de control o coacción espiritual? 

—El primer aspecto es que haya libertad en la elección del acompañante o director espiritual, como ya dije. Otro aspecto fundamental es la preparación de los que ejercen estas funciones, comenzando por una formación teológica adecuada y continuando por la necesidad de que alcancen un determinado grado de madurez humana, cristiana y espiritual. 

El acompañante también debe tener una comprensión justa de su papel de mediador en la búsqueda de la voluntad de Dios, sin sustituir en ningún modo a la persona y su conciencia. En realidad, los abusos espirituales y de conciencia se originan a veces por esto: cuando se sustituye a la persona en su búsqueda de la voluntad de Dios.

Por último, también hay que evitar toda forma la confusión entre el foro interno y el foro externo, que puede suceder, sobre todo, cuando el acompañante espiritual ejerce también cargos de autoridad en la asociación y utiliza las informaciones recibidas en el contexto del acompañamiento para gobernar.  

Por parte de quien es acompañado se requiere un cierto grado de libertad para acudir al acompañamiento espiritual. Debe buscar consejo, pero no debe buscar que elijan o decidan en su lugar. 

Es muy importante que los fieles conozcan sus derechos a nivel eclesial, porque creo que muchas de las desviaciones ocurren porque hay una falta de conocimiento de los propios derechos y de los bienes jurídicos que se ven comprometidos.

¿Hay algún mecanismo concreto que se esté pensando introducir en el Código de Derecho Canónico para evitar, en general, los abusos de poder y espirituales?

—Actualmente se está reflexionando mucho, a nivel doctrinal, sobre estos temas. Hay que precisar que, en el actual ordenamiento canónico, hay una ley penal sobre el abuso de la potestad, del oficio o del cargo (c. 1378). Algunos casos de abuso de poder podrían ser reconducidos a este supuesto penal. Acerca de los abusos espirituales, no hay definiciones universalmente reconocidas, ni tampoco protección penal, aunque se está avanzando en este campo.

A propuesta del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el Papa Francisco, el 22 de noviembre de 2024, aprobó la constitución de un grupo de trabajo, presidido por el Prefecto del Dicasterio para los Textos Legislativos, para ver la posibilidad de tipificar el delito de “abuso espiritual” y presentar propuestas concretas al respecto. 

Mundo

Tres Nobel de la Paz, protagonistas estos días

Tres premios Nobel de la Paz son protagonistas estos días, por diversos motivos. Narges Mohammadi (Irán), defensora de los derechos de las mujeres, y los opositores María Corina Machado (Venezuela), y Ales Bialiatski (Bielorrusia).

Francisco Otamendi·16 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tres premios Nobel han saltado a los medios estos días por diversos motivos, y se han convertido en protagonistas. Narges Mohammadi (Irán, Nobel en 2023), María Corina Machado (Venezuela, Nobel en 2025), y Ales Bialiatski (Bielorrusia, Nobel en 2022).

La iraní Narges Mohammadi, condenada en 2022 por su denuncia de la violencia contra mujeres, excarcelada por razones médicas a finales de 2024, fue detenida de forma violenta el pasado viernes. El Comité del Nobel ha expresado su preocupación por la “brutal” detención, y ha instado a Teherán a aclarar el paradero de la defensora de derechos humanos, y a liberarla de inmediato.

Venezuela: graves riesgos de Machado

La venezolana María Corina Machado ha ganado el Premio Nobel de la Paz 2025, por su liderazgo en la lucha por los derechos democráticos en Venezuela. El Comité la ha denominado “una valiente y comprometida defensora de la paz: una mujer que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una creciente oscuridad”.

Sin embargo, no llegó a tiempo para la ceremonia principal del 10 de diciembre en Oslo, por las dificultades para salir de Venezuela y llegar hasta el país. Una hija suya recibió la distinción en su lugar. Machado afrontó serios riesgos en su salida, según ha declarado, y finalmente llegó a Noruega.

Bielorrusia: liberan al Nobel Bialiatski y a la opositora Kolesnikova

Bielorrusia liberó este sábado a 123 presos, entre ellos el Nobel de la Paz Ales Bialiatski y la líder opositora Maria Kolesnikova, tras un acuerdo negociado con Estados Unidos. El anuncio se realizó por el grupo de defensa de los derechos humanos Viasna, según se ha informado.

El activista, camino de Lituania, declaró a un medio opositor bielorruso una vez liberado que “la lucha continúa”. 

La noticia llegó después de que el dirigente estadounidense John Coale, informara de que Washington iba a levantar las sanciones contra la potasa bielorrusa. Este componente, del que Bielorrusia es un gran productor, es utilizado para la fabricación de fertilizantes.

Mediación norteamericana

En los últimos meses, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha instado a Bielorrusia a liberar a los cientos de presos políticos del país. A cambio, Washington ha levantado parcialmente sanciones contra la aerolínea bielorrusa Belavia. El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, encarceló a miles de opositores desde su reelección en 2020.

Siempre según fuentes suizas, Coale ha añadido que la buena relación de Lukashenko con Vladimir Putin podría ser “muy útil” en la mediación estadounidense para poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia.

143 Nobel, 112 personas y 31 instituciones

Según datos oficiales, el Premio Nobel de la Paz se ha otorgado 106 veces desde 1901 hasta 2025, con 143 galardones, de los que 112 son personas y 31 organizaciones, entre las que no se encuentra la Iglesia católica (tampoco ningún Papa).

Sí han sido premiados la Madre Teresa, santa Teresa de Calcuta, el polaco Lech Walesa (1983), o el argentino Pérez Esquivel (1980). También los líderes Martin Luther King Jr., baptista, y Desmond Tutu, anglicano, y el budista Dalai Lama.

Los presidentes norteamericanos galardonados han sido cuatro: Theodore Roosevelt  (1906), Woodrow Wilson (1919), Jimmy Carter (2002), y Barack Obama (2009). También fue premiado, por ejemplo, el presidente sudafricano Nelson Mandela (1993).

El autorFrancisco Otamendi

Zoom

Los peregrinos velan con la Virgen de Guadalupe

Un peregrino duerme junto a una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en el exterior de la basílica dedicada a ella en la Ciudad de México, el 12 de diciembre de 2025.

Redacción Omnes·15 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Alerta roja: la rutina amenaza tu matrimonio

El matrimonio es un pacto, un acuerdo que planteamos de una manera determinada al principio de la relación y que debemos volver a plantear, una y otra vez, de diferentes maneras.

15 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Muchas veces tengo la sensación de que vivo mi matrimonio sobreviviendo; que me faltan estrategias o recursos para disfrutarlo más. Siempre algo se interpone: o los hijos demandando tiempo tiempo sin parar, las exigencias del trabajo que realizamos fuera de casa o necesidades materiales de algún tipo: faltan toallitas para cambiar pañales, aceite para cocinar, o la ropa lavada no se seca ni a tiros… Y, sobre todo, lo más difícil de superar es el malestar que se instala entre mi marido y yo cuando nuestras conversaciones se reducen a hablar de todo ello, a pedirnos cosas y a gestionar a los niños. 

Cuando llevamos mucho tiempo así, en el que la vida dentro de casa es pura gestión, es inevitable entrar en bucles mentales, buscándole el sentido a esto que se repite todos los días y que parece que va a eclipsar tu vida entera. Incluso puede darte por pensar: ¿en qué momento me metí yo en este lío? ¿Cómo salgo de él? O incluso, ¿y si me he equivocado de vida? Me parece que son preguntas naturales que podemos llegar a hacernos interiormente. 

En un artículo publicado en el New York Times, Alain de Botton, afirma: “La buena noticia es que no importa si nos damos cuenta de que nos casamos con la persona equivocada. No debemos abandonar a esa persona, pero sí la idea romántica en la que se ha basado la comprensión occidental del matrimonio durante los últimos 250 años: existe un ser perfecto que puede satisfacer todas nuestras necesidades y cada uno de nuestros anhelos”. 

Lejos de estar de acuerdo con todo lo que este pensador sostiene, en su argumento hay una idea que me gustaría rescatar a toda costa. Por supuesto que el matrimonio es un contrato jurídico que intenta proteger a todos sus miembros, por supuesto que el matrimonio es un sacramento de la Iglesia católica donde Dios se manifiesta con toda su gracia para que saquemos adelante esta relación tan intensa. 

Pero el matrimonio también es un pacto, un acuerdo que planteamos de una manera determinada al principio de la relación y que debemos volver a plantear una y otra vez de diferentes maneras ya que, con el paso del tiempo y los constantes cambios que nos van ocurriendo a lo largo de la vida, muchos detalles de ese primer pacto dejan de definir con claridad nuestro día a día. Más aún, muchas expectativas que teníamos al principio no se han cumplido y debemos revisarlas para no desechar con ellas la relación entera.  

Esa pregunta sobre el sentido de todo ese caos está pidiendo a gritos que marido y mujer encuentren formas más creativas de vivir su matrimonio y esa creatividad llega a ser inevitable, ya que nos encontramos ante una de las relaciones más dinámicas que puede existir entre dos personas humanas. 

Esta creatividad no busca romper la relación, sino redefinirla de tal manera que vuelva a tener sentido todo lo que decidimos cuando dijimos que “sí”. Y esto solo pueden hacerlo marido y mujer entre sí, solo ellos pueden responder a las preguntas sobre el sentido de su matrimonio y proponerse llegar hasta el final del amor, hasta que la muerte nos separe. 

Esta forma de mirar nuestro matrimonio como una renovación constante de ese primer pacto de amor, se opone diametralmente a propuestas culturales e ideológicas más rígidas, como la que se nos presenta en la película “Historia de un matrimonio”. Ahí se ve mucho de las dinámicas que vive un matrimonio, pero se ve muy poco sobre la creatividad que pueden desarrollar los esposos para mejorar la situación.       

Esta película retrata con gran sensibilidad la historia de una pareja unida por un hijo y por una misma pasión: el teatro. Él dirige una compañía y ella es la actriz principal de sus obras. Entre ambos se percibe estabilidad: parece que se conocen a fondo, se admiran, y cuidan con gran dedicación de su hijo. 

Entre ellos todo parece ir bien, hasta que un día ella anuncia que quiere cambiar de trabajo y de ciudad. La reacción de él es superficial, no entra a indagar lo que ese plan significa para ella. No se detiene a considerar los deseos profundos de su mujer. Ante esa reacción, ella decide hacerlo sin luchar por un pacto con su marido. A partir de ese momento, la historia se precipita. Ella inicia una nueva vida profesional lejos de casa y ambos comienzan una batalla por la custodia del niño. Surge entonces un torbellino de suposiciones, sentimientos reprimidos y preguntas que ponen en duda el sentido de lo que han vivido hasta entonces. Ambos quedan atrapados en un bucle del que no saben salir.

En el fondo, la película narra el derrumbe de una relación incapaz de tener una historia propia, contada por ellos mismos y no por terceros. Comparten el amor por el teatro y adoran a su hijo, pero ninguna de las dos cosas sirve para replantear su relación de una forma creativa, sin romperla. Ninguno se atreve a abrirse del todo al otro; eso supondría discutir, vivir tensiones y tener conversaciones duras y desagradables. Deciden no entrar allí, no aclarar los sentimientos. Ella calla lo que lleva sintiendo desde hace tiempo; él evita enfrentarse a los sentimientos de su mujer, sobre todo a los que él podría haber solucionado.  

La rigidez del relato radica precisamente en esto: en presentar una sucesión de acontecimientos como si, por sí mismos, conformaran la historia de un matrimonio. Y aunque la película es magnífica y retrata con acierto la complejidad de la vida en común de una pareja, deja sin resolver muchos sentimientos como si fuera posible vivir así, sin aclararlos.

El divorcio aparece de pronto, como la única salida posible para que ella encuentre la satisfacción que no obtuvo junto a su marido. Al recurrir a abogados, ambos revelan la esencia de su relación: fue un dejarse llevar desde el principio, nunca hubo ningún pacto entre ellos. Ella misma lo admite; se incorporó a la vida de él, sin ninguna negociación. 

De nuevo, en ese mismo artículo de Alain de Botton me encuentro con una idea que quiero subrayar antes de terminar: “La mejor persona para nosotros no es la persona que comparte todos nuestros gustos (esa persona no existe), sino la persona que puede negociar las diferencias en los gustos con inteligencia, esa que es buena para disentir. En lugar de esa idea imaginada del complemento perfecto, es precisamente la capacidad de tolerar las diferencias con generosidad la que indica verdaderamente quién es la persona “menos tajantemente incorrecta”. La compatibilidad es un logro del amor; no debe ser su condición previa”.

Me parece que es esto, “el arte del buen discutir”, lo que definiría la historia de un buen matrimonio. 

El autorAlmudena Rivadulla Durán

Casada, madre de tres hijos y Doctora en Filosofía

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Vaticano

Los belenes inundan el Vaticano y el orbe católico

La Navidad “se come” al Adviento. En la tarde de este lunes 15 de diciembre se inaugura en la Plaza de San Pedro el Belén/Nacimiento y se enciende el árbol de Navidad. Prosigue también la muestra internacional ‘100 pesebres en el Vaticano’, bajo la Columnata de Bernini, y el sábado tuvo lugar el Belén viviente de Santa María la Mayor.  

Francisco Otamendi·15 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el III Domingo de Adviento, o domingo de la Alegría (Gaudete), al celebrar el Jubileo de los Reclusos, el Papa ha subrayado que siempre es posible empezar de nuevo, y ha llamado a la esperanza de Jesús, cuyo nacimiento está a pocos días. La expectación por la Navidad está ya en los belenes, representaciones de la Natividad del Señor, que inundan el Vaticano y el orbe católico.

Si la noticia del sábado fue la Audiencia del Papa León XIV al cardenal lituano Rolandas Makrickas y a los participantes que darían vida al ’Belén Viviente’ de Santa María la Mayor, hoy tiene lugar la inauguraciòn del belén y la iluminación del árbol en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

La ceremonia está prevista a las 17,00 horas, y será presidida por la Hermana Raffaella Petrini, Presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, junto con el arzobispo Emilio Nappa y Giuseppe Puglisi-Alibrandi, secretarios generales de la misma entidad. Los belenes y el árbol permanecerán expuestos hasta el final de la Navidad, que coincide con la festividad del Bautismo del Señor, el domingo 11 de enero de 2026.

Municipios italianos y artista costarricense pro-vida 

El lunes por la mañana, el Papa León XIV recibirá en audiencia a delegaciones de las diócesis de Bolzano-Bressanone y Nocera Inferiore-Sarno, encabezadas por sus respectivos obispos, porque el abeto procede de la diócesis de Bolzano-Bressanone, y el belén, de la diócesis de Nocera Inferiore-Sarno. 

También habrá representantes de la esfera civil. Los municipios de Lagundo y Ultimo, y los de la zona de Agro Nocerino-Sarnese. En la visita al Papa estuvo presente una delegación de Costa Rica, creadora de ‘Nacimiento Gaudium’, obra de la artista costarricense Paula Sáenz Soto, en el Aula Pablo VI. La obra enfatiza el mensaje de paz de la Navidad, y realiza un llamamiento al mundo a proteger la vida desde la concepción.

Belén inspirado en san Alfonso María de Ligorio

El belén de la Plaza de San Pedro fue diseñado y desarrollado en Nocera Inferiore-Sarno. La escena se ubica en un rectángulo de 17 x 12 metros, con una altura máxima de 7,70 metros, según ha informado la Santa Sede. Presenta elementos locales característicos, y elementos arquitectónicos habitados por San Alfonso María de Ligorio y los Siervos de Dios Don Enrico Smaldone y Alfonso Russo. 

El pavimento presenta antiguas calzadas romanas en losas de piedra. Pastores y figuras de animales a tamaño natural están anclados en él. La idea era combinar arte y espiritualidad en un entorno que evoca fe y tradición.  

Belén viviente de Santa María la Mayor

Este sábado, en la audiencia a los artistas del ‘Pesebre viviente’ de Santa Maria la Mayor, el Papa les alentó a difundir este mensaje y mantener viva esta tradición. “Son un don de luz para nuestro mundo, que necesita desesperadamente seguir teniendo esperanza”.

“El belén es un signo importante: nos recuerda que formamos parte de una maravillosa aventura de salvación en la que nunca estamos solos”, añadió el Papa León, citando a san Agustín.

El Pontífice recordó los orígenes de la tradición. Fue precisamente la “Sagrada Cuna”, antigua reliquia, la que, junto al viaje a Tierra Santa, inspiró a san Francisco, en 1223, a celebrar por primera vez la ‘Navidad de Greccio’.

Representar la Natividad del Señor

“Desde entonces, en diferentes partes del mundo se ha difundido la costumbre de representar de diversas maneras la Natividad del Señor, del Dios que ‘viene sin armas, sin fuerza, […] para vencer el orgullo, la violencia y la avaricia del hombre […] y guiarnos a nuestra verdadera identidad’ (Benedicto XVI, Catequesis, 23 de diciembre de 2009)”.

También mencionó el Papa la Carta Apostólica ‘Admirabile Signum’ del Papa Francisco. León XIV dijo que, ante el Belén, “al contemplar la escena navideña, estamos invitados a ponernos en camino espiritualmente, atraídos por la humildad de Aquél que se hizo hombre para ir al encuentro de todo hombre”.

Exposición ‘100 pesebres en el Vaticano’

El lunes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, se inauguró la muestra internacional ‘100 Presepi in Vaticano’, bajo la Columnata de Bernini, que estará abierta hasta el 8 de enero de 2026.

Las piezas provienen de 32 países y están hechas de vidrio, seda, papel, resina y muchos otros materiales. Entre ellos se encuentran muchos europeos, como Italia, Francia, Croacia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Rumanía y Suiza. 

Y también han llegado de otras partes del mundo, como Estados Unidos, Perú, Eritrea, Corea, Venezuela, Taiwán, Brasil, Japón, Filipinas, Indonesia, Paraguay e India. 

Las diferentes naciones están representadas por sus respectivas Embajadas ante la Santa Sede, que han promovido el evento en sus propios países. La entrada es libre, gratuita y sin necesidad de reserva.

Atentado en Sidney con doce muertos y heridos

Mientras se prepara la Navidad, la ola de violencia no cesa. Ayer, dos hombres armados atacaron a personas judías que asistían a un evento que celebraba el primer día de Hanukkah en un aparente ataque terrorista en Sidney, dijo la policía de Nueva Gales del Sur, informa OSV News.

En una conferencia de prensa en Sydney el 14 de diciembre, apenas horas después del tiroteo, el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, dijo a los periodistas que 12 personas estaban muertas, incluido uno de los pistoleros, y que 29 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a hospitales de la zona, al cierre de esta edición.

El autorFrancisco Otamendi

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Libros

De Pascua en Pascua

Fabio Rosini ofrece homilías dominicales que invitan a vivir la fe y a experimentar la Pascua en la vida cotidiana.

Javier García Herrería·15 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Fabio Rosini, nacido en Roma en 1961, es un sacerdote italiano licenciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico. Actualmente, dirige la pastoral vocacional de la diócesis de Roma. Es conocido por sus catequesis sobre los diez mandamientos, que han tenido una amplia difusión internacional. También ha tenido un gran éxito como escritor, con obras como El arte del buen combate, El arte de recomenzar o El arte de la vida sana

Desde hace más de diez años Rosini colabora con Radio Vaticana comentando el Evangelio dominical. Además, ha desarrollado diversas catequesis para Vatican News, abordando temas como la Cuaresma, el Adviento y personajes bíblicos, ofreciendo reflexiones profundas sobre la fe cristiana. 

Rosini posee una gran capacidad para transmitir la Palabra de Dios con profundidad y claridad, no en vano es profesor de homilética en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. En esta obra nos ofrece unas homilías dominicales de lectura rápida, comentando los Evangelios dominicales del ciclo litúrgico C, especialmente centrado en los textos del evangelista Lucas. Los textos tienen una extensión aproximada de 3.000 caracteres, lo que equivale a un folio de extensión.

Más que una mera recopilación de homilías tradicionales, el libro de Rosini busca convencer al lector de que el Evangelio no es sólo una doctrina que conocer, sino una invitación a vivir una experiencia de fe auténtica. Lo verdaderamente esencial no es solo comprender el mensaje, sino encarnarlo en la vida diaria. Por ello, su propósito va más allá de la explicación del texto bíblico: aspira a desafiar al lector a un encuentro profundo y transformador con Jesucristo.

Uno de los grandes logros de la obra es su capacidad de llegar tanto a lectores experimentados en la vida cristiana como a aquellos que buscan una aproximación más accesible. Las reflexiones, aunque concisas, están llenas de una sabiduría que toca el corazón y confronta al lector con una pregunta esencial: ¿Estamos dispuestos a vivir lo que comprendemos?

De Pascua en Pascua

Autor: Fabio Rosini
Editorial: Cristiandad
Número de páginas: 174
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Cultura

Científicos católicos: Benito Daza de Valdés, jurista y óptico

En el año 1634 fallecía Benito Daza de Valdés, jurista y óptico, autor del primer libro sobre optometría en español. Esta serie de biografías breves de científicos católicos se publica gracias a la colaboración de la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Ignacio del Villar·15 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Benito Daza de Valdés (1591–1634) fue un clérigo dominico y pionero en óptica y optometría que nació en Córdoba el 31 de marzo de 1591. Educado por su tío, canónigo de la colegiata de San Hipólito, Benito se graduó en Artes y Filosofía en 1606 en la Universidad de Sevilla. Ejerció como notario del tribunal inquisitorial de Sevilla y en 1623 publicó su única obra conocida, «Uso de los antoios» (con antoios se refiere a los anteojos, es decir, a las gafas). La obra revela aspectos de la vida personal de Daza. Experimentó graves enfermedades en la infancia, incluida la tullidez y el «mal de piedra». Su devoción a la Virgen de la Fuensanta se expresa en la dedicatoria, donde agradece a la virgen por la curación milagrosa de sus enfermedades.

La obra, dividida en tres libros, destaca por ser el primer estudio sistemático sobre lentes correctoras de la visión. El Libro Primero aborda la anatomía y propiedades de los ojos, discutiendo las condiciones esenciales para una buena visión. Además, clasifica los defectos visuales en naturales y adquiridos. El Libro Segundo, «De los remedios de la vista por medio de los antojos», presenta diez capítulos donde Daza explora la fabricación y diferencias entre anteojos cóncavos y convexos. También aborda la magnificación y reducción de imágenes, así como la graduación de los anteojos siguiendo una escala similar a la actual de dioptrías. El Libro Tercero consiste en cuatro diálogos entre un afectado, un óptico y un médico, donde detalla casos clínicos comunes en la determinación de cristales correctivos. También explica cómo operar de cataratas.

Aunque la obra de Daza pasó desapercibida en su tiempo, fue redescubierta en 1901 por el historiador Von Rohr, lo que hizo que otros autores conocieran la importancia de su trabajo en lo que se refiere al ámbito de los cristales correctores. Así, su contribución a la óptica y optometría es ahora reconocida como un hito en la evolución de esta ciencia. De ahí que el Instituto de Óptica del CSIC se denomine Instituto Daza de Valdés en su honor.

El autorIgnacio del Villar

Universidad Pública de Navarra.

Sociedad de Científicos católicos de España

Evangelización

En la vigilia, Él: un cuento para san Juan de la Cruz

Coincidiendo con la festividad del místico poeta universal, publicamos un relato para celebrarle.

Guillermo Villa Trueba·14 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Aquella noche, la sombra no era sino un desborde de la llama interior. Fray Juan de la Cruz, envuelto en el sayal que apenas mitigaba el frío del convento, yacía con los ojos abiertos como pozos hondos en su celda umbrosa. El sueño, esa clemencia de los cuerpos fatigados, lo había desdeñado con una esquivez casi litúrgica. Las paredes, de un blanco que evocaba al de la osamenta, no ofrecían más consuelo que el de su silencio sepulcral, y ni siquiera el crujir de la madera apolillada o el susurro lejano de algún hermano en vela lograban disolver la intensidad de aquella vigilia sin aparente propósito. Era como si el alma, ansiosa de un Verbo que la hiciera derramarse, se negase a reposar bajo el imperio de los sentidos.

En esa hora detenida donde la carne no pide y el mundo parece olvidado de sí mismo, el fraile caviló —o quizá escuchó en su interior, como quien no recuerda si sueña o reza— que la noche es más que ausencia de sol: es presencia activa del Amado. Y esa cavilación fue preámbulo suficiente para que una suave brisa se colara por la rendijilla de la ventana, sugiriéndole con elocuente sutileza que quizá no era el insomnio lo que lo mantenía despierto, que quizá aquella suerte de temblor, demasiado sublime como para calificarse de impúdica, fuera de las que nacen en lo más hondo del alma cuando ésta se sabe mirada por Dios. Allí, en la desnudez de su pequeña celda, sin más luz que la que le ardía en el pecho, comprendió que el alma no duerme porque no quiere cesar de amar, y que todo descanso que no venga del Amado no es sino descanso mentiroso.

Los gallos aún no quebraban la quietud del aire cuando el cielo comenzó a desgarrarse en láminas de añil. Fue entonces que fray Juan se incorporó y se sentó en el jergón como si aguardara a alguien. No oró con palabras, ni siquiera con pensamientos: fue su estar en vela lo que se volvió plegaria. El frío de la piedra le atravesaba los pies, pero en su rostro se advertía una serenidad que no era de este mundo. Y al retirarse la noche, con la timidez de los que han confesado un secreto, él susurró —con una voz que no quiso ser oída por ningún alma del convento, pero que debió ser estruendo y júbilo en el salón del trono del Cordero—: “A esta noche la llamaré hermosura, porque en ella el alma se me ha hecho cielo”.

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Evangelización

Christian Gálvez: “Mi conversión comenzó con la forma en que mi mujer me amó”

El famoso presentador de televisión en España, Christian Gálvez, cuenta en entrevista con Omnes su proceso de conversión, marcado por el amor de su mujer y un viaje a Jerusalén.

Teresa Aguado Peña·14 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Tras el rostro televisivo de Christian Gálvez, late un apasionado de la historia, la literatura y la búsqueda de sentido. La trayectoria del presentador y escritor —con novelas, ensayo histórico y literatura infantil a sus espaldas—, ha ido evolucionando hacia territorios cada vez más personales y profundos. Después de explorar el Renacimiento y la Europa del siglo XX, en los últimos años se ha acercado a la época de Jesús de Nazaret, plasmada en su libro Te he llamado por tu nombre (2024) y en noviembre de 2025 ha publicado Lucas, adentrándose así en la figura del evangelista que según Christian muestra “un perfil de Jesús misericordioso, el Jesús de mi fe”.

No es casualidad que Christian escriba sobre los orígenes del cristianismo, ya que ha experimentado una fuerte conversión. 

Tras años alejado de la fe, su retorno comenzó de la mano de su esposa, Patricia, y se afianzó en un viaje a Jerusalén en el que, según cuenta, el Evangelio dejó de ser teoría para convertirse en una experiencia viva. 

En esta entrevista, Christian habla abiertamente de su conversión, de cómo ha reconstruido su relación con Dios hasta integrar la fe en el día a día y en su trabajo como comunicador. 

Después de tantos años alejado de la fe, ¿cómo describirías tu proceso de conversión y tu apertura a Dios? ¿Fue un camino de razón, una sacudida emocional o espiritual?

—Mi conversión fue una mezcla de las tres cosas pero, sobre todo, fue un regreso al amor. Podría decir que hubo razón, porque yo necesitaba entender, y que hubo emoción, porque hubo momentos que me desbordaron, pero si soy honesto, mi proceso de conversión comenzó con la forma en que mi mujer me amó. Su paciencia, su mirada limpia, su capacidad para acompañarme sin juzgarme…, eso abrió dentro de mí un espacio que hacía años que estaba cerrado. Igual Dios se sirvió de ella para volver a tocar mi vida. Lo digo siempre, mi encuentro con la fe tiene nombre propio: Patricia.

Cuentas que tu fe renació en Jerusalén. ¿Qué ocurrió allí que no había ocurrido en otros viajes o lecturas?

—Jerusalén fue muy importante porque allí todo dejó de ser teoría y se convirtió en realidad. Yo llevaba años leyendo, investigando, estudiando… incluso negando pero, en Jerusalén, el Evangelio dejó de ser un texto y se convirtió en un rostro. Ese viaje solo fue posible porque yo ya iba acompañado por un amor que me estaba transformando por dentro. Patricia me ayudó a reconciliarme conmigo mismo, con mi historia, con mis dudas y con mis miedos. Y cuando uno viaja a Tierra Santa con un corazón así, la experiencia cambia. Fue allí donde comprendí que la fe no es un concepto: es una Persona que te mira y te ama.

Dices que de niño fuiste creyente. ¿En qué se diferencia el Dios que adorabas de niño del Jesús al que te acercas hoy? ¿Qué es lo que ha cambiado en tu forma de ver a Dios que te ha invitado a seguirle?

—De niño creía casi de forma natural. La fe era parte del ambiente, de la familia, de la vida. Miraba a Dios como un padre lejano, protector, pero sin una relación personal. Era la fe inocente de quien todavía no ha hecho preguntas, pero tampoco ha sufrido grandes golpes.

En la adolescencia y primera juventud, Caballo de Troya llegó a mi vida como un auténtico terremoto emocional. Me despertó algo que estaba dormido: la curiosidad por la figura humana de Jesús. Benítez me mostró a un Jesús vivo, cercano, profundamente humano. Ese interés hizo crecer una fe más madura, más reflexiva, más íntima que la de mi infancia.

Pero llegó un momento en mi vida que lo ensombreció todo. Un momento muy duro. Mientras preparaba un documental sobre el turismo sexual en Camboya, fui testigo de una realidad brutal: niños destrozados, vidas rotas, un mal que no cabía en ninguna categoría emocional. Aquello fue, para mí, una grieta espiritual.
Me pregunté: ¿Cómo puede Dios permitir esto? Y ese impacto me llevó, poco a poco, casi sin darme cuenta, a perder la fe.

Dejé de rezar, dejé de buscar, dejé de creer. Me quedé con silencio, dolor y muchas preguntas. Y entonces, años después, apareció lo que yo siempre digo que fue mi verdadero milagro: mi mujer. Patricia no llegó para convencerme de nada, ni para predicarme, ni para empujarme a volver a creer. Llegó para amarme. Para acompañarme sin juicios. Para mostrarme, con su forma de ser, el tipo de amor que yo ya no encontraba en ningún sitio. Y fue ese amor el que empezó a reconstruirme por dentro. A través de ella volví a acercarme a Jesús.

¿Qué ha supuesto para tí reconocer públicamente que eres creyente? ¿Has recibido alguna cancelación o rechazo laboral o personal?

—Asumir públicamente que soy creyente fue un acto de coherencia. Me dedico a comunicar; sería absurdo que ocultara algo que hoy da sentido a mi vida. ¿Ha habido críticas? No muchas. ¿Algún comentario irónico o gesto raro? También. Pero no he sufrido una “cancelación” ni laboral, ni personal. Y, sinceramente, incluso si hubiera rechazo, la paz interior que me da vivir en lo que considero verdad lo compensa todo. Además, tengo a mi lado a una mujer que me recuerda cada día que el amor y la fe no se esconde, se vive.

El Jesús de Lucas es un Jesús cercano, sencillo y misericordioso con los olvidados. ¿Crees que este Jesús y su amor es un Jesús también olvidado? Tras encontrarte con su inmenso amor, ¿de qué forma te sientes llamado a darlo a conocer?

—Creo que sí, que ese Jesús a veces desaparece entre debates y ruidos que no tienen nada que ver con Él. El Jesús de Lucas es el Jesús que se acerca, que toca, que escucha, que dignifica. Ese es el Jesús de mi fe. Y yo me veo con la responsabilidad de mostrar un rostro de Jesús que sane, que abrace, que perdone, porque comulgo con la visión de Lucas. ¿Mi herramienta? Lo que sé hacer: contar historias. Si mis libros, mis programas o mis entrevistas pueden ayudar a alguien a descubrir un Jesús cercano, entonces mi dedicación habrá tenido sentido.

Hablas sobre la invisibilidad de Lucas. De cómo él se hace invisible para dejar paso a la luz de Jesús. ¿Cómo se vive esa tensión entre ser un rostro conocido y, al mismo tiempo, aspirar a esa invisibilidad interior que propone Lucas?

—Lucas me ha enseñado algo decisivo: no se trata de desaparecer, sino de transparentar. Que cuando la gente me vea a mí, vea también, o sobre todo, lo que me mueve por dentro. Y aquí vuelvo a mi mujer: ella me ayuda a poner los pies en la tierra, a recordar que no estoy aquí para brillar, sino para compartir. Lo más grande que puedo hacer es que la luz no sea la mía, sino la nuestra.

¿Has recibido algún mensaje o conoces algún caso de personas que, a raíz de tu obra o de tu historia personal, hayan iniciado también un camino de fe?

—Sí, y me siguen emocionando cada vez que ocurre. Personas que me dicen que, a raíz de Te he llamado por tu nombre, o después de escuchar alguna entrevista, han vuelto a acercarse a la fe, o han decidido reconciliarse con Dios, o simplemente han empezado a hacerse preguntas que tenían enterradas. Esas historias me conmueven profundamente. Y siento que, en el fondo, no es mérito mío: si algo toca el corazón de alguien es porque antes me tocó a mí.

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Evangelización

Santa Lucía, joven virgen y mártir de Siracusa

Santa Lucía nació a finales del siglo III en Siracusa (Sicilia), y es una de las mártires más veneradas de la Antigüedad cristiana. Su martirio tuvo lugar en la persecución de Diocleciano, al mantenerse firme en la fe. Es patrona de la vista y de la ceguera espiritual por su nombre, Lucía, derivado de lux (“luz”), y la liturgia la celebra el 13 de diciembre.

Francisco Otamendi·13 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El patronazgo de la vista de santa Lucía, joven virgen y mártir nacida en Siracusa (Sicilia), deriva de lux (“luz”), símbolo cristiano por excelencia, y su nombre se menciona en la Plegaria Eucarística I del Canon de la Misa junto a Felicidad y Perpetua, Águeda, (Lucía), Inés, Cecilia, Anastasia”…

Lucía provenía de una familia noble de tradición cristiana o al menos favorable a la fe. Su padre murió cuando ella era aún niña, por lo que quedó bajo el cuidado de su madre, Eutiquia. La tradición cuenta que Lucía ofreció su virginidad a Cristo, entregándose a la oración y a la caridad.

Su martirio se sitúa en la persecución de Diocleciano, alrededor del año 304. Según los relatos hagiográficos, un joven pagano que pretendía casarse con ella la denunció a las autoridades cuando descubrió su decisión. Lucía fue arrestada y se le exigió renunciar a su fe, pero se mantuvo firme. Finalmente fue  decapitada. Pueden ver aquí con más amplitud rasgos biográficos 

El viaje a Catania y la curación de su madre

Antes, en el año 301, cuenta el santoral vaticano, Lucía y su madre se dirigieron en peregrinación a Catania, para visitar el sepulcro de Santa Águeda, joven mártir de Catania, y pedirle la curación de Eutiquia, que tenía hemorragias y no mejoraba. Al llegar a las laderas del Etna, participaron en la celebración eucarística, y oyeron el episodio del Evangelio de la hemorroísa. 

Lucía pidió a su madre que tocara con confianza el sepulcro, y quedaría curada (Pasión de Santa Lucía). Fueron madre e hija a la sepultura de santa Águeda, quien en sueños dijo a Lucía: “Tu fe ha sido de gran ayuda para tu madre, ella está ya curada”. Santa Águeda le dijo que la ciudad de Siracusa sería preservada por ella, “porque ha agradado a Nuestro Señor Jesucristo que hayas conservado tu virginidad”. Al volver en sí, Lucía narró la visión a su madre, y le reveló su propósito de renunciar a un esposo terreno.

Pueden ver aquí rasgos biográficos y de la devoción popular a Santa Lucía.

El autorFrancisco Otamendi

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Libros

Diego Saavedra Fajardo, una vida en Roma

Publicada la mejor biografía sobre Diego Saavedra Fajardo (1584-1648), importante diplomático español, que especialmente prestó servicio en el entorno de la Santa Sede.

José Carlos Martín de la Hoz·13 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

María Victoria López-Cordón Cortezo, catedrática de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid, acaba de unir su nombre y su trayectoria científica con una colección de “Españoles eminentes”, que sigue creciendo en intensidad y en extensión, pues son ya diez las grandes biografías que ha publicado Taurus con la Fundación March, bajo la dirección de Ricardo García Cárcel y Juan Pablo Fusi y, por supuesto, Javier Gomá.

En esta ocasión, tenemos ya a nuestra disposición la mejor biografía que se ha escrito sobre Diego Saavedra Fajardo (Algezares, Murcia 1584 – Madrid 1648), agente de Preces del rey de España ante la Santa Sede, secretario y colaborador de cardenales, embajadores de España y hombre de la diplomacia tanto en Madrid, Roma, Nápoles, como en Centroeuropa para poder llevar a cabo tareas de engranaje y coordinación en un mundo muy complicado como fue el que terminó con la Paz de Westfalia de 1648, fecha de su muerte.

Es interesante este siglo de consolidación de las grandes monarquías europeas tras la debacle de la atomización luterana de parte de Europa y la ruptura del Reino Unido con la Santa Sede. 

La influencia salmantina

A la vez, no olvidemos que Diego Saavedra Fajardo había estudiado en Salamanca utriusque iuris y se había empapado del espíritu de la Escuela de Salamanca, pues Vitoria, Soto y Cano no solo lograron una reforma y actualización de la Teología que se vertió en las sesiones del Concilio de Trento y en sus constituciones dogmáticas, sino también en las grandes decisiones pastorales del Concilio, como la residencia episcopal, la constitución de los seminarios conciliares o la reforma de la espiritualidad que produjo una pléyade de santos en toda la Europa católica.

En Salamanca, Diego Saavedra Fajardo descubrió la dignidad de la persona humana que subrayaba Francisco de Vitoria y su aplicación al derecho de gentes, al derecho natural, tanto en el ámbito de la economía como del derecho.

Finalmente, no podemos olvidar que de Diego de Covarrubias -discípulo de Vitoria y de Martín de Azpilcueta- había dejado su cátedra salmantina y la Audiencia de Granada para ser obispo de Segovia y Presidente del Consejo de Castilla.

Gran versatilidad

El nombramiento de clérigos, tonsurado solamente en el caso de Saavedra Fajardo, para altos cargos de la administración del estado que desarrolló Felipe II, fue continuada por Felipe III y Felipe IV, en el tiempo de vida y actividad diplomática de nuestro humanista Saavedra.

Asimismo, Saavedra Fajardo era escritor y poeta, lo que se nota en sus composiciones que realizaba a ratos y que publicaba periódicamente, pero sobre todo en sus informes, que presentaba regularmente tanto en la Corte, como en la Santa Sede, en la embajada de España o en la secretaria del Cardenal Borja, a quien sirvió fielmente durante tantos años.

Diego Saavedra Fajardo fue un representante de “una generación” que leyeron a Tácito, Seneca y a Maquiavelo, para poder conocer lo que pensaban los antiguos de la ciencia política y, por supuesto, a los Boccalini, Lipsio, Mazarino, Quevedo y tantos otros contemporáneos que estaban preparando el despotismo ilustrado tras el final de las guerras de religión.

Periodo pre-ilustrado

Estamos en el momento de la pre-Ilustración europea, que suele situarse con la muerte de Descartes en 1650 y, por tanto, con el comienzo del racionalismo y su crítica a la filosofía realista que imperaba en Europa y su consecuencia inmediata, la desconfianza en la Iglesia y en Dios que se hará fuerte en el siglo de las luces.

Asimismo, la obra de Saavedra Fajardo, estará en relación con el final de las guerras de religión que tuvo lugar con la paz de Westfalia de 1648 y el asentamiento de la ruptura de la unidad de la fe cristiana en el concierto de las naciones.

Dentro de ese tratado de paz estaría el tratado de Münster, del mismo año en el que España reconocería la independencia de la República de los Países Bajos, que terminaría por convertirse en una potencia naval del comercio con la China y Japón.

No podemos olvidar que, desde la batalla de Lepanto coordinada por Felipe II, 1571, el peligro otomano se había alejado y los intereses europeos estaban más centrados en el mundo comercial con América y Asia que con las tradicionales rutas del mediterráneo.

Situación de España

En el siglo XVII, España habría perdido parte de su imperio en Europa, Países Bajos y Alemania, pero se mantenía fuerte con el monopolio del comercio con América y con Filipinas. La pugna con Francia seguía siendo habitual y tiene su punto de distensión con la paz de los Pirineos (1659), que proporcionará un respiro económico a Luis XIV y a su regente y a Mazarino.

Bien es verdad que para Felipe II y sus sucesores la presencia de España en el mundo significaba servir a la Iglesia católica y defender la verdadera fe frente a los reformados o a los infieles.

Es interesante como María Victoria López-Cordón Cortezo se ha detenido ampliamente a considerar la presencia de las obras de Tácito, el clásico historiador romano partidario del imperio. Tácito respetaba la libertad de los súbditos y la obediencia a las leyes del imperio romano y, mientras tanto, España deseaba ser firme defensora de los ideales del imperio y de la fe cristiana y del derecho romano.

En ese sentido hemos de resaltar que las obras de Tácito fueron editadas en aquellos años en todas las lenguas importantes europeas y leídas y comentadas en la cristiandad. Especialmente Lipsio (1547-1606), el humanista flamenco, cuando se convirtió al catolicismo promovió al pueblo junto a su monarca, según los dictámenes de la Paz de Westfalia de 1648 y los ecos clásicos del ilustre Tácito. Tomó del clásico latino el pragmatismo, el análisis frio y la razón de Estado.

Traemos a colación, finalmente, el trabajo de Boccalini (1556-1613) acerca de los comentarios a Tácito que circularon en manuscritos, algunos de los cuales se pueden consultar en la Biblioteca Nacional de España o en la edición impresa en italiano de 1677. Boccalini fue muy crítico con España como recuerda María Victoria López-Cordón Cortezo, pero admitía la legalidad de la presencia de España en Milán y Nápoles y, sobre todo, era partidario de la unidad de la cristiandad junto al Romano Pontífice.

Diego Saavedra Fajardo

Autor: María Victoria López Cordón
Editorial: Taurus
Año: 2025
Número de páginas: 656

La patada en el culo al elfo travieso

Si ven aparecer por su casa un elfo travieso, no lo dejen actuar ni una sola noche en casa. Denle, de mi parte, una patada en el culo que lo haga volar de vuelta hasta el trineo de Papá Noel y que, con él, viaje hasta la muy fría y muy desagradable Laponia para poder seguir allí dando por saco a los suyos.

12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Se acuerdan de cuando, hace apenas unos años, Halloween era solo una curiosa fiesta anglosajona que contemplábamos pensando que jamás llegaría a nosotros? Pues atentos, porque ya está aquí la nueva costumbre importada que llega para sustituir nuestras tradiciones: el elfo travieso.

Quizá todavía ni siquiera conoce de su existencia, pero las redes sociales se han llenado desde el comienzo del Adviento de las trastadas que los elfos traviesos han ido haciendo cada noche en todas aquellas casas que les han abierto las puertas. 

El origen de esta reciente tradición –valga la paradoja– se encuentra en la publicación hace 20 años del libro “The Elf on the Shelf” (El elfo en el estante), un cuento que relata el envío por parte de Papá Noel de un elfo doméstico que vigila el comportamiento de los niños para informarle cada noche. Su principal entretenimiento, no obstante, es crear travesuras nocturnas, moviéndose de sitio y generando, por tanto, expectación en los peques, quienes cada mañana deben encontrarlo y descubrir sus fechorías y siempre sin tocarlo para que no pierda su magia. El cuento se hace realidad en miles de hogares, cada día, gracias a la complicidad de los padres y al bajo precio del muñeco que se puede adquirir por unos pocos euros en cualquier chino o tienda digital.

Los profesores dicen que los niños no hablan de otra cosa en los recreos: 

–¿Qué trastada ha hecho hoy tu Elfo?

–El mío ha espolvoreado de harina la encimera de la cocina y se ha tumbado encima haciendo la figura de un ángel como se hace en la nieve ¡Cómo lo ha dejado todo de sucio! ¿Y el tuyo?

–Pues el mío ha desemparejado hoy todos los calcetines de mi cajón, pero ayer pintó caras con rotulador a los huevos que había en la nevera. ¡Qué gracioso!

Desde el 1 de diciembre hasta la víspera de la Navidad, cada noche, el muñeco aparece en un sitio distinto de la casa dejando su huella en forma de gamberrada para el regocijo de niños y, sobre todo, de los mayores que se divierten a costa de la inocencia de sus hijos. Y he aquí el problema, porque no sé si a usted le ha pasado como a mí en Halloween. En esa víspera de Todos los Santos me topé con grupos de niños acompañados por sus padres visitando el barrio para pedir caramelos. Los niños, disfrazados de muertos y con caras de ídem; y los padres, con una sonrisa de oreja a oreja viendo lo terroríficamente graciosos que iban sus hijos por la calle. El caso es que fueron pocos los vecinos que correspondieron con caramelos a la pregunta de “¿Truco o trato?” que le lanzaba la santa compaña halloweenense, para frustración de los pequeños a quienes los padres les habían asegurado que ese día todos los comercios y vecinos se volverían generosos y les entregarían toneladas de caramelos. ¡Pero es que no es nuestra costumbre! Al menos, todavía. 

Y es que, si hay una cosa crucial en las tradiciones es el consenso que permite poner de acuerdo a toda la comunidad adulta y, como esta es una costumbre relativamente novedosa importada de otros países donde sí que hay consenso esa noche, pues pasa lo que pasa. Si no jugamos todos, se pierde la gracia.

La irrupción del elfo doméstico, derivada de la también importada tradición de Papá Noel, de quien el personaje mágico es colaborador, tiene un claro objetivo ofensivo contra la muy nuestra de los Reyes Magos. Viene a romper “el pacto” que hace posible su magia y a confundir a los pequeños. No se trata de hacer una guerra de tradiciones sino de saber quiénes somos y de ponernos de acuerdo. No se trata de aferrarnos a posiciones inmovilistas ancladas en el pasado, sino de dar a nuestros hijos una base firme sobre la que construir su personalidad. Sin respetar las tradiciones o, peor aún, subiéndose a la tradición del primero que toca a la puerta de nuestro Tiktok, dejamos a los niños desamparados ante los vientos que más soplen y les estaremos privando de un legado milenario cuidado por los padres de generación en generación. Un legado que permite conocernos e identificarnos con nuestro pueblo, con nuestra comunidad más cercana. Al romper las tradiciones que nos unen nos hacemos cada vez más débiles.  

¡Cuánta complicidad, cuánto consenso para organizar las cabalgatas de Reyes y todo lo relacionado con esa noche para que ahora vengan cuatro influencers con ganas de protagonismo a llevarse el scattergories y fastidiarnos la partida!

Así que, a riesgo de ser recriminado por incitar a la violencia en estas fechas tan señaladas, permítanme que le aconseje que, si ven aparecer por su casa un elfo travieso, no lo dejen actuar ni una sola noche en casa. Denle, de mi parte, una patada en el culo que lo haga volar de vuelta hasta el trineo de Papá Noel y que, con él, viaje hasta la muy fría y muy desagradable Laponia para poder seguir allí dando por saco a los suyos.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Vaticano

León XIV reivindica la arqueología como “escuela de encarnación”

Con ocasión del centenario de la fundación del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana, el Papa León XIV ha compartido algunas reflexiones sobre la arqueología cristiana, que considera importantes para el camino de la Iglesia en los tiempos actuales.  

Rafael Sanz Carrera·12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En una profunda reflexión que marca el centenario del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana, el Papa León XIV ha publicado una Carta apostólica que reposiciona la arqueología cristiana como una disciplina esencial para comprender la fe y la misión evangelizadora de la Iglesia en el siglo XXI.

Un centenario que une dos jubileos de esperanza

La carta, fechada el 11 de diciembre de 2025, establece un paralelismo significativo entre el ’Jubileo de la paz’ de 1925 –convocado tras las heridas de la Primera Guerra Mundial– y el Jubileo actual, que busca “ofrecer horizontes de esperanza a la humanidad, atribulada por numerosas guerras”.

León XIV subraya que la arqueología “es un componente imprescindible de la interpretación del cristianismo y, por consiguiente, de la formación catequética y teológica”, alejándose de la percepción de ser “sólo una disciplina especializada, reservada a unos pocos expertos”.

Nueve fragmentos de hueso, que se cree pertenecen a San Pedro, yacen dentro de un relicario venerado por el patriarca ortodoxo Bartolomé de Constantinopla, tras serle regalado por el Papa Francisco. Foto tomada el 30 de junio de 2019 (@CNS/cortesía del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla).

La arqueología como “teología de los sentidos”

Uno de los conceptos más innovadores de la carta es la definición de la arqueología cristiana como una “teología de los sentidos”, que “educa en esta sensibilidad” y “enseña que nada de lo que ha sido tocado por la fe es insignificante”.

“No se puede comprender plenamente la teología cristiana sin la inteligencia de los lugares y las huellas materiales que dan testimonio de la fe de los primeros siglos”,  afirma el Pontífice, citando las palabras del evangelista Juan: “Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida”.

Cambio paradigmático

Me parece que ésta es la idea más revolucionaria y trascendental de la carta apostólica de León XIV: el concepto de la arqueología cristiana como “escuela de encarnación” y “teología de los sentidos”. Se está proponiendo un cambio paradigmático en cómo se entiende el conocimiento teológico. 

Tradicionalmente, la arqueología ha sido vista como una disciplina auxiliar, útil pero no esencial. El Papa, en este documento, la eleva al rango de componente imprescindible de la interpretación del cristianismo, equiparándola en importancia con la Escritura y la Tradición.

Una respuesta a la cultura del descarte

En un mundo donde “el uso y el consumo han prevalecido sobre la conservación y el respeto”, León XIV presenta la arqueología como «una escuela de sostenibilidad cultural y ecología espiritual. El Papa destaca que esta disciplina enseña que “incluso el más pequeño testimonio merece atención”, contrastando con la tendencia contemporánea al descarte.

“El arqueólogo no descarta nada, sino que conserva. No consume, sino que contempla. No destruye, sino que descifra”, explica, definiendo esta mirada como “paciente, precisa, respetuosa”, capaz de captar “en un trozo de cerámica, en una moneda corroída o en un grabado desgastado, el aliento de una época, el sentido de una fe y el silencio de una oración”.

Antiguo sarcófago de mármol que se exhibe en un museo de la reconstruida Basílica de San Silvestre del siglo IV, sobre las Catacumbas de Priscila en Roma, el 20 de noviembre de 2013. (Foto CNS/Paul Haring).

Herramienta para la evangelización

León XIV conecta la arqueología cristiana con la misión evangelizadora hacia las periferias, tanto geográficas como existenciales. La disciplina puede ser “un poderoso instrumento de diálogo”, que contribuye a “tender puentes entre mundos distantes, entre culturas diferentes, entre generaciones”.

El Papa cita las palabras de Francisco sobre las catacumbas, donde “todo habla de esperanza”, recordando que estos lugares antiguos siguen siendo testimonio vivo de que “Dios había entrado realmente en la historia y que la fe no era una filosofía, sino un camino concreto en la carne del mundo”.

Un llamamiento a la formación académica

La carta hace un llamamiento específico a obispos y responsables de cultura y educación para que “animen a los jóvenes, laicos y sacerdotes a estudiar arqueología”, destacando las “muchas perspectivas formativas y profesionales” que ofrece.

León XIV también enfatiza la importancia de la colaboración entre las diferentes instituciones vaticanas dedicadas a la arqueología: “La Pontificia Academia Romana de Arqueología, la Pontificia Comisión de Arqueología Sagrada, la Pontificia Academia Cultorum Martyrum, el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana: cada una con su especificidad, todas comparten una misma misión”.

La arqueología como “memoria viva”

El documento concluye con una reflexión sobre el papel de la memoria en tiempos de cambio acelerado. “La verdadera arqueología cristiana no es conservación estéril, sino memoria viva”, afirma León XIV. “Es la capacidad de hacer que el pasado hable al presente. Es sabiduría para discernir lo que el Espíritu Santo ha suscitado en la historia”.

Para el Pontífice, quien conoce su propia historia «sabe quién es, sabe adónde ir, sabe de quién es hijo y a qué esperanza está llamado”. En este sentido, la arqueología cristiana se convierte en “un ministerio de esperanza” que muestra cómo “el Evangelio siempre ha tenido una fuerza generativa.»

Un legado para el futuro

Con esta carta apostólica, León XIV no solo celebra el centenario de una institución, sino que redefine el papel de la arqueología cristiana en el mundo contemporáneo. La disciplina emerge no como un ejercicio nostálgico, sino como una herramienta viva para la comprensión de la fe, la formación teológica y la misión evangelizadora de la Iglesia en el siglo XXI.

La carta concluye con una bendición que encapsula el espíritu del documento: “Que los inspire la luz del Espíritu Santo, que es memoria viva y creatividad inagotable. Y que los proteja la Virgen María, que supo meditar todo en su corazón, uniendo el pasado y el futuro en la mirada de la fe”.

El autorRafael Sanz Carrera

Doctor en Derecho Canónico

Cultura

Bernarda Brunović, la cantante ciega y pro-vida que ha emocionado en ‘La Voz de Alemania’

Bernarda Brunović, la cantante suiza de origen croata que nació ciega y cuya historia ha conmovido a la audiencia, ha hecho vibrar al público ayer en la final de la temporada 15 de ‘The Voice of Germany’ (‘La Voz de Alemania’), que ganó Anne Mosters. Brunović es conocida por su compromiso con la causa pro-vida, y por su religiosidad.

Javier García-Herrería / Francisco Otamendi·12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

La cantante y compositora suizo-croata Bernarda Brunović, que ha inspirado a muchas personas por su trayectoria, talento musical y firme postura ética, ha emocionado ayer noche a la audiencia en la final de ‘La Voz de Alemania’, que ganó Anne Mosters.

Nacida el 11 de noviembre de 1993 en Dietikon, Suiza, y conocida artísticamente también como Bernarda o anteriormente como Bernarda Bruno, la trayectoria de Bernarda Brunovic combina la música con un mensaje de dignidad humana y compromiso con la vida. 

A pesar de las dificultades y la controversia en torno a su activismo pro-vida, Brunović ha logrado avanzar hasta las últimas rondas del concurso musical.

Orígenes familiares y su nacimiento

Bernarda nació ciega de nacimiento a causa de un glaucoma congénito –una condición que afecta la visión y que en su caso impidió que desarrollara la vista–. 

Según diversas fuentes, los médicos que atendieron a sus padres dijeron que lo más prudente –dadas las dificultades previstas para criar un hijo con una discapacidad severa– habría sido interrumpir el embarazo y abortar. Sin embargo, su madre decidió no abortar. Ella ha expresado públicamente su gratitud a sus padres por esa decisión, y eso ha marcado tanto su trayectoria personal como su activismo en defensa de la vida. 

Formación, fe

Su familia es católica practicante, y Bernarda ha dicho que creció en un ambiente de fe que la marcó profundamente desde su infancia. Según entrevistas recogidas por medios suizos, su experiencia con la fe cristiana –especialmente el catolicismo– ha sido fuente de fortaleza espiritual y motivación artística.

Bernarda no solo ha dedicado su vida a la música, sino también a la teología y la filosofía. Según diversas informaciones, estudió estas disciplinas, lo que refleja no solo un compromiso artístico, sino también una búsqueda profunda de sentido que conecta con su fe. 

Trayectoria musical

Desde joven mostró interés por la música. Empezó a participar en concursos y proyectos musicales desde la década de 2010, incluyendo varios intentos por representar a Suiza en el Eurovision Song Contest. En 2011 participó en el proceso nacional suizo para Eurovision, y en años posteriores se presentó varias veces en la “Dora”, la selección croata para Eurovision, con varias canciones. 

Bernarda mezcla géneros como soul, gospel, blues, funk y jazz, estilos que utiliza no solo para entretener, sino para transmitir emoción. Y así narrar historias de fe, esperanza y lucha interior, como está siendo frecuente en conocidos cantantes esta temporada.

Una carrera marcada por ‘The Voice of Germany’

Una de sus historias profesionales más conocidas es su participación en The Voice of Germany (La Voz de Alemania). Bernarda ya compitió en 2018, llegando hasta el semifinal en esa edición del programa, lo cual la dio a conocer más ampliamente.

En 2025 ha vuelto a participar en la temporada 15 del popular concurso musical, esta vez con mayor madurez artística. Su voz y presencia en el escenario impresionaron a los entrenadores y al público por igual. Por ejemplo, en actuaciones recientes interpretó temas como “Rise Up” de Andra Day y su propia versión de otros clásicos, lo que la ayudó a avanzar en las distintas etapas del certamen.

Bernarda ha logrado clasificarse para la gran final de The Voice of Germany 2025, una hazaña que muchos consideran histórica. 

Activismo pro-vida y polémica pública

Como se ha informado, además de su música, Bernarda es conocida por su activismo en defensa del derecho a la vida. Ha participado en eventos como el Marsch fürs Läbe (Marcha por la Vida) en Suiza, manifestación anual que convoca a personas y organizaciones que defienden políticas en favor de la vida desde la concepción. En estas manifestaciones ha cantado y expresado su convicción de que “cada vida humana tiene un valor intrínseco”. 

Su postura pro-vida no ha estado exenta de controversia. En 2025, la cantante fue invitada a participar en el festival M4Music en Zúrich. Pero su concierto fue cancelado por los organizadores, que citaban preocupaciones de seguridad derivadas de protestas y amenazas de grupos contrarios a su activismo. 

Según diversos medios, la participación de Bernarda en el Marcha por la Vida y otras declaraciones públicas sobre el valor de toda vida humana habrían desencadenado las críticas y la presión social que llevaron a ese retiro del programa. 

Respuesta de Bernarda Brunović: respeto  

Respondiendo a algunas críticas, Bernarda publicó mensajes en redes sociales reafirmando que su voz y su música no serían silenciadas, subrayando que respeta a todas las personas independientemente de sus creencias, pero que también tiene derecho a expresar las suyas propias.

Bernarda Brunović dijo textualmente, según ‘Live Action News’: “En los últimos días, la gente ha hablado sobre mí, pero no conmigo. He sido cancelada, excluida, apartada, tratada como un peligro para la sociedad, como una ruina para la reputación de otras personas. Me han cancelado no solo del escenario de M4Music, sino que también me han prohibido subir a otro escenario”.

Y añadió: “Soy una artista, una música que ama la vida. Y amo y respeto a todas las personas, independientemente de su credo, nacionalidad, etnia, raza, orientación sexual o política, cualquier cosa. Todos tienen derecho a su opinión o creencias, y yo también tengo derecho a las mías”. “Ustedes pueden intentar borrarme, pueden negarse a escucharme, pero nunca me quitarán mi voz”.

El autorJavier García-Herrería / Francisco Otamendi

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Vocaciones

Del reggaetón a entregar su vida a Dios: la conversión de Belén Ayuso

Belén Ayuso cantaba letras de reggaetón que iban totalmente en contra de Dios. Tras atravesar una depresión y ansiedad se rindió al Señor y vivió una fuerte conversión. Ahora se dedica al pop cristiano.

Teresa Aguado Peña·12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Belén Ayuso es una cantante de música cristiana que vivió un milagro en su vida gracias a Dios. Antes cantaba reggaetón con letras completamente opuestas a la palabra de Dios, y una enfermedad —que ella considera una bendición— la hizo detenerse y darse cuenta de que, aunque amaba la música, no estaba en sintonía ni con el Señor ni consigo misma. Intentando agradar a todos, se perdió hasta caer en una profunda depresión y ansiedad crónica. Cuando ni psicólogos, ni psiquiatras, ni su familia o amigos pudieron ayudarla, decidió acudir a Dios, rendirse ante Él y pedirle sanación, prometiéndole dedicarle su vida y su voz.

Hoy hablamos con una Belén feliz, agradecida y plenamente entregada a su propósito de cantar para el Señor.

¿Qué milagros concretos dirías que ha hecho en ti? 

–Uno de ellos es la sanación. Me sanó de la depresión y la ansiedad. Algo que en ese momento creía imposible, porque sobrevivía a un estado del que no podía salir.

Otro milagro es la liberación. Dios me limpió, me convirtió en una persona completamente diferente a la que era antes. Ese proceso de liberación es muy doloroso, porque Dios elimina esas partes de ti que tú has construido de ti misma por las heridas, las decepciones.

El milagro es que Dios haga de ti la nueva criatura. La nueva criatura en Cristo que es lo que Él quiere de ti y para ti. La liberación es felicidad.

Y esos son los dos milagros que yo considero que Dios ha hecho conmigo. 

¿Podrías explicar cómo es esa nueva criatura? ¿De qué forma Dios quiere hacer algo nuevo en ti? 

–Yo siempre digo que el sufrimiento hace que avances y Dios lo utiliza para eso precisamente. Porque si todo no fuera siempre como nosotros queremos, nunca miraríamos a Dios.

Esa soledad, ese sufrimiento, ese vacío fue lo que me hizo acudir al Señor. Es muy importante tener claro que los sufrimientos a los cristianos no nos matan, sino que nosotros renacemos en los procesos.

¿Agradeces ese sufrimiento? 

–Totalmente. Por eso yo siempre digo: Dios me bendijo con una enfermedad. Fíjate qué frase. Pero es que es la realidad, porque yo sé que si no hubiera pasado por ese sufrimiento, nunca hubiera mirado hacia Dios.

He visto un vídeo en el que dices, «mi familia pensaba que me había vuelto loca». Tú te conviertes y cambias radicalmente tu vida. ¿Cómo introduces esa conversión en tu círculo?

–Yo pasé de cantar reggaetón a de repente tener ese llamado de Dios. Cuando me sanó le dije: me entrego a ti, te debo todo. Cuando les conté lo que me había pasado, el llamado que había tenido del Señor, mis padres pensaban que me había vuelto loca literalmente.

Mis padres, que siempre han sido cristianos tampoco estaban de acuerdo en que cantara reggaetón y ese tipo de letras, porque mis letras eran apologías a drogas, alcohol, lujuria, infidelidad, todo lo que va en contra de Dios. Aún así para ellos fue una absoluta sorpresa, al igual que lo fue para mí, porque hace cuatro años jamás en la vida me hubiera planteado cantar para Dios.

Fue luz para todos. Ha cambiado también la relación con mis padres, con mis hijos, la manera que tengo de sentir, de amar, de ver a las personas, incluso de verme a mí misma también, porque al final Dios es quien te da esa identidad. Fue algo muy bonito para todos.

Es verdad que costó un poquito, porque no lo entendían al principio, pero ha sido otro milagro más que ha arreglado la situación en casa. 

¿Qué respuesta recibiste al empezar a hacer música cristiana? 

–Fue difícil no solo por la música, sino porque en general Dios me fue quitando cosas y limpiando mi vida de manera radical, tanto amistades como relaciones de pareja muy tóxicas, como la relación que tenía yo conmigo misma también.

Sí que es verdad que para mí fue un cambio brutal para mi entorno, pero muy agradecida. Yo creo que en el mundo en el que vivimos ahora que hay tanto sufrimiento, tanta ansiedad, tanta falta de amor propio que todos queremos decir lo bueno que nos pasa, nuestros éxitos, nuestras victorias, pero realmente el mundo grita autenticidad. Las personas quieren ver gente real, con problemas, con errores.

Por eso yo me muestro tal cual soy, porque estoy cansada de ver siempre gente a la que le va todo fenomenal. Es mentira. Todos tenemos problemas, cruces que cargamos, y es así y está bien.

Hablas de cómo el pecado te dejaba sucia a pesar de que te habías encontrado con Dios y sabías que Él te perdonaba ¿Cómo viviste el descubrimiento de la confesión? 

–Si te soy sincera, a mí desde pequeña me pasa una cosa. Cuando yo entraba al confesionario de pequeña, siempre me mareaba.

Es una cosa mental. Entraba, enseguida me mareaba, incluso me han tenido que sacar y ponerme las piernas para arriba, porque era una cosa con la que no podía desde pequeña.

Y en esa época, mi amiga Aisha, que canta música católica también, me decía, Belén, te tienes que confesar. Y yo le decía, hermana, no puedo. Entonces me dijo, «Belén, voy a orar por ti para que Jesús te acompañe en esa confesión y realmente te puedas confesar». Ese día entré con una tranquilidad que no me esperaba.

Pude sacar de mi todos los pecados que yo llevaba, de suciedad fatal. Y después de esa confesión que fue como quitarme 20 años de encima. Encontré paz.

Hay mucha gente que le llega la fe de una manera muy estrambótica y muy de sentimiento. Qué le dirías a la gente que quiere encontrarse con Dios pero no lo ve tan claramente.

–Yo les diría que el camino con Jesús, el camino con Dios, es el camino de la paz, del amor y de la liberación. Una persona que quiere encontrarse con Dios pero no tiene, como dices tú, ese sentimiento, solo tiene que pedírselo a Dios. Orar y decirle «Señor, yo quiero encontrarme contigo, yo quiero creer en Ti, aumentame la fe».

Yo soy una mujer de mucha fe, pero muchas veces también tengo esa falta de fe. A todos nos pasa, todos tenemos esas crisis. Pero es importante hablarlo con el Señor y pedirle esa fe tan necesaria.

Hay una cosa que los jóvenes llamamos ‘demons’. Son ‘flashbacks’ de algo que no te gusta de ti o un pecado que te acecha y que al final son remordimientos. ¿Cómo haces para superar esos ‘demons’? 

–Hay que tener claro que esas cosas vienen del enemigo. El diablo no puede saber lo que piensas. Eso solo puede Dios. Pero lo que sí puede hacer es meterte esos pensamientos en la cabeza. Y debemos rechazarlos. Tú sabes lo que Dios piensa de ti, lo que Dios te ama y lo que eres para Dios.

¿Sabes lo que a mí me pasaba muchísimo de pequeña? Cuando rezaba el Padre Nuestro, a veces me venía un pensamiento de «¡viva el diablo!» Y yo me preguntaba por qué me pasaba eso. Esos son pensamientos intrusivos y Dios sabe perfectamente que esos pensamientos no vienen de parte tuya. Entonces es importante tener esa tranquilidad de que Dios sabe perfectamente que tú lo amas y que tú eres de la luz.

Hablas de la importancia de la palabra de Dios. ¿De qué forma tu música se inspira en ella? 

–Mi música siempre se inspira en la palabra de Dios. Es verdad que yo soy una persona que me gusta plasmar mucho lo que siento hacia Dios, o incluso a veces cuando no siento a Dios, porque muchas veces tenemos esa sensación de «Dios no me escucha, Dios no está conmigo», que es mentira, porque Dios siempre está. Pero a mí me gusta ser muy real.

Yo no puedo subirme a un escenario y predicar lo que yo creo, lo que yo siento. Para mí la palabra de Dios es ley. Entonces yo actúo en base a la palabra de Dios.

¿Tienes algún ritual para ponerte a escribir tus canciones?

–Hago siempre una oración: «Señor, plasma lo que quieres que yo plasme. Que esto sirva como instrumento para la liberación de mis hermanos».

Porque yo hago música para servir y ayudar a que las personas que están perdidas puedan encontrar la luz como estuve perdida yo y la encontré. Para mí, el propósito que tiene Dios conmigo es ese y lo voy a pelear hasta el final. Siempre oro para eso, para que se pueda plasmar, para que pueda ayudar a otras personas y para alabar a Dios, por supuesto, que lo amo.

¿Qué pilares dirías que te ayudan a llevar tu fe?

–La confesión para mí es fundamental. En cuanto empiezo a pecar y no me confieso, va todo a peor, siempre.

Para mí la confesión es una liberación espiritual. Cuando tú eres perdonada en una confesión por el Señor, esos demonios ya no te pueden atacar porque un demonio no te puede culpar por algo que Dios ya te ha perdonado. La confesión se ha perdido muchísimo porque las personas tienen reparo en confesarse y realmente no saben lo que se están perdiendo.

De igual forma, también me ayudan mucho la Eucaristía, la oración, y el ayuno.

¿De qué forma te ayuda Dios a perdonar? ¿Cómo ves eso en concreto en tu vida? 

–¿Sabes qué pasa? Que yo he sido muy perdonada.

Mi sacerdote Guillermo me lo dice. Yo siempre perdono y perdono todo. Incluso a veces dejo que abusen de mí. Y no entendía por qué me pasaba esto. Entonces él me dijo «Belén, porque tú has sido muy perdonada». Y es que el perdón es algo que Dios me ha integrado muchísimo precisamente porque he experimentado ser tantas veces perdonada.

¿Tienes algún mensaje que quieras transmitir a nuestros lectores?

–Me gustaría dar un mensaje a los jóvenes.

Me encantaría que realmente pudieran mirar hacia Dios. Que supiesen que no les hace falta ninguna validación del mundo, porque el mundo sacrificó al hombre más bueno y más perfecto de este mundo, porque ni siquiera para el mundo fue suficiente.

Que se centren en el Señor, en tener esa relación. Dios le va a revelar el propósito. Todos hemos venido con un propósito a este mundo. Ninguna existencia es casualidad.

Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros. Y en el momento en que le mires y tengas esa relación con Dios, Él te lo va a revelar.

Ese es el mensaje que me gustaría transmitir. Que son muy amados. 

Evangelización

México, nacimiento de una nación: Lo sagrado y la civilización

En México hay un dicho muy común: un mexicano puede no ser cristiano, pero es guadalupano.

Gerardo Ferrara·12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Rudolf Otto, gran estudioso del fenómeno religioso —así como otros expertos como Eliade, Durkheim y Voegelin— considera que lo sagrado es el origen mismo de las civilizaciones, porque da forma al espacio (de «káos» a «kósmos»), regula el tiempo, legitima el poder político (pensemos en la figura del soberano sagrado en las civilizaciones antiguas y modernas) y fundamenta la ética y los símbolos.

La civilización, en la práctica, nace cuando el hombre reconoce un espacio, un tiempo y un orden sagrados.

Otto define lo sagrado como «numinoso»: una experiencia emocional primaria que fascina al hombre, que lo atrapa literalmente. Mircea Eliade, desarrollando esta intuición, había demostrado que lo sagrado no solo se manifiesta («ierofanía»), sino que funda un espacio ordenado, un mundo, separándolo precisamente del caos. Y el centro de este espacio ordenado es un «axis mundi», donde lo divino irrumpe abriendo una comunicación entre el cielo, la tierra y el mundo de los muertos.

A menudo pensamos que esto solo se aplica a las sociedades «religiosas», pero en nuestros países occidentales, tan laicos, hay axis mundi completamente separados del concepto «religioso» y, sin embargo, revestidos de un aura de sacralidad, como el Altar de la Patria en Roma, concebido como axis mundi «laico» del nuevo Estado italiano, alternativa civil al eje sagrado representado por San Pedro.

Los mexicas y su mundo

A menudo, los europeos hemos sido víctimas de una mentalidad que muchos definen como «eurocéntrica»: dispuesta a tachar a otras civilizaciones de bárbaras sin querer profundizar y conocer sus historias y culturas. Y, efectivamente, antes del «descubrimiento» de América, el México precolombino era una realidad compleja, un mosaico de pueblos, ciudades-estado, imperios y sistemas religiosos interconectados, unidos por alianzas, rivalidades y redes comerciales.

Los tlaxcaltecas, por ejemplo, eran una confederación enemiga de los aztecas (a pesar de tener un sistema político y religioso similar). Luego estaban los mixtecos y los zapotecos; los purépechas de Michoacán y los mayas, herederos de una civilización milenaria. Aunque carecían de unidad política, estos pueblos compartían una misma matriz simbólica: una visión sagrada, cíclica y profundamente relacional del cosmos.

El más poderoso y avanzado de estos pueblos era, en la época del fenómeno de Guadalupe (1531), el comúnmente conocido como «azteca» (de Aztlán, su mítica ciudad de origen), pero que se definía a sí mismo como mexica (pronunciado «meshica»), de donde deriva el topónimo México.

Los mexicas hablaban la lengua «náhuatl» y habían creado un imperio con capital («axis mundi») en la famosa Tenochtitlán, fundada míticamente en el lugar indicado por un águila y una serpiente («ierofanía»). Tenochtitlán se alzaba sobre una isla del lago Texcoco y estaba estructurada en forma social, jerárquica y religiosa. En su centro, en el Templo Mayor, se alzaban dos santuarios gemelos dedicados a las dos polaridades divinas: Tlaloc, señor del agua y la fertilidad, y Huitzilopochtli, dios solar y guerrero (también había otras «deidades», como Quetzalcóatl, serpiente emplumada relacionada con la sabiduría y la creación).

La relación con lo sagrado estaba rígidamente marcada por calendarios sagrados, astrología, poesía, danza ritual y arquitectura orientada astronómicamente.

Los mexicas practicaban sacrificios humanos para mantener el equilibrio cósmico y alimentar a los dioses, especialmente a Huitzilopochtli, el Sol. En su cultura, de hecho, Huitzilopochtli necesitaba sangre y energía vital para salir cada día. El sacrificio al dios del sol Huitzilopochtli consistía en la extracción del corazón aún latiente en lo alto del Templo Mayor de Tenochtitlán. Las víctimas solían ser prisioneros de guerra, obtenidos mediante campañas específicas (a Tlaloc, dios de la lluvia, se sacrificaban niños en época de sequía).

¿Politeísmo?

Los pueblos mesoamericanos no eran politeístas en sentido estricto, sino, más correctamente, monistas. Su compleja cultura religiosa consideraba a los dioses no como figuras autónomas, sino como emanaciones de una única energía divina («teotl») que estaba en la base de todo. En la práctica, creían en un único Dios que tenía muchas manifestaciones y otras tantas «formas» de referirse a él.

Sin embargo, cuando hablaban de la divinidad en general, los mexicas solo utilizaban términos como Tloque en Nahuaque, «Señor de lo cercano y de lo lejano», Ipalnemohuani, «Aquel por quien se vive», o Teyocoyani, «Aquel que forma y moldea». Este concepto es muy importante y clave para comprender por qué el fenómeno de Guadalupe caló tanto en el imaginario colectivo mexica.

Y en el momento en que la Virgen de Guadalupe se definió como «Nicān nicā, nicān nēcah, ichpoch en Dios, en Ipālnemohuani, en Teyōcoyani, en Tloque Nahuaque, en Ilhuicahua, en Tlalticpaque» —«Madre del Dios verdadero, del Dios por quien se vive (Ipalnemohuani), del Creador de los hombres (Teyocoyani), del Señor de lo que está cerca y de lo que está lejos (Tloque Nahuaque)»—, los indígenas sintieron que alguien hablaba no solo el idioma de su corazón y de su tierra, sino también el de sus mapas conceptuales.

Fue un giro cultural decisivo, una «hierofanía» que refundó un orden cósmico y confirmó lo que ya estaba en germen en las intuiciones del rey filósofo Nezahualcóyotl de Texcoco, pero también en lo más profundo de una cultura compleja como la mesoamericana (los famosos «Semina Verbi de Ad Gentes» 11): entre 9 y 10 millones de conversiones espontáneas, no forzadas, tras las apariciones de 1531. Siglos más tarde, Juan Pablo II resumiría este fenómeno definiendo Guadalupe como «el primer ejemplo de evangelización perfectamente inculturada».

Por eso, en México hay un dicho muy común: un mexicano puede no ser cristiano, pero es guadalupano.

Esta hierofanía crea, de hecho, un nuevo centro (pero utilizando el mismo centro geográfico y cultural, Tenochtitlán) plenamente transcultural: ni solo español ni solo mexica, sino mexicano, haciendo «de los dos un solo pueblo».

Ipalnemohuani y Yahwe: diferentes idiomas, un único concepto

Cuando oí hablar por primera vez de Guadalupe, y sobre todo del nombre Ipalnemohuani, «Aquel por quien se vive», conociendo el hebreo, inmediatamente pensé en un paralelismo: Ipalnemohuani es la traducción exacta del hebreo Yahwe, que deriva del verbo h–y(w)–h y significa ser/vivir en forma causativa: no solo «Yo soy», sino también «Yo hago ser/existir».

Del mismo modo, Ipalnemohuani contiene el verbo nahuatl nemohua, «vivir», con el prefijo ipal, que indica relación vital, causativa: «aquel por medio del cual se vive, que sostiene la vida y el ser».

Las apariciones de Guadalupe son, por tanto, una revelación (y un descubrimiento) de un significado ya contenido, aunque de forma embrionaria, en la mentalidad mesoamericana, cuya lengua, el náhuatl (definida como «copiosa, elegante, de gran artificio» por Fray Alonso de Molina), guarda, al igual que la hebrea, un tesoro de complejidad y significados simbólicos.

El español de México también conserva trazas del «náhuatl» en las formas afectivas (casita, mamita) y de cortesía (ustedes), discreta señal de una lengua que «tiene raíces» en el «náhuatl» y de un fenómeno transcultural, como el de Guadalupe, que ha creado un nuevo pueblo que, a veces sin saberlo, sigue siendo neltiliztli tlacatl

Me gustaría terminar este artículo con las palabras de Nezahualcóyotl (1402-1472):

Nadie puede, aquí abajo,

Nadie puede ser amigo

Del dador de la vida:

Solo se le puede invocar.

Pero junto a él,

Junto con él,

se puede vivir en la tierra.

Quien lo encuentra,

solo puede saber esto: Él es invocado,

junto a él, con él.

Se puede vivir en la tierra.

Nadie es realmente tu amigo,

¡oh dador de la Vida!

Solo como si entre las flores

buscáramos a alguien,

así te buscamos,

nosotros que vivimos en la tierra.

mientras estamos junto a ti,

Es como si Nezahualcóyotl, mucho antes que Guadalupe, hubiera intuido que el verdadero Dios no domina, sino que acompaña: «junto a él, con él, se puede vivir en la tierra».

Mundo

Dr. Saif, Foro Abraham: El Papa “da un mensaje de normalidad frente a discursos que asocian Islam, cristianismo y conflicto”

El Dr. Saif El Islam Benabdennour, presidente del Foro Abraham, ha manifestado, en una entrevista con Omnes, que el reciente viaje del Papa “da un mensaje de normalidad frente a discursos que asocian Islam, cristianismo y conflicto”. A su juicio, “el diálogo interreligioso es hoy más necesario que nunca”.

Francisco Otamendi·12 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Una conferencia del Dr. Saif El Islam Benabdennour (Mequinez, Marruecos), presidente del Foro Abraham, en la Fundación para la Cultura Islámica y la Tolerancia Religiosa (FICTR) en Madrid, y la reciente visita del Papa León XIV a Turquía y Líbano, han propiciado esta entrevista.

En la conversación, el Dr. Benabdennour menciona algunos desafíos ante los que se encuentra el mundo, como las guerras y las olas de desplazamientos masivos. Y considera que ante este panorama, “el diálogo intercultural y la cooperación internacional no son opciones voluntarias, sino necesidades urgentes para afrontar los retos del siglo XXI”.

También señala que “el diálogo interreligioso es hoy más necesario que nunca, pero exige realismo, paciencia y una pedagogía de la escucha”.

Al final hablamos del viaje del Papa León XIV a Turquía y Líbano, una visita que el profesor ha seguido como musulmán con interés.

Sobre su conferencia sobre tolerancia y diálogo, ¿cuál ha sido el contexto y el motivo?

– La conferencia ha tenido lugar en un contexto de promoción del entendimiento entre culturas y religiones, organizada por una institución comprometida con el diálogo y el respeto (FCTR de Madrid). Es un esfuerzo de Foro Abraham para tender puentes. El motivo principal de la conferencia ha sido reflexionar sobre la importancia de la educación y la cultura para fortalecer las relaciones entre personas de distintos orígenes.

El Dr. Said El Islam Benabdennour, en la conferencia en FICTR en Madrid (@FICTR).

Se ha referido usted a la crisis y la caída del mito del progreso inevitable. ¿Puede explicar un poco su reflexión?

– Cuando se habla de las “crisis de nuestro tiempo” y de la caída del mito del progreso inevitable, nos referimos a la idea, muy extendida durante los siglos XIX y XX, de que la humanidad avanza siempre hacia un futuro mejor gracias a la ciencia, la tecnología y el crecimiento económico. Según ese mito, cada generación viviría mejor que la anterior y la historia tendría una dirección claramente ascendente.

Sin embargo, señalamos que esa visión optimista ya no funciona. Las crisis actuales —sociales, económicas, ecológicas, culturales y tecnológicas— muestran que el progreso no es automático ni está garantizado. La humanidad avanza en algunos aspectos, pero retrocede en otros: aumenta la desigualdad, crece la polarización social, se debilitan los vínculos humanos y se generan nuevas formas de violencia simbólica y cultural. Además, el desarrollo tecnológico, que tenía que liberarnos, forma parte del problema. Muchos lo utilizan como herramienta de desinformación o control.

En este contexto debemos repensar el progreso, no como algo inevitable, sino como una tarea humana que exige responsabilidad, compromiso y estar en alerta permanente. El progreso no sucede solo: se construye a través del diálogo, la cooperación, la educación y la capacidad de corregir nuestros propios errores. Solo entendiendo esta complejidad podemos hacer frente a las crisis de nuestro tiempo.

¿En qué sentido ha citado a Walter Benjamin, Hannah Arendt y Michel Foucault?

– He citado a Walter Benjamin, Hannah Arendt y Michel Foucault para iluminar distintos aspectos de las crisis contemporáneas y para mostrar que los desafíos actuales no pueden entenderse solo desde la economía o la política, sino que requieren una reflexión profunda sobre la cultura, el poder y la condición humana. 

En resumidas palabras, citamos a estos tres pensadores porque cada uno ofrece una clave para entender nuestro tiempo. 

Benjamin critica el mito del progreso. Arendt subraya los peligros de la deshumanización. Mientras que Foucault critica las  nuevas formas de poder y control en la sociedad contemporánea. 

En el mismo sentido, podemos hablar del pensador español Jovellanos, cuyo análisis sigue vigente cuando afirma que un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción. En conjunto, permiten comprender por qué el saber y el diálogo no son solo ideales, sino respuestas necesarias a las crisis actuales.

¿Es correcto decir que usted ha repasado el panorama mundial, y que menciona problemas como las migraciones causadas por crisis climáticas y humanas?

– Sí, es completamente correcto. El mundo se encuentra ante desafíos que atraviesan las sociedades de los cinco continentes. Entre los fenómenos más relevantes, podemos destacar las guerras, las olas de desplazamiento, que no solo responden a conflictos políticos o económicos, sino también a las crisis climáticas, cada vez más graves. Estos desplazamientos masivos no son hechos aislados, sino un síntoma global de un mundo interconectado pero profundamente desigual.

Ante tal panorama, el diálogo intercultural y la cooperación internacional no son opciones voluntarias, sino necesidades urgentes para afrontar los retos del siglo XXI.

Dr. Musabeh Saeed Alketbi, director general de la Fundación de la Cultura y Tolerancia Religiosa (dcha.), con el presidente del Foro Abraham (@FICTR).

¿Qué significa pasar de una tolerancia pasiva a una tolerancia activa?

– Aquí proponemos superar la visión tradicional de la tolerancia como una actitud meramente pasiva, entendida como “permitir” o “aguantar” lo que es diferente. Esta forma de tolerancia no genera convivencia real, ni relaciones de respeto auténtico. Es una tolerancia frágil que puede romperse fácilmente en situaciones de tensión.

La sociedad contemporánea necesita avanzar hacia una tolerancia activa, que implica reconocimiento del otro como otro; se trata de reconocer su dignidad, sus derechos, su visión del mundo y su contribución a la comunidad. La diferencia no es un problema, sino un valor. En este sentido, recordamos la afirmación de José Cadalso, el pensador español en el siglo XVIII: “El verdadero patriotismo no consiste en alabar todo lo propio y condenar todo lo ajeno”.

La tolerancia activa exige hablar y escuchar, participar en conversaciones reales. No es silencio ni indiferencia, sino comunicación y apertura. No se trata solo de evitar el conflicto, sino de trabajar por la convivencia, por un espacio compartido donde se pueda convivir con justicia, igualdad y respeto mutuo.

La tolerancia activa supone intervenir cuando se detectan injusticias. Es una postura ética: no basta con no ser injusto; es necesario oponerse a la injusticia.

¿Ha podido seguir el reciente viaje del Papa León XIV?

– Aquí tenemos que subrayar el significado de que un Papa visite países de mayoría musulmana. La visita tiene un valor simbólico claro, porque demuestra que la confianza entre religiones es posible, y da un mensaje de normalidad frente a discursos que asocian Islam, cristianismo y conflicto. Podría interpretarlo como un paso más en la “normalización del Otro”.

El Papa habló precisamente de acogida, dignidad y solidaridad. Esto se podría relacionar con la idea de que las religiones deben ser puentes para construir humanidad compartida, no barreras.

¿Cómo ve el diálogo interreligioso ahora?

En cuanto a la situación del diálogo hoy en día, se puede decir que hay avances. Existen países de mayoría musulmana que fomentan el diálogo. Marruecos, Qatar, Arabia o Emiratos. Podemos citar el encuentro de líderes religiosos de Astána, Kazajstán. Una referencia desde hace años. 

Pero no hay que olvidar los riesgos de polarización política, la instrumentalización de las religiones, los discursos extremistas en ambos lados. Tenemos que llevar el diálogo auténtico al terreno de la práctica.

He seguido como musulmán el viaje del Papa con interés. La visita es un gesto importante hacia la convivencia y el respeto entre religiones. El diálogo interreligioso es hoy más necesario que nunca, pero exige realismo, paciencia y una pedagogía de la escucha.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Carta apostólica del Papa sobre la importancia de la arqueología cristiana

León XIV escribe sobre la importancia de la arqueología, con motivo del centenario del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana.

OSV / Omnes·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Carol Glatz, OSV

La arqueología cristiana busca ver, oír y tocar la Palabra hecha carne, afirmó el Papa León XIV, invitando a los obispos del mundo y a otros a alentar a los jóvenes, laicos y sacerdotes a estudiar arqueología.

Reliquias antiguas, catacumbas, artefactos y ruinas de las primeras comunidades cristianas ayudan a los fieles a «redescubrir las raíces de su fe» y hablan «a los que están lejos, a los no creyentes y a los que se preguntan por el sentido de la vida, porque encuentran un eco de eternidad en el silencio de las tumbas y en la belleza de las primeras basílicas cristianas», escribió el Papa en un nuevo documento.

«Además, la arqueología habla a los jóvenes, que a menudo buscan autenticidad y significado; a los académicos, que ven la fe como una realidad históricamente documentada más que una abstracción; a los peregrinos, que encuentran en las catacumbas y los santuarios un sentido de propósito y una invitación a orar por la Iglesia», escribió.

El Vaticano publicó la carta apostólica del Papa León XIII «sobre la importancia de la arqueología» el 11 de diciembre, «con motivo del centenario del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana», fundado por el Papa Pío XI en 1925. El Papa también se reunió con miembros del instituto en una audiencia en el Vaticano ese mismo día.

El instituto es una institución de investigación y enseñanza de posgrado que ofrece títulos en arqueología cristiana y ha capacitado a cientos de arqueólogos que se especializan en el cristianismo antiguo.

En la carta de seis páginas, el Papa León reafirmó «el papel esencial de la arqueología en la comprensión del cristianismo y, en consecuencia, su aplicación en la formación catequética y teológica».

«No se trata de reducir la vida eclesial a un culto al pasado», escribió. La verdadera arqueología cristiana consiste en hacer que «el pasado hable al presente» y reconocer «el papel del Espíritu Santo en la guía de la historia».

«En el mundo acelerado de hoy, existe una tendencia a olvidar y a consumir imágenes y palabras sin reflexionar sobre su significado», escribió el Papa León. «La Iglesia, por otro lado, está llamada a educar a las personas en la memoria, y la arqueología cristiana es una de sus herramientas más nobles para lograrlo».

La arqueología es «un ministerio de esperanza, pues demuestra que la fe ya ha sobrevivido tiempos difíciles y resistido persecuciones, crisis y cambios», escribió. «Quienes estudian los orígenes del cristianismo descubren que el Evangelio siempre ha tenido una fuerza generadora, que la Iglesia siempre renace» y que la fe «se ha renovado y regenerado, arraigando en nuevos pueblos y floreciendo en nuevas formas».

«Vivimos en una época en la que el mal uso y el consumo excesivo han primado sobre la preservación y el respeto», escribió. «La arqueología, en cambio, nos enseña que incluso la evidencia más pequeña merece atención, que cada detalle tiene valor y que nada puede desecharse».

Los arqueólogos, escribió, «no destruyen, sino que descifran», identificando «el espíritu de una época, el sentido de la fe y el silencio de la oración en una pieza de cerámica, una moneda corroída o un grabado descolorido». Esta actitud y este enfoque de respeto «pueden enseñarnos mucho sobre la pastoral y la catequesis hoy».

«Las comunidades cristianas salvaguardaron no solo las palabras de Jesús, sino también los lugares, objetos y signos de su presencia», escribió. «La tumba vacía, la casa de Pedro en Cafarnaúm, las tumbas de los mártires y las catacumbas romanas dan testimonio de que Dios ha entrado verdaderamente en la historia, y de que la fe no es una mera filosofía, sino un camino tangible en la realidad del mundo».

«En una época en la que la cultura a menudo pierde de vista sus raíces, la arqueología se convierte en un valioso instrumento» para la evangelización, afirma en el nuevo documento.

La arqueología cristiana no se limita a mirar el pasado, escribió, sino que también habla a todas las personas del presente: a los fieles, a los que están lejos, a los no creyentes, a los jóvenes e incluso a los eruditos.

«La misión de la arqueología cristiana sigue siendo ayudar a la Iglesia a recordar sus orígenes, preservar la memoria de sus inicios y contar la historia de la salvación no sólo a través de palabras, sino también a través de imágenes, formas y espacios», escribió.

La arqueología cristiana «busca tocar, ver y oír la Palabra encarnada», escribió. «Al centrarse en las huellas físicas de la fe, la arqueología nos educa en una teología de los sentidos: una teología que sabe ver, tocar, oler y escuchar».

«¿Creemos también nosotros en el poder del estudio, la formación y la memoria? ¿Estamos dispuestos a invertir en cultura a pesar de las crisis actuales, a promover el conocimiento a pesar de la indiferencia y a defender la belleza incluso cuando parezca irrelevante?», preguntó el Papa León.

Invitó a “los obispos, así como a los líderes y guías en los ámbitos de la cultura y la educación, a animar a los jóvenes, laicos y sacerdotes a estudiar arqueología”.

«La arqueología cristiana es un servicio, una vocación y una forma de amor a la Iglesia y a la humanidad», escribió, animando al instituto pontificio a «continuar sus excavaciones. Seguir estudiando, enseñando y contando la historia» a los demás, así como a «hacer visible la Palabra de vida, dando testimonio de que Dios se hizo carne, que la salvación ha dejado su huella y que este Misterio se ha convertido en relato histórico».

El Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana

El Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana fue fundado para complementar el trabajo de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada, que supervisa la protección, conservación y administración de las catacumbas cristianas y otros sitios arqueológicos sagrados en Italia; la Pontificia Academia Romana de Arqueología, que promueve conferencias académicas y estudios sobre arqueología que abarca desde la antigua Roma hasta la época medieval; y la Pontificia Academia «Cultorum Martyrum», que promueve la veneración, el estudio histórico y la memoria litúrgica de los mártires cristianos.

El Papa León instó a los diferentes organismos a cooperar, comunicarse y apoyarse mutuamente.

La arqueología cristiana es «un recurso para todos», escribió, al promover la cultura e inspirar «el respeto por la diversidad».

El autorOSV / Omnes

España

También en España crece el número de adultos bautizados

La Iglesia rinde cuentas: se mantienen las cifras de asistencia a Misa y cuatro millones de personas recibieron su ayuda asistencial

Jose Maria Navalpotro·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Crece también en España el número de adultos que se bautizan (13.000). Los centros educativos católicos ahorran al estado 5.067 millones de euros y casi cuatro millones de personas se beneficiaron de la actividad caritativa de la iglesia. Estos son algunos de los datos representativos de la Memoria de actividades 2024 presentada por la Conferencia Episcopal.

La Iglesia es la mayor red social cara a cara de nuestra sociedad, según se desprende de la Memoria de actividades de la Conferencia Episcopal Española (CEE) correspondiente a 2024, presentada en rueda de prensa el 11 de noviembre por el secretario de la Conferencia monseñor César Francisco García Magán y por Ester Martín, directora de la Oficina de Transparencia de la Conferencia.

La Memoria supone un “ejercicio de transparencia y de verdad hacia los fieles católicos, hacia la sociedad y las instituciones”, ha señalado monseñor García Magán. Hay datos cuantitativos, como los más de ocho millones de asistentes habitualmente a la Misa dominical, y otros puramente económicos, como el hecho de que por cada euro de gasto que realiza la Iglesia, en su misión pastoral, social y cultural, se generan 1,65€ en la economía española. 

Monseñor García Magán y Ester Martín en la presentación de la Memoria

Participación en los sacramentos

Entre los datos recogidos en la Memoria 2024 figura la cifra de 8,23 millones de personas (mayores de 10 años) que asisten regularmente a Misa los domingos, lo que supone un leve incremento de un 0,3 % de la cantidad registrada el año pasado.

En estos números destacan los 13.323 bautizos de adultos, es decir, personas mayores de 7 años, con una tendencia al alza en los últimos años. Este fenómeno también se registra, en mayores proporciones, en países europeos como Francia o Bélgica. «Hay que tener en cuenta que en España el número de bautizos de niños es mucho mayor en comparación con el total que en esos otros países», ha puntualizado monseñor García Magán. En cifras totales, la Memoria recoge 146.370 bautizos el año pasado, frente a los 152.426 del año anterior.

En el ámbito de la administración de sacramentos, en 2024 hay un ligero descenso general: se registraron 154.677 primeras Comuniones (162.580 en 2023), 103.535 confirmaciones (107.153 en 2023), 31.462 matrimonios (33.500) y 26.013 unciones de enfermos (26.120).

En este descenso, aparte de otras razones, puede influir la caída de la natalidad en España, según ha explicado Martín: «Esto se refleja en el número de quienes reciben los sacramentos», ha señalado.

En cuanto a los «recursos humanos», según la Memoria, además de los 8,2 millones de fieles de práctica religiosa habitual, hay en España 14.994 sacerdotes; 31.503 religiosos y religiosas (7.449 de ellos, monjes y monjas de clausura), 9.648 misioneros y 1.036 seminaristas, «con un incremento en el número», según el secretario de la CEE. Además, existen 122 obispos, incluyendo los eméritos. Hay 82.106 catequistas y 34.494 profesores de religión que contribuyen a extender el mensaje cristiano. 

Cuestión de dineros

Entre las cifras económicas, la Memoria destaca cómo el gasto de la Iglesia en sus actividades está financiado en su totalidad por los fieles y los contribuyentes. El gasto de la actividad de la Iglesia diocesana en España es de 1.428 millones de euros, lo que supone 4 veces más en relación a lo aportado por la asignación tributaria.

En palabras del secretario de la CEE, esta asignación tributaria supone «un ejercicio de democracia fiscal. Es lo que deciden los contribuyentes a través de la equis en la declaración de la renta. A nadie se le obliga».

Así, en 2024 las diócesis recibieron a través de la asignación tributaria 326,5 millones de euros. Otros 399,7 millones proceden de las aportaciones voluntarias de los fieles (donativos directos, suscripción periódica u otros); 168, ingresos de patrimonio; y otros 424,5 millones por otros ingresos corrientes, como subvenciones de diferente tipo, actividades. A ello se suman 66,6 millones de ingresos extraordinarios, por cuestiones patrimoniales y de capital.

Ester Martín ha subrayado que el apartado de la aportación periódica de los fieles ha crecido un 11 %.

En el gasto diocesano 236 millones (un 19 por ciento del total) se dedicaron a actividades pastorales y asistenciales de las diócesis y parroquias; 197 millones (16 %), en retribución de los sacerdotes; 257 millones (20 %), en personal laico de las diócesis; 35 millones (3 %) a centros de formación, y la mayor partida, 419 millones, (33 %) a gastos de funcionamiento y edificios. A ello se suman 117,6 millones de gastos extraordinarios (nuevos templos y otros). Las diócesis han aumentado en casi 7 millones de euros la cantidad directa destinada a actividades asistenciales.

La actividad que realizan las entidades de la Iglesia tiene una repercusión socioeconómica en sectores clave de la economía.  Así, por cada euro de gasto que realiza la Iglesia, con el fin de cumplir su misión pastoral, social y cultural se generan 1,65 € en la economía española, según recoge la Memoria. 

Ahorro en educación

Según ha destacado Ester Martín, los 2.527 centros educativos católicos suponen un ahorro para el Estado de 5.067 millones de euros anuales, con un aumento de un 30 % en los últimos cuatro años. En estos centros estudian 1.482.503 alumnos. Más de 100.000 ellos han participado en grupos de catequesis, formación en la fe y voluntariado. 

Además, en concreto se registran 336 colegios diocesanos en España, con cerca de 150.000 alumnos.

En cuanto a la actividad caritativa, cuatro millones de personas recibieron ayuda de la Iglesia en más de 9.000 centros sanitarios y asistenciales. En el ámbito de la salud, los 972 centros sanitarios, hospitales, ambulatorios o residencias acogieron a 1.330.128 personas. 

Los centros asistenciales son la mayor parte, 8.088, que ayudaron a 2.482.107 personas. La mayor parte de estos centros está enfocado a la lucha contra la pobreza, con 6.282 centros, que atendieron a casi dos millones de personas. Otros centros asistenciales tienen como objetivo la promoción del trabajo, la asistencia a inmigrantes y refugiados, la defensa de la vida y la familia, la rehabilitación de toxicómanos, la promoción y protección de la mujer, entre otros.

Además, en la Pastoral penitenciaria se cuenta con 159 capellanes y 2.047 voluntarios que prestan una ayuda humana y espiritual esencial en las capellanías de 84 centros penitenciarios y en 87 casas de acogida. Mantienen 1.237 programas de ayuda religiosa, social y jurídica.

En esta actividad asistencial cabe destacar el dato de los 52.000 puestos de trabajo directos creados por las diócesis y la Conferencia Episcopal.

Patrimonio

La huella de la Iglesia católica en la cultura en España es determinante. Prueba de ello son los 3.161 bienes de interés cultural que pertenecen a la Iglesia. Existen además, por ejemplo, 287 museos diocesanos, parroquiales y religiosos. La Iglesia cuida de este rico patrimonio y para ello en 2024 las diócesis destinaron 91,2 millones de euros a 842 proyectos de construcción y conservación de edificios y monumentos.

La Memoria de actividades recoge asimismo el impacto de la Iglesia en las celebraciones y fiestas religiosas. Además del millón de cofrades que existe en España hay 171 fiestas de Semana Santa declaradas de interés turístico, dentro de un total de 426 celebraciones y fiestas religiosas como romerías o procesiones.

Hay 638 santuarios en España, incluyendo no solo los emblemáticos por su número de visitantes, como Montserrat, El Pilar, Caravaca de la cruz o Torreciudad, sino otros pequeños y situados en pueblos humildes. En este sentido cabe también mencionar el Camino de Santiago, que reunió el año pasado a 499.183 peregrinos registrados.

Los datos de la Memoria de actividades 2024 están disponibles en la web de la Conferencia Episcopal y en la del Portal de Transparencia.

Evangelización

Guadalupe: la imagen que crea un pueblo

La imagen de Guadalupe funcionó como un "Código indígena" lleno de símbolos que comunicaron el Evangelio de forma comprensible a los mexicas y produjeron millones de conversiones espontáneas, siendo considerada el ejemplo más perfecto de evangelización inculturada.

Gerardo Ferrara·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Fueron unos signos los que convencieron al obispo y a los habitantes de la nueva Ciudad de México de la autenticidad de lo que Juan Diego contaba. En concreto, fue el manto (tilma) del vidente.

La tilma

Para creer en la autenticidad de las apariciones, el obispo Juan de Zumárraga pidió a Juan Diego una señal y, durante la cuarta aparición, la Virgen le dijo al vidente que recogiera unas flores que habían florecido milagrosamente en el Tepeyac (rosas de Castilla que florecían en diciembre en un terreno árido) y que se las llevara al obispo después de guardarlas en su tilma de fibra de agave.

Juan Diego obedeció y, ante el obispo y varios testigos, desplegó el manto, en el que, al salir las flores, apareció la imagen de la Virgen.

¿Qué sabemos de esta tilma, con la imagen impresa en ella?

  • Es aceropita (término derivado del griego que significa «no pintada a mano»), como la Sábana Santa de Turín: los colores flotan a 0,3 mm de la fibra, como suspendidos.
  • Los estudiosos la definen como «Códice Guadalupano» o «Códice teofánico-indígena», porque los indígenas no utilizaban el alfabeto, sino pictogramas sagrados realizados por los tlacuilos. La tilma es, por lo tanto, un texto sagrado visual, comprensible en la gramática simbólica nahua y escrito sobre tela (pero también se «escribían» sobre amatl, papel obtenido de la fibra de higuera o agave).
  • Es una prenda sencilla, de campesinos, áspera y frágil, de tejido natural que se deteriora en 15-20 años. Pero la de Juan Diego ha resistido casi cinco siglos, sin deteriorarse significativamente, soportando incluso la explosión de una bomba.
  • Tiene características simbólicas tanto cristianas como indígenas.

Los símbolos del código

Entre los símbolos inmediatamente interpretables por los mexicas se encuentran:

  • El Nahui Ollin, flor de cuatro pétalos en el vientre de la Virgen. Símbolo más sagrado de la cosmología nahua, representa al Dios único (del que emanan las demás divinidades), origen de la vida y del tiempo, centro del universo (axis mundi), punto en el que se encuentran el cielo y la tierra. Para un mexica, esta flor en el vientre de la Virgen significaba que ese Dios único entraba en la historia en el seno de una madre. Hay que decir también que las flores, en el mundo nahua, son un objeto altamente simbólico, símbolo supremo de la verdad y de la vida espiritual. Ofrecérselas significaba ofrecer su propio corazón.
  • Las estrellas. En la tilma aparece el mapa exacto de las estrellas visibles en el cielo sobre la Ciudad de México el 12 de diciembre de 1531. Esto tiene un significado muy fuerte, que se traduce en el concepto de tlalticpac in ilhuicac, «armonía entre el cielo y la tierra»: algo que ocurre en la historia pero que es confirmado por las estrellas, una unión entre lo humano y lo divino, lo celestial y lo terrenal.
  • El cinturón materno. La Virgen lleva una banda negra sobre el vientre, igual que las mujeres mexicas embarazadas, lo que indica que no es una diosa, sino que lleva en su seno al Nahui Ollin, es decir, lo divino: el Dios único. También aquí se aprecia la similitud entre este símbolo y el concepto de Theotokos (madre de Dios) referido a María, criatura pero madre del Creador.
  • La postura. La rodilla flexionada y el pie izquierdo adelantado indican la posición típica de la danza sagrada mexica, netotiliztli: una danza que es oración, el cuerpo que se mueve en armonía con el ritmo cósmico, como persona que se mueve y se relaciona con la creación y las criaturas.
  • Los ojos. Visibles solo a partir del siglo XX, en los ojos de la Virgen de Guadalupe aparecen reflejos microscópicos de trece figuras. El primero en darse cuenta de este detalle fue un fotógrafo, Alfonso Márquez, en 1929. El descubrimiento fue confirmado en 1951 por José Carlos Salinas, quien identificó la silueta de Juan Diego. En 1979, gracias al aumento digital, se lograron identificar otras figuras reflejadas en las pupilas, entre ellas la del obispo Zumárraga, un intérprete y un grupo familiar, con un efecto óptico compatible con el de un ojo humano vivo: un detalle imposible de lograr con las técnicas pictóricas de la época.
  • El sol y la luna. La Virgen aparece vestida con el sol y de pie sobre la luna oscura. En la cultura mexica, el sol y la luna eran divinidades muy poderosas. El hecho de que la Virgen esté revestida con el sol y apoyada sobre la luna indica una superación de estas figuras: criatura, Madre del Creador y de los hombres, no solo ella, sino todos sus hijos «superan» a los ídolos antiguos.

Misión dialógica o impositiva

La caída de Tenochtitlán en 1521 no fue solo un acontecimiento político, sino que para los mexicas supuso el fin del Quinto Sol, es decir, el fin del mundo: se derrumbaba el orden cósmico, no solo el imperio. Fue un desarraigo y un desorientamiento: los sacrificios habían terminado, pero el sol seguía saliendo, ¿por qué? Así pues, además de la aflicción, permanecía una apertura a lo sagrado, a lo divino, a alguien que pudiera acudir en su ayuda.

Consideremos algunos hechos.

Los mexicas estaban muy apegados a su tradición, ligada al concepto de «tener raíces» (solo era auténtico lo que echaba raíces en la historia, en la comunidad y en la identidad — neltiliztli tlacatl, «el hombre que tiene raíces»). Esto suponía que estaban dispuestos a mejorar y purificar sus tradiciones, pero no a erradicarlas o sustituirlas.

Algunos misioneros españoles, como Bernardino de Sahagún, Alonso de Molina y Diego Valadés, lo habían comprendido bien y habían adoptado un modelo «dialógico» de misión: intentaron traducir el Evangelio a los conceptos y al lenguaje nahua.

Otros, en cambio, prefirieron adoptar un modelo «impositivo», convencidos (Plática de 1524) de que los indígenas habían atraído la ira divina con su comportamiento y que, por lo tanto, su pasado debía ser literalmente borrado, erradicándolos de sus tradiciones.

Entre ellos se encontraba Juan de Zumárraga, primer obispo de Nueva España y de la Ciudad de México, quien fue precisamente quien pidió la señal a Juan Diego y luego le creyó después de ver la tilma.

Zumárraga destruyó ídolos, templos y manuscritos, intentando eliminar la memoria espiritual nahua. Sin embargo, precisamente a él, símbolo del modelo impositivo, se le concedió la señal más preciada: ese código teofánico-indígena que es la tilma con la imagen de la Virgen impresa.

Un mensaje no «impuesto desde arriba»

El mensaje de Guadalupe, un mensaje de reconciliación y superación de los conflictos, no es, por tanto, solo para los nuevos creyentes, sino también para los antiguos. Es como si la Virgen, como madre buena y paciente con todos sus hijos, se revelara a unos para purificar su memoria y su pasado, confirmando lo que ya era bueno pero superando lo que era erróneo, y a otros no para corregirlos como una maestra, sino para «educarlos» en el diálogo, anunciando el Evangelio y sin imponer un modelo cultural.

Es significativo el hecho de que la Virgen no prescinda del obispo (al que involucra en todo y que a menudo es el destinatario de sus mensajes y al que dirige sus peticiones), una autoridad de la Iglesia y español, y que no se limite a traducir el mensaje cristiano a otra lengua, sino que lo revele utilizando un lenguaje y categorías afectivas, religiosas y culturales típicamente nahuas. No habla desde fuera: habla desde el interior del alma de México, que, de hecho, estaba dando a luz.

El sociólogo alemán Hartmut Rosa afirma que las personas cambian, se transforman, no simplemente cuando reciben nuevas ideas, sino cuando algo resuena en su interior, como si la realidad les devolviera su propia voz. Y esta experiencia de «resonancia» se produce cuando no hay dominación, sino apertura, implicación emocional, respuesta personal y transformación mutua.

Algo similar afirman también los teóricos de la comunicación Kent y Taylor, que exponen su «teoría de la comunicación dialógica» afirmando que el verdadero diálogo, como «forma más elevada de comunicación», es aquel basado en la empatía, la cercanía, el riesgo de abrirse al otro, el compromiso con una relación duradera.

Y Guadalupe es esto: una experiencia de resonancia, de reconocimiento mutuo, de empatía.

Entre 1531 y 1545 se registraron entre 8 y 10 millones de conversiones espontáneas, sin coacción, pero no a la fe «española», sino a una fe cristiana inculturada (Juan Pablo II definió Guadalupe como «el primer y más perfecto ejemplo de evangelización inculturada en la historia de la Iglesia»).

El antropólogo mexicano Miguel León-Portilla afirmó, de hecho, que «en Guadalupe no nació una nueva religión, sino una nueva identidad: ni española ni indígena, sino mestiza, mexicana».

¿Qué es Navidad para ti?

Entre tradiciones, leyendas y celebraciones que recorren el mundo, la Navidad nos recuerda su sentido más profundo: el nacimiento de Jesús, origen de un espíritu que une, inspira bondad, despierta gratitud y nos invita a amar a Dios sirviendo a nuestros hermanos.

11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Inicia el año litúrgico con el adviento, tiempo de preparación para la celebración de la Navidad.  Hice una breve encuesta entre amigos pidiendo que respondieran una sola pregunta: 

¿Qué es navidad para ti?

Obtuve respuestas variadísimas:

  • Es la fiesta en la que celebramos el nacimiento de Jesucristo
  • Es un tiempo de paz, de convivencia entre amigos y familiares
  • Es un tiempo de alegría, esperanza y fe
  • Es “la corredera”, hay que comprar regalos, organizar cenas, cumplir compromisos
  • Es una convivencia familiar muy bella en donde hay abrazos, cariño, unidad
  • Es una época del año que me pone triste
  • Es la oportunidad de hablar a los niños de su mejor amigo: el niño Dios

Lo cierto es que Navidad es una fiesta que incide en más de 160 países, prácticamente en todo el mundo, por razones religiosas, culturales y, también por razones comerciales. Se celebra el 25 de diciembre y constituye una de las fiestas principales para quienes somos cristianos pues conmemoramos el nacimiento de Jesucristo, acaecido en Belén (Cisjordania, Palestina) y desde el cual contamos el tiempo de nuestra era.

De muchas formas, esta celebración fomenta la unión familiar, el amor, la paz y el intercambio de regalos, con tradiciones como el árbol de Navidad, cenas especiales y la figura de Papá Noel (Santa Claus, San Nicolás). 

La Befana en Italia, es una leyenda que cuenta cómo los reyes magos perdieron la estrella y una anciana a la que llamaban “la bruja befana” les ayudó a encontrarla. Los magos agradecidos la invitaron a ir con ellos y ella se negó. Se arrepintió más tarde y quiso alcanzarlos pero no lo consiguió; quiso entonces reparar por su mala decisión y repartió regalos a los niños en nombre de ellos. Ahora es conocida como la abuela Befana que trae regalos cada navidad. 

En Irlanda se cuenta la historia de un pajarito que mantuvo calientito al niño Jesus, en ausencia de José que había salido por víveres, batía sus alas para que la llama de fuego no se apagara. Las llamas alcanzaban a quemar el pecho de la pequeña ave pero ella no se alejó. La Virgen María lo bendijo diciendo: “pajarito valiente, has ayudado a dar calor al hijo de Dios, por eso te doy mi bendición. De ahora en adelante te llamarás Petirrojo, que significa pecho rojo, siempre será tu orgullo, saber la buena acción que has hecho”. 

En los Países Bajos, se habla de la figura de “Sinterklaas” inspirada en el Obispo San Nicolás, que vivió en Italia en el s. IV y se conocía porque repartía regalos a quienes los necesitaban. Los inmigrantes holandeses llevaron la tradición a Estados Unidos y el nombre de este personaje evolucionó a Santa Claus (en español: Papá Noel por influencia de Francia en donde se llamaba a este personaje: Père Noel). 

En Alemania se cuenta la historia de las arañas de navidad. Ellas veían a una familia adornar un arbolito con luces. Cuando la familia se fue a dormir, ellas suspiraron por vivir en ese árbol y quisieron aportar su creatividad para hacer de él su propia casa. Se acercaron y llenaron aquel arbolito con sus telarañas. Cuentan que Papá Noel vió esto en la madrugada y supuso que a la familia no le gustaría ver así su árbol. Comprendía también el anhelo de las arañitas y para que todos ganaran sopló sobre las telarañas y se convirtieron en esferas. Así los arbolitos hoy se decoran con luces y objetos variados, recordando el gesto bondadoso de Papá Noel. 

En Estados Unidos se comparte la historia de Rodolfo el reno. Su nariz roja y grande le atraía burlas. Pero un día en que a Santa Claus le hacía falta luz, descubrió la singularidad de Rodolfo y le pidió ayuda para poder dirigir el trineo y repartir regalos a los niños. 

Algunas tradiciones basadas en los evangelios que evocan a Dios que se hizo hombre: 

En México las posadas, en Colombia “la novena”; en el mundo entero se cantan villancicos, se colocan belenes (representando el nacimiento del niño Dios); se disfruta del “Cuento de navidad” de Charles Díckens, o la fantástica narración de la historia del cuarto rey mago…

Aunque algunas de estas tradiciones son seculares, todas recogen el espíritu de la Navidad. Espíritu de bondad, generosidad y gratitud. Espíritu de unidad, perdón y paz. ¡Esto es Jesús!

No podemos negar su influencia en el mundo entero, cada Navidad tenemos un llamado para conocerlo más, para amarlo más y servirle mejor.  

Que esta Navidad nazca Jesús en nuestros corazones, que nos transforme de modo que sepamos poner toda nuestra confianza en Él. Que nos mueva a amarlo en nuestros hermanos. Que hagamos el bien sin cesar, sabiendo que todo lo que hagamos por un pequeño hermano nuestro (los pobres, los enfermos, los que se sienten solos, tristes…) , ¡por Jesús lo hacemos!

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Evangelización

San Dámaso I, Papa, promotor de la Biblia en latín con san Jerónimo

San Dámaso I fue figura clave de la Iglesia en el siglo IV. Defendió la ortodoxia, promovió la Biblia en latín (la Vulgata de san Jerónimo), reforzó la primacía de Roma, y dignificó la memoria de los mártires. La liturgia le celebra el 11 de diciembre.

Francisco Otamendi·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Papa del año 366 al 384, San Dámaso I era de origen español y nació probablemente en Roma hacia el año 305. Siendo diácono incardinado en Roma, sirvió al Papa Liberio y le acompañó en el destierro. 

Le sucedió en la sede de Pedro el año 366, cuando la Iglesia pasaba por momentos delicados. Sufrió persecuciones, destierro y calumnias, reunió sínodos contra herejes, defendió la fe proclamada en el Concilio de Nicea, y fue gran promotor del culto a los mártires.

Encomendó a San Jerónimo que tradujera al latín la Biblia (la Vulgata), sustituyó el uso del griego por el latín en la liturgia, y consolidó las catacumbas. Murió el 11 de diciembre del año 384.

Aleluya, Gloria Patri….

San Dámaso introdujo en la liturgia cristiana expresiones como “Aleluya” y la doxología “Gloria Patri …” (en honor de la Trinidad), para afirmar la fe católica en tiempos de controversias doctrinales.

Sobre su origen existe debate. Algunas fuentes indican que nació en la antigua provincia romana de Hispania. Otras más recientes sugieren que pudo nacer en Roma. En cualquier caso, la tradición –recogida en diversas fuentes españolas y católicas– le considera a menudo “de origen hispano” o “gallego”. 

El autorFrancisco Otamendi

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Cine

Robo grande, ladrón pequeño 

La serie, compuesta de seis capítulos (y que espera una segunda temporada), se inspira en un suceso real: entre 2011 y 2012, unos ladrones robaron casi 10.000 barriles de sirope durante varios meses.

Pablo Úrbez·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En un pequeño pueblo del Canadá francófono se concentra casi toda la producción mundial de sirope de arce. Ruth Clarke, que vive de la venta de sirope y cuyo marido está en coma, padece la gestión corrupta y despótica de la Federación de Productores de Sirope. Remy Bouchard, por su parte, es un cuarentón que aún vive en casa de su padre y trabaja como guardia de seguridad en el almacén de la Federación. Por último, Mike Byrne pertenece a una familia de mafiosos, pero nadie le encarga trabajos serios por su ineptitud, así que actúa como chico de los recados. Estos tres personajes decidirán acometer juntos el robo de cientos de barriles de sirope, valorados en millones de dólares.

El término sticky que da título a esta serie vendría a significar pegajoso, en referencia al sirope de arce. Nos encontramos ante una serie de carácter local, de producción canadiense y referencias geográficas y culturales plenamente adscribibles a la región francófona de Canadá, pero que es de alcance universal en su desarrollo del relato, en la caracterización de sus personajes y en su manera de narrar. The Sticky es una tragicomedia, que alterna la comicidad a causa de las situaciones trágicas que padecen sus personajes, con el suspense y el drama en el planteamiento de fondo. Una de sus mayores virtudes es la mesura para saber en cada momento ridiculizar, exponer el absurdo de las situaciones y tirar de ingenio, así como dar credibilidad al drama de los protagonistas y favorecer que el espectador empatice con ellos.

La serie, compuesta de seis capítulos (y que espera una segunda temporada), se inspira en un suceso real: entre 2011 y 2012, unos ladrones robaron casi 10.000 barriles de sirope durante varios meses. Un rótulo informa al inicio de cada capítulo de esta circunstancia, pero para indicar, precisamente que no se pretende reconstruir aquel episodio. No es, por tanto, una serie histórica, sino que se parte de una jugosa anécdota para diseñar a tres personajes entrañables y amoldar esta obra a los patrones de las historias de grandes robos: diseñar el plan, armarse del material y ejecutarlo, con las subtramas correspondientes. Es un relato protagonizado por marginados de la sociedad, cuya valía discurre paralela a la consecución o el fracaso de su ambicioso plan. 

El autorPablo Úrbez

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Evangelio

¿A quién esperamos? Domingo III de Adviento (A)

Vitus Ntube nos comenta las lecturas del domingo III de Adviento (A) correspondiente al día 14 de diciembre de 2025.

Vitus Ntube·11 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

A medida que avanzamos en este tiempo de Adviento, la liturgia de hoy nos lleva a plantearnos una pregunta importante: ¿A quién esperamos? ¿Cuál es la identidad de este “quién”? ¿Hacia qué tipo de encuentro estamos siendo preparados en este Adviento? El mismo Juan el Bautista da voz a esta pregunta en el Evangelio de hoy: ”¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.

Poner el énfasis en el “quién”, en primer lugar, nos recuerda que estamos esperando a alguien y no simplemente algo. No estamos esperando un sentimiento, una cosa, una sensación, una idea, una solución, un paquete de Amazon, sino más bien a alguien, un acontecimiento que nos pone en contacto con una persona. Para esto nos prepara el Adviento. El cristianismo es un encuentro con una persona. Nos vienen a la memoria las palabras del Papa Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.

Ese es el corazón del Adviento: Dios mismo viene. El profeta Isaías lo anuncia: ”Decid a los inquietos: Sed fuertes, no temáis ¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvara”.

Hoy, la Iglesia celebra el Domingo Gaudete, el domingo de la alegría. Nos alegramos porque Dios viene, Dios está cerca. La magnitud de esta alegría se manifiesta en la descripción de la profecía de Isaías. Él utiliza muchas metáforas para describir la exultación y la alegría de la creación: el desierto y la tierra seca exultarán y cantarán canciones alegres porque verán la gloria de Dios. Estas metáforas muestran la inmensidad del gozo por la llegada de Dios. Estos elementos de la creación no pueden literalmente alegrarse porque no tienen alma, pero el profeta exagera el lenguaje para ayudarnos a comprender la alegría que debería llenar nuestros corazones ante la llegada de Dios. Si ellos están llamados a expresar tales sentimientos, ¡cuánto más nosotros deberíamos alegrarnos por la cercanía de Cristo!

Lo que Isaías anunció se hizo realidad con la venida de Cristo. La respuesta que Él dio a los discípulos de Juan el Bautista comunica esta alegría: los ciegos ven, los sordos oyen y los cojos caminan. Nos alegramos porque Cristo viene a salvarnos y liberarnos. La Iglesia nos anima a no perder de vista esta verdad. Juan el Bautista, desde la prisión, no podía ver, solo escuchar las obras de Cristo, y necesitaba ser reafirmado.

La duda sobre la identidad de Cristo expresada por el Bautista es más bien una cuestión de discernimiento. Al igual que Juan en prisión, a veces podemos preguntarnos: ¿Es este realmente el Cristo que estamos esperando? ¿O deberíamos buscar a otro? La pregunta de Juan no es solo una duda, es discernimiento. ¿Qué tipo de Salvador estamos esperando? ¿Qué Cristo esperamos? ¿O deberíamos buscar a otro Cristo? ¿Queremos un Cristo hecho a nuestra imagen, que resuelva los problemas a nuestra manera, según nuestro calendario? ¿O le permitimos ser el Salvador que nos sorprende, que nos salva según la sabiduría de Dios y no la nuestra? Necesitamos aprender a escuchar y ver de nuevo.

El Adviento nos invita a acercarnos a Cristo que ya se ha acercado a nosotros. A ver como Él ve. A aprender paciencia y discernimiento. A alegrarnos no por lo que imaginamos que Dios debería hacer, sino por lo que ya está haciendo en medio de nosotros. Así que hoy volvemos a preguntarnos: ¿A quién esperamos en este Adviento?

Mundo

Tres argumentos de un tribunal español para permitir rezar ante centros abortistas

Un Juzgado de lo Penal de Vitoria-Gasteiz ha considerado no delictivo, y por tanto, conforme al marco de libertades de la Constitución española, el hecho de rezar de forma pacífica ante un centro abortista. He aquí los argumentos de la magistrada.

Francisco Otamendi·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los 21 acusados de un presunto delito de coacciones por su participación en concentraciones de oración frente a un centro abortista de la capital de Álava, han sido absueltos por un tribunal español. Se trata del Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco. 

Los hechos juzgados tuvieron lugar entre el 28 de septiembre y el 6 de noviembre de 2022, durante la campaña ‘40 Días por la vida’. Las personas ahora absueltas se turnaron para situarse ante la clínica llevando carteles con mensajes como 40 días por la vida, no estás sola, estamos aquí’.

Razones

Sintetizamos aquí tres argumentos que expone la magistrada Beatriz Román, autora del fallo, según Forum Libertas, para dictaminar su absolución.

1.- Libre derecho de reunión. Los acusados “no hicieron otra cosa que ejercer su libre derecho de reunión, escogiendo un lugar próximo a una clínica donde se realizan abortos. Entendieron que expresar sus reivindicaciones en ese lugar y del modo que lo hicieron era la vía más apropiada para que el mensaje que quieren transmitir –rezar por la vida y ofrecer su ayuda– llegara directamente a sus destinatarios principales”. 

2.- De forma “pacífica”.

Todo ello, añade la magistrada, fue comunicado correctamente a la autoridad competente y fue realizado en silencio de forma “exquisitamente pacífica”.

3.- No hubo insultos ni presión a trabajadores o usuarias del centro abortista.

La sentencia, siempre según la citada fuente, supone un hito jurídico al tratarse del primer juicio de estas características celebrado en Europa, y respalda la tesis mantenida por las defensas. Los acusados se limitaron a rezar en silencio y manifestar su apoyo a la vida, sin insultos ni presiones a los trabajadores o usuarias del centro.

La resolución puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Álava, y supone un precedente sobre la presencia de grupos provida en cercanías de centros abortistas. 

Fiscalía y acusación pedían prisión o trabajos para la comunidad

La Fiscalía y la acusación particular solicitaron cinco meses de prisión o trabajos en beneficio de la comunidad, además de indemnizaciones de hasta 20.000 euros, y orden de alejamiento. Sin embargo, la jueza concluye que no existió delito.

Los abogados defensores argumentaron que no se produjo “acoso” ni “hostigamiento”, sino simplemente oración silenciosa. El número de concentrados “nunca superó el de cinco personas” en un mismo turno.

Fotografia de Isabel Vaughan-Spruce (OSV News photo/Simon Caldwell).

En Birmingham y en Madrid 

El caso tiene precedentes, en España y en otros países. En diciembre de 2022, Isabel Vaughan-Spruce, codirectora de la Marcha por la Vida en el Reino Unido, fue detenida en Birmingham por “rezar en su mente” ante un centro abortista. Dos meses más tarde, la justicia retiró los cargos contra ella, que, en una entrevista con Omnes, calificó de surrealista el momento vivido.

Isabel Vaughan-Spruce, conocida por su trabajo en favor de las mujeres que deciden seguir adelante con su embarazo, había sido detenida bajo “sospecha” cuando se encontraba “rezando mentalmente”.

En España, el doctor Jesús Poveda se presenta una vez al año, el 28 de diciembre, día de los santos inocentes, ante una clínica abortista en Madrid. Suele ser detenido, y luego puesto en libertad. Poveda dice: “Hacemos asistencia 364 días al año y un día, solo un día, hacemos resistencia pasiva”. Pueden ver aquí una reflexión sobre estos hechos, en torno a los límites éticos y legales en la defensa de la vida.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

León XIV aclara su gesto en la Mezquita Azul: «Prefiero rezar en una iglesia católica en presencia del Santísimo»

Con gran calma, el Papa explicó por qué decidió no rezar cuando visitó la famosa mezquita turca.

Javier García Herrería·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa León XIV respondió este martes desde Castel Gandolfo a las preguntas de los periodistas sobre uno de los momentos más comentados de su reciente viaje a Turquía: su silencio en la Mezquita Azul de Estambul. El gesto generó muchos titulares, pues el muecín de la mezquita, Askin Musa Tunca, explicó a los medios que cuando preguntó al Papa durante la visita si quería tener un «momento de alabanza», el Papa le dijo que «no, que sólo quería visitarla».

Como Juan Pablo II y Benedicto XVI en sus viajes a ese lugar sí dedicaron un momento a la oración, la decisión de León XIV generó todo tipo de comentarios. La oficina de prensa de la Santa Sede salió al paso explicando que el Papa realizó «una pausa vivida en silencio, en espíritu de recogimiento y escucha, con profundo respeto por el lugar y por la fe de quienes se reúnen allí en oración». Aun así, se generó una discusión pública sobre por qué el Pontífice no había rezado «al menos de forma visible», algo que sus predecesores habían realizado como un gesto interreligioso destacado.

Ante el Santísimo, el mejor sitio para rezar

Preguntado directamente por los periodistas sobre por qué no rezó «al menos visiblemente», como habían hecho sus predecesores, León XIV respondió con claridad: «¿Quién ha dicho que no he rezado? Es decir, han dicho que no he rezado, pero yo ya di una respuesta en el avión, mencioné un libro». Se trataba de La práctica de la presencia de Dios, del carmelita Lorenzo de la Resurrección. Al citar esta obra, el Papa quería subrayar que la oración puede ser interior, constante y no necesariamente acompañada de gestos externos. «Puede que esté rezando incluso en este momento», añadió ante los periodistas.

El Pontífice añadió, no obstante, que su preferencia personal es la oración ante el Santísimo Sacramento:
«Prefiero rezar en una iglesia católica en presencia del Santísimo», afirmó, restando importancia a la polémica y calificando de «curioso» el revuelo que habían provocado algunas interpretaciones sobre su visita a la mezquita.

El gesto de León XIV en Estambul, vivido en silencio y recogimiento, se suma así a una larga tradición de encuentros interreligiosos que cada Pontífice ha expresado con su propio estilo. Con sus declaraciones, el Papa quiso cerrar el debate, reafirmando que la oración no siempre se manifiesta visiblemente, pero sí puede estar profundamente presente.

De qué trata el libro que recomendó el Papa

La práctica de la presencia de Dios es un pequeño clásico de espiritualidad cristiana, escrito a partir de las conversaciones y cartas del hermano Lorenzo de la Resurrección, un carmelita descalzo del siglo XVII. A pesar de su brevedad, el libro enseña un camino muy simple pero exigente: vivir constantemente en la presencia de Dios, en cualquier momento y situación, no solo durante los tiempos formales de oración. Para el hermano Lorenzo, Dios no está solo en la iglesia o en los momentos de recogimiento, sino en todo lo que hacemos: cocinar, limpiar, caminar o tratar con otras personas.

La obra es conocida porque propone una espiritualidad accesible a cualquier persona, no solo a monjes o contemplativos. Su estilo es directo, sin adornos, y muestra que la santidad no exige grandes hazañas, sino un corazón que vive unido a Dios en lo cotidiano.

Vaticano

El Papa: la muerte no es el final, y llamada al perdón y reconciliación

En la Audiencia de esta mañana, al reflexionar sobre la Resurrección de Jesús, el Papa León XIV ha manifestado que la muerte no es el final, sino el paso hacia la plena luz, hacia la dichosa eternidad. Además, ha lanzado un mensaje de reconciliación y perdón entre los pueblos. 

Francisco Otamendi·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa León XIV ha retomado esta mañana la catequesis del Año Jubilar sobre ‘Jesucristo, nuestra esperanza’, y ha meditado en torno a ‘La Resurrección de Cristo y los desafíos del mundo actual’. 

Al dirigirse en la Audiencia a los peregrinos de lengua francesa, inglesa y portuguesa, ha sintetizado la misma idea: “La muerte no es el final, sino el paso hacia la plena luz, hacia la dichosa eternidad”.

Polacos y alemanes: reconciliación y perdón son posibles

En su saludo a los polacos, se ha dirigido en particular a los organizadores y participantes de la conferencia dedicada al mensaje de reconciliación que los obispos polacos enviaron a los obispos alemanes hace sesenta años, y que cambió la historia de Europa. 

El Santo Padre ha alentado a que las palabras de ese documento —’Perdonamos y pedimos perdón’— “sean un testimonio para los pueblos en conflicto hoy de que la reconciliación y el perdón son posibles cuando surgen de un deseo mutuo de paz y un compromiso común, verdaderamente, por el bien de la humanidad. ¡Los bendigo a todos!”.

Lo mismo ha manifestado a los peregrinos de lengua alemana, al saludar a los participantes en la misma exposición sobre ‘Reconciliación para Europa’. “Les agradezco este importante evento y animo a todas las personas de buena voluntad a trabajar por la reconciliación y la paz entre los pueblos”.

Cultura de la muerte: mirar a Jesús

En la exposición inicial de la catequesis, León XIV ha comentado que la cultura actual tiende a tratar de evitar pensar en la muerte, pero ha invitado a mirar a Jesús, que pasó de la muerte a la vida.

“Como seres humanos, somos conscientes de que nuestra vida aquí en la tierra llegará a su fin. Nuestra cultura actual tiende a temer la muerte y trata de evitar pensar en ella, recurriendo incluso a la medicina y la ciencia en busca de la inmortalidad. Sin embargo, el pasaje evangélico que acabamos de escuchar nos invita a mirar con ilusión el amanecer de la Resurrección”.

Jesús pasó de la muerte a la vida como primicia de una nueva creación. “La luz de su victoria ilumina nuestra propia mortalidad, recordándonos que la muerte no es el final, sino un paso de esta vida a la eternidad”, ha señalado.

No temer a la muerte: una invitación a examinar nuestras vidas

Por lo tanto, “la muerte no es algo que temer, sino un momento para el que prepararse”, ha alentado. “Es una invitación a examinar nuestras vidas y vivir de tal manera que un día podamos participar no solo de la muerte de Cristo, sino también de la alegría de la vida eterna”.

“Para quienes creen en la Resurrección de Cristo, la muerte no es el fin, sino el principio de la eternidad. Como peregrinos de esperanza en esta vida, caminemos hacia su plenitud en la Casa del Padre”, ha dicho el Papa a los peregrinos de lengua portuguesa. 

Y a los de lengua árabe: “Los invito a reflexionar sobre el misterio de la muerte y la vida con esperanza, sabiendo que Cristo resucitado nos precedió en la prueba de la muerte, la venció y nos abrió las puertas de la vida eterna”.

Adviento y la Virgen María de Loreto

En varios momentos, el Papa ha invitado también a que “en este tiempo de Adviento, pidamos al Señor Resucitado que nos haga centinelas que preparen y aceleren el triunfo final de su Reino, el Reino del Amor” (lengua francesa).

Finalmente, a los romanos y peregrinos de lengua italiana, ha recordado que “hoy celebramos la memoria de la Santísima Virgen María de Loreto. Queridos jóvenes, aprendan a amar y a esperar en la escuela de María; queridos enfermos, que la Santísima Virgen sea su compañera y consuelo en su sufrimiento; y ustedes, queridos recién casados, encomienden su camino matrimonial a la Madre de Jesús”.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

Matteo Visioli, sobre los abusos de poder y conciencia: “Ahora reconocemos los problemas que antes no veíamos”

El exsubsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe explica el sentido de la reciente reforma del Código de Derecho Canónico para evitar los abusos de poder y conciencia.

Javier García Herrería·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

El profesor Matteo Visioli, es sacerdote de la diócesis de Parma y profesor de la Universidad Gregoriana. Entre 2017 y 2022 fue Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Es un experto en Derecho Canónico y una voz relevante en el debate sobre la justicia y la reforma penal en la Iglesia. Recientemente, Visioli ha visitado España para participar en el XVII Simposio Internacional del Instituto Martín de Azpilcueta titulado “La libertad como un bien jurídico en la Iglesia. Los dones jerárquicos y carismáticos en la reflexión canónica”.

Entrevistamos al profesor para comprender mejor cómo la reciente reforma del Código de Derecho Canónico busca tutelar la libertad de los fieles y castigar las desviaciones de autoridad. Analizaremos qué constituye el delito de abuso de potestad y cuáles son los mecanismos penales que la Iglesia ha fortalecido para asegurar que el ejercicio de la autoridad sea siempre un servicio, nunca una opresión.

En 2021 la Iglesia modificó algunos cánones del Libro VI del Código de Derecho Canónico, ¿cuál es la razón?

—La Iglesia actualiza sus leyes para castigar cuando alguien ejerce la autoridad, limitando injustamente la libertad de un fiel. Entre estas normas hay una especialmente importante, una especie de “norma general”, que se aplica a todos los casos de abuso de poder no descritos específicamente en otras partes del Código de Derecho Canónico.

¿Cuándo se considera que la autoridad ha traspasado la línea?

—Cuando pasa de un uso prudente y razonable de su poder -lo que llamamos un uso discrecional- a una actuación autoritaria o arbitraria. En ese momento deja de ser simplemente un mal ejercicio y se convierte en un auténtico delito canónico.

¿Sólo se sanciona si la autoridad actúa con mala intención?

Aquí está lo más llamativo: no. Este canon considera culpable no solo a quien abusa del poder deliberadamente, sino también a quien lo hace por negligencia. Es decir, incluso si la persona no quería causar daño, pero su descuido o mala gestión produce un perjuicio real a un fiel o a una comunidad, también comete delito.

¿Eso es habitual en el derecho penal canónico?

—No, es muy excepcional. En general, para que haya delito en el ámbito canónico se exige que la persona haya actuado con intención. Pero este es uno de los pocos casos en los que la culpa, la negligencia, también basta para que la autoridad sea considerada responsable.

¿Y cómo está regulado esto en el Código?

—Con cánones muy generales. Es un tema delicado y el Código lo trata con pocas normas, pero muy amplias, precisamente porque quiere abarcar todos los posibles abusos de poder. Lo que ocurre es que un canon tan general es peligroso, pues la autoridad eclesiástica  puede tener miedo a errar, a equivocarse. Sobre todo cuando, frente a una disposición o un acto de gobierno, se plantea una cuestión de conciencia. Por ejemplo, un superior puede poner como responsable de un monasterio a un religioso bajo su cargo, pero si este alega que va contra su conciencia, se crea esa forma de tensión arriesgada y peligrosa.

Se paralizaría una acción de gobierno de una autoridad legítima que podría acusada de un delito penal. Porque el problema aquí es el paso de un acto administrativo, -yo nomino a una persona o dispongo de la supresión de una parroquia- a un acto penalmente relevante. Este es el riesgo de una norma general con aplicación penal.

¿Cómo se concilia el concepto de la ley penal con el ejercicio de la caridad en la Iglesia?

—Este “iuris puniendi”, en latín, es decir, el derecho de castigar, puede parecer contradictorio respecto a la Iglesia Madre, a la Iglesia Misericordiosa. El derecho penal, en general, debe ser leído a la luz de la naturaleza propia de la Iglesia. 

La finalidad de las penas se explica en el Código de Derecho Canónico: la primera es el restablecimiento de la justicia. Luego está la corrección del culpable y, por último, la reparación del escándalo. Esto también implica la reparación del daño: si daño a una persona o a una comunidad, debo reparar ese daño.

El derecho penal no es vengativo, no busca castigar por castigar, sino proteger a la comunidad de eventuales fracturas, divisiones, y ayudar a tener conciencia del mal que se ha hecho y a corregirse. La ley penal nunca es perfecta, pero permite un horizonte de justicia que el legislador considera necesario para el bien de la iglesia, el bien de los fieles, la salvación de las almas, esta es la finalidad verdadera. 

¿La Iglesia está evolucionando en su sensibilidad para detectar abusos de poder?

—En los últimos años, bajo el pontificado de Papa Francisco, ha habido muchas intervenciones, sobre todo en el ámbito penal, debido a emergencias que se crearon con las acusaciones de abuso. No son hechos nuevos, son hechos antiguos, pero la conciencia de estos abusos es nueva, entre otras porque ha avanzado la sensibilidad en estos asuntos.

Esto es algo positivo, aunque también muy doloroso. Muy positivo porque los tiempos de hoy son mejores que los de entonces, en el sentido de que ahora reconocemos los problemas que antes no veíamos. Eso sí, la ley penal no puede ser la respuesta definitiva y única, es un instrumento más, pero se necesita que la Iglesia trabaje sobre todo con formación, prevención y formación de las conciencias.

¿Qué cosas han cambiado concretamente en el derecho canónico?

—El derecho penal hace su parte, pero no se puede confiar en el derecho penal para resolver todos los problemas de este tipo. Una de las novedades del reciente libro VI de 2021, que es el libro que contiene las normas penales de la Iglesia, es esta, abrir la posibilidad de imputar a algunos sujetos, incluso a algunos laicos que tengan un oficio, una autoridad o un poder en la iglesia. Lo que se quiere es señalar el abuso que constituiría pasar de la discrecionalidad legítima de una elección a la arbitrariedad que crea un daño.

Esto también los laicos pueden hacer, y así también los laicos se convierten en imputables porque detienen un oficio, un poder, una potestad. Y esto creo que es un paso adelante. Pienso, por ejemplo, en los moderadores de muchos movimientos laicales y asociaciones. Pienso en quienes ejercen oficios en la Iglesia, por ejemplo, bajo el pontificado del Papa Francisco muchos laicos han asumido oficios importantes de gobierno, y justamente, junto con los oficios, también la responsabilidad de que sus elecciones no sea arbitrarias, sino respetuosas con la libertad y la conciencia de los fieles.

¿Cómo puede mejorar la Iglesia para evitar los abusos de poder y conciencia?

—Hay tres antídotos al abuso de poder. En primer lugar, la formación de la conciencia. Después, la transparencia. Cuando una autoridad toma una decisión, un antídoto para que esta decisión no sea abusiva es analizar las motivaciones reales con transparencia. ¿Por qué yo he decidido esto? 

Y el tercer antídoto es un gobierno más colegial, más sinodal, es decir, la autoridad tiene la responsabilidad de la decisión, pero, para tomar una decisión, es mejor no tomarla sola y estar más expuesto al riesgo de abuso, compartirla con colaboradores o con la comunidad misma. La responsabilidad es siempre de la autoridad, nunca es colegial, pero el discernimiento, la evaluación de los casos, puede ser colegial, y así se protege más del riesgo de abuso. 

Evangelización

Guadalupe: el corazón de México

Las apariciones de la Virgen en el Tepeyac a Juan Diego en 1531 transformaron la fe y la identidad religiosa de México, dando origen a la Virgen de Guadalupe y su significado para pueblos indígenas y europeos.

Gerardo Ferrara·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 12 de diciembre se celebra una fecha muy importante para México y todo el continente americano: las apariciones marianas de Guadalupe (1531).

Incluso hay un dicho: un mexicano puede no ser cristiano, pero sin duda es guadalupano. Intentemos entender por qué.

El contexto

Antes de la llegada de los españoles, los mexicas, también conocidos como aztecas, habían dominado a unas trescientas tribus y pueblos de la región mesoamericana. Los españoles quedaron impresionados por sus grandes ciudades, sus acueductos, sus sistemas de canalización de aguas y su organización política, pero sobre todo por la precisión con la que los mexicas observaban y registraban los movimientos celestes.

Este conocimiento tan preciso de la astronomía estaba relacionado con su concepción religiosa del cosmos. Para ellos, todo era sagrado y el equilibrio del universo se basaba en una serie de rituales fundamentales, entre los que se incluían los sacrificios humanos.

En el variado panteón mexica figuraban deidades como Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Coatlicue y otras.

Huitzilopochtli era la deidad principal: vinculado al sol y a la guerra, se le representaba como un ser feroz. Los mexicas creían que, para que el sol saliera cada mañana, era necesario alimentar a Huitzilopochtli con la sangre y las vísceras de las víctimas de los sacrificios humanos, para que el dios no devorara el sol.

La madre de Huitzilopochtli (y madre «colectiva») era Coatlicue, que en náhuatl significa «vestida de serpientes». En el imaginario nahua (término que define a todos los pueblos que hablan la lengua náhuatl, entre ellos los mexicas), la serpiente es símbolo de fertilidad y Coatlicue era una deidad ambivalente: madre de la tierra y de los seres vivos por un lado, destructora por otro.

Huitzilopochtli tenía su templo Mayor donde ahora se encuentra la catedral de Ciudad de México, en el Zócalo. Su madre Coatlicue, en cambio, probablemente lo tenía en una colina llamada Tepeyac.

Con la caída de Tenochtitlán en 1521, obra no solo de los españoles, sino también de otros pueblos nahuas opuestos a los mexicas y aliados con los europeos para derrotar a sus dominadores, se abrió para los mexicas un período que, en náhuatl, se denomina nepantla: «estar en medio». De hecho, se sentían «suspendidos», sin raíces y sin sus puntos de referencia culturales y religiosos. Con los templos derribados y la imposibilidad de perpetuar los sacrificios humanos, también se detenía, para ellos, la posibilidad de que el mundo siguiera adelante.

La llegada de los españoles fue interpretada como el fin del Quinto Sol. Los mexicas creían, de hecho, que la historia del universo se dividía en cinco Soles (Tonatiuh), cada uno de los cuales estaba destinado a terminar con una catástrofe. Los «hombres de piel clara venidos del este» coincidían con el regreso del dios Quetzalcóatl, y sus armas, sus caballos, las epidemias y la caída de Tenochtitlán marcaban precisamente el fin de la era del Quinto Sol, es decir, de su orden sagrado, político y cósmico.

Sin embargo, el sol seguía saliendo.

Llega la Madre

En aquella época dramática, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un nahua convertido al cristianismo, de origen noble pero pobre, caminaba al amanecer por las laderas del cerro Tepeyac, el mismo donde antaño se veneraba a la diosa madre nahua Coatlicue (o, en cualquier caso, una divinidad femenina llamada Tonantzin, «nuestra querida madre», que podría ser un título atribuido a Coatlicue), oyó una dulce voz de mujer que le llamaba en náhuatl, utilizando un registro poético y ritual (el náhuatl es una lengua extremadamente compleja con diferentes registros coloquiales entre los hablantes, según la clase social o el grado de afectividad o parentesco).

La mujer lo llamó Juandiegotzin (como decir: Juandieguito) y le dirigió apelativos como noicnocahuatzin, noconetzin («mi amado, mi pequeño hijo»), formas lingüísticas delicadas, típicamente mexicas, que hoy encontramos en el español mexicano (hijito, etc.).

Juan Diego no entendió inmediatamente de quién se trataba, porque los rasgos mestizos de esa figura femenina no se correspondían con la imagen de la Virgen que le habían mostrado los misioneros españoles. Lo comprendió cuando la mujer, vestida a la manera de una princesa nahua, se le presentó como la siempre Virgen María, Madre del Dios verdadero.

Las apariciones

Para una reconstrucción detallada de los hechos, invito a leer el Nican Mopohua, la crónica redactada en náhuatl alrededor de 1550 por Antonio Valeriano.

Aquí solo daremos un resumen cronológico de las cinco apariciones:

  • 9 de diciembre de 1531 (primera). La Virgen se aparece a Juan Diego en el cerro del Tepeyac y le pide que le diga al obispo que le construya una iglesia.
  • 9 de diciembre (segunda). Juan Diego vuelve a ver a la Virgen tras la negativa del obispo; ella le anima a insistir.
  • 10 de diciembre (tercera). El obispo pide una señal y la Virgen se la promete al vidente.
  • 12 de diciembre (cuarta). La Virgen hace que Juan Diego recoja unas rosas de Castilla que han florecido milagrosamente y luego imprime su imagen en el manto del vidente (tilma).
  • 12 de diciembre (quinta). La Virgen se aparece por última vez a Juan Diego y le promete protegerlo, anunciándole que su tío Juan Bernardino, que estaba enfermo, se ha curado. También se aparece al tío, presentándose por primera y única vez con el título con el que es famosa («de Guadalupe»).

Las palabras pronunciadas por la Señora del Cielo

La mujer de las apariciones dijo, en náhuatl (Nican Mopohua, n. 26-28), entre otras cosas:

«Nicuicahua in noisotlaxōchīuh, nicān nicān niquīz;
Nehuatl in teteoh īnantzin, in tloque nahuaque,
in īpalnemoāni, in teyocoyani;
nicān nimitstlatlauhca, nimitstlatlauhtiliz:
nicān niquimati in notech monequi in notech nehua;
nicān nimitzmotlaloa,
ca ni in monantzin,
in monantzin nochtehuān,
in monantzin in tlalticpactlacatl,
in monantzin in nochi in intlācah».

Lo que significa

«Yo soy la Madre de Teteoh (el Dios verdadero de los teōtl, es decir, la Divinidad de la que todas las demás son emanación),
de Tloque Nahuaque (Aquel que posee todo lo que existe),
de Ipalnemoani (Aquel por quien viven los hombres),
de Teyocoyani (Aquel que crea a las personas).
Yo soy vuestra Madre,
la Madre de todos vosotros que vivís en esta tierra,
y la Madre de todos los hombres y pueblos que me invocarán, me amarán y confiarán en mí».

Sin embargo, sus palabras más famosas son las siguientes:

«Escucha, hijo mío, el más pequeño, el más pequeño de mis hijos:
no se turbe tu corazón, no temas.
¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra y mi protección?
¿No soy yo la fuente de tu alegría?
¿Qué más necesitas?».

En el Tepeyac se le apareció a un mexica una Madre muy diferente de Coatlicue, que antes era venerada allí. Esta nueva madre era dulce y respetuosa, como la que se le apareció a Bernadette en 1858, y hablaba el idioma de la vidente, de una manera tan amable que Bernadette contó que la Señora le había hablado «como una persona habla a otra persona» (la pobre no estaba acostumbrada a que la trataran así).

La Guadalupana se proclamó no solo madre del Dios verdadero y perfecto, sino también de Juan Diego y de todos los hombres y pueblos que la invocaran y a los que estaría dispuesta a escuchar, consolar, proteger y guiar.

Guadalupe

¿Por qué la Virgen que se le apareció a Juan Diego se conoce como «de Guadalupe»?

Hay que precisar dos cosas: la Señora nunca utilizó esta expresión con él; la Virgen de Guadalupe «original» se encuentra en Extremadura (España) y está vinculada a la Reconquista y a las expediciones hacia el Nuevo Mundo, hasta tal punto que Colón y muchos conquistadores de esa región (Cortés, Pizarro) eran devotos de ella y llevaron su nombre a América.

Si hoy conocemos a la Virgen del Tepeyac con este título es quizás debido a una distorsión fonética, relacionada también con una interpretación europea. El 12 de diciembre de 1531, de hecho, también el tío de Juan Diego, Juan Bernardino, que se encontraba enfermo en casa, tuvo una aparición de la Virgen, que se le presentó diciendo:

«Nican nicā Tepēuh ican nicā Tequantlazopeuh»
«Soy la que nace / aparece en la colina, la que aplasta a la serpiente».

Probablemente, entonces, cuando tanto Juan Diego como su tío relataron el episodio, los españoles que no hablaban náhuatl entendieron Tequantlazopeuh como si fuera De Guadalupe. O los indígenas, conociendo la veneración de los europeos por la Virgen de Guadalupe, asociaron ese título a la que se había definido como Tequantlazopeuh.

Sin embargo, el significado era muy claro tanto para los indígenas como para los europeos: para unos, esa Madre aplastaba a la serpiente, superando y sustituyendo a la divinidad venerada en esa colina; para otros, vencía al mal y cumplía la profecía del Génesis 3,15.

Evangelización

Los silencios de san José: aprender a vivir como él

En un mundo que solo aplaude lo visible, san José nos recuerda la fuerza del silencio, la grandeza de custodiar sin poseer y la santidad de quienes sostienen la vida desde la sombra, sin buscar aplausos ni ocupar el centro.

Diego Blázquez Bernaldo de Quirós·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

Vivimos tiempos difíciles: familias rotas, crisis de paternidad, miedo al futuro, incertidumbre laboral, cansancio espiritual. Y, sin embargo, la liturgia nos propone en el Adviento, casi de puntillas, la figura de un hombre del que no conservamos ni una sola palabra: san José.

La Iglesia no ha dudado en presentarnos a san José como Patrono de la Iglesia universal desde 1870, y recientemente los Papas han vuelto una y otra vez a él, subrayando su paternidad humilde, fuerte y creativa. 

Hay algo muy llamativo en este tiempo de Adviento: ponemos luces en las calles, hacemos planes, pensamos en regalos… pero el Evangelio nos presenta, casi sin hacer ruido, a un hombre que parece pasar desapercibido: san José.

En un mundo donde parece que sólo existen los que hacen ruido, José es el patrón de todos los que sostienen la vida desde segunda fila: padres de familia que no salen en ningún cartel, abuelos que hacen de red de seguridad, trabajadores anónimos, religiosas en comunidades pequeñas, laicos que sirven en parroquias humildes… todos esos que, si ellos fallan, todo se cae, pero casi nunca aparecen en la foto.

Este artículo va de él. Y, sobre todo, de nosotros con él.

San José, un hombre que escucha en la noche

El Evangelio lo define con una sola palabra: “justo” (Mt 1,19). Es decir, un hombre que vive de cara a Dios, que se toma en serio su voluntad, aunque no la entienda del todo.

No conservamos ni una sola palabra suya. Nada. Y sin embargo, Dios le confía a su propio Hijo y a la Virgen María. Y eso ya desmonta muchas de nuestras ideas sobre el “éxito” de hoy, sobre la influencia y el protagonismo.

Además, hay un detalle precioso en la vida de san José: las grandes decisiones de su vida llegan de noche, en sueños. De noche se entera de que debe acoger a María. De noche se le dice que huya a Egipto. De noche sabe cuándo regresar.

No hay discursos, ni grandes razonamientos, ni diálogos dramáticos. Hay silencio, escucha y obediencia. En un tiempo como el nuestro, saturado de ruido, opiniones y tertulias perpetuas, la figura de José es incómoda porque nos devuelve a lo esencial: antes de decidir, hay que escuchar.

Nosotros, cuando la vida se complica, nos llenamos de ruido: mensajes, llamadas, opiniones, redes sociales, “consultas” por todos lados… José, en cambio, entra en silencio. Escucha. Discierne. Y luego actúa.

Los Padres de la Iglesia insistían en que la verdadera grandeza de José no está en la carne, sino en la fe: es padre porque se fía de Dios, porque se coloca totalmente al servicio del plan divino en favor de Jesús y de María. La tradición nos recuerda que su “sí” no es menos radical que el de la Virgen: también él acepta, sin comprender del todo, un camino que desbarata sus planes humanos.

En una cultura que confunde libertad con improvisación constante, José nos enseña una libertad distinta: la libertad de obedecer a Dios cuando sus planes contradicen los nuestros.

Paternidad sin apropiación: custodiar sin poseer

Uno de los rasgos más sorprendentes que la Iglesia ve en José es su modo de ejercer la paternidad: firme, pero no dominante; presente, pero no invasivo; responsable, pero sin apropiarse ni de Jesús ni de María.

José es un espejo incómodo y luminoso a la vez.

Dios le confía a Jesús y a María, pero él no se coloca en el centro. Cuida, protege, decide, trabaja… pero nunca se apropia. Sabe que ese Niño no es “su” proyecto. Podría haberse sentido en segundo plano, pero elige ser custodio, no dueño.

Los Papas han descrito a José como un “padre en la sombra”: la sombra no es oscuridad, es la discreta presencia que permite que otro sea el centro. 

En tiempos de narcisismo desatado, de “yo” agrandados a golpe de selfie y de likes, la figura de San José, un hombre que desaparece para que brille Cristo es profundamente contracultural.

Esto tiene una fuerza enorme hoy:

  • Para los padres de familia: José les recuerda que los hijos no son “proyecto personal”, sino misterio confiado. No son prolongación del propio ego, sino personas llamadas a una vocación que, con frecuencia, desbordará nuestras expectativas.
  • Para quienes ejercen autoridad en la Iglesia: superioras, párrocos, obispos, laicos en misión. La paternidad o maternidad espiritual nunca es dominio sobre las conciencias, sino servicio para que en el otro madure la libertad de los hijos de Dios. Los abusos de poder y de conciencia que tanto hieren hoy a la Iglesia nacen, en el fondo, del olvido de este estilo de José: custodiar sin poseer.
  • Para cualquier forma de liderazgo cristiano: José muestra una autoridad que no se autoafirma, sino que protege, sostiene y, llegado el momento, sabe apartarse.

Porque los abusos de poder, de conciencia, incluso los abusos espirituales que tanto daño han hecho, nacen justo de lo contrario: de personas que se apropian de las almas, de las historias, de las decisiones ajenas. Quieren ser dueños donde sólo se les ha pedido ser custodios.

San José es, en cambio, la imagen del que sostiene sin aplastar, del que orienta sin manipular, del que guía sin encadenar. Hace falta mucha humildad para eso. Y mucha fe.

San Agustín decía que San José es padre “más por la caridad que por la carne”. Es padre porque ama dejando libre, porque su autoridad se parece a la de Dios: una autoridad que no aplasta, sino que levanta.

Valentía creativa: no sólo aguantar, sino mover ficha

A veces imaginamos la santidad como aguantar resignadamente todo lo que venga. Y no. Fíjate en José: cuando el ángel le dice que huya a Egipto porque Herodes busca al Niño, él se levanta de noche, toma al Niño y a su Madre y se va. Sin dramatismos, sin demoras, sin discursos. Actúa.

La tradición reciente de la Iglesia lo ha llamado “valentía creativa”: saber buscar caminos nuevos cuando las cosas se tuercen, sin perder la confianza en Dios.

¿No es justo lo que nos falta muchas veces?

  • Matrimonios que atraviesan crisis, pero no se resignan: buscan ayuda, cambian hábitos, vuelven a empezar.
  • Jóvenes que no se quedan instalados en la queja por la falta de trabajo, sino que intentan formarse, emprender, salir de la zona cómoda.
  • Comunidades cristianas que, en vez de lamentar que ya no va tanta gente a misa, se preguntan cómo salir al encuentro, cómo abrir espacios de escucha, cómo acompañar mejor.

José no se limita a sufrir las circunstancias. Las afronta. Las atraviesa. Confía, sí, pero también usa la cabeza y las manos. Ese equilibrio nos haría mucho bien: rezar más, sí; pero también levantarnos más, hablar más claro, mover más ficha.

El taller de Nazaret y nuestros trabajos de hoy

Hay una escena que el Evangelio no narra, pero que la imaginación cristiana ha meditado durante siglos: Jesús en el taller con José, aprendiendo el oficio. El Hijo de Dios, con una gubia en la mano, levantando serrín, escuchando a su padre terreno explicarle cómo ajustar una viga.

¿No es un escándalo precioso? Dios mismo hecho Hombre aprendiendo a trabajar con otro hombre.

En esa escena silenciosa se dignifica el trabajo de millones de personas: el del que limpia, el de la enfermera de noche, el de la madre que no para en casa, el del profesor que se deja la piel en clase, el del que está al teléfono en un call center, el del sacerdote que se pasa la tarde escuchando a gente en el despacho, el de la religiosa que cuida ancianas.

No todo trabajo será brillante, ni soñado, ni estable. A veces será precario, mal pagado, rutinario. Pero José nos recuerda algo muy liberador: el valor de tu trabajo no depende del aplauso que recibas, sino del amor con el que lo haces y de a quién se lo ofreces.

Quizá este Adviento podríamos mirar nuestro propio trabajo —el que sea— como ese pequeño taller de Nazaret donde se santifica lo cotidiano.

San Juan Pablo II subrayaba que en José se revela la dignidad del trabajo humano como participación en la obra del Creador y como servicio a la vida de la familia.

En un mundo donde tantos se sienten “descartados” profesionalmente —mayores de 50 años, jóvenes sin oportunidades, personas con trabajos invisibles—, José se convierte en patrono, ejemplo y compañero de camino.

Una Iglesia frágil en brazos de un padre

La Iglesia declaró a San José Patrono de la Iglesia universal. No es un título decorativo. Es una forma de decir que la Iglesia de hoy se parece mucho al Niño Jesús en sus brazos: frágil, amenazada, necesitada de protección, y al mismo tiempo portadora de algo inmenso que no es suyo, sino de Dios.

Vivimos tiempos de heridas dolorosas en la Iglesia: escándalos, abusos, desencanto, desconfianza. A veces da ganas de tomar distancia, o de vivir la fe “en privado” para no complicarse.

Pero José no abandona al Niño cuando la situación se complica. No se desentiende cuando aparecen Herodes, los peligros, las noches de huida. Precisamente entonces se juega su misión.

Cuidar hoy de la Iglesia —cada uno desde su lugar— es muy josefino: defender lo esencial, proteger a los más débiles, no entrar en juegos de poder, no relativizar el mal, pero tampoco perder la esperanza. No es cerrar los ojos a las heridas, sino poner el hombro para curarlas.

Y aquí quizá conviene decir algo con claridad: la Iglesia saldrá de esta crisis, sobre todo, por la santidad silenciosa de muchos “José” anónimos. De religiosas que viven con fidelidad su entrega. De laicos que hacen bien su trabajo y educan bien a sus hijos. De sacerdotes que sirven sin hacer ruido. De matrimonios que se perdonan setenta veces siete.

Vivir como José en este Adviento

¿Qué significa, en la práctica, vivir este Adviento “con San José”?

  1. Dejar que Dios entre en mis planes

Como a José, Dios también “interrumpe” nuestros proyectos: una enfermedad, un cambio inesperado, una crisis en el matrimonio, un fracaso profesional. El Adviento es tiempo de preguntarse con sinceridad: ¿estoy dispuesto a que Dios cambie mis planes, o sólo quiero que bendiga los que ya traigo hechos?

  1. Ejercer la autoridad como servicio

Padres, educadores, responsables en la Iglesia, jefes de equipo: todos necesitamos aprender el estilo de José. Más presencia y menos control; más escucha y menos imposición; más ejemplo y menos moralismo.

  1. Reconciliarme con mi propia historia

El nacimiento de Jesús no ocurre en un escenario perfecto: hay censos, desplazamientos, precariedad, un pesebre como cuna. Dios no espera a que la vida esté “ordenada” para hacerse presente. San José nos ayuda a mirar nuestra biografía —con sus heridas, límites y pecados— no como obstáculo, sino como lugar donde Dios quiere nacer. 

  1. Revalorizar el trabajo escondido

Ese informe que nadie agradece, esas horas en la cocina, ese acompañar a un enfermo, ese estudio silencioso, esa guardia en un hospital, esa noche en vela con un hijo… Son el taller de Nazaret hoy. Vividos con Dios, sostienen el mundo.

Un santo para los que no salen en la foto

En una sociedad donde se confunde visibilidad con importancia, la Iglesia nos presenta, en este Adviento, un santo que nos recuerda algo muy simple y muy liberador: no hace falta salir en la foto para estar en el corazón de la historia de la salvación.

Quizá lo más actual de san José es precisamente esto: es el santo de los que sostienen el mundo sin que nadie se dé cuenta.

Los que madrugan para ir al trabajo sin ganas, pero van.

Los que aguantan una enfermedad sin quejarse todo el día.

Los que se dejan la piel por sus hijos, por sus alumnos, por sus ancianos.

Los que han sido heridos en la Iglesia, pero siguen amándola y rezando por ella.

Los que, con sus pecados y fragilidades, dicen cada día: “Señor, aquí estoy; no entiendo todo, pero confío”.

Este Adviento, mientras miramos el portal, podemos fijarnos un poco más en esa figura que casi siempre queda al fondo, con el bastón en la mano, velando en silencio. No hace falta que hable. Su vida entera ya es una palabra.

Y quizá nuestra oración podría ser tan sencilla como esta:

San José, enséñame a estar donde Dios me quiere, aunque nadie me vea, aunque no salga en la foto, sin ruido, sin miedo y sin querer ser el protagonista.

Mundo

Más de 11 millones de personas han visitado Notre Dame desde su reapertura

Notre Dame de París celebró el primer aniversario de su reapertura el 7 de diciembre con un hito importante. Más de 11 millones de personas visitaron la icónica catedral en los últimos 12 meses. Llegan de numerosos lugares del planeta.

OSV / Omnes·10 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

– Caroline de Sury, París, OSV News

Notre Dame de París fue reabierta el 7 de diciembre de 2024, entre gran expectación, tras más de cinco años de obras. Antes del incendio, se estima que entre 8 y 9 millones de personas visitaban la catedral cada año. Ahora, en un año desde la reapertura, más de 11 millones de personas han visitado la icónica catedral en 12 meses. 

La catedral permaneció cerrada desde el 15 de abril de 2019, cuando un incendio destruyó gran parte de la emblemática estructura. Fue reabierta el 7 de diciembre de 2024, entre gran expectación. 

Para el rector de la catedral, Monseñor Olivier Ribadeu Dumas, este año ha sido “sumamente enriquecedor”, a la vez que “un año de perfeccionamiento organizativo”. “Tuvimos que reaprender a gestionar la catedral”, explicó. “Hemos tenido que reconstruir lo que podríamos llamar la ‘’familia’ de la catedral, que ha crecido desde las obras de restauración”.

“Impresiona el esfuerzo de todos: un rostro sonriente”

Actualmente, la catedral emplea a ocho sacerdotes y un diácono, 45 miembros del personal, 310 voluntarios activos y más de 50 personas responsables de las operaciones de seguridad de la catedral. 

“Todos están motivados por el mismo deseo de recibir a los visitantes”, explicó Monseñor Ribadeau Dumas. “Me impresiona el esfuerzo de todos, incluidos los proveedores de servicios externos, por recibirlos con una sonrisa, dándole así a la catedral un rostro sonriente”.

De media, entre 30.000 y 35.000 visitantes de todo el mundo entran cada día en la catedral. 

Asistentes a la catedral de Notre Dame de París, el 7 de diciembre de 2024, durante la ceremonia para conmemorar su reapertura tras el incendio de 2019. (Foto de OSV News/Ludovic Marin, pool vía Reuters).

“Ante todo, un lugar de oración”

“Esto no impide que la catedral sea un santuario donde se puede encontrar silencio y paz”, dijo el rector. “Todos nuestros esfuerzos están dirigidos a introducir a los visitantes en el misterio de esta catedral, que es ante todo un lugar de oración”. 

A lo largo del año se han celebrado en Notre Dame 1.600 servicios litúrgicos, durante los cuales los visitantes siguieron deambulando por las naves laterales y detrás del coro. 

“Su número se redujo ligeramente durante los servicios para preservar la contemplación de los fieles”, explicó el rector.

Olivier Ribadeau Dumas, rector-arcipreste de la
Catedral de Notre Dame de París, el 10 de abril
de 2024 (Foto OSV News/Charlene Yves).

Año récord en peregrinaciones

Desde su reapertura, Notre Dame ha adquirido una nueva dimensión como destino de peregrinación. “Esto es nuevo y está en crecimiento”, declaró Monseñor Ribadeau Dumas a OSV News. “Muchas diócesis de Francia organizan ahora peregrinaciones a Notre Dame”. 

En total se realizaron más de 650 peregrinaciones, un tercio de ellas procedentes del extranjero, incluidas 60 procedentes de América del Norte. 

Nuestra Señora de toda la humanidad

“Los estadounidenses siempre han mostrado gran interés y generosidad hacia Notre Dame”, señaló Monseñor Ribadeau Dumas. “Es importante que puedan venir aquí”. 

Para el rector, la riqueza de este año ha residido en la diversidad de las personas que entraron en la catedral. “Recibimos a muchos mecenas y jefes de estado con unas 600 visitas protocolarias”, dijo. “Pero hemos acogido con la misma atención a muchas personas mayores o enfermas, asociaciones de personas con discapacidad, en situación precaria o aisladas. Nuestra Señora es Nuestra Señora de la humanidad, de toda la humanidad”, enfatizó.

Lugar de peregrinación con entrada gratuita

Para el rector, es de suma importancia que la entrada a la catedral siga siendo gratuita e insistió en que los visitantes no deben ser categorizados como turistas o peregrinos. 

“Muchos de los que entraron como simples visitantes salieron con una experiencia verdaderamente espiritual”, dijo, refiriéndose a los “frutos espirituales” de las visitas que ha presenciado este año. 

“No esperábamos que llegara a tal extremo. Lo que le sucede a cada persona en Notre Dame es el secreto del Espíritu Santo, pero algo sucede. Algunos quedaron profundamente conmovidos”.

Un caballero de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro sostiene la corona de espinas durante una procesión que conmemora su regreso a la catedral de Notre Dame en París, el 13 de diciembre de 2024 (Foto OSV News/Stephanie Lecocq, Reuters).

El relicario de la corona de espinas

Según testimonios, el paso frente al relicario de la corona de espinas, detrás del coro, ha conmovido profundamente a los visitantes durante todo el año. 

“Es la reliquia más importante del cristianismo y es muy evocadora”, señaló el rector. Monseñor Ribadeau Dumas ha propuesto un cambio importante para 2026, que ha entrado en vigor el 5 de diciembre. La corona de espinas se exhibirá ahora todos los viernes del año, de 15:00 a 18:30 horas, y ya no solo los viernes de Cuaresma y el primer viernes de mes, como hasta ahora.

Coste de la corona de espinas, y su rescate

La corona de espinas, colocada en la cabeza de Jesús por los que le capturaron, con el fin de causarle dolor y burlarse de su pretensión de autoridad, fue adquirida por San Luis, entonces rey Luis IX de Francia, en Constantinopla. El precio en 1239 fue de 135.000 libras, casi la mitad del gasto anual de Francia en aquella época, según la BBC.

Bomberos y policías formaron una cadena humana para rescatar la corona de espinas del infierno de Notre Dame el día del incendio de 2019. El 13 de diciembre de 2024, esta reliquia, la más sagrada de la catedral de París, fue devuelta a su hogar en la Île de la Cité.

El 29 de noviembre de 2025, el rector de la Catedral de Notre Dame de París, Monseñor Olivier Ribadeau Dumas, bendijo este gran belén con 150 figuras provenzales. (Foto de OSV News/cortesía de la Catedral de Notre Dame).

Una temporada navideña especial

A muchos visitantes también les impresionó este año el descubrimiento de las 29 capillas laterales de la catedral, completamente restauradas y remodeladas con una nueva identidad y coherencia.

A lo largo de los años, visitantes chinos descubrieron la capilla de San Pablo Chen, en honor al seminarista chino del siglo XIX, posteriormente canonizado por San Juan Pablo II. Mexicanos y otros latinoamericanos descubrieron la capilla de la Virgen de Guadalupe, renovada tras la Segunda Guerra Mundial. El 28 de mayo se inauguró una nueva capilla para cristianos orientales, que alberga ocho íconos. Y el 8 de noviembre, el ícono restaurado de Nuestra Señora de Czestochowa regresó a su capilla durante una misa para la comunidad polaca.

“Todos deberían poder volver a casa y decir: ‘esta es nuestra Notre Dame’”, dijo el rector. 

Catedral viviente

Un año después de su reapertura, Notre Dame es una «catedral viviente», añadió. «Cuando celebré misa allí por primera vez hace un año, sentí profundamente que estas piedras habían sido testigos de siglos y siglos de oraciones antes que las mías. Desde entonces, al rezar allí todos los días, sé que estoy continuando lo que las generaciones que nos precedieron han logrado».

El 29 de noviembre, el rector bendijo un gran belén con 150 figuras de la Provenza, en el sur de Francia. Ese mismo día, se inauguró el mercado navideño en la plaza de la catedral. Reúne a artesanos y creadores franceses. 

Por la noche, la fachada iluminada de Notre Dame ilumina una plaza llena de alegría de músicos y cantantes, donde degustaciones de la gastronomía típica francesa deleitan a todos.

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Caroline de Sury escribe para OSV News desde París.

Esta información se ha publicado originariamente en OSV News en inglés. Pueden consultarla aquí.

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El autorOSV / Omnes

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Zoom

La Inmaculada Concepción se cubre de flores

Los bomberos colocaron una corona de flores en una estatua de la Virgen María cerca de la Plaza de España en Roma, el día de la Inmaculada Concepción.

Redacción Omnes·9 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vocaciones

Renee Pomarico: «Nuestra misión es salir al encuentro de las personas allí donde están»

Hablamos con Renee Pomarico, responsable de comunicación global de las Consagradas del Regnum Christi, sobre la identidad de su carisma en la Iglesia.

Javier García Herrería·9 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El camino de toda institución eclesial está marcado por la gracia, pero también por la fragilidad humana. Para las Consagradas del Regnum Christi, los últimos años han representado una profunda travesía de purificación, tras la dolorosa herida legada por la figura de su fundador, Marcial Maciel. Esta crisis no solo supuso un golpe a la confianza, sino que también las obligó a un ejercicio radical de discernimiento: separar la gracia fundacional de la debilidad de su promotor.

Lejos de paralizarse ante el dolor, este grupo de mujeres ha optado por la fidelidad creativa y la esperanza, asumiendo un proceso de renovación que ha reenfocado su vida en la esencia de su carisma: la consagración secular para la extensión del Reino de Cristo. ¿Cómo se reconstruye una vocación desde los escombros de una crisis? ¿Y cómo logran estas mujeres llevar la luz de su fe al mundo manteniendo su mirada fija en la misión?

Hablamos con Renee Pomarico, responsable de comunicación global de las Consagradas del Regnum Christi, sobre la identidad de su carisma en la Iglesia.

Cuando alguien oye «consagrada», piensa en clausura. Pero las consagradas de Regnum Christi son mujeres laicas que hacen votos privados. ¿Cómo se explica eso?

—Somos una Sociedad de Vida Apostólica. Hacemos votos privados de pobreza, castidad y obediencia, entregándonos totalmente a Cristo. Pero somos laicas. Esto significa que nuestra misión es estar en el mundo, salir al encuentro de las personas donde están, en sus vidas concretas. No estamos tras un muro, sino en la calle, la oficina, la parroquia… ¡donde haga falta!

El Regnum Christi (RC) es una federación enorme. ¿Cómo se gobiernan ustedes?

—El RC se gobierna de forma colegial. Se sientan en la mesa los directores generales de los Legionarios de Cristo, los Laicos Consagrados, nosotras y dos laicos elegidos por el Colegio Directivo General entre los laicos elegidos en una Convención General para las reuniones plenarias. Es una forma de gobernar federada, laica y consagrada a la vez.

Su misión parece ser precisamente estar en ese cruce de caminos entre lo secular y lo sagrado. ¿Cuál es la clave para ser fieles al carisma?

—La razón de nuestra fidelidad está en la fuente: la oración. Tenemos compromisos diarios fundamentales : una hora de oración personal, Misa, Rosario, rezos comunitarios. Eso nos «abraza» y asegura que toda nuestra acción apostólica –trabajar en catequesis, evangelización, universidades– nazca de esa intimidad con Cristo. Es decir, somos contemplativas para ser evangelizadoras.

¿Y a qué se dedican exactamente? ¿Solo a temas religiosos?

—Vocacionalmente, el carisma de las consagradas nos lleva a trabajar profesionalmente en algo evangelizador. Muchas están en la acción pastoral de entorno del RC (jóvenes, adultos, colegios, retiros, dirección espiritual). Pero otras trabajan en diócesis, en parroquias, o en una universidad, siempre buscando impulsar la vocación de cada persona.

¿Dónde están viendo los frutos más sorprendentes? ¿Hay algún lugar o proyecto que les esté dando unos frutos que las sorprendan?

—Hay varios «puntos calientes». Por un lado, las Misiones cuando están bien organizadas, los frutos son inmediatos: conversiones de corazón, conciencia social. Es un apostolado clave.

Por otro lado, programas como el de Colaboradoras ECYD o RC, donde los adolescentes pueden pasar un verano y los mayores 18 un año ayudando en una misión, o el IFC (International Formators Course) son muy fecundos. Ayudan a los jóvenes a preguntarse: «¿quién soy y cuál es mi misión en la vida?».

También dentro de las obras educativas están las Academias de Idiomas en algunos países (Suiza, Irlanda, EE. UU.) permiten a los estudiantes residir allí un año y facilitan una formación integral 24/7 en fe, cultura y amistad, con frutos muy abundantes.

Hablemos de familia. Sé que es un foco clave.

—Así es. Queremos que la estructura del RC responda mejor a las necesidades del matrimonio y la familia, el núcleo básico. Apostolados como “Sponsus”, un seminario formativo para matrimonios que se desarrolla durante un fin de semana, son muy fructíferos porque el mundo necesita ver la grandeza del amor fiel. Además, buscamos acompañar a la familia en todas las etapas: noviazgo, duelo, e incluso, con dolor, la separación.

Para cerrar, ¿cuál es la contribución específica de las Consagradas a la gran Federación RC?

—Aportamos nuestra identidad femenina y nuestro don de consagración laical. Somos un signo del Reino en medio de las realidades temporales. Nuestros Estatutos del RC lo dicen claro: nuestra misión es promover y custodiar la comunión, salir al encuentro de las personas y emprender las acciones que más contribuyan al Reino de Cristo. Es nuestro sello distintivo para el enriquecimiento de todos.

Evangelización

«De Arte Sacra», o lo qué tienen en común una catedral y Starbucks

De Arte Sacra, la web creada por cuatro amigos que realiza conexiones asombrosas entre fe, arte y cultura contemporánea.

Javier García Herrería·9 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la fachada románica de la Catedral de Lucca, tallada en piedra desde hace casi mil años, aparece una figura sorprendente: una sirena de doble cola. No es un adorno caprichoso. En la tradición bíblica y medieval —inspirada por San Jerónimo y su lectura del profeta Isaías— la sirena simboliza la seducción que conduce al pecado: la voz que aparta de Dios y arrastra hacia una vida superficial, vanidosa, “babilónica”.

Esa misma imagen, la sirena con doble cola, es la que millones de personas ven hoy cada mañana en los vasos de Starbucks. No es casual. Los fundadores eligieron esa figura porque expresa exactamente lo que querían transmitir: la irresistible llamada del café, una seducción amable pero poderosa que invita —o arrastra— a entrar.

Una sirena, dos mensajes opuestos. La de Lucca advierte: “Cuidado, esto te puede apartar del bien”. La de Starbucks susurra: “Ríndete, no puedes resistirte”. La primera libera. La segunda engancha. Y ambas, separadas por siglos, nos cuentan lo mismo: la batalla eterna entre la tentación y la libertad.

Este tipo de conexiones —entre arte, teología y cultura popular— son precisamente las que ilumina De Arte Sacra, una pequeña web hecha, en sus ratos libres, por cuatro amigos: dos laicos y dos sacerdotes que disfrutan mostrando cómo el arte cristiano sigue hablando al mundo de hoy.

Origen, objetivos y financiación

Enrique Sañoso explica que “el proyecto surgió hace unos años de manera totalmente natural, como fruto de una inquietud que compartíamos varios amigos. Cada uno tenemos un modo distinto de percibir el mundo y escribir. David suele dialogar más con el mundo contemporáneo, Ferran tiene un enfoque más directo y pastoral, Marcel es sintético y va al detalle, y quizás en mi caso tengo una cierta debilidad por hacer hablar a los textos aprovechando la actualidad… es definitiva, nos complementamos bastante”. 

Uno de sus objetivos es “ofrecer un espacio de silencio”. En un mundo tan frenético, marcado por la trepidación digital, la web quiere ser “un espacio contemplativo online. Eso sería ya un milagro”, comenta David. “En el silencio se pueden generar cosas muy interesantes. Bueno, en realidad pienso que todas las cosas interesantes se generan en el silencio. Si conseguimos el silencio, hemos conseguido abrir las puertas del alma”. 

Marcel, por su parte, cree que el contenido facilita adentrarse un poco más en la realidad y el Misterio. “A veces está comprensión se me regala a través de un conocimiento más profundo de un artista, de la Sagrada Escritura o de un santo; otras, sencillamente me reconozco capaz de mirar las cosas con una mirada nueva, como la del que busca el ser querido en todas las cosas”, añade.

Respecto a la financiación de la web, de momento el proyecto tiene unos gastos mínimos. “Nos pagamos nosotros los costes del dominio”, explica Ferrán, “ aunque nos gustaría poder invertir algo para sobre todo poder llegar a más idiomas y hacer más internacional la página. Estamos buscando algún donante que comparta esa inquietud”. 

Instagram, la última novedad

Desde hace unas semanas «De arte sacra» ha comenzado a ofrecer sus contenidos en Instagram, en un esfuerzo por dar conocer su contenido en nuevos formatos.

 
 
 
 
 
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Evangelización

San Juan Diego, vidente de la Virgen de Guadalupe e impulsor de su devoción

San Juan Diego Cuauhtlatoatzin fue un indígena mexicano al que se le apareció Nuestra Señora en 1531. Embajador-mensajero de Santa María de Guadalupe, y beatificado (1990) y canonizado (2002) por san Juan Pablo II, la liturgia le celebra el 9 de diciembre. Tres días antes del día 12, festividad de la Virgen de Guadalupe.

Francisco Otamendi·9 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tras el bautizo le llamaron Juan Diego, pero su nombre original era Cuauhtlatoatzin, que en azteca significa “el que habla como un águila”. Era un campesino indígena, que iba desde su pueblo a Ciudad de México en sábado, día que los misioneros españoles dedicaban a la catequesis. 

Juan Diego, de 57 años, caminaba por un pedregal al alba del 9 de diciembre de 1531, según el santoral vaticano. Al llegar al pie del cerro Tepeyac, se sintió atraído por un canto de pájaro que nunca había oído antes. Luego el silencio, y una dulce voz que lo llama: «Juantzin, Juan Diegotzin». 

El hombre sube a la cima de la colina y se encuentra frente a una joven con un vestido que brilla como el sol. Se arrodilla y la escucha presentarse: ‘Soy la perfecta siempre Virgen María, la Madre del verdadero y único Dios’.

El obispo pide una señal 

La Señora confía una tarea a Juan Diego. Informar al obispo sobre lo que le ha sucedido para que se construya un templo mariano al pie de la colina. El arzobispo de México, fray Juan Zumárraga, no le cree. Por la tarde, la Señora invita a Juan Diego a intentarlo de nuevo al día siguiente. 

Esta vez el obispo hace algunas preguntas más sobre la aparición, pero sigue siendo escéptico, y pide una señal. El campesino informa de la petición a la Señora, que se compromete a darle una señal para el día siguiente. 

El campesino se entera de que un tío suyo enfermo se está muriendo, y sale a buscar un sacerdote. La mañana del día 12, Juan Diego, a la altura de Tepeyac cambia de camino para evitar encontrarse con la Señora.

Pero la Virgen María se pone ante él, y le pregunta por qué tanta prisa. El campesino se arroja al suelo y pide perdón. La Señora lo tranquiliza. Su tío ya está curado, dice, e invita a Juan Diego a subir al cerro a recoger flores para llevarlas al obispo, unas “rosas de Castilla”. Algo imposible en pleno diciembre. 

El indio las recoge y envuelve en la tilma, la manta de tela tosca que usa, y marcha a Ciudad de México. Juan Diego cuenta los hechos al obispo, y desenrolla su manta frente a los presentes. 

La imagen de la Virgen se reproduce en la tilma

En el mismo instante, en la tilma se reproduce la imagen de la Virgen, el icono venerado en todas partes. El obispo acude al lugar de las apariciones, hace comenzar la obra y el 26 de diciembre la primera capilla estaba lista junto a la colina.

San Juan Diego, viudo desde hace algunos años, pide habitar en una pequeña casa cerca de la capilla. Durante otros 17 años, hasta 1548, seguirá siendo guardián de la Señora, la Virgen morenita. Pueden encontrar una biografía más completa aquí.

El Santuario del Tepeyac, del que la Sagrada Imagen de la Virgen María de Guadalupe es su corazón, es desde el siglo XVI meta continua de peregrinos no sólo de la naciòn mexicana  sino de todo el continente americano, explica el Santuario.

El autorFrancisco Otamendi

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Vaticano

El Papa reza para que María llene de esperanza a los creyentes y abra oasis de paz

Al celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción mientras termina el Año Jubilar, el Papa León XIV oró hoy en Roma para que la “esperanza jubilar” “florezca en Roma y en cada rincón de la tierra”, trayendo consigo la reconciliación, la no violencia y la paz.

CNS / Omnes·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

– Cindy Wooden, Roma (CNS) 

El Papa León XIV ha rezado hoy ante la estatua de la Virgen Inmaculada en Roma, como sus predecesores, orando para que María dé esperanza a los creyentes. Y para que “después de las puertas santas, se abran ahora otras puertas de hogares y oasis de paz, donde la dignidad pueda florecer de nuevo, se enseñe la educación en la no violencia y se aprenda el arte de la reconciliación”.

De pie cerca de la Plaza de España en el centro de Roma, al pie de una imponente columna coronada por una estatua de María, el Papa dirigió a miles de romanos, peregrinos y turistas una oración el 8 de diciembre.

El bombero Roberto Leo

Al amanecer de esta mañana, un bombero llamado Roberto Leo, jefe del departamento de bomberos con más años de servicio en Roma, subió 100 peldaños de una escalera aérea. Para colocar una corona de flores blancas en los brazos extendidos de la estatua, a unos 90 pies sobre el suelo.

Siguiendo una tradición iniciada en 1958 por San Juan XXIII, el Papa León bendijo una cesta de rosas blancas que los asistentes colocaron al pie de la estatua. Y leyó una oración escrita específicamente para la fiesta de este año, con referencias a lo que está sucediendo en la Iglesia, la ciudad y el mundo.

Que se abran ahora otras puertas

En la oración a María, el Papa León recordó que el año jubilar trajo a Roma millones de peregrinos. Representantes de “una humanidad probada, a veces aplastada, humilde como la tierra de la que Dios la ha plasmado y en la que no cesa de infundir su Espíritu de vida”.

“Mira, oh María, a tantos hijos e hijas en quienes no se ha apagado la esperanza: que brote en ellos lo que ha sembrado tu Hijo, Él, la Palabra viva que en cada persona pide crecer aún más, tomar carne, rostro y voz”, oró el Papa .

Cuando las Puertas Santas de las basílicas mayores de Roma están a punto de cerrarse al final del Jubileo el 6 de enero, dijo que “otras puertas se abran ahora. Puertas de casas y oasis de paz donde pueda florecer de nuevo la dignidad, donde se enseñe la no violencia, donde se aprenda el arte de la reconciliación”.

“Nuevas luces en la Iglesia”

El Papa oró para que María “inspire nuevas luces en la Iglesia que camina en Roma y en las Iglesias particulares que en cada contexto recogen las alegrías y las esperanzas. Y las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, especialmente de los pobres y de todos los que sufren”.

El Papa León XVI expresó también su esperanza de que el bautismo, que lava a cada persona del pecado original, “genere hombres y mujeres santos e inmaculados. Llamados a ser miembros vivos del Cuerpo de Cristo, cuerpo que actúa, consuela, reconcilia y transforma la ciudad terrena donde se prepara la ciudad de Dios”.

Intercesión de María en un mundo lleno de cambios

En un mundo lleno de “cambios que parecen encontrarnos desprevenidos e impotentes”, pidió a María que intercediera y ayudara.

“Inspira sueños, visiones y coraje, tú que sabes mejor que nadie que nada es imposible para Dios, y al mismo tiempo que Dios no hace nada solo”, oró.

El Papa también pidió a María que ayude a la Iglesia a estar siempre “con y entre el pueblo, levadura en la masa de una humanidad que clama justicia y esperanza”.

El Papa León XIV imparte su bendición a los peregrinos y romanos reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano para el rezo del Ángelus el 8 de diciembre de 2025. (Foto CNS/Vatican Media).

En el Ángelus

Antes de dirigirse a la Plaza de España, el Papa dirigió el rezo del Ángelus al mediodía con los visitantes en la Plaza de San Pedro.

Al preservar a María de toda mancha de pecado desde el momento de su concepción, dijo, Dios le concedió “la gracia extraordinaria de un corazón completamente puro, en vista de un milagro aún mayor: la venida de Cristo Salvador al mundo como hombre”.

Esa gracia extraordinaria dio frutos extraordinarios, dijo, “porque en su libertad la acogió, abrazando el plan de Dios”.

“El Señor siempre actúa así: nos da grandes dones, pero nos deja la libertad de aceptarlos o no”, dijo el Papa . “Así, esta fiesta, que nos alegra por la belleza inmaculada de la Madre de Dios, también nos invita a creer como ella creyó, dando nuestro generoso asentimiento a la misión a la que el Señor nos llama”.

Silueta de la estatua mariana en la Plaza de España en Roma, después de que un bombero colocara una corona de flores en el brazo de la estatua el 8 de diciembre de 2025, festividad de la Inmaculada Concepción. (CNS photo/Lola Gomez).

Oración del Santo Padre León XIV

¡Dios te salve, María! Alégrate, llena de gracia, en esa gracia que, como una suave luz, ilumina a aquellos sobre quienes brilla la presencia de Dios.

El Misterio te rodeó desde el principio, desde el vientre de tu madre comenzó a obrar en ti grandes cosas, que pronto requirieron tu consentimiento, ese «sí» que inspiró muchos otros «síes».

Inmaculada, Madre de un pueblo fiel, tu transparencia ilumina Roma con luz eterna, tu camino perfuma sus calles más que las flores que hoy te ofrecemos.

Muchos peregrinos de todo el mundo, oh Inmaculada, han recorrido las calles de esta ciudad a lo largo de la historia y en este Año Jubilar.

Una humanidad probada, a veces aplastada, humilde como la tierra que Dios la forjó y en la que su Espíritu de vida nunca deja de respirar.

Mira, oh María, a tantos hijos e hijas en quienes la esperanza no ha muerto: que brote en ellos lo que tu Hijo sembró, Él, la Palabra viva que en cada uno pide crecer más, tomar cuerpo, rostro y voz.

Que la esperanza jubilar florezca en Roma y en cada rincón de la tierra, esperanza en el mundo nuevo que Dios prepara, y del cual tú, oh Virgen, eres como el brote y la aurora.

Después de las puertas santas,  que se abran ahora otras puertas de hogares y oasis de paz donde la dignidad pueda florecer de nuevo, se enseñe la educación en la no violencia y se aprenda el arte de la reconciliación.

Que venga el reino de Dios, esa novedad que tanto anhelaste  y a la que te abriste por completo, de niña, de joven y como madre de la Iglesia naciente. Inspira nuevas perspectivas en la Iglesia que camina en Roma y en las Iglesias particulares que, en cada contexto, acogen las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, especialmente de los pobres, y de todos los que sufren.

Que el bautismo siga generando hombres y mujeres santos e inmaculados, llamados a ser miembros vivos del Cuerpo de Cristo, un Cuerpo que actúa, consuela, reconcilia y transforma la ciudad terrena en la que se prepara la Ciudad de Dios.

Intercede por nosotros, que enfrentamos cambios que parecen encontrarnos desprevenidos e impotentes. Inspira sueños, visiones y valentía, tú que sabes mejor que nadie que nada es imposible para Dios, y al mismo tiempo que Dios no hace nada solo.

Guíanos hacia adelante, con la premura que una vez impulsó tus pasos hacia tu prima Isabel y la inquietud con la que te convertiste en exiliada y peregrina, para ser bendecida, sí, pero entre todas las mujeres, la primera discípula de tu Hijo, Madre de Dios con nosotros. Ayúdanos a ser siempre Iglesia con y entre el pueblo, levadura en la masa de una humanidad que clama justicia y esperanza.

Inmaculada, mujer de infinita belleza, cuida esta ciudad, a esta humanidad. Muéstrala a Jesús, tráela a Jesús, preséntala a Jesús. Madre, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

El autorCNS / Omnes

Vaticano

El mayor momento de la carrera de Michael Bublé: cantar para el Papa y para los pobres

El cantante canadiense fue la estrella invitada del Concierto con los pobres, realizado este sábado en el Vaticano.

Luísa Laval·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Aula Pablo VI del Vaticano ya tiene un evento prácticamente fijo en la agenda navideña: el Concierto con los pobres, que en su 6.ª edición trajo al cantante que está presente en todos nuestros Christmas Hits: Michael Bublé. En las primeras filas se encontraban 3 mil pobres de Roma, mientras otras 5 mil personas llenaron el auditorio.

El cantante canadiense se declaró emocionado por la oportunidad de cantar en Roma en presencia del Papa León XIV: “Es el mayor momento de mi carrera. Dios me está bendiciendo por poder compartir juntos esta noche fraterna”.

Bublé se mostró a gusto en el escenario y buscó interactuar especialmente con el público más desfavorecido. Se dirigió muchas veces al lado izquierdo del escenario, donde se encontraba un grupo de personas en silla de ruedas. Invitó al público a cantar, sin miedo de equivocarse en la letra o el tono.

Entre las canciones elegidas para la ocasión, no podía faltar el clásico navideño It’s Beginning to Look a Lot Like Christmas (imposible leerlo sin tararear), además de su éxito Feeling Good.

Pero el momento cumbre de la noche fue la interpretación del Ave María de Schubert, cuya previa durante la rueda de prensa del día anterior ya había viralizado en las redes. Bublé agradeció, diciendo que es una de las canciones más bonitas de todos los tiempos.

La presencia del Papa

Entre los invitados de la noche, el Papa asistió a todo el concierto y recordó que el ya tradicional concierto en el Vaticano nació en el corazón de su predecesor, el Papa Francisco. “Esta noche, mientras las melodías tocaban nuestras almas, sentimos el valor inestimable de la música: no es un lujo para unos pocos, sino un regalo divino accesible para todos, ricos y pobres”.

Con este gesto, León muestra que está de acuerdo con la máxima de su maestro espiritual, San Agustín: quien canta reza dos veces. Recordó que la música y la belleza son una forma de amor, una via pulchritudinis (camino de belleza) que conduce a Dios.

“La música es como un puente que nos lleva a Dios. Es capaz de transmitir sentimientos, emociones, incluso los movimientos más profundos del alma, elevándolos y transformándolos en una escalera ideal que conecta la tierra y el cielo. ¡Sí, la música puede elevar nuestra alma! No porque nos distraiga de nuestras miserias, porque nos aturda o nos haga olvidar los problemas o las situaciones difíciles de la vida, sino porque nos recuerda que no somos solo eso: somos mucho más que nuestros problemas y nuestras penas, ¡somos hijos amados por Dios!”

En el camino de la belleza

No podemos olvidar la pieza fija del Concierto con los pobres, el maestro y compositor Marco Frisina, director del Coro de la Diócesis de Roma. Como siempre, aprovechó la ocasión para recordar el sentido cristiano de la Navidad y la esperanza que la música trae a la oscuridad del mundo.

En ediciones anteriores del evento navideño, Frisina compartió el escenario con grandes de la música como Hans Zimmer y Ennio Morricone. Cada año es una ocasión para que estos artistas y los cientos que los acompañan tengan un encuentro privado con el Santo Padre y demuestren un gesto de generosidad: compartir su talento con quienes quizá nunca tendrían la oportunidad de verlos.

El sacerdote italiano ya se ha consagrado como portavoz de la música sacra, y cree en su fuerte potencial de evangelización. Iniciativas como este concierto y el espectáculo de piedad dirigido por él durante la vigilia del Jubileo de los Jóvenes en agosto muestran que la via pulchritudinis es realmente un buen camino para hablar de Dios en la actualidad.

Al final del Concierto, todos los pobres recibieron una cena italiana distribuida por el Vaticano: lasaña, albóndigas y brócoli.

Evangelización

«Potuit, decuit, ergo fecit». La Inmaculada, devoción, dogma y misterio

Reynaldo Jesús·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

La solemnidad de la Inmaculada Concepción ocupa un lugar privilegiado dentro de la  fe católica no solo por el contenido doctrinal que transmite, sino por la riqueza espiritual  y pastoral que ha generado a lo largo de los siglos. En ella coinciden la devoción del  pueblo cristiano, la solemnidad definitoria del magisterio y la reflexión teológica. 

María, preservada por gracia de la mancha del pecado en el primer instante de su ser,  aparece como punto de unión entre fe celebrada, fe creída y fe vivida. En este sentido,  la Iglesia descubre en la afirmación del ángel Gabriel en Lc 1,28—“Læaetare, gratia  plena” (κεχαριτωμένη)—el fundamento bíblico privilegiado de su santidad original. Los  Padres griegos, como san Efrén y san Juan Damasceno, vieron en esta plenitud de gracia  una exclusión radical del pecado: “Tú, y sólo Tú, estás totalmente bella, sin mancha  alguna” (Efrén, Carmina Nisibena 27,8). 

Ahora bien, la clásica premisa inmaculista —Potuit, decuit, ergo fecit—, condensa con  simplicidad la lógica del misterio Mariano que se resume en que «Dios pudo preservar  a María del pecado original; convenía a la dignidad de la Madre del Verbo encarnado  que así fuese; por tanto, en su providencia amorosa, lo hizo». Cabe recordar que esta  fórmula está presente en la tradición franciscana y fue asumida progresivamente por la  Iglesia, y con ella no solo expresa un argumento teológico, sino un dinamismo espiritual y pastoral que atraviesa la vida eclesial. 

Duns Scoto formuló magistralmente esta lógica, que recogió la bula Ineffabilis Deus;  sin embargo, ya san Ireneo anticipó el espíritu de esta premisa al contraponer a Eva y  María: “el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María” (Adv. Haer. III,22,4). Si convenía que la nueva Eva introdujera la vida donde la antigua  introdujo la muerte (cf. Rm 5,12-21), también convenía que fuese íntegramente  renovada desde el origen. 

El dogma de la Inmaculada Concepción no es un privilegio aislado, sino que constituye  la manifestación luminosa de la gratuidad de Dios y la plena disponibilidad de la libertad humana a su obra. Este dogma, definido por el Papa Pío IX en Ineffabilis Deus (1854),  ha sido celebrado por siglos tanto en la liturgia como en la piedad del pueblo cristiano,  incluso mucho antes de su reconocimiento magisterial, el corazón del creyente ya intuía  y veneraba la pureza original de María, comprendiendo que Dios la preparó de modo  singular para ser la Madre de su Hijo. 

Pío IX recoge este “instinto de fe” del pueblo fiel al afirmar que la Iglesia siempre ha  mirado a la Inmaculada Concepción como una doctrina recibida de los Padres, y más  aún, ha procurado pulir la enseñanza para que reciba claridad, luz y precisión (cf.  Ineffabilis Deus, proemio). Benedicto XVI subraya esta continuidad reconociendo que  la expresión de Lc 1,28 recoge el título más bello dado por Dios a María proponiéndola  además como estrella de esperanza y aurora que anuncia el día de la salvación, sin  descuidar la lectura cristológica y eclesial de María, en quien destaca su vocación  singular, su elección anticipada y su papel en la Iglesia, valorando el dogma como una  autentica integración del plan divino (Ángelus, 8 de diciembre 2005-2007). 

No se pueden silenciar las voces de quienes desde una multiplicidad de obras de carácter  devocional expresan con belleza poética y teológica la convicción eclesial que María es  “toda pura”, tota pulchra. La devoción del pueblo, el magisterio eclesial y la reflexión  teológica se orientan en una visión integrada del misterio mariano que ilumina tanto la  historia de la salvación como la vocación del ser humano. La liturgia, aplica a María los  textos del Cantar de los Cantares: “Toda hermosa eres, amiga mía, no hay mancha en  ti” (Ct 4,7), que san Ambrosio interpretaba en clave mariana (Expos. in Luc. II,7). 

El «potuit»: posibilidad teológica en Ineffabilis Deus

Debemos recordar que la convicción popular de la llamada “conveniencia” del misterio  encontró su afirmación doctrinal en Ineffabilis Deus (8 de diciembre de 1854). El Papa  Pío IX en esta bula, articula el dogma de la Inmaculada a partir de la plena omnipotencia  divina: «si Dios podía preservar a María del pecado original en previsión de los  méritos de Cristo, entonces tal acto pertenece legítimamente a su libertad soberana»,  entonces, no se trata solo de una simple afirmación de poder operativo, sino que es la  expresión de una posibilidad inscrita en el designio salvífico. 

Si bien el texto pontificio cita explícitamente a san Efrén, san Agustín y san Andrés de  Creta como testigos antiguos de esta santidad original, curiosamente en los textos de  san Agustín, prudente en su formulación, cuando aborda la cuestión del pecado afirma:  “Tratándose de la Virgen María, no quiero que se mencione el pecado”, resumiendo esto en la expresión latina «excepta itaque sancta virgine», es decir, exceptuando pues a la  Santa Virgen María (De natura et gratia, 36). 

La bula, al ofrecer los fundamentos bíblicos y patrísticos, muestra que este potuit no  surge del voluntarismo, sino de la coherencia interna del plan divino. La nueva Eva  debía ser plenamente asociada a la misión del nuevo Adán; la plenitud de gracia  proclamada por el ángel debía tener un inicio proporcional a su destino. El potuit se  convierte así en fundamento del dogma: si Dios es Padre omnipotente y Salvador,  ciertamente podía realizar en María esta obra singular. 

La Encarnación exigía una cooperación humana libre; y si Dios prepara los caminos  para la venida de su Hijo, nada impide que esa preparación alcance la raíz misma del  ser de María. Lo que la Iglesia proclama es que Dios actuó con anticipación; que su  acción redentora no está limitada por el tiempo; y que la gracia de Cristo puede irrumpir  incluso en el origen de una existencia humana para preservarla del mal. 

El «decuit»: conveniencia de la Inmaculada en la intuición devocional del pueblo. Si la Iglesia ha reconocido en María una pureza originaria es, en gran parte, porque el  pueblo cristiano así la percibió mucho antes de la definición dogmática. 

He de decir que la novena Candor de la luz eterna (escrita en Guatemala hacia 1720 por el franciscano Fr. Rodrigo de Jesús Sacramentado) puede considerarse un auténtico y  notable testimonio de esta sensibilidad; es una obra que, haciendo uso del lenguaje  poético y simbólico, expresa la “conveniencia” profunda —el decuit— de que la Madre  del Salvador fuera desde su origen un espacio sin sombra para la luz de Dios. 

Lejos de tratarse de un sentimiento popular, esta convicción nace del contacto continuo con el Misterio. Identificar a María como candor de la luz eterna, presenta una intuición  teológica importante: si el Hijo es la Luz, convenía que su Madre fuese transparencia  pura, aurora sin ocaso, criatura abierta sin fisuras a la acción de la gracia

El decuit devocional se hace evidente en las imágenes bíblicas que la novena despliega:  María como espejo sin mancha, como jardín cerrado o como estrella de la mañana. En  estas figuras se percibe que el pueblo cristiano ha “reconocido” en María aquello que  convenía a su misión materna. Lo que siglos después será formulado dogmáticamente  ya vivía en la oración y en la contemplación de los fieles. Como tantas veces en la historia, la liturgia y la piedad preceden a la definición teológica, expresando la  sabiduría profunda del sensus fidelium

El «fecit»: realización histórica y su recepción contemporánea en Benedicto XVI Si la teología afirmó la posibilidad (potuit) y el pueblo creyente intuyó la conveniencia  (decuit), el ergo fecit señala la certeza de que Dios lo ha hecho. En María Santísima, la  preservación del pecado original no es solo un pensamiento teológico, sino, en verdad  es un acontecimiento histórico que revela algo esencial sobre la acción de Dios en el  mundo: su deseo de salvar radicalmente, de reconstruir lo humano desde la raíz

Quisiera referirme al pensamiento del Papa Benedicto XVI que ha sabido iluminarnos con una interpretación oportuna. El Papa alemán parece leer el ergo fecit como una  pedagogía de la libertad. Dios no anuló la naturaleza de María, sino que la llevó a su  plenitud. La gracia preservante no la alejó de los demás, sino que la convirtió en icono  de lo que la humanidad está llamada a ser cuando acoge sin reservas el amor divino. En  un mundo que experimenta la fractura interior, la Inmaculada aparece como signo de la  victoria definitiva de la gracia: Dios lo hizo para mostrar lo que hará plenamente en la  humanidad regenerada. María es “transparencia del amor de Dios, muestra de lo que  Dios quería desde el principio para el hombre” (Homilía, 8 de diciembre de 2005). 

Para el Papa Benedicto XVI, la Inmaculada es el “SÍ” puro y originario de la humanidad  a Dios. En ella se cumple el fecit divino de una manera profundamente cristológica: lo  que Dios realiza en María anticipa, ilumina y confirma la obra de Jesucristo en todos  los hombres. María no es excepción aislada, sería un grave error pensarlo así, sino el  fruto más valioso de la redención. Recordemos que la definición del dogma apunta  desde María a Jesucristo: “la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de  toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción, por singular  gracia y privilegio de Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo”. María es el ícono de la respuesta totalmente libre del hombre a Dios, porque la libertad  humana, preservada y elevada, se convierte en lugar del despliegue de la Gracia. 

Unidad del misterio en el dinamismo del potuit–decuit–fecit 

La Inmaculada Concepción, contemplada desde la premisa inmaculista clásica, como  he mencionado al inicio, «Potuit, decuit, ergo fecit», revela la coherencia profunda del  actuar divino: Dios puede lo que quiere, quiere lo que conviene a su amor, y realiza  aquello que manifiesta más plenamente su gloria y su misericordia.

El pueblo cristiano captó de modo intuitivo esta conveniencia en obras devocionales  como Candor de la luz eterna, novena compuesta en el contexto de la espiritualidad  barroca y ampliamente difundida en la tradición hispana, testimonio privilegiado de esta  devoción; el magisterio de la Iglesia confirmó la posibilidad y la realidad del misterio  en Ineffabilis Deus; y el pensamiento de Benedicto XVI lo presenta desde una  interpretación cristológica como una verdad profundamente actual para el hombre,  llamado también a dejarse transformar por la gracia. 

María, la Señora que es candor de la luz eterna, es presencia de lo que Dios puede, de  lo que conviene a su amor, y de lo que efectivamente ha llevado a cabo en la historia.  Contemplarla es aprender a confiar en la acción divina que, todavía hoy, sigue recreando  el mundo y guiándolo hacia su plenitud a pesar de las heridas y la evidente pérdida del  sentido del pecado, María sigue siendo signo de esperanza, recordatorio de la belleza  del corazón puro, un modelo de autenticidad interior y garantía del triunfo definitivo de  la gracia. No cabe duda que en María vemos realizada la promesa de Dios en el sentido de que la  gracia es más fuerte que el pecado. Así, el «potuit–decuit–fecit» no es un razonamiento,  sino una espiritualidad: describe cómo la gracia actúa, cómo transforma y cómo culmina  su obra en aquellos que se abren plenamente a ella.

El autorReynaldo Jesús

Ecología integral

Inteligencia Artificial: oportunidad, límite y acompañamiento humano

La Inteligencia Artificial (IA) es un poderoso medio tecnológico que, aunque genera fascinación y temores, requiere de la educación crítica, el equilibrio en su uso y la responsabilidad ética.

JC Montenegro·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Vivimos un tiempo en el que la tecnología ya no solo está “alrededor” de la vida humana, sino dentro de ella. La Inteligencia Artificial, o IA, dejó de ser una promesa futurista para convertirse en un compañero silencioso que traduce textos, organiza tareas, sugiere videos y hasta corrige nuestros errores. Si somos adultos, esto nos sorprende. Si somos jóvenes, esto ya es normal. Esta diferencia generacional es clave para comprender cómo nos relacionamos con la IA y por qué conocer sus ventajas y sus riesgos es urgente.

La IA no es magia. Se construye a partir de datos, algoritmos y patrones. Aprende de nuestras búsquedas, de nuestras preferencias, del comportamiento colectivo de millones de usuarios. Y lo hace a gran velocidad. Por eso genera fascinación. Por eso también genera miedo.

Resultados de una encuesta

En un estudio realizado a 1.013 jóvenes de la región Salesiana Interamericana, 61.5% afirmó estar «bastante familiarizado» con la IA Salesian Youth and Ai. Esto revela que las nuevas generaciones no solo escuchan hablar del tema: conviven con él. Lo incorporan a su vida diaria, a sus trabajos escolares, a su ocio digital. Y sin embargo, cuando se les pregunta por sus temores, la respuesta es sorprendentemente madura. 47.9% expresa preocupación por el uso irresponsable de la IA, 46.4% teme el impacto en las relaciones humanas y 45.1% cuestiona el riesgo de sustituir el trabajo humano Salesian Youth and Ai. No estamos frente a una juventud ingenua. Está inquieta, consciente y, sobre todo, pidiendo acompañamiento.

Este dato abre un debate que no es solo tecnológico, sino profundamente humano. Durante siglos, el progreso se entendió como la capacidad de automatizar. Primero fueron las máquinas que reemplazaron brazos. Después, las computadoras que aceleraron cálculos. Hoy, la IA aprende, sugiere, crea y decide. Pero la pregunta no es si la IA puede hacerlo, sino si debe hacerlo. Y más aún: qué hacemos nosotros con ese poder.

Los jóvenes que participaron del estudio no quieren la IA como un sustituto de su inteligencia. Imaginan un tutor que explique paso a paso, que enseñe, que inspire. No quieren respuestas que eviten el esfuerzo, sino herramientas que permitan comprender mejor. Esta aspiración revela algo esencial: la IA no es un fin en sí mismo. Es un medio. De cómo se use dependerá su moralidad.

Contraste generacional

Los adultos, en cambio, solemos ver la IA como una novedad distante. O como una amenaza cultural. Nos cuesta reconocer que lo digital no es una extensión de la vida juvenil: es parte del ecosistema en el que han crecido. En una encuesta a 1.375 colaboradores laicos salesianos, 78.8% ve en la IA nuevas herramientas educativas mientras que 55.6% teme la dependencia tecnológica Salesian Lay and Ai v1. La tensión es evidente. Entusiasmo y prudencia conviven, porque la IA promete eficiencia, pero también despierta la sospecha de que puede dejarnos sin criterio propio.

Este contraste entre generaciones no debe llevarnos a posiciones extremas. Ni idolatrar la IA como solución universal, ni demonizarla como enemiga de la humanidad. Ambos caminos esconden el mismo peligro: dejar de pensar por nosotros mismos. La IA es poderosa cuando amplifica nuestra capacidad de aprender, discernir y crear. Pero nos empobrece si nos acostumbra a responder sin preguntar, a consumir sin verificar, a delegar sin reflexionar.

Durante los últimos años he trabajado junto a jóvenes, educadores y agentes sociales que experimentan esta transición. En muchos de ellos noto un fenómeno fascinante. Cuando se enfrentan a tareas complejas, como la resolución de problemas matemáticos, la IA puede mostrarles el procedimiento. Cuando deben entender textos densos, puede sintetizarlos. Cuando necesitan ejemplos, puede generarlos. Esta ayuda es valiosa, siempre y cuando no anule el proceso de aprendizaje. Cuando el joven deja de leer porque “la IA ya le dijo lo importante”, pierde algo más que una nota. Pierde autonomía intelectual.

Cómo funciona la IA

Los adultos corremos el mismo riesgo. ¿Cuántas veces consultamos herramientas digitales para decidir qué comer, a dónde viajar o qué pensar sobre un debate público? La IA funciona como un espejo de nuestras preferencias. Nos da lo que creemos querer, pero no necesariamente lo que necesitamos. Las plataformas que recomiendan contenido, por ejemplo, aprenden nuestros gustos y los intensifican. El resultado es cómodo, pero peligroso: vivimos en burbujas informativas, cada vez más personalizadas y menos diversas.

Para comprender la IA con madurez conviene recordar algo simple. No tiene valores propios. No sabe qué es bueno o malo. Solo sabe correlacionar lo probable. Funcionará según el propósito que nosotros le asignemos y el cuidado ético con el que la usemos. Un martillo puede construir una casa o destruir un cristal. La herramienta no define el sentido. Lo define la intención humana.

Algunas sugerencias

Entonces, ¿cómo avanzar? Hay tres claves para un uso humano de la IA.

Primero, educación crítica. La IA no debe presentarse como sustituto del esfuerzo, sino como aliada del pensamiento. Los jóvenes necesitan saber cómo funciona, no solo cómo se usa. Qué datos recopila, qué sesgos arrastra, cómo verificar su información. Para los adultos es igual. Comprender sus límites evita decepciones y abusos.

Segundo, equilibrio. Si confiamos en la IA para todo, perderemos la capacidad de elegir. Usarla no está mal. Depender de ella, sí. La tecnología es un apoyo, nunca un reemplazo del encuentro humano, del diálogo, de la paciencia que se aprende resolviendo un problema sin atajos.

Tercero, responsabilidad ética. La IA crea imágenes, textos, voces. Puede imitar estilos o fabricar datos. Esto exige prudencia. Verificar fuentes. Citar correctamente. Proteger la privacidad. Respetar el trabajo de otros. Ser transparentes sobre su uso cuando el contexto lo exige.

En el fondo, hablar de IA es hablar de humanidad. Las generaciones más jóvenes nos están enviando un mensaje. No nos piden que les prohibamos la tecnología. Nos piden que los acompañemos a usarla con propósito. No quieren un mundo sin IA. Quieren un mundo en el que la IA no sustituya lo que nos hace humanos.

La tecnología avanza. Nosotros debemos avanzar con ella. Pero si olvidamos que la inteligencia no es solo procesar datos sino amar, dialogar, imaginar y buscar sentido, entonces ninguna máquina será responsable. Seremos nosotros quienes hayamos renunciado a pensar y actuar con libertad.

La IA puede ser una oportunidad inmensa para aprender, crear y crecer. También un riesgo silencioso que limita la autonomía y debilita la convivencia. La decisión no está en los algoritmos. Está en nosotros. Conocer sus ventajas y desventajas, escuchar las voces de quienes ya conviven con ella y elegir conscientemente serán las claves para que la tecnología sirva a la vida, y no al revés.

El autorJC Montenegro

Director ejecutivo del Centro Juvenil de la Familia Salesiana en Los Ángeles.

Evangelización

¿Qué milagro mariano sucedió el día de la Inmaculada?

El 8 de diciembre celebramos la Inmaculada Concepción, una fiesta que une el dogma proclamado por la Iglesia con el milagro que hizo a la Virgen patrona de los Tercios españoles.

Álvaro Gil Ruiz·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 8 de diciembre celebramos el dogma de la Inmaculada Concepción. Porque ese mismo día de 1854 el Papa Pío IX (Pío nono) declaró el dogma sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen con la bula ‘Ineffabilis Deus’. La Inmaculada Concepción es uno de los cuatro dogmas marianos: la maternidad divina, la virginidad perpetua y la asunción al cielo en cuerpo y alma.

Inmaculada viene de sin mácula, sin mancha de pecado. En España existe el privilegio de las vestiduras azules en este día. 

Pero muy pocos saben que el motivo de que sea el 8 de diciembre y no el 27 de marzo o el 3 de abril es el milagro de Empel.

Este milagro tuvo lugar en la noche del 7 y 8 de diciembre de 1585, en la época de Felipe II. Durante la Guerra de los Ochenta en los Países Bajos (Conocida en España como guerra de Flandes y en los Países Bajos como guerra de independencia de los Países Bajos). Concretamente se encontraba el Tercio Viejo de Zamora de 5000 hombres, comandado por el maestro de campo Francisco Arias de Bobadilla, en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal. 

Estaban en inferioridad numérica y con escasez de víveres frente a las tropas del almirante Holak. Encima fueron rodeados en el monte Empel. Allí cavando trincheras, para prepararse para la batalla, encontraron una tabla flamenca de la Inmaculada. Colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, que tenía aprecio a la Virgen, pidió a sus soldados que rezaran a la Virgen Inmaculada por la victoria.

Durante la noche ocurrió el siguiente milagro. Llegó un viento gélido que congeló las aguas. De tal manera que los tercios españoles se dieron cuenta de esto, pudieron atravesar los ríos a pie y coger desprevenidos a sus adversarios. Obtuvieron una victoria tan contundente que el almirante Holak llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro». Aquel mismo día la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles en Flandes e Italia.

Desde entonces es considerada la patrona de España y del ejército de tierra. Se celebró por primera vez en España en el año 1644, pero fue declarado como día festivo y dogma, como hemos dicho, el 8 de diciembre de 1854 por el Papa Pío IX.

Para celebrar la fiesta se celebran 9 misas empezando el día de San Andrés, hasta el día de la fiesta. 

Vaticano

«La paz es posible»: 7 lecciones del Papa tras viajar a Turquía y Líbano

En el Ángelus de este II Domingo de Adviento, el Papa León XIV ha manifestado que lo que ha sucedido estos días en su viaje a Turquía y Libano “nos enseña que la paz es posible, y que los cristianos pueden ayudar a construirla”. Lo ha sintetizado en 7 lecciones.  

Redacción Omnes·7 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El viaje apostólico a Turquía y Líbano ha permitido al Papa León XIV asegurar este domingo en el Ángelus en la Plaza de Pedro, ante miles de personas, que estos días “nos enseñan que la paz es posible. Y que los cristianos, en diálogo con hombres y mujeres de otras religiones y culturas, pueden contribuir a construirla. No olvidemos que la paz es posible”, ha reiterado.

Tras la breve reflexión sobre el Evangelio de este segundo domingo de Adviento, centrado en la figura del precursor, san Juan Bautista y su mensaje de conversión, el Papa ha rezado la oración mariana del Ángelus. Y ha comentado enseguida que hace unos días regresó de su primer viaje aposrtólico a Turquía y Líbano, del que ha informado Omnes cada día.

7 conclusiones del viaje

León XIV ha efectuado este breve resumen del viaje, en siete puntos.

1.- “Junto con mi querido hermano Bartolomé, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, y los representantes de otras confesiones cristianas, nos reunimos para orar juntos en Íznik, la antigua Nicea, donde hace 1700 años se celebró el primer Concilio ecuménico”.

Hoy se cumple precisamente el 60 aniversario de la Declaración conjunta entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, que puso fin a las excomuniones recíprocas, ha recordado.

“Demos gracias a Dios y renovemos nuestro compromiso en el camino hacia la plena unidad visible de todos los cristianos”. 

2. “En Turquía he tenido el gozo de encontrar la comunidad católica. A través del diálogo paciente y el servicio a los que sufren, esta comunidad da testimonio del Evangelio del amor y de la lógica de Dios que se manifiesta en la pequeñez”

3.- “El Líbano sigue siendo un mosaico de convivencia y me ha reconfortado escuchar tantos testimonios en este sentido”. 

4.- He encontrado personas que anuncian el Evangelio acogiendo a los desplazados, visitando a los presos, compartiendo el pan con los necesitados. 

5.- “Me ha reconfortado ver a tanta gente en la calle saludándome y me ha conmovido el encuentro con los familiares de las víctimas de la explosión en el puerto de Beirut”. 

6- “Los libaneses esperaban una palabra y una presencia de consuelo, ¡pero fueron ellos quienes me consolaron con su fe y su entusiasmo! ¡Agradezco a todos los que me han acompañado con sus oraciones! 

7.“Lo que ha sucedido en los últimos días en Turquía y Líbano nos enseña que la paz es posible y que los cristianos, en diálogo con hombres y mujeres de otras religiones y culturas, pueden contribuir a construirla”.

Cercano a los pueblos del Sur y Sudeste Asiático

“Estoy cerca de los pueblos del sur y sudeste asiático, duramente golpeados por los recientes desastres naturales, “ha dicho también el Papa.

El Santo Padre reza “por las víctimas, por las familias que lloran a sus seres queridos y por quienes prestan socorro. Exhorto a la comunidad internacional y a todas las personas de buena voluntad a que apoyen con gestos de solidaridad a los hermanos y hermanas de esas regiones”.

El Papa ha saludado con afecto a todos los romanos y peregrinos. “Saludo a todos los que han vendido de otras partes del mundo, en particular a los fieles peruanos de Pisco, Cusco y Lima. A los polacos, recordando también la Jornada de oración y apoyo material a la Iglesia del Este. También al grupo de estudiantes portugueses. Y a los grupos parroquiales italianos.

Antes del Ángelus

Al comentar el Evangelio del domingo, el Papa León ha dicho que “ciertamente, el tono del Bautista es severo, pero el pueblo lo escucha porque en sus palabras resuena la llamada de Dios a no jugar con la vida, a aprovechar el momento presente para prepararse al encuentro con Aquel que no juzga por las apariencias, sino por las obras y las intenciones del corazón”.

Además, ha señalado que el mundo necesita esperanza, y que “nada es imposible para Dios. Preparémonos para su Reino, acojámoslo. El más pequeño, Jesús de Nazaret, nos guiará. Él, que se puso en nuestras manos, desde la noche de su nacimiento hasta la hora oscura de su muerte en la cruz, resplandece en nuestra historia como el sol naciente”.

“Ha comenzado un nuevo día: ¡despertemos y caminemos en su luz! Aprendamos a hacerlo como María, nuestra Madre, mujer que aguarda con confianza y esperanza”, ha concluido.

El autorRedacción Omnes

Evangelización

San Ambrosio, obispo de Milán, clave en la conversión de San Agustín

El 7 de diciembre la Iglesia celebra a san Ambrosio, aunque hoy es el II Domingo de Adviento. El obispo san Ambrosio de Milán (siglo IV), es uno de los cuatro grandes Doctores latinos de la Iglesia. Los otros tres son san Agustín, san Gregorio Magno y san Jerónimo.

Francisco Otamendi·7 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

San Ambrosio, obispo de Milán (Italia) es una de las figuras más influyentes del cristianismo antiguo y Doctor de la Iglesia. Su vida y obra han sido ampliamente documentadas por fuentes oficiales de la Santa Sede y por la tradición agustiniana. En especial las ‘Confesiones’ de san Agustín, donde éste relata el papel decisivo que san Ambrosio desempeñó en su conversión.

Hijo de una familia romana cristiana y formado en retórica y derecho, Ambrosio llegó a Milán como gobernador de la provincia de Liguria y Emilia. Su elección como obispo en el año 374 fue rápida y casi súbita. Según las fuentes eclesiásticas, aún era catecúmeno cuando la comunidad lo aclamó para ocupar la sede episcopal. Tras recibir el bautismo y las órdenes sagradas en unos días, Ambrosio fue obispo más de dos décadas.

Se mantuvo firme frente a los emperadores Teodosio y Valentiniano II, e insistió siempre en la primacía de la conciencia cristiana, y en la necesidad de que los gobernantes se sometieran a la ley moral.

Impacto en San Agustín 

Las ‘Confesiones’ narran el impacto producido por la elocuencia, la inteligencia y la interpretación espiritual de la Escritura que san Ambrosio ofrecía en sus homilías. San Agustín fue al principio un intelectual escéptico, y encontró en san Ambrosio un testimonio vivo de la fe cristiana. 

Fue san Ambrosio quien finalmente le bautizó en la Vigilia Pascual del año 387. Los agustinos dicen que “si no tuviéramos a san Ambrosio, ‘no tendríamos la Orden de los Agustinos como la conocemos hoy”.

“Ubi Petrus, ibi Ecclesia”

San Ambrosio reconoció siempre el primado del obispo de Roma afirmando: “Ubi Petrus, ibi Ecclesia” (‘Donde está Pedro, allí está la Iglesia’). La teología sacramental, la liturgia, la música sagrada —incluido el célebre ‘Te Deum’, tradicionalmente relacionado con él—, convirtieron a san Ambrosio en una columna de la Iglesia latina. 

El autorFrancisco Otamendi

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Libros

Genealogía de los derechos humanos

La Declaración Universal de Derechos Humanos surgió tras la guerra para fundamentar universalmente la dignidad humana, que Hans Joas sugiere es una "sacralización de la persona" que la hace inviolable.

José Carlos Martín de la Hoz·7 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Al término de la segunda guerra mundial y ante la magnitud del holocausto judío, el clamor de la declaración universal de los derechos humanos se impuso como deber ineludible e inaplazable de la humanidad ante la historia y ante el futuro de la raza humana.

Ciertamente, la declaración de los derechos humanos se hizo posible, con un acuerdo total y universal, y esa carta magna ha servido desde entonces para amalgamar a los hombres de toda raza y condición, como si fueran aplicaciones del derecho natural, de una ética global y de un presupuesto de partida para impedir o al menos, condenar los atentados contra la dignidad de la persona humana.

El problema es que, en la mente de los cristianos, judíos y musulmanes que poseen un Dios único y trascendente, estaba muy claro que los derechos humanos se basaban en la dignidad de la persona humana como hijo de Dios o, al menos, como criaturas de Dios. 

La dificultad estaba en los no creyentes, que empezaban a crecer en número y que no lograban encontrar un principio sólido para apoyar los derechos humanos que no fuera en los “propios” derechos humanos.

El fundamento de los DDHH

La idea que desarrolla Hans Joas en el ensayo que ahora comentamos es exactamente esta: fundamentar los derechos humanos en la dignidad de la persona humana equivaldría a sacralizar la persona humana, es decir, darle una dignidad y renombre que realmente aleje la tentación del atentado, la humillación o la degradación de esa dignidad.

De alguna manera el pacto del Leviatán de Hobbes palidecería ante una sacralización de la persona que asume compromisos de verdad y libertad con los demás seres humanos reconociendo que esa relación dignifica y se convierte en fuente de fecundas creatividades. En definitiva, sería interpretar el Concilio Vaticano II, en la Constitución dogmática “Gaudium et spes” cuando afirma que el hombre es la “única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás” (n. 24).

Esto es muy importante, pues para Hans Joas se corría el riesgo, pasados unos años, de que convirtiéramos la declaración universal de derechos humanos de 1948, que ha fundamentado la organización de naciones unidas en un “proceso exitoso de generalización de valores” (p. 21). 

Libertad religiosa

Incluso algunos, pasados los años, la podrían poner como ejemplo de la evolución histórica de las buenas intenciones del siglo XVIII en la actualización de las ideas de la revolución americana o de la declaración de la revolución francesa (p. 24).

Sobre todo, tengamos en cuenta que la revolución francesa estaba por encima del derecho canónico y civil y manipuló al pueblo y a la Iglesia a su antojo para convertirse en perseguidores de Dios por todo el territorio francés dejando sembrado el país de cadáveres guillotinados hasta serlo ellos mismos (p. 31).

La primera consecuencia en Estados Unidos fue el principio de libertad religiosa por el que nadie debía ser molestado por sus creencias o forzado a asumir una religión o un credo (p. 53). Años después, el propio Concilio Vaticano II retomaría esa libertad y la llevaría por el mundo entero: sin libertad no se puede amar a Dios.

Era lógico, puesto que los derechos humanos son para todos los hombres de todas las razas, culturas y naciones y todos también somos iguales ante la ley y tenemos igualdad de oportunidades.

La tortura

También pusieron enseguida coto a la tortura en las constituciones de todas las naciones europeas, de modo que la tortura dejaba de ser parte sistemática del derecho penal o de la investigación de un robo (p. 63).

La desaparición de la tortura no solo es simplemente fruto de la humanización de los castigos y de las penas, es algo mucho más profundo, es devolver el principio de presunción de inocencia y que el hombre debe ser siempre tratado como imagen y semejanza de Dios y que es preferible que mienta a ser torturado.

La tortura indudablemente en un estado de derecho es aberrante y lejos de toda lógica humana (p. 69). Por tanto, los derechos humanos introducen en las relaciones penales una nueva sensibilidad (p. 71).

Así pues, desde 1830 prácticamente estará abolida en toda Europa, en España desde las cortes de Cádiz en 1812, aunque es cierto que la tortura ha sido ocasionalmente aplicada en algunos lugares en el siglo XX, pero ya no es ni oficial, ni sistemática. Desgraciadamente, debemos señalar en contra el caso de China (p. 105).

Es también interesante que, cómo fruto de esas primeras declaraciones de derechos humanos, comenzaron a ejercerse y enseguida se pudo lograr la abolición de la esclavitud en Europa, de modo que, con mayor o menor acuerdo en la ejecución, desaparecieron la esclavitud que era una lacra infamante

Finalmente, nuestro autor volverá a la idea de la espiritualización de los derechos humanos. Precisamente, hablando del Espíritu Santo sugerirá que con su ayuda se podría lograr “la fuerza soberana de la refundición” (188).

Enseguida, afirmará que Dios se “revela en la historia y en la acción humana” (193), por eso sería importante que los cristianos mostráramos una relación personal con Dios de modo que actuáramos contando con Él, pidiéndole ayuda, involucrándole en nuestros proyectos.

Incluso llegará a afirmar que “las instituciones sin espíritu serían poco fiables” (p. 204). Por tanto, los derechos humanos terminarían por ser como “la carta magna de la autonomía de los hombres” (206). Terminará afirmando que el hombre o se sacraliza al unirse a Dios o quedará desencantado de la vida (p. 244).

La sacralidad de la persona. Una nueva genealogía de los derechos humanos

Autor: Hans Joas
Editorial: Sal terrae
Año: 2025
Nº páginas: 311
Dossier

Autoridad y obediencia. Bondad y abuso

Autoridad y obediencia son la relación fundacional de amor de Dios como Creador con su creación (el modelo Cristo-Padre). El abuso es la perversión de esta autoridad, un uso egoísta del poder que rompe la caridad y la comunión.

Raúl Sacristán López·7 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

«Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” (Heb 10, 7), con estas palabras se presenta la misión de Cristo, remitiendo a la autoridad del Padre y la obediencia del Hijo. Autoridad y obediencia aparecen aquí de modo muy diferente a como hoy las percibimos al hilo de las demandas por los distintos tipos de abusos, especialmente en la vida consagrada. Cuando menos, ambos términos despiertan cierta sospecha y recelo, sin embargo, ninguna de estas reacciones las hallamos en Cristo respecto del Padre, “al principio no era así” (Mt 19, 8).

La autoridad es la cualidad del autor, el autor tiene autoridad sobre su obra y tiene con ella una relación de autoría. La obra ha salido de sus manos, mejor aún, de su corazón. Conforme aquellas palabras del libro de la Sabiduría: “Amas todo lo que has creado, pues si no, no lo habrías creado” (Sabiduría 11, 24). De la misma manera que el artista plasma lo que lleva en su corazón, así también, el autor divino ha plasmado lo que lleva eternamente en su Corazón. Dios es “el Padre de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra” (Efesios 3, 15), es el principio de toda autoridad (cfr. Romanos 13, 1), y es un principio sagrado, que en griego se dice “jerarquía”. Y este principio, esta autoridad, quiere nuestra santificación (cfr. 1 Tesalonicenses 4, 3), nuestra salvación, que conozcamos la verdad (cfr. 1 Tesalonicenses 2, 4-5). 

Ante tal designio amoroso, Cristo escucha atentamente, es decir, obedece para llevar a cabo la salvación. Autoridad, jerarquía, salvación, verdad, obediencia… Encuadrar adecuadamente estos términos es esencial para adentrarnos rectamente en el problema de los abusos. 

Solo si los comprendemos a la luz de la verdad de Dios y la relación entre ellos, caeremos en la cuenta de su bondad y, por ende, de la gravedad de los abusos.

En la vida consagrada

La vida consagrada aparece desde el inicio como un intento de vivir un seguimiento de Cristo más radical, lo cual es un bien, sin duda alguna. 

En este deseo de seguimiento e imitación de Cristo, la vida consagrada puede ser un lugar donde crecer en gracia, en servicio a Dios y a los hombres, pero, por desgracia, el mismo ámbito de consagración se presta a ser caldo de cultivo para que puedan ocurrir situaciones de abuso. Situaciones que, por otra parte, pueden darse en cualquier otra relación humana donde hay una autoridad, (familia, escuela, trabajo, política…), pero que en la vida consagrada son más acuciantes por la misión de vivir y mostrar la caridad de modo particular. 

Todo tipo de abuso es, tal cual lo dice el término, una forma de uso que se distancia de lo que debería ser, para buscar el interés propio, y no el bien común, el bien de la comunión. Dios no “usa” su creación, y mucho menos a su Hijo o a los hombres, sino que disfruta de la relación con ellos, disfruta de la comunión, de esa relación en la que todos crecen en la caridad. 

Por eso, todo abuso es un pecado, que deteriora y puede destruir la caridad, la relación con Dios, y siempre primero a quien comete el abuso, aunque no lo piense. Siendo así la condición del hombre, hemos de reconocer que pecado hubo, hay y habrá mientras los hombres, cada uno en particular, no luchen por convertirse a Jesucristo. Dado que el pecado distancia al hombre de Dios, hemos de señalar también que hay un oscurecimiento de la fe y la esperanza junto con la caridad: se oscurece la vida divina en el creyente.  

Buscar a Dios

Es fundamental tener en cuenta tanto el origen divino de la autoridad como la realidad del hombre. Esta perspectiva antropológica que considera al ser humano como creado, caído y redimido, es la clave para poder entender su acción, y también para poder actuar adecuadamente en las situaciones de abusos.

Para poder prevenir, en la medida de lo posible, cualquier tipo de abuso, en particular en el ámbito religioso, es necesario repensar la situación desde la perspectiva de la relación a Dios. Una persona que abusa de otra se está buscando a sí misma, luego es una persona que se halla en una gran debilidad y carencia, aunque externamente no lo parezca. Es alguien que no se sabe, ni se siente, amado por Dios y, por eso, busca otros amores. Estas situaciones no son fáciles de discernir, porque a veces se puede llegar a situaciones de abuso pretendiendo buscar el servicio a Dios, como le hubiera ocurrido a santa Marta de no haber sido advertida por el Señor. Se trata de inquietudes no santas, sino mundanas y hasta pecaminosas. Son casos de manipulación psicológica comunes a otros ámbitos, que tienen el agravante de ocurrir en un ambiente religioso.

Reconocer los abusos

Por otro lado, hay otras personas que ante estas debilidades personales, el modo que tienen de reaccionar es la búsqueda de seguridad y firmeza en otros, por lo cual, la convergencia de un tipo y otro de personas, dominantes y dependientes, facilita la aparición de abusos. A todo esto hay que añadir la dificultad humana, en todos los ámbitos, para reconocer los propios errores, debilidades y pecados. Reconocer un abuso es difícil para ambos, abusador y abusado, más de lo que inicialmente se puede pensar. Con esto no se quiere decir que los abusados sean solo y siempre personas débiles: una persona fuerte puede ser objeto de abusos, pero será más fácil que los detecte o que encuentre forma de defenderse, buscar apoyos, denunciar y salir; si bien hay situaciones de abuso que pueden acabar destruyendo esta fortaleza inicial.

En momentos de confusión cultural como los que vivimos, es normal que se den procesos en los que algunas personas, quizá con buena intención, acaben haciendo mal. Es importante discernir entre liderazgo y autoridad. Hay personas que tienen un carácter fuerte, capaces de atraer a otros y conducirlos hacia una meta. Pero este liderazgo no es identificable con la autoridad, en el sentido que antes la hemos descrito. Nuestra sociedad, por las experiencias dolorosas con la autoridad, ha derivado a un rechazo de la misma, y ha extrapolado esta situación de lo humano a lo divino, acabando por rechazar a Dios. Lo peor es que este recelo mundano hacia la autoridad se ha colado también en la Iglesia, y del mismo modo que en el ámbito mundano se buscan líderes, así también en la Iglesia se puede caer en fomentar el liderazgo frente a la autoridad. Entender lo que es cada cosa y sus diferencias resulta también hoy una tarea urgente.

La dificultad para descubrir y detener estos procesos, como nos muestran los casos que conocemos, es bastante más difícil de lo que pensamos inicialmente. El mal se esconde y se defiende. Así, el deseo de unidad puede acabar en uniformidad, la discreción en secretismo, el apartamiento en aislamiento…. Por eso, también sería importante promover un estudio más detallado y exhaustivo de la acción humana, para poder saber mejor cómo se configura la intención, cómo se mueve la voluntad, cuándo la intención se desvía, cuál es el papel de la afectividad en este proceso, etc. 

La compleja situación actual requiere un replanteamiento teológico del problema, un análisis más detallado de la situación cultural, también intraeclesial, un estudio más detenido de la acción humana, y seguir con el recurso a los medios espirituales y psicológicos para prevenir, detener y sanar los abusos. 

El autorRaúl Sacristán López

profesor de la Universidad de San Dámaso

Vaticano

El Papa a los laicos: “esperar es participar en los problemas del mundo”

Ante más de treinta mil personas que han participado en la Audiencia jubilar, el Papa León XIV se ha dirigido hoy “a los fieles laicos” de manera particular. Y ha lanzado un mensaje de Adviento: “La espera no es pasiva. Esperar es participar en los problemas y en las bellezas del mundo”.

Francisco Otamendi·6 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la fiesta de san Nicolás de Bari, “obispo conocido por su sensibilidad hacia los necesitados”, ha dicho el Papa, el nervio de su breve catequesis de esta mañana en la Plaza de San Pedro ha sido el tiempo litúrgico del Adviento. Pero “una espera que no es pasiva. Esperar es participar en los problemas y en las bellezas del mundo”.

Dios nos involucra en su historia, en sus sueños. “Esperar, entonces, es participar. El lema del Jubileo, ‘Peregrinos de esperanza’, no es un eslogan que desaparecerá dentro de un mes”, ha dicho el Santo Padre. “Es un programa de vida: ‘peregrinos de esperanza’, significa gente que camina y espera, pero no con las manos en los bolsillos, sino participando”.

“El Concilio Vaticano II nos enseñó a leer los signos de los tiempos: nos dice que nadie puede hacerlo solo, sino que juntos, en la Iglesia y con muchos hermanos y hermanas, se leen los signos de los tiempos”.

Dios no está fuera del mundo, fuera de esta vida: “hemos aprendido en la primera venida de Jesús, Dios-con-nosotros, a buscarlo entre las realidades de la vida. ¡Buscarlo con inteligencia, corazón y manos arremangadas!”, ha alentado.

Vaticano II: misión para los fieles laicos, de manera particular

Y el Concilio ha dicho que “esta misión corresponde de manera particular a los fieles laicos, hombres y mujeres, porque el Dios que se encarnó nos sale al encuentro en las situaciones de cada día». 

En los problemas del mundo, “Jesús nos espera y nos involucra, nos pide que trabajemos con Él. ¡Por eso esperar es participar!”, ha reiterado a las decenas de miles de peregrinos y fieles en la Plaza de San Pedro.

Ejemplo del joven político Alberto Marvelli

El Papa León ha puesto el ejemplo deAlberto Marvelli, un joven italiano que vivió en la primera mitad del siglo pasado. Educado en el seno de una familia según el Evangelio, formado en la Acción Católica, se licenció en ingeniería y se incorporó a la vida social en la época de la Segunda Guerra Mundial, que él condenaba firmemente”.

En Rímini y sus alrededores “se comprometió con todas sus fuerzas a socorrer a los heridos, los enfermos y los desplazados”. Muchos lo admiraban por su desinteresada dedicación y, tras la guerra, fue elegido concejal y encargado de la comisión de vivienda y reconstrucción. 

“Así entra en la vida política activa, pero precisamente cuando se dirige en bicicleta a un mitin es atropellado por un camión militar. Tenía 28 años”. 

“Perder un poco de seguridad y tranquilidad para elegir el bien”

La lección de Marvelli que extrae el Papa es ésta: “Alberto nos muestra que esperar es participar, que servir al Reino de Dios da alegría incluso en medio de grandes riesgos. El mundo se vuelve mejor si perdemos un poco de seguridad y tranquilidad para elegir el bien. Esto es participar”.

Preguntémonos, ha alentado el Pontífice: “¿Estoy participando en alguna iniciativa buena, que comprometa mis talentos? ¿Tengo la perspectiva y el aliento del Reino de Dios cuando presto algún servicio? ¿O lo hago refunfuñando, quejándome de que todo va mal? La sonrisa en los labios es el signo de la gracia en nosotros”.

“Nadie salva al mundo por sí solo: juntos es mejor”

Finalmente, ha remachado el Papa: “Esperar es participar: este es un don que Dios nos da. Nadie salva al mundo por sí solo. Y ni siquiera Dios quiere salvarlo por sí solo: podría hacerlo, pero no quiere, porque juntos es mejor. Participar nos hace expresar y hace más nuestro lo que al final contemplaremos para siempre, cuando Jesús regrese definitivamente”

Petición a nuestra Madre Inmaculada

En su saludo a los peregrinos de lengua española, ante la fiesta de la Inmaculada del día 8, el Papa León ha animado: “Pidamos a nuestra Madre Inmaculada que nos enseñe a participar en la construcción de la Ciudad de Dios, ofreciendo nuestros dones con alegría y gratuidad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”.

A los peregrinos de lengua inglesa, y a todos los fieles presentes, el Papa les ha manifestado: “Al comenzar este tiempo de Adviento, preparemos nuestros corazones no solo para reconocer las maneras en que Dios viene a nuestro encuentro, sino también las maneras en que nos invita a participar en su vida. ¡Que Dios os bendiga a todos!».

El autorFrancisco Otamendi